TEMA CLASE 04 Configuraciones Electronicas

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Configuraciones electrónicas.

¿De qué forma se acomoda cada uno de los electrones que posee un átomo?
A partir de la ecuación de Schrodinger y el concepto de los números cuánticos, varios
científicos respondieron a esta pregunta con una serie de principios que permiten establecer
en qué nivel energético y orbital se ubica cada electrón, la orientación espacial del orbital y
el giro sobre su propio eje que tiene el electrón.

En 1925 Wolfgang Pauli, en su principio de exclusión, afirmo que en cada orbital solo se
permiten 2 electrones con espín (giro) opuesto. Dicho de otro modo: en un mismo átomo
no puede haber dos electrones con los cuatro números cuánticos iguales.
Principio de edificación progresiva: también conocido como la regla de Aufbau, establece
qué: “cada nuevo electrón añadido a un átomo entrara en el subnivel disponible de menor
energía”.
Este principio de construcción, indica la secuencia de asignación de electrones a los
subniveles en función de su energía ascendente, es decir de menor a mayor energía.
También se le conoce como regla de las diagonales, esta regla señala el orden en el que
se acomodan los electrones en los subniveles, de menor a mayor energía y se representa
en la figura siguiente:

La lectura de las diagonales es de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, por tanto, el
orden de los subniveles es el siguiente:
¿Qué representa cada número y letra?
Para hacer la configuración electrónica de un átomo en particular, hay que considerar su
número de electrones (en átomos neutros es igual a Z o número atómico).

En los siguientes ejemplos se muestran las configuraciones electrónicas del flúor, cromo y
hierro, elaboradas a partir de la lectura de la regla de las diagonales; el número atómico de
cada átomo se señala en la parte inferior izquierda:

La configuración electrónica de un átomo indica el número total de electrones que hay en


cada uno de los subniveles, pero no señala el modo en que se acomodan en cada una de
las orientaciones que tiene cada subnivel u orbital.

La regla de Hund o principio de máxima multiplicidad, explica como se deben acomodar los
electrones en las diferentes orientaciones que tiene cada subnivel, establece qué: “dentro
de un subnivel, los primeros electrones ocupan las orientaciones de orbitales separadas y
tienen espines paralelos o iguales”. Dicho de otro modo: primero se llenan todas las
orientaciones de los orbitales de la misma energía con electrones de espines positivos y
luego con electrones de espines negativos.

Para representar el llenado de electrones en una configuración electrónica, se utilizan


“diagramas de orbitales” o diagramas energéticos, en donde se representan todas y cada
una de las orientaciones de los orbitales (incluso los valores que se obtienen del número
cuántico “m”) y a los electrones con flechas (hacia arriba si el espín es positivo y hacia abajo
si el espín es negativo), las cuales se anotan sobre guiones que se escriben arriba de cada
orientación del orbital.
Por ejemplo, la configuración electrónica del átomo de hierro, cuyo número atómico (Z) es
26, es la siguiente:

El diagrama de orbitales correspondiente es:

En este diagrama de orbitales se indica el orden en el que se van acomodando cada uno
de los electrones del átomo de hierro (no hace falta señalar este orden, pero se ha indicado
para aclarar el modo en el que se construye un diagrama de orbitales).

A continuación, se describe la configuración electrónica para los átomos neutros de los


elementos Boro, Nitrógeno y Flúor, así como el diagrama de orbitales correspondiente.

Isótopos radiactivos.
Cuando se escuchan o se leen las palabras radiactividad o radiactivo, es lógico que se
piense en algo peligroso, maligno e inexplicable.
Aunque para muchos sea un término desconocido e inexplicable, lo cierto es que la
radiactividad y los materiales radiactivos se emplean ampliamente en la actualidad y
desempeñan un papel importante.

Toda la materia está compuesta de átomos que son, en su mayoría, estables. Sin embargo,
existen elementos cuyos átomos tienen un núcleo inestable, por lo cual esos materiales
reciben el nombre de radiactivos, pues emiten radiaciones que pueden atravesar capas
metálicas delgadas, ionizar los gases y hacerlos conductores de electricidad.

La emisión de esas radiaciones por parte de algunos materiales es lo que se conoce


como radiactividad.

Hoy día se sabe de la existencia de isotopos radiactivos, conocidos como radioisótopos,


y no radiactivos, también llamados isótopos estables.

Los radiactivos superan en número a los estables y son los que más ampliamente se utilizan
en distintos campos, por ejemplo, en la medicina, agricultura, metalurgia, geología, industria
de los alimentos, plásticos y otras.

En los isótopos radiactivos, sus núcleos son inestables y se desintegran liberando


radiaciones alfa, beta y gamma de alta energía, para alcanzar configuraciones atómicas
más estables en un proceso llamado desintegración radiactiva.

Cuando se liberan estas radiaciones, se produce un nuevo elemento, si éste sigue siendo
inestable se vuelve a desintegrar hasta obtener un átomo estable no radiactivo.
De todos los isótopos conocidos sólo 17% son estables y no se desintegran
espontáneamente. La energía de las radiaciones alfa, beta y gamma que se producen
durante una desintegración, tienen diferente poder de penetración en los objetos y en el
tejido humano:

Las radiaciones alfa son partículas formadas por dos protones y dos neutrones, tienen el
menor poder de penetración y sólo son capaces de recorrer algunos centímetros en el aire.
Cuando penetran en la materia pueden ionizarla. Una hoja de papel o la misma piel humana
son suficientes para protegernos de sus efectos.
Las radiaciones beta son partículas con carga negativa, tienen una masa más pequeña
que las alfa, por tanto, su movilidad y poder de ionización es mayor. Si una partícula beta
se acerca a un núcleo atómico, desvía su trayectoria y pierde parte de su energía (se
“frena”). La energía que ha perdido se transforma en rayos X. Las radiaciones beta pueden
traspasar una hoja de papel, pero no una hoja de aluminio.

Las radiaciones gamma no tienen masa, su energía es capaz de traspasar grandes


espesores de material y de arrancar los electrones de las sustancias que encuentra en su
recorrido, para frenarlas se debe utilizar un bloque de plomo.
Fuentes de radiación y efectos en el ser humano
Hemos estado expuestos a las radiaciones desde que apareció la vida en nuestro planeta.
Estas radiaciones invisibles están presentes en todo el Universo.

La dosis de radiación que una persona recibe se mide en una unidad llamada rem, la cual
indica el peligro que determinado nivel puede ocasionar en el ser humano.

En la siguiente tabla se muestran los efectos de exposición a radiación a corto plazo:

Por fortuna, en promedio, el hombre recibe al año 0.193 rems, dosis insuficiente para causar
un daño grave al organismo, pero ¿de dónde provienen estas radiaciones?
Las principales fuentes de radiación natural y artificial a la que estamos expuestos día a día
provienen de nuestro alrededor, por ejemplo, del Sol y del Universo nos llegan en promedio
50 mrem (1 milirem = 10-3 rems). En el cuerpo introducimos radiación (10 mrem) a través
de alimentos que consumimos, por ejemplo, el potasio radiactivo existe junto con el potasio
normal, el agua que bebemos puede contener trazas de tritio, isótopo radiactivo del
hidrógeno que conforma el agua. Las radiografías aportan 40 mrem, ver la tele 5 mrem, las
carátulas de pantallas luminosas aportan 5 mrem. Las centrales nucleoeléctricas 3 mrem,
viajar en avión 5 mrem, materiales de construcción de 6 a 15 mrem, rocas y sedimentos 60
mrem, entre otros.

La vida moderna nos expone generalmente a una mayor radiación, el uso de microondas,
son un buen ejemplo de ello.

La figura siguiente muestra algunas fuentes de radiaciones que recibe nuestro cuerpo del
exterior.

Hay ciertos isótopos radioactivos que han sido creados artificialmente, debido a que
son utilizados por el hombre en diversos procesos de nuestra vida cotidiana. Además,
en el futuro, serán más importantes gracias a las investigaciones que aumentan sus
posibilidades de aplicación y justifican su utilización. A continuación, se mencionan algunas
aplicaciones de los isótopos radiactivos en diversos campos.
Industria.
Trazadores: Se introducen en un determinado proceso industrial, para luego detectar la
trayectoria de los mismos gracias a su emisión radiactiva. Esto permite investigar diversas
variables del proceso (caudales, filtraciones, fugas, etc.), de forma que se obtiene
información para prolongar la vida de los equipos industriales.

Radiografías de la estructura interna de las piezas: Es una aplicación de control de


calidad. Se realizan con rayos gamma o neutrones por lo que reciben el nombre de
gammagrafías o neutrografías, respectivamente. Se trata de un método no destructivo que
permite comprobar la calidad en soldaduras, piezas metálicas o cerámicas, etc., sin dañar
o altera la composición del material.

Inyección de cinc (Zinc-64) en el refrigerante de los reactores nucleares: Reduce la


tasa de dosis radiactiva y en muchos casos mitiga la iniciación del agrietamiento por
corrosión bajo tensión.

Medicina.
Radiofármacos: Compuesto químico, en su mayoría orgánicos, radiactivo que se
administra al paciente para investigar en el cuerpo humano un proceso biológico o el
funcionamiento de un órgano. Actualmente, se usan más de 300 radiofármacos diferentes
para el diagnóstico. Algunos se deben producir en el mismo hospital pues su vida media es
muy corta, pero la mayoría se producen en centros nucleares o laboratorios nucleares
específicos.

Gammagrafía: Una vez administrado al paciente el radiofármaco, por su especial afinidad,


se fija en el órgano que se desea estudiar, emitiendo radiación gamma que es detectada
por un equipo denominado gammacámara cuyo detector se sitúa sobre el órgano a
explorar. Estas señales son transformadas por medio de un ordenador adjunto al equipo, lo
que permite la representación espacial del órgano. El diagnóstico por imágenes nucleares
permite obtener información única sobre el funcionamiento de diversos órganos como el
corazón, la tiroides, los riñones, el hígado y el cerebro y también permite diagnosticar un
amplio rango de tumores.

Radioterapia: Es la especialidad médica que utiliza la aplicación de radiaciones ionizantes


con fines curativos para la destrucción de tejidos malignos y tumores. Esta terapia puede
utilizarse sola o asociada a otros medios terapéuticos como la cirugía o la quimioterapia.
Ejemplo: Cobaltoterapia, es la forma de terapia que usa fuentes del isótopo Cobalto-60.
Diagnóstico mediante radioisótopos: Se utilizan radioisótopos, como, por ejemplo,
Carbono-11, Circonio-89 y Flúor-18 para el escaneo PET, Cripton-81 para obtener
imágenes de funcionamiento del pulmón, Estroncio-89 para la terapia contra el cáncer óseo,
yodo-131 para la terapia contra el cáncer de tiroides, etc.

Agricultura y alimentación.
Mejorar la calidad de los alimentos: Como, por ejemplo, la irradiación directa de los
alimentos para reducir las pérdidas posteriores a la recolección y aumentar su periodo de
conservación, de forma que al exponer los alimentos a una dosis de radiación gamma
predeterminada y controlada aprovechando la energía de las radiaciones para la
eliminación de insectos, gérmenes patógenos y retrasar la maduración de frutas. Esta
técnica, aceptada y recomendada por FAO, OMS y OIEA, consume menos energía que los
métodos convencionales y puede reemplazar o reducir radicalmente el uso de aditivos y
fumigantes en alimentos. A los alimentos irradiados también se les conoce como alimentos
ionizados o tratados con radiación ionizante y no se han de confundir con los alimentos
radiactivos, pues no emiten radiactividad.

Control de plagas: La técnica es la esterilización de insectos (considerados una plaga)


criados en ciertas instalaciones, mediante la irradiación antes de la incubación y la posterior
diseminación de estos insectos estériles en zonas infectadas. Al no producir descendencia,
la población de la plaga va reduciéndose hasta llegar a la erradicación.

Arte.
Conservación del patrimonio: El problema que presenta una obra artística en deterioro
es doble, por un lado, la progresiva pérdida de fijación que sufre la obra al estar expuesta
al medio ambiente y, por otro, la contaminación con insectos xilófagos (se alimentan de
madera), hongos, etc. Mediante la impregnación con un monómero (molécula pequeña) y
su posterior irradiación gamma, es posible producir la consolidación de la pieza por
polimerización (agrupación química de compuestos), a la vez que se eliminan los insectos
contaminantes de la obra por esterilización.
Determinación de la antigüedad: Para la datación de obras de arte, de igual manera que
para la determinación de la edad en formaciones geológicas y arqueológicas, se utiliza la
técnica del isótopo carbono-14, que consiste en determinar la cantidad de dicho isótopo
contenida en un cuerpo orgánico. La radiactividad existente, debida a la presencia de
carbono-14, disminuye a la mitad cada 5,730 años, por lo que, al medir con precisión su
actividad (y su cantidad), se puede inferir la edad de la muestra.

Autenticidad de las obras de arte: Mediante análisis no destructivos puede obtenerse


información sobre «huellas digitales» de las obras, esto es, elementos microconstituyentes
de la materia prima que varían según el autor y las épocas.

Exploración espacial.
Los viajes no tripulados a planetas exteriores del sistema solar de la Tierra se han realizado
mediante misiones provistas de equipos robóticos alimentados con la electricidad producida
por el radioisótopo plutonio-238 que tiene un período de semidesintegración de 87.74 años
y que no es fisionable como otros isótopos del plutonio por lo que sólo se puede obtener
del combustible irradiado de uranio.

Cosmología.
Datación de rocas: La cosmología moderna abraza desde el comienzo de la formación de
las rocas hasta la época actual. Las medidas actuales de las edades de las estrellas se
basan en sus masas, composición química, temperatura y su comparación de cómo varían
con el tiempo según el tipo particular de estrella.

En la figura siguiente se resumen algunas aplicaciones de los radioisótopos. Recuerda que


en estas especies químicas, es el núcleo del átomo el que se desintegra emitiendo tres
tipos de radiaciones, por esto también s ele conoce como química nuclear.
Como conclusión podemos decir que, si bien, hemos visto como
la radioactividad puede ayudar al hombre en muy diversos campos. Siempre y cuando
esta dosis de radiación esté suministrada en cantidades adecuadas. Sin embargo, se abre
el debate sobre los efectos secundarios que puede tener un uso continuado a este tipo
de radiación, tanto por trabajadores de los distintos sectores vistos como en el uso de
la medicina en pacientes.

En la medicina ha tenido un gran impacto para avanzar en la lucha contra el cáncer, así
como realizar diagnósticos más exactos. Sin embargo, no se deben ignorar los efectos
secundarios para pacientes crónicos que se vean en la necesidad de realizarse este tipo
de pruebas de un modo muy recurrente.

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