Derecho Romano
Derecho Romano
Derecho Romano
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Es entonces cuando tienen lugar las declaraciones y gestos ante el magistrado
que son diferentes según cada una de las acciones..
Evidentemente si el demandante alega algo y el demandado lo reconoce o nos
lo opone ya no hace falta seguir adelante con el pleito.
Esto tiene alcance distinto en una acción real o en una personal.
Podemos comprender ahora cómo la jurisprudencia pontifical creó a través de
este mecanismo la in iure cessio como modo de transmitir la propiedad.
Ese momento en el cual se entrecruzaban las alegaciones de las partes
morales y solemnes se realizaba ante el órgano jurisdiccional y ante testigos
que eran llevados por las partes.
Y ese instante que es el momento en que la relación procesal queda
constituida, recibe el nombre de Litis contestatio.
Resta explicar el nombramiento del juez. Sabemos que una ley pinaria de
fecha absolutamente desconocida.
Estableció un plazo de treinta días para la elección de juez, en una nueva
comparecencia in iure. Menos por la segunda de las actiones que se nombraba
inmediatamente.
Una vez nombrado el juez está todo predispuesto para el comienzo de la
segunda fase apud iudicem.
La fase apud iudicem comienza a instancia del demandante que se pone en
contacto con el juez para que este dicte el intertium que es un término del argot
judicial donde se señalaba a las partes para que comparecieran al tercer día,
es decir, pasado mañana.
El comienzo de las actuaciones se fijaba para primera hora de la mañana.
Y al incompareciente se el esperaba hasta el mediodía.
Momento en el cual, el juez fallaba en contra del ausente.
Si ambas partes comparecen, el juez, comenzando por el demandante les da el
uso de la palabra, para que presenten el caso y presenten las pruebas. A partir
del siglo II a.C. esa tarea suele ser cumplida, si se puede, a través de rétores o
abogados que tratan de mover la voluntad del juez. La prueba antigua, se
realiza básicamente a través de testigos.
Y desde antiguo rige la regla de que la carga de la prueba compete a quien
afirma algo, no a quien lo niega. Por tanto, en principio compete al
demandante, pero hay pleitos en los que ambas partes actúan como
demandantes.
A no ser que una enfermedad repentina afectara al juez o a una de las partes,
en cuyo caso cabría un aplazamiento, la sentencia debía dictarse ese mismo
día y antes de la caída del sol.
También era posible que si el juez no veía claro el asunto podía jurar esa
situación de su conciencia y aplazar su decisión.
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El demandado decía y hacía lo mismo porque sino estaba reconociendo el
poder del demandante.
Por tanto, se trata de un juicio simétrico donde ambas partes tienen la misma
posición.
Y por tanto ambas pueden contemplarse como demandantes. Seguidamente,
el primero que hablaba desafiaba a la otra parte a un sacramento de una
cantidad de dinero que era distinta según el juicio fuera de mayor cuantía o de
menor cuantía.
Y la otra parte hacía lo mismo.
Tras las afirmaciones de ambas partes, el órgano jurisdiccional, gráficamente,
los separaba.
Lo que muestra teatralmente al poder político evitando la lucha física. El
problema que había que resolver entonces era qué sucedía con la cosa hasta
el momento de la sentencia.
En principio, el magistrado la atribuía a quien quería.
Normalmente a una de las partes.
Y ahí ya se manifiesta una diferencia entre el derecho reclamado y la posesión
de la cosa.
Luego se impone en la práctica el atribuirla a aquel mitigante que ofrece
garantes más solventes.
Esto es así hasta que en la media y tardía república prevalece el régimen de
los interdictos posesorios.
Practicada luego la prueba. El juez decretaba cuál de los dos juramentos o
sacramentos había sido injusto. El que tenía razón recuperaba el sacramento y
el perdedor perdía también el sacramento que venía a cumplir así el papel de
sanción contra la temeridad procesal.
De se modo, indirectamente se resolvía también el fondo del asunto.
La acción procesal, en principio hay que suponerla como la general para todas
las reclamaciones personales pero estos tienen, en principio, esta acción se
ejercitaba seguro contra los deudores por delito no flagrante, o bien , cuando
existiendo un daño, el demandado discutía du cuantía.
Es posible que se extendiera a otras obligaciones no delictuales por
aproximación a las delictuales.
Hay que suponer que aquí había también sacramentos pero no sabemos is uno
o dos. Porque aquí el procedimiento es necesariamente asimétrico.
Aunque se llame de petición de juez o árbitro, sería más exacto hablar de para
petición de árbitro o juez porque el supuesto primigenio es el de nombramiento
de árbitro.
La acción del sacramento servía para todo pero había un caso para que no
podía servir.
Se trata de los supuestos de división cuyo supuesto primitivo es la copropiedad
hereditaria.
En esos casos si los coherederos no se ponían de acuerdo a la hora de dividir
se nombraba a un árbitro para que procediera a la división, y esos arbitrajes
privados están ya recogido en las XII Tablas.
Por tanto se trataba de la primera recepción de arbitrajes pronunciados.
Se entiende asía que en estos casos el árbitro fuera designado
inmediatamente, sin esperar 30 días.
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Luego esta acción se extendió para la división de cualquier cosa común al
margen del ámbito hereditario.
Y además se extendió al caso análogo de la fijación de confines entre
inmuebles cuando hubieran devenido imprecisos.
En estos casos se nombraba árbitro, que tenía mayor discrecionalidad que el
juez.
Pero esta acción también tenía previsto el nombramiento de juez.
Y se nombraba juez para las reclamaciones procedentes de estipulaciones
donde el promitente no ha cumplido.
MANUS INIECTIO
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demandado y se apodera de él. Declarando que lo hace por existir una
sentencia condenatoria incumplida.
En ese momento, el iudicatus pasa a ser addictus. Tras sufrir la addictio
pretoria que autorizaba al demandante a llevárselo a su casa.
Las XII Tablas exigían un tratamiento humanitario de la addictio.
El demandante vencedor puede tenerlo en casa dos meses esperando que
alguien se apiade de él y lo rescate.
Y además, el derecho obligaba a sacarlo a tres mercados consecutivos.
Si pese a todo ese plazo los dos meses transcurrían en vano, el addictus
puede ser vendido como esclavo fuera de Roma.
El iudicatus que estaba iniure no se podía defender por sí mismo pero hay un
mecanismo que le permite proceder contra la sentencia declarativa que él
entiende injusta. El derecho antiguo no le permite tomar la iniciativa.
Lo que el iudicatus, que quiere proceder contra una sentencia injusta, debe
hacer es no cumplir, esperar que transcurra el plazo de los 30 días, ser citado y
presentarse con un vindex. Asumiendo el vindez la posición de demandado en
la acción de la ley ejecutiva y solo en ese caso, esta acción tiene tramitación
ordinaria con nombramiento de nuevo juez que emitirá nueva sentencia que
podrá ser ratificada o contraria a la declarativa anterior. Pero para eso hace
falta encontrar un vindex.
En caso de confirmación de la sentencia declarativa, el vindex, que es el
condenado, deberá pagar el doble.
Solo aceptará ser vindex, aquel, al cual el iudicatus solvente le entrega la
cantidad del doble para que asuma el papel procesal.
Esta acción procede contra el juzgado y condenado, pero también en algunos
otros casos equiparados. Los más importantes son dos:
1) El confesus. Es antiquísima la equiparación iudicatus-confesus.
2) El fiador que pagó por el deudor principal. Fue previsto por una ley de la
segunda mitad del siglo IV a.C. A ese fiador se le llama sponsor.
Al margen de para establecer una obligación servía también para garantizarla.
Y esta, que era la única garantía personal antigua, solo servía para garantizar
deudas estipulatorias. Y por lo tanto, si la deuda a garantizar no era
estipulatoria había que convertirla primero en estipulatoria y entonces ya se
podía garantizar por sponsio.
Si existe deudor por sponsio y fiador por sponsio, el acreedor puede dirigirse
contra cualquiera de las dos pues son solidarios.
En caso de que el fiador pague por el deudor principal y el deudor principal no
le reembolse al fiador en seis meses, esa ley publilia otorgaba directamente la
manus iniectio contra el deudor principal.
La manus iniectio es el prototipo de las acciones ejecutivas clásicas y al derivar
estas de aquella la condena en esas acciones clásicas será el doble.
Naturalmente en la época clásica, el iudicatus se podrá ya defender por sí
mismo sin necesidad de vindex pero dando garantía de pago de la eventual
sentencia.
5. EL PROCEDIMIENTO FORMULARIO
PROCEDIMIENTO FORMULARIO
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Juicios legítimos son los que tienen lugar en Roma ante un juez o árbitro
unipersonal y entre ciudadanos romanos como partes como juez.
Por eso decía vulgarmente que los pleitos morían al año y medio. Todos los
demás, son imperiales que quiere decir que está fundado en el imperio del
magistrado. Tenían como plazo para ser sentenciados la duración en el cargo
del magistrado que los instituyó.
Y esto es lo que explica que a finales de año hubiera pocos pleitos.
A esta legalidad es subyacente la idea de que la administración de justicia debe
ser pronta. Pero no inmediata.
Naturalmente si el juzgador o juzgadores dejan pasar el caso sin sentenciar
hacen suyo el pelito. Como si hubieran sido condenados en el pleito que
frustraron.
7. IURISDICTO E IMPERIUM
7.1. LA IURISDICTIO Y SU RELACIÓN EN EL IMPERIUM
IMPERIO DE JURISDICCIÓN
EMBARGOS
Son actos de imperio del pretor dictados tras petición de un interesado a través
de los cuales, se priva a una persona del control de una cosa o de un
patrimonio para ponerlo a disposición de otra.
Lo ordinario es el embargo de un patrimonio, la llamada misio in bona. Mientras
que el embargo de un solo bien es menos frecuente.
La finalidad que se persigue con el embargo puede ser, o simplemente
preventiva, o de conservación, o bien coactiva que en caso de no logar el
efecto buscado, se convertirá en ejecutiva.
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Un embargo simplemente preventivo, es el que puede pedir la madre
embarazada para proteger o salvaguardar las expectativas hereditarias de su
futuro hijo.
En ese caso, se otorga el embargo con nombramiento de un curador o
administrador del patrimonio.
Mucho más ordinario es el embargo coactivo que se da, por ejemplo para que
una persona que no se defiende en pleito salga de su situación.
El embargo es, inicialmente, solo coactivo, pero si persiste en esa situación se
convertirá en ejecutivo.
Con venta del patrimonio en pública subasta.
Para satisfacer al peticionario y a otros posibles acreedores. Y aquí es donde
tiene su origen la ejecución patrimonial clásica que sustituya a la antigua
ejecución personal antigua.
Los embargos que hemos visto son de un patrimonio.
El embargo de un bien singular se produce, por ejemplo en el régimen pretorio
de la caución de daño temido. Cuando el titular de un terreno teme el daño que
pueden provocar sobre el mismo la construcción de un vecino contiguo, bien
por su estado ruinoso, bien porque se esté haciendo, en tal caso, puede
solicitar del propietario del fundo vecino que amenaza el daño de una caución
por la que prometa indemnizar si el daño temido se produce.
Si el vecino se niega a dar la caución, el pretor decreta un primer embargo de
carácter coactivo que implica además, el autorizar al peticionario a entrar en el
inmueble y eliminar los riesgos inminentes. Y si en el plazo de tiempo que
marque el magistrado, el vecino sigue sin dar la caución, el pretor, decreta el
embargo definitivo de ese bien a favor del peticionario.
ESTIPULACIONES PRETORIAS
Hay veces que el pretor obliga a las partes a dar una estipulación, cuya fórmula
aparece ya fijada en el Edicto.
El pretor no obliga a darlas por la fuerza de las armas, sino que se sirve de los
propios medios jurisdiccionales y de imperio de los que dispone para
imponerlas.
A través de embargos, el pretor forzaba a dar la caución de daño temido.
En el ámbito de la representación procesal, el pretor forzaba a dar las
cauciones.
8. LA ORGANIZACIÓN JURISDICCIONAL Y
LA FUNCIÓN JUDICIAL EN EL
PROCEDIMIENTO FORMULARIO.
8.1. MAGISTRADOS CON POTESTAD JURISDICCIONAL
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competencia de estos magistrados carece de limitación respecto a la cuantía
del litigio.
La potestad jurisdiccional limitada por razón de la materia la tienen los ediles
con respecto a asuntos relativos a sus funciones de policía administrativa en el
medio urbano.
La jurisdicción de los magistrados locales en los municipios y colonias es
limitada por la cuantía y por la razón de la materia.
El límite de la cuantía se establece en la correspondiente ley municipal por
razón de la materia carecen de competencia en las acciones infamantes,
corresponde la competencia en Italia, al pretor de Roma y en las provincias al
gobernador. Las partes de común acuerdo pueden someter a los magistrados
el conocimiento de controversia de los magistrados, que carecen de imperium
y no pueden hacer uso e las medidas coercitivas complementarias de la
jurisdicción por la limitación funcional de la competencia.
b) La jurisdicción se ejerce en el estrado del foro romano para los pretores y
para los magistrados municipales en el foro municipal; para los ediles en el
foro del mercado. La sede central de la administración de justicia en los
territorios provinciales se encuentra en la capital de provincia pero a veces lo
hace de forma itinerante el gobernador provincial.
c) El calendario judicial consta de días hábiles e inhábiles dentro de la
administración de la justicia. Dentro de los días inhábiles se encuentran los
festivos de cada localidad y los de todo el Imperio además de determinados
periodos de actividades agrícolas. La actividad judicial puede desarrollarse si
están de acuerdo las partes litigantes y el juez
a) Los litigantes escogen como juez a cualquier persona que cumpla unos
requisitos ya que esta función está reservada a los varones y tienen que ser
mayores de 20 años. Si no hay acuerdo entre las partes habrá que acudir a
la lista de oficiales de jueces que el pretor confecciona y expone al público
junto al Edicto anual.
Se hace mediante un sistema de recusaciones de forma alternativa
comenzando por el demandante hasta que quede un asola, recayendo
finalmente la designación como juez en el último ya no recusable.
La resolución de la controversia se encomienda ordinariamente a un juez
unipersonal confiada a un árbitro.
b) Los juicios de derecho privado prevén la intervención de un órgano judicial
colegiado, los recuperatores.
El nombramiento sigue el mismo régimen que el de los jueces unipersonales,
tras la elección de siete nombres del álbum iudicum hay un sorteo que
proporciona los necesarios. Las decisiones del juicio se hacen por mayoría de
votos.
c) La función judicial es un deber cívico al que no se puede renunciar salvo que
el designado como juez alegue una causa que el pretor considere
suficientemente justificativa para la renuncia al desempeño de aquella
función, en caso contrario tendrá una multa.
El juez debe prestar juramento de que desempeñará correctamente su función,
es un compromiso a actuar como un “buen juez”.
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III. TRAMITACIÓN PROCESAL DE LAS
ACCIONES FORMULARIAS
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creó la actio ad exhubendum que era una acción in factum y cuya finalidad era
que el demandado exhibiera o mostrara la cosa.
La peculiaridad de esta acción exhibitoria era una acción personal y se persiste
la indefensión se procederá al embargo de todo el patrimonio.
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cognitor como demandado si el representado le garantiza a través de la cautio
iudicatum solvi de que el pagará en su caso la sentencia.
Una vez que las partes comparecen in iure, lo primero que el magistrado tiene
que ver es su propia competencia jurisdiccional t luego debe pronunciarse
sobre la capacidad de las partes y su legitimación, una vez visto lo anterior, el
magistrado suele invitar a las partes o poner fin a la controversia sin necesidad
de seguir adelante con el procedimiento.
Esto se puede provocar por ellas mismas antes de acudir al pretor. Esas cuatro
formas de solucionar la controversia sin Litis contestatio posee unas fases:
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1) Perdón gratuito del demandante que se apiada del demandad, lo que es
poco frecuente. Ese es el llamado pacto de no pedir. El simple pacto no
engendra acción. A partir del pacto de perdón el demandado queda
protegido ante un posible arrepentimiento del demandado que ejercía la
acción.
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10.1. DATIO ACTIONIS Y LITIS CONTESTATIO
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Finalmente la novedad puede consistir en el cambio de algún elemento
accidental.
Este es el aspecto que resulta interesante a propósito de la equiparación o no.
A diferencia de la existencia de un término diez en el cumplimiento de una
obligación existe desde el primer momento aunque solo sea exigible cuando
llega el día.
En cambio, cuando existe una condición, la obligación no se considera
existente hasta el momento en que la condición establecida se cumple.
La jurisprudencia antigua interpretaba que cuando la obligación antigua era
pura y la nueva era condicionada, había novación pero la jurisprudencia del
principado interpreta que no hasta que la condición de la que depende la nueva
no se cumple. Porque en otro caso no se pude hablar de novación.
Por eso mismo en el ámbito de la Litis contestatio no hay propiamente
novación porque la relación anterior queda sustituida por la propia marcha del
pleito por una obligación condicionada pues depende dela solución del juez.
En cualquier caso, para referirse a esta “innovación” procesal la doctrina habla
de novación necesaria en el sentido de operada o producida necesariamente
por la propia mecánica o marcha del procedimiento con independencia de la
voluntad de las partes.
LA INTENTIO
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Puede ser tenida en cuenta por el juez y figura insertada en el texto de la
fórmula por el principio de fidelidad y congruencia de su decisión con los
términos de la misma. En los juicios de buena fe pueden hacerse valer las
excepciones ante el juez por la discrecionalidad que le permite tener en cuenta
de oficio todo lo que pueda afectar a las obligaciones recíprocas.
La exceptio del demandado puede ser neutralizada por la replicatio que si es
probada paraliza la excepción y el demandado puede neutralizar la replicatio
del actor con una dúplica o tríplica, es el último eslabón de la cadena
contemplada en las fuentes que podría proseguir. Esto complica la redacción
de la fórmula y el juicio ulterior.
b) Las fórmulas pueden presentar una praescriptio que es una cláusula a modo
de advertencia a iniciativa del demandante al principio de la fórmula que
delimita el objeto de la acción. Su finalidad es evitar las consecuencias
perjudiciales derivadas del efecto extintivo de la Litis contestatio.
Existió una praescriptio reo, a solicitud del demandado al principio de la fórmula
con la finalidad de subordinar el examen de la controversia al análisis de una
objeción preliminar realizada por el demandado; cayó en desuso y fue
sustituida por la exceptio.
f) Las fórmulas de las acciones sirven para dividir el patrimonio familiar entre
los coherederos, la adiudicatio faculta al árbitro a adjudicar a cada una de
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las partes cosas y derechos en proporción a su cutos en la herencia; la
adiudicatio no solo le permite atribuir la propiedad, sino también constituir
derechos reales. La acción de fijación de lindes también es divisoria y en ella
la adiudicatio de la fórmula faculta al árbitro a constituir una línea divisoria
entre fincas cuando los límites entre ellas resulten discutidos.
La división de una cosa no siempre es materialmente posible. La adiudicatio va
complementada por la condemnatio que permite al árbitro imponer a las partes
el pago de sumas de dinero si resulta necesario para producir el equilibrio en la
división.
PARTES ETRAORDINARIAS
11.2. LA PRUEBA
11.3. LA SENTENCIA
Las actuaciones ante el juez al tratar las legis actiones sigue siendo válido
ahora.
Como particular ahora, encontramos la cada vez más frecuente intervención de
abogados.
Y a propósito de las pruebas desde la tardía república junto a la prueba
testifical, que naturalmente pervive, tiene cada vez mayor protagonismo la
prueba documental.
Del mismo modo que en algunos casos se toman ya en consideración las
presunciones.
Una vez practicada la prueba del juez debía emitir la sentencia.
Sí hay que indicar que el principio a propósito de las acciones condemnatio
presentaba cláusula arbitraria.
Ese principio se extiende a todas las acciones si el demandado acepta cumplir
antes de la sentencia, logrando así ser absuelto. Eso es lo que quiere decir la
regla omnia iudicia absolutoria sunt.
En algunos casos la sentencia condenatoria lleva añadida la llamada nota de
infamia. Esas son las llamadas acciones famosas.
La infamia tiene repercusiones en el ámbito social, jurídico y político.
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Son famosas al margen de las sentencias condenatorias en juicios penales
públicos.
Los siguientes en el ámbito privado:
1. Las sentencias en acciones delictuales, salvo en los de la Ley Aquilia y
similares.
2. Las sentencias en todas las acciones de buena fe, esencialmente basadas
en la fides pero solo cuando el demandado es condenado por actuación
dolosa.
Una vez emitida la sentencia esta era firme desde el primer momento aunque a
partir del siglo I comienzan en determinados casos a admitirse por los
emperadores las apelaciones.
Pero la apelación, que es siempre por vía extra ordinem, solo se generaliza en
la segunda mitad del siglo II cuando puede solicitarse ante el emperador o un
delegado suyo la revisión de la sentencia de un juez ordinario.
El plazo para pagar sigue siendo el mismo que antiguamente y en caso de que
transcurra en vano, el demandante vencedor debe ejercitar ahora la actio
iudicati que es la acción que sustituye en el procedimiento formulario a la
antigua acción de la ley por imposición de la mano.
Si el demandado no tenía nada que objetar ahí terminada el procedimiento
formulario a la antigua acción de la ley por imposición de la mano.
Si el demandado no tenía nada que objetar ahí terminaba el procedimiento con
los acontecimientos siguientes.
Mientras que si el condenado quiere revisión de la sentencia anterior puede
ahora seguir adelante con el pleito defendiéndose él mismo sin necesidad de
vindex.
Pero solo será admitido por el pretor para el pleito si da caución
suficientemente garantizada de que la sentencia será pagada y no al simple
sino al doble.
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garantías personales existente en Roma, tanto en el ámbito negocial como en
el procesal.
En la práctica los deudores no quedaban sometidos de ordinario a sus
acreedores primarios sino a sus fiadores.
En consecuencia, esos deudores quedaban sometidos a sus fiadores que
pagarán por ellos, los cuales eran sus familiares o sus amigos.
Y eso da lugar a múltiples retrasos en la exigencia ya que se emiten en lo
posible la ejecución patrimonial de los deudores.
Como decíamos a la situación de insolvencia no se lleva por sorpresa, sino que
se ve venir y por eso el que es consciente de que no puede hacer frente a sus
acreedores, debe proceder de una determinada manera.
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Dentro de ese patrimonio es posible que existieran créditos que el deudor
concursado tuviera frente a terceros. Los cuales, formaban parte del patrimonio
y habían sido comprados por el emptor bonorum.
Si esos deudores no satisfacen voluntariamente al emptor bonorum, este
dispone de acciones con fórmulas concretas para reclamarlos. Si se trata de un
deudor concursado vivo, se ejercita la llamada fórmula Rutiliana, en la cual, el
bonorum emptor actúa como si fuera un procurator in rem suam.
En cambio, si se trata de un deudor concursado fallecido, lo que era bastante
frecuente, y en ese caso se ejercita la fórmula Serviana que es ficticia.
La ficción que se hace es que el bonorum emptor es heredero del deudor
concursado.
El magister bonorum era el que recibía el importe de lo ofrecido por el
comprador y era el encargado de satisfacer proporcionalmente a sus créditos a
los acreedores.
Y a estos efectos, todos están en idéntica situación sin que el hecho de que un
crédito sea anterior en el tiempo a otros, otorgue preferencia.
Solo tienen preferencia lo que por ley o norma equivalente tengan la condición
de acreedores privilegiados, los cuales, si se cobran y por entero antes que los
demás.
Son privilegiados: el fisco, lo es también la mujer en relación con la dote.
Y luego los que por disposiciones públicas concretas en determinadas
coyunturas se les otorgue esa concesión.
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Históricamente comenzó aplicándose como beneficio a favor de los menores
concursados y de familias de alta sociedad, favorecidas por un senado-
consulto.
Pero, se extendió luego cuando así lo acordaban los acreedores.
A través de este mecanismo, los bienes no se vendían en bloque sino
individualmente.
Y por tanto, la cantidad obtenida era mucho mayor, y además la venta podía
quedar paralizada en el momento en que alcanzase el importe total de las
deudas. Por eso el mecanismo que prevalece en el bajo imperio y en el
derecho Justinianeo es este, y es el que se transmite en la tradición europea.
INTERDICTOS
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exhibía en los términos indicados por el juez o se le condenaba a pagar la
estimación.
b) El árbitro elegido puede aceptar o no el encargo. Una vez asumido tiene que
desempeñar su función y resolver la controversia emitiendo un laudo, salvo
que pueda alegar una excusa sobrevenida que le impida ocuparse del caso
y sea aceptada por el magistrado. El árbitro puede eximirse de emitir un
pronunciamiento sobre la controversia si tras examinar el caso no ve clara la
solución y presta correspondiente juramento.
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26. RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS BIENES
PATRIMONIALES
26.1. TRANSMISIÓN DE LOS BIENES Y CONSTITUCIÓN DE DERECHOS
SOBRE LOS MISMOS. RES MANCIPI Y NEC MANCIPI
II. LA POSESIÓN
PROPIEDAD-POSESIÓN
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En las fuentes romanas no existe una definición de propiedad. Término este,
que aunque es romano, no es el que ellos emplean. Los romanos hablan de
dominium y de dueño.
Su concepción de la propiedad viene a coincidir con la cosa misma en cuanto
es de alguien.
En todo caso, la propiedad puede admitirse como el máximo derecho que
existe sobre una cosa sin otros límites que los que la legalidad marque. Lo que
en principio viene a coincidir con la concepción actual salvo que la incidencia
hoy de los límites marcados por la legalidad es inmensamente mayor.
Evidentemente se trata del prototipo de los derechos reales.
El término propiedad es romano. Pero ellos lo aplican para los supuestos en los
cuales la propiedad viene limitada por la concurrencia de un derecho de
usufructo sobre la cosa.
Sin embargo desde época bajo-imperial, es el término que tiende a prevalecer
y a su vez prevalece también en las lenguas romanas. La propiedad es ante
todo la propiedad civil. Es decir, la reconocida por el derecho civil, que se
defiende antiguamente por la legis actio per sacramentum in rem que quedará
suplantada por la acción reivindicatoria clásica.
Frente a ella está la que podemos denominar “propiedad pretoria” pero que
ellos no la llaman así porque propiedad es la civil.
Esta última aparece en las fuentes como in bonis habere, “tener patrimonio”.
Se trata de los supuestos en los cuales originariamente se ha transmitido una
cosa mancipi por traditio.
En esos casos, el pretor protege al adquiriente con buena fe y justo título como
si fuera propietario. A través sobre todo de la acción publiciana y de la
excepción de cosa vendida o donada y entregada.
Ante las fuentes no presentan la definición de propiedad pero si una especie de
formulación alusiva su contenido que comprendería el uti, el frui, el habere y el
possidere.
El uti se refiere a la facultad de uso que el propietario tiene. El frui alude a la
facultad de hacer suyos los frutos naturales o civiles que la cosa produzca.
Esos dos aspectos del contenido son los que corresponden al usufructuario
cuando ese derecho concurre con el de propiedad y por eso no habla en ese
caso de nudo propietario.
El habere se refiere a la facultad de disposición sobre la cosa que el propietario
tiene. Lo que comprende tanto el venderla como el donarla como aceptarla en
garantía. Es decir, grabarla con prenda o hipoteca.
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27.1. LA POSESIÓN DEL AGER PUBLICUS Y LA ORIGINARIA
PROTECCIÓN INTERDICTAL DE BIENES INMUEBLES
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los interdictos de retener la mayoría de las veces sirven para recuperar la
posesión.
Los interdictos de recuperar son restitutorios, mientras que los de retener son
prohibitorios.
INTERDICTOS DE RECUPERAR
Es prohibitorio para inmuebles y es doble que quiere decir que la orden pretoria
va dirigida a los dos y por tanto resulta mucho más arriesgado que los
interdictos ordinarios. Aquí, la orden pretoria dice lo siguiente: prohíbo que se
emplee la fuerza para que posea la cosa aquel que vosotros dos que la
poseyera sin vicio respecto al otro. Por tanto si el poseedor actual era vicioso
respecto al otro debía restituir, mientras que si no lo era prevalecía. Por tanto
este interdicto en la práctica tanto servía para retener como para recuperar.
Dado el riesgo que comportaba este interdicto por el alto número de las
estipulaciones penales, se crearon los otros interdictos restitutorios mucho
menos arriesgados.
INTERDICTO UTRUBI
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Es el interdicto de muebles. Este es también prohibitorio y también doble.
En este interdicto el pretor prohibía que se emplease la fuerza para que
poseyera la cosa aquel que la hubiera tenido más tiempo sin violencia y sin
clandestinidad en el último año respecto al adversario.
Ahora podemos comprender el régimen de tramitación de la acción de la ley
por el sacramento en su evolución posterior y el que en la práctica antes de ir a
la acción reivindicatoria, lo mejor es tratar de recuperar la cosa por via
interdictal, y en realidad la reivindicatoria se ejercita contra el que ha vencido
en el trámite interdictal.
Hasta aquí la posesión pretoria y los interdictos posesorios creados por el
pretor.
Pero junto a la posesión pretoria, la jurisprudencia, crearon la posesión civil,
que es la posesión del que se presenta como propietario, sea civil o ese que
hemos llamado propietario pretorio.
Y es precisamente a propósito de la posesión civil donde la jurisprudencia
tardía individualiza teóricamente los requisitos para la adquisición,
conservación y pérdida de la posesión.
Esos dos elementos son, uno material que se concreta en el término corpus, es
decir el tener control físico sobre la cosa y otro que es el elemento intencional
de tenerla en principio con exclusividad que es el animus.
Todo el tratamiento sobre la adquisición, conservación o pérdida de la posesión
los juristas lo contemplan desde el punto de vista casuístico.
Para la adquisición es preciso tener el elemento físico pero aquí los hijos y los
esclavos funcionan como elementos del pater familias. Y desde los juristas
severianos se admite la adquisición por medio del procurador. Acompañado del
elemento intencional. La adquisición solo se puede realizar de dos formas.
O por ocupación o por traditio. Si la ocupación es de una cosa de nadie (res
derelictae) el apoderamiento posesorio conlleva también la adquisición de la
propiedad. En cambio si yo ocupo una cosa ajena no adquiero la propiedad.
Desde el punto de vista de la traditio, ella en sí misma es un modo de transmitir
la posesión pero si se trata de una cosa no mancipable y existe una ius causa,
justa causa, supone también la adquisición de la propiedad si él es ajeno al
propietario.
Respecto a la conservación y pérdida de la posesión, las soluciones son
siempre cauísticas. En principio, el animus, debe mantenerse siempre pero el
corpus puede estar en poder de tercero, a través del cual se conserva.
Si se pierde absolutamente la disponibilidad sobre una cosa, la posesión se
entiende perdida. Sea por invasión del inmueble, sea por imposibilidad de
recuperar una cosa.
Desde la jurisprudencia tardía, la invasión clandestina de un fundo no supone
la pérdida de la posesión.
Por supuesto la posesión se pierde por abandono. Del mismo modo que al ser
una situación de hecho, la posesión se pierde con la muerte y no se transmite
al heredero, que deberá adquirirla.
Respecto a los esclavos en fuga, antiguamente se interpreta que la huida hace
perder la posesión por pérdida del corpus.
Pero en el imperio se entiende que no se pierde si se pone en conocimiento del
servicio público de fugitivarios.
Respecto a los animales domésticos, se entiende que la posesión no se pierde
mientras el animal mantiene el espíritu de volver.
27
En los animales salvajes se entiende que la posesión se adquiere al ocuparlos,
y se entiende por tal incluso cuando están en el cepo que uno ha puesto. Y se
pierde cuando recuperan la libertad natural.
El propietario está protegido por los interdictos posesorios y por tanto, lo que
debe hacer no es ir directamente con la acción reivindicatoria de tramitación
más larga y de prueba difícil, sino tratar de recuperar la cosa a través del
interdicto que le convenga.
Por tanto, la reivindicatoria solo procederá si pierde en el interdicto posesorio.
La acción típica de que dispone el propietario es la reivindicatoria.
28
Varias de ellas que incluye otros recursos procesales los hemos visto en otros
momentos del programa.
Además el propietario puede ejercitar las acciones penales contra quien hurte o
dañe la cosa.
Vimos también el caso particular de la caución de daño tenido.
Uno es el de distintos supuestos que se unifican bajo la denominación de
acción negatoria. La acción negatoria es la que ejercita el propietario contra
aquel que pretende tener un derecho real limitado sobre la cosa. Bien sea de
usufructo, o bien de servidumbre en sus diferentes tipos.
La acción se llama negatoria porque el propietario o demandante niega que
ese pretendido derecho exista.
En esta acción la prueba de que ese derecho existe no le corresponde al
demandante, sino al demandado.
Esta fórmula lleva también cláusula arbitraria.
En estos casos, la restitución consiste casi siempre en obligarle el juez al
demandado que no lleva razón a que de una estipulación de garantía con la
que prometa no realizar nuevas molestias o perturbaciones.
Otra es la denuncia de obra nueva. Este es un recurso que procede en dos
casos distintos, Uno es cuando alguien construye en terreno ajeno.
En este caso se demanda en defensa de la propiedad.
El otro supuesto, más ordinario es el que construye en su propio terreno pero
en contra de una servidumbre existente.
En este caso se está protegiendo el derecho de servidumbre.
Quien se siente perjudicado por esa construcción nueva puede denunciar la
obra ante el constructor en la misma obra.
El constructor debía paralizar la obra hasta que se probase en el juicio
declarativo ordinario si tenía derecho a construir o no.
El derecho le permite no obstante continuar construyendo siempre que de una
estipulación suficientemente garantizada de que si se prueba que no tiene
derecho a construir demolerá a su consta todo lo construido.
Si denunciado, no paraliza la construcción y no la caución, el denunciante
puede ejercitar contra él un interdicto por el que se le ordene demoler lo
construido. Y ese es el llamado interdicto demolitorio. Mientras que si da
garantía al denunciante no le puede seguir molestando en la construcción. Y
ese constructor que garantizó, dispone de un interdicto prohibitorio para que no
se le moleste en su construcción.
30
transferencia interna de cuotas en la comunidad de bienes y, sobre todo, para
la constitución y extinción de derechos reales sobre cosa ajena.
31
justa causa para la usucapión y protección como propietario pretorio, a
consecuencia del carácter no formal del acto adquisitivo.
El derecho real por antonomasia es la propiedad pero sobre una cosa que es
de alguien que puede concurrir otro derecho real que puede ser también de
propiedad, en cuyo caso se habla de copropiedad o condominio u otro derecho
real limitado que son los llamados derechos reales iura in re aliena.
Los principales son las servidumbres previales.
Y el usufructo, que a veces en el derecho tardío aparece denominado como
servidumbre personal.
Llegan a configurarse como derechos reales otros menos importantes.
En virtud de la llamada elasticidad de la propiedad esta recupera su plenitud
cuando ese derecho real existente se extingue.
35. COPROPIEDAD
35.1. FORMAS DE CONFIGURACIÓN DE LA COMUNIDAD DE BIENES
EL CONDOMINIO O LA COPROPIEDAD
Existe copropiedad cuando dos o más personas son propietario de una cosa, y
a esa situación se puede llegar por actos mortis causa, en especial por
herencias o por legado, también por fideicomiso.
O bien por actos intervivos, por adquisición conjunta de una cosa por dos o
más personas.
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puede llegar, o bien de modo convencional, o bien por vía judicial a través de la
acción divisoria.
Respecto a los actos de disposición, cada uno de los condueños pude disponer
libremente de su cuota.
Por tanto, puede venderla, puede hipotecarla, puede entregarla en usufructo,
puede donarla, etc. En principio. Pero se plantea el problema de la constitución
de derechos indivisibles. Ante todo, de la constitución de servidumbres.
En ese caso, si uno de los condueños constituye una servidumbre sin contar
con los demás, no se considera restituida y se interpreta que renuncia a ella y
acrece a los demás.
Por tanto, en ese caso, la servidumbre debe ser constituida por todos. Un caso
parecido se producía respecto a la manumisión de esclavos.
Es en principio evidente que en ese caso el esclavo no se hace libre y se
produce acrecimiento en los demás. Pero aquí comienza a funcionar el
principio de favo libertatis.
Del mismo modo que pasaba en el ámbito dotal donde el marido no estaba
facultado para manumitir esclavos dotales.
En estos casos termina imponiéndose la interpretación de que el esclavo se
hace libre, pero siempre que el liberador indemnice a los demás condueños.
Del mismo modo que el ámbito dotal se admite esa manumisión. Pero si el
marido debe en el futuro restituir la dote, deberá indemnizar por el valor del
esclavo a la mujer.
La copropiedad es esencialmente divisible a instancia de cualquier condómino.
También por la propia naturaleza de las cosas, en algún caso, el derecho
impone la indivisibilidad. En la pared común que separa los feudos y por tanto
que separa, se contempla como indivisible.
Similar es el caso del espacio común a dos o más viviendas que es indivisible
salvo acuerdo de todos.
Respecto a las dos acciones divisorias que son la de división de herencia y la
de división de cosa común, remitimos a lo dicho al hablar de la adiudicatio en
las partes de la fórmula.
36. SERVIDUMBRES
36.1. CONCEPTO Y CARACTERES GENERALES
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Otra de las características de la servidumbre es que el titular del precio
sirviente, no puede quedar obligado a hacer nada, sino todo lo más, tolerar que
el del predio sirviente haga.
Se suele decir que a esa regla falla la servidumbre de apoyo de edificio porque
el propietario del mismo debe mantenerlo en buen estado.
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Las servidumbres se pueden constituir por legado de efecto real, llamado
legado vindicatorio y por tanto, confiere al legatario, titular de la servidumbre, la
vindicatio servitutis.
Si en el testamento el legado no se establece con efecto real, lo cual depende
de la forma que el testador emplee al redactar el testamento y prefiere que el
legado sea de efecto obligacional, es el llamado legado damnatorio y que sea
el heredero quien quede obligado a constituirla.
El modo normal de constitución es a través de la in iure cesio que es el modo,
por lo demás más ordinario de constituir una servidumbre.
Es un procedimiento ficticio, en el cual hay que ejercitar una acción. El
adquirente ejercita al vindicatio servitutis y el obligado se allana.
Como sabemos, otro modo de constitución es por adiudicatio judicial en una
acción divisoria.
Un modo muy ordinario de constitución es por reserva de la servidumbre en el
acto de enajenación de la propiedad.
Es lo que se conoce como mancipatio deducta servitute.
Esto consiste en que en el acto de enajenación del inmueble el enajenante se
reserva para sí una servidumbre.
Esto tiene como fundamento el que un precepto de las 12 tablas, establecía
que aquello que el enajenante declarara verbalmente en el acto de la
mancipación, aquello que fuera derecho.
Finalmente Gayo dice que las servidumbres en provincias se constituían por
pactos y estipulaciones.
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37. USUFRUCTO
37.1. CONCEPTO Y CARACTERES GENERALES DEL USUFRUCTO
a) El usufructo es un derecho real que faculta a su titular a usar una cosa ajena
y percibir los frutos de la misma, limita el contenido del derecho del dueño,
tiene un carácter temporal, asegura al titular del derecho de propiedad el
restablecimiento pleno de aquel contenido.
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Se atribuyó al usufructuario legitimación activa en acciones, corresponden al
nudo propietario, interesan al usufructuario en la medida en que afectan al
contenido de su derecho. En virtud de la cautio usufructuaria.
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CUARTA PARTE: DERECHO DE
OBLIGACIONES.
I. LA RELACIÓN OBLIGATORIA.
Hablamos de obligación para aludir al vínculo ideal que une a un deudor con un
acreedor, el cual puede exigir del deudor un determinado comportamiento, al
que llamamos prestación.
Las acciones que sancionan las obligaciones son todas personales.
La relación entre obligación y acción personal es íntima, hasta el punto de que
si no hay acción no hay obligación. El concepto mismo de obligación es civil, y
por tanto, no hay más obligaciones que las reconocidas por el derecho civil y
sancionador
Sin embargo, sabemos que hay multitud de situaciones en las cuales la acción
personal es in factum reconocida por el pretor. Pero en esos caso, ni las
fuentes antiguas ni las fuentes clásicas hablan de obligación, sino solo de que
el demandado está sujeto a una acción.
La primera vez que abiertamente se contraponen las obligaciones civiles a
esas otras obligaciones pretorias es en las obligaciones de Justiniano cuando
el derecho pretorio había desaparecido.
Eso respondía a la realidad pero no a la nomenclatura de los clásicos.
Nosotros hablaremos de obligación sin ese tecnicismo y aplicando el término
tanto a las civiles como a las pretorias.
El origen de la obligación y su evolución en el derecho más antiguo es muy
confuso.
Es evidente que el término obligación lleva expresa la idea de atamiento o
ligazón, que en un principio debía ser “física”.
Para entender el sentido originario hay que partir de la base de que
originariamente, el término obligación no se refería al debitum que el deudor
tenía con el acreedor, sino que se refería a la garantía, y por eso las fuentes
clásicas todavía hablan de res obligata para referirse a la garantía real y de
persona obligada o de obligatio personae para referirse al garante.
En el caso de la cosa obligada, la diferencia es clara. En el caso de la persona
obligada, antiguamente existía el negocio del nexum donde el propio deudor o
alguien de su familia a través del negocio de la mancipatio automacipaba su
cuerpo o el de ese familiar en garantía del cumplimiento, que se reforzaba en el
momento del incumplimiento.
En el caso de que fuese el propio deudor quien se automancipaba existe
coincidencia entre deudor y obligatos. Pero son conceptos distintos. Distinción
que si se produce cuando el mancipado es alguien distinto del deudor.
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Las fuentes expresan que en el siglo IV a.C. un deudor había dado en nexum a
su hijo adolescente.
Y el acreedor insatisfecho, abusó salvajemente del chaval y el senado induce a
los cónsules a que propongan una ley que suponga la abolición del nexum, y
desde entonces el nexo desaparece.
Y con ese momento histórico, tienden las fuentes a relacionar el nacimiento de
lo que será la obligación en sentido moderno, no referida ya a la garantía sino a
la deuda, tal y como la encontramos en la jurisprudencia tardo-republicana.
40.2. LA PRESTACIÓN
DARE
FACERE
PRAESTARE
El praestare, está en un ámbito distinto, narra según el tipo negocial del que se
trate.
Las fuentes hablan siempre de dolum praestare o colpum praestare o
custodium praestare.
En algunos negocios el deudor responde solo por dolo, en otros responde por
culpa o negligencia, y en otros responde más allá, que es la responsabilidad
por custodia.
En algunos casos, el deudor responde solo por dolo y el caso prototípico es el
del depósito.
La responsabilidad más ordinaria en el ámbito contractual va más allá del dolo,
y es la culpa o negligencia relativa a no haber observado el cuidado
objetivamente debido.
Más allá de esa responsabilidad por culpa es la responsabilidad por custodia.
Técnicamente, la custodia se refiere a la responsabilidad que abarca incluso el
supuesto de hurto de un tercero.
Esta responsabilidad es típica del comodato y algunos casos más, por ejemplo
de los arrendatarios de cosas muebles. Además, la última jurisprudencia
clásica incluye los daños dentro de la custodia. Mas allá de la custodia están
los supuestos de caso fortuito y fuerza mayor, de los cuales no se responde
nunca. Eso abarca al margen de las catástrofes naturales y similares, el robo.
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Al margen de esto, las partes negociantes pueden convencionalmente
aumentar o disminuir la responsabilidad y solo no es posible excluir la
responsabilidad por dolo.
Por tanto la obligación de praestare acaba casi siempre con una obligación de
dar.
1. CUMPLIMIENTO
• DARE: SOLUTIO
• FACERE: SATISFACTIO
1) CONTENIDO OBJETIVO (DATIO IN SOLUTUM)
♦ DEUDOR/3º
♦ LUGAR/TIEMPO/MODO
♦ ACREEDOR/3º
2. CONFUSIÓN (cuando el deudor sucede al acreedor)
3. MUERTE/CAPITIS DEMINUTIO (Pérdida de status)
DEUDOR:OBLIGACIONES PASIVAMENTE INTRANSMISIBLES
(Si el deudor muere se extingue la obligación)
4. PACTUM DE NON PETENDO (Acuerdo no formal en el que el acreedor
promete no exigir la prestación al deudor)
5. JURAMENTO DECISORIO (Se resuelve ante el pretor entre el acreedor y
el demandado)
6. COMPENSACIÓN (Se restan las deudas cuando ambos son deudores y
acreedores)
7. NOVACIÓN (se sustituye una ley por otra)
8. CADUCIDAD (cuando la acción es temporal)
9. IMPOSIBILIDAD SOBREVENIDA AL ACREEDOR (Cuando la cosa
prestada se ha destruido por causa ajena al deudor)
10.MORA (Retraso del deudor en el cumplimiento)
11.ACEPTILACIÓN: DEUDAS ESTIPULATORIAS
OBLIGACIONES NATURALES
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En los casos en los que no hay acción para reclamar, la jurisprudencia habla de
obligaciones y de delitos naturales en el sentido de que en realidad son
obligaciones aunque jurídicamente no lo sean y por eso Juliano dice que
abusivamente utilizamos ahí el término de obligaciones. A pesar de eso, esas
situaciones no carecen absolutamente de efectos jurídicos, el típico es el que
si se paga voluntariamente esa deuda el acreedor puede retener lo cobrado y
por tanto no cabe reclamarlo luego como si no se debiera a esas obligaciones
naturales los juristas le otorgan algunos otros efectos. El fundamental de esos
es el que pueden ser garantizadas tanto con garantías personales como con
garantías reales, es decir prendadas e hipotecadas, y de ese modo, el
acreedor se garantiza el verse satisfecho.
Siendo ese el origen de las deudas naturales, luego se extendió a otros
supuestos en los que no habrá acción para demandar, por ejemplo los
intereses en una deuda crediticia simplemente pactadas. Del mismo modo, la
obligación extinguida por Litis contestatio que ese interpreta que permite como
natural.
También cabe ver un caso de obligación natural en el supuesto del
senadoconsulto macecloniano en unos límites.
Hacia el año 70 a.C. un hijo de familia que tenía muchas deudas, amenazado
por los acreedores mató a así padre para heredarlo y así pagar a los
acreedores.
El crimen se descubre y el senado dicta un senadoconsulto en el cual se niega
al prestamista acción de reclamar incluso tras la muerte del padre.
Esto en la práctica suponía el colapso crediticio. En ese caso, la jurisprudencia
desactivó en gran medida el senadoconsulto a través de interpretación.
En este sentido, el senadoconsulto se entiende que no rige el padre autorizó
que se le prestase al hijo. Luego se admite que si el padre sabía que el hijo iba
a pedir un crédito y no se opuso, tampoco regía el senadoconsulto.
La jurisprudencia llega a interpretar que en caso de necesidad, si el padre
había colocado al hijo en una situación en la que este podía verse obligado a
pedir un crédito tampoco regía el senadoconsulto. Por tanto, el ámbito de
aplicación del senadoconsulto se limitó a los préstamos a los hijos sin
posibilidad de conocimiento paterno. En esos casos, si la deuda contraída
contra el senadoconsulto es pagada se interpreta que el prestamista puede
retener lo cobrado
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reales
literales
consensuados
La primera vez que el término contrato se usa es con Servio Sulpicio Rufo, él
llama contrato a los esponsales.
En los esponsales, los prometidos, o más normalmente sus padres, se
cruzaban dos esponsiones de promesa de futuro matrimonio, y por tanto,
antiguamente se podía accionar con fundamento la estipulación en caso de
incumplimiento.
En época clásica se interpreta ya como inmoral el obligar a ese cumplimiento,
pero esto en nada afecta a la concepción de Servio que llama contrato a las
estipulaciones recíprocas.
Del que teóricamente nacerían las obligaciones y acciones para ambas partes.
Mucho más importante es la opinión conservada de Labeón.
Labeón distinguía entre obligaciones que nacen de actos, obligaciones que
nacen de gestos y obligaciones que nacen de contratos.
• Actos: Las obligaciones de actos pueden nacer o por la cosa (re), o por
palabras (verbis), por ejemplo, el mutuo.
• Gesto: Una obligación nace de gesto cuando nace sin palabras.
Tradicionalmente se entiende que es lo generado por gestos inequívocos.
Se suele decir que aquí se incluiría la gestión de negocios ajenos espontánea.
Probablemente hay que introducir aquí también la obligación nacida por el
heredero que aceptó la herencia no formalmente sino a través de un gesto
inequívoco.
Como consecuencia pueden surgir obligaciones como pagar deudas del de
cuius o tiene que cumplir los legados o fideicomisos es posible también que
dentro de los gestos Labeón se esté refiriendo a las obligaciones que nacen de
delito.
• Contrato: Lo que Labeón a propósito del contrato dice es que contrato es la
obligación recíproca, a lo cual los griegos llaman Synallagma y agrega tres
ejemplos: compraventa, arrendamiento y sociedad.
Labeón se está refiriendo en primer lugar a la bilateralidad funcional no a la
genética, es decir, que funciones como recíprocas y que surjan acciones para
ambas partes.
El problema radica en que los tres ejemplos que Labeón pone son de tres
casos sustancialmente idénticos.
A esos casos en los que las obligaciones para ambas partes son igualmente
previsibles son las que la dogmática moderna llama contratos sinalagmáticos
perfectos.
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Existen también los llamados contratos sinalagmáticos imperfectos donde una
obligación es siempre previsible y la otra solo eventualmente. El caso más
importante a estos efectos es el del mandato.
Probablemente Labeón se refería también a estos casos como contratos.
Con esa definición Labeón no estaba teorizando sino también tratando de
encontrar salida jurídica a las llamadas convenciones sinalagmáticas.
En esos casos de acuerdos de intercambio de prestaciones de dar o de hacer
no tipificados no había acción para reclamar.
En contra de lo que sostenían todos los juristas anteriores y la mayoría de los
posteriores a él, Labeón decía que en esos casos, si una de las partes se
había adelantado a cumplir, el pretor tenía que conceder una acción para exigir
la contraprestación.
Ese planteamiento de Labeón no prevaleció ni siquiera dentro de su propia
escuela y solo a finales de la época clásica puede considerarse como
arraigado.
Más o menos a la par que Gayo redactaba las instituciones, desarrolló su
actividad otro jurista ligeramente más joven que él, el jurista se llama Sexto
Pedio.
Este jurista dice que no puede haber contrato sin que existe convención.
Por tanto el primer jurista que concibe el contrato en clave convencional es
Pedio y ese planteamiento se iba a terminar imponiendo a partir de la
jurisprudencia tardo-clásica.
A) OBLIGACIONES RE CONTRACTAE
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refiere a la entrega de la propiedad por tanto, ese título, se sancionaban a
través de una acción muy concreta la condictio toda una serire de supuestos en
los que hubo dario, es decir, atribución a alguien de la propiedad de la cosa y
este la reitene injustificadamente por unas razones y si no restituye
voluntariamente procede contra él la condictio.
La condictio aunque a veces aparece apellidad pero la acción es siempre la
misma, en la cual el demandante dice que el deudor debe dar. La acción es
abstracta. Tiene como posible el juramento necesario y existe una sanción
procesal de un tercio del valor del pleito para el perdedor a modo de sanción
por temeridad.
Los tipos de daciones crediticias son cuatro:
• Mutui datio
• Dationes ob rem
• Dationes ob caussam
• Daciones perfeccionadas con posterioridad
LA MUTUI DATIO
47. COMODATO
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47. 1. CONFIGURACIÓN DEL COMODATO COOMO PRÉSTAMO DE USO
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de su necesidad, pues de ello depende que pueda ser repercutido al
comodante.
Mediante la actio de dolo puede el comodatario exigir del comodante de la
indemnización por los daños causados a consecuencia de los vicios que
tuviera la cosa, conocidos por el comodante y no comunicados al comodatario,
siempre y cuando este no pudiera apreciarlos.
El comodante debe respetar los términos del convenio del uso voluntariamente
concedido; en consecuencia, contra una reclamación intempestiva, salvo
urgente necesidad o utilización abusiva de la cosa prestada, puede oponer el
comodatario una exceptio doli.
48. DEPÓSITO
48.1. CONFIGURACIÓN DEL DEPÓSITO COMO NEGOCIO TÍPICO
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una cosa para evitar su pérdida, y no puede escoger la persona del
depositario.
− Otra acción in factum especial se da en el caso de depósito judicial o
secuestro; recibe este nombre la consignación de una cosa sobre la que
existe una controversia judicial, a una persona de confianza de las partes
que debe restituirla a la que resulte vencedora del litigio.
Este tipo de depósito sigue, en principio, el régimen del ordinario y la acción
que de él nace es análoga a la actio depositi in factum; sin embargo, presenta
la particularidad de que la restitución debe hacerse conforme al modo
preestablecido en el momento de la entrega, tanto en cuanto al tiempo como
en lo que respecta a la persona que puede reclamar la entrega de la cosa; esta
situación, según se ha entendido tradicionalmente, colocaría al depositario en
una posición de independencia en relación con la cosa, por lo que estaría
dotado de una protección interdictal como poseedor pretorio frente a la
condición de mero detentador que tiene el depositario ordinario.
− Se llama depósito irregular al que tiene por objeto cosas fungibles y
principalmente sumas de dinero, con la obligación del depositario de
restituir la cantidad depositada juntamente con los intereses devengados
cuando el depositante lo requiera.
La consideración de este depósito como irregular obedece al hecho que
contiene elementos totalmente contradictorios con el ordinario; en efecto,
supone la transferencia de la disponibilidad de la cosa a favor del depositario,
que se obliga a devolver el valor y no la misma cosa recibida, por lo que la
responsabilidad del depositario se rige por los criterios aplicables al deudor en
las obligaciones genéricas.
Este negocio procede de la práctica bancaria del mundo helenístico, y fue
incorporado por la Jurisprudencia clásica tardía al sistema jurídico romano a
partir de la introducción de la acción civil de buena fe, que permitió otorgar
relevancia al convenio como orientado al depósito y no al mutuo, y tener en
cuenta la diferente función económico-social de ambos negocios.
− Como modalidad especial de depósito cabe considerar también el que
efectúa el deudor para liberarse de su obligación frente a un acreedor en
mora, o cuando no se encuentra a quién realizar el pago; como depositario
suele servir en estos casos una oficina pública.
49. COMPRAVENTA
49.1. CONFIGURACIÓN DE LA COMPRAVENTA COMO CONTRATO
CONSENSUAL
LA COMPRAVENTA
1) DINERO
2) DETERMINADO O DETERMINABLE (determinamos el precio en el
momento de la compraventa o fijar las condiciones para fijar el precio.
3) VERDADERO
4) ACUERDO DE LAS PARTES (El precio puede ser fijado mediante acuerdo
de las partes.
4 9 . 3 . O B L I G A C I O N E S D E L A S PA R T E S Y O B L I G A C I O N E S
CONTRACTUALES
COMPRADOR
• PRETIUM EN PLAZO
• RESARCIMIENTO, GASTOS, INTERESES: RETRASO
VENDEDOR
• ENTREGA (TRADITIO) DE FRUTOS Y ACCESIONES Y DE DERECHOS Y
ACCIONES
• GUARDAR CON DILIGENCIA
• GARANTÍA POR EVICCIÓN O POR VICIOS OCULTOS
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Si el vendedor ha presentado unas características de la cosa que eran falsas,
el comprador puede ejercitar la ACTIO DE MODO AGRII a través de la cual se
paga el doble de la diferencia del mismo.
En el caso de venta de esclavos, animales mancipables y el vendedor se niega
a hacer la estipulación al comprador puede recurrir a la actio REDHIBITORIA
con 6 MESES para la rescisión del contrato o ejercitar la ACTIO QUANTI
MINORIS si solo quiere que se reduzca la cantidad pagada.
Estas dos últimas las establece el Edil Curul.
51. SOCIEDAD
51.1. CONCEPTO Y ESTRUCUTRA DE LA RELACIÓN SOCIETARIA
La actio pro socio, acción civil de buena fe, sirve como medio de liquidación de
las cuentas pendientes entre los socios cuando la sociedad se extingue por
cualquiera de las causas antes indicadas, pero también puede ser utilizada por
un socio para exigir a otro la indemnización pertinente por el perjuicio causado
con sus actos, en la medida en que los mismos suponen un incumplimiento de
las obligaciones derivadas del convenio social.
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Al estar la societas esencialmente basada en la fides, la condena en la actio
pro socio tiene carácter infamante si el socio demandado es condenado por
dolo, no en los demás casos
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