Tema 1 - Resumen

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TEMA 1.

LA ROMANIZACIÓN
1-INTRODUCCIÓN
Por romanización se entiende el proceso de imposición y/o adaptación en la península en el
siglo III a. C., mediante el cual la población indígena asimiló los modos de vida romanos en
diversas facetas: la Administración provincial, la urbanización y las obras públicas, las
estructuras económicas y sociales, el derecho, la cultura y la religión.
El proceso de romanización no fue homogéneo en el tiempo (se intensificó notablemente a
partir del siglo I a. C., bajo la paz imperial) ni tuvo la misma incidencia en todas las áreas. En el
levante y sur se realizó de forma pacífica y rápida, debido a su mayor grado de urbanización y
desarrollo cultural, en el resto de la península se desarrolló de forma lenta y conflictiva, a
causa de la resistencia de sus habitantes.
Hispania fue una de las provincias del imperio más romanizadas. Buena prueba de ello fue
que varios emperadores nacieron en España, entre ellos, Trajano y Adriano.

2- DESARROLLO
1CONQUISTA

La presencia de Roma en la Península Ibérica se prolongó desde finales del siglo III a.C. hasta
principios del siglo V d.C. La conquista romana de la península inicia en la segunda guerra
púnica (enfrentamientos entre Roma y Cartago). Esta progresiva conquista se desarrolló en
tres fases:- La conquista de la fachada mediterránea, los valles del Ebro y del Guadalquivir
218 Y 170 a C. En esta primera fase, el territorio fue dividido en dos provincias: Citerior y
Ulterior.
- La conquista de la Meseta 155y 133 a C En esta fase las guerras fueron entre romanos
e indígenas: Las guerras celtíberas y lusitanas.
- Finalmente la conquista del norte peninsular, 27 y 19 a C. en las guerras contra
cántabros, astures y galaicos.
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2. ELEMENTOS DEL PROCESO DE ROMANIZACIÓN.

2.1 DIVISIÓN Y ORGANIZACIÓN TERRITORIAL. El proceso de romanización es favorecido por la


implantación de los distintos niveles administrativos romanos. Los romanos contribuyeron
activamente a la expansión de la vida urbana, bien haciendo repartos de tierra entre los
indígenas y organizándolos en ciudades, bien estableciendo núcleos de población romana.
La Hispania romana, para su mejor administración, fue compartimentada en:
1. Provincias. Roma efectuó tres divisiones administrativas:
•Reforma republicana. En el (197 a. C) se dividió la península en dos provincias: La Hispania
Citerior capital Tarraco, zona del este y la Hispania Ulterior, capital Corduba que incluía los
territorios más occidentales. .
•Reforma de Augusto. En el año 27 y siendo emperador Augusto se ampliaron a tres las
provincias romanas de Hispania. Dos de ellas, Tarraconensis, y La Lusitania quedaron bajo la
tutela directa del emperador y Baética que permaneció bajo el control del Senado.
•Reforma de Diocleciano. A partir del 224 d. C. Hispania quedó dividida en siete provincias:
Baética, Tarraconenses, Lusitania. Gallaecia, con capital en Bracara Carthaginiensis, capital
Cartago Nova, Baleárica, capital Palma y Mauritania tingitana, capital Tingis.

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Al frente de las provincias se encontraba el pretor, designado por el Senado y tenía las
máximas competencias financieras, militares, jurisdiccionales y religiosas. El cuestor, con
tareas fiscales. El máximo órgano asesor del pretor para el gobierno provincial era el
denominado concilium. 2. Conventos o Distritos. Para facilitar las tareas administrativas,
especialmente la administración de justicia, la recaudación de impuestos o las levas militares.
3. Ciudades. La ciudad fue la unidad administrativa básica establecida por los romanos y el
instrumento de romanización de los territorios conquistados. Existieron diversos tipos:
Colonias, se poblaban preferentemente con ciudadanos procedentes de Roma o de Italia y, a
veces, con soldados veteranos licenciados; federadas o libres de impuestos y de ocupación
militar, por lo general habían colaborado con los romanos durante la ocupación y por ello
recibían un trato privilegiado. Estipendarias porque pagaban un estipendio o impuesto a
Roma por haberse opuesto a la conquista. El emperador romano Vespasiano (año 74) concede
el derecho latino a todas las ciudades indígenas de Hispania, la mayoría cambiaron su
categoría; por lo que este emperador pone fin a esta diversidad tipológica de ciudades.

Las ciudades estaban comunicadas por una red viaria. El fin de estas calzadas era militar y
administrativo, ya que facilitaban el desplazamiento rápido de las legiones. Entre las
principales calzadas destacamos: La vía Augusta o “vía Hercúlea", ya que llegaba hasta Seguía
el litoral mediterráneo y llegaba hasta Gades (Cádiz). Vía de la Plata unía Astúrica (Astorga)
con Emérita Augusta (Mérida) y se prolongaba hacia el sur hasta Hispalis. Las ciudades crecían,
en la mayoría de los casos, se llenaron de monumentos (foros, acueductos, templos, circos,
anfiteatros...) que constituyen aún uno de los legados más importantes del pasado romano.
Solían tenían dos vías principales: el cardus y el Decumanus.

2.2 SOCIEDAD HISPANORROMANA: La división básica de la sociedad hispanorromana era


entre esclavos y libres y con una situación intermedia los libertos.
Dentro de los hombres libres hay que diferenciar entre ciudadanos romanos y no ciudadanos,
sin derechos políticos, pero si civiles. Una forma de promoción social, era enrolarse en el
ejército, ya que al licenciarse obtenían la ciudadanía romana. En cuanto a los ciudadanos es
posible hacer aún otra división entre aquellos que pertenecen a los órdenes y aquellos que
no.
•Ciudadanos pertenecientes a los órdenes
-El orden senatorial, miembros del Senado (latifundistas) desempeñaba los más altos cargos
políticos, financieros, militares y religiosos.
-El orden ecuestre, los caballeros, procedentes de las aristocracias de los pueblos sometidos.
Ocupaban puestos intermedios de la administración y eran dueños de negocios.
-El orden decurional, los decuriones, burguesía urbana, miembros de los senados municipales.
•Ciudadanos no pertenecientes a los órdenes
Al ser ciudadano romano, tenían privilegios políticos, militares y sociales.
El emperador Caracalla otorgó la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio
(año212) con la promulgación de la Constitución Antoniana poniendo fin a la división social
según los derechos políticos; desde este momento todos los hombres libres del imperio
pasaban a ser considerados ciudadano. Los esclavos, no tenían ni derechos civiles ni políticos.
Eran una propiedad de su dueño. Se llegaba a la esclavitud por ser hijo de esclavo, prisionero
de guerra, criminal o por deudas. La situación de cada esclavo concreto dependía mucho del
trabajo que le había encomendado su dueño y de la posición que el dueño tuviera dentro de la
sociedad. Los pocos que conseguían obtener la libertad (manumisión) recibían la
denominación de libertos que, aunque legalmente eran libres, seguían dependiendo de su

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antiguo amo al que prometían ayudar en caso de apuro, asistirle en su ancianidad y hasta
cuidar del arreglo y limpieza de su tumba tras su muerte.
2.3 LA ECONOMÍA: La explotación de los recursos naturales de Hispania fue el objetivo de la
conquista romana y una indispensable fuente de riqueza para el Imperio. Roma propició una
economía de tipo colonial, en la que Hispania exportaba materias primas (metales preciosos,
aceites, esclavos, caballos, vinos…) y tenía que importar productos manufacturados de Italia y
de las provincias orientales del imperio. Con la conquista, muchas tierras y las minas pasaron a
formar parte del Estado, ager publicus, y éste las arrendó o repartió. El campo pasó a manos
de pequeños propietarios o de la aristocracia senatorial, la cual empezó a formar grandes
latifundios. En cuanto a la agricultura, Sus cultivos principales eran la trilogía mediterránea
(cereales, vid y olivo). Los romanos introdujeron en Hispania las nuevas técnicas de cultivo: el
barbecho, regadío y el uso de abonos. La ganadería ocupó un lugar destacada la ganadería
lanar, Los caballos muy apreciados por los militares romanos. La actividad pesquera fue
frecuente en todo el litoral y comportó el desarrollo de sectores como la producción de sal y
salazón del pescado, y la salsa garum,- salsa de sabor muy fuerte que se obtenía de las vísceras
de pescados macerados con sal y otros condimentos. La minería, representó una de las
principales fuentes de ingresos para la economía romana. Las minas eran propiedad del
Estado, los trabajadores eran esclavos. La industria del aceite, textil y de armas; En cuanto al
comercio, la ciudad acogía numerosos talleres en los que trabajaban esclavos y artesanos en
los se agrupaban en corporaciones de oficios (collegia). El comercio interior a nivel comarcal o
provincial fue mucho más importante, por su volumen, que el comercio de exportación. Había
unidad monetaria, conseguida gracias a la implantación del denario de plata romano
2.4 ASIMILACIÓN DE LA CULTURA ROMANA. La lengua, el arte, el derecho y la religión fueron
las principales manifestaciones de la integración hispana en la cultura romana. El latín se
difundió como lengua de prestigio utilizada en el derecho, la ciencia y la cultura. En cuanto al
arte, en arquitectura destacan las obras de infraestructura urbana (acueductos como el de
Segovia, o teatros como los de Mérida), de transporte (puentes como el de Alcántara), los
templos o mausoleos y los arcos conmemorativos. El derecho romano se extendió por toda la
Península. Su empleo regulaba las relaciones privadas y el funcionamiento de las instituciones
políticas. En cuanto a la religión, la dominación romana impuso también las creencias
religiosas propias del Imperio romano. Se respetaron las creencias locales, pero era obligado el
culto al emperador y a los tres dioses que simbolizaban el poder de Roma: Júpiter, Juno y
Minerva, la triada capitolina. Se impuso un sincretismo religioso entre estas divinidades y los
cultos indígenas. A partir del siglo III, se difundió también el cristianismo en Hispania. En el
año 313 d.C. el emperador Constantino publicó el Edicto de Milán, que permitía el culto
cristiano, decretó la libertad religiosa y reconoció legalmente el cristianismo, que pasó a
convertirse en la religión oficial del Imperio con el emperador Teodosio I en el año 380.

3 CRISIS DEL SIGLO III

El auge del imperio romano se situó entre los siglos I y II conocidos como los de la Paz
romana. A partir del siglo III, el mundo romano tuvo que enfrentarse a una serie de
dificultades, que desembocó en una crisis del imperio, es lo que se llamó la Crisis del siglo III,
el cual desapareció en el siglo V tras las invasiones bárbaras. Los elementos que caracterizan
esta crisis son: debilitamiento del poder imperial (emperadores militares), revueltas
campesinas; guerras civiles localizadas; presión de los pueblos bárbaros, etc. El comercio se
resintió. La presión fiscal aumentó, mucha gente de los negocios huyó al campo de las
ciudades. El campo y los grandes latifundios se convirtieron en el núcleo de la economía del
imperio. El imperio se ruralizó, se volvió a la práctica del trueque. Paralelamente, las fronteras
comenzaron a verse presionados por los pueblos bárbaros. Para hacer frente a esta situación

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los emperadores tendieron a gobernar de forma dictatorial. El ejército empezó a cobrar
protagonismo como pieza importante en la defensa contra los bárbaros, pero además dicho
protagonismo se tendió a la vida política y degeneró en una anarquía militar. Los generales
apoyados por sus legiones se erigían en emperadores por la fuerza, hecho que degeneró en
guerras civiles y en una sucesión continua de emperadores. El resultado fue el caos político y
económico. En el siglo IV la presión de los pueblos bárbaros en las fronteras resultaba muy
difícil de contener. Teodosio grande intenta solucionar los problemas del imperio y para
facilitar el gobierno y la seguridad de las fronteras, en el 395 d.C., dividió el Imperio entre sus
dos hijos: los territorios de Oriente a Arcadio y los de Occidente a Honorio. A pesar de la
división, la inestabilidad del imperio occidental aumentó durante el siglo V hasta que en el año
476 d.C, el último emperador romano Rómulo Augústulo, fue expulsado por los bárbaros. En
Hispania, a partir del siglo V, la presencia de un pueblo de origen germánico, los visigodos,
daría origen, tras la definitiva desaparición del Imperio, se consolido con la constitución del
reino visigodo de Toledo.

3 CONCLUSIÓN
Roma se vuelca en la Península para explotar sus gigantescas riquezas de productos de todo
género, principalmente mineros. Hispania es una colonia de explotación, Roma envía
continuamente tropas mercenarias para mantener la paz. La administración implantada por
Roma, la construcción de vías, el uso del latín y el comercio no son, en definitiva, más que el
resultado de esta explotación, al que pertenecen elementos como la lengua (todas las lenguas
peninsulares, excepto el euskera) o el sentido del derecho y la justicia. Restos del dominio
romano se conservan por doquier en infinidad de obras públicas: acueductos (Segovia),
murallas (Lugo), puentes (Alcántara), teatros (Mérida, Sagunto, Cartagena), anfiteatros
(Itálica).

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