Efectos de Tratamiento Fisioterapeutico en Pacientes Con Lesión en Isquiotibiales

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Universidad Arturo Michelena

Facultad de Ciencias de la Salud

Escuela de Fisioterapia

EFECTOS DE TRATAMIENTO
FISIOTERAPEUTICO EN PACIENTES
CON LESIÓN EN ISQUIOTIBIALES
Profa.Anircia Figueroa

AUTORES:
Angelismar Taguaripano
C.I 28.050.914
Albanis Carrizales
C.I 31.788.107
Jose Perez
C.I 30.653.117
Introducción

El músculo esquelético es un órgano formado por tejido musculoesquelético, tejido


conjuntivo, tejido nervioso y vasos sanguíneos. La unidad estructural básica del tejido
musculoesquelético es el rabdomiocito o fibra muscular, constituido fundamentalmente por
miofibrillas compuestas por miofilamentos de actina y miosina. También existen otro tipo de
células en menor cantidad, las células satélite. El tejido conjuntivo es imprescindible para la
trasmisión de fuerzas, ya que rodea tanto a las fibras musculares individuales (endomisio),
como a grupos de fibras formando un haz o fascículo (perimisio), y a todos los fascículos que
forman el músculo (epimisio). Las características de cada músculo están determinadas en parte
por las dimensiones y orientación de sus fibras y fascículos (1).

Ahora bien, la lesión de los isquiotibiales constituye un porcentaje importante del total de las
lesiones músculo-esqueléticas agudas producidas durante actividades deportivas realizadas
tanto a nivel profesional como amateur. De esta forma, diferentes atletas, tales como
corredores y los participantes en disciplinas deportivas de equipo como el fútbol, el rugby, el
baloncesto o el cricket, son especialmente propensos a padecer esta lesión. La prevalencia de
dicha lesión reportada en diferentes estudios se encuentra entre el 8 y el 25% dependiendo del
deporte en cuestión. Además, esta lesión presenta un alto riesgo de recurrencia, la cual se suele
producir dentro de las dos primeras semanas después del regreso al entrenamiento
normalizado, fijándose ésta, durante la primera semana, en torno al 13%, en un 8% durante la
segunda semana y en un 34% de los casos para el riesgo acumulado durante toda la
temporada.(2)

En cuanto a la localización más frecuente de la lesión, la literatura científica refleja al bíceps


femoral y, concretamente, a su porción larga, como el lugar donde habitualmente se localiza el
daño muscular. Este grupo muscular tiene la capacidad de producir grandes fuerzas, lo que
tiene una importante repercusión en aquellas situaciones deportivas que impliquen
aceleraciones, acciones a alta velocidad y cambios de dirección. Por lo tanto, la evidencia
científica reciente ha sugerido que esta musculatura es vulnerable a las lesiones en los
instantes finales de la fase de "balanceo"durante la carrera, donde hay un rápido cambio de
una función de tipo concéntrico a excéntrico, cuando la pierna está desacelerando para
impactar contra el suelo. Durante la segunda fase del "balanceo" los isquiotibiales se activan,
estirándose y actuando excéntricamente para desacelerar la cadera, al mismo tiempo que se
extiende la rodilla para preparar el contacto del talón con el suelo. Este mecanismo lesional es
el que justifica en gran medida la prevalencia de esta lesión en deportes que suponen
actividades como sprint, aceleraciones, desaceleraciones, rápidos cambios de dirección y
saltos.(2)
Por esta razón, varios factores han sido considerados como favorecedores del riesgo de lesión
de la musculatura isquiotibial. Dicha lesión puede ocurrir debido a un solo factor, pero es
probable que en la mayoría de las ocasiones la lesión se produzca como resultado de una
interacción entre varios factores, lo que sugiere un enfoque multimodal y multidisciplinario en
cuanto a las estrategias de prevención. En este sentido, son diversas las estrategias de
prevención utilizadas por entrenadores y fisioterapeutas para reducir la aparición de este tipo
de lesiones, tales como estiramientos, trabajo muscular excéntrico, estabilización
lumbo-pélvica, entre otras muchas.2 De modo que, el mayor estiramiento músculo-tendinoso
se produce sobre el bíceps femoral, lo que puede contribuir a que éste sea el músculo que
mayor tendencia tiene a lesionarse. Por otro lado, cuando la lesión se produce por un
sobreestiramiento, la localización más común es el tendón proximal del semimembranoso.( 3)

Dentro de los deportes de equipo, específicamente en el fútbol masculino se estima que el


37%-47% de las lesiones musculares son lesiones isquiotibiales, siendo así la lesión que no
conlleva contacto más prevalente en este deporte (Shalaj et al., 2020). Específicamente
Espinoza Navarro y Valle (2016) detallan que un 53% de las lesiones isquiotibiales se darán
concretamente en el músculo bíceps femoral. De forma más precisa, Higashihara et al. (2015)
aluden a una prevalencia lesional más alta en la cabeza larga de este músculo. Por su parte De
Hoyo et al., (2013) especifican que cuando esta lesión es producida por un sobreestiramiento,
la localización más común será el músculo semimembranoso. No solo será en deportes de
equipo donde la lesión isquiotibial sea altamente prevalente. Los deportes individuales de
velocidad, como la carrera de corta distancia, las vallas y los saltos (salto de longitud, salto de
altura, triple salto) también son especialidades con un alto riesgo de padecer una lesión de este
tipo. Así, se calcula que alrededor del 50% de las lesiones en velocistas se deben a lesiones
isquiotibiales (Yeung et al., 20145).(4)

Además, se estima que la causa de la lesión más común en este tipo de especialidades es el
sobreuso, así como que el 90% de las lesiones por uso excesivo o inadecuado se dan en los
miembros inferiores (Lundberg Zachrisson et al., 2021). Por último, debe señalarse que la
lesión isquiotibial es la más prevalente durante las competiciones internacionales de atletismo
(11,4% de las lesiones) (Tokutake et al., 2018). Tokutake y Kuramochi (2020) afirman que la
lesión en el muslo fue la más predominante en el campeonato europeo de atletismo de 2012,
siendo la lesión isquiotibial la que más se repitió entre éstas. Estos mismos autores describen
la lesión isquiotibial como “un dolor en la parte posterior del muslo sufrido por un atleta,
requiera éste o no de atención médica, y conlleve o no pérdida de tiempo de entrenamiento”.
En los últimos años las lesiones isquiotibiales se han considerado con una de las patologías
más comúnmente presentadas en los deportistas, lo que ha aunado la heterogeneidad de los
signos y síntomas encontrados en las personas afectadas, haciendo que éstos puedan ser
tratados con técnicas multimodales ofrecidos en la fisioterapia. La lesión de isquiotibiales es
una de la más frecuente y con más incidencia de recibidas en el mundo del deporte, la lesión
de esta musculatura es multifactorial, puede deberse a factores externos o internos. La
sintomatología clínica de una lesión en los isquiotibiales es el dolor repentino y agudo en la
parte posterior del músculo, inflamación, hematoma, debilidad e incapacidad de movimiento.
El diagnóstico es mediante la historia del paciente y un examen físico. (1)

Es así como la fisioterapia juega un papel importante para la protección máxima hasta el
fortalecimiento de la zona afectada para su no reincidencia. En relación a lo mencionado
anteriormente, Rodríguez (2018) en su investigación denominada “Efectividad del ejercicio
terapéutico sobre la funcionalidad en deportistas con lesión de isquiotibiales: una revisión
literaria y algoritmo de tratamiento basado en la evidencia” tuvo como objetivo principal
hacer una síntesis de la evidencia para explorar la efectividad del ejercicio terapéutico en la
mejora de la funcionalidad en deportistas con lesiones de isquiotibiales. El autor utilizó un
total de dieciséis (16) estudios experimentales y cuasi experimentales para evaluar la
efectividad o no del tratamiento investigado.2

Asimismo, concluyó que luego de la revisión bibliográfica analizada, muestran cómo el


ejercicio parece ser efectivo en la mejora de la funcionalidad tras una lesión de isquiotibiales
en deportistas siendo el ejercicio excéntrico el más estudiado hasta ahora, y el que ha
demostrado resultados más prometedores. Por otra parte, López (2020) en su investigación
titulada “Fisioterapia en la prevención y tratamiento de la lesión de isquiotibiales en
deportistas: revisión sistemática” plantearon un análisis literario existente sobre la prevención
y los ejercicios con más evidencia para prevenir las lesiones isquiotibiales, utilizando la
revisión bibliográfica de ensayos clínicos aleatorios publicados entre el 01/01/2015 y
12/12/2020 en las bases de datos de Pubmed, Pedro y Cochrane, tomando en consideración los
siguientes criterios de inclusión: ensayos clínicos aleatorios, deportistas, uso de ejercicios
nórdicos, idioma inglés y castellano, puntuación en la Caspe mayor o igual a 7 y respuesta
afirmativa a las tres primeras preguntas.

De esta manera concluyeron que los ejercicios nórdicos son los que tienen mayor evidencia
científica presente a la hora de la prevención y del tratamiento de la lesión isquiotibial en el
deporte. Del mismo modo, las investigaciones señaladas convergen en estudios bibliográficos
realizados en función de verificar la eficacia de la fisioterapia como medicina física y
rehabilitación en el caso de las lesiones isquiotibiales, logrando en su totalidad mejoras
notables en el paciente. En un caso de varón de 28 años, corredor velocista que presenta
clínica dolorosa y de impotencia funcional en región posterior del muslo derecho que aparece
en el momento del sprint y al iniciar el pie de batida en la longitud, luego de su valoración
estática, dinámica y bilateral, se observó luego de la aplicación de tratamiento de fisioterapia
que el paciente redujo el dolor en la zona afectada, reducir inflamación y contracción
submáxima sin dolor en decúbito prono. 4

Sin embargo, los pacientes que hayan sufrido un síndrome de isquiotibiales pasarán por un
proceso más complejo debido a la patología y a la posible afectación del nervio ciático,
complicando tanto la sintomatología como el tratamiento. Estos pacientes comenzaran por una
fase aguda donde principalmente se tratará todo lo relacionado con la disminución del dolor.
En cambio, los pacientes que avanzan a la fase subaguda se iniciarán a un programa de
contracciones musculares progresivas que irán de baja intensidad/carga a alta intensidad/carga,
cumpliendo siempre los criterios de progresión, con el objetivo de reorganizar y fortalecer la
estructura del tendón disminuyendo la sintomatología. Posteriormente, se comenzaría el
protocolo de prevención para evitar futuras recaídas. 5

Ahora bien, específicamente en el protocolo de prevención, tomando en consideración


estudios que muestran que el desgarro de los isquiotibiales son el diagnóstico más común en
atletismo, suponiendo entre el 16-26% de todas las lesiones registradas, parte del programa de
fisioterapia es el control mensual de la tensiomiografía y electromiografía del paciente para
tomar datos cuantitativos de la región isquiotibial, observando su evolución luego del
tratamiento. 6

Para concluir, en un caso clínico de paciente femenino de 28 años, futbolista recreativa


intervenida quirúrgicamente por reconstrucción de LCA izquierdo con autoinjerto de
semitendinoso, que recibió tratamiento fisioterapéutico durante 7 meses, mediante un
macrociclo de entrenamiento periodizado por fases de recuperación biológica en un gimnasio
con el uso de pesas y entrenamiento funcional deportivo, al término del tratamiento el
miembro sano mostró 135° en flexión de rodilla, 48 centímetros en circunferencia de muslo,
26 repeticiones en leg curl y 28 repeticiones en leg. Esto demostró que el tratamiento
fisioterapéutico puede tomarse como guía para manejar reconstrucciones de LCA y otras
lesiones.7

Probablemente, el factor de riesgo más importante para la rotura isquiotibial es la existencia de


una lesión anterior en dicha musculatura. Así, estudios previos han reflejado que aquellos
deportistas con una historia previa de lesión isquiotibial presentan de dos a seis veces más
probabilidades de sufrir una recaída a lo largo de su vida deportiva. La mayoría de las recaídas
se suelen producir dentro de los dos primeros meses después del regreso a la competición,
aunque el riesgo continúa en el tiempo. El tamaño y la gravedad de la lesión inicial no se ha
podido asociar de forma significativa con la recurrencia dentro de una misma temporada43. Sin
embargo, los deportistas con grandes lesiones sí presentan un riesgo de recurrencia
significativamente mayor dentro de las dos siguientes temporadas.6

En la actualidad, la evidencia científica sobre la influencia de la debilidad muscular de los


isquiotibiales como factor de riesgo es contradictoria47. La falta de fuerza de los músculos
isquiotibiales ha sido uno de los factores de riesgo que con más frecuencia se ha asociado con
la lesión de dicha musculatura. Así por ejemplo, se ha sugerido que una falta de fuerza de los
isquiotibiales no permite al deportista contrarrestar al cuádriceps durante la extensión de la
rodilla en la fase final del "balanceo" de la carrera. En este sentido, Bennel et al. analizaron el
torque máximo durante la pretemporada, así como durante la temporada, en deportistas de
equipos de fútbol australiano, no observándose diferencias entre los jugadores lesionados y no
lesionados. Además, estos autores indicaron que un déficit de un 10% entre ambas piernas no
fue un factor predictor estadísticamente significativo, si bien, la muestra utilizada era de 12
sujetos, lo cual puede limitar estas apreciaciones. Del mismo modo, Arnason et al.41 no
encontraron una relación estadísticamente significativa entre la potencia muscular de los
isquiotibiales y la tasa de lesiones en jugadores profesionales de fútbol. No obstante, en un
estudio previo, sí encontró una relación estadísticamente significativa entre la menor fuerza de
estos músculos y la incidencia lesional, de forma que la extremidad lesionada presentaba un
nivel de fuerza menor en comparación con el lado sano. Igualmente, Orchard , tras analizar un
total de 672 lesiones de isquiotibiales en fútbol americano, también identificó este déficit de
fuerza en relación a la pierna no lesionada como factor de riesgo. Bajo este mismo punto de
vista, Orchard et al. encontraron que aquellos jugadores que sufrieron esta lesión durante la
temporada habían mostrado en un análisis previo durante pretemporada un disbalance en el
ratio entre la fuerza de los isquiotibiales lesionados y los isquiotibiales no lesionados
(ISQl/ISQnl) a una velocidad de 60o/s, no observándose diferencias cuando las velocidades
fueron de 180 y 300o/s. Del mismo modo, mientras que una diferencia superior al 10% entre el
torque máximo de las dos piernas para la fuerza de los isquiotibiales (ISQl/ISQnl < 0,9) ha
sido propuesto como un factor de riesgo para sufrir esta lesión, Bennel et al., como ya se ha
comentado, observaron en su estudio que éste no fue un factor predictor de dicha lesión.

Según la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), el fútbol es el deporte más popular en el


mundo reconociendo a 200.000 futbolistas profesionales a nivel mundial y a más de 265
millones de futbolistas aficionados, de los cuales el 80% aproximadamente son hombres y el
20% restante son mujeres (Arliani, Belangero, Runco y Cohen, 2011). El fútbol es un deporte
de equipo en el que se diferencian diversas posiciones: portero, defensa central, defensa
lateral, medio-centro, media-punta, extremo y delantero. Los partidos tienen una duración de
90 minutos divididos en dos partes de 45 minutos cada una más un pequeño tiempo añadido a
juicio del árbitro (Guillén, 2014). En la práctica del fútbol existe una importante incidencia de
lesiones debido a las altas exigencias neuromusculares y articulares que se producen en este
deporte (Junge y Dvorak, 2004). Concretamente las lesiones musculares son comunes en
deportes con altas demandas de velocidad y potencia como en el caso del fútbol (Askling,
Karlsson y Thorstensson, 2003).
Dichas lesiones musculares son un problema muy importante en el fútbol profesional
constituyendo más de un tercio de las ausencias totales por lesión en un equipo de fútbol
profesional (Ekstrand, Hägglund y Waldén, 2011). Dentro de ellas, las lesiones por distensión
en la musculatura isquiosural (HSI), son la causa más común de pérdida de entrenamiento y
tiempo de competición en deportes de equipo, representando el 30% de todas las lesiones
(Opar, Williams y Shield, 2012). En el fútbol profesional, aproximadamente uno de cada cinco
jugadores sufre una HSI en alguna temporada, y más del 20% de estos se convierten en
reincidentes de esta misma lesión (Ekstrand, Lee y Healy, 2016 en Bourne et al., 2018). Todo
ello supone un grave problema dentro del fútbol profesional debido a que las lesiones en los
futbolistas se traducen en grandes problemas para los intereses económicos y deportivos de los
clubes (Small, McNaughton, Greig y Lovell, 2009). Por desgracia, estas lesiones tienen un
origen multifactorial y variado, de modo que el estudio de dichas lesiones queda bastante
limitado así como su prevención mediante estrategias de entrenamiento (Cos, Cos,
Buenaventura, Pruna y Ekstrand, 2010). A pesar de toda la investigación y comprensión
adicional de HSI en los últimos 20 años, no se ha reducido la incidencia de lesiones y la tasa
de HSI sigue siendo extremadamente alta.6
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Castañeda, B. Implicancia del ejercicio terapéutico en lesiones de isquiotibiales. [Trabajo de


Grado]. Lima - Perú. Universidad INCA Garcilaso de la Vega; 2022.

2. Rodríguez, J. Efectividad del ejercicio terapéutico sobre la funcionalidad en deportistas con


lesión de isquiotibiales: una revisión literaria y algoritmo de tratamiento basado en la
evidencia. [Trabajo de Grado]. España. Universidad de Málaga; 2018.

3. López, C. Fisioterapia en la prevención y tratamiento de la lesión de isquiotibiales en


deportistas: revisión sistemática. [Trabajo de Grado]. España. Escuelas Universitarias
Gimbernat – Cantabria; 2020.

4. Gebellí, J. Caso Clínico 2. Deporte adaptado y la gestión del proceso de lesión. [Trabajo de
Grado]. Catalán. Universitat Rovira i Virgili; 2020.

5. Bermúdez, D., Mundt, M., y Ojeda, T. Síndrome de isquiotibiales en deportistas:


diagnóstico de fisioterapia, protocolo de prevención y tratamiento. [Trabajo de Grado]
Cantabria. Escoles Universitaries Gimbernat i Tomás Cerdá; 2016.

6. Fernández, E., y Pocard, A. Protocolo de prevención de lesiones de los músculos


isquiotibiales durante la carrera de alta velocidad. [Trabajo de Grado] Madrid.
Universidad Europea Madrid; 2022.

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