Samaritana
Samaritana
Samaritana
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar, cerca del
campo que dio Jacob a su hijo José. Ahí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que venía
cansado del camino, se sentó sin más en el brocal del pozo. Era cerca del mediodía.
Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo: «Dame de beber».
(Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida). La samaritana le contestó:
«¿Cómo es qué tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?».
Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le
pedirías a él, y él te daría agua viva». La mujer le respondió: «Señor, ni siquiera
tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva?
¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que
bebieron él, sus hijos y sus ganados?» Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua
vuelve a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed;
el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la
vida eterna». La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener
sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla». Él le dijo: «Ve a llamar a tu marido y
vuelve». La mujer le contestó: «No tengo marido». Jesús le dijo: «Tienes razón en
decir: ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso
has dicho la verdad». Palabra del Señor.
CANTO DE MEDITACIÓN:
«LA SAMARITANA»
ERA SAMARITANA
Y NO SABÍA DÓNDE ESTABA
EL REMEDIO PARA LA SED
ERA SAMARITANA
Y NO SABÍA QUE JESÚS
ES EL CAMINO HACIA LA FE.
ERA SAMARITANA...
ERA SAMARITANA...
Dame de beber,
Dame de beber,
Dame de beber,
Dame de beber, Jesús.
Momentos de silencio.
Lávame Señor,
Lávame Señor,
Lávame Señor,
Lávame Señor, Jesús.
Momentos de silencio.
Momentos de silencio.
1.Por la Iglesia, para que nos acerque a la misericordia de Dios y sea ella la que,
como madre y maestra siempre nos dé de beber de la fuente de vida eterna,
oremos.
2. Por los pastores de la Iglesia, para que estén siempre disponibles a dar de beber
a quienes acuden al pozo del confesionario y puedan escucharlos con paciencia y
comprensión, oremos.
3. Por los gobernantes y por los partidos políticos, para que busquen la fuerza del
espíritu desde la oración y tomen buenas decisiones ante los problemas de los que
más sufren en nuestra sociedad, oremos.