02 Romanización
02 Romanización
En primer lugar los romanos crearon una amplia red de ciudades. La mayoría de las
ciudades se fundaron sobre asentamientos indígenas ya existentes que los romanos
llamaban oppidum. Un ejemplo de estas fue Tarraco. A ellas se adscribieron las tierras y
aldeas circundantes. También fundaron ciudades de nueva creación como Emérita Augusta,
que sirvieron para alojar a militares y ciudadanos romanos. Las ciudades sirvieron para
romanizar a sus habitantes. Eran el centro administrativo, jurídico, económico y político. En
ellas residían las autoridades y los propietarios de tierras y comerciantes.
Estas ciudades estaban comunicadas por una gran red de calzadas romanas que
favorecieron la difusión de la romanización y el comercio a toda la península. Las más
destacadas fueron la vía de la Plata, que iba desde Emérita augusta hasta la actual Astorga,
y la vía augusta que iba desde Andalucía por el Levante hasta Roma.
Otro factor que favoreció la romanización fue la división de la península en provincias. Esto
servía para controlar el territorio y para la recaudación de impuestos. Primero a principios
del siglo II a. C. el territorio se dividió en Hispania Citerior y Ulterior. Más adelante, a finales
del siglo I a. C. cuando ya se habían conquistado muchos más territorios en la península y
no era posible controlarlos con la división anterior, Hispania Citerior se convirtió en
Tarraconense e Hispania Ulterior se dividió en Bética y Lusitania. A finales del siglo III d. C.
se le añadieron las provincias Cartaginense, Gallaecia y Mauritania Tingitana, y
posteriormente las Insulae Balearum.
En latín, que se impuso como lengua oficial, las obras públicas romanas como los baños o
los teatros, y los legionarios, funcionarios y artesanos romanos, que llevaban la lengua, las
creencias, las costumbres y las formas de vida de Roma a todo el imperio, fueron otros de
los factores que impulsaron la difusión de la cultura romana.
En el ámbito económico, los romanos, impusieron una economía comercial, esclavista y
colonial. Existía un intercambio de productos manufacturados y artesanales por parte de la
metrópoli y materia prima por parte del resto de la península. Impusieron muchas de sus
prácticas, como la división de la tierra en latifundios,La propiedad privada, el uso de
esclavos como mano de obra, y el uso de la moneda del imperio para el comercio. Las
tierras eran propiedad del Estado y eran arrendadas a la aristocracia para que fueran
explotadas, excepto las minas más ricas cuyos productos y beneficios eran enteramente del
gobierno. El comercio era una actividad básica y para ella fueron fundamentales las
calzadas y la moneda.
En la estructuración de la sociedad tuvo una gran importancia el derecho romano, única ley
en todo el imperio. Contribuyó a la unificación legal de Hispania y, por tanto, a su
romanización. La organización social reprodujo la estructura social romana: se impuso una
sociedad jerarquizada y esclavista.