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4 Un Nuevo Proyecto de Nacion

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El proyecto liberal de nación implicaba la creación de un Estado

republicano, federal, democrático y laico. Aspiraba a salir de la bancarrota quitando a


la Iglesia su fuerza económica. En el aspecto social se pretendía acabar con los
privilegios coloniales que subsistían, llevando a la sociedad a una igualdad jurídica.
En materia cultural el Estado tomaría en sus manos la educación para crear los
cuadros necesarios que sirvieran de apoyo al nuevo proyecto nacional.

El camino por recorrer era arduo. Los grupos conservadores se opusieron


desde un principio al proyecto liberal por considerarlo contrario a las ideas religiosas
del país, puesto que involucraba a la Iglesia. Partidarios de la intolerancia religiosa,
fundaban su posición en una presunta defensa contra la expansión protestante
norteamericana. Por su parte, los liberales consideraban que semejante intolerancia
que supuestamente protegía en parte al país de los Estados Unidos, al mismo
tiempo lo hacía vulnerable ante las ambiciones de las potencias católicas europeas.
También tuvo lugar un choque generacional: mientras los políticos mayores eran en
gran parte conservadores, los jóvenes tenían ideas liberales.

El papel de Juan Alvarez en la aplicación del proyecto liberal fue importante


al iniciarse el movimiento, pero sería pasajero. El localismo de Don Juan no le
permitía ambiciones de estadista; su importancia histórica reside en haber facilitado
el ascenso al poder del grupo que podía poner en práctica la Reforma.

La entrada de las tropas del presidente Alvarez en la capital causó muy mala
impresión al sector conservador de la sociedad. Estos no creían posible que un
grupo de andrajosos iletrados fuera a gobernar el país. El contingente suriano
formado en su mayoría por campesinos hambrientos, los "pintos", que condenaban
la tiranía y pedían libertad no inspiraron confianza a los habitantes de esta ciudad.

El ideólogo de este nuevo liberalismo, Don Melchor Ocampo, influyó en la


organización del gabinete de Alvarez. Entre los intelectuales que se incorporaron al
nuevo gobierno estuvo Guillermo Prieto, en Hacienda; entre los políticos
sobresalieron Ponciano Arriaga, en Fomento y Benito Juárez, en Justicia y Negocios
Eclesiásticos; y entre los militares figuró Ignacio Comonfort, en el ministerio de
Guerra.
Gabinete del presidente Juan Alvarez: Benito
Juárez en el ministerio de Justicia e
Instrucción Pública, Miguel Lerdo de Tejada
en el de Fomento, Ignacio Comonfort en el de
Guerra, Guillermo Prieto en el de Justicia y
Melchor Ocampo en el de Relaciones.

De inmediato, una serie de leyes pusieron en práctica las nuevas ideas de


gobierno, mientras se reunía el Congreso para elaborar otra Constitución.

La primera ley reformista anterior a la Constitución de 1857, fue la llamada


"Ley Juárez", elaborada por el ministro de Justicia, la cual constituyó un primer
intento para lograr la igualdad de los mexicanos ante la ley. Suprimió parcialmente
los fueros y quedaron abolidos los tribunales especiales para delitos del fuero
común. Si bien no desaparecieron los tribunales eclesiásticos y militares, se
contempló expedir leyes posteriores que los reglamentaran y por lo pronto se evitó
que dichos tribunales conocieran o ventilaran asuntos que no fueran los de
individuos de su corporación. Al Estado le correspondía impartir justicia y el clero
debía acatar la autoridad civil. Existía ya el antecedente de la constitución yucateca,
primera que en nuestro país abolió los fueros desde 1841.

No obstante que el gobierno de Alvarez fue breve, surgieron fisuras dentro de


su gabinete. Ocampo representaba a la reforma y Comonfort a los moderados que
todavía pretendían mantener la injerencia del clero y del ejército en los asuntos
políticos. El ideólogo michoacano pensaba disolver al ejército pretoriano y sustituirlo
por una guardia nacional, mientras Comonfort prefería conservar al antiguo ejército y
reformarlo; éste quería dar voto al clero, en tanto que aquél pensaba establecer un
estado laico.
Melchor Ocampo (1814-1861). Fue tal vez el
más importante ideólogo del movimiento
liberal. Como gobernante de su estado y
como legislador puso en práctica sus ideas
de gobierno en torno a la lucha entre el poder
civil y el eclesiástico. Quería que las Leyes de
Reforma se dieran al triunfo de la guerra para
no dar a ésta un cariz religioso.

Triunfó la línea de Comonfort y Ocampo se retiró de la vida pública, pues


consideraba que la revolución había tomado el camino de las transacciones. Su
acendrado individualismo le hacía difícil someterse a la disciplina de la práctica
política y sólo resistió 15 días en Relaciones.

Don Juan Alvarez contaba 75 años de edad. Hombre de Campo, al sentirse


incómodo en el ambiente de la ciudad cedió el poder a Ignacio Comonfort. No
obstante su estancia de un mes y días en la presidencia de la República hizo posible
el inicio de la transformación del país, mediante la reunión del Congreso
Constituyente y la supresión de los tribunales especiales. Regresó a sus tierras y
posteriormente participó de manera activa en la guerra de Tres Años y en la defensa
del país ante la intervención extranjera. Fue defensor del campesinado y sus
preocupaciones sobre la situación de los peones en los estados de Morelos y
Guerrero se encuentran en su manifiesto "A los pueblos cultos de Europa y
América". Murio el año de 1867 en su hacienda guerrerense después de ver al país
libre de la invasión francesa y ser declarado Benemérito de la Patria.

Ignacio Comonfort reemplazó al jefe suriano primero en calidad de sustituto


en diciembre de 1855 y, a partir de 1857, como Presidente Constitucional según la
nueva Constitución. El grupo liberal se dispersó: sus miembros ocuparon la
gubernatura de los estados en vez de pasar a formar parte del gabinete. Juárez
volvió a Oaxaca; Ocampo a Michoacán; Santos Degollado se fue a la gubernatura de
Jalisco; Manuel Doblado a Guanajuato e Ignacio de la Llave a Veracruz.

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