Tema 2 ESTADO LIBERAL

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HISTORIA DE ESPAÑA 2º BACH Tema 2 SIGLO XIX

Tema 2. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL ENTRE


1833-1869

La implantación del liberalismo en España empieza durante la GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


(con la labor legislativa de las Cortes de Cádiz), retrocede durante el reinado de FERNANDO VII,
reaparece tímidamente durante las REGENCIAS y se consolida en el reinado de ISABEL II.

En 1833 muere Fernando VII y se abre un conflicto dinástico entre carlistas (absolutistas) e
isabelinos (liberales), que originará tres guerras (la primera, en 1833-1840), con victoria del
bando liberal. Ante la minoría de edad de la heredera, la futura Isabel II, asumen el poder los
REGENTES: primero su madre, la reina viuda María Cristina (1833-1840) y, después, el general
Espartero (1840-1843). En este período se produce la transición desde el absolutismo al
liberalismo: Estatuto Real de 1834, restablecimiento de la Constitución de 1812 en 1836 y,
finalmente, Constitución de 1837.

La consolidación definitiva del régimen liberal en España se produce bajo la hegemonía política
del liberalismo conservador, durante el REINADO DE ISABEL II (1843-1868). Podemos distinguir
las siguientes etapas:
o Década moderada (1844-1854): El sistema político se basó en el liberalismo más
conservador, expresado en la Constitución de 1845.
o Bienio progresista (1854-1856): Se llevaron a cabo algunas reformas progresistas y se
elaboró una constitución que no llega a promulgarse (Constitución nonata de 1856).
o Reacción moderada (1856-1868).

El liberalismo que se construye en España durante el período de las regencias y el reinado de


Isabel II se caracterizó por:

➢ La monarquía tenía un papel político decisivo. A la Corona se le atribuyeron importantes


poderes ejecutivos y una amplia participación en el legislativo al poder alterar la vida
parlamentaria, haciendo uso y abuso de su facultad de nombrar y destituir ministros,
convocar, suspender y disolver las Cortes. Para gobernar, lo importante era la confianza de
la reina, que apoyó en especial a los moderados (los progresistas solo accedieron al poder
durante el Bienio progresista y al final del reinado).

➢ El sistema electoral se basaba en el sufragio censitario masculino, muy restringido, pues


solo tenía derecho al voto entre el 0,8 y el 2,6% de la población.

➢ La corrupción electoral, mediante la manipulación de los censos, la presión sobre los


electores e, incluso, el falseamiento de los resultados electorales. La reina nombraba
sistemáticamente jefe de gobierno al político que prefería, entregándole al mismo tiempo
el decreto de disolución de las Cortes, y permitiéndole fabricar unas nuevas que le fueran
fieles (el Ministerio de la Gobernación, alcaldes y jefes políticos manipulaban los resultados
electores para que saliera una mayoría parlamentaria favorable al partido que estaba en ese
momento en el gobierno).

➢ La división de los liberales españoles en dos tendencias mayoritarias (moderados y


progresistas, que tienen su origen en los doceañistas y veinteañistas del Trienio Liberal) y
otras:
o Moderados.- Detentaron el gobierno durante la mayor parte del período.
Representaban los intereses de su base social: terratenientes, hombres de negocios
adinerados, muchos militares, abogados, nobles, alto clero y burócratas. Su ideario
político defendía tres principios: en primer lugar, el sufragio censitario muy restringido,
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ya que a los partidarios de este partido no les interesaba el acceso de las clases
populares a las decisiones políticas. En segundo lugar, defendían la soberanía
compartida entre el rey y las Cortes, reforzando el poder de la Corona. Y, por último, la
religión católica como la religión oficial del Estado (Estado confesional sin libertad de
culto). Para ellos, la libertad era, ante todo, la defensa de la seguridad de las personas y
de los bienes y, por tanto, defendían los principios de autoridad y orden.

o Progresistas.- Representaban los intereses de las clases medias urbanas, militares,


profesionales liberales…. Eran partidarios de: la soberanía nacional con las Cortes como
única institución representativa; de la limitación de los poderes del rey; del sufragio
censitario mucho más amplio (pero no sufragio universal masculino), para permitir la
participación de las clases medias; y de la defensa de amplios derechos y libertades
individuales (libertad de culto, asociación y expresión).

o Demócratas.- De los liberales progresistas se escindió el Partido Demócrata (1849), que


defendió el sufragio universal.

o En 1854 se formó la Unión Liberal (1854), grupo político formado por los más
conservadores de los progresistas y los más progresistas de los conservadores. Su líder
político fue el general O’Donnell.

➢ La inexistencia de un verdadero sistema de partidos. Moderados y progresistas no


constituían auténticos partidos, sino lo que se denomina partidos de notables. Por el
contrario, muchos jefes militares gozaban de un prestigio ganado en la guerra
(Independencia, carlistas) muy superior al de la clase política. Así, durante el reinado de
Isabel II los generales lideraban las distintas facciones liberales: Espartero los progresistas,
Narváez los moderados y O´Donnell los unionistas.

➢ El protagonismo del ejército en la vida política. Los militares intervinieron decisivamente


en la política española de varias formas:
o Participaron directamente en las tareas de gobierno: presidentes del ejecutivo fueron,
entre otros, los mencionados generales Espartero, O´Donnell y Narváez.
o Mediante pronunciamientos (golpes militares asestados contra el poder para implantar
reformas políticas). Hasta el Sexenio Democrático, predominaron los pronunciamientos
progresistas; a partir del Sexenio, los pronunciamientos tuvieron un carácter
conservador. Mediante estos pronunciamientos, se cambiaron gobiernos (por ej., la
Vicalvarada, de gobierno moderado a gobierno progresista) e, incluso, regímenes (por
ejemplo, la Revolución de 1868).

➢ La adopción de medidas para liberalizar la economía, como las desamortizaciones de


Mendizábal (1835) y Madoz (1855), por las que el Estado nacionalizó y vendió en subasta los
bienes de las órdenes religiosas y los bienes de propios de los ayuntamientos.

La Revolución de septiembre de 1868, conocida como la Gloriosa o la Septembrina, puso fin al


reinado de Isabel II. Las causas de la rebelión tenían su origen en la crisis del sistema político, la
impopularidad de la reina y la depresión económica iniciada en 1866. Las tropas leales a la reina
fueron derrotadas en la batalla del Puente de Alcolea e Isabel II se exilió a Francia, iniciándose
así una nueva etapa en la Historia de España: el Sexenio democrático.

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