Introduccion Al Pensamiento Cientifico - Parcial 2
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NACIONAL DE LA PATAGONIA
SAN JUAN BOSCO
CATEDRA DE INTRODUCCION AL PENSAMIENTO CIENTIFICO
2° Examen Parcial
Alumno: Caridad Brandan, Carlos Alberto
DNI: 29336678
ACTIVIDADES
1. ¿Cómo fue el origen y evolución de las Ciencias Sociales? ¿Qué particularidades y dificultades
presentan? ¿Por qué desde algunos sectores se ha puesto en duda el carácter científico de las
mismas?.
La historia de las ciencias sociales tiene sus raíces en la filosofía antigua. En la Edad Antigua no existía diferencia entre las
matemáticas y el estudio de la historia, la poesía o la política. Durante la Edad Media, la civilización islámica hizo importantes
contribuciones a las ciencias sociales. Esta unidad de ciencia como restos descriptivos y razonamiento deductivo de axiomas
crearon un marco científico. La Ilustración vio una revolución la cual denominada filosofía natural, con la cual se modificó el
marco básico por el cual los individuos entendían lo que era " Científico. En algunos sectores, el avance Reciente de los estudios
matemáticos presumía una realidad independiente del observador y que funcionaba por sus propias normas. Las ciencias
sociales provienen de la Filosofía Moral de la época y estuvieron influenciadas por la Era de las revoluciones, tales como la
Revolución industrial y la Revolución Francesa. Las ciencias sociales desarrolladas a partir de las ciencias (experimentales y
aplicadas) o el conocimiento de base sistemático o prácticas prescriptivas, relaciones con el progreso social de un grupo de
entidades interactuantes. Los inicios de las ciencias sociales en el siglo XVIII están reflejados en la Enciclopedia de Diderot, con
artículos de Rousseau y otros enciclopedistas. El crecimiento de las ciencias sociales también fue mostrado en otras
enciclopedias especializadas. En el período moderno, el término "ciencias sociales" fue inicialmente utilizado como un campo
conceptual distinto. Las ciencias sociales fue influenciada por el positivismo, centrado en el conocimiento basado en la
experiencia real; la especulación metafísica fue eliminada. Auguste Comte usó el término "ciencia social" para describir el
campo, tomado de las ideas de Charles Fourier; Comte también se refiere al campo de la "física social". Después de este período,
hubo cinco vías de desarrollo que surgieron en las ciencias sociales, influenciadas por Comte y otros campos. Una de ellas fue la
investigación social, por la cual se llevaron a cabo grandes muestras estadísticas en varias partes de Estados Unidos y Europa.
Otro camino fue iniciado por Émile Durkheim, quien estudió los "hechos sociales", y por Vilfredo Pareto que introdujo ideas
metateóricas y teorías individuales. Un tercer camino, desarrollado por Max Weber, surgió de la dicotomía metodológica, en la
cual se identificaba y entendía el fenómeno social. La cuarta ruta se fundamentó en la economía, desarrolló y promovió el
conocimiento económico como el propio de una ciencia dura. La última vía fue la correlación de conocimiento y valores sociales;
Weber demandó firmemente esta distinción. En esta vía, la teoría (descripción) y la prescripción eran discusiones formales no
superpuestas de un tema. Para el inicio del siglo XX, la filosofía ilustrada había sido desafiada en varios frentes. Después de la
utilización de las teorías clásicas desde el final de la revolución científica, diversos campos sustituyeron los estudios matemáticos
por estudios experimentales y analizaron ecuaciones para construir una estructura teórica. El desarrollo de subcampos de las
ciencias sociales se hizo muy cuantitativa en la metodología. Por el contrario, el carácter inter y transdisciplinar de la
investigación científica en el comportamiento humano y los factores sociales y ambientales que la afectaban hizo que muchas de
las ciencias naturales se interesaran en algunos aspectos de la metodología de las ciencias sociales.7 Ejemplos de una frontera
borrosa incluyen disciplinas emergentes, como la medicina, sociobiología, neuropsicología, bioeconomía e historia y sociología
de la ciencia. Cada vez más, la investigación cuantitativa y los métodos cualitativos están siendo integrados en el estudio de la
acción humana y sus implicancias y consecuencias. En la primera mitad del siglo XX, la estadística se convirtió en una disciplina
independiente de matemática aplicada, por lo que los métodos estadísticos cobraron mayor confiabilidad. En el período
contemporáneo, Karl Popper y Talcott Parsons influyeron en la promoción de las ciencias sociales. Los investigadores continúan
en busca de un consenso unificado sobre qué metodología tendrá el poder y refinamiento de conectar una "gran teoría"
propuesta" con las múltiples teorías de medio rango que siguen proveyendo con considerable éxito marcos utilizables para
bases de datos masivos y crecientes, sin embargo, en la actualidad, los distintos ámbitos de las ciencias sociales evolucionan en
una variedad de formas, aumentando el conocimiento general.
Las CRITICAS de las que son objeto las Ciencias Sociales dentro de esta discusión son: 1°) sus FALLAS LOGICAS Y
METODOLOGICAS, la FALTA DE RIGOR EN LOS ENUNCIADOS, la DIFICULTAD DE COMPROBACIÓN EMPÍRICA y la INCAPACIDAD
DE EXPLICAR Y PREDECIR. Dentro de las Ciencias Sociales la Lógica posee un valor (como ya se ha establecido) instrumental con
respecto a la organización de enunciados y a la verificación o refutación de los mismos. Por lo tanto, la función principal de la
lógica, a nivel instrumental, es la de eliminar las ambigüedades. Por su parte, con respecto a los enunciados se puede definir su
PESO tomando en cuenta la base empírica, esto quiere decir cuánto tiene, un determinado enunciado, de ser comprobable
empíricamente. Esto quiere decir, en simples palabras que las Ciencias Sociales no pueden elaborar enunciados generales, lo
que desemboca en la incapacidad de explicar y predecir, y que los hechos que estudian las mismas son de carácter irrepetibles.
En cuanto a la OBJETIVIDAD en las Ciencias Sociales se debe asumir que no existe la misma como tal, sino que más bien existe
una NEUTRALIDAD VALORATIVA, lo que es el equivalente a decir que el investigador debe DESIDEOLOGIZAR lo que se está
estudiando. En cuanto al tema de la EMPIRIE, las Ciencias Sociales no pueden generalizar ni obtener consecuencias empíricas
observables. Se debe, por tanto, conectar la realidad subyacente que se postula (enunciados) con los fenómenos que se
observan (base empírica), lo que supone la creación de nuevas hipótesis llamadas: HIPÓTESIS INTERPRETATIVAS. Las
EXPLICACIONES pueden ser del tipo CÓMO y del tipo POR QUÉ. Las últimas tratan de comprender los procesos. Por ello se debe
romper con el modelo causa – efecto (ejemplo: el Conductismo) en Cs. Sociales e intentar comprender (interpretar) los procesos
que acontecen.
A principios del siglo XIX, en Alemania, comenzó a desarrollarse una fuerte critica hacia el positivismo tanto en términos
filosóficos como por sobre todo metodológicos. El primer punto de crítica consistió en rechazar la analogía que proponía Comte
entre la física y la sociología (para éste la sociología era una especie de física social, como si se trataran de cosas idénticas). Este
rechazo condujo a un segundo punto de critica: frente a la pretensión de la sociología positivista de encontrar leyes universales
que explicaran el desenvolvimiento de cualquier sociedad, los pensadores Alemanes sostenían que, en tanto que cada sociedad
esté sujeta a su propia historia, no es posible formular este tipo de regularidades. Se pretendía observar un objeto (la sociedad),
en vez de aquello que realmente conformaba el objeto: las relaciones sociales entre hombres. No resulta tan importante
observar la relación social en si, sino tratar de comprender qué implica para los sujetos involucrados en ella. Mientras que la
observación implica una mirada externa sobre el objeto que pretende ser conocido, la comprensión presupone que no existen
diferencias sustantivas entre el sujeto que conoce y el objeto que es estudiado. Para Dilthey, las ciencias histórico-sociales se
diferenciaban de las naturales por el campo de investigación. La diferencia primordial entre ambas radica en la relación que
mantiene el sujeto que investiga y la realidad estudiada, en el caso de la naturaleza, el objeto de estudio resulta extraño (o
externo) al hombre, mientras que en el caso de las ciencias sociales, el sujeto que conoce forma parte de la realidad estudiada.
Existe una identidad entre el objeto de conocimiento y el sujeto de conocimiento. Windelband, otro filósofo alemán, explicaba
que la diferencia fundamental entre las ciencias naturales y las ciencias sociales no era tanto el modo de conocer, sino el alcance
que tal conocimiento tenía. Explicaba que las ciencias naturales pretenden formular «leyes de la naturaleza», afirmaciones que
se cumplen siempre, en todo tiempo y lugar. Rickert explicaba que la diferencia fundamental entre ciencias naturales y ciencias
sociales consistía en la entidad misma del objeto que estudian. Los fenómenos sociales están conformados por una multiplicidad
de individuos que forman parte de una cultura con valores, creencias e ideas que son propias de su sociedad. De tal modo, las
ciencias sociales estudian un objeto cultural, objeto que se encuentra conformado de manera necesaria por valores. Allí radica la
diferencia fundamental sobre el objeto de las ciencias naturales y las sociales: en las primeras, el objeto no tiene relaciones de
valor; en las segundas, el objeto está conformado por relaciones de valor. Una relación de valor refiere, principalmente, a que
los sujetos, en tanto que formamos parte de una cultura, contamos con valores, ideas y creencias de nuestra propia cultura. Por
ello, explicaba Rickert, las ciencias sociales deben ser capaces de “explicar” tales relaciones de valor, y para ello el método
positivista se muestra sumamente ineficaz. Los valores no pueden ser observados; sólo pueden ser interpretados o
comprendidos por sujetos que cuentan, ellos mismos también, con, valores e ideas. El método cuantitativo no es el único válido
en ciencias sociales para explicar. Existen otros métodos que también pretenden explicar los hechos sociales, pero de un modo
distinto. Estos otros métodos se fundan en el desarrollo metodológico de otro gran sociólogo de principios del siglo XX, llamado
Max Weber, quien desarrolló el llamado método de la comprensión, sobre el cual se fundan los métodos cualitativos. El método
comprensivo cuenta de dos momentos vinculados entre si: un primer momento al que llama interpretación; y un segundo
momento al que llama explicación. La interpretación se vincula a la posibilidad del científico social de poder captar los
significados culturales de un hecho individual, la explicación se relaciona con la posibilidad del científico social de establecer las
razones o causas de tal realización histórica peculiar. Weber propone tres momentos relacionados: El primero consiste en la
comprensión y en la captación inmediata de los sentidos de las acciones humanas, por medio de la observación de tales acciones
tal como se le presentan al científico. El segundo momento de este método comprensivo consiste en la interpretación, en
interpretar muchas hipótesis interpretativas. El tercer momento es la explicación: implica seleccionar de todas las posibles
hipótesis interpretativas, aquellas que sean correctas, teniendo en cuenta la mayor probabilidad de que sea adecuada. Weber
criticó fuertemente los postulados del método positivista, e incluso impugnó la creencia sostenida hasta ese momento de que el
método de las ciencias naturales debia ser el modelo para todo el conjunto de las ciencias. En este sentido, Weber se apoyaría
en los desarrollos presentados por Dilthey, Windelband y Rickert, y al igual que ellos, sostendría que no es posible considerar a
los hechos sociales de manera avalorativa. Los fenómenos sociales, en tanto que forman parte de una realidad social y cultural,
expresan los valores, ideas, normas y creencias propias de esa sociedad y de esa cultura. No es posible, en consecuencia,
considerar a ningún fenómeno social como si no expresara tales valoraciones. Por tal motivo, frente a la pretensión del método
positivista de encontrar leyes universales, dirá Weber que las ciencias sociales deben ser capaces de comprender los fenómenos
sociales en su especificidad histórica, es decir, como hechos sociales contextualizados en una determinada cultura. Por su parte,
el marxismo intenta ofrecer un marco abarcativo para comprender la sociedad humana y más allá de cualquier otra cosa que
pueda ser, la ciencia es obviamente un producto de la sociedad humana. Los marxistas rechazan así la visión de que la ciencia
puede ser comprendida adecuadamente haciendo abstracción de las circunstancias sociales e históricas en las cuales se
desarrolla. Al mismo tiempo, sin embargo, los marxistas (al menos aquellos que genuinamente intentan continuar la tradición
iniciada por Karl Marx y Friedrich Engels) rechazan la actual posición de moda de que la ciencia es meramente una construcción
social, simplemente un punto de vista entre muchos, que carece de cualquier validez objetiva. Esto significa que los marxistas
son tanto críticos como defensores de la ciencia. Somos críticos de la forma en la que las prioridades capitalistas distorsionan el
desarrollo de la ciencia. No es simplemente que los descubrimientos científicos son mal usados en la sociedad capitalista,
aunque ciertamente es verdad que, por ejemplo, la tecnología que podría hacer más fácil el trabajo para todos, en lugar de esto
implican una aceleración de los ritmos de trabajo para algunos y desempleo para otros. De forma más fundamental, sin
embargo, las teorías científicas mismas reflejan frecuentemente, implícita o explícitamente, suposiciones que están arraigadas
en la ideología capitalista. Un ejemplo central de este fenómeno es la suposición reduccionista de que los sistemas complejos
pueden ser siempre explicados adecuadamente en términos de la interacción de sus partes, una suposición que refleja el
individualismo de la sociedad capitalista misma, y que se ha demostrado totalmente inadecuado como base para una
comprensión científica satisfactoria del mundo.
Pero los marxistas también son defensores de la ciencia y sus logros; y de hecho incluso entusiastas de la investigación científica
y sus descubrimientos. Es un supuesto básico de la teoría marxista que los seres humanos tienen la capacidad de expandir su
comprensión, y su control, del mundo en el que viven. El desarrollo de las ciencias naturales representa así, aunque de una
forma distorsionada, un triunfo de la razón humana. La admiración de Marx y Engels por la ciencia es clara a partir del hecho de
que ellos describen su propia concepción materialista de la historia como como un instrumento que brinda una comprensión
científica del mundo social, y no simplemente la visión de una sola clase o de un período histórico. A pesar de las distorsiones de
la ciencia que resultan frecuentemente de la influencia de la ideología de la clase dominante, las ciencias naturales bajo el
capitalismo han logrado un alto grado de objetividad. Efectivamente, la implacable competencia de la sociedad capitalista y la
necesidad constante del sistema de expandirse, promueven las innovaciones teóricas y tecnológicas que luego son probadas
rigurosamente en términos de sus consecuencias prácticas. Así los defectos de nuestra comprensión del mundo natural son a
menudo expuestas implacablemente, y nos vemos obligados a proponer ideas que describen el mundo que nos rodea más
adecuadamente. La comprensión marxista de la ciencia ofrece así una tercera vía entre la oposición cada vez más estéril entre
los racionalistas “internalistas” (que intentan explicar el desarrollo de la ciencia internamente, sin referencia a su contexto
social) y los relativistas “externalistas” (que argumentan implícita o explícitamente que la ciencia se desarrolla como resultado
de fuerzas sociales externas y no racionales) que domina la historia, la sociología y la filosofía de la ciencia. A diferencia de los
internalistas que creen que la ciencia puede ser comprendida como un cuerpo de ideas autocontenidas, con un método fijo que
garantiza su racionalidad y objetividad, los marxistas argumentan que la ciencia es una práctica insertada socialmente y que sus
conceptos básicos y sus métodos han cambiado significativamente a lo largo del tiempo. A diferencia de los externalistas que
concluyen que, porque la ciencia es una práctica social sin ningún canon fijo de principios metodológicos, sus descubrimientos
no tienen validez objetiva, los marxistas declaran que la ciencia es una forma de descubrir la estructura causal oculta del mundo,
y que el desarrollo de la ciencia puede ayudar a socavar los supuestos que reflejan la ideología dominante.
3. En base a las lecturas de la Unidad 5 (en especial del Módulo 5 y los textos de Bunge y Esther
Díaz), reflexione acerca de las dificultades para el desarrollo tecnológico de los países periféricos
y las condiciones necesarias para el desarrollo y sostenimiento de políticas científico-tecnológicas
en los mismos. ¿Considera posible el desarrollo de un país sin una política científico-tecnológica
sostenida en el tiempo? Fundamente su respuesta.
Hay múltiples casos de tecnologías y avances tecnológicos que brotan con facilidad en países en vías de desarrollo, pero que
encuentran serias dificultades para abrirse camino en el primer mundo. Tenemos ejemplos que van desde el fulgurante
despliegue de los drones de uso comercial en Ruanda, cuyo prometedor futuro ha sido frenado en seco en el primer mundo por
las regulaciones, pasando por cómo durante la reciente epidemia de Ébola los países afectados utilizaron una tecnología
genética puntera para secuenciar en 24 horas las nuevas mutaciones del virus y así poder combatirlo, hasta el gran potencial
tecnológico que supone que en 2007 ya hubiese en el África subsahariana mayor penetración de la telefonía móvil que
población con acceso a sanidad, y arrojando unas cifras de penetración del móvil en todo el continente de un sorprendente 74
por ciento. Pues si bien es verdad que en ciertos aspectos formar parte de un mercado desarrollado es una evidente ventaja, no
es menos cierto que en otros casos, la ventaja está precisamente en pertenecer a un país no-desarrollado. ¿Y por qué estoy
diciendo semejante cosa? se preguntarán con razón algunos de ustedes. Pues simple y llanamente porque cuando el solar está
vacío, es mucho más fácil construir un nuevo edificio. El análisis expuesto aqui no debería tener por su parte la obvia conclusión
de que los intereses creados frenan el progreso tecnológico-económico: es algo demasiado evidente. La reflexión que pretendía
analizar es que, tanto estos intereses, como la inercia de un usuario que dispone tradicionalmente de otras opciones (ya
obsoletas), es mucho más probable que tengan lugar en países desarrollados. Y sobre todo, la reflexión más importante sería
que, hoy en día, la tecnología y su bajo coste de entrada hace que los países donde no existen ni esos intereses creados ni esa
inercia socioeconómica vayan tomando silenciosamente la delantera, inventando e invirtiendo en tecnologías que algún día ya
no se podrá retrasar más que pasen inevitablemente a formar parte de nuestro presente. O abrazamos el futuro con el progreso
general y el bien común en mente, o mucho me temo que corremos el riesgo de que sea el futuro el que nos acabe dando el
abrazo a nosotros.
Las nuevas tendencias en la generación de conocimientos, directamente influidas por la globalización y la nueva revolución
tecnológica, dificultan los aportes desde los Pequeños Países Periféricos latinoamericanos al desarrollo de una identidad regional
en el campo de la ciencia y la tecnología. La evolución científica de estos países suele verse condicionada por el hecho de que la
investigación no figura en la agenda de los problemas nacionales relevantes. Paralelamente, la agenda de investigación resulta
modelada -más implícita que explícitamente- sin que gravite el propósito de contribuir al desarrollo de una identidad científica
propia. Empero, ciertos "escenarios alternativos" pueden llegar a configurarse a partir de la conjugación de tres tipos de
factores: primero, la comprobación de las oportunidades ciertas que, entre tantas dificultades, pueden encontrar los Países
Periféricos en las grandes mutaciones en curso a escala internacional; segundo, el esbozo de estrategias de promoción y
evaluación de la investigación con características específicas; y tercero, la generación de ciertas iniciativas que puedan suscitar
respaldos amplios entre los investigadores y dotar a su comunidad de alguna vida real. Finalmente, construir esta identidad
requiere un proyecto de envergadura regional.
“No existe el desarrollo de un país sin una política científico-tecnológica sostenida en el tiempo”. Es menester de todo Gobierno
o entidad privada invertir en Tecnologia y para ello debe elaborar políticas científico – tecnológicas. Y es que la tecnología es la
que puede acelerar procesos, generar producción en serie, demarcar tiempos e incluso hasta ahorrar espacios. Incluso, una de
las principales lecciones que se dan en las cátedras de Economia es que un factor productivo que se sumo en los últimos tiempos
además de tierra, trabajo, etc es el factor Tecnologia.
Atento a ello, no solo debe generarse políticas de ese tipo, sino que los Gobiernos, pese a quien se encuentre en el sillón
presidencial debe hacer prevalecer este modelo de política, porque la misma necesita hacer germinar su semilla, y es sabido que
generalmente, este tipo de políticas conllevan mediciones que son de índole generacional muchas veces.
4. Imagine que el Gobierno Nacional le contratase como asesor/a para el desarrollo de una política
de incentivo a la producción científico-tecnológica. Teniendo en cuenta las características del
complejo científico-tecnológico y universitario argentino vistas en los textos de la unidad 5:
¿Cuáles serían las 5 medidas principales que propondría? ¿Daria prioridad al desarrollo de algún
área en particular? Fundamente sus respuestas en base a lo leído a lo largo de la cursada.
Se vuelve relevante indagar sobre el proceso de construcción social multiactoral de las políticas de ciencia y tecnología y de
innovación. Las políticas públicas en son el resultado de un proceso de negociación, consenso y/o imposición entre los
principales actores que intervienen en su diseño conformando distintas culturas políticas. Estas, a su vez, dan lugar a marcos
cognitivos que hacen a la comprensión de una relación particular entre ciencia, tecnología y sociedad. Por ende, comprender los
rasgos de la construcción social de esta transformación implica adentrarse en un complejo entramado de relaciones entre
diferentes culturas políticas, organismos nacionales e internacionales y expertos. El campo de estudio en el que se ubica este
artículo hace referencia al conjunto de problemáticas que se dan alrededor de la concepción de las políticas en la Argentina a lo
largo de este tiempo. Pero el campo de las políticas no es ajeno a la dinámica de la política ni de su marco jurídico institucional.
Es claro que más allá de las distinciones, estos términos conllevan una estructura de interrelaciones inseparable. Oscar Oszlak y
Guillermo OʼDonnell resaltan la importancia de definir las políticas en el tiempo. Plantean que hay que escapar a una
concepción estática, donde las políticas se definen como el resultado de una decisión unilateral e instantánea. En cambio,
proponen analizar las políticas públicas como un “curso de acciones” que implican un conjunto de interacciones entre los
distintos agentes, privados y públicos, interesados en la problemática. Es así que se considera de suma importancia contemplar a
las políticas estatales en el marco de “cuestiones”. De esta manera, las políticas estatales pueden concebirse como nodos de los
procesos sociales en la medida en que reflejan el conjunto de interacciones y tensiones que se dan entre los agentes de una
comunidad, se comprende a la política como la arena elemental de la reforma social, en donde estas cuestiones van tomando
forma y desarrollándose. Para que una cuestión sea identificada como problema, es necesario que un actor, o un conjunto de
ellos, la construyan como tal, le den visibilidad. Los problemas sociales no son entidades objetivas que se manifiestan en forma
natural a los ojos de todo el mundo sino que, para constituirse como tales, debe mediar la actividad consciente de actores con
intereses específicos en que dicho conflicto sea visibilizado. Asi, la agenda de política pública es el conjunto de problemas que
los gobernantes admiten y se proponen combatir. Cada actor tiene su agenda de política particular, la cual está
indiferentemente gobernada por sus intereses y la forma en la que percibe la realidad (su modelo cognitivo). A medida que los
distintos actores entran en interacción entre sí en el proceso político irán redefiniendo su forma de ver el mundo (modelo
cognitivo) y adaptando sus agendas de modo de preservar la coherencia de las mismas con su proyecto político. La agenda de
política pública resulta del equilibrio de fuerzas entre los actores particulares y el gobierno. Así, se puede definir a un gobierno
fuerte como aquel que es capaz de imponer su agenda a los actores particulares y, en cambio, se define a un gobierno débil
como aquel al que se le impone externamente la agenda decisoria.
En este aspecto, tomando en cuenta estas cuestiones básicas, es necesario medir entonces aspectos que son básicos pero que
deben ser medibles a nivel micro y macro. Asimismo, se continua (y parece eterno) el modelo agroexportador como cuestión
imperante, mas aun, resolviendo que las divisas mas fuertes ingresan de aquí. Mas bien se debería efectuar un análisis de como
ingresar a las economías industrializadas, y, en lo posible, a las economías financieras, entendidas como economías intangibles.
Pero tampoco deberíamos dejar de tomar en cuenta el factor humano, el proceso por el cual se determina un modelo de
sociedad (en este caso el democrático). Por ello, debería ser imperante elaborar políticas que refuercen y hagan hincapié en la
Técnica, con la creación de programas de incentivos, constantes capacitaciones, recursos que permitan la libre expresión de
ideas y creaciones. Pero también, hacer incapie en subareas como programación de computadoras e IA, robotica, software libre
y de código abierto y su correspondientes acuerdos con países, instituciones y entidades privadas y publicas que interactúen con
este proceso, mas aun en el mundo globalizado en el que nos encontramos.
Por su parte también estaríamos haciendo hincapié en las ciencias sociales y su desarrollo. Marta Nussbaum en su libro “Sin
fines de lucro. Por qué la Democracia necesita de las Humanidades” brinda bases para el desarrollo de la misma:
A) Una educación humanística basada en el pensamiento crítico y la autocrítica, siguiendo el modelo socrático y, en
general, el modelo helenístico;
B) Una educación orientada al desarrollo de la ciudadanía de carácter universalista y
C) Una educación que promueva la razón práctica en niños y jóvenes.
Nussbaum propone en esta obra una educación que promueva las capacidades prácticas del ser humano –en línea con el
enfoque de las capacidades que defiende la autora– y que se concretan en capacidades vinculadas con las artes y las
humanidades. Esto debería ser más importante aún en países de Latinoamérica y de la periferia, emergentes, etc. Los cuales
sufrieron golpes de Estado. La crisis silenciosa de la que nos habla Marta Nussbaum no es otra que la crisis que están viviendo las
humanidades y las artes en nuestros modelos de enseñanza tanto universitarios como no universitarios a nivel internacional. Las
políticas de la accountability y la meritocracia combinadas con los criterios de rentabilidad, aplicación y transferencia del
conocimiento, desarrollo de capacidades y habilidades instrumentales –que no prácticas– caracterizan la filosofía de nuestros
sistemas educativos. No se trata ya de una educación para la vida, a la que nos exhortaba John Dewey, sino una educación, diría
yo, para una de las esferas de la vida: la esfera productiva. Nada que objetar, como bien señala la autora, a esta nueva
educación del homo oeconomicus basada en la ciencia y la tecnología, pero sin perder de vista que una sociedad que desee
articularse sobre las bases de la equidad y la justicia social y que ofrezca oportunidades para el cultivo de una vida humana digna
de ser merecedora de esta cualidad, no puede erosionar las distintas esferas del ser humano. Esferas, que como señala la propia
autora, son por otra parte, universales y a las que todo ser humano tiende.