Cap 8-TESIS ABINZANO

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CAPÍTULO VIII

LA COLONIZACIÓN OFICIAL
La colonización oficial reconoce varios ciclos y etapas. En un cierto sentido
podría afirmarse que su vigencia aún continúa, aunque en ínfimas proporciones
comparativamente con sus épocas de máximo desarrollo. Desde 1877, cuando Misiones
dependía de Corrientes, se verificaron varias etapas. La primera se extiende sólo unos
años desde aquella fecha a la federalización del Territorio. Después se llevó adelante el
proyecto de repoblamiento sobre las bases de las antiguas reducciones jesuíticas,
ejecutado en forma directa por la nación. Más tarde, durante la gestión del gobernador
Juan Balestra (1893-1896), la administración de las colonias pasó directamente a
depender de las autoridades territoriales con el fin de eliminar toda la burocracia
necesaria para conducir el proceso desde la lejana capital nacional.

La colonización nacional derivó luego en colonización provincial, a partir de la


obtención, por parte de Misiones, de su categoría de provincia nacional en 1953. Como
las posibilidades oficiales para impulsar la colonización estuvieron supeditadas a la
disponibilidad de tierras fiscales, una vez que este factor alcanzó sus límites máximos su
ritmo se detuvo pasando a realizar algunos proyectos de escasa envergadura orientados
más que a radicar nueva población a retener en las zonas rurales a quienes ya estaban
instalados, pero en situación crítica.

Las primeras oleadas humanas que nutrieron las colonias oficiales provinieron
de Brasil y estaban constituidas por criollos brasileños y europeos no adaptados a ese
país que se vieron atraídos por la propaganda Argentina o por su mejor situación
económica. Entre ellos había alemanes, italianos, polacos y suecos. También llegaron
desde diferentes puntos, españoles de diferentes provincias ibéricas, algunos alemanes,
un número importante de franceses y suizos franceses y un núcleo difícil de precisar de
criollos argentinos de diversas provincias aunque con preponderancia de correntinos.

A principios de siglo los galitzianos de Misiones representaban el 44 % de su


población. Le seguían en importancia los brasileños con un 24 % del total. Los
argentinos representaban un 15 %. El resto estaba constituido por paraguayos, italianos,
rusos, alemanes, españoles, suecos, uruguayos, suizos, etcétera. (1)

Desde el punto de vista de su distribución por localidades y departamentos la


situación era ésta: en Corpus, argentinos, rusos, austríacos y paraguayos; en Santa Ana,
brasileños, paraguayos y argentinos; en Apóstoles, galitzianos, rusos y argentinos; en
Concepción, italianos, brasileños, argentinos y otros; en Cerro Corá, brasileños,
argentinos y paraguayos; en Bonpland, argentinos, brasileños y alemanes; en
Candelaria, argentinos y paraguayos; en San Pedro, brasileños, españoles e indígenas;
en San Javier, alemanes, brasileños, argentinos e italianos; en Azara, galitzianos y
argentinos; en San Ignacio, brasileños, argentinos, paraguayos y franceses; y en San
José, galitzianos y argentinos. Este muy sintético panorama se refiere a los primeros
años de este siglo teniendo en cuenta las nacionalidades con un número significativo
aunque otras procedencias también estuvieran representadas como ingleses,
norteamericanos o belgas.

El grueso de la colonización oficial se sitúa entre 1883 y 1927. La nómina


completa incluyendo la fecha de fundación y la cantidad de hectáreas destinadas a cada
pueblo y a cada colonia agrícola aparece en los cuadros siguientes. (2)

Pueblos fundados en tierras fiscales entre 1877 y 1927

Nombre Superficie (has.) Fecha


01. San Ignacio 100,0000 25-09-1877
02. Concepción 175,0506 25-09-1877
03. Corpus 200,0000 25-09-1877
04. San Javier 326,7452 02-10-1877
05. San José 207,5425 02-10-1877
06. Candelaria 400,0000 20-02-1883
07. Santa Ana 400,0000 20-02-1883
08. Cerro Corá 181,9230 20-02-1883
09. Bonpland 107,6230 18-06-1894
10. Apóstoles 200,0000 01-08-1898
11. San Pedro 410,2650 30-09-1899
12. Azara 400,0000 21-07-1900
13. San Ignacio (nuevo) 100,0000 19-01-1907
14. Barracón (incluye chacras) 2.500,0000 14-07-1921
15. Leandro N. Alem 4,4400 21-12-1926
16. Profundidad 38,0000 07-12-1926
17. Oberá 50,0000 07-12-1927
18. Olegario V. Andrade 50,0000 07-12-1927
5.851,5893 50 años

Colonias agrícolas y colonias yerbateras creadas en tierras públicas


entre 1877 y 1927

Nombre Superficie (has.) Fecha


01. San Ignacio 9.700,0000 25-09-1877
02. Concepción de la Sierra 13.802,0770 27-09-1877
03. Corpus 10.178,5848 27-09-1877
04. San Javier 4.683,9831 02-10-1877
05. San José 5.192,1409 02-10-1877
06. Bonpland 21.000,0000 20-02-1883
07. Candelaria 3.450,7936 20-02-1883
08. Santa Ana 19.003,0000 20-02-1883
09. Cerro Corá 18.200,5616 20-02-1883
10. Apóstoles 34.598,0000 01-08-1898
11. Azara 22.756,0000 21-07-1900
12. Profundidad 7.003,3714 06-08-1903
13. Sierra San José 3.630,8397 06-08-1903
14. Yerbal Viejo 10.007,0000 25-01-1906
15. San Pedro 12.500,0000 23-01-1908
16. Picada Cerro Corá 5.055,1940 21-11-1912
17. Ensanche Col. Bonpland 20.000,0000 11-07-1921
18. Aristóbulo del Valle (a) 150.000,0000 11-07-1921
19. Manuel Belgrano (b) 250.000,0000 11-07-1921
20. Ensanche N. Col. San Javier 5.776,6810 11-07-1921
21. Yabebirí 8.000,0000 07-10-1925
22. Ensanche Cerro Corá 28.000,0000 07-12-1927
23. Guaraní 50.000,0000 07-12-1927
24. Yerbal Viejo (nuevo) 58.000,0000 07-12-1927
25. Caá Guazú 22.500,0000 07-12-1927
TOTAL: 25 colonias 793.038,2269 50 años

Nota: (a) y (b) Colonias Yerbateras

Las migraciones galitzianas: polacos y ucranianos

Las migraciones galitzianas obedecieron a causas intrínsecas y a posibilidades


objetivas extrínsecas. Entre estas últimas se destaca la existencia de una red de intereses
promocionales instalada en la provincia imperial que se conectaba con las grandes
empresas de transporte internacional dedicadas al traslado de inmigrantes a naciones de
ultramar. Ya hemos explicado algo acerca de estas compañías. Ahora veremos en
detalle cómo operaban y esta descripción puede extenderse a otros inmigrantes de
diversas nacionalidades ya que existía una mecánica general.

Entre las compañías que se dedicaban a esta tarea preponderaban las del norte
de Europa y especialmente las alemanas. Sorprende el alto grado de perfección,
organización y complejidad alcanzado por estas empresas navieras, que poseían además
de los navíos, agentes e instalaciones diseminados por todas aquellas zonas que tuvieran
características emigratorias.

El personal de las empresas estaba integrado por agentes que hablaban varias
lenguas para conseguir desde los primeros contactos una atmósfera de confianza. Sus
funciones eran múltiples e incluían detalles tan sutiles como escribir cartas personales u
oficiales entre los candidatos analfabetos.

Las compañías mejor organizadas abarcaban todos los pasos del proceso y
contaban con especialistas como médicos, abogados, banqueros, notarios, etcétera. Se
encargaban de vender las propiedades de los aspirantes a emigrar y cobrar en su nombre
los pagos; girar dinero al lugar de destino y de éste a las familias del lugar de origen.
También operaban como una entidad bancaria y financiera. Por estas operaciones
cobraban comisiones.

En Galitzia había agentes de compañías holandesas, francesas, alemanas e


italianas. La existencia de estos agentes era inevitable -dice Staliszewski- debido a la
gran cantidad de analfabetos e ignorantes de todo trámite administrativo que había entre
los campesinos. Los requisitos legales o burocráticos en ambos países -el de salida y el
de llegada- eran muy complicados. Una vez que el emigrante pagaba su pasaje quedaba,
teóricamente, bajo la protección de la compañía.

Sólo entre 1895 y 1896, 10.000 galitzianos salieron para América. A Misiones
llegaron en 1897 después de haber deambulado por otras partes del país sin adaptarse a
ninguna situación.

Los emigrantes eran de varias aldeas diferentes que se iban reuniendo en los
puntos de las cabeceras ferroviarias desde donde partían a los puertos de embarque. Iban
acompañados en todo momento por agentes de la compañía desde las aldeas.

Para bajar los costos de ferrocarril se utilizaban vagones de carga carentes de


toda comodidad y condiciones sanitarias apropiadas. La comida y el abrigo eran
generalmente escasos y otro tanto ocurría en los barcos. Muchos de estos viajes se
convirtieron en auténticos timos, bien por no cumplir con los contratos estipulados o
simplemente por la inexistencia de la compañía. En cierto momento, el transporte de
personas fue más lucrativo que el de mercaderías, aunque muchas empresas realizaban
ambas tareas simultáneamente.

Las travesías fueron muy penosas en general y las condiciones de alojamiento


al llegar aumentaban las penurias. Buenos Aires con su famoso “Hotel de Inmigrantes” -
ya demolido- era la puerta de entrada decepcionante y sórdida que impactaba a los
recién llegados. De este verdadero depósito humano se han escrito numerosas páginas,
la mayoría de las cuales provienen de los propios inmigrantes. Podían llegar a alojarse
allí hasta 6.000 personas de los más diversos orígenes, mientras aguardaban partir para
sus destinos definitivos en el interior del país o en las ciudades. Si estaban sanos, los
inmigrantes podían permanecer en ese lugar un máximo de cinco días. Si estaban
enfermos la ley preveía la obligatoriedad de su atención por parte del estado argentino.

Los inmigrantes estaban autorizados a introducir sin ningún tipo de gravamen


sus herramientas y útiles de labranza, sus muebles y enseres. También podían llevar
consigo armas para su defensa personal. Esta última autorización debe encuadrarse en
las condiciones objetivas existentes en el país en momentos de sancionarse la ley de
inmigración, en las campañas pobladas de indios hostiles y bandidos.

Los esclavos que llegaron a Misiones pudieron traer consigo hasta sus carros
desarmados. Según estos modelos originales, se continuaron fabricando en las nuevas
tierras de adopción.

Los galitzianos llegan a Misiones

Los eslavos del grupo polaco-ucraniano que llegaron a Misiones en 1897 no


tenían originariamente este destino. Desde su llegada a Argentina sufrieron varias
peripecias antes de radicarse en su destino definitivo. En un primer momento fueron
enviados a zonas que eran entonces llamadas inhóspitas: Chubut y Río Negro en la
Patagonia, recientemente conquistada a los tehuelches y carente de las mínimas
condiciones para establecer una colonización exitosa con los medios técnicos de
aquellos hombres. Patagonia se caracterizaba por el frío muy intenso, los vientos
huracanados permanentes, la desolación, la esterilidad de la tierra, la falta de
abastecimiento y la ausencia de toda perspectiva inmediata de progreso. El grupo se
dispersó y con grandes sacrificios llegaron a Buenos Aires.

Esto produjo malestar en las autoridades argentinas que habían pensado que los
eslavos se adaptarían a esas tierras como lo habían hecho los galeses de Gayman, en
Chubut. A partir de ahí se cursaron notas a varias provincias ofreciendo estos colonos
pero ninguna manifestaba demasiado interés en ellos. Sólo el entonces gobernador de
Misiones se interesó por estos inmigrantes. Para evitar todo contacto entre estos
inmigrantes y otros del mismo origen recién llegados al puerto de Buenos Aires, se
radicó temporalmente a éstos en la ciudad de La Plata hasta que pudieran ser trasladados
a Misiones. Se trataba de evitar que cundiera el desaliento y el pesimismo entre los
paisanos del grupo galitziano.

Fue así como 14 familias que sumaban 68 personas se trasladaron a Misiones


como consecuencia de las gestiones del gobernador Lanusse ante las autoridades de
inmigración. El viaje se realizó por barco hasta Posadas y de allí en carretas hasta su
destino: la antigua reducción de Apóstoles. Allí junto a los naranjales jesuíticos este
grupo inició su “aventura” pionera.

No contamos con una descripción de la llegada misma de estos colonos pero sí


de un contingente del mismo origen de tres años más tarde que puede darnos una idea
aproximada de aquellos comienzos:

“El cuadro era impresionante e imponente. Todo el pueblo, precedido por las
autoridades salieron al encuentro de la caravana, la que subiendo y bajando las
irregularidades del suelo, se adelantaba a paso lento como una serpiente, cuya
cola se perdía a lo lejos. Grandes y pesadas carretas tiradas por una tropa de
bueyes, adornados con ramas verdes y hojas de palma recién cortadas, llevando
mujeres y niños con sus típicos trajes y ropas bordadas con vivos colores, algo
que recordaba al Bizancio y el Oriente, seguían unas tras otras con un
penetrante gemido en los ejes. Otras, cargadas con inmensos baúles de madera
pintada, tapices, cajones, útiles domésticos y carros desarmados, se
entremezclaban unos con otros, rodeados de hombres con trajes exóticos que
los acompañaban a pie y de jinetes improvisados que seguían a caballo,
acompañando unas tropillas de ganado por el camino. Y en el aire resonaba un
eco de cánticos religiosos, del llanto de los niños, del crujido de los ejes, del
mugir de las tropas. Todo el conjunto tenía mucho carácter y color recordando
épocas lejanas de las tinieblas de la Historia, episodios bíblicos, y la gran
transmigración de los pueblos con sus tropas y haciendas...” (3)

Bartolomé ha insistido en la intención de los colonos de reproducir en estas


nuevas tierras su entorno original con la mayor fidelidad posible (4) y coincidimos con
esta afirmación que haríamos extensiva a otros inmigrantes posteriores. Quizás esta
característica ilustre mejor que otras la diferencia entre quienes llegaron en forma
directa de su tierra y quienes lo hicieron luego de etapas intermedias.

El relato del padre Vogt revela un cierto grado de asombro que nos permite
inferir que si un hombre culto que tenía elementos para comprender lo que estaba
viendo, los nativos y criollos no cabrían en su perplejidad.
El gobernador Lanusse escribía en 1900:

“Esta inmigración reviste todo el carácter de espontánea por cuanto no viene al


país atraída por la propaganda de agentes de inmigración, sino solicitadas por
las cartas que escriben desde aquí llamando a sus parientes y relaciones en
Europa los colonos establecidos en Apóstoles.” (5)

La colonia de Apóstoles fue fundada en agosto de 1898 con el contingente


inicial y cinco familias más llegadas ese año. Se destinó a la colonia una superficie de
34.598 hectáreas. El pueblo fue remodelado y se lo dotó de un juzgado de paz, una
municipalidad, un registro civil, una comisaría de policía, una iglesia católica y un
servicio de telégrafo y teléfono.

La colonia contaba con un administrador de origen polaco, el conde Juan de


Bialostocki, quien se había interesado mucho en la radicación de sus compatriotas en
Misiones debido a su amistad con Lanusse y con el círculo habitual del “Jockey Club”
de Buenos Aires donde este noble expatriado ejercía el oficio de bibliotecario.

La población de Apóstoles creció rápidamente y nuevos contingentes se fueron


sumando a los anteriores. Esto obligó a nuevas fundaciones de colonias agrícolas: Azara
en 1900, y algunos ensanches entre 1900 y 1902. Los contingentes llegados en esos
años los constituían 1500 a 1700 personas.

Apóstoles y Azara fueron los dos primeros centros de inmigración polaca en


Misiones. Más tarde otros polacos llegaron para integrarse a colonias compuestas por
varias etnias diferentes o para fundar al menos dos colonias exclusivamente polacas
pero en la esfera de la colonización privada: Wanda y Polana.

Apóstoles se asentó en las antiguas ruinas jesuíticas, junto a los naranjales de


ese período, y mezclándose con una exigua población preexistente. En cambio, Azara
fue totalmente creada a los efectos de este poblamiento. Junto a las colonias agrícolas se
planificaban cuidadosamente los ejidos urbanos destinándose pequeños lotes para
viviendas y reservándose terrenos para las instituciones públicas. En estas ciudades se
asentaron desde las épocas iniciales algunos artesanos polacos o ucranianos y de otras
nacionalidades que fueron llegando paulatinamente atraídos por la colonización.

Estas colonias recibieron el apoyo oficial y se beneficiaron con el


cumplimiento completo de la Ley Avellaneda -se trata del único caso en toda la historia
de la colonización e inmigración argentina- y su éxito atrajo el interés de particulares
que intentaron reproducir las realizaciones obtenidas mediante el sistema estatal.

Los colonos produjeron en las primeras etapas especies diversificadas que


apuntaban a su manutención a pesar de que recibían por parte del gobierno las raciones
estipuladas por ley. Sembraban porotos, batatas, mandiocas, centeno, maíz, etcétera.
También poseían animales domésticos. Las cartas de aquella época reflejan un
entusiasmo enorme. Ambas colonias, Apóstoles y Azara, se mantuvieron unidas
compartiendo una sola administración y una sola iglesia hasta que Azara tuvo su propio
templo por el que tanto bregó. Los rutenos tardaron mucho tiempo en tener su propia
iglesia y su sacerdote. Los ucranianos querían mantener a toda costa su propia religión y
su propia lengua. Las diferencias internas entre estos dos grupos se mantuvo en
América.

La velocidad que adquirió la ocupación de las tierras obligó a ensanches y


produjo una saturación poblacional también acelerada. Los eslavos que iban llegando
debían situarse en tierras cada vez más agrestes y aisladas, o bien intentar radicarse en
colonias fundadas por otros grupos.

En 1903, Azara que ya había llegado a los 1.000 habitantes pudo crear su
municipalidad. Esto permitía a sus habitantes comenzar a ejercer sus primeras prácticas
democráticas eligiendo a los consejos municipales y por lo tanto decidir sobre los
destinos de la colonia.

Los polacos y ucranianos se difundieron por la casi totalidad de la provincia a


lo largo de este siglo estableciéndose en casi todas las ciudades y zonas rurales. Además
de las colonias ya mencionadas de Wanda y Polana se encuentran en número
significativo en Gobernador Roca, Gobernador Lanusse, Picada López, San Jorge,
Corpus, Aristóbulo del Valle y Alem. También se han radicado en barrios suburbanos
de Posadas en los últimos años, como efecto de las migraciones del campo a la ciudad.
Podría afirmarse que aún en ínfimas cantidades hay galitzianos en casi todos los
departamentos. Muchos migraron a otras provincias y especialmente a Buenos Aires.

Bartolomé -iniciador de las investigaciones socioantropológicas sobre la


colonización eslava- afirma que estos inmigrantes no respondían a la idea “ochentista”
del inmigrante europeo concebido en las teorías previas a la inmigración real como
agricultores tecnificados, mano de obra calificada u obreros industriales. No obstante,
siempre fueron considerados preferibles a los nativos, de allí el empeño de las
autoridades para radicar a los eslavos a pesar de las resistencias opuestas por grupos
locales. Esta preferencia por los europeos fueran como fueran, fue típica de esta
generación racista y prejuiciosa. Lo cierto es que nativos y polacos tardaron mucho
tiempo en superar la mutua desconfianza. Ambos grupos comenzaron a manejarse con
los estereotipos surgidos de esta situación de contacto y fricción interétnica.

Conflictos iniciales en torno a la inmigración polaca

Lanusse fue en los hechos un fiel exponente de una elite, y compartió con ésta
su desprecio por la población nativa, criolla o india. Por otra parte, tampoco le resultaba
confiable la inmigración desde Brasil por razones contradictorias. Si por un lado se
defendía el liberalismo a ultranza incluyendo la libertad aduanera, etcétera, por otro lado
se proclamaba un nacionalismo vacío de contenido y cristalizado en algunos axiomas
tradicionales de escaso valor simbólico. Para un militar -y Lanusse lo era- Brasil debía
ser percibido siempre como un enemigo potencial que desarrollaba acciones
geopolíticas tendentes a lograr una supremacía regional a expensas de Argentina. Esto,
sin importar su verdad o falsedad, lejos de orientar a la elite gobernante hacia la única
manera de defender la soberanía (el desarrollo autónomo y no dependiente) la entretenía
con falsas posturas rígidas e intransigentes. Por esa razón se vio el gobernador envuelto
en un conflicto que tuvo como centro una crítica radical a su gestión en torno a tres
problemas fundamentales: la colonización polaca; su avasallamiento del poder judicial y
algunos favoritismos.
Esta lucha política e ideológica se produjo en un contexto plagado de intrigas
en el que los bandos en pugna representaban directamente y sin complejos
encubrimientos los intereses reales, económicos y sociales.

Lanusse “...estaba dispuesto a cambiar el carácter y la modalidad holgazana de


sus habitantes, para la que se hacía necesaria la colonización de tierra por elementos
extranjeros.” (6)

Otro representante ideológico de este grupo, Svaiter Martínez dirá en 1926:

“Lo digamos sin ambages ni cortapisas y le duela a quien le duela: el hombre


es flojo; los colonos brasileños y paraguayos que forman la mayoría del
elemento extranjero, trabajan poco. Basta con ver sus chacras: lo que abunda es
la maleza. De las 25 o 50 hectáreas cinco o diez son trabajadas a medias. Lo
demás es tierra inútil que espera mejores brazos.”

“Lo que ocurre con ese elemento ocurre con los argentinos. Es doloroso pero
hay que confesarlo: los argentinos también son flojos. La indolencia es
abrumadora; la pereza los domina de la mañana a la tarde.”

“Trabajan apenas para vivir. Deben a cada Santo una vela y los bolicheros van
apoderándose de la tierra a corto plazo.”

“Por eso Misiones da una impresión equívoca; por eso siempre se declama que
en el Territorio sólo tiene porvenir la industria yerbatera. Mientras tanto no se
ensaya nada. A la verdura se la compra a precio de oro porque su cultivo es
reducido, muchas veces porque el sol es enemigo de los repollos y otras porque
requiere mucho agua la lechuga.”

Más adelante agrega que las viviendas son precarias, no hay higiene, no hay
flores ni obras de riego, etcétera. También está en desacuerdo con la inmigración
llegada al país.

“Misiones experimentó en carne propia esta cuestión. Apóstoles y Azara son en


más de veinticinco años meros productores de arroz y, desde luego no del
mejor arroz que se consume en el país. ¿Por qué? Porque el colono polaco no
es hombre de muchas luces y no se atrevió a emprender otros cultivos ni a
mejorar el propio.”

“El colono polaco es demasiado rezador y a la sequía, la langosta, a la hormiga


y a los demás enemigos de la agricultura, los combatió siempre con misas,
rogativas o novenas. Hace poco tiempo que cree en la eficacia del sulfuro, en la
mejor manera de arar, en el riego artificial, y en la selección de semillas.”

“Misiones experimentó en otras partes el inconveniente que apareja entregar la


tierra al colono cargado con el doble peso de su pereza y su prejuicio. Grandes
zonas producen apenas para cubrir las necesidades lugareñas y no se trata de
colonias de hoy y de ayer. Estoy refiriéndome a los viejos centros de
poblaciones que cada vez envejecen más. ¿La causa? El elemento brasileño y
paraguayo, muy buena gente y todo lo que se quiera, pero también floja, casi
también en el mismo grado de su bondad. Con decir que lo más progresista de
Misiones es lo poblado por alemanes, suecos y suizos, es más que suficiente
para corroborar nuestra afirmación.” (7)

La escala propuesta por este autor, funcionario público, implica tres estamentos
en el que los brasileños, paraguayos y argentinos ocupan el más bajo escalón. Un poco
más arriba se sitúan los polacos, y en la cumbre de la pirámide os nórdicos y los suizos.
A esta escala racial o étnica debe agregarse una visión burguesa liberal de un
campesinado percibido como irracional y fatalmente anacrónico. El ejemplo citado se
ubica en la línea de pensamiento de Lanusse y veremos ahora cómo estas ideas y su
aplicación son resistidas, añadiéndose a la polémica algunas dimensiones de otra
naturaleza.

El archivo del Dr. Kauld Grünwald posee una serie de documentos que datan
del año 1899 bajo el título: La administración Lanusse. Mistificación, despotismo y
saqueo.

Se trata de una recopilación de periódicos de esa fecha. Un capítulo íntegro


está dedicado a la colonización polaca de Apóstoles y a las arbitrariedades de la gestión
de Lanusse. Antes de reseñar este texto digamos que Juan José Lanusse gobernó
Misiones entre 1896 y 1905. Fue el continuador de una empresa inmobiliaria y
comercial fundada por su padre en Buenos Aires en sociedad con su hermano Antonio.
Debido a sus vinculaciones personales dentro de la elite porteña se le asignó la dirección
de la Proveeduría del Ejército durante la Guerra del Paraguay. Luego ocupó diferentes
cargos públicos como administrador llegando a ocupar la dirección de ferrocarriles.

Fue uno de los más controvertidos gobernadores del período de Territorio


Nacional de Misiones. Para Lanusse cualquier inmigrante extranjero, sin importar su
procedencia, era preferible a los nativos. Tras esta afirmación pasemos entonces al
análisis de los textos ya presentados.

En ellos se le acusa de presentar a la colonización como una “audaz mentira”


que fue posible gracias al apoyo del gobierno central y la gran prensa nacional. Es falso,
se dice, que estén formando colonias gracias a él, como afirman los periódicos de la
Capital:

“Lanusse no ha fundado una sola colonia en el territorio, pues la misma de


Apóstoles estaba delineada y poblada cuando aquel grosero mistificador subió
al poder. Lo único que él ha hecho es poner los polacos en Apóstoles con el fin
de defraudar al fisco, en primer lugar y de hacer méritos para ser reelecto
gobernador en segundo lugar.” (8)

Las colonias, según este texto fueron mérito de los antecesores de Lanusse en
el poder ejecutivo provincial (Roca, Balestra, Moritán), incluyendo Apóstoles que fue
fundada y mensurada en 1894, según el proyecto de colonización nacional basado en la
repoblación de los antiguos pueblos jesuíticos.
Se sostiene además que la colonización espontánea que se estaba dando era
barata mientras que la polaca es onerosa para el Estado. Lanusse había afirmado que los
europeos no servían para colonizar Misiones hasta que advirtió que el cumplimiento de
la Ley Avellaneda haría pasar por sus manos mucho dinero público:

“La colonización por el antiguo sistema era barata y por eso Lanusse la
condenó. Consistía en atraer a los pobladores de las comarcas limítrofes
brindándoles tierra barata fertilísima, garantías reales para sus vidas y sus
bienes, y mercados para sus productos. Ella no incluía por cierto a los
europeos, fuesen polacos o lo que fuesen, pero no hacía con ellos lo que con
esas plantas exóticas que los ricos pagan carísimas y no omiten gastos para
aclimatarlas.” (9)

La maniobra consistía en retener parte del dinero que pasaba por las manos de
la administración, para lo cual, se sostenía, no se vacilaba en hacer pasar una familia
como si fueran dos. Luego afirmaba algo que se convirtió andando el tiempo en una
imagen corriente nacida en el fragor de esta controversia:

“La mayoría de los polacos que han venido a Misiones son poco menos que
mendigos infelices campesinos de Galitzia que después de haber fracasado en
varios puntos del interior fueron llamados por Lanusse a Misiones para
convertirlos en pensionistas del Estado y a la vez, comparsas para la comedia
colonizadora de que es autor.” (10)

“En efecto estos infelices a quienes no deseamos daño alguno, están en un


grado bajísimo de civilización y se ve bien en ciertas manifestaciones en que
exteriorizan su sumisión, que sus ascendientes fueron siervos. Ante todo
forastero que se acerca a la colonia se posternan y le besan la mano. Para ellos
todos son superiores. Lanusse aparece a sus ojos como el monarca del país en
que viven, como el donador de todo lo que han recibido del Gobierno
Nacional. Qué saben estos pobres ignorantes de la dependencia en que están
los gobernadores del poder central.”

“Así es que cuando Lanusse fue a la colonia y supieron los polacos que aquel
teatral personaje era el Señor de la comarca, allí fue el humillarse de cabeza, el
posternarse y el besar la augusta mano.” (11)

Estas imágenes repetidas una y otra vez por autores de esa época reflejan la
inadaptación de ciertas costumbres feudales del campo polaco trasladadas a una región
donde paradójicamente los periodistas se “horrorizaban” de estas prácticas mientras a
pocas leguas existía la esclavitud de los “mensúes” contra la cual sólo unos pocos se
animaban a levantar la voz. De todas formas, así como la colonización polaca convirtió
a Lanusse en un mito y la embajada de ese país lo condecoró, la colonización privada
también tuvo sus seres casi míticos, especie de héroes culturales, dadores de tierras y
vida, fundadores de colonias cuyo nombre, de por sí evoca una mitología americana:
Eldorado.
Siguiendo con los ataques periodísticos al gobernador agreguemos que las
críticas aludían además al “abandono en que se encuentra el Territorio”; “los caminos
son los de los jesuitas”; “las picadas son obra de particulares”; “no hay más que un solo
puente en el arroyo Zaimán”, etcétera.

Se insistía en que el mantenimiento de 150 familias colonas equivalía a la


mitad del presupuesto territorial, mientras las necesidades del resto de la población no
eran atendidas ni satisfechas.

Lanusse que era ya el cuarto gobernador del período de la federalización se


había enfrentado con una oposición tenaz que provenía de los sectores ligados a la
colonización antigua y también por algunos sectores del frente extractivo. Pero, por otra
parte, había tejido una red de alianzas políticas con sectores locales -empresarios,
comerciantes, funcionarios-, que le brindaban respaldo. La polémica se extendió y llegó
a librarse en los periódicos y cenáculos de la misma Buenos Aires donde el gobernador
realizó sus más encendidas defensas de lo actuado en su gestión.

Continuaban las acusaciones, siempre relativas a la ineptitud de los colonos.


De 10.000 hectáreas se afirmaba que sólo estaban en producción 30. Se pronosticaba
que si cesara la ayuda oficial los colonos se desbandarían irremisiblemente. Algunas de
estas afirmaciones surgían de la misma colonia:

“Hasta hoy los colonos no han hecho otra cosa que comer y recibir elementos
de trabajo que no han utilizado. La desmoralización se desarrolla rápidamente
entre los colonos que ven crecer su deuda en un modo asombroso sin que nada
puedan hacer de su parte para evitarla o amortizarla” (12)

Las denuncias se extendieron a todos los aspectos incluyendo útiles y


herramientas cuya compra a comerciantes amigos del gobernador se veía afectada por
un sobreprecio que éstos le incorporaban a todos los artículos, ya fueran palas, bueyes,
caballos, arados o alimentos.

Este rechazo a la colonización ucraniana y polaca no sólo se dio en el contexto


de esta lucha ajena a ellos mismos; también en el pueblo nativo se generaron
resentimientos y resistencias motivados por lo que se suponía era un trato privilegiado
que contenía elementos muy difícilmente alcanzados por los criollos, como la propiedad
de parcelas y las herramientas de trabajo. Estas capas de agricultores de subsistencia o
peones rurales de la ganadería de la zona de campo llegaron a veces a situaciones de
violencia en la que por supuesto se hablaba siempre de ataques de bandidos. Y no es
que no los hubiera, hecho poco investigado de este período, sino que debemos recordar
los estereotipos que se manejaban sobre la población preexistente a la que nos hemos
referido.

Existen innumerables relatos entre los colonos ucranianos, que han pasado por
varias generaciones, en los que se habla de luchas entre colonos y bandidos. Estos
últimos aparecen descritos como integrando grandes partidas ecuestres con las que
asolaban la región. Como sea esta capa de población se transformó andando el tiempo
en mano de obra de los inmigrantes.
La inmigración polaco-ucraniana tuvo como hemos dicho muchos detractores y
también un número similar de apologistas. Los ejemplos en ese sentido serían
numerosos para cada una de las posiciones. Cabe señalar que ya en Brasil, donde esta
colonización eslava es más antigua, se la calificó peyorativamente relegándosela a las
tareas más bajas y duras.

“La suerte de los inmigrantes que llegaron a Brasil no fue muy buena
integrándose a la estructura agraria como mano de obra en la mayor parte de
los casos. Ello contribuyó a la fuerte percepción negativa del “polonés” en ese
país, donde llegó a considerárseles el “negro” del sur brasileño (...). Muchos de
estos inmigrantes pasaron y continúan pasando a Misiones.” (13)

Algunos de los calificativos utilizados en contra de los eslavos fueron “cabezas


huecas”, “mendigos”, “fanáticos creyentes”, “sumisos”, “esclavos”, “holgazanes”,
“borrachos”, “sucios”, etcétera. Por otra parte, cada vez se ensalza más su papel
colonizador, a medida que sus descendientes van ocupando posiciones de poder
socioeconómico y acceden a los medios de información y formación de opinión, con lo
cual la evaluación de aquella etapa va adquiriendo contornos apologéticos, “el prestigio
de los comienzos”; “in illo tempore”, original y sacro de las mitologías.

Pero, la realidad de aquellas colonias, que impulsaron una secuencia


caracterizada por profundas transformaciones del ecosistema, la producción, la cultura y
la estructura social de Misiones escapa a estos análisis subjetivistas y debe ser estudiada
a nivel de sus realizaciones objetivas y la articulación regional con los demás segmentos
de la sociedad.

Características de la población eslava inicial

Entre 1897 y 1922 se produjo en Apóstoles y Azara la siguiente progresión


demográfica: (14)

Año Cantidad %
1897 69 262,3
1898 250 904,8
1901 2.512 5,9
1903 2.662 69,0
1906 4.500 11,1
1922 5.000

Los colonos recibieron lotes de 25 hectáreas dispuestos según el patrón en


damero. Fueron épocas muy duras en las que los inmigrantes debieron enfrentarse a un
mundo desconocido en todos los órdenes, debieron conocer las nuevas tierras y plantas,
los alimentos locales y cómo prepararlos, las hierbas medicinales y sus propiedades, las
costumbres nativas y la lengua, las normas del comercio, las conductas culturales
ligadas a un país republicano y democrático, etcétera.

Los campesinos polaco-ucranianos constituían unidades de producción familiar


y por lo tanto podríamos afirmar que estaban sujetos a ciertos principios generales
aplicables a este tipo de sociedad tomada como modelo genérico. Pero, y esto es
fundamental para no caer en extrapolaciones teóricas o vaguedades abstractas, su
carácter transitorio en la coyuntura histórica concreta que analizamos nos impone la
necesidad de analizar las categorías generales a la luz de sus aspectos dinámicos y sus
matices particulares.

Los eslavos de Misiones venían de una estructura en la cual su rol era el de


campesinos tributarios de un sistema semifeudal en una de las áreas más atrasadas en
Europa. Pero al llegar a América, y después de las primeras etapas de desajuste y
conmoción en la cual intentaron mantener sus límites como segmento social
diferenciado, pasaron a experimentar nuevas formas de organización y producción.

Bartolomé ha estudiado este “acomodamiento” a las nuevas estructuras en el


cual la integridad colectiva era resguardada y por lo tanto el interés del enfoque radica
más en su articulación con otros segmentos que en los fenómenos de asimilación o
integración concomitantes. Este aporte sobre la articulación de colectivos
socioculturales como sistemas diferenciales es un aporte sustancial. Nosotros pensamos
que los conceptos de asimilación e integración poseen dimensiones que se adecuan a
este enfoque y son complementarios. Este autor puso el acento en el análisis de las
acciones orientadas a obtener una articulación determinada, denominando a estas
acciones “sistemas de actividad” y “estrategias adaptativas”. (15)

En un primer momento, como hemos dicho, los colonos trataron de adaptarse


sin modificarse profundamente, transformando el medio ambiente a imagen y
semejanza de su lejana Galitzia. Pero la diferencia entre ambos ecosistemas era de tal
dimensión que la inmensa experiencia acumulada en un medio distinto resultó inútil.
Sólo se pudieron conservar aquellos rasgos culturales de más profundo arraigo y casi en
su totalidad de la esfera superestructural como la lengua, la religión y la ceremonia
ritual del casamiento.

De los elementos materiales sólo el carro polaco tuvo, además de la capacidad


de sobrevivir entre los polacos, la de difundirse entre los alemanes y los rusos primero,
y luego por toda la provincia. Este vehículo es todavía hoy un elemento insustituible
para transitar los difíciles caminos misioneros. Es sólido y macizo, puede cargar hasta
1.000 kg., tiene la altura ideal para las huellas profundas de los caminos y picadas, y
existen en Misiones las maderas aptas para su construcción.

Como queda dicho, las colonias tenían un administrador encargado de velar por
el cumplimiento de la Ley Avellaneda. Salvo algunas excepciones su rol parece no
haber sido ejercido con total dedicación. Yssouribehere nos informa que la mayoría de
estos funcionarios se contentaban con recibir a los colonos y llevarlos a sus tierras.
Tramitaban los títulos provisorios y ejercían una vigilancia muy laxa. Eran nombrados
por el Ministerio de Agricultura.

Muchas colonias tenían administradores ad honorem y algunas de ninguna


clase. De entre ellos, los más favorecidos fueron precisamente los administradores de
Apóstoles y Azara quienes recibieron del Estado toda la ayuda necesaria para instalarse.
Los administradores se encargaban de entregar las raciones diarias que consistían en:
500 g. de carne
500 g. de maíz
300 g. de grasa
300 g. de sal (por adulto)
150 g. de sal (por niño)

Ya veremos cómo estas raciones no siempre se distribuían convenientemente y


a veces sólo se entregaban algunos pero no todos estos productos.

Para los eslavos de Azara y Apóstoles existía sólo un mercado importante para
sus excedentes agrícolas: Posadas. Debían viajar en verdaderas caravanas de carretas
abarrotadas de artículos durante días y semanas para obtener una ganancia mínima que
no permitía una capitalización significativa. Los productos principales eran la mandioca,
el maíz, las hortalizas, el tabaco, los porotos (judías), las batatas (boniatos) y también
algunos productos de granja como huevos o carne de aves y de cerdo.

Como la mayor parte de los colonos sólo empleaban trabajo familiar, les
resultaba muy difícil poner en producción la totalidad de sus tierras. En todas las
colonias nacionales la tierra estaba dividida en secciones o lotes de 100 hectáreas los
que a su vez se subdividían en chacras de 25 hectáreas. La mayoría de estas chacras
eran de 25 hectáreas y eran raros los colonos que poseían más que estas dimensiones.
Luego del desmonte -que implicaba un trabajo durísimo- se destinaba una parte a la
agricultura y otra al pastoreo. En los primeros tiempos sólo se ponían en producción, en
una familia tipo, unas siete u ocho hectáreas. Sólo algunas plantaciones de azúcar
alcanzaban unas 50 hectáreas en San José. Pero estas dimensiones no son habituales
salvo en las viejas colonias de las riveras del Paraná.

El sistema de medianería era desconocido y nunca tuvo aceptación en la


provincia. En cambio sí existió el arrendamiento. Este sistema de arrendamiento, en sus
aspectos normativos, provenía de Brasil. Consistía en el pago por un derecho de
“morada” o “fogón”, lugar para vivir, y que incluía además la posibilidad de cultivar
uno o dos “alquer”, medida brasileña equivalente a 250 x 150 varas. Este sistema incluía
un pago anual por cada cabeza de ganado. La difusión de este sistema no fue muy
importante salvo entre los colonos de origen brasileño o muy influidos por ellos. Lo
habitual fue el sistema de explotación familiar.

Una característica en el desarrollo de la colonización de Misiones fue que


durante todo el proceso la tierra mostró una gran inmovilidad. Por un lado los
latifundios estáticos, no abiertos a la colonización, y por otro las tierras de las colonias
atomizadas progresivamente por el sistema de herencia. En Argentina la mujer hereda el
50 % de los bienes en caso de muerte del marido, y el otro 50 % se reparte entre los
hijos si los hubiera. No es posible testar más de un quinto y no se puede desheredar a
ningún heredero familiar.

Debemos recordar que la colonización oficial se detuvo en su expansión


cuando se terminó la disponibilidad de tierras estatales. Mientras ese factor existió en
abundancia fue posible acompañar el poblamiento con ensanches de las colonias ya
fundadas o bien fundando nuevas colonias.

Los galitzianos llegaron a representar a principios de siglo el 60 % de los


extranjeros. Su propio crecimiento demográfico los llevó a migrar dentro de la provincia
y a integrar los contingentes que poco a poco, y en forma caótica, crearon nuevas
colonias en la zona de las Sierras Centrales.

Adaptación y contextos: un análisis comparativo

Como ya se dijo, los eslavos debieron adecuar sus patrones tradicionales al


nuevo contexto ecológico y sociocultural, para lo cual abandonaron y adquirieron,
aprendieron y olvidaron numerosos rasgos culturales, en una compleja secuencia
selectiva basada muchas veces en la prueba por ensayo o error.

Una comparación entre el contexto de origen y el contexto de recepción nos


permitirá dimensionar el grado de transformaciones necesarias y los cambios
cualitativos operados en el proceso. Staliszewski, confeccionó una lista de rasgos para
enfrentarlos y estudiar los cambios producidos: (16)

Galitzia Misiones
1- sobrepoblación 1- sub-población
2- escasez de tierra cultivable 2- abundancia de tierras
3- tenencias de pequeño tamaño 3- tenencia familiar mínima
(promedio de ½ ha.) de 12 veces más tamaño
4- división de tierra inicial y hereditaria 4- sistema de división en damero
5- posesión de la tierra y la casa 5- nuevo conjunto de valores y
como meta principal metas
6- agricultura de subsistencia 6- agricultura mixta de tipo
(agricultura y ganadería) europeo y subtropical
7- aldea de tipo irregular 7- aldeas planificadas
8- clima templado 8- clima subtropical

Analizaremos cada uno de estos factores. En primer lugar se observa que los
galitzianos pasaron de una de las zonas más pobladas del Imperio Austro-Húngaro a una
de las más despobladas de Argentina. Mientras que en Galitzia la densidad era de casi
100 habitantes por km. cuadrado, en Misiones era 100 veces menor.

La mayoría de los campesinos polacos poseían menos de 2 hectáreas de


promedio. En Misiones, por lo menos al principio y como punto de partida, las
dimensiones mínimas fueron 25 hectáreas. Pero las familias muy numerosas tuvieron
derecho a adquirir hasta 100 hectáreas. Esto significaba un estándar muy superior al
europeo. Las familias no podían poner en funcionamiento la totalidad de los predios y
sólo más tarde con el aporte de una mano de obra abundante y barata evolucionaron
hacia el aprovechamiento integral de la tierra.

El sistema de propiedad y división de la tierra galitziano permitía una creciente


minifundización y la concentración de la tierra en menos manos cada vez. Por otra
parte, la forma de las parcelas, longitudinales y de dimensiones incómodas e
inadecuadas, hacía difícil todo intento de introducción de nueva tecnología. La
atomización territorial bloqueó todo intento de modernización del agro y la
productividad descendió progresivamente.

En Misiones el sistema adoptado para la colonización oficial, en damero, creó


parcelas iguales no sólo en superficie sino en su forma. Cada colono se hallaba a
distancias similares de sus vecinos y su chacra lindaba con cuatro propietarios
diferentes. Esta forma de asentamiento, según la ley de colonización, exigía un mínimo
de utilización y la creación de una vivienda en la parcela. Si no se cumplía este requisito
no se entregaba el título de propiedad. Esta norma tendía a la ocupación real del espacio
sobre todo en zonas de frontera.

Las distancias entre los colonos fueron grandes. En Azara, Staliszewski


señalaba que existía entre cada casa más de 300 metros como promedio llegando a ser
esta distancia de hasta 1 km. En Galitzia la distancia entre casa y casa era de 1 a 2 m.,
ya que la tendencia era la acumulación de casas en núcleo o aldeas. En Misiones el
sistema llevó a que algunas tierras fueran no aptas para la agricultura ya que la
subdivisión en damero tiene una lógica geométrica pero no geográfica y, por lo tanto, al
repartirse una herencia en partes iguales, unas parcelas podían ser fértiles y otras
verdaderos pedregales.

Algunas granjas tenían superficies rocosas, muy comunes en Misiones, y otras


no poseían cursos de agua. A veces la dificultad estaba en la pendiente que les restaba
valor agrícola. El sistema reticular no tomaba en cuenta la topografía del terreno.
Tampoco tenían en cuenta la cubierta vegetal. La cercanía a un camino, por ejemplo,
influía directamente en la composición de la renta diferencial.

La modalidad de explotación mixta típicamente europea y galitziana que


combina agricultura y ganadería, se vio afectada seriamente por un conjunto de
dificultades propias del lugar. Muchas de ellas de difícil solución como las plagas y
enfermedades endémicas del ganado; la ausencia de aguas abundantes y la desertización
creciente; la presencia de animales depredadores salvajes; la falta de buenas pasturas; el
cuatrerismo incontrolado, y muchos otros.

En cuanto a los valores implícitos en la orientación de las conductas


campesinas en uno y otro contexto debemos partir de una situación de extrema pobreza
en Galitzia que convertía a la tierra en el bien más preciado. A esta posesión le seguía
en importancia una que estaba íntimamente relacionada: la casa. La construcción de una
vivienda presentaba dificultades por la ausencia de materiales baratos. Todo edificio
debía tener una cocina. La cocina o la estufa era el centro de la vida de la familia. Una
casa que careciera de ella no era considerada como tal. Ninguna persona soltera podía
solventar los gastos de la construcción de una casa. Lo cual era, además, uno de los
máximos símbolos de status social. En esta cocina galitziana había siempre una sopa
caliente hecha con vegetales que representaba lo que un campesino galitziano podía
solventar diariamente. También la estufa se usaba para pasar las noches del largo
invierno junto a ella.

Al llegar a Misiones los colonos se encontraron en primer lugar con un clima


muy diferente y con materiales y espacio en abundancia. Poco a poco con el correr de
los años la arquitectura eslava fue incorporando rasgos nativos tradicionales y materias
primas nuevas. Como no podían reproducir fielmente sus propios modelos fueron
creando ciertas líneas originales, apelando a los materiales que tenían a mano.

La casa del campo era una choza armada sobre una estructura de cuatro
parantes de un metro de alto en cada esquina, unidos por una trama de ramas
entrelazadas. Después se impregnaba este tejido con arcilla espesa hasta cubrirlo por
completo. El sol tropical secaba rápidamente esta capa que luego se retocaba con arcilla
fina a manera de revoque. Las aberturas -puertas y ventanas- eran hechas por los
artesanos, muchas veces como un favor a los vecinos.

En la selva, las casas respondieron a otro patrón. Estaban elevadas sobre


palafitos de árboles talados. Los techos y paredes se hacían de madera de lapacho. El
interior de las casas era más o menos el mismo en todas partes: una gran sala principal
que hacía las veces de dormitorio, con camas de madera y acolchados de plumas que
eran más un símbolo de status que una prenda funcional. Las mesas rústicas y los
bancos de madera longitudinales completaban el mobiliario. Las paredes se veían
tapizadas de almanaques, estampas de santos y pinturas caseras. Pero la vida seguía
desarrollándose en la cocina como ocurre entre los campesinos en todas partes. El fuego
siempre encendido en este lugar de reunión convocaba a la familia en varias horas del
día, a pesar del calor intenso. La cocina estaba separada del cuerpo principal pero unido
a él por medio de una techumbre o galería. También había galpones donde se guardaban
las semillas, granos, herramientas, etcétera.

La población nativa vivía a la llegada de los colonos en ranchos muy


rudimentarios de madera y hojas de palmera. Tenían cueros en la puerta y ventanas y el
único mueble era un catre de madera con elástico de tiras de cuero crudo.

En Galitzia hacían los colchones con paja y en Misiones los hicieron con chala
de choclo. Más tarde, cuando se consolidaron las influencias desde Brasil introducidas
por colonos y nativos, se difundió un estilo arquitectónico más complejo representado
por la casa de madera de planta cuadrada levantada sobre pilotes o palafitos y completa
o parcialmente rodeada por una galería techada en la que prácticamente se daba toda la
vida familiar. Este era un sistema mucho más adaptado al clima ya que al haber una
galería completa se podía seguir la sombra durante todo el día solar sin estar encerrado
entre paredes y trabajar allí en las tareas domésticas o artesanales. También estas
galerías podían usarse para dormir en las noches muy calurosas del verano sin la
molestia del copioso rocío.

La diferente modalidad de explotación de la ganadería también operaba


condicionando el tipo de vivienda. Los criollos y nativos utilizaban a los vacunos, por
ejemplo, con el único propósito de obtener su carne y el cuero y no para hacerles
producir leche. Los gauchos acostumbraban a matar una vaca solamente para comerle el
matambre un poco tostado sobre las llamas; luego salvaban el cuero y el resto se perdía.
No hacía falta por lo tanto ninguna forma de establos o corrales ya que los rebaños
abundantes vagaban por las llanuras, hasta que se alambraron los campos y matar un
animal fue un delito. Los animales salvajes pasaron todos a tener dueños y los campos
también. Esta facilidad para obtener el alimento y las características especiales de los
trabajos temporarios en las zonas ganaderas hicieron que el rancho sencillo y precario
no fuera nunca superado por formas mejores. Cuando el hombre se trasladaba a trabajar
a otra parte simplemente dejaba el rancho abandonado y se llevaba sus pocas
pertenencias personales. El rancho pasaba a convertirse en una “tapera” que se cargaba
de cierta potencia negativa por la cual los pobladores pasaban sin acercarse demasiado.

Pero los galitzianos, al igual que la mayoría del campesinado europeo, tenían
una concepción de la ganadería diferente. Usaban la leche y sus derivados. Tenían aves
de corral y usaban las plumas y los huevos. Criaban cerdos y sabían hacer chacinados
para todo el año y utilizar la grasa del animal para cocinar, etcétera. Esto requería una
forma de vida diferente con algunas construcciones especializadas junto a la casa;
alguna forma de establo o “chiquero” y un gallinero para proteger a las gallinas, pavos o
gansos de los animales depredadores.

El cambio de ambiente tuvo en este sentido muchas ventajas también ya que no


eran necesarias las reservas de pasturas y forrajes para el invierno. Aunque de no muy
buena calidad, las pasturas misioneras podían ser utilizadas todo el año. No había
inviernos rigurosos ni nevadas. El ganado podía pastar libremente aunque vigilado. Esto
hizo que se eliminaran las construcciones complementarias que eran necesarias en
Galitzia.

Los cambios en la dieta fueron importantes para establecer algunas


modificaciones en la vivienda, como por ejemplo el colocar la cocina fuera de la casa.

Los nativos de Misiones no necesitaban una cocina de estilo europeo porque su


alimentación estaba basada fundamentalmente en carne, algunos vegetales como
mandioca o porotos y mate. Este último en grandes cantidades y varias veces al día. Por
lo tanto, sólo utilizaba fuego para cocer la carne un poco y hervir la mandioca y las
judías. También para calentar el agua del mate, aunque éste puede tomarse también con
agua fría (tereré). Los colonos adoptaron una dieta mucho más alta en carne, lo que se
convirtió en una meta y en un símbolo social; y adoptaron también el uso del mate en
sus variadas formas. Pusieron como aspiración máxima la obtención de una buena
cosecha.

Otras de las diferencias estudiadas por Staliszewski fue la referente a la


morfología de las aldeas en Galitzia y Misiones (17). En Galitzia son aldeas irregulares
con muchos caminos internos, aunque no hay un tipo predominante en absoluto. En
Misiones se encuentran tres tipos fundamentales de asentamientos: lineales, en damero
y mixtos. Todos son producto de diferentes formas de colonización y distinguen a las
respectivas regiones.
Lo que es realmente diferente es que en Galitzia la tendencia es a la
aglomeración, independientemente de las formas de asentamiento, pero en Misiones
debieron seguir las leyes federales en este sentido y adoptar la dispersión. Esta
modalidad de los asentamientos dispersos es típica de la Argentina con muy pocas
excepciones regionales como en el Noroeste donde se conservan los patrones de aldeas
prehispánicas. En el resto, la tendencia es a vivir en la chacra. La tendencia galitziana
era la contraria, vivir en la aldea, y todos los días marchar a las parcelas a trabajar.

Entre los alemanes, suizos, escandinavos y otros grupos nórdicos, prevaleció


totalmente el sistema lineal con vivienda en la chacra y u eje central. Fue la
colonización privada la que aceptó este sistema sin el cual muchas colonias hubieran
fracasado.
Un testimonio de la colonización eslava:

Entre los testimonios de colonos polacos de los primeros tiempos hemos


tomado un caso que se refiere a Azara ya que sobre Apóstoles se ha publicado un mayor
número de materiales y documentación. Azara sólo posee una breve historia redactada
por el Padre Marianski de escaso valor científico aunque sea en sí misma un testimonio
interesante. Como no contamos con autorización para usar el nombre verdadero del
informante lo llamaremos simplemente Vladimiro. (18)

La información surgida de las entrevistas grabadas con Vladimiro fue


organizada posteriormente según criterios nuestros ya que las conversaciones se
efectuaron en varias sesiones con numerosas interrupciones y reiteraciones de temas y
datos. Hemos respetado, no obstante, los párrafos como unidades indivisibles y la
continuidad interna de éstos.

“La idea inicial del Gobernador Lanusse y de quien trajo a esa gente era que la
colonización de Azara fuera un centro cultural y económico importante.”
“Es así que Azara tiene un ejido municipal cuatro veces más grande que
Apóstoles. Se destinó un radio de un kilómetro por un kilómetro para la ciudad.”
“Cuando se seleccionaron los colonos se pensó en que fueran artesanos para
ver si se podía fundar una industria. Por eso estaban Jaskuloski el herrero; Lutoski,
carpintero; mi abuelo que era tejedor y Jaunni que era talabartero.”
“No eran agricultores lisa y llanamente. Por supuesto que a toda esa gente se le
vendió una parcela en la parte urbana, un lote del pueblo y además, una chacra de 25
hectáreas. Las chacras se compraban, igual que los lotes, con 25 años de plazo. Se
pagaban en cuotas. Se entregaba un título provisorio.”
“Todos o casi todos tenían un oficio y una chacra. Pero lo que ocurrió es que el
pueblo de Azara estaba muy aislado del resto. Posadas quedaba a 100 km. y Santo
Tomé más o menos igual. Esos eran los centros más importantes. Solamente allí se
podían vender los productos nuestros.” “No había estímulos ni alicientes para producir
más.”
“Para poder ir a esos centros importantes se hacían unas caravanas muy
extensas con carros. Se ponían de acuerdo seis o siete colonos y cada uno ponía lo que
tenía, grasa de chancho, maíz, huevos o harina de maíz.”
“Porque el viaje duraba dos días, más o menos. En San José y después hacia
Santo Tomé, por Garaví, eran zonas despobladas y todavía había bandolerismo.”
“Los colonos salían en caravana para protegerse. El bandolerismo fue más o
menos en 1905 o 6. Después desapareció. Y uno de los hombres que fue enviado para
combatirlo fue el comisario Gómez, famoso. Contaba mi padre que venían brasileños
los domingos y el chiste era tirar tiros y asustar a los colonos.”
“Y un día vinieron tres o cuatro, el comisario con un arreador los llevó a la
comisaría.”
“Yo nací en 1914 cuando la colonia tenía más o menos catorce años de vida.”
“Nací en Pindapoy, ahí donde terminó la historia de mi padre como jefe de
estación del Ferrocarril.”
“Mi abuelo era de oficio tejedor. Eso en Europa era más o menos hereditario.
Se transmitía de padres a hijos. Allá vivían con dos o tres hectáreas y pagaban
impuestos y así tenían que vivir. Por eso se decidió venir.”
“En Azara se pudo sembrar lino de buena calidad. Se sacaba la fibra y se
dejaba en remojo en unas piletas grandes durante varios días. Después se descascaraba y
así se obtenía la fibra. Hacían todo el proceso desde la siembra hasta la elaboración de
la tela. Repetían lo que hacían en Europa.”
“Cuando se embarcaban, una de las cosas más importantes que se hacían era
una misa de despedida. Y mi abuelo me contaba que un cura viejo les decía: “Ustedes se
van a América pero acuérdense que de acá 50 o 60 años allá va a ser lo mismo que acá.”
“Entonces ya se hablaba de la guerra y la gente tenía miedo a la guerra. La
masa de la población era ucraniana y tenían una religión del rito ortodoxo. Pero como
los reyes de Polonia habían conquistado la zona, la nobleza, el clero, los principales
¿no?, las autoridades civiles eran polacas. A su vez, cuando Polonia se repartió entre
Austria, Rusia y Alemania, esta zona pasó a depender de Austria pero la nobleza polaca
no perdió sus privilegios sobre la masa ucraniana. Papá había cursado la escuela polaca
primaria y tenía creo 14 años. Mi madre era huérfana de padre y madre. Mi abuelo
materno era constructor y emigró a Estados Unidos. Allí enviudó y volvió a Europa
donde se volvió a casar con una paisana. Después de cuatro años la abuela se enfermó
de tuberculosis y los médicos le aconsejaron que cambiara de clima; que se fuera a
América. Para ellos toda América era igual. Entonces vinieron para la Argentina porque
dijeron que en Argentina daban tierras y que en Estados Unidos era más difícil.”
“Falleció a las cuatro semanas de haber llegado dejando cuatro hijos muy
chicos: Sabina, Paulina, Antonia e Isabel. Mi abuelo trabajó como albañil en San
Ignacio y murió joven. Mi madre era Antonia. Todas las hijas se casaron con paisanos.”
“Mi abuelo tuvo un accidente y las chiquitas quedaron con mi bisabuela que
había venido a los setenta años ya viuda. Vivió hasta los 108 años. Había nacido en
Varsovia y tenía un hermano Pope de la Iglesia Ortodoxa. Era católico y para poder
casarse se cambió de religión: él la crió y lo hizo entre ucranianos y casi no sabía hablar
polaco. Vivió en mi casa y me enseñó a hablar ucraniano. Mis padres me enseñaron el
polaco y en la calle aprendí solo el castellano.”
“Papa cuando llegó a Azara no tenía porvenir. A los catorce años fue a
Concepción de la Sierra y se conchabó con los Larraburu como cadete en un almacén de
ramos generales. Era importante por la clientela brasileña. Que no era contrabando
porque la frontera era algo más simbólico que real.”
“Luego trabajó en la farmacia Monzón en Posadas, pero siempre tenía
inquietudes.”
“Fue a Buenos Aires a la cosecha y de allí a su trabajo en el ferrocarril y entró
como guarda-barreras.”
“Luego ayudó a algunos amigos a que entraran también en el Ferrocarril.
Después tuvo problemas con los ingleses que eran los dueños.”
“Eso fue porque en los documentos figuraba como austríaco.”
“Mi padrino fue el Conde de Bialostoki que huyó de Polonia después de un
levantamiento contra los rusos. Su primer destino fue Brasil donde fue profesor de
francés de los hijos del Emperador Pedro II y después en Argentina fue amigo del
general Roca.”
“Lo ubicaron como bibliotecario del Jockey Club y allí tradujo algunas obras
de escritores polacos. Estaba muy vinculado y cuando vinieron estos colonos polacos,
como lo conocía al Gobernador Lanusse lo nombraron como administrador de la
colonia, por el conocimiento del idioma, de la idiosincrasia de la gente de Apóstoles y
Azara.”
“Atendía todos los aspectos administrativos, manejaba los planos, repartía las
chacras, era un empleado del gobierno argentino. Estuvo acá los primeros años
manejando todo.”
“Los colonos podían elegir las tierras y sus relaciones eran directas con la
Dirección de Tierras. Créditos no era fácil obtener.”
“Los polacos por problemas políticos vinieron en contingentes pero ocurrió
muchas veces que no encontraron ambiente para su modalidad de vida. En Argentina la
única posibilidad era trabajar en las grandes estancias como medieros o peones y esa no
era su modalidad. El polaco en general, quería la independencia.”
“Nadie vendía tierras. En general todos los que vinieron antes de 1900 se
reembarcaban a los Estados Unidos donde podían adquirir tierras y vida independiente
que se adecuaba al carácter de ellos.”
“Una enorme cantidad de polacos que conocimos eran linyeras (vagabundos).
Fracasados, gente capaz frustrada. Se dice que cuando se construyeron los subterráneos
de Buenos Aires murió un montón de gente. La mayoría era polaca.”
“Se malogró porque no se les dio una ubicación adecuada. Para peones no
habían buscado libertad. Se les ofrecía ser peones aún cuando tuvieran una capacidad
superior a la de los propios patrones.”
“Las empresas que organizaban los contingentes no les mintieron en absoluto
porque ellos querían mandarse a mudar a América de cualquier manera. Allá era
inaguantable, y después ellos tenían información de Estados Unidos pero para ellos era
lo mismo acá que allá.”
“Cuando en 1901 vino un contingente de unas 1.700 personas se encontraron
por casualidad con un señor de apellido Shelagoski que era sastre en La Plata y le hacía
trajes a Roca y a Lanusse. Así fue como los interesó para que llevaran a los polacos a
Misiones donde estaban disponibles las tierras que habían sido las reducciones jesuíticas
como Apóstoles, Concepción de la Sierra y San Javier.”
“Muchos inmigrantes polacos de clase alta o culta se quedaban en las ciudades
como Buenos Aires. Los que venían a Misiones eran hombres de aldeas, artesanos y
agricultores. Había muchas clases de gente. Había nobles altos y otros bajos en cuyas
tierras los perros no podían acostarse porque sacaban la cola de la propiedad.”
“En el Hotel de inmigrantes de Buenos Aires recibían comida y alojamiento
durante varios días, 15 o 20 días, y hasta un mes. Eran tratados bien.”
“Los polacos venían en barco hasta Buenos Aires. Después iban en tren hasta
Concordia, de allí hasta Garruchos en barco y después hasta Apóstoles en carreta.”
“En Apóstoles había un galpón grande para vivir hasta ubicarse en las
chacras.”
“Todo eran pajonales, algunos montecitos pero nada más.”
“A veces armaban con tierra algunos refugios.”
“En Azara había un rancho, un pozo con agua igual al de las estancias criollas.
Les daban sal, galleta, fariña, yerba y charque para 15 días o un mes.”
“No traían armas. En Europa no usaban armas. Traían, en cambio, trampas para
cazar.”
“Lo primero que un campesino debía hacer era conseguir la yunta de bueyes.
También una vaca para tener leche y además unas gallinas.”
“Una vez un criollo le regaló a un colono polaco una gallina clueca con 12
pollitos y 20 años más tarde aquel criollo era su peón.”
“La bisabuela, que estaba en Azara, ayudaba al cura y a los vecinos. Las
criaturas fueron a parar a casa de familias conocidas.”
“Había muy buenas curanderas. También hubo un médico polaco que por
razones sentimentales se vino desde Montevideo. Se llamaba Liukoski. Pero su
presencia allí fue accidental. Después llegó otro médico. No recuerdo el nombre pero
algo así como Altube. Las criollas y las polacas lo ayudaban en los partos. Después
hubo una criolla que era lavandera y además la mejor curandera: Doña Bonifacia.”
“Curaba el susto, hacía vencimientos, curaba el mal de ojos con simpatías ,
etcétera.”
“Para curar el susto se ponía plomo derretido o cera. Luego se ponía un plato
lleno de agua sobre la cabeza del enfermo y según las figuras que se formaban daban el
diagnóstico.”
“La mayoría de las curanderas eran criollas.”
“Muchos eslavos venidos en estos contingentes eran mezcla de tártaros y
kirguises.”
“Se mantuvo mucho tiempo el rito mortuorio del banquete fúnebre. Este
banquete se hacía sobre todo para los que venían de lejos y duraba dos días. Después se
enterraba al muerto en un cementerio de una hectárea que se hizo especialmente. Mi
abuela fue la primera en ser enterrada. Los cajones se hacían ahí mismo; había muy
pocos panteones. Se enterraban en la tierra no más.”
“Las ceremonias incluían llantos y cantos que todo el mundo conocía.”
“La ceremonia más importante eran las bodas. Esta costumbre se fue perdiendo
pero las bodas eran acontecimientos que no tenían nada igual. Duraban varios días.
Comenzaba con el arreglo de los padres. Los muchachos desde los 17 años íbamos a las
casas donde había chicas. Generalmente la excusa era una fiesta como Pascua, Navidad
o el tres de mayo, día de Polonia. Allí se charlaba y se tomaba mate.”
“En la calle, al llegar la primavera se bailaba. La dispersión hizo que todo eso
se perdiera.”
“En los casamientos la novia tenía que bailar y saltar sobre la mesa. Se allí la
bajaba el padre y luego se la pasaba al novio que la llevaba en brazos.”
“Se le cantaban a la novia cantos humorísticos que ésta podía contestar con
otros cantos. Las viejas sabían muchas canciones picarescas que no eran groseras. El
casamiento es todo el tiempo cantando. Generalmente se juntaban unas 50 o 60 personas
y se mataba una vaca, un chancho y varias gallinas. Había una damajuana de caña y otra
de vino o muchas veces varias damajuanas y un barril de vino.”
“Los músicos tocaban el violín, el acordeón y el címbalo.”
“Entre los ucranianos los casamientos y las fiestas eran muy divertidas y eso es
porque ellos son muy humorísticos y tienen mucha gracia. Su literatura es triste pero
ellos son muy humorísticos. Hay relatos que no se pueden leer sin llorar. Son tristes
porque su vida fue muy pobre y muy sufrida.”
“Para arreglar los casamientos se tenía en cuenta lo económico aunque en
general había un elemento uniforme. El casamiento significaba la asignación de una
vaca pero no de tierras. Por eso muchos recién casados se iban a trabajar de medieros o
peones a Bonpland, Oberá, Alem, etcétera. Muchos se fueron a los frigoríficos de
Avellaneda. Otros se asentaban en tierras fiscales. No hay una familia en Azara que no
tenga hijos en Buenos Aires con distinta suerte. Otros se fueron al seminario. Como la
autoridad máxima era el cura, éste los convencía para que fueran al seminario.”
“No recuerdo el primer maestro. El segundo vino de Entre Ríos y después se
fue a Posadas. Los chicos terminaban el colegio y volvían a la chacra a trabajar.”
“Los padres no sabían como encaminar a los hijos. No tenían orientación para
saber qué hacer con los hijos después de terminada la escuela. Recién una vez que se
abrió el horizonte fueron muchos los que se fueron a estudiar afuera.”
“En general las familias eran numerosas. Una tía mía tuvo 24 hijos. Lo normal
eran unos ocho o diez hijos. En 25 hectáreas un padre no tenía mucho que dar a sus
hijos por eso cuando cumplían los 18 años tenían que irse. Se dio un caso, el de
Ludovico, que en dos hectáreas y media crió a 12 hijos y además tenía vacas.
“En Apóstoles aparecieron dos clubes. Uno, que era el Club Unión, reunía a los
ucranianos y otro, el Club Social, al grupo polaco. Pero también, de todas maneras, hay
una influencia cultural hispana y guaraní, o como quiera llamársela. Yo digo que es la
cultura correntina que se introduce un poco en Misiones porque el polaco de Apóstoles
no es igual al polaco de otras zonas porque tiene la influencia de la cultura correntina,
anterior.”
“Otro elemento diferenciador serio, el de las iglesias. El ucraniano pertenece a
la iglesia ortodoxa y el polaco a la católica. El cura ortodoxo se puede casar una vez y
dice la misa en cilirico griego antiguo y eso lo diferencia fundamentalmente.”
“Si hablamos de economía, Apóstoles ya dejó de ser lo que era cuando las
chacras de 25 hectáreas eran la base económica de las familias. La pequeña chacra dejó
de ser el sustento de la familia. El que siguió en la agricultura tuvo que irse hacia
Corrientes para adquirir más tierras y poner soja, arroz y también yerba.”
“Por ejemplo, hablar de la familia Pelinski en Virasoro es algo raro pero sin
embargo esta allí, casi no cuadraría pero sin embargo está allí y Szychoski está en
Corrientes. La Cachuera está en Apóstoles que es la base de la familia; los molinos
están en Posadas; el arroz lo tienen en Corrientes; hay también molinos en Apóstoles; la
misma Cachuera está sobre el Chirimay y más lejos de ahí está la estancia que ahora se
llama “La negrita cué” (negrita vieja) con 400 hectáreas de yerba.”
“Además Szychoski está casado con una Torres que es una de los propietarios
de “María Aleida”, así que ahí se introduce en el área de producción de ganadería, de
cría, o sea que como actividad se introduce en la ganadería.”
“A pesar de que hay antecedentes como Yisca Chekin que es un ganadero muy
fuerte de Corrientes y es de origen polaco, tiene casi 70.000 hectáreas.”
“Estos productores fuertes tienen tres cooperativas. El problema de analizar las
cooperativas no es la cooperativa en sí, sino quiénes están al frente de las cooperativas.
Quiénes actúan en la cooperativa. Esa es la pregunta.”
“Lo importante es recordar que todas las cooperativas son muy importantes en
la etapa de comercialización. Al principio las cooperativas se organizaban en torno a un
secadero. El secadero es una etapa del proceso.”
“Cuando las cooperativas se organizan y hacen el proceso completo, se
integran en la producción, molienda, secado y venta, entonces subsisten.”
“Pero cuando hacen solamente una etapa y después se desentienden entran en
las vicisitudes de cualquier vendedor de materia prima.”
“Ahí en la zona hay, por ejemplo en Colonia Liebig que está al otro lado de
Apóstoles, está en Corrientes, con un elemento colonizador de origen alemán pero con
muchos polacos adentro.”
“Los yerbateros fuertes como Szychoski o Hreñuk son independientes. Ellos
pueden hacer por su cuenta cada paso.”
“Por lo general todas las cooperativas fueron formadas en la década del 30 y
del 40 y fue el florecimiento de las cooperativas que permitió un crecimiento. Fueron
fomentadas por el estado, no es que surgieran del grupo.”
“Los que venían con más sentido cooperativista eran los suizos. Tenían ideas
societarias muy profundas.”
“En Apóstoles participaron de todas las agremiaciones de yerbateros y cámaras
de productores como la Caya o la Arya y otras.”
“Una importante fue la Cámara de Molineros, de los molinos que en su
mayoría están cerca de Apóstoles o en Apóstoles y Virasoro. O sea que toda la yerba
que se consume cerca del Chirimay está cerca de Apóstoles. Hay pocas yerbas, pocas
marcas, fuera de esta región de Apóstoles.”
“Se distribuyen la clientela porque las marcas son deferentes y hay para varios
gustos. Pero cuando una yerba se hace famosa y se vende mucho empieza a perder
calidad porque se usa cualquier materia prima para poder dar abasto.”
“En qué momento se comenzó a producir arroz, no sé; pero creo que los
polacos tenían un conocimiento arrocero. Por lo menos al principio que la producción
era muy variada, había todo tipo de cereales: trigo, centeno, avena, maíz y arroz. Pero el
arroz pudo haber entrado también desde Brasil donde es la base alimenticia más
importante con los porotos. Y seguro que prosperó para reemplazar a esos cereales más
finos que acá no prosperan. Lo cierto es que el 90 % de la producción de arroz está en
manos de polacos. Hay unos 800 productores con más de 2.000 hectáreas de arroz y hay
grandes productores fuera de Misiones, en Corrientes, con cultivos extensivos de arroz y
son polacos.”
“Entre los gremios el más importante y con más fuerza fue el de productores y
el de Molineros, las cámaras y unas publicaciones creo que llamadas “Caa-Yarí”.”
“Pero en general la gente no participa en estos grupos o cuerpos, deja todo en
mano de unos pocos que manejan todo.”
“Los grupos de poder más fuerte dominan a los gremios y poco a poco éstos
van perdiendo el sentido original.”
“La lucha verdadera fue siempre entre los grandes pulpos y los productores
locales. Entre los molineros como Río de La Plata y la lucha nacional de la patria
chica.”
“Están los monopolios y el pulpo del puerto que quiere seguir absorbiendo
todo.”
“Entonces, aunque parezca mentira, el hecho de que se cree una cadena de
molinos, aunque sean pequeños, eso genera toda una clase, un grupo de conciencia, eso
que posibilitó que acá apareciera una clase fuerte diferente del “mensú” anterior y de los
latifundistas ausentes. Fue necesaria esa clase para crear una cultura, y eso le pasó igual
a Posadas, cuando se formó una clase fuerte local hubo un desarrollo y aparecieron los
clubes, el Tacurú y todo lo demás que tienen ahora.”
“El grupo de los Navaja, Szychoski y otros fue una burguesía local importante
porque creó un desarrollo local con intereses locales.”
“Desde el punto de vista del desarrollo autónomo de una región esto es
importante. Hasta qué momento esto es positivo y en qué momento empieza a ser una
nueva atadura, eso no lo sé. Hasta ahora siguen siendo positivos porque siguen
radicados en la zona y se dedican a mejorar las condiciones locales; son elementos
dinámicos que están impulsando la zona."
“Realmente no han existido gremios de trabajadores o con este rótulo. Hay dos
instituciones que son más los nombres solos que otra cosa. Se llama FATRE y FASAM.
Entre ellas son antagónicas. En el ambiente de la yerba la gente no es muy abierta ahí el
negro es el negro, el mensú es el mensú. Los gremios fueron de la patronal. Cómo será
que un delegado era de Nueva Fuerza (Partido ultraconservador).”
“Los suizos no emigran a la ciudad misionera. O se quedan en sus grandes
fincas o se van a Suiza. Un caso concreto es el de Pedrito Scherer de Esperanza. Debe
ser uno de los yerbateros más ricos que tiene la provincia pero nadie lo conoce; lo
conocen muy pocos. Y sin embargo tiene 800 hectáreas de yerba, 1.000 de forestación,
y otras propiedades. Se manda un viaje de tres meses por un año a Europa y EE.UU. Va
y viene pero él sigue viviendo en la chacra como cualquier colono. Tiene 16 tractores y
10 camiones y nadie lo trata, a los suizos les gusta vivir así.”
“Los suizos de Santo Pipó, por ejemplo, los que hicieron alguna fortuna se
fueron a Suiza y los que se quedaron se metieron en otras cosas además de sus chacras.
Ellos no tienen muchos hijos, no son prolíferos como nosotros. Los eslavos tuvieron una
desgracia -digo yo- polacos y ucranianos. Para ellos se planteó darles ubicación para
una generación y la siguiente que se arreglara como pudiera. Así empezó a salir el peón
nuestro polaco o ucraniano empobrecido.”
“Gente que es intrusa en su tierra, en tierras oficiales que no tienen mucho
nivel y ahí perdió su cultura, por la dispersión, porque los padres que traían la cultura
del centro de Europa quedaban en sus chacras antiguas y se iban olvidando.”
“Ellos pusieron mucho y no tuvieron nada a cambio que es diferente de lo que
pasó en el Chaco con una población de este tipo de origen eslavo, búlgaro o polaco,
yugoeslavo o ucraniano porque había un margen de expansión y hace poco me decía un
muchacho chaqueño que acá hay muchos polacos pobres y en el Chaco no hay polacos
pobres.”
“Son chacareros fuertes, no muy muy ricos pero con estabilidad mucho más
importante. Acá hay peonada polaca, allá no hay peón polaco. Tal vez haya condiciones
más favorables en Chaco que en Misiones. Quizá porque Misiones no es totalmente
agrícola, sigue siendo el “Iviraretá” de Nuñez, el país de los árboles.”
“Los cultivos clásicos tratan de imitar un poco a la naturaleza. La parte forestal
está primera en superficie de explotación.”
“Una preocupación importante entre los colonos es y fue poder diferenciarse de
lo no querido. Asociarse a un club, por ejemplo, es diferenciarse de otros de otro club.”
“Eran muy susceptibles de ser confundidos con judíos y eso sigue en los
jóvenes. Yo me pongo a fijarme en la tercera o cuarta generación, en los jóvenes que ya
tendrían que ser misioneros, argentinos y olvidarse de la antigüedad de ciertas cosas de
sus antepasados porque no podemos pensar en qué hacían o dejaban de hacer nuestros
bisabuelos. Ellos tienen la preocupación de aclarar siempre si es un apellido que termina
en i, la i latina, porque la y griega es de judíos. Hacen esa aclaración, lo tienen metido
adentro.”
“Los ucranianos por su parte tratan de diferenciarse de los polacos. Sus
apellidos son fáciles de reconocer porque terminan en “uk”, ak, ek, ik o uk y en general
se parecen a los apellidos rusos. Los ucranianos se resisten aún en tercera o cuarta
generación a tratar a los polacos: “Che ¿por qué no hablas con fulano?” le pregunté a un
ucraniano de tercera generación, y me dijo: “Es un polaco”. Yo le dije “Para mí es un
argentino con madre criolla. El apellido es polaco pero el tipo no. Ni siquiera habla
polaco, no habla el cilírico, ni el ruso... sólo el español. Yo no veo qué problema tenés
con él.” “No -dice- estos nos dominaron, nos tuvieron como esclavos.”
“Sin embargo entre las dos religiones hay muy pocas diferencias ahora. Ir a una
u otra iglesia es casi lo mismo. No son demasiado estrictos en los rituales.”
“Los productores agrícolas ucranianos son en general más pobres. El ucraniano
no es originalmente agricultor. No tiene vocación agrícola; es más industrioso,
comerciante, herrero, etcétera. Ellos se han destacado con sus industrias y sus talleres.”
“La colonia polaca de Polana se formó más o menos así. Pelinski compró unas
tierras. Eran tierras también requeridas por la Compañía Suizo-Argentina que después
desistió.”
“Después los suizos compraron muchas tierras quedando un grupo polaco
metido entre ellos. Esta fue una colonización privada que se difundió por avisos en los
diarios. Un grupo polaco se reunió y decidió ir juntos.”
“Como las ventas de grandes extensiones se realizaron en grandes bloques de
firmas poderosas a otras también poderosas destinadas a forestación, las colonizaciones
se detuvieron.”
“En las primeras épocas los polacos de Azara se conectaron con algunos
pobladores criollos. Era una población dispersa. Había un tal Ojeda que después fue
comerciante y otro Irala. Estos criollos sirvieron para explicarles muchas cosas del lugar
y la nueva vida. Por ejemplo, al principio no sabían usar los alimentos que les daba el
gobierno como la fariña, que es harina de mandioca. Querían hacer pan y eso era
imposible. Con la yerba no sabían qué hacer, querían hacer una especie de polenta, no
comprendían el castellano y la población criolla de la zona hablaba o portugués o
guaraní y algunas palabras en castellano. La mayoría de la gente había venido de
Paraguay después de la guerra, o del Brasil.”
“Lo único que trajeron que realmente sirvió y se difundió por todo Misiones
fueron sus típicos carros polacos que llegaron desarmados y después los herreros
fabricaron en la misma Misiones. Los hacían con madera muy dura y abundante:
lapacho o cedro. También hacían muebles.”
“De los primeros artesanos salieron algunas industrias como la de Spaciuk
cuyos hijos tienen en la actualidad una fábrica de arados y rastras.”
“Otra tarea que tuvieron que hacer pronto fue alambrar los campos porque
tenían una economía mixta: animales y cultivos.”
“En cada familia había un pastor. Los animales se cuidaban permanentemente.
Iban con un pedazo de pan y tocino y se pasaban todo el día con los animales. Los
chiqueros siempre estaban junto a las casas.”
“Los animales los consiguieron de los criollos. En Azara había una estancia de
una tal Fitzmoricse que tenía animales. En Garruchos y en Concepción había estancias
con animales mansos, vacas lecheras, cerdos y caballos.”
“Uno de los peores enemigos que debieron enfrentar fue la hormiga. Ellos no
estaban acostumbrados. La lucha que hacían contra estas plagas era muy rudimentaria.
Los criollos quemaban sobre los hormigueros estiércol seco pero era inútil. Pero como
éstos eran ganaderos y no agricultores no les afectaba para nada.”
“El primero que los aconsejó fue el colono y gran propietario español, Pedro
Nuñez, que les mandó las primeras partidas de sulfuro de carbono. Las primeras latas
fueron de regalo.”
“Por esa plaga, entre otros problemas, el trigo no prosperó aunque algo se
cosechaba. Lo molían y lo usaban en pan negro con mezcla. Había molinos movidos por
agua. El primero fue uno construido por Juan Szychoski en el Chirimay, en un salto.
Después hubo otro de mi tío Fasa. El molino era un lugar de reunión. Iban campesinos
de todas las colonias. Llevaban su grano dos o tres km. o más y se pasaban allí a veces
varios días hasta concluir el trabajo y esperando turno.”
“Llevaban su comida que era maíz, un poco de trigo, mandioca y otras cosas.”
“El molino de mi tío quedaba en un salto de un arroyito cerca de Concepción.
El agua se tomaba unos 100 metros antes y se canalizaba hasta una rueda grande con un
eje que movía dos piedras de 60 cm. de diámetro. Molía trigo, maíz y después
descascaró arroz. Fue cuando el Ministerio de Agricultura mandó a un total Sujimoto a
enseñar a cultivar arroz. Después se casó con una ucraniana.”
“El colono tenía unas 2 o 3 has. de maíz, algún bañado de 1 a 2 has. de arroz; 1
ha. de mandioca y en fin un poco de todo.”
“Esta fue una de las zonas donde primero se cultivó arroz en Argentina y lo
mismo pasó con el té. Lo introdujo un pope ortodoxo. En Tres Capones, Snatiuk tenía
un hermano Pope de la Iglesia Ortodoxa Rusa, llamado Tijón Snatiuk; fue uno de los
primeros religiosos, vino con anterioridad a los católicos del Brasil y atendía varias
colonias. Conocía el cultivo del té del sur de Rusia. En el año 20 o antes ya se cultivaba
en poca escala. Pero no se extendió.”
“El cultivo de la yerba comenzó en la década de los 20 y era el cura el que más
insistía en que plantaran yerba. Era el padre Marianski y yo recuerdo haberlo oído en el
púlpito cuando recomendaba a los colonos que plantaran yerba. El traía la semilla y les
explicaba a los colonos cómo sembrarlas; la maceraban y hacían viveros.”
“A los tres o cuatro años se hacían las primeras cosechas. Los colonos eran
reacios a un cultivo que había que esperar tanto. Nadie sabía cual sería el porvenir de
esos cultivos nuevos y desconocidos.”
“Los más viejos tenían miedo de todo. Si los cultivos fracasaban o si no
fracasaban. Porque si no iba mal la cosa, entonces llegarían los impuestos.”
“Cuando empezaron a producir yerba el mercado de consumo para todo era
Santo Tomé o Posadas. Los viajes a Santo Tomé duraban dos o tres días, y otro tanto de
vuelta. Se hacían en caravanas de 5 a 10 carros. Era igual que los viajes a Posadas, pero
con la ventaja de que el camino es más llano. Se ponían de acuerdo vecinos para ir
juntos y salían todos en una misma fecha para ayudarse en el paso de los arroyos ya que
no había puentes y a veces los arroyos bajaban con mucho agua. Había que conocer los
pasos pero cuando había crecientes no había caso de cruzar.”
“Cuando el río estaba muy crecido se lo pasaba así. Se ponían las mercaderías
en canoas y se cruzaban, después se arrastraban los carros con sogas desde la orilla
opuesta.”
“La yerba se pisaba primero con morteros y se elaboraban pequeñas
cantidades; el producto de media hectárea. Después vendían el excedente recorriendo
los almacenes con los carros. El colono vendía un poco de yerba, huevos, maíz, gallinas,
grasa de cerdo, y todo esto a los acopiadores.”
“En una época el gobierno hizo propaganda para comprar algodón y los
colonos plantaron algodón. Después apareció un acopiador y sin pagar se llevó todo el
algodón y nunca más apareció. Así murió el cultivo del algodón.”
“El lino se cultivó los primeros 15 o 20 años desde la llegada. Después se dejó
porque resultaba antieconómico. Con él hacían ropa y una especie de alfombra llamada
vereta que era también como una frazada. Se la hacía en los telares con lino y trapos
viejos intercalados. El lino se elaboraba íntegramente. Se trabajaba en telares
horizontales y la tela se hacía de un metro de ancho.”
“Mi padre trabajaba como jefe de Correos en Pindapoy cuando las líneas del
ferrocarril llegaban hasta allí. Después el viaje continuaba en carretas hasta Posadas.”
“Cuando en el 14 estalló la guerra, los dueños de los ferrocarriles que eran
ingleses lo tuvieron un poco a mal traer a mi padre porque en su documentación
figuraba como austríaco. Entonces como ahí justamente se creó la oficina de correos de
Azara, y como mi padre conocía el idioma y era de familia de Azara, lo nombraron jefe
del Correo, yo me fui a Azara con un año de edad. Los primeros tiempos en Azara
todavía se conservaban muchas costumbres europeas con bastante pureza. Todavía la
gente se vestía con ropa europea, venían en invierno a la iglesia con los kurrus que son
una especie de sobretodos de piel de oveja. Se hablaba más el ucraniano o el polaco. En
mi casa, mis padres, tal vez por querer enseñarme, porque los dos hablaban muy bien el
castellano, me hablaban en polaco. Mi bisabuela que vivía con nosotros no sabía hablar
polaco ni español y hablaba en ucraniano. Yo, entonces hablaba con mis padres polaco,
con mi bisabuela ucraniano, en la calle guaraní y portugués y en la escuela español.”
“En la colonia todo el mundo se conocía. El cura se ocupaba bastante de
problemas familiares y de vincular a la gente.”
“En Azara funcionó una escuela polaca y había monjas polacas que tenían una
escuelita que funcionaba hasta cuarto grado.”
“Yo hice hasta tres veces el cuarto grado porque no había más. Después vino
un tío de Gualeguay y me llevó a su pueblo donde terminé no sólo el primario sino el
secundario. Fui el primero en toda la colonia en terminar el secundario.”
“En Apóstoles había dos hijos de colonos que fueron a Santo Tomé a estudiar y
volvieron maestros.”
“Mi padre tuvo una chacra a 5 kilómetros del pueblo. Eran 50 hectáreas de
tierra con un mediero. Era una costumbre trabajar con un mediero. Los recién casados
iban generalmente de medieros a casa de colonos pudientes. Papá siempre tenía esa
clase. Casi siempre recién casados y polacos. Se quedaban uno a tres años hasta que
conseguían otra cosa más permanente o se iban a tierras fiscales.”
“La emigración comenzó en poca cantidad casi enseguida. Los primeros
emigraban transitoriamente, eran muchachos jóvenes, solteros, y unos pocos casados.
Iban al sur, a las cosechas. En el sur se ganaba buen dinero y después volvían.”
“Como la mayoría tenía 25 hectáreas y sólo algunos un poco más hasta unas
50, y tenían que mantener a varios hijos, a veces 10 o más, el espacio les quedaba chico
y tenían que salir.”
“Estos polacos cuando se fueron a otras zonas de Misiones contribuyeron a
fundar otros pueblos o a poblarlos. Muchos polacos que andan por ahí salieron de
Azara. En Bonpland, Cerro Corá, Alem, Oberá y Corpus.”
“A veces conseguían chacras o eran tierras del estado y las podían llegar a
comprar a largo plazo. Después las chicas se iban a Buenos Aires a emplearse en el
servicio doméstico y después a trabajar a los frigoríficos de Avellaneda y después
todavía a las fábricas y casi siempre se quedaban y se casaban por ahí.”
“Otras ahorraban y volvían y se casaban aquí. A veces se casaban con polacos
de otras colonias.”
“Después de la guerra del 14 muchos polacos y ucranianos venían solos,
solteros, y se iban a trabajar a la Patagonia a la extracción del petróleo. Estos muchas
veces venían a buscar esposa a Misiones.”
“Yo conocí una cuadrilla del ferrocarril en Entre Ríos, que estaba formada por
polacos entre 15 y 25 años. Todos solteros, todos preferían casarse con paisanas.
Empezaron a venir a Azara y a quedarse unos 15 o 20 días y en ese rato se casaban y se
iban, y así resolvían el problema. A todos les fue bien.”
“Estos inmigrantes eran desconocidos en la colonia; sólo tenían como vínculo
que eran paisanos. Con los polacos que vinieron desde Brasil tuvimos menos trato. Ellos
se fueron a Corpus y a Colonia Roca.”
“Los colonos que llegaban desde Europa no eran tan ignorantes como se
afirma. La mayoría tenía algunos años de escuela primaria y casi todos sabían leer y
escribir. Yo me acuerdo que hubo una biblioteca de libros polacos que se usaba mucho.”
“Yo me llevé una sorpresa cuando me enteré que los campesinos habían leído a
Raymon y a otros novelistas famosos. Conocían el libro Los Campesinos.”
“También hubo una banda de música. Tenía clarinete, bombo, trombón,
contrabajo y fue anterior a la banda de Posadas. El cura fue quién les enseñó.”
“Tocaba en las fiestas patrias y en todas las fiestas; el día de fin de año hasta
que salía el sol. Tocaban a veces en la torre de la iglesia. Desapareció en 1925.”
“En su gran mayoría los hijos de inmigrantes se consideraban argentinos. Tal
es así que es una característica digna de mención, que en general prefieren hablar
castellano, salvo los de primera generación que por lógica hablaban todavía sus lenguas
originales.”
Hasta aquí las palabras de nuestro informante. Veremos ahora algunas
cuestiones relacionadas con la ruptura de todo posible encapsulamiento por parte de los
colonos, no solo oficiales sino también privados, centradas fundamentalmente en un
acontecimiento que llevó al monocultivo y a la inserción en el mercado económico: el
cultivo de la yerba mate.

“Oro verde”: de la extracción al cultivo

El redescubrimiento de las técnicas para cultivar la yerba mate abrió una nueva
era en la economía misionera y en las modalidades socioculturales relacionadas con la
explotación de esta especie. Por lo pronto cambiaron radicalmente las condiciones de
trabajo. Al efectuarse las plantaciones y cosechas en terrenos despejados se eliminaron
muchas de las agresiones que el medio infringía a los trabajadores en la selva. El
sistema de cultivo permitió una actividad sedentaria con los recursos localizados cerca
de las viviendas y poblaciones y, al mismo tiempo, reorganizó el sistema de trabajo en
general distribuyendo más armónicamente la mano de obra, no propietaria,
estableciendo vínculos más estables entre trabajadores y productores, aunque aquí haya
que deslindar una diferencia notable entre los productores familiares parcelarios y las
grandes empresas en las que las vinculaciones laborales prosiguieron, hasta mediados de
siglo, signadas por la tensión, el conflicto, la inestabilidad, etcétera.

Los jesuitas que habían logrado plantar en sus reducciones extensos bosques de
yerba mate se llevaron consigo las técnicas que habían descubierto y que parecen haber
consistido en trasplantes de ejemplares de un cierto grado de desarrollo. Ya a fines del
siglo XIX se realizaron algunos experimentos que no tuvieron éxito. Pero es necesario
recordar que los yerbales jesuíticos seguían en explotación, como por ejemplo los que
poseía el italiano Carlos Bosetti en Candelaria. Los antiguos descubierteros trocaron su
búsqueda de yerbales por la de tierras aptas para su cultivo.

Desde el punto de vista estrictamente interno, la adopción del sistema de


cultivo alcanzó a la colonización oficial y privada; a las formas derivadas de éstas y a
las grandes empresas, algunas originadas en el frente extractivo, y otras creadas en base
a las grandes propiedades por iniciativa de los fabricantes de yerba o por inversores o
sociedades que ampliaban así sus actividades. Todos estos sectores implicados en las
mismas actividades pero en diferentes escalas interactuaron intensamente y adoptaron
formas políticas e ideológicas organizadas para enfrentar los respectivos intereses
antagónicos de las restantes.

Luego de varios experimentos aislados comenzaron las plantaciones en la zona


de San Ignacio. Las técnicas habían sido redescubiertas en Paraguay por un colono de
origen alemán. A partir de allí la difusión fue vertiginosa y la yerba mate se convirtió en
el cultivo colonizador por excelencia como ha afirmado Bartolomé. (19)

Si la extracción de yerba mate natural movilizó recursos y estableció ciertos


patrones de desarrollo, asentamientos e industrialización, los cultivos de yerba se
vinculan al poblamiento colono, la fundación de pueblos, el surgimiento de
agroindustrias locales que buscaron la instalación de un sistema productivo integral en
la provincia y el surgimiento de clases y sectores no tradicionales.
Algunos factores externos incidieron en la adopción del sistema de cultivos.
Entre ellos se destaca la crisis de algunos molinos de gran envergadura que debían
cerrar sus puertas ante el aumento en los gravámenes de la yerba importada de Brasil
que constituía el grueso de la materia prima. Esta crisis se había originado en una ley
brasileña de 1916 que disponía un aumento considerable en los aranceles de exportación
sobre la yerba canchada y mucho menos sobre la molida. Las brasileños pretendían
imponer en el mercado interno argentino su yerba totalmente elaborada. Los molinos
argentinos, en cambio, preferían mantener el sistema de elaboración final en el país. La
situación de deterioro general del intercambio entre ambas naciones abarcaba muchos
otros productos entre los cuales destacaban el trigo y la carne que Argentina vendía a
Brasil y el café y las bananas que aquel proveía.

Estas circunstancias influyeron en forma directa en la necesidad de expandir


los cultivos misioneros. En la provincia se notaba, a comienzos de siglo, una merma
entre los peones yerbateros por el mal trato recibido y la competencia entre los países
interesados para atraer a los “mensúes”.

La colonización y las conveniencias mercantiles de la yerba se tradujeron en un


aumento de la producción extraordinario: en 1917 había en Misiones 1.500.000 plantas
de yerba y tres años más tarde 3.200.000, es decir más del doble.

La antigua recolección de yerba determinaba la localización de los hombres en


el espacio provincial. Los transportes y las vías de comunicación debían adecuarse a la
ubicación de los manchones yerbateros. Las plantaciones, situadas en tierras
seleccionadas al efecto, alteraron los trazados tradicionales de las rutas y multiplicaron
las necesidades de transporte en las zonas abiertas a la agricultura. En este sentido, el
“carro vehículo” introducido por la colonización galitziana fue una verdadera
revolución ya que se adaptó a los muy deficitarios caminos misioneros y pronto fue
utilizado por miembros de los demás grupos provinciales. Muy pronto se difundió al
Alto Paraná donde lo introdujo Jorge Barthe. Ya nos detendremos a evaluar este medio
de transporte fundamental en la colonización.

Hacia 1914, sólo unos años después del comienzo de los cultivos, la yerba
cultivada ya ingresaba al circuito general de elaboración de yerba mientras crecía
paralelamente la instalación de fases industriales locales surgidas de las mismas
entrañas de la colonización pues las grandes empresas producían para los molinos
externos.

Entre la yerba “extraída”, o sea la mayor parte de la yerba importada, y la


yerba cultivada de Misiones comenzó a exteriorizarse una competencia basada en la
mayor pureza de ésta última. Las campañas publicitarias apuntaron a desalentar a los
consumidores de marcas que contuvieran yerba extranjera, destacando la impureza de
éstas ya que por ser de origen silvestre contenían un elevado número de especies
diferentes como producto de una cosecha mal realizada.

Como la producción misionera aumentó prodigiosamente y la importación y el


contrabando no eran controlados de ninguna manera, se desembocó en la primera crisis
yerbatera por superabundancia del producto, lo que afectó a miles de colonos y sus
familias quienes debieron emprender acciones tendentes a normalizar la situación.
El cultivo de la yerba se inició como queda dicho en las colonias más antiguas
a orillas del río Paraná. Allí existía una colonización ya afincada, en su mayoría de
origen brasileño o germano brasileño, adaptada a las condiciones ecológicas y dotada de
una experiencia agrícola importante. Estas colonias que en su mayor parte se habían
nutrido con una colonización espontánea poseían predios de dimensiones adecuadas y
una red de comunicaciones con Posadas facilitadas por la navegación. Por otra parte se
trataba de colonos dedicados a una producción diversificada que satisfacía su
sustentación y, por lo tanto les permitía dedicarse a la implantación de especies nuevas
aguardando lo suficiente como para comenzar a explotarlas. Más tarde, las exigencias
del mercado llevaron a los productores a un monocultivo extremo que derivó en la
necesidad de importar hasta los más elementales frutos de la tierra.

Para poder comenzar con una explotación de yerba cultivada era necesario
contar con un capital, tierras aptas, y asesoramiento técnico. Eso posibilitó que entre los
colonos se dieran desde el comienzo ciertas situaciones de “despegue” desigual, por
regiones, tipos de colonias o dentro de una misma comunidad.

Las explotaciones pequeñas se localizaron en todas aquellas zonas de


colonización oficial -nacional o provincial- que habían sido subdivididas en pequeños
lotes de unas 25 hectáreas de promedio. Estas colonias eran Bonpland, San Javier, San
José, Apóstoles, Azara, Corpus, y Yerbal Viejo. Las explotaciones grandes
predominaron en las cercanías de Posadas, Candelaria, San Ignacio, Corpus y Cerro
Corá. En todas partes, de una agricultura de subsistencia se pasa a la integración al
mercado con la consiguiente asimilación estructural tal como demostró Bartolomé en
relación con la colonización de Apóstoles. (20)

Finalizando con esta digresión que hemos efectuado para destacar la


importancia del paso de la yerba silvestre a la cultivada, digamos que como la mayoría
de los productores tenían explotaciones familiares, la incorporación de peones del sector
extractivo al agricultor fue lenta y se aceleró a medida que los colonos comenzaron a
percibir las primeras ganancias del mercado yerbatero. Lentamente se produjo un
desplazamiento desde las actividades extractivas a las agrícolas hasta que aquel frente,
relegado a la explotación maderera careció por completo de importancia en la actividad
yerbatera hacia 1930.

Si la llegada de los galitzianos constituyó el punto de partida de la colonización


masiva extranjera en Misiones en el ámbito de las colonias oficiales, su desarrollo
económico y demográfico posterior implicó una colonización derivada, que nosotros
denominaremos secundaria y que se extendió hacia la sierra central en forma paulatina,
utilizando como vías de penetración las picadas yerbateras abiertas por el frente
extractivo. Pero en ese segundo momento ya los eslavos no estuvieron solos, antes bien
siguieron a la zaga de los pioneros suecos, suizos y alemanes o junto a ellos. Esta
colonización secundaria a la que dedicaremos un capítulo, no debe confundirse con la
colonización que en este mismo trabajo hemos denominado colonización moderna. La
colonización moderna incluye aquellas colonias privadas espontáneas u oficiales
realizadas a partir de la posguerra o que están en vías de realización en la actualidad y
que se hallan aún en la etapa de expansión y consolidación.

Pasaremos ahora a considerar los aspectos generales y algunos casos


particulares de la colonización privada.
Notas

(1) Datos del censo de 1902 citados por Leopoldo Bartolomé, Colonias y colonizadores
en Misiones, pág. 18.

(2) Fuente: Fernández Ramos citado por Leopoldo Bartolomé, op.cit., pág. 10 y 11.

(3) Federico Vogt, La colonización polaca en Misiones, 1897-1911, pág. 25.

(4) Ver Leopoldo Bartolomé, Apóstoles: origen, evolución y crisis de la colonización


agrícola europea en el SE de Misiones. Una perspectiva socioantropológica, (1974)
y Colonias y colonizadores (1982).

(5) Gobernador J.J. Lanusse citado en Crónica de los gobernadores de Misiones, pág.
76.

(6) Gobernador J.J. Lanusse citado por Allasia, Apóstoles. Su historia, pág. 51.

(7) Francisco Svaiter Martínez, Problemas sociales y económicos de Misiones, pág. 197
y 198.

(8) Recopilación de periódicos de Misiones y de Buenos Aires de fines del siglo pasado.
Imprenta “Misiones”, 1899, pág. 84.

(9) Ibídem, pág. 85.

(10) Ibídem, pág. 86.

(11) Ibídem, pág. 87.

(12) Ibídem, pág. 90.

(13) Leopoldo Bartolomé, op.cit. (1982), pág. 16.

(14) Fuente: Leopoldo Bartolomé, op.cit. (1974), pág. 41.

(15) Ver Leopoldo Bartolomé “Sistemas y estrategias adaptativas en la articulación


nacional y regional de las colonias agrícolas étnicas: el caso de Apóstoles”, en
Hermitte y Bartolomé, comp., Procesos de articulación social.

(16) Jersey Staliszewski, Polish Frontier Settelmente in Misiones, Argentina:


Formation of the Slavic Cultural Landscape.

(17) Ibídem.
(18) “Vladimiro” reside actualmente en la ciudad de Posadas donde posee un
comercio importante. Pertenece al grupo de extranjeros residentes en la capital que
alcanzaron una muy buena inserción social.

(19) Ver Leopoldo Bartolomé, op.cit. (1974).

(20) Ibídem.

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