Mi Cuento

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“AMOR IMPOSIBLE”

En una plaza muy hermosa, situada en Barranca - Lima vive una linda
muchacha llamada Danna (hija de padres ricos y poderosos), es muy
amable, tiene 15 años.
Una tarde decidió pedir permiso a sus padres para salir, ellos no dudaron
en aceptar y le dijeron que regresara a casa temprano.

Ella decidió ir a la plaza, pero en el camino se percató que había un


muchacho pobre que no tenía ni para comer, se acercó a él, comenzaron
a hablar, ella le pregunto cómo se llamaba y cuantos años tenía, él le
respondió: Me llamo Gabriel y tengo 15 y como habían simpatizado,
quedaron en verse en el mismo lugar al día siguiente. Y así fue. Quedaron
en verse todos los días en la plaza, hasta que un día se enamoraron.

Tiempo después él le dijo a ella que entre ellos no podía haber nada
debido a su diferencia de clase social, y que sus padres no iban a permitir
estar con un muchacho pobre. Pero eso a ella no le importaba porque lo
amaba con todo su corazón, y a pesar de todo no quería dejar de verlo y
le pidió a él que lucharan juntos por su amor, ella le dijo: me niego a
perderte. No puedo, ni quiero. Me enfrentaré a mis padres, pero dame
tiempo. Mientras tanto podemos vernos a escondidas, pero no me dejes,
te lo ruego -suplicaba ella, lo que él le respondió: Está bien. Yo tampoco
quiero perderte. Nos veremos a escondidas, pero tenemos que tener
cuidado.

Durante mucho tiempo se vieron en la plaza y allí disfrutaron de su amor.


Hasta que un día, el padre de Danna, extrañado de que su hija saliera
todos los días a la misma hora y tardara tanto, le preguntó:
- Hija, ¿a dónde vas todos los días? - Dijo su padre, con curiosidad.
Ana quedó callada, y después de unos segundos, decidió confesarle su
relación con aquel muchacho pobre, pero no sabía cómo decírselo.
- Papá…Si algún día me enamorara de un hombre pobre, ¿me dejarías
estar con él? Le preguntó con miedo.
Él le respondió:
¿Qué tonterías son esas, hija? ¡Jamás lo permitiría! Tú tienes que estar
con un muchacho de tu clase. ¿Por qué me lo preguntas?
-Por nada, papá.
Después de oír esa respuesta, Danna no se atrevió a contarle la verdad.
Salió de la mansión donde vivían para dirigirse a la plaza, donde estaba
su amor esperándola. Mientras tanto, su padre, que se había quedado en
la sala con curiosidad, llamó a uno de sus hombres y le pidió que la
siguiera.
-Quiero que sigas a mi hija, pero sin que te vea. Cuando descubras dónde
va y con quién se ve vienes inmediatamente y me lo dices.
- Está bien, señor.

Este la siguió, y cuando llegó a la plaza, descubrió que se veía con el


muchacho pobre del que estaba enamorada, volvió a la mansión y se lo
contó todo al padre de Danna. El padre quería buscar a su hija para
matarla de la rabia que sintió en ese momento, pero decidió esperar.

Al día siguiente el padre de Danna la encerró con llave y él mismo se fue a


la plaza a encontrarse con el novio de su hija. Cuando llegó, le apuntó con
su pistola y lo mató.

Pasaron 7 años, Danna decidió volver a enamorarse, y al mismo tiempo


se graduó como psicóloga.

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