Tema Mirko
Tema Mirko
Tema Mirko
utilizó para gestar a Mirko Homero Wiebe, hijo del conocido conductor Marley, dicho
análisis lo haré desde la ley moral natural plasmada en lo los siguientes documentos
magisteriales: Carta Encíclica “Evangelium Vitae” del papa Juan Pablo II, del año 1995
y de la Instrucción “Dignitas personae” sobre algunas cuestiones bioéticas de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, del año 2008.
Enmarcando el contexto hay que decir que Mirko nació el 27 de octubre de
2017, a través del alquiler de un vientre1, es decir, por medio de una maternidad
subrogada, en Los Ángeles, Estados Unidos.
Sobre la mamá biológica de Mirko, es decir la que aportó el ovulo, se conoce por
medio de las entrevistas realizadas a Marley que es una chica de Siberia, Rusia, pero
que vive en Estados Unidos. Ella había quedado embarazada de su novio, pero decidió
abortar. Después de realizar la práctica del aborto se sintió mal y quiso darle al universo
un hijo; “entonces fue un tema que obedeció a un tema personal, de ahí que ella eligió
mi historia y yo elegí la suya” remarca Marley.
Ahora bien, la llevó en su vientre a Mirko, se llama Brittany, ella también es de
Estados Unidos. Según su testimonio, contado en el programa “por el mundo”
conducido por Marley, ella y su familia siempre ayudan a chicos en diversas
situaciones, contribuyen caritativamente y van a la Iglesia. Hablando con su esposo
decidieron que querían hacer algo más por una familia, de ahí que surgió la idea y la
oportunidad de ser madre subrogante.
Marley en dicho programa comentaba que la elección fue mutua porque, así
como ellos eligieron mi historia, yo elegí la suya, mas que nada por el tema de la salud.
Así que desde la empresa que hacía las conexiones para estos casos de maternidad
subrogada nos dijeron que teníamos 24 horas para aceptar realizar la práctica con esta
familia, así que tuvimos una conversación vía skipe y comenzamos a formalizar el
contrato. Brittany agregaba que su esposo fue su mano derecha, él que la acompañó en
todo el proceso.
1
En Evangelium Vitae punto 14 y en Dignitas personae se nos dice que las técnicas de reproducción
artificial son moralmente inaceptable desde el momento en que se separan la procreación del contexto
integralmente humano del acto conyugal. A su vez, asumiendo la instrucción “Donum Vitae” de la
Congregación para la doctrina de la fe del año 1987, en Dignitas personae punto 16 y en Evangelium
vitae 43 se nos dice que el don de la vida mediante la procreación del hombre y de la mujer, es una obra
profundamente humana y religiosa en cuanto que implica a los conyuges que forman una “sola carne”;
por ella continúan aportando a la obra creadora de Dios, y es en este contexto del matrimonio y de la
familia donde “el hijo puede descubrir su propia identidad y alcanzar su madurez humana”. Por otro
lado, la maternidad subrogada es una instrumentalización de la mujer, esta es contraria a su dignidad
porque se usa su cuerpo y, por tanto, su persona como un objeto negociable. Es un negocio lucrativo,
basado en la mercantilización del cuerpo de la mujer.
El embarazó en cuanto tal fue por medio de fecundación in vitro 2, en donde se
formó el embrión que luego sería implantado en el vientre de Brittany.
Teniendo en cuanta las entrevistas realizadas a Marley, él ha manifestado que
fue solo un embrión implantado en el vientre de Brittany y por suerte prendió bien. A su
vez, Brittany comentaba que ella hizo todo lo que tenía que hacer, que fue complicado,
pero lo hizo, en el caso de ella tuvo que tomar “progesterona” una hormona que ayuda a
preparar el endometrio3 para la buena implantación del embrión. Para que la
implantación sea óptima se suele romper la membrana exterior del blastocito 4 para que
este una vez implantado pueda prender correctamente.
Como bien se dijo, Marley habló de un solo embrión implantado, pero siempre
antes de la implantación se realiza una “diagnostico preimplantatorio”, la misma se
realiza con el objetivo de tener la seguridad de trasladar a la mujer solo embriones sin
defecto o con un sexo determinado o con algunas cualidades particulares. Al
“diagnostico preimplantatorio” sigue, ordinariamente, la eliminación de los embriones 5
designados como” sospechosos” de poseer defectos genéticos o cromosómicos, o de ser
de un sexo no querido o de no tener las cualidades deseados. El diagnóstico
preimplantatio, teniendo en cuanta lo antes dicho, se configura como una práctica
abortiva precoz.
En otra entrevista Marley confirmó que va ser papá nuevamente, “estamos en la
etapa en la que hay embriones6 […] voy a elegir que sea mujer. Se están haciendo test
genéticos para saber cuantos son varones y cuantos son mujeres. Generalmente se ponen
dos embriones porque puede que prenda solo uno, yo no sé qué hacer… ¡Imagínate si
vienen las mellizas! ¿Cómo me organizo?, también por mi parte estoy buscando otra
madre subrogante…”
En lo que respecta a la ley de madres subrogantes, en Argentina no existe
actualmente, es por eso que las personas que desean tener un bebe recurren al exterior.
2
En Dignitas personae 14 se nos dice que las técnicas de fecundación in vitro se desarrollan como si el
embrión humano fuera un simple cúmulo de células que se usan, se seleccionan y se descartan.
Seguidamente en el punto 16 se nos dice que la sustitución del acto conyugal con un procedimiento
técnico contribuye a debilitar la conciencia del respeto que se le debe dar a cada ser humano. A su vez,
el deseo de tener un hijo no justifica la “producción” del mismo.
3
El endometrio es el revestimiento del útero, un órgano hueco y muscular de la pelvis de la mujer. El
útero es el lugar donde crece el feto.
4
Cuando el embrión tiene entre 5 y 6 días de desarrollo, adquiere una forma determinada e inicia la
diferenciación celular. En este momento, el embrión pasa a llamarse blastocisto. La membrana que se
rompe es la zona pelusita del mismo.
5
En el punto 22 de Dignitas personae se nos dice que “tratando al embrión como simple “material de
laboratorio” se produce una alteración y una discriminación en lo que se refiere al concepto mismo de
dignidad de persona. Esta dignidad pertenece de igual modo a cada ser humano individual y no depende
de proyectos familiares, la condición social, la formación cultural o el estado de desarrollo físico.
6
A la producción de múltiples embriones, se sigue la crioconservación, que atendiendo a Dignitas
peronae en el punto 18, esta es incompatible con el respeto que se le debe a los embriones humanos:
en ella hay un alto porcentaje de embriones que no sobreviven al procedimiento de congelación y
descongelación; por otro lado, se da también la reducción embrionaria, esta según Dignitas personae
21, es un aborto selectivo. Se trata de una eliminación deliberada y directa de uno o mas seres humanos
inocentes en la fase inicial de su existencia.
En una entrevista a un representante de una clínica de fecundación asistida este decía
que “en estudios y anteproyectos previos a la reforma del código civil realizada en
2015, estaba contemplado el artículo que indicaba claramente cuales debían ser los
pasos legales para lograrlo, por ejemplo, ser mayor de 18 años y ya haber tenido, al
menos, un hijo; pero por oposiciones políticas y religiosas este artículo se descartó en el
nuevo código”
Haciendo salvedades al tema planteado debo decir, siguiendo a Juan Pablo II en
Evangelium vitae que:
“El primer paso fundamental para realizar este cambio cultural consiste en la
formación de la conciencia moral sobre el valor inconmensurable e inviolable de toda
vida humana. Es de suma importancia redescubrir el nexo inseparable entre vida y
libertad. Son bienes inseparables: donde se viola uno, el otro acaba también por ser
violado. No hay libertad verdadera donde no se acoge y ama la vida; y no hay vida
plena sino en la libertad. Ambas realidades guardan además una relación innata y
peculiar, que las vincula indisolublemente: la vocación al amor. Este amor, como don
sincero de sí, 1es el sentido más verdadero de la vida y de la libertad de la persona.
No menos decisivo en la formación de la conciencia es el descubrimiento del
vínculo constitutivo entre la libertad y la verdad. Como he repetido otras veces, separar
la libertad de la verdad objetiva hace imposible fundamentar los derechos de la persona
sobre una sólida base racional y pone las premisas para que se afirme en la sociedad el
arbitrio ingobernable de los individuos y el totalitarismo del poder público causante de
la muerte.
Es esencial pues que el hombre reconozca la evidencia original de su condición
de criatura, que recibe de Dios el ser y la vida como don y tarea. Sólo admitiendo esta
dependencia innata en su ser, el hombre puede desarrollar plenamente su libertad y su
vida y, al mismo tiempo, respetar en profundidad la vida y libertad de las demás
personas. Aquí se manifiesta ante todo que «el punto central de toda cultura lo ocupa la
actitud que el hombre asume ante el misterio más grande: el misterio de Dios». Cuando
se niega a Dios y se vive como si no existiera, o no se toman en cuenta sus
mandamientos, se acaba fácilmente por negar o comprometer también la dignidad de la
persona humana y el carácter inviolable de su vida7”.
Pero en defensa de la verdad que la Iglesia debe proclamar siempre por ser un
mandado encomendado por Jesús, debemos decir que “el aborto directo, es decir,
querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto
eliminación deliberada de un ser humano inocente8”.
7
JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, punto 96. Disponible en: https://www.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae.html
8
Ibid. Punto 62. Condena al aborto: Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus
Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y
que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado
unánimemente sobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como
medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano
inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida
por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Posee carácter de
dogma.