3er BGU Readacción C. 1 de Marzo de 2021
3er BGU Readacción C. 1 de Marzo de 2021
3er BGU Readacción C. 1 de Marzo de 2021
SEMANA 23
SEGUNDO QUIMESTRE
ELEBORADO POR: LIC.VICENTE QUISHPE
DOCENTE DE REDACCION CREATIVA
AÑO LECTIVO 2020-2021
PLAN EDUCATIVO COVID EIB -19
Sugerencias:
Lee detenidamente para que comprenda
Desarrolle las actividades con la ayuda de algún miembro de la familia para que guie.
Utilice textos para que realice las actividades, para el refuerzo de tu autoeducación.
Guarde todas las tareas para que puedas compartir con sus compañeros en regreso a clases.
3er Año de Bachillerato en ciencias
OBJETIVO DE APRENDIZAJE: Utilizar la lengua como vehículo para el desarrollo del pensamiento, creatividad, reflexión, aprendizaje, la expresión
personal, el análisis y la interacción social.
VALORACION DE LA SEMANA: Puntualidad, responsabilidad, respeto, igualdad.
FECHA: 1 de marzo/21
ASIGNATURA:REDACCION CREATIVA
TEMA: Redacción y estilo
SUBTEMA: ¿Por qué conocer Redacción y estilo?
1.-¿Conoce la redacción y estilo?
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2.- Observa las imágenes y describa lo que observa
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a.- Nombre los principales estilos de redacción que conoce
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3.- Redacción y estilo
Además de una correcta presentación, un trabajo de curso ha de tener un contenido serio. Esto no significa que el alumno deba demostrar
que sabe más que nadie sobre el tema. A veces ese objetivo impulsa a algunos imprudentes a copiar despiadadamente sin citar las fuentes,
es decir: a plagiar. Y eso, como dije citando la ley de propiedad intelectual (1/1996), es denunciable. Hay que aprender a redactar trabajos
decentes, meta fácil de conseguir con la práctica.
Las siguientes sugerencias y correcciones guían en el proceso de redacción. Se basan en gran parte en los usos que recomienda la Real
Academia de la Lengua, y se contraponen a los errores más frecuentes que he corregido en cuantiosos trabajos de curso universitarios, que
incluso sabios intelectuales cometen, aunque luego sea el máximo especialista en una materia de investigación. Lejos de ser propios de la
universidad, muchos de esos errores están extendidos por la sociedad gracias a los medios de comunicación. Al cometerse en infinitos
círculos poco recomendables desde el punto de vista lingüístico, es difícil combatirlos. Además, según voy comprobando haciendo “trabajo de
campo”, muchos de estos errores ya estaban presentes en las películas de los años cincuenta del siglo pasado, sobre todo, en traducciones
al español.
Es sorprendente el contagio pandémico de los malos usos del lenguaje. Mi opinión es pesimista al respecto: pienso que todo lo malo se pega
en la lengua. Así, sucede que incluso académicos sorprendentemente cultos caen en su uso erróneo. En cambio, sería anómalo que un
gañán empezase a hablar como Cervantes de un día para otro después de leerse El Quijote. Pero aún no está la batalla perdida, sólo hay que
dedicarle un poco de trabajo a intentar desintoxicarse de los vicios más comunes de hoy día.
Un trabajo de curso ha de ser correcto en la forma y en el fondo, con una redacción clara y concisa. Para empezar, es aconsejable hacer
frases cortas, siguiendo un orden básico, compuesto por sujeto, verbo y complementos. Los párrafos también han de ser comedidos, de unas
seis a diez líneas, con una idea por párrafo. La exposición de ideas ha de ser coherente, no ha de tener contradicciones y ha de seguir un
orden lógico. Los verbos se deben usar evitando los bailes constantes entre el presente y el pasado en los mismos párrafos. Eso, además de
confundir al lector, convertirá en erróneas numerosas expresiones escritas.
La redacción ha de seguir un ritmo ágil, que se preste a una lectura rápida. Recuérdese que se ha de tender al ahorro de palabras, a
la sencillez del lenguaje, y no rellenar el texto de florituras innecesarias. Se han de evitar expresiones enrevesadas que a veces parece que
ni el autor entiende. Las negaciones contribuyen a hacer el texto críptico y complican la comprensión (“No por ello ha de pensarse que el
autor no decía eso”; “El presidente acudió, no sin antes haberlo leído”). Si la frase se redacta en afirmativo, se facilita su comprensión (“El
autor decía eso” o “El autor no decía aquello”; “El presidente acudió tras haberlo leído”).
Se evitarán reiteraciones injustificadas de frases, ideas o palabras. Pero si el verbo o el sustantivo al que se refiere una frase queda lejano o
poco claro, es mejor volver a repetirlo. También son prescindibles expresiones pleonásticas comunes hoy día (“para ser breve y concisa y no
alargarme demasiado”; “para finalizar, ya por último, hemos de terminar diciendo que”). En el polo opuesto, también es conveniente huir del
estilo telegrama, tan de moda en comentarios epigráficos y numismáticos (“Forma: rectangular. Materia: mármol”; en vez de “El epígrafe es
de mármol y tiene forma rectangular”).
El autor -el alumno en este caso- ha de adoptar una forma homogénea de presentarse, siguiendo un mismo criterio, y ha de evitar cambiar
constantemente el sujeto. Por ejemplo, sería erróneo que la investigación empezase por: “Esta investigación afirma”, unos párrafos después
dijera “sobre esta teoría pienso”, y continuase con “aquí defendemos”. Con respecto a la forma de redactar, es cansino recalcar el sujeto (“la
foto nos muestra”, “los datos nos demuestran que”). Basta con decir “la foto muestra” o “los datos demuestran que”.