Necesito Un Abrazo
Necesito Un Abrazo
Necesito Un Abrazo
HECHOS 20:7-12
Última visita de Pablo a Troas
7 El domingo[a] nos reunimos todos para comer la Cena del Señor.[b] Pablo tenía pensado irse al día siguiente. Él
tomó la palabra y les habló hasta la media noche. 8 Estábamos todos en el piso de arriba y había muchas lámparas en
el cuarto. 9 Un joven llamado Eutico estaba sentado en una ventana. Pablo hablaba y a Eutico le dio mucho sueño
hasta que se quedó dormido y se cayó por la ventana desde un tercer piso. Cuando fueron a levantarlo, ya estaba
muerto. 10 Pablo bajó a donde estaba Eutico, se arrodilló, lo abrazó y les dijo: —No se preocupen, él está vivo.
11 Pablo subió de nuevo, partió el pan y comió, siguió hablando hasta el amanecer y después se fue. 12 Llevaron vivo a
Eutico a su casa y todos se animaron mucho.
Este texto enseña que el abrazo forma parte de las resurrecciones de la vida. Este joven puede representarte.
Caíste, cometiste un error y emocionalmente moriste. Los abrazos son un buen punto de partida para las sanidades
interiores en nuestra vida, familia y relaciones de parejas. ¿Desde cuando no abrazas a tu hijo/a o a tu cónyuge o a
tus padres? Date la oportunidad, abraza, déjate abrazar, pueden surgir grandes momentos significativos y nuevos
comienzos.
Un abrazo se define como estrechar a otra persona entre nuestros brazos como forma de saludo, dar afecto
protección o consuelo.
El abrazo de Dios quebranta, estremece, toca las fibras más profundas del corazón humano y cuando solo comienza
su efecto es a Dios a quien también quieres eternamente abrazar. Es una dinámica tan sobrenatural que sólo a Dios
quieres amar. Este abrazo de Dios no hay palabras en el mundo para describirlo. No hay manera que el hombre pueda
trasmitir con letras y palabras la descripción de este abrazo divino.
No puedes haber sentido el abrazo de Dios si en algún momento de tu vida no te has sentido totalmente
desamparado, inservible, bloqueado, terriblemente separado, alejado, obstinado, mudo, ciego y casi
irremediablemente muerto. ¿Has estado en rebeldía con Dios alguna vez en tu vida? Como Padre jamás nos rechaza
16 Jesús tomó a los niños en sus brazos y los bendijo, imponiéndoles las manos. Marcos 10
Estudios científicos se han llevado acerca de los efectos terapéuticos de un abrazo; un abrazo produce en nosotros
oxitocina, una hormona intensamente afectiva que no solo calma y satisface a nuestro sistema nervioso central, sino
que además tiene efectos positivos conocidos sobre nuestro sistema muscular, cardiovascular e incluso inmunológico.
- Nos da ánimo; “Pero tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (Salmos
3:3). Sí, Él es nuestro escudo, el que nos llena de Su gloria, y el que levanta nuestra cabeza para que
podamos seguir adelante, aún en los momentos en los que no sabemos cómo seguir adelante.
- Nos protege: Dios te salvará de los peligros escondidos y de las enfermedades peligrosas, 4 pues te
protegerá con sus alas y bajo ellas hallarás refugio.
- Nos sentimos amados: No hay nada más precioso que tu fiel amor. Los seres humanos buscan protección bajo
tus alas. Salmo 36:7
¿Por qué el Padre no puede abrazarme? Hijo pródigo. ¡Porque el hijo estaba lejos de casa! Esa es la razón. Lucas 15
»Mientras el hijo todavía estaba muy lejos de casa, su padre lo vio y tuvo compasión de él. Salió corriendo a su
encuentro y le dio la bienvenida con besos y abrazos. 21 El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra Dios y contra ti. No
merezco llamarme tu hijo”. 22 Pero el padre les dijo a sus siervos: “¡Apresúrense! Vístanlo con la mejor ropa.
También pónganle un anillo y sandalias. 23 Maten el mejor ternero y prepárenlo. ¡Celebremos y comamos! 24 Mi hijo
estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido encontrado”. Y empezaron la fiesta.
¿Sabes cuál es el único requisito para recibir un abrazo del Padre?
Puedes estar cerca de Dios y aún así no recibir un abrazo de Padre de parte de Él. Por esta razón tienes que llenar
un único requisito: Ser “hijo”. Sino eres hijo no puedes recibir el abrazo del padre.