1 - de Habitabilidad y Arquitectura

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De habitabilidad y arquitectura

por Mónica Arzoz | @marzozcanalizo

Se puede decir que no existe una razón de ser o definición más pura de la arquitectura que
la habitabilidad, palabras íntimamente relacionadas e incluso co-dependientes. La
palabra habitabilidad, de acuerdo a la definición de la Real Academia de la Lengua es la
“cualidad de habitable”. El termino Habitar deriva del latín habitare que significa “ocupar
un lugar” o “vivir en el”. Por su parte, Arquitectura es el arte de construir y crear espacios
que se ocupa directamente de proporcionar los espacios en los que el hombre habita; la
habitabilidad determina, guía y diferencia a la arquitectura de todas las otras bellas artes
del mundo.

La arquitectura es el espacio habitable por excelencia. Los objetos arquitectónicos son


simples medios o instrumentos que no tienen su fin en ellos mismos. Su finalidad va más
allá, consiste en la satisfacción de las necesidades espaciales del hombre habitador. En otras
palabras, lo “habitable” es el concepto rector de todo proceso de diseño arquitectónico. El
habitar es una característica fundamental del ser humano. El hombre, al ser el habitador de
los espacios creados por la arquitectura se convierte en el centro, el por qué y para qué del
hacer arquitectónico. Tal y como señala G.W.F Hegel (1981) “El hombre como finalidad
esencial, y otra, lo que le rodea, la envoltura, la arquitectura como medio”.

Si bien no puede haber arquitectura si no se procura la habitabilidad, si puede haber


habitabilidad sin arquitectura. La habitabilidad es una cualidad del espacio que se
fundamenta en múltiples aspectos más allá de los elementos arquitectónicos. Un lugar
puede ser habitable o vivible si tiene características afectivas no necesariamente físico
espaciales. Sabemos que todos los espacios, naturales o artificiales son potencialmente
habitables a su manera. Sin embargo, mientas que en los espacios naturales es realmente
indiferente si están o no habitados, los espacios arquitectónicos, sin excepción alguna,
necesitan ser habitados, de lo contrario, la arquitectura pasa a ser una obra puramente
escultórica.
La arquitectura participa como condición deseable para la habitabilidad más no es
estrictamente necesaria. Las características geométricas y cualidades formales del espacio
arquitectónico pueden o no favorecer al índice de habitabilidad de un espacio. Sin embargo,
el humano para vivir, apropiarse, identificarse y pertenecer a un espacio, requiere, además
de las condiciones físico espaciales, un conjunto de condicionantes adicionales, dentro de
las que destacan aspectos simbólicos, sociales y económicos. En otras palabras, la
habitabilidad busca espacios donde florecer naturalmente, pero, si bien no es obligatorio
que la arquitectura propicie estos aspectos adicionales, al menos debe intentarlo.

El hombre por naturaleza siempre busca mejorar su forma de vivir, y es en la vivienda -


donde el hombre pasa gran parte de su tiempo- en donde la habitabilidad se hace más
evidente. La calidad del espacio arquitectónico, apariencia y acondicionamiento dentro de
la vivienda es probablemente lo que más valora el común denominador de las personas.

Es evidente el impacto que el entorno construido tiene sobre el comportamiento y estar del
humano, y la vivienda, al ser el lugar más íntimo, constituye la plataforma básica de
habitabilidad. Sin embargo, al hablar de habitabilidad y arquitectura no se puede dejar a un
lado la arquitectura a nivel urbana y global, pues de igual manera la arquitectura de
espacios de la ciudad también tiene repercusiones sobre la calidad de vida de sus
habitantes. Se habita en la ciudad en medida que el entorno construido lo permita. Factores
como la infraestructura, servicios, empleos y educación, hacen de un centro urbano más
habitable o no. Una ciudad, al igual que la arquitectura, es ciudad en todo el esplendor de
su significado si esta es habitada.

A lo largo de la historia el arquitecto erróneamente ha intentado enseñar a los habitantes


cómo vivir los espacios. Al entender a la arquitectura como la herramienta para lograr la
habitabilidad del espacio, entendemos que el trabajo del arquitecto esta en la correcta
interpretación del habitar. Existen varios aspectos básicos para el correcto funcionamiento
de una obra arquitectónica, tales como los biológicos y psicológicos que hacen que el
habitante establezca una relación de confort y habite el espacio.
Las obras arquitectónicas se convierten en arquitectura en tanto son habitadas. La
arquitectura, al tener la capacidad de crear espacios donde el ser humano puede expresarse
y vivir libremente, es el único arte o técnica capaz de proyectar habitabilidad. Un buen
arquitecto puede darle vida a un espacio, o conjunto de espacios, pero es el dueño el que
tiene que darle el alma y apropiarse de ellos.

La arquitectura creo el espacio idóneo en el que el habitante pueda desenvolverse y


transformarlo en algo propio como muestra de su identidad personal. Como bien dice la
arquitecta Teresa Sapey “La casa perfecta es imperfecta”. La casa es el espacio privado
donde el ser puede ser uno mismo, construir su propio mundo. Tomando lo perfecto dado
y transformándolo en su propio imperfecto es el proceso como el habitante vive su espacio.

La ciudad o el barrio de igual manera deben ser proyectadas para ofrecer espacios
habitables donde el humano pueda desarrollarse social e individualmente. El arquitecto
debe saber elegir, pero sobre todo prescindir, pues en ocasiones menos es más al hablar de
espacios habitables. El espacio habitable no solo debe permanecer dentro de la vivienda,
sino debe replicarse creando espacios privados y urbanos para que el ser humano los habite
y se apropie de ellos. Que los convierta suyos y pueda desenvolverse en plenitud.

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