Silvicultura Energética
Silvicultura Energética
Silvicultura Energética
Gustaf Sirén
La silvicultura energética tiene como meta la obtención de materia prima para producir
una cantidad determinada de energía, con la mayor rentabilidad posible y las menores
repercusiones negativas sobre el ambiente. Una explotación acorde con el equilibrio
ecológico puede contribuir además a la recuperación de algunos lugares dañados por
abusos anteriores. Salvo en el caso de las granjas y de otras explotaciones menores, la
introducción de la silvicultura energética-especialmente en gran escala-exige una
planificación que garantice al productor las entregas anuales del material. En la
silvicultura energética intensiva en gran escala, lo ideal es que las parcelas de
producción funcional sean de más de 1-2 hectáreas. En la extensiva, el límite inferior
para un agricultor puede ser simplemente una sola masa o grupo de árboles, si la
producción de energía coincide con su demanda media a largo plazo. Si la única
actividad en la que se consume energía es la fabricación de carbón vegetal, pueden
bastar unos centenares de metros cuadrados de masa de alto rendimiento en régimen de
cultivo intensivo para producir la energía anual necesaria.
Biología de la producción
Los principales elementos que condicionan un buen crecimiento son el suelo, los
minerales, la materia orgánica, agua y gases del suelo, en proporciones y cantidades
óptimas en relación con las necesidades del cultivo. Para mantener un nivel elevado de
calidad de un lugar durante largo tiempo, es necesario comprender la naturaleza
dinámica del sistema suelo-cultivo. Hay que compensar las pérdidas de nutrientes
debidas a la cosecha y favorecer el complejo proceso del reciclaje de nutrientes, por
medios como el ajuste del pH del suelo.
La aplicación de fósforo (P) a suelos muy ácidos es casi inútil, debido a su afinidad de
precipitación con el hierro (Fe) y el aluminio Al En condiciones ácidas se acentúa la
lixiviación del potasio (K) y del magnesio (Mg) y se impide la descomposición de la
materia orgánica. Con un pH bajo se acumulan fácilmente cantidades tóxicas de
manganeso (Mn). En cambio, con un pH demasiado alto disminuye el P disponible; en
este caso la precipitación se produce con el calcio (Ca). Con un pH demasiado alto
siempre hay escasez de boro (B), Mn y Mg.
La absorción de N por las raíces es tan eficaz que las dosis han de ser bajas y bien
distribuidas a lo largo de la primera parte de la estación de crecimiento. La absorción
total de la cosecha se puede calcular con la ayuda de datos sobre la producción de
biomasa y el porcentaje de N en los principales elementos de los árboles. Por ejemplo,
el contenido medio de N en las hojas, corteza, raíces y madera en masas de alto
rendimiento de Salix es respectivamente del 3-4%, 1-2%, 1-3% y 0,4-0,6%. La
descomposición de la hojarasca, y especialmente los procesos de fijación simbiótica de
nitrógeno, reducirán la demanda anual de N adicional en forma de NO-3 a 80-200 kg/ha.
En experimentos de campo realizados en Suecia se aplicó fertilizante a Salix en cuatro
ocasiones, tanto al comienzo como a la mitad de la estación de crecimiento, y se obtuvo
una producción de materia seca cosechable en la madera del tronco tres o cuatro voces
mayor que la de parcelas no sometidas a tratamiento, lo cual debe cubrir con creces los
costos de la aplicación.
Humedad del suelo. En las regiones secas, como la del Mediterráneo, el agua es a
menudo el más decisivo factor limitante del crecimiento. La aplicación-cuando posible-
de riego intermitente programado de manera que la escasez de agua no altere las
Salinidad y toxicidad del suelo. Hay suelos salinos sumamente favorable para los
cultivos energéticos. Con frecuencia tienen la ventaja de una topografía llana que
facilita el desbroce Sin embargo, la concentración de determinados iones alcanza
muchas veces valores tan altos que se convierte en tóxica para la mayoría de las plantas
superiores. La salinidad impide la absorción de agua y de nutrientes, salvo de los que
están en exceso. Israel cuenta con una experiencia muy útil en métodos para mejorar el
rendimiento de suelos salinos.
Los depósitos de fango y de material procedente de las minas proporcionan otro tipo de
ubicaciones para la repoblación forestal destinada a la producción de energía, pero su
adaptación es muy difícil. Es necesario investigar las posibilidades de neutralizar la
toxicidad por medio de un tratamiento químico de las especies de árboles tolerantes a
los metales pesados y el uso de plantas herbáceas metalofíticas en combinación con los
árboles o bien como preparación para su cultivo.
Sistemas de cultivo
Por ejemplo, un aumento del aporte de oxígeno a las raíces en suelos compactos o
saturados de agua influye de manera decisiva en el aumento del rendimiento. Por otra
parte, las conocidas ventajas de la agricultura sin labranza se mantendrán durante el
resto de la rotación (20-30 años) si la fase de establecimiento es correcta en todos los
aspectos. Hay que comparar el costo de una serie de medidas de mejora del lugar con el
valor potencial del aumento del rendimiento futuro, aplicando un porcentaje de
amortización apropiado.
Control de las malas hierbas. Existen varios métodos para el control de las malas
hierbas: cultivo (barbechar, etc.); recubrimiento con materia orgánica; cultivo de plantas
protectoras; fumigación del suelo; control biológico; sombra (con la ayuda de
espaciamiento); herbicidas. La elección dependerá de las condiciones locales. Si se
dispone de herbicidas inocuos para el medio, el costo de la lucha contra las malas
hierbas durante la fase de establecimiento puede ser bajo, especialmente si se barbecha
después de la primera aplicación y se tratan con herbicida las hierbas ya nacidas una o
dos semanas antes del establecimiento de la masa, en el caso de que los árboles sufran el
contacto directo con la sustancia. El uso de herbicidas químicos exige la presencia de
personal entrenado y especializado.
El recubrimiento es una técnica que permite mantener las malas hierbas muertas sobre
la superficie del suelo, donde se descomponen gradualmente y se integran en el ciclo de
nutrientes del lugar. Las cubiertas orgánicas añaden tantos nutrientes como materia
física al suelo. Los efectos más importantes del recubrimiento, especialmente en zonas
semiáridas, son la retención del agua, la disminución de la evaporación y la prevención
de la formación de una costra superficial cuando se producen precipitaciones intensas.
Por otra parte, el recubrimiento diminuye el riesgo de erosión y facilita la penetración
de las raíces a través de los estratos superiores del suelo, debí' lo a las mejores
condiciones de humedad cerca de la superficie. Existen numerosos métodos de
recubrimiento combinado. En las zonas semiáridas hay que prestar especial atención a
las técnicas de ahorro de agua. En este sentido puede ser interesante el concepto de
Para obtener la mejor combinación de espaciamiento y rotación, hay que tener en cuenta
una serie de factores ecológicos, genéticos y de otra índole, tales como la respuesta a
cambios en la disponibilidad de agua y nutrientes, la capacidad de rebrote, la densidad
de la madera según la edad, la estabilidad de los brotes ya desarrollados, y hasta la
urgencia de reducir la dependencia del petróleo.
En las especies y clones cuya característica es la rotación corta se puede variar bastante
la intensidad. Las rotaciones muy cortas (2-3 años) son posibles, pero si el
espaciamiento es demasiado pequeño pueden ser afectadas por el retraso en los clones
de recolección. El número de cepas en masas funcionales (por ejemplo Salix) puede
variar entre 5 000 y 20 000 en los casos extremos.
Las filas dobles próximas (70-100 cm) con márgenes de seguridad en el espacio entre
cada par equivalentes a la anchura de los carriles, ofrecen buenas perspectivas tanto
desde el punto de vista de la productividad de la biomasa como del funcionamiento de
la maquinaria.
Las mezclas de clones para evitar los riesgos biológicos de los grandes monocultivos
merecen especial atención, aunque los datos experimentales obtenidos son todavía
escasos.
No se pueden analizar los factores edáficos y el cultivo sin tener en cuenta la elección
de la especie y genotipo que se va a utilizar en un bosque energético. No existe una
«especie universal» pero al seleccionar una destinada a la producción de energía hay
que tener en cuenta una serie de características deseables. Algunos factores que hay que
considerar son la adaptabilidad, la facilidad de explotación, el aprovechamiento, el
ambiente.
Ambiente. Hay que procurar conservar o mejorar el ambiente local. La mayoría de las
especies son beneficiosas porque proporcionan abrigo y sombra y contribuyen a
estabilizar el suelo. Los géneros fijadores de nitrógeno, como Alnus o Robinia, pueden
desempeñar un papel importante en la mejora de la fertilidad del suelo o la disminución
de la necesidad de fertilizantes artificiales.
3. Es importante conocer los ciclos del nitrógeno y del carbono para controlar la
fertilidad del suelo. Hay que tener cuidado de evitar la lixiviación al agua subterránea
del nitrógeno aplicado en exceso. El crecimiento de la superficie foliar sirve de
orientación para corregir las dosis.
Potencial de producción