Modelos
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Por el Profesor
ERNESTO CESAR GALEANO
Los aportes realizados por figuras de la talla de Laswell, Lazarsfield, Hovland y Lewin,
mostraron que había algo más. Existen cambios en la gente entre el estímulo y la respuesta. El
nuevo modelo E-O-R (Estímulo-Organismo-Respuesta) fue presentado por Harold D. Laswell
en su clásico: ¿Quién dice qué, por cuál canal, a quién, con qué efecto? El primer modelo E-
O-R lo vamos en la figura 2, el modelo definitivo de Laswell se aprecia en la figura 3.
Laswell se nos presenta como un
punto referencial histórico de importancia, por ello, vamos a dedicarle algunos párrafos.
Este esfuerzo de síntesis es particularmente valioso, dado que agrupa los cinco puntos
fundamentales del proceso de comunicación.
Las primeras investigaciones de Laswell datan de los años 20; durante la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945) se ocupó del análisis de la comunicación política. Examinó las
fórmulas de Aristóteles y Quintiliano que tenían relación directa con la formación de oradores
(por tanto de emisores); estudiando los mecanismos de la propaganda se inspiró para crear su
propia fórmula.
b) Dice qué: Se trata aquí del mensaje. Laswell se detiene principalmente en el análisis
de la información contenida en el mensaje en términos estadísticos, esto es, procediendo a
una clasificación sistemática y cuantitativa de los datos informativos del mensaje.
c) Por cuál canal: Se trata de los medios usados para transmitir el mensaje. Laswell
introdujo la noción de análisis de medios, es decir, la investigación del o de los mejores
canales capaces de vehiculizar el mensaje al o a los receptores.
e) Con qué efecto: Se trata del impacto que Laswell concibe en forma global. En
otros términos: el estímulo contenido en un mensaje dado, vehiculizado por tal medio,
dirigido a una población o segmento de mercado de tal volumen dando tal resultado. Éste
será, por ejemplo, el análisis del impacto de un mensaje publicitario en determinada región
del mercado en términos de volumen de ventas, imagen, posicionamiento, etcétera.
4. Crítica
Marshall H. McLuhan sostuvo, más adelante, que los límites entre medio y mensaje son casi
inexistentes. Jean Cloutier afirma por su parte que, en una estructura social que ha superado la
comunicación de masas para volver al campo de la comunicación individual, el hombre se
torna EMIREC (EMIsor RECeptor) y que por consecuencia “quien” y “a quién”
-
Shannon y Weaver
1. La teoría de la información
c) El canal: es el medio técnico que debe transportar las señales codificadas por el
transmisor. Este medio será, en el caso del teléfono, los cables, o la red de micro-ondas
utilizada por la empresa telefónica en comunicaciones internacionales.
Hacia finales de los años 50 los modelos básicos de la comunicación no eran más que
variaciones de los modelos E-R y E-O-R. John y Matilda Riley se plantearon la validez de los
modelos presentados hasta entonces (1959).
Realizaron un amplio análisis de la investigación y encontraron que había una adecuación
muy pobre entre los modelos y la realidad.
Manifestaron que los procesos de comunicación son siempre parte de un sistema social:
hay una interacción continua entre los miembros de un sistema social. La audiencia no es
solamente receptores pasivos: hay un proceso de retroalimentación o feed-back que hace que
la comunicación humana sea una interacción.
Basados en este argumento, Riley y Riley idean un modelo teórico que, a pesar de su
aparente sencillez, tiene amplias implicaciones totalizadoras del fenómeno comumcacional
(fig. 8).
Un modelo más o menos similar fue elaborado por Gerhard Maletzke (1963), si bien éste
añadió factores individuales al modelo de sistema social. Su modelo muestra más bien
interacciones complejas entre las partes del proceso de comunicación (fig. 9).
Con la ampliación de los modelos de comunicación hacia factores sociales, empezó una
nueva búsqueda de elementos relevantes. El problema había sido:
¿qué hacen los medios con la gente? Diversos estudios acerca de los usos, gratificaciones y
funciones de la comunicación fueron realizados por Robert K. Merton, Joseph Klapper,
Charles Wright y Herta Herzog (fig. 10).
El modelo funcional (fig. 11) se centra sobre distintas funciones de la comunicación
cuando se hallan involucradas partes relevantes. El problema del modelo se podría resumir de
la siguiente manera: ¿cuáles son las funciones y disfunciones manifiestas (y latentes) de la
comunicación masiva, la transmisión cultural, y el entretenimiento para la sociedad, los
subgrupos culturales, los individuos y los sistemas culturales?
f
ig. 9. Modelo de Malerzke.
Un autor de suma importancia para el desarrollo teórico que nos ocupa es Abraham
Moles, el cual tiene como virtud establecer una cierta y particular síntesis entre varios
hilos conductores anteriormente vistos.
Elementos y funcionamiento
El creador
Es entonces en el seno del micro medio donde los medios masivos van a nutrirse
por intermedio del marco socio-cultural que es un filtro formado por todo el saber de la
humanidad. Este saber está constantemente alimentado por acontecimientos exteriores y
acumulativos, de donde viene su carácter histórico. Los hechos y los acontecimientos
destacables, interesantes para el público y que respondan a las exigencias y a las normas de
los organismos de difusión tomados por los representantes de los medios masivos. Estos
elementos se vuelven entonces mensajes más accesibles al gran público. Serán más
agradables, más conmovedores o más espectaculares, según el caso, en función de una
determina- da cantidad de valores que les vienen del exterior y que permiten a los
mediadores tomar la decisión de difundirlos entre el público: el macro medio.
El macro medio
Después de esta manipulación, los medios masivos ponen los mensajes en circulación,
los difunden por los canales que alcanzan la mayor cantidad posible de personas. A fin de
hacer los mensajes más “digeribles”, mejor presentados, se los reviste de una buena dosis de
redundancia (verbalización superflua, repeticiones, adornos estilísticos, etc.), con el objeto
de ser percibidos por la mayor cantidad posible de receptores. Éstos eligen, entre esos
productos culturales, aquellos que desean, pero la potencia de los medios es tal que la
sociedad de masas (el gran público) está bombardeada permanentemente, y a menudo
inconscientemente, por mensajes que vienen a incrementar su cultura y que conforman una
Cultura de Masas.
Todo este conjunto es entonces consumido en un grado más o menos grande. Es,
finalmente, a partir de los culturemas aportados por la sociedad de masas que los creadores
van a “crear” las “ideas nuevas”. Y el ciclo recomienza.
AQUÍ VA EL GRAFICO N° 6 DEL DISKET.
Wilbur Schramm
3. Crítica
En este lugar vamos a referirnos a dos autores, que revistan en la categoría de los creadores,
aquellos atrevidos que no aceptan las teorías ad usum y por tanto se lanzan a la aventura de
pensar “por sí”. Claro que el atrevimiento tiene sólo el mérito de disparar inquietudes, por sí
no garantiza alcanzar la verdad científica ni mucho menos conformar un cuerpo de doctrina
medianamente válido. Como quiera que sea, creemos que Marshall H. McLuhan y Jean
Cloutier merecen este párrafo aparte.
Marshall H. McLuhan
1. El medio es el mensaje
2. La era prealfabética
Para McLuhan, el hombre, antes de saber leer y escribir, por tanto en la edad
prealfabética, vive en tribu, practica artesanías y se desarrolla en un espacio acústico
“donde todas las relaciones son simultáneas”.
Luego aparece la Galaxia Gutenberg. La idea central en ella es que el alfabeto fonético
lleva en sí mismo su propio mensaje, Independientemente de lo que el que escribe quiera
expresar. Para McLuhan, la escritura fonética, más tarde la imprenta, ha lanzado al hombre
occidental sobre el camino del progreso científico, pero al mismo tiempo lo ha disminuido
profundamente en sus relaciones humanas: “la pluma de ganso pone fin a la palabra...”.
El tribalismo, la Intercomunicación del hombre y de la naturaleza, la comunicación
simultánea, el “todo a la vez y al mismo tiempo comienza a debilitarse”. El nacimiento del
alfabeto trae la individualización.
Con el telégrafo aparece la Galaxia de Marconi, que según McLuhan engendró la “nueva y
extravagante forma del periódico moderno”.
Toda página de un diario telegráfico es un mosaico surrealista compuesto de parcelas de
humanidad. Al mismo tiempo, “la Interdependencia reemplaza a la Individualidad de la
Galaxia de Gutenberg”.
Jean Cloutier
1. La Era deEMIREC
La crisis de la investigación
Como resultado importante de esta crisis podemos anotar que, además de la investigación
tradicional de la comunicación, han emergido como mínimo tres importantes escuelas
generales. Son las siguientes:
1) La Psicolingüística, que arranca de los años 50 y tiene como representantes a Charles
E. Osgood y Thomas A. Sebeok. El estudio de los lenguajes, aparte de la tradicional
lingüística, ha llegado a ser una rama Importante de la investigación de la comunicación. Ha
combinado disciplinas tales como la lingüística formal, la psicología, la psicología social, la
lógica, la biología, la antropología y la sociología. La disciplina en si tiene una antigua
tradición, desde los años 20 y los años 30, empezando con Ogden, Tolman, Dewey y, más
recientemente, con el ya citado
Osgood, Chomsky y Miller. Desde el psicoanálisis aportan a la psicolingüística J.
Lacan y su escuela, como desde la antropología C. LévyStrauss.
Juntamente con la psicolingüística se desarrolla la Semiología, con nombres tales como
Roland Barthes, Umberto Eco, Corvado Maitese, Christian Metz, Gillo Dorfles, Georges
Péninou, Violette Morin y otros.
2) La Escuela Política, que surge como postura “crítica” contestataria al callejón sin
salida de los años 60. Había hallazgos que no podían ser explicados por enfoques
tradicionales de la Investigación. Se necesitaba algo nuevo y, así, se ideologizó el tema.
Se resucitaron planteos vetero-marxistas, como la estructura de poder y el control de los
medios, los valores de la sociedad, la lucha de clases, etc. Su objetivo normativo es hacer que
la gente sea consciente de su sufrimiento, necesidades e intereses. La argumentación se centra
en la tradicional dialéctica marxista: la situación presente se compara y se relaciona con el
objetivo utópico final.
Representantes de esa postura son, por ejemplo, Herbert Schiller, Silbermann y Krüger,
Armand Mattelart y otros.
La Escuela Política ha traído, sin duda, una cierta renovación en los planteos investigativos
de la comunicación y ha puesto el énfasis sobre las consecuencias de la comunicación en la
sociedad. Sin embargo, la mayoría de sus críticas sobre otras escuelas o posturas teóricas
pueden serle aplicadas. Hay mucho dogmatismo unilateral y no se da ningún crédito a otras
investigaciones.
Por otra parte, sus aportes no han mido del todo originales (fig. 13).
3) La tercera nueva dirección en la investigación de la comunicación está vinculada a
la Teoría General de los Sistemas. Está conectada muy estrechamente con el
desarrollo de la teoría de la organización reconociendo sus orígenes en autores como
Norbert Wiener, Talcott Parsons y otros.
En nuestro medio tenemos interesantes desarrollos sobre este tema. En 1973, Alberto R.
Levy publica lo que fuera su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Buenos Aires.
Así, ve la luz Multievaluación de proyectos de nuevos productos, en cuyo capítulo 2
(Enfoque de la teoría de marketing) tenemos el embrión de la relación comunicacional entre
el Sistema Empresa y el Sistema Consumidor. El tema reaparece un poco más tarde (1975),
en otro libro de Levy (Gestión del negocio), para desarrollarse en forma defInitiva en 1976
con Revisión de la Teoría de la Demanda, trabajo que merece, en mayo de ese año, el
primer premio del XXV Congreso Mundial de Publicidad realizado en Buenos Aires.
Con cierta prudencia, Levy afirma en el prefacio de su libro que “si bien han sido
empleados términos técnicos y teóricos de la epistemología, de la microeconomía, de la
psicología y de las ciencias formales, que quede bien claro que el presente trabajo teórico
tiene lugar en el ámbito de la comercialización” (el subrayado es nuestro). Indudablemente
esto es así, pero recordamos que muchas veces las obras escapan a la voluntad de su creador
(C. Maltese).
Por tanto, y porque la prudencia que distingue a Levy no nos adorna a nosotros, afirmamos
que, independientemente del marco formal y originario de la comercialización, la meditación
teórica de Levy se instala definitivamente y por derecho propio en la Teoría de la
Comunicación. Comunicación entre sistemas, Sistema Empresa y Sistema Consumidor, en
Levy el concepto de sistema nace por conexión y ordenación según un principio ordenador (el
contexto psicosocial del consumidor, las leyes generales del mercado, etc.), gracias al cual a
cada parte se le asigna en el conjunto su lugar y función impermutables, sin perder de vista
que en la totalidad lo vinculante es, primariamente, la finalidad de la función.
Consecuentemente, lo decisivo para el sistema no es aquello que las partes puedan ser en
sí, sino aquello que hace de ellas una totalidad:
el orden y la unidad; las partes están subordinadas al todo en su carácter parcial, existen en
virtud de éste; lo cual no excluye que, desde otro punto de vista, posean valor y ser propio.
Decimos también que en un sistema hay orden cuando una pluralidad de miembros,
elementos o partes está gobernada y dominada por una ley, un sentido o una unidad.
Lo fecundo del planteo de Levy está dado porque otros siguen sus pasos repensando y
mejorando los conceptos, tal el caso de Alberto Wilensky. Hace ya unos años, colaboramos
como docente en el curso de postgrado de especialización en Comercialización en la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Allí compartimos las inquietudes
de un brillante cursante: Alberto Wilensky, del cual bien dice Levy: “el foco principal de sus
inquietudes es el estudio de los procesos decisorios del consumidor”. Felizmente, esto no se
agota en inquietudes, se manifiesta en hechos. Recientemente (1983), Wilensky defiende su
tesis doctoral, en la que con enfoque lacaniano analiza la demanda desde una perspectiva
simbólica: “La elección del consumidor: Propuesta de un marco teórico para la comprensión
del fenómeno simbólico en el consumo”.1 Verdaderamente nos
1
Publicada por Edit. Temis, bajo el título de Marketing estratégico, en foque simbólico de la demanda
y clave real del negocio, Buenos Aires, 1986.
complace el haber integrado el Jurado multidisciplinario (como profesor titular de la Cátedra
de “Técnicas de Propaganda y Mercado” de la Carrera de Psicología de la UBA) junto a los
profesores de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA: doctores Alberto R. Levy
(Consejero de Tesis), Rodolfo Pérez (Cátedra “Teoría de la Decision”), Ricardo Solana
(Cátedra “Planeamiento y Control de la Producción”) y Federico Frischknecht (Cátedra
“Dirección General”).
Para mayor ilustración remitimos al lector al libro de Levy: Estrategia competitiva
(Macchi) en su capítulo 6, o al opúsculo: “AUN: Exégesis del deseo. El consumo y la
publicidad”, decoroso resumen de nuestro ex alumno Lic. Héctor A. Oro (FAECC).
El modelo está basado en la visión de sistema, pero de una forma dinámica: los sistemas de
comunicación cambian constantemente, son procesos que dependen del tiempo. Están
estrechamente conectados con su entorno o suprasistema, que los afecta y, por otra parte, los
sistemas de comunicación pueden provocar cambios en el entorno. El modelo se fundamenta
en las siguientes proposiciones:
La comunicación publicitaria
La segunda parte del circuito está dada por el retorno de la información: la retroalimentación
o Feed-Back (explicado anteriormente. En publicidad, ese retorno de información es
presentado por el efecto de la comunicación sobre los consumidores; sea por un cambio de
actitudes de los consumidores hacia el
producto anunciado, sea por el cambio de sus hábitos de consumo.
Este modelo es sumamente valioso para el publicitario, dado que muestra con claridad que,
para que la comunicación sea eficazmente establecida, el emisor y el destinatario deben estar
en la misma “longitud de onda”; en otros términos, el mismo léxico debe servir al emisor que
codifica y al destinatario que decodifica el aviso.
En la Fig. 18 los círculos que rodean al emisor y a la audiencia, toman la suma de las
experiencias que cada uno ha acumulado en el momento en que la comunicación se verifica.
Por ejemplo, es improbable que un hombre que no se ocupe con regularidad de las tareas
hogareñas, aprecie en su real dimensión las bondades de un arroz integral que tiene como
ventaja diferencial racional (destacada en el packaging del producto) su presentación en
“bolsitas hervidoras” y además un razonable tiempo de cocción de aproximadamente 25
minutos.
Siguiendo con otro ejemplo, el consumidor común: ¿reconoce y diferencia las cualidades
de un aceite multigrado o monogrado para el motor de su auto?, ¿sabe realmente qué quiere
decir que el aceite tal o cual es 15W 40?, ¿es bueno o es malo que el aceite sea
hidrogenado?, ¿todos los aceites son hidrogenados?,
¿algunos aceites son hidrogenados?
En consecuencia, deben ser satisfechas dos condiciones para que una comunicación se
establezca de manera eficaz: 1° es necesario que el anunciante y la audiencia tengan una parte
de su campo de experiencias en común, en otros términos, que sean capaces de hablar y de
comprender al menos un lenguaje y conceptos comunes; 2° es imprescindible que el mensaje
sea expresado en función de esta comunidad de experiencias, esto es, en ese lenguaje común.
CAMPO DE EXPERIENCIA
CAMPO DE EXPERIENCIA DEL EMISOR
DE LA AUDIENCIA
CODIGO DECOD.
Estos conceptos tomados de los modelos de comunicación tienen una directa implicación
en Publicidad. Los campos de experiencia de la empresa que anuncia un cierto producto y
del consumidor potencial de ese producto son generalmente de naturaleza esencialmente
diferente. La empresa evoluciona y se desarrolla en un universo técnico; sus ingenieros y sus
técnicos tienen un conocimiento científico- técnico profundo del producto (ellos saben que
todos los champues tienen detergente, el consumidor, no). Ese universo es
fundamentalmente profesional, fabricar y comercializar el producto es el trabajo de cada día
de los integrantes de la empresa.
Vemos entonces, que el nexo, el eslabón que engancha ambos sistemas o campos de
experiencias es el mensaje publicitario.
Con el paso del tiempo, la producción industrial fue cubriendo las exigencias
fundamentales del consumidor; a su vez éste se volvió cada vez más difícil de satisfacer.
La oferta superó a la demanda y el consumidor se puso a elegir entre los productos que se
le ofrecían. A partir de aquí, la empresa sintió la necesidad de comunicarse con su mercado;
pero tal comunicación casi siempre ignoraba el campo de experiencias del consumidor, el
mensaje no daba en el blanco (en muchos casos ni siquiera se sabía cuál era el blanco).
Esta época fue signada por gastos publicitarios exagerados en relación con los resultados
hipotéticos que podían generar.
CAMPO DE EXPERIENCIA
CAMPO DE EXPERIENCIA DE LA EMPRESA
DEL CONSUMIDOR
b).
CONSUM
PUBLICIT. COD. MENSAJE
COD.
Fig. 19 La comunicación publicitaria, antes a). Y después b). Del nuevo concepto de
Marketing.
La marca como unidad de comunicación en marketing
Para que la comunicación publicitaria sea efectiva, no solo emisor y receptor deben
disponer del mismo código para evitar la “decodificoción aberrante” (U. Eco), sino que
también el consumidor (receptor) debe reconocer como “distinto” el mensaje del anunciante
(emisor) de entre la homogeneidad comunicacional del mercado. El cual suele ser un lugar
donde todos dicen más o menos lo mismo.
Para que la Marca sea considerada e interpretada como Signo diferente por el consumidor,
es imprescindible que se configure de manera tal, que pueda destacarse entre otros posibles
estímulos registrados y capturar por cuenta propia su atención~.
En otros términos, la Marca es: la configuración material fonéticovisual propia del
concepto-eje, el cual debe interrumpir cierta homogeneidad.
La identificación con el Tigre, con la “concha de oro” (Shell) o con “el País” (Y.P.F.),
hace que el producto se convierta en el “disfraz” que le pern~ite al consumidor vestir al
“personaje” que deberá presentU tanto ante la “escena~~ social, como ante su “escena” ín~.
La imagen de una marca no se comunica sólo por la publicidad, tamo bién la comunican
otros elementos: 1. El producto, su presentación y diseño: Merchandising y Packaging. 2. La
Estación de Servicio y su Patsonal de playa (y elementos de apoyo: diseño de uniformes,
facturaS, etcétera).
La nafta, aceites, lubricantes y otros servicios no se venden en pun. tos de compra
anónimos que no comprometen en nada a la Marca. El punto de compra
exclusivo (Estación de Servicio) expresa la Marca con igual o mayor fuerza que la publicidad.
Finalmente, podemos agregar que el nivel semántico establece la relación entre la Marca
y la cosa designada, esto es, el producto.
La Marca es la unidad linguística mínima designativa. Entendemos por designar
ponerle nombre a las cosas. Ahora bien, la marca no sólo le pone nombre al producto, lo
designa, amo que ella niisma puad. transformarse en sinónimo del producto: “Fórmica”, por
laminado plástico; “Gillette”, por hoja de afeitar; “Birome”, por bolígrafo; “PIasticola”, por
cola vinílica; etcétera.
La marca como fenómeno lingüístico aparece como índice del valor del producto, el cual
determinará el comportamiento del consumidor. No se debe olvidar que el “texto” marca,
produce una imagen tridimensional, simultáneamente verbal, sonora y visual de su
significado. Es la insistencia sobre el valor único, diferencial, particular y propio del
producto.