Bloqueo de Cuentas Bancarias Por Parte de La

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Bloqueo de cuentas bancarias por parte de la

Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP,


¿es procedente el otorgamiento de
la suspensión provisional?
 
 
  LIC. ALEJANDRO MARTINEZ BAZAVILVAZO
 
 
Introducción
 
Durante los últimos meses se ha comentado en diversos medios de comunicación que la Unidad
de Inteligencia Financiera (UIF) de la SHCP ha ordenado en perjuicio de diversas personas físicas
y morales, el bloqueo de sus cuentas bancarias antes de iniciar cualquier proceso ante los órganos
jurisdiccionales; en otras palabras, en la etapa de investigación o averiguación previa, dicha
autoridad ha ordenado el bloqueo de las cuentas ante la sospecha de que tales personas
incurrieron en determinada clase de delitos, como es el caso (entre otros) del lavado de dinero.
Ante esta orden administrativa, los perjudicados han solicitado ante los juzgados competentes
(mediante juicio de amparo) el otorgamiento de la suspensión provisional y definitiva, a fin de que
el juzgado ordene el desbloqueo y que las personas puedan disponer de los recursos en sus
cuentas bancarias; sin embargo, con el tiempo los juzgados y tribunales competentes han dictado
resoluciones contradictorias, de modo que en unos casos se otorgó la suspensión y en otros se
negó. Finalmente, la Segunda Sala de la SCJN determinó, mediante tesis de jurisprudencia, el
criterio que debe prevalecer.
 
Comentamos la jurisprudencia por contradicción de tesis de la SCJN, a fin de poder concluir si es o
no procedente el otorgamiento de la suspensión provisional en contra de los bloqueos de las
cuentas bancarias.
 
Tesis contradictorias. Antecedentes
 
Criterio del Vigésimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito
 
A.      En enero de 2019 una persona física recibió un correo electrónico de una cuenta propiedad
de Banjército, en el que se le informó que, en términos del artículo 115 de la Ley de
Instituciones de Crédito y por acuerdo emitido por el titular de la UIF de la SHCP, su nombre
había sido incluido en una lista de personas bloqueadas.
 
En consecuencia, la persona afectada acudió a una sucursal del banco para tratar de realizar
determinadas operaciones en cuentas bancarias de las que es titular; sin embargo, le
informaron que las mismas habían sido bloqueadas, por lo que no podía efectuar movimiento
alguno en ellas.
 
B.      Inconforme con lo anterior, dicha persona promovió un juicio de amparo indirecto en el que
reclamó el artículo 115, párrafo noveno, de la Ley de Instituciones de Crédito, así como la
emisión y publicación de diversas disposiciones generales y acuerdos emitidos por la UIF. Al
presentar su demanda de amparo, el quejoso solicitó la suspensión provisional y definitiva de
los actos que reclamó.
 
C.      La demanda de amparo la conoció el Juzgado Décimo Quinto de Distrito en Materia
Administrativa en la Ciudad de México. En el incidente de suspensión, resolvió negar la
suspensión provisional, pues consideró que de ser concedida se podría afectar el interés
social y el orden público, ya que la sociedad está interesada en que se vigile a los usuarios de
las instituciones bancarias, máxime que la función primordial del acuerdo por el cual se ordena
el congelamiento de las cuentas bancarias es la detección de usuarios que incurran en
defraudación a las instituciones financieras o la posible comisión de actos ilícitos.
 
D.      Inconforme con esa determinación, la persona en mención interpuso el recurso de queja que
fue turnado al Vigésimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito. Al emitir la sentencia respectiva, dicho órgano jurisdiccional determinó que era
fundado el recurso interpuesto, revocó el acuerdo recurrido y concedió la suspensión
provisional solicitada por el quejoso. Para llegar a tal determinación, el Tribunal Colegiado
consideró que en ese momento procesal no se contaba con elemento alguno que permitiera
concluir que de otorgarse la suspensión provisional, para que fuera levantado el bloqueo de
las cuentas bancarias del quejoso, se ocasionaría perjuicio al interés social o se
contravendrían disposiciones de orden público, pues incluso se desconocía el origen y
sustento legal del bloqueo, lo que evidenciaba que era procedente otorgar la suspensión
solicitada. Los aspectos medulares de la resolución establecen a la letra lo siguiente:
 
De esta forma, tomando en consideración, por una parte, que el quejoso es titular y/o
beneficiario de las cuentas bancarias que defiende, por lo que es quien se encuentra
facultado para disponer de los recursos monetarios ahí depositados, y, por otra, que hasta
esta etapa procesal no se cuenta con algún elemento que permita concluir que de
otorgarse la suspensión provisional, para el efecto de que se levante el bloqueo de esas
cuentas, se ocasionaría perjuicio al interés social o se contravendrían disposiciones de
orden público, dado que incluso se desconoce el origen y el sustento legal de esa
actuación, es evidente que resulta procedente otorgar la medida cautelar solicitada.
 
Además, de continuar con la ejecución del acto reclamado se causarían daños y perjuicios
de difícil reparación a la demandante, consistentes en la privación del derecho que le asiste
de disponer de los recursos de la cuenta de la que es titular.
 
En adición a lo anterior, se estima pertinente realizar una ponderación de la apariencia del
buen derecho, teniendo en cuenta que en sesión de cuatro de octubre de dos mil
diecisiete, al resolver el amparo en revisión 1214/2016, la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación examinó el tema relativo al bloqueo de cuentas ejecutado en
términos del artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, determinando que dicho
precepto transgredía el diverso artículo 21 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, al invadir la competencia del Ministerio Público en lo que se refería a la
facultad de investigar y perseguir los delitos (…)
 
Adicionalmente, la Segunda Sala de la SCJN, al resolver el amparo en revisión 1231/2017,
en sesión de veintidós de marzo de dos mil dieciocho, consideró que era inconstitucional el
bloqueo de cuentas ejecutado en términos del artículo 115 de la Ley de Instituciones de
Crédito, cuando la Unidad de Inteligencia Financiera no ejerciera esa facultad como
medida cautelar relacionada con los procedimientos relativos al cumplimiento de
compromisos internacionales asumidos en nuestro país.
 
Es decir, que resultaba inconstitucional dicho bloqueo cuando su origen no se emitiera en
cumplimiento a una obligación de carácter bilateral o multilateral asumida por México, en la
cual se estableciera de manera expresa la obligación compartida de implementar este tipo
de medidas ante solicitudes de autoridades extranjeras; o bien, no se relacionara con el
cumplimiento de una resolución o determinación adoptada por un organismo internacional
o por una agrupación intergubernamental, que sea reconocida con tales atribuciones por
nuestro país a la luz de algún tratado internacional –por ejemplo, para el cumplimiento de
las resoluciones que en materia de terrorismo y proliferación de armas de destrucción
masiva emite el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas–.
 
Tomando en consideración los pronunciamientos del Alto Tribunal en relación con la
inconstitucionalidad del artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito y que en esta
etapa procesal se desconoce el origen de la inmovilización a las cuentas bancarias de la
parte quejosa, se estima que no es válido afirmar categóricamente que la concesión de la
medida cautelar tendrá como consecuencia permitir que se lleven a cabo operaciones
vinculadas con actos ilícitos, pues no se cuenta con las constancias necesarias que
demuestren ese extremo, de ahí que, al no existir en este momento elementos suficientes
que justifiquen la falta de disposición de recursos, debe concederse la suspensión
provisional.
 
Decisión que debe prevalecer en tanto se resuelva lo relativo a la suspensión definitiva,
luego de que las autoridades rindan su informe previo y alleguen los elementos necesarios
para que la juez del conocimiento se cerciore sobre si la concesión en definitiva de la
medida tendría algún menoscabo al orden público e interés social.
 
Cabe precisar que la medida se concede siempre y cuando la inmovilización de las cuentas
no haya sido ordenada por diversa autoridad de las señaladas como responsables en la
demanda de amparo, ni se encuentren vinculadas a una investigación o procedimiento de
naturaleza penal (…).
 
Criterio del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito
 
A.     Una persona moral presentó el 7 de octubre de 2015, una demanda de amparo indirecto, en
virtud de que, al tratar de realizar diversos movimientos en sus cuentas bancarias en el Banco
Mercantil del Norte, se dio cuenta de que las mismas se encontraban bloqueadas, y al acudir
a una sucursal de dicho banco le informaron que, en efecto, habían sido congeladas por orden
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
 
En consecuencia, en su demanda de amparo la sociedad quejosa reclamó la orden,
procedimiento o resolución relativa al aseguramiento, inmovilización o congelamiento de
diversas cuentas bancarias a su nombre en Banorte. En la demanda, la quejosa solicitó la
suspensión provisional y definitiva de los actos reclamados para que no se le impidiera el
retiro de los fondos de sus cuentas bancarias.
 
B.     La demanda de amparo fue conocida por el Juzgado Primero de Distrito en Materia
Administrativa en el estado de Nuevo León. El juez resolvió conceder la suspensión
provisional solicitada para que se levantara la inmovilización o congelamiento de las cuentas
bancarias de las que era titular la quejosa. Para ello, consideró que con el otorgamiento de la
medida cautelar solicitada no se advertía que se pudiera seguir perjuicio al interés social o
contravenir disposiciones de orden público, debido a que el levantamiento del impedimento
para manejar las cuentas bancarias únicamente repercutiría en la esfera jurídica de la
quejosa, sin que se configurara privación alguna a la colectividad de un beneficio que otorgan
las leyes, o se provocara un daño.
 
C.     En contra de tal determinación, el director de Procesos Legales “B”, de la Dirección General de
Procesos Legales, de la UIF, interpuso recurso de queja. El recurso lo conoció el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito, quien declaró fundado el
recurso de queja interpuesto y revocó la suspensión provisional otorgada. Para llegar a tal
determinación, el Tribunal Colegiado consideró que si lo reclamado era el congelamiento de
cuentas bancarias abiertas en una institución de crédito, atribuida a la UIF, hasta esa etapa
debía considerarse que el bloqueo no constituía, por el solo hecho de que se desconozca, un
acto que resultara evidentemente arbitrario e inconstitucional, pues la actuación reclamada
debe presumirse jurídicamente legal, teniendo como origen dar a conocer a las instituciones
financieras sobre las personas sujetas al régimen de prevención de operaciones con recursos
de procedencia ilícita, terrorismo y su financiamiento, o su inclusión en las listas de personas
bloqueadas, protegiendo con esto al sistema financiero y la economía nacional.
 
Los aspectos medulares de la resolución señalan a la letra lo siguiente:
 
Los agravios expuestos en el recurso de queja son esencialmente fundados para revocar la
suspensión provisional concedida y negarla, pues como lo señala la responsable, su
otorgamiento con el efecto restitutorio consistente en desbloquear las cuentas bancarias de
la parte quejosa, redunda en una afectación al orden público y al interés social, por lo que
en el caso no se actualizan los requisitos que para la procedencia de dicha medida cautelar
establecen los artículos 128, 131 y 147, de la Ley de Amparo. (…)
 
Pues bien, (…) este Tribunal Colegiado estima que dichos agravios son esencialmente
fundados en la parte relativa a que el otorgamiento de la suspensión con el efecto de que
se liberen las cuentas bancarias de la quejosa, contiene un efecto restitutorio indebido del
derecho vulnerado, no por la circunstancia de que sea propio de la sentencia de amparo,
pues actualmente la legislación de amparo reconoce, en su artículo 147, que dicha
anticipación sea posible como efecto de la suspensión; sino porque como se aduce en la
última parte de los agravios sintetizados, las consecuencias de esa restitución anticipada
contravienen al orden público y al interés social, lo cual es un presupuesto de procedencia
de la medida, de análisis y cumplimiento previo al relativo a la posibilidad de restitución.
(…)
 
Por estas razones, es en este contexto que efectuada la contraposición en el caso
concreto, aun cuando se tuviera por acreditada la apariencia del buen derecho, también se
advierte que sería mayor el perjuicio que resentiría la sociedad con el desbloqueo de las
cuentas bancarias inmovilizadas por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, que el beneficio que pudiera obtener dicha empresa.
 
Aquí es importante recordar que en los términos y conforme a los hechos expuestos en la
demanda, hasta el momento no se tiene certeza sobre los motivos que originaron dicha
inmovilización o bloqueo y la quejosa se limita a referir que los desconoce, de donde deriva
precisamente su causa de pedir en el amparo atinente a la transgresión de su garantía de
audiencia previa al acto de autoridad y se funda la apariencia del buen derecho invocada
para obtener la medida suspensional.
 
Sin embargo, acorde con las consideraciones generales sobre la suspensión ya expuestas,
es posible sostener que la sola negativa de conocer el acto no necesariamente implica la
existencia indiscutible de un buen derecho que haga procedente la medida, pues sobre el
particular debe hacerse una apreciación objetiva tanto de lo narrado como de la naturaleza
objetivamente observable, hasta esta etapa y con los elementos con que se cuenten, del
mismo acto, atento al contexto fáctico y jurídico en que se le ubique, considerando que en
la especie, se trata de uno administrativo presumiblemente legal, fundado en las
disposiciones que permiten a dicha dependencia, justamente, ordenar la paralización o
bloqueo de cuentas bancarias de un particular por introducirlo en un régimen de prevención
en relación con operaciones presumiblemente vinculadas con recursos de procedencia
ilícita. (…)
 
Ante toda esta información, si lo que se reclama es un congelamiento de cuentas bancarias
abiertas en una institución de crédito, que se atribuye a la referida Unidad de Inteligencia
Financiera, hasta esta etapa debe considerarse que ese bloqueo o la inmovilización no
constituye por el solo hecho de que se desconozca, un acto que resulte evidentemente
arbitrario e inconstitucional, como la quejosa lo afirma; pues debe estimarse que la
actuación que concretamente se atribuye a la autoridad es una de carácter administrativa
que jurídicamente debe presumirse legal, acorde con los artículos 68 del Código Fiscal de
la Federación o 42 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo según
sea el caso, que tiene como origen la actualización de los supuestos previstos en las
porciones normativas referidas, como dar a conocer a las instituciones financieras sobre
las personas sujetas al régimen de prevención de operaciones con recursos de
procedencia ilícita, terrorismo y su financiamiento; o su inclusión en las listas de personas
bloqueadas, que son supuestos concretos en los que se puede suspender inmediatamente
la realización de actos, operaciones o servicios con ellos en términos de la ley aplicable;
todo ello con la finalidad de prevenir y detectar actos, operaciones y en general conductas
delictivas que involucren la utilización de recursos de procedencia ilícita, con la finalidad
substancial de proteger el sistema financiero y la economía nacional.
 
En ese contexto, si con independencia de que se haya manifestado desconocer el acto
reclamado, debe estimarse acorde con el contexto jurídico y normativo en que se
desenvuelve la responsable, que el congelamiento o inmovilización de las cuentas
bancarias de la quejosa es una atribución que tiene conforme a la ley cuyo origen es el
ejercicio de las facultades concretas a que se ha hecho alusión, entonces debe sopesarse
que la sociedad está interesada en la aplicación de tales procedimientos y el consiguiente
ejercicio de las referidas facultades, inherentes a la protección de los bienes jurídicos
invocados que son, a saber, la protección al sistema financiero y a la economía nacional
mediante la detección y prevención de conductas ilícitas vinculadas con recursos de origen
también ilícito, por lo que otorgar la suspensión para los efectos solicitados, permitiendo a
la quejosa disponer de los recursos depositados en las cuentas de referencia que
presumiblemente pudieran estimarse como de procedencia ilícita o vinculados a conductas
constitutivas de un delito, no es jurídicamente posible, pues ello afectaría gravemente esos
propósitos y trascendería al interés social en el orden jurídico y económico nacional,
afectándose incluso el ejercicio de las facultades propias de la autoridad para la
identificación y prevención de ese tipo de operaciones, lo que involucra bienes jurídicos de
mayor valía que el relativo a disponer de los recursos, afectado ahora a la quejosa, que es
un interés individual de carácter meramente económico. (…)
 
Así, este Tribunal Colegiado considera que con el otorgamiento de la suspensión del acto
reclamado, con el efecto restitutorio pretendido, se ocasionaría una afectación al interés
social de mayor entidad que los daños que pudiera sufrir la quejosa con la negativa de la
misma y por ese motivo se considera que no se reúnen los requisitos previstos en la
fracción II del artículo 128 de la Ley de Amparo y en el numeral 147 de la misma
legislación.
 
Existencia de una clara contradicción de tesis
 
De los criterios antes comentados se advierte claramente que los tribunales colegiados sostuvieron
criterios contradictorios, por lo siguiente:
 
1.      En los fallos dictados por los órganos jurisdiccionales contendientes se abordó el mismo
punto jurídico, a saber:
 
 
 
 
2.      Los órganos contendientes adoptaron posiciones opuestas, dado que el Vigésimo Primer
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito al resolver el recurso de
queja, determinó que cuando se reclame el bloqueo de cuentas bancarias, es procede nte
otorgar la suspensión provisional, pues al no tener certeza del origen y sustento legal del
congelamiento, tampoco es posible asegurar que el acto pudiera ocasionar perjuicio alguno
al interés social o la contravención a disposiciones de orden público. Por el otro lado, el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito al resolver el
mismo recurso, consideró que no era posible otorgar la suspensión provisional en este tipo
de casos, ya que hacerlo permitiría que la parte quejosa dispusiera de los recursos
depositados en sus cuentas, no obstante que estos pudieran tener procedencia ilícita o
encontrarse vinculados a conductas constitutivas de delitos, lo que afectaría gravemente al
interés social y al orden jurídico y económico nacional, contraviniendo incluso el ejercicio
de las facultades de la autoridad ordenadora.
 
En consecuencia, sobre esos criterios contradictorios surgió la necesidad de responder
claramente si en el juicio de amparo es procedente decretar la suspensión provisional
cuando el acto reclamado es el bloqueo de cuentas bancarias atribuido a la UIF.
 
Criterio definitivo de la Segunda Sala de la SCJN que fija jurisprudencia por contradicción
 
La suspensión del acto reclamado
 
Antes de estudiar el criterio que sostuvo la SCJN, debemos recordar que la suspensión de los
actos reclamados en el juicio de amparo constituye una medida que tiene como finalidad que se
paralicen los actos combatidos, a fin de conservar la materia del juicio, y así evitar que durante su
tramitación se ocasionen perjuicios a la persona afectada.
 
En tal sentido, el juez debe constatar la certeza del acto reclamado, para lo cual atenderá las
manifestaciones contenidas en el escrito de la demanda de amparo, toda vez que se trata de la
suspensión provisional, así como el resto de elementos que se desprendan de la demanda y los
demás documentos que en su caso se acompañen. Una vez acreditada la certeza del acto, deberá
verificar que el mismo sea susceptible de ser suspendido, y en caso afirmativo, deberá realizar,
siempre que la naturaleza del acto lo permita, un análisis ponderado de la apariencia del buen
derecho, la no afectación del interés social y la no contravención de disposiciones de orden
público.
 
En el supuesto de que se conceda la suspensión provisional, el juez deberá fijar los requisitos y
efectos de la medida; y en caso de que exista un peligro inminente de que se ejecute el acto
reclamado con perjuicios de difícil reparación para el quejoso, habrá de ordenar que las cosas se
mantengan en el estado en que se encuentran hasta el dictado de la resolución sobre la
suspensión definitiva, por lo que tomará las medidas que estime convenientes para que no se
afecten los derechos de terceros, se eviten perjuicios a los interesados y se evite en la medida de
lo posible que el juicio quede sin materia.
 
Una vez precisado lo anterior, veamos cuál fue el criterio de la SCJN.
 
Criterio de la Segunda Sala de la SCJN
 
A.     La Segunda Sala considera en primer término que con la concesión de la suspensión
provisional en contra del bloqueo de las cuentas no existe un perjuicio al interés social ni se
contravendrían disposiciones de orden público, toda vez que el acto reclamado es un bloqueo
de cuentas bancarias; en consecuencia, la suspensión provisional se traduciría en el
levantamiento del bloqueo y, por tanto, en la posibilidad de que el titular de la cuenta pueda
acceder a los fondos contenidos en la misma.
 
Sin embargo, al momento de la presentación de la demanda inicial de amparo, únicamente se tiene
conocimiento de que la UIF ha bloqueado la cuenta, sin tener datos sobre los motivos que
suscitaron el bloqueo y, en consecuencia, no es posible considerar a priori y en perjuicio del
titular de la cuenta –que no podrá disponer de sus recursos económicos– que el levantamiento
del bloqueo implicaría una contravención al interés social o una vulneración a disposiciones de
orden público.
 
 

 
 
B.     Aunado a lo anterior, la Segunda Sala considera que procede la suspensión de los actos de la
UIF, a partir de una ponderación de lo antes mencionado y en forma conjunta con la figura de
“apariencia del buen derecho”.
 
Para ello, la Segunda Sala retomó el criterio jurisprudencial 46/2018, que establece lo siguiente:
 
ACTOS, OPERACIONES O SERVICIOS BANCARIOS. SU BLOQUEO ES
CONSTITUCIONAL CUANDO SE REALIZA PARA CUMPLIR COMPROMISOS
INTERNACIONALES (INTERPRETACION CONFORME DEL ARTICULO 115 DE LA LEY
DE INSTITUCIONES DE CREDITO). El precepto referido al prever que las instituciones de
crédito deberán suspender de forma inmediata la realización de actos, operaciones o
servicios con los clientes o usuarios que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público les
informe mediante una lista de personas bloqueadas, contiene una medida cautelar de índole
administrativa, la cual, para ser válida en relación con el principio constitucional de seguridad
jurídica, de su regulación habrá de advertirse respecto de qué tipo de procedimiento
jurisdiccional o administrativo se implementa. En consecuencia, debe realizarse una
interpretación conforme del artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito a efecto de que
sea acorde con el principio constitucional mencionado, de la siguiente manera: a) La
atribución únicamente puede emplearse como medida cautelar relacionada con los
procedimientos relativos al cumplimiento de compromisos internacionales asumidos por
nuestro país, lo cual se actualiza ante dos escenarios: i) Por el cumplimiento de una
obligación de carácter bilateral o multilateral asumida por México, en la cual se establezca de
manera expresa la obligación compartida de implementar este tipo de medidas ante
solicitudes de autoridades extranjeras; o ii) Por el cumplimiento de una resolución o
determinación adoptada por un organismo internacional o por una agrupación
intergubernamental, que sea reconocida con esas atribuciones por nuestro país a la luz de
algún tratado internacional. b) Sin embargo, la atribución citada no puede emplearse
válidamente cuando el motivo que genere el bloqueo de las cuentas tenga un origen
estrictamente nacional, pues al no encontrarse relacionada con algún procedimiento
administrativo o jurisdiccional específico, resultaría contraria al principio de seguridad
jurídica.
 
Con base en ese criterio, la Segunda Sala de la SCJN reconoció que nuestro país ha asumido
el compromiso internacional de adoptar medidas de acción rápida y eficiente, ante solicitudes
extranjeras para identificar y congelar bienes relativos al lavado de activos, al financiamiento del
terrorismo y al financiamiento de proliferación de armas de destrucción masiva.
 
Derivado de lo anterior, la Segunda Sala concluyó que en el supuesto de que el bloqueo de
cuentas realizado a partir del contenido del artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito,
tenga como origen el cumplimiento de una resolución o pronunciamiento de un organismo
internacional (tal y como es el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas), o
bien, el cumplimiento de una obligación bilateral o multilateral asumida por nuestro país, no
existiría una transgresión al principio de seguridad jurídica.
 
No obstante, tal conclusión no se satisface cuando el bloqueo de cuentas se realiza para
cuestiones estrictamente nacionales, en tanto en estos supuestos, efectivamente la medida
cautelar no se impondría en relación con un procedimiento específico y determinado.
 
Dicho criterio permite advertir que por regla general es inconstitucional el ejercicio de la
atribución contenida en el artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, que permite a la
UIF ordenar el bloqueo de cuentas bancarias; y excepcionalmente, ese ejercicio será acorde al
texto constitucional, pero únicamente en el supuesto reconocido por la jurisprudencia que
transcribimos antes.
 
Así, para que el bloqueo de cuentas sea constitucionalmente válido, no bastará la simple
mención de la UIF en el sentido de que está ejerciendo sus atribuciones a la luz del supuesto
reconocido por la jurisprudencia de la Segunda Sala de la SCJN. Por el contrario, habrá de
contar con documentación que soporte la existencia de una petición expresa de realizar el
bloqueo de cuentas, emitida por autoridades extranjeras u organismos internacionales que,
acorde con algún tratado bilateral o multilateral, tengan atribuciones en la materia y
competencia para realizar una solicitud de tal índole.
 
Todo lo anterior permite arribar a la conclusión de que en aquellos juicios de amparo en que se
reclame la orden de bloqueo de cuentas atribuida a la UIF, sí será posible decretar la
suspensión provisional, misma que tendrá como efectos que se ordene el desbloqueo de las
cuentas bancarias a fin de que la parte quejosa pueda efectuar operaciones financieras y
disponer de sus recursos.
 
C.     La Segunda Sala estimó necesario hacer una serie de precisiones respecto al criterio antes
sostenido, en tanto se trata de un otorgamiento condicionado de la suspensión provisional. En
tal sentido, dicha sala precisó los siguientes aspectos:
 
1.      Cuando en un juicio de amparo se reclame una orden de la UIF para el bloqueo de una
cuenta bancaria, el juez de distrito concederá la suspensión provisional.
 
2.      La medida surtirá sus efectos, esto es, se acatará en sus términos por la UIF, a menos de
que tal autoridad haya emitido la orden bajo el amparo de supuesto válido (bloqueo
cuando se realiza para cumplir compromisos internacionales).
 
3.      Lo anterior no implica que la UIF pueda, con plena discrecionalidad, decidir en qué casos
cumplirá o no con la suspensión provisional, debido a dos razones fundamentales:
 
 

 
 
Con base en lo antes mencionado, la Segunda Sala de la SCJN resolvió fijar el siguiente criterio
jurisprudencial:
 
SUSPENSION PROVISIONAL. REGLAS PARA SU OTORGAMIENTO CUANDO EL ACTO
RECLAMADO SEA EL BLOQUEO DE CUENTAS BANCARIAS ATRIBUIDO A LA
UNIDAD DE INTELIGENCIA FINANCIERA DE LA SECRETARIA DE HACIENDA Y
CREDITO PUBLICO. A consideración de esta Segunda Sala, atendiendo a una ponderación
del interés social, la no contravención a disposiciones de orden público así como al principio
de apariencia del buen derecho, en el juicio de amparo es posible otorgar la suspensión
provisional cuando el acto reclamado sea el bloqueo de cuentas bancarias atribuido a la
Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en ejercicio
de las facultades establecidas en el artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito. Sin
embargo, en su caso dicha suspensión provisional se concederá de manera condicionada,
esto es, no surtirá efectos si el bloqueo se emitió a partir del supuesto válido que fue
reconocido jurisprudencialmente por esta Segunda Sala, consistente en el cumplimiento de
una obligación contraída con un gobierno extranjero o la ejecución de una resolución
adoptada por un organismo internacional o agrupación intergubernamental cuyas
atribuciones fueron reconocidas con base en una obligación asumida por el Estado
mexicano. Al tratarse de un supuesto excepcional, dicha autoridad habrá de contar con
documentación que sustente la existencia de una solicitud expresa de realizar el bloqueo de
cuentas, formulada por una autoridad extranjera u organismo internacional que cuente con
atribuciones en la materia y con competencia para realizar una solicitud de tal índole acorde
justamente a un tratado bilateral o multilateral. Lo anterior no implica que al momento de
dictarse la suspensión provisional la autoridad deba acreditar tal escenario, en tanto podrá
no ordenar el levantamiento del bloqueo, pero tendrá la carga procesal de exhibir en el
informe previo la documentación fehaciente de que está en el supuesto de excepción para el
dictado de la suspensión definitiva.
 
JURISPRUDENCIA 2a./J.87/2019(10a.)
 
 

Conclusión

Durante los últimos meses se ha comentado en diversos medios de comunicación que la


Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la SHCP ha ordenado en perjuicio de diversas
personas físicas y morales, el bloqueo de sus cuentas bancarias antes de iniciar cualquier
proceso ante los órganos jurisdiccionales; en otras palabras, en la etapa de investigación o
averiguación previa, dicha autoridad ha ordenado el bloqueo de las cuentas ante la sospecha
de que tales personas incurrieron en determinada clase de delitos, como es el caso (entre
otros) del lavado de dinero. Ante esta orden administrativa, los perjudicados han solicitado
ante los juzgados competentes (mediante juicio de amparo) el otorgamiento de la suspensión
provisional y definitiva, a fin de que el juzgado ordene el desbloqueo y que las personas
puedan disponer de los recursos en sus cuentas bancarias; sin embargo, con el tiempo los
juzgados y tribunales competentes han dictado resoluciones contradictorias, de modo que en
unos casos se otorgó la suspensión y en otros se negó. Finalmente, la Segunda Sala de la
SCJN determinó, mediante tesis de jurisprudencia, el criterio que debe prevalecer.

Comentamos la jurisprudencia por contradicción de tesis de la SCJN, a fin de poder concluir si


es o no procedente el otorgamiento de la suspensión provisional en contra de los bloqueos de
las cuentas bancarias.

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