Los Beneficios de Humillarse Ante Dios

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

LOS BENEFICIOS DE HUMILLARSE ANTE DIOS

(Isaías 38:1-8)

INTRODUCCIÓN
Ezequías un rey temeroso de Dios enfrenta una difícil situación, una enfermedad que lo arrastra a
su muerte. Esta historia bíblica nos muestra que como seres humanos estamos expuestos a
enfrentarnos a calamidades que amenazan con destruirnos, pero al mismo tiempo nos da un gran
destello de esperanza al mostrarnos los beneficios de humillarnos delante de Dios.

I. NUESTRA EXTREMA VULNERABILIDAD EN ESTE MUNDO DE PECADO. VR 1

Para esta época el rey de Judá, Ezequías, había adquirido una enfermedad y se encontraba muy
grave en cama, por lo que Dios envió a Isaías con un mensaje muy desbastador diciéndole que
ordenara su casa porque de su lecho no se levantaría, sino que ciertamente moriría. Uno puede
imaginarse lo terrible y devastador que es que alguien le dé un tipo de noticia como esta, sin
embargo, si lo pensamos bien, todos desde que nacemos tenemos una condena de muerte sobre
nosotros, cuántos años tendremos de vida, no lo sabemos, pero lo cierto es que todos deberíamos
considerar seriamente que un día, lejano o a lo mejor cercano,  nos enfrentaremos a la muerte.  La
Biblia nos enseña que por causa del pecado todos los seres humanos estamos condenados a
muerte: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”, (Romanos 5:12).  También es
cierto que por causa del pecado en esta vida estamos expuestos a sufrir un sinfín de calamidades,
pero que bueno es saber los beneficios que obtenemos al humillarnos ante Dios.

II.                LOS BENEFICIOS DE HUMILLARSE ANTE DIOS.

“Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,  y dijo: Oh Jehová, te
ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que
he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro”.
Qué triste es saber que muchas personas se encuentran en situaciones sumamente difíciles,
agobiadas y cansadas de llevar sus cargas, desilusionadas al ver como su vida no mejora, algunas
clamando a dioses que no están vivos, otros poniendo su confianza en las cosas efímeras de este
mundo, pero sin recibir respuesta.  Al mismo tiempo podemos sentirnos felices los cristianos de
tener un Dios real a quien podemos acudir como lo hizo Ezequías aquel día y de aquí que
podemos ver al menos cuatro beneficios de humillarnos ante Dios.

1.      Dios Escucha nuestro clamor.

“Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y dí a Ezequías: Jehová Dios de David
tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas…”
            El primero de todos los beneficios que tenemos con Dios es la seguridad de que nos
escucha. Muchas personas sienten un gran alivio de sus penas con solo contárselas a alguien de
confianza, y cuanto más saber que ese que nos escucha es el Dios de misericordia. La misma
Biblia nos enseña que Dios escucha nuestro clamor en cualquier momento del día: “Los ojos de
Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”, (Salmo 34:15).

2.      Dios nos da vida y nos salva de cualquier situación difícil.

“… he aquí que yo añado a tus días quince años”.

            Como consecuencia que nos escucha, también Dios nos responde dándonos no solo vida
eterna, sino salvándonos de cualquier problema que tengamos. Aquí a Ezequías le prometió que
sanaría de su enfermedad y le dio 15 años más de vida. Cuantos de nosotros hemos gozado de este
don, muchos quizás ya estuviéramos muertos y condenados de no ser por su infinita misericordia.

3.      Dios nos promete su protección divina.

"Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé"

            Otro beneficio de humillarnos ante Dios es la protección divina que nos ofrece. Aquí le
promete al rey Ezequías que no solo lo sanaría, sino que también protegería su vida y reino del
malvado rey de Asiria. De la misma forma, Dios puede protegernos a nosotros, solo tenemos que
clamar y Él responderá: “Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la
tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo
para siempre; estaré seguro bajo la cubierta de tus alas”, (Salmo 64:1-4).

4.      Dios hace manifiesto a todos lo que hace en nosotros.

“Y esto te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho: He aquí yo haré
volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados
atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había ya descendido”.

            Finalmente, otro beneficio que tenemos de humillarnos ante Dios es el testimonio de la
obra que hace en nuestras vidas. Dios le prometió a Ezequías que haría una señal como prueba que
realmente ocurriría lo que le había prometido, y así ocurrió a tal punto que no solo los sirvientes
de Ezequías presenciaron la sanidad divina del rey, sino hasta el rey de Babilonia: “En aquel
tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías;
porque supo que había estado enfermo, y que había convalecido”, (Isaías 39:1).

CONCLUSIÓN.

            Por tanto, cuando nos humillamos ante Dios podemos estar seguros que obtendremos los
siguientes favores divinos.

1.      Escuchara nuestro clamor.


2.      Responderá y nos salvara no solo de la condenación eterna sino también de nuestros
problemas.
3.      Nos brindara su protección divina.
4.      Nuestra vida será un testimonio de las grandezas de Dios.

También podría gustarte