Producto Integrador II
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3.2 Gastronomía.
El platillo típico más famoso en Tehuacán tuvo sus orígenes en los primeros años del siglo
XVII como resultado del mestizaje de dos culturas, al ser introducido el ganado caprino en
la Nueva España, comenzó el mestizaje alimenticio y uno de sus resultados es el mole de
caderas o mole de espinazo, así como una gran variedad de platillos.
Otro platillo típico de la zona es la barbacoa un platillo clásico de Santa María Coapan,
cabe mencionar también que parte importante dentro de la gastronomía de esta población
forman parte las suaves tortillas hechas a mano por las mujeres oriundas de esta Junta
Auxiliar de Tehuacán.
No podemos dejar de mencionar los Chiles Rellenos de Santiago Miahuatlán y su Mole que
aunque en las diferentes regiones de Tehuacán lo cocinan cada región le da su toque
especial, desde los moles picosos hasta los moles con sabor dulce
El pan de Tehuacán o "pan de burro" como se le conoce en la región (debido a que hace
años era transportado en burros), los muéganos, el nopal toro, las tetechas, los palomitos y
los tempexquiztles, constituyen también a la gastronomía tehuacanense.
3.3 Dulces.
Los antojitos derivados del maíz de Santa María Copan, los dulces típicos de Tehuacán y
sus platillos de insectos exóticos, que puedan tener un reconocimiento como lo tiene el
dulce típico muégano a nivel nacional o el mole de caderas con reconocimiento a nivel
internacional.
La Tradición de la Matanza:
Esta tradición comenzó en el siglo XVIII y se sabe que para 1805 la producción de ganado
cabrío era destacada y las matanzas ya se realizaban en la Hacienda San Lorenzo, y en las
de Santa Cruz, San José de El Riego y Buenavista, aunque su organización no era igual a la
que posee actualmente. En esa época, el chivo era un alimento popular pues su precio
estaba al alcance del presupuesto del trabajador. Se tiene memoria que, en Tehuacán,
sumando las matanzas de cada hacienda, anualmente se llegaron a matar entre 60 y 80 mil
chivos en total por año.
En las haciendas en que se realizaban las matanzas debía haber un corralito llamado toril
para encerrar el ganado antes de matarlo, un patio para la pica o matanza, un sitio o
corredor que se cubría con yerbas en el que se desuella el ganado, un aseladero y una pieza
con grandes calderas para freír la carne, llamado Casa de Calderas. Al conjunto de lugares
se le llama Oficinas de Matanza.
Estos chivos son pastoreados diariamente en los montes de la región y son alimentados
únicamente con hierba fresca y sal durante los meses anteriores a su sacrificio, evitando que
beban agua y así se mantengan hidratados sólo por aquella que les proporcionan los
vegetales consumidos.
Aunque se aprovecha la totalidad del animal, las caderas son el ingrediente principal del
platillo típico por excelencia de Tehuacán: el Mole de Caderas. De exquisito sabor y
preparación artesanal, actualmente es un lujoso platillo que se sirve en los principales
restaurantes de la región en esta temporada.
El Día de Muertos es una de las tradiciones mexicanas más importantes para cualquiera que
viva o haya visitado México, porque son días para honrar a nuestros fieles difuntos,
rememorarlos e incluso consentirlos.
Para la mayoría de los mexicanos, del 27 de octubre al 2 de noviembre son días de júbilo.
Según la tradición del Día de Muertos, las almas de los difuntos vuelven al mundo terrenal
para deleitarse con el altar de muertos colocado en su memoria.
La muerte en México no sólo representa pérdida y duelo, esta temporada también nos
brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestras experiencias con nuestros seres
queridos y para apreciar aún más la vida, la familia y los amigos.
Ofrendar en este día, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares
culinarios, el agua y, si son adultos, su bebida favorita, es estar cerca de nuestros muertos
para dialogar con su recuerdo, con su vida, es el reencuentro con un ritual que convoca a la
memoria. Cada elemento que se coloca en la ofrenda tiene un significado, a continuación,
mencionamos algunos de los más esenciales:
Flores: Camino de flores de la puerta al altar para guiar el camino de las almas a la ofrenda.
Cempasúchil, Nube y Alhelí.
Veladoras: Ascensión del espíritu, símbolo del amor que guía a las almas al altar.
Las Barbuditas
Allá por 1890 vivieron en la segunda calle del suspiro las señoritas Josefa e Isabel Rouaix,
modistas de profesión, mismas que en esa época fueron muy populares, primeramente,
entre la crema y nata de la sociedad por sus magníficas confecciones realizadas al estilo
francés, y también entre el vulgo porque en su rostro tenían abundante vello, lo que les
valió el mote de “Las Barbuditas”. Además, Isabel era muy chaparrita y Josefa muy alta, y
cuando algo o alguien estaba desproporcionado le decías: te pareces a las Rouaix. Estas
populares modistas fueron tías de Pastor Rouaix, a quien inclusive le costearon sus estudios
superiores en la capital del país.
Fue el cargador de número (porque los cargadores antes usaban una placa del ayuntamiento
con su número, para controlarlos debidamente y para seguridad de sus clientes) que vino
procedente de Altepexi. Usaba un calzón bastante pegado de arriba y muy ancho de abajo,
parecido al pantalón “Balón” que se usó hace algunas décadas. Todos los chamacos le
silbaban o le gritaban por su apodo y éste contestaba con un prolongado recordatorio
materno.
La llorona.
Cuentan que en aquellos tiempos existía "La Hortaliza", una casa de campo, propiedad de
la familia Díaz Ceballos, en aquel lugar había árboles de aguacate, fresnos, pinos y muchos
más, hoy en día es la calle dos norte entre la independencia poniente y la calle 2 oriente.
En este mismo lugar había lavaderos públicos, donde mucha gente iba a lavar su ropa y
acarreaban agua de una fuente que estaba en esa esquina; además, corría un cañito de agua;
se dice que "La llorona" se aparecía en aquellos lavaderos y muchos escuchaban su lamento
que causaba pánico. "Hay mis hijos" se oía; la leyenda dice que se aparece en los lugares
donde corre agua, como los ríos, presas, arroyos, etc.