Ensayo de Penetración Estándar .....
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CORRECCIONES AL SPT
Puede ocurrir que la penetración de agua en el fondo del sondeo afloje, por
sifonamiento, el terreno. Por tanto, debe intentarse que el nivel de agua, o
fluido empleado en la perforación del sondeo, sea superior al nivel
piezométrico del terreno.
Ncrr = N × Cn × η1 × η2 × η3 × η4 (1).
Donde:
Ncrr = valor de N corregido
N = valor de N de campo
Cn = factor de corrección por confinamiento efectivo
η1 = factor por energía del martillo (0.45 ≤ η1 ≤ 1)
η2 = factor por longitud de la varilla (0.75 ≤ η2 ≤ 1)
η3 = factor por revestimiento interno de toma-muestras (0.8 ≤ η3 ≤ 1)
η4 = factor por diámetro de la perforación (>1 para D> 5’”, = 1.15 para D=8”)
Se explica a continuación como se obtienen los factores de corrección:
Tabla tomada
La siguiente corrección se relaciona con el hecho de que casi todos los toma-
muestras SPT fabricados y utilizados actualmente, no disponen de la camisa
interior de zinc que sí utilizó Terzaghi (1948) cuando diseño el ensayo. En
consecuencia, la muestra tiene menor dificultad de entrar en el toma-
muestras, lo que reduce el número de golpes. Según la literatura, este factor
multiplicador es de mínimo de 1,1 y podría aumentar a 1,2 según el autor.
Nivel freático
Uso de puntaza
En ocasiones, si se trata de un suelo granular grueso, para no dañar el bisel
de la puntaza abierta o zapata de hinca, suele sustituirse por una puntaza
ciega. Según Jiménez Salas et al. (1975) se recomienda el uso de un factor
de corrección de 1,3 si el ensayo se realiza con puntaza ya que el ensayo
normalizado es el realizado con puntaza abierta:
Introducción
Donde:
Dado que el SPT es el ensayo «in situ» más utilizado y con mayor historia en la
determinación de los parámetros geotécnicos, existe una cantidad ingente de
relaciones empíricas entre dicho ensayo y cualquier parámetro del suelo,
muchas de las cuales tienen un valor exclusivamente local. Debe realizarse
siempre un examen crítico ante una correlación que parta de este ensayo y de
cuya aplicación no se tenga experiencia previa, especialmente cuando se
aplica a suelos coherentes.
Ábaco de Gibbs y Holtz (1957), comparado con el trabajo de Terzaghi y Peck
(1948). Tomado de Cestari (1990), según la elaboración de Coffman (1960).
Para la aplicación de este ábaco debe tenerse en cuenta la compresibilidad de
una arena. Un aumento en el contenido de mica o carbonato (ligado a la
presencia de granos de comportamiento frágil, como bioclastos), comporta
habitualmente una mayor compresibilidad de la arena. Por lo tanto, al aplicar el
ábaco de Gibbs y Holtz en estos casos, debe tenerse presente que (Cestari,
1990):
– Para valores de DR < 70% los valores obtenidos del ábaco resultan
superiores a los reales.
– Para valores bajos de tensión efectiva vertical (< 5 kPa), la DR (%) que se
obtiene, resulta demasiado alta.
DR = [ N / ( 23 σ’ + 16 ) ]
½
Esta expresión es válida únicamente para arenas normalmente consolidadas,
presentando valores sobreestimados para arenas sobreconsolidadas.
Otro de los trabajos muy conocidos sobre este tema es el de Bazaraa (1967),
cuya expresión (citada en Giuliani y Nicoll, 1982) es:
Siendo:
σ’ a b
1 0’2
<15 t/m 2
3’25 0’05
>15 t/m 2
N / DR = a + b σ’
60
análoga a las de Meyerhof y Bazaraa. Los parámetros “a” y “b” pueden ser
considerados constantes en el entorno (Cestari, 1990):
DR = 25 N (100 σ’)
0.44 -0.13
2 x 120 1.75 2
Se= x( )
10 x 1.1885 1.75+0.3
Se=14.7156 mm
305 x 305
A=
1000 x 1000
A=¿ 0.0929 m2
'
Qp= Ap x q x Nq
Qp=( 0.0929 )( 201.6 ) ( 120 )=2247.4 kN
MODULO DE BALASTO
Existen numerosas correlaciones entre el valor de N SPT y otros ensayos “in situ”
o de laboratorio que permiten estimar algún parámetro relacionado con la
deformabilidad del suelo (en general el módulo de deformación, E; estas
correlaciones acostumbran a estar validadas por estudios realizados sobre
casos reales, por lo que debe tenerse en consideración su aplicación con
criterios de validez restringidos a un entorno local o una formación geológica
determinada e los cuales la experiencia permita el necesario contraste.
E = 7 · √N
Capacidad de carga: Es el esfuerzo que puede ser aplicado por una estructura
o edificación al suelo que la soporta, sin causar asentamientos excesivos o
peligro de falla por esfuerzo cortante.
Problema:
Definiciones
1.- Formas de falla:
2.- Variables:
a.3) Códigos,
b.3) Ensayos en sitio, y
c.3) Métodos analíticos
(Terzaghi, 1943) basado en los planteamientos para cimentaciones corridas,
desarrolló un modelo de capacidad portante para zapatas superficiales, el
cual ha sido ampliamente aceptado y ligeramente modificado con el tiempo,
su ecuación se define para zapatas corridas como:
Donde,
Esta envolvente de rotura, proporciona, para cada valor de la tensión efectiva
normal a un plano que atraviesa un elemento de suelo, la máxima tensión
tangencial movilizarle a favor de dicho plano. Por lo que actúa como una
superficie de estado separando estados posibles de imposibles:
El punto (1) de la figura 5.9 representa un estado de rotura
El punto (2) de la figura 5.9 representa una combinación de (σ’, ) que
tiene un cierto grado de seguridad ya que, para una determinada
tensión efectiva normal, la tensión tangencial es inferior a la máxima
El punto (3) de la figura 5.9 representa un estado imposible por
encontrarse por encima de la envolvente de rotura, lo cual quiere
decir que se ha sobrepasado la combinación máxima (σ’, ) del criterio
de rotura, y por tanto no es compatible con la resistencia del suelo.
Por otro lado, en el gráfico de la figura 5.9, la cohesión efectiva representa la
ordenada en el origen de la envolvente, por lo que representa la máxima
resistencia tangencial movilizarle en un plano cualquiera cuando la tensión
efectiva normal en dicho plano es nula.
En general, los suelos poseen al mismo tiempo cohesión y fricción interna, sin
embrago existen dos casos límite:
1. Las arenas lavadas y secas no poseen cohesión, en las que la carga
de ruptura se produce para un valor de tensión tangencial tal que:
Por lo que la envolvente de rotura pasa por el origen de coordenadas (figura
5.10):
Figura 5.10. Criterio de rotura de arenas lavadas y secas
1. Las arcillas blandas y secas, las cuales se comportan como si ϕ =
0, resultando la carga de ruptura constante e igual a la cohesión del
suelo:
Por lo que la envolvente de rotura es igual a qu o esfuerzo unitario de rotura a
compresión no confinada (figura 5.11):
Si representamos la tensión tangencial frente al desplazamiento producido,
observamos que en algunos materiales a medida que la deformación continúa,
la resistencia se reduce hasta que alcanza un valor mínimo constante que se
denomina resistencia residual (figura 5.12).