Análisis Del Cuento
Análisis Del Cuento
Análisis Del Cuento
LA TINAJA
GIOVANNI BOCCACCIO
No hace casi nada de tiempo que un pobre hombre, en Nápoles, tomó por mujer a
una hermosa y atrayente jovencita llamada Peronella; y él con su oficio, que era de albañil,
y ella hilando, ganando muy escasamente, su vida gobernaban como mejor podían.
-Oh, Dios, alabado seas siempre, que, aunque me hayas hecho pobre, al menos me
has consolado con una buena y honesta joven por mujer. Ve cómo enseguida cerró la puerta
por dentro cuando yo me fui para que nadie pudiese entrar aquí que la molestase.
-¡Ay!, Giannelo mío, muerta soy, que aquí está mi marido que Dios confunda, que
ha vuelto, y no sé qué quiere decir esto, que nunca ha vuelto a esta hora; tal vez te vio
cuando entraste. Pero por amor de Dios, sea como sea, métete en esa tinaja¹ que ves ahí y
yo iré a abrirle, y veamos qué quiere decir este volver esta mañana tan pronto a casa.
Giannello prestamente entró en la tinaja, y Peronella, yendo a la puerta, le abrió al
marido y con mal gesto le dijo:
-¿Pues qué novedades esta que tan pronto vuelvas a casa esta mañana? A lo que me
parece, hoy no quieres dar golpe, que te veo volver con las herramientas en la mano; y si
eso haces, ¿de qué viviremos? ¿De dónde sacaremos pan? ¿Crees que voy a sufrir que me
empeñes el refajo y las demás ropas mías, que no hago día y noche más que hilar, tanto que
tengo la carne desprendida de las uñas, para poder por lo menos tener aceite con que
encender nuestro candil? Marido, no hay vecina aquí que no se maraville y que no se burle
de mí con tantos trabajos y cuáles que soporto; y tú te me vuelves a casa con las manos
colgando cuando deberías estar en tu trabajo.
-¡Ay! ¡Triste de mí, desgraciada de mí! ¡En qué mala hora nací! En qué mal punto vine
aquí, que habría podido tener un joven de posición y no quise, para venir a dar con este que
no piensa en quién se ha traído a casa. Las demás se divierten con sus amantes, y no hay
una que no tenga quién dos y quién tres, y disfrutan, y le enseñan al marido la luna por el
sol; y yo, ¡mísera de mí!, porque soy buena y no me ocupo de tales cosas, tengo males y
malaventura. No sé por qué no cojo esos amantes como hacen las otras. Entiende bien,
marido mío, que si quisiera obrar mal, bien encontraría con quién, que los hay bien
peripuestos que me aman y me requieren y me han mandado propuestas de mucho dinero, o
si quiero ropas o joyas, y nunca me lo sufrió el corazón, porque soy hija de mi madre; ¡y tú
te me vuelves a casa cuando tenías que estar trabajando!
Dijo el marido:
-¡Bah, mujer!, no te molestes, por Dios; debes creer que te conozco y sé quién eres, y hasta
esta mañana me he dado cuenta de ello. Es verdad que me fui a trabajar, pero se ve que no
lo sabes, como yo no lo sabía; hoy es el día de san Caleone y no se trabaja, y por eso me he
vuelto a esta hora a casa; pero no he dejado de buscar y encontrar el modo de que hoy
tengamos pan para un mes, que he vendido a este que ves aquí conmigo la tinaja, que sabes
que ya hace tiempo nos está estorbando en casa: ¡y me da cinco liriados!
Cuando el marido oyó esto se puso más que contento, y dijo al que había venido con él para
ello:
-Buen hombre, vete con Dios, que ya oyes que mi mujer la ha vendido en siete cuando tú
no me dabas más que cinco.
Y se fue.
Giannello, que estaba con las orejas tiesas para ver si de algo tenía que temer o protegerse,
oídas las explicaciones de Peronella, prestamente salió de la tinaja; y como si nada hubiera
oído de la vuelta del marido, comenzó a decir:
Dijo Giannello:
-¿Quién eres tú? Quiero hablar con la mujer con quien hice el trato de esta tinaja.
Y el marido dijo:
Y dejando las herramientas y quedándose en camino, se hizo encender una luz y dar una
raedera, y de inmediato entró dentro y comenzó a raspar.
Y Peronella, como si quisiera ver lo que hacía, puesta la cabeza en la boca de la tinaja, que
no era muy alta, y además de esto uno de los brazos con todo el hombro, comenzó a decir a
su marido:
-Raspa aquí, y aquí y también allí… Mira que aquí ha quedado una pizquita.
-Coge esta luz, buen hombre, y mira si está tan limpia como quieres.
Giannello, mirando dentro, dijo que estaba bien y que estaba contento y dándole siete
liriados se la hizo llevar a su casa. (Nieves , 2020)
FIN
ANÁLISIS DEL CUENTO LA TINAJA
Tipos de narrador:
Marcos de este cuento: son los relatos autónomos, con un planteamiento, nudo y
conclusión. A veces, los protagonistas , se convierte, a su vez, en narradores de
otros cuentos, este estilos es implementado en la obra “Decamerón”
Por tanto el tipo de narrador que más sobre sale en el cuento omnisciente
ejemplo :
¡Bah, mujer!, no te molestes, por Dios; debes creer que te conozco y sé quién
eres, y hasta esta mañana me he dado cuenta de ello. Es verdad que me fui a
trabajar, pero se ve que no lo sabes, como yo no lo sabía; hoy es el día de san
Caleone y no se trabaja, y por eso me he vuelto a esta hora a casa; pero no he
dejado de buscar y encontrar el modo de que hoy tengamos pan para un mes,
que he vendido a este que ves aquí conmigo la tinaja, que sabes que ya hace
tiempo nos está estorbando en casa: ¡y me da cinco lidiados!
Título del cuento: La Tinaja.
Tema :
El amor
La traición
La pasión
Argumento y síntesis o resumen.
Argumento :
De dónde sacaremos pan? ¿Crees que voy a sufrir que me empeñes el refajo y las demás
ropas mías, que no hago día y noche más que hilar, tanto que tengo la carne desprendida de
las uñas, para poder por lo menos tener aceite con que encender nuestro candil? Marido, no
hay vecina aquí que no se maraville y que no se burle de mí con tantos trabajos y cuáles
que soporto; y tú te me vuelves a casa con las manos colgando cuando deberías estar en tu
trabajo.
Dijo el marido:
-¡Bah, mujer!, no te molestes, por Dios; debes creer que te conozco y sé quién eres, y hasta
esta mañana me he dado cuenta de ello. Es verdad que me fui a trabajar, pero se ve que no
lo sabes, como yo no lo sabía; hoy es el día de san Caleone y no se trabaja, y por eso me he
vuelto a esta hora a casa; pero no he dejado de buscar y encontrar el modo de que hoy
tengamos pan para un mes, que he vendido a este que ves aquí conmigo la tinaja, que sabes
que ya hace tiempo nos está estorbando en casa: ¡y me da cinco lidiados!
Síntesis
-¡Ay! ¡Triste de mí, desgraciada de mí! ¡En qué mala hora nací! En qué mal
punto vine aquí, que habría podido tener un joven de posición y no quise,
para venir a dar con este que no piensa en quién se ha traído a casa. Las
demás se divierten con sus amantes, y no hay una que no tenga quién dos y
quién tres, y disfrutan, y le enseñan al marido la luna por el sol; y yo,
¡mísera de mí!, porque soy buena y no me ocupo de tales cosas, tengo males
y malaventura. No sé por qué no cojo esos amantes como hacen las otras.
Palabras claves:
Tinaja
Hilando
Juvenil deseo
Ingenio.
Personaje de importancia:
Bibliografía