Unidad #2

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UNIDAD N° 2

Causas históricas: Los siglos del Renacimiento


Durante los siglos XV y XVI se producen una serie de profundas transformaciones que lentamente
forman un mundo nuevo.
Fuerzas renovadoras quiebran las estructuras medievales de la Europa occidental.
Asistimos al ocaso del feudalismo.
Se viven cambios en los planos económicos, sociales, políticos, culturales y científicos.
-El crecimiento del comercio. La expansión ultramarina europea, el encuentro entre América y
Europa.
-El ascenso de la burguesía y la movilidad social.
-Los reyes fortalecen su poder.
-La división del Cristianismo con la reforma Protestante.
-La revolución científica.
- La renovación intelectual y artística. El Humanismo y el Renacimiento.

“El crecimiento del comercio”

Durante el siglo XV y mediados del XVI se vivió una de las más importantes expansiones
comerciales de la historia. Hubo un florecimiento de la economía mercantil y monetaria:
aumentaron el comercio y la utilización de la moneda respecto del Medioevo.
Desde finales del siglo XV la actividad económica europea aumenta por tierra y por mar.
Se llega a una economía de intercambio: ya no se trabaja solamente para cubrir las necesidades de
la familia o de los vecinos. La producción se orienta con la idea de “vender” y para satisfacer las
necesidades de personas desconocidas.
La posición del comerciante cambia. Se forman sociedades familiares de mercaderes con una casa
central dirigida por el padre o tío y sucursales en distintos países a cargo de sus hijos y sobrinos. Se
dedican también a actividades industriales y bancarias (prestamos de dinero; por ejemplo, a los
príncipes) Entre las casas más importantes, se destacan la de los Medici en Florencia y la de los
Fugger en Alemania. En esta época surgen las primeras organizaciones bancarias de Europa.

1)VÁZQUEZ de FERNANDEZ, Silvia A. Historia 2.De la modernidad a los tiempos contemporáneos. Buenos Aires. Kapelusz.1993.(p.4 )
2

“La expansión ultramarina europea”

Las rutas comerciales con Oriente sufren un importante cambio. Los musulmanes avanzan hacia
Occidente, toman Constantinopla en el año 1453 y dificultan la navegación pacífica por el Mar
Mediterráneo. Los europeos se ven obligados entonces a buscar nuevas rutas para obtener los
productos orientales. Comienzan a intentarlo por el océano Atlántico. España y Portugal, con
importantes costas en este océano, son los países que inician esta tarea. Portugal bordea la costa
africana, hasta entonces muy poco conocida. España intenta dar la vuelta al mundo navegando
hacia el Oeste y se encuentra imprevistamente con las tierras americanas.

“La movilidad social”

La estructura social de la Europa occidental se modifica. El movimiento dinamizador de la


economía resquebraja la sociedad tradicional. Existe un grupo social que asciende por los buenos
negocios: la burguesía y crea una alteración en el orden medieval de nobleza, clero y
campesinado. Existió entonces la movilidad social, a diferencia del Medioevo, en que cada uno
nacía y moría en el estrato social heredado de sus padres y abuelos. Ahora se podía cambiar de
grupo social.

“Los reyes fortalecen su poder”

La renovación política se manifiesta con el crecimiento del poder de los reyes a través de la
organización de los Estados nacionales en Europa Occidental. Se supera así la fragmentación
política (en numerosos señoríos) de la Edad Media. En torno a la figura del rey se van integrando
los territorios y conformando los Estados Nacionales.

“La división del cristianismo”

En el ámbito religioso, se produce la división del cristianismo, a causa de la Reforma


Protestante. Un monje agustino llamado Martín Lutero, que dictaba teología en la Universidad de
Wittemberg, en Alemania va a reaccionar contra la costumbre de la Iglesia Católica de brindar
indulgencias (perdón concedido por la iglesia). Su crítica apunta a la práctica de aceptar limosnas o
donaciones a cambio de perdones. La reacción de Lutero contra las indulgencias fue el conflicto
que desencadenó la Reforma Protestante. En la puerta de la Iglesia de Wittemberg fijó sus ideas
contra estas absoluciones, presentadas en forma de 95 tesis. Enterado el Papa, le ordenó
rectificarse, pero Lutero se negó y fue expulsado. Los seguidores de Martín Lutero, recibieron el
nombre de “protestantes”.

2) VÁZQUEZ de FERNÁNDEZ, Silvia A. Ob.cit (pp.19-138)


3

“Los adelantos científicos”

Durante los tiempos del Humanismo y el Renacimiento, los estudios científicos cobraron gran
importancia. Surgió un gran interés por las investigaciones en matemáticas, botánica, zoología,
astronomía, medicina, historia, física y demás ramas científicas.
La ciencia no era autónoma, tuvo que desligarse del ámbito religioso, que frenaba los adelantos
que se opusieran al dogma.
A partir del siglo XV, aproximadamente, se operó un cambio radical en la concepción del mundo
que culminaría en los siglos XVI y XVII con una revolución científica.

Con las investigaciones se llegó a la conclusión que el universo no se movía por “carácter divino”
como se pensaba en el Medioevo.
En física, astronomía y matemática se realizaron grandes descubrimientos:
Entre ellos Nicolás Copérnico (1473-1543) demostró que la Tierra gira sobre su eje y que los
planetas se mueven alrededor del sol (teoría heliocéntrica).2

Sus ideas combatidas por la Iglesia de la época, fueron confirmadas años después por el alemán
Kepler (1571-1630) quien perfeccionó el telescopio y finalmente por Galileo Galilei (1564-1642)
En medicina también hubo importantes adelantos: investigaciones sobre la anatomía humana,
(Andrés Vesalio) estudios sobre la infección ( Francastori ) y descubrimientos sobre la circulación
de la sangre (Miguel Servet y Guillermo Harvey) 3

El Renacimiento artístico:

El Renacimiento surge en Italia en los primeros decenios del siglo XV (1400) y se extiende hasta
mediados del siglo XVI (1550). Su primer centro de desarrollo artístico fue la ciudad de Florencia,
reemplazada hacia el siglo XVI por la ciudad de Roma.
Su origen y crecimiento se producen en Italia, se difunde y expande por el resto de Europa, e
irradia su influencia en Francia, Alemania y luego Holanda y España.
Este movimiento expresa las transformaciones de la época.
El término Renacimiento es un renacer de las tradiciones del arte griego y romano.
Sus artistas tuvieron como fuente de inspiración y como guía las expresiones de la antigüedad
clásica, pero crearon nuevos modos de construir, pintar y esculpir.
De la preocupación por el hombre, como centro de todas las cosas, surge la necesidad de expresar
fielmente la vida terrenal.
Se profundiza entonces el estudio de la “naturaleza”, es decir, el mundo del hombre y del
ambiente que lo rodea. 4

4) VÁZQUEZ de FERNÁNDEZ, Silvia A. Ob.cit (pp.19-138)


4

El Humanismo: “la valoración del hombre en el mundo”.

El Humanismo es una tendencia cultural surgida en Italia que se desarrolla en Europa en los siglos
XV y XVI. Los humanistas eran intelectuales que comenzaron a resucitar obras filosóficas,
históricas o literarias de la antigüedad grecorromana, las cuales, fueron el punto de apoyo para
sus ideas.
El nuevo ideal de vida de los humanistas implicaba:
- Una revalorización de la vida en la tierra.
- Tomaba distancia del pensamiento del feudalismo, que consideraba más importante la
vida ultra terrena.
- Atacaron a las autoridades tradicionales, como la Iglesia que con sus rígidos métodos de
enseñanza e investigación no permitían el adelanto de los conocimientos.
- Los humanistas consideraban al hombre como centro y medida de todas las cosas.
¿Por qué un humanista puede ser humanista?
Aparece el excedente y algunos pocos tienen dinero. Para que alguien trabaje de pensador, de
maestro, alguien le tiene que pagar y para que alguien pueda pagar tiene que haber dinero,
excedente.5

5 ) Vázquez de Fernández, Silvia A.De la modernidad a los tiempos contemporáneos. Buenos Aires.

Kapelusz. 1993. (p.26) “Un personaje central en la transformación de la mentalidad medieval a la


renacentista fue Leonardo da Vinci (1452-1519), pintor, arquitecto y escultor, quien para
fundamentar la práctica de las actividades artísticas emprendió múltiples estudios sobre óptica,
anatomía, botánica, geología y física, además de diseñar, inventar y fabricar algunos instrumentos
mecánicos”. Delgado.G. El mundo moderno y contemporáneo. México. Pearson. (p.59)
5

Aportes teóricos de los humanistas


Debido al interés de los humanistas “en el estudio abierto de los problemas más próximos a la
condición humana e individual”,6 son los primeros que sugieren que los sordos deben ser
educados. Jerónimo Cardán, Rodolfo Agrícola, Jerónimo Aquapendente, entre otros, han dejado
registros escritos, haciendo mención a esta posibilidad.

Rodolfo Agrícola (1433-1485)


Una de las figuras destacadas en el campo educativo del periodo humanista es el filosofo holandés
Rodolfo Agrícola, cuyo nombre verdadero había sido en vida Roelof Huysmann o Hausmann, fue
profesor de filología y filosofía, escolástico y poeta notable, al que se considera el padre del
Humanismo alemán y cuyas obras completas se publicaron tardíamente en Colonia (Alemania). 7
En su libro De Inventione Dialectica, afirma haber conocido un sordo de nacimiento que había
aprendido a comprender todo lo que era escrito por los demás y que expresaba también todo por
escrito, como si poseyera el uso de la palabra. Tal vez Agrícola haya sido el primero en establecer
una clara diferenciación entre sordera y mutismo.8

“Realmente la fuerza de la mente humana es grande, poderosa extraordinaria y casi nada es difícil
para ella, a no ser lo que no quiere. Relataré aquí los hechos extraordinarios que vi: un sordo desde
los primeros años de su vida, y, consecuentemente mudo, quien, no obstante eso, había aprendido
bien a entender lo que otro escribía y él mismo también, como si supiera hablar, podía expresar
detalladamente todos los pensamientos de su mente, por medio de la escritura, como si tuviese la
imagen de la palabra”.
Ese mismo comentario de Agrícola fue el que llevó a Jerónimo Cardán a la conclusión final de que,
por lo tanto y siguiendo los mismos pasos, se podía también conseguir “que un sordo oyera,
leyendo y un mudo hablara, escribiendo”.
No obstante ello, el mito aristotélico seguía muy arraigado en la época: El filosofo valenciano Luis
Vives se mostraba muy escéptico ante las afirmaciones de Agrícola partiendo de la afirmación,
atribuida a Aristóteles, de que “los seres vivientes, si se hallan privados de oído, no pueden ser
educados”. 9

6) CHORDÁ. F. Diccionario de términos históricos y afines. (2002). Madrid. Istmo


7) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.78)
8) SKLIAR,CARLOS. “La educación de los sordos”. Universidad Nacional de Cuyo.(pp.20-21)
9) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.78-79)
6

Jerónimo Cardán (1501-1576)


De esta misma época es de destacar, como pionero teórico de la educación de los sordos, al genio
excéntrico, médico, filósofo y matemático italiano Jerónimo Cardán quien, siendo al que se debe
la resolución de la ecuación de tercer grado, fue también el primero en aplicar los principios
psicológicos al problema de la sordera.10
Este médico se había dedicado al estudio del oído, la boca y el cerebro, impulsado por el hecho de
que su primer hijo era sordo. Cuando tuvo conocimiento de la obra de Agrícola, argumentó que el
sentido del oído y la vocalización de la palabra no eran indispensables para la comprensión de las
ideas; afirmaba que:
(...)Es necesario que quien es sordo aprenda a leer y a escribir, porque lo puede
hacer, igual como aquel que es ciego. Es cierto una cosa difícil pero posible, incluso
para quien sea nacido sordo. En realidad. tenemos la posibilidad de manifestar
nuestros pensamientos tanto con las palabras como con los gestos (citado en
Bender, 1960).11

Afirmaba Cardán que la sordera, por sí misma, no modificaba en nada la inteligencia del niño, y
que, por lo tanto, su educación debería estar dirigida a la enseñanza de la lectura y la escritura,
que en el caso concreto del sordo eran de una importancia vital, pues aunque no hablara, podía
llegar a adquirir mediante el uso de ellas los signos que expresan directamente el pensamiento
humano. Es decir, la cultura.
El mismo autor consideraba distintas categorías de sordos, según la sordera fuera de nacimiento –
sordo congénito- , se produjera antes de la adquisición del habla –sordo precolutivo-. o después
de la misma – sordo postlocutivo-, distinguiéndose en este último caso si la sordera ha sobrevivido
antes o después de aprender a escribir.
De hecho Cardán interesa resaltar tres citas propias.
La primera aparece en su De utilitate ex adversis capienda , donde apuntaba la idea que los sordos
pueden “oír” mediante la lectura y “hablar” por medio de la escritura y , con ello, atenuar su
desgracia, repitiendo lo dicho antes por Rodolfo Agrícola.
La segunda aparece en las Concilia médica, donde teorizaba sobre las causas de la sordera según
sus experiencias médicas, sobre ciertos remedios basados en la dieta, el régimen de vida y
medicamentos, haciendo referencia a las causas astrológicas del mal.
Por último sus Paralipomema , el único de sus textos que, se sacó a relucir a principios del siglo XX,
y ha sido citado a menudo como prueba de la lucidez de Cardán sobre el tema. 12

10) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.79)


11) SKLIAR,CARLOS. “La educación de los sordos”. Universidad Nacional de Cuyo.(pp.20-21)
12) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.81)
7

Buena muestra de ello son las reflexiones teóricas en el capítulo De utilitate ex adversis capienda:
“Realmente si antes de que haya aprendido a leer y a escribir se queda sordo, ¿qué debe hacer
aquel desdichado?... Debe aprender a leer y escribir: en efecto, le está permitido esto, como a un
ciego cuando le enseñamos a hacer otra cosa. Es una labor difícil, pero que, sin embargo, puede
lograrse aun habiendo nacido sordo.”
“… ellos (los sordos) pueden concebir que la palabra pan, por ejemplo, tal como se ve escrita,
representa el objeto que se les señala. Precisamente, después de ver cualquier objeto, conservamos
su forma en la memoria y podemos dibujar una cosa semejante; de esta manera, el sordo puede
retener en su mente las formas de las palabras escritas y de los caracteres, así como asociarlas
directamente con las ideas, pues la palabra hablada representa sólo convencionalmente las ideas,
y lo mismo puede hacerse con la palabra escrita”.

Pero Cardán, que era un teórico, nunca llevó a la práctica sus teorías y aún menos redactó un
método. A pesar de ello, en Italia se le considera a, todos los efectos, uno de los padres de la
sordomudística, similar o igual a Pedro Ponce de León.
A efectos de inventario, en Italia se acostumbra a anteponer a Jerónimo Cardán, en lugar de
Pedro Ponce de León, como el primer precursor del arte de enseñar a hablar a los sordos.13

Leonardo Da Vinci (1452-1519)


También, en pleno Renacimiento, el pintor Leonardo Da Vinci, manifestaba sus apreciaciones
personales sobre el comportamiento comunicativo de los sordos y su habilidad, tanto en la
captación de los gestos como en su expresión, tal como aparece recogido en su “Tratado de
Pintura”:
“El buen pintor tiene que realizar dos cosas principales, a saber: el hombre y el concepto de su
espíritu. Lo primero es fácil; lo segundo es difícil, porque debe dar a la figura de los gestos y el
juego de los miembros que sean convenientes; y en esto debe aprender de los mudos, que
entienden de eso más que el resto de los hombres.
Habrán recibido buena enseñanza todos aquellos que sepan imitar los movimientos de los mudos
que hablan con las manos y los ojos, con las cejas y con toda su persona, movidos por la voluntad
de expresar lo que su alma concibe. Y no te burles de mí porque proponga un preceptor carente
de lengua, pues él te enseñará con hechos, mientras que los demás te enseñarán solo con las
palabras.
No desdeñes mi consejo porque en materia de movimiento los mudos son maestros, entienden
desde lejos lo que otros están hablando, sólo por el movimiento de las manos.
Si os complacéis en estudiar los movimientos de las manos de los que hablan por señas y si os
aproximáis y averiguáis el porqué de sus gesticulaciones, comprenderéis los detalles de los gestos
de los mudos, que no saben dibujar y no buscan ayuda del dibujo. Aprended de los mudos a
ejecutar movimientos que expresen el concepto de las almas de los interlocutores”. 14

13) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.81)


14) Ibid. (pp.79-80)
8

Los comentarios anteriores de Leonardo da Vinci sobre el lenguaje gestual no pueden ser más
expresivos, al reafirmar que valiéndose únicamente de él, los sordos eran muy capaces de
expresar su propia voluntad e incluso interpretar la de sus interlocutores, aunque no fueran
capaces de poder hablar vocalmente. 15

Francisco Rabelais (1494-1553)


En el siglo XVI, el tema de la educación de los sordomudos se había convertido en cuestión de
moda. Valga citar, como prueba de ello, la obra del benedictino francés Francisco Rabelais. El
tercer libro de hechos y dichos heroicos del bueno de Pantagruel de 1546, donde afirma que el
lenguaje es una adquisición humana arbitraria, constituyendo así un don natural y universal. De
esta forma, uno de los personajes de su obra sordomudo, se enteraba de lo que decían otros,
gracias a la lectura labial. Nueva muestra de que en Francia, durante el siglo XVI, ya existían
algunos sordos impuestos de esta especialidad tan particular. 16

Jerónimo Acquapendente (1533-1619)


En 1600 y 1603 Jerónimo Acquapendente, profesor de anatomía de la Universidad de Padua,
publicó dos tratados donde hacía referencia -poco usual para esa época- a la distinción entre la
pantomima y el uso que los sordos hacían de los signos, y decía que: (.) ellos son considerados in-
capaces de expresarse sólo porque ninguno los puede comprender. 17

“Se puede conseguir que un sordomundo llegue a oír leyendo y a hablar escribiendo… pues lo
mismo que se utilizan convencionalmente sonidos distintos para expresar cosas distintas, así
también se puede hacer con las diversas imágenes de objetos y palabras (…) Los caracteres
escritos y las ideas pueden asociarse sin la intervención de sonidos reales”.
Esta consideración, la de que para comprender no era imprescindible oír las palabras, era en el
siglo XVI una opinión revolucionaria. 18

15) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.81)


16)Ibid.(p.80)
17) SKLIAR,CARLOS. “La educación de los sordos”. Universidad Nacional de Cuyo.(p.22)
18) SACKS,OLIVER. (1989) Veo una voz. Viaje al mundo de los sordos.Barcelona. Anagrama (pp.50-51)
9

El inicio de la educación de los sordos


Pedro Ponce de León
En el plano práctico es de destacar, aparte de los teóricos, la figura del benedictino Fray Pedro
Ponce de León (Sahagún, León ¿1506-8?- Oña, Burgos 1584), un personaje admitido por la
historiografía oficial como el primer educador de sordos conocido y documentado, y todo ello
gracias a la labor de divulgación y propaganda realizada por una larga cadena de cronistas de su
propia orden, la de San Benito que se encargaron de recordarlo durante siglos.
Su aparentemente noble apellido “de León” indica que provenía del monasterio de Sahagún, en el
reino de León, tras su traslado por motivos desconocidos al monasterio de Oña, en Burgos, el año
1533. Afirma el cronista Baltasar de Zúñiga, diciendo que era:

“Hombre sin letras fundadas, muy dado a las hierbas y otros secretos naturales”

Comentario indicativo de que, dentro del monasterio, Ponce de León debió ejercer, entre otros
oficios, el de herbolario o alquimista, pero sin estudios superiores, al ser, según el cronista, un
“hombre sin letras fundadas”.
Un hecho que explicaría de forma racional su interés y dedicación encaminada a la cura, mediante
las hierbas, del problema del habla o de la sordera, en el Monasterio de Oña y mucho antes que
se destacara su interés pedagógico. Con respecto a la afirmación del cronista “otros secretos
naturales”, no habría que perder de vista una corriente general del siglo XVI, donde se mezclaban
la herboristería, la alquimia, la astrología y la medicina, que tuvo que influir, sin duda alguna, en la
visión que pudo tener Pedro Ponce de León ante el problema de la “mudez” y su posible solución
mediante el uso de remedios “naturales”- a los cuales era muy aficionado según cita el cronista
Baltazar de Zuñiga-y, por supuesto, partiendo del uso de plantas medicinales. Cuestión diferente
es qué tipo de plantas en concreto pudo llegar a utilizar en aquel cometido, plantas cuyo uso
estaba sujeto en muchos casos a determinadas posiciones astrales en el momento de su
recolección y de su aplicación.19

19) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.95-96)


10

Ante el fracaso de estos métodos se volcó a llevar a cabo una técnica pedagógica. Estableció un
método que utilizaba la dactilografía, la lectura, la escritura y el habla. El alfabeto manual en
realidad no es parte de la lengua de señas natural, como creía la gente que desconocía esta
lengua. Sino solo un sistema de representación oral simbólica de las letras de las lenguas orales
escritas mediante las manos. Todavía no aparecía la verdadera educación en lengua de señas.

Su alumno principal fue Pedro de Tovar o Velasco, el mejor y casi exclusivo discípulo de Ponce de
León, nació en 1537 y murió en 1572. El hecho de que su apellido Tovar, se mudara a Velasco en
1560, obedeció a que su hermano Iñigo pasó a ser Condestable de Castilla a finales de 1559.

El cronista Baltasar de Zúñiga nos describe a Pedro de Tovar:

“Tan aprovechado de las lecciones de sus maestros, que sin oír más que una piedra, hablara, pero
como los hombres muy tartamudos; escribía muy buena letra, leía y entendía los libros italianos y
latinos, conversaba de cualquier materia con tanto juicio y gusto como cualquier persona muy
advertida (…) los sobrinos, por orden del fraile (Ponce de León), le hablaban con ciertos
movimientos que hacían con la mano, con que formaban un Abecedario…”

Otro cronista que más noticias da sobre Pedro de Tovar es Ambrosio de Morales, al que todos los
autores hacen testigo de la historia que relata:

“Uno de los hermanos del Condestable se llamó don Pedro de Velasco que haya gloria. Vivió poco
más de veinte años, y en esta edad fue espanto lo que aprendió, pues además del castellano,
hablaba y escribía el latín casi sin solecismos, y algunas veces con elegancia, y escribía también con
caracteres griegos. Y porque se goce particularmente esta maravilla, y se entienda algo del arte,
que se ha usado en ella, y quede por memoria, pondré aquí un papel que yo tengo de su mano.
Preguntó uno delante del Padre Fray Pedro Ponce, como le había comenzado a enseñar el habla. Él
dijo al señor don Pedro lo que se le preguntaba: y él respondió de palabra primero, y después
escribió así: Sepa Vuestra merced que cuando yo era niño, no sabía nada, comencé a aprender a
escribir primero las materias que mi maestro me enseñó; y después escribí todos los vocablos
Castellanos en un libro mío, que para esto se había hecho.20

20) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.96)


11

Después, de adyuvante, comencé a deletrear, y después a pronunciar con toda la fuerza que podía;
aunque me salió mucha abundante saliva. Comencé después a leer historia que en diez años he
leído historias de todo el mundo; y después aprendí latín. Y todo era por la misericordia de Dios,
que sin ella ningún mudo lo podía pasar”.

De ser autentica esta crónica se puede llegar a alcanzar en qué forma y manera tuvo lugar su
educación e incluso su alcance.
El primero de ellos es que cuando alguien le pregunta al muchacho cómo había logrado “hablar”
vocalmente, Pedro no entiende la pregunta que le hacen, teniéndosela a repetir, en este caso, su
maestro Pedro Ponce de León. Hecho que demuestra que son falsas algunas afirmaciones sobre
que Pedro de Tovar estaba también impuesto por Ponce de León en la lectura labial. De ahí que
Ponce de León tuviera que volver a repetir la pregunta mediante señas o el alfabeto de su
invención tal como se confirma en el testimonio de Baltasar de Zúñiga.
Más adelante, Pedro de Tovar afirma que su educación se inició mediante la escritura, para pasar a
copiar “en un libro” suyo, diseñado para él, donde pasó a escribir todos los “vocablos” castellanos.
Es decir, las palabras castellanas más comunes. Tras este comentario de Pedro, cabe la sospecha
de que tal libro sería en realidad, una vulgar cartilla escolar de muestras caligráficas, que estaban
en boga desde el siglo anterior y que de común utilizaban todos los maestros en la enseñanza de
las primeras letras.
Continuando con su relato, Pedro de Tovar explica que, con la ayuda de Dios, empezó a
“deletrear”. Comentario que merece en sí un aparte. Según explicaba el médico Francisco Vallés,
amigo de Ponce de León, concluida la fase de la escritura, Ponce de León pasaba a “mostrar” a sus
alumnos como se “conformaba” las letras en su boca, pero sin afirmar Vallés, en ningún momento
que aquellos alcanzaran a “hablar” , sino todo lo contrario:

“Los que carecen del oído pueden pasar de la escritura a la palabra y recibir el conocimiento de las
cosas divinas por la vista, del mismo modo que los otros por el oído”.

Este último comentario de Vallés es muy significativo. Ponce de León intentaba que sus alumnos
que una vez supieran escribir, y se supone que entender lo escrito, deberían pasar a discernir “por
la vista” la “palabra” hablada., pero como no tenía como objetivo final el que aquellos
consiguieran hablar “vocalmente”, tal como se afirma de común. De este modo, lo que Vallés está
explicando es que Ponce de León pretendía que sus alumnos fueran capaces de poder alcanzar a
leer, mediante la vista, los labios de su interlocutor, o sea, imponerlos en lo que ya era conocido
hacía siglos como “lectura labial”.
El siguiente comentario de Pedro de Tovar, es aún más ilustrativo, al decir que después de
“deletrear” (pasé a) pronunciar con toda la fuerza que podía, aunque me salió mucha abundante
saliva”. Es decir, a posteriori, de observar cómo Ponce de León formaba las letras del abecedario
en la boca, es de suponer que imitándolo, Pedro de Tovar, “con la ayuda de Dios”, intentó
personalmente, con todas sus fuerzas, pronunciarlas, sacando por ello “abundante saliva”.
Hecho que hace sospechar que el “milagro” de su rehabilitación vocal, al no citar expresamente a
Ponce de León como maestro en esta fase sino a Dios, pasó únicamente por él mismo y por su
esfuerzo personal, esforzándose con la lengua y la garganta hasta llegar a pronunciar sonidos, por
imitación. Fase primaria que los logopedas actuales denominan como “pronunciación
espontánea”.21

21) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.115-118)


12

Un método bastante común entre los maestros de la época, según denunciaba Juan de Pablo
Bonet en su obra, que Pedro de Tovar probó, sin duda, en sí mismo, con excelentes resultados.
Circunstancia que da que pensar que Pedro de Tovar era un sordo postlocutivo, lo que explicaría
de forma razonable su posterior desarrollo intelectual.
Muestra de que Ponce de León no le supo enseñar el habla con eficiencia (…) es que Pedro de
Tovar quedó muy tartamudo.
Problema el de la tartamudez, que se debió intentar resolver posteriormente haciéndolo cantar en
el coro de Oña, mediante el “canto gregoriano”, en realidad un puro silabeo, ajustándose así a la
creencia popular que los tartamudos dejan de serlo en el momento mismo de cantar.

Escribe Oliver Sacks, en su trabajo “Veo una voz” el monje benedictino Pedro Ponce de León fue el
primero en dedicarse a la enseñanza de los sordos. «[Tuve] discípulos que eran sordos y mudos de
nacimiento, hijos de grandes señores é personas principales, a quienes enseñé a hablar, y leer, y
escribir, y contar, y a rezar, y ayudar a misa y saber la doctrina cristiana, y saberse por palabra
confesar, é algunos latín, é algunos latín y griego, y [a uno incluso] entender la lengua italiana...»
Ponce de León resumió la experiencia de toda la vida en el libro Doctrina para los mudos sordos,
cuyo manuscrito no se ha encontrado y que probablemente se perdió o fue destruido en el siglo
XIX. Pero la personalidad de este primer maestro de los sordos sigue reverenciándose hoy en
España y su retrato cuelga, como un icono, en casi todos los centros para sordos del país.22

Manuel Ramírez de Carrión


Al igual que Ponce de León, Ramírez de Carrión (1579-1652), se dedicó a la “desmutización” de
hijos de familias nobles simplemente por dinero. De ahí que trabajara casi en exclusiva para el
Marqués de Priego como secretario o intérprete hasta su fallecimiento. Ramírez de Carrión
mantuvo en secreto su método de enseñanza. Otro de sus alumnos famosos fue un hijo del
Condestable de Castilla, Juan Fernández de Velasco, llamado Luis Fernández de Velasco, que
posteriormente recibiría de manos de Felipe III el título de Marqués del Fresno, y cuya educación
inició Ramírez de Carrión en enero de 1618. Motivo por el cual algún que otro autor entra de
nuevo en sospecha sobre Ramírez de Carrión, diciendo que su método era el mismo que el de
Pedro Ponce de León, dada la facilidad que debió tener para acceder a la Biblioteca y los Archivos
de los Condestables de Castilla en Madrid. 23

22) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.115-118)


23)Ibid.(p.163)
13

Causas históricas: La nobleza terrateniente


y las leyes de herencia.
Durante el Feudalismo, la tierra podía ocuparse pero no se tenía la propiedad. Por esa razón, la
nobleza no era dueña de las tierras. El concepto moderno de propiedad solo la tierra era accesible
para los reyes y la Iglesia. El rey se las daba en concesión. Los nobles tenían derecho de usufructo
pero no era dueña de las tierras.
Desde el siglo XVI, los monarcas van a donar parte de sus tierras a los nobles fieles; que pasan a
ser propietarios.
Las leyes de herencia fijaban que el beneficiario de una herencia debía saber hablar, leer y
escribir. Debido a estas leyes adquiridas del derecho romano, las familias nobles que tenían
hijos sordos, para que estos puedan heredar sus posesiones, tuvieron que enseñarles a
hablar, leer y escribir.
Para los nobles, que tenían hijos sordos, su educación se convertía en una necesidad.
“El hecho de que los primeros alumnos de Ponce de León fueran nobles no carece de
significación, ya que el habla era un prerrequisito para el reconocimiento de los derechos
legales, incluyendo el derecho de poseer propiedades; los ricos poseían no solamente los
medios financieros, sino también la motivación financiera para encontrar maestros para
sus hijos”.

Motivos del inicio de la educación de los sordos


Es indudable que en la época de Pedro Ponce de León la educación de los sordos se convertía en
necesidad improrrogable, sobre todo cuando pertenecían a familias poderosas, cuyos herederos
debían ser instruidos, es decir debían saber leer, escribir y hablar, para que fuesen considerados
jurídicamente capaces. A este respecto Meadow (1980) afirma que:

(...) El hecho de que los primeros alumnos de Ponce de León fueran nobles no
carece de significación, ya que el habla era un prerrequisito para el reconocimiento
de los derechos legales, incluyendo el derecho de poseer propiedades; los ricos
poseían no solamente los medios financieros, sino también la motivación
financiera para encontrar maestros para sus hijos. 24

El método de enseñanza predominante era oral (se basaba sobre todo en la lectura de los labios,
con algo de deletreo dactilar y algunas señas). Este método, que exige miles de horas de
instrucción intensiva, pródigo en tiempo y dinero, aunque quizás fuera perfecto para los hijos
ociosos y ricos de los nobles, difícilmente podría aplicarse a las personas sordas en general, a los
cientos y miles de niños sordos de París, Madrid, Londres, Viena y demás ciudades europeas. Éstos
no tuvieron la menor posibilidad de instrucción hasta que se adoptó un enfoque completamente
distinto: hasta que los maestros aprendieron el lenguaje de señas de los sordos y lo emplearon
para conversar con ellos y enseñarles.25
24) SKLIAR,CARLOS.Ob. cit.(pp.22-23 )
25) SACKS,O. Ob.cit. (pp.8-9)
14

“En el siglo XVI se había enseñado ya a hablar y a leer a algunos niños sordos de familias nobles, a
base de muchos años de instrucción, para que pudiera considerárseles jurídicamente (a los mudos
no se les consideraba tales) y pudiesen heredar los títulos y fortunas de sus familias. Pedro Ponce
de León en la España del siglo XVI, los Braidwood en Inglaterra, Ammán en Holanda y Pereire y
Deschamps en Francia fueron todos ellos educadores oyentes que alcanzaron mayor o menor
éxito en la tarea de enseñar a hablar a algunos sordos. Lane destaca que muchos de estos
educadores se basaban en señas y en el deletreo dactilar para enseñar el habla. En realidad, hasta
los más famosos de estos alumnos sordos orales conocían y usaban el lenguaje de señas. Su habla
resultaba poco inteligible y solía retroceder en cuanto disminuía la enseñanza intensiva. Pero
hasta 1750 la mayoría, el 99,9 por ciento de los sordos congénitos, no tenía ninguna posibilidad de
aprender a leer y a escribir ni de recibir enseñanza alguna. 26

El pintor Juan Fernández Ximénez de Navarrete, el Mudo


Nace el 1526 en la ciudad de Logroño, en La Rioja. Se piensa que sus padres debieron ser
pudientes, porque la formación que recibió supuso grandes gastos. A los tres quedó sordo a causa
de una enfermedad. Sus padres le confiaron al cuidado de los monjes del monasterio de La
Estrella, cerca de Logroño, y allí empezó su formación como pintor, al cuidado de una monje
conocido como Fray Vicente de Santo Domingo.
Entre 1555 y 1565 reside en Italia, en talleres de pintura de Roma, Florencia, Venecia, Milán y
Nápoles. Una de sus estadías fue en el taller del pintor veneziano Tiziano, cuya influencia en los
trabajos de Navarrete es notoria para los conocedores.

De la sordera de Fernández de Navarrete y sus afectos, escribe Palomino de Castro:

“…Nació mudo, según dicen; pero yo digo que nació sordo (lo cierto es que no fue así, sino que
quedó sordo a la edad de dos años y medio, según los documentos de la época) totalmente, que
ésa es la causal de la mudez, porque como no oyen, no aprenden, y así no hablan, con lo cual se
entorpecen los órganos de la pronunciación, y se quedan mudos. Con que todos los que lo son de
nacimiento son sordos (porque mudos todos nacen, pero no sordos), mas a esto le acompañaba
(como suele suceder) una gran viveza, e ingenio; porque próvida la Naturaleza, lo que le falta en
uno, lo reparte en los demás sentidos, y potencias. Y habiendo manifestado gran genio en pintar, y
dibujar; pues con carbones, y tierras, y con lo que hallaba más a mano, dibujaba, y contrahacía lo
que encontraba; le llevaron al Monasterio de la Orden de San Jerónimo, para que allí aprendiese
algo de un religioso de aquella casa, llamado Fray Vicente de Santo Domingo, que tenía la
habilidad de pintar… Este, pues, dióle algunos principios a el Mudo, y descubriendo desde luego
gran ingenio, y habilidad en el muchacho, trató con sus padres, para que en alguna de aquellas
eminentes escuelas se hiciese hombre de importancia. Dispúsose así…y pasó a Roma… Florencia,
Venecia, Milán y Nápoles. Estuvo en la escuela de Tiziano mucho tiempo…”.

26) SACKS,O. Ob.cit. (pp.8-9)


27) OVIEDO,
27) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.107-108)
15

A su vuelta a España, en 1565, gozaba ya de un ganado prestigio, y durante varios años recorrió el
país, dejando en varias ciudades pinturas que le encargaban personajes pudientes.
El trabajo de Navarrete agradó mucho al Rey Felipe II y en 1568 lo designa como pintor real, con
un sueldo de doscientos ducados y pagos aparte por sus obras. Cuando tuvo que firmar un
contrato en 1576, al encargársele una serie de pinturas con destino al monasterio de San Lorenzo
del Escorial, fue acompañado por un intérprete, siendo esta la primera noticia sobre el nombre
concreto de un intérprete para sordos, en el siglo XVI:

“En el Monasterio de San Lorenzo a 21 días del mes de agosto de 1576 (…) en que haya de pintar
para la capillas de la iglesia principal de dicho monasterio, 32 cuadros (…) Y el dicho Juan
Fernández mudo (…) se obligó de hacer cumplir lo susodicho y así dio muestras y señas de
otorgarlo, y demás de esto Francisco de la Peña, que vino en compañía de dicho Juan Fernández y
por su intérprete, certificó que el dicho Juan Fernández se obliga a cumplir todo lo contenido en
este asiento, como en él va lo que dice y es su voluntad, como persona que le ha tratado y
entiende, por señas todo lo que se dice entiende y es su voluntad (…) Juan Fernández también lo
firmo…”

La lástima fue que Fernández de Navarrete no pudo cumplir íntegramente su contrato, llegando a
realizar sólo ocho obras entre 1577 y 1578, del resto se encargarán de pintarlas entre Alfonso
Sánchez Coello y Luis de Carbajal entre los años 1580 y 1582, después de previo encargo. El motivo
fueron sus continuos achaques físicos, que le obligaron a andar por Segovia y otros pueblos en
búsqueda de un alivio, pasando en el mes de febrero de 1579 a Toledo, donde se hospedó en casa
de su amigo Nicolás de Vergara, el Mozo, donde fallecería el 28 de marzo de aquel mismo año.

Posiblemente, tocado ya de muerte, Fernández de Navarrete presentó en septiembre de 1578 un


Memorial al Rey, solicitándole permiso expreso para poder testar o contratar, Memorial que fue
informado por el corregidor de Logroño, llamando a declarar a una serie de deudos cercanos:

“Juan Fernández Navarrete, mudo, pintor y criado de Vuestra Majestad dice que por la dicha falta
natural está inhabilitado de derecho de poder hacer testamento y otros contratos expresados en
las leyes, y porque él es diferente de otros mudos, que aunque le falte el hablar y oír fue Dios
servido de darle entendimiento hábil y capaz con que entiende lo que ve, y se da a entender
fácilmente a los que lo tratan por señas y meneos tan propios y puntuales como otro haría
hablando y sabe escribir y firmar y contar (…) confiesa y comulga y hace los demás actos que un
fiel cristiano debe hacer con verdadero conocimiento, es hombre recogido y guardador de su
hacienda y tal que lo que le falta del hablar, le sobra del entendimiento…” 28

28) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.107-108)


16

Uno de los testigos afirmó que:

“…Y en esta corte es muy notorio su buen entendimiento ninguna cosa le falta porque hasta jugar
juega y le ha visto jugar muchas diferencias de juegos entendiendo a los que juegan partidas con
ellos y haciendo cuenta de lo que gana…”

A su muerte, Fernández de Navarrete redactó, de su puño y letra, testamento ológrafo,


que fue validado ante el juzgado de Toledo, a instancias de Nicolás de Vergara, que lo
acompañó con el siguiente escrito:

“Muy Ilustre Señor: Nicolás de Vergara, (declara) que habrá 40 días que Juan Fernández Navarrete
(…) vino a esta ciudad para curarse de enfermedad de opilación estomacal, que traía (…) y habrá
dos días que falleció (…) aunque el susodicho era gran pintor y artífice, era mudo, y deseando
disponer de sus bienes y hacer bien por su alma, por señas y como pudo, procuró hacer testamento
(…) declaró su voluntad por éste memorial, el cual escribió de su propia mano, y con él falleció.”

A Fernández de Navarrete, el Mudo, dedicó el poeta y comediógrafico Lope de Vega los siguientes
versos:
“El Mudo insigne, muerto conocido,
(desdicha, que las artes han tenido)
y que oponer España a Italia pudo,
ningún rostro pintó que fuese mudo.
hasta la envidia habló; ¡mas era cierto
que también él habló después de muerto!

O también: “No quiso el cielo que hablase,


porque con mi mayor entendimiento
diese mayor sentimiento
a las cosas que pintase;
y tanta vida les di
con el pincel singular
que, como no pude hablar,
hice que hablasen por mí.” 29

29) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.107-108)


17

Juan Pablo Bonet: su obra.


En el siglo XVII cabe destacar la figura de Juan Pablo Bonet (1573-1633) quién por ser durante un
cierto tiempo secretario de Juan Fernández de Velasco, undécimo Condestable de Castilla,
indudablemente tuvo ocasión y oportunidad de poder conocer de cerca la labor de un maestro de
sordos, en este caso de Manuel Ramírez de Carrión, o de vislumbrar, por comentarios de
familiares de la misma casa Velasco, el primitivo método seguido setenta años antes por Pedro
Ponce de León con algunos de los miembros de la propia casa.
La diferencia entre Juan Pablo Bonet con respecto al benedictino Pedro Ponce de León o a Manuel
Ramírez de Carrión fue que su única obra, Reducción de las letras y Arte para enseñar a hablar a
los mudos, editada en Madrid el año 1620, acabó radicalmente con el secretismo impuesto sobre
aquella enseñanza particular, al romperse con ella el silencio interesado de la gran mayoría de los
maestros españoles, que hasta entonces habían guardado celosamente para sí mismos sus
métodos. Intención y actitud divulgadora que finalmente propiciará que durante el siglo XVIII se
29
creen, primero en Francia y más tarde en toda Europa, las primeras escuelas para sordos.
Aquel cambio radical vino dado al conseguir Juan Pablo Bonet sintetizar en su obra un método
que en sí mismo, llegó a ser el primer sistema pedagógico dedicado en exclusiva a la educación
elemental de los sordos. A su vez. Dicha obra inauguraba en España y en el mundo de las ciencias
de la “Fonética” y de la “Logopedia”, especialidades en aquellas fechas inexistentes y definida la
primera, por él, a falta de mejor apelativo, como “reducción de las letras” (…)
Según Juan Pablo Bonet, el uso de la fonética o “Reducción” permitiría que cualquier niño pudiera
aprender a leer en diez o doce días, rompiendo así la desastrosa enseñanza del “deletreo”
utilizado en la lectura y donde cada maestro tenía su método particular. (…)
En la segunda parte de su obra Juan Pablo Bonet discurre sobre las causas de la mudez, o
tratamiento de la sordera y la reeducación auditiva que se está dando en su época, proscribiendo
los métodos violentos de refuerzo de la voz humana que se acostumbraban a usar, pasando
después a describir el método que debería utilizarse en la enseñanza elemental de los sordos, tras
llegar a la conclusión de que una persona sorda, educada gracias a la fonética o , lo que era igual, a
su invento de la “reducción de las letras” ,mientras no sufriera de impedimentos físicos en la
lengua, podría alcanzar a hablar con una cierta perfección.
Pero, según reconoce el propio Juan Pablo Bonet, el problema de su método no está en el hecho
constatado de que el alumno oyente pueda hablar en muy pocos días, sino en que se requiere de
mucha paciencia o mucho tiempo para su enseñanza al alumno sordo, en tal caso por parte del
maestro encargado o de la familia del sordo, si finalmente se quiere lograr que al final el alumno
pueda comprender el significado del discurso o de la lectura. (…)
Por otra parte, Juan Pablo Bonet no era precisamente partidario de la enseñanza de la “lectura
labial, en la que sólo veía dificultades: “porque una persona (oyente) (…) no puede enseñar a leer
(al sordo) lo que él no sabe”.30

30) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.108-109)


18

Aunque Juan Pablo Bonet dejó conscientemente muchas cuestiones por resolver, sus hallazgos o
sus preguntas sobre la gramática o sobre la fonética castellana, además de suponer un adelanto
importantísimo en la enseñanza de los sordos, planteaba cuestiones generales sobre pedagogía, la
enseñanza de la lengua o sobre la propia lingüística, que tardarán muchos años en resolverse.

Las motivaciones de los maestros de educar a los sordos


Uno de los principales motores que, durante siglos, moverá la educación de los sordos fue, sin
duda, la religión. Pero el interés particular de determinados sacerdotes, exclusivamente
preocupados más por la salvación del alma inmortal del sordo que por su educación elemental y
práctica, dará como resultado, muy probablemente, el posterior fracaso pedagógico.
Una de las pruebas más palpables de ello está en que, desde Ponce de León hasta Arnoldi, todos
tuvieron más interés por iniciar a sus alumnos en el conocimiento de la religión, sin pasar
primeramente por educarlos en las más elementales materias.
A modo de ejemplo se podría tomar el testimonio del propio abate L´Epée cuando afirmaba:

“Una de mis Sordomudas reza en voz alta con su ama el oficio de la Beatísima Virgen María y los
28 capítulos del Evangelio de San Mateo (…) Un joven sordomudo me responde en la Santa Misa…”

El otro motivo que moverá el campo pedagógico dedicado, en particular, a los sordos, será el
dinero, unido a la ambición personal de la mayoría de aquellos maestros, más preocupados en
alcanzar en él la fama que por los resultados prácticos de su enseñanza.

La misma causa, pero a la inversa, que moverá a Juan Pablo Bonet a publicar su obra en 1620,
donde empieza por denunciar que

“por ser tan grande la excitación de la ambición y codicia y mayor necesidad de remedios que
padecen las gentes en los defectos naturales con que suelen nacer algunos”, las familias nobles se
obligaban a “intentar los posibles remedios, para suplir este defecto, buscando personas y
haciendo grandes gastos”

En muchos casos cuantiosísimos y en la mayoría de ellos inútiles.


Es una constante que, a todo lo largo de la historia pedagógica de sordos, sólo se recuerden
“piadosamente” los triunfos parciales o los intentos aislados, pero en ningún caso los fracasos.
Porque, de haberlos, los hubo y debieron ser muchos. La prueba de ello la de nuevo Juan Pablo
Bonet al decir que:

“Esta falta (en el oído) han querido suplirla algunos sacando a los mudos al campo, y en valles
donde la voz tiene mayor sonoridad, habérselas dar muy grandes, y con tanta violencia que venían
a echar sangre por la boca, (o) poniéndolos en cubas donde rebombase la voz, y más recogida
pudiesen oír, medios violentos y nada acertados”.31

31)GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(pp.179-180)


19

Motivos por los cuales suplicaba Juan Pablo Bonet que nunca más, a partir de la publicación de su
obra, se volviera a utilizar con los sordos “medios de violentas voces, ni atormentarles la
garganta”, cuando la fórmula que daba, al módico precio de su libro, era realmente muy simple:

“La falta del sentido del oír que es naturaleza de ellos, se suple mediante hablarles por escrito o
con las letras de la mano”

Aquella misma ambición personal de los primeros maestros dará lugar a que muchos de ellos
oculten arteramente sus métodos de trabajo, llegando al punto de obligar a sus discípulos,
mediante juramento, a guardar secreto, o al extremo tan mezquino de vanagloriarse de ello. Eso
sí, mientras, cobraban a las familias substanciosos honorarios por sus servicios. Familias
generalmente nobles o acaudaladas, en lo que de hecho venía a significar una enseñanza elitista,
al dejar al margen de ella a los demás sordos, procedentes de las capas más humildes de la
sociedad.

Por ello se puede afirmar, con toda rotundidad, que en sus primeros pasos la enseñanza
encaminada a la educación de los sordos, particularmente la de los más adinerados, era en sí
misma un vulgar negocio mercantilista, por otra parte muy rentable, al estar pensada en exclusiva
para una minoría selecta. Si a lo anterior unimos, además, la falta absoluta de miras morales o
éticas de los propios maestros, se puede entender su tardía difusión universal y gratuita.

Ejemplos españoles, entre otros, son los casos de Pedro Ponce de León que se negó a publicar su
trabajo como Manuel Ramírez de Carrión y Jacobo Rodríguez Pereira; los de los ingleses Thomas
Braidwood y Henry Baker o el alemán Samuel Heinicke.
Por el mismo motivo, no se “descubrirá” al gran público la obra de Juan Pablo Bonet sino hasta
muy entrado el siglo XVIII, y no en España sino gracias a la escuela francesa del abate L´Epée,
puesto que la difusión de la misma significaba acabar radicalmente con los “secretos” o los
“milagros” de aquel “Arte” particular, ya que, al hacerlo público y notorio, lo ponía al alcance de
cualquier persona medianamente ilustrada que, dotada de buena voluntad hacía aquel colectivo
tan marginado, podía ejercerlo con todas las garantías necesarias.32

32) GASCÓN RICAO, ANTONIO y STORCH de GRACIA y ASENCIO, JOSÉ GABRIEL.Ob.cit.(p.180)


20

La discapacidad a partir del siglo XVI


A partir del siglo XVI y XVII, el avance del poder religioso y moral produce un cambio sustancial con
respecto a esto; las fechas destinadas al carnaval serán cada vez más espaciadas y controladas y el
lugar del enfermo no será el de la exclusión ni tampoco el de alguna atención particular sino que
siempre que sea posible compartirá la vida y las labores cotidianas de la comunidad.
Sobre esta época Nicole Castan sostiene que por entonces la gente tenía una suerte de habitual
resignación frente a las duras condiciones de vida y que la enfermedad, la locura y la extravagancia
pertenecían a ese fondo de aceptación. Dice este investigador: “La locura se acepta, o para ser
más exactos, el demente sigue formando parte de la comunidad (su fuerza de trabajo no es
despreciable). La gente cohabita con él sin repugnancia (como verán, la palabra repugnancia es
recurrente en ella, pero para referirse a su ausencia, a la falta de repugnancia), lo que no quiere
decir que no lo encierren como a una bestia salvaje durante la crisis.
Castan piensa que esa mirada hacia el enfermo estaba dada por el hecho de que en ese momento
histórico las enfermedades no se consideraban anomalías, ya que en la mayoría de las familias
siempre había algún integrante que le faltaba algún miembro o tenía afectada alguna función. 32
Sobre esto Aries dice: “Prestamos atención porque esto levanta el silencio de la sociedad. Nicole
Castan constata que muchas veces son injurias las que provocan las riñas y las violencias. Y
entonces se pregunta por la naturaleza de esas injurias. Se da cuenta de que siempre son de
naturaleza sexual: “eres una puta”, o social: “eres un miserable”, o moral: “un candidato a la
cárcel”. Son pocas, o casi nulas, las alusiones maliciosas a una enfermedad física (…) “Son raras las
injurias del tipo: eres cojo, no caminas derecho”. ¡ Comparemos eso con nuestros propios
recuerdos de la infancia y con la riqueza de inventivas de nuestros queridos camaradas y su
habilidad para detectar una nariz defectuosa, un ojo que se desvía, una verruga o una peca!. El
argumento a silencio de los textos jurídicos sobre las enfermedades es de peso. Quiere decir que
éstas no se consideraban anomalías suficientes como para ser vergonzosas, como sucedía con
aquellas más visibles del sexo o la moral. Formaban parte de lo que había que afrontar en la vida
diaria, pasaban desapercibidas, no eran vistas como anomalías sino como una forma entre otras
de una polimorfía sin modelo ni programa. En este mundo difícil, los cuerpos estaban sometidos a
tales constreñimientos y a tales riesgos, que sufrían deformaciones inevitables que acababan por
ser consideradas como naturales.
De acuerdo al análisis que desarrolla este investigador se puede inferir que, a partir del siglo XVI, la
actitud frente a los minusválidos era que, en términos generales, se les prestaba poca importancia
desde el punto de vista de la atención pero había un amplio grado de tolerancia frente a las
limitaciones que la discapacidad producía en las personas. Tampoco se los aislaba sino que los
integraba a la comunidad y a las tareas como uno más, dado que se los consideraban como una
fuerza productiva. 33

33) DÍAZ ESTELA , El sujeto sordo en el lenguaje. Consideraciones sobre el bilingüismo-lengua de señas-lengua oral desde la mirada del
psicoanálisis. Buenos Aires. Irojo Editores, 2007. (pp.62-63)

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