Cuento La Pelota Roja

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La pelota roja

Cuento sobre la
FRUSTRACIÓN
Anna Morató García

 
A veces las cosas no son como queremos.

Como cuando se nos CAE un helado y, por mucho

que nos enfademos, no lo podemos coger del suelo


para comérnoslo.

O como cuando NO PODEMOS ir a la piscina


porque llueve y, por mucho que nos enfademos, no
podemos hacer que pare de llover.

A veces las cosas no son como queremos …

Como cuando NO NOS GUSTA el regalo sorpresa

que nos ha tocado y, por mucho que nos


enfademos, como ya está abierto, no lo podemos
cambiar.

O cuando se nos PINCHA un globo o se ACABA el

jabón de las pompas y, por mucho que nos


enfademos no se puede volver a inflar o a hacer
más pompas.

A veces las cosas no son como queremos …

Como cuando estamos ABURRIDOS y, por mucho

que nos enfademos, no dejamos de estar aburridos.

O como cuando nos dicen que NO podemos

comprar un caramelo en el supermercado y, por


mucho que nos enfademos, no conseguimos que nos
lo compren.
A veces las cosas no son como queremos …
Como cuando nos dicen que tenemos
que hacer una tarea que no nos gusta
y, por mucho que nos enfademos, te-
nemos que hacer la tarea.
O cuando nos dicen que tenemos que

ESPERAR y, por mucho que nos enfa-


demos, tenemos que esperar igualmen-
te.
Es normal que nos enfademos. Todos no esfadamos
a veces.
Pero el enfado es como una pelota roja que
tenemos dentro de nosotros.
Si seguimos enfadados
mucho rato, esa pelota
se va haciendo más y
más grande.
Y, si ocurre eso, todo
ese tiempo lo podríamos
estar usando para buscar

una SOLUCIÓN o una

ALTERNATIVA.

Entonces, ¿qué podemos hacer cuando notamos que


la pelota roja se nos está haciendo grande?

RESPIRAR
Porque respirando conseguimos calmarnos.
Porque respirando conseguimos que se nos pase el
enfado.
Porque respirando controlamos esa pelota roja (en

vez de ella a nosotros) ¿CÓMO?


Cada vez que respiramos la pelota cambia de color
y se hace un poco más pequeña.
Respira y la pelota ROJA se vuelve más pequeña y

de color NARANJA, respira de nuevo y se vuelve

otra vez más pequeña y AMARILLA, otra vez y se

vuelve VERDE, y luego AZUL. Al final, si has

respirado 5 o 6 veces, consigues que la pelota sea

ya muy pequeñita y de color LILA, que es el color

de la calma.
Notarás que tu enfado ya se ha ido y te sentirás
mejor.
Piensa en los colores del arcoiris. La pelota roja
va pasando por cada color cada vez que
respiremos, hasta llegar al lila, que es cuando
empiezas a sentirte más calmado.
No siempre es fácil empezar a respirar. A veces
estamos tan tan tan enfadados que no queremos
ponernos a respirar.

Por eso hay que intentar RECORDAR que MERECE

LA PENA CALMARSE, porque una vez estamos un


poco más tranquilos, entonces podemos buscar una

SOLUCIÓN o ALTERNATIVA.

¿Y QUÉ ES UNA ALTERNATIVA? Preguntaréis.


Ponernos a hacer otra actividad que, aunque no
sea exactamente lo que queríamos, nos ayude a
sentirnos mejor. Por ejemplo, hacer algo que nos
guste mucho, como pintar, jugar a los cromos,
abrazar nuestro peluche favorito, hacer un puzle.

TÚ ELIGES.
No es malo enfadarse, pero a veces, por mucho que
nos enfademos, no podemos cambiar las cosas que
no son como queremos. Pero sí podemos decidir
qué hacemos con la pelota roja que nos crece
dentro.
Tú decides si dejas que se vaya haciendo más
grande o si empiezas a respirar.
¿Qué prefieres quedarte mucho rato con esa pelota
roja detro de ti o respirar y calmarte para poder ir
a hacer otra cosa que te haga sentirte mejor?

TÚ DECIDES.

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