Tema 4

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TEMA 4

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO: CONCEPTO, RÉGIMEN JURÍDICO


Y ELEMENTOS
1. CONCEPTO Y RÉGIMEN JURÍDICO DE LA ACTIVIDAD UNILATERAL FORMALIZADA
DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

La actuación de las AAPP presenta diversas manifestaciones, entre las que destaca, por su
importancia, la actuación sometida al Derecho administrativo consistente en la actividad
jurídica unilateral, en la que las AAPP han de operar conforme a unas pautas que les permitan,
en ejercicio de las potestades correspondientes, alcanzar decisiones óptimas para el
cumplimiento de sus fines y objetivos.
Su actividad posee una especial relevancia pues, como poderes públicos institucionalizados
que son, resulta determinante para la realización del interés general en un Estado social y
democrático de Derecho. Ello se a través del procedimiento administrativo, que formaliza el
desarrollo de la actividad de la AP que tiene como consecuencia la producción de actos
administrativos. Se está así ante una actividad:
a) Administrativa y jurídica, las AAPP constatan hechos o situaciones jurídicas,
formulan juicios sobre ellas y, en su caso, las declaran, constituyen, confirman,
modulan, alteran o extinguen. En este sentido, se diferencia de la actividad
administrativa material, real o técnica —igualmente importante— en la que, o
bien el objetivo directo no es producir efectos en el plano jurídico, o bien se lleva
a puro efecto una actividad jurídica previa.
b) Unilateral, pues produce declaraciones finales con relevancia jurídica suficiente
sin necesidad de la concurrencia de la voluntad de tercera o terceras personas
c) Formalizada, ya que es preceptivo su desarrollo conforme a una lógica y por unos
cauces constituidos por trámites normativamente predeterminados. Dicha
formalización es una exigencia constitucional derivada del artículo 105 CE, que
establece una reserva relativa de Ley para el procedimiento a través del cual han
de elaborarse los reglamentos y conforme al cual han de producirse los actos
administrativos.
d) Es actividad administrativa en sentido subjetivo, pues emana de las
Administraciones Públicas tanto de carácter primario, correspondientes a todas
las instancias territoriales, como de las diferenciadas. No obstante, debe tenerse
en cuenta que esta actividad es también desarrollada por otros poderes públicos
distintos de las Administraciones: el Congreso de los Diputados y el Senado, el
TC, el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas, el CGPJ y la Administración
electoral.
e) Es actividad administrativa en sentido objetivo, pues se trata de actividad de las
Administraciones en régimen de Derecho Administrativo. No obstante, dentro de
ella destaca la dirigida a la producción de actos administrativos, pues la
actuación administrativa formalizada puede tener por objeto la producción de
actos administrativos, la elaboración de disposiciones administrativas o la
celebración de contratos.
En sentido general, los procedimientos administrativos consisten en un conjunto de
actuaciones efectuadas en orden legalmente predeterminado bajo la forma de actos
preparatorios o de tramite y reflejadas documentalmente en los correspondientes expedientes
administrativos y que se dirigen a preparar y prefigurar la declaración final resolutoria con

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relevancia jurídica bajo la forma de actos resolutorios o definitivos. Las AAPP no tienen libertad
para decidir como lo va a hacer: se somete al derecho y al principio de legalidad.Por tanto, el
Estado de Derecho supone el control de legalidad de los actos de la Administración. Hay, así,
sometimiento pleno a la Ley y al Derecho Esto presenta una serie de consecuencias:
1. Control de los movimientos de la Administración, sujeta a la legalidad del Estado de
Derecho.
2. Seguridad jurídica de los particulares que se relacionan con la Administración, estos podrán
seguir el procedimiento, participar de él y defenderse de las actuaciones arbitrarias en el
caso que les sean perjudiciales
Los procedimientos existentes como resultado del desarrollo territorial se pueden clasificar en:
a. Según su regulación y ámbito de aplicación.

a. Procedimientos generales o tipo. Se establecen para disciplinar el desarrollo de la


actividad administrativa formalizada.
b. Procedimientos especiales actividad administrativa en supuestos concretos. Por
ejemplo, cuando se solicita una beca en concreto.
b. Según el grado de ordenación de las actuaciones.

a. Procedimientos formalizados. Trámites preestablecidos. Por ejemplo, los


sancionadores: primero la notificación, la comunicación, la imposición de la sanción,
establecer el tipo, la probatoria…
b. Procedimientos no formalizados. La administración puede organizar según el caso.

c. Según la relación con otras actuaciones administrativas.

a. Independientes.

b. Conexos. Es necesario otro informe, ligado a actuaciones administrativas.

d. Según los sujetos que intervienen o son parte.

a. Procedimientos intra-administrativos. Dentro de la misma Administración, pero en


distintos departamentos.
b. Procedimientos inter-administrativos. Requieren informes de una Consejería
correspondiente. Muchas veces, hay que esperar a que llegue ese informe, o solo se
solicite -preceptivo solo, que se deba emitir o que se comunique, o preceptivo
vinculante-.
c. Procedimientos de una administración en el cual intervienen uno o varios particulares.

e. Según su forma de iniciación.


a. Iniciados a instancia de parte a través de una solicitud (subvención).
b. Iniciados de oficio a través de un acuerdo de la propia administración (expropiación).
f. Según su finalidad.
a. Declarativos. Terminan con una decisión administrativa.
b. Ejecutivos. Se lleva a efecto una decisión. Se ejecuta una actuación
administrativa.

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c. Procedimientos de gestión. Facilitar internamente la resolución.
g. Según su forma.
a. Procedimientos ordinarios. Los habituales.
b. Abreviados. Se tramitan en la mitad de los plazos que establece la Ley.
c. De urgencia. Se producen sí o sí.

h. Según la tecnología empleada.


a. Ordinarios o analógicos.

b. Electrónicos. Ley de Administración electrónica.

1.1 ACTUAL MARCO NORMATIVO


El marco normativo lo constituye la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Ésta tiene por objeto regular el
procedimiento administrativo común a todas las Administraciones Públicas, incluyendo el
sancionador y el de reclamación de responsabilidad de las Administraciones Públicas, los
requisitos de validez y eficacia de los actos administrativos, así como los principios a los que se
ha de ajustar el ejercicio de la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria.
Según el mandato constitucional del art.. 149.1.18, la Ley regula las tres materias
fundamentales del ordenamiento administrativo:
1. Las bases del régimen jurídico de la Administraciones Públicas.

2. El procedimiento administrativo común.

3. El sistema de responsabilidad de todas las administraciones públicas.

EL ÁMBITO SUBJETIVO DE LA LEY 39/2015


El artículo 2 de la Ley 39/2015 establece el ámbito subjetivo de aplicación:
1. La presente Ley se aplica al sector público, que comprende:

a) La Administración General del Estado.

b) Las Administraciones de las Comunidades Autónomas.

c) Las Entidades que integran la Administración Local.

d) El sector público institucional.

2. El sector público institucional se integra por:

a) Cualesquiera organismos públicos y entidades de derecho público vinculados o


dependientes de las Administraciones Públicas.
b) Las entidades de derecho privado vinculadas o dependientes de las Administraciones
Públicas, que quedarán sujetas a lo dispuesto en las normas de esta Ley que
específicamente se refieran a las mismas, y en todo caso, cuando ejerzan potestades
administrativas.

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c) Las Universidades públicas, que se regirán por su normativa específica y
supletoriamente por las previsiones de esta Ley.
LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES
Los procedimientos especiales pueden ser:
a. Por razón de materia (DA 1ª LPAC)

b. Regulados en leyes especiales por razón de materia que no exijan alguno de los trámites
previstos en esta Ley o regulen trámites adicionales o distintos:
a.Se rigen, respecto a éstos, por lo dispuesto en dichas leyes especiales.
c. Actuaciones y procedimientos que se rigen por su normativa específica y supletoriamente
por LPAC (DA 1a. 2 LPAC):
a. Actuaciones y procedimientos de aplicación de los tributos en materia tributaria y
aduanera, así como su revisión en vía administrativa.
b. Actuaciones y procedimientos de gestión, inspección, liquidación, recaudación,
impugnación y revisión en materia de Seguridad Social y Desempleo.
c. Actuaciones y procedimientos sancionadores en materia tributaria y aduanera, en el
orden social, en materia de tráfico y seguridad vial y en materia de extranjería.

1.2 NATURALEZA Y FINES DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

El preámbulo de la LPAC define el procedimiento, en efecto, como “… el conjunto ordenado


de trámites y actuaciones formalmente realizadas, según el cauce legalmente previsto, para
dictar un acto administrativo o expresar la voluntad de la Administración”.

Y el art. 70 LPAC define el expediente administrativo como “… el conjunto ordenado de


documentos y actuaciones que sirven de antecedente y fundamento a la resolución
administrativa, así como las diligencias encaminadas a ejecutarla”, y prescribe para el
mismo el formato electrónico.

Aunque el procedimiento está compuesto por un conjunto de actos, cada uno de ellos
conserva en él su propia individualidad, por lo que la naturaleza y el régimen de dichos
actos son diferentes, siendo su clasificación básica la de:

• Actos puramente preparatorios o de trámite , que, a su vez, pueden ser de la AP


actuante o provenir de otros sujetos (interesados, ciudadanos u otras AAPP o
poderes públicos). Son actos con la finalidad común de preparar la resolución
final del procedimiento, lo que explica la improcedencia de la formulación de
recursos contra ellos, excepto los cuales dan lugar a los llamados actos de
trámite cualificados: los que decidan directa o indirectamente el fondo del
asunto, determinen la imposibilidad de continuar el procedimiento o produzcan
indefensión o un perjuicio irreparable.
• Actos definitivos o resoluciones, que recogen los efectos jurídicos de todos los
anteriores concluyendo el procedimiento.

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Los procedimientos administrativos responden a una serie de fines específicos entre los que
destacan:

1. Garantizar, gracias a su formalización, el sometimiento pleno a la Ley y al Derecho de


las actuaciones administrativas con relevancia jurídica directa sobre la esfera jurídica
de los ciudadanos, tal y como se deriva del artículo 103 CE y lo exige específicamente
el artículo 105 CE, lo que responde a la cláusula de Estado de Derecho.
2. Permitir la satisfacción de las necesidades colectivas de forma rápida, ágil y flexible,
conforme al principio de eficacia (art. 103 CE) al que debe responder la Administración
propia de un Estado social.
3. Posibilitar la participación de los particulares en la toma de decisiones del poder
público administrativo, en tanto que derecho fundamental proclamado por la CE y
requisito derivado del artículo 105 CE, el cual impone la audiencia de los ciudadanos
afectados en el procedimiento de elaboración de las disposiciones administrativas, y la
de los interesados en el procedimiento de producción de los actos administrativos,
como corresponde a un Estado democrático de Derecho.

2.LOS PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO


Es necesaria la distinción del procedimiento administrativo respecto del proceso judicial, ya
que los fines de uno y otro y la posición de los poderes que actúan son radicalmente distintos,
aunque quepan paralelismos. Estas diferencias explican que la AP tenga mayor disposición
sobre el procedimiento que la atribuida al Juez o al Tribunal sobre el proceso. Las
características propias de la estructura del procedimiento administrativo pueden apreciarse en
los principios que lo informan:
A) Principio inquisitivo. La AP actuante tiene reconocidas en la LRJPAC amplias
facultades con respecto a la iniciación, el impulso y la dirección de las actuaciones
procedimentales : apreciación de la conveniencia de la apertura del procedimiento e
incoación de oficio; despacho ordenado de asuntos, impulsando y dando celeridad a
los procedimientos; instrucción de oficio, acordando los actos necesarios para la
determinación, el conocimiento y la comprobación de los datos necesarios para la
resolución; acuerdo, por iniciativa propia, de la apertura de un período de prueba; y
resolución, decidiendo todas las cuestiones derivadas del procedimiento y no sólo las
planteadas por los interesados.
B) Principio de contradicción. Posibilita la defensa de los derechos e intereses de los
particulares. Los interesados pueden provocar la actuación administrativa y participar
en el procedimiento, así como derecho a conocer el estado de tramitación, formular
alegaciones, aportar documentos, proponer actuaciones instructoras.
C) Principio de participación, en el ejercicio de las potestades administrativas. Se prevé
la posibilidad de la resolución del procedimiento por pactos, acuerdos, convenios o
contratos entre la Administración actuante y los interesados.
D) Principio de igualdad, que se refiere a los interesados en el procedimiento,
exigiéndose al órgano instructor que adopte las medidas necesarias para lograr el
pleno respeto a este principio y al de contradicción.
E) Principios de publicidad y secreto. Los principios de contradicción, participación e
igualdad necesitan, para su realización efectiva, de la transparencia en la actividad
administrativa y de la publicidad de sus actuaciones, por lo que entran en tensión con
los principios de secreto y reserva que debe respetar de forma equilibrada la AP. No

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obstante, la publicidad y transparencia priman sobre el secreto y la reserva, que
actúan como meros límites a aquellas en las dos perspectivas.
F) Principio de gratuidad. A diferencia de lo que sucede con la tramitación de los
procesos contencioso-administrativos, en los que procede el pago de una tasa (la tasa
judicial), en el caso de los procedimientos administrativos la tramitación es, con
carácter general, gratuita para los interesados. Esto no quita que puedan repercutirse
sobre éstos los gastos específicos que se originen como consecuencia de diligencias o
actuaciones solicitadas por el propio interesado (copias de documentos, práctica de
pruebas). Además, la gratuidad se refiere asimismo a la tramitación del procedimiento,
sin perjuicio de que determinados procedimientos den lugar al pago de tasas o precios
públicos por razón de los servicios o prestaciones que se derivan de los mismos (por
ejemplo, la matrícula en una determinada Universidad).
Si bien los principios señalados anteriormente se aplican al procedimiento administrativo en
general, incluida su instrucción, ésta presenta unas características singulares por razón de la
finalidad de esta fase del procedimiento, con la que se procura la determinación, conocimiento
y comprobación de los datos en virtud de los cuales ha de pronunciarse la AP, lo que exige la
búsqueda del equilibrio entre la eficacia y los derechos e intereses de los interesados.
Esto se refleja en los principios relativos a la fase de instrucción:
1) Principio de celeridad
2) Orden riguroso
3) Cumplimiento de las actuaciones y actos de los particulares en los plazos legales
y concedidos al efecto, con posibilidad de subsanación o regularización de
deficiencias y la consecuencia, en caso de no proceder a la subsanación, del
decaimiento en el derecho al trámite correspondiente.

*Artículo 58lpac: Los procedimientos se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano competente, bien por
propia iniciativa o como consecuencia de orden superior, a petición razonada de otros órganos o por
denuncia

Articulo 75 lpac: 4. En cualquier caso, el órgano instructor adoptará las medidas necesarias para lograr
el pleno respeto a los principios de contradicción y de igualdad de los interesados en el procedimiento

Artículo 86lpac: 1. Las Administraciones Públicas podrán celebrar acuerdos, pactos, convenios o
contratos con personas tanto de Derecho público como privado, siempre que no sean contrarios al
ordenamiento jurídico ni versen sobre materias no susceptibles de transacción y tengan por objeto
satisfacer el interés público que tienen encomendado, con el alcance, efectos y régimen jurídico
específico que, en su caso, prevea la disposición que lo regule, pudiendo tales actos tener la
consideración de finalizadores de los procedimientos administrativos o insertarse en los mismos con
carácter previo, vinculante o no, a la resolución que les ponga fin

Articulo 13 lpac: Quienes de conformidad con el artículo 3, tienen capacidad de obrar ante las
Administraciones Públicas, son titulares, en sus relaciones con ellas, de los siguientes derechos: d) Al
acceso a la información pública, archivos y registros, de acuerdo con lo previsto en la Ley 19/2013, de 9
de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno y el resto del
Ordenamiento Jurídico

Articulo 71 lpac: 1. El procedimiento, sometido al principio de celeridad, se impulsará de oficio en todos


sus trámites y a través de medios electrónicos, respetando los principios de transparencia y publicidad. 2.
En el despacho de los expedientes se guardará el orden riguroso de incoación en asuntos de homogénea
naturaleza, salvo que por el titular de la unidad administrativa se dé orden motivada en contrario, de la
que quede constancia

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Articulo 73lpac: 1. Los trámites que deban ser cumplimentados por los interesados deberán realizarse en
el plazo de diez días a partir del siguiente al de la notificación del correspondiente acto, salvo en el caso
de que en la norma correspondiente se fije plazo distinto

Articulo 74lpac: Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las que se
refieran a la nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo la recusación *

3.LOS SUJETOS DE LA RELACIÓN PROCEDIMENTAL


Son dos: la Administración Pública actuante y los interesados en el objeto del procedimiento.

3.1 ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ACTUANTE


El procedimiento administrativo exige necesariamente la presencia de una AP titular de la
potestad que se ejercita a través de dicho procedimiento. Esta AP actúa a través de sus
órganos, que tramitan los procedimientos y los resuelven de acuerdo con sus competencias.
La actuación de estos órganos debe ser objetiva –y, por tanto, imparcial. Así, en garantía de
dicha imparcialidad, se prevén unas causas de abstención y recusación que hacen
improcedente la intervención de las autoridades o el personal responsables de la resolución y
tramitación de los procedimientos en los que concurra alguna de las siguientes circunstancias:
1ª. Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro en cuya resolución
pudiera influir la de aquél; ser administrador de sociedad o entidad interesada o tener
cuestión litigiosa pendiente con algún interesado.
2ª. Tener un vínculo matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco de
consanguinidad dentro del cuarto grado, o de afinidad dentro del segundo, con
cualquiera de los interesados, con los administradores de entidades o sociedades
interesadas y también con los asesores, representantes legales o mandatarios que
intervengan en el procedimiento.
3ª. Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de las personas
mencionadas en el apartado anterior.
4ª. Haber tenido intervención como perito o como testigo en el procedimiento de que
se trate.
5ª. Tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente
en el asunto o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de
cualquier tipo y en cualquier circunstancia o lugar.
Cuando concurra en ellos alguna de las circunstancias señaladas, las autoridades y, en general,
el personal al servicio de la AP afectados por las mismas debe abstenerse de intervenir en el
procedimiento y comunicarlo a su superior jerárquico inmediato para que resuelva lo que sea
más procedente. Dicho superior puede ordenarles, de oficio, que se abstengan de dicha
intervención. La no abstención, cuando proceda, no determina por sí sola la invalidez de los
actos en que se haya concretado la intervención indebida, ya que debe vincularse a la
producción de algún vicio de nulidad o anulabilidad, pero sí la responsabilidad de la autoridad
o del personal correspondiente.
La concurrencia de estas causas autoriza asimismo a los interesados para promover la
recusación de la autoridad o el personal afectado en cualquier momento de la tramitación del
procedimiento. La recusación debe plantearse por escrito y con indicación de la causa o causas

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en que se funda. El planteamiento de la recusación da lugar a un procedimiento rápido y
breve: en el siguiente día, el recusado ha de manifestar ante su superior si se da o no en él la
causa alegada; en el primer caso, el superior puede acordar su sustitución; en caso contrario,
dicho superior debe resolver en el plazo de tres días, previos los informes y las
comprobaciones que considere oportunos. Esta resolución no es susceptible de impugnación.

3.2 LOS INTERESADOS


Los procedimientos administrativos dan lugar a declaraciones o decisiones con relevancia
jurídica para los sujetos destinatarios de la actividad de la AP actuante. Estos sujetos pueden
ser tanto otras AAPP o entes públicos, como personas jurídico-privadas (físicas o jurídicas). En
cualquier caso, para relacionarse con la AP en el seno de un procedimiento y llegar a ser parte
en el mismo, deben contar con capacidad jurídica y de obrar suficiente, así como una
legitimación derivada del vínculo con el objeto del procedimiento que les confiera la condición
de interesados.
En cuanto a la capacidad de obrar, además de lo dispuesto con carácter general sobre la
capacidad de obrar de las personas en las normas civiles, el art. 3 LPAC reconoce la capacidad
de obrar ante la AP a los menores de edad para el ejercicio y la defensa de aquéllos de sus
derechos e intereses cuya actuación esté permitida por el ordenamiento jurídico-
administrativo sin la asistencia de la persona que ejerza la patria potestad, tutela o curatela;
con excepción de los menores incapacitados, cuando la extensión de la incapacitación afecte al
ejercicio y la defensa de los derechos e intereses de que se trate. El art. 3 LPAC añade, además,
los grupos de afectados, las uniones y entidades sin personalidad jurídica y los patrimonios
independientes o autónomos, cuando la Ley así lo declare expresamente.
Este régimen general sufre excepciones por las legislaciones sectoriales, las cuales, como es
natural, modulan los requisitos de capacidad en función de las características de la materia de
que se trate y de los fines perseguidos.
Por otro lado, la condición de interesado la poseen aquéllos cuya esfera de derechos e
intereses propios tenga conexión con el objeto del procedimiento, pudiendo así llegar a ser
parte en el mismo.
El elemento clave, por tanto, para la identificación como titular de un interés legítimo es el
efecto negativo o positivo incidental de la actividad administrativa sobre la esfera jurídica de
los particulares. No obstante, la jurisprudencia exige que la resolución administrativa pueda
repercutir, directa o indirectamente, pero de modo efectivo y acreditado, y no meramente
hipotético, potencial y futuro, en la correspondiente esfera del particular; y, en todo caso,
dicha repercusión ha de ser cierta y concreta, sin que baste, por tanto, su mera invocación
abstracta y general o la mera posibilidad de su acaecimiento. Esta interpretación amplia
permite considerar como interesados en los procedimientos a los colegios profesionales o a los
sindicatos cuando se encuentran en juego intereses vinculados a los fines que tienen
encomendados.
Existe la excepción de que el ordenamiento jurídico reconozca en determinados casos la
presencia de un interés social o público que puede ser invocado por cualquiera a través de la
llamada acción pública o popular. En estos casos, determinados por la normativa sectorial
(medio ambiente, urbanismo, costas), los ciudadanos en general pueden ser parte en el
procedimiento sin que exista un vínculo específico basado en un derecho o interés legítimo
propio de los interesados.

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A tenor de lo señalado y según tiene establecido la jurisprudencia contencioso-administrativa,
puede decirse que existen básicamente dos clases de interesados:
Los interesados necesarios, sin los cuales no es posible la tramitación, desarrollo y conclusión
válidos del procedimiento, que son los siguientes:
➢ Quienes promuevan el procedimiento como titulares de derechos o intereses
legítimos individuales o colectivos
➢ Los que, sin haber iniciado el procedimiento, tengan derechos que puedan
resultar afectados por la decisión que en el mismo se adopte.

A ellos deben sumarse los que tengan intereses no sólo legítimos, sino también directos,
que son aquéllos a quienes el acto o la disposición correspondiente pudiera producirles un
perjuicio, que no es necesario que sea efectivo y ni siquiera que se haya producido,
bastando que sea posible. De ahí la imposición a la AP actuante por el art. 8 LPAC de la
obligación de la identificación de posibles interesados necesarios, y, por extensión, de
aquellos que lo sean por tener un interés, además de legítimo, directo, durante la
instrucción de los procedimientos y para su llamada a éstos.

Los interesados posibles o eventuales, con los que solo ha de contarse en la tramitación del
procedimiento en la medida y a partir del momento en que se personen ellos, de propia
iniciativa, en el mismo. Son aquéllos cuyos intereses legítimos, individuales o colectivos, sin
estar directamente expuestos al resultado de la actuación administrativa, pueden resultar
afectados por dicha resolución, por lo que pueden personarse en el procedimiento en tanto
no haya recaído resolución definitiva.

A esta distinción básica de los interesados se refiere la jurisprudencia afirmando que,


mientras que los interesados necesarios son fácilmente identificables con los datos que
suministra el propio expediente, los no necesarios pueden existir sin que la Administración
los conozca o los tenga debidamente identificados, por lo que solo lo son en el caso de que
se personen en el procedimiento.

La actuación de los interesados en el procedimiento puede producirse directamente de


forma personal, o indirectamente a través de un representante. La representación en el
procedimiento se encuentra articulada bajo los principios de flexibilidad y antiformalismo.
Asimismo, no se exige la acreditación de la representación como regla general, ya que se
presume y se tiene como válida cuando así sea invocada salvo manifestación expresa en
contra.

Como excepción, para formular solicitudes, presentar declaraciones responsables o


comunicaciones, interponer recursos, desistir de acciones y renunciar a derechos en
nombre de otra persona, deberá acreditarse la representación. . La representación podrá
acreditarse mediante cualquier medio válido en Derecho que deje constancia fidedigna de
su existencia. Ahora bien, incluso en tales supuestos, la falta de acreditación de la
representación no impide la validez del acto realizado, siempre que se aporte la
acreditación o se subsane el defecto de representación dentro del plazo (diez días o más)
que al efecto debe concederse.

La representación también se aplica en los casos de intervención directa de varios


interesados en los que, por razón del principio de celeridad y agilidad, se debe designar a

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un representante de entre ellos y, en caso de que no se haya designado, las actuaciones se
entenderán con aquél que figure en primer término en el escrito de iniciación.
Identificación y firma de los interesados en el procedimiento administrativo Artículo 9 LPAC. Sistemas
de identificación de los interesados en el procedimiento.

1. Las Administraciones Públicas están obligadas a verificar la identidad de los interesados en el


procedimiento administrativo, mediante la comprobación de su nombre y apellidos o denominación
o razón social, según corresponda, que consten en el Documento Nacional de Identidad o
documento identificativo equivalente.

2. Los interesados podrán identificarse electrónicamente ante las Administraciones Públicas a través de
cualquier sistema que cuente con un registro previo como usuario que permita garantizar su
identidad. En particular, serán admitidos, los sistemas siguientes:

a) Sistemas basados en certificados electrónicos reconocidos o cualificados de firma electrónica


expedidos por prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores de servicios de
certificación». A estos efectos, se entienden comprendidos entre los citados certificados
electrónicos reconocidos o cualificados los de persona jurídica y de entidad sin personalidad
jurídica.

b) Sistemas basados en certificados electrónicos reconocidos o cualificados de sello electrónico


expedidos por prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores de servicios de
certificación».

c) Sistemas de clave concertada y cualquier otro sistema que las Administraciones Públicas
consideren válido, en los términos y condiciones que se establezcan.

Cada Administración Pública podrá determinar si sólo admite alguno de estos sistemas para realizar
determinados trámites o procedimientos, si bien la admisión de alguno de los sistemas de
identificación previstos en la letra c) conllevará la admisión de todos los previstos en las letras a) y b)
anteriores para ese trámite o procedimiento.

3. En todo caso, la aceptación de alguno de estos sistemas por la Administración General del Estado
servirá para acreditar frente a todas las Administraciones Públicas, salvo prueba en contrario, la
identificación electrónica de los interesados en el procedimiento administrativo.

Artículo 10 LPAC. Sistemas de firma admitidos por las Administraciones Públicas

1. Los interesados podrán firmar a través de cualquier medio que permita acreditar la autenticidad de
la expresión de su voluntad y consentimiento, así como la integridad e inalterabilidad del
documento.

2. En el caso de que los interesados optaran por relacionarse con las Administraciones Públicas a través
de medios electrónicos, se considerarán válidos a efectos de firma:

a) Sistemas de firma electrónica reconocida o cualificada y avanzada basados en certificados


electrónicos reconocidos o cualificados de firma electrónica expedidos por prestadores incluidos en
la «Lista de confianza de prestadores de servicios de certificación». A estos efectos, se entienden
comprendidos entre los citados certificados electrónicos reconocidos o cualificados los de persona
jurídica y de entidad sin personalidad jurídica.

b) Sistemas de sello electrónico reconocido o cualificado y de sello electrónico avanzado basados en


certificados electrónicos reconocidos o cualificados de sello electrónico incluidos en la «Lista de
confianza de prestadores de servicios de certificación».

c) Cualquier otro sistema que las Administraciones Públicas consideren válido, en los términos y
condiciones que se establezcan.

Cada Administración Pública, Organismo o Entidad podrá determinar si sólo admite algunos de estos
sistemas para realizar determinados trámites o procedimientos de su ámbito de competencia.

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3. Cuando así lo disponga expresamente la normativa reguladora aplicable, las Administraciones
Públicas podrán admitir los sistemas de identificación contemplados en esta Ley como sistema de
firma cuando permitan acreditar la autenticidad de la expresión de la voluntad y consentimiento de
los interesados.

4. Cuando los interesados utilicen un sistema de firma de los previstos en este artículo, su identidad se
entenderá ya acreditada mediante el propio acto de la firma.

Artículo 11 LPAC. Uso de medios de identificación y firma en el procedimiento administrativo

1. Con carácter general, para realizar cualquier actuación prevista en el procedimiento


administrativo, será suficiente con que los interesados acrediten previamente su identidad
a través de cualquiera de los medios de identificación previstos en esta Ley.

2. Las Administraciones Públicas sólo requerirán a los interesados el uso obligatorio de firma
para: a) Formular solicitudes.
b) Presentar declaraciones responsables o comunicaciones.

c) Interponer recursos.

d) Desistir de acciones.

e) Renunciar a derechos.

Artículo 12 LPAC. Asistencia en el uso de medios electrónicos a los interesados

1. Las Administraciones Públicas deberán garantizar que los interesados pueden relacionarse con la
Administración a través de medios electrónicos, para lo que pondrán a su disposición los canales de
acceso que sean necesarios así como los sistemas y aplicaciones que en cada caso se determinen.

2. Las Administraciones Públicas asistirán en el uso de medios electrónicos a los interesados no


incluidos en los apartados 2 y 3 del artículo 14 que así lo soliciten, especialmente en lo referente a la
identificación y firma electrónica, presentación de solicitudes a través del registro electrónico
general y obtención de copias auténticas.

Asimismo, si alguno de estos interesados no dispone de los medios electrónicos necesarios, su


identificación o firma electrónica en el procedimiento administrativo podrá ser válidamente
realizada por un funcionario público mediante el uso del sistema de firma electrónica del que esté
dotado para ello. En este caso, será necesario que el interesado que carezca de los medios
electrónicos necesarios se identifique ante el funcionario y preste su consentimiento expreso para
esta actuación, de lo que deberá quedar constancia para los casos de discrepancia o litigio.

3. La Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales
mantendrán actualizado un registro, u otro sistema equivalente, donde constarán los funcionarios
habilitados para la identificación o firma regulada en este artículo. Estos registros o sistemas
deberán ser plenamente interoperables y estar interconectados con los de las restantes
Administraciones Públicas, a los efectos de comprobar la validez de las citadas habilitaciones.

4.LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS CIUDADANOS EN SUS RELACIONES CON LAS


ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Artículo 13 LPAC. Derechos de las personas en sus relaciones con las Administraciones
Públicas.

Quienes tienen capacidad de obrar ante las Administraciones Públicas, son titulares de los
siguientes derechos:

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a) A comunicarse con las AAPP a través de un Punto de Acceso General electrónico de la
Administración.
b) A ser asistidos en el uso de medios electrónicos en sus relaciones con las
Administraciones Públicas.
c) A utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su CCAA, de acuerdo con lo previsto.
d) Al acceso a la información pública, archivos y registros, de acuerdo con lo previsto en
la Ley 19/2013,.
e)
f) A ser tratados con respeto y deferencia por las autoridades y empleados públicos, que
habrán de facilitarles el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
obligaciones.
g) A exigir las responsabilidades de las Administraciones Públicas y autoridades, cuando
así corresponda.
h) A la obtención y utilización de los medios de identificación y firma electrónica
contemplados en esta Ley.
i) A la protección de datos de carácter personal, y en particular a la seguridad y
confidencialidad de los datos que figuren en los ficheros, sistemas y aplicaciones de las
Administraciones Públicas.
j) Cualesquiera otros que les reconozcan la Constitución y las leyes.

A) El derecho de acceso a la información en poder de la Administración

Se configura formalmente como un derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de la


tramitación de los procedimientos en los que tengan la condición de interesados, y obtener
copias de documentos contenidos. Se limita así exclusivamente a los interesados en
procedimientos en curso. En este mismo sentido la LAE reconoce un derecho análogo a
conocer por medios electrónicos el estado de tramitación de los procedimientos y a obtener
copias electrónicas de los documentos electrónicos.

En segundo lugar, el derecho a la información pública, archivos y registros alcanza a todos los
contenidos o documentos que obren en poder de alguno de los sujetos incluidos en el ámbito
de aplicación de este título y que hayan sido elaborados o adquiridos en el ejercicio de sus
funciones.

No obstante hay limitaciones al acceso a la información, en primer lugar, de forma general por
la existencia de otros valores que puedan verse afectados como son la seguridad nacional; la
defensa; las relaciones exteriores; la seguridad pública; la prevención,… Estas razones se
aplican de forma puntual frente a las solicitudes concretas, si bien esta limitación deberá
efectuarse de forma justificada y proporcionada a su objeto y finalidad de protección y
atenderá a las circunstancias del caso concreto. En cualquier caso, se deberá permitir el acceso
aunque sea de forma parcial, a toda la información que no se vea afectada por dichas
limitaciones.

En segundo lugar, hay limitaciones al acceso a la información derivadas de la presencia de


datos personales especialmente protegidos: que revelen la ideología, afiliación sindical,
religión y creencias en cuyo caso el acceso sólo es posible previo consentimiento expreso y por
escrito del afectado, a menos que dicho afectado hubiese hecho públicos dichos datos; o que
hagan referencia al origen racial, a la salud y a la vida sexual, así como datos relativos a la
comisión de infracciones penales o administrativas, para cuyo acceso se exige igualmente el
consentimiento expreso del afectado a menos que éste estuviera amparado por una norma
con rango de Ley.

12
En el caso de acceso a la información que contenga datos de carácter personal que no estén
especialmente protegidos, será el órgano al que se dirija la solicitud el que concederá o no el
acceso.

El ejercicio del derecho de acceso a la información pública se lleva a cabo a través de una
solicitud, que deberá dirigirse al titular del órgano administrativo o entidad que posea la
información a través de cualquier medio que permita tener constancia de la identidad del
solicitante, la información que se solicita, una dirección de contacto y la modalidad que se
prefiera para acceder a la información solicitada.

Asimismo se facilita los términos en que se puede plantear la solicitud ya que si el órgano al
que se solicita la información no es competente o no tiene la información dará traslado al que
correspondiente y tampoco se le exige que identifique de forma precisa la información
solicitada, aunque de no hacerlo y existir dudas se le puede solicitar una aclaración en plazo de
10 días.

Si la información a la que se pretende acceder afecta a un 3º se le concede un plazo de


alegaciones por 15 días que suspende el plazo máximo para responder a la solicitud. De
oponerse el 3º, si el órgano correspondiente decide dar acceso a la información solicitada,
dicho acceso no será posible hasta que venza el plazo para interponer el correspondiente
recurso contencioso-administrativo contra dicha resolución.

La resolución en la que se conceda o deniegue el acceso deberá notificarse al solicitante y a los


terceros afectados que así lo hayan solicitado en el plazo máximo de 1 mes desde la recepción
de la solicitud por el órgano competente para resolver, que puede ampliarse a otro mes en
función del volumen y complejidad de la información solicitada. Una vez transcurrido este
plazo, la solicitud de acceso se entenderá desestimada. El acceso a la información se realizará
preferentemente por vía electrónica, salvo cuando no sea posible o el solicitante haya
señalado expresamente otro medio.

Las resoluciones dictadas en materia de acceso a la información pública son recurribles


directamente ante la Jurisdicción Contencioso-administrativa, sin perjuicio de la posibilidad de
interposición de la reclamación potestativa. El plazo para interponer esta reclamación
potestativa es de 1 mes desde que se dictó y notificó el acto expreso o bien desde el que se
produjo el silencio y debe resolverse dentro del plazo de 3 meses, transcurridos los cuales se
considerará desestimada.

B) La información relativa a las condiciones del procedimiento

La transparencia y apertura de las AP implica el acceso a la información administrativa general


que debe ofrecerse a todos los ciudadanos para que conozcan a las Administraciones públicas
que están a su servicio y los derechos y obligaciones que tienen ante ellas.

Como manifestación de la transparencia, se reconoce el derecho de todos los ciudadanos a


identificar a las autoridades y personal al servicio de las Administraciones públicas bajo cuya
responsabilidad se tramiten los procedimientos. A estas autoridades y personal se les exige un
trato respetuoso y deferente con los ciudadanos mediante el que deben facilitar el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.

Además, se reconoce el derecho de todos los ciudadanos a obtener información y orientación


de los requisitos jurídicos o técnicos que las disposiciones vigentes impongan a los proyectos,
actuaciones o solicitudes que se propongan realizar.

Esta regulación permite a los ciudadanos obtener la información administrativa a través de las
oficinas de atención al ciudadano y de las oficinas equivalentes. Toda la información relevante

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para los ciudadanos se sistematiza a través de las cartas de servicios en las que los órganos u
organismos correspondientes reflejan sus funciones y otros datos pertinentes. Asimismo se
dispone un protocolo de atención al ciudadano que incluye la obligación de contar con libros
de quejas y sugerencias a su disposición.

C) Derechos relativos a las condiciones de la relación procedimental

Vienen regulados en el artículo 35 LRJPAC. En primer lugar, por lo que se refiere a la lengua en
cuanto instrumento vehicular de dicha relación, debe tenerse en cuenta el reconocimiento del
derecho al uso de las lenguas españolas en las relaciones con las Administraciones públicas. El
castellano es la lengua española oficial del Estado, si bien existen otras lenguas españolas
oficiales en las Comunidades Autónomas que así lo tengan reconocido en sus respectivos
Estatutos de Autonomía (como en Cataluña, Galicia, etc.).

El régimen del uso de la lengua en los procedimientos tramitados por las Administraciones
autonómicas y por entidades locales inscritas en CC.AA donde exista una lengua cooficial se
dispone en los respectivos Estatutos de Autonomía y en la legislación autonómica pertinente,
en las que se permite el empleo indistinto tanto del castellano como de la lengua cooficial en
las relaciones con la Administración autonómica y las entidades locales.

En el caso de la AGE, la lengua de los procedimientos tramitados por ésta será necesariamente
el castellano. No obstante, se prevé que los interesados que se dirijan a los órganos de ésta
con sede en el territorio de una CA puedan utilizar también la lengua que sea cooficial en ella.

En este caso, el procedimiento se tramitará en la lengua elegida por el interesado, excepto que
existiera discrepancia al respecto entre los interesados, en cuyo caso se tramitaría en
castellano, si bien los documentos o testimonios que requieran los interesados se expedirán en
la lengua elegida por los mismos.

En segundo lugar, se reconoce un derecho amplio desde la perspectiva temporal en cuanto al


momento al que se pueden desarrollar estas relaciones y se reconoce el derecho a formular
alegaciones y a aportar documentos. Las alegaciones se pueden formular en cualquier fase del
procedimiento anterior al trámite de audiencia, por lo que puede efectuar tantas veces como
se estime oportuno y se puede hacer aportando los documentos que se consideren
convenientes, y deberán ser tenidas en cuenta por el órgano competente al redactar la
propuesta de resolución.

Por último, destaca el derecho a no presentar documentos no exigidos por las normas
aplicables al procedimiento de que se trate (para su simplificación), o que ya se encuentren en
poder de la Administración actuante (referido únicamente a documentos aportados ante la
misma Administración ante la que se actúa y cuando no hayan transcurrido más de 5 años
desde la finalización del procedimiento). Este derecho se reconoce igualmente cuando el
acceso de los ciudadanos se produce por medios electrónicos, en cuyo caso se garantiza la
protección de datos personales.

D) El derecho de acceso por medios electrónicos a la AAPP

El reconocimiento de este derecho implica la obligación de las AAPP de dotarse de los medios
electrónicos para que pueda ejercerse la relación.

No obstante, el ejercicio del derecho al acceso electrónico a las AAPP se encuentra sometido a
las propias condiciones y límites previstos en la LAE. Así, los medios electrónicos que se
pueden emplear para las comunicaciones electrónicas con las AAPP son aquellos reconocidos y

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aprobados por éstas. Además su utilización deberá llevarse a cabo respetando en las
condiciones establecidas para garantizar la autenticidad e identidad de los interlocutores y a
través de las propias. Para un adecuado funcionamiento de la administración electrónica a lo
largo de la LAE, se disponen de las medidas necesarias para que el empleo de los medios
electrónicos sea seguro.

El artículo 6 LAE reconoce a los ciudadanos el derecho a relacionarse con las Administraciones
Públicas utilizando medios electrónicos para el ejercicio de los derechos previstos en el artículo
35 LRJPAC, así como para obtener informaciones, realizar consultas y alegaciones, formular
solicitudes, manifestar consentimiento, entablar pretensiones, efectuar pagos, realizar
transacciones y oponerse a las resoluciones y actos administrativos

La opción de comunicarse por medios electrónicos tiene carácter alternativo y obliga a la


Administración a emplearlos en sus comunicaciones con éste, si bien el ciudadano no se
encuentra vinculado por lo que podrá, en cualquier momento, optar por un medio distinto del
inicialmente elegido. Por otra parte, este derecho a usar los medios electrónicos puede
convertirse en obligación ya que se prevé que se pueda establecer la comunicación utilizando
sólo medios electrónicos, cuando los interesados se correspondan con personas jurídicas o
colectivos de personas físicas que por razón de su capacidad económica o técnica, dedicación
profesional u otros motivos tengan garantizado el acceso y disponibilidad de los medios
tecnológicos precisos.
Artículo 16 LPAC. Registros.

1. Cada Administración dispondrá de un Registro Electrónico General, en el que se hará el


correspondiente asiento de todo documento que sea presentado o que se reciba en cualquier órgano
administrativo, Organismo público o Entidad vinculado o dependiente a éstos. También se podrán
anotar en el mismo, la salida de los documentos oficiales dirigidos a otros órganos o particulares.

Los Organismos públicos vinculados o dependientes de cada Administración podrán disponer de su


propio registro electrónico plenamente interoperable e interconectado con el Registro Electrónico
General de la Administración de la que depende.

El Registro Electrónico General de cada Administración funcionará como un portal que facilitará el
acceso a los registros electrónicos de cada Organismo. Tanto el Registro Electrónico General de cada
Administración como los registros electrónicos de cada Organismo cumplirán con las garantías y
medidas de seguridad previstas en la legislación en materia de protección de datos de carácter
personal.

Las disposiciones de creación de los registros electrónicos se publicarán en el diario oficial


correspondiente y su texto íntegro deberá estar disponible para consulta en la sede electrónica de
acceso al registro. En todo caso, las disposiciones de creación de registros electrónicos especificarán
el órgano o unidad responsable de su gestión, así como la fecha y hora oficial y los días declarados
como inhábiles.

En la sede electrónica de acceso a cada registro figurará la relación actualizada de trámites que
pueden iniciarse en el mismo.

2. Los asientos se anotarán respetando el orden temporal de recepción o salida de los documentos, e
indicarán la fecha del día en que se produzcan. Concluido el trámite de registro, los documentos
serán cursados sin dilación a sus destinatarios y a las unidades administrativas correspondientes
desde el registro en que hubieran sido recibidas.

3. El registro electrónico de cada Administración u Organismo garantizará la constancia, en cada


asiento que se practique, de un número, epígrafe expresivo de su naturaleza, fecha y hora de su
presentación, identificación del interesado, órgano administrativo remitente, si procede, y persona u
órgano administrativo al que se envía, y, en su caso, referencia al contenido del documento que se
registra. Para ello, se emitirá automáticamente un recibo consistente en una copia autenticada del

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documento de que se trate, incluyendo la fecha y hora de presentación y el número de entrada de
registro, así como un recibo acreditativo de otros documentos que, en su caso, lo acompañen, que
garantice la integridad y el no repudio de los mismos.

4. Los documentos que los interesados dirijan a los órganos de las Administraciones Públicas podrán
presentarse:

a) En el registro electrónico de la Administración u Organismo al que se dirijan, así como en los


restantes registros electrónicos de cualquiera de los sujetos a los que se refiere el artículo 2.1.

b) En las oficinas de Correos, en la forma que reglamentariamente se establezca.

c) En las representaciones diplomáticas u oficinas consulares de España en el extranjero.

d) En las oficinas de asistencia en materia de registros.

e) En cualquier otro que establezcan las disposiciones vigentes.

Los registros electrónicos de todas y cada una de las Administraciones, deberán ser plenamente
interoperables, de modo que se garantice su compatibilidad informática e interconexión, así como la
transmisión telemática de los asientos registrales y de los documentos que se presenten en
cualquiera de los registros.

5. Los documentos presentados de manera presencial ante las Administraciones Públicas, deberán ser
digitalizados, de acuerdo con lo previsto en el artículo 27 y demás normativa aplicable, por la oficina
de asistencia en materia de registros en la que hayan sido presentados para su incorporación al
expediente administrativo electrónico, devolviéndose los originales al interesado, sin perjuicio de
aquellos supuestos en que la norma determine la custodia por la Administración de los documentos
presentados o resulte obligatoria la presentación de objetos o de documentos en un soporte
específico no susceptibles de digitalización.

Reglamentariamente, las Administraciones podrán establecer la obligación de presentar


determinados documentos por medios electrónicos para ciertos procedimientos y colectivos de
personas físicas que, por razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otros
motivos quede acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.

6. Podrán hacerse efectivos mediante transferencia dirigida a la oficina pública correspondiente


cualesquiera cantidades que haya que satisfacer en el momento de la presentación de documentos a
las Administraciones Públicas, sin perjuicio de la posibilidad de su abono por otros medios.

7. Las Administraciones Públicas deberán hacer pública y mantener actualizada una relación de las
oficinas en las que se prestará asistencia para la presentación electrónica de documentos.

8. No se tendrán por presentados en el registro aquellos documentos e información cuyo régimen


especial establezca otra forma de presentación.

Artículo 17 LPAC. Archivo de documentos.

1. Cada Administración deberá mantener un archivo electrónico único de los documentos electrónicos
que correspondan a procedimientos finalizados, en los términos establecidos en la normativa
reguladora aplicable.

2. Los documentos electrónicos deberán conservarse en un formato que permita garantizar la


autenticidad, integridad y conservación del documento, así como su consulta con independencia del
tiempo transcurrido desde su emisión. Se asegurará en todo caso la posibilidad de trasladar los
datos a otros formatos y soportes que garanticen el acceso desde diferentes aplicaciones. La
eliminación de dichos documentos deberá ser autorizada de acuerdo a lo dispuesto en la normativa
aplicable.

3. Los medios o soportes en que se almacenen documentos, deberán contar con medidas de seguridad,
de acuerdo con lo previsto en el Esquema Nacional de Seguridad, que garanticen la integridad,
autenticidad, confidencialidad, calidad, protección y conservación de los documentos almacenados.

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En particular, asegurarán la identificación de los usuarios y el control de accesos, así como el
cumplimiento de las garantías previstas en la legislación de protección de datos.

Artículo 18 LPAC. Colaboración de las personas.

1. Las personas colaborarán con la Administración en los términos previstos en la Ley que en cada caso
resulte aplicable, y a falta de previsión expresa, facilitarán a la Administración los informes,
inspecciones y otros actos de investigación que requieran para el ejercicio de sus competencias,
salvo que la revelación de la información solicitada por la Administración atentara contra el honor,
la intimidad personal o familiar o supusieran la comunicación de datos confidenciales de terceros de
los que tengan conocimiento por la prestación de servicios profesionales de diagnóstico,
asesoramiento o defensa, sin perjuicio de lo dispuesto en la legislación en materia de blanqueo de
capitales y financiación de actividades terroristas.

2. Los interesados en un procedimiento que conozcan datos que permitan identificar a otros
interesados que no hayan comparecido en él tienen el deber de proporcionárselos a la
Administración actuante.

3. Cuando las inspecciones requieran la entrada en el domicilio del afectado o en los restantes lugares
que requieran autorización del titular, se estará a lo dispuesto en el artículo 100.

Artículo 19 LPAC. Comparecencia de las personas

1. La comparecencia de las personas ante las oficinas públicas, ya sea presencialmente o por medios
electrónicos, sólo será obligatoria cuando así esté previsto en una norma con rango de ley.

2. En los casos en que proceda la comparecencia, la correspondiente citación hará constar


expresamente el lugar, fecha, hora, los medios disponibles y objeto de la comparecencia, así como
los efectos de no atenderla.

3. Las Administraciones Públicas entregarán al interesado certificación acreditativa de la


comparecencia cuando así lo solicite.

Artículo 6 LPAC. Registros electrónicos de apoderamientos

1. La Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales
dispondrán de un registro electrónico general de apoderamientos, en el que deberán inscribirse, al
menos, los de carácter general otorgados apud acta, presencial o electrónicamente, por quien
ostente la condición de interesado en un procedimiento administrativo a favor de representante,
para actuar en su nombre ante las Administraciones Públicas. También deberá constar el bastanteo
realizado del poder.

En el ámbito estatal, este registro será el Registro Electrónico de Apoderamientos de la


Administración General del Estado.

Los registros generales de apoderamientos no impedirán la existencia de registros particulares en


cada Organismo donde se inscriban los poderes otorgados para la realización de trámites específicos
en el mismo. Cada Organismo podrá disponer de su propio registro electrónico de apoderamientos.

2. Los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos pertenecientes a todas y cada


una de las Administraciones, deberán ser plenamente interoperables entre sí, de modo que se
garantice su interconexión, compatibilidad informática, así como la transmisión telemática de las
solicitudes, escritos y comunicaciones que se incorporen a los mismos.

Los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos permitirán comprobar


válidamente la representación de quienes actúen ante las Administraciones Públicas en nombre de
un tercero, mediante la consulta a otros registros administrativos similares, al registro mercantil, de
la propiedad, y a los protocolos notariales.

Los registros mercantiles, de la propiedad, y de los protocolos notariales serán interoperables con los
registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos.

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3. Los asientos que se realicen en los registros electrónicos generales y particulares de apoderamientos
deberán contener, al menos, la siguiente información:

a) Nombre y apellidos o la denominación o razón social, documento nacional de identidad, número


de identificación fiscal o documento equivalente del poderdante.

b) Nombre y apellidos o la denominación o razón social, documento nacional de identidad, número


de identificación fiscal o documento equivalente del apoderado.

c) Fecha de inscripción.

d) Período de tiempo por el cual se otorga el poder.

e) Tipo de poder según las facultades que otorgue.

4. Los poderes que se inscriban en los registros electrónicos generales y particulares de


apoderamientos deberán corresponder a alguna de las siguientes tipologías:

a) Un poder general para que el apoderado pueda actuar en nombre del poderdante en cualquier
actuación administrativa y ante cualquier Administración.

b) Un poder para que el apoderado pueda actuar en nombre del poderdante en cualquier
actuación administrativa ante una Administración u Organismo concreto.

c) Un poder para que el apoderado pueda actuar en nombre del poderdante únicamente para la
realización de determinados trámites especificados en el poder.

A tales efectos, por Orden del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas se aprobarán, con
carácter básico, los modelos de poderes inscribibles en el registro distinguiendo si permiten la
actuación ante todas las Administraciones de acuerdo con lo previsto en la letra a) anterior, ante la
Administración General del Estado o ante las Entidades Locales.

Cada Comunidad Autónoma aprobará los modelos de poderes inscribibles en el registro cuando se
circunscriba a actuaciones ante su respectiva Administración.

5. El apoderamiento «apud acta» se otorgará mediante comparecencia electrónica en la


correspondiente sede electrónica haciendo uso de los sistemas de firma electrónica previstos en esta
Ley, o bien mediante comparecencia personal en las oficinas de asistencia en materia de registros.

6. Los poderes inscritos en el registro tendrán una validez determinada máxima de cinco años a contar
desde la fecha de inscripción. En todo caso, en cualquier momento antes de la finalización de dicho
plazo el poderdante podrá revocar o prorrogar el poder. Las prórrogas otorgadas por el poderdante
al registro tendrán una validez determinada máxima de cinco años a contar desde la fecha de
inscripción.

Las solicitudes de inscripción del poder, de revocación, de prórroga o de denuncia del mismo podrán
dirigirse a cualquier registro, debiendo quedar inscrita esta circunstancia en el registro de la
Administración u Organismo ante la que tenga efectos el poder y surtiendo efectos desde la fecha en la
que se produzca dicha inscripción.

5.ELEMENTOS TEMPORALES: TÉRMINOS Y PLAZOS

La ordenación del procedimiento se desarrolla necesariamente en una dimensión temporal,


por lo que debe tenerse en cuenta la regulación legal de los términos y plazos y su cómputo
(artículos 29 a 33 LPAC).
Los términos y plazos obligan por igual a las autoridades y personal de las AAPP y a los
interesados en los correspondientes procedimientos. Se refieren a los trámites que integran

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los diversos procedimientos, que varían en función de la regulación del procedimiento
específico de que se trate y de las circunstancias del caso concreto, las cuales determinan los
trámites pertinentes y la duración de los mismos. No obstante, la concreción de los términos y
plazos de todos los trámites debe respetar en todo caso la duración máxima del procedimiento
dentro de la cual debe cumplirse la obligación de resolver.
El cómputo de los términos y plazos depende de la forma en que éstos hayan sido fijados en la
normativa o en el acto correspondiente. De esta forma debe distinguirse entre los términos y
plazos señalados en:
HORAS (art. 30.1 LPAC). Estos plazos no pueden tener una duración superior a 24 horas (los
que excedan de tal número de horas han de expresarse en días), que se entienden hábiles
(siendo hábiles todas las horas del día que formen parte de un día hábil), y, como regla
general, se computan de hora en hora y de minuto en minuto desde la hora y minuto en que
tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate.
DÍAS (art. 30.2 y 3 LPAC). Cuando los plazos se fijen por días se entiende, con carácter general y
siempre que no haya manifestación expresa en contrario, que lo son por días hábiles,
excluyéndose del cómputo los domingos y los declarados festivos. En caso contrario, los plazos
por días naturales deben ser expresamente así fijados y, en tal caso, cuentan todos los días,
hábiles e inhábiles.
En ambos supuestos los días comienzan a contarse a partir del siguiente a aquél en que tenga
lugar la notificación o publicación del acto de que se trate (o desde el siguiente a aquél en que
se produzca la estimación o desestimación por silencio administrativo).
MESES O AÑOS (art. 30.4 LPAC). El cómputo de los señalados por meses o años se verifica de
fecha a fecha, expirando el último día del mes cuando en éste no haya día equivalente al de
comienzo del cómputo.
El cómputo comienza el día siguiente a aquél en que tenga lugar la notificación o publicación
del acto de que se trate (o desde el siguiente a aquél en que se produzca la estimación o
desestimación por silencio administrativo), expirando el plazo en el día correlativo mensual al
de comienzo del cómputo, de suerte que el día final debe coincidir con el de la notificación o
publicación del acto impugnado.
Deben tenerse en cuenta en todo caso las siguientes reglas:
- Los plazos expiran siempre en día hábil, de manera que si el último día del
cómputo es inhábil el plazo se entiende prorrogado al día siguiente hábil. Cuando
un día sea hábil en el municipio o la CA de residencia del interesado e inhábil en
la sede del órgano administrativo competente, o a la inversa, se considera inhábil
siempre y en todo caso (art. 30.5 y 6 LPAC).
- Los días inhábiles son distintos a los días laborables, ya que la declaración de un
día como hábil o inhábil a efectos de cómputo de plazos no determina por sí sola
el funcionamiento de los centros de trabajo de las AAPP.
- Dentro del tiempo hábil para el procedimiento administrativo SÍ se incluye el mes
de agosto y los sábados.
- Se establece la obligación de la AGE y las AAPP de las CCAA de establecer el
calendario de días inhábiles a efectos de cómputo de plazos conforme al
calendario laboral oficial y comprendiendo el de las CCAA los días inhábiles en el
escalón municipal. Este calendario debe publicarse antes del comienzo de cada
año en el diario oficial que corresponda y en otros medios de difusión que
garanticen su conocimiento por los ciudadanos.

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Por último, debe tenerse en cuenta que, cuando los trámites se realizan a través de medios
electrónicos ante los registros electrónicos, se establecen las siguientes reglas:

1) Cada AP debe publicar los días y el horario en el que deban permanecer abiertas
las oficinas que prestan asistencia para la presentación electrónica de
documentos.
2) El registro electrónico de cada AP u organismo se rige por la fecha y hora oficial
de la sede electrónica de acceso.
3) El registro electrónico debe permitir la presentación de documentos todos los
días del año durante las veinticuatro horas, entendiéndose realizada la
presentación por particulares en un día inhábil en la primera hora del primer día
hábil siguiente (salvo que una norma permita expresamente la recepción en día
inhábil) y determinado el inicio del cómputo de los plazos a cumplir por una AP
por la fecha y hora de presentación en el registro electrónico de cada AP u
organismo.
4) La sede electrónica del registro de cada AP u organismo determina los días que
se consideran inhábiles.
Ampliación y reducción de los plazos
Los plazos son ampliables, de oficio o a petición de los interesados, por decisión de la AP
actuante (art. 32 LPAC). Tanto la petición como la decisión sobre la ampliación deben
producirse, en todo caso, antes del vencimiento del plazo de que se trate, sin que, en
ningún caso, puedan ser objeto de ampliación los plazos ya vencidos.

La ampliación se acordará si las circunstancias lo aconsejan y no se perjudican derechos de


tercero, y siempre y cuando no exista disposición expresa en contrario. La ampliación por el
tiempo máximo posible es pertinente siempre que se trate de procedimientos tramitados
por las misiones diplomáticas y oficinas consulares y la verificación de trámites en el
extranjero. Además, cuando una incidencia técnica haya imposibilitado el funcionamiento
ordinario del sistema o aplicación que corresponda, y hasta que se solucione el problema,
la AP puede determinar una ampliación de los plazos no vencidos, debiendo publicar en la
sede electrónica tanto la incidencia técnica acontecida como la ampliación concreta del
plazo no vencido.

El acuerdo sobre ampliación de plazos —que debe ser notificado a los interesados—, o
sobre su denegación, no son susceptibles de recurso, sin perjuicio de que pueda constituir
parte del fundamento del recurso que proceda contra el acto que resuelva el
procedimiento.

Esta regla sobre ampliación de plazos no resulta aplicable al plazo máximo para resolver las
solicitudes, es decir, a la duración misma del procedimiento, cuya ampliación está sometida
a una regulación específica contenida en el art. 23.1 LPAC: Excepcionalmente, el órgano
competente para resolver, a propuesta del órgano instructor o el superior jerárquico del
órgano competente para resolver, podrá acordar de manera motivada la ampliación del
plazo máximo de resolución y notificación, no pudiendo ser éste superior al establecido
para la tramitación del procedimiento.

Los plazos son también reducibles, de oficio o a petición de los interesados, lo que da lugar
a la tramitación de urgencia (art. 33 LPAC). La aplicación al procedimiento de la tramitación
de urgencia se produce por decisión de la AP actuante, cuando razones de interés público

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lo aconsejen, y da lugar a la reducción de los plazos establecidos para el procedimiento
ordinario a la mitad de su duración, salvo los plazos correspondientes a la presentación de
solicitudes y recursos pertinentes contra el acto resolutorio que ponga fin al procedimiento.
El acuerdo que declare la aplicación de la tramitación de urgencia al procedimiento no es
susceptible de recurso alguno.
El primer asunto que conviene esclarecer es la diferencia entre la palabra término y la palabra plazo. Tal
diferencia se percibe sin complicación cuando pensamos, por ejemplo, en la presentación de instancias
de unas oposiciones. Así se dice que hay un plazo de 20 días que termina el 5 de marzo. En
consecuencia podemos decir que plazo es el número de días (o meses u otras unidades de tiempo) que
median entre un día inicial (u otra unidad de tiempo) y un día final y que por tanto el término no es
otra cosa que el día final de un plazo.

A esta cuestión destina la Ley 39/15 el segundo capítulo de su Título V estructurando su atención en
cuatro puntos básicos: a) Obligatoriedad de términos y plazos.
b) Cómputo.

c) Ampliación.

d) Tramitación de urgencia.

Artículo 29 LPAC. Obligatoriedad de términos y plazos.

Los términos y plazos establecidos en ésta u otras leyes obligan a las autoridades y personal al servicio
de las Administraciones Públicas competentes para la tramitación de los asuntos, así como a los
interesados en los mismos.

Tan igualitaria afirmación no se extiende, como sería de desear, a las consecuencias del incumplimiento
de la obligación. Así sobre dicho incumplimiento por parte de la Administración no se perciben más
repercusiones que las que pueden deducirse del art. 48 (anulabilidad) mientras que para el ciudadano
suponen en no pocos casos la pérdida del derecho Artículo 30 LPAC. Cómputo de plazos.
1. Salvo que por Ley o en el Derecho de la Unión Europea se disponga otro cómputo, cuando los plazos
se señalen por horas, se entiende que éstas son hábiles. Son hábiles todas las horas del día que
formen parte de un día hábil.

Los plazos expresados por horas se contarán de hora en hora y de minuto en minuto desde la hora y
minuto en que tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate y no podrán tener
una duración superior a veinticuatro horas, en cuyo caso se expresarán en días.

2. Siempre que por Ley o en el Derecho de la Unión Europea no se exprese otro cómputo, cuando los
plazos se señalen por días, se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del cómputo los sábados,
los domingos y los declarados festivos.

Cuando los plazos se hayan señalado por días naturales por declararlo así una ley o por el Derecho
de la Unión Europea, se hará constar esta circunstancia en las correspondientes notificaciones.

3. Los plazos expresados en días se contarán a partir del día siguiente a aquel en que tenga lugar la
notificación o publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a aquel en que se produzca la
estimación o la desestimación por silencio administrativo.

4. Si el plazo se fija en meses o años, éstos se computarán a partir del día siguiente a aquel en que
tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a aquel en que
se produzca la estimación o desestimación por silencio administrativo.

El plazo concluirá el mismo día en que se produjo la notificación, publicación o silencio


administrativo en el mes o el año de vencimiento. Si en el mes de vencimiento no hubiera día
equivalente a aquel en que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira el último día del
mes.

5. Cuando el último día del plazo sea inhábil, se entenderá prorrogado al primer día hábil siguiente.

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6. Cuando un día fuese hábil en el municipio o Comunidad Autónoma en que residiese el interesado, e
inhábil en la sede del órgano administrativo, o a la inversa, se considerará inhábil en todo caso.

7. La Administración General del Estado y las Administraciones de las Comunidades Autónomas, con
sujeción al calendario laboral oficial, fijarán, en su respectivo ámbito, el calendario de días inhábiles
a efectos de cómputos de plazos. El calendario aprobado por las Comunidades Autónomas
comprenderá los días inhábiles de las Entidades Locales correspondientes a su ámbito territorial, a
las que será de aplicación.

8. La declaración de un día como hábil o inhábil a efectos de cómputo de plazos no determina por sí
sola el funcionamiento de los centros de trabajo de las Administraciones Públicas, la organización
del tiempo de trabajo o el régimen de jornada y horarios de las mismas.

Artículo 31 LPAC. Cómputo de plazos en los registros.

1. Cada Administración Pública publicará los días y el horario en el que deban permanecer abiertas las
oficinas que prestarán asistencia para la presentación electrónica de documentos, garantizando el
derecho de los interesados a ser asistidos en el uso de medios electrónicos.

2. El registro electrónico de cada Administración u Organismo se regirá a efectos de cómputo de los


plazos, por la fecha y hora oficial de la sede electrónica de acceso, que deberá contar con las
medidas de seguridad necesarias para garantizar su integridad y figurar de modo accesible y visible.

El funcionamiento del registro electrónico se regirá por las siguientes reglas:

a) Permitirá la presentación de documentos todos los días del año durante las veinticuatro horas.

b) A los efectos del cómputo de plazo fijado en días hábiles, y en lo que se refiere al cumplimiento
de plazos por los interesados, la presentación en un día inhábil se entenderá realizada en la
primera hora del primer día hábil siguiente salvo que una norma permita expresamente la
recepción en día inhábil.

Los documentos se considerarán presentados por el orden de hora efectiva en el que lo fueron
en el día inhábil. Los documentos presentados en el día inhábil se reputarán anteriores, según el
mismo orden, a los que lo fueran el primer día hábil posterior.

c) El inicio del cómputo de los plazos que hayan de cumplir las Administraciones Públicas vendrá
determinado por la fecha y hora de presentación en el registro electrónico de cada
Administración u Organismo. En todo caso, la fecha y hora efectiva de inicio del cómputo de
plazos deberá ser comunicada a quien presentó el documento.

3. La sede electrónica del registro de cada Administración Pública u Organismo, determinará,


atendiendo al ámbito territorial en el que ejerce sus competencias el titular de aquélla y al
calendario previsto en el artículo 30.7, los días que se considerarán inhábiles a los efectos previstos
en este artículo. Este será el único calendario de días inhábiles que se aplicará a efectos del cómputo
de plazos en los registros electrónicos, sin que resulte de aplicación a los mismos lo dispuesto en el
artículo 30.6.

Artículo 32 LPAC. Ampliación.

1. La Administración, salvo precepto en contrario, podrá conceder de oficio o a petición de los


interesados, una ampliación de los plazos establecidos, que no exceda de la mitad de los mismos, si
las circunstancias lo aconsejan y con ello no se perjudican derechos de tercero. El acuerdo de
ampliación deberá ser notificado a los interesados.

2. La ampliación de los plazos por el tiempo máximo permitido se aplicará en todo caso a los
procedimientos tramitados por las misiones diplomáticas y oficinas consulares, así como a aquellos
que, sustanciándose en el interior, exijan cumplimentar algún trámite en el extranjero o en los que
intervengan interesados residentes fuera de España.

3. Tanto la petición de los interesados como la decisión sobre la ampliación deberán producirse, en
todo caso, antes del vencimiento del plazo de que se trate. En ningún caso podrá ser objeto de

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ampliación un plazo ya vencido. Los acuerdos sobre ampliación de plazos o sobre su denegación no
serán susceptibles de recurso, sin perjuicio del procedente contra la resolución que ponga fin al
procedimiento.

4. Cuando una incidencia técnica haya imposibilitado el funcionamiento ordinario del sistema o
aplicación que corresponda, y hasta que se solucione el problema, la Administración podrá
determinar una ampliación de los plazos no vencidos, debiendo publicar en la sede electrónica tanto
la incidencia técnica acontecida como la ampliación concreta del plazo no vencido.

Artículo 33 LPAC. Tramitación de urgencia.

1. Cuando razones de interés público lo aconsejen, se podrá acordar, de oficio o a petición del
interesado, la aplicación al procedimiento de la tramitación de urgencia, por la cual se reducirán a la
mitad los plazos establecidos para el procedimiento ordinario, salvo los relativos a la presentación
de solicitudes y recursos.

2. No cabrá recurso alguno contra el acuerdo que declare la aplicación de la tramitación de


urgencia al procedimiento, sin perjuicio del procedente contra la resolución que ponga fin al
procedimiento.

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