La parábola de los viñadores homicidas presenta a Israel como la viña de Dios y a los jefes del pueblo como los viñadores. Aunque Dios les envió profetas y finalmente a su Hijo Jesús, los viñadores los rechazaron y mataron, al igual que los interlocutores de Jesús rechazaron a Jesús. La parábola advierte que aquellos a quienes se les ha confiado el Reino de Dios deben dar frutos de justicia y paz como buenos administradores, y no aprovecharse in
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La parábola de los viñadores homicidas presenta a Israel como la viña de Dios y a los jefes del pueblo como los viñadores. Aunque Dios les envió profetas y finalmente a su Hijo Jesús, los viñadores los rechazaron y mataron, al igual que los interlocutores de Jesús rechazaron a Jesús. La parábola advierte que aquellos a quienes se les ha confiado el Reino de Dios deben dar frutos de justicia y paz como buenos administradores, y no aprovecharse in
La parábola de los viñadores homicidas presenta a Israel como la viña de Dios y a los jefes del pueblo como los viñadores. Aunque Dios les envió profetas y finalmente a su Hijo Jesús, los viñadores los rechazaron y mataron, al igual que los interlocutores de Jesús rechazaron a Jesús. La parábola advierte que aquellos a quienes se les ha confiado el Reino de Dios deben dar frutos de justicia y paz como buenos administradores, y no aprovecharse in
La parábola de los viñadores homicidas presenta a Israel como la viña de Dios y a los jefes del pueblo como los viñadores. Aunque Dios les envió profetas y finalmente a su Hijo Jesús, los viñadores los rechazaron y mataron, al igual que los interlocutores de Jesús rechazaron a Jesús. La parábola advierte que aquellos a quienes se les ha confiado el Reino de Dios deben dar frutos de justicia y paz como buenos administradores, y no aprovecharse in
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Evangelio de san Mateo 21,33-43-45-46. Viernes 10/03/ 2023.
Seguimos avanzando en este tiempo de Cuaresma camino a la Pascua triunfo
de la vida sobre la muerte. En el Evangelio de Mateo se nos presenta la parábola de los viñadores homicidas, Jesús compara la viña con Israel y los viñadores con los jefes del pueblo escogido. A ellos y a toda la descendencia de Abraham se les había confiado el Reino de Dios. Jesús propone una serie de figuras simbólicas en el relato de la viña, un tema muy conocido por el pueblo de Israel, el propietario de la viña es Dios y los labradores representan a los interlocutores de Jesús. El heredero es el propio Jesús Hijo del Padre, quien fue mal visto y mal recibido por los responsables de la viña que lo rechazaron, sin darse cuenta que Él era la piedra angular dónde iba a ser sostenerse el nuevo pueblo de Dios. En este pasaje evangélico podemos decir que Jesús contrapone dos realidades, por un lado de la parábola tenemos el reflejo de su propia pasión y muerte (el dueño de la viña, que envía a su hijo que es asesinado por los malos trabajadores). Y por otro lado, pone ante los escribas y fariseos el recuerdo de que hicieron lo mismo con algunos profetas y lo que harán con Jesús. Nosotros, al Igual que estos viñadores de la parábola nos hemos aprovechado de esta viña. Lamentablemente hoy, con todas las cosas que estamos viviendo, sobre todo en estos tiempos de guerra, de violencia, nos damos cuenta que esta parábola se repite una vez más. No estamos siendo administradores fieles que hacen crecer el mundo y la comunidad humana, dando frutos de paz y humanidad, sino que nos estamos aprovechando injustamente y nos estamos haciendo daño unos a otros. Dios nos ha envidado al mundo para amar y servir, esto nos remite a ser buenos administradores para que demos frutos de Justicia, Paz, libertad y fraternidad y así seamos más humanos y hermanos. Muchas veces somos seducidos por la ambición de poder y de soberbia, porque, nos dejamos llevar por nuestro egoísmo y le negamos al mundo de posibilidad de realizar el plan de Dios. Es de hacer notar que estas palabras de Jesús no se dirigen únicamente al pueblo Judío de su tiempo, sino a cada uno de nosotros quienes nos llamamos seguidores de Él, ya que muchas veces actuamos de manera contraria al mandamiento del amor. Por eso nuestra Misión consiste en construir el Reino de Dios, y de vivir comunidades solidarias y fraternas, que nos permitan crecer y desarrollarnos humana y espiritualmente, de acuerdo al Plan Salvífico de Dios. Vemos dos extremos. Hasta donde la codicia del ser humano puede llegar por la maldad, capaz de matar y destruir. Pero, por otro lado vemos el amor de Dios, capaz de perdonar. Por eso, esta Parábola es digna de nuestra reflexión. Tenemos que ser buenos labradores, saber cuidar de la viña con diligencia que el dueño espera de nosotros y debemos dar cuenta de lo que se nos ha encomendado con valentía y honradez . Este tiempo de Cuaresma, es tiempo propicio para revisar nuestra condición de discípulos, y cómo hemos actuado hasta ahora, para poder ser un verdadero y auténtico seguidor de Jesús. Pidamos a Dios en esta eucaristía que perdone nuestra soberbia y nos dé el discernimiento necesario, para comprender que hemos sido envidados al mundo para ser buenos administradores y demos frutos de justicia y de paz.