La Dimensión Científica Del Psicoanálisis
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Fernando Lama Moliner
Traducción automática
Psiquiatra. Psicoanalista. Miembro del Centro Psicoanalítico de Madrid y de la
International Federation of Psychoanalytic Societies. Jefe del Departamento Enviar articulo por email
de Salud Mental Centres Assistencials Torribera Santa Coloma de Gramenet
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RESUMEN
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Se revisa la relación entre la neurociencia y el psicoanálisis. La neurociencia
puede proporcionar una nueva base para el crecimiento futuro del
psicoanálisis sin que ello suponga un abandono del conjunto enorme de conocimientos clínicos valiosos que el
psicoanálisis ha reunido durante el último siglo.
SUMMARY
The relationship between neuroscience and psychoanalysis are examined. Neuroscience could provide a new
foundation for the future growth of psychoanalysis an this statement no need lead to abandonment of the vast
array of valid clinical knowledge psychoanalysis has accumulated in the course of the past century.
Introducción
He leído con interés el trabajo "Consciencia, Cientificismo y Multideterminismo en Psicoanálisis" firmado por C.
Paniagua (1). La relación del psicoanálisis con las ciencias empíricas denominadas afines no es nada fácil en la
actualidad. Por ello se lee con agrado un artículo sobre psicoanálisis conceptualmente preciso, bien documentado,
pero que no resulta hermético. El autor defiende que las funciones psíquicas son tan directamente observables
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como la actividad sináptica y recuerda la multideterminación que preside la acción humana. Critica que la única
función legítima de la investigación psiquiátrica sea "ir en pos de los principios biológicos o, como mucho,
reflexológicos que subyacen a las manifestaciones psicológicas complejas, suponiendo que solamente por medio
del conocimiento de las leyes fisiológicas puede verdaderamente llegarse a conocer conductas que implican
intencionalidad, significado y finalidad", pues "la lectura de las intenciones o coherencias en las acciones y
experiencias de otros no puede hacerse en los acontecimientos fisiológicos, al menos no más de lo que la finalidad
del transporte puede ser colegida a partir del funcionamiento de la mecánica del automóvil". En la misma línea,
reclama un espacio para investigar la experiencia subjetiva humana e incide en una cuestión fundamental: el
objeto de estudio del psicoanálisis. Este no es sino "el material verbal del paciente que expresa su versión
subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no es la vida del paciente, sino su psiquismo".
Efectivamente, el estudio del psiquismo, consciente e inconsciente, es la tarea que mejor distingue el psicoanálisis
del resto de terapias. Pero, ¿con qué modelo? La historia del psicoanálisis ha sido testigo del nacimiento de
distintas escuelas psicoanalíticas, muchas de las cuales han propuesto modelos diferentes para la compresión del
psiquismo inconsciente. No hay duda que el modelo propuesto por Freud sigue siendo el más completo y
elaborado. Sin embargo, conviene recordar que el modelo freudiano estuvo desde el principio y, a lo largo de su
extenso desarrollo, apoyado en los conocimientos científicos de la época. La obra de Preyer, Baldwin, Romanes o
Darwin subyace en las hipótesis psicoevolutivas de Freud, y los textos de Herbart, Fechner, Meynert o Wernicke
influyeron en sus concepciones psicofísicas (2).. Por ello, es legítima la pregunta, ¿cuál sería la actitud de Freud
frente a la extensa y rica producción científica contemporánea? En el siglo XXI, ¿habría introducido modificaciones
en su modelo de aparato psíquico? Diversos autores (3) (4) están convencidos que, como hizo a lo largo de su
dilatada existencia, Freud no hubiera permanecido ciego frente a los descubrimientos científicos actuales.
Es posible, que la mayoría de las intervenciones realizadas en el campo psicoanalítico no sean susceptibles de
evaluación empírica. Sin embargo, la clínica se sustenta en un edificio teórico muy complejo y tras las teorías
subyace el conocimiento científico de cada época -además de las influencias sobre Freud, podríamos mencionar la
relación de las teorías de Bion con el modelo matemático de Poincare. Es en este terreno donde las hipótesis
psicodinámicas podrían y deberían testarse. Por tanto, el objetivo de este artículo será doble. En primer lugar, se
pondrá un ejemplo ilustrativo de cómo la neurociencia actual podría facilitar información que corroborase algunas
hipótesis psicoanalíticas clásicas. Para ello se comentarán diversas investigaciones sobre el funcionamiento del
cerebelo. En segundo lugar, se planteará el posible papel de la neurociencia como instrumento clarificador de las
serias divergencias teóricas que han dividido y continúan oponiendo a los psicoanalistas. Desgraciadamente, la
mayoría de estas discrepancias se han saldado en escisiones y disputas personales entre los miembros de los
numerosos institutos psicoanalíticos hasta el punto que, los psicoanalistas, constituyen uno de los colectivos con
peores relaciones profesionales. En mi opinión, algunas de estas disensiones son susceptibles de dirimirse en su
origen: el conocimiento científico que sustenta en parte las teorías en competencia y que permanece oculto al
socaire del fragor de la disputa. Con este fin se presentarán algunos hallazgos sobre la maduración cerebral que
acompaña a la mielinización interhemisférica.
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correctamente son necesarios ciertos programas básicos. En este sentido, los sistemas mnémicos cerebelosos son
los mapas del SNC necesarios para poder "mapear"(7,9). Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos,
son todavía especulativas, pero son una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia
y el psicoanálisis durante el recién comenzado siglo XXI.
Es de sobra conocido que la llamada escuela kleiniana ha defendido un comienzo mucho más precoz de la
conflictiva pulsional edípica. También, que ha sido duramente criticada por proponer un escenario representacional
integrado por fantasías inconscientes muy complejas cargado de afectos primitivos (11). Se ha reprochado que las
representaciones mentales propuestas por Melanie Klein requerirían unas funciones cognitivas yoicas incompatibles
con el desarrollo mental de niños tan pequeños (8). Sin embargo, la experiencia clínica muestra que el modelo
kieiniano puede ser útil para comprender a algunos pacientes -aplicar la técnica kleiniana de manera ortodoxa a
todos los pacientes no estaría justificado, en mi opinión, a la luz de los conocimientos neuropsicodinámicos
actuales. Sin embargo, ¿qué pasaría si en un niño de 3-5 años la mielinización interhemisférica se retrasara? Las
vicisitudes pulsionales serían las propias de la etapa edípica, su cerebro habría madurado y sería capaz de elaborar
representaciones más abstractas, pero quizás el escenario representacional fuera diferente. El intercambio de
información interhemisférico se vería obligado a discurrir por estructuras del SNC más arcaicas y el efecto del
hemisferio del lenguaje, el izquierdo, sobre el derecho sería de eficacia limitada. Cabe preguntarse si el contenido
de las fantasías inconscientes fruto de la rivalidad edípica no sufriese por este motivo severas distorsiones
cognitivas y afectivas del tipo de las descritas por Melanie Klein. Por supuesto, la naturaleza de estas hipótesis es
especulativa. Su importancia no radica tanto en la exactitud como en la propuesta: ¿podrían los hallazgos
científicos corroborar o desestimar ciertas hipótesis psicodinámicas? En este sentido, ¿sería posible que el Edipo
kleiniano estuviera presente en algunos pacientes tal y como fue descrito pero, la pretensión de adelantarlo en el
tiempo, fuera fruto de un error? Dicho de otra manera, la observación clínica, el contenido de la fantasía
inconsciente, habría sido correcta pero no su adelanto al primer año de vida. Por tanto, las representaciones con
sus afectos primitivos no serían consecuencia de un escenario más precoz en el tiempo sino de una demora en la
mielinización interhemisférica.
¿Cuál podría ser el resultado del mecanismo contrario: un adelanto de la mielinización interhemisférica? La mejora
de la comunicación interhemisférica anticiparía la maduración cerebral. Ello posibilitaría ya al niño pequeño la
elaboración de representaciones complejas de las relaciones triangulares con sus padres y, quizás, cierta activación
pulsional edípica temprana. Sin embargo, este niño no habría tenido tiempo aún para elaborar las pulsiones orales
o anales. Es decir, las fantasías edípicas precoces podrían estar muy cargadas de envidia u otros afectos primitivos
propios de la edad biológica del niño. ¿Cómo podría afectar este adelanto madurativo al desarrollo del niño?
Kemberg (12) ha propuesto un adelantamiento de las vicisitudes edípicas en ciertos pacientes con trastornos
graves de la personalidad. De hecho, en contra de la opinión de otros notables psicoanalistas ha defendido que en
el paciente borderline no se produce una regresión inespecífica, sino una regresión formal en el sentido de Freud:
uso de una función de nivel inferior -escisión, por ejemplo-para el desarrollo actual de una persona, pero sin déficit
global yoico. Es decir, el paciente borderline adulto se vería abocado a utilizar un mecanismo normal durante el
desarrollo temprano -la escisión pasiva para poder mantener separadas las imágenes buenas/malas del self y del
objeto -ahora, escisión activa, patológica-porque estarían muy cargadas de agresividad/envidia. (13). ¿Es posible
que el adelanto de la mielinización interhemisférica condicione un adelanto de ciertas vicisitudes edípicas, pero que
la envidia/agresión temprana obligue a utilizar mecanismos de defensa más drásticos con el fin de tolerar fantasías
edípicas de gran contenido sadomasoquista? ¿Explicaría este proceso que, al menos en ciertos pacientes
borderline, se produzca un desarrollo patológico y no, como proponen otros autores (14), una detención del
desarrollo? No hay respuesta para estas preguntas todavía, pero lo realmente importante es que ciertas agrias
polémicas entre psicoanalistas pueden dirimirse en el terreno de la investigación dejando a un lado querellas
narcisistas personales (15).
En resumen, la búsqueda exclusiva de las bases neuroquímicas de las manifestaciones psicológicas complejas
puede resultar muy empobrecedora. Sin embargo, la investigación propiamente psicoanalítica no tiene porque
estar reñida con la revisión de las hipótesis científicas que subyacen a la teoría. Son ya muchos los autores (7-
8,15,17) que opinan que esta tarea es posible y la única limitación admisible es la magnitud del conocimiento
científico actual.
Bibliografía
(1) Paniagua, C., "Consciencia, Cientificismo y Multideterminismo en Psicoanálisis", Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq.,
2000, 20, 76, pp. 67-78 [ Links ]
(2) Wyss, D., Las escuelas de psicología profunda, Madrid, Gredos, 1961. [ Links ]
(3) Miller, L., "Brain and self: Toward a neuropsychodynamic model of ego autonomy and personality", J. American
Academy Psychoanalysis, 1991,19, 2, pp. 213-234. [ Links ]
(4) Shevrin, H., " The fate of the five metapsychological principles", Psychoanalytic Inquiry, 1948, 4, pp. 33-58.
[ Links ]
(5) Chugani, H.T.; Phelps, M.E., "Maturational changes in cerebral function in infants determined by FDG positron
emission tomography", Science, 1986,231, pp. 840-843. [ Links ]
(6) Gao, J.R., "Cerebellum implicated in sensory acquisition and discriminating rather than motor control",
Science,1996, 272, pp. 545-547. [ Links ]
(7) Levin, F.M., Mapping de mind, New York, Analytic Press, 1991. [ Links ]
(8) Stern, D.N., The interpersonal world of the infant, New York, Basic Books, 1985. [ Links ]
(9) Kim, S.; Ugurbil, K.; Strick, P.L., "Activation of a cerebellar output nucleus during cognitive processing",
Science, 1994, 265, pp. 949-951. [ Links ]
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(10) Freud. "Introducción al narcisismo", 1914, a.c., Madrid, Biblioteca Nueva, 1972. [ Links ]
(12) Kemberg, O.F. Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico, Buenos Aires, Paidos, 1979. [ Links ]
(13) Lana, F., "El enfermo borderline: etiología y patogenia", Rev. Psicoanálisis y Psicoterapia, 1996,3, pp.81-93.
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(14) Masterson, J.F., "Diagnóstico y tratamiento del síndrome borderline en adolescentes", Confrontaciones
Psiquiátricas, 1983. [ Links ]
(15) Lana, F.; Rodado, J.; Santamaría C., "Aproximación a los fundamentos neuropsicodinámicos de la teoría
psicoanalítica", Rev. Psicoanálisis y Psicoterapia, 1997,4, pp. 25-59. [ Links ]
(16) Gallesse, V.; Goldman, A., "Mirror neurons and the simulation theory of mind-reading", Trends in Cognitive
Sciences, 1998, 2, pp. 493-497. [ Links ]
(17) Gedo, J.E., "Foreword, en Levin, F.M. (ed.), Mapping the mind, New York, The Analytic Press, 1991.
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