Produccion de cuy-FAO
Produccion de cuy-FAO
Produccion de cuy-FAO
En los países andinos existe una población estable de más o menos 35 millones
de cuyes. En el Perú, país con la mayor población y consumo de cuyes, se
registra una producción anual de 16 500 toneladas de carne proveniente del
beneficio de más de 65 millones de cuyes, producidos por una población más o
menos estable de 22 millones de animales criados básicamente con sistemas de
producción familiar. La distribución de la población de cuyes en el Perú y el
Ecuador es amplia; se encuentra en la casi totalidad del territorio, mientras que en
Colombia y Bolivia su distribución es regional y con poblaciones menores. Por
su capacidad de adaptación a diversas condiciones climáticas, los cuyes pueden
encontrarse desde la costa o el llano hasta alturas de 4 500 metros sobre el nivel
del mar y en zonas tanto frías como cálidas.
Entre las especies utilizadas en la alimentación del hombre andino, sin lugar a
dudas el cuy constituye el de mayor popularidad. Este pequeño roedor está
identificado con la vida y costumbres de la sociedad indígena, es utilizado
también en medicina y hasta en rituales mágico-religiosos. Después de la
conquista fue exportado y ahora es un animal casi universal. En la actualidad
tiene múltiples usos (mascotas, animal experimental), aunque en los Andes sigue
siendo utilizado como un alimento tradicional.
Antecedentes históricos
Las pruebas existentes demuestran que el cuy fue domesticado hace 2 500 a 3
600 años. En los estudios estatigráficos hechos en el templo del Cerro Sechín
(Perú), se encontraron abundantes depósitos de excretas de cuy y en el primer
periodo de la cultura Paracas? denominado Cavernas (250 a 300 a.C.), ya se
alimentaba con carne de cuy. Para el tercer período de esta cultura (1400 d.C.),
casi todas las casas tenían un cuyero (Tallo, citado por Moreno, 1989). Se han
encontrado cerámicas, como en los huacos Mochicas y Vicus, que muestran la
importancia que tenía este animal en la alimentación humana.
Descripción zoológica
En la escala zoológica (Orr, 1966, citado por Moreno, 1989) se ubica al cuy
dentro de la siguiente clasificación zoológica:
· Orden : Rodentia
· Suborden: Hystricomorpha
· Familia : Caviidae
· Género : Cavia
· Especie : Cavia aperea aperea Erxleben
Cavia aperea aperea Lichtenstein
Cavia cutleri King
Cavia porcellus Linnaeus
Cavia cobaya
Por su docilidad los cuyes se crían como mascotas en diferentes países. Como
animal experimental en los bioterios se aprecia por su temperamento tranquilo,
que se logra con el manejo intensivo al que son expuestos; algunas líneas albinas
se seleccionan por su mansedumbre. El cuy como productor de carne ha sido
seleccionado por su precocidad y su prolificidad, e indirectamente se ha tomado
en cuenta su mansedumbre. Sin embargo, se tiene dificultad en el manejo de los
machos en recua. Hacia la 10a semana inician las peleas que lesionan la piel,
bajan sus índices de conversión alimenticia y las camas de crecimiento muestran
una flexión. Las hembras muestran mayor docilidad por lo que se las puede
manejar en grupos de mayor tamaño.
Características morfológicas
Los ojos son redondos vivaces de color negro o rojo, con tonalidades de claro a
oscuro. El hocico es cónico, con fosas nasales y ollares pequeños, el labio
superior es partido, mientras que el inferior es entero, sus incisivos alargados con
curvatura hacia dentro, crecen continuamente, no tienen caninos y sus molares
son amplios. El maxilar inferior tiene las apófisis que se prolongan hacia atrás
hasta la altura del axis.
Presentan la fórmula dentaria siguiente:
Extremidades. En general cortas, siendo los miembros anteriores más cortos que
los posteriores. Ambos terminan en dedos, provistos de uñas cortas en los
anteriores y grandes y gruesas en las posteriores. El número de dedos varía desde
3 para los miembros posteriores y 4 para los miembros anteriores. Siempre el
número de dedos en las manos es igual o mayor que en las patas. Las cañas de los
posteriores lo usan para pararse, razón por la cual se presentan callosos y fuertes
(Zaldívar, 1976; Cooper y Schiller, 1975).
Tipos de cuyes
Existen dos tipos de pigmentos que dan coloración al pelaje de los cuyes, estos
son: el granular y el difuso. El pigmento granular tiene tres variantes: rojo,
marrón y negro; los dos últimos se encuentran también en la piel dándole un
color oscuro. El pigmento difuso se encuentra entre el color amarillo pálido a
marrón rojizo, estos pigmentos fueron encontrados en la capa externa del pelo, se
encuentra completamente formados y siempre en asociación con pigmentos
granulados.
Los cambios de tonalidades de color como consecuencia de cambios de
temperatura en cuyes se aprecia en animales jóvenes, a medida que se acentúa el
frío, los colores se oscurecen. Hay que notar una característica muy particular en
el pelo del cuy y es que la base del pelo tienen un color blanco en el caso de los
pelajes claros y un poco gris en el caso de pelajes oscuros. Conforme se llega a la
punta la coloración del pelo se va acentuando y comienza a aparecer el color que
va ha presentar la capa del animal. También se observa que la fibra de la capa
externa del animal es más gruesa que la capa interna.
El pelo del cuy esta compuesto por una capa externa o cutícula la cual es fina y la
corteza que es medular. La finura es irregular debido al alto grado de variación
del diámetro, lo cual determina su baja condición textil, asimismo no resiste a las
tensiones debido a su gran contenido medular. La longitud es variable de acuerdo
al tipo. Los tipos I y 2 tienen fibras cortas y lacias, sin embargo sus
características de suavidad y brillo son cualidades sobresalientes. La finura del
pelo de los diferentes tipos de cuyes, se muestra en el Cuadro 1.
Pelaje simple. Lo constituyen pelajes de un solo color, entre los que podemos
distinguir:
Pelaje compuesto. Son tonalidades formadas por pelos que tienen dos o más
colores.
CUADRO 1 : Finura del pelo de los cuyes según los diferentes tipos
Particularidades en la cabeza.
· Luceros presentan manchas en la cabeza
Sistemas de producción
Crianza familiar
Al conocer las limitantes que tiene la crianza familiar tradicional se optó, entre
otras, por mejorarla mediante el uso de pozas de crianza, la utilización de
recursos alimenticios no tradicionales para mejorar su alimentación, y la
realización del destete. De esta manera se organizaba la población por clases y se
trabajaba con eficiencia. Al mejorar el sistema familiar se apreció con el tiempo (
1988-1992) un crecimiento de la población (Figura 2), con lo que se logró una
mayor capitalización pecuaria en los productores y sobre todo un incremento en
el consumo de carne de cuy, así como un mayor ingreso para la familia por la
venta de sus excedentes. Desde todo punto de vista el cuy tiene un rol socio-
económico y nutricional preponderante para la familia rural de escasos recursos.
Crianza familiar-comercial
Este tipo de crianza de cuyes nace siempre de una crianza familiar organizada, y
está circunscrita al área rural en lugares cercanos a las ciudades donde se puede
comercializar su producto. Las vías de comunicación facilitan el acceso a los
centros de producción, haciendo posible la salida de los cuyes para la venta o el
ingreso de los intermediarios. No siempre esta última alternativa es la mejor ya
que por lo general ofrecen precios bajos.
Crianza comercial
Una granja comercial mantiene áreas de cultivo para siembra de forraje, el uso de
alimento balanceado contribuye a lograr una mejor producción. Los índices
productivos son superiores a 0,75 crías destetadas/hembras empedradas. Produce
cuyes «parrilleros» que salen al mercado a edades no mayores de 10 semanas,
con pesos promedios de 900 g.
Manejo de reproductores
Empadre
Edad de empadre
El peso de la madre es una variable más importante que la edad para iniciar el
empadre. Influye en los pesos que alcanzaran las madres al parto y al destete,
lográndose un mejor tamaño de la camada y peso de las crías al nacimiento y
destete. Las hembras pueden iniciar su apareamiento cuando alcanzan un peso de
542 g, pero no menores de 2 meses (Zaldívar, 1986). El peso que alcanzan las
cuyes hembras a una determinada edad, depende del genotipo de los cuyes en
estudio, en la costa están distribuidos cuyes mestizos mientras que en la sierra
hay predominancia de criollos. La edad recomendada varía entre 10 semanas en
la costa y 13 semanas en la sierra, el peso mínimo recomendado es de 500 g
(Guevara, 1989).
El inicio del empadre se debe hacer siempre con machos probados, de esta
manera se evita mermas en la producción por no haberse detectado la infertilidad
del macho. Los reproductores seleccionados a los 3 meses deben ubicarse
individualmente en pozas de 0,5 x 1,0 x 0,45 m y empadrerlos con dos o tres
hembras durante un mes y chequear preñeces al cabo de este tiempo, así como el
crecimiento del reproductor. Con este control, se realiza los empadres con
machos de 4 meses de edad. El reproductor se lo ubica en la poza donde se haya
agrupado a siete hembras, evitar que introducciones posteriores produzcan
peleas, efecto que tiene incidencia sobre la fertilidad. Trabajar con líneas
mejoradas permite utilizar mayor densidad de empadre (1:10), por tratarse de
animales más mansos.
Densidad de empadre
Otra variable a considerarse es la capacidad de carga que deben tener los cuyes
machos. Un cuy macho adulto, sobre los 6 meses, puede mantener en empadre
hasta 14 hembras, las mismas que pueden manejarse en dos pozas consecutivas,
alternando el empadre cada mes. Es una buena alternativa para disminuir el
mantenimiento de los machos reproductores, pero requiere de un manejo más
intensivo al ir reagrupando a las hembras para parto. No siempre el problema es
la capacidad de carga, sino el área requerida por hembra más sus crías También
los pesos bajos y la alta mortalidad de lactantes son consecuencia de la mala
distribución del alimento.
Sistemas de empadre
Los sistemas de empadre se basan en el aprovechamiento o no del
celo postpartum. Debe considerarse que el cuy es una especie poliéstrica y que,
dependiendo de las líneas genéticas, entre el 55 y el 80 por ciento de las hembras
tienen la capacidad de presentar un celo postpartum (Chauca et al., 1992d). El
celo postpartum es de corta duración (3,5 horas), siempre asociado con
ovulación. Al aprovechar la fecundación de esta ovulación, el intervalo entre
partos es igual al tiempo de una gestación. De no aprovechar este celo el
intervalo entre partos tiene la duración de la gestación más el tiempo que
transcurre para lograr la ovulación fertilizada (Asdell, 1964).
A los cuyes machos después del empadre no se los puede juntar por mostrar
mucha agresividad entre ellos. Sacarlos de empadre implica tener pozas pequeñas
para ubicarlos o de lo contrario mantenerlos alternadamente con dos grupos de
hembras en empadre. Esta modalidad si bien permite incrementar la carga en los
machos, exige un mayor manejo además del riesgo de disminuir la opción de
preñez de algunas hembras.
Fuente Aliaga, 1984b
Empadre post-destete. Se deja que las hembras reproductoras paran en sus pozas
de empadre sin macho, por lo que se tiene que agrupar a las hembras con preñez
avanzada y ubicarlas en pozas para parición individual o colectiva. Genera un
manejo intensivo de hembras preñadas, con el riesgo de provocar abortos por
manipulación. Otra alternativa es movilizar a las hembras paridas para ubicarlas
en pozas de lactancia colectiva. Puede utilizarse en crianza familiar y familiar-
comercial.
Para evaluar el efecto del sistema de empadre, se evaluaron los dos primeros
partos de 300 cuyes procedentes de dos generaciones de tres líneas genéticas. Del
total de hembras evaluadas, el 68,3 por ciento presentó gestaciones postpartum y
el 31,7 por ciento inició su gestación después del destete. Otra de las variables
evaluadas es la línea de selección de las madres, correspondiendo el 18,3 por
ciento a la línea Perú, el 27,7 por ciento a la línea Andina, el 25,3 por ciento a la
línea Inti y el 28,7 por ciento a la línea Control. Al evaluar las camadas del
primer parto en ambos tratamientos no se encontró diferencias estadísticas para el
intervalo entre empadre-parto, tamaño, peso de la camada al nacimiento y al
destete (4a semana) (Chauca et al., 1992d).
Nacimiento Destete
Tamaño de camada
Postpartum 2,95 ± 0,08 ns 2,18 ± 0,07 ns
Post-destete 2,92 ± 0,10 ns 2,30 ± 0,10 ns
Peso individual (g)
Postpartum 121 ± 2,431 310 ± 6,532
Post-destete 135 ± 3,621 332 ± 8,842
Peso de camada (g)
Postpartum 356,9 ± 6,841 675,8 ± 20,231
Post-destete 394,2 ± 10,831 763,6 ± 33,161
En la interacción sistema de empadre con línea genética para los intervalos parto-
parto puede apreciarse que el período de gestación varía ligeramente entre líneas,
existiendo una correlación positiva entre la duración de la gestación y el tamaño
de las crías y una relación inversa entre el número de fetos y el período de
gestación. Estos resultados son similares a los proporcionados por Lane (1963) y
Goy et al. (1957). El período de gestación de las hembras de la línea Perú,
seleccionada por su velocidad de crecimiento, fue de 68,4 ± 0,43 días. En la línea
Inti, seleccionada por su velocidad de crecimiento ajustada por su prolificidad, la
gestación duró en promedio, 68,7 ± 0,26 días. La línea Andina tuvo un período
de gestación de 67,2 ± 0,29 y la línea Control de 67,6 ± 0,29 días.
Gestación
Debe considerarse que el cuy es una especie poliéstrica y las hembras tienen
capacidad de presentar un celo postpartum, siempre asociado con una ovulación.
El período de gestación promedio proporcionado por diferentes autores es de 67
días. Aunque este varia de acuerdo a diferentes factores entre ellos el número de
fetos portados, quienes determinan una relación inversa. Goy et al. (1957)
registran períodos de gestación que van desde los 58 a los 72 días; Labhsetwar y
Diamond (1970) proporcionan resultados similares, de 59 ± 2 a 72 días. El
intervalo entre partos para las hembras apareadas después del parto fue de 67,9 ±
0,16 días. período de gestación varía ligeramente entre líneas, existiendo una
correlación positiva entre la duración de la gestación y el tamaño de las crías
(Lane, 1963). La frecuencia de gestaciones postpartum varía con la línea
genética. La frecuencia es menor en las líneas cuya característica seleccionada es
la velocidad de crecimiento (Perú 54,6 por ciento e Inti 57,9 por ciento). La línea
seleccionada exclusivamente por su prolificidad, presentó una frecuencia de
gestaciones postpartum de 74,7 por ciento (Andina). La interacción sistema de
empadre con línea genética para los intervalos parto-parto varia ligeramente entre
líneas, existiendo una correlación positiva entre la duración de la gestación y el
tamaño de las crías y una relación inversa entre el número de fetos y el periodo
de gestación.
El tamaño de la camada varía con las líneas genéticas y las prácticas de manejo.
igualmente depende del número de folículos, porcentajes de implantación,
porcentajes de supervivencia y reabsorción fetal. Todo esto es influenciado por
factores genéticos de la madre y del feto y las condiciones de la madre por efecto
de factores ambientales. Las condiciones climáticas de cada año afectan
marcadamente la fertilidad, viabilidad y crecimiento. El tamaño de la madre tiene
gran influencia en el tamaño de la camada (Wagner y Manning, 1976).
La capacidad que tienen las madres para soportar gestaciones de múltiples crías
es una excelente característica de esta especie. El peso total de la camada al
nacimiento representa entre el 23.6 y 49,2 por ciento del poso de la madre,
registrándose el menor porcentaje para camadas de 1 cría y el mayor porcentaje
cuando nacen camadas de 5 crías (Chauca et al., 1995c). Partos con mayor
tamaño de la camada registran porcentajes mayores.
Parto
Las crías nacen maduras debido al largo período de gestación de las madres.
Nacen con los ojos y oídos funcionales, provistos de incisivos y cubierto de
pelos. Pueden desplazarse al poco tiempo de nacidas. La madre limpia y lame a
sus crías favoreciendo la circulación y proporcionándoles su calor. Las crías
inician su lactancia al poco tiempo de nacidas.
CUADRO 9 Tamaño promedio de la camada al nacimiento en las diferentes
estaciones del año en la costa central del Perú 1
El número y el tamaño de crías nacidas varía de acuerdo con las líneas genéticas
y el nivel nutricional al cual ha estado sometida la madre. Con el parto se puede
evaluar la prolificidad de las madres que, por lo general, tienen de 4 a S camadas
por año. El número de crías por parto puede ser de I a 6 crías, presentándose
excepcionalmente hasta 8 por camada.
El periodo entre dos partos continuos influye sobre el peso de las crías al
nacimiento; así, se encuentra diferencia estadística a favor de la crías concebidas
después de un ciclo astral posterior al parto, comparadas con las concebidas
aprovechando el celo postpartum. Estos resultados difieren de los obtenidos por
Tomilson, citado por Aliaga ( 1974), quien observa pesos semejantes en animales
concebidos tanto en copulación postpartum como en copulación post-destete.
Además encuentra intervalos entre partos de 74 días, utilizando el
celo postpartum y de 118 días, utilizando los celos post-destete. El
empadre postpartum logra un promedio de 4,9 camadas por año y con post-
destete 3,1 camadas para el mismo período.
En base a los datos del peso al destete (14 días), evaluados en la Estación
1
Machos Hembras
(g/cuy)
Peso al nacimiento 143,5 132,0
Peso a la 1a semana 196,2 a 180,1 b
Peso al destete 281,0 a 257,0 b
Incremento total 137,5 a 127,0 b
Incremento diario 10,58a 9,76 b
Los cuyes pierden el 1,98 por ciento de su peso en los dos primeros días de vida.
Esta baja no es un decremento real sino una deshidratación por efecto del cambio
del medio ambiente uterino materno. El neonato pierde humedad por evaporación
siendo esta una manera de termoregularse y adaptarse a las condiciones del
nuevo ambiente (Arthur et al., 1991).
Al nacimiento los cuyes machos nacen con 11,5 g más que las hembras, esto
equivale al 8,71 por ciento del peso de las hembras. Esta diferencia a la semana
alcanza a 16 g, existiendo significancia estadística (P<0,05). Al final de la 2a
semana la diferencia de peso entre sexos es de 24 g (P<0,05), peso superior
equivalente al 9,34 por ciento más que el de las hembras (Ordoñez, 1997).
Ración 1 Ración 2
Tamaño de camada 1 2 3 4
Consumo al 7° día 2,9 a 4,2 a 4,1 a 3,3 a
Consumo al 14° día 8,9 a 10,4 a 10,5 a 8,6 a
Consumo total 60,6 a 65,2 a 62,6 a 61,9 a
Consumo diana 4,3 a 4,7 a 4,5 a 4,4 a
· A partir del 10° día el animal estabiliza su consumo en relación a su peso vivo.
Se estabiliza en 3,4-3,5 por ciento hasta el final de la lactancia, de igual manera
los incrementos se vuelven constantes y se podría decir que el animal ha logrado
un equilibrio.
Es común que durante la lactancia toda hembra pierda peso por efecto de la
producción láctea. Cuando la pérdida de peso es excesiva el animal arriesga su
siguiente gestación y es probable que se presenten problemas, por lo que
generalmente en todas las especies domésticas el criador decide dar un período
de descanso antes de una nueva preñez. Para garantizar la siguiente gestación es
conveniente que las hembras mantengan su peso durante la lactancia o la pérdida
de peso sea mínima.
Durante tres meses de producción, se registró un total de 424 coas nacidas de 168
cuyes hembras primerizas empedradas en relación 1:7. Los animales recibieron
chala de maíz, y las raciones utilizadas fueron afrecho de trigo y una ración
balanceada con 18,5 por ciento de proteína, ambas suministradas en comederos
tolva. La producción ha sido evaluado en función del total de hembras
empedradas. Los promedios de peso de las coas nacidas fueron para el afrecho
119 ± 27,5 y para la ración 122 ± 27,5, no encontrándose diferencias estadísticas.
Los cuyes destetados alcanzaron pesos similares en los dos tratamientos (199 ±
48,0 con afrecho y 200 ± 57,8 con ración). El índice productivo al nacimiento
(IPn) fue de 0,81 crías nacidas/hembra empadrada/mes y 0,87 para las hembras
que recibieron afrecho y ración, respectivamente. El efecto de mejorar la
alimentación puede medirse al evaluar los porcentajes de mortalidad registrados.
Los animales mantenidos con un mejor nivel nutricional presentaron una mayor
sobrevivencia 86,8 por ciento, valor superior en 6,5 por ciento al registrado en el
tratamiento que recibió como suplemento el afrecho de trigo.
El primer intento de utilizar protección para los lactantes nace luego de analizar
las limitantes que tenía la crianza de cuyes, entre ellas: la alta mortalidad
existente en la etapa de lactancia. El primer trabajo se realizó diseñando una
cerca semicircular que se ubicaba en las esquinas de la poza. Brindaba protección
y ofrecía disponibilidad de alimento. Los resultados logrados se puede apreciar
en el Cuadro 23.
Para mejorar el efecto de la cerca se diseñó una cerca circular que podía ubicarse
al centro de la poza, dándole un mejor acceso a la caras para protegerse y
facilidad para moverse entre las pozas. Para evaluar esta modificación en el
diseño de la cerca, se registró la producción durante seis meses (de junio a
noviembre) en una granja comercial. Las coas marcan pesos al nacimiento entre
60 y 200 g, esto repercute en la vitalidad que tienen para sobrevivir a las
adversidades que les da su medio ambiente. Se utilizaron 19 pozas de empadre
con un total de 95 hembras de primer parto. Se identificaron un total de 206 caras
nacidas que fueron destetadas a las dos semanas de edad. El peso promedio al
nacimiento del tratamiento con cerca fue de 118 ± 22,7 y del tratamiento sin
cerca 117 ± 24,4. Al destete los pesos promedios del tratamiento con cerca fueron
mayores (203 + 50,2 g) que los que no la utilizaron (190,0 ± 55,2 g): diferencias
altamente significativas (P>0,01). El efecto del uso de las cercas determina una
menor mortalidad (7,87 por ciento) frente al alcanzado en el tratamiento sin cerca
( 17,09 por ciento). Al destete, el IPd con el uso de cerca fue de 0,68 crías
destetadas/ hembra/mes y de 0,57 en el tratamiento sin cerca (Chauca et al.,
1994c).
1
En base a trabajos realizados por el Instituto Nacional de Investigación Agraria
(INIA) del Perú.
2
IPn (índice productivo al nacimiento) = número de crías/hembra
empadrada/mes.
1
En base a trabajos realizados por el Instituto Nacional de Investigación Agraria
(INIA) del Perú.
Ración 1 Ración 2
Densidad nutricional hoja Densidad nutricional alta 2
1
Destete
Esta práctica representa la cosecha del productor de cuyes, ya que debe recoger a
las crías de las pozas de sus madres. Cuando se tema un menor conocimiento de
la crianza, en las décadas del 60-70, el destete se realizaba a las cuatro semanas
de edad, registrándose altos porcentajes de mortalidad. Esto aparentemente
producido por un mal manejo en la alimentación y la alta densidad que tenían que
soportar las pozas de empadre. Otro inconveniente del destete tardío era la
posibilidad de tener preñeces prematuras.
La edad de destete tiene efecto sobre el peso a los 93 días, los destetados
precozmente, alcanzan pesos mayores. Los destetes realizados a las 7, 14 y 21
días muestran crecimientos iguales hasta el destete, a los 93 días el peso
alcanzado por los destetados a los 7 días es de 754 g, mientras que los destetados
a los 14 y 21 días alcanzan 727 y 635 g, respectivamente (Aliaga, 1976).
Recría I o cría
Esta etapa considera los cuyes desde el destete hasta la 4a semana de edad.
Después del destete, se los agrupa en lotes de 200 30 en pozas de 1,5 x 2,0 x 0,45
m. El sexaje se realiza concluida esta etapa, para iniciar la recría. En crianzas
comerciales, se agrupan lotes de 60 destetados en pozas de 3,0 x 2,0 x 0,45 m.
Los gazapos deben recibir una alimentación con porcentajes altos de proteína (17
por ciento). Se logran incrementos diarios de peso entre 9,32 y 10,45
g/animal/día (Augustin et al., 1984). Manejando esta etapa con raciones de alta
energía y con cuyes mejorados se alcanzan incrementos de 15 g diarios (Ordoñez,
1997).
Consumo de alimento
Los valores de conversión alimenticia durante las dos semanas de cría son
mejores que los logrados por otros investigadores que trabajaron con restricción
de forraje (Saravia et al., 1994a; Rivas, 1995), pudiéndose validar la efectividad
del forraje restringido en la mejora de la conversión alimenticia y, en general, de
los parámetros nutricionales. La conversión alimenticia se mejora cuando la
ración esta preparada con insumos de mejor digestibilidad y con mejor densidad
nutricional.
Sexaje
Recría II o engorde
Los factores que afectan el crecimiento de los cuyes en recría son el nutricional y
el clima. Cuando los cuyes se mantienen subalimentados es necesario someterlos
a un período de acabado que nunca debe ser mayor a 2 semanas (Chauca, 1993a).
De acuerdo a la densidad nutricional de las raciones, los cuyes pueden alcanzar
incrementos diarios promedios durante las dos semanas de 12,32 g/animal/día. Es
indudable que en la 1a semana los incrementos fueron entre 15 y 18 g/animal/día,
como respuesta al tratamiento compensatorio, a la hidratación rápida y al
suministro de forraje y mejor ración.
Capitulo 3 Instalaciones
Para que las instalaciones satisfagan las exigencias de una especie, deben
diseñarse de forma tal que permitan controlar la temperatura, humedad y
movimiento del aire. Los cuyes a pesar de considerarse una especie rústica, son
susceptibles a enfermedades respiratorias, siendo más tolerantes al frío que al
calor. Su cuerpo conserva bien el calor pero la disipación del mismo es muy
deficiente.
Las instalaciones deben proteger a los cuyes del frío y calor excesivos, lluvia y
corrientes de aire, tener buena iluminación y buena ventilación; para lograr este
propósito es necesario hacer una selección correcta del lugar donde se van a
ubicar las instalaciones y de los materiales que deben usarse para su
construcción. Al seleccionar el lugar correcto debe tenerse en cuenta la cercanía a
las vías de acceso, donde no se produzcan inundaciones y que permita futuras
ampliaciones. La ubicación de las pozas dentro del galpón debe dejar corredores
para facilitar el manejo, la distribución de alimento y la limpieza.
El hábitat normal de los cuyes ha sido la sierra andina, donde existen variaciones
de temperatura muy marcadas entre el día y la noche. La supervivencia y
desarrollo de la especie ha dependido de la forma y el lugar de crianza. Los
materiales utilizados en la construcción de las viviendas, el calor del fogón, el
humo que utilizan tienen explicaciones y fundamentos que deben ser analizados
antes de diseñar instalaciones de cuyes para la sierra andina.
Los cuyes son animales que se han criado en otras partes del mundo como animal
de laboratorio y, por ende, se los cría enjaulas ubicadas dentro de ambientes
controlados. Bajo estas condiciones especiales se recomiendan diferentes áreas
de acuerdo al tamaño de los animales que, por consiguiente, no pueden ser
utilizadas para la crianza de cuyes como animales productores de carne.
Los cuyes productores de carne son de mayor tamaño, por lo que exigen una
mayor área por animal. Estos son criados en pozas, las mismas que pueden estar
construidas con los materiales disponibles en la zona donde se construye el
galpón. Los tipos de pozas que deben mantenerse en un galpón son las siguientes:
500 gramos.
2
0,2000 empadre d
0,0866 recría
0,1000 engorde
0,0327 recría
0,0600 cría
Moreno 1989 0,1091 empadre a
Para la instalación de una granja de cuyes debe hacerse un análisis previo del
medio ambiente que rodea el área elegido. Considerar el clima, disponibilidad de
forraje, cercanía al mercado, entre otros factores.
Cualquiera sea el nivel de producción, antes de instalar una granja deben tomarse
en cuenta aspectos como clima, disponibilidad de recursos alimentarios y de
mano de obra especializada, disponibilidad de reproductores de buena calidad,
potencialidades del mercado y facilidades de acceso para la comercialización.
Clima
Uno de los factores naturales más importantes del medio ambiente que debe
considerarse es el clima, ya que afecta al individuo tanto en forma directa como
indirecta. Al animal debe mantenérsele en un ambiente cuya temperatura le
permita vivir sin estar expuesto ni al frío ni al calor excesivos. Así podrá utilizar
el alimento que ingiere no sólo para producir o perder calor, sino para mantener
un funcionamiento normal de su organismo y poder producir eficientemente. A
este ambiente se le denomina «ambiente termoneutral». El clima determina los
cultivos que se producen en una región como consecuencia de la temperatura,
lluvia, viento, humedad, entre otros factores. De acuerdo al clima se tiene que
diseñar el tipo de galpón a construirse y la ubicación del mismo.
Alimento disponible
Estudio de mercado
Disponibilidad de reproductores
El lugar donde debe instalarse la granja debe estar cerca a vías de acceso que
permita el ingreso de insumos necesarios para la producción, la salida de los
cuyes al mercado y el desplazamiento del personal. Considerar la ubicación de
los servicios básicos, tales como las líneas de energía, agua y desagüe.
Al igual que en otros animales, los nutrientes requeridos por el cuy son: agua,
proteína (aminoácidos), fibra, energía, ácidos grasos esenciales, minerales y
vitaminas. Los requerimientos dependen de la edad, estado fisiológico, genotipo
y medio ambiente donde se desarrolle la crianza.
Energía digestible.
1
Proteína
Estudios realizados, para evaluar niveles bajos (14 por ciento) y altos (28 por
ciento) de proteína en raciones para crecimiento, señalan mayores ganancias de
peso, aumento en el consumo y más eficiencia en los cuyes que recibieron las
raciones con menores niveles proteicas (Wheat et al., 1962). Porcentajes menores
de 10 por ciento, producen pérdidas de peso, siendo menor a medida que se
incrementa el nivel de vitamina C. El crecimiento de los cuyes entre el destete y
las 4 semanas de edad es rápido, por lo que ha sido necesario evaluar el nivel de
proteína que requieren las raciones. Al evaluar raciones heteroproteicas, con
niveles entre 13 y 25 por ciento, no se encuentra diferencia estadística (P<0,01)
para los incrementos totales (Augustin et al., 1984). Es imprescindible considerar
la calidad de la proteína, por lo que es necesario hacer siempre una ración con
insumos alimenticios de fuentes proteicas de origen animal y vegetal. De esta
manera se consigue un balance natural de aminoácidos que le permiten un buen
desarrollo. Las fuentes proteicas utilizadas en la preparación de las raciones
fueron alfalfa, soya y harina de pescado. Este último insumo nunca en niveles
superiores al 2 por ciento. Los resultados registrados por otros autores en la etapa
de cría son similares a los de la etapa de recría (Pino, 1970; Mercado et al. 1974).
Esto deja abierta la posibilidad de continuar los estudios de la función de la
actividad cecotrófica en la nutrición de los cuyes. Los estudios para determinar
los requerimientos de aminoácidos en cuyes como animal productor de carne se
hacen necesarios.
Proteína en la ración
(porcentaje)
13 17 20 25
Consumo materia seca (g)
Concentrado 268,30 258,30 303,80 287,60
Forraje 488,80 490,20 484,00 486,20
Total 757,10 748,50 787,80 773,80
Incremento peso (g) 198,90 195,90 199,20 219,40
Conversión alimenticia 3,81 3,82 3,96 3,53
Proteína consumida (g)
Concentrado 34,88 43,91 60,76 71,90
Forraje 96,88 97,18 95,93 96,36
Consumo proteínas/día (g) 6,27 6,72 7,48 8,01
Incremento peso/día (g) 9,47 9,33 9,49 10,45
Con raciones de 18,35 por ciento de proteína y 3,32 Mcal de ED/kg se logran
mayor crecimiento, buena conversión alimenticia y menor costo. El peso de
comercialización (778 g), se alcanza a las 7 semanas de edad. Se obtuvo
incrementos promedios diarios de 15,32 g/animal (Saravia et al., 1994a).
NDT1 + Proteína
(porcentaje)
26 21 17
Consumo materia seca (kg)
Concentrado 1,5 1,6 1,7
Forraje 1,3 1,3 1,3
Consumo proteína (g/animal/día) 11,61 10,64 9,80
Incremento peso (g/animal/día) 3,39 4,29 4,64
Conversión alimenticia 14,90 11 ,80 11,90
Con 66 por ciento de nutrientes disponibles totales (NDT).
1
1
En base a trabajos realizados por el Instituto Nacional de Investigación Agraria
(INIA) del Perú
Kcal/animal/día.
2
Fuente: Vargas, 1988
Fibra
El aporte de fibra esta dada básicamente por el consumo de los forrajes que son
fuente alimenticia esencial para los cuyes. El suministro de fibra de un alimento
balanceado pierde importancia cuando los animales reciben una alimentación
mixta. Sin embargo, las raciones balanceadas recomendadas para cuyes deben
contener un porcentaje de fibra no menor de 18 por ciento.
Para determinar el efecto del nivel de fibra y la absorción de enzimas digestivas
en el crecimiento de cuyes mejorados de 30 días de edad. Se compararon
raciones con 10, 15 y 20 por ciento de fibra y a los mismos niveles, se les agregó
enzimas digestivas. El concentrado fue de 18 por ciento de proteína y 63 por
ciento de nutrientes disponibles totales (NDT), el forraje utilizado fue rye grass.
Los incrementos alcanzados con niveles de 10, 15 y 20 por ciento de fibra fueron
10,2, 9,2, y 9 g/animal/día, los incrementos diarios fueron ligeramente mayores
cuando se utilizaron enzimas digestivas (11,1, 10,3 y 9,9 g). Las conversiones
alimenticias de MS fueron de 12,1, 13,2 y 13,2 valores más altos a los registrados
10,9, 11,8 y 11,8, respectivamente, para los niveles de 10, 15 y 20 por ciento de
fibra sin enzimas y con enzimas digestivas (Carampoma, et al., 1991).
Energía
Existe una aparente relación inversa entre contenido energético de los alimentos
y su consumo, lo cual indica la capacidad de variar el consumo de alimento con
el objeto de alcanzar en lo posible ingresos energéticos semejantes.
Forrajes ED Consumo 1
(kcal/g de MS) MS ED
(R) (kcal)
Hoja de camote 3,08 7,16 a 22,05 a
Alfalfa 2,56 6,27 b 16,05 b
Chala de maíz 1,89 7,31 c 13,82 c
Grasa
Agua
El agua está indudablemente entre los elementos más importantes que debe
considerarse en la alimentación. El animal la obtiene de acuerdo a su necesidad
de tres fuentes: una es el agua de bebida que se le proporciona a discreción al
animal, otra es el agua contenida como humedad en los alimentos, y la tercera es
el agua metabólica que se produce del metabolismo por oxidación de los
nutrientes orgánicos que contienen hidrógeno.
Cuando reciben forraje restringido los volúmenes de agua que consumen a través
del alimento verde en muchos casos está por debajo de sus necesidades hídricas.
Los porcentajes de mortalidad se incrementan significativamente cuando los
animales no reciben un suministro de agua de bebida. Las hembras preñadas y en
lactancia son las primeras afectadas, seguidas por los lactantes y los animales de
recría.
Sistemas de alimentación
Los forrajes más utilizados en la alimentación de cuyes en la costa del Perú son
la alfalfa (Medicago sativa), la chala de maíz (Zea mays), el pasto elefante
(Pennisetum purpureum), la hoja de camote (Hypomea batata), la hoja y tronco
de plátano, malezas como la abadilla, el gramalote, la grama china (Sorghum
halepense), y existen otras malezas. En la región andina se utiliza alfalfa, rye
grass, trébol y retama como maleza. En regiones tropicales existen muchos
recursos forrajeros y se ha evaluado el uso de kudzú, maicillo, gramalote,
amasisa (Amasisa eritrina sp.), pasto estrella (Cynodon plectostachyus) y
brachiaria (Brachiaria decumbes).
Mínimos Máximos
Fuentes energéticas
Maíz
Sorgo - 50
Cebada 20 40
Polvillo de arroz - 18
Melaza de caña 10 30
Afrecho 15 100
Ryemalt - 25
Fuentes proteicas
Quinua 10 30
Harina de alfalfa 7 12
Pasta de algodón tratada 15 30
Pasta de algodón no tratada - 15
Harina de pescado 2 12
Harina de vísceras de pescado 5 10
Harina de sangre 5 18
Fibra
Cáscara de algodón - 9
Coronta - 9
Panca de maíz 5 15
Otros
Estiércol bovino - 10 1
Porquinaza 10 30
Cama de aves - 10 1
Cama de cuyes 5 10
Los cuyes desde su domesticación han sido sometidos a una selección natural y
han mantenido una gran variabilidad genética. Se han multiplicado y producido
individuos iguales a sus progenitores, pero a lo largo de ese tiempo deben haber
sufrido mutaciones que les han permitido sobrevivir en medios adversos. Lograr
cuyes precoces ha significado realizar una acción conjunta del mejoramiento
genético y de su medio ambiente. La mejora del medio ambiente da resultados
inmediatos y asegura el progreso de la crianza.
Los medios por los cuales pueden modificarse las condiciones ambientales
óptimas para que el cuy pueda expresar todo su potencial productivo son:
nutrición, sanidad y manejo. El nivel genético se puede modificar mediante la
selección, el cruzamiento y la consanguinidad. El cruzamiento es otra alternativa,
especialmente en los casos donde se disponga de reproductores superiores a los
disponibles en su granja. De no tener esa disponibilidad, se utilizan los animales
élite de la propia población para cruzarlos, cuidando que no estén emparentados.
Los animales deben seleccionarse bajo condiciones ambientales óptimas para que
puedan expresar al máximo su potencial genético (Hammond, 1947, citado por
Wagner y Manning, 1976). Por supuesto, esta teoría implicaba que el animal
continuaría expresando su superioridad en un medio inferior, contradicción que
fue comentada por Falconer y Latyszewski en 1952 (citados por Preston y Willis,
1975). Ambos señalaron que si el animal no mostraba su superioridad en un
ambiente pobre, tampoco podría expresarlo para los propósitos de producción,
resultando de poco beneficio para la selección.
Los animales deben probarse en los ambientes menos favorables a los que
posiblemente tenga que enfrentarse su progenie. El ambiente tiene considerable
efecto sobre la expresión visible de muchas características. El hecho de que
ciertas razas o la progenie de un reproductor se comporte mejor en un medio que
en otro, no constituye evidencia de una interacción genotipo-ambiente y tampoco
afecta seriamente los planes genéticos (Preston y Willis, 1975).
Genotipos de cuyes
Cuyes criollos
Existe predominancia de cuyes criollos a nivel del área rural, son criados
básicamente en el sistema familiar, tienen rendimientos productivos bajos, son
poco precoces. Su rusticidad se debe a su aclimatación al medio, se desarrollan
sin mayor exigencia a una buena calidad de alimento.
Características del cuy criollo. Los cuyes criollos existentes en los países
andinos, se caracterizan por tener el cuerpo con poca profundidad y su desarrollo
muscular es escaso. La cabeza es triangular, alargada y angulosa. Son nerviosos,
se adaptan poco a vivir en pozas, por la altura de sus saltos se hace dificultoso su
manejo. Dentro de la clasificación por conformación corresponden a cuyes de
tipo B. Se encuentran cuyes de todos los tipos, habiendo predominancia del 1
(60,65 por ciento) y 2 (33,32 por ciento).
El color de su pelo es variado, se encuentran animales de colores simples: claros
(blanco, alazán, bayo y violeta) y oscuro (negro). Los de pelaje compuesto son:
ruano (alazán con negro), lobo (amarillo con negro) y moro (blanco con negro).
Estos colores pueden encontrarse de capa entera, o combinados con blanco a los
que se les denomina overos cuando los colores son moteados. También se
encuentran cuyes fajados, cuando los colores van por franjas de dos colores
siendo siempre una de ellas blanca.
Los combinados se los considera cuando los cuyes presentan más de dos colores
y se encuentran en forma irregular. La identificación de los diferentes colores y
sus combinaciones encajan dentro de la clasificación referida por Zaldívar
(1976). El 88,6 por ciento de la población corresponden a cuyes de colores claros
sean blanco, bayo o alazán, sean estos de color entero, fajado o combinado.
(g)
Nacimiento Destete 3 meses
Cuzco 2,2 1 102 189 513
Cuzco - 82 - 423
Cuzco 1,7 1 121 194 535
Puno 2,1 1 100 165 439
Arequipa 3,0 1 110 319 594
Cajamarca 2,9 1 124 361 737
Tipo 4 2,8 1 120 362 736
Chota Cutervo - 1 118 299 646
Huanuco 1,7 - - 589
Huancavelica 1,8 - - 612
Junín 2,1 - - 619
Junín Huancayo 1,9 - - 612
Lima-Matucana - 1 87 264 459
Tacna - 1 118 268 484
Lambayeque - 1 118 271 651
Arequipa x Huancayo 2,8 1 113 322 653
Huancayo x Arequipa 2,6 1 118 321 708
Promedio 2,25 109,9 277,9 592,5
CV 2 20,94 12,32 23,74 16,06
Rango 1,7-3,0 82-124 164-362 423-736
Alimentación suplementada.
1
Coeficiente de variación.
2
Incremento peso/animal/día.
1
Cuyes «mejorados»
Cruzamientos
En evaluaciones sobre el comportamiento de la progenie obtenido mediante el
cruzamiento de cuyes machos de la línea Perú con hembras criollas de
ecosistemas de altitud y de nivel del mar se ha podido observar que los cuyes de
la línea Perú fijan en su progenie su precocidad, como se puede apreciar en el
Cuadro 58 sugiriendo que el cruzamiento es un buen método de mejora del peso
en cuyes
1
En base a los datos de la Estación Experimental Agropecuaria i a Molina del
INIA
En similares trabajos sobre cruzamiento de las líneas Perú e Inti por productores
de cuyes, se ha observado una buena respuesta en su cruce con cuyes criollos.
Los resultados muestran que a medida que se incrementa el grado de cruzamiento
los cuyes alcanzan su peso de comercialización a edad más temprana. El efecto
del medio ambiente, como el tipo de ración y sobre todo la competencia por la
misma, ha generado la no exteriorización de todo el bagaje genético del animal
de línea precoz. Aún bajo esas condiciones, en los diferentes grados de
cruzamiento, el comportamiento de los cuyes cruzados es superior al de los
criollos.
1
En base a los datos de la Estación Experimental Agropecuaria La Molina; del
INIA.
Ecotipo arequipa
5
Ecotipo Cajamarca.
6
Heredabilidades
Regresión cría-madre.
1
1994, INIA.
Repetibilidad
A este nivel se tiene que trabajar con las carcazas para determinar los factores
que afectan su rendimiento. La carcaza en cuyes incluye la cabeza, patitas y
riñones. Entre los factores que influyen en el rendimiento se tiene el tipo de
alimentación, la edad, el genotipo y la castración.
Una alternativa adicional para la crianza de cuyes es utilizar la piel con fines
artesanales. La piel de cuyes de descarte desmerece la calidad de la carne por la
dureza que tiene la piel de los animales adultos. De un total de 40 cuyes adultos
con un peso vivo promedio de 1 294 ± 1 69,02 g (máx. 1 582 - mín. 975 g ), se ha
determinado que el 16,41 ± 2,18 por ciento (máx. 20,37-mín. 11,22 por ciento) de
su peso lo conforma la piel. En relación a otras especies este valor porcentual es
alto, por lo que debe mejorarse la técnica del desuello para que la piel no arrastre
grasa ni carne. Se ha probado la opción de preparar pergaminos, cueros y
peletería. La opción de peletería es escasa, sin embargo presenta condiciones para
ser procesada a pergaminos y aún se tiene una mejor alternativa que es el
procesado a cuero por tener excelentes cualidades físico-mecánicas. El procesado
del curtido puede ser manual hasta la etapa de «wet blue». El espesor de la piel
curtida es heterogénea, aumenta en dirección antero-posterior y disminuye de la
espina dorsal hacia la falda. Es mayor en el crupón (1,92 ± 0,25 mm) que en la
falda (0,92 ± 0,21 mm).
Porcentaje Rango
Humedad 72,67 75,2 - 69,8
Proteína 19,21 18,8-20,0
Grasa 7,43 9,4 4,5
Análisis realizados en el Laboratorio de nutrición de la Estación Experimental
1
El área promedio del cuero acabado llega a 641 ± 65 cm 2 fluctuando de 464 a 706
cm2. El peso promedio es de 33,00 ± 6,31 g (máx. 42-mín. 22 g). En cuanto a la
resistencia a la tracción se observa que el cuero «wet blue» húmedo adquiere un
valor promedio de 1 16,1 ± 37,49 kg-f/cm 2 con una fluctuación de 57,1 a 159,1
kg-f/cm2. Cuando aumenta el espesor a más de 2,2 mm se incrementa la
resistencia a la tracción, y disminuye cuando el espesor es menor. El
alargamiento a la rotura, en promedio alcanza un valor de 72 ± 17,66 por ciento y
presenta una amplitud de 42 a 90 por ciento. Se percibe una relación directa entre
el espesor y el alargamiento dado que valores superiores a 2,1 mm resultan con
más de 78 por ciento de elongación. En la resistencia a la flexión se aprecia la
excelente disposición del cuero de cuy para soportar 36 000 flexiones continuas
durante 2 horas sin haber sufrido daños en la superficie externa. La temperatura
de contracción del cuero de cuy, semiprocesado al cromo, registra valores de 98 a
100°C. Concluidas las evaluaciones físico mecánicas se ha procedido a la
manufactura de calzado para damas y niñas, teniendo referencias positivas en
relación a la facilidad que brinda el cuero para el moldeado y horma del calzado
(Gómez et al., 1995).
Enfermedades infecciosas
Salmonelosis
La forma aguda produce mortalidad sin mostrar síntomas. Entre los síntomas
observados se enumeran decaimiento, postración, erizamiento de pelos, anorexia
y parálisis de los miembros posteriores. Algunas veces diarrea acompañada de
mucus y, en cuyes gestantes, se producen abortos. En los casos crónicos, es
notorio un adelgazamiento paulatino, pelaje deslucido, aumento del volumen del
vientre debido a ascitis.
Neumonía
Bronconeumonía
Pseudotuberculosis
Etiología. El agente responsable de la enfermedad es la Yersinia
pseudotuberculosis.
Linfadenitis
Micosis
Etiología. Es una afección de la piel que se trasmite por contacto entre animales
enfermos o por infestación a través de instalaciones o implementos
contaminados. El agente causal es el Trichophyton mentagrophytes
Enfermedades parasitarias
Los animales de recría son los más parasitados, tienen escozor y al rascarse se
producen irritaciones. Los cuyes se muerden la piel y se frotan contra la pared o
con los comederos produciéndose heridas, costras, caída del pelo. Los animales
están intranquilos, no comen adecuadamente y este estrés puede complicarse con
una infección bacteriana secundaria.
Se han señalado 3 especies de ácaros, de los cuales dos infestan a aves de corral,
pero debido a la crianza mixta los cuyes son también parasitados (Esquivel, 1
994).
Chiridiscoides caviae, acarosis que afecta a los cuyes; se observa caída de pelo,
laceraciones en la piel y prurito. Los parásitos se localizan en los folículos de los
pelos preferentemente en el cráneo y la cara.
Tanto piojos, pulgas y ácaros son capaces de producir una reacción hipersensible
bastante severa en los cuyes agravando el cuadro clínico. Los animales afectados
se rascan frecuentemente, la zona de la cabeza y cuello presentan grandes áreas
desprovistas de pelo y el resto del pelaje luce sucio y desordenado.
Las pulgas perforan la piel con su aparato bucal, produciendo una acción
irritativa local acompañada de intenso prurito. Los animales afectados se tornan
intranquilos por el escozor que provocan las pulgas en su acción hematófaga. En
casos severos las lesiones pueden infectarse y los cuyes se enflaquecen. Algunos
animales pueden desarrollar cuadros severos de dermatitis hipersensible.
Los cuyes machos destetados se alimentaron con mezcla de rye grass (Lolium
multiflorum) y trébol blanco (Trifolium repens), suministrada en forma
restringida más un concentrado comercial y agua ad libitum. Los cuyes fueron
infestados naturalmente con Dermanyssus gallinae (grado de infestación media
de 1 500 ácaros por animal promedio), del grupo control fueron tratados con
deltametrina (Butox al 2 por ciento) al inicio y después de cuatro semanas de
evaluación.
Control Infestado
Período experimental (días) 70 70
Peso (g)
Inicial 280,4 279,7
Final 871,4 736,2
Incremento (g)
Total 591,0 456,5
Diario 8,4 6,6
Consumo alimento (g)
Alfalfa 60,0 60,0
Concentrado 18,6 11,7
Hemograma
Glóbulos rojos (millones/mm3) 5 290 3 650
Glóbulos blancos (miles/mm3) 3 620 2 787
Hemoglobina (g/100 ml) 13,1 8,4
Hematocrito (%) 39,0 28,0
Con este propósito se evaluaron extractos líquidos de ajo (Allium sativum), molle
(Schinus molle), hierbabuena (Mentha arvensis) y ruda (Ruta graveolens). Se
utilizaron 60 cuyes machos de 3,5 meses de edad, distribuidos en 5 lotes de 12
animales. Cuatro fueron infestados con la paraspirodera y el trichuris, y al quinto
se lo mantuvo como control. Los lotes infestados fueron tratados con diferentes
dosis de extracto liquido de las plantas antes mencionadas.
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Londres, Academic Press.
M-21
ISBN 92-5-304033-5
© FAO 1997
Contents
Prefacio
Antecedentes históricos
Descripción zoológica
Características morfológicas
Tipos de cuyes
Sistemas de producción
Manejo de reproductores
Empadre
Gestación
Parto
Lactancia
Destete
Recría I o cría
Recría II o engorde
Capitulo 3 Instalaciones
Sistemas de alimentación
Genotipos de cuyes
Heredabilidades
Repetibilidad
Mercadeo de carcazas
Enfermedades infecciosas
Enfermedades parasitarias
Bibliografía