La Logica
La Logica
La Logica
UNIDAD I
UNIDAD II.-
UNIDAD III.-
UNIDAD IV.
UNIDAD V
UNIDAD VI
La lógica según Irving Copi es el estudio de los métodos y principios usados para
distinguir el correcto razonamiento del incorrecto.
Otros autores definen a la lógica como la disciplina filosófica que estudia los métodos y
principios del razonamiento, sus estructuras y resultados, es decir, incluye en la
definición, el modo y la forma en que se dan los razonamientos.
Para algunos, la lógica es definida como la ciencia de las leyes del pensamiento. Sin
embargo, como bien lo advierte Copi, esta definición solo ofrece un indicio de la
naturaleza de la lógica, que no es exacta. Ello es así, en principio, porque la psicología
también estudia los procesos mentales y las leyes del pensamiento, y en segundo
lugar, porque no todo proceso mental es objeto de estudio del lógico. Por ejemplo:
todo razonamiento es pensamiento, pero no todo pensamiento es razonamiento, dado
que puedo pensar “algo” sin elaborar ningún razonamiento.
Otra definición común de “Lógica”, es aquella que la considera como la ciencia del
razonamiento. Copi cree que esta otra definición de lógica se encuentra en mejores
condiciones que la anterior para brindar una idea más o menos aproximada del objeto
de estudio de la lógica, aunque también la critica partiendo de la base de que el
razonamiento es una inferencia de la que se extraen conclusiones en función de
premisas, pero al lógico solo le interesa la corrección del razonamiento una vez
terminado el proceso.
Apunta Millán Puelles que la lógica tiene por objeto algo que no es real. Las
propiedades lógicas no tienen existencia más que para la razón. Son “entes de razón”,
que a diferencia de los entes reales se dan solo para el entendimiento. En
consecuencia, el objeto de la lógica según este autor, son las relaciones de razón en
virtud de las cuales las cosas conocidas son intelectualmente enlazadas en el sistema
científico.
La define, por consiguiente, como: el arte que dirige el acto mismo de la razón, es
decir, que nos permite progresar con orden, fácilmente, y sin error en el acto mismo
de la razón.
a) Por lo tanto, la Lógica no sólo procede -como toda ciencia- de acuerdo con la razón,
sino que se refiere al acto mismo de ésta; de ahí su nombre de ciencia de la razón o del
logos, del entendimiento.
CLASIFICACIÓN.
1
Antonio Millán Puelles “Fundamentos de Filosofía”; Ediciones Rialp S.A.; Madrid; 1978 Pág. 69.
Tradicionalmente se ha clasificado a la lógica en formal y material. También se habla
de una lógica menor (formal), y lógica mayor (informal). Existen también lógicas
especiales como la lógica simbólica, la lógica matemática, la lógica jurídica, entre otras.
La lógica formal estudia todas las propiedades lógicas que conciernen a la mera
consideración formal del raciocinio, esto es, estudia la forma en que se articula un
razonamiento. Desde este punto de vista el razonamiento es válido o inválido.
Con el lenguaje ocurre aproximadamente lo mismo que con el entorno social. “Desde
el punto de vista físico, las palabras no son más que sonidos, estímulos auditivos de una
determinada longitud de onda y una determinada intensidad. Pero estas características
no explican la influencia en el comportamiento de una mala noticia, de un poema, de
una expresión de cariño o admiración o de una explicación filosófica. Todas estas
formas de lenguaje influyen en el comportamiento por su significado, por lo que
representan o simbolizan.” 4
2
http://www.ub.edu/iasc/content/t1-el-objeto-de-estudio-de-la-psicologia.
3
Un ejemplo: desde el punto de vista físico, el “dinero” trata de trozos de papel o de metal. Pero su
influencia en el comportamiento, en lo que hacen las personas para conseguirlo, conservarlo u operar
con él, no depende de esta naturaleza física sino de su significado, es decir, su valor, algo que
arbitrariamente se le ha asignado y que no guarda relación proporcional con la materia física (no existe
relación entre el tamaño de una moneda y su valor). Y algo también que cada individuo aprende a
identificar y a interpretar en el proceso de socialización. Sin la convivencia social y el aprendizaje
derivado de ella, el dinero sería papel y metal. Su influencia en el comportamiento -si la hubiera- sólo
sería debida a estas características físicas.
4
http://www.ub.edu/iasc/content/t1-el-objeto-de-estudio-de-la-psicologia
5
Gomez, Daniel Gualberto “Curso de Introducción al Derecho” Mave; 2015
enfoque, atenderemos al esfuerzo lógico o psicológico que realizamos para conocer. La
divergencia entre ambas perspectivas (fenomenológica y lógica o psicológica) se
produce porque desde la perspectiva fenomenológica es posible llegar a la verdad; el
logicismo o psicologismo se detiene en el estudio del razonamiento o del proceso
mental de razonar
La verdad se logra, según esta concepción, cuando el sujeto a través del pensamiento
capta las cualidades esenciales del objeto. El problema radica en determinar cuáles son
las cualidades esenciales que debe poseer un objeto para que podamos decir en forma
acabada que tenemos un conocimiento de él. ¿Cuáles serán los criterios que
deberemos tener en cuenta para asignar mayor importancia a algunas características
del objeto, en detrimento de otras, para el caso de que pretendamos aplicar una
palabra o un término para nombrar “verdaderamente” a dicho objeto? Con referencia
a otras actividades u objetos ¿qué aspectos de la actividad o del objeto serán
relevantes? Por ejemplo: a qué me refiero cuando digo: “Es un verdadero jugador”,
“eso es verdaderamente energía pura”, o “es un verdadero estudiante”.
Si bien puede parecer excesivo a los fines de este trabajo para distinguir
adecuadamente las relaciones entre el conocimiento, los saberes y la lógica, debemos
referirnos brevemente a los distintos tipos de conocimientos y sus problemas.
Chabris y Simon en su libro “El Gorila Invisible” (Siglo Veintiuno) tratan sobre las
ilusiones del conocimiento que repercuten directamente sobre nuestras creencias y
afectan a la verdad como búsqueda cognitiva. Por ejemplo, es frecuente que la falta de
atención provoque una ceguera en el conocimiento, la ilusión de causalidad nos hace
confundir y extraer conclusiones de causas inexistentes, la confianza nos hace creer en
la fidelidad “eterna” de lo que ya conocemos, y lo que ya conocemos nos lleva a
suponer que sabemos mucho más de lo que en realidad sabemos.
Por cierto que estos no son problemas estrictamente lógicos, pero están relacionados
con una lógica natural, o con una tendencia del hombre a conocer.6
Fuentes del conocimiento: ¿Cuáles son las fuentes del conocimiento?8 Los autores
señalan varias: la experiencia sensorial, la razón, la autoridad, la intuición. De todas
6
Con rigor y humor estos autores especialistas en ciencias cognitivas, doctores en psicología, nos
muestran las falencias que pesan a la hora de interpretar el mundo cotidiano, y cómo una realidad que
aparece como sólida y permanente, se desvanece como castillo de arena que afronta el impulso de un
oleaje en la playa. Estos autores hicieron un simple experimento para mostrar por ejemplo de qué
manera podemos ser afectados por la falta de atención En un piso del Edificio de Psicología de la
universidad de Harvard, ayudados por estudiantes de la carrera, hicieron una breve filmación de dos
equipos de personas moviéndose y pasándose pelotas de basquetbol. Un equipo usaba remera blanca y
otro negra. Luego realizaron una edición digital con varias copias para que los estudiantes se esparcieran
por el campus universitario solicitando a voluntarios que contaran la cantidad de pases que hacían los
jugadores vestidos de blanco, ignorando los pases que realizaban los jugadores vestidos de negro, con el
objetivo de mantener la atención del observador en una actividad específica. Promediando el video (que
no duraba más de un minuto), aparecía una estudiante disfrazada de Gorila, entraba en escena
alrededor de nueve segundos, miraba la cámara, levantaba sus pulgares y desaparecía. Para sorpresa, la
mitad de los voluntarios observadores no habían notado su presencia, lo que demuestra un error de
percepción o falta de atención ante un objeto no esperado. Estas situaciones son más frecuentes de las
que creemos y complican el conocimiento afectando a la verdad.
7
Adolfo Carpio; “Principios de filosofía”; Glauco; Bs. As.; 1981; página 13.
8
Alianza Universidad Textos; Toledo (España); 1982; página 160.
ellas, las dos primeras merecen mayor atención, aun cuando habría que advertir que
estos orígenes del conocer, dieron lugar a concepciones filosóficas diferentes: la
experiencia a una concepción empirista; la razón al racionalismo; la autoridad a la
teología, la intuición al intuicionismo. También podríamos agregar entre las fuentes de
conocimiento a la revelación y a la fe. Por ejemplo: ¿de qué manera alguien puede
llegar a conocer a Dios?
Es un saber buscado puesto que debe haber una intención deliberada del sujeto
cognoscente para conseguir el conocimiento. Al conocimiento crítico si no lo buscamos
no lo tenemos. Para alcanzarlo, debemos abordar el objeto del conocimiento a través
de determinados métodos o herramientas metodológicas, es decir, que debemos
buscar el camino adecuado para llegar a él. Los métodos son variados: van desde la
inducción hasta la deducción lógica, pasando por la experimentación, la observación,
el diálogo, la dialéctica o entrevista, las encuestas, el ensayo o prueba, el análisis, la
síntesis. Existen métodos que se consideran más o menos adecuados para el estudio
de las ciencias sociales (sociología, sicología social, economía), las ciencias fácticas
(también llamadas ciencias de la naturaleza), las ciencias formales, y las ciencias
exactas.
La ciencia no puede llegar a alcanzar ciertas verdades consideradas metafísicas (lo que
está más allá del ámbito físico). La filosofía aparece a través de distintos autores como
una rama del conocimiento que no tiene supuestos, es decir que no tiene un objeto de
estudio delimitado, y se encuentra autorizada para indagar la naturaleza y composición
de todos los objetos, de todos los entes, y aún preguntarse por la existencia misma de
estos. Por ello, se dice que es un saber universal y sin supuestos. Analiza de manera
reflexiva cuestiones que a la luz de otras perspectivas parecen obvias (por ejemplo el
destino de la especie humana, la existencia de los objetos, el sentido de la vida, las
9
Maidana, Víctor; Revista de la Facultad de Derecho (UNNE), N° 8.
10
Maidana Victor Hugo; trabajo publicado en la Revista N° 8 de la Facultad de Derecho UNNE.
figuras, las formas, lo infinito, el todo, la nada, lo sensorial, lo que está más allá de los
sentidos, lo que aparece mutable y las cosas permanentes). Muchas piensan que estas
reflexiones están destinadas a mentes iluminadas que dedican toda su vida al análisis
de problemas filosóficos. Pero el hombre de la calle, solo “hace” filosofía cuando
reserva un espacio de su mente y de su tiempo, a razonar sobre estos problemas
cotidianos. Los problemas de la filosofía no se encuentran en la “estratósfera” (para
decirlo con algún término figurativo), sino que surgen de la “cotidianeidad”.
Como dice Millán Puelles ob cit. Lo que hace la lógica es determinar las condiciones
generales y contribuir para que los resultados y la trasmisión de tales conocimientos
sean científicos. “La ciencia se adquiere por demostración, y toda demostración es un
raciocinio en el que conviene distinguir materia y forma”; esta última es la ordenación
o el modo de disponer el raciocinio para que su resultado pueda ser considerados
como científico, es decir, forma parte de la noción de sistema.
Si llamamos “objeto” a todo aquello del cual podemos predicar algo, resulta claro que
existen en el universo distintos tipos de objetos o entidades. Cualquiera puede ser
sujeto de un atributo meramente racional 11
En la lógica las relaciones son meras relaciones de razón, y constituye en cierta medida
un modo de acercarse al conocimiento de lo real y material y de lo irreal o inmaterial.
La lógica y ontología tienen en común que se refieren o tienen por objeto algo
inmaterial. Esto requiere alguna explicación. La lógica se ocupa centralmente del
raciocinio, de los “entes de razón”, que es algo inmaterial, no es algo tangible. La
11
Millan Puelles Ob. Cit. Pág. 86
ontología es el estudio de los entes (de las cosas, de los objetos en general). La palabra
ente no tiene una denotación (lo que la palabra nombra) precisa. De hecho, con la
palabra “cosa” se puede nombrar cualquier cosa u objeto. De allí que el objeto de la
ontología también sea inmaterial, no está determinado ni tiene por objeto algo
específico, sino que por el contrario, cualquier entidad, cualquier objeto puede ser
estudiado por la ontología.
Lo que se pretende aquí es brindar una somera idea de la importancia que ha tenido
la lógica y los métodos lógicos no solo en distintos sistemas filosóficos sino además en
las diferentes ciencias (formales, no formales, sociales, duras). Por cierto que esta
elección es arbitraria y siempre será incompleta, pero al menos representa un
pequeñísimo muestreo de cómo han pensado y aplicado métodos lógicos en el ámbito
del saber crítico.
Durante el periodo de 600 AC hasta 300 AC, en Grecia se desarrollaron los principios
formales de las matemáticas. Conocido como periodo clásico, sus principales
representantes son Platón, Aristóteles y Euclides. Platón introduce las ideas o
abstracciones; Aristóteles presenta el razonamiento deductivo y sistematizado y
Euclides es el personaje que mayor influencia tuvo en las matemáticas, al establecer el
método axiomático. 12
Con Parménides de Elea (Colonia Griega del Sur de Italia) 510 AC se inicia la filosofía
fundada en la razón. Con anterioridad a Parménides, el origen del universo, la
búsqueda del Ser que era fundamento de todos los demás entes (objetos, cosas),
12
Poincaire, Heinri (1996) Ref. Alvarez Vazques, Freire Gonzalez, Rivera Lopez. (trabajo presentado en
Maestría en ciencias computacionales. Monterrey México ). Un axioma es un postulado o una
proposición supuestamente verdadera que unido a otros postulados o axiomas contribuyen deductiva o
inductivamente a dar certeza al conjunto o sistema.
constituía una descripción de los elementos de la naturaleza (agua, fuego, aire). A
partir de Parménides, la forma de pensar y razonar, unido al intento de demostración
argumental sobre las características del Ser, constituye y representa el triunfo de la
razón por sobre el mundo sensible, el mundo sensorial que era captado a través de los
sentidos, para buscar en la razón el principio de todas las cosas, en algo ideal.
Con Platón (429 AC) se inaugura el mundo de las ideas. Como su maestro (Sócrates)
Platón creía que el verdadero saber no puede cambiar, no puede ser cambiante o
mutable, sino algo inmutable e invariable. El verdadero saber no puede ser
aprehendido por el engañoso mundo de los sentidos, no puede ser algo sensible sino
inteligible, es decir, producto del pensamiento. Hay pues un mundo cambiante y
sensible, y un mundo inteligible e inmutable. Las cualidades del mundo sensible son
captadas por la doxa o la mera opinión, y las cualidades del mundo inteligible por la
episteme o conocimiento científico. Al conocimiento de este mundo se llega por medio
de la nóesis o inteligencia, que es una actividad netamente intelectual, utilizando un
método dialéctico, (diálogo) que no es más que una conversación argumentativa que
permite dar razón de la afirmación o de la idea. Con Platón el concepto y la idea,
encuentran y despliegan sus puntos de contacto para contribuir al proceso del
conocimiento.
Aristóteles (384 AC) discípulo de Platón, tuvo en cuenta las enseñanzas de su maestro
aún cuando las criticó. Sostuvo que en la filosofía de Platón existe una innecesaria
duplicación de las cosas (mundo sensible / mundo inteligible). También critica
Aristóteles la manera en que Platón presenta a estos dos mundos, como una especie
de original y copia, o como un modelo auténtico y otro menos auténtico. Según García
Morente (Lecciones preliminares de Filosofía. 1938 / 2004) lo que hace Aristóteles es
traer las ideas trascendentales de Platón y fundirlas con las cosas reales de nuestra
experiencia sensible. En esta cosa real, tal como la vemos y la sentimos, distingue
Aristóteles tres elementos: substancia, esencia, accidente. La substancia es la unidad
que soporta todos los demás caracteres de las cosas; la esencia es todo aquello que
13
Carpio; ob. Cit. Pág. 69
podemos predicar de la substancia, y el accidente son las características accidentales
que aún faltando no hacen a la substancia. Para Aristóteles existen las cosas reales, las
substancias. En cada substancia distingue la forma de la materia. La forma sería algo
así como la figura de los cuerpos, de los entes, de las cosas, algo que encierra a la cosa
misma y hace que la cosa sea lo que es, le da un sentido y una finalidad, y la materia
está contenida en la forma, es de lo que está hecha la cosa. Esta situación es el
antecedente o el esbozo de la teoría de las cuatro causas en la naturaleza de las cosas:
la forma, la materia, la causa eficiente, y la causa final. La causa material y la causa
eficiente son fácilmente comprensibles. Causa material = de qué esta hecha la cosa
(mármol, barro, piedra) Causa eficiente = con que está hecha la cosa (la estructura, se
hizo con máquina, con los dedos del escultor) causa formal = la forma de la estatua, la
forma de la casa; y la causa final para qué se hace. Los conceptos correlativos de
materia y forma, causalidad eficiente y causalidad final, sugieren otras parejas de
conceptos correlativos: el concepto de lo real y de lo posible y el concepto de acto y
potencia. Son estas dos parejas de conceptos los que dan fundamento y hacen posible
en Aristóteles la búsqueda de lo que está mas allá de lo real, de lo que esta mas allá de
lo posible y de lo que esta más allá del acto, cayendo en consecuencia en una
metafísica de Dios.
Santo Tomás de Aquino (1225) fue el continuador en gran medida de las ideas de
Aristóteles trasladadas al plano de la religión Cristiana. Como método de conocimiento
trató de conjugar y armonizar la razón y la fe. Por ser un primordialmente un teólogo y
no un filósofo Dios ocupó en su pensamiento un lugar central, pero lo original de su
postura es el planteamiento de las cuestiones relacionadas con la existencia de Dios y
con su naturaleza. Para demostrar la existencia de Dios, utilizó como instrumento a la
razón y proporcionó racionalmente cinco vías demostrativas, esto es, cinco maneras de
llegar a Dios en función de la razón y no únicamente por la Fe. Para comprender y
explicar los supuestos de la fé y la revelación Santo Tomás recurrió a la razón y a la
filosofía, por la que concluyo que la causa primera de todas las cosas es Dios, cuya
naturaleza es tan grande que se abarca a sí misma. Allí la razón solo puede entrever
esta conclusión que está corroborada sola y plenamente por la fe.
El medioevo se mueve con un concepto casi mágico del saber. Dios es pensado como
un mago poderoso.- La racionalidad cuenta menos que la fantasía y los deseos.
Alvarez Gardiol (Epistemología 2010)
Descartes (1596) fue un filósofo y científico a la vez. Como filósofo planteo la “duda
metódica” como instrumento para la afirmación de la existencia de todas las cosas.
Como científico, suyos fueron importantes descubrimientos sobre geometría analítica,
refracción de la luz y movimientos inerciales. En su faceta filosófica se dispuso a la
tarea de analizar porqué los teóricos que lo precedieron en el pensamiento y en la
averiguación de la causa original y primera de todas las cosas, han dado respuestas
disímiles y hasta contrarias, sin llegar a resultados verdaderos y concretos. Para
Descartes la búsqueda del “Ser” y la causa del origen de todas las cosas fue un fracaso,
de modo que se propuso, a partir de allí, a refundar la cuestión sobre bases sólidas
para arribar a conclusiones igualmente firmes. En términos excesivamente simplistas,
puede decirse que la actitud que inspiró sus elucubraciones filosóficas fue la
desconfianza. De allí pues, que la duda como método fue una imposición casi lógica.
Descartes no se conforma con meras probabilidades, quiso llegar a la certeza en el
conocimiento, y encontró que la duda como método fue otorgando respuestas
descartables, pero cuya única verdad estaba representada por el hecho incontrastable
de que es él mismo el que piensa y es él mismo el que duda. De tal forma a través de la
duda metódica llegó a la única certeza que lo inspiró, que no fue otra que la afirmación
de su existencia. De aquí la famosa frase “Pienso, luego existo”. En su obra “El Discurso
del método” sentó las bases y las reglas de lo que fue denominado el “método
cartesiano”: 1.- La primera regla establece que no se debe admitir como verdadera
cosa alguna que no se sabe con toda evidencia que lo es. 2.- La regla del análisis
expresa que cuando nos encontramos con un problema, una complejidad, o dificultad
debemos dividir, distinguir las cuestiones para analizar. 3.- La regla de la síntesis,
preceptúa que en el análisis debemos partir de lo sencillo a lo complejo. 4.-La regla de
la enumeración exige estudiar con cuidado todas las cuestiones analizadas para poder
tener una noción integral. Se ocupó de llegar a una idea clara y evidente que sea el
punto de partida incontrovertible para arribar a conocimientos firmes. Una especie de
idea primaria e intuitiva, alejada de todo lo que sea sensorial (susceptible de ser
aprehendido por medio de los sentidos) y alejada también de todo lo empírico.
Apareció así la intuición intelectual como método de la filosofía.
Popper Karl (1902) publica en el año 1934 un libro que se denominó “La lógica de la
investigación científica” y que en cierta medida pone en discusión varios métodos de
conocimiento de la filosofía y de la ciencia. Popper –según refiere Alvarez Gardiol
(Epistemología; ob. Cit.)- aprendió de su padre que no hay que argumentar acerca de
las palabras y sus significados, porque todo lo que se podía discutir acerca de ello era
aparente. Lo que importaba eran los problemas reales. Cabe recordar que Popper
publica sus libros cuando en el ámbito de la Filosofía se encontraba en auge las teorías
y el estudio del lenguaje, como problema filosófico. Nos dice que el conocimiento
verdaderamente científico progresa a través de anticipaciones a la manera de hipótesis
(Conjeturas) que deben ser verificadas o no a través de un proceso de refutación. Es
decir, afirmación y negación de la hipótesis. Uno de los libros más notables de este
autor se llamó precisamente “Conjeturas y refutaciones”. La crítica de la conjetura o
hipótesis es fundamental para el avance del conocimiento científico, puesto que a
través de esta crítica y al manifestarse los errores, podemos llegar a comprender las
dificultades del problema que estamos tratando de resolver. Luego de la formulación
de la hipótesis y de la teoría científica viene la etapa de la refutación, es decir, del
cuestionamiento o puesta en discusión de las bases o presupuestos científicos de la
teoría. Popper estaba preocupado por encontrar un criterio que le permita distinguir
entre el objeto de las ciencias empíricas (basadas en la experiencia), y las
especulaciones que van más allá de lo físico, de lo empírico, es decir, los problemas de
la metafísica (las ciencias especulativas). A este criterio lo llamó “problema de la
demarcación”. Si una teoría científica luego de refutarla, de criticarla, se mantiene aún
fuerte en sus bases epistemológicas entonces esa teoría se habrá fortalecido y habrá
contribuido al avance de un conocimiento verdaderamente científico.
CAPITULO 2
Lógica informal. Relaciones entre Lenguaje, lógica y realidad. Signo y símbolo.
Lenguajes naturales y artificiales. Partes y Usos del lenguaje. Palabras, Oraciones y
Proposiciones. Proposiciones analíticas y sintéticas. Concepto. Juicio. Razonamiento.
El silogismo: premisas y conclusiones.
Para abordar con éxito los problemas implicados en los razonamientos, sean de índole
formal o de índole material, se debe empezar por el estudio del lenguaje y su relación
con la lógica y la realidad.
Dice Genaro Carrió14 que la más rica y compleja herramienta de comunicación que
supone el lenguaje, no siempre funciona bien. La comunicación lingüística muchas
veces se ve frustrada, porque el interlocutor “no entiende” lo que queremos
transmitir, o “entiende el significado” pero no sabe si ese significado comprende una
situación determinada, o puede ser aplicado a varias otras situaciones. Las “cosas” que
se pueden “hacer” con el lenguaje adquieren una enorme dimensión. El autor citado
enumera: orden, consejo, advertencia, súplica, amenaza, pedido, instrucción,
exigencia, aserción, deseo, sugerencia, saludo, invitación, elogio, broma, justificación,
invitación, excusa, recomendación, censura, oferta, aceptación, juramento, promesa,
maldición, predicción, veredicto, conjetura, autorización, prohibición, insulto, etcétera.
Las “cosas” que pueden “hacerse” con el lenguaje remiten al tema de los usos del
lenguaje. Al hablar de los usos del lenguaje debemos advertir primeramente que el
lenguaje no se utiliza como si fuera o estuviera “químicamente puro”; esto quiere decir
que con el lenguaje podemos “hacer” varias cosas a la vez. Utilizamos el lenguaje en
forma múltiple, o lo utilizamos para que cumpla distintas funciones: por ejemplo
cuando digo “¡No te imaginas qué día hemos pasado!” puedo describir una situación,
informar indirectamente sobre nuestro estado de ánimo en la ocasión, transmitir y
provocar un sentimiento, crear una actitud de culpa o reproche (porque el destinatario
no participó), crear una actitud de predisposición a una invitación (para que participe
en el futuro).
14
17 Genaro Carrió; “Notas sobre Derecho y Lenguaje”; Abeledo-Perrot; Bs. As.; 1979;
Podemos distinguir los usos centrales del lenguaje. Ello implica una clasificación tosca
o rudimentaria de los distintos usos del lenguaje: 1) Interrogativo; 2) descriptivo o
informativo; 3) conativo, connotativo, expresivo o emotivo; 4) operativo; 5)
Prescriptivo. 1. El uso interrogativo del lenguaje se utiliza para requerir información.
Algunos autores no consideran que este sea un uso independiente, sino que se
encuentra ligado o relacionado con el uso descriptivo. 2. El uso descriptivo del lenguaje
se utiliza para informar acerca de una determinada situación o estado de cosas, o
describir la realidad. La información brindada puede ser adecuada o inadecuada;
verdadera o falsa; significativa, irrelevante o carente de significado; de forma tal que
cuando nos referimos a este uso del lenguaje, queremos significar que comprende
tanto la buena como la mala información. De este uso tiene sentido predicar la verdad
o falsedad cotejando la proposición con la realidad.3. El uso connotativo del lenguaje
se utiliza para expresar emociones o para provocarlas en el interlocutor. El paradigma
de este uso es el lenguaje poético. Sin embargo no es el único ejemplo de uso
expresivo, ya que si bien todo lenguaje poético es expresivo, no todo lenguaje
expresivo es poético.15 Por ejemplo, puedo decir: “¡Hay!”, “¡Sensacional!”; “¡Brutal!”;
“¡Sinvergüenza!”; son exclamaciones o expresiones que transmiten un estado de
ánimo, y que no tienen contenido poético, sobre todo cuando se los utiliza en
determinadas situaciones o contextos. De este uso no tiene sentido predicar la verdad
o falsedad de sus enunciados, ya que el propósito central no es describir la realidad
sino transmitir emociones o provocarlas. La frase poética: “y fue por ese río de sueñera
y de barro que las proas vinieron a fundarme la patria” sería condenada como un
sinsentido o absurdo, si se intentara con ella predicar la verdad o falsedad de la
proposición. 4. El uso operativo del lenguaje implica que al pronunciar determinadas
palabras realizo la acción a la que la palabra se refiere. Por ejemplo cuando digo
“¡Juro!” realizo la acción de jurar; cuando expreso “Prometo decir la verdad” realizo la
acción de prometer. 5. El uso prescriptivo o directivo del lenguaje pretende determinar
o predisponer a las personas para que adopten un curso de acción, o dirigir el
comportamiento. Son ejemplos de este uso, expresiones tales como: “cierre la
puerta”; “abróchense los cinturones”; “¿no les parece que deberían estudiar más
Introducción a a la lógica?”. De una prescripción o directiva no tiene sentido predicar
verdad o falsedad, ya que su objetivo central es determinar o disponer que el
interlocutor adopte un determinado curso de acción. Los calificativos más usuales para
este tipo de uso del lenguaje son: “adecuado/inadecuado”, “oportuno/inoportuno”,
“justo/injusto” etcétera.
15
18 Copi Irving; “Introducción a la Lógica”; Eudeba; Buenos Aires; 1981; página 48.
medios para llegar a un fin determinado). De las reglas específicas del lenguaje se
ocupa la sintaxis. Como rama del conocimiento, la sintaxis estudia las relaciones de las
palabras entre sí. El lenguaje es producto de una convención o acuerdo tácito entre los
hombres, y el uso del lenguaje tiene una estrecha vinculación con el significado de las
palabras. Que se diga que el lenguaje es producto de una convención no significa que
un grupo de hombres se reunieron en un determinado momento para ponerse de
acuerdo sobre la utilización de determinados sonidos o grafías. Si queremos utilizar la
herramienta de comunicación que llamamos lenguaje necesariamente tendremos que
prestar atención y “aprender” el significado usual de las palabras. El lenguaje es un
sistema de símbolos y no de signos. Los signos tienen una relación causal o natural con
las cosas. Los gemidos, llantos, gritos involuntarios son signos; no necesitamos
aprenderlos, sino en todo caso, interpretarlos. Que alguien se ponga pálido o se
sonroje cuando le hablamos, son signos del efecto que producen nuestras palabras. El
humo, el fuego, la tos, una erupción en la piel, un tic, la fiebre, son signos, ya que para
que se produzcan no es necesario ningún acuerdo o convención. No ocurre lo mismo
con el lenguaje, ya que si alguien quiere “hablar” otro idioma tendrá que aprenderlo.
El niño cuando aprende a hablar, imita sonidos para darse a entender, y este proceso
que se origina naturalmente, sin conciencia plena o por costumbre, significa la
concreción en los hechos de un acuerdo tácito. Si el niño pronuncia mal una palabra
seguramente será corregido conforme a las reglas de la convención. Así como las
palabras son símbolos, también lo son las señales lumínicas, carteles, banderas,
escudos, estandartes, husos horarios, medidas, objetos geométricos, números, pesas,
gestos, etcétera.
Ya que las palabras son productos de convenciones, como lo señala Hospers: “no hay
nada a lo que se pueda considerar la palabra correcta o incorrecta para una cosa”. De
este postulado se deduce la regla que indica, en orden a la creación de palabras, la
libertad de estipulación: “cualquiera puede usar el sonido que se le antoje para
referirse a lo que quiera, siempre y cuando aclare a qué se está refiriendo al utilizar el
sonido”. No obstante y dado que, si cualquiera usa cualquier palabra para referirse a
cualquier cosa, ello originaría una gran confusión dificultando el proceso de la
comunicación, y una duplicación o multiplicación innecesaria del significado de las
palabras. Por ello la regla que se impone en el empleo de las palabras recomienda
seguir el uso común, y como lo explica el autor citado, es lo que hacemos
habitualmente sin que nos hayan dicho. Como consecuencia de la aplicación de estas
reglas, se deduce que si no informamos previamente a nuestro interlocutor que
asignamos a las palabras que utilizamos un significado diferente al que indica la regla
del uso común, este tiene derecho a pensar que este es el sentido que le asignamos a
tales palabras. De lo precedentemente expuesto se deducen otras dos reglas: 1)
Debemos comunicar a nuestro interlocutor cuando asignamos a las palabras un uso
distinto al uso corriente; 2) Tenemos derecho a pensar que si no existe una
advertencia o información sobre el uso con un significado distinto al que comúnmente
es asignado a una palabra, debemos presumir que no se le ha asignado otro significado
que no sea el común.
Los planos o partes del lenguaje. Encarar el estudio de los distintos aspectos ligados
con el lenguaje ordinario supone realizar una distinción primaria de sus niveles o
planos: la sintaxis, la semántica y la pragmática. En el nivel sintáctico se analizan las
relaciones de las palabras entre sí de conformidad con las reglas de la gramática. En el
nivel semántico se estudian los problemas relacionados con el significado de las
palabras, y al nivel pragmático se examina el efecto que produce la utilización de las
palabras. El primer nivel se encuentra relacionado con las “formas” del lenguaje con
abstracción de su significado, e incluye en el análisis la utilización adecuada o no de los
signos de puntación, entrecomillados, los problemas de sujeto y predicado, verbos,
sustantivos, adjetivos, proposiciones, conectivas y disyuntivas, como se forman las
oraciones etc. En el nivel semántico se estudian los problemas del significado de las
palabras, las proposiciones (el significado de las oraciones), y hasta aún, cual es “el
significado” que debemos otorgar a la palabra “significado”.
En el nivel pragmático se estudian las funciones del lenguaje en relación con el efecto
que causan las palabras.
Relaciones de las palabras con las cosas. Existen dos corrientes de pensamiento que
intentan explicar las relaciones que existen entre las palabras y las cosas o entre las
palabras y la realidad.
Para la concepción esencialista, hay una relación necesaria entre la palabra y la cosa
que nombra la palabra, que el usuario no puede desconocer, de forma tal que, en el
caso que ello ocurra, su utilización resultaría incorrecta.
Los distintos autores de Teoría General, por ejemplo, discuten cuales son las
características fundamentales del derecho. Para algunos el derecho consiste en
normas; para otros en conductas; y hay quienes sostienen que el derecho está
constituido por decisiones judiciales que aplican una conjunción de normas y
principios, para resolver casos particulares sometidos a su decisión. En la medida en
que otorguemos a cada característica asignada el rótulo de fundamental para la
aplicación del término estaremos en presencia o no de una definición correcta. Para
gran cantidad de autores la expresión derecho debe poseer un único significado, y
sostienen que la tarea del investigador del derecho es descubrir a través de sus
trabajos y estudios “esa” única definición que capte sus características esenciales o
naturales. Por lo tanto, la definición que sea producto de esa investigación será la
única válida para todos los derechos, los que han sido y los que van a ser. Para otros
autores establecer el significado de una palabra implica convenir o establecer a cuales
de sus características de las cosas o los fenómenos debemos dar mayor trascendencia,
importancia, en la tarea de definir. La relación entre el leguaje y la realidad, entre las
palabras y las cosas es arbitraria.
Problemas semánticos.
Para evitar los problemas semánticos conviene pues prestar atención a las
propiedades de las cosas con relación a las palabras y recordar que algunas
propiedades son definitorias en el sentido de que su presencia o ausencia determina la
aplicación o no de la palabra, y otras propiedades son accesorias o concomitantes, lo
que significa que, por lo general, se presentan en forma conjunta con las propiedades
definitorias.
La proposición (sentido o significado de la oración) es una sola, pero son dos oraciones
que la expresan
También puede ocurrir que una proposición se exprese a través de dos o más
oraciones.
La proposición que expresa “el Cabo de Hornos es frío” puede tener en una oración
como sujeto a un accidente geográfico de la República Argentina o una persona con
una graduación militar en referencia a su carácter o estado de ánimo.
Debemos recordar en este punto, que solo tiene sentido predicar la verdad o la
falsedad de las proposiciones y no de las oraciones. Solamente las proposiciones, o sea
el significado de las oraciones, pueden ser verdaderas o falsas.
Si digo por ejemplo: “el hombre está dormido” para formular el enunciado debo tener
por un lado, el concepto de “hombre” y por otro lado el concepto de “dormir”. Esto
demuestra que el concepto está relacionado con la palabra, también denominada
“término lógico”. Para emitir un juicio debo poseer un enlace de los conceptos al que
se denomina “cópula” que son por lo general los verbos de las oraciones. Mientras los
conceptos están relacionados con las palabras, los juicios están relacionados con las
oraciones, más precisamente con las proposiciones, que constituyen como habíamos
señalado, el significado de las oraciones.
Una tarea del lógico para distinguir los razonamientos correctos de los incorrectos, es
saber identificar las premisas y la conclusión.
Cabe recordar aquí que las proposiciones, como hemos señalado, constituyen el
sentido o el significado de las oraciones, y pueden ser predicados de verdad o falsedad,
es decir, concretamente, son verdaderas o falsas. En esto, las proposiciones se
diferencian de las preguntas, de las exclamaciones y de las órdenes, consejos o
súplicas. También se señala que las oraciones forman parte de un lenguaje
determinado: “ I am hungry”, “tengo hambre” son dos oraciones distintas, una en
inglés y otra en castellano pero poseen un mismo significado, es decir hay una sola
proposición.
Un silogismo es una estructura lógica que contiene uno o más razonamientos. Como lo
señala Copi, en todo razonamiento sobre la base de una o más premisas, se llega a una
conclusión. Para que se exprese un razonamiento, una condición necesaria es que el
razonamiento contenga una o varias afirmaciones (premisas).
Asimismo, el razonamiento silogístico para ser tal no debe contener órdenes, u otros
usos que no puedan ser predicados de verdad o falsedad. Por ejemplo el autor señala
que, si expreso: “Los sinónimos son buenos sirvientes, pero malos amos, por lo tanto,
elijámoslos con cuidado” bien puede aparecer como un razonamiento, pero en verdad
no lo es, dado que lo que aparece como conclusión en realidad es una orden y como
tal no puede ser ni verdadera ni falsa, puesto que el propósito de las ordenes es dirigir
el comportamiento, determinar una conducta. Siguiendo este hilo conductor, los
razonamientos tampoco pueden contener consejos, súplicas, ruegos, ni ningún otro
uso del lenguaje que no pueda ser predicado de verdad o falsedad. La o las premisas
en un razonamiento aparecen como la base o el fundamento de la conclusión.
CAPITULO 3
FALACIA
Con relación a las falacias formales, algunos ejemplos, muy conocidos, aclaran el
alcance de dichas falacias. Las más comunes se dan por la afirmación del consecuente,
por la negación del antecedente o por la negación falaz del uso de las conectivas o
disyunciones (y/o).
Afirmación de la consecuencia. “Si estudio mucho sacaré una buena nota, de modo
que si saco una buena nota habré estudiado mucho.”
Negación del antecedente. Si niego una premisa antecedente la conclusión es falsa. “Si
llueve la calle se mojará; no ha llovido así que la calle no se mojará.”
Negación falaz de la conjunción. “Para hacer una buena tortilla se necesita papas y
huevos; no salió una buena tortilla, puesto que no puso papas”.
Las falacias no formales, como quedó dicho, se configuran porque las premisas que
hacen de soporte a la conclusión en el razonamiento no son adecuadas racionalmente
por algún defecto en la articulación, o en el significado de los términos lógicos.
Las falacias no formales de atinencia son aquellos razonamiento en que las premisas
no brindan adecuado soporte argumental a la conclusión porque son razonamiento
que “no pegan”, no cuadran o no encajan (en terminología vulgar) en lo que puede ser
calificado como un buen argumento. Dicho de otro modo, no brindan una base sólida;
no son las premisas adecuadas, ni atinadas a la conclusión, aun cuando el
razonamiento convence y tiene una mera apariencia lógica. Si tomamos en cuenta la
clasificación de los usos del lenguaje podríamos decir que procuran -como el lenguaje
emotivo- expresar una actitud o provocarla. En este tipo de falacia –insisto- la
conclusión “no pega”, no cuadra con las premisas.
Como también lo apunta Copi, el argumento puede ser llevado al ridículo, como es el
caso del imputado o acusado del homicidio de sus padres que pide clemencia al
tribunal sobre la base de que ha quedado huérfano.
6.- Argumentum ad populum (apelación al pueblo) Está constituido por el intento de
ganar asentimiento popular para una conclusión despertando las pasiones o el
entusiasmo de la multitud. Es –dice Copi- el recurso favorito del propagandista o del
demagogo. Comer algo o utilizar un determinado objeto porque lo hace algún
personaje famoso, llevar una vestimenta o un producto que presenta masiva
aprobación, la apelación o recurrencia al snobismo, o a la sofistificación, la marca que
más vende en una región o en un país, son ejemplos de este tipo de argumentación. La
aceptación popular de un producto no acredita que el producto sea bueno, ni que sea
lo más adecuado o satisfactorio o, dicho de otro modo, el asentamiento o la
aceptación general de una opinión, no significa que quien la propugna o la diga tenga
razón.
8.- Accidente. La falacia de accidente consiste en aplicar una regla general a un caso
particular cuyas circunstancias accidentales hacen inaplicable la regla (Copi, Inrving Ob
cit. Pág. 92). Es decir, se apela a una generalización cuando toda regla general puede
tener alguna excepción. Ejemplo: lo que compramos ayer, lo comemos hoy; ayer
compramos carne cruda, hoy comemos carne cruda.
10.- Causa falsa. Se genera cuando se toma como causa de un efecto algo que no es
una causa real. Por ejemplo, muchos se llaman a engaño cuando creen que el
tratamiento adecuado para los resfríos es tomar cocciones de ciertos brebajes, porque
luego de 3 semanas de tratamiento, el resfrío desapareció.
11.- Petitio principii (petición de principio). Cuando alguien toma como base de su
razonamiento la misma conclusión que pretende probar comete este tipo de falacia. Es
decir, es un razonamiento circular. Por ejemplo cuando digo “Messi es mejor jugador
de futbol que Ronaldo, porque la gente que sabe de futbol dice que Messi es mejor
jugador”.
1.- El equívoco. Estas falacias son comunes en argumentos que utilizan términos o
palabras que tienen más de un significado. Por ejemplo palabras tales como “Pico”,
“banco”, “cabo”, “gato”, “radio” etc. Si digo “me voy al banco” “utiliza el pico” “es
grande el radio” puedo caer en algún problema semántico que se aclara ni bien se
establece el significado del término utilizado. Pero existen situaciones más complejas
como lo demuestra el siguiente ejemplo de Copi: “El fin de una cosa es su perfección,
la muerte es el fin de la vida, por lo tanto la muerte es la perfección de la vida” Este
razonamiento es falaz puesto que se utiliza la expresión “fin” con dos sentidos: como
objetivo, o como último acontecimiento. También es común este tipo de falacia
cuando se utilizan términos relativos, como grande, alto, flaco, pequeño, Bueno, etc…
Por ejemplo si digo, “va a ser un buen presidente porque es un buen abogado”, cometo
este tipo de falacia por equívoco.
2.- Anfibología. Se comete este tipo de falacia cuando el argumento es confuso debido
al uso (descuidado o torpe) de las palabras que integran el razonamiento. Puede ser
verdadero en una interpretación y falso en otro. Por ejemplo cuando pretendo dirigir
el comportamiento mediante frases populares puedo cometer esta falacia: “el que ríe
último, ríe mejor”; “no por mucho madrugar amanece más temprano”.
CAPITULO 4
La Definición. Sus propósitos. Tipos de definiciones. El problema de la
verdad en la lógica. El simbolismo lógico. La lógica de la investigación
científica.
Cuando tratamos los usos del lenguaje hemos dicho que puede predicarse verdad o
falsedad de las proposiciones que corresponden al uso descriptivo del lenguaje. Si digo
por ejemplo “el pizarrón es verde” ese enunciado prescriptivo, una vez contrastado con
la realidad puede ser verdadero o falso. Sin embargo si digo “cierre la puerta” o
“estudien lógica” estos enunciados por no describir ningún estado de cosas, y por la
pretensión que encierran de dirigir el comportamiento no son susceptibles de
predicarse la verdad o falsedad, puesto que su propósito no es describir una realidad o
un estado de cosas, sino de determinar la realización o no de una conducta, esto es
dirigir el comportamiento. Por tal motivo, del uso prescriptivo del lenguaje no es
posible predicar la verdad o falsedad. Lo mismo ocurre con el lenguaje poético ya que
la intensión de este tipo de lenguaje emotivo es expresar emociones o provocarlas.
Se dice también que el predicado esta en cierto modo contenido en el sujeto. Como
bien dice Hospers (Introducción al análisis filosófico Alianza Editorial), que sea o no
analítica una proposición depende muchas veces de las definiciones de los términos
que contienen. Por ejemplo si digo “un buen jugador rara vez pierde un juego”, puede
ser considerada analítica, o no, según los criterios con que definimos al “buen
jugador”. Si por buen jugador entendemos a quien gana un juego la mayoría de las
veces la proposición puede ser considerada analítica, en cambio si definimos buen
jugador a quien despliega las mejores habilidades, no estamos tan seguros de que sea
considerada una proposición analítica, porque bien puede ocurrir en este sentido que
un buen jugador puede perder varias veces un juego.
Una proposición es considerada como sintética cuando el predicado agrega algo que
no está contenido en el sujeto, como por ejemplo si decimos “el día esta soleado”. La
verdad o la falsedad del enunciado en este caso, surge luego de una constatación
empírica del enunciado.
Hay otra clasificación de los enunciados que ponen en tela de juicio el concepto de
verdad. Son los enunciados denominados “a priori” y “a posteriori”. Se dice que los
enunciados a priori son independientes de toda experiencia sensible y que los
enunciados a posteriori requieren pasar por el tamiz de la experiencia sensorial o por
el prisma de los sentidos.
Como también lo advierte Hospers (ob cit.) hay algunas proposiciones que cuando
reflexionamos sobre ellas aparecen como necesariamente verdaderas. Por ejemplo si
digo “no puedo estar en dos lugares diferentes a la vez”; o “todo efecto tiene su causa”
pareciera que la verdad es inherente al enunciado. Se dice que la verdad es necesaria.
Pero si digo: “hay seis personas en esta habitación” o “algunos perros son negros”, el
concepto de verdad necesaria se desvanece y la verdad pasa a ser contingente (es
decir, no necesaria)
Las proposiciones que contienen una verdad necesaria son cognoscibles a priori, y las
proposiciones que contienen una verdad contingente son cognoscibles a posteriori
luego de ser contrastada con la realidad.
“Todas las ballenas son mamíferos” “todos los mamíferos tienen pulmones” por lo
tanto “todas las ballenas tienen pulmones”
Puede ocurrir que un razonamiento sea válido en base a premisas que no son
verdaderas, por ejemplo “todas las arañas tienen ocho patas” “todos los seres de ocho
patas tienen alas” por lo tanto “todas las arañas tienen alas”.
El simbolismo lógico.
De igual modo que “x” en aritmética representa un número cualquiera por ejemplo x =
7, las proposiciones en lógica se representan también con una letra, por ejemplo “p”.
Así como en Aritmética y en Algebra se estudian operaciones entre números, en lógica
se estudia operaciones entre proposiciones. La operación aritmética de suma por
ejemplo hace corresponder a cada par de números un nuevo número que es su suma.
Por ejemplo suma 3 + 4 = 7
En lógica también pueden ser usados los paréntesis de la misma manera en que se
usan en matemáticas y álgebra, es decir, para indicar cómo deben agruparse los
diferentes elementos de una formula.
Así se llama uno de los libros más importantes de epistemología y lógica, del siglo
pasado. Escrito en el año 1934 por Karl Popper, sus principios y sus ideas tienen
vigencia hasta el presente. No es el caso hacer una síntesis del pensamiento del autor,
ni tampoco un resumen del contenido del libro, cuya lectura es recomendable y de por
sí apasionante para todo lector preocupado por la metodología científica, sino repasar
someramente algunas reflexiones que contribuyen sin duda a la formación del espíritu
científico.
Popper cree en las siguientes tesis: los filósofos son tan libres como otras personas de
emplear cualquier método en la búsqueda de la verdad. No hay un método propio de
la filosofía.
El problema central de la epistemología –esta es la segunda regla de Popper- ha sido
siempre y sigue siéndolo, el del aumento del conocimiento. Y el mejor modo de
estudiar el aumento del conocimiento es estudiar el aumento del conocimiento
científico. El estudio del aumento del conocimiento no puede ser reemplazo por el
estudio de los usos del lenguaje.
El único método tanto de la filosofía como de todas las ciencias naturales y sociales es
el de enunciar claramente los propios problemas y de examinar críticamente las
diversas soluciones propuestas.
Con el énfasis, con la crítica, alude a la actitud que debemos adoptar cuando
proponemos una solución a un problema que es la de esforzarnos todo lo que se
puede para echar abajo la solución propuesta, en lugar de defenderla. El análisis lógico
puede ayudar en tal tarea, pero no es el único recurso con el que cuenta el crítico.
Entre las muchas actitudes críticas posibles debe prestarse atención a aquella actitud
que consiste en averiguar que han pensado y dicho otros acerca del problema en
cuestión, porqué han tenido que afrontarlo, cómo lo han formulado y cómo han
tratado de resolverlo. Esto es importante porque forma parte del método de la
discusión racional. Los problemas epistemológicos y lógicos, los que guardan relación
con el aumento del conocimiento trascienden los métodos usuales del análisis
linguistico, y exigen un análisis de conocimiento crítico científico.
CAPITULO 5
Lógica deóntica. Noción de sistema normativo. Normas. Clasificación.
Contradicciones y redundancias normativas. El problema de las lagunas normativas.
Análisis lógico del denominado “principio de clausura” del orden jurídico.
La lógica deóntica, es la lógica que se relaciona con el deber. Este deber puede ser un
deber ser lógico (las normas jurídicas, por ejemplo) o un deber ser axiológico,
estimativo o moral (la ética, la moral, los juicios morales).
Para tener una noción de lo que es un sistema normativo debemos dirimir primero
que un sistema deductivo (Tarski). Un sistema deductivo es un conjunto cualquiera de
enunciados que comprende todas sus consecuencias. Como bien apunta Nino
(Introducción al análisis del Derecho; 1981) “Si decidimos formar un conjunto, por
ejemplo, con dos enunciados cualesquiera y decidimos también que integran el
conjunto todos los enunciados que se infieren lógicamente de ellos, tenemos
constituido un sistema”.
En un sistema normativo para ser tal debe haber por lo menos una norma. Un sistema
normativo es también un sistema deductivo de enunciados, pero a diferencia de este,
en el sistema normativo debe haber por lo menos una norma. Una norma es un
enunciado que obliga, prohíbe o permite una conducta. En un sistema normativo no
resulta necesario que todos los enunciados que lo componen sean normas. Basta que
solamente exista una o algunas en el conjunto de enunciados para decir, con
fundamento, que estamos en presencia de un sistema normativo. Si tenemos por
ejemplo dos enunciados: uno que expresa: “los menores de edad no pueden contratar”
y otro que describe “Juan es menor de edad”, tengo que admitir que el primero es un
enunciado normativo porque prohíbe una conducta, y el segundo es un enunciado no
normativo, que describe una situación configurada respecto de Juan. De estos dos
enunciados puedo inferir sin mayores inconvenientes que “Juan no puede contratar”.
Este enunciado no está explicitado, pero puede inferirse válidamente de aquellos.
Los enunciados que integren tal sistema pueden ser normativos o no. Los enunciados
normativos prescriben una conducta con el carácter obligatorio, prohibido o
permitido; por exclusión, los enunciados no normativos no establecen obligaciones,
prohibiciones o permisiones y pueden ser de varios tipos: declarativos, estipulativos, u
expresivos (por ejemplo, definiciones, conceptualizaciones, postulados generales).
Las normas jurídicas son una especie de lenguaje normativo, y este a su vez, queda
comprendido en el amplio género del lenguaje prescriptivo.
La norma jurídica es una especie del género de normas. Al emitirse una norma se hace
uso del lenguaje prescriptivo. Por ello, de una norma, no tiene sentido predicar la
verdad o falsedad de su contenido porque su finalidad no es describir una situación o
estado de cosas, sino fundamentalmente, dirigir el comportamiento
Una teoría general de las normas según VON WRIGHT, debe tener -en cierto modo-
carácter restringido, dado que el campo de significación de la palabra “norma” es
heterogéneo y además tiene fronteras vagas. Existen sinónimos parciales de la palabra.
Por ejemplo “patrón”, “modelo”, “tipo”, “reglamento”, “regla”, “ley”.
Según este autor tres hay tipos de reglas principales y tres tipos de reglas secundarias,
(denominadas así porque participan de las características de las primeras).
El carácter de una norma está en función de que la misma se dé para hacer, no hacer o
dejar de hacer algo, o dicho de otro modo, para que se deba, no deba o pueda
realizarse una acción u omisión. Cuando la norma se da para que deba hacerse algo, se
dice que la norma es de Obligación. Cuando la norma se origina para que no deba
hacerse algo, el carácter de una norma es de Prohibición; cuando la norma se da para
que algo pueda o no pueda hacerse la norma es de permisión.
El contenido de una norma son las conductas que la norma declara obligatoria,
prohibida o permitida. Pueden ser acciones o actividades. “Actuar” es provocar un
cambio en el curso de la naturaleza. No todo cambio es provocado por el hecho del
hombre. El vocablo acción se encuentra reservado únicamente para el los actos del
hombre. Las acciones pueden ser positivas o negativas según se prescriba un acto o
una omisión. Mientras que las acciones acaecen en un momento, las actividades están
relacionadas con los procesos y sugieren la idea de una continuidad (por ejemplo:
“golpear” es una acción, “caminar” una actividad). El golpe es una acción, golpeando
implica una actividad y golpeado es el estado resultante de la acción. Las actividades
pueden ser reconstruidas conceptualmente como la acción de comenzar la actividad o
la acción de cesar.
Otro tipo importante de reglas principales esta constituido por las llamadas normas
técnicas o directrices: en términos aproximados guardan relación con los medios a
emplear para alcanzar un determinado fin16.
Ejemplo típico de estas reglas son las instrucciones de uso. Se supone que las personas
que siguen las instrucciones llegan a concretar el fin que motivo el dictado de dichas
instrucciones.
Las directivas presuponen una regla descriptiva que debe ser verdadera para que la
norma sea eficaz. Supone además una condición necesaria para tal fin y la
participación de la voluntad del destinatario. Por ejemplo si quieres ir al concierto
debes tomar x medio de transporte. La regla anankástica diría que tomar “x”
transporte es una condición necesaria (y verdadera) para llegar al recital. Este tipo de
normas advierte V Wright no debe ser confundido con las normas hipotéticas ya que a
diferencia de las directivas las normas suponen una contingencia y no un fin. El
ejemplo del autor es el siguiente: si el perro ladra no debes correr. El hecho de no
correr no es una condición necesaria para que el perro no ladre, ya que aún no
corriendo el perro puede ladrar.
Las reglas ideales según el autor tienen más relación con el ser que con el hacer y
establecen una especie de modelo o patrón dentro de una clase; por ejemplo lo que es
un buen profesor, un buen alumno, un buen abogado, un buen juez. Esto no significa
que las virtudes que caracterizan a ese modelo se encuentren en toda persona o cosa,
sino que para ser bueno dentro de la clase debe poseer necesariamente esa virtud. Las
reglas ideales se parecen en cierta forma a las reglas definitorias o determinativas en
tanto y en cuanto establece un modelo o ideal a seguir; se parecen también a las reglas
técnicas porque pueden establecer los medios para alcanzar ese ideal.
16
G.Henrik von Wright “Norma y acción” Ed. Tecnos; Madrid, pag. 29
Las costumbres son especies de hábitos. Tanto la costumbre como el hábito son
conductas que se repiten con frecuencia. La diferencia entre ambas consiste en que,
en la costumbre existe una presión normativa para que se cumpla con el contenido de
la norma, y el establecimiento de un reproche si no se sigue con la regla (por ejemplo
bañarse periódicamente, saludar, circunstancias estas que en el hábito se encuentran
ausentes (por ejemplo tomar mate, tomar café, ir al cine los sábados). Esto significa
que el sujeto no se encuentra obligado a cumplir con el hábito de la misma forma que
con la costumbre (Si bañarse periódicamente es una costumbre; bañarse
periódicamente por la mañana, tarde o noche es un hábito). En el hábito entra en
juego la subjetividad del agente; la costumbre es objetiva en cuanto a la
materialización de la conducta y subjetiva en la medida en que existe la conciencia de
la obligatoriedad.
Las costumbres por un lado se parecen a las reglas definitorias o determinativas ya que
definen ciertos patrones o pautas de conducta; y por otro lado tienen semejanzas con
las prescripciones, ya que ejercen una presión normativa sobre los miembros de una
comunidad para que ajusten la conducta a esos patrones.17
Las reglas morales según Von Wright son difíciles de caracterizar. Dice el autor que es
más fácil dar ejemplos claros de normas morales antes que intentar dar una definición
(Ej: las promesas deben cumplirse, los niños deben honrar a sus padres, no se debe
castigar al inocente, deberá amarse al prójimo como a sí mismo.).
Las reglas morales tienen cierto parecido con las reglas definitorias o determinativas
porque en cierto modo definen instituciones (por ejemplo: de las promesas).
También participa de las características de las costumbres (por ejemplo las reglas
morales que tienen que ver con la vida sexual).
Algunas reglas morales tienen efectiva sanción en los ordenamientos jurídicos (por
ejemplo la obligación de honrar u obedecer a los padres). De allí pues que tiene
también cierto parecido con las prescripciones.
Por las dificultades que encierra la conceptualización de las normas morales, V.Wright
dice que son reglas “sui generis” o conceptualmente autónomas.
17
G.E.V.Wright; Ob cit. Pág. 34
Si bien algunos filósofos consideran las normas morales como una especie de
prescripciones (por ejemplo los mandamientos o las leyes de Dios), otros las ven como
una cierta clase de norma técnica o directriz sobre cómo conseguir fines. Estos fines o
“visión teleológica de la vida humana” puede ser la felicidad del individuo
(eudemonismo) o la felicidad de la mayor parte de un cuerpo social (utilitarismo).
El autor confiesa que en su obra intenta aplicar ciertas técnicas de la lógica moderna al
análisis de los conceptos y el discurso normativo, y por ende se ocupa de la lógica de
las normas, comenzando por un análisis de las normas en general. Por tal motivo esta
teoría general de las normas puede servir de base a la introducción del estudio de las
prescripciones en general y de las normas jurídicas en particular.
Los tipos de normas que sugiere y clasifica Won Wright son posibles de encontrar
diseminados en cualquier tipo de ordenamiento jurídico. Por ejemplo: Las normas
penales que estipulan penas para ciertas acciones consideradas delictivas son ejemplos
de prescripciones, ya que en ellas se encuentran reunidos la totalidad de los elementos
que caracterizan a este tipo de normas. También en los sistemas jurídicos es posible
encontrar normas técnicas o directrices (por ejemplo las que prescriben cómo hacer
un testamento válido, como hacer la trasferencia de un inmueble, los diferentes tipos
de procedimientos jurídicos para arribar a una sentencia válida, etc…). Los
ordenamientos jurídicos tienen como fuente de derecho algunas normas de carácter
consuetudinario (costumbres), o bien remiten a algunas costumbres como fuente de
derechos (por ejemplo “debe considerarse pago de contado el precio de la cosa
entregado antes de que transcurra los treinta días”). Ciertas normas jurídicas tienden a
proteger o preservar instituciones que son considerados como entidades ideales
(como por ejemplo: el estado, la iglesia, la familia) y en cierto modo tales normas son
ideales. Algunas normas morales adquieren status jurídico cuando son incorporadas en
forma positiva a los ordenamientos jurídicos mediante un acto de establecimiento
expreso. Otras normas de los ordenamientos jurídicos definen o determinan
actividades (Por ejemplo cuando prescriben en qué condiciones y bajo qué
circunstancias estamos contratando, realizando sociedades, ejecutando un mandato,
haciendo una gestión de negocios ajenos, una prestación de servicios, trabajando en
relación de dependencia, etc…)
El primer tipo de inconsistencia se da por ejemplo con dos normas: una que establezca
que la importación de tractores debe pagar recargos aduaneros, y otra que establezca
una exención impositiva total de recargos aduaneros para la importación de tractores
(Nino ob. Cit. Pág. 274).
Ejemplo del segundo tipo de inconsistencia puede ser el siguiente: una norma que
establezca que la importación de vehículos sufrirá recargos aduaneros y otra que
exime de tales recargos a los tractores (Nino ob. Cit. Pág. 275).
Ejemplo del tercer tipo (parcial – parcial): las normas con soluciones incompatibles se
superponen parcialmente, una que estipula que los vehículos importados sufrirán
recargos aduaneros y otra que estipula que los instrumentos para la producción
agrícola (el tractor lo es) están exentos de recargos aduaneros.
La redundancia normativa implica dos o más soluciones idénticas para un mismo caso
pero a diferencia de la redundancia las soluciones no son incompatibles (Nino; 1981)
Las normas redundantes (dos o más) deben tener la misma referencia, una relación
con el mismo caso y la misma solución.
El argumento es, por otra parte, la expresión verbal del raciocinio. Tiene su razón de
ser en el diálogo, en la discusión o en el debate y constituye el objeto de la Dialéctica.
Se habla de argumentación jurídica en dos sentidos: 1) como labor del juez cuando
decide un caso sometido a su decisión. 2) como herramienta de debate a favor de una
postura valorativa o interpretativa utilizada en general por los llamados operadores
jurídicos (legislador, abogados, escribanos, doctrinarios de derecho, etc).
Las propuestas discutidas hasta ahora para la objetivización del problema de las
valoraciones se pueden agrupar en tres clases:
En primer lugar hay una razón de tipo Teórico: la teoría del Derecho de este siglo ha
sido una teoría de tipo estructural dirigida a mostrar y a analizar los componentes del
derecho; pero faltaba una teoría suficientemente general del derecho que se ocupe
tanto de los aspectos estructurales como de los funcionales. El estudio de la
argumentación jurídica invita a centrarse en el funcionamiento del derecho visto como
una serie de procedimientos discursivos.
En segundo lugar, puede aducirse una razón de tipo Pragmática: la práctica del
derecho consiste fundamentalmente en argumentar, y la cualidad que mejor define lo
que se llama un buen jurista es la capacidad para idear y manejar argumentos.
Finalmente existe una razón de tipo Político que se conecta con el sentido profundo de
la democracia (elegido como mejor sistema para ostentar y ejercer el poder). En el
contexto de las sociedades contemporáneas, existe cada vez más la idea de que las
decisiones de los órganos públicos no se justifican simplemente por haber sido
adoptadas por órganos la que, directa o indirectamente, reflejan las opiniones de las
mayorías. Es necesario que las opiniones estén racionalmente justificadas es decir, que
a favor de las mismas se aporten argumentos que hagan que las decisiones puedan ser
discutidas y controladas.
Frente a las concepciones del derecho como norma, como hecho o como valor, se
propone un cuarto enfoque que consiste en ver al derecho como argumentación.
18
ALEXY, ROBERT Teoría de la argumentación jurídica. EDIT. Centro de Estudios Constitucionales. 1997.
La argumentación consiste, pues, en razones para hacer evidentes la verdad o la
falsedad de una proposición, y esto se hace de dos maneras: a través de la
fundamentación y de la refutación.
Los autores que más se han dedicado a esta tema en la última década son: Aulis
Aarnio, Robert Alexy, Neil Mac Cpormick y Alexander Peczenyk.
TEORIAS DE LA ARGUMENTACIÓN
En su artículo, Manuel Atienza que es en realidad todo un ensayo titulado “Para una
teoría de la argumentación jurídica”, (en revista de la Academia Colombiana de
Jurisprudencia N°308, noviembre de 1999), expresa que por lo menos hay tres
perspectivas desde las que se puede examinar una teoría de la argumentación jurídica.
El Segundo plano apunta más bien a los métodos e instrumentos utilizados por una
teoría estándar (tesis procedimental).
Una tercera configuración se conecta con los resultados obtenidos por la teoría, y
desde esta disposición, atiende más bien a la pregunta de : ¿para qué sirve una teoría
de la argumentación?.
Para Atienza añade a las tres perspectivas de análisis del derecho el enfoque
argumentativo que consiste en considerar al derecho como un intento, una técnica,
para la solución de determinados problemas prácticos.
Para Atienza hay tres concepciones distintas en torno a la argumentación. LA PRIMERA
DE ELLAS, LA FORMAL, es la características de los lógicos, “quienes defienden un
argumento, una inferencia, como un encadenamiento de proposiciones”, pero que no
consideran el contenido de verdad o de corrección de las premisas, por lo que cabría
decir que la Lógica no se centra en la actividad de argumentar, sino en esquemas de
argumentación, que cabe usar para controlar la corrección de nuestros argumentos.
Las tres concepciones no son incompatibles entre sí más bien son complementarias.
Es decir que el estudio de los argumentos jurídicos, en los diversos contextos en que se
producen (doctrinal, judicial, legislativo, etc,.) exige esta triple consideración o, quizás
mejor, exige una teoría capaz de articular estos tres ejes.
Sin embargo toda esta intensa actividad dialéctica, parece abandonada después de la
tópica ciceroniana supuestamente escrita en el año 44 antes de Cristo y como
redescubierta por Viehweg (Viehweg Theodor: Tópic Jurisprudencia ediciones Taurus
Madrid 1964) quien en esta obra en 1952, realiza el primer aporte de esta nueva época
en la problemática de la argumentación.
Esta era una práctica de la argumentación dirigida a convencer y persuadir pero que
nunca logró la jerarquía de una teoría.
Esos derechos que los ciudadanos deben conocer recíprocamente si quisieran regular
de modo legítimo su convivencia, son los necesarios para hacer posible la efectiva
realización del principio discursivo, base del procedimiento democrático y fundamento
de la legitimidad de las normas resultantes.
21
ALVAREZ GARDIOL, ARIEL Ob. Cit.
5. Derechos fundamentales a unas condiciones de vida que estén social, técnica y
ecológicamente aseguradas en la medida necesaria par su aprovechamiento en
situación de igualdad de oportunidades de los derechos humanos mencionados de 1a
La labor del juez debe ser una interpretación constructiva, como una empresa colectiva
que se desarrolla sobre el trasfondo de la comunicación pública a los ciudadanos. Ante
la posible objeción que comprometa la seguridad jurídica como consecuencia del papel
del juez, entiende a la seguridad como un valor dependiente del procedimiento.
CHAIM PERELMAN
Comenzó efectuando estudios sobre el lógico Gottlob Frege, luego se dedicó al análisis
de juicios de valor y de conceptos valorativos. Llegando a la conclusión de que los
juicios de valor no pueden fundamentarse mediante observaciones empíricas
(naturismo) ni a través de evidencias de cualquier tipo (intuicionismo).
Desde los años 50 trata de demostrar en una teoría de la argumentación que además
de la comprobación empírica y la deducción lógica existe aún toda una serie de
posibilidades de argumentación y fundamentación racional.
Sostiene Perelman que no hay una lógica de los juicios de valor, sino que a su respecto
hay argumentaciones que tienden a ganar la aceptación de los expertos con respecto a
la tesis que se presentan a su consideración. En pocas palabras, el arte de persuadir y
de convencer, los abogados a los jueces y estos últimos a la comunidad jurídica.
La diferencia sólo se prolonga cuando nos faltan instrumentos de medición, o criterios
de objetividad, como cuando hay desacuerdos, sobre el bien, la justicia, la piedad. Para
ello no hay otro camino que emprender una discusión razonable, para evitar que la
discusión degenere en conflicto y en violencia. La dialéctica deviene así del arte y el
método adecuado para la solución de problemas jurídicos. La retórica es el arte de
buscar los medios de persuasión disponibles para provocar y acrecentar la adhesión de
las tesis que se formulan para su asentimiento.
Las técnicas de enlace comportan argumentos cuasi lógicos que son argumentos
fundados sobre la estructura de lo real.
ESTRUCTURA DE LA ARGUMENTACION:
RACIONALIDAD DE LA ARGUMENTACION:
Propicia el principio de inercia que dice: que una idea que haya sido aceptada una vez,
no puede rechazarse sin un motivo suficiente. Tiene el carácter de una regla de carga
de la argumentación: la apelación a una práxis existente no requiere ninguna
justificación sólo el cambio exige justificación. Este principio constituye el fundamento
de la estabilidad de nuestra vida intelectual y social. Enuncia así que es irrazonable
abandonar sin motivo una idea aceptada hasta entonces. Quien duda o critica debe
dar una fundamentación a ello. No es necesario justificarlo todo, solo aquello en lo
que, con razones, se duda. Este principio de la inercia ofrece contribución al problema
de la fundamentación de las normas.
Alexy toma como guía y apoyo la teoría del discurso racional de Jürgen Habermas que
sostiene que la argumentación jurídica es un caso especial del discurso práctico
general y constituyó la tesis doctoral de autor. Sostiene que la aplicación de las normas
jurídicas no es sino una subsunción lógica bajo premisas mayores formadas
abstractamente.
Sostiene que el discurso jurídico es un caso especial del discurso práctico general,
diferencia que se fundamenta en que las discusiones jurídicas se refieren a cuestiones
prácticas, es decir al discusiones sobre lo que hacer u omitir, que se plantea desde le
punto de vista de su pretensión de corrección.
Las reglas y formas del discurso práctico general con siempre condiciones mínimas de
racionalidad y totalmente necesarias, se aplican al discurso jurídico como un caso
especial de este lo es el discurso práctico.
2. Todo hablante sólo puede afirmar aquello en lo que él mismo cree. Regla de la
sinceridad.
3. Todo hablante que aplique un determinado predicado a un objeto debe estar
dispuesto a aplicar el mismo predicado a cualquier otro objeto igual en los aspectos
relevantes. Regla de coherencia fáctica.
4. Todo hablante solo puede utilizar aquellos juicios de valor y de deber que afirmaría
en todas las situaciones en las que afirme que son iguales en todos aspectos
relevantes. Regla de coherencia valorativa.
REGLAS DE LA RAZON: son más bien ideales y funcionan como condiciones máximas de
racionalidad. Son:
1. Todo hablante debe cuando sea requerido fundamentar lo que afirma a no ser que
pueda dar razones válidas que justifiquen el rechazar la fundamentación. Deber de
fundamentación.
2. Todo el que pueda hablar puede tomar parte en el discurso. Regla del libre admisión
del discurso.
Quien aborda un tema, proposición o norma que no es objeto del debate tiene el
deber de dar razones para ello.
Quien aduciendo un argumento sólo está obligado a dar más argumentos en caso de
contraargumentos.
Todas esta reglas hacen al discurso práctico general, que tiene mucho que ver con el
discurso jurídico, en estrecha relación. Ambos pueden llegar a un resultado
materialmente correcto coincidiendo en las reglas y en la forma de los argumentos. Se
persigue la justificación o la fundamentación presentando dos diferentes aspectos:
JUSTIFICACION INTERNA y JUSTIFICACION EXTERNA
EL SILOGISMO JURÍDICO.
Carlos Santiago Nino (1981) en su Introducción al Análisis del Derecho –obra varias
veces reeditada y sumamente valorada- descalifica la concepción jurídica tradicional
sobre la actividad judicial, (la actividad de los jueces en el acto de juzgar los diferentes
casos), originada en las teorías y escuelas jurídicas que ven a dicha actividad como algo
mecánico, esto es, en la aplicación mecánica de ciertas reglas (las leyes jurídicas)
generales a casos particulares.
Nino estima que no hay nada de malo en considerar el razonamiento judicial como un
silogismo. Lo incorrecto es pensar que las premisas del razonamiento judicial –las
normas jurídicas relevantes y la descripción de los hechos decisivos- se obtengan por
procedimientos mecánicos. La elección de las premisas y las reglas de inferencia lógica
del razonamiento en cada caso, exigen una verdadera labor creativa.
Bibliografía General
Gómez Daniel Gualberto “Guía Teórica para una introducción al conocimiento del
Derecho” Moglia 2008