Guión El Principito
Guión El Principito
Guión El Principito
Princesita: (Con tristeza) Adiós, quiero que sepas que te quiero mucho.
Rosa: (TOSE) No he sabido valorar tu compañía, procura ser feliz, yo te quiero
también y ha sido culpa mía que tú no lo sepas.
Princesita: (Se marcha) Es importante ser capaces de reconocer nuestras
emociones, las de los demás y actuar correctamente con quienes nos rodean.
Reina: ¡Ah, un súbdito! Aproxímate para verte mejor
Princesita: Señora, perdóneme si le pregunto...
Reina: Te ordeno que me preguntes
Princesita: ¿Sobre qué ejerce su poder?
Reina: Sobre todo
Princesita: ¿Y las estrellas le obedecen?
Reina: Naturalmente, y lo hacen de inmediato pues yo no tolero la indisciplina.
Princesita: Me gustaría ver una puesta de sol... deme ese gusto ... Ordene al
sol que se ponga por favor.
Reina: No puedo hacer eso, veras, siempre doy órdenes razonables. Si yo
ordenara a un general transformarse en mariposa y este no me obedeciese; la
culpa no sería del general sino mía. Siempre recuerda esto: "Sólo hay que
pedir a cada uno lo que cada uno puede dar".
Princesita: ¡Oh! Entiendo, debo marcharme...
Reina: te ordeno que te marches
Princesita: (se marcha) Las personas mayores son muy extrañas. Aunque
necesiten o amen a alguien el orgullo no les permite mantenerlos cerca. La vida
no es para obligar a los demás a convertirse en compañía de alguien, la vida es
para ganarse la compañía y amistad por sus acciones y buenos pensamientos
hacia los demás.
Vanidosa: ¡Ah! Una admiradora viene a visitarme.
Princesita: Buenos días. Que sombrero tan raro tiene.
Vanidosa: Es para saludar a los que me aclaman
Princesita: Ah, ¿sí?
Vanidosa: golpea tus manos una contra otra
Princesita: (aplaude)
Vanidosa: (Saluda con el sombrero) lo repiten 5 veces
Vanidosa: Tú me admiras mucho ¿verdad?
Princesita: ¿qué significa admirar?
Vanidosa: significa reconocer que soy la más bella de todas, la mejor vestida,
la más rica, y la más inteligente.
Princesita: Pero si estás sola en tu planeta
Vanidosa: ¡Hazme ese favor, admírame!
Princesita: Bueno, te admiro, pero ¿para qué te sirve?
Vanidosa: (no responde, levanta los hombros).
Princesita: (se marcha) Definitivamente las personas mayores son muy
extrañas. Creen que son solamente ellos y no notan que a su alrededor hay
más personas, la vanidad no permite que vean las cosas buenas de los demás.
Princesita: ¿Qué haces ahí?
Bebedora: Bebo (con tono lúgubre)
Princesita: ¿Por qué bebes?
Bebedora: Para olvidar
Princesita: ¿Olvidar qué?
Bebedora: Para olvidar que siento vergüenza (baja la cabeza)
Princesita: ¿Vergüenza de qué?
Bebedora: Vergüenza de beber (Se queda cabeza agacha y en silencio
Princesita: (Se marcha) no hay la menor duda de que las personas mayores
son muy extrañas. No están conformes con nada y se encierran en un círculo
de desesperanza.
Mujer de negocios
Princesita: Buenos días, su cigarro se ha apagado.
MN: Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días!
Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho… No tengo tiempo para
encenderlo nuevamente… …Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma un
total de quinientos un millón seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.
Princesita: ¿Quinientos millones de qué?
MN: ¿Ah, estás ahí todavía? Quinientos millones de... ¡Uf, ya no sé, he
trabajado tanto! ¡Yo soy una persona seria y no me recreo con tonterías! …Dos
y cinco siete...
Princesita: ¿Quinientos millones de qué?
MN: Millones de esas cositas que algunas veces se ven en el cielo, que brillan
y hacen soñar y desvariar a los holgazanes. ¡Yo soy una mujer seria y no tengo
tiempo de soñar!
Princesita: Ah, estrellas –¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas?
MN: Quinientos un millón seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.
¡Exactas!
Princesita: ¿Y qué haces con ellas?
MN: ¿Que qué hago? (Levanta los hombros) –Nada. Poseerlas.
Princesita: ¿Posees a las estrellas? ¿Son tuyas?
MN: Sí.
Princesita: ¿Y de qué sirve poseer las estrellas?
MN: Me sirve para ser rico.
Princesita ¿Y para qué sirve ser rico?
MN: Me sirve para poder comprar más estrellas si es que alguien las encuentra
y descubre.
Princesita: ¿Y cómo es posible poseer las estrellas?
MN: ¿De quién son? –dijo esquivo el hombre de negocios.
Princesita: No sé… De nadie.
MN: Entonces son mías, pues soy el primero en tener la ocurrencia.
Princesita ¿Y eso es suficiente?
MN: ¡Desde luego! Si te encuentras un diamante que nadie reclama, el
diamante es tuyo. Si encontraras una isla que no es de nadie, formalizas la
propiedad y es tuya. Si eres el primero en tener una idea y la haces patentar,
es tuya. Las estrellas son mías, las poseo puesto que nadie, antes que yo,
soñó con poseerlas. Las administro. Las cuento y las recuento una y otra vez,
es difícil. ¡Pero yo soy un hombre serio!
Princesita: Yo poseo una bufanda y puedo ponérmela alrededor del cuello. Y si
poseo una flor, puedo cortarla y llevármela. ¡Pero tú no puedes llevarte las
estrellas!
MN: Eso no, pero puedo depositarlas en un banco.
Princesita: ¿Qué quiere decir depositar?
MN: Quiere decir que escribo en un papelito el número exacto de mis estrellas
y se guarda bajo llave.
Princesita: ¿Y eso es todo?
MN: ¡Es suficiente!
Princesita: "Esto es divertido, Es incluso bastante poético. Pero no resulta ser
serio". –Yo tengo una flor a la que riego todos los días. Poseo también tres
volcanes a los que deshollino cada semana y también me ocupo del que está
extinguido; pues uno nunca sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis
volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú no eres nada útil para tus
estrellas...
MN: (abre la boca para defenderse, pero no encuentra qué decir)
Princesita: (Se marcha) Decididamente, las personas mayores, son
extrañísimas. Buscan poseer cosas materiales y se aferran a ellas, pero es
más importante la amistad, el amor, la bondad y la felicidad.
Geógrafa: ¡Eah, un explorador! –De dónde vienes tú?
Princesita: ¿Qué libro es este tan grande y pesado? ¿Qué hace usted aquí?
Geógrafa: Soy geógrafa
Princesita: ¿Y qué es un geógrafo?
Geógrafa: Es un sabio que conoce donde se encuentran los mares, los ríos, las
ciudades, las montañas y los desiertos.
Princesita: Eso es muy interesante ¡Por fin un verdadero oficio! Es muy
hermoso su planeta. ¿Tiene océanos?
Geógrafa: No lo sé, no puedo saberlo
Princesita: ¡Oh! ¿Y montañas?
Geógrafa: No puedo saberlo
Princesita: ¿Y ciudades, ríos y desiertos?
Geógrafa: –Tampoco puedo saberlo.
Princesita: ¡Pero usted es geógrafo!
Geógrafa: ¡Exactamente! pero no soy exploradora, ni tengo exploradores que
me informen. El geógrafo no puede estar de acá para allá haciendo el recuento
de ciudades, ríos, montañas, océanos y desiertos. Un geógrafo es demasiado
importante para andar explorando de un lado a otro. Se queda en su despacho
y allí recibe a los exploradores. Les interroga y toma nota de sus observaciones
e informes. Si alguna le parece interesante, manda hacer una investigación
sobre la moralidad del explorador.
Princesita: ¿Por qué?
Geógrafa: Porque si un explorador dijera mentiras sería una catástrofe para los
libros de geografía. Y también si un explorador bebiera demasiado.
Princesita: ¿Por qué? –preguntó el principito.
Geógrafa: Porque los borrachos ven doble y el geógrafo pondría dos montañas
donde sólo hay una.
Princesita: Conozco a alguien que sería un mal explorador.
Geógrafa: Es muy posible. Cuando la moralidad del explorador parece buena,
se hace un estudio sobre su descubrimiento. Se le exigen pruebas. Por
ejemplo, si se trata del descubrimiento de una gran montaña, se le pide que
traiga grandes piedras. ¡Tú vienes de muy lejos! ¡Eres un explorador!
Comienza, pues, a describirme tu planeta. (El geógrafo abrió su registro y afiló
la punta de su lápiz) Y bien? interrogó el geógrafo.
Princesita: –¡Oh! Mi planeta no es tan interesante, todo es muy pequeño.
Tengo tres volcanes, dos en actividad y uno extinguido; pero uno nunca
sabe...Tengo también una flor.
Geógrafa: De las flores no tomamos nota.
Princesita: ¿Por qué? ¡Si son tan lindas!
Geógrafa: Porque las flores son efímeras.
Princesita: ¿Qué significa "efímera"?
Geógrafa: Las geografías son los libros más valiosos y apreciados. Nunca
pasan de moda ya que es muy raro que una montaña cambie de lugar o que un
océano pierda su agua. Nosotros, los geógrafos, escribimos sobre cosas
eternas. –
Princesita: Pero los volcanes extinguidos pueden despertarse ¿Qué significa
efímera?
Geógrafa: Que los volcanes estén extinguidos o se despierten es igual para
nosotros. Lo interesante es la montaña del volcán y ésta nunca cambia.
Princesita: Pero ¿qué significa efímera?
Geógrafa: Significa que está amenazado de próxima desaparición. –
Princesita: ¿Mi flor está amenazada de desaparecer próximamente?
Geógrafa: Así es. Indudablemente.
Princesita: ¿Qué me aconseja usted que visite ahora?
Geógrafa: El planeta Tierra tiene muy buena reputación
Princesita: (se marcha) Definitivamente a veces creemos que las personas que
están a nuestro lado estarán siempre ahí y eso no es así.
Princesita: –¡Buenas noches! –dijo el principito.
Serpiente: –¡Buenas noches! –dijo la serpiente.
Princesita: –¿Sobre qué planeta he caído? –preguntó el principito.
Serpiente: –Sobre la Tierra, en África –respondió la serpiente.
Princesita: –¡Ah! ¿Y no hay nadie sobre la Tierra?
Serpiente: –Esto es el desierto. En los desiertos no hay nadie. La Tierra es muy
grande –contestó la serpiente.
Princesita: (se sentó en una piedra y elevó su mirada): –Me pregunto si las
estrellas están encendidas para que cada quien pueda reconocer la suya.
¡Mira!, precisamente sobre nosotros está mi planeta, pero... ¡tan, tan lejos!
Serpiente: –Es muy bella tu estrella ¿Y qué es lo que vienes a hacer por acá?
Princesita: –Tengo problemas con una flor –dijo el principito.
Serpiente: –¡Ah!
(Y ambos callaron).
Princesita: –¿Se está así de solo en el desierto? ¿Dónde están los hombres?
Serpiente: Entre los hombres también se está solo –afirmó la serpiente.
Princesita: (la miró largo rato) –Eres un animal algo raro… delgado como un
dedo...
Serpiente: –Pero soy más poderoso que el dedo de un rey
Princesita: (sonrió) –no lo pareces... no tienes patas... no creo tan siquiera que
puedas viajar...
Serpiente: –Puedo llevarte más lejos que un navío, (se enroscó alrededor del
brazo del principito como un brazalete) … –Al que yo toco, le hago regresar a la
tierra de donde salió. Pero tú eres puro y vienes de una estrella. (Luego de un
silencio) …Me das lástima, tan débil sobre esta tierra de granito… Si algún día
llegas a extrañar tu planeta, yo puedo ayudarte. Puedo...
Princesita: (la interrumpe) –¡Oh! Te he comprendido muy bien, pero ¿por qué
hablas siempre con enigmas?
Serpiente: –Yo los resuelvo todos.