Eutonía, Principios y Metodologia
Eutonía, Principios y Metodologia
Eutonía, Principios y Metodologia
La Eutonía fue creada por Gerda Alexander. El término, del griego, Eu: bueno, óptimo –Tonus:
tensión; expresa la idea de una tonicidad armoniosamente equilibrada en adaptación constante al
estado o actividad del momento.
Es una disciplina basada en la experiencia del propio cuerpo, que conduce a la persona hacia una
toma de conciencia de si misma y propone un aprendizaje para la fluctuación de los tonos
neuromuscular, neurovegetativo y psíquico, con su adecuación a las distintas situaciones de la
vida, a través de sus Principios.
LA EUTONIA
“La Eutonía tuvo como punto de partida mi deseo de crear, para el hombre de nuestro tiempo, una
enseñanza capaz de proveer a cada uno la posibilidad de desarrollar su propia individualidad en el
movimiento y así encontrar las regularidades corporo-espirituales dentro de sí escapando a los
estilos, las técnicas y las modas que por lo general buscamos o sufrimos sin advertirlo. Concebida
de este modo, la Eutonía debía constituir una base común a todas las formas de movimiento
artístico (rítmica, danza, ópera, teatro) y todos los gestos de la vida cotidiana, los juegos y los
deportes”. Gerda Alexander1
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Ponencia Onorio, Araceli. En el Encuentro sobre Técnicas Corporales. USAL 2009.
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Las propuestas de trabajo en Eutonía están diseñadas para producir un cambio en la dirección y
en las cualidades de la atención, generando un modificación del tono, que puede ser perceptible;
trascendiendo al estado de “presencia”, a estar alerta a lo que ocurre en el momento presente.
Estos procesos se producen en el tiempo, no inmediatamente, favoreciendo poco a poco el estar
en “su cuerpo” y el aprendizaje de nuevas maneras de movimientos más adecuados a la
realidad de cada persona, que también será capaz de “atender” hacia su interior y hacia el mundo
exterior simultáneamente, desarrollando una percepción más precisa de la totalidad de su ser y
del medio en que vive.
La percepción es una actividad psicofisiológica [3] que nos permite tomar conciencia y conocer lo
que sucede dentro y fuera de nuestro cuerpo, a través de un complejo sistema denominado por
algunos autores “complejo perceptivo”. Implica una instancia física referida al estímulo, una
orgánica referida al proceso neurofisiológico que la posibilita y una instancia psíquica y social que
remite al yo del sujeto para poner en juego los contenidos de su escenario íntimo subjetivo,
interpreta las señales del organismo convirtiéndolas en signos. Los distintos momentos de este
proceso ponen en evidencia la complejidad multifactorial del mismo.
Los principios
- Desarrollo de la conciencia de la piel, el tacto conciente
- Desarrollo de la conciencia del volumen del cuerpo, el espacio interno
- Desarrollo de la conciencia de los huesos
- Contacto Consciente
- Experiencia del transporte -reflejo consciente de enderezamiento-
- Repousser -rechazar, empujar
- Vibraciones óseas
- Vibraciones vocales
- Micromovimientos, microdeslizamietos
Movimientos activos y pasivos
Posiciones de Control
Movimiento Eutónico
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Desarrollo de la conciencia de la piel, el tacto consciente
[5] En este diálogo entre Violeta de Gainza y Gerda Alexander está muy sintéticamente expresado
un propósito que justifica el trabajo con, en la piel, en Eutonía
Desarrollo de la conciencia del volumen del cuerpo, del espacio tridimensional que somos, del
espacio interno
“El mapa no es el territorio”, este territorio llamado espacio interno crece y se modifica en la
experiencia por circunstancias del funcionamiento interno, interacción con el espacio externo y la
ubicación de la conciencia allí.
El Espacio interno consiente desde la Eutonía va siendo, y las consignas de las clases, las
exploraciones personales, van configurándose como mapas posibles para recorrer, reconocer,
descubrir este territorio sorprendente en formas, densidades de tejidos, tamaños, vibraciones
internas, líquidos circulando, órganos, huesos.
Espacio interno como espacio, como instancia de construcción de aspectos del sí mismo que
pueden palparse, medirse, referidos y fundamentados por otras disciplinas, transformado y
resignificado en la experiencia personal individual y en el intercambio con el entorno. El hecho de
poder nombrarlo y ubicarlo en el cuerpo propio, el hecho de despertar, despegar, intervenir en
regiones bajo propuestas de consignas propias o dadas por otros, y también la verbalización de
vivencias, contribuyen a que este espacio sea más rico.
Podemos acercar nombres a las zonas, diferenciarlas, especificar la ubicación de órganos y hasta
sentir movimientos, ruidos, transformación de estructuras que dan cuenta de funciones; todo sirve
como aporte para la construcción de este espacio particular que va transformándose y
trascendiendo en la experiencia y en la propia historia.
Emociones, afectos, pensamientos, sensaciones, son también cuestiones vividas en y desde este
espacio interno consiente. No tienen volumen pero tienen peso, un peso especial, y se revelan en
el tono de los músculos, el funcionamiento de los órganos, el equilibrio, estructura, movimientos,
posturas. La historia personal está inscrita en este espacio. Se es el espacio que se ocupa.
En la experiencia se lo explora a partir de la conciencia de la piel hacia el interior, tejidos, vísceras,
con la percepción de volumen y tridimensionalidad, distancias entre sectores de una misma región
y distintas regiones entre si, límites, órganos, tratando de transformarlo en un espacio consistente.
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Desarrollo de la conciencia de los huesos, su estructura y forma, el moverse desde los huesos
Es importante que la persona vaya comprendiendo que la estructura ósea, además de ser el
armazón rígido del cuerpo, está constituida por un tejido dinámico que se encuentra sometido a un
proceso de destrucción y regeneración constantes. Por ello es necesario un minucioso estudio de
su morfología y conformación. Gerda Alexander [6] afirma que los huesos son la fuente
fundamental de energía necesaria para que el movimiento sea económico, su forma determina su
función. La toma de conciencia de las diferentes cualidades óseas: solidez, elasticidad, porosidad,
y las de la médula, son las etapas sucesivas que permiten vivir la experiencia vital más profunda.
Después de las tomas de conciencia parciales, la de la totalidad del esqueleto no ocurre a
menudo sino tras años de trabajo y a veces en el momento menos esperado. El sistema óseo
cuya eficacia está contenida en la belleza de sus formas tiene en si todas las posibilidades del
movimiento.
En Eutonía se hace una distinción entre tacto y contacto [7] Estar en el tacto consciente es
experimentar un estado de superficie, de límites del cuerpo, reconociendo su forma, recibiendo
información del medio circundante y de la comunicación no verbal. El contacto es un fenómeno
que sucede en la vida cotidiana, sin ser del todo conciente, haciendo contacto con los objetos con
los que trabajamos, las personas con las que nos relacionamos, en nuestros propios cuerpos,
cuando por ejemplo, para aliviar un malestar apoyamos las manos en la zona y nos quedamos un
rato, con la atención puesta allí.
Lo excepcional de Gerda fue llevar este contacto con lo que nos rodea al nivel de la actividad
consiente, despertándonos a preguntas de ¿qué hacemos?, ¿cómo lo hacemos?, estimulando la
actitud atenta, abierta, curiosa sobre lo que percibimos, lo que vivimos.
Se llega al contacto eutónico luego de haber trabajado sobre la estimulación de la piel, el espacio
interno y la conciencia ósea. Es la base para realizar el movimiento eutónico.
El proceso de aprendizaje es gradual, se va desarrollando desde las primeras experiencias en
Eutonía, cuando al hacer consciente la piel se entra en contacto con ese aspecto esencial del sí
mismo. La incorporación progresiva de los distintos principios y el adentramiento en la pedagogía
eutónica harán que cada uno pueda descubrirse en su capacidad de contacto consciente, con sí
mismo, con otros y con los objetos. Es un principio integrador.
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Experiencia del transporte (reflejo consciente de enderezamiento)
Este movimiento está relacionado específicamente con el uso y distribución de la fuerza con
resistencia, carga, descarga (tirar, levantar, sostener). Se produce ejerciendo presión desde una
parte del cuerpo en una determinada dirección sobre una superficie. Si la misma es resistente el
cuerpo se extiende y luego empuja, realizando la acción con o sobre esa superficie, moviéndose
en la misma dirección que la fuerza ejercida, en sentido contrario y con la misma intensidad. Se lo
busca desde el hacer consciente y el movimiento desde los huesos, contacto consciente y
transporte, el cuerpo en una posición que permita el despliegue del transporte y el objeto que se
va a desplazar, cargar o tirar, y los principios fundados en
leyes de la física mecánica [9] que dicen que en un cuerpo actúan básicamente dos clases de
fuerzas: internas y externas.
Vibraciones óseas
Vibraciones vocales
Las vibraciones vocales son experiencias sonoras, explorando determinados sonidos: vocales,
consonantes, palabras. Se exploran como experiencias de conciencia de espacios internos, de la
cabeza, el cuello, tórax, hasta las extremidades. Todo el cuerpo se transforma en una gran caja de
resonancias. Las posibilidades de fonación están directamente relacionadas con las posiciones en
que se ubica el cuerpo en el espacio [10] Se seleccionan sonidos para conducirlos por el cuerpo,
observando hasta donde llegan las vibraciones, también hacia el exterior, proyectándolos por
ejemplo a través de la calota, el occipital o la boca hacia afuera, otra persona, un objeto, el piso.
El trabajo con vibraciones sonoras estimula el reconocimiento del espacio interno, puede facilitar
la distinción de estructuras de tejidos, de regiones del cuerpo, de cavidades, de huesos. También
ayuda a regular el tono, “masajea” órganos.
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Es un recurso diagnóstico para averiguar, según su alcance, donde puede haber bloqueos y sirve
también como exploración creativa, como otro aspecto de la expresión del propio lenguaje, del ser,
dejando salir la voz.
Micromovimientos, microdeslizamietos
Los micromovimientos son movimientos casi imperceptibles, sutiles, realizados a repetición en una
articulación, cuando los huesos que interviene en ella se deslizan en direcciones opuestas. Son
sutiles por ser apenas más amplios que la intención, pudiendo ser captados por alguien entrenado
para ver y a repetición ya que se realizan con un ritmo de alternancia activo - pasivo, estimulando
la observación en ambas fases. Esta experiencia procura facilitar por medio de las micro
separaciones entre los huesos la apertura y descompresión de los espacios articulares.
El microdeslizamiento de un hueso se produce, “sucede” cuando se aumenta el espacio
anatómico que dejan los músculos al soltarse a su alrededor, llevando la atención a la zona con la
intención de soltar esa musculatura. Se experimenta un movimiento muy pequeño cuando el
hueso se desliza.
La vida humana sucede en una continua alternancia entre actividad y pasividad, pudiéndose
vivenciar y experimentar distintos grados de ambas.
Pasividad es la experiencia consciente de la influencia de la fuerza de gravedad sobre la totalidad
del cuerpo o alguno de sus segmentos. Cronológicamente es la capacidad que tiene la persona de
inhibir la actividad motriz, entregándose a la gravedad, soltando todo control voluntario y
consciente sobre la musculatura del segmento elegido, facilitando la percepción del peso de esa
zona. Psicológicamente sería el “no hacer consciente” o “primero sentir antes de hacer” [11] ,
estas experiencias están asociadas al contacto (se diferencia del abandono inconsciente – sueño,
un desmayo – y del estado de inacción no elegido voluntariamente pero consciente – parálisis,
cansancio extremo).
Se las trabaja para registrar las calidades de las acciones, seleccionando conscientemente las
modalidades más convenientes y en el aprendizaje para la fluctuación de los tonos.
El trabajo de pasividad es básico para el diagnóstico en Eutonía, porque facilita la exploración del
estado de articulaciones, tejidos, capacidad de fluctuación tónica y el dominio que ejerce la
persona sobre si misma en la posibilidad de soltar o no un segmento en forma autónoma o al ser
tocado eutónicamente. La experiencia de pasividad total es dejar caer el cuerpo, llevándolo a un
estado de inmovilidad. La actividad total también lleva a un estado de inmovilidad, de modo que el
movimiento sucede en los desplazamientos que realiza el cuerpo o parte de él.
Los movimientos activos se producen por acción voluntaria, opuesta a la pasividad, a través de la
inervación motriz. La ejecución coordinada de un movimiento es el resultado entre la activación de
ciertas unidades motrices y la inactivación apropiada de otras y del propósito de desarrollar un
movimiento y concretarlo en la acción. La persona decide cuando, cómo y dónde lo ejecutará, con
desplazamiento total del cuerpo o de algún segmento, también en oposición a la fuerza de
gravedad.
Las Posiciones de Control son una serie de posiciones del cuerpo en el espacio, elegidas por
Gerda Alexander y algunos de sus alumnos; consisten en movimientos que comienzan
influenciando una articulación y gradualmente van involucrando a otras, hasta integrar todas las
zonas del cuerpo, aumentando progresivamente en complejidad y exigencia respecto de las
posibilidades de movilidad y coordinación, están “diseñadas” para que las articulaciones puedan
moverse en su mayor amplitud, determinada por las características particulares de sus
componentes: estructura y dirección de los huesos, conformación y distribución de los ligamentos
que los sostienen, superficies articulares, grado de tensión de los músculos y significaciones
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emocionales que estén influyendo, relacionadas con la historia de la persona; permiten darse
cuenta rápidamente del estado articular y la elasticidad y longitud muscular, para detectar
acortamientos y tensiones que pueden ser crónicos. Los acortamientos en el rango normal del
músculo en reposo limitan los movimientos de las articulaciones y dificultan el enderezamiento
reflejo del cuerpo; si se mantiene su longitud y elasticidad las posiciones de control pueden ser
adoptadas sin dificultad por niños y adultos de cualquier edad, sin dolores, cómodamente,
transformándose en posiciones de descanso, en cambio si están acortados, cualquiera sea su
origen, impiden realizar el máximo de variaciones de movimiento que permite la estructura ósea,
entonces se vivirán incómodamente, con dolores o serán directamente impracticables.
Apuntan a tres objetivos comunes a la totalidad de la propuesta de la Eutonía: conciencia,
contacto y equilibrio de las tensiones. No se trata, dice Gerda Alexander, de establecer en el
sistema muscular un tono determinado considerado como normal, sino de devolver la flexibilidad
perdida por efecto de fijaciones producidas en la infancia, teniendo en cuenta los fenómenos de
variabilidad y adaptabilidad inherentes a la vida misma, considerando la relación entre la tonicidad
y lo vivido consciente e inconscientemente, ya que la expresión de nuestro cuerpo, actitudes,
movimientos, están relacionados con la historia personal. Digelman [12] habla de la motricidad
como de diferentes informaciones conscientes e inconscientes que actúan unas sobre otras no
pudiendo reducirla a órdenes que vienen de afuera, tratando al cuerpo como si fuera instrumento
de otra cosa, cuando en verdad somos una unidad.
Integración
contacto, espacio interno, estructura ósea, fuerzas, ubicaciones en el espacio, al tiempo que el yo
observador propio se activa.
Todos estos registros nos llevan a postular la incidencia que puede tener la Eutonía en el proceso
de construcción de la identidad.
Bibliografía
Alexander, Gerda (1983): La Eutonía – Una experiencia total del cuerpo. Paidós, Buenos Aires.
Bernard, Michel (1980): El cuerpo. Paidós, Buenos Aires
Damasio, Antonio (2000): Sentir lo que sucede. Editorial Andrés Bello, Chile
Digelman, Denise (1981): La Eutonía de Gerda Alexander. Paidós. Buenos Aires
Guido, Raquel: “De las sensaciones a la percepción”. Informe: Sistema Nervioso/ Segunda Parte.
Revista Kiné. N 67 Año 14, Junio-agosto 2005, Buenos Aires
Hemsy de Gainza, Violeta (1983): Conversaciones con Gerda Alexander. Paidós, Buenos Aires
Le Boulch, Jean (1978): Hacia una ciencia del movimiento humano. Paidós, Buenos Aires
Morrow, Félix (1985): “The formation of an observing self in Eutony”. Somatics magazine. (“La
formación de un yo observador en Eutonía” traducción: Eutonista Marcela Arias Uriburu)
Odessky, Alejandro (2003): Eutonía y Estrés. Lugar Editorial, Buenos Aires
Rovella, Adriana (1991) “Explicaciones teóricas (definiciones, descripciones, ejemplos) alrededor
de la experiencia eutónica”. Tesina. Primera Escuela argentina y latinoamericana de Eutonía,
Buenos Aires
(2007) “Teoría de la Eutonía – Los Principios”. Trabajo teórico final. Escuela
Argentina de Eutonía, Buenos Aires
(2008) “Eutonía, Identidad – Construcciones convergentes”. Tesina final. Escuela
Argentina de Eutonía, Buenos Aires
Schilder, Paul (1987): Imagen y apariencia del cuerpo humano. Editorial Paidós.
Segre, Renato, Naidich, Susana (1981): Principios de Foniatría para alumnos y profesionales de
canto y dicción. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires
Vishnivetz, Berta (1994): Eutonía- Educación del cuerpo hacia el ser. Paidós, Buenos Aires
[1]
Vishnivetz, B. Eutonía – Educación del cuerpo hacia el ser
[2]
Morrow, F. The formation of an observing self in Eutony
[3]
Guido, R. De las sensaciones a la percepción
[4]
Le Boulch, J. Hacia una ciencia del movimiento humano
[5]
Hemsy de Gainza, V. Conversaciones con Gerda Alexander
[6]
Alexander, G. Bones
[7]
Alexander, G. La Eutonía
[8]
Odessky, A. Eutonía y estrés
[9]
Panseri, E. Estática gráfica
[10]
Segre, Naidich. Principios de Foniatría
[11]
Vishnivetz, B. Op. cit
[12]
Digelman, D. La Eutonía de Gerda Alexander