Curso 14. Enfermedad Mental. Enero 2023
Curso 14. Enfermedad Mental. Enero 2023
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La enfermedad mental
Curso perteneciente a la
Formación a Especialista en Nuevas Constelaciones Familiares de INSCONSFA
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Índice
La enfermedad mental.......................................................................................................................3
Esquizofrenia...............................................................................................................................4
La violencia asesina....................................................................................................................4
El trastorno bipolar.....................................................................................................................5
Las fobias......................................................................................................................................5
Autismo........................................................................................................................................6
Trastornos de la atención...........................................................................................................6
Trastornos de memoria..............................................................................................................6
Bert Hellinger......................................................................................................................................7
Los secretos..................................................................................................................................7
Esquizofrenia...............................................................................................................................8
Mirando la Tierra........................................................................................................................8
La Rabia......................................................................................................................................13
Reconciliar la dualidad............................................................................................................15
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Brigitte Champetier de Ribes, noviembre 2022
La enfermedad mental
Tener varias intrincaciones con excluidos sin la fuerza del padre crea perturbaciones psiquiá-
tricas graves. Observaremos que en la familia del enfermo mental el padre es un excluido
desde hace varias generaciones, dos como mínimo; y que el enfermo está intrincado en dos
generaciones distintas como mínimo, con un mismo secreto, crimen o exclusión.
En caso de trastornos leves, como tics o tartamudeo sólo encontraremos una intrincación con
una exclusión grave.
Hellinger reivindica la re-dignificación del psicótico en la medida en que es una persona que
salva al resto de la familia de la enfermedad.
Los sistemas están atravesadas por dos fuerzas, una conservadora, de cohesión, de fidelidad
al grupo de pertenencia; y otra, dinámica, creadora, de autonomía e individuación de cada
uno de los miembros del grupo de pertenencia. En la enfermedad mental, el grupo familiar
vive de un modo muy rígido la cohesión. No permite la individuación a sus miembros so
pena de revelar el secreto y poner en riesgo la supervivencia de los “grandes” del sistema.
Una enfermedad psiquiátrica es un síntoma familiar: toda la familia está intrincada en ese
crimen secreto o no asumido en varias generaciones anteriores. La vida de cada uno de la fa-
milia de origen del enfermo está bloqueada en la intrincación: El padre está intrincado con
los excluidos, la madre con los excluidores, el enfermo con los que cometieron o sufrieron el
crimen, y los demás hermanos se van repartiendo entre la lealtad a al padre y la lealtad a la
madre.
La madre lleva el miedo de la familia de origen de los perpetradores a los que es fiel, miedo a
que sean descubiertos. Y para impedirlo impide que nada se mueva.
Por lo tanto el primer trabajo del constelador será el de reintroducir la figura masculina, el
respeto y el contacto con el padre y tomar a la madre como es.
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El psicótico suele ser rodeado de mujeres castradoras. Si es una de ellas la que propone la
constelación, el constelador tendrá cuidado de no dejarse manipular por ella, porque su afán
inconsciente será el de no conseguir la sanación.
El trabajo para aliviar a un psicótico consiste en reincluir a excluidos, y permitir que cada
uno termine lo que dejó pendiente. Y sólo la conexión firme con algo más grande permitirá el
despliegue de la energía de sanación.
Se debe tomar al pie de la letra sus “delirios” y sus síntomas. Son la representación de lo que
quedó sin integrar por el campo o sistema familiar.
En la misma familia suele haber a la vez un psiquiatra y un psicótico, las dos vertientes del
crimen no asumido: un perpetrador y una víctima. Y la Institución suele o solía reproducir el
crimen sobre la persona del enfermo mental, con sus “tratamientos”.
Esquizofrenia
En la distribución de los vínculos sistémicos, a veces convergen sobre una misma persona
los vínculos con varias personas que pertenecieron a un mismo crimen secreto, y no fueron
tomadas por su entorno ni asumieron su suerte. La reconciliación está bloqueada y el enfer-
mo es el que fue elegido al servicio de esta reconciliación necesaria e imposible: es a la vez
todo lo que fue excluido, rechazado y despreciado; es a la vez las víctimas y los perpetrado-
res. Y la culpa del perpetrador puede llevar al enfermo al suicidio.
Hellinger: “cuando el asesinato se comete dentro de la familia, es demasiado horrible para poder mi -
rarlo. Entonces, más tarde, alguien representará a ambos, víctima y perpetrador, y como no están re -
conciliados, se convertirá en esquizofrénico. La solución es la reconciliación de los ancestros pues la
esquizofrenia no es una enfermedad individual. Y en cada generación hay alguien que debe tomarlo
sino otro lo lleva en su lugar”.
Frente a los secretos, asumiremos que perpetrador y víctima forman una pareja indisoluble.
Tomamos en nuestro corazón a ambos juntos, sin distinguir entre los dos. Tenemos concien-
cia de un crimen y dejamos la responsabilidad con el perpetrador. Le agradecemos ser nues-
tro ancestro. Tomamos conciencia del dolor de la víctima y la honramos. Le agradecemos ser
nuestro ancestro. Agradecemos la vida que nos viene a través de ambos.
El secreto necesita ser respetado, quiere decir NO INVESTIGADO.
El secreto visto y respetado es una inmensa fuente de energía para el sistema familiar.
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La violencia asesina
El violento que mata, el terrorista, es un esquizofrénico, cuyo delirio tiene un cierto aspecto
de realismo y es utilizado y alimentado a nivel político.
Como toda psicosis es una enfermedad familiar. Es transmitida por las madres: las madres
llevan y transmiten la energía asesina de sus antepasadas, dando inconscientemente ese
mandato a su hijo varón “véngale por mí; mata por mi” y el hijo les dice “por amor a ti, mamá,
mato y muero en tu lugar”. El padre, excluido, asiste impotente al suicidio anunciado de su
hijo.
El trastorno bipolar
Las fobias
Suelen ser una fidelidad a “te vengo” o “como tú, mataré”. Son intrincaciones con crímenes,
con perpetradores.
Las fobias y TOC son grandes protecciones: El enfermo ES EL ESCENARIO de un crimen
ocultado de sexo y sangre. Representa a todos los perpetradores implicados y todo lo que de-
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jaron pendiente y sin asumir. Esa fidelidad hace que lleve una carga incontrolable de energía
asesina, peligrosísima para sí y para los demás. Por lo que la fobia se dispara cada vez que
existe el riesgo de que se acerque a la energía asesina acumulada en este crimen.
Autismo
El autista es intrincado con un rechazado por el sistema familiar. En alguna generación al-
guien fue gravemente rechazado y abandonado, transformándose en un excluido secreto.
Como niños discapacitados, bebés matados al nacer. Personas que no pertenecieron, y el au-
tista, igual que ellos, no puede pertenecer. Igual que ellos que no fueron reconocidos ni mira-
dos por nadie, el autista no puede mirar a nadie ni reconocer a nadie. Nadie habló con ellos,
él tampoco puede hablar. Les cortaron de raíz la posibilidad de relacionarse con alguien, el
autista tampoco puede relacionarse. Hasta que alguien reincluya al ancestro excluido.
Trastornos de la atención
Estos trastornos nos remiten a secretos, muestran lo que no se puede ver: un secreto. El en-
fermo no tiene permiso para fijarse en nada, por miedo a que descubra el secreto.
Trastornos de memoria
Se trata de una intrincación de culpa, con una culpa no asumida de los padres u otros ances -
tros más lejanos.
Hiperactividad
El hiperactivo está intrincado con varios muertos a la vez. Cuando manifiesta su lealtad a
uno, inmediatamente es llamado por otra fidelidad y su amor arcaico le impide descansar,
necesita ser fiel a todos los muertos a la vez.
Las constelaciones son excepcionalmente eficaces con los niños. Su holograma necesita el
reconocimiento de los excluidos, de los secretos y de las culpas no asumidas.
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Bert Hellinger
Los secretos
Revista Hellinger Sciencia diciembre 2006
Quiero decir algo en general acerca de los secretos. Existe en la psicoterapia la tendencia
investigadora. Algunas personas escarban y quieren traer a la luz los secretos. Piensan, al
hacerlo, que se puede solucionar algo. Hay padres que indagan en lo de los hijos, para sacar
a la luz un secreto. Cuando lo consiguen, el amor se hace trizas. Y hay parejas que quieren
conocer a toda costa los secretos del otro. Cuando el otro los dice, se acaba la relación.
En la psicoterapia, cuando el secreto se desvela se termina la psicoterapia, con los niños
cuando el secreto se desvela se acaba el amor, con las parejas cuando el secreto se desvela se
termina el amor. Es parte del amor el respeto ante los secretos de la otra persona. Al ser esta
actitud recíproca, cuando ambas partes están seguras de que así es, está todo bien.
Hay hijos también que quieren investigar en los secretos de sus padres. “¿Qué habéis hecho
durante el tercer Reich?” por ejemplo. Entonces ya se acabó. La mera investigación ya
termina con el vínculo con los padres.
Quiero añadir algo con respecto a los secretos. Acabo de hablar de los secretos personales.
Pero existen también los secretos de familia, que tienen que llegar a conocerse. Lo
observamos aquí, en nuestro trabajo. Si no fuera el caso, lo hemos visto ya, los clientes se
encontrarían perdidos. Los secretos que se deben conocer son los niños, los niños
abandonados por ejemplo. Esto tiene un efecto muy malo en la familia, hasta que se sabe. En
el tercer Reich hubo niños que fueron entregados para la eutanasia y luego eliminados. Esto
tiene efectos sobre muchas generaciones. Es imprescindible conocer esto, tales eventos deben
llegar al conocimiento. Así mismo los eventos que pertenecen a la vida pública deben darse a
conocer y ciertos crímenes igualmente. Las víctimas a las que uno no mira deben salir a la
luz.
Uno se da cuenta por los efectos si algo debe exponerse o no. Debe exponerse si alguien está
identificado con un excluido. Aquí es evidente que tiene que salir a la luz, de lo contrario no
se le puede ayudar.
Para resumir, es importante diferenciar qué tipo de secreto es.
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Esquizofrenia
Rev. Hellinger diciembre 2006
En “ayuda”
Mirando la Tierra
Bert Hellinger en Bilbao, 2001.
Buenos días. Me alegro de poder estar aquí en Bilbao y os doy la bienvenida a este curso de
supervisión. Sólo tenemos cuatro horas, pero intentaré llenarlas al máximo. En un curso de
supervisión, normalmente con una ronda, cada persona puede decir el asunto que le trae
aquí. Alguien podría tener una pregunta especial acerca de este trabajo entonces intentaré
responder de la mejor manera, o que alguien quiera trabajar un tema personal, o que alguien
quiera presentar un caso de su propia consulta para ver qué soluciones podría haber.
En la ronda de presentación.
Mujer: Vengo de Argentina donde estoy haciendo la formación. Voy a escuchar y seguir
aprendiendo y también vengo con el deseo personal de honrar a mi abuela que nació a 16 ki-
lómetros de aquí y que el año pasado, cuando estuve en Buenos Aires era la única en el ejer-
cicio de los muertos que tenía los ojos abiertos y ahí me di cuenta que nunca había sido hon -
rada.
Mujer: Dicen que mi abuelo era un separatista vasco y mató a un guardia civil y tuvo que es-
capar. Mi abuela se casó con él y fueron para Argentina. Cuando a mi abuelo le avisaron que
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podía volver a España, que ya estaba solucionado el proceso, él muere de un infarto y mi
abuela queda viuda, se pone mal de la cabeza y no vuelve nunca.
Hellinger: ¿Quién es la persona realmente importante?
Mujer: ¿Ahora?
Hellinger: Sí.
(La mujer escoge los representantes)
Hellinger dice a los dos representantes: Ahora vosotros dos os centráis y sintáis el movimien-
to interno y os entregáis a él.
Los representantes se miran, el representante del abuelo hace un gesto enseñando alguien fuera del
grupo. Hellinger incorpora la mujer del guardia civil y sus hijos y les coloca detrás del guardia civil.
Los representantes del abuelo y del guardia civil se miran. El guardia civil se acerca al abuelo y le toca
los brazos. El abuelo repite el gesto de enseñar alguien fuera. Se incorpora la representante de la abue -
la.
Hellinger pregunta a la mujer: ¿Es tu abuela materna o paterna?
Mujer: Paterna.
Hellinger incorpora al representante del hijo de los abuelos, es decir, al padre de la mujer constelada.
La abuela se coloca a su lado. El abuelo sigue mirando al guardia civil, éste se coloca en la misma línea
con su mujer y sus hijos.
Hellinger saca representantes para el País Vasco y España. Estos dos representantes se miran. El re-
presentante del abuelo apunta con el dedo a España y se junta con su familia y repite el gesto. El abue-
lo se coloca en orden con su familia, primero él, luego su mujer y su hijo. A continuación el represen-
tante del guardia civil se vuelca hacia su familia, dando la mano a sus hijos y se acerca a la familia del
abuelo, les toca a cada uno y vuelve con su familia.
Hellinger dice al representante del guardia civil: Ahora échate de espalda en el suelo.
Uno de los hijos del guardia civil y el representante del País Vasco se ponen a su lado de rodillas. El
abuelo da la espalda y tiene las manos cruzadas detrás de loa espalda. Su mujer mira al muerto y su
hijo también. La abuela mira al marido, al hijo y a la familia del guardia civil, luego al representante
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de España. Éste se acerca al muerto y se pone de rodillas al lado del País Vasco. Juntos mirando al
muerto. Hellinger coloca a la abuela al lado del guardia civil. Ella se tumba. El abuelo mira a los dos
muertos.
Hellinger pregunta al representante del abuelo: ¿Qué sientes?
Abuelo: Pues pena por… Me he sentido muy mal al ver al guardia civil muerto. Y he senti-
do, “Dios mío, ¿Qué he hecho?” No he podido soportarlo y he tenido que apartarlo de mí. Y
ahora veo como casi espectador. Casi no soy capaz de entrar ahora en lo que ya está hecho,
como el resto de la gente.
Hellinger le dice al mismo representante: Ponte a su lado. (Quiere que se tumbe al lado del guar-
dia civil).
El hombre se tumba.
Hellinger: Y mira hacia ellos.
Hellinger se dirige al guardia civil: Tú también hacia él.
Ambos se miran.
Hellinger: Y ahora los tres cerráis los ojos.
Hellinger pregunta al representante del País Vasco: Y tú, ¿Qué sientes?
Representante del País Vasco: Pena por todo el daño, las muertes, el sufrimiento. También el
sufrimiento que ha causado él con la muerte de otra persona. Siento pena.
Representante de España: Yo siento que soy la tierra, que soy mucho más grande y que en mi
corazón no hay distinciones. Todos caben.
Mujer del guardia civil: Mucha pena. Mucha pena y mucho amor y respeto por los dos.
El representante del hijo del guardia civil: Ahora paz. Antes mucho dolor de no encontrar la
mirada del asesino. Quería sentirme mirado. Ahora más en paz.
El representante del segundo hijo del guardia civil: Yo ahora también más tranquilo, pero
con mucho dolor de fondo y esto de aquí (enseñando el campo de los muertos) me estorba un
poco, como si se hiciera en otro sitio. Como si la política se mezclara con el dolor o algo así.
La mujer del guardia civil: Otra cosa importante. Vino un momento cuando busqué mucho la
mirada de la madre, de la mujer y ella no me miró en ningún momento a los ojos y eso a mí
me hubiera tranquilizado mucho, a mí y a mis hijos. Una parte de mi tristeza es por eso.
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El representante del primer hijo: La mía también. Mucha necesidad de ser vistos y reconoci-
dos.
Hellinger al guardia civil: Ok. Ahora tú vuelves con los muertos y te tumbas (Dice al padre y
la hija), y vosotros dos os apartáis. Daros la vuelta.
Hellinger dice a la mujer constelada: ¿Tú eres psiquiatra?
Mujer: Sí.
Hellinger: Ahora mira a tantísimas personas a las que estás ayudando. Y siente la fuerza por
detrás que te posibilita tu trabajo. Y así lo conviertes en una bendición ¿Está bien así?
Hellinger a todos:
Lo que aquí quedó evidente y lo que también se muestra en otras situaciones similares, una y
otra vez, es que cuando los abuelos son duros, los nietos muestran el sentimiento, la empatía.
La empatía que niegan los perpetradores. Tratando con perpetradores y víctimas la solución
se halla en que los perpetradores vean los sentimientos de los nietos. Ello les refleja aquello
que no quieren ver. Pero después, los nietos tienen que apartarse. Tienen que dejar los he-
chos donde ocurrieron. Pero sólo después de haber expresado lo que había y lo que sienten y
después de haber honrado a los muertos.
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Hellinger se dirige al representante del abuelo: Quisiera preguntarte, ¿Cómo te encontrabas
después?
Abuelo: Sentía que había muerto y que, por fin, pudiera estar en paz.
Hellinger: Gracias.
Hellinger a todos: ¿Hay más preguntas, observaciones acerca de esta constelación?
Una mujer: Me llamó mucho la atención que pusiera al lado de la guardia civil a la esposa
del abuelo.
La representante de la abuela dice: Yo estaba totalmente dividida, partida por la mitad. Cer-
ca de él (indica a la guardia civil) me encontraba y con él (enseñando al representante del
abuelo) no, pero tenía que estar.
Hellinger: OK. Quisiera hacer una pequeña demostración de una solución posible para un
caso así. Hellinger otra vez saca representantes del abuelo, la guardia civil y la abuela. Cada uno de
los hombres se coloca detrás de ella.
Hellinger dice a la representante de la abuela: Ahora dejas que ambas partes confluyan en tu
interior hasta formar una unidad y respira profundamente con la boca abierta. (Tras un tiem-
po) Ahora te das la vuelta.
Se abrazan los tres.
Hellinger dice a la misma mujer: Respira profundamente y otra vez dejas que ambas partes
confluyan en tu interior hasta formar una unidad. Ahora apóyate contra ellos dos.
La mujer sonríe.
Hellinger: ¿Qué tal ahora?
Mujer: Como que puedo vivir. Puedo ir y aquí estoy bien también. Estoy además sudando,
me venía calor de abajo hacia arriba. Y como que ellos están bien.
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Hellinger dice a la mujer constelada: Él tendría que estar loco, el abuelo.
La mujer: Tengo una hermana tres años menor que hizo varios brotes y este año estuvo tres
veces comprometida gravemente. Y ella dice que cuando empieza a sentirse mal, le sale ga-
nas de matar.
Hellinger: Ahí lo muestra otra vez. Le contarás esta constelación y después le mandaremos
un vídeo y se lo podrás enseñar. Ok. Gracias.
La Rabia
Revista Hellinger junio 2006
1. Alguien me ataca o me causa una injusticia y reacciono en función de ello con cólera y
rabia. Esta rabia hace posible que me defienda con fuerzas o que me oponga. Me hace capaz
de manejar la situación, es positiva y me fortalece. Esta rabia viene al caso y por esto tiene
medida. Se disuelve en cuanto alcanza su meta.
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como consecuencia de un movimiento interrumpido. En situaciones similares posteriores,
trae el recuerdo de lo anterior y de ello tira su fuerza.
3. Estoy enfadado con alguien porque le he hecho algo de daño y no lo quiero admitir. Con
esta rabia me protejo de los efectos de la culpa. Los proyecto sobre el otro. Esta rabia también
es un sustituto para la acción. Me paraliza y me debilita.
4. Alguien me da tanto y en cantidad tan grande que no se lo puedo devolver. Sólo me queda
el peso de ello. Entonces me defiendo del donante y sus dones enfadándome con él. Este
enfado se expresa en forma de reproches, por ejemplo de los niños hacia sus padres.
Es el sustituto para el tomar y dar las gracias. Nos paraliza y nos deja vacíos.
O tal vez se manifiesta como depresión. La depresión es la otra cara del reproche. Es también
un sustituto para el tomar, el dar y el agradecer. Nos inmoviliza y nos vacía. Nos mantiene,
después de una separación, en un duelo sin terminar, cuando aún nos sentimos en deuda en
el dar y tomar, frente a los muertos o a los que se han separado de nosotros. Puede también
que nos sintamos, como en la 3ª forma de la rabia, presos de nuestra culpa y sus
consecuencias.
5. Algunos sienten una rabia que pertenece a otros pero que hacen suya.
Un ejemplo sería : cuando en un grupo un participante reprime su propia rabia, al cabo de
un tiempo otro participante se siente fastidiado, a menudo el más débil, que a la base no
tiene motivo para serlo.
En familia, el elemento más débil es un niño. Cuando una madre está encrespada con el
padre pero no lo deja entrever, casi siempre un niño se enoja con él.
El más débil no sólo se hace cargo de la rabia sino que a veces la rabia lo toma como blanco:
cuando un subordinado siente ira hacia su superior sin poder exteriorizarla, la vuelca hacia
otro más vulnerable. O cuando un hombre se pone rabioso con su mujer sin dejarlo aparecer,
a menudo carga a su hijo con ello.
No sólo puede transferirse la rabia de un individuo para otro, como de padre a hijo, sino que
también puede que el destinatario sea un representante para el verdadero destinatario, es
decir que este papel es desplazado de una persona con fuerza a otra más frágil. Con lo cual,
una hija que se hace cargo de la rabia de su madre hacia su padre, dirige esta rabia contra
alguien que percibe como más vulnerable que su padre, por ejemplo, su propio marido.
En grupos se nota que la rabia transferida no se dirige a los responsables como lo sería el jefe
del grupo, sino que recae sobre el más débil que, de esta forma, asume el rol de bode
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expiatorio de los fuertes. En las transferencias de rabia, los actores se sitúan fuera de sí
mismos, siendo presuntuosos y sintiéndose en su derecho. Pero actúan desde una fuente de
energía y de derecho que les es ajena y que no les permite ni el éxito ni la fuerza. Las
víctimas de las transferencias se sienten por igual presuntuosas y en su derecho porque
saben que sufren una injusticia. Ellas igualmente quedan sin fuerzas y sin éxito en su dolor.
Reconciliar la dualidad
Palma de Mallorca 2002
He observado que tú has hecho un montón de trabajo como representante y también lo mu-
cho que le conmocionan algunas de las cosas que ocurren aquí y ahora trabajo contigo.
Cierra los ojos y ahora ves hacia los muertos en tu familia y mira a cada uno de ellos y diles:
“por ti hago cualquier cosa “. “Aunque me cueste la vida”.
Y después le dices a cada uno “por favor”.
Necesito doce personas, hacéis un círculo aquí en el medio.
Tú te vienes conmigo, cierra los ojos, estos serían los muertos de tu familia y ellos te protegen
(Se dirige a los doce representantes) y les dice: vosotros rodearle cerca, muy cerca, muy cer-
ca.
(Se dirige al paciente). Y ahora siéntate en medio de ellos.
Los está mirando a todos desde abajo, (le dice al paciente) y ahora diles: “aquí vosotros sois
los grandes. Los ha mirado a todos y después lo dijo.
(Lleva al paciente a otro lugar, dando la espalda a los muertos y le dice), Estos son los vivos.
Diles a los vivos: “ahora soy uno solo de vosotros”. “Yo vivo”. Ok. Gracias a todos vosotros.
No sé nada de él. Pero muchos entre nosotros hubieran podido hacer y decir lo mismo. Mu-
chos de niños, ven el sufrimiento de sus padres y aquello que ocurrió en la familia y quieren
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ayudarles y no funciona. Para un niño es demasiado grande. Y eso duele mucho cuando no
se puede hacer.
El paciente muestra un gesto de dolor.
Exacto. Cierra los ojos, (le deja estar).
Hace poco vi como un joven esquizofrénico se suicidó. Y las noches antes del suicidio, estuvo
escribiendo poemas y así escribió entre otros también a mí: gracias por no querer ayudarme.
El conservó su grandeza y eso también es lo que quieren los demás de tu familia, que ellos
puedan conservar su grandeza y tú puedas ser el niño y decirles: “vosotros dais y yo tomo”.
Encontré algo sobre los muertos. No sé hasta qué punto es cierto.
Pero uno puede sintonizar y comprobarlo en su propia alma el efecto que tiene, cuando le
damos un espacio a esto. ¿Qué muertos se encuentran mejor?, ¿Cuáles de ellos han concluido
su morir y tienen la paz eterna? Aquellos a quienes les permitieron caer en el olvido.
Nos podemos imaginar, como sería en nuestro caso si morimos y se nos recuerda y si nos
morimos y se nos olvida.
¿Dónde está la plenitud? Y así al cabo de un tiempo todos los muertos deben tener el derecho
de caer en el olvido.
A veces hay hechos que se oponen, tenemos que respetarlos, quizás también darles las gra-
cias. Y quizás aun hacer un duelo por aquellas personas. Así quedan libres de nosotros y no-
sotros de ellos.
El control
He demostrado algo sobre el control. El que ayuda solamente es capaz de hacerlo, mientras
mantenga el control. Y el control comprende, que tú, como persona que ayuda, insistas en
que el cliente te respete.
Y eso significa, que el cliente también respete lo que tú decidas. De lo contrario, es el cliente
quien decide lo que has de hacer. Y si así lo haces, ¿Cuál es el resultado? El otro queda como
estaba. ¿Lo he dejado claro?
Misericordia
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Un ejercicio de Focusing.
Te imaginas a una persona, más o menos a la izquierda a una cierta distancia y sin mirarla
directamente. Se espera hasta que espontáneamente surja un movimiento interior… por
ejemplo: una inspiración repentina, en ese momento llega un mensaje de aquella persona.
Después la mujer contó, ella había puesto a su madre en ese lugar y le vino una palabra: “mi-
sericordia”.
El secreto
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Antes de decirlo apartó la vista un momento. Con una mirada directa nunca se puede decir
nada negativo de sí mismo, ni de otros.
Si una persona lo hace, aparta la mirada un instante. Y así lo hizo. Ya no tenéis que escuchar-
le. Eso ahorra tantísimo tiempo.
¿De qué se trata en realidad? Voy a hacerte una pregunta totalmente diferente. ¿Qué es lo
que hiciste a otra persona? Quien dice “no me siento querida”, es que no ha querido. Y le
hizo algo a alguien.
Cierra los ojos. Hellinger saca a una representante (una hija de la paciente, aunque Hellinger
no dice de quien se trata) y le dice que se arrodille frente a la paciente.
Al cabo de un tiempo, la paciente se levanta, se acerca a la representante y la intenta levantar.
¿Eso es amoroso? …Eso es una violación.
Entonces la paciente se arrodilla junto a la representante, que cae al suelo y la paciente se
tumba a su lado y la acaricia.
Hellinger: Mediante caricias, no se ha resucitado todavía a ningún muerto.
La paciente deja de acariciar a la representante y se queda tumbada junto a ella un momento.
Esta hija está muerta. Acababa de cerrar los ojos.
La paciente permanece boca arriba.
Aquí lo dejo.
La agresión
Tengo que salir ahora de ese primer campo y sintonizar aquí, por eso dejamos pasar cierto
tiempo primero. ¿De qué se trata?
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¿Hubo alguien más en la familia, que quería matar a otro?
Paciente: Mi abuelo, trataba mal a mi abuela.
Te he preguntado, por quien quería matar a otra persona. No debemos abordar esas desvia-
ciones, ¿quién más quería matar a otra persona?
Paciente: Mi madre cuando quedó embarazada, no me quería.
¿Quién dijo eso?
Paciente: Mi madre.
Bueno…ahí hay otra cosa, ahí no hay fuerza, se puede notar. Ok. No puedo hacer nada, lo
dejo aquí. Sea como sea, el miedo pasó, en este sentido la he curado.
En lo que nos fijamos es en las señales ínfimas, mínimas. Cuando ella empezó a hablarme, te-
nía una expresión muy agresiva conmigo, no tenía ningún miedo. Entonces por precaución
partimos de lo contrario. Le hice cerrar los puños. Todo esto es la consecuencia de una obser -
vación exacta y así pudo surgir.
La paz
Ahora tengo que entrar en sintonía con ella. ¿Cuánto tiempo hace que estas sufriendo?
Paciente: Desde que nací, desde los 14 años.
Eso es exagerado, con exageraciones no ganas puntos conmigo. ¿Qué ocurrió?
Paciente: Padre y abuelo esquizofrénico.
Está bien. ¿El abuelo es el padre del padre?
Paciente: Sí
Ok. Saca a los representantes del padre y del abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, etc. así hasta la
octava generación.
¿Sabes que paso, en la generación del bisabuelo?
Paciente: Mi abuelo salió en la primera guerra mundial y mi padre es el único argentino. Sólo
eso.
El padre y el tatarabuelo, caen al suelo. El abuelo y el bisabuelo miran al suelo.
Desde la generación del tatarabuelo, aquí en adelante paso algo.
Paciente: viéndolo me aterra.
Exacto, con razón.
Al final de la constelación:
Lo curioso es que muchas veces, aquello que salva proviene del perpetrador, muy extraño a
veces, el perpetrador tiene la clave.
El grito
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¿Desde cuándo estás así?
Paciente: Dos días.
Cierra los ojos. Imagínate a una persona, a quien le dices: “yo no digo nada”.
No tengo ni idea de lo que pasa, ni tampoco puedo saberlo.
Saco a la representante del síntoma (sea el que sea),
Ella tiembla y mira al suelo.
(A la representante del síntoma),..¡Grita!..¡Grita!..
La representante del síntoma no puede gritar.
Pone a un representante de un muerto (desconocido), tumbado en el suelo, (donde mira la
representante del síntoma).
(A la representante del síntoma),..¡Grita!..¡Grita!..¡Socorro!
La representante del síntoma no puede gritar y señala a otros con el dedo.
A la representante de la muerta… ¡grita!.., esta se pone a gritar.
Cuando todos quedan en paz: Bastante loco lo que ocurre… ¿no?
¿Quién podría atreverse a interpretar esto?
La Decisión
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¿Por tanto, a quien pierdes si te decides? pierdes a tus padres adoptivos, o a tus padres bioló-
gicos. Lo constelaremos.
Saca a los representantes de los padres biológicos, de los padres adoptivos y a la paciente.
Terapeuta: Ella no tuvo padres adoptivos, se quedó en el hospital con la directora y el perso-
nal del hospital.
Hago un ejercicio muy simple.
Acerca a los padres biológicos y les dice que la lleven (a la paciente), hacia sus padres adopti-
vos.
La paciente abraza a sus padres adoptivos.
(A los padres biológicos), ahora os retiráis.
(A la paciente), mira ahora a tus padres y diles. Vosotros me disteis para siempre. Gracias
por la vida que me transmitisteis. Ahora me giro hacia mis padres adoptivos, que me mantie-
nen con vida. (La paciente se gira hacia sus padres adoptivos).
Ok.
Gracias a todos vosotros.
¿Cómo te encuentras ahora?
Paciente: Bien. Me sentó bien decir que renunciaba a ellos para siempre. Me quite un peso de
encima.
Exacto. Te deseo lo mejor. Decídete por la felicidad.
Sobre el amor
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Sobre el amor, por supuesto, se podría decir mucho más. Aquí se trataba de hablar del amor,
tal y como se presenta en la psicosis.
Ahora sí que está hecho el trabajo. Fue una gran osadía, a lo que nos hemos atrevido, en
cuantos laberintos peligrosos hemos entrado...
Igual había allí un niño fauno que nos devora. Pero todo fue bien…
En Alemania hay un dicho: “quien se atreve gana”. Eso vale para mí y para los clientes y
para los demás que lo han soportado. Y fue un atrevimiento por nuestra parte abordarlo.
Muchísimas gracias. Estoy seguro de que esto traerá una gran bendición.
Estas tres personas lo organizaron. Muchas gracias.
¿Y qué hubiera sido de mi esfuerzo sin traducción?
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