Temas Manual HLE
Temas Manual HLE
Temas Manual HLE
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
Bibliografía de referencia.
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¾¾, Manierismo y Barroco, Madrid, Cátedra, 1975.
¾¾“El Barroco dieciochesco”, en Francisco Rico (coord.), Historia y crítica de la
literatura española, vol. 3, Tomo 1, 1983 (Siglos de Oro, Barroco / coord. por
Aurora Egido), Barcelona, Crítica, 1983, pp. 28-32
¾¾Introducción al barroco: ensayos inéditos, ed. de José Lara Garrido, Granada,
Universidad, 2010.
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Rodríguez de la Flor Adánez, Fernando, Barroco: representación e ideología en el mundo
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¾¾“En las fronteras del planeta católico: representaciones barrocas del estado de guerra
permanente en la totalidad imperial hispana”, Anales del Instituto de
Investigaciones Estéticas, nº. 106, 2015, pp. 9-51.
Ruiz Pérez, Pedro, El espacio de la escritura: en torno a una poética del espacio del texto
barroco, Bern, Peter Lang, 1996.
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Editorial Universitaria Ramón Areces, 2011.
Wölfflin, Heinrich, Conceptos fundamentales de la historia del arte, Madrid, Espasa,
2011.
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Francisco Rico (coord.), Historia y crítica de la literatura española, vol. 3, Tomo
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1983, pp. 5-48
Ynduráin Domingo, Estudios sobre Renacimiento y Barroco, Madrid, Cátedra, 2006.
Recursos digitales.
Esquema de contenidos
1. Las otras novelas de Cervantes: La Galatea (1585), Las Novelas Ejemplares (1613) y Los
trabajos de Persiles y Segismunda (1617).
1.1. La novela pastoril y La Galatea (1585)
1.2. La novela corta y las Novelas Ejemplares (1613).
1.3. La novela bizantina y Los trabajos de Persiles y Segismunda (1617).
-conocer el panorama de tendencias narrativas principales del siglo XVII y los rasgos
principales caracterizadores de cada tendencia
-saber reconocer en las obras literarias esos rasgos y poder adscribirlas al género al que
pertenecen
-vincular cada uno de los subgéneros narrativo a la tradición literaria anterior y sus
principales modelos en el Renacimiento
-saber explicar las líneas principales de la evolución del género picaresco en el barroco:
variedad en la voz narrativa, finalidad didáctica, incorporación de elementos de otras
tendencias narrativas
-entender y explicar las razones del auge del género de la novela corta y su éxito editorial
en el siglo XVII
-conocer las principales obras y autores que cultivan cada una de las tendencias narrativas
estudiadas: picaresca, novela corta, pastoril, relato lucianesco
Manual básico: Pedraza y Rodríguez, Manual de literatura española III. Barroco: Capítulo 2,
epígrafes 2.1., 2.2, 2.4, 2.5, 2.6, 2.7; y capítulo 4 completo.
Bibliografía de referencia:
Albert, Mechthild Becker, Ulrike; Bonilla Cerezo, Rafael y Fabris, Angela (coords.), Nuevos
enfoques sobre la novela corta barroca, Frankfurt am Main, Peter Lang, 2016.
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Anthropos: Boletín de información y documentación, nº 98-99, 1989, pp. 41-48.
Carreño, Antonio, “El arte de escribir novelas: de Cervantes y Lope de Vega”, Ínsula:
revista de letras y ciencias humanas, nº 799-800, 2013, pp. 40-42.
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Reichenberger, 1999, pp. 221-238.
Recursos digitales.
No se hizo de rogar Erastro; antes, con muestras de estraño contento por verse en tanta amistad
con Elicio, sacó su çampoña, y Elicio su rabel, y començando el vno y replicando el otro, cantaron
lo que sigue:
ELICIO
Blanda, suaue, reposadamente,
ingrato amor, me subgetaste el dia
que los cabellos de oro y bella frente
miré del sol que al sol escurecia;
tu tossigo cruel, qual de serpiente, 5
en las rubias madexas se escondia:
yo, por mirar el sol en los manojos,
todo vine a beuerle por los ojos.
ERASTRO
Atonito quedé y embelesado,
como estatua sin voz de piedra dura, 10
quando de Galatea el estremado
donayre vi, la gracia y hermosura;
Amor me estaua en el siniestro lado,
con las saetas de oro -¡ay muerte dura!-,
haziendome vna puerta por do entrasse 15
Galatea, y el alma me robasse.
ELICIO
¿Con que milagro, amor, abres el pecho
del miserable amante que te sigue,
y de la llaga interna que le has hecho
crecida gloria muestra que consigue? 20
¿Cómo el daño que hazes es prouecho?
¿Cómo en tu muerte alegre vida viue?
L’alma que prueua estos effectos todos
la causa sabe, pero no los modos.
ERASTRO
No se ven tantos rostros figurados 25
en roto espejo, o hecho por tal arte,
que, si vno en el se mira, retratados
se ve vna multitud en cada parte,
quantos nacen cuydados y cuydados
de vn cuydado cruel que no se parte 30
del alma mia, a su rigor vencida,
hasta apartarse junto con la vida.
ELICIO
La blanca nieue y colorada rosa,
qu’el verano no gasta, ni el inuierno;
el sol de dos luzeros, do reposa 35
el blando amor, y a do estara in eterno;
la voz, qual la de Orfeo poderosa
de suspender las furias del infierno,
y otras cosas que vi quedando ciego,
yesca me han hecho al inuisible fuego. 40
ERASTRO
Dos hermosas mançanas coloradas,
que tales me semejan dos mexillas,
y el arco de dos cejas leuantadas,
quel de Yris31 no llegó a sus marauillas,
dos rayos, dos hileras estremadas 45
de perlas entre grana, y si ay dezillas,
mil gracias que no tienen par ni cuento,
niebla m’an hecho al amoroso viento.
ELICIO
Yo ardo y no me abraso, viuo y muero;
estoy lexos y cerca de mi mismo; 50
espero en solo vn punto y desespero;
subome al cielo, baxome al abysmo;
quiero lo que aborrezco, blando y fiero;
me pone el amaros parasismo32:
y, con estos contrarios, passo a passo, 55
cerca estoy ya del vltimo traspasso.
ERASTRO
Yo te prometo, Elicio, que le diera
todo quanto en la vida me ha quedado
a Galatea, porque me boluiera
el alma y coraçon que m’a robado; 60
y, despues del ganado, le añadiera
mi perro Gauilan con el Manchado;
pero, como ella deue de ser diosa,
el alma querra mas que no otra cosa.
ELICIO
Erastro, el coraçon, qu’en alta parte 65
es puesto por el hado, suerte o signo,
quererle derribar por fuerça o arte
o diligencia humana, es desatino;
deues de su ventura contentarte,
que, aunque mueras sin ella, yo imagino 70
que no ay vida en el mundo mas dichosa
como el morir por causa tan honrosa.
Ya se aparejaua Erastro para seguir adelante en su canto, quando sintieron, por vn espesso
montezillo que a sus espaldas estaua, vn no pequeño estruendo y ruydo; y leuantandose los dos -13-
en pie por ver lo que era, vieron que del monte salia vn pastor corriendo a la mayor priessa del mundo,
con vn cuchillo desnudo en la mano, y la color del rostro mudada; y que tras el venia otro ligero
pastor, que a pocos passos alcançó al -fol. 10r- primero, y, asiendole por el cabeçon del pellico,
leuantó el braço en el ayre quanto pudo, y vn agudo puñal que sin vayna traya se le escondio dos
vezes en el cuerpo, diziendo: […] [Seguimos la edición digital de la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes]
Tema 3: La prosa en el Barroco II: Lope de Vega y Francisco
de Quevedo
Esquema de contenidos
Los objetivos de este tema dedicado a la prosa de Lope y Quevedo y los objetivos de
aprendizaje que el alumno debe alcanzar son los siguientes:
Manual básico: Pedraza y Rodríguez, Manual de literatura española III. Barroco: Capítulo
8, epígrafes 8.1, 8.6.2 y 8.7.; capítulo 9, completo.
Bibliografía de referencia
Astrana Marín, Luis, Vida Azarosa de Lope de Vega, Barcelona, Juventud, 1941.
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Ayala, Francisco, Cervantes y Quevedo, Barcelona, Seix Barral, 1945.
Carreño, Antonio, “El arte de escribir novelas: de Cervantes y Lope de Vega”, Ínsula: revista
de letras y ciencias humanas, nº 799-800, 2013, pp. 40-42.
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¾¾, Estudios sobre Lope de Vega, Madrid, CSIC, 1946-1958.
¾¾, Vivir y crear de Lope de Vega, Madrid, CSIC, 1946
Fernández-Cifuentes, María Ángeles, Tradición e innovación en las Novelas a Marcia Leonarda
de Lope de Vega, Nueva York, Peter Lang, 2013.
García Valdés, Celsa Carmen, “Prosa festiva de Quevedo”, Revista anthropos: Huellas del
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Gómez Quintero, Ela Rosa, Quevedo, hombre y escritor en conflicto con su épica, Miami,
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Jauralde Pou, Pablo, Francisco de Quevedo: (1580-1645), Madrid, Castalia, 1998.
La Barrera, Cayetano, Nueva biografía de Lope de Vega, Madrid, Atlas, 1973-1974.
Laspéras, Jean-Michel, “Lope de Vega y el novelar: un género de escritura”, Bulletin hispanique,
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Lázaro Carreter, Fernando, Lope de Vega. Introducción a su vida y obra, Salamanca, Anaya,
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Montesinos, J. F., Estudios sobre Lope de Vega, Salamanca, Anaya, 1969.
Pedraza Jiménez, Felipe B., Lope de Vega: vida y literatura, Olmedo, Ayuntamiento de
Olmedo, 2008.
Rennert, H. y Castro, A., Vida de Lope de Vega (1562-1635), Salamanca, Anaya, 1969.
Sánchez Jiménez, Antonio, Sánchez Jiménez, Antonio “La poética de la interrupción en las
Novelas a Marcia Leonarda en el proyecto narrativo de Lope de Vega” en Ficciones en la
ficción: poéticas de la narración inserta (siglos XV-XVII), coord. José Valentín Núñez
Rivera, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 2013, pp. 99-114.
¾¾, Lope de Vega: el verso y la vida, Madrid, Cátedra, 2018.
Schmidt, Bernhard, El problema español de Quevedo a Azaña, Madrid, Edicusa, 1976.
Torre, Guillermo de, “Lope de Vega y la condición económico-social del escritor en el siglo
XVII”, Cuadernos hispanoamericanos, LIV (1963), pp. 249-264.
Trueblood, Alan S., Experience and artistic expression in Lope de Vega, Harvard University Press,
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Villanueva Prieto, Darío, La poética de la lectura en Quevedo, Madrid, Siruela, 2007.
Vossler, C., Lope de Vega y su tiempo, Madrid, Revista de Occidente, 1940.
Vosters, Simon A., Lope de Vega y la tradición occidental, Madrid, Castalia, 1977.
Ynduráin, Francisco, Lope de Vega como novelador, Santander, UIMP, 1962.
¾¾, “Prosa doctrinal de Quevedo, pensamiento y expresión” en Homenaje a Quevedo,
Víctor García de la Concha (dir. congr.), Salamanca, Universidad de Salamanca,
1982, pp. 389-404.
Zamora Vicente, Alonso, Lope de Vega. Su vida y su obra, Madrid, Gredos, 1969.
Recursos digitales.
Completísimo portal web que contiene las obras completas Lope de Vega, así como
numerosos estudios y variados recursos:
http://www.cervantesvirtual.com/portales/lope_de_vega/
Completísimo portal web que contiene las obras completas de Quevedo, así como
numerosos estudios y variados recursos:
http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/quevedo/
Recursos online sobre El Buscón, lectura obligatoria, que pueden consultarse en:
http://www.anmal.uma.es/numero23/ERE2.0_Picaresca.htm#Francisco_de_Quevedo
Tema 4: La prosa en el Barroco III: Baltasar
Gracián y la prosa didáctica en el siglo XVII
Esquema de contenidos
4. Prosa religiosa.
4.1. Sor María Jesús de Ágreda.
4.2. La oratoria sagrada y Hortensio Félix Paravicino.
5. Prosa histórica.
5.1. Historia contemporánea. Francisco Manuel de Melo
5.2. Crónicas de Indias. El Inca Garcilaso de la Vega y Antonio de Solís y
Rivadeneyra
La prosa didáctica barroca, aunque quizás menos conocida y valorada que otro tipo de
literatura en este período, gozó de gran importancia en la época y ha sido una pieza clave
para entender la evolución posterior de la literatura hacia el siglo XVIII y hacia la
modernidad. Abordamos, por ello, el amplio abanico de manifestaciones: literatura didáctica,
diálogos y misceláneas, prosa histórica y preceptiva, contextualizándolas en su valor estético
más allá de sus contenidos más o menos extraliterarios.
La mayor parte de los subgéneros en prosa que se estudian en este tema son continuación
de muchos de los géneros renacentistas y que el alumno ha estudiado en la asignatura de
Literatura del Renacimiento, como es el caso del diálogo o la prosa de contenido histórico o
religioso.
Estas formas en prosa son fundamentales para conocer la evolución del sistema
lingüístico del siglo XVII y la codificación del conceptismo y la agudeza. Será también la base
de las tendencias literarias que se fijarán en el siglo XVIII.
Manual básico: Pedraza y Rodríguez, Manual de literatura española III. Barroco: Capítulo 5,
completo.; capítulo 11, epígrafes 11.2, 11.3, 11.4, 11.5.
Bibliografía de referencia.
Arco, Ricardo de, La erudición aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid, Cuerpo
facultativo de archiveros, Bibliotecarios y arqueólogos, 1934.
Batllori, Miguel, Gracián y el Barroco, Roma, Edizioni di Storia e letteratura, 1958.
Bradbury, Jonathan, “La narrativa breve en la miscelánea del siglo XVII”, Edad de oro, vol. 33,
2014, pp. 211-224.
Correa Calderón, Evaristo, “Iniciación y desarrollo del costumbrismo en los siglos XVII y
XVIII”, Boletín de la Real Academia Española, tomo 29, cuaderno 127, 1949, pp. 307-
324.
Baltasar Gracián (su vida y su obra), Madrid, Gredos, 1961.
Costumbristas españoles, I (siglos XVII, XVIII y XIX), selecc. de E. Correa Calderón, Madrid,
Aguilar, 1964.
Dowling, John, El pensamiento político-filosófico de Saavedra Fajardo: posturas del siglo XVII ante la
decadencia y conservación de las monarquías, Murcia, Academia Alfonso X el Sabio, 1957.
Egido, Aurora, “La escritura en los tratados de Baltasar Gracián”, Tropelias: Revista de teoría de
la literatura y literatura comparada, nº 2, 1991, pp. 13-22.
¾¾, La rosa del silencio: estudios sobre Gracián, Madrid, Alianza, 1996.
¾¾, Bodas de arte e ingenio: estudios sobre Baltasar Gracián, Barcelona, Acantilado, 2014.
Gómez, Jesús, Tendencias del diálogo barroco: (literatura y pensamiento durante la segunda mitad del siglo
XVII), Madrid, Visor Libros, 2015.
López Castro, Armando, “Miguel de Molinos, lector de san Juan de la Cruz”, Ciudad de Dios:
Revista agustiniana, vol. 213, Nº. 3, 2000, pp. 1009-1024.
Manero Sorolla, María del Pilar, “Sor María Jesús de Ágreda y el providencialismo político
de la Casa de Austria” en La creatividad femenina en el mundo del barroco hispánico: María
de Zayas, Isabel Rebeca Correa, Sor Juana Inés de la Cruz, vol. 1, Kassel, Reichenberger,
1999, pp. 105-126.
Praz, Mario, Imágenes del barroco: (estudios de emblemática), Madrid, Siruela, 2005.
Sánchez Pérez, Aquilino, “La emblemática en los siglos XVI y XVII”, Cuadernos de filología,
nº. 3, 1972, pp. 75-84.
Vázquez Marín, Juana, El costumbrismo español en el siglo XVIII, Madrid, Universidad
Complutense de Madrid, 1990.
Vilar, Jean, Literatura y economía. La figura satírica del arbitrista en el Siglo de Oro, Madrid,
Revista de Occidente, 1973.
Actividad complementaria sugerida
*Cite abundantes ejemplos (siempre entre comillas), extraídos de estos dos textos, que
apoyen su argumentación.
1) Pienso que me ha de suceder con vuestra merced lo que suele a los que prestan, que pidiendo
poco y volviéndolo luego, piden mayor cantidad para no pagarlo. Mandome vuestra merced escribir
una novela: enviele Las fortunas de Diana. Volviome tales agradecimientos, que luego presumí que
quería engañarme en mayor cantidad, y hame salido tan cierto el pensamiento, que me manda
escribir un libro de ellas, como si yo pudiese medir mis ocupaciones con su obediencia. Pero ya que
lo intento, si no en todo, en alguna parte, voy con miedo de que vuestra merced no ha de pagarme;
y en esta desconfianza y fuerza que hago a mi inclinación, que halla mayor deleite en mayores
estudios, aparece como la luz que guiaba a Leandro, la llama resplandeciente de mi sacrificio, así
opuesta al imposible como a las objeciones de tantos; a que está respondido con que es muy propio
a los mayores años referir ejemplos, y de las cosas que han visto contar algunas -verdad que se
hallará en Homero, griego, y en Virgilio, latino, bastantes a mi crédito, por ser los príncipes de las
dos mejores lenguas, que de la santa no se pudieran traer pocos, si mi propósito fuera disculparme.
Confieso a vuestra merced ingenuamente que hallo nueva la lengua de tiempos a esta parte, que no
me atrevo a decir aumentada ni enriquecida; y tan embarazado con no saberla que, por no caer en la
vergüenza de decir que no la sé para aprenderla, creo que me ha de suceder lo que a un labrador de
muchos años, a quien dijo el cura de su lugar que no le absolvería una cuaresma porque se le había
olvidado el credo, si no se le traía de memoria. El viejo, que entre los rústicos hábitos tenía por
huésped desde el principio de su vida una generosa vergüenza, valiose de la industria por no decir a
nadie que se le enseñase, que a la cuenta tampoco sabía leerle. Vivía un maestro de niños dos casas
más arriba de la suya; sentábase a la puerta mañana y tarde, y al salir de la escuela decía con una
moneda en las manos: «Niños, esta tiene quien mejor dijere el credo». Recitábale cada uno de por sí,
y él le oía tantas veces que, ganando opinión de buen cristiano, salió con aprender lo que no sabía.
Paréceme que vuestra merced se promete con esta prevención la bajeza del estilo y la copia de cosas
fuera de propósito que le esperan; pues hágala a su paciencia desde ahora, que en este género de
escritura ha de haber una oficina de cuanto se viniere a la pluma, sin disgusto de los oídos aunque
lo sea de los preceptos. Porque ya de cosas altas, ya de humildes, ya de episodios y paréntesis, ya de
historias, ya de fábulas, ya de reprehensiones y ejemplos, ya de versos y lugares de autores, pienso
valerme para que ni sea tan grave el estilo que canse a los que no saben, ni tan desnudo de algún
arte que le remitan al polvo los que entienden.
Demás que yo he pensado que tienen las novelas los mismos preceptos que las comedias, cuyo fin
es haber dado su autor contento y gusto al pueblo, aunque se ahorque el arte; y esto, aunque va
dicho al descuido, fue opinión de Aristóteles.
Y por si vuestra merced no supiere quién es este hombre, desde hoy quede advertida de que no
supo latín, porque habló en la lengua que le enseñaron sus padres, y pienso que era en Grecia. Con
este advertimiento, que a manera de proemio introduce la primera fábula, verá vuestra merced el
valor de un hombre de nuestra patria, tan necio por su honra que, si lo fuera el fin como el
principio, la lástima le cubriera de olvido y la pluma de silencio.
«Prohemio» de Lope de Vega a La desdicha por la honra. Novela primera. (Novelas a Marcia
Leonarda). Extraído de la Biblioteca Virtual Cervantes: http://www.cervantesvirtual.com/obra-
visor/la-desdicha-por-la-honra--0/html/001de384-82b2-11df-acc7-
002185ce6064_3.html#I_0_
2) Quisiera yo, si fuera posible, lector amantísimo, escusarme de escribir este prólogo, porque
no me fue tan bien con el que puse en mi Don Quijote, que quedase con gana de segundar con éste.
Desto tiene la culpa algún amigo, de los muchos que en el discurso de mi vida he granjeado, antes
con mi condición que con mi ingenio; el cual amigo bien pudiera, como es uso y costumbre, grabarme
y esculpirme en la primera hoja deste libro, pues le diera mi retrato el famoso don Juan de Jáurigui, y
con esto quedara mi ambición satisfecha, y el deseo de algunos que querrían saber qué rostro y talle
tiene quien se atreve a salir con tantas invenciones en la plaza del mundo, a los ojos de las gentes,
poniendo debajo del retrato:
Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y
desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de
plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los
dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y
peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre
dos estremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado
de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y
de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César
Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de
su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años,
y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en
la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece
fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que
vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras
banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria.
Y cuando a la deste amigo, de quien me quejo, no ocurrieran otras cosas de las dichas que
decir de mí, yo me levantara a mí mismo dos docenas de testimonios, y se los dijera en secreto, con
que estendiera mi nombre y acreditara mi ingenio. Porque pensar que dicen puntualmente la verdad
los tales elogios es disparate, por no tener punto preciso ni determinado las alabanzas ni los vituperios.
En fin, pues ya esta ocasión se pasó, y yo he quedado en blanco y sin figura, será forzoso
valerme por mi pico, que, aunque tartamudo, no lo será para decir verdades, que, dichas por señas,
suelen ser entendidas. Y así, te digo otra vez, lector amable, que destas novelas que te ofrezco, en
ningún modo podrás hacer pepitoria, porque no tienen pies, ni cabeza, ni entrañas, ni cosa que les
parezca; quiero decir que los requiebros amorosos que en algunas hallarás, son tan honestos, y tan
medidos con la razón y discurso cristiano, que no podrán mover a mal pensamiento al descuidado o
cuidadoso que las leyere.
Heles dado nombre de ejemplares, y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda
sacar algún ejemplo provechoso; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizá te mostrara el sabroso
y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas como de cada una de por sí. Mi intento ha
sido poner en la plaza de nuestra república una mesa de trucos, donde cada uno pueda llegar a
entretenerse, sin daño de barras; digo, sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios honestos
y agradables antes aprovechan que dañan.
Sí, que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se
asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu
descanse. Para este efeto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se
cultivan con curiosidad los jardines. Una cosa me atreveré a decirte: que si por algún modo alcanzara
que la lección destas novelas pudiera inducir a quien las leyera a algún mal deseo o pensamiento, antes
me cortara la mano con que las escribí que sacarlas en público. Mi edad no está ya para burlarse con
la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano.
A esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación, y más, que me doy a entender,
y es así, que yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en
ella andan impresas todas son traducidas de lenguas estranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas
ni hurtadas: mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la
estampa. Tras ellas, si la vida no me deja, te ofrezco los Trabajos de Persiles, libro que se atreve a
competir con Heliodoro, si ya por atrevido no sale con las manos en la cabeza; y primero verás, y con
brevedad dilatadas, las hazañas de don Quijote y donaires de Sancho Panza, y luego las Semanas del
jardín. Mucho prometo con fuerzas tan pocas como las mías, pero ¿quién pondrá rienda a los deseos?
Sólo esto quiero que consideres: que, pues yo he tenido osadía de dirigir estas novelas al gran Conde
de Lemos, algún misterio tienen escondido que las levanta.
No más, sino que Dios te guarde y a mí me dé paciencia para llevar bien el mal que han de
decir de mí más de cuatro sotiles y almidonados. Vale.
Portal sobre Baltasar Gracián con estudios específicos sobre cada una de sus obras
http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/baltasargracian/
Portal de novela española del siglo XVII donde podrán encontrar digitalizadas casi
todas las obras estudiadas en este tema:
http://bib.cervantesvirtual.com/FichaMateria.html?Ref=5901
Para comprender mejor lo que significaban estos emblemas, vaya a la base de datos
sobre emblemática hispánica, busque tres ejemplos de autores estudiados y haga un
pequeño comentario de los mismos. (Ej: Saavedra Fajardo):
http://rosalia.dc.fi.udc.es/EmblematicaHispanica/FindEmblems4Work.do?action=
Search&startIndex=1&count=3&first=2&author=SAAVEDRA+FAJARDO%2c+
Diego&briefTitle=Empresas+pol%edticas&startIndexEmblem=1 )
• Portal bibliográfico con artículos digitales sobre poesía del Siglo de Oro
• http://www.anmal.uma.es/numero22/e-biblioSO.htm
Esquema de contenidos
1. Continuidad renacentista y nuevas direcciones de la poesía barroca
1.1. Claves históricas y sociológicas de la poesía del siglo XVII
1.2. Direcciones de la poesía barroca
1.3. Propuesta de clasificación y estudio de la poesía barroca
6. La poesía épica.
6.1. Épica histórica y legendaria
6.2. Épica religiosa.
6.3. Épica burlesca. La Moschea (1615) de José de Villaviciosa
El objetivo de este tema es ofrecer una panorámica general sobre la poesía española del
siglo XVII y hacer consciente al estudiante de la riqueza estética de uno de los períodos
poéticos más fértiles de la historia literaria española. Toda clasificación de un corpus tan
extenso como el que abarcamos presenta grandes dificultades y las etiquetas y grupos
resultantes que empleamos para sistematizarlo se han de tomar en consideración con ciertas
precauciones y restricciones y no la única manera de ordenar este panorama literario. Hay
que explicar que se trata simplemente de una elaboración crítica que se ajusta al manual de
estudio que propone la asignatura. Eso sí, el objetivo es partir siempre de la riqueza y variedad
textual, para a partir de ella sistematizar su contenido y poder abordar así un momento
literario amplio, rico y complejo.
Este tema inaugura el segundo bloque temático de la asignatura, dedicado al estudio de la
poesía. Supone, por lo tanto, una “segunda introducción”, complementaria a la del tema 1,
por lo que debe partirse de él.
Tiene vocación también de establecer un mapa poético de tendencias y géneros así como
de autores relevantes, pero no de primera figuras, donde el estudiante pueda insertar las
grandes obras poéticas y los sus tres principales autores barrocos: Góngora, Lope y Quevedo
Es imprescindible también a la hora de estudiar este tema tener presente los contenidos
estudiados sobre la poesía renacentista en la Literatura Española del Renacimiento, prestando
especial atención a la continuidad y evolución de los subgéneros poéticos: poesía amorosa,
horacianismo, poesía popular, romancero nuevo. Es fundamental transmitir al alumno la idea
de que las formas literarias, poéticas en este caso, son organismos vivos en su contexto socio-
histórico, que dialogan con la tradición previa que los abona así como con una nueva realidad
que los transforma. La forma y el contenido responden a esas dinámicas vivas de evolución
y transformación de códigos literarios e ideológicos, que forjan nuevas estéticas: la idea de
variedad, el cultismo formal, la literatura como doctrina y como entretenimiento. etc.
-Tener un mapa claro de las principales tendencias poéticas del siglo XVII y sus
características: el petrarquismo y su evolución, la poesía popular, la poesía descriptiva, la
poesía burlesca, la lírica de circunstancias o la épica
- Reflexionar de forma crítica sobre los criterios críticos ordenación y clasificación de la
poesía barroca propuestos
- Entender la poesía barroca dentro de un contexto literario más amplio en el que
comparte características con la prosa y con el teatro, y ser capaz de relacionar dichas
características con el contexto histórico, social e ideológico del siglo XVII.
- Valorar la evolución, en su continuidad y transformación de los diferentes tipos de
poesía y subgéneros que aparecen en este período, con respecto a la tradición renacentista y
el desarrollo que habían tenido en el siglo XVI.
- Conocer el mapa o cartografía de grupos poéticos barrocos y los criterios identificadores
de cada uno de ellos: antequerano-granadino, sevillano, aragonés castellanos y seguidores de
Lope
- Conocer las figuras principales de cada uno de los grupos poéticos del barroco y el
magisterio estético que ejercen sobre sus seguidores: Pedro Espinosa, Carrillo y Sotomayor,
Arguijo, Medrano, Rioja, los Argensola, el conde de Salinas, Antonio Enríquez Gómez
- Explicar la evolución de la épica culta y las líneas temáticas principales que presenta en
el barroco: la épica religiosa y la burlesca. Conocer e identificar los rasgos principales de las
obras épicas de referencia: El Bernardo de Bernardo de Balbuena, la Cristiada de Hojeda, la
Vida de San José de Valdivielso y La Moschea de Villaviciosa
-Relacionar los contenidos aprendidos en este tema con los textos poéticos de la antología
de poesía del Siglo de Oro que es lectura obligatoria de la asignatura.
Bibliografía de referencia
Alonso, Dámaso, “La epístola moral a Fabio”, de Andrés Fernández de Andrada, estudio y edición,
Madrid, Gredos, 1978.
— Vida y obra de Medrano, Madrid, CSIC, vol. I 1948 y vol. II 1958.
Blecua, José Manuel, Sobre poesía de la Edad de Oro (Ensayos y notas eruditas), Madrid, Gredos,
1970.
¾¾, “Los Argensola: el lugar poético de Lupercio y la sátira de Bartolomé Leonardo” en
Historia y crítica de la literatura española, coord. Francisco Rico, vol. 3, tomo 1, Barcelona,
Crítica, 1983, pp. 705-709.
Bonilla Cerezo, Rafael y Luján Atienza Ángel L. (eds.), Zoomaquias: Épica burlesca del s. XVIII,
Madrid-Frankfurtam Main, Iberoamericana-Vervuert, 2014.
Cossío, José Mª de, Fábulas mitológicas en España, Madrid, Espasa-Calpe, 1952.
Dadson, Trevor J., Historia de la impresión de las Rimas de Lupercio y Bartolomé Leonardo de
Argensola, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2010.
Egido, Aurora, La poesía aragonesa del siglo XVII (Raíces culteranas), Zaragoza, CSIC, 1979.
Gargano, Antonio, Con canto acordado. Estudios sobre la poesía entre Italia y España en los siglos XV–
XVII, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2012
Gómez Canseco, Luis María, Rodrigo Caro, un humanista en la Sevilla del seiscientos, Sevilla,
Diputación Provincial, 1986.
El canon poético en el siglo XVII: IX Encuentro Internacional sobre Poesía del Siglo de Oro, (Universidad
de Sevilla, 24-26 de noviembre de 2008) organizado por el grupo de Investigación P.A.S.O. (Poesía
Andaluza del Siglo de Oro), coord. Begoña López Bueno, Sevilla, Universidad de Sevilla,
2010.
Garrote Bernal, Gaspar, “Español en Red 1.0: E-Bibliografía de artículos críticos sobre
poesía española del Siglo de Oro”, Analecta Malacitana (AnMal electrónica), nº. 22, 2007.
Lara Garrido, José, Los mejores plectros: teoría y práctica de la épica culta en el siglo de oro, Málaga,
Universidad de Málaga/Analecta Editorial, 1999.
¾¾,“Cartografía del grupo poético antequerano del Siglo de Oro” en Literatura y territorio:
Hacia una geografía de la creación literaria en los Siglos de Oro, coord. Andrés Sánchez
Robayna, Las Palmas de Gran Canaria, Academia Canaria de la Historia, 2010, pp.
299-370.
Lasso de la Vega, Ángel, Historia y juicio crítico de la escuela poética sevillana de los siglos XVI y
XVII, Madrid, 1871.
Morales, Miguel, Rodrigo Caro. Bosquejo de una biografía íntima, Sevilla, 1947.
Orozco Díaz, Temas del Barroco, Granada, Universidad, 1947
¾¾, Estructura manierista y estructura barroca en la poesía. Introducción y comentarios a
unos sonetos de Góngora” en Historia y estructura de la obra literaria: coloquios celebrados
del 28 al 31 de marzo de 1967, Madrid, CSIC, 1971, pp. 97-116.
¾¾, Manierismo y Barroco, Madrid, Cátedra, 1975.
Palomo, Mª Pilar, La poesía de la edad barroca, Madrid, Sociedad General Española de Librería,
1975.
Pierce, Frank, La poesía épica del Siglo de Oro, Madrid, Gredos, 1968.
Rozas López, Juan Manuel; Pérez Priego, Miguel Ángel, “Trayectoria de la poesía barroca:
introducción” en Historia y crítica de la literatura española, coord. Francisco Rico, vol. 3,
tomo 1, Barcelona, Crítica, 1983, pp. 631-668.
Sebold, Russell P., Lírica y poética en España, 1536-1870, Madrid, Cátedra, 2003.
Wardropper, Bruce W., Historia de la poesía lírica a lo divino en la Cristiandad Occidental, Madrid,
Revista de Occidente, 1958.
Actividad complementaria
Las Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa es presentada por el antólogo como una
poesía de vanguardia de inicios del XVII.
La obra está digitalizada en la Biblioteca Digital Hispánica de la BNE:
http://cervantes.bne.es/es/su-biblioteca/espinosa-pedro-primera-parte-flores-poetas-
ilustres-espana-; y dispone además de dos ediciones, realizadas en la última década, en
Cátedra y en la Fundación José Manuel Lara
Para una edición digital fiable de la poesía gongorina debe conocerse el Proyecto
“Todo Góngora”, cuyo propósito es sentar las bases para una edición definitiva, crítica y
anotada, de toda la obra poética de Luis de Góngora y Argote (1561-1627), prestando
especial atención a las varias secciones de su obra, algunas de ellas muy importantes, que no
cuentan con estudios específicos, y ni siquiera con una edición moderna, como es el caso del
Panegírico al duque de Lerma y, sobre todo, las Décimas, un conjunto de más de ochenta poemas
de muy variada especie (amorosos, fúnebres, satíricos, burlescos...) que abarca más de treinta
años de la producción gongorina.
https://www.upf.edu/todogongora/proyecto/
Estudios sobre la interacción y relación entre Lope, Góngora y Quevedo, por Juan
Manuel Rozas:
http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/p48/127027420256937283214
35/index.htm
Sobre Jáuregui véase J. Matas Caballero, “La presencia de los poetas españoles en
la polémica en torno a las Soledades”, Criticón, 55 (1992):
http://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/055/055_132.pdf
Sobre Bocángel:
http://bib.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=275&portal=0
B. Morros Mestres, “Sentido y fuentes de la canción de Bocángel Al caso de Apeles en
La lira de las Musas”, Dicenda, 19 (2001):
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fll/02122952/articulos/DICE0101110179A.PDF
Tema 6: La poesía en el Barroco II: Luis de Góngora y
la poesía culta.
Esquema de contenidos
1. La nueva poesía.
1.1. La nueva poesía y la tradición poética previa
1.2. Polémicas literarias: Lope, Quevedo y Góngora frente a frente
Los objetivos de estudio y sus consecuentes resultados de aprendizaje serán los siguientes:
- Conocer la trayectoria poética de Góngora, sus principales obras y los rasgos definitorios
de su poesía
- Identificar y ubicar en la trayectoria de Góngora sus sonetos, romances, letrillas y la
poesía cultista del Polifemo y las Soledades
- Acercarse a los textos poéticos de Góngora y ser capaz de emprender un análisis
filológico competente de los mismos
- Definir los rasgos principales de la poesía gongorina y el impacto que tuvo en la poesía
de su tiempo
- Conocer a los discípulos principales de Góngora y establecer los términos de la
influencia de la poesía del cordobés en su poesía, pero también su singularidad creadora:
conde de Villamediana y Soto de Rojas
- Entender y saber explicar el impacto de la poesía gongorina en el panorama poético del
siglo XVII
- Conocer la variedad de la poesía cultista así como otras líneas y autores que convergen
y se separan del estilo gongorino, como la propuesta teórica y la obra de Juan de Juáregui
*Lectura obligatoria: Félix Lope de Vega, Poesía selecta, ed. de Antonio Carreño,
Madrid, Cátedra, 2013.
Manual básico: Pedraza y Rodríguez, Manual de literatura española III. Barroco: Capítulo 7
“Góngora y los poetas culteranos”.
Bibliografía de referencia.
Alonso, Dámaso, Góngora y el “Polifemo”, Madrid, Gredos, 1974-1976.
⎯⎯, Obras completas. V. Góngora y el gongorismo, Madrid, Gredos, 1978.
Artigas, Miguel, Don Luis de Góngora y Argote. Biografía y estudio crítico, Tipografía de Revistas y
Archivos, Madrid, 1925.
Blecua Teijeiro, José Manuel (ed. lit.), Poesía de la Edad de Oro. Volumen II: Barroco, Madrid,
Castalia, 2003.
Collard, Andrée, Nueva poesía. Conceptismo y culteranismo en la crítica española, Madrid, Castalia,
1967.
Cossío, José Mª, Fábulas mitológicas en España, Madrid Espasa-Calpe, 1952.
Entrambasaguas, Joaquín, Estudios y ensayos sobre Góngora y el Barroco, Madrid, Editora
Nacional, 1975.
Egido, Aurora, La poesía aragonesa del siglo XVII (Raíces culteranas), Zaragoza, CSIC, 1979.
Jammes, Robert, La obra poética de don Luis de Góngora y Argote, Madrid, Castalia, 1987.
Navarro Durán, Rosa, “La poesía del conde de Villamediana: Las velas al viento desplegando”,
Ínsula: revista de letras y ciencias humanas, nº 542, 1992, pp. 4-5.
Orozco Díaz, Emilio, En torno a las Soledades de Góngora, Universidad de Granada, 1969.
Pabst, Walther, La creación gongorina en los poemas “Polifemo” y “Soledades”, Madrid, Anejo de
RFE, 1966.
Ponce Cárdenas, Jesús, Góngora y la poesía culta del siglo XVII, Madrid, Laberinto, 2001.
Romojaro Montero, Rosa, Funciones del mito clásico en el siglo de oro: Garcilaso, Góngora, Lope de
Vega, Quevedo, Barcelona, Anthropos, 1998.
Roses Lozano, Joaquín, Una poética de la oscuridad: la recepción crítica de las Soledades en el siglo
XVII, Madrid, Tamesis, 1994.
Rozas, Juan Manuel, El conde de Villamediana. Biografía y contribución al estudio de sus textos,
Madrid, CSIC, 1964.
⎯⎯, Sobre Marino y España, Madrid, Editora Nacional, 1978.
Ruiz Pérez, Pedro ,“La poética de la erudición en Trillo y Figueroa”, La Perinola: Revista de
investigación quevediana, nº 7, 2003, pp. 335-366.
⎯⎯, La rúbrica del poeta: la expresión de la autoconciencia poética de Boscán a Góngora, Valladolid,
Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial,
2009.
Vilanova, Antonio, Las fuentes y los temas del Polifemo de Góngora, Barcelona, PPU, 1992.
Actividades complementarias sugeridas
De LOPE a Góngora: “Boscán, tarde llegamos. ¿Hay posada?”; “Y también “Inés, tus
bellos ya me matan”
-Boscán, tarde llegamos. ¿Hay posada?
-Llamad desde la posta, Garcilaso.
-¿Quién es? -Dos caballeros del Parnaso.
-No hay donde nocturnar palestra armada.
-No entiendo lo que dice la criada.
Madona, ¿qué decís? -Que afecten paso,
que obstenta limbos el mentido ocaso
y el sol depingen la porción rosada.
-¿Estás en ti, mujer? -Negóse al tino
el ambulante huésped. -¡Que en tan poco
tiempo tal lengua entre cristianos haya!
Boscán, perdido habemos el camino;
preguntad por Castilla, que estoy loco
o no habemos salido de Vizcaya.
De Góngora a LOPE: “Por tu vida, Lopillo, que me borres”, el ataque satírico y personal
siempre es feroz en sonetos como “Embutiste, Lopillo a Sabaot”, “Hermano Lope, bórrame
elsone-“, “Vimo, señora Lopa, su Epopeya”
Quevedo a Góngora: “¿Qué captas, noturnal, en tus canciones”, “Quien quisiere ser
culto en solo un día”
Esquema de contenidos
Este tema lleva asociada la lectura obligatoria, Antología poética de los siglos XVI y XVII
de Juan Montero. Se recomienda su introducción como guía de lectura a los poetas del siglo
XVII (Góngora, Lope, Fernández de Andrada y Quevedo).
Objetivos de estudio y resultados de aprendizaje
*Lectura obligatoria: Félix Lope de Vega, Poesía selecta, ed. de Antonio Carreño,
Madrid, Cátedra, 2013.
Manual básico: Pedraza y Rodríguez, Manual de literatura española III. Barroco: Capítulo 8,
epígrafes 8.3, 8.4, 8.5, y 8.6.1 (para Lope) y capítulo 10, epígrafes 10.1, 10.2, 10.3, 10.4 y
10.5
Bibliografía de referencia
Aaron, A. Audrey, Cristo en la poesía lírica de Lope de Vega, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica,
1967.
Alonso, Dámaso, Poesía española: ensayo de métodos y límites estilísticos: Garcilaso, Fray Luis de León.
San Juan de la Cruz, Góngora, Lope de Vega, Quevedo, Madrid, Gredos, 1981.
Alvar, Manuel, El Romancero. Tradicionalidad y pervivencia, Barcelona, Planeta, 1974.
Arce, Joaquín, Tasso en la poesía española, Barcelona, Planeta, 1973.
Arellano Ayuso, Ignacio, Comentarios a la poesía satírico burlesca de Quevedo, Madrid, Arco Libros,
1998.
Blanco, Mercedes, Introducción al comentario de la poesía amorosa de Quevedo, Madrid, Arco Libros,
1998.
Cacho Casal, Rodrigo, La poesía burlesca de Quevedo y sus modelos italianos, Santiago de
Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, 2003.
Candelas Colodrón, Manuel Ángel, Las silvas de Quevedo, Santiago de Compostela,
Universidade de Santiago de Compostela, 1995.
Carreño, Antonio, El romancero lírico de Lope de Vega, Madrid, Gredos, 1979.
Crosby, James A., En torno a la poesía de Quevedo, Madrid, Castalia, 1967.
Fernández Mosquera, Santiago, La poesía amorosa de Quevedo, Santiago de Compostela,
Universidade de Santiago de Compostela, 1992.
García Aguilar, Ignacio, Imprenta y literatura en el Siglo de Oro: la poesía de Lope de Vega, Madrid,
Ediciones del Orto, 2006.
Green, Otis, El amor cortés en Quevedo, Zaragoza, Librería General, 1955.
Goyri, María, De Lope de Vega y del Romancero, Zaragoza, 1953.
Jauralde Pou, Pablo, Francisco de Quevedo: (1580-1645), Madrid, Castalia, 1998.
Pedraza Jiménez, Felipe B., El universo poético de Lope de Vega, Madrid, Ediciones del Laberinto,
2003.
Pérez Cuenca, Isabel, “La difusión de la obra poética de Quevedo entre manuscritos e
impresos (siglos XVI y XVIII)”, Criticón, nº 119, 2013, pp. 67-83.
Pozuelo, José Mª, La lírica amorosa de Quevedo. Estudios de crítica estilística, Murcia, Universidad,
1977.
Romojaro Montero, Rosa, Lope de Vega y el mito clásico, Málaga, Universidad de Málaga (UMA),
1998.
Sánchez Jiménez, Antonio, Lope pintado por sí mismo: mito e imagen del autor en la poesía de Lope de
Vega Carpio, Woodbridge, Tamesis, 2006.
Rey Álvarez, Alfonso, Quevedo y la poesía moral española, Madrid, Castalia, 1995.
Apóyese e en este artículo de Amelia de Paz titulado Góngora ¿y Quevedo?, Criticón 75,
1999, pp. 29-47 http://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/075/075_031.pdf
Esquema de contenidos
1. Introducción.
A diferencia de los temas anteriores, que siguen como manual básico el Manual de
Literatura Española de Pedraza, en este caso el tema ha sido elaborado en sus
contenidos completos por Nieves Baranda y por mí, porque no hay un manual que se
ocupe de forma sintética y global de las escritoras ni que ofrezca un panorama
mínimamente articulado de la escritura femenina como fenómeno y de sus principales
cultivadoras, que pueda ser útil al nivel de conocimientos que requiere una asignatura de
segundo de Grado.
El material, por tanto, de este tema y sus contenidos completos se ponen a
disposición del estudiante en el curso virtual de la asignatura.
Bibliografía recomendada.
Baranda, Nieves (2005). Cortejo a lo prohibido. Lectoras y escritoras en la España
moderna, Madrid: Arco Libros. Conjunto de estudios sobre el tema, algunos de carácter
general y otros sobre algunas autoras particulares.
Baranda, Nieves y Anne J. Cruz (eds.), Las escritoras de la Edad Moderna. Historia
y guía para la investigación, Madrid, Editorial UNED, 2018. Panorámica general por
géneros y tendencias de la escritura femenina hasta 1800.
BIESES. Bibliografía de escritoras españolas: Edad Media-Siglo XVIII,
http://www.uned.es/bieses. en esta web se encontrará una bibliografía permanentemente
actualizada sobre el tema, con referencias primarias y estudios. Se sugiere acudir a la
lista de autoras para acceder desde ella a la base de datos.
Caso, Ángeles Las olvidadas. Una historia de mujeres creadoras, Barcelona, Planeta,
2011. Acercamiento general ala papel de la mujer en la cultura. Tiene interés
divulgativo.
Caballé, Anna, ed. (2003). La vida escrita por las mujeres I. Por mi alma os digo. De
la Edad Media a la Ilustración, dir. por Anna Caballé, Barcelona: Círculo de Lectores
(reed. Barcelona: Lumen, 2004). Antología de textos de escritoras, en los que cada
apartado está precedido de un estudio introductorio.
Ferrer, Teresa (1995), “La ruptura del silencio: mujeres dramaturgas en el siglo
XVII", en S. Mattalía y M. Aleza (eds.), Mujeres: escrituras y lenguajes (en la cultura
Latinoamericana y Española), Valencia: Universitat de València, pp. 91-108 (accesible
en la web: http://www.uv.es/entresiglos/teresa/pdfs/dramaturgas.PDF). Estudio de
conjunto sobre las dramaturgas del período, recomendable para ampliar el conocimiento
del tema.
Ferrer, Teresa (2002), "La incorporación de la mujer a la empresa teatral: actrices,
autoras y compañías en el Siglo de Oro", en F. Domínguez Matito y J. Bravo Vega
(eds.), Calderón entre veras y burlas. Actas de las II y III Jornadas de Teatro Clásico
de la Universidad de La Rioja (7, 8 y 9 de abril de 1999 y 17, 18 y 19 de mayo de
2000), Logroño, Universidad de La Rioja, pp. 139-160. (a través de la web de la autora
se puede acceder a muchos de sus trabajos sobre el teatro de la época, vid.
http://www.uv.es/entresiglos/teresa/index.htm)
Montejo Gurruchaga, Lucía y N. Baranda, eds. (2002). Las mujeres escritoras en la
historia de la literatura española, Madrid: UNED. Volumen de estudios en que cada
especialista se dedica a un período hasta completar un panorama desde la Edad Media a
la actualidad.
Olivares, Julián (2009). Studies on women's poetry of the Golden Age : "Tras el
espejo la musa escribe" , Londres: Tamesis. Conjunto de estudios sobre diferentes
poemas de autoras del Siglo de Oro, cada uno realizado por un especialista.
Olivares, Julián y Elizabeth Boyce (1993). Tras el espejo la musa escribe. Lírica
femenina de los siglos de oro, Barcelona: Siglo XXI. Interesante estudio introductorio,
que se recomienda para ampliar el estudio de la poesía.
Rodríguez Cuadros, Evangelina y Marta Haro Cortés (1999). Entre la rueca y la
pluma : novela de mujeres en el Barroco, Madrid : Biblioteca Nueva. Su estudio
introductorio se puede considerar un medio excelente para ampliar el conocimiento de
esta parte del tema.
Romero-Díaz, Nieves (2002): Nueva nobleza, a novela: reescribiendo la cultura urbana
del Barroco, Newark (Delaware), Juan de la Cuesta.
Ruiz Guerrero, Cristina, Panorama de escritoras españolas, Universidad de Cádiz, 1997,
2 vols.
Palacios Fernández, Emilio, “Noticia sobre el Parnaso dramático femenino en el siglo
XVIII”, en García Lorenzo, Luciano, ed., Autoras y actrices en la historia del teatro
español, Murcia: Universidad de Murcia ; Festival de Almagro, 2000, pp. 81-131
Schwartz, Lía (1994). “’La mujer toma la palabra’: voces femeninas en la sátira del
XVII” en Images de la femme en Espagne au XVIe et XVIIe siècle, París: Presses de la
Sorbonne Nouvelle, pp. 381-390. Estudio sobre la poesía satírica escrita por mujeres, en
particular por Catalina Clara Ramírez de Guzmán.
Serrano y Sanz, Manuel (1903-1903). Apuntes para una biblioteca de escritoras
españolas, desde el año 1401 al 1833, Madrid: Rivadeneyra (Biblioteca de Autores
Españoles, 268-271). Bibliografía de escritoras españolas de referencia.
Tema 8: Las escritoras en el siglo XVII
1. Introducción.
1. Introducción
A diferencia de países como Francia y sobre todo Italia, donde las escritoras fueron un
fenómeno culturalmente conocido y tolerado en el siglo XVI, en España resultaban una
rareza exótica, mujeres aisladas que en cada caso constituían un reto al sistema cultural y
social instituido, ya que por su absoluta falta de autoridad se hacía incomprensible
(incluso risible) para una mayoría siquiera el pensamiento de su existencia. Esta situación
cambiará paulatinamente a partir de la publicación de las obras de Teresa de Jesús en
1588. En cuanto a la obra misma, se trató de una edición prologada y revisada por el
maestro en teología fray Luis de León, que ensalza a la autora y la coloca por encima de
toda sospecha, de modo que si antes de su muerte las obras circulaban manuscritas y eran
muy demandadas, después pasaron a ser moneda común en un mercado en el que la
literatura espiritual ocupaba casi la cúspide del consumo. Por otra parte, Teresa de Jesús
fue tomada como estandarte de los poderes político y religioso que encontraron en su
reforma descalza un patrón que podía servir al resto de órdenes y a muchas mujeres. No
fue en ningún modo ajena a esta identificación la rápida beatificación que tuvo lugar en
1614 y la posterior santificación en 1622, incluso en 1626 fue nombrada copatrona de
España por las cortes, aunque los partidarios de Santiago Apóstol consiguieron que el
acuerdo se revocara. Las consecuencias de esta unión íntima e indisociable entre la santa
y su escritura sirvió para que socialmente se debilitara la asociación entre escritura
femenina y pecado de vanagloria o deshonra. Esta imagen, junto con otras causas,
posiblemente el amplio aumento de la alfabetización femenina desde comienzos de siglo,
el paso del libro de un objeto raro a un objeto común y también el que los escritores estén
menos vinculados a clases profesionales, sin duda contribuyeron a cambiar el signo y en
torno a 1600 advertimos una mayor presencia pública de mujeres escritoras, que se harán
notar como fenómeno significativo de la modernidad de los tiempos unos decenios
después, en especial entre 1610 y 1650. En este contexto y referido a Madrid, la capital
del reino, símbolo máximo de los cambios en modas, dirá con mucha ironía Ana Caro
Mallén en un diálogo de su comedia Valor, agravio y mujer (vv.1163-1180):
TOMILLO: ¿Qué hay en el lugar de nuevo?
RIBETE: Ya todo es muy viejo allá;
sólo en esto de poetas
hay notable novedad
por innumerables,
tanto que aún quieren poetizar
las mujeres, y se atreven
a hacer comedias ya.
TOMILLO: ¡Válgame Dios! Pues, ¿no fuera
mejor coser e hilar?
¿Mujeres poetas?
RIBETE: Sí;
mas no es nuevo, pues están
Argentaria, Safo, Areta,
Blesilla y más de un millar
de modernas, que hoy a Italia
lustre soberano dan,
disculpando la osadía
de su nueva vanidad.
Este desarrollo se muestra en los prólogos de escritoras. Durante el siglo XVI y los
primeros decenios del XVII lo normal es que pidan disculpas por su estilo, justifiquen su
audacia y expliquen las razones que las han llevado a escribir, siempre dentro de una
moralidad intachable y por una buena causa.
En el prólogo a sus Novelas amorosas y ejemplares (Zaragoza, 1637) María de Zayas
le dice al lector:
Y no sólo deves hazer esto [comprar el libro], mas anhelar por la noticia de su autora a no estar
sin su libro tu estudio, no pidiéndolo prestado, sino costándote tu dinero, que aunque fuesse mucho
le darás por bien empleado.
Es cierto que exhortar al lector a comprar la obra fue uno de los tópicos prologales del
momento, aun así hay que destacar que no está pidiendo permiso al lector, no están
recurriendo al tópico de la humilitas para ganar su benevolencia, sino que muy al contrario
se expresa en pie de igualdad con los hombres. Esto sólo pudo hacerlo Mª de Zayas por
ser una mujer que había nacido en torno a 1590 (recordemos que uno de los momentos
álgidos de la alfabetización femenina), que convivió desde su infancia con una tradición
de escritura femenina, bien en obras exentas (desde 1590 se aprecia un aumento de obras
de mujeres impresas) y en justas. En esa sociedad que admitió a la mujer escritora como
un elemento quizá exótico, pero aceptable puede producirse luego un paso más allá.
Ahora bien, no estuvo exento de tensiones, porque las críticas no desaparecieron y, de
hecho, los años en que la escritoras son más visibles es cuando surge el mote quevediano
de la “culta latiniparla” o cuando aparece en la comedia el personaje de la mujer sabia o
pedante como en La dama boba de Lope de Vega. Ambos son una muestra del impacto
que tenía como fenómeno social. Son críticas plagadas de tópicos (sabia/ culta = fea à
sin capacidad de amarà no futura madre à incumplimiento del rol primordial): “Muy
discretas y muy feas,/ mala cara y buen lenguaje/ pidan cátedra y no coche,/ tengan oyente
y no amante./ No las den sino atención,/ por más que pidan y garlen,/ y las joyas y el
dinero/ para las tontas se guarde”1.
María de Zayas, con un evidente orgullo, afirma en el prólogo a sus Novelas amorosas
y ejemplares que la imprenta “es el crisol donde se averigua la pureza de los ingenios”2 y
ciertamente el rastro de libros escritos por mujeres y publicados a lo largo del siglo XVII
es la mejor muestra de la imparable extensión de la autoría femenina. En torno a 1600
publican obras devotas o morales consideradas más propias de mujeres (Valentina Pinelo,
Isabel de Liaño, sor Magdalena de San Jerónimo); a partir de los años veinte y treinta los
géneros se amplían y ya hay teatro (Feliciana Enríquez de Guzmán, Ángela de Acevedo,
Ana Caro de Mallén), novelas (María de Zayas) o tratados educativos (Condesa de
Aranda). No solo el paso por la imprenta singulariza a estas autoras (las poetas rara vez
editaban sus escritos), sino el hecho de que algunas presentan sus creaciones en
competencia directa con las obras de su mismo género escritas por hombres, con las que
se codean en igualdad de condiciones. Así Ana Caro de Mallén exige que paguen su
trabajo si desean leer la obra: “Suplícote le censures [el libro] como tuyo y le compres
como ajeno, que con eso, si tú no contento, yo quedaré pagada”, ¿qué mejor muestra de
profesionalización?
1
Quevedo, “Burla de los eruditos de embeleco que enamoran a feas cultas”, Poemas escogidos,
pp. 290-291.
2
Recomiendo la lectura del prólogo de esta obra, no solo porque la autora es una de las
escritoras más conocidas del período, sino porque plantea algunas cuestiones fundamentales de
lo que se conoce como la querella de las mujeres, es decir, la corriente de reivindicación de
género que recorre toda Europa desde la Edad Media. Se incluye el texto al final de este tema.
3
Se pueden consultar argumentos más amplios al respecto en el capítulo Historiar a las
escritoras. Una propuesta programática (Baranda, 2005), donde también se exponen los casos
de escritoras que no se acomodan con exactitud en estos grupos clasificatorios.
• Escritoras nacidas antes de 1580, cuya obra se publica entre 1600 y 1610,
aproximadamente, durante su etapa de madurez según declaran en sus obras.
• Nacidas entre 1590 y 1605 aproximadamente. Se trata de la promoción que
representa en toda su amplitud a las escritoras del Siglo de Oro, sus obras
comienzan a aparecer a partir de los años 30 y el número sorprende en
comparación con la etapa anterior.
• Nacidas en torno al decenio 1620-30, publican sus obras después de 1650. En
su caso no solo hay conciencia de la escritura femenina, sino también cuentan
con una tradición asentada de la misma que ha marcado ya el camino y les
permite desenvolverse con total confianza en ese medio.
• Nacidas a partir de 1650, sus obras se difunden en el último cuarto. Son pocas
autoras y muestran que la escritura femenina ha perdido impulso, no existe un
relevo en la literatura profana y los temas son casi exclusivamente religiosos.
II. Nacidas entre 1590 y 1605 aproximadamente, y cuyas obras aparecen a partir de
la década de las 30. Representa el mayor momento de eclosión de la presencia
femenina en la cultura del momento
Es sin duda este momento el de mayor auge de la escritura femenina y donde se forja
y asienta un nuevo modelo de escritora que dialoga de frente con el autor masculino. Se
trata de autoras que proyectan un perfil autorial sólido y diversificado, con la publicación
de obras de diferentes géneros; con presencia en los círculos literarios geográficos de los
lugares donde nacen o residen, de acuerdo con los testimonios coetáneos; y que participan
en el circuito del libro impreso y en el beneficio económico del mismo. Ciertamente, esta
autoría plena no es la mayoritaria, pero son sobresalientes los casos de Ana Caro (1565-
1652), poeta y dramaturga, y María de Zayas, con sus novelas y obras de teatro.
Otro aspecto relevante que hay que subrayar es que la escritura femenina de este
momento abarca todos los géneros en auge. La escritura religiosa continúa dando obras
de temática hagiográfico y también una poesía y teatro vinculada a las actividades
relacionadas con la vida del convento. En el ámbito profano, las escritoras participan tanto
de la novela como de la poesía amorosa, circunstancial y satírica, de la comedia, el tratado
educativo o las relaciones de fiestas, incorporando, en distintos grados, algo tan relevante
como la posición femenina del emisor al discurso literario de amplio y variado signo.
III. Nacidas en el decenio de 1620-30 y que publican sus obras después de 1650
Las autoras que escriben y publican en este período cuentan con modelos previos y
con una “tradición” de escritura femenina asentada. Este contexto es el que explica la
posición autorial y la libertad con que Catalina Clara
Ramírez de Guzmán trata los temas en su poesía
(manuscrita). Se continúan escribiendo e imprimiendo
novelas cortesanas como género de éxito del momento
(Leonor de Meneses, El desdeñado más firme, 1655 y
Mariana de Carvajal, Navidades de Madrid y noches
entretenidas, 1663) y también tratados (María de Guevara,
Memorial de la casa de Escalante y servicios de ella, 1655).
Es muy notable en estos años la difusión de la escritura
femenina (poesía sobre todo) a través de pliegos sueltos, en
autoras conocidas también por otros escritos como Eugenia
Bueso o María Nieto de Aragón y en otras de las que solo
se conoce este cauce de impresión, como es el caso de la
sevillana Luisa Mª Domonte Ortiz de Zúñiga.
Atendiendo a la sensibilidad del lector actual la producción literaria del siglo XVII
debida a la autoría femenina podría dividirse en dos grandes bloques: religiosa y profana.
Ambas se forjan en contextos de producción distintos que hay que tener en cuenta a la
hora de su estudio.
El perfil de mujer de letras en la primera Edad Moderna pasa por el ámbito conventual.
El estado de profesar como monjas les dejaba un espacio y tiempo individual y una
libertad personal que favoreció la escritura, especialmente a partir del modelo vital y
literario de Santa Teresa. La actividad literaria está vinculada, indudablemente, a la vida
del convento. Escriben poesía u obras de teatro para las celebraciones devotas, así como
tratados religiosos de diverso tipo, en la línea de las obras ya mencionadas.
El género más cultivado es la autobiografía espiritual, que escriben a instancias de
un confesor y en la que relatan sus experiencias y estados de conciencia, siguiendo el
indiscutible modelo del Libro de la Vida de Teresa de Jesús. La función de esta literatura
estaba limitada a la difusión conventual, a crear y perpetuar modelos de conducta entre
las novicias y a prestigiar el convento. Pero al final, es creación literaria y en ella se vierte
el anhelo personal e intelectual, los sentimientos, una visión del mundo, el testimonio de
una época y una vida, en definitiva, el retrato de una voz femenina, como la de Marcela
de San Félix (1605-1687), poeta y dramaturga, hija de Lope de Vega y Micaela Luján, y
en cuyos versos se transparenta una vida que va muchos allá de los estrechos límites del
convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid, donde pasó toda su vida. No extraña,
pues, que la doctrina oficial y los que velaban por ella desconfiaran profundamente de las
formas de religiosidad femenina y del discurso escrito en que esta se vertía.
Al situarse en los años finales del siglo XVII, se observa que la efervescencia creadora
de la generación de María de Zayas, no llegó a crear una auténtica tradición de escritura
femenina, porque cincuenta años después no hay quien siga manteniendo viva su
antorcha, la de una escritora que quiere equipararse a los literatos de su época en
proyección pública y reconocimiento.
Eso podría no tener mayor importancia que la atribuible a cualquier etapa cultural que
se agota, pero cuando se trata de escritoras sus repercusiones son más profundas, porque
supone la extinción de ese modelo simbólico femenino, cuya existencia tiempo después,
ya en el siglo XIX, habrá de construirse nuevamente casi desde cero, debido a que las
escritoras reales, aquellas cuyas obras podrían haber sido leídas e interpretadas por otras
mujeres como parte de una tradición pública propia, las que podrían haberse considerado
precursoras en ese difícil proceso de autorización femenina habían desaparecido.
En las galerías de mujeres ilustres de la primera mitad del siglo XVIII, cuando se trata
de las mujeres sabias, volveremos a encontrar casi los mismos nombres anquilosados que
había consagrado la tradición del siglo XVI, aureolados por su condición de
excepcionales. E incluso hoy en día, cuando se buscan antecedentes para la aparente
eclosión actual de escritoras, solo los especialistas retrotraen la memoria histórica más
allá del siglo XVIII, ignorando un pasado literario que en otros aspectos está muy vivo.
Recursos digitales.
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
4. Prosa religiosa.
4.1. Sor María Jesús de Ágreda.
4.2. La oratoria sagrada y Hortensio Félix Paravicino.
5. Prosa histórica.
5.1. Historia contemporánea. Francisco Manuel de Melo
5.2. Crónicas de Indias. El Inca Garcilaso de la Vega y Antonio de Solís y
Rivadeneyra
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
1. Capítulo VIII.8.
2. Capítulo VIII.9.3.
3. Capítulo VIII.9.2.
4. Capítulo VIII.9.5.
5. Capítulo VIII.9.1.
6. Capítulo VIII.9.4.
Tema 5: La poesía en el Barroco I: Panorama general de la
poesía en el siglo XVII
Esquema de contenidos
1. Continuidad renacentista y nuevas direcciones de la poesía barroca
1.1. Claves históricas y sociológicas de la poesía del siglo XVII
1.2. Direcciones de la poesía barroca
1.3. Propuesta de clasificación y estudio de la poesía barroca
6. La poesía épica.
6.1. Épica histórica y legendaria
6.2. Épica religiosa.
6.3. Épica burlesca. La Moschea (1615) de José de Villaviciosa
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
1. Capítulo VII.1.
2. Capítulo VII.2.
3. Capítulo VII.5.1.
4. Capítulo VII.5.2.: 5.2.1., 5.2.2., 5.2.3.
5. Capítulo VII.6.2.
6. VII.8.1.
Tema 6: La poesía en el Barroco II: Luis de Góngora y
la poesía culta.
Esquema de contenidos
1. La nueva poesía.
1.1. La nueva poesía y la tradición poética previa
1.2. Polémicas literarias: Lope, Quevedo y Góngora frente a frente
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
1. Capítulo VII.6.1.
2. Capítulo VII.7.
Tema 2: La prosa en el Barroco I: Cervantes, el género
picaresco y la evolución de la novela en el siglo XVII.
1. Las otras novelas de Cervantes: La Galatea (1585), Las Novelas Ejemplares (1613) y Los
trabajos de Persiles y Segismunda (1617).
1.1. La novela pastoril y La Galatea (1585)
1.2. La novela corta y las Novelas Ejemplares (1613).
1.3. La novela bizantina y Los trabajos de Persiles y Segismunda (1617).
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
4. Prosa religiosa.
4.1. Sor María Jesús de Ágreda.
4.2. La oratoria sagrada y Hortensio Félix Paravicino.
5. Prosa histórica.
5.1. Historia contemporánea. Francisco Manuel de Melo
5.2. Crónicas de Indias. El Inca Garcilaso de la Vega y Antonio de Solís y
Rivadeneyra
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
1. Capítulo VIII.8.
2. Capítulo VIII.9.3.
3. Capítulo VIII.9.2.
4. Capítulo VIII.9.5.
5. Capítulo VIII.9.1.
6. Capítulo VIII.9.4.
Tema 5: La poesía en el Barroco I: Panorama general de la
poesía en el siglo XVII
Esquema de contenidos
1. Continuidad renacentista y nuevas direcciones de la poesía barroca
1.1. Claves históricas y sociológicas de la poesía del siglo XVII
1.2. Direcciones de la poesía barroca
1.3. Propuesta de clasificación y estudio de la poesía barroca
6. La poesía épica.
6.1. Épica histórica y legendaria
6.2. Épica religiosa.
6.3. Épica burlesca. La Moschea (1615) de José de Villaviciosa
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
1. Capítulo VII.1.
2. Capítulo VII.2.
3. Capítulo VII.5.1.
4. Capítulo VII.5.2.: 5.2.1., 5.2.2., 5.2.3.
5. Capítulo VII.6.2.
6. VII.8.1.
Tema 6: La poesía en el Barroco II: Luis de Góngora y
la poesía culta.
Esquema de contenidos
1. La nueva poesía.
1.1. La nueva poesía y la tradición poética previa
1.2. Polémicas literarias: Lope, Quevedo y Góngora frente a frente
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
Everest, 2005. Digitalizado en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/41527
Esquema de contenidos
Jesús Menéndez Peláez, Ignacio Arellano, José M. Caso, Mª Teresa Caso, J. M. Martínez
Cachero, Historia de la Literatura Española, vol. II. Renacimiento y Barroco, León,
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1. Capítulo VII.6.1.
2. Capítulo VII.7.