Bosquejo Onesiforo

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BOSQUEJO

ONESÍFORO, EL MINISTERIO DEL ÁNIMO

“Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no


se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me
halló. Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto más
nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes mejor”
 2 Timoteo 1:16-18

         Apenas conocemos nada sobre Onesíforo, sólo lo que nos dice este pasaje. Sin embargo,
nos quedamos con las ganas de conocer más sobre este hombre que removió cielo y tierra para
llegar a ver a Pablo en prisión y llevarle una palabra de aliento.
         Cuando Pablo escribe la segunda carta a Timoteo está encarcelado en una prisión de Roma.
La misma carta cuenta cómo sus amigos y compañeros le habían abandonado cuando cayó
preso  por causa del Evangelio. El versículo 15 habla específicamente de Figelo y Hermógenes,
pero Pablo hace mención de “todos los que está en Asia”, por lo que sabemos que fueron más de
esos dos quienes abandonaron al apóstol a su suerte y se regresaron a Asia tras el
encarcelamiento de Pablo.
         No fue el caso de Onesíforo; en el versículo 18 Pablo dice que éste (y según el v. 17
también su familia) fue de gran ayuda en Éfeso, lugar del que era originario o al menos, en el que
vivía. No sabemos exactamente por qué fue a Roma,, quizás era un comerciante y cuando llegó a
la capital del Imperio a vender sus productos fue a ver a Pablo. Muy personalmente tiendo a
creer que Onesíforo fue a Roma exclusivamente a saber de Pablo, a averiguar cuál había sido su
destino y a darle, una vez más, su apoyo, ayuda y aliento.
         Sea como fuere, al estar en Roma tuvo que “buscar solícitamente” a Pablo de calabozo en
calabozo hasta que lo halló. Y no le hizo una visita y se fue, sino que confortó a Pablo “muchas
veces”. Al decir que no se avergonzó de sus cadenas podemos leer entre líneas y decir que
Onesíforo se enfrentó probablemente a burla, escarnio e incluso peligros por querer estar cerca
de Pablo. Eso es un amigo ¿verdad?
         Nosotros, generalmente, nos tomamos muy a la ligera eso de animar a otros. Hacemos un
par de visitas, un par de llamadas, oramos unos días por una u otra persona...
          Y sin embargo Dios pone a nuestro alcance un lindo ministerio que pocas veces se tiene en
cuenta, el ministerio de animar a otros, de apoyar al hermano, de dar aliento en el momento
preciso, de orar constantemente por otra persona y de tener, en definitiva, una preocupación
genuina, verdadera, por lo que le pasa al otro.         Ocupar tiempo en animar a otras personas es
poner en práctica el mandamiento divino de amarnos los unos a los otros. Cuando dedico mi
tiempo a buscar cuál es la necesidad de la persona que tengo al lado e intento suplirla, me acerco
en gran medida al corazón de Dios y a lo que Él desea para sus hijos.

¿Cómo puedo animar a otros?

 Con mis palabras -

Proverbios 12:25 “La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra”

         Pocas cosas hay mejor que una palabra a tiempo. Todos los días tenemos la oportunidad de
hablar con un hermano, de animarlo, de alentarlo con nuestras palabras, de compartir un
versículo; podemos contarle una bendición o una prueba, las personas pasamos por las mismas
cosas. Podemos hacer una llamada telefónica, mandar un mensaje, escribir una nota, acercarnos a
alguien nuevo en la iglesia.
         La Biblia dice que la buena palabra alegra el corazón del hombre, ¿y qué mejor palabra que
la Palabra de Dios? Compartámosla con otros.
         Que de nuestra boca salga bendición, no maldición. Si vemos la falla en el hermano
hablemos con amor, sin reproche. Aprovechemos esa situación para animarlo y ayudarlo.
        
         Priscila - Hechos 18:24-26
          Eso era lo que hacía Priscila junto a su marido Aquila. Hechos 18 nos cuenta cómo los dos
tomaron en privado a Apolos para “exponerle más exactamente el camino de Dios” es decir, para
corregir ciertas cosas que Apolos decía. Y tal y como lo dice la Escritura no creo que usaran el
reproche o que ridiculizaran a Apolos porque sabía menos que ellos. No, seguro que lo hicieron
con amor.
         Ella animaba a otros con sus palabras, palabras sabias, adecuadas, atinadas y llenas de
amor. Después de las conversaciones en privado con Apolos la Escritura nos muestra cómo el
Señor le utilizó grandemente y por medio de él muchos se convirtieron y conocieron el
Evangelio de la Salvación. Eso fue posible gracias a unas palabras dichas en el momento
adecuado y de la forma adecuada.

 Con mi presencia -
Hechos 15:36 “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los
hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor para ver cómo
están”

          Pablo sabía lo importante que era su presencia al lado de esos nuevos creyentes. Cuando
las palabras se nos agotan o cuando hay situaciones en las que no sabemos qué decir nuestra
presencia puede animar al hermano. A veces un abrazo, una sonrisa, tomar a alguien de la mano
ayudan más que un discurso.
         Hay personas que no pueden ir a la iglesia porque están enfermas, porque son ancianas,
porque viven en un entorno inconverso... Hagamos que la iglesia llegue a esas personas.
Vayamos a verlas, compartamos el sermón del domingo, el estudio que dio tal o cual hermano.
         Debemos sacar tiempo para visitar a nuestros hermanos. Que nuestra presencia sea
constante en el hogar de nuestros hermanos. Y que podamos abrir nuestro hogar, por humilde
que sea, a la visita de otros.

         Dorcas - Hechos 9:36-41


         Casi puedo ver a Dorcas en mi mente, en un día soleado y cálido de verano en su casa en
Jope, cerca de Jerusalén. La veo con la puerta de su casa abierta para que entre la brisa del mar y
siento que se mezclan los olores del azahar de los naranjos y del jazmín. La veo cosiendo, pero
no está sola. Estoy segura de que Dorcas era una mujer que abría su casa a la visita de otras y que
ministraba mientras cosía. Imagino cómo iba de casa en casa entregando sus vestidos, sus túnicas
y hablando con la gente. Era una mujer que atendía a las viudas, que son las que, llorando, avisan
a Pedro para que vaya de Lida a Jope; se ocupaba de los más necesitados dando limosna y, como
dice la Biblia, “abundaba en buenas obras”. Abundar en buenas obras no puede hacerse desde
casa. Hay que salir, visitar, estar pendiente. Estoy segura de que era lo que hacía Dorcas, por eso
su muerte dejaba un vacío tan grande en esas mujeres que suplicaron a Pedro para que éste
hiciera algo. Su presencia era fundamental en la vida de muchas personas.

 Con mis plegarias -

Romanos 15:30 “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios”
         Pablo ruega a sus hermanos que lo ayuden orando por él. A veces es lo único que podemos
hacer por otros ¡Pero qué importante es que oremos unos por otros!
         Ayudemos a nuestros hermanos rogando a nuestro Señor por ellos, intercediendo por ellos,
por sus necesidades. Oremos para que Dios nos permita suplir esas necesidades. Sabemos que no
es suficiente con decirle al hermano “voy a orar por ti”, debemos buscar la forma de suplir las
necesidades de otros y es responsabilidad nuestra orar para poder hacerlo.

         Ana la profetisa - Lucas 2:36-38


         Ana llevaba viuda 84 años. Y gran parte de ese tiempo lo dedicó a orar. La Biblia dice que
no se apartaba del templo de noche ni de día. Su servicio, es decir, su ministerio era la oración.
Vemos una vida de fidelidad en la oración. Ana ayunaba y oraba, se presentaba a Dios dándole
gracias a la misma hora todos los días ¡Durante 84 años! A veces nosotras tomamos muy a la
ligera eso de orar por otros.   E incluso decimos “voy a orar por ti” o “estoy orando por ti” y no
lo hacemos o lo hacemos durante un tiempo hasta que nos olvidamos o ya no nos impacta tanto
la necesidad del hermano por el que estábamos orando o aparece otra persona con otra necesidad
que nos impacta más.
         Orar por otro es una gran responsabilidad que no puede tomarse a la ligera y tirne doble
beneficio. El primero es que hay alguien intercediendo al Señor por tu vida y el otro es el ánimo
que te da saber que alguien está orando por ti fielmente.

         ¡Ojalá más personas tomaran el compromiso de ministrar a la manera de Onesíforo! Qué


bendición para una iglesia tener a unos cuantos Onesíforos que se preocupen por sus hermanos y
estén siempre dispuestos a dar una palabra de ánimo, de tender una mano amiga que nos ayude a
seguir adelante.
Les desafío a que animen a otros por medio de sus Palabras, por medio de su Presencia y por
medio de sus Plegarias. Marquen la diferencia. Oremos por una iglesia de Onesíforos cuya meta
sea seguir con el hermoso mandato que Dios nos deja en Romanos 12:15:

Romanos 12:15 “Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran”

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Introducción:

A. Peter Drucker, el famoso “gurú de liderazgo” dijo una vez que los cuatro trabajos
más difíciles en el mundo son: Ser Presidente de Estados Unidos, ser presidente
una universidad, ser director ejecutivo de un hospital y ser un pastor.
B. Escuche algunos resultado del siguiente estudio hecho en E.E.U.U sobre la labor
del pastor: El 85% de los pastores entrevistados dijo que su mayor problema es
que están cansados de tratar con personas problemáticas y / o infelices, El 40%
dijo que ha pensado dejar el pastorado en los últimos tres meses. El 70% no tienen
a alguien que ellos consideran un amigo cercano; 4,000 nuevas iglesias abren todo
el año y 7.000 iglesias cierran.

El 50% de los pastores se sienten tan desalentados que quisieran dejar el


ministerio, si pudieran pero no tienen otra forma de ganarse la vida, Más de 1.700
pastores dejaron el ministerio los meses anteriores a la encuesta (EE.UU.).
C. Esto me lleva a una afirmación, quienes lideramos necesitamos de ustedes para
ser ministrados. Usted se pregunta y como puedo hacer eso. Hoy en Onesiforo y su
familia hallaremos un ejemplo de cómo hacer eso, su ejemplo nos deja tres
maneras de ser una bendición para quienes nos lideran.

I. CONFORTANDO (Ver 16).


A. La casa de Onesiforo había confortado al apóstol Pablo cuando este había estado
preso. Confortar del griego anapsuco literalmente quiere decir enfriar,  la familia de
Onesiforo había enfriado al apóstol en medio de su caluroso ministerio.
B. Pensemos un momento en la figura que usa esta palabra: un vaso de agua fría,
una compresa en la frente o en la nuca, la sombra de un árbol, el aire
acondicionado, un ventilador en medio del arduo calor. Pensar en estas cosas nos
ayuda a entender lo que hizo la casa de Onesiforo con Pablo.
C. El ministerio es una fuerte batalla, quema, arde y que bendición son aquellas
personas que en medio de ese fragor ofrece una palabra, una oración. Motivos de
oración: pastor y su familia, la sabiduría y el pastor, el pastor y su ministerio, el
pastor y su salud, el pastor y economia, el pastor y su santidad.

II. BUSCANDO (Ver 17).


A. Según 4:19 Onesiforo vivía en Éfeso o cerca, lo sabemos porque en ese texto
Pablo le envía saludos con Timoteo y Timoteo estaba en Éfeso. En algún viaje que
Onesiforo hizo a Roma sabia o se enteró que el apóstol Pablo se encontraba allí
encarcelado, tomando la iniciativa lo busco y lo hizo con solicitud, es decir, con
afán, con solicitud, con diligencia hasta que lo hallo.
B. Lo que llama la atención sobre lo que hizo este hombre es la iniciativa, al parecer
nadie le dijo, nadie le pidió que hiciera esto, es evidente en el texto que Pablo no se
lo pidió, es evidente que Timoteo, ni nadie se lo pidieron; llama la atención también
el afán con el que lo hizo.
C. ¿Sabe algo sobre quienes están en liderazgo? Aparte de lo ministerial rara vez
piden ayuda en otras áreas y aún más en aquellas que son personales, de allí la
importancia de la iniciativa y de buscar con solicitud. Un ¿Cómo estás? Sincero y
desinteresado, un acto de servicio, un favor que no se nos pida le aseguro será de
gran ayuda.
III. AYUDANDO (Ver 18).
A. Onesiforo no solo había buscado a Pablo en Roma sino también en Éfeso, tal
parece que era su costumbre estar disponible para ayudar y ayudar mucho a su
guía espiritual, en esta ocasión se incluye también como ministrador de Timoteo.
La palabra griega aquí es diakoneo en griego servir. Onesiforo y su casa habían
servido y lo habían hecho abundantemente a Pablo.
B. La ultima manera de ministrar a nuestro guía espiritual es ayudándole en el
ministerio, no le abandone.
Onesiforo aquí se deja como ejemplo en contraposición de Figelo y Hermogenes
quienes habían abandonado al apostol. Existen muchos así pero que usted no lo
sea.

Conclusiones:
A. Una oración especial se hace por esta casa de parte de Pablo el dice: “Que el
Señor le muestre una bondad especial el día que Cristo vuelva”. (NTV). Yo hago la
misma oración por ti hoy.

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