Tema 7. Teatro Anterior Al - 36
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-El teatro español anterior a 1936: tendencias, rasgos principales, autores y obras más
significativas.
1. Introducción
2. Teatro Comercial:
a. La comedia burguesa: Jacinto Benavente
b. El teatro en verso
c. El teatro cómico
3. Teatro innovador
a. Generación del 98. Valle- Inclán. Luces de bohemia
b. El teatro del grupo del 27. Federico García Lorca. La casa de Bernarda Alba.
1. INTRODUCCIÓN:
En general, el teatro español vive bastante ajeno a las corrientes renovadoras europeas, entre otras
razones por la presencia de un público burgués inmovilista y deseoso de evasión, que solo mostraba su
interés en el teatro comercial, de poca calidad, y que se oponía a las tendencias experimentales y
minoritarias que se daban por entonces en el contexto europeo.
Así pues, en el primer tercio de siglo, el teatro español se reparte en dos frentes:
Teatro comercial, continuador del que se daba a finales del XIX (drama postromántico,
costumbrista, alta comedia en la línea de Echegaray…), orientado a un público burgués,
escasamente crítico y que aporta pocas novedades técnicas. Es el teatro que triunfa en las salas
teatrales de la época. En este grupo se incluye:
- Comedia burguesa, cuyo máximo representante es Jacinto Benavente.
- Teatro cómico, costumbrista, también en la línea tradicional y de carácter popular.
- Teatro en verso, neorromántico y con aportaciones del Modernismo, en una línea tradicionalista.
Teatro innovador, que pretende ofrecer un nuevo tipo de obras, bien por su carga crítica, bien por
sus innovaciones técnicas, o bien por ambas. Esta tendencia fue, en su mayoría, un fracaso
comercial. En este grupo se incluye:
- Teatro de los autores del 98. Caso especial es el de Valle- Inclán.
- Teatro de los autores del 27. Destacaremos a Lorca.
2. TEATRO COMERCIAL
a) LA COMEDIA BURGUESA: JACINTO BENAVENTE.
Recibió el Premio Nobel en 1922 (segundo autor teatral que lo recibe, después de Echegaray).
El teatro de Benavente pasa por dos etapas muy claras:
- Intento de renovación técnica y de crítica social en su primera obra, El nido ajeno (1984). En esta
obra analiza y critica la situación de la mujer casada en la sociedad burguesa, utilizando un lenguaje
sencillo y sobrio.
- “Comedias de salón”. Ante la poca acogida de la obra, limitó asperezas y optó por una posición
menos crítica. A partir de este momento compuso obras que se ajustaban a los gustos del público de
su tiempo, aunque nunca renunció a la introducción de una ligera crítica social
Los temas y personajes de la comedia burguesa se corresponden con los de las clases medias y altas
de la sociedad de entonces y con los conflictos típicos de esos grupos sociales: amores insatisfechos,
infidelidades, hipocresía, murmuraciones, hijos calavera. En obras como La noche del sábado (1903),
Rosas de otoño (1905), Benavente consiguió un teatro a la medida de la burguesía de la época, que lo
convirtió en el autor más representado.
De estas características se escapan dos obras suyas que, sin embargo, se han convertido en las
más interesantes de su producción teatral: Los intereses creados (1907), y La malquerida (1913). La
primera desarrolla en tono de farsa (por medio de personajes que proceden de la ‘ commedia dell´arte
‘italiana) el tema del poder del dinero, contraponiendo el mundo del interés y el mundo del amor, pero no
para reivindicar éste a la manera romántica, sino desde un cierto escepticismo cínico y pragmático. Las
otras dos siguen el modelo del ‘drama rural’, un tipo de teatro que, ambientado en un mundo campesino
dominado por la fatalidad y por atavismos ancestrales, desarrolla un violento mundo de pasiones no
controladas por la educación urbana.
b) TEATRO CÓMICO: comedia costumbrista y sainete
Hecho para divertir al público. Es un género heredero de los entremeses del Siglo de Oro. Sus
características principales son:
- Ambientación popular
- Historia amorosa con final feliz
- Humor y lenguaje sencillo
Entre los autores de esta tendencia destacan:
- Los hermanos Álvarez Quintero, que reflejan la vida amable de una Andalucía tópica y sentimental
en obras como El genio alegre y Malvaloca.
- Carlos Arniches, con sainetes de ambiente madrileño y castizo. También cultivó un género nuevo,
la “tragedia grotesca”, donde combina lo risible con lo conmovedor, y una actitud crítica ante las
injusticias. Destaca en este sentido La señorita de Trevélez, Los caciques...
- Pedro Muñoz Seca, que crea otro género, “el astracán”, cuyo objetivo era obtener la carcajada a
través de obras descabelladas. Destaca La venganza de don Mendo, parodia de dramas
románticos y del teatro en verso de la época.
c) TEATRO EN VERSO:
Surge directamente de la corriente modernista. Se trata de un teatro de pura evasión, sin relación
inmediata con la realidad, que recupera temas históricos y legendarios y, en el caso de Marquina y
Villaespesa, de ideología conservadora y tradicionalista. Destacan Eduardo Marquina (Las hijas del
Cid y En Flandes se ha puesto el sol, sus obras evocan una supuesta España eterna para
contraponerla a la de su tiempo, donde “todo es mezquino, trivial, asqueroso”) y los hermanos Machado
(Antonio y Manuel Machado escriben en colaboración La Lola se va a los puertos).
Bodas de sangre y Yerma son dos tragedias de aire clásico, en las que Lorca mezcla la prosa y el
verso, utiliza coros como en la tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos
y alegóricos... En Bodas de sangre (una novia huye con su antiguo novio el día de su boda”)
aparecen temas conocidos de Lorca (el amor, la violencia, la muerte, las normas sociales que
reprimen los instintos, la pasión sexual desborda las barreras sociales y morales desembocando en la
muerte). Yerma aborda otros temas muy lorquianos: la esterilidad, la opresión de la mujer, el anhelo
de realización que choca con la moral tradicional... Doña Rosita la soltera es un drama urbano,
también en prosa y verso -aunque aquí el verso sirve para satirizar y parodiar-, que trata de las
señoritas solteras de provincias condenadas a esperar inútilmente el amor en un medio burgués
mediocre que ahoga sus deseos de felicidad; el drama de “la cursilería española, de la mojigatería
española” como señala el propio Lorca.
La casa de Bernarda Alba suele señalarse como la cumbre del teatro de Lorca. Bernarda impone a
sus cinco hijas un riguroso luto que ha de durar años. En este ambiente claustrofóbico de represión,
surgen los conflictos y las pasiones. La aparición de Pepe el Romano (amante de Adela pero
prometido con Angustias) es el detonante de la tragedia. El marco cerrado y sofocante, el luto
impuesto y la prohibición de salir a la calle acentúan el erotismo trágico, si bien la fatalidad tiene
raíces sociales concretas: el orgullo de casta y la moral del honor representados por la figura de
Bernarda Alba. Frente a ella sus hijas adoptan actitudes que van desde la sumisión (Magdalena)
hasta la rebeldía (Adela). La muerte será la condena impuesta a las ansias de una vida plena.
Es una obra en prosa. Los temas: la libertad frente a la autoridad, el deseo erótico y los instintos
naturales enfrentados a las normas sociales y morales, la esterilidad y la fecundidad, la frustración
vital, la condición sometida de la mujer; pero, sobre todo, una reflexión sobre el poder. Bernarda es
una mujer que impone por la fuerza todo un código de conducta represivo a unas hijas que, con
excepción de la menor, aceptan estas reglas que su madre ha recibido de la tradición heredada y que
ellas están dispuestas a perpetuar.
Estilo: Lorca pronto encontrará un estilo personal. Verso y prosa se combinan, pero poco a poco el
verso se reduce a momentos de especial intensidad, para aumentar el clima dramático (en La casa de
Bernarda Alba es la madre loca quien lo utiliza), y paralelamente al lenguaje, los conflictos se hacen
cada vez más hondos y enraizados en la sociedad española, concretamente en Andalucía.
(para la cuestión quinta)
LA CASA DE BERNARDA ALBA:
Fue escrita en la primavera de 1936 pero no se estrenó hasta 1945 en Buenos Aires, donde se hizo
la primera edición también.
Argumento y temas: Tras la muerte de su segundo marido, Bernarda Alba impone a sus cinco hijas ,
como luto, una reclusión larga y rigurosa. En esa situación extrema, los conflictos y las pasiones se
agrandarán hasta la exasperación. Como catalizador de ese encerramiento estará la figura de Pepe el
Romano, novio de Angustias, la hija mayor y por tanto, heredera, pero atraído por la juventud y belleza
de la menor, Adela, y amado, a su vez, por Martirio. Bernarda representará el autoritarismo y la
represión, y las hijas encarnarán distintas actitudes que irán desde la sumisión pasiva a la rebeldía,
estando ambas actitudes abocadas a la frustración y a la muerte.
La acción transcurre en un espacio cerrado – la casa- , es el mundo del luto, de la ocultación, del
silencio. Se la llama infierno, presidio, convento, simbolizando la ausencia de libertad, de la coerción, y
en la que se respira la muerte. Frente a la casa, el mundo exterior, de donde llegan ecos de pasiones
elementales, de fuerte erotismo; al mismo tiempo el mundo exterior es el mundo de qué dirán, de unas
convenciones sociales implacables que Bernarda extrema.
Personajes:
- Bernarda: su nombre significa “con fuerza de oso” y significa la encarnación hiperbólica de las fuerzas
represivas: las convenciones sociales – la preocupación por el qué dirán, por las apariencias...- , la
obsesión por la virginidad, la decencia, la honra, frente a los impulsos eróticos... A los hombres se les
consiente todo, no a las mujeres. Siente el orgullo de casta, de pertenecer a una clase superior.
Representa el poder, la autoridad, como lo indica el bastón que siempre lleva y su lenguaje prescriptivo,
presidido por el mandato “¡Silencio!”, y así se comporta con sus hijas y con las criadas. Su afán por
mantener el orden establecido la lleva a un poder irracional, a negar lo evidente y a decir “aquí no pasa
nada”
- Las hijas: Están encerradas y desean desde su juventud, salir al exterior, sienten sus anhelos
eróticos, de amor, los cuales se hallan supeditados al matrimonio.
Angustias (39 años) es la mayor y es hija del primer matrimonio de Bernarda, es la heredera de una
gran fortuna que atrae a Pepe el Romano, su pretendiente. Está abocada al matrimonio pero no siente la
pasión, que sí sentirán sus hermanas Adela y Martirio.
Magdalena (30 años) es sumisa pero es consciente de lo que les toca vivir a las mujeres y por ello
declara sus deseos de haber nacido hombre.
Amelia (27 años) es sumisa, tímida y resignada.
Martirio (24 años) es un personaje más complejo. Pudo haberse casado si su madre no se hubiera
opuesto por cuestiones de clase social. Ello puede explicar su resentimiento. Pero ante los hombres se
muestra contradictoria, y ese sentimiento encontrado la lleva a una irreprimible vileza.
Adela (20 años) encarna la rebeldía. Es la más joven, guapa, apasionada y franca. Su nombre
significa “de naturaleza noble”. Es vital y rechaza el luto (en una ocasión se viste de verde). En su
desafío se convierte en la querida de Pepe el Romano, y romperá el bastón de mando de su madre. Pero
acabará trágicamente.
- Otros personajes:
María Josefa, la abuela, es una mezcla de locura y verdad, al mismo tiempo que poesía. Es la
portavoz de los anhelos de las demás. Interviene en los momentos más importantes de la obra, para
agrandar líricamente los temas de la obra tan lorquianos: la frustración de las mujeres, el anhelo de
matrimonio y de maternidad, el ansia de libertad...
La Poncia es la vieja criada de la familia, aconseja y se mete en el drama de las hijas, tutea a
Bernarda pero ella la refrena. Asume su condición de sirvienta pero siente rencor. Es el contraste a
Bernarda, habla abiertamente de temas sexuales, tiene gran conocimiento del mundo y su lenguaje
popular es rico. La criada que está con ella participa del rencor que tiene a su ama, es sumisa e
hipócrita.
También están las vecinas, mujeres de luto que asisten al duelo, chismosas...
Y por último, el único personaje masculino, Pepe el Romano, que será el hombre, el oscuro objeto
del deseo, interesado en el dinero de Angustias, pero enamorado de Adela.
b) La farsa. Obras situadas en un espacio más 'ridículo', propio del siglo XVIII: jardines, rosas,
cisnes: La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza.
c) El esperpento: Luces de Bohemia, (1920) y la trilogía Martes de carnaval (Los cuernos de don
Friolera, 1921; Las galas del difunto, 1926; La hija del capitán, 1927).
Esperpento: persona extravagante, absurda. Es una estética que quiere “ser una superación del
dolor y de la risa”. Su mejor definición se halla en la escena XII de Luces de bohemia (el enlace está
al final).
En 1928, en una entrevista, Valle decía que había tres maneras de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas, en pie, o
levantado en el aire. Cuando el autor mira desde abajo, la realidad aparece enaltecida, los personajes como héroes –así en la
tragedia clásica-; si se mira al mismo nivel, los personajes son como nuestros hermanos –así en Shakespeare- ; si los miramos
desde arriba, resultarán muñecos o peleles – así en Quevedo_. Desde esta última visión surge el esperpento .
El TEATRO esperpento (hay obras esperpénticas que no son teatro: el poema La pipa de Kif y
las novelas Tirano Banderas y El ruedo ibérico) es un teatro de crítica de una realidad falsa y de
unos valores que ya no tienen sentido. (Actitud crítica de los hombres del 98, a la que se incorpora
Valle después de una época de literatura preciosista cargada de princesas, salones, aristocracia).
LUCES DE BOHEMIA:
Argumento: la obra cuenta la última noche de la vida de Max Estrella, poeta miserable y ciego que
peregrina, acompañado por don Latino, al fondo de la noche donde ve todas las miserias.
Max Estrella, después de haber sido desposeído de la posibilidad de poder vivir malamente con su
familia, después de haber sido encarcelado, abofeteado, perdido su dignidad al aceptar una arbitraria
pensión, se muere arrimado al quicio de una puerta y es traicionado por su lazarillo, don Latino (le
roba la cartera). Pero la obra se convierte en una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de
vivir en una España deformada, injusta, opresiva, absurda, donde no hay lugar para la pureza, la
honestidad o el arte noble.
Personajes. Protagonizan la obra Max Estrella (nombre simbólico) y don Latino, un bohemio
fantoche, desleal y canalla en las últimas escenas. Aparte desfilan los burgueses (el librero
Zaratustra, Pica Lagartos...), los policías, los pedantes, los personajes populares... Todos sirven para
exponer la visión crítica del autor. Hay alusiones a personajes históricos con su propio nombre:
Unamuno, Alfonso XIII, Pastora Imperio, Antonio Maura, Joselito.
Comentario de texto Fragmento escena XII LUCES DE BOHEMIA. (Habría que localizar las
características del esperpento que aparecen en el texto)
Max Estrella y don Latino mantienen un diá logo de frases breves e incoherentes. Max está helado,
enfermo, borracho e incapaz de levantarse y caminar, aunque don latino se lo pide insistentemente,
ajeno a su situació n agó nica. Sin embargo, como en una especie de alucinació n, el poeta ciego define el
esperpento ante la admiració n iró nica y descreída de don Latino.
En su estructura externa, el texto está constituido por un diá logo de veintidó s intervenciones breves
entre dos personajes. Internamente, el contenido del texto se distribuye en dos nú cleos temá ticos: por
una parte, el diá logo inicial de ME, enfermo y aterido por el frío, en contraste con la falta de piedad de
don Latino; por otra parte, el discurso metaliterario de Max sobre la teoría del esperpento.
Esquemá ticamente sería así:
1. Diá logo inicial de los personajes en una situació n dramá tica y absurda (líneas 1-11).
1.1. Queja de ME sin la ayuda de don Latino (líneas 1-7).
1.2. Identificació n de don Latino con un buey (líneas 8-11).
2. Exposició n por parte de Max de la teoría del esperpento (Desde la línea 12 hasta el final del texto).
2.1. El origen del esperpento (líneas 12-14).
2.2. Efecto deformador de los espejos có ncavos (líneas 15-31).
- Sobre los héroes clá sicos.
- Sobre la realidad españ ola.
- La matemá tica perfecta como elemento transformador.
- Invitació n de Max a la deformació n de la expresió n ante el espejo
deformador.
COMENTARIO CRÍTICO
Se trata de un fragmento del drama Luces de Bohemia (1920), obra maestra de la producció n teatral de
Valle Inclá n con la que creó la nueva estética del esperpento, un instrumento de desenmascaramiento
de la realidad política y social españ ola de principios del siglo XX. Esta técnica teatral le permite
deformar, como en este caso, tanto personajes como situaciones hasta llegar a la caricatura. Con esta
obra, Valle Inclá n se sitú a en la Generació n del 98, en su preocupació n por Españ a y por la angustia
existencial del ser humano, aunque no abandone totalmente la influencia modernista en la
preocupació n estética y en el cuidado extremo del lenguaje.
El tema de la muerte cercana de Max se percibe implícitamente en e fragmento (deforma el rostro, está
helado, no puede moverse…; ante esa situació n límite, su acompañ ante se muestra impasible y
responde con evasivas e insultos (“Deja la farsa.” ”Está s completamente curda.”). Pero el tema má s
destacado y novedoso es la definició n del esperpento por parte de Max, ante la ignorancia y la falsa
admiració n de don Latino. Por tanto, contrasta el tratamiento de un tema esencialmente humano y
universal como la muerte, con el de un tema relacionado con la literatura, como el esperpento, que aquí
se convierte en un asunto principal, ya que en él se aú nan la visió n ética y estética de la realidad de ME,
reflejo de la percibida por su autor.
Este fragmento pertenece a la escena XII, que constituye el desenlace de la historia, es decir, los hechos
que se presentan suceden poco antes de la muerte de Max ante la puerta de su casa. Después seguirá n
tres escenas má s que constituyen el epílogo a modo de cierre de la obra
.
En el texto, cada personaje se muestra en su esencia, es decir, Max como un personaje humano
(“É chame el aliento. ¿Adó nde te has ido, Latino?”), inteligente, crítico con la realidad en la que vive, a la
que só lo puede desenmascarar a través del esperpento (“El sentido trá gico de la vida españ ola só lo
puede darse con una estética sistemá ticamente deformada”). Max es un trasunto de personaje real,
Alejandro Sawa, y a veces es portavoz del propio Valle, como en el discurso sobre el esperpento. Es un
personaje complejo y contradictorio que se apoya en su acompañ ante y lazarillo don Latino que lo
traiciona y, como se ve en este fragmento, se muestra insensible en la agonía de su amigo, al que
abandona moribundo en la puerta de su casa, como sabemos por el contexto de la obra.
En cuanto al diá logo dramá tico, de extraordinaria viveza, cada personaje se expresa segú n su
condició n y circunstancias: Max utiliza, en un principio, el lenguaje directo y escueto de la sú plica o el
lamento (“Me estoy helando!”, “É chame el aliento.”), también lo emplea en la ironía culta (“Tú eres el
cabestro, y, si muges, vendrá el buey Apis.”), o en el discurso metaliterario (“El esperpentismo lo ha
inventado Goya.”). Don Latino presenta un discurso evasivo propio del que no se implica ni quiere
saber nada de lo que pasa (“Deja esa farsa.”). Es un diá logo de respuesta breve, con alusiones, de tono
exclamativo (“¡Pudiera!”), imperativos (“¡Muge Latino!”), insultos (“¡Está s completamente curda!”).
Aquí contrastan varios niveles de habla: el culto presente en expresiones como “Yo me inhibo” (del
registro jurídico), expresiones pedantes como “¡Me quito el crá neo!”, etc.; y el coloquial, como “curda”
(borracho), “¡Miau!”, onomatopeya animalizadora, propia del esperpento, que significa negació n.
1
Armida: personaje femenino de la obra Jerusalén libertada. Armida, bellísima mujer, con sus artes de seducción lleva a
Reinaldo a su jardín encantado. Existen diversas representaciones pictóricas de este hecho, y probablemente el autor
conociese los cobres de Teniers que se conservan en el Museo del Prado.
sabiamente manejados, incluidos los exabruptos violentos, y –con especial densidad- el léxico y los giros del habla
madrileña castiza... He aquí otros tantos aspectos a los que debe atenderse. Muy de notar es la distancia que, en el uso
del habla popular, separa a Valle-Inclán de los saineteros al uso, tanto en autenticidad como en función dramática. La
maestría de Valle es inigualable.
Todo ello nos conduce al arte del diálogo. Señalemos sólo la oportunidad y exactitud con que se
suceden las réplicas, combinando ágilmente los tonos y rasgos aludidos. Y junto a ello, su marcha nerviosa, rápida:
dominan netamente las réplicas de una, dos o tres líneas.
Paralelamente, debe destacarse el arte de las acotaciones. Ya nos hemos referido a su carácter
literario. Normalmente, en cualquier obra de teatro, estas acotaciones son apuntes funcionales que acompaña el autor
para instruir a los actores sobre el movimiento de los personajes y los detalles y servicio de escena, pero sin valor
literario alguno. En Valle son mucho más que simples aclaraciones funcionales, con ellas rebasa toda la concepción
teatral de su época y nos hace comprender que el teatro debe aspirar a ser un espectáculo total en el que los valores
visuales y plásticos fueran tan importantes como las palabras mismas. Algunas acotaciones hacen referencia a la luz, a
la sombra, a la atmósfera; otras proporcionan una dimensión especial a los personajes, definiéndolos con rasgos
propios de los animales. La estética del esperpento no consiste en una deformación gratuita ni arbitraria de la realidad.
Valle dice que es “sistemática”, sometida a una “matemática”, es decir, a un rigor estético. Cuando se trata de dibujar un
escenario, un ambiente, es asombrosa la calidad pictórica conseguida con rápidas e intencionadas pinceladas, a base
de un empleo deslumbrante de la frase nominal. Las mismas calidades ofrecen los bocetos de personajes y la
descripción de actitudes, a lo que ya hemos aludido. Brilla aquí un arte consumado y personalísimo que se hallará
amplificado en novelas como Tirano Banderas o las de El Ruedo Ibérico.
El argumento transcurre en Galicia. Una Galicia, de principios del siglo XX, rural, pobre,
dominada por el caciquismo, la iglesia y la superstición. Ahí se encuentra la aldea de San
Clemente, un nombre bien escogido para una aldea que carece precisamente de clemencia.
El recorrer los camino de feria en feria, con Laureniño, apodado con el sobrenombre a veces
del idiota otras del carretón" (por el carro en el que era transportado) los excesos del
alcohol, la mendicidad, la miseria... son el reflejo del día a día, de un ambiente miserable
que se complica cuando el titiritero Séptimo Miau, un farsante vividor y embaucador llega a
la aldea, convirtiéndose en amante de la esposa del sacristán. Descubierto el adulterio, el
pueblo entero pide venganza, pero gracias a las "divinas palabras" pronunciadas en latín por
su marido cornudo, Pedro, que en un principio también busca venganza, logrará apaciguar
la violencia de los aldeanos.