Cuestión Nº 10 - La Prosa Renacentista - Sbryd
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Portada del Diálogo de la Lengua además, en el límite del siglo XVI se gesta la escritura del Quijote, la
obra maestra de la narrativa española, que se publicará en 1605.
G
2. Los diálogos
La imprenta había sido inventada a mediados del siglo XV y los humanistas vieron en ella
un vehículo idóneo para difundir las nuevas ideas por toda Europa. Para ello se recupera el diálogo,
utilizado ya en la Grecia clásica por filósofos como Platón. Este género se basa en una ficción:
varios personajes se reúnen para hablar sobre distintos temas y cada uno va expresando de forma
razonada su punto de vista, lo cual permite el contraste de pareceres y opiniones.
La evolución ideológica de España en la segunda mitad de siglo y la decadencia del
erasmismo en el país ocasiona un cambio en el contenido de estas obras, que van progresivamente
adoptando las ideas contrarreformistas.
Entre los autores de este género sobresalen los hermanos Alfonso y Juan de Valdés. Juan
de Valdés escribió el Diálogo de la lengua, una obra en la que hace una defensa del castellano
como lengua literaria. En ella se establecen unas normas de estilo, basadas en la naturalidad y la
sencillez, que influyen en todos los autores de la época.
Pero, además de estas dos obras, destacan dentro del género El Crotalón, atribuido a
Cristóbal de Villalón; el Viaje a Turquía, probablemente de Andrés Laguna, y De los nombres de
Cristo, de fray Luis de León.
3. La prosa histórica
La Historia cobra una gran importancia en el Renacimiento. Por un lado, surgen
historiadores vinculados a la corte, dado que los monarcas sienten el deseo de dejar testimonio de
los hechos de su época. Por otro lado, el interés por las hazañas
y noticias que proceden del Nuevo Mundo anima a que las
personas que participan en esos hechos cuenten sus aventuras,
con lo que se convierten en los primeros historiadores de
Indias. Sobresale entre ellos Bernal Díaz del Castillo, autor de
la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en
la que relata con gran sencillez la conquista de México por
Hernán Cortés, de la que fue testigo y protagonista.
A lo largo del siglo XVI, la prosa narrativa se convirtió en un género con gran aceptación.
Del prerrenacimiento proceden los libros de caballerías (textos fantásticos sobre las hazañas de un
caballero) y las novelas sentimentales, que en esta época adquieren un gran éxito.
Ya en la segunda mitad del siglo XVI se desarrollaron las nuevas formas de la narrativa
renacentista; entre ellas destacan las siguientes manifestaciones:
a) La novela pastoril se centra en el relato de historias amorosas de pastores. Esta temática,
desarrollada también en otros géneros por influencia de la literatura italiana, sigue el tópico
del beatus ille o concepción del ambiente natural como representación de una sociedad
perfecta y de una vida idílica, ajena a los problemas del momento. Entre las obras más
representativas de este género destacan Los siete libros de la Diana de Jorge de
Montemayor, la Diana enamorada de Gaspar Gil Polo, La Galatea de Cervantes o la
Arcadia de Lope de Vega.
b) La novela bizantina (o de aventuras) tiene su origen en la literatura griega. En este tipo
de narraciones se relatan historias amorosas entre personajes de alto linaje que se
interrumpen por sucesos que separan a los protagonistas (viajes, raptos...) y que los someten
a un obligado peregrinaje que termina con su
reencuentro.
c) La novela morisca se basa en el relato de las
luchas y la convivencia entre musulmanes y
cristianos. Entre las obras más importantes de la época
están la Historia del Abencerraje y de la hermosa
Jarifa.
d) La narración breve es un género que, aunque
también está relacionado con la tradición de los
exempla, surge influenciado por la literatura italiana,
especialmente por la obra de autores como Boccaccio. El Patrañuelo, una colección de
breves narraciones de Joan Timoneda, es la obra española más destacada del siglo XVI en
este tipo de prosa.
e) La novela picaresca. Este tipo de narrativa, iniciada por el Lazarillo, forma parte de la
tendencia realista de la prosa del XVI. En el último año del XVI se publica Guzmán de
Alfarache de Mateo Alemán. Ambas obras constituirán modelos para las manifestaciones de
este género en el siglo siguiente.
Durante el siglo XVI, a todas estas manifestaciones narrativas no se las denomina todavía
novela. Este término, de origen italiano, se reserva en la época para designar cierto tipo de relatos
cortos como los que se incluyen en El Patrañuelo.
En el Quijote, obra que se publica en el paso del siglo XVI al XVII, se ven reflejados gran
parte de estos géneros.