01 Derecho Procesal Penal I-2023-I
01 Derecho Procesal Penal I-2023-I
01 Derecho Procesal Penal I-2023-I
2023 - I
¿ QUÉ ES EL NCPP Y
DESDE CUÁNDO SE APLICA?
El NCPP fue promulgado el 28 de julio del 2004 para ser aplicado
en todo el territorio nacional, sin excepción alguna. Sin embargo,
se consideró adecuado llevarlo a la práctica en forma progresiva,
es decir, inicialmente en unos cuantos distritos judiciales, y poco
a poco en más.
Esta implementación gradual se debe a que el aprendizaje es un
proceso acumulativo; es decir, las lecciones adquiridas en las
primeras experiencias serán recogidas en las demás. Hay que
tener en cuenta que el proceso de implementación
necesariamente tiene aspectos positivos y negativos, y por eso es
necesario perfeccionar los primeros y corregir los segundos.
El distrito judicial de Huaura fue el elegido para aplicar el plan
piloto de implementación del nuevo modelo procesal penal.
Después se pasaría a otros como La Libertad, Moquegua, Tacna y
finalmente Lima, último lugar donde se pondría en vigencia el
NCPP.
La oralidad y el Código Procesal Penal
La oralidad es un principio que inspira el proceso penal y debe
ser observado tanto por el legislador, al elaborar las leyes,
como por los órganos encargados de interpretarlas y
aplicarlas. De dicho principio deriva el derecho fundamental
de toda persona a ser oído públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e
imparcial.
MAIER sostiene que este es el sistema que ha regido los países de Europa
continental después de la reforma del Siglo XIX, el mismo que supone un
compromiso que respeta las reglas fundamentales de la inquisición, pero
incorpora formas de realización acusatorias, por ello es que debe
denominarse: sistema inquisitivo reformado.
SISTEMA ADVERSARIAL
El modelo adversarial fue extraído del procedimiento penal
anglosajón.
PRINCIPIOS:
• INDUBIO PRO REO o FAVORABILIDAD
• JUEZ NATURAL
• PUBLICIDAD
• INSTANCIA PLURAL
• NE BIS IN IDEM
Tutela Jurisdiccional
El derecho a la tutela judicial implica que cuando
una persona pretenda la defensa de sus derechos o
intereses legítimos, ella debe ser atendida por un
órgano jurisdiccional mediante un proceso dotado
de un conjunto de garantías mínimas.
Este principio debe observarse en todas las instancias de todos los procesos,
inclusive administrativos, a fin de que las personas puedan defender
adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que pueda
afectarlos.
Durante el juicio oral o plenario. Los defensores de los acusados concurren a las
audiencias y presentan conclusiones escritas en todas las incidencias que se
produzcan y de su defensa oral. Asimismo, suscriben y hacen las observaciones
que juzguen convenientes a las actas de los debates judiciales.
No basta que el principio del juez natural sea recogido por los textos
constitucionales, sino que es necesario instaurar aquellos institutos
que doten a los justiciables de los medios para llevar el uso de este
derecho al terreno práctico. El instituto de la recusación está destinado
justamente a cuestionar la imparcialidad e independencia del juez en
la resolución de la causa.
Publicidad
La publicidad del proceso hace referencia al derecho que
tiene toda la sociedad de tener acceso a él, asistir a las
diligencias como forma de garantizar la seguridad jurídica.
Clases de Publicidad:
Publicidad inmediata. Asistencia personal.
Publicidad mediata. Medios de comunicación social.
Publicidad interna. Para los sujetos procesales.
Publicidad externa. Para la ciudadanía.
Jurisprudencia
“Solo por razones de moralidad, orden público o seguridad nacional o
cuando están de por medio intereses de menores o la vida privada de
las partes, o cuando la publicidad menoscaba la recta administración
de justicia, puede el Tribunal, por decisión unánime de sus miembros
disponer que el juicio sea privado”. Expediente Nº 4158-98.
“Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil,
laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.
Ello conlleva a entender que los procesos penales -en la mayoría de los
casos, que no connotan complejidad- deben efectuarse en un término
prudente; es decir, sin dilaciones indebidas ocasionadas por las
prácticas moratorias de las que puede valerse una de las partes
procesales o por comportamiento poco diligente de las autoridades
judiciales o indiferente a las demoras injustificadas.
Tutela jurisdiccional efectiva y oralidad
En cuanto a la inmediación, esta se regula en el numeral 1 del artículo 356 del Código
Procesal Penal, lo que se expresa en términos concretos con el contacto directo entre
el juez con las partes procesales y demás personas que intervengan en el proceso, lo
que se refiere fundamentalmente a la presencia física y también a la utilización de
procedimientos técnicos modernizados, como son las videoconferencias, Skype y
WhatsApp, entre otros, bajo los límites razonables. Al respecto, el Tribunal
Constitucional del Perú ha expuesto motivos atendibles.
“Nadie será procesado (...) por acto u omisión que al tiempo de cometerse no
esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca (...)”
(apartado d, inciso 24, del artículo 2 de la Constitución).
Es posible que una ley procesal penal -bajo la hipótesis de la presente norma-
tenga un núcleo duro que afecte o lacere la libertad entendida en sentido
amplio dentro de un proceso penal y, en ese estadio considerativo, será
interpretada restrictivamente; esto significa que, previamente, deben aplicarse
todas las opciones legales que resulten pertinentes y, si no existen, siempre
será interpretada la norma bajo un mínimum legal, lo cual no impide el
cuestionamiento por parte del juzgador si ve en una ley de esa naturaleza y
contenido algo que resulta incompatible con los valores que la Constitución
reconoce y afirma.
Inciso 3 (última parte).- (...). La interpretación extensiva y la analogía quedan
prohibidas mientras no favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de sus
derechos.
Interpretar es fijar el sentido de la ley para poder aplicar una regla general a una
situación concreta. Ahora, desde la literalidad de la ley se puede establecer el fin y el
objetivo de la misma y en situaciones de contenidos complejos, la interpretación pasa
por contextualizarla con las finalidades de la norma (interpretación teleológica).
Ocurre que la interpretación extensiva va más allá del significado del contenido
descrito en la norma; las palabras que utilizó el legislador son llevadas a una zona
marginal no considerada por el legislador. El artículo 155, inciso 5, del CPP dice:
“La actuación probatoria se realizará, en todo caso, teniendo en cuenta el estado físico
y emocional de la víctima”. El acento está puesto en la “víctima” si se extiende -vía
interpretación- al “investigado” o “procesado” se sale de la órbita de la concreción
normativa y nos encontraremos ante una interpretación extensiva, que ciertamente
en el caso concreto no es de recibo
Inc. 4
La fórmula final del artículo VII del T.P. del CPP se inspira en valores
históricos del sistema punitivo; así, cuando aparece una sucesión de
leyes en el tiempo ciertamente hay que resolver qué ley se va a aplicar
y, en ese sentido, la regla imperativa es lo más favorable al reo. La
Constitución la consigna en el artículo 139, inciso 11, y también está
contemplada en el artículo 6 del Código Penal, cuyo primer párrafo
dice:
“La ley penal aplicable es la vigente en el momento de la comisión del
hecho punible. No obstante, se aplicará la más favorable al reo, en
caso de conflicto en el tiempo de leyes penales (...)” (el resaltado es
nuestro).
Pero la norma aquí mencionada no se queda en el plano de la sucesión
de leyes en el tiempo, retoma la idea de lo más favorable al reo en
sentido amplio, esto es, pueden concurrir normas en el tiempo,
vigentes, y es deber del juez elegir la más favorable en caso de duda
insalvable. San Martín precisa que:
“Frente a la duda, debe estarse a lo más favorable al reo: in dubio
mitius, que concreta el principio de favor rei, esto es, aquella ley
procesal (...) que suaviza o mejora la situación del imputado (...)”
Artículo VIII.- Legitimidad de la prueba
En estricto sentido, el artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal
Penal regula el principio de legitimidad de la prueba, en cuanto la prueba
es entendida por excelencia no como prueba actuada, sino como medio
probatorio. Incluso la literalidad del inciso 1 del referido artículo -norma
directriz que contiene un principio clave para el actual modelo procesal
penal acusatorio garantista- es evidente cuando la disposición legal
establece que todo medio de prueba será valorado solo si ha sido
obtenido e incorporado al proceso por un procedimiento
constitucionalmente legítimo.
El sentido amplio
Dentro de una visión amplia, la institución procesal de la prueba
prohibida es entendida como aquella prueba que infringe no
solamente normas constitucionales, sino también normas legales; esto
es, la conculcación no se restringe a la violación de derechos
fundamentales, sino de derechos de configuración legal. En palabras
de Neyra Flores:
Quienes acogen las definiciones amplias de prueba ilícita las identifica
como toda infracción de normas procesales sobre obtención y práctica
de la prueba por cuanto implica vulneración del derecho a un proceso
con todas las garantías”
El sentido restringido
1. Fuente independiente
En esta excepción se destaca como fundamento central el
hecho de que, además de una prueba obtenida con
infracción de determinados derechos fundamentales,
existen otras pruebas que en su obtención no se ha
detectado una dependencia causal respecto a la primera,
al derivarse aquellas de una fuente probatoria
completamente independiente, por lo que no procedería
excluirlas, ya que la prueba prohibida no puede afectar al
material probatorio restante, puesto que entre la primera
y la segunda prueba se aprecia desconexión causal.
2. Nexo causal atenuado
“(...) los comentarios y expresiones que formula una persona a otra en una
charla voluntaria y sin coacción alguna, no atentan contra el derecho a la
intimidad, ni su grabación puede ser tildada de fraudulenta. No hay, incluso,
un recíproco deber de secreto o deber horizontal que implique a la persona a
quien le es transmitida una comunicación, que tenga la obligación de
discreción o silencio
Artículo IX.- Derecho de defensa
La doctrina nacional anota que las normas vertidas en estos artículos deben
ser usadas como preceptos lógico-jurídicos y ser antepuestas ante cualquier
otra disposición legal señalada en los subsiguientes artículos y leyes
posteriores, señalándose la prevalencia de este Título Preliminar; lo que
significa que si existieran variaciones contrarias a estos principios no deben
ser consideradas, pues estas normas prevalecerán sobre aquellas™.
Esto implica que siempre deberá haber armonía entre lo que señala el Título
Preliminar y las demás disposiciones del CPP, no pudiendo existir
modificaciones que sean contrarias a los principios básicos enunciados por el
Título Preliminar o nuestra Constitución. Y no solo con respecto a las
modificaciones normativas o de lege lata, sino también a la doctrina
jurisprudencial que toma lugar en los acuerdos plenarios que emite la Corte
Suprema y en los recursos de casación.
Bases para una conclusión