La Dimensión Científica Del Psicoanálisis

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3/3/23, 2:51 La dimensión científica del psicoanálisis

   

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Neuropsiquiatría
versión On-line ISSN 2340-2733versión impresa ISSN 0211-5735 Servicios personalizados

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq.  no.78 Madrid abr./jun. 2001


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La dimensión científica del psicoanálisis
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Fernando Lama Moliner
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Psiquiatra. Psicoanalista. Miembro del Centro Psicoanalítico de Madrid y de la
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RESUMEN
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Se revisa la relación entre la neurociencia y el psicoanálisis. La neurociencia
puede proporcionar una nueva base para el crecimiento futuro del
psicoanálisis sin que ello suponga un abandono del conjunto enorme de conocimientos clínicos valiosos que el
psicoanálisis ha reunido durante el último siglo.

Palabras clave: psicoanálisis, neurociencia, multideterminismo, Edipo.

SUMMARY

The relationship between neuroscience and psychoanalysis are examined. Neuroscience could provide a new
foundation for the future growth of psychoanalysis an this statement no need lead to abandonment of the vast
array of valid clinical knowledge psychoanalysis has accumulated in the course of the past century.

Key words: psychoanalysis, neuroscience, multideterminism, Edipo.

Introducción
He leído con interés el trabajo "Consciencia, Cientificismo y Multideterminismo en Psicoanálisis" firmado por C.
Paniagua (1). La relación del psicoanálisis con las ciencias empíricas denominadas afines no es nada fácil en la
actualidad. Por ello se lee con agrado un artículo sobre psicoanálisis conceptualmente preciso, bien documentado,
pero que no resulta hermético. El autor defiende que las funciones psíquicas son tan directamente observables

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como la actividad sináptica y recuerda la multideterminación que preside la acción humana. Critica que la única
función legítima de la investigación psiquiátrica sea "ir en pos de los principios biológicos o, como mucho,
reflexológicos que subyacen a las manifestaciones psicológicas complejas, suponiendo que solamente por medio
del conocimiento de las leyes fisiológicas puede verdaderamente llegarse a conocer conductas que implican
intencionalidad, significado y finalidad", pues "la lectura de las intenciones o coherencias en las acciones y
experiencias de otros no puede hacerse en los acontecimientos fisiológicos, al menos no más de lo que la finalidad
del transporte puede ser colegida a partir del funcionamiento de la mecánica del automóvil". En la misma línea,
reclama un espacio para investigar la experiencia subjetiva humana e incide en una cuestión fundamental: el
objeto de estudio del psicoanálisis. Este no es sino "el material verbal del paciente que expresa su versión
subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no es la vida del paciente, sino su psiquismo".

Efectivamente, el estudio del psiquismo, consciente e inconsciente, es la tarea que mejor distingue el psicoanálisis
del resto de terapias. Pero, ¿con qué modelo? La historia del psicoanálisis ha sido testigo del nacimiento de
distintas escuelas psicoanalíticas, muchas de las cuales han propuesto modelos diferentes para la compresión del
psiquismo inconsciente. No hay duda que el modelo propuesto por Freud sigue siendo el más completo y
elaborado. Sin embargo, conviene recordar que el modelo freudiano estuvo desde el principio y, a lo largo de su
extenso desarrollo, apoyado en los conocimientos científicos de la época. La obra de Preyer, Baldwin, Romanes o
Darwin subyace en las hipótesis psicoevolutivas de Freud, y los textos de Herbart, Fechner, Meynert o Wernicke
influyeron en sus concepciones psicofísicas (2).. Por ello, es legítima la pregunta, ¿cuál sería la actitud de Freud
frente a la extensa y rica producción científica contemporánea? En el siglo XXI, ¿habría introducido modificaciones
en su modelo de aparato psíquico? Diversos autores (3) (4) están convencidos que, como hizo a lo largo de su
dilatada existencia, Freud no hubiera permanecido ciego frente a los descubrimientos científicos actuales.

Es posible, que la mayoría de las intervenciones realizadas en el campo psicoanalítico no sean susceptibles de
evaluación empírica. Sin embargo, la clínica se sustenta en un edificio teórico muy complejo y tras las teorías
subyace el conocimiento científico de cada época -además de las influencias sobre Freud, podríamos mencionar la
relación de las teorías de Bion con el modelo matemático de Poincare. Es en este terreno donde las hipótesis
psicodinámicas podrían y deberían testarse. Por tanto, el objetivo de este artículo será doble. En primer lugar, se
pondrá un ejemplo ilustrativo de cómo la neurociencia actual podría facilitar información que corroborase algunas
hipótesis psicoanalíticas clásicas. Para ello se comentarán diversas investigaciones sobre el funcionamiento del
cerebelo. En segundo lugar, se planteará el posible papel de la neurociencia como instrumento clarificador de las
serias divergencias teóricas que han dividido y continúan oponiendo a los psicoanalistas. Desgraciadamente, la
mayoría de estas discrepancias se han saldado en escisiones y disputas personales entre los miembros de los
numerosos institutos psicoanalíticos hasta el punto que, los psicoanalistas, constituyen uno de los colectivos con
peores relaciones profesionales. En mi opinión, algunas de estas disensiones son susceptibles de dirimirse en su
origen: el conocimiento científico que sustenta en parte las teorías en competencia y que permanece oculto al
socaire del fragor de la disputa. Con este fin se presentarán algunos hallazgos sobre la maduración cerebral que
acompaña a la mielinización interhemisférica.

El cerebelo y las experiencias infantiles tempranas


Una de las hipótesis psicodinámicas fundamentales sostiene que las experiencias infantiles tempranas condicionan
de manera notable el desarrollo y funcionamiento de aparato psíquico adulto. Pues bien, la investigación con
técnicas de imagen cerebral ha mostrado al cerebelo, un órgano fundamental en la integración visomotora
temprana (5), muy activo desde el nacimiento y a lo largo de todo el primer año de vida. El cerebelo constituye el
substrato del sistema mnémico más primitivo, el cual conserva y organiza las memorias más arcaicas,
especialmente las relativas a la experiencia motora, pero también las originadas a partir de otras modalidades
sensoriales (6). Con las primeras experiencias el cerebelo crea mapas o planos del propio self y del mundo
circundante que permiten desarrollar un modelo de self-en-el-mundo (7). En este proceso influyen factores
constitucionales -en niños autistas se han descrito cambios del funcionamiento cerebeloso-y ambientales que van
más allá de la mera estimulación precoz [-se recomienda la lectura de los trabajos de Stern donde desarrolla los
conceptos de percepción amodal y entonamiento afectivo (8)]. Estos hallazgos son apasionantes, pero el dato que
interesaría' al investigador psicoanalítico sería aquel que permitiera la transformación de un conocimiento de orden
biológico en conocimiento de orden psicológico, ergo, susceptible de enriquecer la metapsicología. Por este motivo
es trascendente lo que sucede cuando en el curso del primer año el cerebelo conecta con el tálamo y el cortex
parietal. Mientras estas estructuras van madurando, activan sus propios sistemas mnémicos y son capaces de crear
sus propios mapas de la experiencia, los mapas cerebelosos previos no se destruyen. No sólo no se destruyen sino
que la información procedente de los mapas cartografiados por el cerebelo perdura, se comparte e influencia la
elaboración de los nuevos mapas/representaciones tálamocorticales. Es decir, las memorias más arcaicas van a ser
transferidas a los centros superiores y casi nada de nuestra biografía se va a perder. Por tanto, el nuevo modelo de
self-en-el-mundo, llamémoslo "cortico-límbico", que albergará representaciones complejas del self, del mundo y de
las relaciones entre ambos, no se va a crear desde la nada sino bajo la influencia de la experiencia previa
cerebelosa. De hecho, el cerebelo sigue ejerciendo cierto control sobre las funciones cognitivas del adulto y, por
eso, ya no se considera un mero órgano de control del movimiento (9). Pero, aún hay más, no es sólo el
"contenido" de la experiencia primitiva el que modela y da significado a la adquisición de información nueva, sino
que con el "continente" sucede lo mismo. El método con que se elaboran mapas, se procesa la información y se
crean modelos internos de organización de la experiencia sensorial también va a perdurar. Este funcionamiento
tiene su lógica pues, en cualquier proceso computacional, para que la mayoría de los programas puedan funcionar

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correctamente son necesarios ciertos programas básicos. En este sentido, los sistemas mnémicos cerebelosos son
los mapas del SNC necesarios para poder "mapear"(7,9). Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos,
son todavía especulativas, pero son una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia
y el psicoanálisis durante el recién comenzado siglo XXI.

Mielinización interhemisférica y complejo de Edipo


En palabras del propio Freud "si el psicoanálisis no tuviese otro mérito que la revelación del complejo de Edipo
reprimido, esto sólo bastaría para hacerlo acreedor a contarse entre las conquistas más valiosas de la Humanidad"
(10). Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, durante la etapa edípica ocurre un hecho de importancia
capital: la mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente para que se produzca un notable intercambio de
información. Aunque esta mielinización interhemisférica es todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el
tercer año las relaciones interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el hemisferio del
lenguaje-se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto, el comienzo de la etapa edípica, un
periodo evolutivo crítico psicológica y neuroanatómicamente, coincidiría con un cambio radical en el procesamiento
de la información. La maduración del SNC permitiría a los hemisferios cerebrales funcionar de una manera más
coordinada y consolidaría el funcionamiento de los sistemas mnémicos relacionados con el logro de un self
cohesivo. En opinión de Levin y otros autores (7), el éxito de la transición desde la etapa preedípica a la edípica
dependería de la capacidad cerebral para coordinar diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración
del funcionamiento según el proceso primario -hemisferio derecho-con el funcionamiento según el proceso
secundario -hemisferio izquierdo. Otra consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha
de nuevos y más maduros -neuróticos-mecanismos de defensa. De hecho, la represión no sería sino el resultado de
cierto bloqueo del intercambio interhemisférico, que según Levin (7), un psicoanalista experto en neurofisiología y
ciencia cognitiva, sería susceptible de verificarse mediante técnicas de neuroimagen. El conflicto psíquico sólo sería
posible cuando las diferentes unidades funcionales cerebrales estuvieran conectadas pues, de lo contrario,
esquemas o patrones arcaicos podrían coexistir aunque fueran mutuamente incompatibles. Sin embargo, el
hallazgo potencialmente interesante para el investigador psicoanalítico sería, como hemos dicho, de otra
naturaleza. ¿Qué sucedería si este proceso de mielinización interhemisférica presentara variaciones individuales
significativas que, por causas constitucionales o ambientales, pudiera verse demorado o adelantado en el tiempo?
La maduración fisiológica y psicológica puede llevar un ritmo diferente en un niño particular con respecto a la
media, por ejemplo en la talla, sin que ello implique patología. Pero, desde un punto de vista psicodinámico, ¿daría
lo mismo que un niño afrontara este periodo capital de su vida con una escasa mielinización interhemisférica? A
priori, la respuesta es negativa. No parece que la dinámica pulsional edípica pueda ser experimentada y elaborada
de manera idéntica. Un cerebro "bihemisférico" pondría a disposición del aparato psíquico una serie de mecanismos
sublimatorios muy necesarios en el escenario edípico. En caso de demora en la mielinización, la colaboración
interhemisférica precisaría que la información compartida siguiera transitando por estructuras arcaicas del SNC. De
esta forma, el riesgo que cogniciones, afectos o conductas primitivas impregnaran los conflictos y relaciones
objetales edípicas parecería evidente. La argumentación que viene a continuación es especulativa, pero pretende
dar un enfoque diferente a algunas de las mayores discrepancias que han tenido lugar en campo del psicoanálisis.

1. El complejo de Edipo en el modelo kleiniano

Es de sobra conocido que la llamada escuela kleiniana ha defendido un comienzo mucho más precoz de la
conflictiva pulsional edípica. También, que ha sido duramente criticada por proponer un escenario representacional
integrado por fantasías inconscientes muy complejas cargado de afectos primitivos (11). Se ha reprochado que las
representaciones mentales propuestas por Melanie Klein requerirían unas funciones cognitivas yoicas incompatibles
con el desarrollo mental de niños tan pequeños (8). Sin embargo, la experiencia clínica muestra que el modelo
kieiniano puede ser útil para comprender a algunos pacientes -aplicar la técnica kleiniana de manera ortodoxa a
todos los pacientes no estaría justificado, en mi opinión, a la luz de los conocimientos neuropsicodinámicos
actuales. Sin embargo, ¿qué pasaría si en un niño de 3-5 años la mielinización interhemisférica se retrasara? Las
vicisitudes pulsionales serían las propias de la etapa edípica, su cerebro habría madurado y sería capaz de elaborar
representaciones más abstractas, pero quizás el escenario representacional fuera diferente. El intercambio de
información interhemisférico se vería obligado a discurrir por estructuras del SNC más arcaicas y el efecto del
hemisferio del lenguaje, el izquierdo, sobre el derecho sería de eficacia limitada. Cabe preguntarse si el contenido
de las fantasías inconscientes fruto de la rivalidad edípica no sufriese por este motivo severas distorsiones
cognitivas y afectivas del tipo de las descritas por Melanie Klein. Por supuesto, la naturaleza de estas hipótesis es
especulativa. Su importancia no radica tanto en la exactitud como en la propuesta: ¿podrían los hallazgos
científicos corroborar o desestimar ciertas hipótesis psicodinámicas? En este sentido, ¿sería posible que el Edipo
kleiniano estuviera presente en algunos pacientes tal y como fue descrito pero, la pretensión de adelantarlo en el
tiempo, fuera fruto de un error? Dicho de otra manera, la observación clínica, el contenido de la fantasía
inconsciente, habría sido correcta pero no su adelanto al primer año de vida. Por tanto, las representaciones con
sus afectos primitivos no serían consecuencia de un escenario más precoz en el tiempo sino de una demora en la
mielinización interhemisférica.

2. El Complejo de Edipo en algunos trastornos graves de la personalidad


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¿Cuál podría ser el resultado del mecanismo contrario: un adelanto de la mielinización interhemisférica? La mejora
de la comunicación interhemisférica anticiparía la maduración cerebral. Ello posibilitaría ya al niño pequeño la
elaboración de representaciones complejas de las relaciones triangulares con sus padres y, quizás, cierta activación
pulsional edípica temprana. Sin embargo, este niño no habría tenido tiempo aún para elaborar las pulsiones orales
o anales. Es decir, las fantasías edípicas precoces podrían estar muy cargadas de envidia u otros afectos primitivos
propios de la edad biológica del niño. ¿Cómo podría afectar este adelanto madurativo al desarrollo del niño?
Kemberg (12) ha propuesto un adelantamiento de las vicisitudes edípicas en ciertos pacientes con trastornos
graves de la personalidad. De hecho, en contra de la opinión de otros notables psicoanalistas ha defendido que en
el paciente borderline no se produce una regresión inespecífica, sino una regresión formal en el sentido de Freud:
uso de una función de nivel inferior -escisión, por ejemplo-para el desarrollo actual de una persona, pero sin déficit
global yoico. Es decir, el paciente borderline adulto se vería abocado a utilizar un mecanismo normal durante el
desarrollo temprano -la escisión pasiva para poder mantener separadas las imágenes buenas/malas del self y del
objeto -ahora, escisión activa, patológica-porque estarían muy cargadas de agresividad/envidia. (13). ¿Es posible
que el adelanto de la mielinización interhemisférica condicione un adelanto de ciertas vicisitudes edípicas, pero que
la envidia/agresión temprana obligue a utilizar mecanismos de defensa más drásticos con el fin de tolerar fantasías
edípicas de gran contenido sadomasoquista? ¿Explicaría este proceso que, al menos en ciertos pacientes
borderline, se produzca un desarrollo patológico y no, como proponen otros autores (14), una detención del
desarrollo? No hay respuesta para estas preguntas todavía, pero lo realmente importante es que ciertas agrias
polémicas entre psicoanalistas pueden dirimirse en el terreno de la investigación dejando a un lado querellas
narcisistas personales (15).

La dinámica consciente versus inconsciente


La teoría psicoanalítica sostiene que los procesos psíquicos son originalmente inconscientes y que algunos de ellos
consiguen alcanzar la conciencia. O dicho con terminología de la segunda tópica, el ello precede al yo, el cual se va
diferenciando a partir del ello en virtud del contacto con la realidad exterior. Sin embargo, los estudios de
observación de bebes realizados por Stem (8) indican que existe una dialéctica simultánea entre el ello y el yo, los
cuales operarían por igual desde el inicio de la vida. Este sería un ejemplo de divergencia con la teoría clásica.
Podría argumentarse que la observación de bebes no es comparable al encuadre analítico y, por tanto, sus
hallazgos no serían aplicables a la teoría psicodinámica. En mi opinión, cabe otra postura, ¿existen más datos que
puedan facilitar la comprensión del problema que nos ocupa-? Por ahora no están disponibles, aunque un reciente
descubrimiento (16) podría facilitar enormemente nuestro conocimiento actual de la consciencia. Un grupo de
investigadores ha descubierto un grupo de neuronas corticales a las que ha llamado neuronas en espejo. Estas
neuronas podrían tener la capacidad de "leer" las intenciones de los otros, fenómeno que para muchos autores
podría estar en el origen de la consciencia (1).

En resumen, la búsqueda exclusiva de las bases neuroquímicas de las manifestaciones psicológicas complejas
puede resultar muy empobrecedora. Sin embargo, la investigación propiamente psicoanalítica no tiene porque
estar reñida con la revisión de las hipótesis científicas que subyacen a la teoría. Son ya muchos los autores (7-
8,15,17) que opinan que esta tarea es posible y la única limitación admisible es la magnitud del conocimiento
científico actual.

Bibliografía
(1) Paniagua, C., "Consciencia, Cientificismo y Multideterminismo en Psicoanálisis", Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq.,
2000, 20, 76, pp. 67-78         [ Links ]

(2) Wyss, D., Las escuelas de psicología profunda, Madrid, Gredos, 1961.        [ Links ]

(3) Miller, L., "Brain and self: Toward a neuropsychodynamic model of ego autonomy and personality", J. American
Academy Psychoanalysis, 1991,19, 2, pp. 213-234.         [ Links ]

(4) Shevrin, H., " The fate of the five metapsychological principles", Psychoanalytic Inquiry, 1948, 4, pp. 33-58.
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(5) Chugani, H.T.; Phelps, M.E., "Maturational changes in cerebral function in infants determined by FDG positron
emission tomography", Science, 1986,231, pp. 840-843.         [ Links ]

(6) Gao, J.R., "Cerebellum implicated in sensory acquisition and discriminating rather than motor control",
Science,1996, 272, pp. 545-547.         [ Links ]

(7) Levin, F.M., Mapping de mind, New York, Analytic Press, 1991.         [ Links ]

(8) Stern, D.N., The interpersonal world of the infant, New York, Basic Books, 1985.         [ Links ]

(9) Kim, S.; Ugurbil, K.; Strick, P.L., "Activation of a cerebellar output nucleus during cognitive processing",
Science, 1994, 265, pp. 949-951.         [ Links ]

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(10) Freud. "Introducción al narcisismo", 1914, a.c., Madrid, Biblioteca Nueva, 1972.         [ Links ]

(11) Ogden, T.H., La matriz de la mente, Madrid, Tecnipublicaciones, 1989.         [ Links ]

(12) Kemberg, O.F. Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, Buenos Aires, Paidos, 1979.         [ Links ]

(13) Lana, F., "El enfermo borderline: etiología y patogenia", Rev. Psicoanálisis y Psicoterapia, 1996,3, pp.81-93.
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(14) Masterson, J.F., "Diagnóstico y tratamiento del síndrome borderline en adolescentes", Confrontaciones
Psiquiátricas, 1983.         [ Links ]

(15) Lana, F.; Rodado, J.; Santamaría C., "Aproximación a los fundamentos neuropsicodinámicos de la teoría
psicoanalítica", Rev. Psicoanálisis y Psicoterapia, 1997,4, pp. 25-59.         [ Links ]

(16) Gallesse, V.; Goldman, A., "Mirror neurons and the simulation theory of mind-reading", Trends in Cognitive
Sciences, 1998, 2, pp. 493-497.         [ Links ]

(17) Gedo, J.E., "Foreword, en Levin, F.M. (ed.), Mapping the mind, New York, The Analytic Press, 1991.
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Dirección para correspondencia:


Dr. Fernando Lana Moliner
Departament de Salut Mental
Centres Assistencials Torribera
C/ Prat de la Riba, 171 -08921 Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

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