5
5
5
• Ver Práctica 7. Comentario de Ovidio sobre el Diluvio Universal.
Planteamiento:
En
la
literatura
griega,
la
aparición
del
hombre
sobre
la
Tierra
se
explica
con
mitos
muy
diferentes,
como
veremos
a
continuación.
Da
la
impresión
de
que
era
un
concepto
difícil
y
se
buscaron
explicaciones
diversas,
quizá
con
orígenes
también
diferentes.
En
la
época
romana,
Ovidio
transmite,
al
comienzo
de
sus
«Metamorfosis»,
una
versión
mucho
más
coherente
y
elaborada,
que
debe
ser
la
que
definitivamente
se
había
difundido
como
la
más
generalizada
y
aceptada.
Según
esta
versión,
una
vez
que
el
globo
terráqueo
estuvo
perfectamente
ordenado
y
equilibrado,
y
que
cada
una
de
sus
partes
tenía
los
seres
vivos
que
le
correspondían,
surgió
"un
ser
de
una
naturaleza
superior"
bien
porque
"el
artífice
de
la
naturaleza
lo
creara
de
divinos
gérmenes"
o
porque
"la
Tierra
retuviese
gérmenes
del
Cielo",
gérmenes
que
el
vástago
de
Jápeto,
Prometeo,
modeló.
Este
ser
humano
vivió
en
una
primera
fase
en
una
edad
de
oro,
en
la
que
tenía
de
todo
y
no
necesitaba
de
nada,
por
lo
que
no
se
necesitaban
ni
siquiera
jueces.
Pero
se
fue
corrompiendo
progresivamente,
pasando
por
las
edades
de
plata
y
bronce,
para
llegar
a
la
de
hierro,
contrapunto
absoluto
de
la
de
oro.
Los
hombres
se
habían
vuelto
tan
malvados
que
la
justicia
(que
vivía
entre
los
hombres)
había
tenido
que
refugiarse
en
el
Cielo,
y
Zeus,
colmada
su
paciencia,
decidió
enviar
un
castigo
ejemplar
en
forma
de
diluvio
universal.
Solamente
se
salvó
una
pareja
de
justos,
Deucalión
y
Pirra,
que
regeneraron
la
Tierra
con
hombres
nuevos,
teóricamente
mejores
que
los
que
habían
habitado
en
la
edad
del
hierro.
Surgieron
de
las
piedras
que
tenía
la
Tierra
Madre:
las
piedras
lanzadas
por
Deucalión
se
convirtieron
en
hombres
y
las
lanzadas
por
Pirra
en
mujeres.
1
Módulo
IV.
El
origen
del
hombre
Los
griegos
no
transmiten
una
versión
tan
coherente
ni
uniforme.
Como
en
otros
muchos
aspectos,
la
literatura
griega
recoge
tradiciones
de
diferente
origen
y
contenido,
incluidas
aquellas
que
tienen
una
explicación
estrictamente
local.
Así,
los
arcadios
consideraban
una
vieja
tradición
que
explicaba
el
origen
humano
a
partir
de
árboles,
rocas
y
piedras
Pero
tenían
otra,
mucho
más
noble,
por
la
que
se
consideraban
descendientes
de
Pelasgo,
y
por
ello
los
primeros
habitantes
de
Grecia.
Pelasgo
fue
el
fruto
de
los
amores
de
Zeus
y
de
Niobe,
por
lo
que
Pelasgo
y
los
arcadios
tenían
origen
divino.
Un
origen
similar,
también
divino,
pretendían
los
atenienses,
que
consideraban
su
primer
rey
a
Cécrope,
nacido
de
la
Tierra,
mitad
hombre
y
mitad
serpiente.
Y,
en
fin,
otro
ejemplo
ilustrativo
de
este
tipo
de
mitos,
es
el
de
los
Mirmidones,
llamado
así
porque
su
origen
estaba
en
las
"hormigas
metamorfoseadas
en
hombres",
cumpliéndose
un
sueño
por
el
que
se
revelaba
que
su
reino
(totalmente
despoblado
por
efecto
de
la
peste)
se
vería
repoblado
porque
las
hormigas
se
convertían
en
hombres.
Sin
embargo,
Hesíodo
las
cuenta
sin
conexión
entre
sí.
Tras
narrar
el
mito
de
Prometeo
y
Pandora,
le
dice
a
Perses
que
le
va
a
contar
"otro
relato".
Y,
efectivamente,
parecen
dos
mitos
independientes,
porque
los
hombres
"de
la
edad
de
oro",
vivían
ya
en
tiempos
de
Crono,
mientras
que
Prometeo
(que
crea
el
hombre)
y
Zeus
(que
manda
crear
a
la
mujer)
pertenecen
a
la
generación
siguiente.
En
el
mito
de
las
Edades
dice
Hesíodo
que
los
dioses
y
los
hombres
tuvieron
un
mismo
origen,
aunque
fueron
los
dioses
los
que
crearon
una
dorada
estirpe
de
hombres
mortales,
que
vivieron
en
tiempos
de
Crono
sin
necesidad
de
nada:
morían,
como
sumidos
en
un
sueño.
La
tierra
sepultó
esta
raza
y
le
sucedió
otro
mucho
peor,
la
de
plata,
a
la
que
destruyó
Zeus.
Le
siguió
la
de
bronce,
nacida
de
los
fresnos,
vigorosa,
pero
a
la
que
solo
interesaban
los
actos
violentos,
soberbia.
Desaparecida
esta,
Zeus
creó
otra
más
justa
y
virtuosa,
la
de
los
héroes.
Y,
por
fin,
llegó
la
de
hierro,
de
la
que
dice
Hesíodo
que
"no
huiera
querido
conocer,
sino
haber
muerto
antes
o
haber
nacido
después"
(porque
se
espera
una
nueva
edad
de
oro).
Ovidio,
en
su
elaboración
posterior,
prescindió
de
la
edad
de
los
héroes,
porque
rompía
el
correcto
encadenamiento,
pero
los
griegos
tenían
una
rica
colección
de
mitos
protagonizados
por
héroes
y
tenían
que
buscarle
una
ubicación
adecuada.
Como
generalmente
estos
mitos
precedían
a
la
introducción
del
hierro
(Ciclo
troyano,
Ciclo
tebano,
etc.)
los
insertaron
entre
la
edad
del
bronce
y
la
del
hierro.
El
mito
de
Prometeo
es
el
que
explica
de
manera
más
explícita
el
origen
del
ser
humano
y,
como
se
verá
en
el
Seminario,
se
entronca
con
una
rica
tradición
oriental.
Prometeo,
de
origen
divino,
modeló
al
hombre
con
agua
y
barro
y
luego
robó
el
fuego
celeste
para
dárselo
a
los
hombres.
Zeus,
irritado
por
su
osadía,
decidió
castigarle
enviándole
una
mujer
que
les
trajera
las
desgracias.
Prometeo
(que
significa
"El
Previsor")
tenía
un
hermano,
Epimeteo
(que
significa
"El
Necio")
y
guardaba
una
jarra,
en
cuyo
interior
se
guardaban
todos
los
males
y
desgracias.
Para
vengarse
de
Prometeo,
Zeus
mandó
crear
una
mujer
provista
de
todos
los
dones,
(que
por
eso
se
llamó
Pandora)
y
se
la
regaló
a
Epimeteo.
Aunque
Prometeo
le
había
advertido
que
nunca
aceptara
regalos
de
Zeus,
Epimeteo
aceptó
maravillado
a
Pandora.
Ésta
no
pudo
sustraerse
a
la
tentación
de
la
curiosidad,
abrió
la
jarra
(o
caja)
y
salieron
rápidamente
todos
los
males
que
se
expandieron
por
la
Tierra.
Asustada
tapó
rápidamente
la
jarra,
pero
sólo
pudo
dejar
atrapada
la
"Esperanza",
único
consuelo
que
les
queda
a
los
hombres.
Con este mito se explicaría el origen y las miserias del género humano.
2