Pórfidos Cupríferos: Generalidades

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Pórfidos Cupríferos

Generalidades

Los sistemas de tipo pórfido cuprífero representan la principal fuente de cobre y


molibdeno conocida. Esto ha promovido un sostenido interés de las compañías
mineras y las universidades por entender el origen y la evolución de estos depósitos.
De acuerdo con las numerosas ocurrencias de mineralización de este tipo en el mundo,
parece claro que los sistemas de pórfido cuprífero están relacionados con regiones
caracterizadas por la presencia de abundante magmatismo calco-alcalino asociado a
márgenes de subducción de tipo andino.
Los sistemas de cobre porfíricos se han definido como grandes volúmenes de roca
alterada hidrotermalmente, centradas en un stock de pórfido de cobre que también
puede contener mineralización metálica, skarn, sedimentos carbonatados, epitermales
de alta y baja sulfuración.
Las partes más profundas de los sistemas de cobre porfírico pueden contener
depósitos de pórfidos de Cu± Mo± Au de diversos tamaños así como skarns de Cu, Au
y Zn mientras que sus partes menos profundas cuerpos de epitermales de alta a
intermedia sulfuración.
La roca mineralizada y la roca circundante se caracterizan por presentar vetas y
vetillas estrechamente espaciadas, entre las cuales la roca se altera de manera
penetrante. La mineralización se encuentra en las vetas y vetillas, diseminadas en la
roca alterada.
La producción mundial de cobre proviene de estos depósitos. En Chile se explotan 16
pórfidos cupríferos: 12 en el norte y 4 en la zona central.
Se denominan pórfidos porque se asocian con rocas ígneas intrusivas con fenocristales
de feldespatos en una masa fundamental cristalina de grano fino.
Además, se ha observado que existe una estrecha relación entre la mineralización y la
presencia de fases plutónicas tardías de textura porfídica, que fueron emplazados en
niveles sub-volcánicos de la corteza durante el enfriamiento de cuerpos graníticos
mayores.
Un yacimiento tipo pórfido cuprífero se caracteriza por ser de grandes volúmenes y
extensiones, entre 1 Mt y 10 Gt de mineral en rocas veteadas y ampliamente alteradas
en las que los minerales de mena se diseminan uniformemente en grados
relativamente bajos. En general, en los yacimientos tipo pórfidos cupríferos, la
concentración suele variar entre el 0,3% al 1% de Cu (cobre), aproximadamente el
0,1% de Mo (molibdeno) y aproximadamente 1 ppm de Au (oro).
Características de los Pórfidos Cupríferos
La mineralización en este tipo de yacimientos , se aloja en tipos de roca diferentes,
pero se centra y se relaciona temporalmente, con las intrusiones de composición
intermedia a félsica (52–77% en peso de SiO2).
A lo largo del mineral, y, gran parte de la roca alterada circundante, la pirita está
presente en hasta un poco por ciento de la roca como un mineral prominente.
La roca mineralizada y la roca circundante (roca encajonante) se caracterizan por
presentar pequeñas venas y vetillas estrechamente espaciadas entre las cuales la roca
se altera de manera penetrante.
Distribución de los Pórfidos en el mundo

Los depósitos de cobre están relacionados con ambiente de subducción (arcos


volcánicos continentales y oceánicos). Se forman al mismo tiempo que la subducción
activa o inmediatamente, después del cese de la subducción.
En el caso de los Andes, por ejemplo, un cinturón de pórfidos de edad Eoceno a
Oligoceno de 10 a 20 km de ancho ocurre a lo largo de aproximadamente 3000 km de
longitud paralela al margen continental desde Chile central y se extiende hacia Ecuador
y Colombia.
Distribución tectónica y temporal
Casi todos los depósitos de pórfido de cobre se forman dentro de arcos volcánicos,
tanto en arcos continentales, como en arcos de islas intraoceánicos. Los depósitos se
forman al mismo tiempo que la subducción activa o inmediatamente después del cese
de la subducción.
En el caso de los Andes, por ejemplo, un cinturón de pórfidos de edad Eoceno a
Oligoceno de 10 a 20 km de ancho ocurre a lo largo de aproximadamente 3000 km de
longitud paralela al margen continental desde Chile central y se extiende hacia Ecuador
y Colombia.
Los centros magmáticos donde se encuentran los depósitos tipo pórfido cuprífero,
cubren áreas de unos pocos kilómetros de diámetro y suelen estar marcados por
múltiples fases de pequeñas intrusiones a menudo anidadas, stocks de hasta 1–2 km
de diámetro, intrusiones irregulares en forma de diques y sub-verticales en forma de
dedos, e intrusiones que pueden ser tan estrechas como unos 20 m.
Estas intrusiones se pueden dividir en pre-minerales, syn-minerales (intra-mineral) y
pos-minerales en función de las relaciones transversales de las venas y la intensidad de
la alteración hidrotermal en las intrusiones.
Cuando se han datado radiométricamente las pequeñas intrusiones, se ha confirmado
que todas se han formado en períodos de tiempo de unos pocos millones de años y,
por lo tanto, durante la vida útil del centro magmático.
Cinturones de Pórfidos
En aquellas partes de la corteza terrestre, como los Andes, que han tenido una larga
historia de subducción episódica, se producen cinturones subparalelos de diferentes
edades, cada uno correspondiente a la posición del arco magmático a esa edad.
Genesis
Se han formado en ambientes subvolcánicos dentro del Terciario y en arcos
magmáticos antiguos alrededor del mundo. Están asociados con el emplazamiento de
uno o más stocks porfíricos subvolcánicos. Las partes superiores de un pórfido están
emplazadas entre 1 y 5 km de profundidad.
Las zonas de alteración hidrotermal se pueden extender lateralmente y verticalmente
Los cuerpos minerales son continuos, de cientos de metros a un par de km de
diámetro y profundidad, centrados en una o más de las pequeñas intrusiones del
centro magmático.
En la mayoría de los pórfidos, el grado de mineralización es uniforme o varía
gradualmente con la posición. El grado de concentración mineral aumenta progresiva y
gradualmente desde la periferia hasta los centros de los cuerpos.
Clasificación
La clasificación más usada se basa en el metal importante o en los metales contenidos
dentro de los depósitos individuales. Así se distinguen: Cu-Mo; Cu-Au; Cu, Au y Mo.
Los depósitos del tipo pórfido están espacialmente y genéticamente relacionados a
intrusiones porfíricas félsicas o intermedias. La mena está estructuralmente
controlada. Los intrusivos como la roca caja presentan un fracturamiento fuerte y
pervasivo.
Tipos de Vetillas
La mineralización y la alteración se presenta como múltiples generaciones de fracturas
rellenas a modo de vetillas stockwork o sheeted veins (laminadas).
Cuando ocurren stockworks densos, las vetillas pueden llegar a conformar entre el 10%
al 20% del volumen de la roca.
Las vetillas se desarrollan a lo largo del mineral y rodean inmediatamente las rocas
alteradas hidrotermalmente, aunque los núcleos de muchos depósitos de mineral
tienen densidades de vetillas mucho más bajas.
La secuencia en muchos depósitos de pórfidos cupríferos es:
1.-Vetillas tempranas (por ejemplo, tipo EB = de biotita temprana), que son
delgadas y con frecuencia tenues, junto con biotita, en algunos casos, la magnetita
recubre las vetillas.
2.-La fase principal de las venas y vetillas dominadas por el cuarzo, a menudo
de textura granular, que contienen calcopirita diseminada (venas de tipo A y B).
3.-Una fase tardía generalizada de venas tipo D: venas de cuarzo-pirita ±
calcopirita con halo de sericita, o pirita – clorita con halo de clorita.
El grado de mineral se correlaciona con la densidad y abundancia de las venas y vetillas
cuarzo dominantes A y B.
Esta clasificación está basada en el modelo típico de vetillas del Yacimiento El Salvador,
correspondiente a tempranas, transicionales y tardías.

Vetillas tardimagmáticas
Es probable, que la hematita -especuladita sea reconocida en profundidad junto a la
presencia de pirrotina y Cpy, como en blendas en Py, sea un episodio relicto de la fase
primaria durante la expansión inicial del sistema mineralizador.
Tempranas de biotita-magnetita (E.B)
- Vetillas de biotita con proporciones variables de albita, feldespato K, sericita verde,
anhidrita, actinoilota y en menor cantidad apatito, andalucita, corindón, cordierita
ilmenita y esfeno.
- Algunas vetillas tienen un débil halo albítico pálido.
- Las vetillas muestran una textura entre fina a gruesa. La actinolita es un constituyente
común de estas vetillas, siendo reemplazadas por biotita clorita.
Tradicionales E.B.A.
Esta vetilla presenta una textura granular de cuarzo-Feld K-Anhidrita y sulfuros, en
forma irregular , bordeada por un claro halo biotitico. Este tipo de vetilla puede ser
contemporánea , en profundidad y en niveles someros.
Tardimagmáticas tipo A
Corresponde a una vetilla de cuarzo de masa granular, de carácter irregular-sinuoso,
que contiene cuarzo-feldespato pertítico, anhidrita, Cpy, Bn y Py. La pirita siempre está
asociada con calcopirita, pero nunca con bornita. Presenta halos difusos de Feld K-
pertita. Estas vetillas tienen la particularidad que se inyectan en una roca aún plástica,
anterior al enfriamiento y fracturamiento intenso.
Transicionales
Vetas y vetillas de cuarzo tipo B
Se caracteriza por una vetilla de Qz, de paredes rectas, con anhidrita y sulfuros, pero
con ausencia total de Feld-K. El Qz es grueso y tiende a crecer desde las paredes hacia
el centro, dando lugar a una sutura central tipo diente de perro. Además, es común
observar Qz en bandas paralelas, molibdenita, calcopirita. Ocurren trazas de bornita y
en menor cantidad Py. Los sulfuros tienden a ser gruesos y ocupan el bandeamiento
paralelo a las paredes o grietas perpendiculares. Algunas vetillas B contienen
turmalina.
Vetillas transicionales
Esta vetilla micácea oscura se confunde fácilmente , con las vetillas de biotita
temprana (E.B.) pero las C cortan sistemáticamente a las EB y B y son cortadas por las
D.
Presentan abundantes sulfuros con sericita verde y biotita es característico, muy
escaso molibdeno y magnetita.
Vetillas tardías tipo D
Esta vetilla se compone de pirita principalmente, con menos anhidrita-cuarzo. El
cuarzo es libre de inclusiones fluidas y presenta un halo de feldespato destructivo
caracterizado por sericita.
La turmalina es común, en forma de rosetas y los halos de sericita o sericita-clorita
pueden o no tener halos externos de caolín-calcita.
La pirita es el sulfuro dominante con menor calcopirita, bornita, enargita, tenantita,
esfalerita y galena.

Alteración
La mineralización y la alteración se pueden encontrar ya sea en intrusivos como en las
rocas caja. El núcleo del sistema mineralizado contiene la alteración más intensa:
potásica. Agrega K a las rocas afectadas. Esta zona grada hacia afuera a una zona fílica
(cuarzo, muscovita, sericita). Luego pasa a una zona argílica donde se desarrollan
minerales de arcilla y cuarzo. La alteración más externa corresponde a la propilítica
(clorita, epidota y carbonato).
Distribución de la alteración
No todas las zonas de alteración se encuentran en todos los depósitos.La
mineralización presenta una núcleo de baja ley con pirita que grada hacia afuera, en
una zona de mena. En la zona de mena hay vetillas y diseminación de pirita con
calcopirita y molibdenita.
En los pórfidos de cobre la zona de mena se encuentra en la zona de alteración
potásica y puede extenderse a la zona fílica.
Mineralización
Los minerales de mena de grado más alto ocurren comúnmente en la zona de
alteración potásica. La zona de clorita-sericita también puede ser huésped de
minerales de mena.
En los depósitos de pórfido de Cu, los minerales de mena se localizan cerca del límite
entre las zonas de alteración potásica y fílica, en algunos depósitos, o está en gran
parte dentro de la zona fílica. Cuando la mineralización de alto grado se encuentra en
la zona fílica, se interpreta que la alteración fílica tiene una sobreimpresión anterior a
la alteración potásica o de clorita-sericita.
Distribución de la mineralización
Existe una zonación de la mineralización hipógena (de centro hacia afuera): Bornita,
Cpy y Py. La Mo aparece de manera variable y el Au, de existir, se encuentra en los
bordes de los sulfuros.
Segunda Ebullición
La formación de depósitos hidrotermales económicos depende de los siguientes
factores:
-La naturaleza del magma: Su composición, contenido de azufre, cloro, etc.,
especialmente de H2O, y sus parámetros termodinámicos.
-Ambiente geológico y tectónico, especialmente la profundidad de emplazamiento del
magma (Burnham y Ohmoto, 1980).
La importancia de los contenidos de H2O reside en el control que ésta ejerce en la
etapa de cristalización, cuando se separa una fase fluida (fluido hidrotermal), mediante
la segunda ebullición, la cual a su vez provoca el fracturamiento de la roca de caja y la
actividad hidrotermal subsecuente (Burnham y Ohmoto, 1980).
La segunda ebullición provoca la liberación de energía mecánica durante el
emplazamiento y la cristalización de magmas félsicos hidratados a poca profundidad.
Esta liberación de energía se ve manifestada en los yacimientos de tipo pórfido, en
donde las partes marginales de los cuerpos intrusivos porfíricos y la roca de caja que
los alberga, aparecen intensamente fracturados, y en los numerosos cuerpos de
brecha que también aparecen (Burnham, 1985). Se estima que la segunda ebullición
sería la mayor causa del fracturamiento en estos sistemas (Burnham, 1985).

La formación de estos depósitos involucra el proceso de la segunda ebullición


(retrógrada): el agua satura un magma como resultado de su cristalización. Al
cristalizar el magma aumenta el volumen de agua disuelta en el magma fundido ya
que el agua no se incorpora en los silicatos en cristalización.
El proceso de segunda ebullición libera agua en forma gaseosa, concentrando
elementos en solución como el S, Cu, Mo, Au.
El exceso de presión producto de esta ebullición produce fracturamiento y
brechización de las rocas intrusivas, cajas.
La liberación de esta energía está asociada a procesos magmáticos tardíos, y se libera
fundamentalmente a través de dos procesos que son secuenciales y se repiten:
1) Segunda ebullición: Exsolución de la fase volátil desde el magma saturado en H2O.
2) Descompresión posterior del fluido exsuelto.

Características comunes
Los sistemas de pórfidos de cobre tienen 3 rasgos comunes:
1.- Asociados con rocas intrusivas porfíricas félsicas epizonales. Puede que no esté
expuesta en superficie pero investigando en profundidad aparece su presencia.
Aunque los abanicos de diques presentes en los niveles altos, el núcleo de este sistema
es el plutón o stock o stock complejo.
2.- La mena se encuentra en un stock mineralizado y alterado. El stock es el principal
control estructural del sistema. Sugieren que algunos sistemas de pórfidos están
controlados por vetas, pero es raro.
Esta asociación con stock no excluye la presencia de vetas ni de fallas, ahora
mineralizadas, que pueden haber controlado el emplazamiento del magma en alguna
manera. El stock controla la mineralización del pórfido.
3.-Los depósitos representan una anomalía de azufre en la corteza y una concentración
de cobre. Sin azufre, no habría depósito, independiente de cuanto cobre lleve la
solución que fluye a través de las rocas.
La composición de la roca caja influye en la mineralogía de la alteración, de los
minerales de mena y los patrones de vetas del stock.
Estos yacimientos están asociados a arcos magmáticos de márgenes continentales y a
magmatismo calco-alcalino de composición intermedia.
La roca huésped es típicamente granodiorita, cuarzo-monzonita y pórfido andesítico,
asociado a sistemas intrusivos multifacéticos y comúnmente relacionado con etapas
tardías de la evolución magmática.
Distribución
Estos depósitos se encuentran en áreas orogénicas tales como los Andes de Chile y
Perú, la Cordillera de Canada (British Columbia) y las regiones del Pacífico suroeste:
Filipinas, indonesia y Papua (Nueva Guinea). Bingham Canyon (Utah, USA) primero en
producción en 1905 y luego Morenci (Arizona, USA) en 1907, los que todavía se
explotan.
En Chile El Teniente comenzó a explotarse en 1906 y Chuquicamata en 1915 (ambos
todavía en explotación). Potrerillos comenzó en 1926 y paralizó en 1958; se extrajeron
210 Mt @ 1.1% Cu y 0.25 g/t Au (todavía hay ~170 Mt @ 1% Cu en menas mixtas
(sulfuros + óxidos) que constituyen el Proyecto San Antonio de Codelco.
Exploración
La exploración de estos sistemas incluye a geoquímica, geofísica (magnetometría,
electromagnéticos, polarización inducida). Se concentra en regiones donde existen
rocas intrusivas félsicas a intermedias, particularmente aquéllas donde existe una
historia con múltiples intrusiones y brechización o fracturamiento de las rocas en
contacto con las rocas de caja. Exploraciones de más detalle se concentran en definir
halos de alteración que gradan lateralmente desde el núcleo del sistema mineralizado.
Estos sistemas son detectables en las imágenes satelitales las que muestran anomalías
de color relacionadas con cuerpos intrusivos.
Los sistemas de pórfidos de Los Andes son detectables en imágenes de satélite que
muestran anomalías de color relacionadas a sus halos de alteración hidrotermal. Los
levantamientos geofísicos de superficie incluyen la polarización inducida (IP) para
detectar sulfuros diseminados y magnetometría, ya sea para detectar la presencia de
magnetita hidrotermal o destrucción de minerales magnéticos por alteración fílica.
Edades
En Chile existen varias franjas de pórfidos Cu-Mo de distintas edades:
· Cretácico Inferior: En explotación Andacollo.
· Paleoceno - Eoceno Inferior: Cerro Colorado, Lomas Bayas - Fortuna del Cobre en
explotación; Spence en desarrollo.
· Eoceno Superior - Oligoceno Inferior: Quebrada Blanca, Rosario de Collahuasi, Ujina,
El Abra, Radomiro Tomic, Chuquicamata, La Escondida, Cerro Zaldivar, El Salvador.
· Mioceno Superior - Plioceno: Los Pelambres, Río Blanco, Los Bronces, El Teniente.
Las dos franjas más jóvenes de pórfidos cupríferos chilenos son las más importantes
desde el punto de vista económico tanto por el número, como por el volumen y ley de
los yacimientos.
En Chile existen también pórfidos de Cu-Au en la zona de Maricunga (Alta Cordillera de
Copiapó), los que son de edad Miocena (Ej. Cerro Casale). Algunos de ellos como Lobo
y Marte son ricos en Au (1.43 y 1.6 g/t Au) y pobres en Cu (0.05 y 0.12% Cu) y Mo (46 y
~10 ppm) y han sido denominados pórfidos auríferos (Vila y Sillitoe, 1991).

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