Pereznieto U3a2 100-159

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LICENCIATURA EN DERECHO

Derecho
Internacional
Privado II

Licenciatura en Derecho
lu

Leonel Pereznieto Castro


UI\'ñTRSIDAD NASoNAL Ar[óNoMA DE Mf)oco

Jorge Alberto Silva Silva


UI,[yER5rDAD Ar[óNoMA DE CIT,DAD JuÁxEz

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dePrrú.Dro d. ¡. U¡ireridJ d¿ oxlord,
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el cu, pmn u.ye en 12 i nvdtisrión. cl +re.diz2j. y l¡ .due. ión
¡os obi. rivos d. .xcdcncil
d. l¡ Un,v¿6id¡¿ n.dhnt publidion.s cñ rodo .l ñundo. Oxfo¡d c( "óa nro qismd¡ dc
Orfúrd Univ.ñiry Pt$ .. .l R.üo Unido y.n ,lglDos oiros Pliscs.
Publi.¡¿o .. M¿xjco Por
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A.ionio Ce I42, Col. S¡n Raftl, D.Lg¡ción Cú.otu¿ñ«, C P. 06170, Mérico, D.F.

D.R. €) Otford U.iv.ciry Prc§ M¿ljco, SA. d. C V- 2007


Sehf n.chovrl(lo§d¿rt.hosmor¡16dd ror

DERECHO INTERNACIONAL Pfu VADO


P¡eÉPa¡¡l
S.gnndr cdnión Ptrblic ¡ cn 2007

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,l¿ 1r pisins llcb enlu d:s o r.Lr.nci¡ds rn .§: Publi.rión.
5 Esponsales, matrimonio
y concubinato

5.r . lntroducción

En las rclaciones de familia la más importante es la matrimonial, sin olvidar institu-


ciones semejantes como el concubinato. Abordaremos estas instituciones, no sin
antes mencionar que se trata de supuestos fáctico normativos que oftecen proble-
mas al operador juridico mexicano debido a la carencia de normas uniformes y de
derecho convencional internacion¿I. Además,la falta de este tipo de normas da lugar
a que dichas instituciones se regulen en Méxi.o priDcipalmente pouormdi d¿ .oí
/irrto. seguidas de algunas mdrer idlcs y utras rmper¿liv¿,.

5.2. Esponsales
El compromiso matrimonial en su modalidad de esponsales se definc en varias leyes
nexicanas como la promesa de matrimonio que se hate por escrito v c's aceptada. Esta
promesa fue acogida desde el derecho canónico, conlorme al cual los futuros córyuges
se comprometian a celebrar las nupcias. A partir del coñ€nio sc convertiar er esposos,
aunque no en cónluges- Hoy en día es una institución prácticamente en desuso. En el
derecho mexicano el incumplimiento puede reclamarseen pago por los daños sufridos.
En algunas socicdades primitivas todavia existen padres que alientan el com-
pronriso matrimonialde sus hijos, a tal grado que desde niños se vcn comprome-
tidos a contraer matrimonio al llegar a cierta edad. Sin embargo, Ia Convención de
la o¡_L de 1962, sobre el Consentimicnto para el l\'latrimonio,l reprueba tales prác
ticas y recomienda que cada pais signatario cstlblezca en sus leves internas las
penas que sean necesarias para evitarlas. El an. lo. de la citada convención sólo reco-
noce el matrimonioen elque concurra primariamente el consentimiento de cada con-
trayente (no elde sus padres).

L l)odel2s deo.t¡bre de 1979.


\(rI\ \r1) g ]01

Ila,v dificLrltades cn la calificación de los espons¿les. ll problenla consist. cn


r.'soher si es una institución que encuadra en el estado rilii de las person.rs. cn un
;.núrito o t:o venio o cn ¡lgirn otro supuesto normativo. Lsto es, ¿a los cspons.rl.s sc
L! califica como parte del dertcho de t'nttilia lnatrinronio) o como prrte del r?crL,rlrrr
J. Lrs ol,l,s¡r.¡l»7r:s (convenio)? O ¿hry algÍrn otft) supnesto en el que caliliqucn?
I-os csponsales, o d.'ip¿,io¡ios co¡ro les llanra la lcv colombi¿na,: son un acucrdo
prerio ¡l or¡trimonio, cuando ¿ún no sc for¡ra la lanrilia y ni siquicra dao la ccrtczir
Jc quc cl ¡r¡trimonio se realicc. De ¿hí que cn NIóxico no pucda considcrársclcs
ú,mo Lrr ..lu prupru Jil dr rccl,o dc l¡ i¡rnili¡.
Sc irat¿ dc un p¡cto o con\¡c¡rio, no un acto del est¿do civil. con ese
p¿.b,1()s compro¡ritentcs tijon una fccha para la celebraci(» dcl acto ^cordc
m¡trimonial
¡uando mcnos la fecha es cierta)t a l¡ vez, estahle.cn un¿ cláusula penal par¡ el caso
Je incumplimiento (aurquc no es necesaria).
En otros lugarcs se rcchaza la caliticrción coDrr¡ctual, conn) cxiste en Nféxico.
f¡ra sostener que se trata rle Llna rcspolsabilidad no conrractlral (¿si ocurrc cn
i:ranci¡ y Espail¡).
En las rclacidles de tnifico jurídico irtcrnacional krs csponsales puedcn d.rr
lugar a problenas quc es neccsario resoher. Por cjcmplo, dcsdc cl extraniero cl novio
l<p¡orrcr, ¡rur¡rr¡ r¡utrr.rdrrn\leri,,,.ir\Jr,(.\r h pront(.\r (\.r((ptrdJ.¿cu.,l
es el orrtcn juridico quc los rigc?, ¿si el compromiso se celcbr¡ en el extraojcro por
¡nrbas partes, podrá reconocerse eD Nfé\ico?,:qu¿ hacer cuando en el straniero
.luicr(' f,.,(lJn (l ..,rvrri,,.on ¡,,. r,¡,.,,
ni ¿lo.L.nr,^ r(c,,r,\ cr c,r(
',,,,". ^., ^,.
Iln .¡kr¡o ¡] loJ srjc¡os, puedc d¿rse el.aso (remoto, por cierto, pero quc sirve de
ejemplo) de una pareja que pacta los esponsales er Lrn pais extranjero y clesca que sc
les reconozc¡ en ñléxico. No habria problcrna en aceptarlos, pucs las leyes de v.rrias
entidades feder¡tivas mcxicanas (¡ntemplan esa institución. Sin cmbargo, si el régi-
nrcn de esponsirles que se celcbró luera dclpais y cl derecho cxtranjeri prescrib-cn
quc sean los padres ) no los contralentcs quienes Írnicamentc autoricen ia celebra-
ción, esto no serii accptado en i\,léxico por ir er .ontra del ordcn público interl1acio-
¡r¡l mexi€¿no, que prescribc que ese compn»liso sólo puedc se; convcnido por los
futuros conlr¿yentcs.
lxplicaremos ahora la ley ¡plic¡blc a otros sufuesk)s t¡cti«)s rornrati!,os, conlo
Lr fornr.r, cl rumplirriento de Ia pron$a y el pago r/e /os /rrlos debido ¡l incunpli
miento dc la nrisnr¡.
I-a/irlr¡.r en que se pactan los esponsalcs se regula cn l¡ lcy del lugar donde fuc
celcbrado el co¡1prcniso. Las diversas form¡s {lue pueden asumir ¿s csponsrlc!
,rcrbal. escritnra pública, et€.) se acogen conform
e ah lexforno,fi dt:t t.
Volviendo a la ley del D.F y Ia de algun¡s entidades i¡dcrarivas que no r.,cuir::
.I,)s esponsales, cabe indicar quc
ir pesar dc la .rbstcnción a regularlos. no,.lef,., ¡:_:

: lrti.ulo ll0 dd r-irlrr¡, al¡,¡lde (inonrbi¡.


102 § r)tsRts( Ho txrrR¡'.^(

inadvcrtido que en otros hgarcs o eslados si se les regula, lo que podria plantear un
problema .onflictual entre el orden juridico quc los ¡coge y la ley del D.F., que pare
ce ignorarlos. Cerrar los oiff a un¡ institurión no debe significar que los problemas
que pueda lienerar no se pres.nrrrjn ! que no tenlian quc resolverse.
Respecto al .¡r pli,r,¿,¡n. ,l.l .nn.P.o»iito n ttrüt o,¡iril pactado, conviene bmar
cn cuenta Ia posibilidad dt' quc lo' rs¡'onsalcs cxtr.¿úeros ol)ligua a cofitrr¡er fiani-
tror?,o, esPecialnrente trr Io\ L:]a¡J en qul. l¡ no\i¿ !a se encuentra embarazada, asi
como Ia posibilidad de prqrr hi drñoi c¿ui¡dos.
Ln cu.rnto r l; t:\vtt cr n
,rl'1r3,rir,,ü ¿¿ ¡triu
io. si la lev sustantiva que rige a
r.reL,,,hlie¡".¡rrx Jche hrrerlo \i no lo úbh8¡. com,, rrr cl c¡so rle la ley mcri
canir, no..rtj ohli{¡do ¡ (ias¡rse- En este caso, el operador iuridico mexicano se
encuenrrr rn(' l¡ d;J\rn t;\'¿ de rcconoerle efeúos d/ ror¡r,e,rio pactado en el cxtranje
ro o de rr'ir¡¡:¡rri¡/ r.rt,nr).inicrto a¡a paro de la leysustantiva mexican¡,que inter
Drnlente no oblis¡il losconsortes a contraer nupcias. Laautoridad mexicana resolverá
el .¿so $bre la base de la lenfoli, por lo quc no cabe obligar a nadie a contraer nup-
ci.rs dehido a que se vulnera¡ía el orden público, ya quc cn el momento del acto fal-
taria la voluntad del que se resiste.
Con relación a la obligación de pagar dcños por incumplimicnto, encontramos
otro problema. Supongamos que en Nic¡ragua, Honduras, Colombia o Urugua,v
una pareia pacta los esponsales v fira como saDción penal, a título de daños, una
cantidad especifica. L¿ ley de Nicaragua prescribe que"bs csponsales no producer
obligación alguna ante la ley civil" (art. 92, rrr)ir no obstante, uno de los contra-
ye¡tes demanda en ñléxico el pago de daños (si h¡bía pactado quc cn México se
celebraría el mctrinonio). En este caso el ilrez deberá aplicar el art. I3. fracc. v, del
(r())¡ (o la de lis entidadcs fcderativas que lo siguen), quc determina la ley dpli€a-
ble, quc cs la /e¡ del /agar do rie cl rontrato hn de ¡/od¡r.ir e,/¡.tos. Si por disposición
de Ia norma de conflicto mexicana resulta aplicable la lcv sust¡ntiva nicaragüense
o Ia hondure¡a, el¡rez mexicaro se vcrá ante la imposibjlidad dc pronunciar una
condena Por daños.

5.3. Matrimonio

Hifóricamente el lnatrimonio ha sido el núclco central del derccho de familia v.


en buena medida, éstc se ha construido alrededor dr ac}ré1, primcro el matrimonil
del derecho rom:rno,v m¿is tarde cl ma(rimonio.anónico cristi¡no. La Iglcsia tuvo
a lo largo de la histori¡ uD papel preponderante I fue la quc fijó las reglas de esta
institución.

' tl lc.v dc Ilondums prsoib.ltrt e., del i, : l¡ lc\ no B.ono.c .$o¡s¡les dc t¡nuro. NinEún
lribu¡rl¡dnrfir¡ dü!.rndn r)h.1. fNt.ri¡ nil.orú .¡Irnr.nnr de |er¡¡icñsque elk\ hubic.
NCUBIN^TO (TI IO3

Luis XVI introduio en I 787 el matrimonio civil en Francia, pero este tipo de con-
t'¿to solo se limitó a los protestantes. Unos años después, con motivo de la Re\olución
fr¿ncesá se estructuró como un contrato civi\ el cual se podí¡ conoluir dando por
alsuelto el vínculo matri onial. De ahi en adelante, tras diversos vaive¡es legislativos
b secularización del matrimonio s€ suprimía o se hacia resurgir,4 generaliándose
el sigloL\ en la mayoría de los páíses, y sólo en algunos Estados se mantuvo el
imiento del matrimonio religioso. Sin embargo. m estos últimos casos se debió
esos Estados celebraron un Concordato con el Vaticano pará conserEr dentro de
kgislación al matrimonio religioso como juridicamente !álido y al lado de est. ins-
ión han conservado el matrimonio civil, como es el caso, entre otros, de España y
bia.
En el mundo islámico existe mayor predominio del ñatrimonio religioso y son
los paises que tienen paralelamente la i¡stitución del matrimonio civil como
Occide¡te.
E¡r México, durante la Colonia el único tipo de matrimonio existente y recono-
fue el sancionado por la Iglesia cátólica. No había duda de que se trataba de un
fo: s el Estado no intervenía en la celebración del acto y la Iglesia llevaba los
correspondientes. La Guerra de Independencia, a principios de¡ siglo xtx,
c¿mbió el estado de cosas. l'ás Lq,es de Refoftna a mediados del siglo xtx secula-
el matrirnonio y se introduio el Registro Civil.6 El Estado le quitó a la
ia estas facultades y desconoció no sólo los actos que realizaba, sino también
h lSlesia mi<ma.?
A panir de entonces se introdujo el matrimonio civil, controlado y sancionado
el Estado en forma exclusiva. El Estado mexicano no prohlbe que en su territo-
5e celebren matrimonios religiosos, pero a éstos se les han negado efectos jurídi-
ya que, corno mencionamos, en el derecho interno mexicano (el de todas las
federativas) los únioos que s€ reconocen son los deldenoñinado tnattimo-
civil.s
En general, en las leyes mexicanas se establece que los objetivos del matrimo-
son la procreación de Ia especie y la asistencia mutua entre los cón).'uges y

,os¿Antoóio Totuás O.tiz de la Tore, "Celeb6.ión del ñátriñonio",en taciors ¡¡e Mb CiviL
p.88.
L¿ caliñ.ac¡ón del ñat.inonio como sacÉm€nto $br.vino después de Se h,É A-
B¡únda9e, Lo ley, el sdo y ld §@iedad o¡stiofld en k épod tv¿i¿r( op oi, p. 107- H.r¡
^gúrin. dtot6
É le habl¿ estimado coño un .ontrato.
Ly sbre m¿trimonio del 2J d€ julio de 1859.
Er Balidad, era la Iglesia la que l¡evaba un registro de n¡.imientos, ñ¡tim@i! t¿ f.lk<iñi.rlc.
El reco¡Gimiento de la I8lesiá como peEona * dio a partir de 1993. p.m m a l¡ faa¡l¡d par.
clebr.r un matrimonio.
No ocurÉ Io mismo en otros paiks donde el Estado (Lrpañ¡, po. +mpló) ha a¡cbr¡do.onE,
nios @n diveM asrupaciones (judías o evanséliG) paE qB pu.dan elrbñr sus prcpiG ñati
¡04 DJ DERECHO INTERN^C

aunque algunos códigos )a no aluden al primer obietivo, es evidente que sólo se


acepta el matrimonio entre personas de diverso sexo y esto es parte de su orden
público.e

Fuentes jurfd¡cas internas e ¡nternacionales

De lo expuesto podrá advertirse que las relaciones de tráfico ,urldico internacional


conceÍnientes al mat r¡onio s€ encuentran reguladas en la ley interna (principal-
fiente en el Código Civil de cada entidad federativa, el ccD¡ y complementariamen-
te otras leyes, como la Iey de Nacionalidad,la 14 de Poúh.ió, y otras), asi como en
algunos tratados o convenciones internacionales, entre los que vale destacar los
siguientes:

a) la Convención Bilateral Celebrada con Francia sobre Crntrato de Matrimonio,


del3 de iunio de 1908 (Do del 17 de enero de l9l0).
ü) La C-onvención Bilateral sr¡scrita con Italia para Regularizar la Situáción de sus
Nacionales que hayan Celebrado o Crlebren en lo Futuro Contrato de Matrimonio
ante Agentes Diplor¡áticos o Consulares, del 6 de diciembre de 1910 (Do del 5 de
junio de l91l).
c) La Convención de la oNU sobre Nacionalidad de la Mujer Casada, del 20 de
febrero de 1957 (Do del25 de octubre de 1979).
d) Iá Convención de Naciones Unidas sobre Consentimiento para elMatrimonio,
Edad Minima para C-ontraerlo y su Registm, que fue abierta a la firma el 10 de
diciembre de 1962 (Do del 19 de abril de 1983).

No se trata de los úmicos coñrnios internacionales que hacen referencia al mátrimo-


nio, pues hay otro6, por eiemplo, la mayorfu de los convenios consulares, que facul-
tan a los cónsules para sancionar los actos del estado civil, ola Declafición Uniyersal
de los Detechos Huñaños (art. 16), que reconoce el derecho de hombres y mujeres, en
edad núbil, a casarse, sin el obstáculo de raza, nacionalidad o religión; incluso, el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Politicos, que calificando al matrimo-
nio como un derecho hunano, exige el libre consentimiento de los contrayentes
(aú.23.2).
A las leyes internas (locales y federales) y los t¡átados debe agregarsejurispru- la
dencia, que ha sostenido diversos criterios, especlficamente sobre régimen patrimo-
nial del matrimonio (que expondremos en el próxiño capitulo), así como ot¡os
criterios r¡mo el caso de que ha deiado de exigir el registro de matrimonio contraí-
do en el extranjero por 10 que hace a los efectos puramente personales.

, De esta forma * oDtinúa respondiendo a la t.adición, que ya desde las lrrd¡lr6 de lustiniano *
6t¡bleciá al áñ¡mr que el mat¡iño¡io es la úión de un hoñbrc y una mujer párá vivir juntos de
\(.LBNI() (,t 105

Glif cación del matrimonio

f¡r la doctrina se conocen varias c¿lificaciones del matrinronio-.Se le ha ac<rgido


@mo contrato, sacramento, institución, acto jriger¿rit etc. Los derechos internos
d. cada pais también han propiciado estas divergencias. Por ejemplo. ñienlras.l
Eatrimonio en Colombia podría ser un sarranrer¡to, es adcmás un d.rd r¡./ril,(u. ,\ su
E, en Estados Unidos de América al matrimonio se ¡e ha mi¡riz¿do .on un fuerte
gbor contractualista.
Pascual Fiore explica que entre los antiguos musulmanes la ¡¡uÉr !. aprNiab¿
@mo una cosa que el marido compraba, por lo que el matrimonio era un ao¡¡¡rdlo
* conlprayenta.to Una.alificación contractualista, aunque desdc otr¡ frerspedi\a. s.'
adrertía en México hasta hace poco tiempo ( l99l), pues la C(,¡rlr¡x.¡¿n t'd€ral (arr.
t30) prescribia: "elmatrimorio es un cortrdÍo rir,i/. Éste ylos denrás actm del ctado
civil de las personas son de la exclusiva competer.ia de ¡os funcion¡rios v ¡urorid¡,
dcs del orden civil, en los térnr inos prevenidos por las leycs, y tendran Ia fruerza r rali
d.z que las mismas les atribuyen'lr I
Los arts. 120 de la Corstil .id, del estado dc Morelos,v 149 d('l¡ ()r¡i¡i¡ur¡on de
o¿xaca tienen una redacción senejante y hasta ahora continú¡n ¡tirm¿ndo que s¿
tr¡te de un contrato,ll
Como se advierte, en Nléxico aÍrn subsisten algunos textos jundi,alr que.alifican
¿ matrimonio como un contrato, al cual se le exige que sca iny:riro en e¡ Re$slrc
C¡r'il. La calificación del matrimonio como coltrato aún sc er¡.uentr¡ cn las le\,es
rcundar¡as como en el caso del aar¡r,y el de varias entidades feder¡tir ¿s-
A esta calificación contractualla, ciecisiones judiciales se han cn.aB¿do d('darle
tD s€ntido diferente. Así. durante I¡ vrgencia del citado art- l-¡0 §onsritucion¡¡ le
o.respondió a la scl\ calificar como contrato al matrimonio si t habia.onlraido
ar lféxico, pero no cu¿ndo se había celebrado en el extranjero. .\unque cn la s.'nten
<i r¡o se habló dc calificaciones, se recurrió a un¿ calificación l¿¡ rT ¡:r¡¡¿ s se re¡ont¡ció

. P¡su.l !io¡e, Dre.ro irt¿ ¡ñ.iondlptiqdoo ?rincipiúpdra r.ro¡tr hi &,rdrx.¡r. ¿¡ ¡Jntdt


lqblacioñes en ñdtcin d¿ dlrt¡o.ivil), corsraal, t. n,]j)uer€s la (li.n.ir IuñdL!. \!.\ico. 1898.
p l18.
. disposición füecl art. Io. de la ¿qll.,VarnDo"d ( ,r/d. Irlie l¡.nrd¡ di!
posi.jón prescribí. que tl nrákitu¡.io cs un conlrlto cilil que r .a)nrie l¡úr¡ \ ¡!lidrm.nrc ant.
^¡lecedentedcesl¡
h ¡uto.idad civill EJta disposición r reit(ó cn l¡ I-./ n.gh r¡. ta.ú ¿.1 .\rrrl¡ I Jr ti,6ri cionnl
r lueSo tue abrogad¡ en ¡992 por l^ Ley dc Aqiocioñd R.liiiolB \ ( uh. Pübli.. En la ¡dualidad,
h Cjas¡¡nr.id¡ onrite la .áIifi.á.ióñ ..rhrdn.l
. 'ElñaÍióonñ y Ios denás ¡cros del sradocirilde hs perrcó.s- (¡n d. ¡a ex.lusiv¡.oñpeten
ciád.los funcio.ariosl autorü¡des drlo.dcn civil, en los réróin¡! pr.¡rnidos porlas lelts, y
¡.¡dráó 1. fuer¿ y vilid.z que I¡s mismis 1es atribuy!¡l'
''Elmatrioonió es un.orrrdro.iril. Eldno(io disuel\! elrin.ulo matimoDi.ly deja a los
on}lgesenapiitudd€.onkaerotrc.Elm¡rimonioylo5denrás¡dosdelefadocivildelaspe¡
eÉs, son de la exclusiy¿ ómpetencia de los kNidorcs públicot.r lutoridldes delo¡de¡ civil, e¡
106 lérmi¡os pEvenidos por las leyes, y teódrán b fucrza r validez lue I.s mismas ]es atribuya¡."
106 e) ¡rnE.Ho rNrr:RN¡(

ur matrimonio religioso contraido cn España como un verdadero matrimonio_lr I-o


que hizo la s()N fue reconoccr el m¡trimorio extr¡njero sin examinarb como un

t,a denominación del m¡trimonio como contrato cuando es contraído en el inte-


rior del territorio n1exie:ano no dcriva de 1¡ anrigla redacción del texto constjtucional.
Se trat¿ de uDa expresi(in iundiü cmpleada por los constituyentes para calificar al
mi¡trimonio conl() un ront.rh. v ¡s, e\'itar calificarlo como un sacramento, que era la
oonnotación quc t.ni,r Jes¡l!' iiglor ntÉs. Los legisladores no encontraron otra palabra
más aprcpi¡dJ prrJ d6lindara este ado delsr¡rram¿nro rclgior¿ Sin embargo, su natlr-
r¡lez¡ iundir¡ no t¡incirle !:on Ia de un cont¡ato en términos estridos. Así, Francisco r_
i/l!¡la r\timó que ¡ ptsar de Ia red¡cc¡ón del terdo constitu.ion¿l no se trataba realmen
tc'd. un simplccontrato debido a la trascendencia que implicaba.ra
.\unque en la actualidad la expresión lingüistica que establecía elart. 130 cons-
litllcion¡l fue derogada, no existe er su normatividad una aclaración acerca dc la
califica.ión que merece la institución dcl matrimonio, aunque sí podemos encon-
rr¿rl¿ en su doctrina civ¡lista. Los textos constitucionales de algunas entidades federa
ti\?s sobreviven con este fraseo ("es un c.ontrab"), asi como varios códigos c¡viles.rs
La calificación como contrato es contradicha por la doctrina
!,por las decisiones
judiciales. Éstas sc refieren a quc no se trata cxactamente de un aor¡rdro, sino de un
acto ¡{el estddo civil.
La doctrina extraniera se rcfiere al matrimonio como ur acto del estado civil. El
legislador mexicano en cierta fon¡a le da el mismo tratamiento, pues lo coloca en
el libro primeroy oo en el relaciorrado con loscontratos; de igualmodo, obliga a que
se inscriba en el Registro Civil. Esta califica.ión es Ia correcta: cl matrimonio cs un
acto delestado civily como tal debe scr tratado.
Si examinamos con cuidado la regulaci(iD matrimonial llcgaremos a la conclu
s¡ón de que cl acto constitutivo del matrimonio tiene elcmentos de un contrato
(acuerdo cntre las partes v un objeto): sin embargo, se trata de un acucrdo comple,
jo en el quc concurre otro tipo de cuestiores dc ibndo: la asiste¡.ia mutua, la fideli-
dad,la procreación de la especie, en fin, un acuerdo por el cual dos personas deciden
constituir una vida en comírni la familia, como célula fundamental dc la so.iedad Va
n1ás rllá del crear y transferir derechos _v obligaciones, pues crea un nuevo estado

r St ü\rk' Iulicidld¿la !:úlcrddúr, TeRr.¡ SJ1.. se\r¿ Époc¡,!ol.( xxvnr,p.39, AD 5619/ó7,ludn


(lriP¿|llesv.o¡8.,l4 dc fcbrem de l96li..i (¡ vor()s.Irotrente: Mlriano Azuela.I_atcsis puede
ltse.n lngc Al¡ero Silva, t)¿aclü únú ¡tn»rn rnado: !¡ r¿¿4,.nr, jr¡ln¡¡l. i,p .ir, tcsk 188,
p. s8l. En cst¡ re$lución,.1 rrihunrl ¡cduio l! l¡n.ñn dc lN no¡nr¿t dd Drpr. l¡ sinrplc dct,a¡
td.ión cspa.irl dc l$ no n s i,¡.,r,! \: |or hnro, les dio u¡ c¡rádú dc rcghs de .onfli.to unita-

rr Fr¡n.is() I.7,\rl¡, t/.r¡ ú trt l. 1:)¡úh¡ nthrn..nútu¡l lrD¡¿o D.ohlli.ks d. derccho.itit, tonÍt
.irl, d! ?ktt¡it iú¡ttÉ | ?útl.r,r ¡¡¡r k&¡.ion.r ¿. /¡,¿rds p,n6, Tiposr fi¿ dc Aguil¡r, Nféxico.
190.1, p ll0.
,r Por.jc¡rtro, elc¡pitulo r\ dd ¡luto quinL,) dcttibro prii¡etu dctCd¡/i¡) Cn,l se titula
,,t)el
.1,r-
trar() dc .r¡trirxn b «rr r.l¡.i(nr.¡ los trie¡es'i
\.cr'¡N^m (,r 107

aivil. Además, el matrimonio no se reduce a Ia celebración del ácto. sino a rd, h viü
común que se produce a partir de ese momento, que en Ia mayoría de loc ca:os
hasta l¿ muerte de alguno de sus cónluges. Nuestra heréncia cultural romanü-
to encuadra como un acto del estado civil. futa es la calificación, al menos para el
¡nterná(ion¿l privado mexicano,

no del erno mexicano competente para celebrar


matrimonio

la segu¡da mitad del siglo xx en México, con las Leyes ¡le Morfia el ñatri
io pasó a ser de la exclusiva competencia del Estado, para lo cual se crcó el
istro Civil. Desde entonces, se le ha negado efectos o reconocimiento al matrimo-
celebrado en México por l¡ Iglesia. 16
.Una práctica común seguida por los me"\icanos es cásarse dos veces: una por lo
y otra por su rito rcligioso. Como primero se casan por lo civil (el único matri-
io que produce reconocimiento como tal) y luego por la Iglesia, generalmente
a partir de este último matrimonio cuando comienzan a cohabitar. Esto ha dado
a matrimonios sin domicilio o que incluso no se consuman.
. Durante gran parte del siglo xx el matrimonio civil se celebraba sin tomar en cuen-
qüe fuesen nacionáles o extranjeros los contrayentes. La autoridad competente era
Registro Civil de cada entidad federativa. No obstante, desde 1971 se establecieron
que delimitan la competencia interna y que trascienden a la competencia
afectándose con ello el matrimonio de las personas de nacionalidad

Hasta l97l
era posible que cualquier persona, de cualquier nacionalidad, domi-
o residencia, contrajera nupcias en México, pero u¡a reforma a las leyes federa-
cambió esa piácúca. Aunque la razón principal que motivó las reformas y
a la ley interna fue terminar con el abuso de divorcios de extranjeros en
ico, conocidos en la época.omo divo¡cios.tl yapor,lT el efecto también se exten-
a la regulación del matrimonio de extranjeros en México, incluido su divorcio
rulidad de matrimonio. Se modificó la entonces vigente ¿el de Nacionalidarl y
asi como la Ley General ile Porhrrórr. Conforme a estos cuerpos lega-
by las leyes que les han sucedido hasta ahora, se introduieron limitantes en la com-
ia de los órganos de gobie¡no mexicano para la celebración de matrimonios

tá modificación consistió en introducir como conexió¡ la nacionalidad de los


acumulativamente con la del domicilio pa¡a dete¡minar la posr'bilidad o

En otrcs lugares la *paEción lglesia,Est¡do no produjo el desonociñiento d. la primeE ni &


h6 ados que .s¿liaba. Por rúóes polític¡s e históriG la Iglesia y sus áct6 fú€ro¡¡ d€s@nGidG
. maf,eE de en.ión debido al triunfo de lós libeEl€s sobre los con*rvadoñ, qúe en ttu rEdi,
da tuercn apoládos por la Islesi¿.
108 a) Drtru.Ho rNrrkNÁ(

no de celebrar su matrimonio en México. Al mismo tiempo, y más allá de sus atri


buciones, el legislador ftderalizó la regulación del matrimonio de extranjcros. Hay
dos rcgl¿s vigentes en la materia:

a) La regla geDeral, mediante la cual sólo las autoridadcs federa¡es mexicanas (la
Sccrctaría de Gobcnlación) pueden autorizarel n)atrimonio de extranjeros, siempre
que estén dom¡cjliados en México.
á) La regla específica o regla de excepción, que consiste en quc dichas aukxida-
des, en cicrtas circunstancias, pueden permitir contraer matrimonio a bs extranjc-
roscon autorización espe€ial (de la Secretaria de Gobernación), sin exigirun domicilio
especialcn M¿xico.r3

Adviórtaseque la ley federal restringc su competenciaa las autor¡dadesde las entida


des fcderativas para celebrar el matrimonio y no sólo es un requisito para ingre,
sar en el pais como el gobierno federal lo ha dicho. Al respecto, la Secretaria de
Gobernación solo autorizaal extraniero para cclebrarsu m¡trifionio siempre que su
domicilio se encuentre en México, salvo casos excepcionales. En realidad, ni la
Secrctaría de Gobernación ni la ley federal tienen facultades constitn.ionales para
establecer reglas sobre el domicilio ni para autorizar actos del estado civi¡ o paracon
dicionar su celebración, pero en la práctica éstas son las Ieyes que rigen cie tipo tle

Si las autoridades del Registro Civil de cualquier entidad federativa no se aiustan


a las reglas de fuente federalpueden ser sancionadas con base en los arts.68,69 y 139
tlela Ley General de Poblaoó¡,. Desde luego,el incumpli,nicnto detalcs reglas ro rr.rt -
ta la nltu1ez de un natrimoar'o celebrado a partir de la violación dc las mis as, ya
que, al ser de naturaleza administrativa la sanción (multa, suspensión del cargo para
la autoridad <¡ue haya realizado el acto sin autorización). en nada afectan a la vaiidez
delacto matri¡ronial.
A raiz de Ias nuevas reglas federales, cn 197 I a¡gunas e,rtidades federativas modi-
ficaron sus leyes para remitir a la ley fedcra¡ todo lo relativo al estado civjl de las per-
sonas de nacionalidad erlranjera- Otras, como Ia dc euerétaro, estahleccn requisitos
cspeciales para celebrar el matrifionio.re
En el fondo. se advierte una restri.ción par¡ autorizar el matrimonio de extran-
jerm y no una regla que indique que el órgano competente sólo es el del lugar de¡

' Esr¡s ¡cglas h¡n sido Uevada a algunas enr¡dadd ted.ratn?s. cúyos tegis¡¿do¡es, inexpli.abteme¡
Ir. hln rmpliado l.leder¿lizción a otros a.ros juridi.os. .on)o en su oportunid¡d Iolndica¡cmos.
'
, Articulo 72, (rr dc Queréhro: TratándoÉ de I¡ ..¡ebr¡ción de á.t$ det estado civil en .üe inte¡
{c¡s¡¡.xtunjeros, d.bc¡á exigirse:
a)Quc¡.rcd¡tcn su leSal csr¡nciá en etp.is.
b) sise trára dc oatrinonn»en q¡e inic^tngd un nacion¡ly uD ext¡nicrc, debc¡á.xhibnse cl
perñi$ expedido porla Se..craría de Cobernació¡, en que se aurorice a la ceteb¡¿.i(¡r del¡cro.
c) Sise rr¿ta de ñarrinonios cntre exi¡anjcc, tos conr¡alentes deber¡n acredir¿¡ su lcgalerdn,
1'¡¡N fo (r llr
de los contrayentes, y pruebá de ello es que algunos mexicanos que r€siden
al extraniero suele¡ celebrar su matrimonio m México. Nos parece que la ley
ia debele ejustarse a los textos constituc¡onales yconvenios internaciona-
d referirse a fos rcquisitos (fowr tfiot'iñoñii), ptres de otra maner¿, tal como está,
co¡ b De¡loración Univcrcal de bs Dererhos Huñaros (art. l6). que recono(e
al matrimonio de hombres y mu,eres, sin importar su nacionalidad.2o
El art. 97 del ccDr prescribe que el órgano compelente pára celebrar el matrimo-
a el del domicilio de los contrayentes o, al ñeñot el de uno de elk». Es¡o signifrca
ninguná autoridad o jurisdicción podrá autorizar el matrimonio de personas
al domicilio.
A pesar de esta regla, las autoridades han sido tolerantes y celebr¿n el matrimo-
.ün cüando no se les compruebe el domicilio El únic, caso de ocepción ha sido,
lo hemos e¡cplicado, elcaso en que uno o ambs contrayentes sea extranjero.
Al ládo de la hipótesis prevista en el ccD¡ existen otros co¡venios que otorgan
a los cónsules (como el francés y el italiano acreditados er México,
aDmo el me,riceno acreditádo en Fr¿nciá o ltalia) par. cel€brar matimonios. A
actos se les denoñina rrofiinonios coflsrlarct y a ellos nos ¡eferircmos más

R€specto al r€conocimiento de la con¡petmcia asu¡ida en el extranjero, para


de la validez del m¿trimonio, son las reglas internas de cada pals las que deter-
la cofipeteficia de sls ówrros par¿ la celebración del rnalfifionio, siernpre que
a las regks ¡le competeflcia reconociil* en lo esfera ifitetfiacional Én Per6 es
por ejemplo el alra,le, quien a su vez puede delegar en el párroco la
para celebrar el áclo. En lás comunidades campesinas p€ruanas el matrimonio
¡ér puede lle\¡¿rlo a cabo un comité especiál formado por autoridades educati-
Lo anterior signiñca que en México podún s€r reconocidos esos matrimonios
qtañdo se hubies€n celebmdo ante un órgano diferente del que el derecho mexi-
Gtablece como comp€tente para ese ñn, ya que no se advierte que wlneren
regla de competencia intemacional.
lbMendo al mátrimonio de las personas de nacionalidad extranrera, cabe reite-
la exigencia de que cuenten con un domicilio en México está referida a un
legal y no fáctico. Esto es, qüe aun cuando de hecho €stén doÍriciliados en
p€ro su calidad migratoria no les permita residir las autoridades mexicanas

L, t4 d. D.@ho lat ioNI Pri{r, italiáM (ád. 32), con m}b. inLligdcia, d..lar (ÚF
tu
6t3s a sus autoridadG, ro sólo cundo sean íiliaoos lG qüé s. v¿n á .er o (¡mdo uo &
dc lo sc¡, sino tá,nbién cutrdo el Íiáiri¡nonio se hubi@ elcbñdo.n Italia p.D rin <rluir ¿
b.rtr¡nj.ros. I-a ley suiz¡, un tanto simiiár, re.onoc. comp.tencia a sus ¿utoril¡dd cnándo r
ne de un sui?o o está domiciliádo en Sui?á y si s. lr¡t¡ d. otrar p€r!o¡r.+ t Dliañ * L ¡utori-
E¡ su m.rrinor¡io cuár¡do .n .l pals del domin¡o o d. la na.io¡.l¡d¿d &l dtEFnr. k pueda
GoooaÍ (rrt. a3.l), con lo quc a*gür¡ la e¿lidezstni.rritori.l. E Erh @ñ.lso ffirarte
IrE loÉ m.iicáno6. ¡un a¡ando cÍ!z..n de do.1¡m.nio6 ñi8r¡.orio.. pod..¡ s autoriados
Ir. c.Lbrar su malriñonio.
Zf$ ,t 262 dd CóAigo CiiL
^rnatlo,
IIO e) DTRICBo INTERN^C

estarán impedidas para celebrar el matrimonio. Este proceder contrasta con lo que
ocurre en EUA y otros paises, donde sólo basta el domicilio fáctico (residencia habi-
tual), sin que se les exija acreditar su calidad migratoria.
Esta regla mexicana para autorizar la celebración de matrimonios de ciudada-
nos extranjeros ha resultado, en nuestro tiempo, demasiado estrecha, sobre todo eo
una época de aperturai pero, lo que resulta peor, es contmria a diversos tratad6
sobre derechos humanos. En España, por ejemplo, se ha resuelto que el derecho e
celebrar el matrimonio en ese país ni siquiera puede ser coartado por una disposi-
ción de normas administrativas, pues contrarían diversos derechos humános.
esta manera, son indiferentes las disposiciones administrativas que aluden a
situación legal o ilegal del extranjero o en las que exista alguna disposición
ordene la expulsion del lerrilorio espanol, en I¿s cualer aun es posible la celebraci

L¿ rtN en abril de 2004 por m¿yorid de volo\ volvio a reiterar que el matri
nio de extranjeros sólo es posible mediante la autorización expresa de la
de Gobernación. Uno de los ministro< expu<o que e. valido el r raro diferente
mexicanos y extranjeros dadas las pollticas migratorias selectivas y restricti
que propone la ley. En el debate habido se alegó que "muchos extranjeros ve¡
posibilidad de adquirir la nacionalidad mexicana para estar en mejor posición
pasar al vecino país'l En sentido contrario votó el ministro losé de Jesús Gudi
Pelalo. quien ,ostuvo que"la autoriza(ión de Cobcrnaaón constituye un menoscolm
los ilerechos de nadonala y exttunjeros para celebrar un acto personal,y por ello,
inconstitucional'l2r
En nuestra opinión, el criterio correcto debió haber sido el del ministro
Pelayo y no el de la mayoúa, que mediante una ¡nterpretación errónea demostró
exacerbado territori¿lismo. Como en otro apartado de este libro lo hemos dicho,
simple hecho de establecer condic¡ones especiales al extranjero para casarse
México lo coloca en un plano diferente del mexicano,lo que vulnera elartículo
mero constitucional, que establece el principio de igualdad.¿a
l¿ norma de competencia para celebrar el matrimonio se vincula al
de, por lo menos, uno de los contrayentes, pe¡o no es una norma de
exclusiva. Esto da la posibilidad de reconocer mat¡imonios celebrados conforme a
leyes enranjeras y celebrados fuera de México.

¿: Elisa PéÉz Vtra (.omp.J, Dcrecho intcñac;onol prirado, Univeddád Nacional de Educa.ión
Dis¡anciá, Maddd, 2001, vol. ¡r, p. 106.
rr AR 541/2003,Iosé Luis Qui¡oz Mateosy otra,contra actos delCo¡Breso d.la UDión yde
iutoridades, coósistenr.s en l¡ expedición yaplicacióo de los árrs.67 y 68 dc 1a ¿.r, (;c,.ra¡
Pdáld.tór, co¡teóidos en.ldc.reto publi.ado cn.l Di¿lio Olcial ¡1ekF¿detució el7 de

11 En el.¿pitulo 7,áleBminarel dirc(io, enfatiaremos en 1¿ inconstitucionálidad del texto


ral. Uó desarrcllo sobre el tema puede ver* eó IorBe Alberto Silq, Los extranjeros frente al
ceso ju¡isdiccion¡l en Méxicol en Octotu Señihntio Ndtiónal de Dúrho lnt. tadoñal
:!cueNA() or lll

Ley aplicable al matrimonio

Aceptada la calificación de la institución matrimonial como un acto del estado civil,


b ley aplicable a su validez esla ley reguladora del esralo ciyir, no la de su celebración,
como lo afirmó Enrique Estrada Aceves.25 La ley de¡ lugar de celebración parece
¡lractiva, pero su adopción puede dar lugar a que la pareja evada la ley que le es natu-
ralmente aplicable a su estatuto. En cambio, si se trata de la ley reguladora del esta-
do civil, por lo general se apega más a la cultura que le es propia a la persona o, al
¡nenos, al ambiente y sociedad en donde se encuentra. Se trata de una ley personal que,
¿unque aplicable almatrimonio, conlleva algunas excepciones, como en elcaso de la
regulación de la forma y la capacidad pam celebrar el matrimonio.
En la mayoria de los paises la ley reguladora del estado civil se vincula con la del
lugar del domicilio o residelcia habitual. Asi ocurre en algunas de las leyes de las enti
dades federativas. ¡_o obstante, en Italia, en su nueva ley (art. 29) la conexión se vincu-
le con el lugar en donde están localizadas las relaciones perso¡ales de los cónluges (la
§del Estado en el cualla vida conlugalse localiza de manera preponderante). Como
oplica Tito Ballarino, s€ trata de una conexión diferente de la dotuiciliar, aunque
Pueda coincidir.26
A reserva de lo que explicaremos más adelante, en la validez del acto matrimo
nial es necesario examinar algunos aspectos tales como los impedimentos,la autori
zación paterna, el consentimiento matrimonial, los requisitos de edad, etcétera.
Primero presentamos los problemas atinentes a la forma y a la capacidad. Miis
¡delante nos referiremos a las ¡el¿ciones entre los cón),uges-

Forma de celebrar el matrimon¡o

Debe diferenciarse laforma del/o/do del matrimonio. La pr¡merase relaciona con Ia


apariencia o elenrentos externos delactoy sus solemnidades (en caso de ser requeri-
do§), así como con los datos que le dan autenticidad para concederse y autorizarse.
El segundo está referido a la esencia misma del matrimonio.
Un aspecto muy importante en la forma del matrimonio es su puúlicida¿ en el
momento de la celebración. Desde la reforma eclesiástica del siglo xr, el matrimonio
occidental ha sido público y no secreto,2T Io que genera dudas respecto a aquellos
matrimonios contraídos en secreto o en la soledad, como en el caso de Romeo y

5 Enrique Estradá A.evcs, Dceclo n1túttdci¿nd ?rn\ib nñi¡a o. np. .i¡, p. til .
¡ t2leyde rrp¡ na[án. p.crribe que"hs reláciones per5on¿16 enr¡c.ón]agesq¡e tienen nacioni
lidades dil¡re¡tes, o más de una na.ñnalidad en com úr, *
risen por l¡ 1cy del Estado e¡ el cuál 1.
vid. conFgal se localiz¡ de nanera p.cponderunte.' Tno 8¡ll¡r;no, Dn¡úo ntternoz¡onalc piwto.
op cir, 1996, p.404.
: t¡ IClesia IleBó ¡ perñnir€sros Dat.inronios secrekrs que producn¡ efeclos Dorm¡les de ¡n.hi
nron io y en el derecho .Jnónno se dcnomiñ!¡on ,¡drnro n¡o dc @nci cid.
l12 &) DEnF(rtu) tNt r Rn.'(

lulict¡ (en la célebre obra de Shakesp€are).ri o los actuales matrimonios de ventani-


lla cn el estado dc Ncvada ltr\r. En realid¡d, n¡die afirmaría por ahora que un
matrimonio privado ofenderia el t¡rden púhlico en México. Si esa fornra es admitida
. cn el hrgar de celcbración. .n \féri(.o tamhi.:n se reconocerá.
Corno lo expliramor t_uarxb algunrx p¡isej acoliiercn el matrimonio civil se
iniciaron los problemas ton el rnáhrronio religi()so, que era el más diñrndido. Ast,
por ejemplo, cuando una Farrü .¿s¿d¿ relieior¿menle en (;recia se tradadaba a un
pais donde el nratnnx)nio era el .i\il. !. (-üc!tionó si l¡ religiosidad era un asunto o
cuestión de l'or d o dd fo¡¡¡Jo. ta e¡lifu¿.ión en uno u otro slrplresto dio lugar al
rleh:rc t ¡ rt-*iur'jorr< ¡udici¿le. -t \i e Ic (rliñ(¡h¡ (om,, cue\tion de fondo. l¿ ley
aplicablc era la lo eriega: si se le califrcaba como.uejtión de forma, la aplicable era
la l« fori
En \léxico. al igual que en varios pais€s, al ñatrimonio religioso se le califica
como un ¡Lqrñro .r¿rorr¡d (celebración de un acto del estado ci!,il). De esta manera,
la lbrma religiosa debe ser respetada cuando en la leydel lugar de la celebración del
acto la permita, con lo que se acoge el principio ,o cus ¡egit tlctum.
I.a regla general de orrr que prescribe la ley aplicable ala forma del motrimonio
art. 13, fracc. lv, del ca])¡ (o el correspondiente de las entidades fede-
se l(t..aliza en el
rativas), que fija la conexión con la lq1 del lupl de celebrución del acto (locus regit
for
Cabe, no obstante, deiar constancia de que la forma del matrimonio no sólo se
rige por la regla /orls regitlor.mr¡rr, que es la regla general, sino por aigunas especia-
les, cntre la que destacamos Ia /er ¡i¡r.tor regir d.aür, (para el caso de matrimonios
consulares) y Ia lqr r/el prbe¡lófl (para el caso de matrimonios celebrados a bordo de

Pocas leyes de las entidades federativas se reficren a Ia leyaplicablea los actosdel


estado civil celebrados en el erlranjero. De éstas destacan los códigos de Veracruz
(art.675). Quintana Roo (art.6ó) ,v Tlaxcala (art. 577). que prescriben que..para
establecer el estado civil de las personas que no resida¡ en el Estado, bastará que las
coDstancias presentadas estén @nforrnes on las leyes ¿ll país 1...) en que se hafa ye¡i-
frado el acto a que se refieren'lSe trata, conro se advierte, de Ia admisión de la levdel
¡'¡r. donrle .e c,¡rr,tiru) o el ¡cro.
Los tribunales dc amparo han acogido el principio /orrrs regit artlm en diversas
scntenci¡s, e incluso durante la época de gran territorialismo.ro Esta regla, por otro
lado, es la que ha aceptado la mayor parte de los Estados de la comunidad interna
cional, no asi en los casos en que ciertos funcion¡rios consulares están autorizados

r¡ El ¡/.n ,lc Gilar ono.ia La,no makimonio ¿ yrr¿J que * hlcia en Bero.
,l enhce marrimonial
r, Véar cl caso del S¡. t)t.ho intern¿.iandt Diradtr p¿ú¿
C¡r¡sl¿.is, Leonel P{r¿rir«¡ (:as]úo,
r¿!,'nl.¡¡,,L,e\rr!.,.,,rl-,¡,1{'e¡'(quetJ,.'¡,,c,aelnrr,,n,roretiS'"-,:,"ul^unro
o cuefi{'¡n dc capacid¡d } porri.«¡ d. tbndo, mienrrasque p¡ra Fra¡cia Ioeradeforña.
t) S.ñdúñri¿ htliial.l.l. Fetl¿ra¿id,, Tcrcn S¡lá, Sexta Epoc¿, vol..xr!rr, p. j9.aD s649/67, Ju¡n
(l!¡i P¡lldrcs y o¡g , l.r de i.breo de 1968, cinco vorosi ponente: Maria¡o Azuetá.
xcfBr\ to (í lt3
F,¡¿ celebrar el matrimonio. En esta última situación se acude, corno Io indicamos,
I pri¡cipio o regla especíal ouctor regit formam actus (la forma del acto se rige por el
¡tor, esto es, por la ley que rige al funcionario que auto¡iza esa forma) o á la lq,
U pabellón (cuando el matrimonio se celebró a bordo de una embarcación).
Alberto G. Arce afirmó que los matrimonios eclesifuticos contraídos en elertran-
'inD no eran sus.eptibles de registrarse en Méxicorl porque, seBln
é1, si se reconocían, s€
túl¡eraba el orden público mexicano. Nosotros disentimos de este argumento, ya que
-d
csas nupcias se contrajeron de conformidad con las leyes del lugar donde son pir-
aiúdas, su validez resulta indiscutible. La mera forma religiosa de un acto no \,1rlne-
t¡ el orden público, siempre que se trate de un matrimonio como lo acepta el
lrccho mexicano hasta ahora: entre un hombre y una muje¡ con el objeto de pro-
a la especie, guardarse ñdelidad y brinda¡se asistencia mutua.
En sentido parecido se pronunciaron en su momento Enrique Estrada Aceves y
Luis Siqueiros. Pará este último se deben advertir dos tipos de formalidades: las
, sobre las que privaría el locts regit actum,ylaslntrinsecas. Es en esta últi-
----rxplica Siqueiros- en la que califica el matrimonio religioso, pues intervienen
de fondo, pero no nos explica cuáles son.r2

para contraer matrimonio

aplicable al matrimonio es la que rige al estado civil y a la capacidad para con-


aunque a veces coinciden. Prácticañente en todos los sistemas jurídicos se
requisitos para contraer matrimonio; el principal consislÉ enla capacidail
contrayentes, La ley sustantiva mexicana enumera los casos en que a una per-
sa le considerará incapaz para casarse. En general se les conoce simplemente
faha de requisítos para controer matrimonio y coño ificapacídades.
E¡ algunos países se establece una remisión especlfica a la ley aplicable que rige
isitos para contraer matrimonio. Por ejemplo, como ya lo hablamos mencio-
en Albaniarr se dispone que es \a ley personol ile ambos contrayentes; en
ü,r h ley nacional de cada cónluge; lo ñismo indican las leyes polacars y ale-
en AüstriarT se elige la ley aplicable aI estatuto persofial de ca¡la cófiWge, etc.
oros lugares se prefiere h¿blar de la capacidad para contraer matriñonio.r3 En

G. A¡ce, D¿re.l,o ¡rr¿ thddornl kirodo, Uoile6i¿ad de cuád¿I4ára, cuadalala.a, 1973,


^lbefo
? 162.
s de la ley del 2l de novienbre de 1964.
^rt¡olo
13 del Códifo C;yia
^¡ticulo
A!úcnlo t4 de lA lly sobrc el Dútho liznúiful Priyódo.
Attictlo 13 de lA L¿y de lnnodueiófl al Código Ciril.
!.ció¡3,pátr- t7,áelaky Fderul tobreD cho lnoñacio"al P¡ivado.
I 1,1 ¡O DLRECIIO IIIILRNA(

Uruguay, por ejemplo,la leyaplicable respecto dc Ios requisitos es Ia del lagar de cele,
bración del matrifionio en car¡bio, en \tnezucla se recurre a la del domicilio.re
En algunos países europeos se puedcobtcner un"certificadode capacidad matri-
nronial" que se otorga a sus na.ionalcs. \p¡rcntemente este documento facilita a la
¡utoridad extra¡iera la celebración dcl ¡¡¡trinlonio, pues ya no tiene que demostrar
se el contenido de la leY que rigc l.¡ .i¡p¡.id¡d. EIr varios países europeos se requiere
dicho certificado par¿ celcbr¡r .l .¡5¡micnb.¡ El documento de alguna manera
podria facilitar la lrbor de la autorid¡d nle\i..¡n¡. sicmpre quc el derecho aplicable por
la conexión se¡ el de uno de ev:s prses europeos.
En \léxi.o no c\istcn disp.r:xiciones cspeciirlcs de rrrPr que especifiquen el orden
jnridico aplicablc ir b capacr&td para ttnrrrw ntpciu y los requisitos
?ara lucerlo,
csto es. no c\iitcn d¡sposi.iones de D¡pr reguladoras dc la capacidad específica de
obr¡r t\irre un¡ regla general, que en varios códigos es la de¡ domicilio.
lntas de e\amin¿r las condiaiones para contraer matrimonio no debe perderse
d.'vin¡ l¡ dit¡rencir entre el matrimonio (ur aspecto o cuestión propiamente del
.\¡.¡do.i\il) \ la capacidad o los requerimientos persoDales para contraerlo (que no
nec!'srriámente se regulan por las rnismas leyes que rigen ¡lestado civil). O se¿, una
.o\¿ es la relación o reldciones ñdtrino iales y otra la cdpd.,AA para constituirlas.
llcndamos ahora las consideracioncs siguientes.
Alhablar de capacidad deobraro deejercicio aludimos a los requisitos vinculados
a ella que permiten contraer nupcias. Por ejenrplo,la ley venezolana establece que"la
capacidad para contraer matrimonio y bs rcquisitos de fondo dei matrimonio s€
rigen, para.ada uno de los contrayentes, por cl derecho de su respectivo domicilio:,
Ésta parece ser Ia mejor respuesra. Si aceptáraños la ley del lugar tle Ia celebración.
abririamos la pucrta para que cada intcresado pudiera casarse donde mejorle convi-
niera, evadiendo disposiciones de su ley aplicable, lo que debe ser cuidado por el
legisladot pues se trata de un acto relevante de la vida. En México la ley es toleran,
te, pues permite q¡re cada pcrsona se case er el lugar que más le satisfaga o agrade r.
Do prccisamente er el lugar del domicilio de uno u otro contrayente. Algunas enti-
dades federativas, para evitar la mera con\€nicnci¡, exigen que se tome en cuenta la
lcy domiciliar
Hay algunos supuestos fácticos sobre los cu¡les se discute si califican dcntro de
l¡ cipacidad (el supuesto normativo). Entre óstos se encuentr¿n la edad, el consen-
tituiento, cl sexo y la solteria o viudcz. supuefos a los que nos referiremos en Ias
prtiximas líneas.

re r\rticulo 2195 dd C:ó¡JAú (ivil


rl' (r: Iulio Co¡zilez Canrp.x et al., t)núl@ tt ni¡.ion¡l Prn d¿ Pdr¿ 6p..ia¿ Gntrc de Erudi6
Supd ior.s Ri¡ród C¡r¡ndc, ¡l¡drid, 1981. pf .tllj Lu:9. p¡tricia de Orjudo prieto, .,Cooper.ción
inr.rna.idul.tr l¡ ltletr.¡.ión dcl nr.nrnnonb: cefific¡¡tos dc c¡plcil¿d marrinronial dr Árrdr¡
.s?d a] ¿¿ ¡)etccho ltlt.rn¿.iordl ¿ n",/o. r. 0, l nrroler, Nlad.id, 2000.
1L Arri.ulo 2r dc la i..r ¡/. rú.tl¡a I'ttú rLid n Prtuddo.
:_cuBlñr¡l) (á ll5

os conla edod ¡le los contrdl¿nr¿s. Según la regla general de la ley mexica-
& la mayoria de los códigos de la República), para poder casarse el varón debe
una edad mínima de 16 años, y la mujer, de 14 años. El señalamiento de esta
por parte de la ley interna acoge lo prescrito en la Convención de Ia o¡u sobre
Mínima par¿ Contraer Matrimonio, que mediante una norma de conflicto
a la ley de cada Estado pa¡a establece¡ esa edad.
Al llegar a este punto nos encontramos con un problema de calificaciones. ¿La
¡ecesaria para contraer matrimonio será un problema de capacidad, de estado
o de forma? Se trata de un asunto o cuestión de capacidad deL ado. Pot ejeñplo,
trnor de 16 años de edad no podría contraer matrimonio, ya que la ley no lo
cidera con la madurez ni con las aptitudes para una convivencia matrimonial.
L¡ Convención de la or.lu admite que la auloridad competenle para celebrrr el
'monio" díspense" ese reqúisito de eda¿, slempre que la dispensa se apoye en una
iustificada y atienda al interés de los contrayentes, dispensa que se regula con-
a la ley qre fiia la edad mlnima.
La propia Convención otorga competencia a la autoridad ante la cual se celebra
Datrimonioi igualmente, en Io que se refiere a la elección de la ley interná aplica-
para determinar la edad mínima.

tema del consentimiento p¿ra el matrimonio admite, al menos, dos comentariosr


@nsentimiento concertado por los padres o tercems pefionas, ylos matrimonios
conveniencia o complacencia.

C¡fisefitifiiefito concertado por personas diversas de las cofitrafefites. Los ntatriño-


io6 concertados por personas diferentes de ios contrayentes han sido repudiados
ap¡ las Naciones Unidas. Nisiquieraes admisible elcaso mediante el cual una mujer
prometida o dada en matrimonio por parte de sus padres a cambio de una con-
--a¡
,tr¿partida en dinero o en especie.a2
En México, el matrimonio es un acto persoral 1 ao,s¿,rJ,/dl; la ¡probación pro
viene de los contrayentes y no de otras personas.
Cuando los contrayentes no cuentan con la edad mínima es necesario que otr¡
Frsona los autoriceo habilite, normalmente los padres.4r En este caso, no es que los
lEdres sean los que consienten, sino miás bien i¡vd¿rn el consentimiento de los hiios.

.. Arilcúlo I, b, (¡nvención SúpLñ.ntaria sbrc la Abolición de la lsclayitud. L TEu & L(hro:


i,
y las lnstitucions
y Prá.tic¿s Aná1og6 a lá E{lavirud-
. Er la R€pública Domini.ana se r€quiere la autoriación de los pddres c@do lc6 cmr¡\e"rñ no
cuenlen con 25 años de e.lad. En cambio, eo México se requieren l8 ¿ños.
II6 ü T'[TECHO INIIIINA(

Lo que en álgun¡s ocasiones designamos como digefisa del consentifiiehto Nn


contrae¡ matrimonio en ¡ealidad no es una dispensa (en elsentido de eximir o exceP_
tuar), sino un r¿spal¿ro ds, sujeto que ototga la autor¡zd.¡ót - Luego, es otro el suieto
que avala el consentimiento, pero no que se dispense la ¡utorización del padre. Esta
manera de avalar el co¡sentimiento es una formalidad habilitante que es admis¡ble
por el Convenio de ¡a oNLr citado.a

b) Matimofi¡o pot cofiret,¿raia. Otro aspecto que importa en el consentimiento


mat¡imonial es el relacionado con los matrimonios de complacencia, simulados o
por convenimc¡a. Se trata de los casos en que se celebra un matr¡monio, general-
mente por un extranjero y un nacional con el único fin de que el extranjero obtenga
un permiso de residencia, ingreseen el pais, "permanezca con su familia" o aligere la
posibilidad de obtener la n¿cionalidad mex¡cana.a5
Como explican los profesores Alfonso Lu¡s Calvo Cáravaca y ,aüer Carrascosa
Gonálea no se trata de un problema relacionado con la forma del matrimonio o la
simple capacidad, sino con el consentim¡ento, que es acogido, en primer luga¡ en
la Convención de la oNU sobre el consentimiento del rnatrimonio. Explican estos
autores que en esas transacciones falta el consentiúie¡to real para contraer nupcias,
pues todo gira en torno al negocio que realiza uno, que obtiene dinero o diversos
beneficios y, otro, que obtendrá el beneficio que le briDda el matrimonio. No háy, en
estas transacciones, una verdadera voluntad o consentimiento para constituir !n
matrimonio y hacer vida de marido y mujer, ni para forma¡ una famili¡. El consen-
timiento no sólo está r'iciado, sino enfocado a un fin distinto del matrimonio y, por
tanto, ilícito. Fsto se puede advertir con facilidad cuando se reálizan los trámiies
necesarios para el ingreso, obtención de nácionalidad, etc., e inñediátamente des-
pués la pareja inicia el trámite legal de separación. Sin embalgo, hay otros casos en
que esta componenda o transacción no puede advertirse fácilmente,
De Ia práctica habida en otros lugares estos matrimonios suelen presentars€
entre personas de las cuales una de ellas pretende ingresar en otro pais, o bien una
persona utiliza al matrimonio para sacar a otra persona de un país.
En parte, esta práctica para traer a extranjeros a nuestro país es minimizada por
las leyes meicanas al prohibir el matrimonio de extranjeros en Méx¡co y de los
matrimonios de efranjeros que en el extranjero otorgan poder para casirse en
México

{ En @l¡dad,*rát¿ ¿€ úna foúal¡dad habilit¿ñteque6(álificadadentrcdel¡@pác¡dad.S. rEo


de una habilitición. una form¿dedot¡rdccap¡cidad.Cuando elpadre'dasu conse¡timi.ntopañ
qu. su hijo * cñ", no es que @lñerteonsicnra e¡ .l mar¡morio. sino gue hlbilita ¡quim r¡e¡€
uíacapácidad disminuidao ¡túe simpl.mentc no l¡ tiene.
¡5 Ur desár@llo de st tema pú.de EÉ er Alfons L{is Calvo Grrvle y Javis C¿reoe
Gonzál.z,"Mat.imoniosde.oñpllcencia yderdho internuciona¡ privado", en A¡fons Luis Cá|rc
C¿rahc¡ (onp.), ¿, rl@r¡o de kñil¡a date el sigto L\,: dspectb iflteña.iñats, C¡lq, Madti¿,
\( LBr\lro (r lt7

S.xo (unisexuol o heterosexuol)

A fnales del siglo xx algunos paises comeniáron a reconocer la unión de personas


dd mismo sexo "con muchos puntos en común con el matrimonio tradicional'lr6
oles fueron los casos especialmente de Holanda e Inglaterra, práctica que se ha
arndido a otros paises como España. Aunque no todos los Estados han calificado
.s¿s uniones como matrimonios (algunos sólo admiten el registro de la unión de
F¡eja),a7 varios se han preocupado por sus consecuencias jurídicas. ¿Hasta qué
F¡nto los tribunales mexicanos ¡econocerán los efectos jurídicos de una unión uni
sr¡al (homosexual)?a3
En algunos lugares a esas u¡iones se les acepta como wtuladetus mot¡ifionios,
¡iantras que en otros sólo se les estima o califica como una simple unión cont¡ac,
tral de pareja,que es la calificación dominante. En menor medida seles acepta como
¡oiin libre (un concubinato de homosexuales).4e
En los países donde se ha llegado a reconocer ¡a unión de pareja del mismo sexo
¡mbién se le han reconocido efectos de importaocia como el hecho de que losbene-
¡.io§ del bienestar social (seguro social, en M¿xico) sean concedidos al compañero
llE sobrevive, equivalentes a los que se otorgan a Ia viuda o el viudo, con el fin de
lo. cener¿lmenlc. en e\u\ p¿tses se autofián uniones de dicha naturale
tr cuando ambos contrayentes, o sólo uno, tienen su residencia o nacion¿lidad en
o¡lquiera de esos paíscs. Para ello ha sido necesario calificar a la unión dentro del
alátuto personal,
En varios estados de la Unión Americana se ha estado adicionando en sus cons-
lñ¡ciones (a partir de 2004) reglas que establecen que el matrimonio sólo es posible
oEe un hombre y una nlujer, como reacción a un acuerdo municipalque poralgún
a.mpo permitió elmatrimonio homosexual,como fue el caso, entre otros,de laciu-
&d de San Francisco.5o En México, en la Cor¡stitr.ióÍ de Morelos. ¡si como en Ia
r¿yoria de las ¡eyes secundar¡¿s (códigos civiles) de cada entidad federativa se pres-
ar-be que el matrimonio únicamente se forma con un hombrey una mujer

- Diego P Fcmá¡dez Aúoyo, Nueros elefrentos del derecbo inr..nacioDat privado de 1a famitia en
Enñpll e¡ Reyiskt M¿xi.au de Dúecha tnterincionot prindo, ¿bri1 dc I 997, p. los.
3 G¿ciela Medina anota quc en álgunos paifs sc le estima coúo matrimonio (Sue.ia, Noruesa,
Din¡mar.a, Holanda, erc.), en otos .oño i.stitu.ión equipasblc al @¡cubinato (Aragón). o,
simplementc @mo i¡stirución diferenre del m¡t.iDronio o el.oncubinato (C¡t¿luña).GBcielá
Me¿iná,IA honosaudl¿s )' el dúecho a .¿nioü nanilnonio, Rubinz¡l-Cutzoni, Buenos ñ16.
2001,p.99 ysiguientes.
. Utiliamos la palábrá l¡o¿oiqrdl en el seniido n¡ás amplio pda comp¡eoder a bis¡ual5, tra\e
tis, gays, tánsgénercs, hoñosexuales(e¡ sú senrido cstricto), lesbiánG y transuátB.
, DieCo P Ferná.dezAlroyo, ibineú, p. to6-
r El prsidenle municipal de Sáó r_nncisco icavin NNsom) áutorizó er¡ feb.erc de 2004 el ñar¡i-
Donio homosexual, 10 que dekn@dcnó una grán antidad de ñaüiñonios. No obsranre, lá Corte
Suprcma de C¿lifo.oia anuló los matrimonios conÍ¡idos al mp¡ro de 1¿s licencias que hábia
obrgado el álc.ldr (poco más de 4 Dil), argumeñtando ta itegalid¡d d.l ¿.uerdo.
l!8 ü) DFRr,i Ho r:\rrrRNÁ(
Frente a la posibilidad de quc a un juez mexicano se le planteara el reconoci-
mic tode una unió¡ homosexual extmnjera, donde se le pudiera calificar como con,
tralo o partR del estado c¡v¡|, habria que considerar dos situaciones. Primero, la
unión dedos personas delmismo sexo no se eÍcuentra reconocida en las leyes mexi-
canas, por lo que no cabría una calificación mexicana de esas uniones (/er /ori) ¡
ádemás,el ruez podría anteponer la excepción del orden público para evitar su reco-
nocimiento. En cambio, lo que sl podría admitir serían algunas consecuencias juri-
dicas de esa unión homosexuál legalmente reconocida por la leg¡slación extranjera,
v adnlitir que la parte supérstite pudiese recibir una pensión o los derechos de suce-
sión previstos para elcónyuge sobrev¡viente por elderecho mexicano. Nosencontra-
ríi¡mos en este caso en lo que la doctrina conoce como efecto ote¡tuado del ordeñ
públ¡coi es decir, no se reconoce a I¿ institución efranjera por ser contrar¡a a los
\'alores y la orltura locales (es el c¡so, por eiemplo, de la poligamia o de las uniones
hon:osexuales), pero en un sentido de justicia se aceptan sus efectos, como el dere-
cho a los alimentos,s¡ sobre todo s¡ esa unión hubiera adoptado hiios.
l)e acuerdo con Ia le1'sustantiv¡ de los países americanos, en Estados Unidos de
América (excepto en algunas entidades fed€rativas)52 y Canadá el ñatrimonio §5lo
puede sercontraido entre un hombre y una mujer Se trata de sistemas juridicos que
no admiten olatrimonios homosexualcs, aunque ile facto se toleran esas uniones.
Adenrás,los principios que sustentan cad¡ uno dc esos sistemas jurídicosjuzgan que
cl nar.leo ceñtrrl de l¡ fanlilia es el matrimonio, el cual, según ellos, tieñe como fina-
lidad ¡rocr.,,rr_r'¡rrrcn.irr /,r i.s¡t. ii' /rr,narro, lo qu. no se logra en las uniones unise-
\uales.i Por añadidura. en esras legislirciones inten'ienen los valores de la c!¡ltura
.risti¡na occidental del rnatrimonio monogámico v sexual, por lo que en el estado

'r Lrr ñEid¡ ¿drá.¡rn & l¡.$ep.ión que impide la ¡pliación o el rccooocimiento de ljn o.den
ruñdtr! dtdrj«) lon elaryume.ro de que se vul¡er¡ elorden público i¡tern¿cional, suete ate-
nurre rn.lgunar crriones !o" elfir d. mo¡dear l. iusrici. detcae. podriamos.iemptiñdr con
el cr$ del m¡rnmonn de un musulmán que, casdo .on tres nr uj€r6, r'¡tl<e eD ¡tóxico y l¿s tr§
\ n¡JJi re(l¡nr¡n l¡ succsión r¡or,¡.d¡e. E¡ estc c¿so, lna errid¡ y rSida apli.¡ción dctorden

Nhl¡.o hÑr qut -^ d.eotrozc¡¡ kÁ mat¡inr,nios cclcbndos ctr rgú¡do y rcEer tugárcs ¡t ¡o
hrh.r* dis!.ho el.nrerior ñ) obsrinie,la c¡cep.ión sc alenúa pa¡a ¡lc.nzar.iÚ(a justicia, Eco
n(\i.ndoeldererho dr lasviUdsá su.eder,ló que tamhié¡ .ahrid reconoc{ sisc rr¡ra¡a dc un i¡i
.n) d. alim.nros dnigido cont ru el mrrjdo.
'r lndds F l¡\tnf.ld, Co nllic¡s of k||s: fcd.tul naft, aud;rr.r,¿rii»rt ¡.ñ¡a.r¡,4, ñ{¡!hcw llcnde(
)iu.\! \brk. 1998. t 862. Durante 2m4 se pl.nte.¡on .n ELA !¡rn* p()btem.s.n torno de esla
union que. inclú$.lie¡on ll.ud6. Bferérdtrñ. Tat unión sc ñh¿zó cn Ark¡¡es, Dakorn del
¡_orre, Gtoryid. (c¡rluck.v, Ilontan¡, Mi.hiS ¡, O¡e8ón, IlnisDi, Ohi(), Oklihon¡ r U$h. Un
dcs.riollo$bre elt.n¡ade unio»esd. p¡rjayoitc¡iosdc re8ulá(ión pucd.\esc.n Móri(. Soffa
RoJri8u.z., ¡¡.._l¡s unioncsde p¡ej. ¿ l¿ hz delde¡ccho inrerná.ional prñqdo argenlino",€n
Alt¡Dso Lu ir Cdho ( l.trav¡cd ( coúp.), r.L darc¿n d. fañtilio ¡ñk .l siglo xx!: otp(k» irt.tñdc¡oñd-
l¿J, ¡,p.ir. pp.65i v sisüienls.
t¡AunqueEdg¡rdB.qucüorRosli¡Buc¡rc«ro¡BEgarquclaop.cidadp¡raprccrc¡rno$indis
p.ns¡ble ) ciran como ejcmflo c1 c¡so dc par.j¡s de edrd av^¡ad¡. Ir.r!.hó d.lhtitia y lrcsio
,(s, Orfo«l Uni\t6ny Pr.s. \léxico.1990, p. i7.
\.'(:r.Bt)i¡ro (6 I 19

-tualdelderecho mexicano las uniones homosexuales pueden considerarse contra-


riE alorden público internacional y, por tanto, no ser reconocidas.i4
\*9.9.
Eiemplo

Dos personas del mismo sexo, ambas resid€ntes en tnglaterra, contraen ahf matri-
monao. Según la ley ¡ngiesa, el matrimonio €s válido. La norma de confljcto mexi-
cana reconoce la validez de los actos conforme a la ley aplicable al estado civit, to
que harfa posible pensar en la hipótesis de que en i"4éxico se reconozca ese matri,
rnonio. No obstante, la autoridad mexicana rcchazaá su re€onocimiento, con el
argumento ¿e que hacelo afecta el orden público interno.

\>9"1t
tCSe agregar que según la ley mexicana el elemento sexo (unisexualo bisexual) para
drtraer matrimonio es úfi asunto o.úestión de fondo, por lo cualla regla de conflic-
D meicaná nos remite a la ley reguladora del estado civil, no a la de la capacidad
(¡unque pudieran coincidir). El sexo no es un tema de capacidad ni de forma, sino
& fondo. Aún sostenemos que en México la unión de parera, como en remotas épo-
6 .r como ha sido visto y estudiado en ¡a antropologia juridica, es un medio para
l*elizar ante la sociedad las potenciales relaciones sexuales de l¿ pareja, a grado tal
ql* incluso muchísimas personas lo han estimado como el medio lega¡ idóneo para
aEcentar y mantenerá la especie. Sin emb¿rgo, como en tod¿evolución socialexis-
I la posibilidad de que por respeto a Ios derechos de las personas, utilidad, conve
r¡ricia, etc., elEstado decida aceptareste tipo de uniones, ya partirdeese momento
d.iaría de afectar el orden público.5s

e El argumento que aleg¿n qui.ncs acept¡n el nrarrimo¡io de1 misúo sdo parle frincip:ütuenrc d.
lidisposición constitucional quc establece la no dircrininación. !l problcnra co¡siste e. dct..nri-
n¡r si el úatrinronio tr.dicional § cquip¡rd a lo que s o puedá ser 1¿ unjón de peÁon¡\ d.t
úisúo sexo. Hay quienes esrán de lcuerdo en estas uniones, pero no en que .dtifiqu.n como

i En el !ño 2000 .1 thrtido de la Rdolución Deóo.ráric¡ (pRD)pre*nróa taAsmbla L¡lislar¡?


del D.h un¡.nkir L¿ r.ndrenre ¡ leEJ,Jr LF unionc. homo.exu¡te\. hr probÉnrr. (n iJ .ni, i.,
tiya, ésta fue etnrda. S. volvió á p¡esenrar en julio de 2002 t.t_ey de Sótietld¿ ¿. <:ún.itt.id pcro
la propuesta¡o se dcepn. En v¿rios lug¡res se ha r¡dr¡do de nrtrodú.n.*tes uniones elitándoles
dcnonrnrar trd,rir¡orid y p¡ocumndo qüc p¡rezc¡ un cont!¡ro, Ju.qu¿ no $ ha los¡¡do afinar
ñtuul,,nu,JItrroon.\,,quclo.rn)r'r,ñ(. o,ot,, ph1endcn J¿rr h,".u,c.o¡i,,.. resrro d.
¿ uni.n dcre.ho. pir.ñ,,¡ ic, en \o-r,' .(on)J ,i tu.r, ,.(i.J"d .un\uB-t'. ,ino irnrbje,.
.«e$ á 1os snkiosdel SeSu¡r $ci¡I. Siúnkanrente se rr¿r¡¡a de tos primcros,.ibria 1a L¡s¡tatur!
loel fr¡ l(di, ¿,. pco no rnd Jl,Jn/ ,,,r,. impt. (Jn¡iJ,ñ p¿rJ obrrne, .o, b( ne[, ,^ dct
'h[.
Seguro Soci.l, cu)6 rcglas compctcn !lgobierno r¿deráI. Ln punlo de yista puede o¡suh¡N.n
M iá Anio¡ieri lvlaSallón cómcz, "(b¡sid*r.ioncs itridnrs sobrc h inicialiva de ¿./ l¿ .§d.k/dd
¿e Corúu.ia del26 dc abrilde 20ol,gue freknta 1¿ I.t. Asambler rf,sisl¿tiv! detDistrito Fedú.I,
rlegFhruri'enRi,rn,dcDp,¿./rJP-,,!ru \'r.\.'tfñ.r rnoln'rn r.cf dtr Jc2oo2.
l.:0 D DERECHo rNr[NNAr

lmpedimentos para contraer matrimonio

l¡s impedimentos para contraer matrimonio son actos, circunstancias o hechos que
se consideran obstáculos legales que inposibilitan celebnr el n¡otli,rio,iio. Entre esos
inconverientes se encuertra, según el Lart la falta de capacidad p¡r¡ el matrimonio,
¡a falta de consentimiento, la edad, ciertos grados de parentesco, el adulterio entre los
pr€suntos cónyuges, el atentado contra la vida de uno de los casados, l¡ fuerza o el
miedo grave, ciertas enfermedades, el matrimonio previo subsistenre, ctcétera.
No todos los impedimentos suponen falta de capacidad, pues algunos están refe
ridos a la existenci¿ y validez del acto ¡ratrimonial. A la vez, algunos se regulan por
reglas generales de Drpr y, otros, por reglas especiales.
En el tratamiento de los impedimentos para contraer matrimonio debemos dife-
renciar dos hipótesis: i) que el matrimonio pretenda contraerse en ¡,Iéxico, pero el
impedimento esté regulado en la ley extranjera, y ii) que el matriñonio se haya con-
traido en el extranjero y se pretenda su reconocimiento en México. En ambos casos.
la respuesta del Drpr es diferente.
Comenzamos con el m¿trimonio que se pretende contraer en México_ Algunos
de los impedimentos prescritos en las leyes mcxicanas pueden coincidir con losesta-
blecidos en otros órdenes juridicos sustantivos, distintos del Liídrgo C)r,i, o puede
darse elcaso de que los previstos en estos rcgimeües sean diferentes de ios conteni
dos en la legislación civil. En este caso, ¿cuál es el orden jurídico aplicable en cuanto
a los supuestos nornatifis que impiilen contraer nanimonio?
Lás leyes internas mexicanas no prcvén una regla cspe.ific¡ de r)rpr que responda
a lá interrogante anterior de manera quc es necesario bus!:rr Ia respuesta en las reglas
generales. Para ello, primero debe determül¡rse si los irDpedintentos para el matrimo
nio se califican como rr¿sriorr-r dr, rapaci¿rrl de las personas o, bien, como csuntos de
fondo (estado ciYil). Ambos erán reguladosen algunas entidades federativas por la lel
del lugtr del donicilio de cada persona. aunque en el D.F. por la ler./ori.56
Los impedimentos deben ser tom¿dos en cuenta en forma unilateral (como en cl
caso de cón\uges con domicilios diferentes); no obstantc, hay ciertos inrpedimentos
que deben ionsiderarse en for a bilateral, conrc en el caso de p¡rentesco entre los
compromitentes.
Las leles internas suelen facultar a órganos específicos de gobierno para dispen
sar algunos impedimentos. Pero esta posibilidad Ie g¿,l puede p«tvocar
lrawle a la ley.

56 Enriqu. Estrada Aceles se equivocó alafirlDr que l.le),¡pli.¡ble ¡ cu¡lquier iñpcdi¡ncnto era h
del lrgnr.l¿ su .ehbnc¡ón. gte no es h mnnra que h que ri8. la ! pes¡ de qu. pucdan
caplcid¡d,
coincidirSe equtrocó, a la vez, porqne para su afinn¡ción r ¡po)ó en el!rt. L2l .ustiru.ional,
que no regula p¡obleDras de tráfic!iuridico inrcnracio¡ál\. ddemis,
torque po¡ li épo.a cn que
$üibió ni siquicr¡ se hlbia introdu.ido cn ñléxico la clnexión donric'li¡r. La conexión cÉ
puramente rerriiorialist¡. Enrique Estr da r\.crrs, D.r.dro i¡núnacioiol pr¡ndo ¡nünóno, op.
\.'(r'urNr¡() (' 121

Antes de introducirse el divorcio en nuestro pais una persona dilorciada en el


crlranjero no podia contracr matrimonio (en México), pues se consideraha que con
ello se burlaba elorden público mexicano, que sólo permitia contraer malrirnonio a
los solteros y a los viudos. No obstante, en 1896 s¿ presentó el caso de un alemán
di\orciádo que pretendía caslrrse en Yucatán con una mexicana. Aunque dc entrada
no se negó el matrimonio, se consuhó al ministro de Relaciones Exteriorcs y tras l¡
.onsulta el casamiento fue autorizado al estimar qu€ no había impedimento.5T
Aunque desconocemos el razonamiento, es posible que no se ha1,a tomado en
.uenta la contrariedad con el orden público, porqueseprefirió afirmarel derechodcl
Jirorciad¡,. para Cr,nlr¿er un )eBUndo mxlrimonio.
[.n el caso del matrimonio contr¡ído en el extranjero, los impedimentos no
deben ser desconocidos por un juez nrexicano, salvo casos excepcionales como el
Éaude a Ia ley o la afectación al orden público internacional.

9.19.!'
Ejemplo

supongamos que en el pels A y en el pafs B uno de los requisitos para contraer


matrimonio es contar coñ uña edad mlnirna. Si en el pals A se niega la daspensa
del impedimento, pero en I se otorga y, adeñá5, se celebra el matrimoñio, en este
caso si la parela regresa a A, ese pafs podrfa no reconocerlo, pues quienes se casa-
ron €starÍan evadiendo las d¡sposiciones de orden público ¿e A.

\¡99
En seguida nos refcriremos a algunos de los impediDrentos para contraer nratrinn¡-
nio;se tr¿ta de casos espec¡ales como el del matrinronio de quien ya está casJdo, ¿si
._omo el del adoptado, casos que se riSen por reglas especiales que requie..n Lrn.}
erplicación adicional.

Sohe a o viudez como impedimento

L¡ norma sustantiva mexicana prescribe como impedimento p¡ra conlraer matri-


rronio el hecho de que subsista un matrimonio con persona distinta (¡r¡. 156 tiacc.
\. ( (;r)f), de manera que es necesario ser soltero o viudo para poder contrirer nuevo
rutrimonio.
No existe una norma de conexión especial que prescriba clderecho aplicable a la
loheria o la viudez, como un impedimento matrimon¡al, por Io que debe rccurrirsc
r h regla general de otrr
Lá apertura de este apartado especial lo justificamos por las diticultades o dudas quc
xoduce la calificación del impedimento, por la regla general que ltr hemos exPlicado.

I uis Pére \trd¡¡. 7i¿,¿do ¿¡., . tal ¡te .lúdl\' nt¡únatu nl ¡rnn¡¡q ticld¡ de I ()ficios del
r^\r.do, Cuad.l¡j¡ra, 1908, p. ¡ 23 ^rrLs
I22 E) DERECHO INTIRN^C

Como la condición de soltero para contraer nupcias no es un asunto o cuestión


de capacidad sino de estado civil, éste se rige pot la ley del domiilio de cada no de
los cofifiayeñtes, st ésa es la ley aplicable. 5e rrara de un elemento ¡le vali¡lez. En otros
paises la do(trina se conduce en términos diferente".
Para el derecho mexicano el hecho de que subsista un matrimonio anterior es un
impedimento para contraer uno nuevo. Este impedimento no significa que falte el
requisito de capacidad, sino que se trata de una cuestión deestadocivil: la condición
de casada para esa persona.

\>99
Ejemplo

Se üata de una pareja domiciliada en el exfanjero, uno de cuyos miembros ya se


encuentra casado. En el lugar donde están domiciliados la ley admite la poligamia,
como ocurre en lrán, lrak y Cabón, entre ofos pafses.
siconsideramos que la ley aplicable al fondo del matrimonio es la deldomici-
lio matr¡monial, entonces podría resultar que el ofcial del Registro civil del Estado
de Puebla (cuya leyv¡ncula elestado civilcon eldomicilio) autorizare y celebrara un
nu€vo matrimonio. El problema consiste en saber si la autor¡dad poblana (eljuez
o el encargado del Reg¡stro civil) deberá autorizar o reconocer uñ matrimonio poli.
gámico. En reali¿ad nos estamos refiriendo a dos cuestiones distintas: aLrtorizar uñ
matrimonio pol¡gámico o reconocerel matrimonio poligámico. Más adelante abor
daremos el problema del reconocimiento al matrimonio poligámico.

!>\>\>

Por lo pronto, si se trata de la autorización podemos adelantar que si se pretende


contraer matrimonio en Puebla, México, la autorización será rcchazada, porque si
se aceptara significaria permith una unión matrimonial .ontraria a la concepción
cultural mexicana, según la cual el matrimonio debe ser monogámico (el fondo
mismo de la institución matrimonial). Por ello, admitir una institución de este tipo
significarla vulnerar e¡ orden público internacional mexicano. Si el matrimonio se
hubiera (ontraído ya en el extranjero prra e.capar a la lev mexicana, implicana un
fraude a esta le¡ como veremos má, adelante y. por tanto, el de5conocimiento del i
matrimonio. I
Como se ob5erv¿. el problema nocs.en.illo.:i alguren contraio matrimonio I
poliSámico o poliandrico en el extranieru y éste no se reconoce. a la personu .,egui- !
rá considerandosele c¿sada. por la razón siguienle: lo que no se reconoce del I
matrimon¡o po¡igámico es que un hombre puedr e5r¿r cas¿do con varias
-u¡eres- I
aunque el efecro del matriÁonio .r es su"ieprible de ser reconocido. Una viud¡ I
Fodn¿.lener derechos sobre la .ucesion que se abra en Me\rco si a(redira habe¡ I
celebrado nupcia.con eldrcajfis como su primer¿ cónyuge y 5in someter a d¡,cu. I
s;on de que malrimonio 5c lr¿ta. Lo5 hijos tamhicn podrían ejercer su derecho aI
re(ram¿r ¿rimenro.
I
\l i i\\ Lj <r l:]

v¿tnmonio entre el adoptante o los padres biológicos


.c. ¡doptado como impedimento
r:o de los in)pcdimentos paral:oDtr¡cr nupcias cs el que sc rctiere al nl¡lrimonir)
:::re ¿doptantc ),adoptado. [n este caso, cabe pl¡ntear.los hipótesis: i) el n)alrinx)-
--l) Jrl adoptndo con los p.rdres que b ¡doptarol, y ii) el matrimonio del adoptado
ius padres biológicos. Se trata dc un impedinlento regul¡do por reglas especifi-
-n prescritas
.i: cn tratados ) la misma lcl interna.
L\iste impcdinento lcgal para contraer matrimonio cuando previanlcnte existc
.r r"lopción conocida (plcna y semiplen¡). Si se trata de adopción plena el irnpedi-
!.rro.'s absoluto, pues scría tanto conro que padrc e hüa biológica sc cas¡r¡n. Si se
:r-:r de adopci(rn scmi¡rlcna (en l¡s cntidades federativas donde subsiste). podrii
*- luegodc liquidarla rdopción yr Ia mayori¡ dcedad del adoptado.l,¡ razón del
Erüimento se explica porque micntras la adopción dure, l¡ relación cntrc adop
-.E::. r adopt¡do será de padre e hijo.
Relpecto dc la adopció,r plena, cl derecho convencion¡l internacion¡l prescribe
5l regla uniforme cuaDdo hay adopción plena no es factiblc el matrimoDio entrc
¡.41J¡te y adoptado ((i»rvención I¡rteramcric¡na sotlrc (inrflicto dc Leyes en
t¿¿:.ri¿ de Adopción dc illcnores). Flst¡ disposición es acogid¿ por las lcyes internas
tanto para laadopción plenacomopara la semipleDa, por lo que Do podrá
=<u.¿nas

!¡ un adopt¡nte y un adoptado con residencia en México se trasladan a otro


:¿- ¡on el único fin de obtcner dispensa para cootraer matrinronio y lo.ontraen,
:¡. n¡trimonio deberá ser rechazado en trléxi.o, por consriruir fraud. r la le)'.
-,ra¡rmente, cn cste úllirro caso ya no lros refcriolos aú h pedinettut lrlru cele-
,., ¿! nnttit ottio en México, sino a un caso en que ha dc desconocérsele ¿/¿cfos
i. -rrrirtruirr 1r telebrrú en frautu a la Iey nrcxkonn.
Lr otra hipólesis de iDtüés quc nrclcionamos al principio es la relátivn ¡ que un
¡r ftrdo se cisc con sl¡s p¡dres (o tios o prinros) biológicos, que lo dicron en adop-
: .: plena y con los cualcs se'tonrpic«rn" los virculos lcgalcs y de filiacitln. Aun
-ijJo es cicrto que sc ro¡¡¡pcn los virrculos. p¡ra un juez nrcxicano subsistiria el
c:rrlinrento para contracr matrimonio, porque l¡ posición de hijo biológico preser-
.¡:¿¿ones dc s¡lud couo inrpediment(). Fln este pu¡rto lasleycs intcrnas mexicanas no
.-r ihri§, ni parece que la hipótesis hubiere sido contemplad¿l por el legishdor
f.l impcdin¡ento parr que adoptantc,y ¡doptado celebren nupcias no s('regul.r.n
.i- :.al¡sgcncr¡les que rigen elfondo del matrimonio, como cn losdemáscasos. Lor
¡::\limcn«)s cD cl caso dcl rdoptante y adoptado mantiencD .rutoDonri¡ !'s.. rigcn
:' . l.l' regl¡s espcciales quc hemos cxplicado; es deci¡ las dc la filiación irtloptir.r

vatrimonio mediante apoderado


.,:-.rnos paiscs sólo admitcn el matrinxrnio cu¡¡rdo ¡mbos conirJventc\ Ja anaxar-
-:- ¡r¡¿,¡lA c,,.1 ,rjorr{tj¡o rle lo ct:lcl,rición. [:sl¡ rcgl¡ ¡dnrir'.\c.pcirn]cs en l¡
124 E r)LklrrHo rNl rirlN^(

Convención de Nacion€s Unidas sobre Consentimiento para Contráer Matrimonio.


Edad Mínima para Contraerlo y su Ilegistro, ya que permite la realización de este
tipode matrimonioaun cuando alguno de los contr¡yentes no s€ encuentre lisicamen-
te presente. Se trata de lo que también conocemos como mattimonio Por poder o natri-
monio por condücto de rcpr$entinle o ,na¡rinnnio ¿ d¡larod (aunque en algunos
hrgares suelen establecerse difercncias cntrs es¡os conceptos, como en Argentina).53
Esta modalidad para la celebración del malrimonio permite ql¡c un contrayente
esté en un Fais -v su parera en otro. Sin embargo,lo antcrior no ha sido ¿ceptado por
algunospaises suscriplores de la citada Convención, que expresaron res€rvas sobre el
particulari es el caso de Dinamarca, República Dominicana, Finlándia, (]uatemala,
Hungria, Islandia, Noruega, Filipinas yRumania, cntre otros. Como se advierte, esio
obliga a las áutoridades mex¡canas a conocer el contmido de las reservas ¡nlroduci-
das a un tratado por los demás paises sus.riptores.se Además, cs razonable que al
menos uno de los contrayentes esté domiciliado en el lugar de celebración, pues de
lo contrariose propiciaria elfraude a la ley. Tal parece que fue elcaso de la actriz Sofia
Loren y (larlo Ponti: lucgo del divorcio de la primera, s€ realizó el matrimonio de
ambos mediante apoderado.60
Según el Principio I. ü) de la Recomendación sobre el Consentimiento para el
Matrimonio, la Edad l\{ínima para Contraer Malrimonio y el Registro de los Malri'
mon¡os (Resolución 2018 [xx] de la Asamblea General de la oNU, de lo. de noviem'
bre de 1965), "sób se permitirá el matr¡monio por poder cuando las autoridades
competentes cstén con\encidás de que rada ¡¡r¡a dc las partu ha etpresado su pleno ¡
libre cofisenintiento afite ufla a torida¡l cofipetente, en presencia de testigos y del modo
prescrito por la ley, sin haberlo rctirado postoiormente" .at
(lomo hemos señ¡lado al referirnos a los matrimonios por conven¡enc¡a, en el
caso de r¡atrimonio de extranjeros que otorgan poder para casarse en Méx¡co, ellegis-
lador fedcral desconfia e incluso niega el matrimonio, )€ que el extranjero pará casar
se tiene que residir en México.

5r F.n s diferencian tlcs tipos dc mát dmorio cntre aue¡l.s: €l mát¡imonio por poder, por
^r8criina
.orespordenda l?Nn-
y a distancia. [n cl p¡iñetu, un ñandlta¡io rc.]iza el acto en nombre ],
tació¡ de una p.rcn¡i en el sSundo, bar¡ l. .afa que el intc@do enviá a la áutorid¡d en la que
cxpr.k $.lc*o dc.¡sare; y en elte(.tu,1¡ eipr.sión de úlunt¡d e haceante una auioridad del
lúga..n que r.rcúcrrá tlcónFge y que 6té áuroriz¡da pa.a Boger s con*ntimiento (art.
¡ 73 del (r ). M¿ria loyf¿ Méndez C¡st¡. Md¡riáo¡io.
(-lu6rio 6 con@s: noúbt, ¿oñnilio, adop-
.iór. Soo¿¿dd ¡u)r8dt 5¡.6ó" de lú .óryug6. R.giñ¿ú l¿Sal del ñdtiñonio cn iL lct 23.515.
Rúbin2al{lulani, S¿nlá F.. 1987, pp. 90 y siguientes.
s, t«as reservasno e publi.¡n eo clDi¡rD O¡.ia¿ po¡lo que cs acon*iable recurir. l¿ Coósúhona
lurid¡.¡ dc la SIIE p.ra reabar * dalo, a menos qu. el ini€redo púcdá obtenúlo d.l páG en
inlern¡cioo¡ls «)NU, o¡.^ ) a rrávés de irlÚnet.
consulta o de los organisnros
m Tito Ealla no,I)iñro ¡,Et,tüionaL p¡into,op. eit-,p-396-
61 htlpJ/w.unhchr..hhporish/htmUnrcnu3/b/64-sp.htmr i8u¿lnrentc €n hltpJ/\Ñ.ddechos
huolnos.culr¡l¡dol6a-st.htnr, maro 18. 2006.
\¡(31\\i() (. ¡]i

En los casos en que sea fact¡ble el matrimon¡o m«liante poder (r)lo cu¿ndo es
un me{icano el poderdantc), en el mismo deberá describirse a la personir con la qur
pretende casarce, de manera que no son aceptables podcres sin espe.ificar la pervr'
na con la que se cásará el poderdante. Por lo general, se trata de un poder especial
que debe ir acompañado de una constancia en la quese deml¡estreque el pod(ydan-
ie es soltcro. Este ane¡o no se exige en México.
Hay colsulados de varios pa¡ses que anunci¡n er irrternet la posibilidad de que
ahi se otorgue un poder de este tipo y por celebrarse cn el pais representado, por el
cual se cobra una cantidad de dinero.
La ley interna mexican¿, cuando setratade relaciones de tráficojuridico interesta-
tal, permite la celebración de matr¡monios mediante apoderado, el que puede repre-
sentar a u¡1 contrayente ante el oficial del Registro Civil. No obstante, si se trota de
relaciones de táfico iurid¡co internácional se presentán alBun6 problemas.
Cuando las leycs territorialistas estaban vigentes en México que, como lo mencio
nam(x, fue a¡tes de 1988, la Secretaía de Gobernación giró circulares a los gobiernos
d€ los estados en las que se expreso que las personas residentes fuer¡ del país no
podían contraer matrimonio por poder. José Luis Siqueiros rccuerda que sobre el
particular se argumentó que el (lD¡ prescribia que el art. 12 solo s€ aplicaba a los
habitantes de Ia República. Si el contrayente ausente no estaba cn la llepública, no
podi¿ contracr m¡tr¡monio.6r Hoy en dia éste parece un argumento desconcertante
y contrario a los derechos humanos.
Con l¿ reforma de 1988 esa rcgla se cl¡minó. No obstante, en 1971 se prescribió
(en las leyes federales) que si un cxtranjcro deseaba casarse en el país, debería residir
en México.6r Debido a esta disposición, ni los extranjcros ni los mexicanos residen-
tes fuera del pais podi¡n contraer matrimonio mediante apoderado. Seguo la ley
federal vigente, la prohibición sólo queda para los extranjeros, a menos que obten-
gan la autorización correspondiente de la Secretaría de Cobernación. Fsto s¡gnifica
qüe los mexicanos, aunque s€ encuentren en e¡extra¡iero, sí pueden celebrar malri
monio por medio de representante, punto que sólo es rcogido expresamente en el
Cotligo Foniliar del Estado de Hid¡lgo la¡l- 39) .
En lo que no estamos de acuerdo es en que a ¡os extranreros que rcsidan 'uar¿ de
.\féxico se lcs prohíba casarse por poder Esta prohibición no cs congru€n¡ .on la
C-onvención de la ()NU s$re Consentimiento para Contra€r l\l¡trimonio. qur .tres'
cribe que sólo podrán in4)edirse bs matrimoni()s a distancia cu¡ndo .oncurr¡n .ir
cunstancias "excepcionalcs': El hecho ds ser extránjero )_ no residir en el lug¡rr i
Ia celebración no cs una rofidi¡i<itl rr.rep.,ordr. Hav que record¡r, a la vez, qu. la
Declorociórt Uniler$l de los Dereahos Hu»tdnos \¡rt. 16) impide que se r€strinjdn los

¡: ,os llis Siquein,s, Sínlsis


de DeRrho lnrcrrJrn¡nr] ¡irn ¡tu : .n Ll¡¿on¿rd¡lclI¡nd¡o,\r¿r'r¿"a
l. r, M¿xico, 196s, p. 65. I¡urlmenrc .n S. ,\. Il.¡\ ith ) l(,s¡ I-uis Siquetros, (;o,rlid o/ldvij
uNANr,
np¡ndñ nitl Unte¿ Sto¡5.op- ¡n-.p-9t-
^r llás adcl.nteáfirmaBnios l¡ inon$iru.tun¡lid¡d dr cna disl¡'sición.
126 §) r)tsRR:'ro rNrliRN^(

matrimonios por el simple hecho de la nacionalidad.6a Además, en ninguna de


ambas convenciones México estableció alguna reserva sobre el particula¡-
Lo que ei legislador podria hacer respecto de los matrimonios mediante aPode_
rado se¡ía estabiecer disposiciones que de alguna manera imPidan o p¡ovoquen la
nuiidad en ei caso de cietos natrimonios sitnulados o fraudulentos. Por eiemplo, el
de un hombrc o mujer centroamericanos que mediante poder se cásan con mexica_
no con el objetiYo de obtener, en México, algunos beneñcios que como erlranjeros no
conseguirían, como una visa de ingreso para trabajar en este país o adquirir la
residencia.65 Se tráta de un caso qlre no es sencillo de determinar ya que habrá que
probar una intención que no es expresa y quién deberá denunciarlo, etcétera.

Relaciones personales entre los cónyuges

La celebración del acto matrimonial produce diversos efectos, que hacen surgir los
derechos y obligaciones de cada uno de los córyT rges. Se trata de lo que también 5e
conoce como ¿sfafr¡fo de los casados o estatuto marrimonial. Estos derechos y obliga-
ciones se rigen de acuerdo con la regla general reguladora del estado civil de las per-
sonas, ya que carecemos de una regla especial al respecto.
La doctrina emplea la frase ley aplicable de los relaciones perconiles entre los tófiyu-
ges como sinónimo de leJr aplicable a los eÍectos del marrimorio. De manera indistinta
se continúan utilizando ambas frases para dcsignar lo mismo. Un matrimonio produ-
ce efectos inmediatamente en elmomenfo de su celebra.ión. De ahi que por efectos del
acto matrimonialy relaciones entre los cónpges se implique la misma idea.
Hayquienes sostienen que debe diferenciarsela noción efectos del natrinotlio de
la de relacio,les entre los.?r/¡rgeJ- Para ellos, la primera noción es arcaica mientras
que la segunda es más ¡ctualizada y responde a una idea democrática. De cualquier
manera, cui¡ndo nos refiramos a bs efectos dcl matrimonio o a las relaciones entre
los cón\arges se tratará de un mismo supucsto fáctico-normativo.66 En la ciencia

6a México s Dfado parte de dos conveDcioncs sobre podcrcs (la Conlenció¡ sobre Unitbrmid¡d
del Régime¡ Legál de Poderes y liCo¡vención lnteramcricana $bre Ré8imen Leg¡l de Poder6
para ser Utilizádos en cl Extr¿njero), pelo trinsuna de ellds se refiere al matriñonio medi!¡r.

ñ, Una de l¿s prácticas que sigu.. lG cónsules mcxi.anos en Centroaméri.a v v¡rios ohos Pais
consisk.ó que pan ororg¡rlesvisa que les l(nitcn in8res¡ren i\'1éxi.o exiSen a los $licitantó
quc dcñuefren un i¡8reso (onóñi.o y lrabaio tn su Pais Ello es asi Porque muchos de los slici'
l¡nrc\ $1o pretendcn li visa ¡ncxi.rná plra .ruzar d P¡h ru mbo ! EU . Pam elitar tales dil¡ci>
ncs. h.) quienes afirtu¡r quc .sos extr¡njcrcs Prefieren clsa6c con tueric ros Para ingres¡ trú'
1i.i1rneole.n lUéxi.o.
ii \ hri¡ro A8uilú Nár¡üo, tr¿],on( de.lerc.lñ tilil iñtet ¡co,al ¿sParol, Univcsidad CoDrPluten*
Midlid,198r.p. l4ó. AmoresConradi, poi su P¡rte, r.fic.c l¡denominación ¿¡d.io,cJ.rr¿ l¡
n,r/!8.j p¡ra signific cled¿tuto de bs casádos. Nligucl Amores Conr¡di l.as reláciones ent'
cónF8.s en .l Nu.!o l)erecho intc.nacional Priv.do dc la fañilia: qlores iuridicos v téclics&
regulación I etr fxdriu d¿.i¿r.ro.n,il t. xr, f¡s. Lcn(o maizo,1987, P 93
rr L3r\ n) (n 127

iuridica las defi D iciones normalmente son estipulat¡vas, esto es, suponen un cons€n-
yel legislador
Jo entre la doctr¡na
Abordaremos las relaciones entre los cónyuges en dos planos: por un lado, las
rlaciones persorales, y p or olrc las pat¡inofiiales; ambas son espec¡es de lo que la ley
italiana y su doctrina llaman rclacioñes entre los cóñyuges.67 Como tendremos la
oportunidad de explicar, la diferencia cntre ambas ha sido resultado de los criterios
iudiciales habidos en México, más que de nuestro legislador o de la doctrina. En este
caso, la clasificación dogmática ha precedido a Ia teórica.
El registro del matrimonio, pero en especial las relaciones entre los cónyuges
(personales y patrimoniales), revelan en Ia mentalidad de los legisladores mexicanos
( no los juzgadores) un enfoque similar al adoptado en las vieias leyes españolas lla

ai drs Leres de Partida. En éstas no s€ hacia distinción entre relaciones personales y


patrimoniales, por lo que su tratamiento era único y monolítico. Las leyes mexicanas
@dificadas de nuestra época parecen co¡tinuar la trad¡ción medieval. No obstante,
p€s€ a ese critcrio único, ya veremos (y e¡ elcapítulo siguiente lo constataremos) qu€
los tribunales judiciales nrexicanos (no los legisladores) han estimado que elanális¡s
de las relaciones entre los cón),uges merece un trato diferencial: por un lado,las rela-
ciones propiamente persoñales y, por el otro, las patrimoniales. Elcriterio monollti-
co medievalha cedido ante un criter¡o o trato dualista.

les relaciones personales

Los derechos y obligaciones entre mar¡do y mujer constituyen lo que conocemos


@mo una espec¡e de las rclaciones jüidicos entre los cór7,3es. Estas dan lugar a un
6tado familiar que, como se ha explicado, constitvye |Jna parte ¿el esta¡lo civil de bs
parsoras. Esa relación, segrln el autor que asi lo s ostiene, significa lo situacióñ en que
e encuentra cada cónyuge.r* (lomo drinros, conv¡ene tener presente la diferencia
.nÍe el ado que gtn.ra el n¡atriflon¡o y cl mat¡imonio mkmo.
Actualmente las relaciones entre los cónrrges se rigen porun principiode igual
d¿d democratizantey se ha llevado, inc¡uso, a nivelde derechos humanosla igualdad
¿ derechos y responsabilidades entre los casados.6e
En Seneral, nuestros teóricos, jurisprudencia y varias leyes almencionar los con-
¡rios matrimoniales suelcn rcferirse a ellos pero únicamente en elaspecto patrimo-
-rl. con lo que parecen ignorar el personal-
\o obstante, porelmonlento nos interesan las relaciones personales. En éstas los
aórMr8es tienen como obligación hacer vida marital eD común. el débito carnal,la
6dclidad,el auxilio y el «rcorÍo ñutuo, cl diálo8o, el respeto v la autoridad (conrpar-
tila en México), tsstas relaciules puedcn concretarse en los coñvefiios con/ug)les

r'no Ballirino, i)irn,o n,k t.¡litúntl. prn\úo,op- tit.,pp. {(x).v siguitmes


, I1¡n¡eltl (lhlv.7 AÉncio, (ir¡?¡¡or .¡i,),r¡¡,¡/ts l/d"¡il i¿!. l,ürúd. México, l99.l, p. 6.
. .{riculo 23.4..lricto Inte ici(nralde De¡c.hos (lililes ! Riilicos.
l2Jl E r)ErE.:Ho ¡N1rrN^C

{omo lo pone de relieve Manuel F. Chávez Asencio-, entre los que cabe destacar
)os rclacionados con el hogar (establecer el domicilio conlugal, cambiar éste, manejar
el hogat), con asPectt)s ¿cororrrroi (sostenimiento del hoga¡ trabaio de cada cónyu_
ge, alimentos), con .x¿stíones fantiliares (pl¡]oear la procreación de la familia) y con
la clisis Ael ñdtrinonio \seParación, disolución del vinculo matrimonial por divor-
cio. recon.iliación), etcétera.irl
El manejo del hoSar por los casados forma Parte de las relaciones entre los cón-
yuges. El marido y sr.¡ pareja se ponen de acue¡do para conducirlo. No obstante, p!e-
áen surglir desacuerdos entre ellos y alguno puede llevarlosante un juez para resolver
ia diferencia. Para solucionar el caso, el iuez podrá tomar en cuenta el acuerdo pac-
tado o, a fálta del mismo, aplicar la ley del lugar del domicilio conyagal en los casos en
que la norma de conflictovincule la ley aplicable a la ubicación deldomicilio; en caso
contrario,la lerlori.

Calificación de las relaciones Personales

Aunque las relaciones personales entre los cónyuges pueden ser obieto de convenio
(en las capitulaciones mátrimoniales), no pueden calificarse como un tema o asun-
to estrictamente obliSacional, esto e§,comosi fuera un contrato o convenio. Deberán
c¿lificarse como un ds¡lfl to de elado ci,il, púes se Pretcnde regular relaciones perso_
nales cn el núcleo familiar Se trata de obligáciones que no sólo tránsfieren derechos
) obligaciules como si ñreran un simPle contmto o convenio, de manera que la le)
aplicable a los derechos y obligaciones que surgen en l¿ pareja matrimonial es la
reguladora del ¿stado cilil. Dicho de otra manem: aunque las relaciones personales
entre los cóIyuges (no las patrimoniales) Puedan llevarse a un convenio, su natura_
leza y calificación no encuadra o califica cn los contratos sino como un asunto del
estado civil de las personas.
Aunque existen obliliaciones entre los cónfrges y que de alguna forma el dere_
cho de las obligaciones podria encargarse de su estudio, en el m¿trimonio tenemos
obligaciones de naturaleza tan especial por La intimidad que guardan con la persona,
que caer en la órbita de las rclacit»res personales dcl matrimonio y no en la de los
contratos o convenios. Se trata de reglas particularcs que Por tradición y naturaleza
sustituyen a las generales de las obligaciones. La vida matrimonial no se reduce a
crear y transferir dcrechos y obliSaciones: las emociones,la vida de Ia pareja,el com-
portamiento positivo de Ia fámilia son, entre otras, de suma imPortancia
En las relaciones personales entre loscónvuges, adiferenciade las relaciones con
tractuales, privan ebmentos tradicionales, tultufiles, etnotivos, laloratiltos, morale\
etc., como podemos constatar cuando sabemos que la diferencia de sexo no sólo es
una condición pam casarsc, sino parte tle la csettcia del matrimonio, corno lamb;én lo
es la fidelidád, h asistencia mutua o la posibilidad de.rear familia. Es decir, el

r0 NlanuclF. Ch¡vezAsncio, üüe¿, pp. l8 ysisuie.tes.


\cL'8l\\ro (r 129

atátüto matrimonial no es el mismo que el estatuto contractual, por lo que la lelr


¡plicable puede ser diferente de la de los cont¡atos. Se tratará de una regh especial:
&nicilio conlugal, derivada de la general: domicilio de la persona.

DarE(ho aplicable a las relaciones personales


matrimonio

(C¡d¿ pais establece su propia conexión para localizar el derecho aplicable a las rel¡r
entre
personales los
cónyuges. Por ejemplo, en Corea,Tl Egipto,7z lrak,Tl
-,6
¡adánia7a y Ios Emiratos ArabesTs se aplica la lel na¡iofial ilel fiarielo; et NeÍ\ani^,76
llcy permnal común de ambos cónyuges en Nicaragt:r.,77 la ley del lugar de celebradón
hay cambio de domicilio, la ley correspondientq en ñgentina,73 se rige conforñe
',i bl
ab del dofiicilio efectillo, con elementos más fácticos y por tanto, mrás objetivos.
En México no existe una regla de conerión especial para regular las relaciones
de los córy,uges, de manera que debe recurrirse a la regla general de derecho inter-
Eional pri!?do. Encontramos aqui el art. 13, ftacc. I¡, del cc¡¿d, ásl como el de
Eias entidades federativas, que prescriben que los asuntos del estado civil de las
fEsonas se regulan de acterdo conla ley del ¿lomiciiio, aunque otras entidades fede-
úir"s siguen una conexión territori.l, como ocurre en el D.F. En cualquiera de los
creos,la § aplicable a las relaciones entre los cóq/uges es la que rige su estado civil
Qunas se rigen por Ia leydomiciliar; otras, por la ler/ori).
En cuanto al aspecto domiciliar cabe considerar tres cuestiones: d) el lugar donde
t üve de consuno, ú) elcaso en que la pareja resida en lugar diferente, yr) la obli-
Fión de cohabitar en un mismo lugar )¡sus dispensas.
a) [a Convención Interamericana sobre Doñicilio de las Personas Fisicas esta-
Hece como domicilio de los cón¡rges aquel donde "vivan de consuno" (art. 4),7e lo
qI€ implica un criterio práctico para ubicarse y objetivo, en la medida que la reali-
üd coincide con la norma.
Aunque varias de las leyes mexicanas establecen que la ley aplicable a los asuntos
o cuestiones de estado civil de las penonas es la de su domicilio, es obvio que esta
r6puesta es parecida á la arge¡tina, sólo que en esta últim. la conexión es mucho

-r Artlculo 16delá leysbreDrPr


: Arllcúlo 13 delCdd,Ao C;,ia
r Anlcüo 19 del cdd;80 cira
:. Artfculo 14 del C¡idiao a,i/ü
3 Artículo r 3 del clódAo d¿ lú 1ioftú.ior6 citilL..
i Anicdo 14 de lá ¿¿l de L norludón al Código Cilil.
- Artlculo u del Cód¡8o C]ryil
¡ Articulo 162 del C'ód,8o Ciri¡.
r virir,re corsÚo si8óifica vivir en unió¡ en un luga¡ por elacuerdo de adbos.
130 e) DERr.Io r\1tsR:.'^r

más clara y precisa.so tá fórmula


mexicana tiene el inconveniente de qüe ,ro aclara
que se trata del domicilio efectivo; sin embargo, puede llegarse a esa conexión por
interpretación: la coincidencia de los domicilios de los cónluges en uno, el efectiro
o común3r en cl lugar en donde'viven de consuno'l Pero, ¿qué sucede si los cóqu-
ges tienen domicilios diferentes? Los códiBos mexicanosque acogen la ley domiciliar
no lo resuelven. Falta una construcción jurisprudcncial que se pronuncie sobre este
tema.
Para el orden público mexicano es rcpugnante que un tr¡bunal musulmán resuel-
va un litigio en el que participe una mujer mexicana y ésta se vea discrimi¡adá por
razón de sexo, con el pretexto de que asl lo indica l¿ ley islámica. Es obvio que la le-v
mexicana defiende el respeto a las mujeres, además de las domiciliadas en México. l,á
mayoría de las leyes musulmanas emplean como punto de conexión la ley de la
nacionalidad, que en este caso es la ley aon la que más están vinculadas I¡s muieres,
y de esta forma, conforme a l¿ regl¿ de conflicto de esos paises seria aplicable la ley
mexicana que no establece discriminación alguna. El iue¿ n)usulmán tendria que
optar: si aplica l¡ ley mexicana se ¡nul¡ria un derccho discr¡minatorio como es el
caso de la repudia€ión de la mujersin que ésta sea oida. Si aplica l¡ l¿rfori, no seapli-
ca la ley mexicana y la disrriminación scri¡ posihle conforñe a esa lel¡ musulmana;
s¡n enrbaBo, como henlos dicho, un¡ decisión iudicial de esá naturaleza no seía
reconocida en México por ser viola«rri¡ del orden público mexicano,en cste caso del
art. lo., último párrafo, dc la Cbrs¡irr¡.i(i,,, por lo que se rcfiere a la discriñinación,
y del art. 14 en lo tocante íl derecho de aud¡encia. ¿Por qué algunos jueccs y legisla-
dores mexicanos se muestran rcnuentes a exigir nrayor apego a la manera de ser, cos-
tumt,res ¡'cultura de l¡s personas? l,a respuesl¡ es que: el sistema formalista
mcxicano lo inlpide.
La teoria )¡lgunas lq'es de entidades federativas se inclinan por una corecta
adecuación de la ley (entre el supuesh fáctico normati\o ) el orden juridico aplica-
ble),lo que proporciona l¡ conexión personal par.r regular las relaciones de familia,
por ser la que B¡rantizx Dr¡yor iusticia. S¡ por alguna circunstancia la ley señalada
como aplicable rulnera nuestro orden público internacion¿I, entonces tenemos
nuestras reglas que impiden lá aplicáción de la extranjera. La rel¡uencia de losjueces
y legisladores debe cedera favordela armoníaen l¡s relaciones fanr¡liaresde los suje-
tos del litigio, y con ello c¡tender las rcldciones fanriliares. incluso las extranjeras. Se
trata dc darle una vida nlás iusta a la f¡milia-

¡r' l¡ ser.¡¡lidJJ est$l¡.idr .r l¡s l.rts n¡ti.¡nas onrrJsr. Lon l¡ .ipcciticid¡d d. olns le.y6,
.onú la ¡rgrnrin., qu. rr rl ¡rr. I62 d( s! C.,.,,]«) (ln.il pr€s.rih.: _l¡s rcla.¡oDcs p.rsnales
dt krs .¡n1yú8.s serán re8id¡s lor l¡ ls del loni.ilid ./,t,n?, .nrcndiéndosc por l¡1 cl lug¡r
donde bs m irnos útn dr c,msuno. l¡ c¡so de ¿¡d. o d.{onociñicnto de éste. $ ¡rpli.ará la ley
d. l¡ úhinr¡ r.siddrciá."
¡r If,le.rirálirNd.r)rprde¡r¡N¡ ris «r¡.ü.¡ ¡lude ¡ l. 1..! del Erido .D rl .u¡l l¡ rid Lr)nugal
resuh¿ lo.aliz¡da de maneri freponder.trtc (¡¡t. -rl ).
NCLTINATO (,I I3I

,) En principio, la pareia ñatrifioñial ¡lebe corlvit¡ en uñ ñieno lügar. No obs-


t¡nte, para el derecho mexicano es importante la excepción a esa regla, que se encuen-
Ea en ü\a notfia ifiper.ttiya mexicana. Si r¡o de ellos tuviera que ir a trabaiár el
qtraniero, el juez mexicano podrá eximir al otro de irse a vivir con aquél (art. 163,
ccDF).
Se trata de una norma que implica ¿ dos puntos de conexión: el lugar dorule se
en entro la poreja fiatimon,¡rl, que seria cuando está en México (tiene su residen-
cia), y el que se refiere al lugar de tnbajo de rno de ellos, cuando se ubica en el
extranjero. Aun cu¡ndo la ley extranjera donde se halla domiciliado el córyuge tra-
bájador prcscribiera que el otro debe convivir en el lugar donde se encuentre el pri-
mero, tal disposición podrá no ser aplicable en nuestro país debido a la presencia de
le norma imperativa mexicana, que faculta a un.iuez mexicano para evitar que nece-
sariamente el cónynge que se encuentra en México tenga que desplazarse del pais
para ira convivir con su pareja a ot¡o lugar En elfondo de una disposición semejan-
t€ s€ defiende la libertad de la persona a tomar sus propias decisiones.
c) La citada disposición no sólo presupone el establecimiento de un domicilio
común, sino el deber u obkgación de la pateja de colrabirar; no obstante, se prescribe
una ercepción a la obligación de Ia pareia de convivir en un mismo domicilio. Las
leyes de las entidades federativas establecen algunas dispensas a esa obligación: la
malo¡la de ellas lo hace de manera ambigua, pues sus enunciados normativos no
aplican claramente si se concreta o no la dispensais, otros introducen Ia dispensa de
6rma un poco más clara33 y otros sólo se rcfieren a la mujer como refleio de un
machismo inaceptable, que además es inconstitucional.s4

¡¡ Códigos civils del Distrito ¡ede61 (art. 163), Gmpe.he (dt. l7.l), Colima (art. 16l), Bajá
Cálifornia (art.l60), BajaCaliforoia Sur (art. l6e), Co¡huilá (art.270),etc.:"t § cón)uges vivnáó
juntos en el domicilio @rylgd. t¡s tribuóáles .oó corocimiento de @usa, podráó exiñn de erá
oblisación a alsuno dc eUos, cu.do el oto trasl¡de su domicilio a país extránjero a no ser que 1o
ha$ en seryicio público o s@ial, o se est¡blezan en p¡ts inslubre o ind€coro$." ¿r¡ obliBación
de convivir con quicn r¿alia u4 seúi.io público es dispensble?
o &ticulo 166,.rrde Iabdco: "El,uez de primera i$tancia,.on conocimien¡o de aus, enmüá a
uno de los córlages del deber de yivir on el otrc, cuándo alguno de los dos lúslade su domicilio
aler.anj..o o.uando k esiablera.n un lúgar inelubre o ind4oroso."
s Aniculo 1s9, (rr de Aguak¡lientes: "La m¡jer debe vivn al hdo de su marido. Los tribunales, con
@nociñiento de oús, *imirán a l¡ ñujer de está obligación cuando el mando trslade su domici-
lio á pátu extanjerc, a no w que lo h¿gá m sd¡do de Ia patda, o cu¡ndo É establea en un luga¡
irrsálubÉ o indeorcs." Con relación ¿ 6ta dispcición (lá mchista), cabe añrnÚ tánto a su incon$
ti¡ucionálidád .omo a su *niido ontrário al pr,"c¡pD d¿ iS, aVdd y no dkninifloc;ófl por wón d.
se$, como lo prqienen variú co¡venciones inlemacjonal6, e.tÉ ot¿s la Convencióo ebre Ia
Eliñinación de rodás las Formas de Discrimin.ción conl.a la Múier A e«e rspsto, Méxi.o *
obligó a implementar todas las politicas Deceeriaspa.a modi6.ar los pátrones sociocukurales a
fin de eliminar los peiuicios y tas prácticas consuctudinariás ó de cualquier i¡dole, muy ñaiga
dós en grupos indigenas y ampesinos.
132 ü) D[REcHo rNlsRN^croNAr- pRrvrDo- p¡R'r[ $pl]ctAr,

Con relación a las facultades del iuez mexicano par¿ neutraliz¿r Ia obligacióo
uno de los cónluges a fin de desplazarse al ettranjero para reunirse con su
podrá apollarse en que el lugar en el etraniero es insalubre o indecoroso, que
mzones secundarias; Io que importa en este caso es defender la libertad de
del cónrlge que estri en México.
La regla principal (convivir bajo el misño techo) y su excepció¡ no son p
tos de la casualidad. Desde la época colonial varios peninsulares deiaban en EspaL
a sus muieres para venirse a las tierms americanas. Diversos decretos estableciercÉ
que el peninsular que sal i*a, debia hacerlo acompañado de su muier e hijos. El lugar
extraño o insaiubrc no fue excepción; po¡ el contrario, cuando un peninsular deiaba
a su muje¡, ésta intentab¿ las acciones necesarias para que se Ie tegresara a su mari-
do, Io cual era aceptado po¡ los t.ibunales. Este derecho ya no es acogido en la actua-
lidad por ser violatorio de la libertad de la persona.

Confliao móvil
l¡s que hemos desarito son actos cu}? interpretación puede suscitar dudas cuando
implicán conedones móviles, esto es, cuando no se trata de una conexión que Flermit€
conocer la ley apücable For eremplq en el caso de la l¿x r¿, gifa¿ la conexión siempre será
la m¡ña cua¡do se tr¿te de inñuebles. No ocuñe lo mismo con el domicilio, que es
una conexión móül )"¿ que la persona puede cambiar de uno a otm lugar habiendo
tenido su domicüo m un lugar, puede establecerlo posteriormente en otrc.
Pensemoc en una pareja que se casó m Argentina, donde daba donÍciliadá. tá ley
de ese domicilio será la aplicable para determinar la validez de su matrimonio, inclui-
da la capacidad de cada uno de ellos. Posteriormente la pa§a cambia de domicilio (se
rEubica en otro pafs, digamos México) donde se les aplicá una ley distinta. Podda ocu-
rrir que acorde con la ley sustantiva mexicana ese rnatrimonio no satisficiera los requi
sitos de validez de fondo, cuestionándosele al iuEz mexicano esa validez.
En este caso la autoridad ñexiaana ter¡drá frente a sf el planteamiento de un inte-
resado que le dicr: si lá ley del domicilio rige el fondo del matrimonio y están domici-
liados en Méxic¡, donde los requisitos establecidos no le reconocen validez, entonces
ese matrimonio es nulo. Por otro lado, la contrapafe podúa argumentar la validez
afirmando que en el momento de contraerse el matrimonio la ley del domicilio
entonces aplicable,le otorgi validez al acto y que solamente se está reconocierdo los
efectos de uná ley extranjera que lo validó desde el momento de su celebración, que
es la respuesta áceptable.
El juez se encuentra Íiente a un problemá intertemporal, pues las posibles res-
puestas están dadas en la ley aplicable del domicilio en el momento de contraer
matrimonio, o en el domicilio designado por los cón¡tges o en la ley del domicilio
en el momento que sé plantea el problema iudicial, o quizá en las leyes que rilan el
domicilio de cada uno de los cónyuges, cuando tienen domicilios separados.
En este caso, el conflicto intertemporal s€ resolverá considerando la cone,\ión
domiciliar vigente en elmomento de la celebración del matrimonio, lo que significa
LrJNr.() (,' i.t3

.iulr es vílido. Lo ¡nrerior reslrlra del lna¡ei(, dc hs posihles respucsrrs,


cuyo ¡reior
,:su¡rento es ellTlo/ rrd¡lirr¡rnr;. Ante una norDla ¡plic¡ble qlrc Io anlrla v otra que
\irlidc, se escogcrá esta última. Io que dcnuestra que estamos luer¡ d;i estar;to
: ,¡lra.tual, dordc se lirnitan kx dcrechos y obligaciooes para mantener un equili_
-:roi en nuefro cjempkr, l¡ unión f¡miliar, l¡ rurión de la pareja,
están por encima
-:..Lrnlquier otro criterio.

\,4atrimonio consular

'i,trrndíaesgeneralmcnlcacept¡dal¡prarclic¿dequeloscónsrlcsdecualquierpaís
. rhrcn r¡atrinronios entrc sus n¡cionales conf()rñc rlA regld auctor regit dctuhl,
.rr, cs, conlirme ¿lorden jurídico del Estado qLrc cl cónsul represent¡. La Con\cnción
:, \'icna sobre Ilelacioncs Consulrres rcgula intcrnacionalmente esa cucstión. Un
-.r¡rinronio de este tipo produce e1¿ctos jurídicos plenos, como si sc bubier¡ re¿li
.iJo cn el propio pais dc¡ cónsul. En csta clasc de matrimonios, los contray,entes
r.hcn cunrplir l¡s f{)rlnas prcscritas en Ia lcy del Efado {lue el cónsul representa, lo
. r. Lrareccría un¡ excepción ¡ l¡ regla /o.r/s r¿gil a.turn. No obstante, la iey aplicable
:'r.de suscitar algunos problenl¡s que nrás adel¡nte €xaminarcmos.
lntcs dc proseguir es rccomendablc h¡cer un¡ brcvc rcfcrencia a los convenios
'tcr nacionales mediantc los que se han otorgLrdo facuhadcs a los crinsules para que
.loriccn v celebren matrimonios t'n cl p.ris rlonde fucron asignados; convenios de
. quc lvléxico es Estado p¡rte:

,¡) t.¡ Qnrvencirtn de Viena sobre Relacj{nrcs Consulares (art. 5. fracc. r, que
ficult¡ al cónsul para actu¡r en calidad dc lirncionrrio del Rcgisr¡o Civil.
l,) L¡ (i»\'cnción sobre Contr¡tos de illatrimonio. celebrada con lrán.i¡ s5
.) La (inNcnción celebradir
c.on It:lia para Rcgulaizarla Situación desus Respcc-
tivx Nacionales que h¿yan (ielebrado o Celebren en lo Fuluro Contrato de
Nl¡trinronio Ante k» Agentes Diplomáticos o Consularcs.s6

' :.rl¡ dc lres corvenios. uno multil¡teral v dos bil.rtcrales. Bn Ios dos Írlti.nos, los
: .-.rJos .o¡tri¡tantes admiten expresanente r¡ue los cónsules de u¡o y otro paises
. .:r¡n ¡utorizar los ¡ratrimonios de sus respectivos nacion¿les. En estas condicio
,
'. .',,r.uli. p,,drJn c( lcl'rirr r,r'c, nr rr-inr,,rio. .i(.mlrc ,lu(:

.¡ l.os c(inylrges sc¡n nacionalcs del paÍs dcl cónsul.


I []l matrimonio sea autorizado por cl rrinistro de la raci{nralidad de Ios ron
tr¿ventes, lo que significa que en \{éxico no seria reco¡ocido cl nr¡trimonio

J¿l li de.n.rr ¡. i910.


ll¡ D rr kr r() r:.'rrk\r(

dc un mt'xicano celebrado ante un cónsulcxtr¡rljero, esto es, ante u¡1cónsul


que no sca mexica¡o.
c) La ley del país del cónsul b autorice ¡ celebrar ese mttrinronio.
¿J) I-os contraycrrtes tengan su residenci¿ en el país donde el cónsul está acredila
do. Este lihimo requisito no parece encoDtr.rr el mismo eco en la ConYención
dc Vicn¡ cit¡da.3;

En rcsu¡ren, el m¡trimonio celebraclo antc nn ((jnsul producirá k)dos los efccbs


legalcs correspondienlcs no sólo en cl p¡ís que aquél rcprcscnta. sino también en cl
p¡is donde se celebra. Au¡que en lus citad¡s convenciones no se hace ¡lusión al
ordc» jurídico rplicable, puede cntcodcrsc que cl cónsul cclebrará el malri¡nonio
b.rsándosc en la propia le), ¿7r¿ ¡o r,?e, incluidas sus normrs conllictualcs.

\+99
Ejemplo

Un matrlmorio ante un cónsul italiaro o Íancés acredirado en [4éxico se realizará


según la ley italiana o francesa, y un manimon¡o celebrado ante el cónsul mexica-
no acreditado en ltalia o en Francia se p.a€ticará conforme a la ley mexicana. Esto
supone la adopción del ptincipio auctot r.git octum.

\>\>\+
Adenrás de quc'a Lrn nratri¡¡¡nio consul¡r se le rcconoccrán efectos taDto en el p¡ís
dcl cónsul conx) cn el ,ist¡do donde se celcb«j, existen bueDas posibilidades de qLre
t.rml'ien le r(ron^¡¡¡rr (li(ln. rn Lr) lcr((r lrr\.
'c
!>\>\>
Ejemplo

Se rata de un matrimonio de españoles celebrado ante el cónsul italiano. Éste


podrá s€r reconocido en [¡éxico, siempre que dicho matrimonio se hubiese cele-
brado conforme a fa ley italiena, con base en los convenios suscritos entre ltalia y
España que establecen la validez de ese tipo de matr¡monio. Esto quiere decir que

¡r ll¡ 1¡ fti8in¡ dc itrt.r nel ¡el ( i¡rñ l¿do dc I l.xko .n S¡d¡nre b,(.nlil¡rni¡, rt \.rt¡c.ch iori
sigui.n¡.: l'l (:,¡rul tu.de.clebr¡r ¡rir¡inr¡rio§ \i funhos .ontr¡) rnt¡s e nr.\i.iros.l.tl.ó¡r
soli(irud. I (-opir .e¡tifi.id¡ d. l¡s ¿.lÁ d. .¡cinr icnn) d. l,,s .d triyent.s, .r Dc.lú¡.ión de(¡
tm rcrigo\ nr¡\orc\ dc cd3d.,1. (lúrill.¿do ft¡di.o d. los .o¡r rik¡tes, s. (i¡Nlni,) quc csp.ciri-
qu( cl ripo d. rcgnncn d.l nr¡rrinonio: $.iLdirl L1n¡\rs¡l o scpm.nin dc bienc\. 6 lJrgd d.
der..hos:5.11.01) por l¡ r.rtrr.ión ñ¡l¡n¡oni.l" hrrpr¡ñ\1r.onsulm.r!.rrm.nto conrr.gi\lro-
cnil esf.h¡n, ¡ornr¡b¡c lr).2004. SL r.it.r.D t)tisi¡¡\ si,nil cs en cl (l¡nsulJdo dc l\Ióxi«) or
Puúto lli«) (htlpr/wwN sc 8oh.N/{¡ j! rhrr l/strli.i(¡lr.gir i().ht nn ) I .n .l ¡. 5¡n I )ic8o.
C¡lllbnri¡ lhtlfr/..nsrlme\sd.orl(lct \crv.¡spirxnrbre=II¡triftnrio. nr¡zo 18,l( 6)
NcuBrN^lo (6 ll5

los pafses no sólo determinan las reglas de confliclo internament€, sino que lo
pueden hacer por convención internácional.

\*9.9
En algunos palses europeos se ha recurrido al matrimonio consular para dar solu-
aión a algunos problemas. Por ejemplo, el Convenio para Facilitar la Realización de
Mátrimonios en el Extranjero, de 1964, prescribe que si en un país se impusiera
como única forña decelebración de matrimonio el de los contrayentes que no dese
an ese tipo de matrimonio religioso, podrán celebrar el consular, a condición de que
no sean de la nacionalidad del Estado que impone el matrimo¡io rcligioso.33
Con relación a la ley aplicable es necesario hacer algunas precisiones. Dijimos
que en este caso opera fa rcgla arctor regit actuñ, que obliga al cónsul a aplicar lá ley
del pais que representa (en este caso, la ley me{cána). El prime¡ problemá para un
cónsul mexicano en el e{ranjero es saber cuál ley mexicana aplicará, si la federal o la
local de alguna entidad federativa, por ejempto, la del domicilio de uno de los con-
trayentes. En este caso nos inclinamos por la aplicación de la ley Íederol, p\es se ¡ata
de jurisdicción federal y de la actuación de un funcionario federal que deberá aplicar
el c'cF¿d. También está el hecho de que no actúa dentro de alguna entidad federati-
va. El segundo problema consiste en resolver si sólo se aplica la norma sustantiva
mexicana o táñbién se incluye la de conflicto. En esta hipótesis nos inclinamos por
la aplicabilidad de todo el sistema mexicano, esto es, normas sustantivas y normas de
conflicto. No existe disposición que restrinja la aplicábilidad de las de conflicto-
Ahora bien, si el cónsul sólo puede casar a sus connacionáles que estén domici-
liados dentro de la circunscripción territorial que le corresponde, podrá razonar
como sigue: consultará Ia ley federal mexicana (que en este caso es el cc¡¿d) y como
ésta dispone que la ley aplicable a los asuntos del estado civil es la ley del domicilio,
entonces la norma de conflicto federal mexicana remitirá al cónsul a aplicar la ley del
país donde sus compatriotas están domiciliados.
Esta respuesta merece dos explicaciones. En primer término, si la ley del lugar
donde están domiciliados los que pretenden casarse tiene conexión con la naciona-
lidad, entonces se producirá un reenvío a favor de la ley mexicana, ya que se trata
de mexicanos que desean @sarse, ¡unque residan en el erlranjero. En este caso lá ley
mexicana sustantiva será la que regule los aspectos del estado civil de las personas,
i¡cluidos los supuestos para celebrar el matrimonio, así como los impedimentos. Es
importante destacar que este mecanismo conflictual toma entre otros puntos de
conexión el de la nacionalidad, que en este caso surge del hecho de que el cónsul
mexicano, como cualquier otro cónsul, protege y apoya a §us connacionales porque
es una e¡comienda que ¡e ha hecho el Estado mexicano, y en este sentido la nacio-
nalidad es el factor de releyancia.

m Aótonio Ofiz Ar.e d. la Fac¡fe, Deecho espoñol y derecha coñunitario- Sclrcc;ór de rertos dc r|úe
tho li|notiokdl hituda ¡ñtado ¡úm.214, UniE$idad (}mplutens, Madrid, 1988, p.97ó. El
cihdo Convenio no 6tá eD viso. para México.
13ó R) DERECHO INTERN^C¡ON^L PRIVAI'O, P^RTF,
'SPECI^L
(donde eclá
En segundo término, en el c¡so de que la ley del lugar del domicilio
el cónsul-y domiciliados los meticanos) no emplee la conexión nacional, sino la
domiciliar, entonces no opemrá el rcenvío de retorno a Ia §
mexicana, ya que la norma
aplicable será la misma del lugar donde el cónsul se encuentra acreditado. En esta
s;gunda hipótesis @recemos de alguna disposición interna que nos rectifique esta
lei aplicabÉ. De cualquier forma, la normatividad y la costumbre internacionales
han llevado a aplicar la Iey del país que el cónsul rePresenta.

Registro del matr¡monio


Ciertos actos jurídicos requieren de su inscripción en un registro' esto es, de la ano-
tación de datos específicos proPios del acto que' incluso, pueden corresponder a su
transcripción. Crnforme al orden jurídico mexicano y dependiendo del dato que se
va a registrar, exrsten cuatro tiPos de registro del acto matrimonial:

a) Registo cofistaficia. El registro del matrimonio, entendido como constancia de


que el mismo se constituyó. Este procedimiento es una matriculació¡ del acta de ma_
trimonio, que puede demostra¡se con la copia certificada de ésta o, en otros lugares,
con el certificado de matrimonio. El dato que se va a registrar es el matrimonio
mismo.

b) Registto poblaciofial-Es el que le exigen a los extranjeros las autoridades pobla-


cionales y de control y vigilancia del ingreso en territorio nacional por parte de
extranreros. En realidad, este registro no se orienta especialmente a que se le reco-
nozcan efectos jurídicos al m¡trimonio, sino que obedece a objetivos de control y
vigilancia poblacional de extranjeros. Ahí se incluye la áutorización del lnstituto
Mexicano de Migración para que los extranjeros no domiciliados en México pue-
dan celebrar su matrimonio. Lo que importa al registro es el hecho de que un
extranjero que se encuentra en M¿xico ha contraído nupcias y que tiene permiso
para celebrarlas.

c) Registro consular. Es el solicitado en el caso de los matrimonios realizados por


extránjeros dentro de México o por mexicanos en elextranjerc. En este caso ¡os rcfe
rimos a dos tipos de registros: el registro de un matrimonio realizado ante las auto-
ridades extran eras y el registro contraldo ante el cónsul. [,o que se registra es el acto
matrimonial celebrado ante una auto¡idad extranrera o ante el cónsul. En realidad,
si el matrimonio se contrajo ante una autoridad extranjera, el cónsul sólo lo revali-
da; si el cónsul es el que celebra el matrimonio,lo registra.

d) Regisúo de tnatrimanio celebrado fuera de Méi¿o. Con éste se procura revalidar el


acto realizado en el extmnjero y reconocerle todos los efectos en México. También se
le conoce como reg*tro de ¡notrimonio corlttol¿lo eñ el ertrafijero.la que se re9lstra
son los actos o constancias acrcditativas del matrimonio extranjerc,
.uBri_m) llr I 37

Acontinuación explicaremos cada uno de estos tipos de registro matriñonial, aun-


que llamaremos especialmente la atención sobre el cuarto (el del matrimonio con-
treído en el extraniero), debido a las construcciones jurldicas especiales elaboradas
por los tribunales al interpretar la normatividad existente.

kimer tipo de reg¡stto

En laactualidad los estados de la comunidad internacional han procumdo establece¡


un registro para cada matrimonio, con lo que se pretende documentar o dejar cons
tr¡cia del acto del estado civil. [á C,onvención de Naciones Unidás sobre Consentimiento
para Contraer Matriñonio, Edad Minima para Contraerlo y su Registro, que ya
h€mos meflcionado, prescribe que "todo matrimolio deberá ser inscrito por la auto
idad competente en un registto ofcial desthado al efecro" (art. 3o.). Esta disposición
as acogida por ieyes de¡ sistema iurídico mexicano, que han creado un Registro Civil
oel que se incluye una sección relativa a la inscripción de Ios matrimonios. Se trata
.¿ un reSistro oficial en el cual se h¿ establecido una sección específica para los
¡¡trimonios celebrados.
Endicha Convención internacional se prescrib€ que el matrimonio será registra
& "por la autoridad competente': Aunque no se dice curil es esa autoridad, se trata de la
@rrespondiente a la del lugar ilonde se constituyo ¿l ¡/¡d¡rimo¡¡io y que en México es,
J menos,la del domicilio de uno de los cón¡rges.
En algunos países el registro se encuentra er la Oficina del Secretario de la Corte,
aí el Departamento de Iusticia, de votantes o en uno especifico como el Registro Civil.
En los casos en 'lu. se permita celebrar elmatrimonio a grupos religiosos (como
aí Nicaragua) o trilales, es necesario que Ia autoridad estatal los regule,los docu
dente y lleve un registro de ellos, salvo que se les reconozca autoridad o competen-
cü a esos grupo: para hacer y m.rntener los registros.
Hoy en día los países miembros de la citada Convención de la o¡u tienen el
deber de mantener los registros mencionados. Así, se establecen registros cuya ,.atio
.ssendi pretende d4at constancia de la identificoción del aüo juidico (de aqúila deno-
ñ;Iúción registro-constaraia) consistente en el matrimonio, lo que se conoce como
rcgisfio Ae acta matrirnonial o del ertifcado de matrimonio.
La Convención citada no enumera los datrs que han de ser registrados. Lp
basta que se haga constar la celebración de ese matrimonio, sin prever la tbrñá
como quedaron identificados los contrayentes (nombre de los padres,lugar de ori-
8en, edades, etc.) o régimen patrimonial (sociedad conlugalo separación de bienes).
Los datos específicos que debe contener el registro matrimonial co¡tinúan siendo
regulados por la ley interna: la del lugár del registro.

hgundo tipo de reginrc

En el caso de un matrimonio celebrado en México entre mexicano y extranjero o


entre extranjeros, debe inscribirse en el Registro Nacionalde Ldranjems (art.68, ¿qy
ll8 a, DDRECHo ¡ñr'lRNAc

Genenl de Población). Este registro sólo se refiere a los matrimo¡ios constituidos en


Méico, no a los celebrados en el ettranjero.
fute es otm tipo de registro (re8istro poblacional), diferente del que e¡iminaremos
antes, es decir, del que debe llevarse a cabo ante el Registro Civil del lugar de residen-
cia. Según la ley mexicana, el Registro Nacional de Extranjeros debe hacerse ante
las autoridades dependientes de la Secretaría de Gobernación, que son las distintas
delegaciones de esta Secretaria en el interior del país y ante el Instituto Nacional de
Migración en el caso del D.F.
la impofancia de este registro trasciende a los datos que el gobierno mexicano
desea tener de los extranjeros sitos en México. ¿a abstencióñ ¿lel regktrc no es.ausa
¡le onulltción del mattimonio, ni obstáculo Pafi que deje de produdr efectos. El registro
poblacional no es un requisito de existencia ni de lidez del acto matrimonial. La
sanción por no registrar el matrimonio es sólo administrativa, por lo que no afecta
al estado civil constituido.

Tercer tipo de reEistro

l¿ Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, ratificada por numerosos pai-


ses, entre ellos México, reconoce como ñrnción de los cónsules actuar en calidad de
oficiales del Registro Civil, siempre que no se opongan las leyes del Estado receptor
(art. 5o., {iacc.r.
En este ámbito se deslindan dos filnciones con relación al registro del matri-
monio: i) el que se constituye ante el cónsul, esto es, el matrimonio que ante él se
celebra, y ii) el que habiéndose celebrádo ánte lás autoridades del Estado en el cual
está adscrito el cónsul,le es presentado para que elabore una certificación de dicho
matrimonio y lleve a cabo un asiento o registro con la finalidad de que sea recono-
cido en el pais que representa el cónsul. El primer tipo de registro (registro-cons-
tancia) es el que prescribe la Convención de la oNU sobre Registro de Matrimonio,
esto es, para d¿ja¡ aor¡irrl¡c,a del acto celebradoi en cañbio, el segundo tipo se
emplea para revalidar los actos o constancias rel¿tivos al matrimonio contraído
ante las autoridades extÉnieras a ñn de que p/oduzca efectos en Méxi,co. En el pri-
mer tipo es donde cabe propiamente el conocido coño matrinonio consulat. En el
segundo caso (registro-revalidación), podemos suponer que ya existe un registro
previo en el lugar del extranjero donde se c€lebró el matrimonio y el nuevo regis-
tro o inscripción sólo revalida los actos realizados para que produzcan efectos en
México, que es un foro distinto de aquel del lugar donde originalmente se docu-
mentó el matrimonio.
En el caso de los matrimonios consulares, el cónsul procede a hacer el registro
delmatrimonio en sus propios archivos. Laleyo leyes mexicanas (de cada una de las
entidades federati!ás) no establecen Ia obligación de registro de ese matrimonio ante
alguna oficina específica del Registro Civil ubicada en territorio nacional. Lo que
deja el asiento o registro del matrimonio en las oficinas consulares y no en alguna
oficina del Registro Civil ubicada dentro de territorio mexicano. No obstante, con
NCUBINAII) (,l I]9

cste registro se cumple con lo ordenado en la Convención de la oNU sobre Registro


d. Matrimonio, sobre todo por el hecho de que los cón¡rges pueden solicitar una
@pia certificada de su matrimonio para registrarlo ante el Registro Civil de un
&micilio posterior en México,lo que sirve para efectos prácticos como una referen
cü directa e incluso para obtener copias subsecuentes_
Cuando el cónsul mexicano en el ertranjero celebra el matrimonio de mexicanos
rolo puede hacerlo cuando esos mexicanos están domicili¿dos en la demarcación
iarritorial asignada al cónsul. Esto impide pensar en que el acta levantada por el
cónsul se envíe a alguna entidad federativa mexicana donde estuviere el domicilio
de los casados, ya que este último domicilio no existe. El Reglamento de la Ley del
9tyicio bcterior (art.82) prescribe que esas actas deberán concentr¿rse en la ofici-
D¡ ce¡tral del Registm Civil en el Distrito Federal.se La obligación debe entender-
aa para cuando el D.F. dependla del presidente de la República e, incluso, cuando
¡, iefe miiximo (el regente del D.F.) era designado por el propio presidente. En la
-tualidad este Registro Civil es un órgano que no depende del gobierno federal;
ademiís, su regulación tampoco le compete al Poder Legislativo federal, sino al
llral. El Reglomento del Seryicio Erterior expedido por el presidenre de la República
¡p puede, por ningún motivo, establecer regla alguna que incida sobre una oficin¿
g¡e no le compete, pero en la práctica esta forma de registro ha fu¡cionado pues
¡f menos se sabe dónde encontrar el registro co nsolar. De lege ferenda, podria (re-
¡rs€ un registro federal que dependería de la Secretaria de Relaciones Extetiores,
donde se lleve cuenta de los matrimonios celebrados por cónsules mexicanos.
La obligación de elaborar el registro la prevé la Convención Consular que cele-
braron México y la entonces República Democrática Alemana (art. 30, fracc. d),
&rechos que pasaron a la hoy República Alemana, donde se prescribe que los
r¡ratrimonios de los mexicanos, o de un mexicano casado enAlemania, pueden ser
tqis¡rados afite el fun.iortatio consular fiexicano acreditado en ese país. En senti-
do similar se prescribe en el Convenio Consular suscrito entre México y Bulgaria
(¿rt.29, fracc. d)i aparece, igualmente, en las convencio¡es que México celebró con
Franci¿ , con Italia relalivas al marrimonio, que y¿ mencionamos.
El archivo, registro y mantenimiento de documentos de la oficina del D.F. sólo
Gompete a las autoridades del D.F. En consecuencia, esta inconstitucional intrc-
misión del Presidente de la República en una oficina del D.F. plantea la necesidad
& que el matrimonio consular deba ir a un registro corno el que mencionamos, a
c¿rgo de la Secretaria de Relaciones Exteriores. Pam tratar de salv¿r esta cuestión,
d Reglamento indica que se concentrarán "eri los términos y condiciones que
señalen las disposiciones aplicables': Seguramente han de ser las del D.F., que nada
indican.

ó En este60 sólo se concentreán esos documentos en un¿ oficina det DF., pdo 6to m sisrilio
que tdgá que volver a egisrrarse el narrimonio.
140 e) rx,Rrr)() rNr rrtN^(

Cuarto tipo de registro

En el caso de un matrimonio celebrado en el efranjero. además de registrarlo ante


las autoridades del Estado donde severificó, debe registrarse en Nféxico a manera de
revalida€nin. Por lo general, este registro se reduce a la transcripción de las actas o
constancias extranJeras,
La obligación de registrar las constancias acreditativas del matrimonio contrai
do cn el ertr¿nlero,e encuerrlr¡ cn el ¿rt. lhl dcl ' ' /". cl cu.rl. lucgo dc I.r nuela ]
rc¡l.,ccinn rc.,liz¡da ¡n el ¡no '()(rr). e,r¡hle..lo .iguicnlc'
I

Artrculo l6l. lo' mé\i.¡no. quF \e,r.en Fn e'(xlrln^.¡o. 'c pre.enlJr,n Jnre el I
Regnr-otivilpJrJrJi,r,.npcionde.u¡.rr,lemJtrimonrodcnrrod.lo'primcro'rres I
n e.e\ dc \L r¿di\.rcion en el I ,i\lriro IederJl.

I
Aunque.,nr JlSrn¡. vrri¡rionc. cl (cxlo cs.cqui.lo en l¡ m¿r,'n¿ de l¡. enrrdades I
fc,lerari'¡.. ¡'r',,'n. cr cl , red L¡ m¡yor li¡re rle c,ri.leye..uelen agreg¡rle el I
momcnlo r pJrlir dcl iLral ¡roduce efecto. el regr\rro. Como )J lo dijimo\. erc I
rcgi\tro e, inne,e.Jrio r ¡.rrcdc proroc.rr problem.r, , u.rndo Ia viudr no hizo el I
trimire previdmenre t ¡l nn .cr r.rlidu ,u nrrtrimonio cn \4cxico. rus dercchos I
\ucc5or¿lc\ pueden \er rli, r,rJn' ¡u¡nrio cl Lr,ntrgc quc conrrJjo \egundo m,rrri- I
monio f¡llccc inrc.t¿do r lo, llrnr,du, Jl rcrJmcnto,olos(rnlo5hijo,delprimer I
m¡rlrimonio. I
dcl ¡ño 2000 cl lc\r" del ¡ ¡'¡ lcniJ (,rrJ rcdJc(;on ,tu< ho! e' regurda en I
' ;:-:"..":":::" ::.,:
^nre\

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ür J l¡ RepúhIcJ .c LrJn.(flhrrr (l J.tJ J( | , .el.hr,Lion m¡¡,n¡,ni,, er, el I
Reriir
¡ n ilJellugdr (n qu( dñnr(,I,(n lu..,1-rr(. I
'(
\r l¿ rrJn(r¡p, iun { hd.c,lt'nr!' J. t \,,. rr(\ mu.c\. \L' efe.r", civile' retr^rrr. I
'e
rrnaLli..hrrnquc,,rchn,.lnrJrrimñrro!,(h.nrde,pue..,olopro¿r.,r,r.r.o-l
ri¡ rd,i.
dt.dc t lJ¡.rque 'e hi/o lJ rrrJ¡r
I
Ll cir:rdu enunci¡do o rctl¡ dc dcrccho mrt(rial rnrern¡ mcrcce Jlguno\ (omenl¿. I
n,^. No\ releriremo\ r lrc\ Jc lo, a,|Ccto, qu( Jhordr. i, (l origen d( lo. Lonlrayen. I
te\ )'cl Iu8Jr dc ccl(brrciun d(lrclo. ii, l¡ pr(.encr¡ dc lo' tonrr¿yerrres e" V."". r
I
rr", rcvdlidncion y resi'tro. \ iii el mom(nro I p,rrrir J(l cuJl pndu..
:[t¡,,í," I
ongtn dc los cnntrayenres y n lo, matrinonios ¡tt¡maos p<¡ |
lu¿ar de ,elebracton. I
m.ircanos en ¿l ¿x¡inieroJ(b(n JisrinBUrr,e do. J,pecto,: que la, rrrrp, ir: 1", hrú". I
rrn(onlrdrdopc¡.u¿as¿cna,ionalidadnuicantyque.ehubrer.-rnrrali:adofue,a&l

"ltr.* r II
Vexiru. Ahr la, c,neri,,nc\ Jpu n tar lJnto J lJ ¡,rr ionahd,t,l,le L,s curraytn
can¿) como al lugar donde,e realbo rcn olro pJi\r el aclo. \c lrJla de un doble

'inrultanco
,, ¿. umul¡tito punto de toncxion.
I
r.'( r_BrNAro (¡l t4l

Al amparo de esta disposición no es posible exigir que se registre el ñatrimonio


rca]jzado eitre extrafijeros, aun cuando residan en México, y tampoco el m¿rrrr¡orio
,ti¡¡o, es decit el celebrado entre un nre,ricano y un extranjero,eo ni los mdrrintorror
consuld¡¿i practicados ante un cónsul acreditado por México en el extranjero. Saho
estos casos, subsistirá el problema relaciorado con la obljgación de registrar elmatri
monio contraido en el extranjero,el
los códigos de algunas entidades federativas difieren en cuanto al origen de las
personas que contraigan el matrimonio en el extranjero. Mientras el (-r¡?d y el (rt)¡
aluden a los rzexicanos, otros códigos son miis regionalistas pues sólo se rcfiere¡ a los
originarios de sus estados, como ocurre cuando alw)et zlos morelenses, queretanu.
Jo¡,oreflse' etc. La posición es lamentable ya que prescriben una desigualdad respecto
¿ los origirarios de otras entidades federativas o del extranjero, pues unos sí deben
reválidar su matrimonio, mientras que otras personas no lo necesitarán.
No es correcto que el registro sólo se refiera a ciertas personas, cuando lo que se
pretende es reconocer un matrimonio celebrado cn el extranjero (sea de mexicanos
o de extranieros ).
E¡ resumen, sólo a los rnexicanos o a los habitantes de ciertas entidades federa-
tir?sse les exige que registrerl el matrimonio que contrajeron en el extraniero, siem-
pre que se trate de mexicanos (de acuerdo con algunos códigos) o sean originarios
de la entidad federativa correspondiente (conforme a otroscódigos). Esto conduce a
¡6rmar que los extranjeros no es!ín obligados, aun cuando residan en México o en
dguna entidad federativa, ytampoco lo estarán los mexicanos no domiciliados en la
correspondicnte entidad, según el caso.

n A pesar de lo di.ho, en la prácti.! se hd enicndido que baf. que uno de los cónyuges sea mexicá
Do p.ra exigii ..gistro, pues de orra ftnu esc m¡rnnonio no ptuducc efcct.N en México. Hay
e1

incluso una resolución judici¡l en esre senrido quc prcviene de u¡ Tribunal Colegiado de Circuto
y stablece que e1 in. 16r "está áludiendo a 1a posibilidad de gre cnalqui¿rd.le los on¡ayeñt6, n

a"tbot, teaa rle n¿.ioúdlid.d rrdicdra, y no á h cn unrrncia de que nece$ri¿úenrc los contr¡
yent6 en país exlmnjero deb¡¡ ser mexicanos... puó de acept ree el üiteiiD eñ¿l¡do, r
excluüi¡n
desu lcguia.ió¡ yapli.a.ión a los nEtrimorios L?lcb¡ados en eiextr¡¡jero, po¡ un ¡acionál.o¡
un exi¡anjc¡o, er¡bleci¿ndos una cxcepción i dó¡ regl¿ t.n.ralgue eldisposirivo de mér¡r. Do
.onrcmplai Tribun¡les Colegi¿dos de Circuito, Quinto'lribunal Colegiado en Máteria Civildel
Prifrer Circui¡o, Sremdrdrid ./r diial de la Fedú¿ción y su G¿.¿,a, Novena Epoca, r. v, junio d. r 99r.
'l¡sis: r. so.C.60 C, p. 761, 2355/97 §ucesión deSantiágo Méndez Suá.cz,l5 de má_vo de t99t.
^D
Unaninid¿d dc votos. Ponente Jo{ Rojas Aja. Secrelario: Frá¡ciso Sán.hez Planells. H¡! orr¡
nsolución similar en Tribu¡ales (inegiados dc Circuito, Seguodo liibun¿l Colegiado del Dé.imo
Priñer Cü.ui¡o, §c,,ar.riD .tu.litint de ln F.dün ión / C¡..¡r, Novena Epo.a, r. L a8o(o dc
1995, Tesis: xr.2o.9 (1, p 556, ¡t)98/95. Genni.o (iaho Rod¡iguez.I de m.yo de 199i. Lna¡imidad
delotos. Ponente: Sah¿dor E¡rique C¡stillo Nld¿l.s. se.rei¡ria: keri Amezcu¡ Esrtud¿.
' Nadiá de Ar¿ujo pldrrea u¡ clso ocurrido en el dere.ho brasil.ño. §c trah del nr¡i¡imonio de ¡nos
exÍ¡¡je¡os en el úotu.nlo dd n¡atri¡nonio, pero que despuús s. .¡tur¿li/¡«)n bnsilc¡_ros. ,-cs
cabe ¡ éstos la obligación d€ .egistE¡ su nrarrimonio? Nadi¡ de A¡¡ujo, l)n ro /,,rr¡dcn»¡,
Pr;vado Renovlr, Rio de J¿neiro, 2001, p. 368.
142 §) DERECHo TNTERNAC

Prcseficia de los cofitrayeñtes / plazo para la reyalidaciór. En cuanto a los matrimonios


celebrados en el extranjero por mexicanos que trasladan su residencia a México, la
mayoría de las entidades federativas conceden un plade tres meses para que se hoga
el registro. La parela de mexicanos que se establezca en esas entidades debe registrar
su matrimonio ante una autoridad mericaná: el Registro Civil.
No hay obligación de registrar el matrimonio cuando la pa¡e]a sea transeú¡te,
llegue accidentalmente a México o ingrese como turist¿ o por cualquier otro moti-
yo. Esto es, s¡fi ánifio ¡le rcsid¿rcil¡ (de radicarse, dice elCódigo). Para que esa obliga-
ción exista, la pareja debe llegar con el ónimo de resíali eñ te¡t¡orio mexicano. Pot
ejemplo,los mitlones de mexicanos que residen en Estados Unidos de América yque
durante sus vacaciones visitan México no están obligados a registrar su matrimonio,
a menos que su intención sea residi¡ en nuestro pals.
Por lo que hace a la forma de computar el plazo, l¿ redacción prescrita en la
mayoría de los códigos de las entidades federativas acl^ran el ¡lies aquo y el ilies a¿l
qr¿m. De esta manera, precisan que el plazo se inicia a partir delmomento en que la
pareja se domi.ilia en esa entidad federativa. El momento de inicio de la radicación
se entiende que es cuando comienzan a residiren esaentidad, punto a partir del cual
se contará un plazo de tres meses y se puede comprobar con un contmto de arren-
damiento, pago de sewicios municipales u otro documento pertinente.
La redacción que anteriormente tenía el ccD¡ aún es seguida por los códigos
de varias entidades federativas ycontinúa produciendo dudas en torno a su inter,
pretación:
Por lo que hace a La formá de coñputar el plazo para el registro, consideramos que hay
dos posibles interpretáciones.
La primerae, sostiene que la d;sposicióD contenida cn el art- 16 I del ccr¡ es impre-
.isa, lo que demaÍda jufamente una labor inte¡pretativa. En su primer párrafo di€ha
norma estábl€ce que los mexicanos que se casen en el extranjero deberán registrar su
acta dem¡trimonio "dertro de los tres meses dc su llegada a Ia Repúbli.il concepto éstc
bastante vago. Aqui tenemos tres hipótesis: s€ habla de que los m€xicanos "llegán" ¡
Méxi€o, pero sin que se pre€isen las consideraciones sobre los propósitos de su llesad¡
(turismo, visita o para establecer su domi.ilio)i rgrin la d¡posición, deben hacer d
r€gistro "d€ntro de los tres mests" y de esta rnanera se le otorgarán efectos retroactilE
al maüimonio ala fecha que se celebró. Si no lo h.cen,la sanción correspondiente esqlI
los efectos del ñatrimonio sólo s€ contarán a partir de la fecha del registro,lo qu€, pn
ejemplo, puede provocar serios problemaspara los herederosen caso de muerte o pare
la cóquge o el cónluge para demandar alimentos. Esto nos lleva a Ia segunda hipótc-
sis: por el solo he€ho de que los mex¡canos cas¡dos en el extranjero "llegueÍ" a b
República, ya sea por 24 o 48 horas, el citado plázo empieza a contar, y si no registrar
su matrimonio dentrodel mismohabrán ¡n.umplido la disposición, hipótesis evident -
meñte áhsúrdá.

') Sorenid¿ por LEonel PerezñRt,( r\tn'.


\.u0rN¡rr) os I4l
En tales circunst¡Dcias sólo cab.ia un¿ inte+rciacirin integradora, que scri¡ la rer
ccr.l hipótesis, quc conrprend ier¡ lanto clprinrero co¡no elsegundo pirrrlo dc l¿ dispo
sición. ¡(ir:il es eliln úrltiDro dcl art. l6l del(.(r)¡ que se ciomentr? En nucnra opini.nrel
pucdc scr que se tr¡te dc ¡quclbs mexicaDos que vcrrgarr a donricili¡rsc ¡ Iléxi.o. L¿
propi¡ disposi.ia,r da la cl¡vc al establecer que ld ru|scripción dcl ¡ct¡ de .elebración
delnratnno¡io c¡ el crtr¡ú.r) deberá hacerse ante cl Rcgisr() (livil del lug,rr cn quc
se rloDri.ilie¡ los consortcil llsta i erpetación no e!it¡ que los nrcxicanos casados cn
el extraniero puedan rcgistrar su acta si¡ donricili¡rsc, ¡ causi de la aDrbigüedad dc l¡
disposición, pcro ello dcpenderá del juez o dcl ollci¡l dcl Rcgist() Civil. Lo irnporr¡nt.
in(crpretaci(tr intcgrrdora que sc propoDe p¡ra el ari. 161 del (r))r se k,ne
es que err la
cn cucnla .onrc fa.«r básico cl lin dc l¡ disposiciúri es decir, quc sc tr¡te dc coDy»tes
quc h¿)¡¡ dc. ido doDriciliarsc.¡ M¿xico. qüe la llegada'a lcrritorio dc la RepúrHi.¿
sca con cse ñr.Y se co¡s cr¡ que en cst.s circu nstancias sc cstá cD .o¡dicn,res de inrü
pretar el art. del (ri¡)r cn su túalidad, conto lercmos en seguida.
lól
Si ¡fin¡anros que cl rcgistrc debe hac..rsc cuando la p¡reia se i,rteür1 en lcrrirorio
nacional para rcs ir cn al, coDforr»e al ¿rt. 29, scgundo párr¡io del (r'ir, s. prcsumc
quc uoa pcrson¡ rcside habituilmcnlc cn cl lug¡r cuindo pernrancz.¡ en ¡l por mis d.
scis mcscil¡os llcva a concluirquc lostres nreses ¡ los quc \c r.¡cre cl rr. 161dcl(r.rr,
quc nrdic¡ quc el registro dcl n¡trnroDio d.hc h¡.crs. dlnr.o d. dicho ph¿o dcspu¡s
dt que los mexicanos que sc c¡s¡roD en eler-traDiüo llcsaron ¡l puis, dclrcn ser consirlc
rados como el plazo cstabltcido B)r un¡ nor¡I¡ evecialque dcrog¡ l¡ geDcral¿el arr.29,
segundo pirafo, dcl (r-rr.
La segunda iotcrprctdción',t considera que el plazo p¡r¡ rcgistr¡r cl ¡natrnnonio
corre a p¡rtir dcl ¡lonreDto de la llegada dc ltr p¡rcja ¿ Ia R.públic¡y no desde el momcn-
to eir q ue se domicili.. lll art.
6 I dicc: 'dcntro dc tres Dreses de su llegad¿'l Aunque cstc
1

lcxtoesban¡Dtc conlir$, podrí¡ pcnsarscquc lap¡r..j¡ lleg¿¿ N1éx;co, visita varios lugl
rcs y sólo dcspués de uD tiempo dccidc rcsidir.D csic pdís.
Cicrt¡meDte, esta irr1cryrct¡.ntr pl¡Dtea que su significación gramaticales exccsiv¡.
Según l¡s direcciores met(xtol(rgic.s delderecho, una interpretación nreramcnte fornr¿l
y sin examen del contcx(o conduce al resultado explicado. 1¿ disposicn D dc

acuerdo.on un drtbque y)ciológico, con base cn cl rcalis¡no ^lcxamnrar


jurnlico o uDo.ontextu¿|,
clresull¡do scrá s.gur¡Drente uno.e5 Elplanteanricnto p¡rrc dclprin.ipio de que hs tri
bun¡les mcxicanos sostc¡drirIr una inicrprct¡.ión forrmlistr y descontextualizada, dada
la lradición quc dur.rntc el siglo \\ k)s ha ¡.oDrp¡ñ¡do. No obstrnte, es deseable que li
lcy y bs ¡,c..s r.tleje¡ re¡lidad.s ) !ald.s,,v lo Dleior \eria u.lar¡.el rex¡o lesal.e6

,i l)c l.conel PcrcTni.nr (:.rstro


{ sorcnidr por Jl)ry. Albüh Sil\'¡
,' Flld.l.ndido por l.con¡l Pcrer¡ieb (l¡stro.
'" Fls nmr lrosiblc qn.l.r rctirnm lk\rd¡ ¡.abo cn d I I ¡, du¡ntc cL¡ño 2(x)ll hay¡ td¡¡do e¡.ue¡

r¡ 1(r pld'rQñidrro\ qnc tor &trR1e.r(,nc.s hi.inxN dr 1¡ prinrcfl cdicnnr dc cst.r obr¡.
1.14 ü) DERECHo lN1[RN^c

En resumen, conforme a las leyes mexicanas se requiere que la p¿reja matrimonial


resida en M¿üco y que a partir de establecer su residencia ("que lleguen" a México)
cuente con un plazo máümo de tres meses para revalidar su matrimo¡io.

Prueba del matrimon¡o contrafdo en el extranjero

La prueba o demostración de un matrimonio no es un asunto o aspecto propio del


estado civil de las personas, sino del derecho procesal probatorio- Normalmente se
plantea como cuestión previa reclamando el Éconociñiento de ese estado o su des-
conocimiento. Mientras elestado civilse rige por la ley del domicilio (o la ldfo/i en
el D.F.),la prueba (aspecto procesal) suele regirse por Ia ,¿Jrfori, es decit se aplic¡ l¿
¡ey del tribunal- En especial, nos estamos refiriendoal medio de prueba.
Ins medios de prueba se considemn como "los instrumentos en los que se encuen-
tm o mediante los que se conduce la fuente de prueba que se presenta ál órgano o tri-
bunal para conocimiento':e7
Ei ccD¡ reitera el criterio territorial al prescribir que "el estado civil sólo se com-
prueba con las constancias relativas al Registro Civil; ningún otro docummto o medio
de prueba es admisible pam comprcbarlo, salvo los casos expresammte exceptu¿dos
por la ley" {art.39).
Aqui es necesario hacer algunás precisio¡es: una cosa es registrar las constancias
acreditati\ás del matrimonio celebrado en el extraniero, y otra la p¡ueba de ese matri
monio. No es posible afirmar que para probarlo tenga que estar registrádo, )a que,
por u¡ lado, es necesario probarlo para que se registre y, por otro, el registro se hace
para que se le reconozcan efectos probatorios al matrimonio. Luego, €l registro no
es para probarlo, sino para revalidar el matrimonio y darle publicidad y, eventual-
mente, servir de instrumento probatorio.
Por otro lado, también cabe diferenciar el acta del estado civil (el acta de matri-
monio) del acta del registro del acto del estado civil (la anotación que se realiza con
motivo del registro del acta). En México ambos actos parecen fundirse en uno solo,
pero es conveniente la distinción porque no en todos los países se confunde el acta
o constancia que se levanta con motivo del matrimonio, con el registro de esa acta o
constancia. Piénsese por eremplo en el acta o constancia que se levanta en una igle-
sia al celebrarse el acto matrimonia¡, con el registro que de esa acta se hace ante las
oficinas de gobierno.
Con el registro se reconoce un matrimonio extraniero, pero el reconocimiento
no sólo se hace mediante el registro, como adelante lo o.?licaremos.
Como \e advierte, para prob¿r o acreditár un malrimonio e\lranjero no necesa-
¡iamente ha de hacerse mediante el acta de algún Registro Civil, ya que una norma
especial ha abreviado lo relativo al Registro Civil ál erigir gu.e basta con kx constoncios

e7 Iorye Albcrto Silva, Dr¿cho intrnocionol sobv .l ptucesa Pd¿sos .rii )r .oú¿r.ü¡, M.Gáw-Hill,
Méxi@, 1977, p. 3ll.
NCI]BI§¡]T Cá I45

lu¿ ittelesados pre:enf¿r, para acreditar ese estado civil (art- 51, .-(l)F), lo que sig-
los
¡¡li.a que podría bastar con el acta de celebración del matrimonio o la constancia
que expida la Iglesia en el extr¡njcro, si ésta es documento oficialcn ese pais, sin que
ia¡ necesario el acta de su registro.
De lo anterior se advierteque elart.39 delccD¡, arriba citado, sólo es una norma
{rstantiva interra quc se preocupa por las relaciones de tráfico juridico interno (no
mternacional) y¡ que. por otra parte, el legislador mexicano tampo.o podria exigir
q¡¡e se cu¡Iplicran determinadas reglas en elextranjero. tsselestado del registro el que
debe determinar su ft¡ncionamiento.
Con lo dicho, un matrimonio extranjero podrá probarse en México medi¡nte l.¡r
innstn cias que lo acredite,, independienteinente de quese registre o no en eleÍran-
Éro. siempre sobre la base de que este tipo de documentos deben ser debidamente
Lgalizados. Este último tema lo abordaremos más adelante.e3 Por otro lado, algunos
codiSos de procedimientos penales admiten que el matrimonio sca comprobado
mediante la prueba testimonial. De igual manera, unaley abroqada,la Ley del D¡orcio,
de Chihuahua, de 1933, t¿mbién admitia e1 testimonio para poder demostrar un
matrimonio c, incluso, algunas decisiones judiciales han admitido esta posibilidad.
.onformárdosc con una simple confesión judicial.e,
Las dificultades para probai el matrinonio extranjero se hicieron patentes a raiz
de la Segunda Guerra Nlundial, sobre todo porque en los lugares donde se habia
donstituido elmatrimo¡io se destruycron los registros e, incluso,Ias actas. Los tribu
nales de varios paises tuvieron que acceder a que el matrimonio se demostrara con
medios de prueba distintos de los tradicionales. En nuestro pais se present¿ron diversos
casos con notivo de la Revolución mexicana, pues varios archivos fueron incendia-
dos I destruidos. Algo similar ocurrió durante la conocida como Gref/a rr¡r¿ld- Lo
mismo sucede aÍln a algunos exiliados como los cubanos, para quienes es sumamen-
te difícil accedcr a los archivos de su pais.
Las capitulaciones patri oniales o régimen patrimonial del matrimonio podrán
demostrarsecon cualquier rnedioordinario de prueba. Como las capitulaciones patri-
oroniales no calificar o encuadran dentro de los actos del estado civil. sino de los
contratos (tema que examinaremos en el próximo capítulo), no les es aplicable el
.itado art. 5 1 , ri el I 6l del rr:nr sobre la p rueba de un acto del estado cilil constit ui-
do en el extranjero.
Por otro lado, las constancias extranjeras que se presenten, deberán estar legaLi-
zadas, lo que se pucde hacer mediante la Convención de la Apostilla. La legalización
tradicional, por Io común, es remitida por los códigos iocaies a Io que indique el
ilpri. debiéndosc incluir ¡qui Ia traducción, cuando tuere procedente.

' \.hat,,tur tndi-ial d, . .\


tu /.,? r¡.1¡r. tn.n!to \.,1,. Uujnlc l !.uJ. r p 40-, '., ¿s'7/i2. \e.
ra.,20 de enetu de r95,1,.urtro votos.vélse en lo!9. Albúto stl!¿, Dú(ho InErnadanal tuitoda:
st Er.p.ióú ju.lirin, op. .it.. tsis 9.12, p.9ll
146 a) DERECHO INTERNAC

Reconocimiento del matr¡monio contraído en el extraniero

El hecho de que un matrimonio extraniero se pruebe o demaestre no significa que


terga gtre ser rccofiocido. Piénsese, por ejemplo, en el caso de la prueba en México de
un matrimonio anterior, para impedir o anular un matrimonio en nuesho país y, en
caso extremo, en que podemos probar el tercer mátrimonio de un musulmán (sin
disolución de los anteriores) y que, a pesar de probarlo, no sea ¡econocido. C,onforme
al principio fawr matrimor¿ todo matrimonio e\1raniero debe ser reconocido, salvo
en los casos de excepción que procedan.
El reconocirniento del matrimonio contraido en el extranjero ha sido objeto de
regulación especíEca en otros palses. Por ejemplo, en Gabón,loolug¡r donde se acep-
ta la poligamia, se aplica la ley nacional del matído; pero á los extran1eros naturaliza-
dos no se les puede reconocer el derecho a tomar una segunda mujer si la poligamia
no se admite en su patria. En Ia República Dominicana,lol la ley reconoce el matri-
monio celebrado entre un dominicano yotra persona en elextranjero conforme a la
ley del lugar de celebració¿, siempre que al matrimonio le hubieran precedido los
edictos fijados en la ley dominicana. r02
Nos referiremos ahora alórgáno competente que puede reconocer u¡ matrimo-
nio extranjero. Debe tenerse presente que la ley mexicana exige a los encargados del
Registro Civil que para autorizar un matrimonio cada contrayente debe presentar
diversos documentos. Entre éstos se encuentrá, si es el caso, la sentencia judicial o la
resolución administrativa que previamente disolvió el matrimonio anterior, lo que
aludaria a demostrar la falta de impedimento para contraer un nuevo mát monio.
L¿ autoridad mexicana con facultades para reconocer un malrimonio erlrdnjero
podrá ser una administrativa yno necesariamente unajudicial. Además, el oGcial del
Registrc Civil no puede exigir que Ia sentencia extranjera haya tenido que pasar por
un prccedimiento de e¡eq,rlt¡rr, pues no se tmta de una sentencia que implique eje-
cución coactiva.ro3 Sólo se trata de un acto que podrá introducirse al foro bastando
Ia autenticación del documento (que se legalice o apostille). Se exceptúa de lo dicho la
ley de Baia California Sur, qu€ exi8e una Pr¿via homologación del divorcio exfranjero
(art. I 38, cc). En sentido similar, la ley de Hidalgo ni siquiera admite efectos proba-
torios a las constancias extranjeras que se presenten, sino después de que se transcri-
ba el act¿ de matrimonio en cualquier Registro Civil del p¿ís (art. 163, cc); la ley
ytcateca se conduce de igual manera (arts.75 y 77, cc). En las leyes de estostres últi-
mos estados se trata, obviañente, de disposiciones fuera de época, impregnadas de

1@ Articulo 14 d€l C'dd¡gó Cir¡l


lor Articulo 170 del Có¿¡go Cirii.
ro, Al dominic¿no que * convic.e que, previáme.te, k .uúpla .on la publieción
case en México lc
de los cdictos en su páfsfin de que le sa re@no.ido (en el .as de que ..grese), ya que e¡ México
¿
{, ñárriñoñioserá ¡fto¡ocido si. n€esidád de los edictos.
En Méxio, a difereDcia de España, no es ó..esario qú€ el dircr.io obt€nido en el extranjero teng¡
'0r que ser resisirado (y homolosado) .oóo .ondición para \olkr a c¡sr*.
un territoriclismo exagerado quc atcnta contra cl princllrio /¡¡(r, ,¡¡,¡¡r¡r,(,rir \ qu. rr
muefran desfavorables a los principios intcrnacio¡rales de coopcr¡ciórl\ ¡rnnrnr.r
Podemos decir quc, cn lo gener.l, en México priva en elrimbito juclicial c) ¡nn
ripio llvor natrú onii. Los notrinofiios co truí.los ei cl txtraiiero ¡rr,?¿,,¡ ,/rr. .,
r¿conocidos sobre lti basc de s| rr¡litle en el extratu'¿ro (art. l6l, (rr, ). Esio siqnitl..r
qr.rc si cl matrimonio cs \'áiido en el lugar donde se contrajo Io habrá ningunr rrzon
p¡r¡ desconocerlo en l\{éxico, salvo que concurr¡ Lln caso dc cxccpción. conto s.n.r
que pugne contr¡ el orden pÍrhlico intcrnacional o quc ha)? sido anulado por k)s tr i
bunales del pLlis do¡de se cclcbró. pcro si t¡lanulación tiene como base unil condi
cirin establecida por la lc) mexicana, es¡ sentencii ¡o podú ser recorocida.
(irnro sabemos,la lc,vaplic¡ble ¿lmatrinonio contraido eD el extranjero es h 1¿r'
dcl lugar de su celebracióti, iüchidas sLN normas de conf'licto (¡rt. 161 del (rr)¡). Esto
supone cl rcconocimienk) de la ley sufantiva de ese lugar o dc h lcy quc su nonrrir
de conilicto hubiera prescrito como aplicablc a Ia v¡lidez dcl acto lDatrimooial (por
eiemplo,lo de l¡ na.iuralidad o la dcl domicilio). r0r
Lo incorrecto es qlle csc ¡rt, 16I sólo se reficre al matrimonio de los mexicaros"
.omo seialamos- Esto supone una relila especid de lnl,r,extraila en nuestracodific¡-
)r
.ión. Si se trata del matrimonio de un¡ pareja de personas residentes en el extranjcro cl
problerna parece qucdar sirr r'espuesta, aulque no se prohíbe slr reconocimiento r0r
Las dudas quc co seguida tr¡tarenos de aclarar tiencn qlrc Ycr con matrjnlonios
que careccn de un eLluiv¡lente cxacto cn la rcgulación ntexic¡n¡: los reliliiosos,v
los poligámicos. ¿Deberán scr rcconocidos eo N{óxico?, ¿hcst¡ dónde oper¡ el/.r1or
nntriñott¡¡? l]f.fe]nÍarcmos d¡r una resplrest¡ sobre el p¡rticular y ¡provecharenrcs
pará referir¡os al no rcconocimienlo del m¿timonio extraDjero cuando se ha con-
traído con frade a la lcy.

Recoñocimiento del rratrimonio religioso contrafdo en elextranjero

Enrique Estr¡da Aceves afirnló quc Lrn matrimonio rcligioso contraido cn cl crlBnjer)
no podri¡ ser reconocido cn \lóxico. Scgiur el autor, de ¡cucrdo con l¡ Iev mexicitnx

+r Si h nonna dc conflicto .xrd¡ i.rr p,.sdib. h (lidez (ti l ¡r¡r rnno¡ b .oú
[rm. ¡ l¡ l.ydd d¡tr|
cilñ li ¡.rcnn,¡li¡¡d,¡n¡j rrti l¡squ.le den !¡lmd ¡l¡üo. El¡uero (-1,,1,.(,, (rL 1\ u.r
o la dc
tccolrrtsr¡-\'r6tnoliloserellereil¡).r¡nDo.io.o¡rr¡nlo.Delcxú¡oi.ro.rr¿,Lx[]ri,...)
guc ¡ludc 11 ,mrn,.nm ,,ar,r ior frcxi.¡lryun stru¡jcnr.quc\.ñ r.n,nr.üo s ictru.l..i,t ..
cn cl rdo s. obsc,\.no¡ l¡s nr¡u\ ) rcquisit{)s 9uc cn cl lugr. dc { .ddnr.nnr st.,Hv..,, 1.,'
lcl.\, r que kA nr.xi.¡nos no n,,tn\ i¡ic¡ni'.icrt¡\ di+n)si.nmcs vu.rr..¡§
(lnno ¿lso no\rdokr.l¡ 1§ \u.rtc.r tanrbi¡n s. rrücrc ¡1 r.únn).iDicnr{, d¡l ',,,,:ri,',.,ri,'
.,rr.r/¡",¡,oJ. qu. scr:1 r..ono.ido si s. r.rln(i «nr rrc8l{) d l.N l.\$ dtl f. . d, ,1u. .. .¿1.
bú"rlue k,¡ir.rs&]{x(nnr¡uebú¡ntel¡Ntorid.di¡di.irl!u..or.\r!!r¡., l¡ 1r..1(.,
en \i¡ delúdnli..n l olunlari¡. qu. al .rl¿l)l¡rlo ro r i¡r¿nri .st1.'rill.§ d ¡f,
^L¡¡¡- \ u..11(r.
Pn,.edl.rienro¡steqle.sunr §f..ie de ..\¿¡r,r/, 10 qu. i,lflir¡ ur¡ trrl\, &ii¡.r,rl¡lr.¡rri
.n¡iei«r¡el ¡do r¡rnno¡i¡1.
'SA.B¡)irdr\losél-!i!Siquenos.(lo,rnlJ¡y'1¡1J:rriri(r,,,,,/1,r.,¡\r,,r,\.,,f,n.fei
148 ü) DERric lr rNlrnxA(

sólo son válidos los matrimonios contnidos ante el I{egistro Civil.r06 [,s ésta una
visión internista que rilo se aplica para los matrimonios contraidos en territorio
ñexicano, donde Ia ley lo define de esta manera y donde además existe el Registro
Civil, pues el legislador mexicano no puede obligar a que er otros paises se siga su
propia regla ) menos aún quc sc constituyan registros como los que ese legislador
mexicano ha dispuesto para su propio sistema. La regla a que EstradaAcevesse refie
re es una regla sustantivi¡ interna, no una nratcrial o una conf]ictual internacional-
Efectiva ente,Ia ley sustantiva interna nrcxicana no admjte el m¡trinmnio reli
gioso, sino únicamente el que se celebra ante el encargado del Registro Civil. Pero
el problema por resolvcr sc concentra e¡ los matrimonios religiosos contraídos en el
extránjero. puede decirse que la regulación de éstos sea la misma quc la aplitable
^_o
a las relaciones de tráficojurídico interno. Ln todo caso,la respuesta debe cncontrar-
se en la regulación de las relaciones de trálico jurídico iúernacional. Si la lcy mcxi-
cana renrite a la ley del lugar de celcbración del acfo \lex loci actus),resubd entonces
que cabe reconocet un natlittofiio religioso extranjero, siempre que sea monogámico,
entre personas de sexos opuestos y válido cn el lugar dc cclcbración.
En consecuencia, los matrimonios cristianos, judíos, musulmanes o dc cualquicr
otra religión serán reconocidos .uando de acucrdo con lá ley del lugar dondc sc con-
traen (en N_icaragua, España o Isr¿el, por ejenrplo) son válidos, y no exjste razón en
\léxico para rechazarlos, a meros que vulneren el orden público.
Aunquc la lbrmalidad, el ritual yla autoridad ante la que se contrae el matrimo
nio reliSioso no son iguales a los seguidos para un natrimonio civil,los tribunales
mexicanos han llegado r reconocer ¡natrimonios católicos realizados er [spar]ar07 y
han tomado cn consideración que, scgÍrn la ley espairola, los nratrimonios confesio
náles son válidos en elEstado español. Conrc henrcs vistoen o¡ro apartado, el matri
monio religioso sólo es una tbrnr¿ dcl acrc matrinronial y como tal debe calificarse y
acogerse, esto es, sobre la basc de la l:r/orflr,r actunr.
Además,la lex lori nos l¡cilil¡ cncontrar Ia lcv aplicable y los actos crcados con-
fbrme a esa Iey constitulen d.r.LrrcJ ¡id¡J!iri¡loJ. como los ll¡ma la lev (art. 13, cc¡td),
y deberán ser reconocidos.

Desconocrmienlo de los metrimonros poLga'nrcos


o poliándricos

La posibilidad de reconocer un matrimonio poligámico o uno poliándrico ha sido


objcto de estudio por párte de tribunales de otros paiscs. En un caso cn California

16 EDliquc Estr¡dr A.e\ts,Dú{ho ¡ttteüaeio al pún¿o ttxiút1o, op. .n , p. t'i .


1ú- Sendndtio ludinn d! b l¿drd.iór, Terc.r! Sala, sstr Épo.¡, rol.(:u\!n, p..l9,aD 56.19/67,,uan
cariPall¡res y.o.g.,ll detebrero de 1968,c¡k) ()ros. P()ndrc: M iano L¡ tesis puede
veÁe en lor8e Alb{ro Silv¡, De4ho hter ntiúnnl Printlo: st í¿Lap.;ó jutlitiil,
^zuel¿.
ibilen. tcsis 188,
P.582.
NcLm m (r 149

(Estados Unidos de América), fue abordado el tema como cuestión preyia paru
decidir acerca de una sucesión por causa de muerte en favor de las viudas, y se ter
minó por rcconocer algunos efectos de ese matrimonio.rü Un tribunal inglés
(1981) hizo lo propio como cu€stión previa con un matrimonio poiigámico, de
rD¿rnera que reconoció l¿ calidad de herede¡os de los hiios (caso Shemshadfárd yr.
§temshadfard); en otro caso (1978) también lo hizo, con el ñn de Éconocer el
&echo de las viudas a suceder (caso Sehota).lm Esto es lo que el jurista ftancés
llllet denominó efecto atenuado del orden púbJico, es decir, no se reconoce al
ütrimonio poligámico ni al poliándrico por sí mismo, sino sólo algunos de sus
4ctos.
Hasta ahora no se ha presentado ante los tribunales mexicanos un caso semejan-
t, aunque Francisco J. Zavala en elsiglo xtx mencionó cierto tipo de reconocimien
to, al que le denominó e/¿cfo r¿rriofo. Se refirió a los hijos que lograron ejercer un
&recho no obstante r¡ue el matrimonio no fue reconocido. En una situación señe-
|rnte, es posible que la autoridad mexicana resolveria en sentido similar a esta deci-
aiin. Sin embargo, como en otro capitulolo explicaremos,en elcaso delosalimentos
9¡ importancia es mayor pues se trata de un derecho humano y, por tanto, se sigue
u¡a lógicá distinta.
En cambio, conforme al método iusprivatista, el razonamiento es el siguiente: el
i¡ez constata que se trata de un matrimonio (poligámico o poliándrico) contrario a
b institución del matrimonio monogámico que tiene establecido por su derecho y,
lDr ende, no admite su reconocimiento. Éste sefa un proceder incompleto aunque
cumple un finr evitar que una institución jurídica contraria a nuestros principios se
i¡corpore al sistema juídico mexicano. Sin embargo, el juez debe consultar su regla
de conflicto para indagar de que naturaleza es Ia in\rirucion que se le presenLa y debe
.oncluir que en el fondo es una unión de dos personas y que de esa unión surgieron
hiios. El orden público mexicano no sólo admite el concubinato, sino que lo regula
yle otorga derechos, asi que ese hecho de la unión de dos personas puede ser admi-
tido, pero en todo caso se trat¿rá de un hecho juridico del cual se derivan consecuen-
cias, como sería el caso de los álimentos,
Cabe agregar que no será reconocido el de¡echo de una persona a continuar con
d estatuc de pohg¿mo que adquirid en el ex¡r¿niero. y. si ácaso qurere constiturr un
matrimonio de ese tipo eñ Méxlco, no se le autoizard. La razón es clara: sólo el pri-
mer matrimonio del polígamo será reconocido por el ordenamiento mexicano. Sin
ambargo, podrán reconocerse los derechos adquiridos generados por matrimonios
poligamos contraídos en el extranjero (¿rt. 13, fracc. r, ccD¡), como en el caso de ali-
ñentos o la sucesión morr,i rd¡.¡s¡¡ de los hijos de los bigamos.

- Fm¡sois RiCaux, Dercho iñtnkúioñal ptua¿o.Ci\lras, Madrid, 198s, p. 387.


- Icé Antonio Tomái Orfiz de la TorÉ, DÍeho iñtúru.ional ptitddo- Pafle getial, yol- 11, ñres
Gráfiaslbercameri@nd,Madrid, 1992,p.382.
I50 AJ DDRICHO INTERNACIONAL PRIVADO, PARTN TSPEC|AL

Rechazo a los efectos del matr¡monio extranjero contrafdo


con fraude a la ley

Aunque resulta relativamente ffcil reconocer un matrimonio contráido en el extra¡iero,


también es posible que sus efectos sean desconocidos por faude a la ley. Supongamos
que en México una persona atentó contm la vida del cónluge de su amante; el agre-
sor fire sancionado penalmente, pero lüego su amasia se divorció y pretende casarse
con ella. Como la ley mexicana impide este matrimonio ("atentado contra la vida de
uno de los casados para contraer matrimo¡io con el que quede librc", ccD¡, art 156,
fiacc. vD, la autoridad 1o impedirá. No obstante, estás Personas (el delincuente y la
amasia, ahora divorciada) se trasladan a otm foro, cambian el Punto de conexión (el
domicilio, por ejemplo) y se casan. Más tarde regresan a México,lugar donde solici-
tan el reconocimiento de su matrimonio. El juez mexicano podría razonar de dos
maneras distintas. En la primera desconocerá y rechazará aceptarlo. Se deben desco-
nocer los efectos de un matrimonio en estas condiciones, puesto que se contrajo con
fraude a la ley mexicana (art. 15, fracc. I, ccD¡). En el segundo caso, podría argumen-
tar que la disposición del Código Ctuil es de oÁen público ,v, por tanto, no debe reco-
nocer ningún matrimonio en el que se ha atentado contra la vidá de uno de los
casados, por lo que rechazará tl reconocimiento.llo
En el ejemplo anterior los consortes modificaron !'oluntariamente los puntos de
conexión con la finalidad de lograr un resultado que les hubiera sido imposible
alcanzar en condiciones normales. En una pe$pectit"¿ diferente, José Luis Siqueiros
considera que "el matrimonio celebrado por mericanos fuera de su país con el pro-
pósito de evádir un impedimento no dispensable de acuerdo con la ley mexicana,
estaría afectado de un vicio de nulidad tal como si se hubiese verificado en Ia
República". ) I I En realidad no se trataria de una nulidad, porque el matrimonio pudo
ser celebrado válidamente en el extranjero; en todo caso, se rechazarán sus efectos en
México debido al fraude a la ley mexicana.

Efectos que produce el reg¡stro y reconocim¡ento


de un matrimonio contrafdo en el e(ranjero
Nos hemos referido hasta ahora a la prueba y al registro de las constancias acredita-
tivas de un matrimonio contr¿ído en el extraniero, asi como a su reconocimiento.

rr0 No e¡ ¡odas p¿rtés se stima que se stá frente a un ft'¿udé a lá leyi por rjemplo, en la ¿¿l d¿
Mdttinoñió Ctuil chi],r d. 20M (arts. 82 en relación con el 7) k ha estiñado que podrá dedá-
r.ñ nulo el marimonio ontbido en el exlBnjerc e¡ el c¿so de que sobÉ un cónFge $brevi-
viente ..'hübiere form¿lizado irvefigación por el hoDicidio de su marido o mujer, o con quien
hubiere sido ondenado como autor, cómplice o encubridor de es delito'l La qplicación es qu.
c¡ este ca$ la ley ch¡lená má¡tiene un¿ 6psie de norma de extensión que le permite.ontrcld
haciá su interior la leBálid¿d del acto qtranjerc conforme a lá prcpia ley chilena.
I I
' fosé Lúis Siqueiros, "Síntesis de Dere.ho InternacioMl Pti\ado'- Panotuña ¿el Derccho M*ican,
!N[M, México, 1965, p. 64.
ii\r]\\ l l\,.r\\lj «' li]

\hora vamos a prccis¡r el el¡cto qLrc producc su registro v r.conori¡Di.nt{). |()r l()
fronto. cabe dejar sentado que cl rcgistro en si del matrinn)nio.\1r.rni.r() n\i .s un
rcto coostitutivo d€l efado civil, de ¡hi que sea neces¡rio nrcncionrr dos.Lr.\tx)n..:
el momento a partir dcl cu¿l se inicia el reconocinricnto dc los cf¡ctos (l.l nr.rrnrrr(i-
nio exlra¡jero y el tipo dc efectos que producc cn Iúóxico.

[4omento en que comienza e producir efectos en l\,4éxico

[1 ¡rt. 161 del (rr)r (¡nlerior a la rcfornra dc 2000, pero segui&r etl Iar.ias cntid,r
rles fecleratir,as). ir r}rc vt nos herlos rcfcrido, prescribía el nomento a p.trtir d.l
.ual se inici¡ cl reconocimiento dc los efectos de un Inatrimonio conrraido cn .l
.xtr!njcro. r\q!í hLlv que difcrcnci¡r dos situaciones: dJ quc cl m¿trimonio se rc{is
trc cn \'lóxico dentro dcl plazo de tres nreses, y l,) qnc no sc rcgislrc o se registr.
tuerr de ese plLrzo.
Si cl n.rtrimonio sc rcgistr.r dentro dc un plazo de trcs neses (conti(b a partir
Jel ./i¿5 r¡ 4uo), sc rcconocerán tod(x los cl¡ctos del nratrimonio a partir dc la fcchir
en que se celcbró;si rro se hace dcntro dc csc pla¿o, ttu se rccatnccrá sus 1:oitsccuctt
.rrs l.Sdl.s. bier, si sc hlcc cl registro después clel ¡rlazo filrdo,los clcctos clel
^hora
¡ratrinronio sólo serán reconocidos ¡ p¡rtir de l¡ l¡.ha del rcgistro cn ,\lóxico, pero
.onro cn cu¡lquier registro, sc presupone que slr el¡cto cs rctroactivo cn l¡ medida
.n qlr('con él se v.rlida cl acto celebrado en el cxtr¡njero. tll regislro en si misnr{) es
otro de los efectos qlrc puede producir cl ¡cto cclcbrirdo fuera. Sin él no habria rcgis
tro. Iil registro confirma que el nratrirlonio prcxluzcr efectos ¡rlenos en Nlixico. Sc
tratr er este caso dc un ac«) celebr¡do !ntcs dc l¡ fecha del registro en el pirís. La ley
es rígi,:la porquc fLre expedida p¡ra rcgul¿r siluxciones cn cl iimbiio n¡cionali sin
enrbargo, el rcgístro actúa conro rcgla de reconocirriento,v amplía 1¡ rcfcrencir del
\isicnr¡ jurídico nexicano ¡ travós dc u¡¡ norma disti¡rt¿ (l¡ dcl rcgislro). Ust¡n1os
.n prcsenci¡ de un dircccioD¡mieüto irdirec«) dc l¡ nonlla haci¡ cl ánbito intern¡,
.ion¡1. Son c¡sos erccp.ionirles, pero no por ello dcjrn dc scr fuente drl l)rpr.
Los códigos dc Coahuil.r (art.26r,, rrr) c Hidalgo (art. 163, (r) no est¡blc.cn un
phzo; les basta quc cl nrillrimonio se rL'gistrc, cn cuvo c¡so Ios et¡.tos se rctrotr¡crl
¡l nronrcntr¡ dc l¡ celebracirin, aunquc cl cle Hirlirlgo t¡clrlta prrr mulr¡r ir q¡rii'ü ro
h¡q.r cl rcqistro dentro (iel pl¡7o dc trcs nleses.
,\lglrln)s códigos me\i.anos cxigerl el registrc Llcl nratrimo¡io cclcbrado en el cr
tr¡¡riero (r1l )r. y otros)isin cnrbirrgo, ese registro no sc cxigc cn lrs leves de aleunrs cnti
drdes f¡der¡li\'¡s nexi.¿nus, como es el c:so dc Tl¡xc¡l¡ ) l¡b¡sco. Por orro l¡do. l¡
nr.t!oí¡ dc códigos disponerl que el regisiro sc rc¡licc en su est.rLlo o entid¡d f.drr.r
tr\¡, 0unque otros sc corrfonnan con qUc sc rcgistre cn cu¡lquier otm cntid¡d i.rl.
¡rtir':¡ Dr.xicaDit dondc por firrsirln prinrcru lo.s cri]ivuges cst¡bl.z.;rn su do¡ni.ilr,,.:l
\lirrico.
EI (in11go quc ioclic.r respccto ¡ li!.or de quién producc et¡ctos el re{inr,)...
qu.rctrno, quc est¡blece quc cs ¡ l¡\or dc terccros (art. l5-1, ( ( ), .ir.LIr.i.rn.:.r .
-tril.L, 1.. J.' rrrl':r,'r,r h¡l'r.,n.rrr¡..r.i,,.
152 B) DF.REcrro rNr|RNA(

Por último, si el matrimonio se contrajo ante las autoridades extranjeras y luego


fue llevado ante cl cónsul mexicano acreditado en ese lügar para su registro, como
prescriben los convenios consulares, entonces ya no habrá necesidad de volvcr a
registrarlo ante las autoridades del Registro Civil de cualquier entidad federativa. La
explicación es la siguiente: si la razón del registro consular consiste en revalidar
las actas y constancias acreditativas del matrimonio par¡ que sean recooocidas
ante las autoridades mexicanas, ya no habrá motilo para volver a hacer ese registro.
Aunque esto no aparece en las leyes internas mexicanas, asi se desprendc dc los tra
tados o convenios consulares que poseen supremacia jcráquica respecto de las le,ves
secundarias internas.rrr Desde el punto dc lista práctico, por lq, como ya hemos
visto, el registro consular se concentra en el registro dcl D.l-l ,v ahí se podrá solicitar
la copia de un acta.
Otra explicación que contribuye á afirmar quc un matrimonio contraido en el
extranjero y registrado ante el cónsul mexic¡no en ese lugar no teDga que volver a
registrarse en Mérico: sería tanto como una repctición innccesaria de procedimien
t(x en la administración pública, de por si sobrcsaturada de trab¡,o, así como una
carga de trabajo doble para los particulares.

Tipos y contenido de los efectos que produce el matrimonio

La mayoría de los problemas que produce la obligación de registrar los act(x o cons
tancias acreditativas de un matrimonio extraúero no han sido aborclados por el
derecho legislado, sino por los tribunales judiciales. Como en otro apartado diiimos,
las respuestas ro han salido de la teoria ni de la lcy, sino de l¡ dogmática judicial, lo
que es importante defacar, ya que en este caso la construcción de la norma ha sido
producto de los juzgadores.
El registro (de un matrimonio contraido cn el extranjero, donde va fuc registra
do) por si mismo carece de razón de ser Sólo puede entenderse cuando se toma en
cuenta que mediante ól se procura un efecto publicitario (efecto reg;str.¡l). En estc
caso, al ser un acto publicitario no es precisamente cl probatffio (cuando menos el
único o principal medio probatorio). sino el que publicita un cstado civil adquirido
fuera de México.
En efecto registralha sido abordado por los tribunales iudiciales de amparo, que
diferencian los efectos ri(.Iusi1'afie te matrimo ialds o p¿lso,7des del matrimonio de
los efectos patrimoniales, clasificación que no sc encuentra cn el art. 16l del .c¡)r,.
Elprimertipode efectos comprende los derechos y obligaciones personales entre
los cónyuges- En este caso los tribunales ¿d, r¿5¡./ elto que es in ecesatio que se regisne
el natrimofiio contruírlo efi el extranjero (ñás adelante haremos referencia a algunas
rcsoluciones judiciales). Es decir, aunquc se hubiera celcbrado en el extr¡njero v no

,rr ¡,ge Alberlo Silvá, E1r€gist.o de los lctos a.rednarivos det esrado civitadqunido dr ctcxlunje
tu: algunas Dotas de la resula.ió¡ nrexicáDá:en ¡lo¿¿¡oj, ¡)úú. s5.2001. Unive¡sidad Autónoml
Meiropolitan¡, Nléxico.
N(.Lr¡lNÁr1) (' 153

§e hubiera retistrado cn México, el nratrimonio seú reconocido ldc¡Íro de las rch-


ciofies conyu4oles) a portir del momento en que se cer¿ró. Por lo que sc rcficre al reco-
nocinriento d€ efectos frente a terccros, ¿lgu¡'las decisiones han tendido a exigir el
registro. Por ello esquese ha sancionado penalmente a las personas quc contrajcron
s€gundas nupc¡as en México sin haber disüelto antes las contraidas en el extranjcro.
Cuando Ia sr:ttt afirmaque porfaltade registro "no seinvalida el matr¡monio extran-
I lr está reconoc endo el matrimonio celebrado en el
iero'] ertranjeú, aun cuando no
se hubiese ¡nscritoen México. No es necesario que se ledé publicidad a un matrimo-
nio si el cónyu8e bígamo s¿bia que estaba casado.
[á sanción por abslenerse de reSistrar el matrimonio erlranjero ¡ro ha sido el
desco¡ocinriento de ést€, aunque algunas tesis iudiciales aisladas han sostenido
una resPuesta diferente.
Respecto de los ¿rectos p otriñon¡ales, los tribúnales han hecho una distinción
¡omando en cuenta las personas acerca de las cuales habrá de producir efect()s el
matrimonio. Cuandode por medio existen problemas patrimoniales artre los.dnl¡l-
8es, es innecesario el registro (la respuesta es similar al dc los efectos meramcnte

r! letuñatu ldicial de k l:ú1¿ú¡ó,, Primcrr Quioü Épd-. r. x\yr. p. 2288i ,.sris R. PLsqú.ir¡.
Sála,
2l de agosto de 1929- vár¡6 ,slúcion.s *gúido era id€. L'na r$lu.ión d. la vrr.' ha irdi
han
cido que"elacla del6ládo civil e¡hibid¡ en un iúicio en opia.enifiüda, El ila ¡lñarrituonio
d€ los con leD d icn tes celebrado eñ e¡ cxlr¿njerc. demue«ra ese vincúlo cilil, porqu. tdldo.úñ)cn
ro d€ne la cficacia pleD! que le ¡signan los ¡nrculos 327. frrcción r\', y 4ll del Código de
Prúedimicnlos Civiles de¡ htado de Blj¿ C¿lifornj¡, siendo ldemás el indicado pár¡ a.Édihr e*
§ta¿o .iril, por kr cl esp.ciñ@mente rñ¡lado por cl ¡ iculo 19 dcl Código Civil, aun cúrdo no
aFrez.a insüiroen l¡ oficina coú6pondienre del lte8istrc Civil del lugar de su rcsidencia,(omo
lo exigen l$ ¡ní.ulos 5l y 16 r del Código Civil, ¡!.r la ortisión de tol @ttdicióf, sokoteflt .Dúd
ef el 6p..to patnñoiial dz L».orro¡t en beneficio de tercercs .v ¡o en los n¡atrimo¡ial§:
Señañrio lúltiald¿ la fedúaola, I¡rcera sala, Séprim. EpG!. r. xrDi Cuaro P¡rte, p 45, a¡)
ll92l71. losé Gonzns (L¡deDas. 26 d. cnerc de 1971. UnaniDidad dc 4 rct6. Ponentq Rafacl

En otrd r6olu.ión h v)ñ prcs.¡ibió qu. "dcb. terer* cn cuenta qu¿ clmrtdmonio pr¡lu'
ce diveMs efetos; unos, pureñénte ¡añiliaÉ o nóñbt f ottot de o¡á.te, patriñonial Anó¡r
bicn, si I. ley en8e pa.á qu€ produz.a ef€.tor e1 maúi¡nonio la mns.ripció¡ er nu6rD reSitr«)
del ada mairimoniá r.lativa, es widcnte que los efedos a que alude en qclus¡vamenre los dc
indolc palri¡nonial en b.ftlicio prin(ipalmente de tcr.eios quc cstablezcaD r.lá.ion.s juridic¡'
con los cónyutcs. Esio es obvio. dado qu. l¡ tranÚip.ión 6 .¡ n..db d. darl. fuhli.idad ¡l r.r().
paÉ que lodo mundo prdl¡.one.rlo r eritar l¡x Brruiciosgu. J rqu¿llo! putli.un r€suhúls
po.la iSnoruncia deler.do civilde ¡ros, siy r()l.r.r¡ qN lo mrnruri.ran o.uhoi)'con privú il
m¡trimonio de sus efeclos patrimoni¿les no resullr rfc.t¡do ó Lscn.i¡: en .aúbn), priv¡rlo d.los
ef.ctos ñor¡les ó taniliarcs, si lo áf6ri, porque y ¡le8¿ ¡ lás con*cuen.iñ ¿bsuRl¡s que )¿ h¡n *
.oGid€ndo ant6i lueSo entonces tun h& en lo drerior, debe Bt¡bleeñ que l¿ cxpBión efe(os
.ivil6l quc rl¡ple elprcceptoen cuesrión, alude exclus¡lt¡ente. los efe.tos que $n @nsu.n-
ci¡ de lá plblitidad ) aellos dcbe limitars. elalc¡nce dc l¡ sncnitr i,¡puesta po¡.s¡ ley, y exdlir
de ella ¡ hdos ¡que¡k,s ef.ctos que se producen i¡depcndie¡tcm.nte de qu. h.ya o no tul
publicidad, porque so" produc¡o de ld naruralez¡ n¡isma del conrr¡to." Ter.er. Sala, ¡¡¿rli..
¿¿ ¡995, S.irimá EFÉ, r. Pafe r r:\, T6¡s. 281, p. ¡90, lD 92E8/67. Er!¡gclin¡ (¡¡tE¡rs d.
(lenizo. I -t de
^,
septiembrc de 1968. CiDco votos.
I54 T' DTRTCHO INTIiRN^C

personales); si§e trata de problemas patrimoniales qve afectefi a terceros,lostribnna-


les han exigido el registro,ll. con lo cual han confirmado que éste prcduce en tales
casos electos publicitarios.
Entre lo prescrito en el art. 16 I del ccDF y las decisiones iudiciales se presenta una
diferencia. En elprimero se exige el registro delmatrimonio extraniero como condi-
ción para que produzca efectos, mientras que en las decisiones iudiciales no s€ ests-
blece esa exigenciá (al menos en lo que se reñere a los efectos personales), por lo que
aun sin el registro se producen todos los efectos de este tipo.
Cabe agregar que la obligación de rcgistrár las constancias acreditativas del matri-
monio extranjero tañbié¡ se establece en los códigos de varias entidades federativas
mexicanas. Esto hace suponer que en el lugar donde s€ domicilie la pa¡eia matrirÍro-
nial debe inscribirse la documentación extranjera que acredite el matrimonio cons-
tituido en el e-'dranjem, aunque otms legislaciones se conforman con que se registre
en cualquier otra entidad federativa. Como se observá, en algunos casos el legislador
dio efeao publicitario al registro, que sean las personas del lugar donde se \an a
domiciliar los cónyuges las que estén ádvertidas del estado civil de la pareja, mien-
tras en otros casos el efecto del registro en una entidad distinta desactiva el disposi-
tivo de la publicidad.
Un acto trascendental como el matrimonio no d€be hoy en dia quedar sin efec-
tos en México por la falta d€l requisito de registro. L,os tribunales judiciales, como )?
explicamos, han reconocido le validez del matrimonio extranjero sin necesidad de
que s€ registre cuando el efetto por reconocer es meramente personal, pe¡o se mani-
fiestan en sentido diferente cuaDdo se tmta de ciertos efectos patrimoniales (esto es,
fiente a terceros), c¡sos en que sí s€ ha exigido el registro.l 15
[,a C-oNrnción de Naciones Unidas sobre Crnsentimiento pa¡a contraer Matriño-
nio, Edad Minima par¿ Contra€rlo y su Registro no prescribe que un matrimonio deba
registr¿¡se en un pais dilerso a áquel del lugar donde s€ contrajo para que se le reconoz-
ca¡ efectos, por lo que cadá pais miembro de la Convención queda en libertad de regu-
lar lás impücaciones legales i¡ternas de matrimonios celebrados en el extranjero.
En algunos paises se ha seguido un camino distinto al exigir la previa homolo-
gación (España, por eiemplo), pero esto no ocurre en México.
Si se eüge que en México, en todos los casos, sl se lleve a cabo el registro del
matrimonio extranjero, no sólo se arribarfa a una interpretación meramente literal,

I r{ lás tesk, reelüc¡or6 y @menrários a éstar puede¡ Ers en lorge Nbe.to Silv. Dúecho interna-
cional p¡iwdo- Su eefbñ tudi.ial d M¿!i@, o? dt-
¡¡5 En ura @lución de l¡ icN s enfat¡a 6ta postuB: Ser¿m¡io fudiáal de la Fedwiót,sépti,ña
Époo, Td.eE S.,a,l- xIIx Cuarla P¿rte, p. 45, ll92l71. losé Gonzá]d (árdenas. 26 d. enerc
de 1973- Unoimidad ^D
de 4 rcros. PoneDts R¡fael Rojiná V¡Ieg¡§. l^ l$lucions de nud¡n SupEma
C¡.ie distan mu.ho llsoMemn los lr¡bunal€s .ub6nos, pu6 a de.ir d€ Antonio Sán€hez de
de lo que
Bustamde, üi sl * qjEió.1 r.d¡tm trÉtrimo¡¡.|. Antorio S{nchq de Bus¡,naÍte y §inrn, D.rE io
l¡te¡Miotul t'¡i\ú.1o.L\,C\hu¡nl, tá H.b¿ra, 1913, p.37.
N(.UBIMT(I (ll I55

sino descontextualizaü de la realidad. De ahi que el art. 16l del criD¡ representa una
t¡ninisce cia del territoríarisfi o mexicano, ya que se trata de una reglá que estable-
ceun mecanismo burocrático para reconocer los efectos de un matrimonio extran -
icro. En nuestra opinión, estamos frente a una disposición obsoleta. t¡
más
razonable seria que, salvo contrariedad con el orden público, todos los actos del
estado civil celebrados en el extraniero deberian producir efectos en México, sin
oecesidad de tener que revalidarlos. De ahi que consideramos que la ley interna
debe ser áclarada.
Lá persistencia en exigir la reválidación y el registm de los actos del estado civil
¡€sultaría (por analogía) en que la no inscripción en México del nacimiento ocurri-
do en el €xtraniero convertiria a la persona no r€gistrada en un fantasma, lo que es
contrario a los derechos humanos, entr€ los que se encuentra reconocer la Persona-
Iidad del individuo. Una interpretación rigorista del art- 16l del ¿'¿D¡ podría dar
como consecuencia que el casado, al no revalidar su matrimonio extraniero en el
DF., se convirtiera en soltero,lo que también es ilógico.

5.4, Matr¡monio solo consensu, concub¡nato


y otras formas de convivencia

Además del matrimonio contrafdo aíte una autoridad estatal, existen otras fi8uras
scmeja¡tes en m¿yor o mer¡or gaado Algunas, incluso, son equiparadas al propio
Datrimonio, como el matrimonio por comportonierlto o el cofimon law fiarriage,
as decir, matrimonios solo consensu. utra figvra, más alejada del rnatrimonio, es el
concubinato, y una todavia más, el aduberio.la diferencia entre uoas y otras radi-
ca en la mayor o menor permanencia de la vida en pareja y en los efectos legales
que producen.
En ocasiones dichos efectos pueden ser semejantes o iguales a los que produce
un ñatriñonio contraído ante una autoridad; en otras es menor el número de efec-
to6 (como en el caso del concubináto mexicano), y en otras prácticamente no se
¡Econoce nada (por ejemplo, en el caso de los adulterios).

Concubinato

El ao¡cubinato (barraganía o amancebamiento en la España medieval) puede


&finirsecomo la v¡daen común entre un hombrey una mujer, como si fueran un
matrimonio, durante un tiempo razonable que la ley mexicana limita a cinco
¡ños. En la primera época de la República romana elconcubinato y la prostitu_
ciln no se diferenciaban. La distinción se dio en razón deltiempo: en lno la relación
rra más o menos prolongada, mientras que en la otrá era accidental. Las variácio_
oes habidas en el concubinato han consistido en los requisitos y la capacidad
para constituirlo. Durante el medioevo, en ocasiones los casados podian tener
I56 D DERECHO INTLRNA(]IONAI- PRIVADO, PARI'T ESPDCIAI,

concubinas, pero las actrices, prostitutas y las casadas no podi¿n convertirse en


tales,lló
Con la Iglesia el concubi¡áto fue tolerado, incluso en elcaso de los párrocos, por
lo menos hasta el siglo xn. Hacia el siglo xrv en algunas ciudades se prohibió el con-
cubinato, lo que colisionaba con disposiciones de otras municipalidades que lo per-
mitian.
Elconcubinato plantea problemas de calificación cuando el legislador mexicano
intenta tratarlo a¡alógicámente con los derechos que se deriván del matrimonio. En
el concubinato se está reconociendo una realidad, que es la de una gran cantidad de
mexicanos que viven en unión libre, por lo que debe considerársele dentro del ¿sfa-
do ci'il de las personas. Este es un fenómeno que también se da en paises de Centro
y Sudam¿rica.
En una concepción jurldica como la planteada estamos en desacuerdo con el
profesor José Antonio Tomrís Ort¿ quien sostiene que elconcubinato no es un ele-
mento familiar, sino una cuestióñ prcñatrirnoiful. Se$Ín el autor no puede ser fami-
liar porque no implica una famiüai en conclusión, dice, se trata "de una obligación
civil convencional'l Ortiz desconoce que el concubinato en sí es ya uná familia, por
lo que considerarlo asunto preñatrimonial es claramente una distorsión. En países
como México diffcilmente puede considerarse al concubinato como una "obligación
civil convencional'l ya que la realidad nos muestra que existe un alto número de
familias que ronviven en relaciones surgidas de aquél; s€ trata necesariamente de rela-
ciones que no sólo son convencionales, sino mayoritariamente de familia-ll7 Un
rápido estudio de la antropologfa jurldicá ñexicana y de la realidad social puede
conducirnos a una aceptación de esa forma de vid¿ y asimilarla al matrimonio. Se
tr¡ta de una forma de comportamiento que han adoptado ñillones de pareias y
que se extiende en la sociedad. Ellas constituyen f¿milias que son una parte consi-
derable del núcleo de la sociedad mexicana y, por tanto debe considerársele un
estado civil. A ese estado convergen valores y realidades estrechamente amalg.ma-
das a la familia, por Io que no s€ tráta de una situación prematrimonial o prehmiliar La
Iglesia católica mexicana y latinoamericana han áceptado esa manera de vivir.
La Convención de Naciones Unidas sobre Consentimiento para contraer Matri-
monio, Edád Ml¡ima para Contráerlo y su Registro no desconoce los efectos que
podría tener un concubinato constituido en otro pais.
El concubinato, como se acoge en México, es una pane del estado civil de lat pet-
JonaJ, aun cuando no exista una disposición que expresamente así lo califique. A
pesar de lo parcos que han sido los tribunales mexicános sobre el particulat han

,,6 lañes A. Brúda8e,L l¿, el tu y la eci¿da¿ nktiana en h Eo@ ñdiewl, op. cit.,p.54.
r, bonel P€renieto C6lro, "Algunos dpetos del der.cho f¡oiliar en Méico y otros paies d.
I¡rinoaméric¡'l en AlfoM Luis Calvo CaÉvaca (omp.), Et dúccho de lanilk aote el sislo xxr
üpectos inteñacioña|*, op- cit-, p. 20-
Nr r |r\¡m <r, 157

dado por hecho que el roficübinato es una institución propia del esta¿o civíl.tt{ Esa
ú¿nera de ser, conviviry relacionarse conform¡ elestatuto concubinrrio. Esta califi-
craión nos lleva a afirm¡r que las relaciones entre los concubinos dehen ser regula-
drs por la ley que regula el estado civil de las personas, incluida su disolución.
l)ebido a la naturalez, fáctica dcl concubinalo no es posible advcrtir lalornra dc
@nstitución,rle pero es factible percibirel corsertimi¿nto para constitlrirlo, que es el
&la let foti (en el D.F.) o el del domicilio de cada concubino cn el momcnto dc l¡
@rs¡itución (en algunas entidades federativas).

Matrimonio por comportamiento y common law marrioge

E matrimonio formal o lradicionat tiene algun¡s semejanzas con el concubina«r y


@r el matrimonio por comportanriento, ya que estos úl(imos son semeiantes entre
d y se les reconocen efectos similares a losque p«rduce elacto matrimonial. No obs-
Enle, mientr¡s que en el concubinato los efectos son restr¡ng¡dos (según lo expl¡cA
rms), en el matrimonio po¡ comport¡miento son más cercanos y en algunos casos
iuales a los del matrimonio tradic¡onal.
Julio GonTález Campos afirma qucexisten paises donde elmatrimonio no requie'
rl una forma cspecial para ser vál¡do. En ciertos estados de Estados Unidos de
.{mérica, sosticne el autor, se reputa como matrimonio aquel que surge por mera
posesión de estado (ú7 labit and repute). Estc tipo de matrimonios equivalen a los
que en México se estableciert¡n en las leyes deTamaulipasydc HidalSo (matrimonio
por comportamiento). En esas cnt¡dadcs fedcrativas se consideraba que existia
matrimonio por el simple transcurso dcl tiempo, aunado a la poses¡ón de estado e
itscripción (:tl menos en Hidalgo).r10 (lomo éstos se constituyen allado o al margen
& cualquier autoridad, t¡¡mbién se les conoce como ñottitñoflios ittfitrn oles.
I¡ Convención de la osu sobre Consenl¡miento parit contraer Matrinr»io,
E¿ad Mínima para Contr¡crlo y su ¡legistro (art. 1.1) exige que el nratrimonio se
celebre anle una autorid¡d competcnte v testigos, pero no prohíbe lm unions no

'¡¡ AIi 950/el, ¡lcr¡.rd! Mundo Prio.ip.l, l0 ¡e ¡ún, dc 192. Arimismo, AR 528/el, su \i{h d.
J,tr8. tinz Il(tr.s,28 de oüubrede l99l. Un¡ ptup!.r! p.ra meidrr l¿ ¡e8úhú)¡ stabr dr(
.l,ll)rNpcclo alconcubirto puerl. ltrÉ en Ferr.ndo BarÉñ Z¡nrootegúi. tt¡ciá ur.r nr.i
¡ormatir¡did iundica ilcl «Dcubinaro .n elCódigo (livildel Distrno FedenllLn A,¡¡..liori¡,
cos rlut út ho dtdk d Anhr¡¡o lbnrtuh Aznrt trcs.ñti tl Col¿gio tu PtuÍ¿snt.s ¿. l)úttho (:n , tu
/¿ !N)r¡, ur¡sr'Rlrnia, M¿xico, I996.
,¡. (:iertaparr.de lidNtrin! alud. a laexi{cncia dea.tdsin form¡.
i! P¡r. un crutli(¡ de la l.) dcl.stado dc Ilid.lgo ((irrigo Fdu¡fur) v¿¿* rbnucl l{osles sil\¡ t
I.¡ncisco l$n¡.i(, Nav¿ro, llxibles cotrtlictos de lcy.s derivádos d.l m¡rrimo¡n) y co¡(bnük)
.r elCódi8o f¡mili¿r pah el!¡t¡dode tlid¡lgode 8 dc Noviembr. d. le8l: e¡ (¡1d@ s.r¡iütrio
\úiof,ol7! l\r..ho t¡núturid,al P¡irü,r. Iléxico. ¡ell.l. Un ebnr.¡ $bEellcn¡¡ delmltrinu
nio por «,ñBrrañienro. d.rnldo de un c¡s pre*¡udo en el cdrdo de T¡mdul¡pas puede !crn'
.n ltáúl Oni2 Urquidi, M¿rrn onio ?ot nri,?ortdt'ti,t¡o, srylo, Móxir¡, 1955; del mismo no¡'
"M¡rrioonio por onp{fl.ñi€nktl cn ri,r",1¿ ,lla,¡,. núm.10, {pticmbre de 195s.
158 e) DfRtcHo rN'rERN^c

registradas ni que s€ l€s reconozcan efectos similares a los del matrimonio. C,on esto
se acepta la realidad existente. El punto clave en torno al cual se centü el matrimo-
nio es el consentimiento recíproco manifestado de diversas máneras.
A principios de la década de 1990 se presentó un caso cuyo demandado fue el
cómico mexicano Mario Moreno (Cañtirr/rr¡s), a quien las autoridades estadouni-
denses lo considera¡on casado con una ciudadana de ese país, Joyce lett, por el sim-
ple hecho de que se prcsentaba con ella en diversos lugares y la trataba como su
cónluge. En el asunto seguido en Estados Unidos de América se c¿lificó tal unión
como mat¡imonio al amparo del common law morriaga trt Derivado de esta califica-
ción hubo un acuerdo privado entre las partes involucradas en el asunto.l22
Hubiera sido interesante ver cómo habrían actuado los tribunales mexicanos si
se hubierá pretendido que la sentenciá estadounidense fuera reconocida, lo que, a su
vez, implicába el reconocimie¡to del estado civil de casado- Si los tribúnales estadou-
nidenses ya habian reconocido un matrimonio de ese tipo, coincidimos con el pro-
fesor Julio Gonález Campos, e incluso con la jurisprudencia española,l2r en que en
México se podría h¡ber reconocido la forftál2{ Jolo cor¡i¿r¡s¡¡ del matrimonio extran-
jero, porque la ley aplicable en Estados Unidos de América asi lo dispone, además de
que hubo un ¡econocimiento judicialde dicho matrimonioy éste hubiera sido equi-
parable al matrimonio por comportamiento, que sí reconoce la ley mexicana y, por-
que además, no habrfa contrariedad oon elorden público mexicano.¡2t
Además de lacalificación que hemos planteado, cabe referirnos en este apartado
a dos aspectos. Por un lado, a la aoistitución del marirror¡io por aomportamiento y
el common law marriage y, por otro, a las r¿l¿aiorres entrc los cotlcubihos o personas
unidas conforme al common lav/ rkar¡iage,
E¡ qanto a la con¡iruciór,, tanto el concubinato como el common lev/ marriage
(que son formas de constitución del estado civil) se rigen por la ley que rige al estado

rr¡ En¡u rduáfm€nt s. lÚn@.|Ciñtun lN mniw en Alabám. C.loBdo.I)btrict of Colum-


bia, Io{¡, I(áns, Oklahoma Nud¡ HmpshiE, PenN/vaniá. Rhode Islúd, ()olina del Sur y Ula}.
En cl .a$ de Mário Morño el jue lomó en cuenta que ella era lá que maleriálmenle p¡gaba los
s.rvi.ios del deparhento del *ño¡ MoreÍo (agua, eneúa e¡é.tri@, teléfotro), fotografld d.
anbos en 6estas. en la c¿s¡ del D.F., con el hih dc é1. Adcm,ás de t6rimonial6, eljue valonó una
l¡rjeta que l¡ *ñoE ,ett Eibió el dla d. las rudres po. parte d€l hi,o de é1, así como cl tElo y .lt¡'
d¡do de ell¿ duranre una estaDcia de Moreno en un hospital, rodo.llo ocuEido dur¡nie un largo

,I En lá entencia pronunciada.n Harr¡, Tcm, se ondenó á Mario Moreno ¡ p¿gár 26 millonesd.


dó1.r6. E¡ cl conrnio ella s. qu€dó con 701) mi1, más un depanamerb y alEuns rgálras por
pcliculd y ob6 de !r..
úr rulio Conález Campos ¿ ¡ al., Ddecho tntemxional kindo- Pdn¿ aptidl, op- .1-, pp- 414 y 4t5.
i1¡ En B¡lidad, en el .oñño¿ lde no eriste um forM dpecial par. su celebhción.
rs Io* Luis Siquciús r pronúrdá porelno reconocimiento del mátrimonio por comporamienlc
pu6 áfirm qué tulnd¡ .l ordú público de ls entidad6 fedeÉtivd que no 10 ¡%ulán. loé l"uit
siqu.idr, ¿or .oñlir.to, d el riste a @itti¡ucioial ñúi@ña ciñco tonlúcfchs en torflo ol anicu-
/o l2I roñrir.ior¡¡, Unive6idad Autónoma de Chihuahuá, Chihuahu¡, 1957, p 89.
N.LrBt¡-ar\) (,l 159

civilde las personas, que en Móxico se vincula con la ley domiciliar o la l¿tfori. Lo
mismo ocurre en lo que hace a l¿s relaciones entre los concubinos o los unidos con-
fotme al common law mdrri¡¡gc, que se rigen con forfie ala ley que rige al esaAo civil
de las personas. De esta manera, en México pueden seguir la conexión domiciliar o
la l¿rlorr, dependierdo de la entidad federativa cuyo Código o ley resulte aplicable.
Cuando el orden juridico de una entidad federativa remita a la ley domicilia¡ la
calificación podrá hacerse conforme a una calificación ler. cdrsdei es decir de acuer
do con lo que dispone la ley aplicable, incluidas todas sus categorias.
Indud¿ble ente, se trata de relaciones de estado civjl, y con esta idea hay que
tener presente que existen instituciones relativamente diferentes del ñatrimonio,
como el concubinato, que puede considerarse parte del estado civil,lo mismo que el
matrimonio por comportamiento,

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