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Narradora: Había una vez una joven llamada Cenicienta, era dulce y amable, la cual vivía con su
padre viudo, este se volvió a casar pero lastimosamente lo hizo con una vil mujer la cual tenía
dos hijas igual de viles que ella, al poco tiempo el padre murió y cenicienta vivía solo con sus
dos hermanastras y la madre de ellas. De las cuales no recibía más que malos tratos. (Las dos
hermanastras se encuentran en el salón hablando del palacio).Comencemos con este hermoso
cuento.
Cenicienta: (Se dirige a la hermanastra y le da los zapatos) Aquí tienes. (Se dirige a la otra) he
lavado toda tu ropa, he colgado tus vestidos…
Narradora: Cenicienta sale del salón y se dirige hacia otro lugar, en eso se encuentra con sus
amigos ratones, Jackie y Gus
Jackie y Gus: Que malvadas son tus hermanastras, lo hemos visto todo, deberíamos darles
alguna lección.
Madrastra: Cenicienta, ¡deja ya la charla!, no pierdas más tiempo y anda a planchar ahora
mismo.
Narradora: Antes de que Cenicienta se marche a cumplir con más labores. Un mensajero del
palacio llama a la puerta.
Mensajero: Buenos días, traigo esta carta desde el palacio. (Le ofrece la carta a Cenicienta).
Cenicienta: Muchas gracias, (Toma la carta) Que tenga buen día. (Cierra la puerta) ¡Una carta
de palacio!
Madrastra: (Le arrebata la carta) ¡Niñas, niñas! ¡Esto es para mí! (Abre la carta y lee).
Su majestad se complace en invitar a todas las muchachas de esta casa a un baile que se
celebrará en honor de su hijo el príncipe… ¡esta misma noche!
Narradora: Las hermanastras de cenicienta comenzaron a protestar pero su madre las calmó
diciendo que cenicienta no tendría ningún vestido que ponerse y no podría asistir al baile
Narradora: Cenicienta termina sus quehaceres rápidamente, pero se da cuenta de que hay un
problema, ella no tiene ningún vestido apropiado para el baile a lo cual entiende que cayó en
una trampa, cenicienta comienza a sollozar de tristeza pues no podrá ir al baile
Cenicienta: ¿Por qué tienen que será tan malvadas? (Lo dice con un tono triste)
Narradora: Así es como Jackie y Gus comenzaron a buscar y encontraron un vestido, el cual
pertenecía a la madre de cenicienta, este estaba un poco desalineado pero los ratoncitos
comenzaron a ponerle adornos y de esto salió un hermoso vestido
Cenicienta: Muchas gracias chicos (Lo dice de una forma muy emocionada y alegre)
Narradora: Así las hermanastras comenzaron a arrancarle partes del vestido a cenicienta, la
madrastra solo intervino cuando el vestido ya estaba muy dañado
Madrastra: Chicas, chicas alto, creo que ya es suficiente, vámonos que se nos hace tarde
Narradora: Las tres dejaron a Cenicienta llorando en un rincón. Pero ella recibe una visita
inesperada. (El Hada Madrina entra a escena agitando su barita).
Cenicienta: Buenas noches señora. Lloro porque no he podido ir al baile de palacio; no tengo
un vestido, ni tampoco un coche que me lleve hasta allá.
Hada madrina: No te preocupes hija mía, que te daré todo lo que haz de necesitar. (Agita su
varita mágica y entra por un costado del escenario un coche convierte a los ratones en
ayudantes, los cuales embellecen a Cenicienta, colocándole un hermoso vestido).
Hada madrina: ¡Estás listo! Vamos, vamos, apresúrate o llegarás tarde.
Hada madrina: Deberás regresar antes de las doce, a esa hora mis hechizos se rompen.
Narradora: Cenicienta, se monta en el coche y sale a Palacio. Ahí todos quedan asombrados
con su belleza e inmediatamente el príncipe la invita a bailar.
Príncipe: (Se acerca a cenicienta y le pregunta) ¿Me concedería esta pieza mi lady?
Narradora: (El príncipe y Cenicienta bailan por largo rato). Sin darse cuenta dan las doce de la
noche y es advertida por las campanadas. Dong… dong… dong…
Cenicienta: ¡Tengo que irme!, se me acaba el tiempo, muchas gracias. ¡Adiós!. (Sale corriendo)
Narradora: El Príncipe corre tras de ella, pero ya es demasiado tarde, la bella dama se ha
esfumado, solo dejo atrás uno de sus zapatos. (Él recoge el zapato). Días después el mensajero
de palacio visita casa por casa midiendo la zapatilla a todas las muchachas del reino, pues el
Príncipe dispuso que se casaría con aquella a la que le calzara el zapato. Llegó entonces hasta
la puerta del hogar de Cenicienta.
Hermanastra 2: ¡Entonces es mío! Yo tengo el pie más pequeño. (El mensajero lo prueba en
ella) ¡Bah!, si mi pie no ha entrado, seguro ninguno lo hará.
(El hombre lo prueba en ella). ¡Le queda perfecto! (Comienza a dar pequeños brincos de
alegría y sale corriendo a Palacio para dar aviso al Príncipe).
Narradora: El príncipe al oír las noticias se alegra inmensamente, de inmediato parte hacia el
lugar y se encuentra con cenicienta, él la reconoce de inmediato y le propone matrimonio. De
pronto los ratones salen y dicen:
Narradora: Así, Cenicienta acepto la propuesta y abrazó al príncipe llena de alegría, Al poco
tiempo cenicienta y el príncipe se casaron y vivieron felices para siempre.