Canon Antes de Jeronimo PDF

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INDICE

Unidad 1: El Canon del Antiguo Testamento: Desde Jesús y sus apóstoles

hasta San Jerónimo. (Páginas 7 a 39)

01. Canon del A.T entre católicos y protestantes. 7

02.Jesús de Nazaret (siglo I) 9

03.Pablo de Tarso (5 o 10- 58 o 67) 11

04.Josefo Flavio (37-100) 14

05.Melitón de Sardes (¿-180) 15

06.Orígenes de Alejandría (184-253) 17

07.Teófilo de Antioquia (120-180) 20

08.Julio Africano (160-240)

09.Victorino de Petovio (250-303)

22

23

10.Eusebio de Cesarea (265-339) 23

11.Atanasio de Alejandría (295-373) 25

12.Hilario de Poitiers (300-368) 28

13.Apolinario de Laodicea (310-390) 29

14.Epifanio de Salamina (310-403) 30

15.Cirilo de Jerusalén (315-386) 32

16.Basilio el grande (329-379) 34

17.Gregorio Nacianceno (329-389) (30) 35

18. Agustín de Hipona (354-430) 37

Unidad 2: El canon del Antiguo Testamento: Desde San Jerónimo hasta la

reforma. (Paginas 40 al 70)

01.San Jerónimo (347-420) 40

02.Rufino de Alquilea (345-411) 43

03.Juan Damasceno (676-749) 44

04.Cardenal Tomas Cayetano (1469-1534) 45

05.Glosa Ordinaria (Siglo XII) 45

06.Anastasio de Antioquía (Siglo V) 48


07.Cesáreo de Arles (470-542) 48

08.Primasio de Hadrumetum (¿-560) 49

09.Papa Gregorio el Grande (obispo desde 590-604) 49

10.Apringio de Beja (¿-540) 50

11.Beda el venerable (672-735) 50

12.Nicéforo I de Constantinopla (758-828) (44) 50

13.Agobardo de Lyon (779-840) 51

14.Alcuino de York (735-804) 51

15.Walafrido Strabo (808-849) 51

16.Haymo de Halberstadt (¿-853) 52

17.Ambrosio de Autpert (730-784) 52

18.Hugo de San Víctor (1096-1141) 53

19.Ricardo de San Víctor (1110-1173) 54

20.Juan Zonaras (1074-1130) 54

21.Teodoro IV de Antioquia (1140-1199 55

22.Juan de Salisbury (1120-1180) 55

23.Pierre de Celle (1115-1183) 56

24.Ruperto de Deutz (1075-1129) 56

25.Honorio de Autum (1080-1154) 57

26.Pedro Comestor (1100-1178) 57

27.Pedro el venerable (1092-1156) 59

28.Adam Scott (1140-1212) 59

29.Los valdenses (Siglo XII) 60

30.Hugo de San Cher (Hugo Cardinalis) (1200-1263) 61

31.Felipe de Harveng (1100-1183) 62

32.Nicolás de Lyra (1270-1340) 63

33.Guillermo de Ockham (1285-1347) 65

34.Jhon Wyclif (1330-1384) 65

35.Antonino de Florencia (1389-1459) 66

36.Alonso Fernando de Madrigal (1410-1455) 66


37.Dionisio Cartujano (1402-1471) 67

38.Thomas Netter de Walden (1375-1430) 68

39.Jean Driedo de Lovaina (¿-1537) 69

40.Johann Wild (1497-1554) 69

41.Jacobus Faber Stapulensis (1455-1536) 70

Unidad 3: Temas de consideración (paginas 65-121)

01. Preferencia por el canon hebreo desde antes y después de Jerónimo. 71

02. ¿Jesús y sus apóstolos citaron los libros apócrifos? 72

03.Versiones de la biblia antes y en la reforma que rechazaba los libros apócrifos 75

04.La falsedad del concilio de Jamnia 79

05. La falsedad del canon de Alejandría. 81

06. Rollos del mar muerto. 85

07. Los Esenios. 85

08. Periodo intertestamentario. 86

09. Concilios locales y ecuménicos. 88

10. Canon bíblico de los concilios Hipona, Cartago y Trento y el libro de Esdras. 93

11. Sigue la oposición. 107

12.Canon bíblico de las biblias ortodoxas 116

13.Teólogos latinos que aceptaron los apócrifos 120

Conclusión página 122

Prologo

Los apócrifos y el canon del Antiguo Testamento.

El primer concilio oficial de la iglesia católica romana que ratifico estos libros fue el de

Trento en 1546, la aceptación de estos libros en ese momento fue conveniente porque se

estaban utilizando citas de ellos para contrarrestar a Lutero. Por ejemplo, el segundo libro

de los Macabeos habla de oraciones hechas por los muertos (2 Mac. 12:45-46) y otro libro

enseña la salvación por obras (Tobías 12:19). (Erwin Lutzer, Doctrinas que dividen pag.

160. Portavoz)

La evidencia de que Agustín acepto los apócrifos es ambigua en el mejor de los casos.

Por un lado, omite Baruc e incluye Esdras I, aceptando uno y rechazando el otro en
oposición directa al concilio de Trento. Incluso la iglesia católica romana había establecido

una distinción entre los apócrifos y otros libros de la Biblia antes de la Reforma. (Lutzer.,

Ibid. 159.)

Por ejemplo, el cardenal Cayetano, quien se opuso a Lutero en Augsburgo, publico en

1518 un comentario sobre todos los libros históricos auténticos del Antiguo Testamento.

No obstante, en su comentario no estaban incluidos los apócrifos. (Lutzer., Ibid. 159.). El

término "apócrifa" fue empleado primeramente por Jerónimo (347-419) como un título

colectivo para todos aquellos escritos que formaban parte de la Septuaginta y también de

la Vulgata del propio Jerónimo pero que no eran parte del canon hebreo. Jerónimo

pensaba que estos libros, aunque tenían valor para la edificación de los creyentes y su

devoción, no eran parte del canon en sentido estricto, y por lo tanto no deberían utilizarse,

como el resto de la Escritura, para determinar doctrina. (Justo L. González, Diccionario

Manual Teológico pag. 35 CLIE)

El término “apócrifos” hacia estos libros, no se origina en como lo definieran los

“protestantes”, como equivocadamente dicen los apologistas católico romanos, sino en la

definición precisamente de Jerónimo, y si nos vamos más atrás en Atanasio, Orígenes y

Cirilo de Jerusalén.

Algunos apologistas católico romanos sugieren que Jerónimo cambio de opinión sobre los

apócrifos, pero no hay evidencia para apoyar esto, no hay registro de que alguna vez se

retractó de sus declaraciones iníciales sobre los apócrifos, en su obra "Contra Rufino"

escrita en el 401-402 reitera su posición anterior contra los apócrifos, y sus comentarios

son posteriores a los concilios de África del Norte. (5)

El erudito evangélico el Dr. Fernando Saravi nos dice:"No hay la menor indicación de que

Jerónimo se hubiese dado por enterado de las decisiones de los sínodos africanos. Varios

años más tarde, en 403, escribió una larga carta a Laeta, quien le había consultado sobre

la crianza de su hija Paula. Jerónimo da una serie de consejos; entre ellos, que la instruya

en las Escrituras, sugiriendo el orden en que ha de leerlas. Luego agrega:

"Que [Paula] evite todos los escritos apócrifos, y si ella es llevada a leerlos no por la

verdad de la doctrinas que contienen sino por respeto a los milagros contenidos en ellos,

que ella entienda que no son escritos por aquellos a quienes son adjudicados, que
muchos elementos defectuosos se han introducido en ellos, y que requiere una discreción

infinita buscar el oro en medio de la suciedad.". (Carta 107)

Sobre la definición de "Apócrifos" de esos libros que no están en el canon hebreo el Dr.

Samuel Pagan, erudito bíblico y profesor de Biblia y Literatura hebrea en Jerusalén

comenta lo siguiente:

"Apócrifos es el termino con que se conoce a un grupo de libros que se incluyen en la

versión griega de la Biblia, pero que no aparecen en el canon hebreo de las Escrituras...El

empleo protestante o evangélico del término, sin embargo, solo denota que estos libros no

son canónicos, significado que se remonta a la comprensión que tuvo Jerónimo...El

término "deuterocanonicos" le brinda a estas obras cierto reconocimiento religioso y

autoridad canónica. Las denominaciones protestantes y evangélicas, sin embargo no

reconocen la autoridad doctrinal, teológica y espiritual de estas obras, aunque pueden

entender su utilidad histórica". (Samuel Pagan,La Introducción a la Biblia Hebrea pags.

591-592 CLIE)

Mi hermano Charles Fuentes ha escrito un excelente libro para los evangélicos de habla

hispana, muy importante y que hacía falta, la confrontación y refutación directa de los

argumentos y alegatos de los apologistas católico romanos de América Latina sobre el

Canon del Antiguo Testamento, también refuta a aquellos apologistas católico romanos de

EE.UU que promueven argumentos que más tarde son adoptados por apologistas católico

romanos latinos, hay muchos libros en español que nos hablan sobre el Canon del

Antiguo Testamento y como se formó, sin embargo, aunque refutan ciertos argumentos

católico romanos de pasada, son tratamientos generales sobre el tema, aquí tenemos una

exposición y refutación directa y específica, punto por punto de lo que enseñan los

apologistas católico romanos con respecto al canon del AT y el por qué sus argumentos

son engañosos y descontextualizados. Este libro de mi hermano Charles Fuentes sobre el

Canon del AT y publicado en español está muy documentado, y es de mucha ayuda,

instrucción, veracidad y precisión bíblica e histórica sobre el tema, este libro es tan

amplio, e importante,que es comparable en su calidad como lo sería en el idioma inglés

el libro de William Webster “The Old Testament Canon and theApocrypha”. Charles

Fuentes documenta profundamente y nos muestra con fuentes bíblicas, históricas,

evangélicas, católicas y ortodoxas, ¿cuál es el verdadero canon del AT?, incluyendo


también lo que dicen los llamados “Padres de la Iglesia” “padres apostólicos” “apologistas

griegos”, “concilios”, “versiones de la Biblia” y más. Desmantela también el popular, pero

erróneo “Concilio de Jamnia”. Aquellos evangélicos, católicos, ortodoxos y “buscadores de

la verdad” que quieran conocer de primera mano y de la manera bíblica, patrística,

histórica, correcta y detallada, ¿cuál es el canon correcto del AT? deben leer este libro,

sus argumentos no son para nada someros, partidistas, ni falsos. Contrario a aquellos

libros y artículos católico romanos que reescriben la historia y hacen una distorsión de las

fuentes bíblicas, históricas y patrísticas. Una mina de información correcta este libro sobre

el canon del AT por parte de mi estimado hermano y amigo Charles Fuentes, lo

recomiendo ampliamente, así como su labor en general de apologista.

Dios los bendiga

Edgar Treviño

Apologista cristiano evangélico.

Creador del os grupos de Facebook “Los Errores de la Apologética Católica Romana” y

“Refutación de sectas, falsas religiones y liberalismo teológico”.

México, Mayo de 2019.

Notas:

El prominente erudito bíblico de Cambridge y critico textual BrookeFossWestcott nos dice

sobre Agustín y los apócrifos lo siguiente: “La autoridad en si se admitía que variaba en

grados indefinidos. En conformidad con la libertad así concedida, Agustín mismo admitía

una distinción entre el canon hebreo y los apócrifos. En un lugar incluso limita el término

“canónico” en su sentido estricto a los libros que eran aceptados por los judíos

(De.Civ.Dei, XVIII, 36). Los judíos, decía con frecuencia, son nuestros bibliotecarios,

nuestros testigos. Admitía que con justicia pudieran hacerse objeciones a pasajes de la

Sabiduría y Eclesiástico citados en apoyo de la doctrina ya que estos libros no eran de

autoridad indiscutible, por más que la costumbre inveterada les hubiera dotado de

derecho al respeto. Cuando los donatistas presentaron un pasaje de 2 Macabeos en

defensa del suicidio, Agustín desecho la prueba alegada, mostrando que el libro no era

aceptado por el canon hebreo del cual Cristo había dado testimonio, por más que hubiera

sido aceptado por la iglesia no sin provecho, con tal que fuera leído y escuchado de modo
juicioso”. (BrookeFossWestcott, El Canon de la Sagrada Escritura pags. 176-177 CLIE)

Dedicatoria:

A mi amigo desde Choloma a Tegucigalpa (Honduras) Javier Silva.

A mi amigo de México, Edgar Treviño que me ayudó con el prologo y la revisión.

A mi padre Carlos Alexis Fuentes que me brindó su apoyo en mi proyecto.

Unidad 1: El Canon del Antiguo Testamento: Desde

Jesús y sus apóstoles hasta San Jerónimo.

Bendiciones amigos, me he animado a escribir esta articulo debido a las disputas que

ocurren día y noche en las redes debido a la mala información que los enviados

apologistas católicos a promulgados en los sumisos indoctos católicos; personas como

Fernando Casanova, Luis Toro o Rafael Díaz han enseñado la gratuita afirmación que “el

canon de Antiguo Testamento fue fijado en los concilios de Hipona y Cartago, y que todo

era color de rosa en un hermoso mundo donde todo el mundo aceptaba “73” libros como

inspirados en la biblia y que de la nada surgió el hijo de la serpiente llamado “Martin

Lutero” y rechazó esos libros como inspirados por Dios y más tarde las sociedades

bíblicas unidas sacaron esos libros de la biblia debido a los errores de Martin Lutero” Mas

lejos de la realidad imposible, un indocto que solo pasa viendo videos de Luis Toro se

cree semejante cuento, y son tan barbaros que incluso llegan a decir que Martin Lutero

rechazó esos libros porque contradecían muchas de sus doctrinas como el purgatorio o la

intercesión de las almas de los difuntos. Al fin, de una mentira sacan mas mentiras; y

todos creyéndose que; todo ese rechazo a los libros apócrifos es idea de Martin Lutero,

uf; hoy vamos a demostrar que todo esto es una vil calumnia de los “apologistas”

católicos, daremos un paseo por lo largo de la historia y vamos a demostrar que el

rechazo de esos libros apócrifos añadidos al Antiguo Testamento es de varios siglos

antes de Martin Lutero, comencemos.

En este espacio abordaremos un periodo de tiempo, desde el siglo I al siglo IV;

pasaremos por los padres de la iglesia y el testimonio histórico, primero abordaremos a

citar el canon del Antiguo Testamento que cada uno promulga.

01.Canon del A.T entre católicos y protestantes.

El canon del Antiguo Testamento de la iglesia católica romana, es más largo que el canon
bíblico fijado por los hebreos, pues pone en lista, a la par de los libros canónicos, a los

libros apócrifos con los mismos criterios de autoridad; fue por primera vez, donde un

concilio ecuménico de la iglesia católica romana, toma algo referente al canon bíblico.

Este concilio dijo:

“Del antiguo Testamento, cinco de Moisés: es a saber, el Génesis, el Exodo, el Levítico,

los Números, y el Deuteronomio; el de Josué; el de los Jueces; el de Ruth; los cuatro de

los Reyes; dos del Paralipómenon; el primero de Esdras, y el segundo que llaman

Nehemías; el de Tobías; Judith; Esther; Job; el Salterio de David de 150 salmos; los

Proverbios; el Eclesiastés; el Cántico de los cánticos; el de la Sabiduría; el Eclesiástico;

Isaías; Jeremías con Baruch; Ezequiel; Daniel; los doce Profetas menores, que son;

Oseas; Joel; Amos; Abdías; Jonás; Micheas; Nahum; Habacuc; Sofonías; Aggeo;

Zacharías, y Malachías, y los dos de los Macabeos, que son primero y segundob(...) Si

alguno, pues, no reconociere por sagrados y canónicos estos libros, enteros, con todas

sus partes, como ha sido costumbre leerlos en la Iglesia católica, y se hallan en la antigua

versión latina llamada Vulgata; y despreciare a sabiendas y con ánimo deliberado las

mencionadas tradiciones, sea excomulgado.” (Concilio de Trento, sección IV, decreto

sobre las sagradas escrituras)

El concilio de Trento, pone en la misma igualdad a todos los libros apócrifos en el mismo

ámbito de autoridad de los libros canónicos, como respuesta a la reforma protestante que

rechazaba la autoridad de confirmación de doctrina, inspiración divina y asuntos

eclesiásticos a los libros apócrifos, los cuales son: 1 y 2 Macabeos, Judith, Tobías, Baruc,

sabiduría, siracide, adiciones a los libros de Daniel y Ester.

Los protestantes solo aceptaron el canon hebreo, fijándolo para la lista del Antiguo

Testamento, en la confesión de fe de Westminster de 1647, se toco referente muchos

temas de las iglesias reformadas, esta confesión ha tomado un puesto y estatus muy

importante en las iglesias protestantes de hoy en día; algunos lo consideran como un

concilio protestante; debido a su gran importancia, es muy merecedor poner sobre la

mesa la lista de libros del Antiguo Testamento promulgado en dicha confesión, se dijo lo

siguiente:

“Antiguo Testamento; 1. Génesis, 2. Éxodo, 3.Levitocos, 4. Números, 5.Deuteronomio, 6.


Josué, 7.Jueces, 8.Rut, 9. I Samuel, 10. II Samuel, 11. I Reyes, 12. II Reyes, 13. I

Crónicas, 14. II Crónicas, 15. Esdras, 16. Nehemías, 17. Ester, 18. Job, 19. Salmos, 20.

Proverbios, 21. Eclesiastés, 22. Cantares, 23. Isaías, 24.Jeremias, 25.Lamentaciones,

26.Ezequiel, 27.Daniel, 28.Oseas, 29.Joel, 30. Amos, 31.Abdias, 32.Jonas, 33. Miqueas,

34.Nahum, 35.Habacuc, 36. Sofonías, 37.Hageo, 38.Zacarias, 39.Malaquias (confesión de

fe de Westminster, 1647; Capitulo I, II)

Como ustedes apreciaron, la lista del Antiguo Testamento de la confesión de Westminster

concuerda exactamente con el canon hebreo, y omite por completo toda obra apócrifa; el

tema sobra la cantidad de libros del canon de Antiguo Testamento ha sido uno de los

temas más discutidos por católicos y evangélicos; escuchamos hasta el hartazgo como

los católicos ya casi escupiendo saliva gritan a los 4 vientos “que Martin Lutero le quito 7

libros a la biblia”; y los peor, es que quienes lo afirman, ni siquiera han estudiado el tema

a profundidad, solo paginas desfasadas de apologeta católica los videos de los supuestos

“enviados de Dios” a defender la doctrina católica que se pintan la imagen de ser expertos

en la materia pero siguen repitiendo los mismos mitos de siempre, quedando en un nivel

más bajo que quienes los escuchan, porque los que escuchan a estos chárlatenos por lo

menos son un pueblo indocto, desinformados e ignorantes que son engañados; pero

estos charlatanes “teólogos” que repiten las mismas mentiras de siempre, lo hacen con

intenciones, para mantener al pueblo católico sumiso y que no puedan quitarse esa

vendas de los ojos para poder ser libres de las garras diabólicas de esa secta.

Por eso, hoy recurriremos a un extenso estudio sobre los libros apócrifos, yo estoy

convencido juntamente con todos los cristianos evangélicos (de seguro usted también)

que los cristianos jamás quitaron 7 libros a la biblia, la iglesia católica le añadió 7 libros al

canon bíblico de 66 libros autoritarios; ¡casi después de 16 siglos! Para llegar a esta

conclusión, lo invito a estar con nosotros en este material donde mostraremos el mayor

arsenal en contra de los libros apócrifos, no solo en vista histórica bíblica, judía, patrística

si no que también, en vista de la baja y alta edad media, en la edad moderna y la posición

ortodoxa en tiempos contemporáneos, pero primero debemos considerar unos puntos

muy importantes.

Durante mucho tiempo, hubo cierta disputas por libros del Antiguo Testamento que
estaban dentro del canon (no fuera); esas disputas fue perdiendo fuerza con el pasar de

los años y padeció por completo hasta finales del siglo IV, sin embargo, siglos anteriores

se disputaron muchos libros; El fundador de Liberty Home Bible Institute en Lynchburg

conocido como Harold L. Willmington nos dice lo siguiente relevante al tema:

“Con el fin de determinar si debían formar parte de la biblia o no, los libros fueron

sometidos a diversas pruebas…al principio se abrigaron ciertas dudas acerca de la

canonicidad de una docena de libros; Ester: porque en él no hace abierta mención de

Dios, proverbios por unas aparentes contradicciones (p.e 26:4-5), el cantar de los

cantares porque parecía cerca del amor humano, Eclesiastés, porque algunos

pensaban que enseñaba el ateísmo (p. e, 9:5), Ezequiel porque parece contradecir la

ley de Moisés” (Harold L. Willmington, compendio manual portavoz, pagina 951)

De modo que el libro de Ester, Proverbios, cantar de los cantares, Eclesiastés y Ezequiel

fueron libros que estaban dentro del canon, pero todavía no se había tomado la decisión

definitiva si debían permanecer o no en el canon, debido a esto, muchos padres de la

iglesia omitieron (en su minoría) al libro de Ester y lo remplazan por otro escrito apócrifo

de preferencia; algunos de hechos, no fue hasta partir del siglo IV donde la exactitud de

listas de Antiguo Testamento concuerdan con el canon hebreo; lo que nadie podrá negar

en su sano juicio, es que aun con estas disputas; los padres de la iglesia sintieron un

profundo apego al canon hebreo; reconocieron la posición de los judíos en cuanto al

Antiguo Testamento; pero ojo, no debemos justificar estas disputas a favor de los libros

apócrifos, pues, si bien es cierto que libros canónicos fueron disputados entre los

hebreos, la verdad, solo era una cierta minoría que padeció en el consenso unánime;

usted no va comparar la disputa que levantaba el libro de Ester con las megas súper

disputas que levantaba los libros apócrifos, obviamente el rechazo a los libros apócrifos

era mayor; a pesar de todo esto, debemos considera algo muy importante; tanto Ester,

Proverbios, cantar de los cantares, Eclesiastés y Ezequiel ya habían entrado a formar

parte del canon; cosa que los libros apócrifos, ni por lo menos, eso habían logrado hacer.

02.Jesús de Nazaret (siglo I)

El testimonio de Jesús en los evangelios es muy importante, pues es la principal figura de

todo el cristianismo; no necesito decir quien fue Jesús o cual fue su legado ya que todos

sabemos de sobra su historia registrada en los evangelios; lo que si nadie puede negar,
es que Jesús tuvo cercanía con la tradición judía de su época; por lo tanto, no sería

extrañar si vemos que tenia apego al canon judío y no al supuesto canon de Alejandría

(tema que voy a discutir más tarde); Jesús reconoció la clasificación de los judíos del

canon hebreo; Jesús siempre usaba frases generales; por ejemplo: la ley de Moisés, los

profetas y los salmos (Lucas 24:44) estos nombre solían emplearse principalmente para el

canon hebreo. Pues el canon hebreo tiene tres clasificaciones; la ley de moisés, los

10

protestas y los salmos (llamado también escritos) Claramente Jesús emplea la misma

clasificación del canon hebreo, los libros apócrifos del supuesto “canon de Alejandría” no

estaban dentro de esta tres clasificaciones, estaba fuera después del último libro de la

biblia hebrea (2 Crónicas), es curioso que Jesús no haya mencionado ninguna tan sola

vez, los libros apócrifos de la septuaginta, mas bien, fue claro en limitar la profecía de

su llegada mesiánica en las tres divisiones del canon hebreo.

Jesús al usar términos como “escritura” (Lucas 4:21, Mateo 4:4, 7:10) se puede entender

que tenía la mente el concepto de que se refería al canon hebreo; con respecto a esto el

erudito FF Bruce nos dice lo siguiente:

“Nuestro Señor y sus apóstoles podrían diferir de los líderes religiosos de Israel sobre el

significado de las Escrituras; no hay ninguna sugerencia de que difieran sobre los límites

de las Escrituras. 'Las escrituras' en cuyo significado diferían no eran una colección

amorfa: cuando hablaban de 'las escrituras' sabían qué escritos tenían en mente y podían

distinguirlos de otros escritos que no estaban incluidos en 'las escrituras” (F.F. Bruce, The

Canon of Scripture (Downers Grove: InterVarsity, 1988), pp. 28-29)

Sin embargo ¿Qué evidencia tenemos que definitivamente Jesús si aceptó el canon

hebreo? La siguiente cita bíblica es clave para la respuesta a esta interrogante:

“Para que la sangre de todos los profetas, derramada desde la fundación del mundo, se le

cargue a esta generación, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que

pereció entre el altar y la casa de Dios; sí, os digo que le será cargada a esta generación”

(Lucas 11: 50-51)

¿Cuál es el secreto que guarda esta cita? Pues, en el canon hebreo, el primer mártir es

Abel (Génesis) y el último mártir es Zacarías (2 Crónicas); para entender mejor este

asunto, quiero que visualice el siguiente cuadro que es la manera de cómo los judíos
tienen clasificado el Antiguo Testamento.

La ley Los profetas Los salmos (Escritos)

Génesis Josué Salmos

Éxodo Jueces Proverbios

Levíticos 1 y 2 Samuel Job

Números 1 y 2 Reyes Cantar de los cantares

Deuteronomio Isaías Rut

Jeremías Lamentaciones

Ezequiel Eclesiastés

Los 12 profetas Ester

Daniel

Esdras-Nehemías

1 y 2 Crónicas

Puede usted notar la importancia de poner este cuadro y la cita bíblica expuesta donde

registra las palabras de Jesús; Jesús se refiere a todos los profetas y justos (Mateo 23:35)

solo toma en consideración los mártires del canon hebreo; pues el primer mártir del canon

hebreo es Abel, y el ultimo mártir del canon hebreo es Zacarías, esta cita tan

11

sorprendente, damos por sentado que Jesús no consideró en su segmentación de

mártires (Abel – Zacarías) a los mártires registrado en los apócrifos.

La enciclopedia ortodoxa nos dice al respecto:

“El asesinato de Zacarías se menciona en el contexto de la maldición dirigida a los

escribas y fariseos: "... que toda la sangre justa caiga sobre ti, derramada sobre la tierra,

desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baracain, a quien

mataste entre el templo y el altar" (Mt 23 .35); "... que la sangre de todos los profetas sea

derramada de esta generación desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel

hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinada entre el altar y el templo" (Lc 11, 50-51).

El asesinato de Abel es el primer asesinato en la Tierra (Gen. 4). Surge la pregunta, ¿por

qué exactamente el asesinato de Zacarías completa esta serie? Cronológicamente,

Zacarías, un contemporáneo del rey Joás , no fue de ninguna manera el último justo, cuyo

asesinato se menciona en el Antiguo Testamento. Aproximadamente 200 años después,


en Jerusalén, por orden del rey Joachim , el Profeta fue asesinado. Urías (Jer 26, 20-23).

Un número de investigadores (ej .:Bruce 1988. P. 31) cree en base a Matt 23. 35 y Lk 11.

50-51 que para el tiempo de Jesús el canon del AT ya estaba completamente

formado y coincidía con el canon masorético, por lo tanto, las palabras de Jesús se

refieren a todos los asesinatos mencionados en la Biblia. El primer libro (Génesis)

al último (2 crónicas)” (Enciclopedia Ortodoxa, A. A. Tkachenko; canon cristianos, el

antiguo testamento en el nuevo testamento)

03.Pablo de Tarso (5 o 10- 58 o 67)

Converso al cristianismo después de su encuentro con Jesucristo en su persecución de

cristianos en su camino a Damasco; se convirtió en uno de los más grandes apóstoles de

la iglesia primitiva, siendo a la vez un misionero y muy influyente, escribió muchas cartas

alentando, instruyendo y exhortando a los cristianos, en su carta a los romanos, reconoció

que Dios le confió su palabra (Antiguo Testamento) a los judíos, el dijo:

“¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en

todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.”

(Romanos 3:1-2)

Los apologistas católicos tienen que hacer malabarismos para escapar de la tan obvia

conclusión, el apóstol Pablo reconoció quienes son los autoritarios sobre el Antiguo

Testamento (Palabra de Dios), si el apóstol Pablo creía que era los cristianos ahora eran

los nuevos depositadores del Antiguo Testamento, ¿porque no dijo que Dios le confió su

palabra a los incircusisos o gentiles? El apologista católico trata de hacer interpretaciones

abusivas de la estructura significativa de una oración para darle otro sentido a la tan obvia

conclusión, ellos dice que el apóstol pablo al decir “les ha sido confiada” hacía referencia

a una acción del tiempo pasado que en el tiempo presente ya no sigue vigente; esto sería

abusar del sentido de la oración, pues esta cita bíblica podemos decir que tiene dos

partes.

12

PARTE 01: “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la

circuncisión? Mucho, en todas maneras: El apóstol Pablo hace afirmaciones en tiempo

presente, preguntado que cual son las ventajas del judío circusiso, esto es clave que para

que las respuesta de la ventaja haga conexión con beneficios de tiempo presente.
PARTE 2: Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios: ¿Cuál

es la ventaja? (tiempo presente), pues, fue a los judíos a quien Dios confió su Antiguo

Testamento (palabra de Dios), si el apóstol hubiera querido poner sobre la mesa alguna

ventaja pasada que en ese momento el apóstol pablo sabia que ya no está vigente,

¿porque dijo “en que pues aventaja (tiempo presente) el judío” en vez de decir “en que

pues se aventajó (tiempo pasado) el judío”?

“¿En qué, pues, aventaja el judío, o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho en todos

los aspectos, y primeramente porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios”

(Biblia católica Nacar Colunga)

Una manera ilustrativa y graciosa de entender este asunto, es usando los mismos

aspectos de los versículos 1 y 2 del capítulo 3 de la carta de los Romanos de Pablo en

una afirmación dulce, agradable y gustoso para el odio (la lectura) del católico y aplicarle

su misma trampa, checa este ejemplo:

“¿Qué ventaja tiene, pues, los católicos, o de que aprovecha la sede romana?, mucho en

todos los aspectos, y primeramente porque a ellos les ha sido confiado las llaves del cielo

y del infierno. “

¿Acaso esta afirmación niega que vigentemente la sede de roma posea las llaves del

cielo y del infierno? El apologista católico deshonesto le dará like, lo anotara o inclusive le

dará “me encanta” si es publicado en Facebook ¿Dónde queda su patético argumento de

que esta oración solo muestra una acción de pasado que en el presente ya no está

vigente?, se le cae por el suelo su argumento, la primera parte de la oración demanda que

la segunda parte haga nexo con el tiempo presente y no abolir la acción en tiempo

presente, pondremos otro ejemplo trampa para los católicos aplicando la misma

estructura.

“Que ventaja tiene, pues, María, o de que aprovecha la hija de Ana, muchos en todos los

aspectos, y primeramente porque ella ha sido confiada la maternidad de Dios”

¿Puede decir el católico que esta afirmación niega la vigencia actual de la maternidad de

María sobre Dios? Hipócritamente dirá que no ¿Por qué debería ser diferente en

Romanos 3:1-2?, es muy obvio, la frase en tiempo presente de la pregunta (En qué, pues,

aventaja el judío, o de qué aprovecha la circuncisión) demanda que lo que esa persona o

esas personas recibieron en el pasado, sigue vigente en el presente.


Ante la abrumadora evidencia, el fiel católico solo le gusta recurrir que los judíos, al no

aceptar a Jesús como el mesías, perdieron su autoridad y esa autoridad paso para los

cristianos, en cierta parte tiene razón aunque no del todo, pues, es verdad que los judíos

negaron a Cristo y siguen negando a Cristo, pero aun así, el apóstol Pablo reconoció que

fueron ellos los que tienen la confianza de Dios sobre su palabra ¿acaso Dios se puede

contradecir si es que está a favor del argumento que “toda la autoridad le fue quitada a los

13

judíos” revelando algo diferente al apóstol Pablo? Definitivamente no, los judíos son los

encargados del antiguo testamento, el nuevo testamento esta bajo custodia de los

cristianos; por más que nos disguste esta verdad, es Dios quien determino el roll de los

judíos sobre el Antiguo Testamento, nosotros como verdaderos cristianos. Debemos

respetar esa decisión, no podemos a la fuerza querer arrebatar una decisión que no nos

corresponde, porque entonces somos unos satanes (adversarios) contra Dios, porque si

fue Dios quien determino que los judíos tiene la autoridad (confianza) sobre el Antiguo

Testamento, ¿quiénes somos nosotros para contradecir a Dios? No hay magisterio, papa,

cardenal, pastor o padre de la iglesia que valga, o obedecemos a Dios o no somos

cristianos; todo aquel católico que acepte los libros apócrifos dentro del canon, esta

desobedeciendo directamente la voz de Dios por seguir la voz de los hombres; pasando

por encima de aquellos a quien Dios confió su palabra de Dios (Antiguo Testamento), si

Dios lo dijo; no podemos hacer nada, por muy desagradable que sea la decisión, nuestra

obligación como cristianos, es obedecer a Dios.

El teólogo ortodoxo N.V. Makeev (del seminario teológico Voronezh) nos dice lo referente

al apóstol Pablo en esta cita de los romanos.

“De acuerdo con el testimonio de su tradición, los judíos existieron continuamente durante

todo este tiempo, varios pastores y líderes espirituales, aunque a veces cometieron

errores, pero sin embargo permanecieron inviolablemente conservando las antiguas

creencias en el canon sagrado, quienes apoyaron estas creencias en el pueblo

judío., la iglesia cristiana, su estudiante (Rom.3: 2) (...) el teólogo ortodoxo está

obligado a tratar este tema en detalle. Esto es lo que hemos tratado de hacer lo

mejor que podemos sobre la base de fuentes principalmente judías y de la tradición

de la iglesia judía, que la palabra de Dios fue confiada (Rom.3: 2)... Aquí está el
fundamento y el fundamento de todos los juicios posteriores sobre el canon. Que no se

quejen de nosotros por detalles considerables en un asunto tan esencial. Padres antiguos

y eruditos ortodoxos, por ejemplo. Melito, Justin, Jerónimo y Orígenes viajaron

deliberadamente a Palestina y personalmente aprendieron de los judíos sus tradiciones y

juicios sobre el "número y la composición" del canon del Antiguo Testamento y no

consideraron que su trabajo fuera innecesario y gravoso para ellos mismos; Que los

teólogos ortodoxos actuales no se aflijan por mucho menos trabajo por el mismo

propósito.” (Libros no canónicos del Antiguo Testamento: su lugar en la Biblia " , N.V.

Makeev, No. 12, 2003)

El Catecismo ortodoxo de 1839 de St. Filaret (Drozdov) nos dice en su sección sobre las

sagradas escrituras:

Pregunta: ¿Por qué debemos respetar el recuento de los hebreos? (…) Respuesta:

Porque, como dice el Apóstol San Pablo, a ellos les fueron confiados los oráculos

de Dios. Y los libros sagrados del Antiguo Testamento fueron recibidos por la Iglesia

Cristiana en el Nuevo Testamento (Rom. 3:2).

El teólogo Ortodoxo P.A. Yungerov nos afirma que los padres de la iglesia siguieron la

línea del canon hebreo fundamentado en que fue a los judíos, a quien Dios le confió su

palabra:

14

“Algunos escritores sugieren que en la Iglesia cristiana había un cierto (fixé) y un catálogo

aprobado por los apóstoles y una colección de libros del Antiguo Testamento Santo pero

es muy dudoso. A juzgar por el hecho de que los padres de la Iglesia del siglo II

consideraron necesario que la información sobre el "número y orden" de los libros del

Antiguo Testamento se dirigiera a los judíos y viajaron a Palestina a propósito, como lo

hizo Melito, y los padres de los siglos III y IV. Se refirieron a “la colocación de los libros del

Antiguo Testamento en el arca” (Epifanio, Damaskin y otros), y no a la tradición

apostólica, a juzgar por todo esto, uno debe pensar que los apóstoles dejaron ese

directorio. Fueron dirigidos por las colecciones judías habituales de los libros del

Antiguo Testamento, reconociendo a los judíos como guardianes de la palabra de

Dios (Romanos 3: 2), y este ejemplo se dejó a sus sucesores. Entonces no hubo

disputas particulares sobre esto entre los judíos, y por lo tanto no hubo necesidad de un
rigor y precaución especiales.” (P.A. Yungerov ,La historia del canon de los libros

sagrados del Antiguo Testamento.;4.Historia del canon del Antiguo Testamento en la

Iglesia, El primer período (siglos I-III).párrafo 14)

04.Josefo Flavio (37-100)

Fue un historiador judío, José Flavio nunca fue cristiano, fue un adepto al judaísmo hasta

el día de su muerte, sin embargo, sus escritos son muy apreciados en el mundo cristiano,

pues; hizo una buena aportación histórica sobre los judíos, en medio de sus aportaciones

registra sucesos de la biblia encontradas en los evangélicos, como por ejemplo, la

existencia de Juan el bautista, el hermano de Jesús (Jacobo) y el ministerio de Jesús de

manera breve, como también su muerte; en fin, Josefo Flavio es un testimonio importante

para el estudio que estamos llevando, ya que, tenia profundos conocimientos de las

tradiciones y culturas judías, Josefo Flavio hablaba griego, por lo tanto, es probable que

se sirviera de la septuaginta, y como es obvio, es más que obvio, que se diera cuenta de

los libros apócrifos ingresados en la septuaginta; a base de esto, toco el tema referente al

canon de los hebreos, el escribió:

"porque no tenemos decenas de miles de libros discordantes y en conflicto, sino sólo

veintidós, conteniendo los registros de todos los tiempos, los cuales han sido

justamente considerados como divinos. Y de estos, cinco son los libros de

Moisés... Luego, los Profetas que siguieron, compilaron la historia del período

desde Moisés hasta el reino de Artajerjes sucesor de Jerjes, rey de Persia, en trece

libros, [sobre] lo que se hizo en sus tiempos. Los restantes cuatro libros

comprenden himnos a Dios e instrucciones prácticas para los hombres (...) Desde el

tiempo de Artajerjes hasta el nuestro propio cada suceso ha sido registrado; pero

los registros no han sido considerados dignos del mismo crédito que los de época

más temprana, porque la exacta sucesión de profetas no fue continuada. Pero qué fe

hemos puesto en nuestros propios escritos se ve por nuestra conducta; pues aunque ha

transcurrido tanto tiempo, nadie se ha atrevido a agregarles nada, ni a substraer nada de

ellos, ni a alterar nada."(Antigüedades de los judíos 1:42)

Como podemos observar, Josefo Flavio solo reconoce a 22 libros pertenecientes al canon

hebreo; pues agrupar los libros del canon hebreo en 22 era otra tradición muy común en

15
el pueblo judío; Para esto Rut se cuenta con Jueces y Lamentaciones con Jeremías;

todos los libros históricos incluidos Daniel y Job se agrupan con los profetas, y se cuentan

entre los Hagiógrafos o Escritos a Salmos, Proverbios Cantar y Eclesiastés; no solo

menciona a los 22 libros del canon hebreo, si no que no da su clasificación y la cantidad

de libros, si bien no da una lista especifica, si nos provee todos los elementos necesarios

para asumir que se refiere al canon hebreo, checa lo siguiente.

1. “cinco son los libros de Moisés” (Génesis, Éxodo, Levíticos, Números,

Deuteronomio)

2. “los Profetas que siguieron, compilaron la historia del período desde Moisés hasta el

reino de Artajerjes sucesor de Jerjes, rey de Persia, en trece libros “

3. Los restantes cuatro libros comprenden himnos a Dios e instrucciones prácticas

para los hombres.

Josefo Flavio tuvo mucha influencia en el cristianismo, por lo que es probable que muchos

cristianos hayan seguido su mismo punto de vista por varios siglos.

La enciclopedia ortodoxa nos dice al respecto:

“Si nos fijamos en los libros del Canon hebreo con esta m. Sp., luego a los libros

proféticos, describiendo o prediciendo la historia de los Hebreos de la gente de Moisés a

Artajerjes, 14 libros deberían ser asignados: Josué, Jueces de Israel, Rut, Samuel, Reyes,

Crónicas, Ezra-Nehemías (probablemente, el segundo libro de Esdras actuó como la

traducción griega de estos libros para José Flavio) Esther, prop. Isaías, Prop. Jeremías,

Jeremías llorones, el libro de la prop. Ezequiel, Daniel y 12 profetas menores. El hecho de

que Josefo escribió sobre 13 libros puede explicarse, por ejemplo, al unir el Libro de Rut

al Libro de los Jueces de Israel o el Libro de Jeremías, al Libro de los Profetas. Jeremías.”

(Enciclopedia Ortodoxa, A. A. Tkachenko; La cuestión de la distinción entre libros

canónicos y no canónicos en la era del Segundo Templo.)

N.V. Makeev también nos ofrece su aporte:

“Josefo Flavio afirma positivamente que "todos los libros de los judíos sagrados (22

escritos antes de Artaxerxes Longiman)" son, por lo tanto, autoritarios y sagrados porque

"fueron escritos por profetas inspirados por Dios y estaban bajo la protección de la

tradición profética.” (Libros no canónicos del Antiguo Testamento: su lugar en la Biblia " ,

N.V. Makeev, No. 12, 2003, párrafo 33)


05.Melitón de Sardes (¿-180)

Es el primer registro de una lista completa que tenemos del Antiguo Testamento; Melitón

fue un obispo de Sardes, se sabe muy poco de él, varias de sus obras fueron rescatadas

en fragmentos por padres de la iglesia posteriores; en uno de esos fragmentos, que

fueron recogidos por Eusebio de Cesarea; pone la lista del Antiguo Testamento, con la

excepción de Ester, probablemente por algunos líderes judíos todavía tenían sus dudas

sin dicho libro debería estar vigente en el canon (ojo; el libro de Ester ya estaba dentro de

16

la lista hebrea del canon hebreo, se disputaba si debería seguir haciendo presencia en el

canon), sin embargo, aparte de este detalle, la lista del Antiguo Testamento que ofrece es

idéntico al canon hebreo, el escribió:

“Pero en los extractos hechos por él, el mismo escritor entrega al comienzo de la

introducción un catálogo de los libros reconocidos del Antiguo Testamento, que es

necesario citar en este punto. Él escribe lo siguiente: Melito a su hermano Onésimo,

saludo: Ya que a menudo, en su celo por la palabra, ha expresado su deseo de que se

hagan extractos de la Ley y de los Profetas con respecto al Salvador y con respecto a

toda nuestra fe, y también desea tener Una declaración precisa del libro antiguo, con

respecto a su número y orden, me he esforzado por realizar la tarea, conociendo su celo

por la fe y su deseo de obtener información con respecto a la palabra y sabiendo que

usted, en su anhelando a Dios, estima estas cosas por encima de todo, luchando por

alcanzar la salvación eterna. En consecuencia, cuando fui al Este y llegué al lugar donde

se predicaban y hacían estas cosas, aprendí con precisión los libros del Antiguo

Testamento y se los envié a usted tal como está escrito a continuación. Sus nombres son

los siguientes: De Moisés, cinco libros: Génesis, Éxodo, Números, Levítico,

Deuteronomio; Jesús Nave, Jueces, Rut; de los reyes, cuatro libros; de las crónicas,

dos; los Salmos de David, los Proverbios de Salomón, también llamado Sabiduría,

Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Job; de los profetas, Isaías, Jeremías; de los

doce profetas, un libro; Daniel, Ezequiel, Esdras. De lo cual también he hecho los

extractos, dividiéndolos en seis libros. Tales son las palabras de melito. (Eusebio de

Cesarea, Historia Eclesiástica, Libro IV, capitulo 26: 12-14)

Como ustedes pudieron ver; Melitón no menciona ni un tal solo libro apócrifo que los
católicos tienen en sus biblias; derribando el mito que Martin Lutero los había sacado del

canon después de “1500 años de tradición” (ya se puede reír si quiere) con el testimonio

de Melitón, tenemos ya la suficiente certeza que los libros apócrifos eran dejado en una

calidad inferior a los libros canónicos del canon hebreo, aquí quiero tocar un punto

importante, la parte que dice: “los Proverbios de Salomón, también llamado Sabiduría,”

Por favor no comentamos el error que Melitón en el canon está poniendo en la lista

inspirada al libro de Sabiduría, simplemente “sabiduría” es otro título para el libro de

proverbios.

F.F Bruce nos confirma esto mencionado:

“Ninguno de los escritos de “la septuaginta ampliada” está en la lista: la 'Sabiduría'

incluida no es el libro griego de Sabiduría sino un nombre alternativo para los

proverbios. Según Eusebio, Hegesipo e Ireneo y muchos otros escritores de su tiempo

llamaron a los Proverbios de Salomón 'la Sabiduría virtuosa'(F.F. Bruce, The Canon

of Scripture (Downers Grove: InterVarsity, 1988), p. 71.)

Con respecto a Melitón, la enciclopedia Ortodoxa nos dice:

“La lista de libros en la letra Melitón coincide con el masorético, pero el orden es

diferente (…) Por lo tanto, surge la pregunta: ¿a qué instancia recurrió Melitón para

averiguar la composición del Antiguo Testamento, a los judíos de habla griega o al

cristiano primitivo. Las comunidades palestinas? Si el segundo es verdadero, significa que

17

ya en el principio. II c. Los cristianos palestinos tenían una idea de K. b., Idéntica a la

masorética.” (Enciclopedia Ortodoxa; canon cristiano; composición del Antiguo

Testamento en la iglesia primitiva, párrafo 4)

La enciclopedia católica nos dice:

“San Melitón, obispo de Sardes, fue quien primero hizo la lista de los libros canónicos del

Antiguo Testamento. Dice él que en esa tarea, aunque mantuvo el orden familiar de los

Setenta, verificó su catálogo a base de interrogar a los judíos. Para ese tiempo, los

judíos habían ya descartado en casi todas partes los libros alejandrinos, así que el canon

de Melitón consiste exclusivamente de los protocanónicos menos Ester. Debe subrayarse,

sin embargo, que el documento al que se le antepuso ese catálogo se pudo haber

interpretado como orientado a la polémica antijudía, en cuyo caso se entendería


bajo otra luz lo del canon restringido.” (Canon of the Old Testament." The Catholic

Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908.)

El estudioso ortodoxo N.V. Makeev (del seminario teológico Voronezh) nos dice lo

siguiente:

“Sobre la cuestión del canon del Antiguo Testamento, los Padres de la Iglesia del Este

hablaron unánimemente a favor del canon palestino judío, aunque hay algunas

diferencias menores entre los libros que nos han llegado. La primera declaración

existente de los Padres del Este con respecto al canon del Antiguo Testamento es

la declaración de Melito de Sardes (siglo II.), Preservado en la 'Historia de la Iglesia' de

Eusebio de Cesarea: Descubrí con precisión los libros del Antiguo Testamento y te envié

una lista de ellos (seguidos de una lista de 22 libros adoptados en el canon judío del

Antiguo Testamento)” (Libros no canónicos del Antiguo Testamento: su lugar en la Biblia "

, N.V. Makeev, No. 12, 2003, párrafo 7)

Es claro que para el siglo II, la posición del cristianismo era adaptarse lo mejor que se

pudiera al canon hebreo.

06.Orígenes de Alejandría (184-253)

Es considerado un padre de la Iglesia oriental, destacado por su erudición y, junto con san

Agustín y santo Tomás, uno de los tres pilares de la teología cristiana (a pesar que esta

tildado como hereje) Orígenes, al igual que Melitón, trato de apegarse al canon hebreo, su

aportación esta registrado también en la obra “historia eclesiástica” de Eusebio de

Cesarea; Orígenes a los libros apócrifos les llama “libros sagrados” no porque dichos

libros tuvieran la misma autoridad del canon hebreo, si no porque eran leídos por la iglesia

oriental, vemos que escribió.

“Al exponer el primer Salmo, da un catálogo de las Sagradas Escrituras del Antiguo

Testamento de la siguiente manera: Cabe señalar que los libros canónicos, tal como los

han transmitido los hebreos, son veintidós; Correspondiente con el número de sus letras.

Más adelante dice: Los veintidós libros de los hebreos son los siguientes: Lo que

nosotros llamamos Génesis(…) Éxodo (…) Levítico (…) Números (…)

18

Deuteronomio(…) Josué, el hijo de Nave (...) Jueces y Rut, entre ellos en un libro

(…) el primero y el segundo de los reyes, entre ellos uno, Samuel, es decir, 'El
llamado de Dios'; el tercero y cuarto de los reyes en uno (…) De las Crónicas, la

Primera y la Segunda en una (…) Esdras, Primero y Segundo en uno, Esdras, es

decir, 'Un asistente'; el libro de los Salmos (…) los Proverbios de Salomón (…)

Eclesiastés (…) el Cantar de los Cantares (no, como algunos suponen, Cantos de

los Cantares) (…) Isaías (…) Jeremías, con Lamentaciones y la epístola en una,

Jeremías; Daniel, Daniel; Ezequiel (…)Job (…) Esther. Y además de estos están los

Macabeos (…) Él da estos en el trabajo mencionado. (Eusebio de Cesarea, Historia

Eclesiástica, Libro VI, capitulo 25, 1-2)

Usted puede apreciar querido lector; que Orígenes pone una lista de libros del antiguo

testamento que concuerdan con el canon hebreo (agrupado en 22 libros) Orígenes creía

que la epístola de Jeremías forma parte del libro Jeremías, en cuanto a macabeos, note

que orígenes dice “además de estos” oséa, es decir “aparte de la lista canoníca” pone a

Macabeos, como dijimos, orígenes respetaba algunos libros apócrifos de la septuaginta

porque eran leídos en las iglesias orientales, mas no significa que dichos libros tenían la

misma autoridad que el resto de libros del canon hebreo, es muy obvio llegar a esta

conclusión ¿Por qué entonces orígenes no los menciona en esta lista? Orígenes omite

Judith, Tobías, sabiduría, Sabiduría, Siracide; lo que nadie podrá negar, es que orígenes

comprendió la autoridad de los hebreos en asuntos del Antiguo Testamento,

completamente distanciado de aceptar los libros apócrifos como parte del canon y del

pensamiento de la iglesia católica romana y ortodoxa.

La enciclopedia católica nos aporta:

“La tradición alejandrina queda representada por el enorme peso de Orígenes. Éste,

influenciado sin duda por el uso de los judíos alejandrinos de aceptar en la práctica los

escritos extra mientras sostenían en teoría el canon menor de Palestina, tiene un

catálogo de las escrituras del Antiguo Testamento que únicamente contiene los

libros protocanónicos, aunque sigue el orden de los Setenta.”( Canon of the Old

Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company,

1908, párrafo 28)

Nuevamente repito, no cometamos el error que, solo porque Orígenes le llamo “escritura

sagrada” a algunos libros apócrifos, ya con eso aceptaba con la misma autoridad

canoníca autoritaria todo libro apócrifo que se pusiera por frente, ¡no!, simplemente esa
frase “escritura sagrada” fue como una estima a ciertos libros por ser lectura devocional

en los cristianos, mas no un título indicativo de su canocidad o autoridad, las razones, son

más que obvias.

N.V. Makeev nos dice:

“De manera similar, Orígenes en su "Prefacio al Comentario sobre el Libro de los Salmos"

enumera solo los libros incluidos en el 22 libros del canon judío” (Libros no

canónicos del Antiguo Testamento: su lugar en la Biblia " , N.V. Makeev, No. 12, 2003,

párrafo 7)

19

Además orígenes no menciona a los profetas a los 12 menores, pero esto se debe, a que

Eusebio copio mal el texto de orígenes, P. A. Yungerov en la enciclopedia teológica

ortodoxa nos da su punto de vista:

“Orígenes, al explicar el primer salmo, dice: "necesitas saber que los judíos tienen 22

libros tomados por el número de letras de su alfabeto" y enumera los libros

canónicos con su nombre judío y con la omisión de 12 profetas menores, pienso,

por error del copista (Eusebio, Iglesias, Oriente 11. Origen es oper. II, 328). Al Libro de

Jeremías se une el Lamentaciones y el Mensaje. Al explicar el libro de Números, se da

cuenta. Que los libros no canónicos: Tobías, Judith, la Sabiduría de Salomón y

Sirach "deben ser leídos, pero que no pueden comer alimentos sólidos

consistentes en escritos misteriosamente inspirados" (Com,en Núm. 27) (P. A.

Yungerov ; Enciclopedia teológica ortodoxa, párrafo 28)

A este punto, podemos ver como Orígenes de Alejandría mantiene la misma postura de

Melitón en cuanto al canon del Antiguo Testamento, y aunque le llamaba “sagrada

escritura” a los libros apócrifos, si reconoció que son escritos no canónicos y que no

pueden ser leídos constantemente por ser libros misteriosamente inspirados (oséa

escritos) según sus comentarios sobre números; para la época del siglo III, los primeros

cristianos todavía muestran su preferencia los libros fijados en el canon hebreo a pesar de

usar la septuaginta.

El informe de la Academia de Teología Ortodoxa de San Petersburgo BA Tikhomirov en la

conferencia “Estudios bíblicos modernos y tradición de la Iglesia”, 26-28 de noviembre de

2013 tienen en sus líneas lo siguiente:


“Al definir el canon del Antiguo Testamento, el autor se refirió a algunas evidencias

históricas (Melitón de Sardes, Orígenes, la decisión de la catedral de Laodicea, los

padres del siglo IV, etc.) como evidencia de que Inicialmente y de acuerdo con ello, fue

percibido en la Iglesia primitiva como la base normativa de la primera parte de la Biblia

cristiana (…) además de los libros que constituían el canon judío.” (Informe, Academia

Teologíca Ortodoxa de San Petersburgo BA Tikhomirov; conferencia de 26-28 de

Noviembre de 2013, párrafo 5)

P. A. Yungerov todavía nos aporta más:

“Según Orígenes, los judíos alejandrinos modernos utilizaron más fácilmente la traducción

de Aquila que los intérpretes de LXX, porque en el primero solo eran libros canónicos.

Los libros canónicos de los judíos del Antiguo Testamento para leer en las sinagogas se

dividieron en toros, haftar y sidras. No hay rastros ni signos de tal división de libros no

canónicos en las listas de intérpretes LXX. Por lo tanto, los judíos no leyeron estos

libros en las sinagogas, aunque el Talmud tiene indicaciones de leer los libros del

Antiguo Testamento en las sinagogas para traducir la LXX.” (P. A. Yungerov ;

Enciclopedia teológica ortodoxa; historia de los libros sagrados del antiguo testamento)

Vemos lo muy familiarizado que estaba orígenes en cuanto en el canon del antiguo

testamento partiendo de las posturas de los judíos. Aunque defiende la “canonicidad” de

los apócrifos con el fin de ser lectura devocional, instructiva y útil.

20

07.Teófilo de Antioquia (120-180)

Fue un teólogo, escritor y apologista muy respetado en el siglo II en Antioquia, su única

obra de manera completa que se posee es una obra su amigo Autólico (quien fue

creyente de las creencias helenistas a la mezcla de la cultura griega con otras por las

conquistas de Alejandro Magno) Teófilo, en su obra, hace un resumen de casi todo el

Antiguo Testamento haciendo referencia solo a los libros del canon hebreo, pondré toda la

cita completa, es la más larga que podrás ver en este material, pero vale la pena.

“CAP. XXIII .-- PROFETAS MÁS ANTIGUOS QUE ESCRITORES GRIEGOS.

Entonces, basta con lo que se ha dicho para el testimonio de los fenicios y los egipcios, y

para el relato de nuestra cronología dada por los escritores Manetho, Egipcio, Menandro,

Efeso y Josephus, que escribieron la guerra judía que libraron. con los romanos. Porque a
partir de estos registros muy antiguos se demuestra que los escritos del resto son más

recientes que los escritos que nos fueron dados a través de Moisés, sí, y que los

profetas posteriores. Porque el último de los profetas, que se llamaba Zacarías, fue

contemporáneo con el reinado de Darío. Pero incluso los legisladores en sí mismos han

sido legislados posteriormente a ese período. Porque si uno mencionara a Solón el

ateniense, vivió en los días de los reyes Ciro y Darío, en la época en que el profeta

Zacarías mencionó por primera vez, que fue por muchos años el último de los

profetas. O si menciona a los legisladores Lycurgus, o Draco, o Minos, Josefo nos dice

en sus escritos que los libros sagrados prevalecen en la antigüedad, incluso antes

del reinado de Júpiter sobre los cretenses y antes de la guerra de Troya, los escritos de

la ley divina que nos fue dada a través de Moisés existían. Y para que podamos

ofrecer una exposición más precisa de las épocas y fechas, lo haremos, con la ayuda de

Dios, ahora daremos cuenta no solo de las fechas posteriores al diluvio, sino también de

las anteriores, para calcular el número entero de todos Los años, en la medida de lo

posible; rastreando hasta el comienzo de la creación del mundo, que Moisés, el

siervo de Dios, registró a través del Espíritu Santo. Por haber hablado primero de lo

que se refería a la creación y la génesis del mundo, y del primer hombre, y todo lo que

sucedió después en el orden de los acontecimientos, significó también los años que

pasaron antes del diluvio. Y oro por el favor del único Dios, para que pueda hablar con

precisión toda la verdad de acuerdo con su voluntad, para que usted y todos los que lean

esta obra puedan ser guiados por su verdad y favor. Luego comenzaré primero con las

genealogías registradas, y comenzaré mi narración con el primer hombre.

CAP. XXIV .-- CRONOLOGÍA DEL ADÁN.

Adán vivió hasta que engendró un hijo, 230 años. Y su hijo Seth, 205. Y su hijo Enos, 190.

Y su hijo Cainan, 170. Y su hijo Mahaleel, 165. Y su hijo Jared, 162. Y su hijo Enoc, 165.

Y su hijo Methuselah, 167. Y su hijo Lamec, 188. Y el hijo de Lamec fue Noé, de quien

hemos hablado anteriormente, quien engendró a Sem cuando tenía 500 años. Durante la

vida de Noé, en su año 600, llegó el diluvio. El número total de años, por lo tanto, hasta el

diluvio, fue de 2242.

E inmediatamente después del diluvio, Shem, que tenía 100 años, engendró a Arphaxad.

Y Arphaxad, cuando tenía 135 años, engendró a Salah. Y Salah engendró un hijo cuando
21

tenía 130. Y su hijo Eber, cuando tenía 134. Y de él los hebreos nombran a su raza. Y su

hijo Phaleg engendró un hijo cuando tenía 130. Y su hijo Reu, cuando tenía 132. Y su hijo

Serug, cuando tenía 130. Y su hijo Nahor, cuando tenía 75. Y su hijo Terah, cuando tenía

70. Y su hijo Abraham, nuestro patriarca, engendró Isaac cuando tenía 100 años. Hasta

Abraham, por lo tanto, hay 3278 años. El Isaac mencionado anteriormente vivió hasta que

engendró un hijo, 60 años, y engendró a Jacob. Jacob, hasta la migración a Egipto, de la

que hemos hablado anteriormente, vivió 130 años. Y la estadía de los hebreos en Egipto

duró 430 años; y después de su partida de la tierra de Egipto, pasaron 40 años en el

desierto, como se le llama. Todos estos años, por tanto, ascienden a 3.938. Y en ese

momento, habiendo muerto Moisés, Josué, el sol de Nun, sucedió a su gobierno y

los gobernó durante 27 años. Y después de Josué, cuando la gente había transgredido

los mandamientos de Dios, sirvieron al rey de Mesopotamia, por nombre Chusarathon, 8

años. Luego, sobre el arrepentimiento del pueblo, tuvieron jueces: Gothonoel, 40

años; Eglon, 18 años; Aoth, 8 años. Luego de haber pecado, fueron sometidos por

extraños por 20 años. Entonces Deborah los juzgó 40 años. Luego sirvieron a los

madianitas 7 años. Entonces Gedeón los juzgó por 40 años; Abimelec, 3 años; Thola, 22

años; Jair, 22 años. Entonces los filisteos y los amonitas los gobernaron 18 años.

Después de eso Jefté los juzgó 6 años; Esbon, 7 años; Ailon, 10 años; Abdon, 8 años.

Entonces los extraños los gobernaron 40 años. Entonces Sansón los juzgó 20 años.

Luego hubo paz entre ellos durante 40 años. Entonces Samera los juzgó un año; Eli, 20

años; Samuel, de 12 años.

CAP. XXV .-- DE SAUL A LA CAPTIVIDAD.

Y después de los jueces tuvieron reyes, el primero llamado Saúl, que reinó 20 años;

luego David, nuestro antepasado, que reinó 40 años. En consecuencia, existen para el

reinado de David [de Isaac] 496 años. Y después de estos reyes, reinó Salomón, quien

también, por voluntad de Dios, fue el primero en construir el templo en Jerusalén; reinó 40

años. Y después de él, Roboam, 17 años; y después de él Abias, 7 años; y después de él

Asa, 41 años; y después de él Josafat, 25 años; y después de él Joram, 8 años; y

después de él Ocozías, 1 año; y después de él Atalía, 6 años; y después de ella Josías,

40 años; y después de él, Amasías, 39 años; y después de él, Uzías, 52 años; y después
de él Jotham, 16 años; y después de él Acaz, 17 años; y después de él Ezequías, 29

años; y después de él Manasés, 55 años; y después de él Amón, 2 años; y después de él

Josías, 31 años; y después de él Joacaz, 3 meses; Y después de él Joacim, 11 años.

Luego otro Joacim, 3 meses 10 días; Y después de él Sedequías, 11 años. Y después de

estos reyes, la gente, continuando en sus pecados y sin arrepentirse, el rey de

Babilonia, llamado Nabucodonosor, subió a Judea, según la profecía de Jeremías.

Trasladó a la gente de los judíos a Babilonia y destruyó el templo que Salomón había

construido. Y en el destierro babilónico el pueblo pasó 70 años. Hasta la estadía en la

tierra de Babilonia, hay por lo tanto, en total, 4954 años, 6 meses y 10 días. Y de acuerdo

con lo que Dios, por el profeta Jeremías, predijo que las personas deberían ser

llevadas cautivas a Babilonia, de la misma manera que significó de antemano que

también deberían regresar a su propia tierra después de 70 años. Cumplidos estos 70

años, Ciro se convierte en rey de los persas, quienes, de acuerdo con la profecía de

Jeremías, emitieron un decreto en el segundo año de su reinado, ordenando por su

edicto que todos los judíos que estaban en su reino regresaran a su territorio. propio país,

22

y reconstruir su templo a Dios, que el rey de Babilonia antes mencionado había demolido.

Además, Ciro, siguiendo las instrucciones de Dios, ordenó a sus propios guardaespaldas,

Sabessar y Mithridates, que los vasos que habían sido sacados del templo de Judea por

Nabucodonosor se restauraran y se colocaran nuevamente en el templo. En el segundo

año, por lo tanto, de Darío se cumplen los 70 años que fueron predichos por

Jeremías.

CAP. XXVI .-- CONTRASTE ENTRE HEBREO Y ESCRITOS GRIEGOS.

Por lo tanto, uno puede ver cómo nuestros escritos sagrados se muestran más

antiguos y verdaderos que los de los griegos y los egipcios (Teófilo de Antioquia;

Tercer libro a Autolico; capitulo 23 al 26)

Como ustedes podrán observar, Teófilo hace un resumen de todos los escritos sagrados

para demostrar que son más antiguos y verdaderos que los griegos y egipcios; pero

ustedes pueden notar, no mencionó ni un tan solo hecho, suceso, personaje o

fragmento de los libros apócrifos ¿Por qué Teófilo omitiría hechos importantes de los

libros apócrifos en su apología? La respuesta es obvia, pues, para confirmar asuntos de


doctrina y fe, los cristianos del siglo II, preferían depositar su confianza en los libros

pertenecientes al canon hebreo.

P. A. Yungerov nos dice al respeto de Teófilo:

“Cabe señalar que no hay citas de libros no canónicos de Atenágoras y Teófilo de

Antioquía.” (P. A. Yungerov ; Enciclopedia teológica ortodoxa; historia de los libros

sagrados del antiguo testamento; primer periodo siglo I-III, párrafo 12)

08.Julio Africano (160-240)

Fue un historiador y viajero cristiano del siglo II-III, se sabe muy poco del, la poca

información que se posee es por Eusebio de Cesarea y Orígenes de Alejandría; Según

Eusebio. Julio Africano consideraba la historia de Susana del libro de Daniel como algo

espurio o invento.

“En esta época también se conocía a Africanus, el escritor de los libros titulados Cesti.

Existe una epístola de los suyos a Orígenes, que expresa dudas sobre la historia de

Susana en Daniel, como falsa y ficticia. Orígenes respondió esto muy completamente.”

(Eusebio de Cesarea; Historia Eclesiástica, libro VI, 31:1)

Orígenes en su repuesta a Julio Africano le dice:

“Comienza diciendo que cuando, en mi conversación con nuestra amiga Bassus, usé la

Escritura que contiene la profecía de Daniel cuando aún era un hombre joven en el asunto

de Susanna, hice esto como si se me hubiera escapado que esto parte del libro era

espuria. Usted dice que elogia este pasaje tan elegantemente escrito, pero lo

encuentra como una composición más moderna y una falsificación; y usted agrega

que el falsificador ha recurrido a algo que ni siquiera el filisteo que el escritor del juego

habría usado en sus juegos de palabras entre prinos y prisein , schinos y schisis., las

23

palabras como suenan en griego pueden usarse de esta manera, pero no en hebreo.”

(Orígenes de Alejandría a Julio Africano, II)

Vemos claramente que Julio manifiesta sus dudas sobras las adiciones al libro de Daniel,

Orígenes pone su teoría que los judíos omitieron esos fragmentos por posibles

escándalos (una teoría muy débil de por cierto); lo que vemos, es un argumento sencillo

del rechazo a las adiciones de Daniel, siendo este el mismo punto de vista de San

Jerónimo de la cual ya veremos más adelante.


09.Victorino de Petovio (250-303)

San Victorino de Petovio fue obispo, primer exegeta latino, Padre de la Iglesia y mártir,

nacido probablemente en Grecia entorno al 250 y muerto el 2 de noviembre de 304, hizo

unos comentarios sobre el libro del apocalipsis, interpreta que los 24 ancianos son los 24

libros de Antiguo Testamento, la misma cantidad que corresponde al canon hebreo, su

interpretación de los 24 ancianos y su referencia a los libros den antiguo testamento, seria

acogido por Jerónimo, de la cual, se convertiría en una interpretación muy popular en la

edad media, Victorino comenta lo siguiente:

“Estos son (refiriéndose a los 24 ancianos) los testimonios de los libros del Antiguo

Testamento. Por lo tanto, veinticuatro hacer tantos como hay ancianos sentados en

los tronos (…) Y los libros del Antiguo Testamento que se reciben son veinticuatro

años, que se encuentra en los epítomes de Teodoro. Pero, por otra parte (como hemos

dicho), veinticuatro ancianos, patriarcas y apóstoles, son para juzgar a su pueblo. Para

que los apóstoles, cuando le preguntaron, diciendo: Nosotros hemos dejado todo lo que

teníamos, y seguido a usted: ¿qué tenemos? nuestro Señor respondió: Cuando el Hijo del

Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce

tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Comentario sobre apocalipsis, capítulo IV;

7-8)

10.Eusebio de Cesarea (265-339)

Fue el historiador más importante de su tiempo y considerado el más grande de los tres

siglos del cristianismo; como ustedes habrán notado, nos hemos servido mucho de su

obra “historia eclesiástica” para citar fragmentos rescatados por él en su libro donde se

pone en duda la canocidad de los libros apócrifos; esto es muy importante en

consideración; pues si Eusebio estaba por parte a favor de la canocidad de los libros

apócrifos ¿Cómo es posible que solo haya puesto testimonios patrísticos en contra y no

puso testimonios a favor de dichos libros?; imaginase, si usted hubiese estada en la

época de Eusebio de Cesarea, y también hubiese escrito un libro de historia cristiana,

siendo usted defensor de la canocidad de los libros apócrifos, ¿usted sería capaz solo de

poner las listas de Antiguo Testamento de otros obispos anteriores en contra de los libros

apócrifos? ¡No claro que no! Ante este expediente, sería bueno que les diéramos un

vistazo a Eusebio de Cesarea y su postura con respecto al canon hebreo:


24

“No tenemos, por lo tanto, una multitud de libros en desacuerdo y conflicto entre sí; pero

solo tenemos veintidós, que contienen el registro de todos los tiempos y son

justamente considerados como divinos. De estos, cinco son de Moisés, y contienen las

leyes y la tradición que respetan el origen del hombre, y continúan la historia hasta su

propia muerte. Este período abarca casi tres mil años. Desde la muerte de Moisés hasta

la muerte de Artaxerxes, quien sucedió a Jerjes como rey de Persia, los profetas que

siguieron a Moisés escribieron la historia de sus propios tiempos en trece libros.

Los otros cuatro libros contienen himnos a Dios y preceptos para la regulación de

la vida de los hombres. Desde la época de Artaxerxes hasta nuestros días, todos los

eventos han sido registrados, pero los relatos no son dignos de la misma confianza

que nosotros depositamos en aquellos que los precedieron, porque no ha habido

durante este tiempo una sucesión exacta de profetas. .Cuánto nos apegamos a

nuestros escritos se muestra claramente por nuestro tratamiento de ellos. Porque aunque

ya ha pasado un período tan grande, nadie se ha aventurado a agregar o quitar de ellos,

pero es innato en todos los judíos, desde su nacimiento, considerarlos como las

enseñanzas de Dios y cumplirlos. , y, si es necesario, alegremente morir por ellos.Estas

observaciones del historiador que he pensado podrían introducirse ventajosamente a este

respecto.Otro trabajo de no poco mérito ha sido producido por el mismo escritor, Sobre la

supremacía de la razón, que algunos han llamado Macabeos, porque contiene un relato

de las luchas de aquellos hebreos que lucharon por la verdadera religión, según se relata.

En los libros llamados macabeos.” (Historia Eclesiástica, libro III; 10:1-6)

Aquí Eusebio esta citando a Josefo, nuevamente pone una cita que está en contra de la

inclusión de los apócrifos en el canon bíblico; ¿Cómo puede alguien que está a favor de

los apócrifos, poner solo las citas y fregamientos que están en contra de los apócrifos? Y

note, Eusebio pone como parte de la historia el silencio de 400 años conocido como

periodo intertestamentario, este es otro tema que quiero tocar más adelante; ante toda

esta actitud y expediente que muestra Eusebio, no cabe duda que no aceptaba los libros

apócrifos como parte del canon, esto esta mas que obvio.

San Jerónimo en su prologo a Daniel nos dice al respeto:

“Y a las cosas de este profeta, o más bien en contra de este libro, que Porphyry acusó, los
testigos son Metodio, Eusebio, (y) Apollinaris, quienes, respondiendo a su locura con

muchos miles de versos, no sé si son satisfactorios. al lector interesado. Por lo cual te

ruego, oh Paula y Eustochium” (prologo a Daniel; traducido por Kevin P. Edgecomb,

Berkeley, California, 2006)

La enciclopedia católica nos declara lo siguiente:

“El historiador Eusebio atestigua la amplitud con la que se habían extendido las dudas en

su tiempo. Él clasifica los deuterocanónicos entre los antilegomena, o libros en

disputa”( Reid, George. "Canon of the Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3.

New York: Robert Appleton Company, 1908)

A. A. Tkachenko quien colaboro para la enciclopedia teológica ortodoxa, nos dice lo

siguiente:

25

“Los criterios utilizados por Eusebio aparentemente fueron tomados de la antigua

tradición de la literatura. Críticas y determinando la autenticidad de la autoría”(A. A.

Tkachenko; Enciclopedia Ortodoxa, 2006; canon bíblico, epístola de la catedral)

Yungerov P.A. nos afirma:

“La opinión de los padres y los concilios de la Iglesia Ortodoxa del Este sobre el canon del

Antiguo Testamento, su composición y volumen en el canon 60 del Concilio de Laodicea,

en el 39º Carta Pascua de San Atanasio de Alejandría, en el poema 33 de Gregorio el

teólogo, en el mensaje de Amphilochius a Seleucus, en el cuarto anuncio de Cyril de

Jerusalem y en las obras de Eusebio de Cesárea y Epiphanius de Cyprus (...)Una

expresión de la misma vista sobre la composición y el volumen del canon del

Antiguo Testamento es Eusebio de Cesarea (+340). En su Historia de la Iglesia,

describe con precisión los eclogs de Melitón (IV, 26) y Orígenes (VI, 15) y los reconoce

como verdaderos líderes en la Iglesia Cristiana Oriental. Por esto, los eruditos católicos lo

llaman solo un "historiador erudito" y no "un portavoz de una verdadera tradición

cristiana". Pero si es un historiador erudito que está familiarizado con una verdadera

tradición cristiana, indudablemente expresa esta última.” (Yungerov P.A; Enciclopedia

ortodoxa; Segundo período (siglos IV-V); párrafo 1 y 5)

11.Atanasio de Alejandría (295-373)

Atanasio es uno de los más influyentes padres de la iglesia del siglo IV; defendió la
divinidad de Cristo es contra de los herejes arios; es departe de Atanasio que tenemos la

primera lista completa del Nuevo Testamento; en cuanto al Antiguo Testamento, también

tenemos una lista ofrecida por él; que sigue los mismos criterios del canon hebreo, el

escribió lo siguiente:

“Hay, entonces, del Antiguo Testamento, veintidós libros en número; porque, como he

oído, se dice que este es el número de las letras entre los hebreos; su orden respectivo y

los nombres son los siguientes. El primero es Génesis, luego Éxodo, luego Levítico,

después de esos Números y luego Deuteronomio. Después de estos está Joshua, el

hijo de Nun, luego Jueces, luego Ruth. Y de nuevo, después de estos cuatro libros

de Reyes, el primero y el segundo se consideraron como un solo libro, y también el

tercero y el cuarto como un solo libro. Y nuevamente, la primera y la segunda de las

Crónicas se consideran como un solo libro. Nuevamente Esdras, el primero y el

segundo son contados un libro. Después de estos está el libro de los Salmos, luego

los Proverbios, el próximo Eclesiastés y el Cantar de los Cantares. Job sigue, luego

los Profetas, los doce considerados como un solo libro. Luego Isaías, un libro,

luego Jeremías con Baruc, Lamentaciones, y la epístola, un libro; después, Ezequiel

y Daniel, cada uno de los libros. Hasta aquí constituye el Antiguo Testamento.” (Carta

39 Pascal, 4)

Como pueden notar ustedes mis queridos lectores, Atanasio muestra una lista del canon

del Antiguo Testamento completamente idéntico al canon hebreo, solo que cometió un

error; el absorbió la idea que Baruc y la epístola de Jeremías formaban parte de Jeremías,

26

no podemos cometer el error que cuando un padre de la iglesia colocaba a Baruc o la

epístola de Jeremías en la lista canoníca, lo hacía creyendo que dichos libros eran de

autoridad canoníca independiente, más bien es al revés, Baruc y la epístola de Jeremías

dependían de Jeremías, pues, como dije, muchos padres de la iglesia pensaban que

formaba parte de Jeremías; otro error muy común de los apologistas católicos, es que

ellos creen Atanasio, al citar fragmentos apócrifos, eso demandaba su canocidad, mas

lejos de la realidad, no podemos darle otra vuelta la conclusión tan obvia que Atanasio

muestra con respecto al canon, pues el más adelante nos dice lo siguiente:

“Pero para mayor exactitud agrego esto también, escribiendo de necesidad; que hay
otros libros además de estos que no están incluidos en el Canon, pero que los

Padres han designado para que los lean quienes se han unido recientemente a

nosotros, y que deseen recibir instrucción en la palabra de piedad. La sabiduría de

Salomón y la sabiduría de Sirac, Ester, Judith y Tobit, y lo que se llama la

Enseñanza de los Apóstoles y el Pastor. Pero los primeros, mis hermanos, están

incluidos en el Canon, el último siendo [meramente] leído; ni hay en ningún lugar una

mención de escritos apócrifos. Pero son una invención de los herejes, que los escriben

cuando lo eligen, otorgándoles su aprobación y asignándoles una fecha para que,

usándolos como escritos antiguos, puedan encontrar la ocasión para desviarse de los

simples.” (Carta 39:7)

Ustedes han podido observar que Atanasio cometió el error de clasificar a Ester como

parte de la escritura apócrifa, Atanasio forma parte de la minoría de padres de la iglesia

que pensaban que Ester era un libro apócrifo, pues la inmensa mayoría, aceptaba el libro

de Ester como parte de la escritura canoníca; en el caso de Atanasio no fue así; pero aun

con este error, si se puede observar su afán de estar apegado al canon hebreo; rechaza

por completo como parte de la lista los libros 1 y 2 Macabeos, Judith, Tobías, Sabiduría y

Eclesiástico.

PA Yungerov nos dice al respecto sobre Atanasio.

“Uno no puede dejar de detenerse en este testimonio. Aquí, sin duda, es imposible decir

que St .. Atanasio enumera solo el canon judío, que no tenía valor de liderazgo para

los cristianos. De todo el discurso de san. Se puede ver a Atanasio: 1) que se dirige a

los cristianos, explica el número y la composición del canon; les da orientación y

advertencias de apócrifos y libros heréticos; para ellos, autorizada y comprensible es la

referencia a los Padres de la Iglesia y el propósito de los libros no canónicos para

aquellos que leen y se preparan para el bautismo. Así, el canon cristiano, en sv.

Atanasio, consistía en 22 libros sobre el número de cartas de los judíos. 2) Este

canon es prestado por la iglesia cristiana de los judíos; desde la antigüedad lo

mantuvieron, lo llamaron Escritura en la época de Jesucristo, y la composición del

canon judío es obligatoria para los cristianos. 3) Los libros no canónicos se asignan

para los leídos. 4) Baruc y la Epístola de Jeremías se atribuyen a los libros canónicos.

Todo esto está en completo acuerdo con el testimonio mencionado anteriormente de


Orígenes y convence de que Orígenes, sin duda, contaba el canon cristiano, no el judío.

Lo mismo es completamente aplicable a Melitón 5) De todo lo anterior, es obvio que bajo

los "padres" de St .. Atanasio entendió la enseñanza general de la Iglesia ortodoxa

oriental, con lo que concuerdan los eclogs Meliton, Origen y otros citados por nosotros. 6)

27

La asignación del libro de Esther a libros no canónicos es análoga a Melitón, y se explica

por el hecho de que algunos de los judíos, según el Talmud de Jerusalén, desafiaron la

autoridad canónica de este libro, y en las listas de la Biblia griega su texto estaba lleno de

muchas adiciones no canónicas contra el original hebreo. - La Regla apostólica número

85 y el Concilio de Laodiceia permiten esta perplejidad para un teólogo ortodoxo. El

mismo cálculo y propósito de los libros canónicos y no canónicos del Antiguo

Testamento también se encuentra en la Sinopsis de San. Atanasio (Historia del canon

de los libros sagrados del Antiguo Testamento.; 4. Historia del canon del Antiguo

Testamento en la Iglesia., Segundo período (siglos IV-V); párrafo 4)

La enciclopedia católica nos afirma:

“Con sus escrituras flexibles, Alejandría había sido desde el principio un campo fecundo

para la literatura apócrifa, y San Atanasio, el vigilante pastor de ese rebaño, queriendo

proteger a éste de influencias perniciosas, elaboró un catálogo de libros señalando en él

los valores que se le habían de dar a cada uno. Primero, el canon estricto y fuente

autorizada de verdad es el Antiguo Testamento judío, excluido el libro de Ester. Hay,

además, ciertos libros a los que los Padres señalaron como fuente de edificación e

instrucción para los catecúmenos. Ellos son: la Sabiduría de Salomón, la Sabiduría

de Sirac (Eclesiástico), Ester, Judit, Tobías, el Didaché o Doctrina de los Apóstoles

y el Pastor de Hermas. Todos los demás son apócrifos e invenciones de los herejes

(Epístola Festal, para 367). Siguiendo el precedente de Orígenes y de la tradición

alejandrina, el santo doctor no reconoció más canon formal del Antiguo Testamento

que el hebreo. Empero, fiel a la misma tradición, en la práctica admitió para los libros

deuterocanónicos una dignidad escriturística, como puede verse en la forma como los

utiliza.” (Reid, George. "Canon of the Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3.

New York: Robert Appleton Company, 1908. III)

La enciclopedia Ortodoxa Rusa también nos afirma:


“De acuerdo con la regla de sv. Atanasio, considerado como "destinado por los Padres a

leer para unirse a la Iglesia". No fueron incluidos ni nombrados, a excepción del Libro de

Sabiduría de Jesús, el hijo de Siraj, dado como ejemplo. Tampoco fueron designados por

un término específico. Esto no nos permite tener en cuenta lo presentado en el Catecismo

por lo que el. en el canon del Antiguo Testamento como en el completado. En la tesis

principal, repitió la posición reconociendo como Santo. Los escritos del Antiguo

Testamento son exclusivamente libros del canon judío. En la tesis principal, repitió

la posición reconociendo como Santo. Los escritos del Antiguo Testamento son

exclusivamente libros del canon judío. En la tesis principal, repitió la posición

reconociendo como Santo. Los escritos del Antiguo Testamento son

exclusivamente libros del canon judío. (B. A. Tikhomirov; Enciclopedia Ortodoxa Rusa;

canon bíblico, La definición del canon del Antiguo Testamento en la teología rusa.; párrafo

3)

28

12.Hilario de Poitiers (300-368)

Fue un obispo, escritor, Padre y Doctor de la Iglesia; al igual que Atanasio, también tuvo

mucha influencia en el occidente, combatía igualmente las herejías arias; pero al igual que

Atanasio, también defendía la lista que Antiguo Testamento que encaja al canon hebreo,

Hilario solo dejo pasar un detalle, en su lista pone la epístola de Jeremías, esto de seguro,

porque creía que esa epístola formaba parte de Jeremías; estos errores eran comunes en

los padres de la iglesia, estos escritos apócrifos se colaban por la autoridad canoníca de

un libro que se encontraba en el canon hebreo, y no porque esos libros en sí, tuvieran

autoridad canoníca independiente, a continuación pondré la lista del canon del Antiguo

Testamento de Hilario.

“La ley de Antiguo Testamento se reconoce en veintidós libros, por lo que caen en el

numero de las letras hebreas. Ellos son contados de acuerdo con la tradición de los

antiguos padres, de modo que los de Moisés son cinco libros; el sexto de Josué; el

séptimo de jueces y Rut; el octavo es el primero y segundo de Reyes; el decimo son los

dos libros llamados Crónicas; el undécimo es Esdras (Donde Nehemías está

comprendido); el libro de Salmos siendo el duodécimo; los proverbios de salomón,

Eclesiastés y el cantar de los cantares haciendo el decimotercero, decimocuarto y


decimoquinto; los 12 profetas haciendo el decimo sexto; entonces Isaías y Jeremías, junto

con Lamentaciones y su epístola, (ahora el vigésimo noveno capítulo de su profecía)

Daniel y Ezequiel, y Job, y Ester; haciendo el numero completo de veintidós libros”

(Sancti Hilarii Pictaviensis Episcopi Super Psalmos, Prologue 15, Testamenti Veretis libris

XXII, aut 24. Tres linguae praecipuae PL 9:241)

Como podemos observar, la lista ofrecida por Hilario, es idéntico al canon hebreo, y

parecido al canon del Antiguo Testamento que tiene actualmente las biblias protestantes;

Hilario considera la misma cantidad de libros del canon hebreo para el Antiguo

Testamento cristiano, deja afuera de la lista canoníca a los libros 1 y 2 Macabeos, Judith,

Sabiduría, Eclesiástico, Siracide y Baruc; ya con esto, podemos ver lo muy apegado que

estaba Hilario al canon hebreo y lo muy distanciado que estaba de aceptar los libros

apócrifos de la septuaginta mal llamada “canon de alejandria”

Y lo que es peor, Hilario responsabiliza a la tradición para justificar su lista del Antiguo

Testamento cuando dice “Ellos son contados de acuerdo con la tradición de los antiguos

padres”; vaya, los católicos cuando no puede justificar sus herejías con las escritura, y

reciben atentados al estilo musulmán departe de la biblia, cuando los bibliazos duelen

mucho; se van corriendo a refugiarse detrás de la tradición, pero ¡upss! La tradición

también los traiciona; ni modo, a correr a esconderse detrás de su magisterio romano

creyendo ciegamente que lo que dice semejante iglesia es verdad, lamentable, pero

dejemos que sea Hilario que les arruine mas el día a los pobres sumisos católicos.

“En veintidós libros son juzgados por la ley del antiguo testamento; para que coincida con

el numero de letras (…) confieso que algunos quieren añadir Tobías y Judit; pero el

otro informe esta mas en la tradición” (Hilario en prolog. Psal. Explanat. Veronae 1730)

Aunque estos libros apócrifos jamás fueron aceptados dentro del canon, tampoco fueron

rechazados del todo, siempre fueron usados con fines de edificación.

29

A. Tkachenko en la enciclopedia teológica ortodoxa nos aporta:

“La posición de los Padres del Este, limitando al canon Hebreo. El canon, reflejado en

una serie de escritores occidentales de los siglos IV-V, por ejemplo. en svt. Hilario

de Poitiers y Rufino.” (A. Tkachenko ; Enciclopedia teológica ortodoxa; Canon bíblico;

Composición del Antiguo Testamento en la Iglesia primitiva. Párrafo 9)


La enciclopedia católica también nos afirma:

“San Hilario de Poitiers y Rufino siguieron sus huellas al excluir teóricamente del rango

canónico a los deuterocanonicos, aunque los admitiesen en la práctica”( Reid, George.

"Canon of the Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert

Appleton Company, 1908)

La enciclopedia Ortodoxa también nos afirma:

“Así, los padres y los concilios de la Iglesia del Este reconocieron la diferencia en

autoridad y dignidad de los libros canónicos y no canónicos, mientras que los padres y

los concilios de la Iglesia Occidental, con la excepción de Hilario, Jerónimo y

Rufino, no consideraron tal distinción (…)la influencia de Orígenes, pero ya en el

período anterior nos encontramos con una lista similar del Obispo de la misma Iglesia de

Pictavi, que también menciona solo un libro canónico "Según el canon judío" y "24

libros" los numeran, es decir, establece literalmente similar el último relato de

Hilario. Por lo tanto, la conclusión es que en la Iglesia Pictaviana se aceptó el

reconocimiento del Este y se expresó en Hilario. (Yungerov P.A; Enciclopedia ortodoxa;

Segundo período (siglos IV-V) párrafo 1 y 20)

De modo, que para la iglesia Pictaviana, oséa, donde pastoreaba Hilario de Poitiers,

aceptaban como valido la lista ofrecida por el canon hebreo.

13. Apolinario de Laodicea (310-390)

Se sabe muy poco de la vida y de las obras de Apolinario, lo único que se sabe es que fue

obispo de Laodicea y que también rechazaba las escrituras apócrifas como parte del

canon; ¿Cómo sabemos esto?, pues Orígenes lo menciona a la par de Metodio y Eusebio

como testigos en contra de la canocidad de dichos escritos, ese texto de Jerónimo ya lo

había puesto, pero lo volveré exhibir, Jerónimo escribió:

“Y a las cosas de este profeta, o más bien en contra de este libro, que Porphyry acusó, los

testigos son Metodio, Eusebio, (y) Apolinario, quienes, respondiendo a su locura con

muchos miles de versos, no sé si son satisfactorios. al lector interesado. Por lo cual te

ruego, oh Paula y Eustochium” (prologo a Daniel; traducido por Kevin P. Edgecomb,

Berkeley, California, 2006)

Es por medio de Jerónimo; que Apolinario también rechazaba la escrituras apócrifas como

parte del canon y por lo tanto, consideraba la lista del canon hebreo como el correcto.
30

14.Epifanio de Salamina (310-403)

Fue un obispo de la ciudad de Salamina en Chipre en el siglo IV; fue uno de los padres de

la iglesia más importantes en defensa del cristianismo ortodoxo en contra de las herejías

arias; logro escribir un compendio muy voluminoso y muy completo con diferentes citas

donde defendía el cristianismo, uno de los libros más completos de la época; pero, como

era de esperarse, Epifanio también menciona todos los libros que conforman el canon del

Antiguo Testamento, y no solo lo hizo una vez, lo hizo tres veces, oséa, menciona la lista

del Antiguo Testamento tres veces; en la primera lista, podemos ver que comente el

mismo error que cometieron muchos padres de la iglesia, pues, algunos ponían como

parte de la lista canoníca al libro de Baruc y la epístola de Jeremías pues creían que

formaban parte del libro de Jeremías; Epifanio hace eso mismo, pero lo corrigen tiempo

después, dejando una lista de libros inspirados que corresponde exactamente con el

canon hebreo; estas tres lista están registradas en sus dos obras más importante; “contra

herejías” y “mensuris et ponderibus”, vamos a ver la primera lista:

“Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Ruth, Job, Salmos,

Proverbios, Cantar de los cantares, los 4 libros de los reyes, los doce profetas menores,

Isaías, Jeremías y Lamentaciones con la epístola y Baruc en un libro, Ezequiel, Daniel y

los dos libros de Esdras y Ester” (Contra herejes 8:6)

En su segunda lista, se da cuenta de su error de incluir a los libros apócrifos de Baruc y la

epístola de Jeremías y los omite de la lista; alineando la lista del Antiguo Testamento

exactamente correspondiente al canon hebreo; veamos su segunda lista:

“Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés,

Cantare, Josué, Jueces y Ruth en un libro, 1 y 2 Crónicas en un libro, 1 y 2 Reyes en un

libro, 3 y 4 en un libro; los doce, Jeremías, Isaías, Ezequiel, Daniel, los dos libros de

Esdras y Ester” (De mensuris et ponderibus, 4)

Como pueden ver, pone una lista de libros del Antiguo Testamento que corresponde

exactamente con el canon hebreo. En su tercera lista vuelve hacer lo mismo, veamos:

“Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Job, Jueces, Ruth, Salmos,

los dos libros de las Crónicas, los cuatro libros de los reyes, Eclesiastés, Canción de los

canticos, los doce, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, los dos libros de Esdras y Ester”
(De mensuris et ponderibus, 23)

El teólogo ortodoxo P.A. Yungerov nos dice el porqué de la postura de Epifanio.

“San Epifanio de Chipre, que descendía de los judíos y estudiaba en la escuela judía con

los sabios rabinos, testifica que "entre los judíos, todos los 22 libros sagrados

canónicos yacen en el arca del templo" (De ponder. Et mens. §4).” (P.A. Yungerov;

Introducción al Antiguo Testamento; El concepto del canon y la historia de su origen y

conclusión. Párrafo 22)

31

Está claro que Epifanio por sus relaciones con los judíos rabínicos logro reducir el canon

del Antiguo Testamento para alinearlos, pero, ¿las opiniones de Epifanio son compatibles

con Romanos 3:1-2? El profesor P.A. Yungerov nos sigue explicando:

“San Epifanio de Chipre (+403) en sus diversas creaciones ofrece el cálculo de los libros

del Antiguo Testamento. "El Señor le dio a los libros de Hebreos 22 según el número

de letras de su alfabeto", dice, y luego enumera solo libros canónicos (…) Los libros

del Antiguo Testamento, dice, exponen la historia desde la creación del mundo hasta la

época de Ester (…) - En general, la cuenta de san. Epifanio es bastante similar a los

números anteriores de St. el padre, solo el libro de Esther lo identifica claramente como

libros canónicos y también indica claramente el motivo para llevar libros al canon: colocar

los libros "en el arca", y obviamente significa la definición de Moisés de mantener su libro

a la derecha del arca (Deuteronomio 31: 9- 26) y la aplicación de este comando en todos

los tiempos subsiguientes a todos los libros del Antiguo Testamento. Aquí, por lo tanto,

queda claro por qué los padres de la Iglesia Oriental prestaron atención al canon judío y

fueron guiados en su definición del "número y orden" de los escritos canónicos. Hebreos,

dice Epifanio está de acuerdo con el apóstol Pablo (Rom. 3: 2), la palabra de Dios

fue confiada y guardada en el arca como el santuario más grande, y por lo tanto, los

cristianos deben guiarse por su tradición en este asunto. (P.A. Yungerov;

Introducción al Antiguo Testamento; 4. Historia del canon del Antiguo Testamento en la

Iglesia. Primer periodo, párrafo 14)

La enciclopedia Ortodoxa nos afirma:

“las palabras de Epifanio de Chipre sobre el estado de los libros no incluidos en el canon

judío, “aunque son útiles y edificantes, no se encuentran entre los libros sagrados”
(Enciclopedia Ortodoxa; Canon Bíblico; La definición del canon del Antiguo Testamento

en la teología rusa. Párrafo 9)

La enciclopedia católica nos afirma:

“"San Epifanio no muestra duda alguna acerca del rango de los deuterocanonicos: los

estima, pero a sus ojos no ocupan el mismo nivel que los libros hebreos" (Reid,

George. "Canon of the Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York:

Robert Appleton Company, 1908; C.El canon del Antiguo Testamento durante el siglo

cuarto y la primera mitad del quinto, parrafo 2 )

El informe de la Academia de Teología Ortodoxa de San Petersburgo BA Tikhomirov del

26 al 28 de noviembre de 2013 nos dice:

“Macarius en la lista de testimonios de padres cita las palabras de Epifanio de Chipre

sobre el estado de los libros que no están incluidos en el canon judío: "aunque son

útiles y edificantes, no están entre los libros sagrados" (Informe del profesor asociado

de la Academia de Teología Ortodoxa de San Petersburgo BA Tikhomirov en la

32

conferencia “Estudios bíblicos modernos y tradición de la Iglesia”, 26-28 de noviembre de

2013)

Epifanio no solo pone en un nivel inferior a los libros apócrifos a la par de la lista del

Canon hebreo, si no que utiliza el testimonio del apóstol Pablo para darle más valor a su

postura.

15.Cirilo de Jerusalén (315-386)

Fue un obispo de Jerusalén entre los años 350 y 386, por lo tanto, no sería raro si tiene

gran estima por el canon hebreo; Es considerado como uno de los más grandes

apologistas y doctores del cristianismo, su obra más importante es “lectura catequesis”,

en dicha obra toca el tema con respecto al canon bíblico, ofrece una lista sumamente,

exageradamente parecido al canon hebreo, el escribió:

“Lee, pues, los veintidós libros, pero no quieras saber nada de los apócrifos. Medita y

estudia sólo aquellos, que son los que en la Iglesia leemos con confianza cierta; mucho

más prudentes y piadosos que tú eran los Apóstoles, así como los antiguos obispos de la

Iglesia que nos los transmitieron; por tanto, tú, que eres hijo de la Iglesia, no conculques

sus leyes. Medita en serio los veintidós libros del Antiguo Testamento, cuyos nombres
esfuérzate en grabártelos de memoria tal como te los diré ahora. Los cinco primeros son

los libros de la Ley, de Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio.

Después, el libro de Josué y el de los Jueces, el séptimo y que se considera

conjuntamente con Rut. De los restantes libros históricos, el primero y segundo de los

Reinos se consideran uno entre los hebreos, y lo mismo sucede con el tercero y el

cuarto. De modo semejante sucede entre ellos con el primero y el segundo de los

Paralipómenos, a los que consideran un único libro; también los dos libros de Esdras

son contados como uno. El de Ester es el libro duodécimo. Estos son los históricos.

Cinco están escritos en verso: Job, el libro de los Salmos, Proverbios, Eclesiastés y el

Cantar de los cantares, que es el libro diecisiete. Siguen cinco proféticos: un libro de

los Doce profetas, uno de Isaías, uno de Jeremías, incluyendo a Baruc y la Epístola,

más los libros de Ezequiel y Daniel, el vigésimo segundo del Antiguo Testamento.”

(Lectura catequesis; IV, 35)

Como puedes ver querido lector; Cirilo solo tuvo el error de creer que Baruc y la epístola

de Jeremías, formaban parte del libro canónico de Jeremías, pero este error, como ya

vimos anteriormente, fue corregido por muchos padres de la iglesia; lo que nadie puede

negar en su sano juicio, tomando la anterior consideración, es que Cirilo expone el canon

hebreo como la regla a seguir; en su lista omite los libros de 1 y 2 Macabeos, Sabiduría,

Eclesiástico, Tobías y Judith; la pregunta a formular, ¿Por qué? Ya al principio de este

fragmento, Cirilo le dice a sus lectores que no queremos saber nada de los apócrifos:

“Aprende también de la Iglesia con afán cuáles son los libros del Antiguo Testamento (...)

y hazme el favor de no leer ninguno de los apócrifos, Pues si no estás al tanto de lo

que todo el mundo conoce y confiesa, ¿por qué pierdes lastimosamente el tiempo con

cuestiones dudosas y controvertidas? Lee las Sagradas Escrituras, o sea, estos

33

veintidós libros del Antiguo Testamento que tradujeron los setenta y dos

intérpretes” (Lectura catequesis; IV, 33)

Cirilo reduce los libros del Antiguo Testamento que tradujeron los 72, oséa la septuaginta

a la cantidad de libros del canon hebreo, los católicos siempre argumentan que Jesús, los

apóstoles y los cristianos primitivos usaron la septuaginta y que eso, es prueba que

aceptaban los apócrifos dentro del canon, este argumento solo seria meramente una
suposición; pues la septuaginta tenia no solo los 7 libros apócrifos que tiene los católicos,

tienen otros libros apócrifos como 3 Macabeos, 3 y 4 Esdras (1 Esdras) la oración de

manases, salmo 151 y el libro de Enoc, estos libros, ningún católico romano los acepta

como divinamente sagrados, pero vamos ¡estaban en la septuaginta! Cirilo no pasa por

alto la cuestión de la septuaginta, y reduce todos los libros de la septuaginta en 22 libros

que corresponden con el canon hebreo, el mismo que tiene actualmente los protestantes;

de modo, que el hecho que los cristianos primitivos hayan usado la septuaginta, no es

evidencia que ellos aceptaban los libros apócrifos a la par de la escritura del canon

hebreo.

La enciclopedia católica nos dice:

“Desde la misma sede episcopal, San Cirilo, quien defiende el derecho de la Iglesia de

fijar el canon, ubica estos últimos entre los apócrifos, y prohíbe igualmente la lectura

privada de cualquier libro que no sea leído en el templo”( Reid, George. "Canon of the

Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company,

1908;C. El canon del Antiguo Testamento durante el siglo cuarto y la primera mitad del

quinto, parrafo 1)

El informe de la Academia de Teología Ortodoxa de San Petersburgo BA Tikhomirov del

26 al 28 de noviembre de 2013 nos revela:

“¿Cuántos libros sagrados del Antiguo Testamento?" (hebraicae veritatis) - “Se les

encomendó la palabra de Dios” (Rom 3: 2). El término canon no fue usado. En la

numeración de los libros sagrados del Antiguo Testamento - "veintidós" - sv. Filaret se

refiere a svt. Cirilo de Jerusalén, Atanasio de Alejandría y San Juan de Damasco.

(Informe del profesor asociado de la Academia de Teología Ortodoxa de San Petersburgo

BA Tikhomirov en la conferencia “Estudios bíblicos modernos y tradición de la Iglesia”, 26-

28 de noviembre de 2013)

El Catecismo ortodoxo de 1839 de St. Filaret (Drozdov) nos dice en su sección sobre las

sagradas escrituras:

Pregunta: ¿Cuántos son los libros del Antiguo Testamento? (...) Respuesta: San Cirilo de

Jerusalén, San Atanasio el Grande y San Juan Damasceno dicen que Son veintidós

libros, coincidiendo con los judíos, que así los numeraban en la lengua hebrea original

(Atanas. Ep. 39, J. Damasc. Theol., líbro 4, c. 17).


La enciclopedia Ortodoxa Rusa nos explica de cómo muchos padres de la iglesia

siguieron los ideales de Melitón de Sardes, y entre ellos menciona a Cirilo.

34

“Siguiendo a Melitón de Sardes muchos padres de Las iglesias, al compilar listas de

libros bíblicos, también buscaron restringir estrictamente la composición del canon

del Antiguo Testamento. San Cirilo de Jerusalén ( Cyr. Hieros. Cat. 4); San Gregorio el

Teólogo ( Greg. Nazianz. Carm. dogm. 12); San Atanasio de Alejandría ( Atanas. Alex.

Ep. pasch. 39); Juan de Damasco ( Ioan. Damasco.De fide orth. IV 17); Los padres del

Consejo de Laodicea (Laodique 60) (M. G. Seleznev; Enciclopedia Ortodoxa Rusa; Canon

Biblico, Composición del Antiguo Testamento en la Iglesia primitiva. Párrafo 5)

P.A.Yungerov también nos aporta:

“San Cirilo de Jerusalén (+386) en la cuarta enseñanza pública dice (cita Lectura

Catequesis 4:36) El cálculo presentado, al parecer, es muy similar al cálculo de San

Atanasio, solo el libro de Ester se cuenta entre los libros canónicos; no se

menciona la designación de libros no canónicos para los leídos y esos libros no

están listados en absoluto; Con mayor claridad que la de Atanasio, se observa el

origen cristiano de este canon de "apóstoles y antiguos obispos", y no solo su

carácter judío. (P.A.Yungerov; ; Introducción al Antiguo Testamento; 4. Historia del canon

del Antiguo Testamento en la Iglesia. Primer periodo, párrafo 13)

16.Basilio el grande (329-379)

Unos de los padres de la iglesia más influyentes del cristianismo del occidente del siglo

IV, fue teólogo, escritor y doctor de la iglesia cristiana, nació en Cesarea, en Asia menor;

fue hermano de otro padre de la iglesia influyente llamado Gregorio de Nisa y amigo

cercano de Gregorio Nacianceno; Basilio fue otro padre de la iglesia que apelo también a

la autoridad de los judíos sobre el canon del Antiguo Testamento; llegando a la conclusión

solo a 22 libros para el canon hebreo, el escribió:

“como estamos tratando con números y cada numero entre reales existencias, un cierto

significado del cual el creador del universo hizo uso completo tanto en el esquema general

y en el arreglo de los detalles, debemos dar buena atención y con la ayuda de las

escrituras trazar su significado y el significado de cada uno de ellos. Tampoco hay que

dejar de señalar que no es sin razón que los libros son veintidós según la tradición
judía, el mismo número de letras del alfabeto hebreo. Porque como las veintidós

letras pueden considerarse una introducción a la sabiduría y las doctrinas divinas

dadas a los hombres de estas cartas, por lo que, los veintidós libros inspirados son

el alfabeto de la sabiduría de Dios y una introducción al conocimiento de la

realidad” (Filocalia de Origen, capítulo III)

Basilio es claro en aceptar el canon hebreo dándole simbología numérica, el dice que los

22 libros son el alfabeto de la sabiduría de Dios, si Basilio aceptaba los libros apócrifos

como parte del canon, ¿cree usted que Basilio hubiese limitado la sabiduría de Dios en 22

libros? Imaginase, mientras que los católicos suman esos 22 libros (39 libros) con los 27

libros de nuevo Testamento para dar 66 y decir que dicha lista es imperfecta, a la par de

su lista inspirada que es 72 porque incluyen los apócrifos. Basilio todo lo ve de manera

diferente, es principalmente por el antiguo testamento que los católicos terminan casi

35

satanizando el canon de la biblia protestante por causa del canon corto que poseemos

siguiendo el canon hebreo, mientras que Basilio lo mira como el alfabeto de la sabiduría

de Dios, ¡qué gran diferencia entre lo que pensaba este padre de la iglesia con lo que

piensan actualmente los católicos!

Esta cita fue estriada de un libro de la obra “Filocalia de origen” en sí, es atribuida a

Gregorio el grande y Gregorio Nacianceno, ambos contribuyeron en esta obra, sin

embargo, habrase notado que esta obra no pone una lista especifica de los libros del

canon del Antiguo Testamento, pero, tenemos la ventaja, que esta obra fue llevado

concorde unánime entre Gregorio el grande y Gregorio nacianceno, este último, si da una

lista de libros inspirados, eso lo veremos más adelante.

17.Gregorio Nacianceno (329-389)

Fue un patriarca de Constantinopla, Nació en Arianzo, en el suroeste de Capadocia, tuvo

tanta influencia que logro considerarse como “el retorico más dotado de la edad patrística”

defendiendo la trinidad pero a la vez, el responsable de infiltrar helenismo en el

cristianismo, colaboro con Gregorio el grande en la obra “Filocalia de Origen” por lo tanto,

no sería sorpresa si defiende el canon del antiguo testamento conforme al canon hebreo,

de hecho, si lo hizo, hasta me atrevo a decir que fue más directo que San Jerónimo, repite

la lista del Antiguo Testamento dos veces y las dos listas corresponden exactamente con
el canon hebreo que actualmente tiene las biblias evangélicas.

En su obra “Carmina Dogmatica” nos ofrece una lista inspirada del antiguo testamento

que concuerda con el canon hebreo, el escribió:

“Recibe el número y los nombres de los libros sagrados. Primero los doce libros históricos

en orden: primero es Génesis, luego Éxodo, Levítico, Números y el testamento de la ley

que se repite nuevamente; Josué, Jueces y Rut la moabita siguen estos; Después de

esto, las famosas hazañas de los reyes ocupan el noveno y décimo lugar; Las Crónicas

vienen en el undécimo lugar, y Esdras es el último. También hay cinco libros poéticos, el

primero de los cuales es Job, el que está al lado es el del rey David, y tres de Salomón, a

saber, Eclesiastés, Proverbios y su canción. Después de estos vienen cinco libros de los

santos profetas, de los cuales doce están contenidos en un volumen: Oseas... Malaquías,

estos están en el primer libro; el segundo contiene a Isaías. Después de esto está

Jeremías, llamado desde el vientre de su madre, luego Ezequiel, la fortaleza del Señor y

Daniel por último. Estos veintidós libros del Antiguo Testamento se cuentan de

acuerdo con las veintidós letras de los judíos... No dejes que tu mente se engañe

con los libros extraños (porque muchas de las falsas inscripciones están haciendo las

rondas), pero debes mantener este número legítimo de mí, querido lector” (Carmina

Dogmatica, Libro I, Sección I, Carmen XII. PG 37: 471-474)

Como ustedes pueden observar, Gregorio Nacianceno ofrece una lista que se acopla

exactamente al canon hebreo, solo cometió un error, se le olvido poner el libro de

Deuteronomio, vamos, ningún padre de la iglesia negó la canocidad de Deuteronomio, no

seamos tan indoctos para pensar que Gregorio rechazaba la inspiración de

36

Deuteronomio, simplemente se equivoco al olvidar mencionarlo, no significa que dicho

sea del mismo nivel de los apócrifos; También omite Ester, quizás por las disputas

vigentes de dicho libro; nótese que hace una amonestación al final diciendo “no dejes que

tu mente se engañe con libros engañe con libros extraños” oséa, para Gregorio, todo

aquellos libros que no forman parte de esta lista, puede engañar las mentes de las

personas, en teoría, dichos libros enseñan mentiras. Gregorio es más específico en su

segunda lista, mucho más que Jerónimo, y en esa lista, Incluye Deuteronomio y Ester.

Veamos:
“Además de esto, es muy importante que también lo sepan: no todo debe considerarse

seguro, lo que se ofrece a sí mismo como venerable Escritura. Porque hay aquellos

escritos por hombres falsos, como a veces se hace. En lo que respecta a los libros,

hay varios que son intermedios y cercanos a la doctrina de la verdad, por así

decirlo, pero hay otros que son espurios y extremadamente peligrosos, como sellos

falsos y monedas espurias, que sí tienen la inscripción del rey. , pero que son falsos,

y están hechos de material base. Debido a esto, enumeraré para usted los libros

individuales inspirados por el Espíritu Santo, y para que puedan saberlo claramente,

comenzaré con los libros del Antiguo Testamento. El Pentateuco contiene Génesis, luego

Éxodo, Levítico, que es el libro intermedio, después de eso Números y finalmente

Deuteronomio. A estos se suman Josué y Jueces; después de estos Ruth y los cuatro

libros de Reyes, Paralipomenon igual a un libro; Siguiendo estos primero y segundo

Esdras. A continuación les recordaré cinco libros: el libro de Job, coronado por las luchas

de varias calamidades; también el libro de los Salmos, el remedio musical del alma; los

tres libros de la Sabiduría de Salomón, Proverbios y Eclesiastés, y el Cántico de

Cantares. Agrego a estos los doce profetas, primero Oseas, luego Amós, y luego Michah,

Joel, Abdías y Jonás, el tipo de los tres días de la Pasión, después de estos Nahúm,

Habacuc, luego el noveno Sofonías, Ageo Zacarías. y el ángel con dos nombres,

Malaquías. Después de esto, conozca a los otros profetas que serán cuatro: el gran e

impávido Isaías, Jeremías, inclinado a la misericordia, y el místico Ezequiel y Daniel, los

más sabios en los acontecimientos de las Últimas Cosas, y algunos añaden a Esther a

estos” (Carta a Seleuco, ap. Gregory Nazianzus, Carminum II.VII, PG 37.1593-1595

(traducción de Catherine Kavanaugh, Universidad de Notre Dame)

Como puedes ver, querido lector, menciona todos los libros del antiguo Testamento que

tiene actualmente las biblias protestantes a base del canon hebreo; esta cita más clara no

puede ser, es sumamente específica; no se debe aceptar todo aquello que se presenta

como sagrada escritura, compara todos esos escritos apócrifos como las monedas falsas,

además dice que dichos libros son falsos, espurios y extremadamente peligrosos, antes

de citar los libros del canon hebreo, es claro en decir que dichos libros son inspirados por

Dios, es muy claro, la misma postura de las iglesias protestantes; es más claro y

contundente que Jerónimo, mas adelante veremos más sobre san Jerónimo.
P.A.Yungerov nos afirma:

“Este relato es el primero en monumentos judíos y, según el testimonio de los Padres y

escritores cristianos de la Iglesia (Melitón, Orígenes, Jerónimo, Atanasio, Gregorio el

teólogo y muchos otros), fue reconocido generalmente entre judíos y

Posteriormente, la era cristiana. (P.A.Yungerov; Historia del canon de los libros

37

sagrados del Antiguo Testamento; 1 .El concepto del canon y la historia de su origen y

conclusión. Párrafo 46)

P.A.Yungerov nos sigue dando su punto de vista en cuanto a la primera lista de Gregorio:

“Pero detrás de estas pequeñas, y previamente hemos encontrado diferencias, se puede

ver una similitud significativa en todo, principalmente en el número 22 y su conformidad

con el alfabeto hebreo. Gregorio el teólogo puede ver la voz de la tradición de la Iglesia de

Constantinopla. No menciona la canonicidad de Baruc y la Epístola de Jeremías y no

menciona en absoluto el libro de Ester y todos los libros no canónicos. Pero detrás

de estas pequeñas, y previamente hemos encontrado diferencias, se puede ver una

similitud significativa en todo, principalmente en el número 22 y su conformidad

con el alfabeto hebreo. (P.A.Yungerov; Historia del canon de los libros sagrados del

Antiguo Testamento; 4. Historia del canon del Antiguo Testamento en la Iglesia. Segundo

período (siglos IV-V). Párrafo 2)

En cuanto a su segunda lista; P.A.Yungerov todavía comenta:

“Que este sea el canon inimitable de los escritos inspirados ". Por lo tanto, Amphilochius

solo enumera los escritos" inspirados en el canon "en la enumeración de los escritos"

inspirados en Dios canónicos ", sin Baruc y la carta de Jeremías, también se

menciona a Ester. Notables también palabras del Padre, que el "nombre honorable de la

escritura" en su tiempo a menudo se asimilaba no solo a los libros del "promedio", sino

también a los falsos. De aquí las citas son paternales de libros no canónicos con el

nombre de la última "Escritura” (P.A.Yungerov; Historia del canon de los libros sagrados

del Antiguo Testamento; 4. Historia del canon del Antiguo Testamento en la Iglesia.

Segundo período (siglos IV-V). Párrafo 3)

Es claro que el punto de vista de Gregorio, está muy lejos de acoplarse al punto de vista

católico romano en cuanto a los libros apócrifos.


18.San Agustín de Hipona (354-430)

De todos los padres de la iglesia que podemos citar, San Agustín es que más preferencia

tenía por los apócrifos; de hecho; fue el mayor influyente para que dichos libros se

tomaran en cuenta en los concilios de Hipona y Cartago; fue principalmente su influencia,

por así decirlo; que competió con la de san Jerónimo, San Agustín no fue tan crítico con la

septuaginta como lo fue Jerónimo; por esa razón podemos ver porque tanto la insistencia

de citar y utilizar esos libros como si fueran canónicos; sin embargo, como hemos venido

presentando, muchos padres de la iglesia a lo largo y ancho de la historia, rechazaron la

canocidad de dichos libros; San Agustín no paso de largo este hecho, el siempre estuvo

consciente que dichos libros deberían estar en un nivel inferior al canon hebreo; pero, San

Agustín, aun siempre les estuvo gran estima; pero; ¿Por qué ponerlo aquí si básicamente

san Agustín es como el contraparte de nuestro estudio? Por lo que he dicho; San Agustín

no paso de largo que muchos cristianos rechazaban la canocidad de dichos libros; es por

esa razón, su testimonio tiene valor en este estudio.

38

En sus replicas sobre la predestinación, cita al libro de la Sabiduría, y como sus

argumentos, son rechazados por los hermanos cristianos por no tener sostén en un libro

canónico, a pesar de haber citado a Sabiduría, San Agustín dijo:

“Y es en este libro donde alega aquel testimonio de la Sabiduría: Fue arrebatado por que

la malicia no pervirtiese su inteligencia. Texto que, aducido también por mí, lo han

rechazado estos hermanos nuestros, según vosotros me habéis dicho, por no estar

tomado de un libro canónico; como si, aun dejando aparte la autoridad de este libro, no

fuera la cuestión que allí trataba yo de demostrar suficientemente clara. “(Sobre la

predestinación de los santos, capitulo 12)

¿Cuál sería el objetivo principal por la cual a algunos libros apócrifos podía ser llamados

“canónicos” por la iglesia? La respuesta seria solo con fines de edificación, como lectura

devocional, (aunque no fue así en el caso de Agustín) debido por las historias de algunos

mártires, lo deja claro en la siguiente cita:

“Desde el tiempo de la restauración del templo entre los judíos no hubo ya reyes, sino

príncipes, hasta Aristóbulo. El cálculo del tiempo de éstos no se encuentra en las

santas Escrituras llamadas canónicas, sino en otros escritos, entre los cuales están los
libros de los Macabeos, que no tienen por canónicos los judíos, sino la Iglesia, y esto

merced a las torturas terribles y admirables de algunos mártires, que lucharon por

la ley de Dios hasta su muerte, aun antes de la encarnación de Cristo, y soportaron

los más graves y horribles tormentos.” (Ciudad de Dios; libro 18, capitulo 26)

Nótese que San Agustín, a pesar de estar a favor de dichos libros, no compromete a toda

la iglesia en general con un argumento alegando que dicho libro es canónico en el sentido

que servía como autoridad para confirmación de doctrina, si no por sus relatos de los

mártires, de ahí, no dice nada más; el bien pudo haber dicho que dichos libros son

canónicos en el sentido que son iguales a los libros canónicos de los judíos, mas no lo

hizo; él sabía perfectamente la postura de cristianismo en ese asunto.

En su carta 226 también nos presenta lo expuesto anteriormente cuando cita a Sabiduría:

“El testimonio que tú pones: Fue arrebatado para que la malicia no trastornase su

entendimiento, piensan que es mejor omitirlo por no ser canónico. Entienden, pues, la

presciencia del modo siguiente: cuando se dice que fueron previstos, ha de entenderse

que lo fueron en atención a su fe futura; a nadie se le da una perseverancia tal que no

pueda perderla, sino tal que, por su propia voluntad, el hombre pueda decaer de ella y

quedar: sometido a su debilidad.” (Carta 226:4)

La enciclopedia católica nos afirma:

“San Agustín parece reconocer teóricamente varios grados de inspiración, pero en la

práctica emplea los protos y los deuteros sin discriminación alguna. En su “De

doctrina Christiana” él enumera los componentes del Antiguo Testamento completo”

(Reid, George. "Canon of the Old Testament." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New

York: Robert Appleton Company, 1908; punto C, párrafo 2)

39

A pesar de todo, tratándose de libros apócrifos y que el mismo San Agustín sabia que por

muchos cristianos y por parte de los judíos había un rechazo por la canocidad de dichos

libros, de hecho; hubo momentos en que San Agustín dudaba sobre la autoría profética

sobre algunos apócrifos, por ejemplo; el libro de Eclesiástico:

“Además, parece que yo llamé de profético las palabras en este pasaje: "¿Por qué son la

tierra y cenizas orgullosas?" [Eclesiástico 10: 9], porque el libro en el que se lee no es el

trabajo de alguien que puede estar seguro de que se podría llamar un profeta” (Las
retractaciones, Libro I; 3)

San Agustín duda que el libro de Eclesiástico sea un libro profético; lo más probable que

había dudado su canonicidad o que la influencia de Jerónimo lentamente penetraba sus

pensamientos; Según San Agustín; este libro fue escrito por Jesús hijo de Sirac, el mismo

que escribió sabiduría, según san Agustín, antes de sus retractaciones, el escribió esto:

“Durante dos libros, uno llamado Sabiduría, Eclesiástico del otro, se atribuyen a

Salomón de cierta similitud de estilo, pero la opinión más probable es que fueron

escritos por Jesús, hijo de Sirac. Se colocan entre los libros proféticos, ya que el

reconocimiento obtenido como autoridad. (Doctrina Cristiana 2: 8: 13)

Sin embargo, con el tiempo, como ya vimos, duda o mejor decirlo, desacredita la idea que

dichos libros fueron escritos con carácter profético; desde aquí, podemos ver como San

Agustín va cambiando de idea, ¿al final de su muerte aceptó por definitiva la posición de

Jerónimo? No se sabe, pero por lo que hemos presentado aquí, lo más seguro es que

aunque no del todo, si acepto algunos puntos de San Jerónimo con respecto al canon;

mientras que, en su vida, podemos ver como apreciaba los apócrifos como escritura

canoníca, y como su influencia afectó en los sínodos de Hipona y Cartago, pero ¿los

libros que san Agustín aceptaba como inspirados fueron efectivamente los mismo 7 libros

apócrifos que actualmente tienen los católicos en sus biblias? Esto será tema para más

tarde, hasta aquí, hemos llegado con San Agustín.

40

Unidad 2: El canon del Antiguo Testamento: Desde

San Jerónimo hasta la reforma.

01.San Jerónimo (347-420):

El caso de Jerónimo es muy especial, pues fue el principalmente; el que levanto con

mayor fuerza el rechazo hacia los libros apócrifos y aceptar como correcto el canon

hebreo; su influencia fue tal que para muchos, Jerónimo señala el punto de partida de un

largo periodo hasta la reforma de teólogos medievales y de la edad moderna que

rechazaron esos libros apócrifos poniéndolos en un nivel inferior a los libros del canon

hebreo; en teoría, Jerónimo señala el año cero del comienzo del rechazo en contra de

dichos libros; por eso, su nombre es que señala el segmento presentado en este post, ya

que fue el traductor de la biblia oficial de la iglesia católica, la vulgata latina; por lo tanto,
su testimonio debe ser el primero en ser presentado, veamos que pensaba Jerónimo:

“El primer libro (…) Génesis; el segundo (…) se llama Éxodo; el tercero (…) que es

Levítico; el cuarto (…) que llamamos Números; el quinto (…) que se designa como

Deuteronomio. Estos son los cinco libros de Moisés, que apropiadamente llaman Tora, es

decir, la Ley. La segunda orden está hecha de los profetas, y comienza con Jesús, hijo de

Nave, que se llama entre ellos Joshua ben Num. Luego agregan (…) el libro de los

Jueces; y adjuntan a Ruth a la misma, porque la historia narrada sucedió en los días de

los Jueces. Samuel sigue tercero, que llamamos primero y segundo reinos. El cuarto (…)

que es Reyes, cuyo libro contiene el Tercer y el Cuarto Reinos (…) Quinto es Isaías, sexto

Jeremías, séptimo Ezequiel, octavo el libro de los Doce Profetas (…) La tercera orden

contiene la Hagiographa, y comienza con Job, el primer libro, el segundo de David, que

también es un libro de Salmos que comprende cinco secciones. El tercero es Salomón,

que tiene tres libros: Proverbios (…) y Eclesiastés (…) El Cantar de los Cantares (…)

Sexto es Daniel, séptimo (…) que podemos llamar más claramente una crónica (…) cuyo

libro está escrito entre nosotros como Primer y Segundo (…) octavo es Esdras, que

también es de la misma manera entre griegos y latinos divididos en dos libros; noveno es

Esther. Y así hay veintidós libros en el Antiguo (Testamento), que son cinco de

Moisés, ocho de los Profetas, nueve de los Hagiographa. Aunque algunos pueden escribir

a Ruth y Cinoth entre los Hagiographa, y pensar en contar estos libros entre su

número, y de este modo tener veinticuatro libros de la Ley Antigua, que el

Apocalipsis de Juan introduce con el número de veinticuatro ancianos. Adorando al

Cordero y ofreciendo sus coronas, postradas en sus rostros, y gritando con una voz

incansable: 'Santo, santo, santo Señor Dios todopoderoso, quién fue y quién es y quién

será'. (Prologo del Libro de los reyes)

Es curioso la interpretación de Jerónimo con respecto a los 24 ancianos del Apocalipsis,

para Jerónimo los 24 ancianos son una figura los 24 libros del canon hebreo; en esta lista,

Jerónimo confirma los 24 libros de los hebreos, este prologo es el principal causante de la

influencia hostil contra esos libros que iremos presentando más adelante, Jerónimo sigue

diciendo:

41

“Este prólogo a las Escrituras puede ser apropiado como una introducción con casco a
todos los libros que pasamos del hebreo al latín, por lo que podemos saber que lo que

está fuera de estos está apartado entre los apócrifos. Por lo tanto, la Sabiduría, que

comúnmente se le atribuye a Salomón, y el libro de Jesús hijo de Sira, Judith y Tobías,

y El Pastor no están en el canon. He encontrado el primer libro de los macabeos

(es) hebreo, el segundo es el griego, que también puede ser probado por sus

estilos.” (Prologo del Libro de los reyes)

San Jerónimo, en el contexto de su prologo a los libros de los reyes lo deja muy claro;

todos los libros que están fueran de la lista presentada por el (que concuerdan

exactamente con el canon hebreo) deben ser colocados en el apócrifo.

En su prologo sobre los proverbios de Salomón nos dice lo siguiente:

“Por lo tanto, al igual que la Iglesia también lee los libros de Judith, Tobías y los

Macabeos, pero no los recibe entre las Escrituras canónicas, también se pueden leer

estos dos rollos para la instrucción de la gente, pero no para Confirmando la autoridad

de los dogmas eclesiásticos.” (Prologo a los libros de Proverbios)

Jerónimo nos da las razones por las cuales los libros apócrifos son leídos por los

cristianos en aquellos días, eran con fines de instrucción pero no para confirmar asuntos

de doctrina, la misma postura de los evangélicos, solo recomiendan esos libros con fines

históricos o devocional, pero son rechazados para darle validez a una doctrina, los

católicos utilizan esos libros y hasta lo citan cuando escriben artículos católicos, cuando

tratan de defender cualquier dogma que su iglesia se inventa, Los católicos suelen citar a

favor de la canonicidad de libro de Judith, lo referente de Jerónimo cuando escribió que el

libro de Judith fue contado entre los libros sagrados de la escritura, Jerónimo escribió

esto:

“Pero debido a que el Concilio de Nicea encontró que este libro ha sido incluido entre el

número de las Sagradas Escrituras” (Prologo a Judith)

Pero aquí, Jerónimo no está diciendo que el libro de Judith sea canónico, simplemente

esta afirmado que dicho libro fue puesto entre los libros de la biblia, lo mismo que hizo

Jerónimo, colocó el libro apócrifo de Judith en la septuaginta, pero el mismo Jerónimo

especifica que dicho libro no es canónico y que es apócrifo, nada más, incluir un libro

entre las sagradas escrituras, no es evidencia de su canonicidad.

En cuanto a las adiciones de Daniel, tampoco paso desapercibido de la vista de Jerónimo,


a las adiciones de Daniel, Jerónimo les llama fabulas, el escribió:

“Por lo tanto, les he mostrado estas cosas como una dificultad de Daniel, que entre los

hebreos no tiene ni la historia de Susana, ni el himno de los tres jóvenes, ni las fábulas

de Bel y el dragón, que nosotros, porque son diseminados por todo el mundo, se han

añadido desterrándolos y colocándolos después del escupitajo (u "obelus"), por lo que no

se nos verá entre los desaprendidos que hayan cortado una gran parte del rollo” (Prologo

a Daniel)

42

En cuanto las adiciones de Ester, reconoce que ha sido corrompido el texto por muchos

traductores y que el (Jerónimo) hará el mayor esfuerzo para traducirlo correctamente,

Jerónimo especifica que usara los archivos hebreos.

“El libro de Ester está corrompido por varios traductores (…) ya que ambos habéis

estudiado para entrar en las bibliotecas de los hebreos y también habéis aprobado las

batallas de los intérpretes, sosteniendo el Libro Hebreo de Ester, miren cada palabra de

nuestra traducción, para que puedan capaz de entenderme también para no aumentar

nada agregando, sino con el testimonio fiel de haber traducido, tal como se

encuentra en el hebreo, la historia hebrea en el idioma latino.” (Prologo a Ester)

Si bien Jerónimo no condena directamente o explícitamente las adiciones de Ester,

claramente, a base de su palabra en el prologo, Jerónimo hace algo que solo lo puede

hacer alguien que considera las adiciones de Ester como no canónicos, el separa esos

textos apócrifos con el texto canónico, la enciclopedia católica nos dice.

“San Jerónimo, al hallarlos en los Setenta y en la antigua versión latina, los colocó al

final de su casi literal traducción del texto hebreo existente, e indicó el lugar que

ocupaban en Los Setenta. “(McMahon, Arthur. "Esther." The Catholic Encyclopedia. Vol.

5. New York: Robert Appleton Company, 1909. 21 Aug. 2009 )

La biblia del siglo XII llamada Glosa Ordinaria, hizo lo mismo, siguiendo el ejemplo de

jerónimo, en su prologo de los libros canónicos nos dice:

“Además, debe ser conocido que en el libro de Ester, sólo esas palabras están en el

canon hasta el lugar donde insertamos: el final del libro de Ester en medida en que está

en hebreo. Lo que sigue después no está en el canon. De la misma forma en Daniel, sólo

esas palabras están en el canon hasta aquel lugar donde insertamos: El profeta Daniel
termina. Lo que sigue después no está en el canon” (De canonicis y no canonicis libris)

Sin embargo los católicos, principalmente la Wikipedia en su artículo llamado

“deuterocanonicos” (que es el articulo mas deshonesto con referente a este tema que he

leído) justifica el hecho de que Jerónimo sigue el juicio de la iglesia ¿Qué intentan probar

los católicos con esta cita? La verdad no tengo idea, sabemos que San Jerónimo puso los

libros apócrifos en la vulgata porque el juicio de la iglesia demandaba que esos libros eran

leídos por los cristianos ¿con que fines? ¿Para confirmar doctrinas? No, fueron con fines

de edificación, pero la abusiva apologética católica quiere darle otro sentido a lo dicho por

Jerónimo, veamos lo que escribió Jerónimo:

“¿Qué pecado he cometido al seguir el juicio de las iglesias? Pero cuando repito lo que

los judíos dicen contra la historia de Susana y el Himno de los Tres Jóvenes, y los

cuentos de Bel y el Dragón, que no están contenidas en la Biblia hebrea, el hombre que

me acusa se prueba a sí mismo ser un tonto y un calumniador; porque yo no expliqué lo

que pensaba sino lo que comúnmente ellos dicen en nuestra contra.(Against Rufinus,

II:33)

La wikipedia (que está a favor de los apócrifos) dice esto:

43

“Así, Jerónimo reconoció el principio por el cual el canon se establecería: por el juicio de

la Iglesia (al menos las iglesias locales en este caso) en lugar de su propio juicio o el juicio

de los judíos; aunque referente a la traducción de Daniel al griego, se preguntó por qué se

debería usar la versión de un traductor al que consideraba hereje y judaizante” (Wikipedia,

Deuterocanonicos)

¿Por qué Jerónimo utilizaría la versión de un traductor al que consideraba hereje y

judaizante? El mismo lo deja saber más adelante:

“Puede corregir las Escrituras latinas del griego. y puede entregar a las iglesias para

leer algo diferente de lo que recibieron de los apóstoles; pero no se me permitirá ir

detrás de la versión de los setenta (septuaginta) que traduje después de una corrección

estricta para los hombres de mi lengua materna hace muchos años, y para la confutación

de los judíos, para traducir las copias reales de las escrituras que confiesan ser los

más verdaderos, de modo que cuando surja una disputa entre ellos y los cristianos, no

tengan lugar de retirada y subterfugio, sino que puedan ser atacados de la manera
más efectiva con su propia lanza. (Disculpa contra Rufino, Libro III, 25)

Como dije, el juicio de la iglesia que Jerónimo siguió, fue el de incluir los fragmentos

apócrifos de Daniel en la vulgata, pero él hace estas observaciones porque lo hace con el

fin que los cristianos sepan responder con mejor eficiencia ante ataques de los judíos a

los cristianos, además, Jerónimo habla de manera muy negativa contra la septuaginta,

hasta dice que pudo entregar algo diferente de los que recibieron los apóstoles,

refiriéndose a las traducción griega, y reconoce las copias judías como verdaderas y

reales.

Jerónimo en su carta a Leta con respecto a la educación de su hija Paula, San Jerónimo

dijo:

“Deje que evite todos los escritos apócrifos, y si se la lleva a leer, no por la verdad de

las doctrinas que contienen, sino por respeto a los milagros que contienen; déjala

entender que realmente no están escritas por aquellos a quienes se les asigna, que se

han introducido en ellos muchos elementos defectuosos, y que se requiere infinita

discreción para buscar oro en medio de la tierra.” (Carta 107:12)

02.Rufino de Alquilea (345-411)

Después del concilio de Cartago, Rufino pone la lista inspirada de Antiguo Testamento

donde rechaza la inspiración de los 7 libros apócrifos, no aceptando el canon de Roma,

en los concilios de Hipona y del Cartago.

“Del Antiguo Testamento , por lo tanto, antes que nada se han transmitido cinco libros de

Moisés , Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio; Luego Jesús Nave, (

Joshua (Josué) el Hijo de Nun ), El Libro de Jueces junto con Ruth; luego cuatro

libros de Reyes (Reinos), que los hebreos consideran dos (los dos libros de Reyes y

44

los dos libros de Samuel); el Libro de las Omisiones, que lleva por título el Libro de

los Días (Crónicas), y dos libros de Esdras (Esdras y Nehemías), que los hebreos

consideran uno, y Ester; de los Profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel;

además de los doce (menores) Profetas, un libro; Job también y los Salmos de

David, cada libro. Salomón dio tres libros a las Iglesias, Proverbios, Eclesiastés,

Cánticos. Estos comprenden los libros del Antiguo Testamento.” (Comentario sobre el

credo de los apóstoles, 35)


Más bien habla mal de los 7 libros apócrifos. (y encima les llama apócrifos)

“ Pero debe saberse que también hay otros libros que nuestros padres llaman no

canónicos sino eclesiásticos: es decir, la Sabiduría, llamada la Sabiduría de Salomón, y

otra Sabiduría, llamada la Sabiduría del Hijo de Syrach, que duran -mencionó a los latinos

llamados por el título general Eclesiástico, no designando al autor del libro, sino al

carácter de la escritura. A la misma clase pertenece el Libro de Tobías, el Libro de Judit y

los Libros de los Macabeos… todo lo que habrían leído en las Iglesias, pero no apeló

a la confirmación de la doctrina. Las otras escrituras que ellos han llamado

Apócrifos. Estos no habrían leído en las Iglesias. (Comentario sobre el credo de los

apóstoles, 35)

03.Juan Damasceno (676-749)

Reconocido como santo, doctor y Teólogo de la iglesia católica y de la fe ortodoxa, el nos

da la lista del Antiguo Testamento, y en su lista el quita los 7 libros apócrifos.

“para formar así los libros canónicos. Cinco de ellos son de la Ley, a saber. Génesis,

Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. Este es el código de la Ley, constituye el

primer Pentateuco. Luego viene otro Pentateuco, la llamada Grapheia, o como son

llamados por algunos, los Hagiographa, que son los siguientes: Jesús el Hijo de

Nave (Josue), Jueces junto con Ruth, primero y segundo Reyes, que son un libro,

tercero y los cuatro reyes (Oséa Samuel), que son un solo libro, y los dos libros de

Crónicas, que son un solo libro. Este es el segundo Pentateuco. .. El tercer

Pentateuco son los libros en verso, a saber. Job, Salmos, Proverbios de Salomón,

Eclesiastés de Salomón y el Cantar de los Cantares de Salomón. El cuarto

Pentateuco es los libros proféticos, es decir, los doce profetas que constituyen un

libro, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel. Luego vienen los dos libros de Esdras

hechos en uno, y Esther. (Defensa de la fe; Libro IV; capitulo 18)

Como puedes ver, Juan Damasceno no acepto como inspirado los 7 libros apócrifos, más

bien rechazo su inspiración.

“También están el Panaretus, que es la Sabiduría de Salomón, y la Sabiduría de Jesús ,

que fue publicada en hebreo por el padre de Sirach, y luego traducida al griego por su

nieto, Jesús, el Hijo de Sirach. Estos son virtuosos y nobles, pero no se cuentan ni se

45
colocaron en el arca (oséa en la lista de libros inspirados).” (Defensa de la fe; Libro IV;

capitulo 18)

04.Cardenal Tomas Cayetano (1469-1534)

Fue el consejero oficial de los papas, tuvo gran prestigio en la iglesia católica romana

como teólogo, apologista y exegeta; fue oponente de Martin Lutero; El cardenal Cayetano

es un excelente testigo de la posición que había adoptado la iglesia en la baja y alta edad

media hasta el siglo XVI con respecto a los libros apócrifos, tomando la postura de

Jerónimo, el dijo:

“Aquí vamos a cerrar los comentarios sobre los libros históricos del Antiguo Testamento.

Para el resto (es decir, Judit, Tobías, y los libros de los Macabeos) son cortados de

los libros canónicos por San Jerónimo, y son colocados entre los apócrifos, junto

con Sabiduría y Eclesiástico, como es normal a partir de la Galeatus Prologus. Tú no te

quedes r perturbado, como un estudioso crudo, si fueras a encontrar en cualquier lugar,

sea en los Concilios sagrados o en los Doctores, estos libros sagrados contados como

canónicos. Las palabras, tanto de los concilios y de los maestros deben ser

reducidas a la corrección de Jerónimo. Ahora, de acuerdo con su juicio, en la epístola

a los obispos Cromácio y Heliodoro, esos libros (y cualquier otro, como libros en el

canon de la Biblia) no son canónicos, es decir, no son de la naturaleza de una regla

para la certificación de elementos fe. Sin embargo, pueden ser llamados canónicos,

es decir, en la naturaleza de una regla para la edificación de los fieles, como siendo

recibido y autorizado en el cómo de la Biblia a tal efecto. Con la ayuda de esta

distinción veas tu camino claramente a través de lo que dice Agustín, y lo que está escrito

en el concilio provincial de Cartago.” (Comentario sobre los libros históricos del Antiguo

Testamento; citado en The Churf Of Englead; Leicester Darwal, pagina 283-284)

Este es un claro ejemplo de cómo la postura de Jerónimo predominaba en las iglesias

occidentales, El Cardenal Cayetano hace distinción entre los libros canónicos en la

naturaleza de edificación y los libros canónicos en la naturaleza de autoridad doctrinal,

estaba de acuerdo que fuera leídos por los fieles, pero no con el objetivo de confirmar

asuntos de doctrina; es curioso que ponga a todos los doctores y concilios bajo la

corrección de San Jerónimo, Pues como vimos, el cardenal Cayetano reconoce que

Jerónimo rechazó la autoridad doctrinal de esos libros dejándolos bajo la categoría de


apócrifos, contradiciendo las pretensiones del predicador católico Rafael Díaz quien dijo

“San Jerónimo Jamás rechazo los libros deuterocanonicos”

05.Glosa Ordinaria (Siglo XII)

El testimonio de la Glosa Ordinaria es muy importante, ya estamos hablando de una biblia

de estudio de la edad media que recogió los antiguas glosas de los padres de la iglesia

usando los márgenes de la vulgata latina, su autoridad e influencia en la teología y cultura

cristiana fue muy poderosa, tuvo tanta autoridad que fue usada en conventos y escuelas

46

de estudio bíblico; fue en otras palabras, la biblia de estudio oficial de la edad media bajo

todo el concentimiento de la iglesia católica romana; lo curioso, es que dicha biblia,

rechazó las inspiración de los libros apócrifos dentro del canon inspirado y aceptó el

canon hebreo. Veamos que nos tiene que aportar dicha biblia:

“Muchas personas, que no prestan mucha atención a las sagradas Escrituras, piensan

que todos los libros contenidos en la Biblia deben ser honrados y adorados con

igual veneración, sin saber distinguir entre los libros canónicos y no canónicos (...)

Aquí, entonces, distinguimos y, numeramos primero los libros canónicos y luego los no

canónicos, entre los cuales distinguimos aún lo cierto y lo dudoso. Los libros canónicos

fueron traídos a través del dictado del Espíritu Santo. No se sabe, sin embargo, en qué

época o por qué autores los libros no canónicos o apócrifos fueron producidos.

Desde que, sin embargo, son buenos y útiles, y nada se encuentra en ellos que

contradice los libros canónicos, la iglesia los lee y permite que sean leídos por los

fieles para la devoción y la edificación. Su autoridad, sin embargo, no es

considerada adecuada para probar las cosas que entran en duda o contención, o

para confirmar la autoridad del dogma eclesiástico, como el bienaventurado Jerónimo

afirma en su prólogo a Judit ya los libros de Salomón. Los libros canónicos son de tal

autoridad que todo lo que está contenido en ellos es mantenido con firmeza e

indiscutiblemente.”(De canonicis y no canonicis libris)

La Glosa Ordinaria comienza con el presunto problema que muchas personas tomaban

de igual autoridad todos los libros de la biblia, sin embargo el prefacio de esta biblia hace

la corrección, donde muestra cómo hacer distinción entre los libros canónicos y los no

canónicos; a los libros “no canónicos” los tilda también con el título de “apócrifos”; La
Glosa ordinaria recalca que esos libros solo son usados con fines de edificación, pero que

no pueden ser usados para asuntos de doctrina, o para confirmar el dogma eclesiástico;

poniéndolos en un nivel inferior a los libros canónicos, que según la Glosa, todo los que

está contenido en ellos es mantenido con indiscutible firmeza; la cuestión ahora es saber

¿Cuáles son esos libros que la Glosa ordinaria considera que son de indiscutible firmeza?

; Ella nos da la respuesta, veamos:

“Hay, entonces, veintidós libros canónicos del antiguo testamento, correspondiendo a

las veintidós letras del alfabeto hebreo, como Eusebio relata en el libro sexto de la Historia

Eclesiástica, que Orígenes escribe en el primer Salmo. Jerónimo dice lo mismo de

manera más completa y distinta en su prólogo a los libros de los reyes. Todos los libros

son divididos en tres partes por los judíos: en la ley, que contiene los cinco libros

de Moisés, en los ocho profetas y en los nueve hagiográficos. Esto se verá

claramente en breve. Algunos, sin embargo, separan el libro de Rut del libro de Jueces y

las Lamentaciones de Jeremías de Jeremías, y los cuentan entre los hagiógrafos para

hacer veinticuatro libros, correspondientes a los veinticuatro ancianos que el Apocalipsis

presenta adorando el cordero. Estos son los libros que están en el canon, como el

bienaventurado Jerónimo escribe con más detalle en el prólogo a los libros de los Reyes.

En primer lugar están los cinco libros de Moisés, que se llaman la ley, el primero de

los cuales es Génesis, segundo Éxodo, tercer Levítico, cuarto Números, quinto

Deuteronomio. En segundo lugar, sigue los ocho libros proféticos, primero Josué,

segundo el Libro de Jueces, junto a Rut, tercer Samuel, es decir, primero y

47

segundo, cuarto Malaquín, es decir, tercer y cuarto Reyes, quinto Isaías, sexto

Jeremías con Lamentaciones, séptimo Ezequiel. El octavo libro es de doce profetas,

el primero de los cuales es Oseas, el segundo Joel, el tercero Amós, el cuarto

Obadías, el quinto Jonas, el sexto Miqueas, el séptimo Nahúm, el octavo Habacuc,

el noveno Sofonías, el décimo Ageo, , el undécimo Zacarías y el décimo segundo

Malaquías. En tercer lugar, se siguen los nueve hagiográficos, primer Job, segundo

Salmos, tercer Proverbios de Salomón, cuarto su Eclesiastés, quinto su Cántico de

los Canticos, sexto Daniel, séptimo Crónicas, que es un libro y no dos entre los

judíos. Nehemías (pues todo es un libro), noveno Ester. Y todo lo que está fuera de
éstos (yo hablo del Antiguo Testamento), como dice Jerónimo, debe ser colocado

en el apócrifo.(De canonicis y no canonicis libris)

La Glosa Ordinaria pone exactamente la misma lista de libros inspirados que tiene las

biblias protestantes; después de poner en lista todos los libros en concordancia con el

prologo de Jerónimo de los libros de los reyes, dice que todos los libros que no forman

parte de esta lista, deben ser colocados en el apócrifo; pero eso nos lleva a la siguiente

pregunta, ¿Cuáles son esos libros que deben ser colocados en el apócrifo? La Glosa

Ordinaria lo dice:

“Estos son los libros que no están en el canon, que la iglesia incluye como buenos

y útiles, pero no canónicos. Entre ellos están algunos de más y algunos de menos

autoridad. Los libros de Tobías, Judit y los libros de Macabeos, también el libro de la

Sabiduría y Eclesiástico, son firmemente aprobados por todos. Así, Agustín, en el libro

dos de la Doctrina Cristiana, cuenta los tres primeros entre los libros canónicos. Sobre la

Sabiduría y el Eclesiástico, él dice que merecen ser recibidos como autoridad y deben ser

contados entre los libros proféticos. En los libros de Macabeos, en el libro 18 de la Ciudad

de Dios, hablando de los libros de Esdras, dice que, aunque los judíos no los consideran

canónicos, la Iglesia los considera canónicos por las pasiones de ciertos mártires y

poderosos milagros. De menor autoridad son Baruc y Tercer y cuarto Esdras. Agustín

no hace ninguna mención a ellos en el lugar arriba citado, mientras que él incluyó (como

ya dije) otros trabajos apócrifos entre los canónicos. Rufino también, en su exposición del

credo, e Isidoro, en el libro 6 de las Etimologías, donde repiten esta división de Jerónimo,

no mencionó nada de esos otros libros. Y que podamos enumerar los libros apócrifos en

el orden en que aparecen en esta Biblia, aunque hayan sido producidos en un orden

diferente, primero vienen los terceros y cuarto libros de Esdras. Ellos se llaman

Tercer y cuarto Esdras porque antes de Jerónimo, griegos y latinos solían dividir el libro

de Esdras en dos libros, llamando el primero de las palabras de Nehemías y el segundo

del libro de Esdras. Estos Tercero y cuarto Esdras son, como ya he dicho, de menor

autoridad entre todos los libros no canónicos. Por eso, Jerónimo, en su prólogo a

los libros de Esdras, los llama de sueños. Se encuentran en muy pocos manuscritos

bíblicos y hay muchas Biblias impresas en las que sólo se encuentra el Tercer Esdras. El

segundo es Tobías, un libro muy devoto y útil. El tercero es Judit, que Jerónimo dice en
su prólogo haber sido contado por el Concilio de Nicea en el número de escrituras

sagradas. El cuarto es el libro de la Sabiduría, que casi todos afirman que Filo de

Alejandría, un judío muy sabio, escribió. El quinto es el libro de Jesús, hijo de Sirac,

llamado Eclesiástico. El sexto es Baruc, como dice Jerónimo en su prólogo a Jeremías.

El séptimo es el libro de Macabeos, dividido en primer y segundo libro (...) Además,

48

debe ser conocido que en el libro de Ester, sólo esas palabras están en el canon

hasta el lugar donde insertamos: el final del libro de Ester en medida en que está en

hebreo. Lo que sigue después no está en el canon. De la misma forma en Daniel,

sólo esas palabras están en el canon hasta aquel lugar donde insertamos: El

profeta Daniel termina. Lo que sigue después no está en el canon” (De canonicis y no

canonicis libris)

Más claro, imposible, los libros apócrifos que la Glosa Ordinaria deja fuera de la lista

dictaminada por el espíritu santo (la lista del canon hebreo) son los mismos libros que los

católicos tiene calificados como “deuterocanonicos”; sin más que decir, la Glosa Ordinaria

rechaza por completo la inspiración de los libros apócrifos llamándoles por su nombre

correcto; apócrifos.

Pero hay un dato más curioso aun, la Glosa Ordinaria fue una biblia de muy alta

popularidad, y la vez muy reconocida, ¿Cómo es que nadie acuso a la Glosa Ordinaria de

enseñar herejías al decir que los libros aceptados como “inspirados por Dios” por los

concilios de Hipona y Cartago son apócrifos? ¿Cómo es que nadie hizo ni pio? ¿Cómo es

que ningún papa romano hizo ni el mas mínimo intento de condenar dicha biblia? Todas

estas preguntas no puedes ser pasadas por alto, los defensores de los libros apócrifos

mal llamados deuterocanonicos no podrán escapar de la tan obvia conclusión; si nadie

acusó a la Glosa Ordinaria de enseñar errores, nadie dijo ni pio en su contra y ningún

papa la condenó por contradecir a la “tradición” con respecto a esos libros, entonces, la

verdad es obvia; el cristianismo medieval rechazaba dichos libros apócrifos como

inspirados por Dios y aceptaba como correcto el canon hebreo, que es el mismo que usa

las iglesias protestantes.

06.Anastasio de Antioquía (Siglo V)

Fue un patriarca de Antioquia del siglo V, enseñaba que el Antiguo Testamento consiste
en 22 libros, la misma cantidad de libros del canon hebreo.

“Esta es la vigésima segunda obra de Dios. Los exégetas judíos y cristianos dicen que

Dios realizó veintidós obras, de las cuales contamos un poco más temprano veinte y una

obras en seis días. La vigésima segunda es el reino preparado de la edad futura y de la

contemplación espiritual. Así que enumeramos todo el Antiguo Testamento en

veintidós libros.” (Anasasius of Antioch, In Hexameron, VII, PG 89.940)

07.Cesáreo de Arles (470-542)

Fue un obispo de Arles, en sus comentarios sobre el libro del Apocalipsis, tiene la misma

interpretación de Jerónimo con respecto a los 24 ancianos, Cesáreo cree que los 24

ancianos son los 24 libros del canon hebreo que en nuestro mundo occidental, son los 39

libros del Antiguo Testamento de las biblias protestantes; tenga en cuenta querido lector

que 1 y 2 Samuel en el canon hebreo son un solo libro, lo mismo 1 y 2 Reyes con 1 y 2

Crónicas; los 12 profetas menores constituyen un solo libro, Esdras y Nehemías son

49

contados como un solo libro, en total; 24 libros en el canon hebreo, esto es muy

fundamental en este estudio, según Cesáreo, los 24 ancianos del apocalipsis son los 24

libros del Antiguo Testamento, el dijo:

“Aquellos animales son la Iglesia, que no encuentra descanso, sino que alaba

continuamente a Dios. Podemos, asimismo, entender por los veinticuatro ancianos los

libros del Antiguo Testamento, y los patriarcas y los apóstoles; por los relámpagos y los

truenos, que se dicen que salen del trono, podemos entender las predicaciones y

promesas del Nuevo Testamento” (Homilías sobre Apocalipsis, homilía 3; 47)

08.Primasio de Hadrumetum (¿-560)

Primasio fue un obispo africano del siglo V, en sus comentarios sobre el libro del

Apocalipsis, este obispo dice que los 24 ancianos son los 24 libros del Antiguo

Testamento, la misma interpretación de San Jerónimo, aludiendo a la misma cantidad de

libros del canon hebreo, este obispo dice:

“De una manera, hacia adelante y hacia atrás, porque la Iglesia en todos los lugares

dando frutos se extiende. Anda en la luz del rostro de Dios, y revelado su rostro, mira

hacia la gloria de Dios. De otro modo, sugiere que las alas de seis hojas, que son

veinticuatro, son los libros del Antiguo Testamento, que asumimos sobre la
autoridad canónica del mismo número, así como veinticuatro ancianos sentados

encima de los tronos.” (Comentario sobre Apocalipsis; Libro I, Capítulo IV)

09.Papa Gregorio el Grande (obispo desde 590-604)

Gregorio Grande fue un obispo de Roma, por lo tanto forma parte de lista de papas de la

iglesia católica romana, en sus comentarios sobre Job, el afirma que los libros de

Macabeos no son canónicos, el dijo:

“Con respecto a este en particular no estamos actuando irregularmente si de los libros,

aunque no canónicos, todavía son traídos a la edificación de la Iglesia, presentamos

testimonio. Así Eleazar en la batalla hirió y derribó un elefante, pero cayó bajo la

propia bestia que mató (La moral en el libro de Job; Volumen II, Parte III y IV, Libro XIX.

34, p.424)

Este papa está haciendo referencia a Macabeos 6:46; esto es curioso, porque el papa o el

obispo romano, más que nadie, tenía que saber que esos libros son inspirados si

supuestamente los concilios de Hipona y Cartago así lo determinaron, no parece ser el

caso del papa Gregorio, pues, no tiene en mente que dichos libros de Macabeos son

canónicos; muchos católicos dirán que este papa solo estaba exponiendo su opinión

personal, las pruebas nos indican otra cosa, pues nunca se retracto, y nadie le reprendió

por su comentario, mas bien, su obra fue muy usada en la iglesia occidental, entonces, no

cabe duda que este papa solo mostraba el punto de vista que tenía el cristianismo con

50

respecto a esos libros apócrifos, oséa, que Macabeos (y obviamente el resto) no son

canónicos.

10.Apringio de Beja (¿-540)

Apringio fue obispo de Beja, fue maestro del rey Teudis (431-548) y fundador de un

hospital y escuela en ese mismo lugar, fue un prelado y un escritor hispanorromano; su

interpretación sobre los 24 ancianos es la misma que tuvo San Jerónimo, el dijo:

“Él dice que vio este Cordero en medio del trono, es decir, en el poder y en la majestad

divina. 'Y entre los cuatro seres vivientes', es decir, porque es reconocido cuatro veces en

los Evangelios. 'Y entre los ancianos' [los veinticuatro], en el cual él indica el coro de

la ley y los profetas, o de los apóstoles.” (Explicación de la revelación en la revelación

5: 6, en los comentarios latinos en la revelación, Weinrech trns., P 44)


11.Beda el venerable (672-735)

Fue uno de las grandes teólogos del habla inglesa, su apego a la escritura fue muy

respetable; un hombre muy instruido y muy docto en los sagrados escritos, tanto, que sus

comentarios fueron puestos en la Glosa Ordinaria, en sus comentarios sobre Apocalipsis,

sigue la misma interpretación de Jerónimo en cuanto a los 24 ancianos, el dijo:

“Cada uno de ellos tiene seis alas. Ellos elevan la Iglesia a las alturas por la perfección de

sus enseñanzas. Porque el número seis es llamado perfecto por esa razón, que es el

primer número completado por sus propias partes. En realidad uno, que es la sexta parte

de seis, y dos que es un tercero, y tres, que es mitad, componen seis en sí. De otro modo,

seis alas de cuatro animales, que componen veinticuatro, sugieren los libros de todo

el Antiguo Testamento, a través de los cuales se apoya la autoridad de los

evangelistas y se prueba su verdad.”(Comentario sobre el Apocalipsis PL 93: 144)

12.Nicéforo I de Constantinopla (758-828)

Fue un escritor cristiano bizantino y Patriarca ortodoxo de Constantinopla (806 - 815);

siguió con el mismo punto de vista de Juan Damasceno, cuando pone el numero de

versos de cada libro del antiguo Testamento; debido a las disputas que el libro de Ester

había sufrido en el pasado, es el único libro que omite, y en su lugar pone a Baruc,

veamos qué fue lo que escribió:

“Estas son las Escrituras divinas entregadas en el canon por la Iglesia y el número de sus

versículos: 1. Génesis tiene 4300 versos, 2. Exodo 2800, 3. Levítico 2700, Números 3530,

5. Deuteronomio, 3100, 6. Josué 2100, 7. Y en el caso de que se trate de una persona

que no sea de su familia, 14. Eclesiastés 7500, 15. Cántico de los Centos 280, 16. Job

1800, 17. El profeta Isaías 3800, 18. El profeta Jeremías 4000, 19. Baruc, 700, 20.

51

Ezequiel 4000, 21. Daniel 2200, 22. Los doce los profetas 3000. Total de los libros del

Antiguo Testamento: 22. Estas escrituras del Antiguo Testamento son dudosas: 1.

Tres libros de los Macabeos 7300 versículos, 2. Sabiduría de Salomón 100, 3.

Sabiduría del Hijo de Sirac [Eclesiástico] 2800, 4. Salmos y Canticos de Salomón

2100, 5. Ester 350, 6. Judit 1700, 7. Susana 500, Tobías, 700. (S. Nicephori Patriarchae

CP, Chronógrafo a Brevis, Quae Scripturae Canonicae I, II, PG 1057-1058)

13.Agobardo de Lyon (779-840)


Como lo indica el subtema, Agobardo fue pastor de Lyon en Francia durante el siglo IX;

hablando sobre el sacerdocio, toca el ejemplo del canon hebreo, donde solo reconoció a

22 libros del canon hebreo (ya vimos que el canon hebreo se agrupaba como 22 y 24

libros), eso quiere decir que no le dio autoridad doctrinal a los libros apócrifos mal

llamados deuterocanonicos, el dijo:

“¡Es una cosa maravillosa y extremadamente espantosa! Todos los levitas, a quienes

Moisés y Aarón contaron conforme a la instrucción del Señor, por medio de sus familias

en el lado masculino sobre una mesa, eran veintidós mil (así como los hebreos tenían

veintidós cartas y veintidós libros de autoridad divina en el Antiguo Testamento).

Esta misma cosa está escrita en Deuteronomio: Entonces Moisés escribió esta ley y la dio

a los sacerdotes, los hijos de Leví, que llevaron el arca de la alianza del Señor, ya todos

los ancianos de Israel.” (Sobre los privilegios y derechos del sacerdocio, VI)

14.Alcuino de York (735-804)

Fue un teólogo, religioso, filósofo, gramático, matemático, erudito y pedagogo anglosajón.

En un tratado contra el pastor de Toledo, España llamado Elipantos, rechaza el libro de

Eclesiástico como inspirado por Dios, refugiándose en la autoridad de Jerónimo e Isidoro;

alegando que dicho libro es apócrifo, de dudosa autoridad y fue escrito en época donde

no había profetas, el dijo:

“Mientras el testimonio que corresponde a su error falló en su perversidad en los profetas

de Dios, usted se estableció a sí mismo para hablar de un nuevo profeta... Pero usted

dejó al Dios que lo liberó y olvidó a su Redentor. En el libro de Jesús, hijo de Sirac, se

lee esta idea antes mencionada, que el bendito Jerónimo e Isidoro juzgaron, sin

duda, están entre los apócrifos, es decir, escrituras dudosas.” (Alcuin, Adversus

Elipandum Toletanum, Liber Primus XVIII Instituto Medieval, Universidad de Notre Dame)

15.Walafrido Strabo (808-849)

Es el creador de la Glosa Ordinaria, tuvo el mismo punto de Vista de San Jerónimo en

separar los libros apócrifos y los libros inspirados; en el prologo de la Glosa Ordinaria,

Walafrido el advierte al lector sobre los libros no canónicos, que son los mismos que los

católicos tienen calificados como deuterocanonicos; La enciclopedia católica nos dice:

52

“Walafrido también escribió himnos y epístolas en verso, pero de éstos sólo se conserva
una parte. De sus obras en prosa, el más famoso es la "Glossa ordinaria", un

comentario sobre las Escrituras, compilado de varias fuentes. El trabajo disfrutó de

una gran reputación a lo largo de la Edad Media.”(Enciclopedia católica, Walafrido,

párrafo 3)

16.Haymo de Halberstadt (¿-853)

Destacado como escritor sobre comentarios de la escritura; Haymo fue un monje

benedictino germánico que sirvió como obispo de Halberstadt; en sus comentarios sobre

el libro del Apocalipsis, nuevamente se refleja la misma interpretación de San Jerónimo,

siguiendo la exegesis que los 24 ancianos del Apocalipsis en relación con los 24 libros de

canon hebreo que corresponde actualmente con las biblias protestantes, el dijo:

“La Santa Iglesia quiere en el Antiguo Testamento, quiere en el Nuevo recuerda y venera

las obras de Dios y preserva los libros de los Santos Evangelios, de esa forma la Iglesia

es también correctamente entendida en los veinticuatro ancianos, o ciertamente de

acuerdo con los veinticuatro libros del libro Antiguo Testamento, que se utilizan de

acuerdo con la autoridad canónica, en el cual el Nuevo Testamento y las cosas que se

llevan al cumplimiento en él se reconocen como predicados.”(Exposición de la Apocalipsis

de San Juan, Libro 7, Libro I, Capítulo IV PL 117: 1007, 1010)

17.Ambrosio de Autpert (730-784)

Fue un teólogo del siglo VIII, Recibió la ordenación sacerdotal alrededor de 761 y fue

elegido abad el 4 de octubre de 777, con el apoyo de los monjes franceses y la oposición

de otros que preferían al lombardo Potón; fue una de las grandes figuras del renacimiento;

sus obras más reconocidas, son aquella que hacen comentarios de la biblia; en su

comentario sobre Apocalipsis, otra vez, se repite la misma interpretación ya saben de

quien; los 24 ancianos del Apocalipsis, una representación de los 24 libros den antiguo

testamento correspondientes al canon hebreo, el dijo:

“Y así, una vez que la Iglesia cumple las obras de los Padres del Antiguo y del Nuevo

Testamento completadas en las seis edades del mundo, exactamente como en seis días,

y los cuatro libros del santo Evangelio, todo es correctamente descrito en los

veinticuatro ancianos, porque cuatro veces seis hace veinticuatro. O ciertamente,

una vez que usa veinticuatro libros del Antiguo Testamento que acepta con

autoridad canónica en la que también reconoce que el Nuevo Testamento fue


revelado. La Iglesia es, por lo tanto, figurada en veinticuatro ancianos. Por esta

razón, la predicación del Nuevo Testamento es fecunda y fortalecida a partir del Antiguo,

así como la Iglesia toma el número de estos mismos [libros], por los cuales se

perfecciona en la santidad. “(Exposición sobre Apocalipsis, Libro III ,4, 4; Traducción de

Benjamín Panciera, Instituto Medieval, Universidad de Notre Dame)

53

18.Hugo de San Víctor (1096-1141)

Fue uno de los más grande teólogos del siglo XII, su influencia logro llegar a los teólogos

de los años posteriores, logro influenciar para la escuela St. Víctor de 1133 al 1141; se le

considera por parte de George Tavard, como el “más grande teólogo y mayor figura del

siglo XII” logrando tener el puesto como uno de los más grandes teólogos de la

escolástica, Hugo de San Víctor en su libro “Sacramentos de la fe Cristiana” da una

explicación de los libros del Antiguo Testamento muy semejante a la de San Jerónimo;

pone el lista todos los libros del Antiguo testamento que corresponde exactamente con el

canon hebreo, el escribió:

“El Antiguo Testamento contiene la Ley, los profetas y los Hagiógrafos, que traducidos

significa escritores santos o escritores de cosas santas. En la Ley están contenidas cinco

obras: a saber, Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio (…)En la división que

comprende a los profetas hay ocho obras: la primera, el libro de Josué, (…) segundo libro,

el de Jueces (…) el tercer libro, el de Samuel, que es el primero y el segundo de los

Reyes; el cuarto (…) de los Reyes, que es el tercero y cuarto de los Reyes; el quinto es

Isaías; el sexto, Jeremías; el séptimo, Ezequiel; el octavo, el libro de los doce profetas

(…)En la división que conforman los hagiógrafos se encuentran nueve obras contenidas.

El primero es Job; El segundo, el libro de los Salmos: el tercero. Los Proverbios de

Salomón (…) el cuarto. Eclesiastés (…) la quinta (…) que es el cántico de los cantares: la

sexta. Daniel; el séptimo, Paralipomenon (…) el octavo, Esdras: el noveno, Esther. Todos

estos, que son el cinco y el ocho y el nueve juntos, hacen veintidós, el número de letras

también contenidas en el alfabeto hebreo, para que la vida de los justos pueda ser

instruida para la salvación por el mismo número de libros que es la de las letras por las

cuales se instruye a la lengua de los estudiantes en el habla. Además, en el Antiguo

Testamento hay otros libros que, de hecho, se leen, pero no están escritos en el
cuerpo del texto o en el canon de la autoridad. Tales son los libros de Tobías,

Judith, Macabeos, el libro titulado La sabiduría de Salomón. y Eclesiástico.”

(Sacramentos de la fe Cristiana, Capitulo 7)

Después de dar la lista canoníca de libros canónicos o autoritarios, hace una última

observación al final del capítulo; que hay libros que eran leídos pero que no estaban en el

canon de autoridad, menciona a los libros de Judith, Tobías, Macabeos, sabiduría y

Eclesiástico; ¡la misma posición de los reformadores! Y ojo; estamos hablando de un

teólogo medieval que en nuestros países se diría que era “súper archí mega famoso”, que

el obispo de Roma o el papa no se haya dado cuenta de semejantes palabras es poco

probable, pues, si supuestamente, esos libros apócrifos fueron aceptados como

canónicos debido a los sínodos de Hipona y Cartago, ¿Cómo es posible que nadie haya

corregido a San Víctor de su error? La verdad es obvia, para esa época, el canon correcto

del Antiguo Testamento era aquel que seguía la regla canoníca del canon hebreo.

54

19.Ricardo de San Víctor (1110-1173)

Fue alumno de Hugo de San Víctor, por lo tanto, su postura sobre los libros sagrados del

Antiguo Testamento es igual a la de él:

“El testamento contiene la ley, los profetas y la hagiografía. El Nuevo contiene el

Evangelio, los apóstoles y los padres. La primera sub sección del Antiguo Testamento es

la ley, que los hebreos llaman Torá conteniendo el Pentateuco, que son los cinco libros de

Moisés. En esta sub sección, el primero es el Génesis; segundo es Éxodo; el tercero es

Levítico; habitación es Números; el quinto es Deuteronomio. La segunda sub sección es

de profetas y contiene ocho textos. El primero es Josué; el segundo es Jueces; tercero es

Samuel, que es primero y segundo Reyes; cuarto Malaquías que es el tercero y cuarto

Reyes; quinto Isaías; sexto Jeremías; séptimo Ezequiel; el octavo son los doce profetas.

La tercera sub sección tiene nueve libros. El primero es Job, el segundo Salmos de David,

el tercero es Proverbios de Salomón; cuarto es Eclesiastés; el quinto es el Cantico de los

Canticos; sexto Daniel, séptimo es Crónicas; octavo Esdras; noveno Ester. Ellos son

veinticuatro en número. Hay otros libros además de éstos, como la Sabiduría de

Salomón, el Libro de Jesús, hijo de Sirac (Eclesiástico), el Libro de Judit, Tobías y el

libro de los Macabeos, que son leídos, de hecho, pero no están en el canon (Tratado;
excepto que contiene origen y juiciosos oficios, la situación del mundo y la más alta

distintas sus histórica en cuatro libros, libro 2, cap. 9 De los dos testamentos PL 177: 193)

Es muy clara la posición de Ricardo, es la misma visión que poco después tomaron los

reformadores del siglo XVI; es muy curioso que tampoco ni un alma de Dios haya

corregido a Ricardo por semejantes palabras en contra de dichos libros “inspirados” (que

al final no lo eran, nunca lo fueron y nunca lo serán); consideremos que Ricardo fue un

teólogo altamente influyente, que sus declaraciones no haya polémica solo deja reflejado

la postura de la iglesia cristiana en aquellos días con respecto al canon del Antiguo

Testamento.

20.Juan Zonaras (1074-1130)

Juan Zonaras fue un historiador, canonista y jurista bizantino del siglo XII. En cuanto al

canon toma la autoridad el canon de los apóstoles, San Atanasio, Gregorio el Grande y

San Anfilo, y el concilio de Laodicea, que tienen una lista semejante al canon hebreo (esto

lo veremos más tarde) él escribió:

“En la que los libros deben leerse en las iglesias tanto de la última canon de los

apóstoles como el canon sexagésimo del Sínodo de Laodicea establecida. Atanasio,

el Grande, enumera todos los libros que fueron escritos como hacen Gregorio

Nacianceno y San Anfilo.” (Comentario sobre el Consejo de Carthage, Canon XXVII)

55

21.Teodoro IV de Antioquia (1140-1199)

Teodoro Bálsamo fue un académico de la Iglesia Ortodoxa y el patriarca griego ortodoxo

de Antioquía entre 1185 y 1199, al igual que Juan Zonaras; en cuanto a los libros

canónicos del Antiguo Testamento, recomienda leer los cánones de los apóstoles y el

concilio de Laodicea,

“¿Cuántos libros son para ser leído en la iglesia, busque los cánones 40 y 85 de los

Santos Apóstoles , el canon 60 del Sínodo de Laodicea de San Gregorio Nacianceno

y los escritos canónicos de los santos.” (Comentario sobre el Concilio de Cartago,

Canon XXVII.)

22.Juan de Salisbury (1120-1180)

Fue uno de los principales teólogos y estudiosos del siglo XII, resalto mucho a la

popularidad debido a sus grandes conocimientos teológicos; fue muy brillante en sus
explicaciones de estudio bíblico, En una carta dirigida a Enrique I, el conde de

Champagne, responde asuntos de doctrina, entre ellas la cantidad de libros que son

considerados para asuntos de confirmación de fe y doctrina, al parecer había disputa

entre los libros que deberían aceptarse como canónicos; Juan le aconseja a Enrique I que

mejor siga el juicio de San Jerónimo ya que su testimonio es más confiable, después de

dar la lista inspirada de Antiguo Testamento que corresponde al canon hebreo; después

de rectificar los libros de toda la biblia, el declara que todos esos libros fue aceptados en

las escrituras como fruto de la tradición de la iglesia; en cuanto a los libros apócrifos, nos

deja un punto de vista muy importante, esto es importante porque estamos lidiando de

una respuesta que fue enviada a un grande de aquella época, por lo tanto, la respuesta a

esta pregunta demandaba mucha responsabilidad, el escribió:

“Las preguntas eran: lo que creo sobre el número de libros en el Antiguo y Nuevo

Testamento, y quiénes fueron sus autores (...) Encuentro en mi lectura diversas y

numerosas opiniones dadas por los padres sobre el número de libros. Y así sigo a

Jerónimo, profesor de la Iglesia Católica, a quien yo considero ser el testimonio

más seguro al establecer la base de la interpretación literal. Así como se acepta que

hay veintidós letras en el alfabeto hebreo, entonces creo, sin duda, que hay

veintidós libros en el Antiguo Testamento, divididos en tres categorías. El primero

contiene el Pentateuco, que son los cinco libros de Moisés, que se dividen en este

número para representar los diferentes sacramentos. Estos son Génesis, Éxodo, Levítico,

Números y Deuteronomio. El segundo contiene profecías y se completa en ocho libros (...)

Entre éstos están contados Josué y Jueces, a los que Rut también está ligada, ya que la

historia contada en ella fue puesta en los días de los jueces; también Samuel, cuya

historia se completa en los dos primeros libros de Reyes, y jueces, en los dos siguientes.

Estos son seguidos por Isaías, Jeremías, Ezequiel - contando un libro cada uno, y el libro

de los Doce Profetas. La tercera categoría consiste en la Hagiografía, conteniendo Job,

los Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantico de los Canticos, Daniel, Crónicas,

Esdras y Ester. Y así el total de los veintidós libros del Antiguo Testamento está

constituido, aunque algunos consideran que Rut y las Lamentaciones de Jeremías

56

deberían ser añadidas al número del Hagiógrafo, y así el total aumentó a veinticuatro.
Todo esto se encuentra en el prólogo de los Libros de los Reyes, que San Jerónimo llama

el frente armado de todas las escrituras que él mismo hizo fluir de la fuente hebrea para la

comprensión de las palabras latinas. El libro de la Sabiduría, Eclesiástico, Judit,

Tobías y el Pastor no son contados en el canon, como también afirma San

Jerónimo, ni el Libro de los Macabeos, que se divide en dos, de los cuales el

primero tiene el sabor de la elocuencia hebrea, el segundo del griego, como prueba

su estilo.” (Las cartas de Juan de Salisbury, W.J. Millor S.J. y C.N.L. Brooke, editores

(Oxford: Clarendon, 1979), Carta 209, pp. 317, 319, 321, 323, 325).

23.Pierre de Celle (1115-1183)

Fue sucesor de Juan de Salisbury como obispo de Chartres. Por lo tanto no sería extraño

si siguió con el mismo precepto de su antecesor en cuanto al canon del Antiguo

Testamento; En cuanto al Antiguo Testamento, también afirma que solo son 24 libros, la

misma cantidad de libros del canon hebreo, que es el mismo de las biblias protestantes.

“Para este número (veinticuatro), ambos hijos de Jacob y de los apóstoles de Cristo

significan el doble del número doce. Y así bajo este número están contenidos los

libros del Antiguo Testamento. De esta forma, la completa instrucción de las almas se

ofrece a partir de este número de libros y no menos refresco se toma de este número de

panes. (De Panibus, Capitulo 2, PL 202: 935-936)

24.Ruperto de Deutz (1075-1129)

Fue un teólogo a finales del siglo XI y principios del siglo XII, en sus comentarios sobre

Génesis, este teólogo enseña que el libro de Sabiduría no es canónico, es escribió:

“En cuanto a esta cosa, si a veces por Cristo él quiere misericordia, a través de la cual

somos salvos y liberados y hoy algunos lo afirman, una vez que claramente las escrituras

canónicas nunca muestran que él sufrió castigo. Esto sólo está escrito en el Libro de la

Sabiduría en el que está escrito así: La sabiduría protegió al primer padre formado del

mundo, cuando sólo él había sido creado, ella lo libró de su transgresión, y le dio

fuerza para gobernar todas las cosas. Pero esta escritura no es del canon ni fue

esta idea sacada de la escritura canónica, como las otras cosas que son recordadas

por los padres en este mismo libro en alabanza de la sabiduría.” (Comentario sobre

Génesis, Libro III, Capitulo 31)

Al igual que San Jerónimo y todos los anteriores a el, interpretaba que los 24 ancianos
son una referencia a los 24 libros del Antiguo Testamento, que son los mismos del canon

hebreo que actualmente, figuran en las biblias protestantes.

“Alrededor del trono hay veinticuatro tronos y sentados en los tronos están veinticuatro

ancianos vestidos con mantos y con coronas de oro en sus cabezas... Pero, ¿por qué los

ancianos sentados en los asientos mostrados como veinticuatro en número? Sobre este

57

asunto divergen las explicaciones de los Padres. Para algunos (de los cuales San

Jerónimo es uno de los más notables) se deseó que los ancianos sean entendidos

como los veinticuatro libros de la antigua ley. Algunos otros comprenden en estos

mismos ancianos la Iglesia nacida a través de los testamentos gemelos de los patriarcas y

de los apóstoles, o ciertamente aquellos que llevaron a la perfección de la obra, que es

recomendada al número seis veces, por clara predicación del Evangelio.” (Comentario de

Rupert, Abbot de Deutz, En el Apocalipsis de Juan, Libro III, Capítulo IV)

25.Honorio de Autum (1080-1154)

Fue un sacerdote, geógrafo, teólogo, filósofo, bibliógrafo y cosmólogo alemán de la Edad

Media; fue muy popular y muy influyente; menciona el Antiguo Testamento en varias de

sus obras clasificándolo en tres categorías; la Ley, los Profetas y los Hagiográficos. Hace

la observación que los libros de Judith y Tobías no fueron incluidos en el canon de los

judíos, pero que la iglesia los leían como mera edificación, y los coloca bajo el título de

“Eclesiásticos” (venía siendo como otro tipo de nombre dado a los apócrifos) este título les

fue dado a dichos libros debido a su contenido inferior al resto de la escritura canoníca,

que mas tarde, el concilio de Trento puso al mismo nivel de autoridad estos libros

apócrifos, Honorio escribió:

“La escritura del Antiguo Testamento es escrita teniendo el Espíritu Santo como

autor y está dividida en tres partes: historia, profecía y hagiografía. La historia da

cuenta de las cosas pasadas, la profecía anuncia las cosas futuras, la hagiografía

proclama las alegrías de la vida eterna. Este libro (Salmos) toma su lugar en la

hagiografía, ya que brilla más plenamente con las alegrías de la patria eterna.”

(Exposición de los Salmos: El misterio de los salmos, Traducción de Benjamín Panciera,

el Medieval Instituto, Notre Dame)

“Los Libros de Tobías y de Judit no están en el canon de los hebreos, pero desde
que los aceptan entre su hagiografía, cantamos y los leemos. “(Operum Pars Tertia)

Liturgica, Sacramentario, Su De Causis Et Significatu Mystico Rituum Divini En Ecclesia

Officii Liber Cap. C. De lectionibus en matutinis post Pentecosten PL 172.800D)

26.Pedro Comestor (1100-1178)

Fue un teólogo del siglo XII; fue muy popular principalmente porque era muy culto a la

lectura de libros, al extremo que fue apodado como un “devorador de libros” de hecho su

“apellido” Comestor, en si no es su apellido verdadero, se le acuño Comestor que significa

comedor debido a su reputación como amante de la lectura; en su libro titulado “historia

escolástica” acepta la postura de San Jerónimo con respecto al canon hebreo, y pone el

libro de Tobías en la categoría de los libros apócrifos.

“Ellos (los Judíos) distinguen el Antiguo Testamento en tres órdenes: la primera que ellos

llaman Ley, la segunda los Profetas y la tercera las Hagiografías. Ellos colocan los

cinco libros de Moisés en la Ley, ocho en los Profetas, Josué, Jueces, Samuel,

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Malaquías, Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce profetas. En las Hagiografías

colocaron nueve libros del Antiguo Testamento, que están arriba.” (Peter Comestor,

Historia escolástica, Historia Libro Josué, Incipit praefatio in historiam libri Josue; PL 198:

1259)

“Los judíos relegan esta historia (Tobías) a los apócrifos, pero Jerónimo dice en su

prólogo que debería estar en las Hagiografías y, de todos modos, si estuviera allí, sería en

el tercer orden del canon del Antiguo Testamento. Como no está en ningún orden,

diríamos que eso es porque Jerónimo acepta muchas cosas como hagiografías,

hasta el punto de incluir también Apócrifos.” (Peter Mauritius (Venerabilis), Historia

escolástica, Historia Libro Tobías, Incipit praefatio in historiam libri Josue; PL 198: 1432)

Pero eso no fue todo; todavía hace unos comentarios sobre las adiciones apócrifas del

libro de Daniel, el escribió:

“Daniel profetizó en Caldea, que era del linaje de los reyes de Judá, de acuerdo con

Josefo y Epifnio. De acuerdo con los setenta (Septuaginta), sin embargo, él era de la tribu

de Leví, que lo colocó en el título de la fábula de Bel (...) Fue escrito en lengua caldea,

pero en letras hebreas, y no fue leído por la Iglesia de acuerdo con la Septuaginta, cuya

edición es muy imprecisa, pero de acuerdo con (la edición de) Theodotios. Entre los
hebreos, él (Libro de Daniel) no tiene la historia de Susana, ni el canto de los tres

jóvenes, ni la historia de Bel y el dragón.” (Peter Mauritius (Venerabilis), Historia

Scholastica, Historia Libri Danielis -1448)

Todavía comenta sobre la historia de Susana alegando que esa historia es falsa:

“La historia de Susana que en el hebreo no es libro de Daniel. Y él la llama de fábula,

no porque la propia historia sea corrupta, pero la parte sobre el apedreamiento de los

dos sacerdotes es falsa, a quien Jerónimo dice que fue quemada, y porque afirman que

fue escrito por Daniel, cuando fue escrito por algún orador griego.” (Peter Mauritius

(Venerabilis), Historia Scholastica, Historia Libri Danielis, Cap. XIII, De Sussana, PL 198:

1466)

También hace su comentario sobre el libro de Judith:

“Esta solicitud historia de Paula y Jerónimo tradujo al latín y caldeo Eustochius. Este libro

se cuenta entre las historias y la hagiografía hebreas, que Jerónimo dice que está

comenzando Veinte dos cartas, etc. Si, por lo tanto, en el prólogo a Judith, en algunos

casos, se lee entre los apócrifos, es culpa del escritor, que está en el mismo título

de este, he encontrado que puedo, y en el número del sínodo de Nicea, la Santa

Escritura, se han recuperado.” (Peter Mauritius (Venerabilis), Historia Scholastica, Historia

Libro de Judith prefacio)

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27.Pedro el venerable (1092-1156)

Fue un teólogo del siglo XII y abad de Cluny en Francia, nos ofrece una lista de Antiguo

Testamento que corresponde exactamente con el canon hebreo; la misma lista que tiene

actualmente las biblias protestantes.

“Y yo debo comenzar de cabeza la lista de esos libros sagrados, vea si usted no

recuerda, el Libro del Génesis (...) Éxodo (...) venga el Levítico, de ahí al libro de

Números. (...) Otros libros divinos y proféticos siguen a éstos, el primero de los cuales se

llama Josué, al que su vecino es Deuteronomio, que a su vez gana autoridad del

Evangelio y da autoridad. El Libro de los Jueces (...) ya fue probado ser canónico por

testimonio escrito (...) Entonces el pequeño, pero confirmado por el propio Evangelio,

el libro de Rut aparece (...) Entonces la pena se apresura a los libros de Samuel

(Crónicas) y de los Reyes (...) Entonces el discurso se vuelve a los profetas y el propio
Evangelio da testimonio primero a Isaías, profeta del Evangelio. (...) Las palabras

apostólicas de Pablo hacen a Ezequiel canónico (...) La autoridad del Evangelio nos

impulsa a aceptar a Daniel entre los profetas (cf. Jeremías, profeta a quien el Evangelio

no es silencioso que sus palabras sean consideradas como proféticas) Después de estos

grandes y, por así decirlo, de los principales profetas, vamos inmediatamente a los doce

que son llamados menores, no por menor autoridad, sino por la cantidad de su escritura y

vamos a probarlos todos canónicos, no de una vez ni (...) Por fin, en el orden de los

profetas, pero no menos importante, sigue Malaquías, pero individualmente y

distintamente: Oseas, Joel, Amós, Obadias, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías,

Ageo y Zacarías. Entonces viene Job (...) La autoridad de los salmos (...) y en cuanto a

los libros de Salomón (que son Proverbios, Eclesiastés, el Cantico, que es el Cantico de

los Canticos).” (Adversus Petrobrusianos, Probatio totius Veteris Testamenti ex Evangelio

PL 189: 741)

28.Adam Scott (1140-1212)

Fue un teólogo, escritor y monje anglo-escocés, de finales del siglo XII e inicio del XIII;

probablemente fue alumno de Hugo de San Víctor, por lo que no sería nada extraño saber

que también sostuvo la misma postura de él; identifico la misma clasificación que

corresponde al canon hebreo, dando por conclusión que son 22 libros (22 o 24 siempre

era la cantidad asignada para el canon hebreo, que no se le olvide) él escribió lo

siguiente:

“Estos libros, sobre los que estamos hablando y que se extraen de la Escritura,

pertenecen al Antiguo Testamento al Nuevo. En efecto, el Antiguo Testamento se divide

en tres órdenes: la Ley, de que hay cinco libros, los Profetas, de los cuales hay ocho

libros, y las Hagiografías de que hay nueve libros, completando veintidós, que es

también el número de letras en el alfabeto hebreo.” (De Tripartito Tabernaculo, Pars

Secunda. De Tabernaculo Christi Quod Est In Fide. Caput VIII PL 198: 697B)

60

29.Los valdenses (Siglo XII)

Los valdenses fue un movimiento cristiano que buscaba la reforma de la iglesia, muchas

de sus doctrinas fueron absorbidas por el protestantismo, de hecho, los valdenses en el

siglo XVI, se unieron a la reforma protestante, convirtiéndose en protestantes evangélicos;


actualmente tiene lazos con la iglesia reformada, y se les conoce como “iglesia evangélica

valdense”; ¿Por qué debería mencionarlos en este articulo?, a pesar de ser considerados

como precursores de la reforma protestante, ellos hicieron una traducción de la biblia; En

cuanto al canon de la biblia que ellos crearon, está en constante debate, ya que nunca

dejaron sabido a los lectores en sus traducciones, que libros son canónicos y que libros

no lo son, incluyeron no solo los libros apócrifos si no también otras escrituras apócrifas

como por ejemplo, 2 y 3 Esdras, la epístola de Jeremías y el 3 Macabeos, sin embargo,

entre en los argumentos que están en contra de que los valdenses aceptaban los

apócrifos con la misma autoridad que los libros canónicos, es que vemos, que ellos

sentían un rechazo a la vulgata, porque ellos decían que tenían errores.

“Por mil años, la Vulgata de Jerónimo dominó Europa occidental. Sólo los molestos

valdenses en los Alpes, y la original Iglesia celta de Gran Bretaña, rechazó la Vulgata.

Incluso los eruditos católicos señalaron los miles de errores en la corrupta Vulgata, pero

hubo pocos para desafiar a la Biblia católica de Jerónimo. (Larry Walker;Dr. Samuele

Bacchiocchi;Estudio 160, parrafo 3, neck city)

Sin embargo, en mis investigaciones, me he podido encontrar que varias páginas (incluso

evangélicas) en el credo de los valdenses de 1120, siempre omiten el resto de punto 3,

desde antes, se sospecha de esta omisión cuando en el punto 4 leemos

“Los libros mencionados anteriormente nos enseñan” (Confesión de fe de los valdenses

1120, articulo 4)

¿Cuáles son esos libros? Una página web llamada “apuritansmind” no dice lo siguiente:

“Reconocemos por las sagradas escrituras canónicas los libros de la Santa Biblia. (Aquí

sigue el título de cada uno, exactamente conforme a nuestro canon recibido, pero se

considera que, por ese motivo, no es necesario concretar)”

(https://www.apuritansmind.com/creeds-and-confessions/the-waldensian-confessions-offaith-circa-
1120/)

También me deja sin cuidado lo dicho por Thomas Taylor; quien en su libro “historia de los

valdenses y albigenses” dijo lo siguiente:

“Reconocemos por las Escrituras Santas y Canónicas todos los libros de la Biblia. Luego

sigue un Catálogo de todos los Libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Los libros

apócrifos no se reciben en relación con los hebreos, pero los leemos para la
edificación de la gente, no para confirmar la autoridad de la fe y la Doctrina

Eclesiástica.” (Thomas Taylor ; The history of the Waldenses and Albigenses; pagina 58)

61

Debido a estas declaraciones, pondremos la confesión de fe de los valdenses de manera

completa, solo nos enfocaremos en el punto 3 que es lo que habla conforme al canon

bíblico; lo pongo aquí:

“Reconocemos las Sagradas Escrituras Canónicas, los Libros de la Santa Biblia. Los

libros de Moisés Llamado Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué,

Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 de Samuel, 1 de los Reyes, 2 de los Reyes, 1 Crónicas, 2

Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, Job, Salmos Los Proverbios de Salomón, Eclesiastés,

o el Predicador, El Canto de Salomón, Las Profecías de Isaías, y Jeremías. Las

lamentaciones de Jeremías. Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás,

Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías. Aquí siguen los libros

apócrifos, que no se reciben de los hebreos. Pero nosotros los leemos (como dice

San Jerónimo en su Prólogo a los Proverbios) para la instrucción del Pueblo, no

para confirmar la Autoridad de la Doctrina de la Iglesia: 2 Esdras, 3 Esdras, Tobías,

Judith, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, con la Epístola de Jeremías, Ester desde el

décimo capítulo hasta el final, La canción de los tres Niños en, La Historia de

Susana, La Historia del Dragón, 1 Macabeos, 2 Macabeos, 3 macabeos.” (Confesión

de fe de los valdenses, 1180, articulo 3; Reimpresión de CHRAA, 1982. por Samuel

Morland (Londres, 1658), pp. 30-34.)

Entonces, el hecho que la biblia de los valdenses no tenga una indicación o prologo

donde muestre el canon del Antiguo Testamento, no significa que ellos hayan aceptados

todos los libros de la biblia con la misma autoridad, mas bien, ellos; siguieron el punto de

vista de San Jerónimo.

30.Hugo de San Cher (Hugo Cardinalis) (1200-1263)

Fue un dominico súper importante del siglo XIII; era el confidente y asesor de varios

obispos, y el enviado de confianza del Papa Gregorio IX en Constantinopla; El Papa

Inocencio IV lo elevó al cardenalato, y se vio muy favorecido por él en el Concilio de Lyon

(1245). El mismo pontífice le confió varios asuntos importantes. Ante este expediente,

¿Quién más que Hugo de San Cher que conociera perfectamente la postura de la iglesia
en un tema tan básico e importante como el canon del Antiguo Testamento?, querido

lector, estamos hablando de alguien que tuvo la misma confianza del papa, es como lo

que goza actualmente Luis Toro, quien tiene el consentimiento del mismo papa Francisco,

lo mismo pasa con Hugo de San Cher, el tenia una confianza mutua con el obispo

Romano, lo menos que haría es traicionar a su iglesia; obvio que, como católico que era,

muy fiel a su religión, no iba a hacer o decir algo que contradijera a su iglesia; oséa, en

otras palabras, era como un “Luis Toro” del siglo XIII; como fiel a su iglesia, a su religión y

su gran amor a la verdad, el dijo lo siguiente en cuanto al Canon del Antiguo Testamento:

“los hebreos dividen el Antiguo Testamento en sub secciones. A la primera llaman la

Ley; la segunda de los Profetas; la tercera de Hagiografía. En la Ley colocan los cinco

libros de Moisés. En los profetas colocan ocho libros, es decir, Josué, Jueces, Samuel,

que son los dos primeros libros de los Reyes, Malaquías, que son los dos últimos libros de

los Reyes, Isaías, Jeremías, Ezequiel, los Doce Profetas. En la Hagiografía colocan los

62

nueve libros del Antiguo Testamento que permanecen, es decir, David, Proverbios,

Eclesiastés, Daniel, el Cntico, Crónicas, Esdras, Ester. (...) Los Apócrifos permanecen:

Jesús, Sabiduría, El Pastor, los Libros de los Macabeos, Judit y Tobías, son llamados

Hagiografía, es decir, los escritos de los santos, que es un nombre común a todos los

libros de la Sagrada Escritura. . Una vez que éstos son dudosos no se numeran en el

canon pero, una vez que proclaman cosas verdaderas, la Iglesia los acepta.”

(Postillam super Librum Iosue: Prologus, traducción de Benjamin Panciera, el Medieval

Instituto, Universidad de Notre Dame)

Oséa, hablamos de alguien que tuvo contacto directo con el papa, y no solo eso, tuvo

hasta su confianza; ¿Cómo es que nadie (absolutamente nadie) le haya acusado de

enseñar una doctrina “contraria a la iglesia”? ¿Cómo es que no fue llevado a la Santa

Inquisición para ser juzgado? ¿Cómo es que el papa no le dio de baja por semejantes

palabras en contra de dichos libros que para entonces eran “inspirados por Dios? ¿Cómo

pudo hacer semejante comentario si supuestamente tenía que saber que dichos libros son

parte del canon y no son apócrifos? ¿es que acaso nadie le dijo que esos libros no son

apócrifos? Ósea, ¡tenia al magisterio básicamente cerca!, converso con ellos, interactuó

con ellos, aprendió de ellos, confió en ellos ¡y hace semejante comentario! ¿En qué
mundo estaba Hugo San Cher? ¿o es que acaso lo que dijo en contra de dichos libros lo

aprendió de su iglesia y de magisterio? Si no fue así; ¿Por qué el papa y la iglesia no lo

condenaron? Un ejemplo; Luis Toro “dice” que los libros deuterocanonicos en realidad

son apócrifos, dudosos y no enumerados en el canon; ¿Qué cree usted que pasaría?,

inmediatamente lo califican de hereje, traidor, sectario y ni más que pensarlo, lo

excomulgan y le quitan su cago de sacerdote al menos que se retracte; Hugo de San

Cher nunca se retracto, y lo que es curioso, nunca fue reprendido ni después de su

muerte, la pregunta; ¿Por qué?; creo que la conclusión es bastante obvia que no hay

necesidad de decirla.

31.Felipe de Harveng (1100-1183)

Fue un premonstratense y abad de la abadía de Bonne-Espérance en Hainault

(actual Bélgica) del siglo XII , y un escritor teológico. Aceptó la autoridad de

Jerónimo sobre asuntos del canon, reconoció el canon hebreo y rechazó la

inspiración de los libros apócrifos, el escribió:

“De hecho, Jerónimo tradujo del hebreo al latín todas las escrituras que se mantuvieron

entre los hebreos en el cón. En ellos no se puede encontrar que Salomón ofreció ramas a

los escribas para que él pudiera ser derrotado [trecho contenido en Eclesiástico]. Sus

escrituras restantes son apócrifas cuya autoridad no es adecuada para confirmar las

cosas que podrían entrar en disputa. De donde también el libro de Jesús, hijo de Sirac,

Judit, Tobías y los primeros Macabeos son contados por ellos entre los apócrifos,

una vez que no se mantienen en su canon (...) Salomón no escribió Eclesiástico

como dice Agustín en el décimo libro de la Ciudad de Dios y, antes de él, Jerónimo dijo en

muchos lugares.” (Respuesta de Damnation Salamonis; PL 203: 659)

63

32.Nicolás de Lyra (1270-1340)

Fue un teólogo muy influyente y muy respetado del siglo XIII, logro hasta ser más

influyente superando a Tomas de Aquino en comentarios bíblicos; debido a su fama que

gozaba, sus comentarios bíblicos sobre aquella época tenía valor; pues estamos

hablando de un Erudito conocedor de las lenguas hebreas; sus comentarios fueron

incluidos en la Glosa Ordinaria, dicha Glosa cita lo que hizo referente Nicolás de Lyra en

su prefacio de Tobías al decir que los libros de la Sabiduría, Sirac, Judit, Tobías y
Macabeos no fueron considerados canónicos, sino que fueron recibidos y leídos por la

Iglesia sólo para fines de edificación y aliento moral:

“Aquí comienza el comentario de Nicolás de Lyra sobre el libro de Tobías, y primero el

prefacio del libro. 'Es correcto hacer estas cosas y no omitirlas', Mt 23. Después de que,

con la ayuda de Dios, escribí en los libros canónicos de la Sagrada Escritura, desde el

comienzo del Génesis hasta el final del Apocalipsis, Intentar, confiando nuevamente en

la ayuda de Dios, escribir en los otros libros que no son del canon, a saber, el Libro

de la Sabiduría, Sirac, Judith, Tobías y los Libros de Macabeos, siguiendo lo que

Jerónimo dice en el Prólogo con casco, que es colocados ante los libros de los

reyes; y él dice lo mismo sobre el Libro de Baruc en su prólogo y sobre Segundo

Esdras en su prólogo sobre Esdras. Por eso elegí el verso anterior, en el que podemos

observar dos puntos: primero es la necesidad del trabajo, donde comienza: 'Es correcto

hacer estas cosas;' segundo es la utilidad del trabajo, donde continúa: 'y no omitirlos'. En

cuanto al primer punto, debe saberse que los libros de las Sagradas Escrituras

llamados canónicos son de tal autoridad que todo lo que contengan se considera

verdadero, firme y sin discusión, también como lo que se demuestre claramente de

ello. Porque así como en los escritos filosóficos, donde se conoce la verdad al regresar a

los primeros principios, en sí mismos, también se conoce la verdad en los escritos que

transmiten los maestros católicos, en relación con las cosas que deben ser

mantenidas por la fe, al regresar a los escritos canónicos de las Sagradas

Escrituras, que fueron entregados por revelación divina, en los cuales nada falso

puede existir. Por lo tanto, para la Iglesia es necesario comprenderlos, y en cuanto a su

interpretación, las palabras de Sirac pueden citarse: 'Todas estas cosas son el libro de la

vida', es decir, todos los libros interpretados en la obra anterior están contenidos en el

libro de La vida, es decir, en el libro de la verdad revelada por Dios, que es la vida misma.

Porque así como la predestinación divina se llama el libro de la vida, también lo son estos

escritos revelados desde el cielo, el libro de la vida, tanto porque proceden esencialmente

de la vida, como se dijo, y porque conducen a una vida bendita. En cuanto al segundo

punto, debe considerarse que los libros que no son parte del canon son recibidos

por la Iglesia para que puedan leerse en ella para la instrucción de la moral, pero su

autoridad no se considera adecuada para probar cosas que entrar en contienda,


como Jerónimo dice en su prólogo al Libro de Judith y en su prólogo a los Proverbios de

Salomón. Son, pues, menos eficaces que los libros canónicos. Así podemos decir con el

Señor, de quien está todo bien, lo que está escrito en Judith 6: 'Pensé esto después de

eso'. Mientras que en el acto divino de pensar no hay antes ni después, ya que es singular

y sumamente simple, sin embargo, en los efectos que antes pensó, hay un orden de

tiempo y dignidad; y así, la verdad escrita en los libros canónicos es anterior, en el tiempo

a muchas cosas y previa en dignidad a todas las cosas, que la verdad que está escrita en

64

los libros no canónicos. Sin embargo, es útil para la dirección en la vida de la moral, como

se dijo, a través del cual llegamos al reino de los cielos, el cual, nos conceda, etc. (Postilla

Nicolas de Lyra super librum Tobiae, prefatio. Biblia cum glosa Ordinaria et expositione

Lyrae litterali et morali (Basilea: Petri & Froben, 1498). British Museum IB.37895, Vol. 2).

Traducción del Dr. Michael Woodward.)

E sus comentarios sobre los prefacios de Esdras, claramente podemos ver como se niega

en hacer comentarios sobre los libros de Macabeos, Tobías, Judith y el segundo libro de

Esdras (3 y 4 Esdras) ya que son libros apócrifos, no canónicos tanto por judíos como por

cristianos, el escribió:

“En el primer año de Ciro', etc. Este libro, a partir del cual comienza la regla de los

sacerdotes, como se dijo, junto con los libros relacionados con él, se puede dividir así:

primero se trata la aparición de esta regla, segundo consecuencia de la desgracia, que es

doble: una considera el ejemplo de la constancia contra Aman, la otra el ejemplo de la

paciencia en los libros de Ester y Job .Pero en este momento tengo la intención de

pasar por alto los libros de Tobías, Judith y Macabeos, aunque son históricos, pero

no son del canon para los judíos ni para los cristianos. Más bien, Jerónimo dice

acerca de ellos, en el Prólogo en Casco que es el prólogo en los Libros de Reyes, que se

cantan entre los apócrifos; y en el prólogo sobre Judith, él dice que su autoridad no

es eficaz para probar nada que entra en discusión o duda. Y, por lo tanto, no

pretendo seguir exponiéndolos hasta que, con la ayuda y la vida continua de Dios, he

escrito en todos los libros canónicos. Ahora, si el Señor me concede la vida, podré, si

Dios quiere, escribiré en estos libros y en otros que se encuentran comúnmente en

las Biblias, aunque no sean del canon. Este libro, además, está dividido en tres partes:
la primera, relacionada con la parte posterior de la gente bajo el gobierno de Jesús, hijo

de Josedech; segundo concerniente a la instrucción de los retornados por Esdras,

maestro de la ley - Capítulo 7; tercero, sobre la reconstrucción de los muros por el líder

Nehemías, que comienza con 'Las palabras de Nehemías'. Y estos tres eran sacerdotes,

como se verá en lo que sigue. Pero en este momento no tengo la intención de

ocuparme del Segundo Libro de Esdras por el motivo dado, a saber, que no es del

canon” (Postilla Nicolai de Lyra super librum Esdrae, cap.I Biblia cum glosa ordinaria et

expositione Lyre litterali et morali (Basilea: Petri y Froben, 1498). British Museum

IB.37895, vol. 1, Lyra en Ezra. Traducción del Dr. Michael Woodward).

Cada vez que comenzaba a escribir los comentarios de los libros apócrifos, siempre

dejaba en claro que dicho libro no es del canon, aquí pongo unos ejemplos.

“Aquí comienza el libro de Tobías que no está en el canon.” (Biblia cum glosa ordinaria

et expositione Lyre litterali et morali (Basilea: Petri & Froben, 1498) British Museum

IB.37895, vol. 1)

“Aquí comienza el libro de Judit que no está en el canon.” (Ibid., Vol. 1)

“Aquí comienza el Libro de la Sabiduría que no está en el canon.” (Ibid., Vol. 1)

Nuevamente Nicolás de Lyra vuelve a rechazar la canocidad de dichos libros siguiendo la

misma postura de San Jerónimo.

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“El segundo modo de demostración es por las autoridades de las Escrituras sagradas y

canónicas. 'Yo digo' canónico 'a causa de los libros de Tobías, Judit, Sabiduría,

Eclesiástico y Macabeos, cuya autoridad no es eficaz para probar cualquier cosa

que entra en disputa, como Jerónimo dice en su Prólogo colocado antes del libro de

los Reyes.” (La visión de la esencia divina)

33.Guillermo de Ockham (1285-1347)

Un fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico inglés del siglo XIV, oriundo de Ockham,

un pequeño pueblo de Surrey, Reino Unido. Fue creador de la teoría de la “navaja de

Ockham”; en sus diálogos, toco el tema referente a los libros apócrifos; alegando que

dichos libros no son usados para la confirmación de la doctrina o que no forman parte del

canon; Él mencionó a Judit, Tobías, Macabeos, Eclesiástico y Sabiduría, y para dale

fundamente a su argumento, depende del punto de vista de Jerónimo y de Gregorio


Grande para darle más valor a sus argumentos. El escribió:

“De acuerdo con Agustín, como se dice en Distich IX en varios capítulos, la Sagrada

Escritura debe ser colocada sobre las cartas y los escritos de todos los obispos y otros.

Así como el temor y el honor deben ser ofrecidos a los santos escritores de la Biblia, para

que no se cree que se equivoquen en algo, tal temor y honor no debe ser ofrecido a nadie

después de ellos. De acuerdo con Jerónimo en el prólogo a los libros de Proverbios

y Gregorio en Moralia, los libros de Judit, Tobías y Macabeos, Eclesiástico y

Sabiduría no deben ser tomados para confirmar cualquier elemento de fe. Porque

Jerónimo dice, como hace Gregorio: la Iglesia lee los libros de Judit, Tobías y

Macabeos, pero no los acepta entre las escrituras canónicas.” (Guillelmus de Occam

O.F.M., Opera Plurima (Lyon, 1494-1496), Dialogus de Impero et Pontificia Potestate,

Liber III, tractus I, cap. XVI)

34.Jhon Wyclif (1330-1384)

Es reconocido como precursor de la reforma protestante y como el “padre espiritual” de

los husitas; fue cátedra de Teología en la universidad de Oxford; inicio un movimiento de

reforma llamado “Wiclyfismo” o “Lolardos” buscaba reformar la iglesia llevándola al

cristianismo primitivo, hizo una traducción de la biblia al ingles, es por esa razón, que

debe estar en este articulo, ya su punto de vista sobre los apócrifos, es semejante a la de

Jerónimo en su segunda edición:

“La primera traducción de la Escritura al inglés fue la de John Wyclif (1384, 1395). Como

Wyclif usó la Vulgata latina de Jerónimo como la base de su traducción, se incluyeron los

libros de Apócrifos del Antiguo Testamento. En la versión original de Wyclif, hay una nota

que recomienda el libro apócrifo de Tobías. Sin embargo, en la segunda edición, se

reconoce la distinción entre los libros apócrifos del Antiguo Testamento y los libros

del canon hebreo (…) Al igual que Jerónimo, se hizo la distinción entre aquellos libros

que podrían usarse para la doctrina, el Antiguo Testamento hebreo, y aquellos que

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podrían ser útiles para lecciones éticas, los Apócrifos del Antiguo Testamento.” (Don

Stewart; Question 9: How Has the Old Testament Apocrypha Been Placed in Bible

Translations?; punto 4: párrafo 3-4)

35.Antonino de Florencia (1389-1459)


Arzobispo de Florencia, Religioso de la Orden de Santo Domingo; También rechazo la

canonicidad de los libros apócrifos después de dar la lista de Antiguo Testamento que

corresponde exactamente al canon hebreo y al canon de las biblias protestantes; pone a

San Jerónimo y a Nicolás de Lyra como los principales fundamentos de su rechazo a

dichos libros, el escribió:

“Los judíos (...) de acuerdo con Jerónimo en su prólogo (...) crearon cuatro divisiones

de los libros del Antiguo Testamento. Los primeros llamaron a la Ley (...) el segundo los

Profetas (...) el tercero la Hagiografía (...) el cuarto (que los judíos no colocaron en el

canon de las Sagradas Escrituras, pero llamaron Apócrifos) ellos hicieron de los

demás cinco libros, a saber, Sabiduría, Eclesiástico, Judit, Tobías, y Macabeos, que

fue dividido en dos libros. En estos cinco libros Jerónimo dice en su Prólogo a

Judit, que su autoridad es juzgada menos adecuada para fortalecer las cosas que

entran en disputa (...) Y Tomás dice lo mismo en la Secunda Secundae, y Nicolás de

Lyra sobre Tobías, el dice, que ellos no son de tal autoridad, que no puede ser

discutido a partir de sus palabras sobre lo que es de la fe, como a partir de los otros

libros de la Sagrada Escritura.”(Summa Theologica, en Quattuor Partes Distributa, Pars

Tertia, Tit xviii, Cap vi, Sección 2, De Dilatatione Praedicationis, Col 1043-1044)

36.Alonso Fernando de Madrigal (1410-1455)

Fue un clérigo, académico y escritor español; en sus comentarios en el prefacio de Mateo,

rechaza la canonicidad de los libros apócrifos, alegando que no son útiles para asuntos de

confirmación de doctrina, o asuntos que están en duda; además, aparte dice que dichos

libros son leídos en la iglesia con el único fin de ser usados como lectura de edificación,

debido, que no fueron escritos en compañía del espíritu santo.

“Como es de los libros de la Sabiduría,... Eclesiástico,... Macabeos,... Judit... y Tobías.

Pues, aunque sean recibidos por los cristianos, y una demostración retirada de ellos

puede a veces ser útil, la Iglesia mantiene esos libros. Sin embargo, ellos no son útiles

contra herejes o judíos para probar las cosas que podrían entrar en duda: Así como

Jerónimo dice en su prólogo sobre Judit, o sea, entre los hebreos el libro de Judit es leído

como hagiografía, cuya autoridad es juzgada menos adecuada para fortalecer las

cosas que entran en disputa. Estas cosas habiendo sido presu ponidas, se debe decir

que en el Antiguo Testamento ciertos libros se colocan en el canon y ciertos libros


no lo son. Aquellos que no son colocados, como Judit, Tobías, los dos libros de

Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico no tienen ninguna sub sección o división dentro

de sí mismos. Aquellos que están en el canon ya tienen. Se debe saber que los libros

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colocados en el canon tienen tres sub secciones, la primera de la Ley, el segundo de los

Profetas y el tercero de los libros hagiográficos. En la primera sub sección de libros de la

Ley se colocan sólo los cinco libros de Moisés, que se llaman Tora entre los judíos, es

decir, la ley. Otros los llaman de humas, es decir, los cinco, pues hay cinco libros. Y a este

nombre corresponde cierto nombre griego entre nosotros, a saber, Pentateuco, que

significa los cinco libros de la ley. Y ellos son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y

Deuteronomio (...) La segunda sub sección de libros es llamada profética o de los

Profetas y contiene ocho libros. El primero es el libro de Josué; según Jueces con el que

colocan el libro de Rut; el tercero es el libro de Samuel, que llamamos primero y segundo

Reyes; cuarto es Malaquías (...) quinto, Isaías; sexto, Jeremías; séptimo, Ezequiel;

octavo, el Libro de los Doce Profetas Menores, que entre los hebreos es un solo volumen.

El Libro de Daniel no está colocado entre los libros proféticos, sino en la tercera sub

sección, la hagiografía. En esta sub sección son nueve libros. El primero es el libro de

Job; según David (...) tercero, Proverbios (...) cuarto, el Eclesiastés del mismo Salomón

(...) El quinto es el Cántico de los Cánticos (...) sexto, Daniel; séptimo, Crónicas (...)

octavo es Esdras que está dividido en dos libros y dentro de él está contenido el otro libro

de Nehemías. El noveno es el libro de Ester, y así es la tercera sub sección completada.

Hay, por lo tanto, tres sub secciones de libros del Antiguo Testamento y en el primero está

contenido cinco libros; en el segundo, ocho; en el tercer nueve. Y así hay veintidós libros.

Algunos colocan once libros en la tercera sub sección, es decir, colocan el libro de Rut

con los mencionados, separándolo del otro libro de Jueces. Ellos también colocan el libro

threnorum, o las Lamentaciones de Jeremías, allí que es llamado Cinoth entre los hebreos

que lo separa del libro del profeta Jeremías, y así hay veinticuatro libros en el canon del

Antiguo Testamento. En cuanto a estas cosas Jerónimo escribe en su prólogo (...) Ciertos

libros son apócrifos en el primer sentido [no son canónicos pero la Iglesia los lee

para edificación], que se colocan fuera del Canon del Antiguo Testamento, pero se

cuentan entre los libros de la Sagrada Escritura, a saber, el Libro de la Sabiduría,


Eclesiástico, Judit, Tobías y Macabeos, pues sobre sus autores, no es establecido

para la Iglesia si ellos los escribieron con el Espíritu Santo (Commentariorum in

Sanctum Iesu Christi Euangelium secundum Matthaeum, Praefatio, Quest 1, 2, 3)

37.Dionisio Cartujano (1402-1471)

Un Erudito muy entregado al estudio y a la oración; fue un clérigo, teólogo y místico

católico flamenco, perteneciente a la Orden de los Cartujos; Fue uno de los más grandes

visionarios y rigurosos ascetas de todos los tiempos, lo que no le impidió involucrarse

activamente en los asuntos políticos de su siglo, al servicio de la Iglesia y de los duques

de Borgoña. Acompañó al cardenal Nicolás de Cusa en su célebre viaje por Alemania. En

su comentario sobre Génesis, pone la lista de Canon del Antiguo Testamento de San

Jerónimo, que corresponde exactamente al canon hebreo, y como ende, el mismo canon

de las biblias protestantes; para Dionisio, había dos distinciones con respecto al canon del

Antiguo Testamento; canónicos y apócrifos, el escribió:

“En su prólogo a los Libros de los Reyes, Jerónimo dice que hay veintidós libros del

Antiguo Testamento. Los hebreos dividen la Escritura del Antiguo Testamento en

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tres partes, es decir, en ley, profetas y hagiografía. Los cinco libros de Moisés se llaman

la ley, los otros ocho libros, que es Josué, el Libro de Jueces, bajo el cual incluyen el Libro

de Rut y los Libros de Reyes que dividen en dos volúmenes, también Isaías, Jeremías ,

Ezequiel, y el libro de los doce profetas llaman los libros proféticos. En la hagiografía

están los últimos nueve libros, que es el Libro de Job, el Salterio, los tres libros de

Salomón, Crónicas, Esdras y Ester. Hagiografía es así llamado hagios, que es sagrado, y

gráfico, escrito, así, escritura santa. Ellos llaman esos libros de canon y los otros

apócrifos.” (Denys the Carthusian, Enneration In Genesis, Cap I, Articulus IV, De

Multiplici Distinctione Atque Divisione Totius Divinae Scripturae)

Dionisio nos explicas porque razón LA MADRE IGLESIA aprueba esos libros, oséa, pone

sobre la autoridad de la iglesia romana (iglesia madre) su punto de vista compatible

actualmente con el protestantismo.

“Pero el libro no es contado entre las escrituras canónicas, sin embargo, la Madre Iglesia

no tiene dudas sobre su verdad: por eso ella recibe y establece que no debe ser leído

para la confirmación y prueba de las cosas que entran en disputa.” (Denys the
Carthusian, Proemium, Judith and Tobit)

Dionisio tiene cierta apatía por el libro de Eclesiástico, tanto que dicen que ese libro con el

resto de los apócrifos no se duda sobre su verdad, pero esto, aun no es característica

suficiente para Dionisio y lo deja siempre fuera del canon, que como vimos, es el lugar de

los apócrifos.

“Ahora que el libro no es contado del canon, que está entre las Escrituras canónicas,

aunque no hay duda en cuanto a su verdad. Y eso se encaja muy bien con el Libro de los

Proverbios de Salomón en su significado y estilo. Sobre este Jerónimo escribe que él

encontró este libro entre los hebreos, no llamado Eclesiástico, como es por nosotros,

pero titulado Parábola.”(Denys el cartujo, Prologus, Ecclesiasticus (Sirach)

38.Thomas Netter de Walden (1375-1430)

Como hemos venido observando; este teólogo acepta los 22 libros correspondientes del

canon hebreo para el Antiguo Testamento, y para fundamentarse en ello, toma prestada

la autoridad de Jerónimo.

“Así como (dice él) hay veintidós letras a través de las cuales escribimos en hebreo todo

lo que decimos y el habla humana es comprendida por sus primordios, entonces son

considerados como veintidós volúmenes, por lo cual, así como en las letras e inicio en

la doctrina de Dios, la infancia todavía tensa y enferma del hombre justo podría ser

nutrida. El primero de ellos es llamado Bresith, que llamamos Génesis. Estas cosas

Jerónimo dice.”(Thomae Waldensis, Doctrinale Fidei Catholicae, Tomus Primus, Articulus

Secundus, cap.2, 353)

69

39.Jean Driedo de Lovaina (¿-1537)

Al igual que el Cardenal Cayetano, fue un oponente de Martin Lutero; también fue teólogo

y miembro de la Universidad Católica de Lovaina. En 1519 condeno las enseñanzas de

Martin Lutero, pero, al igual que el cardenal Cayetano, rechazó también los libros

apócrifos con las misma autoridad de los canónicos y que solo son usados para

edificación de la iglesia pero no con fines de confirmación de doctrina, para ello, también

usa a San Jerónimo para darle base a sus argumentos; a diferencia del Cardenal

Cayetano, corrige a San Jerónimo en cuanto a la Hagiografía parte que dice que dichos

no son falsos, si no a su origen secreto, en el caso de 2 Macabeos y las adiciones a


Daniel y Ester, dicen que son relatos inventados; él escribió:

“Jerónimo puede ser contradictorio consigo mismo, ya él enseña en su prólogo que

esos libros no canónicos están reunidos en la Hagiografía (...) Podemos decir que

entre los judíos la Hagiografía es doble, exactamente como dijimos arriba, la

apócrifa es doble (esto es, puede entenderse de dos maneras). Algunas cosas son

Hagiografía, es decir, escritos de los santos, cuya autoridad es adecuada para fortalecer

las cosas que son de la fe: hagiografías de este tipo están en el canon bíblico. Pero hay

otras Hagiografías (es decir, escritos sagrados o escritos de los santos) cuya autoridad no

es adecuada para fortalecer las afirmaciones de la fe, aunque sean consideradas

verdaderas y santas, así como los escritos de Agustín y Jerónimo son considerados,

siendo también llamados Hagiografía (escritos sagrados o escritos de los santos). Las

Hagiografías de este tipo entre Hebreos son las historias de Judit, Tobías y Eclesiástico y

primer Macabeo, cuyos libros, aunque [la Iglesia] los mantienen y leen, pero no los

cuenta entre los libros canónicos, sino entre los apócrifos, no porque son falsos,

sino porque su origen secreto no era aparente para toda la Sinagoga. El tercer y

cuarto Esdras, segundo Macabeo, el Himno de los tres hijos y las historias de Susana,

Bela y el Dragón, no guardamos ni rechazamos, y relatan que fueron inventados. Sin

embargo, la Iglesia Cristiana, a causa de la autoridad de ciertas escrituras antiguas que

se leen para hacer uso de evidencias de historias de este tipo, lee estas mismas

escrituras con fe piadosa, y, además, no las rechaza o desprecia, aunque no reciban

estos libros autoridad igual a las escrituras canónicas.” (Jean Driedo, De Ecclesiasticis

Scripturis et Dogmatibus, Libri quator, XX XXI)

Para Jean, los apócrifos tenían doble clasificación (parecido a la postura de la Glosa

Ordinaria) y vemos, que a pesar de su punto de vista, pone siempre a los apócrifos con

calidad inferior a la par de las escrituras canonícas (del Canon hebreo) que es la misma

que tiene actualmente las iglesias protestantes.

40.Johann Wild (1497-1554)

Fue un comentarista y predicador de las Escrituras franciscanas alemanas; escribió un

libro titulado “El Examen de aquellos que deberían ser ordenados para el ministerio

sagrado de la Iglesia” en dicho escrito, hace una clara distinción entre los libros del

canon hebreo (el mismo que tiene las biblias protestantes) y los libros apócrifos (que
70

los católicos y ortodoxos llaman deuterocanonicos) a parte que dice, que los libros

apócrifos son útiles para lectura privada en la casa:

“¿Cuáles son los libros del Antiguo Testamento? En el caso de los judíos,los judíos,

Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, los Doce Profetas, dos libros

de Macabeos. Algunos de estos son a veces llamados apócrifos (es decir, oculto),

porque se les permitía leerlos en particular en casa, cada uno de acuerdo con su

propia inclinación. En la Iglesia no se leen públicamente, ni a ninguno de ellos se le

da autoridad. Los libros apócrifos son: tercer y cuarto Esdras, Tobías, Judit,

Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, y los dos libros de Macabeos. Todos los demás son

llamados canónicos, ya que son de autoridad irrefutable, incluso entre los judíos. Y así

todos los libros del Antiguo Testamento son treinta y siete, veintiocho canónicos y nueve

apócrifos. (John Ferus, The Examination of Those, que se le ordena para ser ordenado

para el ministerio sagrado de la iglesia)

41.Jacobus Faber Stapulensis (1455-1536)

Teólogo del siglo XVI y maestro de la universidad de Paris; conocido también como

Jacques Lefèvre d'Étaples; sus escritos fueron parte del despertad de la reforma

protestante aunque al final no quiso unirse a ella; aunque no fue un gran crítico textual, se

le reconoce por su labor pedagógica. Se interesó en establecer un programa educativo

para formar humanistas; en cuanto a los libros apócrifos, siguió la misma postura de San

Jerónimo, que no forman parte del canon, que son útiles para lectura devocional pero no

para la confirmación de la doctrina, aquí podemos ver qué fue lo que dijo

“En el libro de la Sabiduría, Eclesiástico, Judit y Tobías, concediéndoles la misma

autoridad, ya que ellos contienen el mismo poder de construir la devoción, pero él

también llama a todos los de apócrifos, ya que no están en el canon ni en la primera

y más elevada autoridad de la Iglesia. Sin embargo, ellos no están en el otro sentido de

apócrifos para ser abiertamente condenados, como el libro de Enoc, sino en la primera

comprensión conocida de apócrifos, muy loables después de la Santa Elocuencia (es

decir, Escritura).”(Jacob Faber Stapulensis, Praef in Libri Trium Virorum et Virg)

71

Unidad 3: Temas de consideración


01.Preferencia por el canon hebreo desde antes y después de

Jerónimo.

Hemos visto como versiones de la biblia como la vulgata y la Glosa Ordinaria en sus

prólogos rechazaban la canonicidad de los libros apócrifos; es muy obvio que en desde

Jerónimo hasta la reforma, la preferencia por el canon hebreo siguiendo el punto de vista

de Jerónimo predominaba, e incluso a la época de Jerónimo, es muy evidente que los

padres de la iglesia sintieron mas apego a la autoridad del canon hebreo.

Bruce Metzger nos dice esto al respecto:

“Posteriormente a la época de Jerónimo y hasta el período de la reforma, una sucesión

continua de los Padres y teólogos más sabios de Occidente mantuvo la autoridad

única y distintiva de los libros del canon hebreo (Bruce Metzger, Una Introducción a

los Apócrifos (Nueva York). : Oxford, 1957), p. 180).

Los padres de la iglesia recurrieron a la autoridad del canon hebreo en respuesta en las

pretensiones gnósticas que usaban los apócrifos como escritura inspirada; M. G.

Seleznev en la enciclopedia Rusa con la bendición del patriarca de Moscú, nos afirma lo

siguiente:

“La necesidad de aclarar la composición del canon del Antiguo Testamento surgió en

relación con la controversia con los herejes (principalmente gnósticos), quienes a

menudo recurrían a textos pseudo-epigráficos atribuidos a los justos del Antiguo

Testamento (Enoc, Esdras, Baruc, Adan, 12 patriarcas, etc.) La controversia con los

gnósticos ocupa un lugar importante en Cristo. Deseando construir una barrera confiable

para la penetración de escritos heréticos en la Iglesia (como los apocalipsis gnósticos)

(…) Los teólogos comenzaron a apelar al canon hebreo. (Rabínico) (…) Los padres

limitan el marco del canon del Antiguo Testamento Hebreo. La Biblia da testimonio no

de la práctica establecida desde hace mucho tiempo, sino de un concepto emergente

solamente” ( Sundberg. 1964. P. 146, citado por M. G. Seleznev; Enciclopedia Ortodoxa

Rusa, canon biblico).

Sin bien los padres de la iglesia cometían uno que otro error en omitir Ester o agregar un

libro apócrifo, nadie puede en su sano juicio negar que los padres de la iglesia mostraran

preferencia al canon hebreo, P.A.Yungerov nos sigue afirmando:

“De acuerdo con el testimonio de su tradición, los judíos existieron continuamente durante
todo este tiempo, varios pastores y líderes espirituales, aunque a veces cometieron

errores, pero sin embargo permanecieron inviolablemente conservando las

antiguas creencias en el canon sagrado, apoyando estas creencias en el pueblo

judío y transfiriéndolas como la joya más alta, la iglesia cristiana, su estudiante

72

(Rom.3: 2).” (, P.A.Yungerov; Historia del canon de los libros sagrados del Antiguo

Testamento;II. El canon de los judíos palestinos y alejandrinos; parrafo 2)

02.¿Jesús y sus apóstolos citaron los libros apócrifos?

El fiel católico en su insistencia de querer demostrar que dichos libros son canónicos, se

ha tenido que buscar nuevas estrategias de cómo forzar la realidad bíblica de los

apócrifos; ellos toman textos o dichos de las palabras de Cristo, buscan un texto apócrifo

que afirma una idea similar, ¡¡y boom!! Ya se armaron la falacia que Cristo citaba los

apócrifos; es la misma estrategia sucia de siempre, buscan algo que se parezca a aun

texto bíblico del nuevo testamento y ya se fabricaron la supuesta “referencia” o “evidencia”

que Jesús citaba los apócrifos; ni siquiera se puede dar por seguridad completa que

Jesús y sus apóstoles en esos días conocían los libros apócrifos.

El teólogo Ortodoxo P.A.Yungerov nos dice al respecto:

“Entonces, los dichos apostólicos indicados por los teólogos católicos son tan poco

similares a los libros no canónicos como los dichos de Jesucristo. Si los apóstoles

conocían o no los libros no canónicos, esta pregunta no puede ser respondida con

precisión. Pero en cualquier caso, se puede decir positivamente que los apóstoles no

dieron a los libros no canónicos la misma autoridad que los canónicos. Como

Jesucristo, los apóstoles nunca citaron libros no canónicos en apoyo de sus

enseñanzas con las palabras: "Como está escrito", o: "dice la Escritura", y más aún

con las palabras "dice el Espíritu Santo." Se reconoce por algunos estudiosos

católicos modernos .Todos los apóstoles vinieron de judíos palestinos, fueron educados

por rabinos palestinos, y en relación con los libros del Antiguo Testamento fueron guiados

por los puntos de vista de los judíos, a quienes se les confió la palabra de Dios (Rom.3: 1-

2). Y ya hemos expuesto la opinión de los judíos palestinos sobre los libros no canónicos.

Por lo tanto, uno de nuestros eruditos católicos modernos, Lyuazi, un experto en la

cuestión del canon del Antiguo Testamento y su historia, rechaza el supuesto católico que
se analiza (…)La conclusión general es que Jesucristo y los apóstoles reconocieron

las Escrituras inspiradas y la palabra de Dios, libros canónicos del Antiguo

73

Testamento. Ni los apócrifos ni los libros no canónicos de tal nombre y autoridad

que no entendieron. Esta es la base para la enseñanza permanente e inmutable de la

Iglesia Ortodoxa Oriental. (P.A.Yungerov, Historia del canon de los libros sagrados del

Antiguo Testamento. 3. El canon del Antiguo Testamento en los escritores del Nuevo

Testamento, párrafo 18)

De modo, que las supuestas citas que Jesús hace uso de los apócrifos, solo son simples

simulaciones de los católicos, no se sabe a ciencia cierta si Jesús conocía los libros

apócrifos, pero si se sabe con certeza, que Jesús jamás hizo uso de los libros apócrifos

en su ministerio.

El doctor G Dounglas Young también nos ofrece el detalle que los apócrifos no son

citados en el nuevo testamento.

“¿El Nuevo Testamento cita a los apócrifos? La respuesta es un no categórico. No

hay una sola cita de ninguno de los 14 o 15 libros. Sin duda, los escritores del Nuevo

Testamento sabían de la existencia de estos libros. Sin embargo, no en una sola instancia

se cita a uno de ellos, ya sea como Escritura inspirada, o como autoridad, o de alguna

manera. No en un solo caso es uno de ellos citado de ninguna manera para ningún

propósito. El profesor CC Torrey, quien, en su La literatura apócrifa, enumera una gran

cantidad de supuestas citas o alusiones apócrifas, se ve obligado a admitir del Nuevo

Testamento que "en general, las Escrituras apócrifas fueron dejadas de notar" (p.

18). Las supuestas citas son de libros fuera de los que estamos considerando aquí, los

Apócrifos. Un ejemplo es la cita de Enoc en Judas” (Douglas Young, 'The Apocrypha' en

Carl FH Henry, ed., Revelation and the Bible: El pensamiento evangélico contemporáneo

(Grand Rapids: Baker, 1958), pág. 175.)

Y es verdad, los apócrifos no son citados con criterios de autoridad, solo se hace

referencia solamente a dos textos apócrifos. El apóstol Judas cita el libro de Enoc (Judas

1:14) pero vemos que actualmente que dicho libro, no es aceptada con autoridad

canoníca ni por los evangélicos ni por los católicos romanos en acepción de los

ortodoxos; La carta a los Hebreos hace referencia a los 7 hermanos mártires (Hebreos
3:1) registrado en el 2 Macabeos capitulo 7; pero esta argumento tampoco sirve porque la

historia de los 7 hermanos mártires también está registrado en todo el cuarto libro de

Macabeos, obviamente ningún católico acepta el 4 Macabeos en su biblia o como un libro

canónico solo porque la carta de Hebreos hace referencia a su contenido, de este modo,

queda refutado las pretensiones de querer darle canonicidad a ciertos libros apócrifos solo

porque supuestamente son citados en el nuevo testamento.

Bruce Metzger nos dice algo al respecto:

“Al discutir el tema de los paralelos y las alusiones a los apócrifos que se encuentran en el

Nuevo Testamento, a veces se recomienda que ningún autor del Nuevo Testamento

cite expresamente ningún pasaje de los apócrifos como procediendo de una

autoridad sagrada. Esto es sin duda cierto”( Bruce Metzger, Introducción a los

apócrifos (Nueva York: Universidad de Oxford, 1963), pág. 171.)

74

No solo Jesús y sus apóstoles no consideraron como canónicos los libros del canon

hebreo, sino que también los primeros cristianos, en este caso, Esteban, conocido como

el primer mártir de la iglesia primitiva, en su discurso registrado en el libro de los Hechos

7, solo menciona acontecimientos registrados en el canon hebreo, dejando afuera todo

acontecimiento narrado en los apócrifos.

Esteban, En su largo discurso en Hechos 7, cuenta la historia de los israelitas en el AT

desde Abraham, el padre de los hebreos (v.2), pasando por Isaac (v.8), Jacob (v.8), los

doce patriarcas (v) (9), José (v.9), los cuatrocientos años de esclavitud en Egipto (v.19),

Moisés (v.20), la liberación del pueblo israelí (v.35), las diez plagas y la apertura del mar

(V.36), los cuarenta años en el desierto (v.36), el ternero de oro (v.41), la entrada en la

tierra prometida por medio de Josué (v.45), el tiempo de los jueces hasta el reinado de

David (v.45), el reinado de Salomón (v.47), y los profetas (v.52). Pero nada se dice sobre

cualquier registro de un libro apócrifo, ni siquiera la revuelta de los macabeos que fue un

acontecimiento muy importante en la historia de los judíos, ¿Por qué Esteban omite esos

hechos? La respuesta es obvia, solo menciona sucesos registrados en libros canónicos.

Por eso, citar los libros apócrifos todavía no es evidencia que dicho libro sea canónico, se

sabe de sobra que Jesús no citó los apócrifos en su ministerio, los apóstoles tampoco lo

hicieron en excepción de Judas que cita Enoc, El apóstol Pablo también citaba a los
autores griegos para elevar la predicación que ellos estaban presentando, jama para darle

estatus canónico a dicha obra que estaba siendo citada.

Durante su discurso en el Areópago usó las palabras de los "propios poetas" de los

atenienses. "En él vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:28) es una

expresión de Epiménides de Cnosos (Creta), filósofo y poeta del siglo VI a. C.

"Linaje suyo somos" (Hechos 17:28) son palabras de Arato de Cilicia (315-245 a. C.)

registradas en su obra titulada Fenómenos.

"Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres" (1 Corintios 15:33)

es un dicho - que quizá llegó a convertirse en un refrán popular - del poeta ateniense

Menandro (343-280 a. C.).

"Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos" (Tito 1:12), es

también una cita de Epiménides de Creta, "propio profeta" de sus conciudadanos.

Pero es evidente que estas citas no tuvieron el propósito de dar validez de autores

divinamente inspirados a esos escritores griegos. Pablo simplemente citaba autores

griegos para ilustrar la enseñanza más elevada que él estaba presentando.

El jamás hizo una "mezcla" de "los dogmas de la filosofía" con las verdades reveladas.

Tampoco estaba dándole validez de estatus canónico a las obras que estaba citando,

simplemente los usaba con otros fines, lo mismo aplica con los libros apócrifos, dichos

libros jamás fueron citados con estatus canónico, de ser así ¿Por qué los católicos los

admiten como canónicos también estas obras de autores paganos? La respuesta es

obvia, por lo tanto lo mismo se aplica con los libros apócrifos.

75

03.Versiones de la biblia

antes y en la reforma

que rechazaba los

libros apócrifos

No quiero ser repetitivo, es de saberse

que tanto la vulgata de Jerónimo como

la Glosa Ordinaria rechazaban la

canonicidad de los libros apócrifos y

los tenían a un nivel inferior a los


libros del canon hebreo, hoy veremos

otras versiones de la biblia antes de la

reforma que siguieron los mismos

criterios; empezaremos con la biblia

poliglota del Cardenal Jiménez, quien

fue reconocido por llevar a cabo junto

con unos colaboradores, a sacar a la

luz su obra más brillante, conocida

como la biblia complutensia, dicha

biblia seguía los puntos de vista de

San Jerónimo, hizo distinción entre los

libros canónicos y los libros apócrifos

del Antiguo Testamento ; después de

dar una explicación haciendo

referencia a los libros del Antiguo

Testamento, el prologo nos dice esto:

“De los libros que están fuera del

canon, los cuales la Iglesia recibe más

para edificación para la gente que

para el propósito de confirmar las doctrinas de la Iglesia, ellos están en Griego, pero

en 2 traducciones al Latín, una por el bendito Jerónimo, la otra es interlinear palabra por

palabra.”(Biblia Complutensia; Prólogo al lector)

Aquí el prologo de esta biblia se está refiriendo al Antiguo Testamento, y los libros que

están en griego, que dice este prologo que son para edificación que para el propósito de

confirmar la doctrina, resulta ser los libros apócrifos, pues son los únicos en el antiguo

testamento que están en griego; un rechazo rotundo a la calidad igualitaria de los libros

apócrifos a la par del canon hebreo; usted mismo puede ver en la ilustración de la página

anterior, la biblia del cardenal Jiménez remarcado de rojo el texto latino donde nos afirma

dichas palabras, nadie puede negar en su sano juicio, que dicho prologo hace una

distinción entre los libros del canon hebreo y los libros apócrifos agregados en la

septuaginta, sigue el mismo punto de vista de Jerónimo.


El teólogo católico Brooke Foss Westcott reconoce lo que es muy obvio con respecto a

esta biblia, lo mismo que hemos presentado.

76

“Al comienzo de la reforma, los grandes eruditos papistas se mantuvieron fiel a juicio del

Canon que Jerónimo que había seguido en su traducción .El cardenal Jiménez, en el

prefacio de su magnífica Biblia políglota Complutensia (monumento de la Universidad que

fundó en Complutum duradera , o Alcalá, y la gran gloria de la prensa española ) separa a

los Apócrifos de los libros canónicos . Los libros, él escribe, que están fuera del

canon, que la Iglesia recibe más para la edificación del pueblo que para el

establecimiento de la doctrina, se dan sólo en griego, pero con una doble

traducción.” (La revista general de la historia de la Canon del Nuevo Testamento

(Cambridge: MacMillan, 1889), págs. 470-471)

El teólogo católico de Bélgica llamado Jean-Baptiste Malou, cita lo que dijo el partido

escocés, también se tuvo que reconocer lo obvio con respecto a esta biblia.

“los libros apócrifos son contrarios al protestantismo y favorecen las supersticiones

romanas, no forman parte de la biblia de los judíos (…) los papistas mismos los han

separado de los libros canónicos. El cardenal Jiménez en la poliglota de Alcalá”

(Jean-Baptiste Malou; la lectura de la biblia en lengua vulgar, Tomo II, pagina 191)

Hasta la página web católica tradicionalista no puede negar este hecho, dicha página

declara lo siguiente:

“Quizá el ejemplo más importante al respecto es el cardenal Francisco Jiménez en su

famosa Biblia Políglota Complutense. Esta Biblia célebre fue dedicada al Papa León X y

publicada en 1520, poco después de la muerte del cardenal Jiménez en 1517. El Papa

León X aprobó la Biblia Políglota Complutense del cardenal Jiménez. En su prefacio a la

Biblia, el cardenal Jiménez excluyó a los libros deuterocanónicos de los libros

sagrados que pueden ser usados para probar doctrinas eclesiásticas. Con respecto

a estos libros, él escribió: “Los libros que están sin el canon, que la Iglesia recibe más

bien para la edificación de las personas que para el establecimiento de las doctrinas

eclesiásticas se dan solo en griego, pero con una traducción doble”. Eso significa que

después del Concilio de Florencia, un clérigo famoso, en una Biblia aprobada por el Papa

León X (si bien no enseñando con capacidad infalible), negó la inspiración de los libros
deuterocanónicos.”

(https://www.vaticanocatolico.com/iglesiacatolica/teologos-catolicos-que-
ensenaronerror/#.XMZm7VWWbDd)

Lo curioso, es que dicha biblia fue publicada bajo el consentimiento de papa Leo X, quien

en vez de reprender o condenar dicho prologo de dicha biblia, más bien le dio sanción, la

enciclopedia católica nos confirma:

“La primera Biblia que puede ser considerada políglota es la editada en Alcala (en latín

Complutum, de ahí el nombre de Biblia Complutense), España, en 1517, bajo la

supervisión y a expensas del Cardenal Jiménez, por estudiosos de la universidad fundada

en esa Ciudad por el mismo, gran cardenal. Se publicó en 1520, con la sanción de Leo.”

(New Catholic Encyclopedia (Nueva York: McGraw Hill, 1967), The Polyglot Bibles)

Otra versión de la biblia que mostro un rechazo por los libros apócrifos como parte del

canon, fue la biblia de Sanctes Pagnino llamado “Veteris et Novi Testamenti nova

77

translatio”, fue influenciado por el papa Leo X (como que a este papa le encantaba los

proyectos que tenían que ver con la biblia) a traducir la biblia al latín, en dicha biblia, se

pone por primera vez, versículos a la biblia según la regla de capítulos de Stephen

Langton, pero ojo; no cometamos el error que fue Sanctes Pagnino el que le puso la

división de versículos que tiene actualmente nuestras biblias (como creen muchos

católicos) ya que esos versículos son más largos y no corresponden con nuestra actual

división de versículos; el crédito de dividir la biblia en los versículos que todos tenemos,

es perteneciente al protestante Roberto Estienne, aunque parezca que me estoy saliendo

del tema, la verdad todo lo que acabo de decir tiene muchos que ver con lo que he

mencionado, Sanctes Pagnino publica su biblia en 1528, cuando la reforma protestante ya

había comenzado, dicha biblia también rechaza los libros apócrifos.

Jean Baptiste Malou (teólogo católico) nos confirma lo expuesto:

“Sanctes Pagnino separa los libros deuterocanonicos de los libros cuyo texto se halla en

la biblia hebrea, y los llama apócrifos” (Jean Baptiste Malou; La lectura de la biblia en

lengua vulgar, Tomo II, pagina 103)

El erudito Bruce Metzger también nos da su aporte:

“La versión latina más antigua de la Biblia en los tiempos modernos, a partir de las
lenguas originales por el erudito Dominicana, Sanctes Pagnini, y publicado en Lyon en

1528, con las letras comendatórias de Adriano VI y el papa Clemente VII, se separa

bruscamente el texto de los libros canónicos el texto de los libros apócrifos. Sin

embargo, otra Biblia en latín, que una adición de la Vulgata de Jerónimo publicado en

78

Nuermberg de Johannes Petreyo en 1527, muestra el orden de los libros como la Vulgata,

pero especifica al principio de cada libro apócrifo que no es canónica.” (Bruce

Metzger, An Introduction to the Apocrypha (Nueva York: Oxford, 1957), página 180)

Esto es curioso, hablamos de una segunda

biblia que rechaza los libros apócrifos,

separa los libros del canon hebreo de los

libros apócrifos, pone dos hojas en blanco y

seguido comienza la sección de los libros

apócrifos que los católicos llaman

deuterocanonicos, como puedes ver en la

imagen, donde pone la pagina que divide los

libros del canon hebreo con los apócrifos.

En la página anterior puse una página en

blanco, en realidad son dos páginas que

divide los libros apócrifos del canon hebreo,

también podemos observar que dicha biblia

separa los textos apócrifos del libro de

Daniel y Ester del resto de la escritura

canoníca hebrea; es obvio que esta biblia,

pone los texto apócrifos en un estado inferior

al canon hebreo. Como usted puede ver,

aquí esta una página del libro de Ester

siendo dividida de su texto canónico del

texto apócrifo. Es muy obvio cual era la

postura de la iglesia católica en cuanto a los

libros apócrifos al inicio de la reforma.


Metzger nos dice al respecto.

“Después del tiempo de Jerónimo y hasta el período de reforma, una sucesión continua

de los Padres y teólogos más educados en Occidente mantuvo su autoridad única y

distintiva de los libros del canon hebreo. tal juicio, por ejemplo, se reiteró en la víspera

de la Reforma por el cardenal Jiménez en el prefacio de la magnífica edición políglota

Complutense de la Biblia que editó (1514-1517) (...) Hasta el cardenal Cayetano, el

adversario de Lutero en Augsburgo en 1518, dio aprobación al canon hebreo en su

comentario sobre los auténticos libros históricos del antiguo Testamento, que dedicó al

papa Clemente VII en 1532.Llamó la atención específicamente a la separación de

Jerónimo de los libros canónicos de la no - canónicas, y argumentó que este último

no debería invocarse para establecer puntos de fe sino que se utiliza sólo para la

edificación de los fieles. (Una Introducción a los Apócrifos (Nueva York).: Oxford, 1957),

p. 180)

No fue que se estableció con carácter autoritativo el asunto del canon del Antiguo

Testamento hasta el concilio de Trento, el asunto del canon fue en ese concilio donde por

absoluto se trato el tema sobre la canonicidad de los libros apócrifos, la enciclopedia

católica nos dice:

79

“La definición más explícita del canon católico es la

que dio el Concilio de Trento, en su sesión IV, en

1546.” (Reid, George. "Canon of the Old Testament."

The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert

Appleton Company, 1908)

El traductor al inglés del Concilio de Trento, HJ

Schroeder, OP, escribió:

"La lista o decreto tridentino fue la primera

declaración infalible y efectivamente promulgada

sobre el canon de las Sagradas Escrituras" (Los

cánones y los decretos del Concilio de

Trento(Rockford: Tan, 1978), Cuarta sesión, Nota # 4,

pág. 17).
El concilio de Florencia no fue infalible en este tema,

aunque muestra un canon igual a Trento,

anteriormente con mucha fuerza los libros apócrifos

de Esdras figuraban en la biblias.

Pero surge otra pregunta ¿Por qué los libros

apócrifos de Esdras aparecían en las biblia? Eso será tema a discutir más adelante.

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