Autoestima 1
Autoestima 1
Autoestima 1
LA AUTOESTIMA
La autoestima es un conjunto vinculado de
sentimientos, pensamientos, percepciones, evaluaciones, y
tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros
mismos, hacia nuestra forma de ser y de tolerarnos, y hacia los
atributos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En
síntesis, es la percepción evaluativa de
uno mismo.
CONCEPTO DE AUTOESTIMA
Para entender el significado de este concepto nos
ayudará fijarnos en su etimología. La palabra
autoestima se puede dividir en dos términos; en primer
lugar el prefijo Auto, de origen griego y que significa
por sí mismo; y en segundo lugar la palabra
Aestima, que procede del latín, del verbo aestimare
y que se traduce por evaluar, valorar o tasar. Así pues,
podríamos entender la autoestima como la valoración
que realizamos de nosotros mismos.
ELEMENTOS DEL AUTOESTIMA
El autoconcepto. Es la imagen que tiene cada
persona de sí misma, así como la capacidad de
autoreconocerse. Cabe enfatizar que el autoconcepto no es lo
mismo que autoestima. El autoconcepto incluye valoraciones
de todos los parámetros que son relevantes para la
persona: desde la apariencia física hasta las habilidades
para su desempeño sexual, pasando por nuestras capacidades
sociales, intelectuales etc.
IV, I Autoconocimiento
Nuestros deseos
Nuestros impulsos
Nuestros sueños
Nuestras pasiones
Nuestros miedos
Nuestras emociones
Nuestros sentimientos
Nuestros pensamientos
IV.II Autoaceptación
IV.III El autorespeto
Nuestras necesidades
psicológicas
GRADOS DE AUTOESTIMA
V.I Autoestima Alta
VI.I. El yo según la
psicología analítica
Desde la psicología
analítica de Carl Gustav Jung debe
entenderse por «yo» el factor complejo al que se
refieren todos los contenidos de la consciencia. Constituye en
cierto modo el centro del campo de la consciencia y, en la medida
en que este campo comprende la personalidad empírica, el
yo es el sujeto de todos los actos conscientes. La
relación de un contenido psíquico con el yo
representa el criterio de la consciencia, pues no sería
consciente ningún contenido que no se hiciera presente al
sujeto.
VI.III.
La introspección
La introspección o inspección
interna es el conocimiento que el sujeto tiene de sus
propios estados mentales. Asimismo es la condición previa
para conseguir la interrupción del automatismo, de
la indignación y hacer una
nueva valoración.
La introspección o percepción interna
tiene como fundamento la capacidad reflexiva que
la mente posee de referirse o ser consciente de forma
inmediata de sus propios estados. Cuando esta capacidad reflexiva
se ejerce en la forma del recuerdo sobre los estados
mentales pasados, tenemos la llamada "introspección
retrospectiva"; pero la introspección puede ser un
conocimiento de las vivencias pasadas y también
de las presentes, de las que se dan conjuntamente y en el
presente del propio acto introspectivo.
El mentalismo clásico tanto el de
la filosofía moderna como el científico-
ha utilizado la introspección como el método
más adecuado para acceder al mundo psíquico.
El psicoanálisis es la forma
de introspección retrospectiva y
la psicología experimental de Wundt la
introspección de las vivencias actuales.
VI.VI. La autovaloración
El prejuicio. Aunque la
depresión puede tener diversas causas, una de ellas tiene
como base un mecanismo muy similar al del prejuicio contra otras
personas, con la diferencia de que, en este caso, sería un
prejuicio vuelto hacia uno mismo. Cuando alguien tiene
algún tipo de prejuicio hacia los demás,
pensará cosas como: "odio a este grupo de personas, odio
su modo de ser, su modo de vestir, detesto como hablan" En
algunas personas deprimidas, el modo de pensar es muy parecido,
aunque dirigido hacia ellos mismos: "Me odio a mí mismo,
odio mi modo de hablar, mi modo de ser, detesto la clase de
persona que soy". Conocer la causa de la depresión es
fundamental para poder tratarla, pues dichas causas pueden ser
muy variadas. El prejuicio o desprecio hacia uno mismo es una de
ellas. Se trata de pensamientos hacia uno mismo muy arraigados en
la mente, que posiblemente se originaron en la infancia como
consecuencia de experiencias negativas, o el rechazo o desprecio
de los demás. Estas personas pueden pertenecer a
minorías rechazadas, de manera que, tras ser
víctimas del prejuicio de los demás, lo han acabado
interiorizando y odiándose a sí mismos.