Pereznieto U3a2 100-159
Pereznieto U3a2 100-159
Pereznieto U3a2 100-159
Derecho
Internacional
Privado II
Licenciatura en Derecho
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Orfúrd Univ.ñiry Pt$ .. .l R.üo Unido y.n ,lglDos oiros Pliscs.
Publi.¡¿o .. M¿xjco Por
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Ur.d.odct h&icncuLr6t1obrl.n :lquroú¿f m¡
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Tm Jurldi.ot Unir¿Biario.
ISBN 973-970'611.346 0
lsBN 970 613446'3
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oíonl UniveBit, Prcs M¿rico, s.A. d. c.v., no s GPons¡biliz¡ ¿. los cont.nidor
,l¿ 1r pisins llcb enlu d:s o r.Lr.nci¡ds rn .§: Publi.rión.
5 Esponsales, matrimonio
y concubinato
5.r . lntroducción
5.2. Esponsales
El compromiso matrimonial en su modalidad de esponsales se definc en varias leyes
nexicanas como la promesa de matrimonio que se hate por escrito v c's aceptada. Esta
promesa fue acogida desde el derecho canónico, conlorme al cual los futuros córyuges
se comprometian a celebrar las nupcias. A partir del coñ€nio sc convertiar er esposos,
aunque no en cónluges- Hoy en día es una institución prácticamente en desuso. En el
derecho mexicano el incumplimiento puede reclamarseen pago por los daños sufridos.
En algunas socicdades primitivas todavia existen padres que alientan el com-
pronriso matrimonialde sus hijos, a tal grado que desde niños se vcn comprome-
tidos a contraer matrimonio al llegar a cierta edad. Sin embargo, Ia Convención de
la o¡_L de 1962, sobre el Consentimicnto para el l\'latrimonio,l reprueba tales prác
ticas y recomienda que cada pais signatario cstlblezca en sus leves internas las
penas que sean necesarias para evitarlas. El an. lo. de la citada convención sólo reco-
noce el matrimonioen elque concurra primariamente el consentimiento de cada con-
trayente (no elde sus padres).
inadvcrtido que en otros hgarcs o eslados si se les regula, lo que podria plantear un
problema .onflictual entre el orden juridico quc los ¡coge y la ley del D.F., que pare
ce ignorarlos. Cerrar los oiff a un¡ institurión no debe significar que los problemas
que pueda lienerar no se pres.nrrrjn ! que no tenlian quc resolverse.
Respecto al .¡r pli,r,¿,¡n. ,l.l .nn.P.o»iito n ttrüt o,¡iril pactado, conviene bmar
cn cuenta Ia posibilidad dt' quc lo' rs¡'onsalcs cxtr.¿úeros ol)ligua a cofitrr¡er fiani-
tror?,o, esPecialnrente trr Io\ L:]a¡J en qul. l¡ no\i¿ !a se encuentra embarazada, asi
como Ia posibilidad de prqrr hi drñoi c¿ui¡dos.
Ln cu.rnto r l; t:\vtt cr n
,rl'1r3,rir,,ü ¿¿ ¡triu
io. si la lev sustantiva que rige a
r.reL,,,hlie¡".¡rrx Jche hrrerlo \i no lo úbh8¡. com,, rrr cl c¡so rle la ley mcri
canir, no..rtj ohli{¡do ¡ (ias¡rse- En este caso, el operador iuridico mexicano se
encuenrrr rn(' l¡ d;J\rn t;\'¿ de rcconoerle efeúos d/ ror¡r,e,rio pactado en el cxtranje
ro o de rr'ir¡¡:¡rri¡/ r.rt,nr).inicrto a¡a paro de la leysustantiva mexican¡,que inter
Drnlente no oblis¡il losconsortes a contraer nupcias. Laautoridad mexicana resolverá
el .¿so $bre la base de la lenfoli, por lo quc no cabe obligar a nadie a contraer nup-
ci.rs dehido a que se vulnera¡ía el orden público, ya quc cn el momento del acto fal-
taria la voluntad del que se resiste.
Con relación a la obligación de pagar dcños por incumplimicnto, encontramos
otro problema. Supongamos que en Nic¡ragua, Honduras, Colombia o Urugua,v
una pareia pacta los esponsales v fira como saDción penal, a título de daños, una
cantidad especifica. L¿ ley de Nicaragua prescribe que"bs csponsales no producer
obligación alguna ante la ley civil" (art. 92, rrr)ir no obstante, uno de los contra-
ye¡tes demanda en ñléxico el pago de daños (si h¡bía pactado quc cn México se
celebraría el mctrinonio). En este caso el ilrez deberá aplicar el art. I3. fracc. v, del
(r())¡ (o la de lis entidadcs fcderativas que lo siguen), quc determina la ley dpli€a-
ble, quc cs la /e¡ del /agar do rie cl rontrato hn de ¡/od¡r.ir e,/¡.tos. Si por disposición
de Ia norma de conflicto mexicana resulta aplicable la lcv sust¡ntiva nicaragüense
o Ia hondure¡a, el¡rez mexicaro se vcrá ante la imposibjlidad dc pronunciar una
condena Por daños.
5.3. Matrimonio
' tl lc.v dc Ilondums prsoib.ltrt e., del i, : l¡ lc\ no B.ono.c .$o¡s¡les dc t¡nuro. NinEún
lribu¡rl¡dnrfir¡ dü!.rndn r)h.1. fNt.ri¡ nil.orú .¡Irnr.nnr de |er¡¡icñsque elk\ hubic.
NCUBIN^TO (TI IO3
Luis XVI introduio en I 787 el matrimonio civil en Francia, pero este tipo de con-
t'¿to solo se limitó a los protestantes. Unos años después, con motivo de la Re\olución
fr¿ncesá se estructuró como un contrato civi\ el cual se podí¡ conoluir dando por
alsuelto el vínculo matri onial. De ahi en adelante, tras diversos vaive¡es legislativos
b secularización del matrimonio s€ suprimía o se hacia resurgir,4 generaliándose
el sigloL\ en la mayoría de los páíses, y sólo en algunos Estados se mantuvo el
imiento del matrimonio religioso. Sin embargo. m estos últimos casos se debió
esos Estados celebraron un Concordato con el Vaticano pará conserEr dentro de
kgislación al matrimonio religioso como juridicamente !álido y al lado de est. ins-
ión han conservado el matrimonio civil, como es el caso, entre otros, de España y
bia.
En el mundo islámico existe mayor predominio del ñatrimonio religioso y son
los paises que tienen paralelamente la i¡stitución del matrimonio civil como
Occide¡te.
E¡r México, durante la Colonia el único tipo de matrimonio existente y recono-
fue el sancionado por la Iglesia cátólica. No había duda de que se trataba de un
fo: s el Estado no intervenía en la celebración del acto y la Iglesia llevaba los
correspondientes. La Guerra de Independencia, a principios de¡ siglo xtx,
c¿mbió el estado de cosas. l'ás Lq,es de Refoftna a mediados del siglo xtx secula-
el matrirnonio y se introduio el Registro Civil.6 El Estado le quitó a la
ia estas facultades y desconoció no sólo los actos que realizaba, sino también
h lSlesia mi<ma.?
A panir de entonces se introdujo el matrimonio civil, controlado y sancionado
el Estado en forma exclusiva. El Estado mexicano no prohlbe que en su territo-
5e celebren matrimonios religiosos, pero a éstos se les han negado efectos jurídi-
ya que, corno mencionamos, en el derecho interno mexicano (el de todas las
federativas) los únioos que s€ reconocen son los deldenoñinado tnattimo-
civil.s
En general, en las leyes mexicanas se establece que los objetivos del matrimo-
son la procreación de Ia especie y la asistencia mutua entre los cón).'uges y
,os¿Antoóio Totuás O.tiz de la Tore, "Celeb6.ión del ñátriñonio",en taciors ¡¡e Mb CiviL
p.88.
L¿ caliñ.ac¡ón del ñat.inonio como sacÉm€nto $br.vino después de Se h,É A-
B¡únda9e, Lo ley, el sdo y ld §@iedad o¡stiofld en k épod tv¿i¿r( op oi, p. 107- H.r¡
^gúrin. dtot6
É le habl¿ estimado coño un .ontrato.
Ly sbre m¿trimonio del 2J d€ julio de 1859.
Er Balidad, era la Iglesia la que l¡evaba un registro de n¡.imientos, ñ¡tim@i! t¿ f.lk<iñi.rlc.
El reco¡Gimiento de la I8lesiá como peEona * dio a partir de 1993. p.m m a l¡ faa¡l¡d par.
clebr.r un matrimonio.
No ocurÉ Io mismo en otros paiks donde el Estado (Lrpañ¡, po. +mpló) ha a¡cbr¡do.onE,
nios @n diveM asrupaciones (judías o evanséliG) paE qB pu.dan elrbñr sus prcpiG ñati
¡04 DJ DERECHO INTERN^C
, De esta forma * oDtinúa respondiendo a la t.adición, que ya desde las lrrd¡lr6 de lustiniano *
6t¡bleciá al áñ¡mr que el mat¡iño¡io es la úión de un hoñbrc y una mujer párá vivir juntos de
\(.LBNI() (,t 105
rr Fr¡n.is() I.7,\rl¡, t/.r¡ ú trt l. 1:)¡úh¡ nthrn..nútu¡l lrD¡¿o D.ohlli.ks d. derccho.itit, tonÍt
.irl, d! ?ktt¡it iú¡ttÉ | ?útl.r,r ¡¡¡r k&¡.ion.r ¿. /¡,¿rds p,n6, Tiposr fi¿ dc Aguil¡r, Nféxico.
190.1, p ll0.
,r Por.jc¡rtro, elc¡pitulo r\ dd ¡luto quinL,) dcttibro prii¡etu dctCd¡/i¡) Cn,l se titula
,,t)el
.1,r-
trar() dc .r¡trirxn b «rr r.l¡.i(nr.¡ los trie¡es'i
\.cr'¡N^m (,r 107
aivil. Además, el matrimonio no se reduce a Ia celebración del ácto. sino a rd, h viü
común que se produce a partir de ese momento, que en Ia mayoría de loc ca:os
hasta l¿ muerte de alguno de sus cónluges. Nuestra heréncia cultural romanü-
to encuadra como un acto del estado civil. futa es la calificación, al menos para el
¡nterná(ion¿l privado mexicano,
la segu¡da mitad del siglo xx en México, con las Leyes ¡le Morfia el ñatri
io pasó a ser de la exclusiva competencia del Estado, para lo cual se crcó el
istro Civil. Desde entonces, se le ha negado efectos o reconocimiento al matrimo-
celebrado en México por l¡ Iglesia. 16
.Una práctica común seguida por los me"\icanos es cásarse dos veces: una por lo
y otra por su rito rcligioso. Como primero se casan por lo civil (el único matri-
io que produce reconocimiento como tal) y luego por la Iglesia, generalmente
a partir de este último matrimonio cuando comienzan a cohabitar. Esto ha dado
a matrimonios sin domicilio o que incluso no se consuman.
. Durante gran parte del siglo xx el matrimonio civil se celebraba sin tomar en cuen-
qüe fuesen nacionáles o extranjeros los contrayentes. La autoridad competente era
Registro Civil de cada entidad federativa. No obstante, desde 1971 se establecieron
que delimitan la competencia interna y que trascienden a la competencia
afectándose con ello el matrimonio de las personas de nacionalidad
Hasta l97l
era posible que cualquier persona, de cualquier nacionalidad, domi-
o residencia, contrajera nupcias en México, pero u¡a reforma a las leyes federa-
cambió esa piácúca. Aunque la razón principal que motivó las reformas y
a la ley interna fue terminar con el abuso de divorcios de extranjeros en
ico, conocidos en la época.omo divo¡cios.tl yapor,lT el efecto también se exten-
a la regulación del matrimonio de extranjeros en México, incluido su divorcio
rulidad de matrimonio. Se modificó la entonces vigente ¿el de Nacionalidarl y
asi como la Ley General ile Porhrrórr. Conforme a estos cuerpos lega-
by las leyes que les han sucedido hasta ahora, se introduieron limitantes en la com-
ia de los órganos de gobie¡no mexicano para la celebración de matrimonios
a) La regla geDeral, mediante la cual sólo las autoridadcs federa¡es mexicanas (la
Sccrctaría de Gobcnlación) pueden autorizarel n)atrimonio de extranjeros, siempre
que estén dom¡cjliados en México.
á) La regla específica o regla de excepción, que consiste en quc dichas aukxida-
des, en cicrtas circunstancias, pueden permitir contraer matrimonio a bs extranjc-
roscon autorización espe€ial (de la Secretaria de Gobernación), sin exigirun domicilio
especialcn M¿xico.r3
' Esr¡s ¡cglas h¡n sido Uevada a algunas enr¡dadd ted.ratn?s. cúyos tegis¡¿do¡es, inexpli.abteme¡
Ir. hln rmpliado l.leder¿lizción a otros a.ros juridi.os. .on)o en su oportunid¡d Iolndica¡cmos.
'
, Articulo 72, (rr dc Queréhro: TratándoÉ de I¡ ..¡ebr¡ción de á.t$ det estado civil en .üe inte¡
{c¡s¡¡.xtunjeros, d.bc¡á exigirse:
a)Quc¡.rcd¡tcn su leSal csr¡nciá en etp.is.
b) sise trára dc oatrinonn»en q¡e inic^tngd un nacion¡ly uD ext¡nicrc, debc¡á.xhibnse cl
perñi$ expedido porla Se..craría de Cobernació¡, en que se aurorice a la ceteb¡¿.i(¡r del¡cro.
c) Sise rr¿ta de ñarrinonios cntre exi¡anjcc, tos conr¡alentes deber¡n acredir¿¡ su lcgalerdn,
1'¡¡N fo (r llr
de los contrayentes, y pruebá de ello es que algunos mexicanos que r€siden
al extraniero suele¡ celebrar su matrimonio m México. Nos parece que la ley
ia debele ejustarse a los textos constituc¡onales yconvenios internaciona-
d referirse a fos rcquisitos (fowr tfiot'iñoñii), ptres de otra maner¿, tal como está,
co¡ b De¡loración Univcrcal de bs Dererhos Huñaros (art. l6). que recono(e
al matrimonio de hombres y mu,eres, sin importar su nacionalidad.2o
El art. 97 del ccDr prescribe que el órgano compelente pára celebrar el matrimo-
a el del domicilio de los contrayentes o, al ñeñot el de uno de elk». Es¡o signifrca
ninguná autoridad o jurisdicción podrá autorizar el matrimonio de personas
al domicilio.
A pesar de esta regla, las autoridades han sido tolerantes y celebr¿n el matrimo-
.ün cüando no se les compruebe el domicilio El únic, caso de ocepción ha sido,
lo hemos e¡cplicado, elcaso en que uno o ambs contrayentes sea extranjero.
Al ládo de la hipótesis prevista en el ccD¡ existen otros co¡venios que otorgan
a los cónsules (como el francés y el italiano acreditados er México,
aDmo el me,riceno acreditádo en Fr¿nciá o ltalia) par. cel€brar matimonios. A
actos se les denoñina rrofiinonios coflsrlarct y a ellos nos ¡eferircmos más
L, t4 d. D.@ho lat ioNI Pri{r, italiáM (ád. 32), con m}b. inLligdcia, d..lar (ÚF
tu
6t3s a sus autoridadG, ro sólo cundo sean íiliaoos lG qüé s. v¿n á .er o (¡mdo uo &
dc lo sc¡, sino tá,nbién cutrdo el Íiáiri¡nonio se hubi@ elcbñdo.n Italia p.D rin <rluir ¿
b.rtr¡nj.ros. I-a ley suiz¡, un tanto simiiár, re.onoc. comp.tencia a sus ¿utoril¡dd cnándo r
ne de un sui?o o está domiciliádo en Sui?á y si s. lr¡t¡ d. otrar p€r!o¡r.+ t Dliañ * L ¡utori-
E¡ su m.rrinor¡io cuár¡do .n .l pals del domin¡o o d. la na.io¡.l¡d¿d &l dtEFnr. k pueda
GoooaÍ (rrt. a3.l), con lo quc a*gür¡ la e¿lidezstni.rritori.l. E Erh @ñ.lso ffirarte
IrE loÉ m.iicáno6. ¡un a¡ando cÍ!z..n de do.1¡m.nio6 ñi8r¡.orio.. pod..¡ s autoriados
Ir. c.Lbrar su malriñonio.
Zf$ ,t 262 dd CóAigo CiiL
^rnatlo,
IIO e) DTRICBo INTERN^C
estarán impedidas para celebrar el matrimonio. Este proceder contrasta con lo que
ocurre en EUA y otros paises, donde sólo basta el domicilio fáctico (residencia habi-
tual), sin que se les exija acreditar su calidad migratoria.
Esta regla mexicana para autorizar la celebración de matrimonios de ciudada-
nos extranjeros ha resultado, en nuestro tiempo, demasiado estrecha, sobre todo eo
una época de aperturai pero, lo que resulta peor, es contmria a diversos tratad6
sobre derechos humanos. En España, por ejemplo, se ha resuelto que el derecho e
celebrar el matrimonio en ese país ni siquiera puede ser coartado por una disposi-
ción de normas administrativas, pues contrarían diversos derechos humános.
esta manera, son indiferentes las disposiciones administrativas que aluden a
situación legal o ilegal del extranjero o en las que exista alguna disposición
ordene la expulsion del lerrilorio espanol, en I¿s cualer aun es posible la celebraci
L¿ rtN en abril de 2004 por m¿yorid de volo\ volvio a reiterar que el matri
nio de extranjeros sólo es posible mediante la autorización expresa de la
de Gobernación. Uno de los ministro< expu<o que e. valido el r raro diferente
mexicanos y extranjeros dadas las pollticas migratorias selectivas y restricti
que propone la ley. En el debate habido se alegó que "muchos extranjeros ve¡
posibilidad de adquirir la nacionalidad mexicana para estar en mejor posición
pasar al vecino país'l En sentido contrario votó el ministro losé de Jesús Gudi
Pelalo. quien ,ostuvo que"la autoriza(ión de Cobcrnaaón constituye un menoscolm
los ilerechos de nadonala y exttunjeros para celebrar un acto personal,y por ello,
inconstitucional'l2r
En nuestra opinión, el criterio correcto debió haber sido el del ministro
Pelayo y no el de la mayoúa, que mediante una ¡nterpretación errónea demostró
exacerbado territori¿lismo. Como en otro apartado de este libro lo hemos dicho,
simple hecho de establecer condic¡ones especiales al extranjero para casarse
México lo coloca en un plano diferente del mexicano,lo que vulnera elartículo
mero constitucional, que establece el principio de igualdad.¿a
l¿ norma de competencia para celebrar el matrimonio se vincula al
de, por lo menos, uno de los contrayentes, pe¡o no es una norma de
exclusiva. Esto da la posibilidad de reconocer mat¡imonios celebrados conforme a
leyes enranjeras y celebrados fuera de México.
¿: Elisa PéÉz Vtra (.omp.J, Dcrecho intcñac;onol prirado, Univeddád Nacional de Educa.ión
Dis¡anciá, Maddd, 2001, vol. ¡r, p. 106.
rr AR 541/2003,Iosé Luis Qui¡oz Mateosy otra,contra actos delCo¡Breso d.la UDión yde
iutoridades, coósistenr.s en l¡ expedición yaplicacióo de los árrs.67 y 68 dc 1a ¿.r, (;c,.ra¡
Pdáld.tór, co¡teóidos en.ldc.reto publi.ado cn.l Di¿lio Olcial ¡1ekF¿detució el7 de
5 Enrique Estradá A.evcs, Dceclo n1túttdci¿nd ?rn\ib nñi¡a o. np. .i¡, p. til .
¡ t2leyde rrp¡ na[án. p.crribe que"hs reláciones per5on¿16 enr¡c.ón]agesq¡e tienen nacioni
lidades dil¡re¡tes, o más de una na.ñnalidad en com úr, *
risen por l¡ 1cy del Estado e¡ el cuál 1.
vid. conFgal se localiz¡ de nanera p.cponderunte.' Tno 8¡ll¡r;no, Dn¡úo ntternoz¡onalc piwto.
op cir, 1996, p.404.
: t¡ IClesia IleBó ¡ perñnir€sros Dat.inronios secrekrs que producn¡ efeclos Dorm¡les de ¡n.hi
nron io y en el derecho .Jnónno se dcnomiñ!¡on ,¡drnro n¡o dc @nci cid.
l12 &) DEnF(rtu) tNt r Rn.'(
r¡ El ¡/.n ,lc Gilar ono.ia La,no makimonio ¿ yrr¿J que * hlcia en Bero.
,l enhce marrimonial
r, Véar cl caso del S¡. t)t.ho intern¿.iandt Diradtr p¿ú¿
C¡r¡sl¿.is, Leonel P{r¿rir«¡ (:as]úo,
r¿!,'nl.¡¡,,L,e\rr!.,.,,rl-,¡,1{'e¡'(quetJ,.'¡,,c,aelnrr,,n,roretiS'"-,:,"ul^unro
o cuefi{'¡n dc capacid¡d } porri.«¡ d. tbndo, mienrrasque p¡ra Fra¡cia Ioeradeforña.
t) S.ñdúñri¿ htliial.l.l. Fetl¿ra¿id,, Tcrcn S¡lá, Sexta Epoc¿, vol..xr!rr, p. j9.aD s649/67, Ju¡n
(l!¡i P¡lldrcs y o¡g , l.r de i.breo de 1968, cinco vorosi ponente: Maria¡o Azuetá.
xcfBr\ to (í lt3
F,¡¿ celebrar el matrimonio. En esta última situación se acude, corno Io indicamos,
I pri¡cipio o regla especíal ouctor regit formam actus (la forma del acto se rige por el
¡tor, esto es, por la ley que rige al funcionario que auto¡iza esa forma) o á la lq,
U pabellón (cuando el matrimonio se celebró a bordo de una embarcación).
Alberto G. Arce afirmó que los matrimonios eclesifuticos contraídos en elertran-
'inD no eran sus.eptibles de registrarse en Méxicorl porque, seBln
é1, si se reconocían, s€
túl¡eraba el orden público mexicano. Nosotros disentimos de este argumento, ya que
-d
csas nupcias se contrajeron de conformidad con las leyes del lugar donde son pir-
aiúdas, su validez resulta indiscutible. La mera forma religiosa de un acto no \,1rlne-
t¡ el orden público, siempre que se trate de un matrimonio como lo acepta el
lrccho mexicano hasta ahora: entre un hombre y una muje¡ con el objeto de pro-
a la especie, guardarse ñdelidad y brinda¡se asistencia mutua.
En sentido parecido se pronunciaron en su momento Enrique Estrada Aceves y
Luis Siqueiros. Pará este último se deben advertir dos tipos de formalidades: las
, sobre las que privaría el locts regit actum,ylaslntrinsecas. Es en esta últi-
----rxplica Siqueiros- en la que califica el matrimonio religioso, pues intervienen
de fondo, pero no nos explica cuáles son.r2
Uruguay, por ejemplo,la leyaplicable respecto dc Ios requisitos es Ia del lagar de cele,
bración del matrifionio en car¡bio, en \tnezucla se recurre a la del domicilio.re
En algunos países europeos se puedcobtcner un"certificadode capacidad matri-
nronial" que se otorga a sus na.ionalcs. \p¡rcntemente este documento facilita a la
¡utoridad extra¡iera la celebración dcl ¡¡¡trinlonio, pues ya no tiene que demostrar
se el contenido de la leY que rigc l.¡ .i¡p¡.id¡d. EIr varios países europeos se requiere
dicho certificado par¿ celcbr¡r .l .¡5¡micnb.¡ El documento de alguna manera
podria facilitar la lrbor de la autorid¡d nle\i..¡n¡. sicmpre quc el derecho aplicable por
la conexión se¡ el de uno de ev:s prses europeos.
En \léxi.o no c\istcn disp.r:xiciones cspeciirlcs de rrrPr que especifiquen el orden
jnridico aplicablc ir b capacr&td para ttnrrrw ntpciu y los requisitos
?ara lucerlo,
csto es. no c\iitcn d¡sposi.iones de D¡pr reguladoras dc la capacidad específica de
obr¡r t\irre un¡ regla general, que en varios códigos es la de¡ domicilio.
lntas de e\amin¿r las condiaiones para contraer matrimonio no debe perderse
d.'vin¡ l¡ dit¡rencir entre el matrimonio (ur aspecto o cuestión propiamente del
.\¡.¡do.i\il) \ la capacidad o los requerimientos persoDales para contraerlo (que no
nec!'srriámente se regulan por las rnismas leyes que rigen ¡lestado civil). O se¿, una
.o\¿ es la relación o reldciones ñdtrino iales y otra la cdpd.,AA para constituirlas.
llcndamos ahora las consideracioncs siguientes.
Alhablar de capacidad deobraro deejercicio aludimos a los requisitos vinculados
a ella que permiten contraer nupcias. Por ejenrplo,la ley venezolana establece que"la
capacidad para contraer matrimonio y bs rcquisitos de fondo dei matrimonio s€
rigen, para.ada uno de los contrayentes, por cl derecho de su respectivo domicilio:,
Ésta parece ser Ia mejor respuesra. Si aceptáraños la ley del lugar tle Ia celebración.
abririamos la pucrta para que cada intcresado pudiera casarse donde mejorle convi-
niera, evadiendo disposiciones de su ley aplicable, lo que debe ser cuidado por el
legisladot pues se trata de un acto relevante de la vida. En México la ley es toleran,
te, pues permite q¡re cada pcrsona se case er el lugar que más le satisfaga o agrade r.
Do prccisamente er el lugar del domicilio de uno u otro contrayente. Algunas enti-
dades federativas, para evitar la mera con\€nicnci¡, exigen que se tome en cuenta la
lcy domiciliar
Hay algunos supuestos fácticos sobre los cu¡les se discute si califican dcntro de
l¡ cipacidad (el supuesto normativo). Entre óstos se encuentr¿n la edad, el consen-
tituiento, cl sexo y la solteria o viudcz. supuefos a los que nos referiremos en Ias
prtiximas líneas.
os conla edod ¡le los contrdl¿nr¿s. Según la regla general de la ley mexica-
& la mayoria de los códigos de la República), para poder casarse el varón debe
una edad mínima de 16 años, y la mujer, de 14 años. El señalamiento de esta
por parte de la ley interna acoge lo prescrito en la Convención de Ia o¡u sobre
Mínima par¿ Contraer Matrimonio, que mediante una norma de conflicto
a la ley de cada Estado pa¡a establece¡ esa edad.
Al llegar a este punto nos encontramos con un problema de calificaciones. ¿La
¡ecesaria para contraer matrimonio será un problema de capacidad, de estado
o de forma? Se trata de un asunto o cuestión de capacidad deL ado. Pot ejeñplo,
trnor de 16 años de edad no podría contraer matrimonio, ya que la ley no lo
cidera con la madurez ni con las aptitudes para una convivencia matrimonial.
L¡ Convención de la or.lu admite que la auloridad competenle para celebrrr el
'monio" díspense" ese reqúisito de eda¿, slempre que la dispensa se apoye en una
iustificada y atienda al interés de los contrayentes, dispensa que se regula con-
a la ley qre fiia la edad mlnima.
La propia Convención otorga competencia a la autoridad ante la cual se celebra
Datrimonioi igualmente, en Io que se refiere a la elección de la ley interná aplica-
para determinar la edad mínima.
- Diego P Fcmá¡dez Aúoyo, Nueros elefrentos del derecbo inr..nacioDat privado de 1a famitia en
Enñpll e¡ Reyiskt M¿xi.au de Dúecha tnterincionot prindo, ¿bri1 dc I 997, p. los.
3 G¿ciela Medina anota quc en álgunos paifs sc le estima coúo matrimonio (Sue.ia, Noruesa,
Din¡mar.a, Holanda, erc.), en otos .oño i.stitu.ión equipasblc al @¡cubinato (Aragón). o,
simplementc @mo i¡stirución diferenre del m¡t.iDronio o el.oncubinato (C¡t¿luña).GBcielá
Me¿iná,IA honosaudl¿s )' el dúecho a .¿nioü nanilnonio, Rubinz¡l-Cutzoni, Buenos ñ16.
2001,p.99 ysiguientes.
. Utiliamos la palábrá l¡o¿oiqrdl en el seniido n¡ás amplio pda comp¡eoder a bis¡ual5, tra\e
tis, gays, tánsgénercs, hoñosexuales(e¡ sú senrido cstricto), lesbiánG y transuátB.
, DieCo P Ferná.dezAlroyo, ibineú, p. to6-
r El prsidenle municipal de Sáó r_nncisco icavin NNsom) áutorizó er¡ feb.erc de 2004 el ñar¡i-
Donio homosexual, 10 que dekn@dcnó una grán antidad de ñaüiñonios. No obsranre, lá Corte
Suprcma de C¿lifo.oia anuló los matrimonios conÍ¡idos al mp¡ro de 1¿s licencias que hábia
obrgado el álc.ldr (poco más de 4 Dil), argumeñtando ta itegalid¡d d.l ¿.uerdo.
l!8 ü) DFRr,i Ho r:\rrrRNÁ(
Frente a la posibilidad de quc a un juez mexicano se le planteara el reconoci-
mic tode una unió¡ homosexual extmnjera, donde se le pudiera calificar como con,
tralo o partR del estado c¡v¡|, habria que considerar dos situaciones. Primero, la
unión dedos personas delmismo sexo no se eÍcuentra reconocida en las leyes mexi-
canas, por lo que no cabría una calificación mexicana de esas uniones (/er /ori) ¡
ádemás,el ruez podría anteponer la excepción del orden público para evitar su reco-
nocimiento. En cambio, lo que sl podría admitir serían algunas consecuencias juri-
dicas de esa unión homosexuál legalmente reconocida por la leg¡slación extranjera,
v adnlitir que la parte supérstite pudiese recibir una pensión o los derechos de suce-
sión previstos para elcónyuge sobrev¡viente por elderecho mexicano. Nosencontra-
ríi¡mos en este caso en lo que la doctrina conoce como efecto ote¡tuado del ordeñ
públ¡coi es decir, no se reconoce a I¿ institución efranjera por ser contrar¡a a los
\'alores y la orltura locales (es el c¡so, por eiemplo, de la poligamia o de las uniones
hon:osexuales), pero en un sentido de justicia se aceptan sus efectos, como el dere-
cho a los alimentos,s¡ sobre todo s¡ esa unión hubiera adoptado hiios.
l)e acuerdo con Ia le1'sustantiv¡ de los países americanos, en Estados Unidos de
América (excepto en algunas entidades fed€rativas)52 y Canadá el ñatrimonio §5lo
puede sercontraido entre un hombre y una mujer Se trata de sistemas juridicos que
no admiten olatrimonios homosexualcs, aunque ile facto se toleran esas uniones.
Adenrás,los principios que sustentan cad¡ uno dc esos sistemas jurídicosjuzgan que
cl nar.leo ceñtrrl de l¡ fanlilia es el matrimonio, el cual, según ellos, tieñe como fina-
lidad ¡rocr.,,rr_r'¡rrrcn.irr /,r i.s¡t. ii' /rr,narro, lo qu. no se logra en las uniones unise-
\uales.i Por añadidura. en esras legislirciones inten'ienen los valores de la c!¡ltura
.risti¡na occidental del rnatrimonio monogámico v sexual, por lo que en el estado
'r Lrr ñEid¡ ¿drá.¡rn & l¡.$ep.ión que impide la ¡pliación o el rccooocimiento de ljn o.den
ruñdtr! dtdrj«) lon elaryume.ro de que se vul¡er¡ elorden público i¡tern¿cional, suete ate-
nurre rn.lgunar crriones !o" elfir d. mo¡dear l. iusrici. detcae. podriamos.iemptiñdr con
el cr$ del m¡rnmonn de un musulmán que, casdo .on tres nr uj€r6, r'¡tl<e eD ¡tóxico y l¿s tr§
\ n¡JJi re(l¡nr¡n l¡ succsión r¡or,¡.d¡e. E¡ estc c¿so, lna errid¡ y rSida apli.¡ción dctorden
Nhl¡.o hÑr qut -^ d.eotrozc¡¡ kÁ mat¡inr,nios cclcbndos ctr rgú¡do y rcEer tugárcs ¡t ¡o
hrh.r* dis!.ho el.nrerior ñ) obsrinie,la c¡cep.ión sc alenúa pa¡a ¡lc.nzar.iÚ(a justicia, Eco
n(\i.ndoeldererho dr lasviUdsá su.eder,ló que tamhié¡ .ahrid reconoc{ sisc rr¡ra¡a dc un i¡i
.n) d. alim.nros dnigido cont ru el mrrjdo.
'r lndds F l¡\tnf.ld, Co nllic¡s of k||s: fcd.tul naft, aud;rr.r,¿rii»rt ¡.ñ¡a.r¡,4, ñ{¡!hcw llcnde(
)iu.\! \brk. 1998. t 862. Durante 2m4 se pl.nte.¡on .n ELA !¡rn* p()btem.s.n torno de esla
union que. inclú$.lie¡on ll.ud6. Bferérdtrñ. Tat unión sc ñh¿zó cn Ark¡¡es, Dakorn del
¡_orre, Gtoryid. (c¡rluck.v, Ilontan¡, Mi.hiS ¡, O¡e8ón, IlnisDi, Ohi(), Oklihon¡ r U$h. Un
dcs.riollo$bre elt.n¡ade unio»esd. p¡rjayoitc¡iosdc re8ulá(ión pucd.\esc.n Móri(. Soffa
RoJri8u.z., ¡¡.._l¡s unioncsde p¡ej. ¿ l¿ hz delde¡ccho inrerná.ional prñqdo argenlino",€n
Alt¡Dso Lu ir Cdho ( l.trav¡cd ( coúp.), r.L darc¿n d. fañtilio ¡ñk .l siglo xx!: otp(k» irt.tñdc¡oñd-
l¿J, ¡,p.ir. pp.65i v sisüienls.
t¡AunqueEdg¡rdB.qucüorRosli¡Buc¡rc«ro¡BEgarquclaop.cidadp¡raprccrc¡rno$indis
p.ns¡ble ) ciran como ejcmflo c1 c¡so dc par.j¡s de edrd av^¡ad¡. Ir.r!.hó d.lhtitia y lrcsio
,(s, Orfo«l Uni\t6ny Pr.s. \léxico.1990, p. i7.
\.'(:r.Bt)i¡ro (6 I 19
Dos personas del mismo sexo, ambas resid€ntes en tnglaterra, contraen ahf matri-
monao. Según la ley ¡ngiesa, el matrimonio €s válido. La norma de confljcto mexi-
cana reconoce la validez de los actos conforme a la ley aplicable al estado civit, to
que harfa posible pensar en la hipótesis de que en i"4éxico se reconozca ese matri,
rnonio. No obstante, la autoridad mexicana rcchazaá su re€onocimiento, con el
argumento ¿e que hacelo afecta el orden público interno.
\>9"1t
tCSe agregar que según la ley mexicana el elemento sexo (unisexualo bisexual) para
drtraer matrimonio es úfi asunto o.úestión de fondo, por lo cualla regla de conflic-
D meicaná nos remite a la ley reguladora del estado civil, no a la de la capacidad
(¡unque pudieran coincidir). El sexo no es un tema de capacidad ni de forma, sino
& fondo. Aún sostenemos que en México la unión de parera, como en remotas épo-
6 .r como ha sido visto y estudiado en ¡a antropologia juridica, es un medio para
l*elizar ante la sociedad las potenciales relaciones sexuales de l¿ pareja, a grado tal
ql* incluso muchísimas personas lo han estimado como el medio lega¡ idóneo para
aEcentar y mantenerá la especie. Sin emb¿rgo, como en tod¿evolución socialexis-
I la posibilidad de que por respeto a Ios derechos de las personas, utilidad, conve
r¡ricia, etc., elEstado decida aceptareste tipo de uniones, ya partirdeese momento
d.iaría de afectar el orden público.5s
e El argumento que aleg¿n qui.ncs acept¡n el nrarrimo¡io de1 misúo sdo parle frincip:ütuenrc d.
lidisposición constitucional quc establece la no dircrininación. !l problcnra co¡siste e. dct..nri-
n¡r si el úatrinronio tr.dicional § cquip¡rd a lo que s o puedá ser 1¿ unjón de peÁon¡\ d.t
úisúo sexo. Hay quienes esrán de lcuerdo en estas uniones, pero no en que .dtifiqu.n como
l¡s impedimentos para contraer matrimonio son actos, circunstancias o hechos que
se consideran obstáculos legales que inposibilitan celebnr el n¡otli,rio,iio. Entre esos
inconverientes se encuertra, según el Lart la falta de capacidad p¡r¡ el matrimonio,
¡a falta de consentimiento, la edad, ciertos grados de parentesco, el adulterio entre los
pr€suntos cónyuges, el atentado contra la vida de uno de los casados, l¡ fuerza o el
miedo grave, ciertas enfermedades, el matrimonio previo subsistenre, ctcétera.
No todos los impedimentos suponen falta de capacidad, pues algunos están refe
ridos a la existenci¿ y validez del acto ¡ratrimonial. A la vez, algunos se regulan por
reglas generales de Drpr y, otros, por reglas especiales.
En el tratamiento de los impedimentos para contraer matrimonio debemos dife-
renciar dos hipótesis: i) que el matrimonio pretenda contraerse en ¡,Iéxico, pero el
impedimento esté regulado en la ley extranjera, y ii) que el matriñonio se haya con-
traido en el extranjero y se pretenda su reconocimiento en México. En ambos casos.
la respuesta del Drpr es diferente.
Comenzamos con el m¿trimonio que se pretende contraer en México_ Algunos
de los impedimentos prescritos en las leyes mcxicanas pueden coincidir con losesta-
blecidos en otros órdenes juridicos sustantivos, distintos del Liídrgo C)r,i, o puede
darse elcaso de que los previstos en estos rcgimeües sean diferentes de ios conteni
dos en la legislación civil. En este caso, ¿cuál es el orden jurídico aplicable en cuanto
a los supuestos nornatifis que impiilen contraer nanimonio?
Lás leyes internas mexicanas no prcvén una regla cspe.ific¡ de r)rpr que responda
a lá interrogante anterior de manera quc es necesario bus!:rr Ia respuesta en las reglas
generales. Para ello, primero debe determül¡rse si los irDpedintentos para el matrimo
nio se califican como rr¿sriorr-r dr, rapaci¿rrl de las personas o, bien, como csuntos de
fondo (estado ciYil). Ambos erán reguladosen algunas entidades federativas por la lel
del lugtr del donicilio de cada persona. aunque en el D.F. por la ler./ori.56
Los impedimentos deben ser tom¿dos en cuenta en forma unilateral (como en cl
caso de cón\uges con domicilios diferentes); no obstantc, hay ciertos inrpedimentos
que deben ionsiderarse en for a bilateral, conrc en el caso de p¡rentesco entre los
compromitentes.
Las leles internas suelen facultar a órganos específicos de gobierno para dispen
sar algunos impedimentos. Pero esta posibilidad Ie g¿,l puede p«tvocar
lrawle a la ley.
56 Enriqu. Estrada Aceles se equivocó alafirlDr que l.le),¡pli.¡ble ¡ cu¡lquier iñpcdi¡ncnto era h
del lrgnr.l¿ su .ehbnc¡ón. gte no es h mnnra que h que ri8. la ! pes¡ de qu. pucdan
caplcid¡d,
coincidirSe equtrocó, a la vez, porqne para su afinn¡ción r ¡po)ó en el!rt. L2l .ustiru.ional,
que no regula p¡obleDras de tráfic!iuridico inrcnracio¡ál\. ddemis,
torque po¡ li épo.a cn que
$üibió ni siquicr¡ se hlbia introdu.ido cn ñléxico la clnexión donric'li¡r. La conexión cÉ
puramente rerriiorialist¡. Enrique Estr da r\.crrs, D.r.dro i¡núnacioiol pr¡ndo ¡nünóno, op.
\.'(r'urNr¡() (' 121
9.19.!'
Ejemplo
\¡99
En seguida nos refcriremos a algunos de los impediDrentos para contraer nratrinn¡-
nio;se tr¿ta de casos espec¡ales como el del matrinronio de quien ya está casJdo, ¿si
._omo el del adoptado, casos que se riSen por reglas especiales que requie..n Lrn.}
erplicación adicional.
I uis Pére \trd¡¡. 7i¿,¿do ¿¡., . tal ¡te .lúdl\' nt¡únatu nl ¡rnn¡¡q ticld¡ de I ()ficios del
r^\r.do, Cuad.l¡j¡ra, 1908, p. ¡ 23 ^rrLs
I22 E) DERECHO INTIRN^C
\>99
Ejemplo
!>\>\>
5r F.n s diferencian tlcs tipos dc mát dmorio cntre aue¡l.s: €l mát¡imonio por poder, por
^r8criina
.orespordenda l?Nn-
y a distancia. [n cl p¡iñetu, un ñandlta¡io rc.]iza el acto en nombre ],
tació¡ de una p.rcn¡i en el sSundo, bar¡ l. .afa que el intc@do enviá a la áutorid¡d en la que
cxpr.k $.lc*o dc.¡sare; y en elte(.tu,1¡ eipr.sión de úlunt¡d e haceante una auioridad del
lúga..n que r.rcúcrrá tlcónFge y que 6té áuroriz¡da pa.a Boger s con*ntimiento (art.
¡ 73 del (r ). M¿ria loyf¿ Méndez C¡st¡. Md¡riáo¡io.
(-lu6rio 6 con@s: noúbt, ¿oñnilio, adop-
.iór. Soo¿¿dd ¡u)r8dt 5¡.6ó" de lú .óryug6. R.giñ¿ú l¿Sal del ñdtiñonio cn iL lct 23.515.
Rúbin2al{lulani, S¿nlá F.. 1987, pp. 90 y siguientes.
s, t«as reservasno e publi.¡n eo clDi¡rD O¡.ia¿ po¡lo que cs acon*iable recurir. l¿ Coósúhona
lurid¡.¡ dc la SIIE p.ra reabar * dalo, a menos qu. el ini€redo púcdá obtenúlo d.l páG en
inlern¡cioo¡ls «)NU, o¡.^ ) a rrávés de irlÚnet.
consulta o de los organisnros
m Tito Ealla no,I)iñro ¡,Et,tüionaL p¡into,op. eit-,p-396-
61 htlpJ/w.unhchr..hhporish/htmUnrcnu3/b/64-sp.htmr i8u¿lnrentc €n hltpJ/\Ñ.ddechos
huolnos.culr¡l¡dol6a-st.htnr, maro 18. 2006.
\¡(31\\i() (. ¡]i
En los casos en que sea fact¡ble el matrimon¡o m«liante poder (r)lo cu¿ndo es
un me{icano el poderdantc), en el mismo deberá describirse a la personir con la qur
pretende casarce, de manera que no son aceptables podcres sin espe.ificar la pervr'
na con la que se cásará el poderdante. Por lo general, se trata de un poder especial
que debe ir acompañado de una constancia en la quese deml¡estreque el pod(ydan-
ie es soltcro. Este ane¡o no se exige en México.
Hay colsulados de varios pa¡ses que anunci¡n er irrternet la posibilidad de que
ahi se otorgue un poder de este tipo y por celebrarse cn el pais representado, por el
cual se cobra una cantidad de dinero.
La ley interna mexican¿, cuando setratade relaciones de tráficojuridico interesta-
tal, permite la celebración de matr¡monios mediante apoderado, el que puede repre-
sentar a u¡1 contrayente ante el oficial del Registro Civil. No obstante, si se trota de
relaciones de táfico iurid¡co internácional se presentán alBun6 problemas.
Cuando las leycs territorialistas estaban vigentes en México que, como lo mencio
nam(x, fue a¡tes de 1988, la Secretaía de Gobernación giró circulares a los gobiernos
d€ los estados en las que se expreso que las personas residentes fuer¡ del país no
podían contraer matrimonio por poder. José Luis Siqueiros rccuerda que sobre el
particular se argumentó que el (lD¡ prescribia que el art. 12 solo s€ aplicaba a los
habitantes de Ia República. Si el contrayente ausente no estaba cn la llepública, no
podi¿ contracr m¡tr¡monio.6r Hoy en dia éste parece un argumento desconcertante
y contrario a los derechos humanos.
Con l¿ reforma de 1988 esa rcgla se cl¡minó. No obstante, en 1971 se prescribió
(en las leyes federales) que si un cxtranjcro deseaba casarse en el país, debería residir
en México.6r Debido a esta disposición, ni los extranjcros ni los mexicanos residen-
tes fuera del pais podi¡n contraer matrimonio mediante apoderado. Seguo la ley
federal vigente, la prohibición sólo queda para los extranjeros, a menos que obten-
gan la autorización correspondiente de la Secretaría de Cobernación. Fsto s¡gnifica
qüe los mexicanos, aunque s€ encuentren en e¡extra¡iero, sí pueden celebrar malri
monio por medio de representante, punto que sólo es rcogido expresamente en el
Cotligo Foniliar del Estado de Hid¡lgo la¡l- 39) .
En lo que no estamos de acuerdo es en que a ¡os extranreros que rcsidan 'uar¿ de
.\féxico se lcs prohíba casarse por poder Esta prohibición no cs congru€n¡ .on la
C-onvención de la ()NU s$re Consentimiento para Contra€r l\l¡trimonio. qur .tres'
cribe que sólo podrán in4)edirse bs matrimoni()s a distancia cu¡ndo .oncurr¡n .ir
cunstancias "excepcionalcs': El hecho ds ser extránjero )_ no residir en el lug¡rr i
Ia celebración no cs una rofidi¡i<itl rr.rep.,ordr. Hav que record¡r, a la vez, qu. la
Declorociórt Uniler$l de los Dereahos Hu»tdnos \¡rt. 16) impide que se r€strinjdn los
La celebración del acto matrimonial produce diversos efectos, que hacen surgir los
derechos y obligaciones de cada uno de los córyT rges. Se trata de lo que también 5e
conoce como ¿sfafr¡fo de los casados o estatuto marrimonial. Estos derechos y obliga-
ciones se rigen de acuerdo con la regla general reguladora del estado civil de las per-
sonas, ya que carecemos de una regla especial al respecto.
La doctrina emplea la frase ley aplicable de los relaciones perconiles entre los tófiyu-
ges como sinónimo de leJr aplicable a los eÍectos del marrimorio. De manera indistinta
se continúan utilizando ambas frases para dcsignar lo mismo. Un matrimonio produ-
ce efectos inmediatamente en elmomenfo de su celebra.ión. De ahi que por efectos del
acto matrimonialy relaciones entre los cónpges se implique la misma idea.
Hayquienes sostienen que debe diferenciarsela noción efectos del natrinotlio de
la de relacio,les entre los.?r/¡rgeJ- Para ellos, la primera noción es arcaica mientras
que la segunda es más ¡ctualizada y responde a una idea democrática. De cualquier
manera, cui¡ndo nos refiramos a bs efectos dcl matrimonio o a las relaciones entre
los cón\arges se tratará de un mismo supucsto fáctico-normativo.66 En la ciencia
6a México s Dfado parte de dos conveDcioncs sobre podcrcs (la Conlenció¡ sobre Unitbrmid¡d
del Régime¡ Legál de Poderes y liCo¡vención lnteramcricana $bre Ré8imen Leg¡l de Poder6
para ser Utilizádos en cl Extr¿njero), pelo trinsuna de ellds se refiere al matriñonio medi!¡r.
ñ, Una de l¿s prácticas que sigu.. lG cónsules mcxi.anos en Centroaméri.a v v¡rios ohos Pais
consisk.ó que pan ororg¡rlesvisa que les l(nitcn in8res¡ren i\'1éxi.o exiSen a los $licitantó
quc dcñuefren un i¡8reso (onóñi.o y lrabaio tn su Pais Ello es asi Porque muchos de los slici'
l¡nrc\ $1o pretendcn li visa ¡ncxi.rná plra .ruzar d P¡h ru mbo ! EU . Pam elitar tales dil¡ci>
ncs. h.) quienes afirtu¡r quc .sos extr¡njcrcs Prefieren clsa6c con tueric ros Para ingres¡ trú'
1i.i1rneole.n lUéxi.o.
ii \ hri¡ro A8uilú Nár¡üo, tr¿],on( de.lerc.lñ tilil iñtet ¡co,al ¿sParol, Univcsidad CoDrPluten*
Midlid,198r.p. l4ó. AmoresConradi, poi su P¡rte, r.fic.c l¡denominación ¿¡d.io,cJ.rr¿ l¡
n,r/!8.j p¡ra signific cled¿tuto de bs casádos. Nligucl Amores Conr¡di l.as reláciones ent'
cónF8.s en .l Nu.!o l)erecho intc.nacional Priv.do dc la fañilia: qlores iuridicos v téclics&
regulación I etr fxdriu d¿.i¿r.ro.n,il t. xr, f¡s. Lcn(o maizo,1987, P 93
rr L3r\ n) (n 127
iuridica las defi D iciones normalmente son estipulat¡vas, esto es, suponen un cons€n-
yel legislador
Jo entre la doctr¡na
Abordaremos las relaciones entre los cónyuges en dos planos: por un lado, las
rlaciones persorales, y p or olrc las pat¡inofiiales; ambas son espec¡es de lo que la ley
italiana y su doctrina llaman rclacioñes entre los cóñyuges.67 Como tendremos la
oportunidad de explicar, la diferencia cntre ambas ha sido resultado de los criterios
iudiciales habidos en México, más que de nuestro legislador o de la doctrina. En este
caso, la clasificación dogmática ha precedido a Ia teórica.
El registro del matrimonio, pero en especial las relaciones entre los cónyuges
(personales y patrimoniales), revelan en Ia mentalidad de los legisladores mexicanos
( no los juzgadores) un enfoque similar al adoptado en las vieias leyes españolas lla
{omo lo pone de relieve Manuel F. Chávez Asencio-, entre los que cabe destacar
)os rclacionados con el hogar (establecer el domicilio conlugal, cambiar éste, manejar
el hogat), con asPectt)s ¿cororrrroi (sostenimiento del hoga¡ trabaio de cada cónyu_
ge, alimentos), con .x¿stíones fantiliares (pl¡]oear la procreación de la familia) y con
la clisis Ael ñdtrinonio \seParación, disolución del vinculo matrimonial por divor-
cio. recon.iliación), etcétera.irl
El manejo del hoSar por los casados forma Parte de las relaciones entre los cón-
yuges. El marido y sr.¡ pareja se ponen de acue¡do para conducirlo. No obstante, p!e-
áen surglir desacuerdos entre ellos y alguno puede llevarlosante un juez para resolver
ia diferencia. Para solucionar el caso, el iuez podrá tomar en cuenta el acuerdo pac-
tado o, a fálta del mismo, aplicar la ley del lugar del domicilio conyagal en los casos en
que la norma de conflictovincule la ley aplicable a la ubicación deldomicilio; en caso
contrario,la lerlori.
Aunque las relaciones personales entre los cónyuges pueden ser obieto de convenio
(en las capitulaciones mátrimoniales), no pueden calificarse como un tema o asun-
to estrictamente obliSacional, esto e§,comosi fuera un contrato o convenio. Deberán
c¿lificarse como un ds¡lfl to de elado ci,il, púes se Pretcnde regular relaciones perso_
nales cn el núcleo familiar Se trata de obligáciones que no sólo tránsfieren derechos
) obligaciules como si ñreran un simPle contmto o convenio, de manera que la le)
aplicable a los derechos y obligaciones que surgen en l¿ pareja matrimonial es la
reguladora del ¿stado cilil. Dicho de otra manem: aunque las relaciones personales
entre los cóIyuges (no las patrimoniales) Puedan llevarse a un convenio, su natura_
leza y calificación no encuadra o califica cn los contratos sino como un asunto del
estado civil de las personas.
Aunque existen obliliaciones entre los cónfrges y que de alguna forma el dere_
cho de las obligaciones podria encargarse de su estudio, en el m¿trimonio tenemos
obligaciones de naturaleza tan especial por La intimidad que guardan con la persona,
que caer en la órbita de las rclacit»res personales dcl matrimonio y no en la de los
contratos o convenios. Se trata de reglas particularcs que Por tradición y naturaleza
sustituyen a las generales de las obligaciones. La vida matrimonial no se reduce a
crear y transferir dcrechos y obliSaciones: las emociones,la vida de Ia pareja,el com-
portamiento positivo de Ia fámilia son, entre otras, de suma imPortancia
En las relaciones personales entre loscónvuges, adiferenciade las relaciones con
tractuales, privan ebmentos tradicionales, tultufiles, etnotivos, laloratiltos, morale\
etc., como podemos constatar cuando sabemos que la diferencia de sexo no sólo es
una condición pam casarsc, sino parte tle la csettcia del matrimonio, corno lamb;én lo
es la fidelidád, h asistencia mutua o la posibilidad de.rear familia. Es decir, el
(C¡d¿ pais establece su propia conexión para localizar el derecho aplicable a las rel¡r
entre
personales los
cónyuges. Por ejemplo, en Corea,Tl Egipto,7z lrak,Tl
-,6
¡adánia7a y Ios Emiratos ArabesTs se aplica la lel na¡iofial ilel fiarielo; et NeÍ\ani^,76
llcy permnal común de ambos cónyuges en Nicaragt:r.,77 la ley del lugar de celebradón
hay cambio de domicilio, la ley correspondientq en ñgentina,73 se rige conforñe
',i bl
ab del dofiicilio efectillo, con elementos más fácticos y por tanto, mrás objetivos.
En México no existe una regla de conerión especial para regular las relaciones
de los córy,uges, de manera que debe recurrirse a la regla general de derecho inter-
Eional pri!?do. Encontramos aqui el art. 13, ftacc. I¡, del cc¡¿d, ásl como el de
Eias entidades federativas, que prescriben que los asuntos del estado civil de las
fEsonas se regulan de acterdo conla ley del ¿lomiciiio, aunque otras entidades fede-
úir"s siguen una conexión territori.l, como ocurre en el D.F. En cualquiera de los
creos,la § aplicable a las relaciones entre los cóq/uges es la que rige su estado civil
Qunas se rigen por Ia leydomiciliar; otras, por la ler/ori).
En cuanto al aspecto domiciliar cabe considerar tres cuestiones: d) el lugar donde
t üve de consuno, ú) elcaso en que la pareja resida en lugar diferente, yr) la obli-
Fión de cohabitar en un mismo lugar )¡sus dispensas.
a) [a Convención Interamericana sobre Doñicilio de las Personas Fisicas esta-
Hece como domicilio de los cón¡rges aquel donde "vivan de consuno" (art. 4),7e lo
qI€ implica un criterio práctico para ubicarse y objetivo, en la medida que la reali-
üd coincide con la norma.
Aunque varias de las leyes mexicanas establecen que la ley aplicable a los asuntos
o cuestiones de estado civil de las penonas es la de su domicilio, es obvio que esta
r6puesta es parecida á la arge¡tina, sólo que en esta últim. la conexión es mucho
¡r' l¡ ser.¡¡lidJJ est$l¡.idr .r l¡s l.rts n¡ti.¡nas onrrJsr. Lon l¡ .ipcciticid¡d d. olns le.y6,
.onú la ¡rgrnrin., qu. rr rl ¡rr. I62 d( s! C.,.,,]«) (ln.il pr€s.rih.: _l¡s rcla.¡oDcs p.rsnales
dt krs .¡n1yú8.s serán re8id¡s lor l¡ ls del loni.ilid ./,t,n?, .nrcndiéndosc por l¡1 cl lug¡r
donde bs m irnos útn dr c,msuno. l¡ c¡so de ¿¡d. o d.{onociñicnto de éste. $ ¡rpli.ará la ley
d. l¡ úhinr¡ r.siddrciá."
¡r If,le.rirálirNd.r)rprde¡r¡N¡ ris «r¡.ü.¡ ¡lude ¡ l. 1..! del Erido .D rl .u¡l l¡ rid Lr)nugal
resuh¿ lo.aliz¡da de maneri freponder.trtc (¡¡t. -rl ).
NCLTINATO (,I I3I
¡¡ Códigos civils del Distrito ¡ede61 (art. 163), Gmpe.he (dt. l7.l), Colima (art. 16l), Bajá
Cálifornia (art.l60), BajaCaliforoia Sur (art. l6e), Co¡huilá (art.270),etc.:"t § cón)uges vivnáó
juntos en el domicilio @rylgd. t¡s tribuóáles .oó corocimiento de @usa, podráó exiñn de erá
oblisación a alsuno dc eUos, cu.do el oto trasl¡de su domicilio a país extránjero a no ser que 1o
ha$ en seryicio público o s@ial, o se est¡blezan en p¡ts inslubre o ind€coro$." ¿r¡ obliBación
de convivir con quicn r¿alia u4 seúi.io público es dispensble?
o &ticulo 166,.rrde Iabdco: "El,uez de primera i$tancia,.on conocimien¡o de aus, enmüá a
uno de los córlages del deber de yivir on el otrc, cuándo alguno de los dos lúslade su domicilio
aler.anj..o o.uando k esiablera.n un lúgar inelubre o ind4oroso."
s Aniculo 1s9, (rr de Aguak¡lientes: "La m¡jer debe vivn al hdo de su marido. Los tribunales, con
@nociñiento de oús, *imirán a l¡ ñujer de está obligación cuando el mando trslade su domici-
lio á pátu extanjerc, a no w que lo h¿gá m sd¡do de Ia patda, o cu¡ndo É establea en un luga¡
irrsálubÉ o indeorcs." Con relación ¿ 6ta dispcición (lá mchista), cabe añrnÚ tánto a su incon$
ti¡ucionálidád .omo a su *niido ontrário al pr,"c¡pD d¿ iS, aVdd y no dkninifloc;ófl por wón d.
se$, como lo prqienen variú co¡venciones inlemacjonal6, e.tÉ ot¿s la Convencióo ebre Ia
Eliñinación de rodás las Formas de Discrimin.ción conl.a la Múier A e«e rspsto, Méxi.o *
obligó a implementar todas las politicas Deceeriaspa.a modi6.ar los pátrones sociocukurales a
fin de eliminar los peiuicios y tas prácticas consuctudinariás ó de cualquier i¡dole, muy ñaiga
dós en grupos indigenas y ampesinos.
132 ü) D[REcHo rNlsRN^croNAr- pRrvrDo- p¡R'r[ $pl]ctAr,
Con relación a las facultades del iuez mexicano par¿ neutraliz¿r Ia obligacióo
uno de los cónluges a fin de desplazarse al ettranjero para reunirse con su
podrá apollarse en que el lugar en el etraniero es insalubre o indecoroso, que
mzones secundarias; Io que importa en este caso es defender la libertad de
del cónrlge que estri en México.
La regla principal (convivir bajo el misño techo) y su excepció¡ no son p
tos de la casualidad. Desde la época colonial varios peninsulares deiaban en EspaL
a sus muieres para venirse a las tierms americanas. Diversos decretos estableciercÉ
que el peninsular que sal i*a, debia hacerlo acompañado de su muier e hijos. El lugar
extraño o insaiubrc no fue excepción; po¡ el contrario, cuando un peninsular deiaba
a su muje¡, ésta intentab¿ las acciones necesarias para que se Ie tegresara a su mari-
do, Io cual era aceptado po¡ los t.ibunales. Este derecho ya no es acogido en la actua-
lidad por ser violatorio de la libertad de la persona.
Confliao móvil
l¡s que hemos desarito son actos cu}? interpretación puede suscitar dudas cuando
implicán conedones móviles, esto es, cuando no se trata de una conexión que Flermit€
conocer la ley apücable For eremplq en el caso de la l¿x r¿, gifa¿ la conexión siempre será
la m¡ña cua¡do se tr¿te de inñuebles. No ocuñe lo mismo con el domicilio, que es
una conexión móül )"¿ que la persona puede cambiar de uno a otm lugar habiendo
tenido su domicüo m un lugar, puede establecerlo posteriormente en otrc.
Pensemoc en una pareja que se casó m Argentina, donde daba donÍciliadá. tá ley
de ese domicilio será la aplicable para determinar la validez de su matrimonio, inclui-
da la capacidad de cada uno de ellos. Posteriormente la pa§a cambia de domicilio (se
rEubica en otro pafs, digamos México) donde se les aplicá una ley distinta. Podda ocu-
rrir que acorde con la ley sustantiva mexicana ese rnatrimonio no satisficiera los requi
sitos de validez de fondo, cuestionándosele al iuEz mexicano esa validez.
En este caso la autoridad ñexiaana ter¡drá frente a sf el planteamiento de un inte-
resado que le dicr: si lá ley del domicilio rige el fondo del matrimonio y están domici-
liados en Méxic¡, donde los requisitos establecidos no le reconocen validez, entonces
ese matrimonio es nulo. Por otro lado, la contrapafe podúa argumentar la validez
afirmando que en el momento de contraerse el matrimonio la ley del domicilio
entonces aplicable,le otorgi validez al acto y que solamente se está reconocierdo los
efectos de uná ley extranjera que lo validó desde el momento de su celebración, que
es la respuesta áceptable.
El juez se encuentra Íiente a un problemá intertemporal, pues las posibles res-
puestas están dadas en la ley aplicable del domicilio en el momento de contraer
matrimonio, o en el domicilio designado por los cón¡tges o en la ley del domicilio
en el momento que sé plantea el problema iudicial, o quizá en las leyes que rilan el
domicilio de cada uno de los cónyuges, cuando tienen domicilios separados.
En este caso, el conflicto intertemporal s€ resolverá considerando la cone,\ión
domiciliar vigente en elmomento de la celebración del matrimonio, lo que significa
LrJNr.() (,' i.t3
\,4atrimonio consular
'i,trrndíaesgeneralmcnlcacept¡dal¡prarclic¿dequeloscónsrlcsdecualquierpaís
. rhrcn r¡atrinronios entrc sus n¡cionales conf()rñc rlA regld auctor regit dctuhl,
.rr, cs, conlirme ¿lorden jurídico del Estado qLrc cl cónsul represent¡. La Con\cnción
:, \'icna sobre Ilelacioncs Consulrres rcgula intcrnacionalmente esa cucstión. Un
-.r¡rinronio de este tipo produce e1¿ctos jurídicos plenos, como si sc bubier¡ re¿li
.iJo cn el propio pais dc¡ cónsul. En csta clasc de matrimonios, los contray,entes
r.hcn cunrplir l¡s f{)rlnas prcscritas en Ia lcy del Efado {lue el cónsul representa, lo
. r. Lrareccría un¡ excepción ¡ l¡ regla /o.r/s r¿gil a.turn. No obstante, la iey aplicable
:'r.de suscitar algunos problenl¡s que nrás adel¡nte €xaminarcmos.
lntcs dc proseguir es rccomendablc h¡cer un¡ brcvc rcfcrencia a los convenios
'tcr nacionales mediantc los que se han otorgLrdo facuhadcs a los crinsules para que
.loriccn v celebren matrimonios t'n cl p.ris rlonde fucron asignados; convenios de
. quc lvléxico es Estado p¡rte:
,¡) t.¡ Qnrvencirtn de Viena sobre Relacj{nrcs Consulares (art. 5. fracc. r, que
ficult¡ al cónsul para actu¡r en calidad dc lirncionrrio del Rcgisr¡o Civil.
l,) L¡ (i»\'cnción sobre Contr¡tos de illatrimonio. celebrada con lrán.i¡ s5
.) La (inNcnción celebradir
c.on It:lia para Rcgulaizarla Situación desus Respcc-
tivx Nacionales que h¿yan (ielebrado o Celebren en lo Fuluro Contrato de
Nl¡trinronio Ante k» Agentes Diplomáticos o Consularcs.s6
' :.rl¡ dc lres corvenios. uno multil¡teral v dos bil.rtcrales. Bn Ios dos Írlti.nos, los
: .-.rJos .o¡tri¡tantes admiten expresanente r¡ue los cónsules de u¡o y otro paises
. .:r¡n ¡utorizar los ¡ratrimonios de sus respectivos nacion¿les. En estas condicio
,
'. .',,r.uli. p,,drJn c( lcl'rirr r,r'c, nr rr-inr,,rio. .i(.mlrc ,lu(:
\+99
Ejemplo
\>\>\+
Adenrás de quc'a Lrn nratri¡¡¡nio consul¡r se le rcconoccrán efectos taDto en el p¡ís
dcl cónsul conx) cn el ,ist¡do donde se celcb«j, existen bueDas posibilidades de qLre
t.rml'ien le r(ron^¡¡¡rr (li(ln. rn Lr) lcr((r lrr\.
'c
!>\>\>
Ejemplo
¡r ll¡ 1¡ fti8in¡ dc itrt.r nel ¡el ( i¡rñ l¿do dc I l.xko .n S¡d¡nre b,(.nlil¡rni¡, rt \.rt¡c.ch iori
sigui.n¡.: l'l (:,¡rul tu.de.clebr¡r ¡rir¡inr¡rio§ \i funhos .ontr¡) rnt¡s e nr.\i.iros.l.tl.ó¡r
soli(irud. I (-opir .e¡tifi.id¡ d. l¡s ¿.lÁ d. .¡cinr icnn) d. l,,s .d triyent.s, .r Dc.lú¡.ión de(¡
tm rcrigo\ nr¡\orc\ dc cd3d.,1. (lúrill.¿do ft¡di.o d. los .o¡r rik¡tes, s. (i¡Nlni,) quc csp.ciri-
qu( cl ripo d. rcgnncn d.l nr¡rrinonio: $.iLdirl L1n¡\rs¡l o scpm.nin dc bienc\. 6 lJrgd d.
der..hos:5.11.01) por l¡ r.rtrr.ión ñ¡l¡n¡oni.l" hrrpr¡ñ\1r.onsulm.r!.rrm.nto conrr.gi\lro-
cnil esf.h¡n, ¡ornr¡b¡c lr).2004. SL r.it.r.D t)tisi¡¡\ si,nil cs en cl (l¡nsulJdo dc l\Ióxi«) or
Puúto lli«) (htlpr/wwN sc 8oh.N/{¡ j! rhrr l/strli.i(¡lr.gir i().ht nn ) I .n .l ¡. 5¡n I )ic8o.
C¡lllbnri¡ lhtlfr/..nsrlme\sd.orl(lct \crv.¡spirxnrbre=II¡triftnrio. nr¡zo 18,l( 6)
NcuBrN^lo (6 ll5
los pafses no sólo determinan las reglas de confliclo internament€, sino que lo
pueden hacer por convención internácional.
\*9.9
En algunos palses europeos se ha recurrido al matrimonio consular para dar solu-
aión a algunos problemas. Por ejemplo, el Convenio para Facilitar la Realización de
Mátrimonios en el Extranjero, de 1964, prescribe que si en un país se impusiera
como única forña decelebración de matrimonio el de los contrayentes que no dese
an ese tipo de matrimonio religioso, podrán celebrar el consular, a condición de que
no sean de la nacionalidad del Estado que impone el matrimo¡io rcligioso.33
Con relación a la ley aplicable es necesario hacer algunas precisiones. Dijimos
que en este caso opera fa rcgla arctor regit actuñ, que obliga al cónsul a aplicar lá ley
del pais que representa (en este caso, la ley me{cána). El prime¡ problemá para un
cónsul mexicano en el e{ranjero es saber cuál ley mexicana aplicará, si la federal o la
local de alguna entidad federativa, por ejempto, la del domicilio de uno de los con-
trayentes. En este caso nos inclinamos por la aplicación de la ley Íederol, p\es se ¡ata
de jurisdicción federal y de la actuación de un funcionario federal que deberá aplicar
el c'cF¿d. También está el hecho de que no actúa dentro de alguna entidad federati-
va. El segundo problema consiste en resolver si sólo se aplica la norma sustantiva
mexicana o táñbién se incluye la de conflicto. En esta hipótesis nos inclinamos por
la aplicabilidad de todo el sistema mexicano, esto es, normas sustantivas y normas de
conflicto. No existe disposición que restrinja la aplicábilidad de las de conflicto-
Ahora bien, si el cónsul sólo puede casar a sus connacionáles que estén domici-
liados dentro de la circunscripción territorial que le corresponde, podrá razonar
como sigue: consultará Ia ley federal mexicana (que en este caso es el cc¡¿d) y como
ésta dispone que la ley aplicable a los asuntos del estado civil es la ley del domicilio,
entonces la norma de conflicto federal mexicana remitirá al cónsul a aplicar la ley del
país donde sus compatriotas están domiciliados.
Esta respuesta merece dos explicaciones. En primer término, si la ley del lugar
donde están domiciliados los que pretenden casarse tiene conexión con la naciona-
lidad, entonces se producirá un reenvío a favor de la ley mexicana, ya que se trata
de mexicanos que desean @sarse, ¡unque residan en el erlranjero. En este caso lá ley
mexicana sustantiva será la que regule los aspectos del estado civil de las personas,
i¡cluidos los supuestos para celebrar el matrimonio, así como los impedimentos. Es
importante destacar que este mecanismo conflictual toma entre otros puntos de
conexión el de la nacionalidad, que en este caso surge del hecho de que el cónsul
mexicano, como cualquier otro cónsul, protege y apoya a §us connacionales porque
es una e¡comienda que ¡e ha hecho el Estado mexicano, y en este sentido la nacio-
nalidad es el factor de releyancia.
m Aótonio Ofiz Ar.e d. la Fac¡fe, Deecho espoñol y derecha coñunitario- Sclrcc;ór de rertos dc r|úe
tho li|notiokdl hituda ¡ñtado ¡úm.214, UniE$idad (}mplutens, Madrid, 1988, p.97ó. El
cihdo Convenio no 6tá eD viso. para México.
13ó R) DERECHO INTERN^C¡ON^L PRIVAI'O, P^RTF,
'SPECI^L
(donde eclá
En segundo término, en el c¡so de que la ley del lugar del domicilio
el cónsul-y domiciliados los meticanos) no emplee la conexión nacional, sino la
domiciliar, entonces no opemrá el rcenvío de retorno a Ia §
mexicana, ya que la norma
aplicable será la misma del lugar donde el cónsul se encuentra acreditado. En esta
s;gunda hipótesis @recemos de alguna disposición interna que nos rectifique esta
lei aplicabÉ. De cualquier forma, la normatividad y la costumbre internacionales
han llevado a aplicar la Iey del país que el cónsul rePresenta.
ó En este60 sólo se concentreán esos documentos en un¿ oficina det DF., pdo 6to m sisrilio
que tdgá que volver a egisrrarse el narrimonio.
140 e) rx,Rrr)() rNr rrtN^(
Artrculo l6l. lo' mé\i.¡no. quF \e,r.en Fn e'(xlrln^.¡o. 'c pre.enlJr,n Jnre el I
Regnr-otivilpJrJrJi,r,.npcionde.u¡.rr,lemJtrimonrodcnrrod.lo'primcro'rres I
n e.e\ dc \L r¿di\.rcion en el I ,i\lriro IederJl.
I
Aunque.,nr JlSrn¡. vrri¡rionc. cl (cxlo cs.cqui.lo en l¡ m¿r,'n¿ de l¡. enrrdades I
fc,lerari'¡.. ¡'r',,'n. cr cl , red L¡ m¡yor li¡re rle c,ri.leye..uelen agreg¡rle el I
momcnlo r pJrlir dcl iLral ¡roduce efecto. el regr\rro. Como )J lo dijimo\. erc I
rcgi\tro e, inne,e.Jrio r ¡.rrcdc proroc.rr problem.r, , u.rndo Ia viudr no hizo el I
trimire previdmenre t ¡l nn .cr r.rlidu ,u nrrtrimonio cn \4cxico. rus dercchos I
\ucc5or¿lc\ pueden \er rli, r,rJn' ¡u¡nrio cl Lr,ntrgc quc conrrJjo \egundo m,rrri- I
monio f¡llccc inrc.t¿do r lo, llrnr,du, Jl rcrJmcnto,olos(rnlo5hijo,delprimer I
m¡rlrimonio. I
dcl ¡ño 2000 cl lc\r" del ¡ ¡'¡ lcniJ (,rrJ rcdJc(;on ,tu< ho! e' regurda en I
' ;:-:"..":":::" ::.,:
^nre\
"ltr.* r II
Vexiru. Ahr la, c,neri,,nc\ Jpu n tar lJnto J lJ ¡,rr ionahd,t,l,le L,s curraytn
can¿) como al lugar donde,e realbo rcn olro pJi\r el aclo. \c lrJla de un doble
'inrultanco
,, ¿. umul¡tito punto de toncxion.
I
r.'( r_BrNAro (¡l t4l
n A pesar de lo di.ho, en la prácti.! se hd enicndido que baf. que uno de los cónyuges sea mexicá
Do p.ra exigii ..gistro, pues de orra ftnu esc m¡rnnonio no ptuducc efcct.N en México. Hay
e1
incluso una resolución judici¡l en esre senrido quc prcviene de u¡ Tribunal Colegiado de Circuto
y stablece que e1 in. 16r "está áludiendo a 1a posibilidad de gre cnalqui¿rd.le los on¡ayeñt6, n
a"tbot, teaa rle n¿.ioúdlid.d rrdicdra, y no á h cn unrrncia de que nece$ri¿úenrc los contr¡
yent6 en país exlmnjero deb¡¡ ser mexicanos... puó de acept ree el üiteiiD eñ¿l¡do, r
excluüi¡n
desu lcguia.ió¡ yapli.a.ión a los nEtrimorios L?lcb¡ados en eiextr¡¡jero, po¡ un ¡acionál.o¡
un exi¡anjc¡o, er¡bleci¿ndos una cxcepción i dó¡ regl¿ t.n.ralgue eldisposirivo de mér¡r. Do
.onrcmplai Tribun¡les Colegi¿dos de Circuito, Quinto'lribunal Colegiado en Máteria Civildel
Prifrer Circui¡o, Sremdrdrid ./r diial de la Fedú¿ción y su G¿.¿,a, Novena Epoca, r. v, junio d. r 99r.
'l¡sis: r. so.C.60 C, p. 761, 2355/97 §ucesión deSantiágo Méndez Suá.cz,l5 de má_vo de t99t.
^D
Unaninid¿d dc votos. Ponente Jo{ Rojas Aja. Secrelario: Frá¡ciso Sán.hez Planells. H¡! orr¡
nsolución similar en Tribu¡ales (inegiados dc Circuito, Seguodo liibun¿l Colegiado del Dé.imo
Priñer Cü.ui¡o, §c,,ar.riD .tu.litint de ln F.dün ión / C¡..¡r, Novena Epo.a, r. L a8o(o dc
1995, Tesis: xr.2o.9 (1, p 556, ¡t)98/95. Genni.o (iaho Rod¡iguez.I de m.yo de 199i. Lna¡imidad
delotos. Ponente: Sah¿dor E¡rique C¡stillo Nld¿l.s. se.rei¡ria: keri Amezcu¡ Esrtud¿.
' Nadiá de Ar¿ujo pldrrea u¡ clso ocurrido en el dere.ho brasil.ño. §c trah del nr¡i¡imonio de ¡nos
exÍ¡¡je¡os en el úotu.nlo dd n¡atri¡nonio, pero que despuús s. .¡tur¿li/¡«)n bnsilc¡_ros. ,-cs
cabe ¡ éstos la obligación d€ .egistE¡ su nrarrimonio? Nadi¡ de A¡¡ujo, l)n ro /,,rr¡dcn»¡,
Pr;vado Renovlr, Rio de J¿neiro, 2001, p. 368.
142 §) DERECHo TNTERNAC
lcxtoesban¡Dtc conlir$, podrí¡ pcnsarscquc lap¡r..j¡ lleg¿¿ N1éx;co, visita varios lugl
rcs y sólo dcspués de uD tiempo dccidc rcsidir.D csic pdís.
Cicrt¡meDte, esta irr1cryrct¡.ntr pl¡Dtea que su significación gramaticales exccsiv¡.
Según l¡s direcciores met(xtol(rgic.s delderecho, una interpretación nreramcnte fornr¿l
y sin examen del contcx(o conduce al resultado explicado. 1¿ disposicn D dc
r¡ 1(r pld'rQñidrro\ qnc tor &trR1e.r(,nc.s hi.inxN dr 1¡ prinrcfl cdicnnr dc cst.r obr¡.
1.14 ü) DERECHo lN1[RN^c
e7 Iorye Albcrto Silva, Dr¿cho intrnocionol sobv .l ptucesa Pd¿sos .rii )r .oú¿r.ü¡, M.Gáw-Hill,
Méxi@, 1977, p. 3ll.
NCI]BI§¡]T Cá I45
lu¿ ittelesados pre:enf¿r, para acreditar ese estado civil (art- 51, .-(l)F), lo que sig-
los
¡¡li.a que podría bastar con el acta de celebración del matrimonio o la constancia
que expida la Iglesia en el extr¡njcro, si ésta es documento oficialcn ese pais, sin que
ia¡ necesario el acta de su registro.
De lo anterior se advierteque elart.39 delccD¡, arriba citado, sólo es una norma
{rstantiva interra quc se preocupa por las relaciones de tráfico juridico interno (no
mternacional) y¡ que. por otra parte, el legislador mexicano tampo.o podria exigir
q¡¡e se cu¡Iplicran determinadas reglas en elextranjero. tsselestado del registro el que
debe determinar su ft¡ncionamiento.
Con lo dicho, un matrimonio extranjero podrá probarse en México medi¡nte l.¡r
innstn cias que lo acredite,, independienteinente de quese registre o no en eleÍran-
Éro. siempre sobre la base de que este tipo de documentos deben ser debidamente
Lgalizados. Este último tema lo abordaremos más adelante.e3 Por otro lado, algunos
codiSos de procedimientos penales admiten que el matrimonio sca comprobado
mediante la prueba testimonial. De igual manera, unaley abroqada,la Ley del D¡orcio,
de Chihuahua, de 1933, t¿mbién admitia e1 testimonio para poder demostrar un
matrimonio c, incluso, algunas decisiones judiciales han admitido esta posibilidad.
.onformárdosc con una simple confesión judicial.e,
Las dificultades para probai el matrinonio extranjero se hicieron patentes a raiz
de la Segunda Guerra Nlundial, sobre todo porque en los lugares donde se habia
donstituido elmatrimo¡io se destruycron los registros e, incluso,Ias actas. Los tribu
nales de varios paises tuvieron que acceder a que el matrimonio se demostrara con
medios de prueba distintos de los tradicionales. En nuestro pais se present¿ron diversos
casos con notivo de la Revolución mexicana, pues varios archivos fueron incendia-
dos I destruidos. Algo similar ocurrió durante la conocida como Gref/a rr¡r¿ld- Lo
mismo sucede aÍln a algunos exiliados como los cubanos, para quienes es sumamen-
te difícil accedcr a los archivos de su pais.
Las capitulaciones patri oniales o régimen patrimonial del matrimonio podrán
demostrarsecon cualquier rnedioordinario de prueba. Como las capitulaciones patri-
oroniales no calificar o encuadran dentro de los actos del estado civil. sino de los
contratos (tema que examinaremos en el próximo capítulo), no les es aplicable el
.itado art. 5 1 , ri el I 6l del rr:nr sobre la p rueba de un acto del estado cilil constit ui-
do en el extranjero.
Por otro lado, las constancias extranjeras que se presenten, deberán estar legaLi-
zadas, lo que se pucde hacer mediante la Convención de la Apostilla. La legalización
tradicional, por Io común, es remitida por los códigos iocaies a Io que indique el
ilpri. debiéndosc incluir ¡qui Ia traducción, cuando tuere procedente.
Enrique Estr¡da Aceves afirnló quc Lrn matrimonio rcligioso contraido cn cl crlBnjer)
no podri¡ ser reconocido cn \lóxico. Scgiur el autor, de ¡cucrdo con l¡ Iev mexicitnx
+r Si h nonna dc conflicto .xrd¡ i.rr p,.sdib. h (lidez (ti l ¡r¡r rnno¡ b .oú
[rm. ¡ l¡ l.ydd d¡tr|
cilñ li ¡.rcnn,¡li¡¡d,¡n¡j rrti l¡squ.le den !¡lmd ¡l¡üo. El¡uero (-1,,1,.(,, (rL 1\ u.r
o la dc
tccolrrtsr¡-\'r6tnoliloserellereil¡).r¡nDo.io.o¡rr¡nlo.Delcxú¡oi.ro.rr¿,Lx[]ri,...)
guc ¡ludc 11 ,mrn,.nm ,,ar,r ior frcxi.¡lryun stru¡jcnr.quc\.ñ r.n,nr.üo s ictru.l..i,t ..
cn cl rdo s. obsc,\.no¡ l¡s nr¡u\ ) rcquisit{)s 9uc cn cl lugr. dc { .ddnr.nnr st.,Hv..,, 1.,'
lcl.\, r que kA nr.xi.¡nos no n,,tn\ i¡ic¡ni'.icrt¡\ di+n)si.nmcs vu.rr..¡§
(lnno ¿lso no\rdokr.l¡ 1§ \u.rtc.r tanrbi¡n s. rrücrc ¡1 r.únn).iDicnr{, d¡l ',,,,:ri,',.,ri,'
.,rr.r/¡",¡,oJ. qu. scr:1 r..ono.ido si s. r.rln(i «nr rrc8l{) d l.N l.\$ dtl f. . d, ,1u. .. .¿1.
bú"rlue k,¡ir.rs&]{x(nnr¡uebú¡ntel¡Ntorid.di¡di.irl!u..or.\r!!r¡., l¡ 1r..1(.,
en \i¡ delúdnli..n l olunlari¡. qu. al .rl¿l)l¡rlo ro r i¡r¿nri .st1.'rill.§ d ¡f,
^L¡¡¡- \ u..11(r.
Pn,.edl.rienro¡steqle.sunr §f..ie de ..\¿¡r,r/, 10 qu. i,lflir¡ ur¡ trrl\, &ii¡.r,rl¡lr.¡rri
.n¡iei«r¡el ¡do r¡rnno¡i¡1.
'SA.B¡)irdr\losél-!i!Siquenos.(lo,rnlJ¡y'1¡1J:rriri(r,,,,,/1,r.,¡\r,,r,\.,,f,n.fei
148 ü) DERric lr rNlrnxA(
sólo son válidos los matrimonios contnidos ante el I{egistro Civil.r06 [,s ésta una
visión internista que rilo se aplica para los matrimonios contraidos en territorio
ñexicano, donde Ia ley lo define de esta manera y donde además existe el Registro
Civil, pues el legislador mexicano no puede obligar a que er otros paises se siga su
propia regla ) menos aún quc sc constituyan registros como los que ese legislador
mexicano ha dispuesto para su propio sistema. La regla a que EstradaAcevesse refie
re es una regla sustantivi¡ interna, no una nratcrial o una conf]ictual internacional-
Efectiva ente,Ia ley sustantiva interna nrcxicana no admjte el m¡trinmnio reli
gioso, sino únicamente el que se celebra ante el encargado del Registro Civil. Pero
el problema por resolvcr sc concentra e¡ los matrimonios religiosos contraídos en el
extránjero. puede decirse que la regulación de éstos sea la misma quc la aplitable
^_o
a las relaciones de tráficojurídico interno. Ln todo caso,la respuesta debe cncontrar-
se en la regulación de las relaciones de trálico jurídico iúernacional. Si la lcy mcxi-
cana renrite a la ley del lugar de celcbración del acfo \lex loci actus),resubd entonces
que cabe reconocet un natlittofiio religioso extranjero, siempre que sea monogámico,
entre personas de sexos opuestos y válido cn el lugar dc cclcbración.
En consecuencia, los matrimonios cristianos, judíos, musulmanes o dc cualquicr
otra religión serán reconocidos .uando de acucrdo con lá ley del lugar dondc sc con-
traen (en N_icaragua, España o Isr¿el, por ejenrplo) son válidos, y no exjste razón en
\léxico para rechazarlos, a meros que vulneren el orden público.
Aunquc la lbrmalidad, el ritual yla autoridad ante la que se contrae el matrimo
nio reliSioso no son iguales a los seguidos para un natrimonio civil,los tribunales
mexicanos han llegado r reconocer ¡natrimonios católicos realizados er [spar]ar07 y
han tomado cn consideración que, scgÍrn la ley espairola, los nratrimonios confesio
náles son válidos en elEstado español. Conrc henrcs vistoen o¡ro apartado, el matri
monio religioso sólo es una tbrnr¿ dcl acrc matrinronial y como tal debe calificarse y
acogerse, esto es, sobre la basc de la l:r/orflr,r actunr.
Además,la lex lori nos l¡cilil¡ cncontrar Ia lcv aplicable y los actos crcados con-
fbrme a esa Iey constitulen d.r.LrrcJ ¡id¡J!iri¡loJ. como los ll¡ma la lev (art. 13, cc¡td),
y deberán ser reconocidos.
(Estados Unidos de América), fue abordado el tema como cuestión preyia paru
decidir acerca de una sucesión por causa de muerte en favor de las viudas, y se ter
minó por rcconocer algunos efectos de ese matrimonio.rü Un tribunal inglés
(1981) hizo lo propio como cu€stión previa con un matrimonio poiigámico, de
rD¿rnera que reconoció l¿ calidad de herede¡os de los hiios (caso Shemshadfárd yr.
§temshadfard); en otro caso (1978) también lo hizo, con el ñn de Éconocer el
&echo de las viudas a suceder (caso Sehota).lm Esto es lo que el jurista ftancés
llllet denominó efecto atenuado del orden púbJico, es decir, no se reconoce al
ütrimonio poligámico ni al poliándrico por sí mismo, sino sólo algunos de sus
4ctos.
Hasta ahora no se ha presentado ante los tribunales mexicanos un caso semejan-
t, aunque Francisco J. Zavala en elsiglo xtx mencionó cierto tipo de reconocimien
to, al que le denominó e/¿cfo r¿rriofo. Se refirió a los hijos que lograron ejercer un
&recho no obstante r¡ue el matrimonio no fue reconocido. En una situación señe-
|rnte, es posible que la autoridad mexicana resolveria en sentido similar a esta deci-
aiin. Sin embargo, como en otro capitulolo explicaremos,en elcaso delosalimentos
9¡ importancia es mayor pues se trata de un derecho humano y, por tanto, se sigue
u¡a lógicá distinta.
En cambio, conforme al método iusprivatista, el razonamiento es el siguiente: el
i¡ez constata que se trata de un matrimonio (poligámico o poliándrico) contrario a
b institución del matrimonio monogámico que tiene establecido por su derecho y,
lDr ende, no admite su reconocimiento. Éste sefa un proceder incompleto aunque
cumple un finr evitar que una institución jurídica contraria a nuestros principios se
i¡corpore al sistema juídico mexicano. Sin embargo, el juez debe consultar su regla
de conflicto para indagar de que naturaleza es Ia in\rirucion que se le presenLa y debe
.oncluir que en el fondo es una unión de dos personas y que de esa unión surgieron
hiios. El orden público mexicano no sólo admite el concubinato, sino que lo regula
yle otorga derechos, asi que ese hecho de la unión de dos personas puede ser admi-
tido, pero en todo caso se trat¿rá de un hecho juridico del cual se derivan consecuen-
cias, como sería el caso de los álimentos,
Cabe agregar que no será reconocido el de¡echo de una persona a continuar con
d estatuc de pohg¿mo que adquirid en el ex¡r¿niero. y. si ácaso qurere constiturr un
matrimonio de ese tipo eñ Méxlco, no se le autoizard. La razón es clara: sólo el pri-
mer matrimonio del polígamo será reconocido por el ordenamiento mexicano. Sin
ambargo, podrán reconocerse los derechos adquiridos generados por matrimonios
poligamos contraídos en el extranjero (¿rt. 13, fracc. r, ccD¡), como en el caso de ali-
ñentos o la sucesión morr,i rd¡.¡s¡¡ de los hijos de los bigamos.
rr0 No e¡ ¡odas p¿rtés se stima que se stá frente a un ft'¿udé a lá leyi por rjemplo, en la ¿¿l d¿
Mdttinoñió Ctuil chi],r d. 20M (arts. 82 en relación con el 7) k ha estiñado que podrá dedá-
r.ñ nulo el marimonio ontbido en el exlBnjerc e¡ el c¿so de que sobÉ un cónFge $brevi-
viente ..'hübiere form¿lizado irvefigación por el hoDicidio de su marido o mujer, o con quien
hubiere sido ondenado como autor, cómplice o encubridor de es delito'l La qplicación es qu.
c¡ este ca$ la ley ch¡lená má¡tiene un¿ 6psie de norma de extensión que le permite.ontrcld
haciá su interior la leBálid¿d del acto qtranjerc conforme a lá prcpia ley chilena.
I I
' fosé Lúis Siqueiros, "Síntesis de Dere.ho InternacioMl Pti\ado'- Panotuña ¿el Derccho M*ican,
!N[M, México, 1965, p. 64.
ii\r]\\ l l\,.r\\lj «' li]
\hora vamos a prccis¡r el el¡cto qLrc producc su registro v r.conori¡Di.nt{). |()r l()
fronto. cabe dejar sentado que cl rcgistro en si del matrinn)nio.\1r.rni.r() n\i .s un
rcto coostitutivo d€l efado civil, de ¡hi que sea neces¡rio nrcncionrr dos.Lr.\tx)n..:
el momento a partir dcl cu¿l se inicia el reconocinricnto dc los cf¡ctos (l.l nr.rrnrrr(i-
nio exlra¡jero y el tipo dc efectos que producc cn Iúóxico.
[1 ¡rt. 161 del (rr)r (¡nlerior a la rcfornra dc 2000, pero segui&r etl Iar.ias cntid,r
rles fecleratir,as). ir r}rc vt nos herlos rcfcrido, prescribía el nomento a p.trtir d.l
.ual se inici¡ cl reconocimiento dc los efectos de un Inatrimonio conrraido cn .l
.xtr!njcro. r\q!í hLlv que difcrcnci¡r dos situaciones: dJ quc cl m¿trimonio se rc{is
trc cn \'lóxico dentro dcl plazo de tres nreses, y l,) qnc no sc rcgislrc o se registr.
tuerr de ese plLrzo.
Si cl n.rtrimonio sc rcgistr.r dentro dc un plazo de trcs neses (conti(b a partir
Jel ./i¿5 r¡ 4uo), sc rcconocerán tod(x los cl¡ctos del nratrimonio a partir dc la fcchir
en que se celcbró;si rro se hace dcntro dc csc pla¿o, ttu se rccatnccrá sus 1:oitsccuctt
.rrs l.Sdl.s. bier, si sc hlcc cl registro después clel ¡rlazo filrdo,los clcctos clel
^hora
¡ratrinronio sólo serán reconocidos ¡ p¡rtir de l¡ l¡.ha del rcgistro cn ,\lóxico, pero
.onro cn cu¡lquier registro, sc presupone que slr el¡cto cs rctroactivo cn l¡ medida
.n qlr('con él se v.rlida cl acto celebrado en el cxtr¡njero. tll regislro en si misnr{) es
otro de los efectos qlrc puede producir cl ¡cto cclcbrirdo fuera. Sin él no habria rcgis
tro. Iil registro confirma que el nratrirlonio prcxluzcr efectos ¡rlenos en Nlixico. Sc
tratr er este caso dc un ac«) celebr¡do !ntcs dc l¡ fecha del registro en el pirís. La ley
es rígi,:la porquc fLre expedida p¡ra rcgul¿r siluxciones cn cl iimbiio n¡cionali sin
enrbargo, el rcgístro actúa conro rcgla de reconocirriento,v amplía 1¡ rcfcrencir del
\isicnr¡ jurídico nexicano ¡ travós dc u¡¡ norma disti¡rt¿ (l¡ dcl rcgislro). Ust¡n1os
.n prcsenci¡ de un dircccioD¡mieüto irdirec«) dc l¡ nonlla haci¡ cl ánbito intern¡,
.ion¡1. Son c¡sos erccp.ionirles, pero no por ello dcjrn dc scr fuente drl l)rpr.
Los códigos dc Coahuil.r (art.26r,, rrr) c Hidalgo (art. 163, (r) no est¡blc.cn un
phzo; les basta quc cl nrillrimonio se rL'gistrc, cn cuvo c¡so Ios et¡.tos se rctrotr¡crl
¡l nronrcntr¡ dc l¡ celebracirin, aunquc cl cle Hirlirlgo t¡clrlta prrr mulr¡r ir q¡rii'ü ro
h¡q.r cl rcqistro dentro (iel pl¡7o dc trcs nleses.
,\lglrln)s códigos me\i.anos cxigerl el registrc Llcl nratrimo¡io cclcbrado en el cr
tr¡¡riero (r1l )r. y otros)isin cnrbirrgo, ese registro no sc cxigc cn lrs leves de aleunrs cnti
drdes f¡der¡li\'¡s nexi.¿nus, como es el c:so dc Tl¡xc¡l¡ ) l¡b¡sco. Por orro l¡do. l¡
nr.t!oí¡ dc códigos disponerl que el regisiro sc rc¡licc en su est.rLlo o entid¡d f.drr.r
tr\¡, 0unque otros sc corrfonnan con qUc sc rcgistre cn cu¡lquier otm cntid¡d i.rl.
¡rtir':¡ Dr.xicaDit dondc por firrsirln prinrcru lo.s cri]ivuges cst¡bl.z.;rn su do¡ni.ilr,,.:l
\lirrico.
EI (in11go quc ioclic.r respccto ¡ li!.or de quién producc et¡ctos el re{inr,)...
qu.rctrno, quc est¡blece quc cs ¡ l¡\or dc terccros (art. l5-1, ( ( ), .ir.LIr.i.rn.:.r .
-tril.L, 1.. J.' rrrl':r,'r,r h¡l'r.,n.rrr¡..r.i,,.
152 B) DF.REcrro rNr|RNA(
La mayoría de los problemas que produce la obligación de registrar los act(x o cons
tancias acreditativas de un matrimonio extraúero no han sido aborclados por el
derecho legislado, sino por los tribunales judiciales. Como en otro apartado diiimos,
las respuestas ro han salido de la teoria ni de la lcy, sino de l¡ dogmática judicial, lo
que es importante defacar, ya que en este caso la construcción de la norma ha sido
producto de los juzgadores.
El registro (de un matrimonio contraido cn el extranjero, donde va fuc registra
do) por si mismo carece de razón de ser Sólo puede entenderse cuando se toma en
cuenta que mediante ól se procura un efecto publicitario (efecto reg;str.¡l). En estc
caso, al ser un acto publicitario no es precisamente cl probatffio (cuando menos el
único o principal medio probatorio). sino el que publicita un cstado civil adquirido
fuera de México.
En efecto registralha sido abordado por los tribunales iudiciales de amparo, que
diferencian los efectos ri(.Iusi1'afie te matrimo ialds o p¿lso,7des del matrimonio de
los efectos patrimoniales, clasificación que no sc encuentra cn el art. 16l del .c¡)r,.
Elprimertipode efectos comprende los derechos y obligaciones personales entre
los cónyuges- En este caso los tribunales ¿d, r¿5¡./ elto que es in ecesatio que se regisne
el natrimofiio contruírlo efi el extranjero (ñás adelante haremos referencia a algunas
rcsoluciones judiciales). Es decir, aunquc se hubiera celcbrado en el extr¡njero v no
,rr ¡,ge Alberlo Silvá, E1r€gist.o de los lctos a.rednarivos det esrado civitadqunido dr ctcxlunje
tu: algunas Dotas de la resula.ió¡ nrexicáDá:en ¡lo¿¿¡oj, ¡)úú. s5.2001. Unive¡sidad Autónoml
Meiropolitan¡, Nléxico.
N(.Lr¡lNÁr1) (' 153
r! letuñatu ldicial de k l:ú1¿ú¡ó,, Primcrr Quioü Épd-. r. x\yr. p. 2288i ,.sris R. PLsqú.ir¡.
Sála,
2l de agosto de 1929- vár¡6 ,slúcion.s *gúido era id€. L'na r$lu.ión d. la vrr.' ha irdi
han
cido que"elacla del6ládo civil e¡hibid¡ en un iúicio en opia.enifiüda, El ila ¡lñarrituonio
d€ los con leD d icn tes celebrado eñ e¡ cxlr¿njerc. demue«ra ese vincúlo cilil, porqu. tdldo.úñ)cn
ro d€ne la cficacia pleD! que le ¡signan los ¡nrculos 327. frrcción r\', y 4ll del Código de
Prúedimicnlos Civiles de¡ htado de Blj¿ C¿lifornj¡, siendo ldemás el indicado pár¡ a.Édihr e*
§ta¿o .iril, por kr cl esp.ciñ@mente rñ¡lado por cl ¡ iculo 19 dcl Código Civil, aun cúrdo no
aFrez.a insüiroen l¡ oficina coú6pondienre del lte8istrc Civil del lugar de su rcsidencia,(omo
lo exigen l$ ¡ní.ulos 5l y 16 r del Código Civil, ¡!.r la ortisión de tol @ttdicióf, sokoteflt .Dúd
ef el 6p..to patnñoiial dz L».orro¡t en beneficio de tercercs .v ¡o en los n¡atrimo¡ial§:
Señañrio lúltiald¿ la fedúaola, I¡rcera sala, Séprim. EpG!. r. xrDi Cuaro P¡rte, p 45, a¡)
ll92l71. losé Gonzns (L¡deDas. 26 d. cnerc de 1971. UnaniDidad dc 4 rct6. Ponentq Rafacl
En otrd r6olu.ión h v)ñ prcs.¡ibió qu. "dcb. terer* cn cuenta qu¿ clmrtdmonio pr¡lu'
ce diveMs efetos; unos, pureñénte ¡añiliaÉ o nóñbt f ottot de o¡á.te, patriñonial Anó¡r
bicn, si I. ley en8e pa.á qu€ produz.a ef€.tor e1 maúi¡nonio la mns.ripció¡ er nu6rD reSitr«)
del ada mairimoniá r.lativa, es widcnte que los efedos a que alude en qclus¡vamenre los dc
indolc palri¡nonial en b.ftlicio prin(ipalmente de tcr.eios quc cstablezcaD r.lá.ion.s juridic¡'
con los cónyutcs. Esio es obvio. dado qu. l¡ tranÚip.ión 6 .¡ n..db d. darl. fuhli.idad ¡l r.r().
paÉ que lodo mundo prdl¡.one.rlo r eritar l¡x Brruiciosgu. J rqu¿llo! putli.un r€suhúls
po.la iSnoruncia deler.do civilde ¡ros, siy r()l.r.r¡ qN lo mrnruri.ran o.uhoi)'con privú il
m¡trimonio de sus efeclos patrimoni¿les no resullr rfc.t¡do ó Lscn.i¡: en .aúbn), priv¡rlo d.los
ef.ctos ñor¡les ó taniliarcs, si lo áf6ri, porque y ¡le8¿ ¡ lás con*cuen.iñ ¿bsuRl¡s que )¿ h¡n *
.oGid€ndo ant6i lueSo entonces tun h& en lo drerior, debe Bt¡bleeñ que l¿ cxpBión efe(os
.ivil6l quc rl¡ple elprcceptoen cuesrión, alude exclus¡lt¡ente. los efe.tos que $n @nsu.n-
ci¡ de lá plblitidad ) aellos dcbe limitars. elalc¡nce dc l¡ sncnitr i,¡puesta po¡.s¡ ley, y exdlir
de ella ¡ hdos ¡que¡k,s ef.ctos que se producen i¡depcndie¡tcm.nte de qu. h.ya o no tul
publicidad, porque so" produc¡o de ld naruralez¡ n¡isma del conrr¡to." Ter.er. Sala, ¡¡¿rli..
¿¿ ¡995, S.irimá EFÉ, r. Pafe r r:\, T6¡s. 281, p. ¡90, lD 92E8/67. Er!¡gclin¡ (¡¡tE¡rs d.
(lenizo. I -t de
^,
septiembrc de 1968. CiDco votos.
I54 T' DTRTCHO INTIiRN^C
I r{ lás tesk, reelüc¡or6 y @menrários a éstar puede¡ Ers en lorge Nbe.to Silv. Dúecho interna-
cional p¡iwdo- Su eefbñ tudi.ial d M¿!i@, o? dt-
¡¡5 En ura @lución de l¡ icN s enfat¡a 6ta postuB: Ser¿m¡io fudiáal de la Fedwiót,sépti,ña
Époo, Td.eE S.,a,l- xIIx Cuarla P¿rte, p. 45, ll92l71. losé Gonzá]d (árdenas. 26 d. enerc
de 1973- Unoimidad ^D
de 4 rcros. PoneDts R¡fael Rojiná V¡Ieg¡§. l^ l$lucions de nud¡n SupEma
C¡.ie distan mu.ho llsoMemn los lr¡bunal€s .ub6nos, pu6 a de.ir d€ Antonio Sán€hez de
de lo que
Bustamde, üi sl * qjEió.1 r.d¡tm trÉtrimo¡¡.|. Antorio S{nchq de Bus¡,naÍte y §inrn, D.rE io
l¡te¡Miotul t'¡i\ú.1o.L\,C\hu¡nl, tá H.b¿ra, 1913, p.37.
N(.UBIMT(I (ll I55
sino descontextualizaü de la realidad. De ahi que el art. 16l del criD¡ representa una
t¡ninisce cia del territoríarisfi o mexicano, ya que se trata de una reglá que estable-
ceun mecanismo burocrático para reconocer los efectos de un matrimonio extran -
icro. En nuestra opinión, estamos frente a una disposición obsoleta. t¡
más
razonable seria que, salvo contrariedad con el orden público, todos los actos del
estado civil celebrados en el extraniero deberian producir efectos en México, sin
oecesidad de tener que revalidarlos. De ahi que consideramos que la ley interna
debe ser áclarada.
Lá persistencia en exigir la reválidación y el registm de los actos del estado civil
¡€sultaría (por analogía) en que la no inscripción en México del nacimiento ocurri-
do en el €xtraniero convertiria a la persona no r€gistrada en un fantasma, lo que es
contrario a los derechos humanos, entr€ los que se encuentra reconocer la Persona-
Iidad del individuo. Una interpretación rigorista del art- 16l del ¿'¿D¡ podría dar
como consecuencia que el casado, al no revalidar su matrimonio extraniero en el
DF., se convirtiera en soltero,lo que también es ilógico.
Además del matrimonio contrafdo aíte una autoridad estatal, existen otras fi8uras
scmeja¡tes en m¿yor o mer¡or gaado Algunas, incluso, son equiparadas al propio
Datrimonio, como el matrimonio por comportonierlto o el cofimon law fiarriage,
as decir, matrimonios solo consensu. utra figvra, más alejada del rnatrimonio, es el
concubinato, y una todavia más, el aduberio.la diferencia entre uoas y otras radi-
ca en la mayor o menor permanencia de la vida en pareja y en los efectos legales
que producen.
En ocasiones dichos efectos pueden ser semejantes o iguales a los que produce
un ñatriñonio contraído ante una autoridad; en otras es menor el número de efec-
to6 (como en el caso del concubináto mexicano), y en otras prácticamente no se
¡Econoce nada (por ejemplo, en el caso de los adulterios).
Concubinato
,,6 lañes A. Brúda8e,L l¿, el tu y la eci¿da¿ nktiana en h Eo@ ñdiewl, op. cit.,p.54.
r, bonel P€renieto C6lro, "Algunos dpetos del der.cho f¡oiliar en Méico y otros paies d.
I¡rinoaméric¡'l en AlfoM Luis Calvo CaÉvaca (omp.), Et dúccho de lanilk aote el sislo xxr
üpectos inteñacioña|*, op- cit-, p. 20-
Nr r |r\¡m <r, 157
dado por hecho que el roficübinato es una institución propia del esta¿o civíl.tt{ Esa
ú¿nera de ser, conviviry relacionarse conform¡ elestatuto concubinrrio. Esta califi-
craión nos lleva a afirm¡r que las relaciones entre los concubinos dehen ser regula-
drs por la ley que regula el estado civil de las personas, incluida su disolución.
l)ebido a la naturalez, fáctica dcl concubinalo no es posible advcrtir lalornra dc
@nstitución,rle pero es factible percibirel corsertimi¿nto para constitlrirlo, que es el
&la let foti (en el D.F.) o el del domicilio de cada concubino cn el momcnto dc l¡
@rs¡itución (en algunas entidades federativas).
'¡¡ AIi 950/el, ¡lcr¡.rd! Mundo Prio.ip.l, l0 ¡e ¡ún, dc 192. Arimismo, AR 528/el, su \i{h d.
J,tr8. tinz Il(tr.s,28 de oüubrede l99l. Un¡ ptup!.r! p.ra meidrr l¿ ¡e8úhú)¡ stabr dr(
.l,ll)rNpcclo alconcubirto puerl. ltrÉ en Ferr.ndo BarÉñ Z¡nrootegúi. tt¡ciá ur.r nr.i
¡ormatir¡did iundica ilcl «Dcubinaro .n elCódigo (livildel Distrno FedenllLn A,¡¡..liori¡,
cos rlut út ho dtdk d Anhr¡¡o lbnrtuh Aznrt trcs.ñti tl Col¿gio tu PtuÍ¿snt.s ¿. l)úttho (:n , tu
/¿ !N)r¡, ur¡sr'Rlrnia, M¿xico, I996.
,¡. (:iertaparr.de lidNtrin! alud. a laexi{cncia dea.tdsin form¡.
i! P¡r. un crutli(¡ de la l.) dcl.stado dc Ilid.lgo ((irrigo Fdu¡fur) v¿¿* rbnucl l{osles sil\¡ t
I.¡ncisco l$n¡.i(, Nav¿ro, llxibles cotrtlictos de lcy.s derivádos d.l m¡rrimo¡n) y co¡(bnük)
.r elCódi8o f¡mili¿r pah el!¡t¡dode tlid¡lgode 8 dc Noviembr. d. le8l: e¡ (¡1d@ s.r¡iütrio
\úiof,ol7! l\r..ho t¡núturid,al P¡irü,r. Iléxico. ¡ell.l. Un ebnr.¡ $bEellcn¡¡ delmltrinu
nio por «,ñBrrañienro. d.rnldo de un c¡s pre*¡udo en el cdrdo de T¡mdul¡pas puede !crn'
.n ltáúl Oni2 Urquidi, M¿rrn onio ?ot nri,?ortdt'ti,t¡o, srylo, Móxir¡, 1955; del mismo no¡'
"M¡rrioonio por onp{fl.ñi€nktl cn ri,r",1¿ ,lla,¡,. núm.10, {pticmbre de 195s.
158 e) DfRtcHo rN'rERN^c
registradas ni que s€ l€s reconozcan efectos similares a los del matrimonio. C,on esto
se acepta la realidad existente. El punto clave en torno al cual se centü el matrimo-
nio es el consentimiento recíproco manifestado de diversas máneras.
A principios de la década de 1990 se presentó un caso cuyo demandado fue el
cómico mexicano Mario Moreno (Cañtirr/rr¡s), a quien las autoridades estadouni-
denses lo considera¡on casado con una ciudadana de ese país, Joyce lett, por el sim-
ple hecho de que se prcsentaba con ella en diversos lugares y la trataba como su
cónluge. En el asunto seguido en Estados Unidos de América se c¿lificó tal unión
como mat¡imonio al amparo del common law morriaga trt Derivado de esta califica-
ción hubo un acuerdo privado entre las partes involucradas en el asunto.l22
Hubiera sido interesante ver cómo habrían actuado los tribunales mexicanos si
se hubierá pretendido que la sentenciá estadounidense fuera reconocida, lo que, a su
vez, implicába el reconocimie¡to del estado civil de casado- Si los tribúnales estadou-
nidenses ya habian reconocido un matrimonio de ese tipo, coincidimos con el pro-
fesor Julio Gonález Campos, e incluso con la jurisprudencia española,l2r en que en
México se podría h¡ber reconocido la forftál2{ Jolo cor¡i¿r¡s¡¡ del matrimonio extran-
jero, porque la ley aplicable en Estados Unidos de América asi lo dispone, además de
que hubo un ¡econocimiento judicialde dicho matrimonioy éste hubiera sido equi-
parable al matrimonio por comportamiento, que sí reconoce la ley mexicana y, por-
que además, no habrfa contrariedad oon elorden público mexicano.¡2t
Además de lacalificación que hemos planteado, cabe referirnos en este apartado
a dos aspectos. Por un lado, a la aoistitución del marirror¡io por aomportamiento y
el common law marriage y, por otro, a las r¿l¿aiorres entrc los cotlcubihos o personas
unidas conforme al common lav/ rkar¡iage,
E¡ qanto a la con¡iruciór,, tanto el concubinato como el common lev/ marriage
(que son formas de constitución del estado civil) se rigen por la ley que rige al estado
civilde las personas, que en Móxico se vincula con la ley domiciliar o la l¿tfori. Lo
mismo ocurre en lo que hace a l¿s relaciones entre los concubinos o los unidos con-
fotme al common law mdrri¡¡gc, que se rigen con forfie ala ley que rige al esaAo civil
de las personas. De esta manera, en México pueden seguir la conexión domiciliar o
la l¿rlorr, dependierdo de la entidad federativa cuyo Código o ley resulte aplicable.
Cuando el orden juridico de una entidad federativa remita a la ley domicilia¡ la
calificación podrá hacerse conforme a una calificación ler. cdrsdei es decir de acuer
do con lo que dispone la ley aplicable, incluidas todas sus categorias.
Indud¿ble ente, se trata de relaciones de estado civjl, y con esta idea hay que
tener presente que existen instituciones relativamente diferentes del ñatrimonio,
como el concubinato, que puede considerarse parte del estado civil,lo mismo que el
matrimonio por comportamiento,