Pagan Jimenez
Pagan Jimenez
Pagan Jimenez
De antiguos pueblos
y culturas botánicas
en el Puerto Rico indígena
El archipiélago borincano y la llegada de los
primeros pobladores agroceramistas
A mi Arelis.
A todos(as) los cultivadores de plantas del planeta –los de antes y los de ahora–,
especialmente a los de Puerto Rico, de Vieques (de todas Las Antillas) y de México.
A cada uno de los individuos que constituyeron, hace cerca de 2300 años, los antiguos
pueblos que hoy conocemos como La Hueca y Punta Candelero. Ahora entendemos un poco
más sobre sus vidas y cotidianidades cuando vivieron en nuestras Antillas del norte.
A todas las personas o grupo de ellas que aún hoy, rodeados por tan avasallador
“desarrollo”, creen y viven responsablemente de la naturaleza y de las plantas.
A este Caribe y a aquel otro; a ese Gran Caribe que rebasa, y a la misma vez arrulla, a una
incomprendida islita, a una bella nación que llamamos Puerto Rico.
Resumen
La presente investigación profundiza en las los almidones procedentes de plantas conocidas. Las
interrelaciones fitoculturales de dos comunidades herramientas arqueológicas estudiadas fueron ubicadas
Huecoide que se asentaron en las islas de Vieques y en tres fases temporales por cada sitio arqueológico, lo
Puerto Rico (La Hueca y Punta Candelero) hace que permitió desarrollar un análisis y discusión
aproximadamente 2,300 años. Los objetivos planteados diacrónico sobre la producción y uso diferenciado
fueron, entre otros: a) caracterizar por primera vez la (alimentico, ritual, medicinal) de plantas. Los resultados
agroeconomía de estos pueblos y, b) interpretar el obtenidos sugieren que lo que conocemos como cultura
desempeño de las plantas como objetos naturales La Hueca en Las Antillas fue inicialmente el producto de
humanizados y utilizados conscientemente durante los movilizaciones humanas, ocurridas ca. 500 a.C., desde la
procesos de movilidad humana inter-Caribeña. Con la región que comprende actualmente los territorios de
finalidad de comprender las características de los Costa Rica, Panamá, Colombia y las tierras bajas de
procesos adaptativos Huecoide en los sitios estudiados, Ecuador. La estrategia adaptativa inicial de los
se elaboró un marco referencial constituido por la pobladores Huecoide en Vieques consistió en la
ecología cultural y la fenomenología hermenéutica. aplicación de un sistema agroeconómico conocido por
Aunque ambos enfoques parecen antagónicos, fue ellos, típicamente continental (itsmo-colombiano), en el
posible conciliar los principales aspectos de ellos que se cual el uso de la yuca, el maíz, la batata, la yautía y otras
refieren a las estrategias adaptativas y a los aspectos plantas más fueron importantes como alimento, pero
relacionales que ocurren entre el ente humano, el entorno también como objetos culturizados utilizados para
biofísico y el cultural. La idea de un marco referencial enfrentar los nuevos espacios. Asimismo, el uso
“híbrido” respondió a la búsqueda de un conjunto de diferencial de plantas posterior a su arribo a Vieques y
interpretaciones arqueológicas que pudiese mostrar el rol Puerto Rico, muestra que los grupos estudiados fueron
dinámico de la agencia humana en los procesos adoptando y adecuando, paulatinamente, plantas de
culturales adaptativos de una parte de la historia antigua origen antillano en su sistema de preferencias, y a la
antillana. Este trabajo es un primer paso al respecto. misma vez, siguieron incorporando nuevas plantas
continentales.
Luego de construir las herramientas teóricas, se pudo
elaborar un programa de investigación arqueobotánica a La investigación realizada ofrece las primeras
partir del estudio de gránulos de almidón aplicado a dos
interpretaciones arqueológicas, apoyadas por un
conjuntos de herramientas líticas relacionadas con el
sistemático estudio arqueobotánico, de algunos de los
procesamiento de plantas. Primeramente, se construyeron
procesos socioculturales que hicieron posible a dos
varios protocolos de análisis para los almidones y se
estableció una colección de referencia moderna de comunidades Huecoide persistir y evolucionar en un
fuentes vegetales importantes para la región. Esta tarea dinámico ambiente de interacciones humanas y naturales
sirvió para contrastar los almidones arqueológicos con en el norte de Las Antillas.
i
Résumé
Le travail de recherche présenté traite des relations provenant de plantes connues. Les outils archéologiques
phyto-culturelles de deux communautés Huecoïdes qui se étudiés ont été placés en trois phases temporelles pour
sont installées sur les îles de Vieques et de Porto Rico chaque site archéologique, ce qui a permis de développer
(sites de La Hueca et de Punta Candelero), il y a environ une analyse et une discussion diachronique sur la
2300 ans. Les objectifs visés ont été, entre autres: a) de production et l'utilisation différenciée des plantes:
caractériser, pour la première fois, l'agroéconomie de ces alimentaire, rituelle ou médicinale. Les résultats obtenus
populations et b) d’interpréter le rôle des plantes suggèrent que ce que nous connaissons aux Antilles
comme éléments naturels, humanisés et utilisés comme culture la Hueca a été au départ, le produit des
consciemment durant les processus de mobilité humaine déplacements humains qui se sont déroulés autour de 500
dans la Caraïbe. Afin de comprendre les caractéristiques av. J.C à partir de la région qui comprend actuellement
des processus d'adaptation Huecoide sur les sites étudiés, les territoires du Costa Rica, du Panama, de la Colombie
il a été instauré un cadre référentiel constitué d’une part et des terres basses de l'Equateur. La stratégie
par l'écologie culturelle et d’autre part par la d'adaptation initiale des groupes huecoides qui ont
phénoménologie herméneutique. Bien que les deux peuplé Vieques a consisté à appliquer le système
analyses semblent antagonistes, il a été possible de agroéconomique typiquement continental qu’ils
concilier les principaux aspects se référant aux stratégies connaissaient dans l’isthme-colombien, système dans
d'adaptation et aux aspects relationnels qui se tissent lequel l'usage de la yuca, du maïs, de la patate, de la
entre l'être humain et son environnement biophysique et yautia et d'autres plantes a été important, comme
culturel. L’'idée d'un cadre référentiel "hybride" répond aliments mais aussi comme éléments civilisés utilisés
à la recherche d'un ensemble d'interprétations pour faire face à de nouveaux espaces. En effet, l'usage
archéologiques qui puissent montrer le rôle dynamique différencié de plantes postérieures à leur arrivée à
de l'organisation humaine dans les processus culturels Vieques et à Porto Rico montre que les groupes étudiés
d'adaptation d'une partie de l'histoire antillaise ancienne. ont adopté et adapté, progressivement, des plantes
Ce travail apporte un premier éclairage sur le sujet. d'origine antillaise dans leur système de préférences et
qu’en même temps, ils ont continué à y incorporer de
Une fois les outils théoriques construits, il a été possible nouvelles plantes d'origine continentale.
d'élaborer un programme de recherches archéobotaniques
à partir de l'étude de grains d'amidon appliqué à deux S'appuyant sur une étude archéobotanique systématique,
ensembles lithiques mis en relation avec le traitement l'étude réalisée offre les premières interprétations
des plantes. Il a été premièrement mis en place différents archéologiques de quelques-uns des processus
protocoles d'analyses pour les amidons puis ensuite une socioculturels qui ont permis à deux communautés
collection moderne de références des sources végétales huecoïdes de persister et d'évoluer dans le nord des
importantes pour la région. Cette tâche a servi à A ntille s, d ans un environne ment d yna m iq ue
différencier les amidons archéologiques des amidons d'interactions humaines et naturelles.
iii
Samenvatting
Het onderzoek richt zich op de ecologie en tuinbouw van De bestudeerde archeologische werktuigen uit de twee
twee Huecoide gemeenschappen die zich ongeveer 2300 archeologische vindplaatsen komen uit drie temporale
jaar geleden vanuit het vasteland van Zuid-Amerika op fases. Dit heeft een diachronische analyse en discussie
de eilanden Vieques (la Hueca) en Puerto Rico (Punta mogelijk gemaakt over de productie en het gediffe-
Candelero) hebben gevestigd. De belangrijkste doelen rentieerde gebruik (als voeding, ritueel element,
van het onderzoek zijn: het karakteriseren van de geneesmiddel) van de planten. De verkregen resultaten
horticultuur van deze gemeenschappen; het vaststellen suggereren dat hetgeen archeologisch bekend staat als de
van de omgang met voedselgewassen en planten en de La Hueca cultuur op de Antillen, oorspronkelijk een
voorstelling ervan in de materiële cultuur; het vaststellen product was van menselijke mobiliteit in de regio van
van de rol van deze voorstellingen in het systeem van Costa Rica, Panamá, Colombia en het laagland van
mobiliteit en uitwisseling in het Caribische gebied. Ecuador.
v
Abstract
The present work inquires into the phyto-cultural reference collection made possible to contrast
interrelationships of two Huecoid communities that archaeological starch grains with the ones obtained from
inhabited Vieques and Puerto Rico (La Hueca and Punta known plants. The analyzed archaeological tools were
Candelero) around 2300 years ago. The primary inserted within three temporal phases for each
objectives of this investigation were, among others: to archaeological site, which allowed us to address
characterize for the first time the agroeconomy of these diachronically shifts in production and use (i.e.,
communities and to interpret the role of plants as subsistence, medicinal, ritual) of plants. The obtained
humanized natural objects which were consciously used results suggest that what we know as the La Hueca
during the movement of these peoples across the insular culture of the Antilles was initially the product of human
Caribbean. W ith the aim of understanding the movements that started around 500 BC, from the
characteristics of the adaptive processes of these Huecoid territories of Costa Rica, Panama, Colombia and lowland
people in these sites, a conceptual framework constituted Ecuador. The initial adaptive strategy of the Huecoid
by a combination of cultural ecology and hermeneutic inhabitants of Vieques consisted on the application of a
phenomenology was established. Although both of these continental (isthmo-colombian) agroeconomic system, in
approaches seem antagonistic at first glance, it was which plants such as manioc, maize, sweet potato, and
possible to conciliate their principal premises that make yautía, among others, were highly important not only as
reference to the adaptive strategies and the relational foodstuffs, but also as cultured objects employed for
aspects that take place between humans and their dealing with their new landscapes. In that same light, the
biophysical and cultural landscapes. The idea of a differential use of plants after their arrival to Vieques and
“hybrid” conceptual framework responded to the search Puerto Rico shows that the studied groups were adopting
of archaeological interpretations that could show the and adapting, gradually, Antillean plants into their
dynamic role of human agency in the adaptive cultural system of food preferences while continuing to
processes that took place during this early part of the incorporate new continental plants.
ancient history of the Antilles.
This investigation offers the first archaeological
After articulating the theoretical framework, it was
inte rp re ta ti o n s , s u p p o rte d b y a s ys te m a t i c
possible to elaborate an investigative archaeobotanical
archaeobotanical study, of some of the socio-cultural
program based on the study of starch grains applied to
processes that made possible for two Huecoid
two lithic assemblages associated to plant processing.
communities to persist and evolve in a dynamic
First, a set of protocols for the analysis of starch grains
landscape of human and natural interactions in the
was established. Then, a reference collection of
northern Antilles.
important plants from the region was assembled. This
vii
Tabla de Contenido
Resumen i
Résumé iii
Samenvatting v
Abstract vii
Índice ix
Lista de Figuras xi
Lista de Cuadros xii
Agradecimientos xv
Prefacio xxi
Prólogo de Reniel Rodríguez Ramos xxiii
Introducción general 1
Planteamiento del problema 4
Presunciones 5
Objetivos 6
Notas de la Introducción 7
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
acaecidas en la región este del Puerto Rico precolombino 21
Cronología cultural de Las Antillas y Puerto Rico 21
El modelo cronoespacial de Rouse 21
El esquema cronocultural de Chanlatte y Narganes 25
Arqueología de la región este de Puerto Rico y de las islas Vieques y Culebra 29
Periodo I (era lítica/arcaica) o periodo arcaico antillano 30
Periodo II-a y b o periodos agroalfareros I y II (primera etapa: Huecoide y Saladoide) 31
Periodo III-a o periodo agroalfarero II (fase terminal Saladoide) 35
Periodo III-b o periodo agroalfarero III (segunda etapa: Taíno inicial, Santa Elena) 36
Periodo IV-a o periodo agroalfarero III (segunda etapa: Taíno inicial, Esperanza) 39
Recordatorio acerca del ejercicio antes desarrollado 40
Propuesta para una “relativa” cohesión entre los dos modelos crono-espaciales-culturales: el
caso Huecoide como breve ejemplo 40
Notas del Capítulo 2 41
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo
y del estado de las cosas 43
Suramérica tropical. Un somero acercamiento a sus antiguas dinámicas fitoculturales 43
Una mirada desde el noroeste de las tierras bajas tropicales hasta el noreste del conti-
nente 43
Ecuador 43
El sur de Centroamérica y otras regiones interiores del continente
suramericano 45
Colombia 45
Venezuela, el noreste y centro-este de Suramérica 46
Uso de plantas en Las Antillas: era lítica/arcaica o periodo arcaico antillano (ca. 6000-400 a.C.) 48
Evidencias arqueobotánicas: era lítica/arcaica o periodo arcaico antillano 49
ix
La era cerámica temprana, culturas Huecoide y Saladoide (ca. 550-500 a.C.-870 d.C.): primeras
migraciones agroceramistas 52
Evidencias arqueobotánicas del periodo II-a y b (agroalfareros I y II): Huecoide y
Saladoide 54
La era cerámica intermedia y tardía (ca. 400/600-1521 d.C.): conformación y consolidación de
los cacicazgos 55
Evidencias arqueobotánicas: Troumassoide, Suazoide, Ostionoide 56
Las crónicas: plantas y sistemas agrícolas utilizadas por los indígenas antillanos durante el perio-
do de contacto indo-europeo 59
Plantas 60
Sistemas agrícolas (formas de producción) 60
Discusión y consideraciones finales 61
Notas del Capítulo 3 64
x
tos metodológicos 105
Herramientas de Punta Candelero y delimitación de las unidades de análisis contextual:
aspectos metodológicos 112
Protocolos creados para el muestreo de las herramientas y para la recuperación de almidones ar-
queológicos 118
Protocolo de extracción de sedimentos de las herramientas seleccionadas 118
Protocolo de extracción de almidones de las muestras sedimentarias obtenidas 119
Montaje y análisis de los portaobjetos con muestras arqueológicas de almidones 121
Notas del Capítulo 5 121
Referencias 163
Apéndice A Variables y variantes utilizadas en la descripción de los almidones modernos y arqueológicos 177
Lista de Figuras
Figura 1 Algunos componentes del complejo guayo-cibucán-tamiz-burén 5
Figura 1.1 Articulación de los enfoques teóricos utilizados (ecológico cultural y fenomenológico) 18
Figura 2.1 Las Antillas 23
Figura 2.2 Sitios arqueológicos “arcaicos” o acerámicos en la costa este de Puerto Rico, Vieques y
Culebra 30
Figura 2.3 Sitios arqueológicos Huecoide 32
Figura 2.4 Sitios arqueológicos Saladoide temprano 33
Figura 2.5 Sitios arqueológicos Saladoide tardío 34
Figura 2.6 Sitios arqueológicos Monserrate (Saladoide terminal) 35
Figura 2.7 Sitios arqueológicos Santa Elena 37
Figura 2.8 Sitios arqueológicos Esperanza 39
Figura 3.1 Áreas de posible domesticación de algunas plantas económicas 43
Figura 3.2 Áreas de posible domesticación de algunas plantas económicas 43
Figura 3.3 Artefactos de lítica de grupos ciboney Guayabo Blanco 48
Figura 3.4 Artefactos “Ortoiroide” (periodo arcaico) 49
Figura 3.5 Diagrama de carbón y litología del núcleo de sedimentos de Laguna Tortuguero 51
Figura 4.1 Provincias geomorfológicas de Puerto Rico 68
Figura 4.2 Puerto Rico y los sitios arqueológicos Punta Candelero y Sorcé/La Hueca 70
Figura 4.3 Isla de Vieques, Puerto Rico. Sitio arqueológico Sorcé/La Hueca 70
Figura 4.4 Vegetación actual típica del sitio La Hueca 72
Figura 4.5 Sitio Sorcé/La Hueca, Vieques, Puerto Rico. Distribución de los depósitos Huecoide y
Saladoide temprano 73
Figura 4.6 Sitio arqueológico Punta Candelero, Humacao, Puerto Rico 74
xi
Figura 4.7 Sitio Punta Candelero. Distribución de depósitos Huecoide y Saladoide tardío 76
Figura 4.8 Pendientes-cuentas bimorfas Huecoide 80
Figura 4.9 Ubicación de enterramientos Saladoide tardío, Punta Candelero 82
Figura 4.10 Cemís Saladoide y Ostionoide (Taíno) 85
Figura 4.11 Recipientes cerámicos Huecoide y Saladoide 87
Figura 4.12 Hachas Huecoide y Saladoide 88
Figura 5.1 Estructura de almidón 93
Figura 5.2 Bloque de excavación, depósito Z, La Hueca y distribución horizontal de las herramien-
tas de molienda y macerado 106
Figura 5.3 Corte estratigráfico sur, Unidad Z-15, representativo del depósito Z 106
Figura 5.4 Distribución horizontal de herramientas de molienda y macerado, Punta Candelero 113
Figura 5.5 Corte estratigráfico, trinchera L, Punta Candelero 114
Figura 5.6 Diagrama de flujo del estudio de gránulos de almidón utilizado en la investigación 120
Figura 6.1 Base de molino/macerado de coral (LH1), fase inicial de ocupación, La Hueca 125
Figura 6.2 Gránulos de almidón recuperados en la base de molino/macerado LH1, La Hueca, fase
inicial de ocupación 125
Figura 6.3 Gránulos de almidón representativos de los recuperados en las herramientas LH4 a
LH13, etapa final de la fase inicial de ocupación, La Hueca 126
Figura 6.4 Fragmentos de base de molino/macerado LH4, LH7 y LH9; fase inicial de ocupación,
La Hueca 128
Figura 6.5 Fragmentos de burén Huecoide con impresiones de cestería 129
Figura 6.6 Algunas herramientas estudiadas; LH17, LH21, LH29 y LH30, fase intermedia de ocupa-
ción, La Hueca 131
Figura 6.7 Algunos gránulos de almidón recuperados en las herramientas LH14 a LH30, fase inter-
media de ocupación, La Hueca 134
Figura 6.8 Dos de las herramientas estudiadas, LH31 y LH34, fase final o tardía de ocupación, La
Hueca 139
Figura 6.9 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas
LH31 a LH40, fase tardía de ocupación La Hueca 140
Figura 6.10 Tres de las herramientas estudiadas; PC3, PC5 y PC2, fase inicial de ocupación, Punta
Candelero 142
Figura 6.11 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas PC1
a PC5, fase inicial de ocupación, Punta Candelero 144
Figura 6.12 Cuatro de las herramientas estudiadas; PC13, PC10, PC8 y PC14, fase intermedia de
ocupación, Punta Candelero 147
Figura 6.13 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas PC7
a PC14, fase intermedia de ocupación, Punta Candelero 149
Figura 6.14 Dos de las herramientas estudiadas que contenían almidones; PC13 y PC15, fase final
de ocupación, Punta Candelero 151
Figura 6.15 Posibles gránulos de frijol domesticado recuperados en las herramientas PC13 y PC15,
fase final de ocupación, Punta Candelero 152
Lista de Cuadros
Cuadro 2.1 Marco cronoespacial de Las Antillas (Rouse 1992) 22
Cuadro 2.2 Esquema de las interacciones culturales continentales y antillanas; esquema cronológico
de Las Antillas de Chanlatte y Narganes (1983; 2002) 25
Cuadro 3.1 Plantas identificadas en sitios arqueológicos del periodo I (periodo arcaico) 50
Cuadro 3.2 Plantas identificadas en sitios arqueológicos del periodo II-a y b (agroalfareros I y II),
Huecoide y Saladoide 55
xii
Cuadro 3.3 Plantas identificadas en sitios arqueológicos de los periodos III y IV (agroalfareros III
y IV), Troumassoide, Suazoide y Ostionoide 56
Cuadro 5.1 Plantas seleccionadas para la colección de referencia 94
Cuadro 5.2 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase inicial de
ocupación Huecoide, La Hueca, Vieques 110
Cuadro 5.3 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase interme-
dia de ocupación Huecoide, La Hueca, Vieques 110
Cuadro 5.4 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase tardía de
ocupación Huecoide, La Hueca, Vieques 112
Cuadro 5.5 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase inicial de
ocupación Huecoide, Punta Candelero, Humacao 115
Cuadro 5.6 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase interme-
dia de ocupación Huecoide, Punta Candelero, Humacao 116
Cuadro 5.7 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado, fase final de
ocupación Huecoide, Punta Candelero, Humacao 117
Cuadro 6.1 Total de muestras con gránulos de almidón y promedio de gránulos por muestra 123
Cuadro 6.2 La Hueca, fase inicial de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herramientas 124
Cuadro 6.3 La Hueca, fase inicial de ocupación. Familia/género por herramientas 127
Cuadro 6.4 La Hueca, fase intermedia de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herra-
mientas 132
Cuadro 6.5 La Hueca, fase intermedia de ocupación. Familia/género por herramientas 133
Cuadro 6.6 La Hueca, fase tardía o final de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herra-
mientas 138
Cuadro 6.7 La Hueca, fase tardía o final de ocupación. Familia/género por herramientas 138
Cuadro 6.8 Punta Candelero, fase inicial de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herra-
mientas 143
Cuadro 6.9 Punta Candelero, fase inicial de ocupación. Familia/género por herramientas 143
Cuadro 6.10 Punta Candelero, fase intermedia de ocupación. Taxa por muestras individuales en las
herramientas 147
Cuadro 6.11 Punta Candelero, fase intermedia de ocupación. Familia/género por herramientas 148
Cuadro 6.12 Punta Candelero, fase tardía o final de ocupación. Familia/género por herramientas 151
xiii
Agradecimientos
A lo largo de los años que me tomó formular y hacer que hemos sostenido a lo largo de estos años que no han
esta investigación fueron muchísimas las personas a mi sido sólo de arqueología, sino sobre la vida. En los
alrededor que me ofrecieron su apoyo, conocimientos y últimos meses, Reniel y yo mantuvimos una larguísima
solidaridad. Raúl Colón, Valentín Félix y todo el discusión sobre la problemática Huecoide en la
personal de Caribe Environmental Services en Puerto arqueología antillana. D icha discusión abonó
Rico sabían cuáles eran mis planes y me brindaron su positivamente en mi forma de ver a los pueblos
confianza para trabajar con ellos. Igualmente el “arqueológicos” que ambos hemos estudiado. Si
arqueólogo Miguel Rodríguez López (rector del Centro decidiéramos sacar a la luz esa discusión saldría un
de Estudios Avanzados de Puerto Rico y El Caribe) me libro de más de 100 páginas, plagado de diálogos sin
permitió colaborar en sus proyectos y me dio rienda pretensiones intelectuales, pero con sólidas
suelta para que adquiriera la confianza necesaria y argumentaciones. A Reniel le agradezco lo anterior,
poder así enfrentar el campo de la arqueología que se pero también el haber traducido al inglés el resumen del
practica en Puerto Rico. Gracias al trabajo continuo que libro. Sobre este particular, a Corinne H ofmann y a
realicé con todos ellos en los años previos a mi ingreso Amélie Calado-Ambach, les agradezco las traducciones
al Posgrado en Antropología de la Universidad que hicieron del mismo documento a los idiomas
Nacional Autónoma de México (UNAM), pude ahorrar holandés y francés respectivamente.
algo para solventar parte de los gastos de estudio en
dicha institución. En México, fue mi compañera arqueóloga boricua
Marinés Colón González quien me recibió y abrió las
Mi familia nuclear (Ma, Pa, Amy y Tato) me dio todo, puertas de su departamento para alojarme en lo que
absolutamente todo lo necesario (emocional y material), conseguía mi propio lugar. Eso lo agradezco mucho, así
para que pudiera partir sin el pesar de dejar mi tierra. como los más de trece años de amistad que hemos
Agradezco profundamente el apoyo de mis tíos y tías vivido. Gracias a que en el mismo año 1999 ingresaron
(Panchi, Toño, Luis, Mery y Puru), quienes siempre me al programa de maestría otros dos puertorriqueños,
han apoyado de una u otra forma. Estando en México Carlos Dávila y Elena Serrano, no fue tan difícil
sufrí enormemente la pérdida de mis queridos tío Paco comenzar a adaptarnos a la vida universitaria mexicana.
y tía Victoria, siendo el primero el cuatrista de la familia Otros amigos puertorriqueños economistas que
y con quien aprendí a parrandear durante las navidades estudiaban en la UNAM, Carlos Rodríguez e Indira
haciéndole compañía como guitarrista. La partida de tío Luciano, fueron y siguen siendo buen apoyo y estimulo.
Paco fue inesperada para muchos y no tuve la
oportunidad de darle las gracias por lo que significan Ya en las clases de maestría tuve la oportunidad de
hoy aquellos tiempos para mí. Otros dos queridísimos conocer y compartir con gente de México, algunos de
tíos partieron al más allá cuando estuve de vacaciones los cuales son excelentes y verdaderos amigos. Tania
en Puerto Rico: tío Juan y tía Elena. A mi tío Juan le Hélène Campos, Chuma (Jesús Mario Siqueiros), Karla
agradezco su regreso a Puerto Rico así como su Sánchez, César Villalobos así como doña Simone, Iván
compañía y genuina hermandad con mi tío Rafín. A mi y Sócrates Campos, me mostraron además al México
tía Elena le agradezco que me haya mantenido en sus que está fuera de las fronteras universitarias. Jerónimo
pensamientos mientras yo estaba lejos. Y es que gracias (QEPD) y Natalia, de Santa M ónica Maxtla,
a las constantes rememoraciones que hice de toda mi compartieron conmigo sus infinitas vivencias e
familia y sus cosas mientras estudiaba, pude persistir historias, algunas de ellas tristes y muchas otras más
más tranquilo y confiado lejos mi tierra. M i alegres. Sin embargo, a pesar de las penas que rodeaban
agradecimiento también para mi querido primo Tito algunas de sus rememoraciones, siempre me narraron
(Edwin) y su esposa Nildi porque fueron importante sus vivencias con la alegría de recordar sus distintos
instigación en los momentos en que mi decisión de tiempos y acontecimientos. Por otra parte conocí a Don
estudiar vaciló. Mi madrina Elvira no se queda atrás. Fernando Oberlin y a su esposa Lucy, quienes más que
Siempre estuvo pendiente de mis asuntos y apoyándome rentarme el primer departamento donde viví, fueron
de diversas maneras. sumamente amables y atentos. Me hicieron sentir como
en casa. Por su parte, mi vecino y buen amigo Carlos
Otras personas que han sido muy importantes en mi vida Melo Díaz (Charlie), mi amigo Luis Arévalo y su
son mis amigos y colegas Elvis Babilonia, Paola familia me ofrecieron su amistad que espero perdure
Schiappacasse y Reniel Rodríguez. No han dejado de siempre.
estar al pendiente de mi cuando estoy en México o en
Puerto Rico. Ellos saben lo agradecido que estoy por la En los últimos años en México tuve la fabulosa
amistad que nos une y por el apoyo incondicional que oportunidad de conocer a unas cuantas personas con las
me han brindado. Agradezco las muchas conversaciones cuales he compartido mis inquietudes, tanto académicas
xv
como personales. Por eso y por mucho más no son sólo charlar sobre algunos de los asuntos de la problemática
meros colegas universitarios, sino buenos amigos y Huecoide con los arqueólogos puertorriqueños José R.
hermanos. Roberto Rodríguez Suárez se ha convertido, Oliver Zamorano (Institute of Archaeology, University
desde Cuba, en guía y crítico tenaz de mis andanzas College London) y Luis A. Curet Salim (Field Museum
recientes en la arqueología y en la vida cotidiana. de Chicago). Agradezco esas charlas, pero sobre todo,
Andrés Machado y Ernesto Marín son otros dos amigos le agradezco a José el interés especial mostrado en mi
cubanos que han compartido conmigo alegrías y investigación fungiendo como sinodal oficial en la
preocupaciones. Todos ellos, excelentes académicos de evaluación de la tesis presentada para obtener el grado
Cuba, de México y del mundo, son también excelentes de doctor en antropología, misma que aquí presento
seres humanos –sensibles y solidarios– como ya no hay oficialmente publicada como libro. Siguiendo la línea,
en muchos lugares. Claro, después de haber conocido a le agradezco enormemente a la doctora Lee Ann
sus respectivas familias en Cuba me di cuenta de por Newsom (The Pennsylvania State University) por las
qué son como son. charlas e intercambios que hemos sostenido a lo largo
de estos años. Lee Ann, experta en el tema de la
Durante mi estancia en la isla de Vieques hubo un paleoetnobotánica antillana, puso a mi disposición la
sinnúmero de personas que me apoyaron de diversas gran cantidad de trabajos que ha realizado en muchas de
maneras. Don Cándido y su familia me alojaron en su las islas desde la década de 1980. Como lo he
hospedería del barrio Esperanza, ofreciéndome una expresado en otros lugares Lee, lo vuelvo a repetir:
tarifa especial. ¡Hasta nos permitieron a mí y a mi ¡muchas gracias por todo!
hermano Tato utilizar el frente de su tienda (y
electricidad) para construir una plataforma flotante de En México fueron innumerables las personas que me
madera que utilizamos en el muestreo de sedimentos de han asistido y dado la mano. El maestro lingüista Otto
una laguna! Doña Aida (la maestra) me habló de los Schumann me enseñó su disciplina con dos seminarios
acontecimientos que se vivieron durante esos años en de la maestría y también me dio algunos nombres mayas
Vieques (1999-2001) a raíz de la lucha de ese pueblo d e p la n ta s q u e q u e r ía e stud iar. A d em ás,
por expulsar a la marina de guerra estadounidense. desinteresadamente, me dio muy buenos consejos sobre
Asimismo tuve la oportunidad de charlar con genuinos el idioma portugués previo a mi examen de idiomas y ya
viequenses que vivieron los terribles años en que los cuando estaba en el doctorado me invitó a presentar una
marinos salían de la base militar para distraerse y ponencia sobre arqueología en el simposio Pueblos y
violentar la vida de la población civil –mujeres, Fronte ras o rga niz ado por el P rogra ma d e
hombres y niños. En otra ocasión el dueño del machine Investigaciones Multidisciplinarias sobre Mesoamérica
shop de Vieques tuvo la gentileza de trabajar conmigo, y el Sureste, Chiapas.
sin interés económico, en el diseño de un barreno de
muestreo de 12 metros que fue todo un éxito. Por otra parte, mi profesora y asesora de tesis Yoko
Sugiura (Instituto de Investigaciones Antropológicas
En los asuntos académicos hay muchos a quienes [IIA], UNAM), a partir de sus clases, estimuló que me
agradecerle. En primer lugar a Miguel Rodríguez López adentrara en otras facetas de la arqueología que casi
porque fue con quien aprendí, en el campo, las más siempre olvidamos: el contexto social y político de la
sutiles formas de hacer arqueología cuando se buscan práctica disciplinar. Gracias a eso, tuve la oportunidad
sitios arqueológicos en lugares en los que jamás uno de profundizar más en estos temas que ya venía
pensaría pudieran existir. Miguel me brindó su trabajando y escribí varios trabajos que han sido
experiencia en cada conversación y en los muchos publicados en diversas revistas académicas. Pero la
trabajos de campo que realizamos. Básicamente fueron relación profesor-alumno continuó y surgió una nueva
cursos intensivos sobre el sentido común que hay que dimensión: la amistad. Agradezco profundamente el
tener en la arqueología, ese sentido que a veces, en aras interés que ha mostrado Yoko en mis labores como
de querer hacer “ciencia” a la fuerza, echamos a un estudiante, como ser social, como arqueólogo y como
lado. Además le debo a M iguel, entre otras cosas, investigador de las prácticas sociales de la arqueología.
haberme presentado la historia Huecoide. Agradezco
también a los arqueólogos Luis Chanlatte Baik e Desde que estuve en la maestría, la doctora Emily
Yvonne Narganes Storde, investigadores del Centro de McClung –mi tutora y coordinadora del Laboratorio de
Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Paleoetnobotánica y Paleoambiente del IIA, UNAM –y
Puerto Rico y descubridores de esta fascinante cultura yo comenzamos a trabajar juntos mi proyecto de
ancestral, las detalladas conversaciones e intercambio investigación. Su vasto conocimiento de la
de impresiones relacionadas con los Huecoide de paleoetnobotánica y de la ecología cultural fueron
Vieques y de Puerto Rico. importantísimos ingredientes que hoy se reflejan en este
trabajo. Sus atinados comentarios y consejos fueron
Asimismo, en varias ocasiones tuve la oportunidad de elementos clave para que la investigación, en
xvi
determinado momento, no colapsara ante la falta de en todo el proceso de trámite para la realización de mi
financiamiento. examen de grado.
Otra persona que me ha ofrecido importantes En el ámbito de la investigación, pero fuera de las
señalamientos es el doctor Rodrigo Liendo (asesor, IIA, fronteras académicas, hubo una serie de personas e
UNAM ), a quien agradezco el tiempo dedicado a instituciones que me ayudaron a obtener plantas para la
nuestras charlas sobre el tema y otras cosas más de la colección de referencia y literatura especializada sobre
arqueología de las regiones tropicales. Las doctoras el tema. La Sra. Ana Carmen Lago, del Mariposario
Emily McClung, Yoko Sugiura y el doctor Rodrigo Las Limas en Guayama, me brindó mi primer especimen
Liendo fueron los integrantes de mi Comité tutoral a lo de lerén. El personal del Fideicomiso de Conservación
largo de mis estudios de doctorado y, al mismo tiempo, en el municipio de Barranquitas me proporcionó
los principales asesores de la investigación. Por su semillas de cohoba para el estudio. Los doctores
parte, los doctores Luis A. Vargas Guadarrama (IIA, Suketoshi Taba y Shivaji Pandey del Centro
UNAM), Luis Barba Pingarrón (IIA, UNAM), Roberto Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo
Rodríguez Suárez (Museo Antropológico Montané, ( CIM M Y T ), México, me brindaron muestras de más de
Universidad de La Habana) y José R. Oliver fueron los 50 razas de maíz de origen precolombino. Los botánicos
lectores y sinodales de la tesis que presenté para obtener José A. Cedeño Maldonado y J. Carlos Trejo,
el grado de doctor en antropología, por lo que les puertorriqueño y mexicano-yucateco respectivamente,
agradezco p ro fund am ente los comentarios y me invitaron a colectar plantas que necesitaba para mi
señalamientos que hicieron a versiones previas del estudio en algunas regiones florísticas importantes de
documento. La carga de trabajo académico de los Puerto Rico. Su interés por mi investigación fue
asesores y lectores de la tesis es muy denso, pero todos vivificante al hacerme ver que esta faceta que estoy
pudieron sacar un poco de tiempo de esa ajetreada carga realizando es importante no sólo para la arqueología,
para asistirme con su gran experiencia. Estoy muy sino para la botánica y la fitogeografía. Aunque en
agradecido con todos ellos(as). forma indirecta, el doctor Pedro Acevedo-Rodríguez
–curador puertorriqueño del Smithsonian Institution–,
También hubo un conjunto de personas que, en distintos hizo posible que encontráramos una planta de ñame
momentos me asistieron y me ofrecieron sus (Dioscorea altissima) casi única en la región norte de
conocimientos especializados sobre las plantas, el uso Puerto Rico. Nos ofreció la localización de dicha planta
de microscopios, de centrífugas y la utilización de de manera tan exacta que la encontramos en medio de
reactivos. Ellos y ellas son Connie Herrera, Margarito, un bosque en la zona de mogotes de la barriada el
Cristina Adriano y Emilio Ibarra, quienes trabajaron o Polvorín en Manatí.
s ig u e n h a c i é n d o l o e n e l L a b o r a to r io d e
Paleoetnobotánica y Paleoambiente del IIA, UNAM. De En México, el etnólogo Eduardo Gotés, de la Escuela
invaluable ayuda fue la gentil disposición de la Sra. Nacional de Antropología e Historia, me proporcionó
Josefina Hurtado M oreno, contadora de la Secretaría una enorme variedad de maíces criollos de la Sierra
Técnica del IIA, quien además de recibirme día a día Tarahumara. Vianey y su esposo Pastor, agricultores del
para entregarme las llaves del Laboratorio de pueblo de Santa Mónica Maxtla, Tianguistengo, en la
Fotomicroscopía, me asistió y aconsejó cuando tuve que Sierra Alta de Hidalgo, me proporcionaron especímenes
comprar equipos de laboratorio para el proyecto de de sus hermosos maíces criollos que aún conservo como
investigación. Claro, agradezco enormemente al doctor un gran obsequio, como un tesoro. Doña Reina y su
Luis Barba, quien me autorizó a utilizar el laboratorio esposo don Tello, de Tlacolula, Tianguistengo, me
antes mencionado. En otra faceta, específicamente en la brindaron valiosa información, de vivencias personales,
aplicación de uno de los protocolos del estudio de sobre los recursos alimenticios vegetales utilizados y
almidones, los arqueólogos estadounidenses Linda combinados en recetas durante los periodos de escases
Perry y John Garwood Hodgson me proporcionaron que vivieron en la Huasteca Hidalguense. También mi
datos esenciales para utilizar correctamente algunos amiga Karla Sánchez consiguió maíces de Veracruz y
procedimientos. La información que hemos compartido Luis Arévalo de la periferia de la Ciudad de M éxico y
ha sido muy útil para desarrollar de manera eficiente el del estado de Guerrero. Francisca Zalaquett y Jaime
estudio de almidones en el contexto de esta Page Pliego cargaron con maíces y otras plantas desde
investigación. Chile, Nicaragua y Chiapas. Iván Muñoz hizo lo mismo
con especímenes arqueológicos de maíz encontrados en
Otras personas muy importantes han sido Luz María el desierto de Atacama, Chile. Además, en Estados
Tellez, Fernanda, Hilda y Tere, del Posgrado en Unidos, específicamente en la región de Tucson,
Antropología. Luz y Fer nos han ayudado a todos los Arizona, mis amigos Emiliano Gallaga y Gillian Newell
estudiantes en la resolución de los diversos aspectos me consiguieron maíces criollos y los trasladaron hasta
burocráticos de la UNAM y Tere me asistió gentilmente mis manos en México. Todos ellos y otros amigos más
xvii
sintieron los embates de mi obsesión por conseguir la varado con todo y equipo en Vieques porque la lancha
mayor cantidad de maíces criollos para expandir mi que transportaba carros y camiones se había ido.
estudio fuera de Las Antillas. Pero como siempre, lo Aprovecho aquí para agradecer profundamente al
más increíble de esta faceta fue que mis padres, Santos personal de la Autoridad de los Puertos en Vieques,
Pagán Avilés y Ramonita Jiménez Carrasquillo, me quienes al ver mi cara de frustración y tristeza por estar
ayudaron también a conseguir, a conocer y a mantener lejos de mi casa –y a un día de irme para México–,
en mi “herbario vivo” muchas de las plantas utilizadas. hicieron magia para que pudiera regresar a la Isla
Ahora cuento con muchas mazorcas de maíz Caribe Grande con la guagua llena de equipo y celebrar feliz el
Temprano (Early Caribbean) gracias a que mi padre cumpleaños de mi papá.
sembró y cosechó primero unas tres plantas y luego, con
las semillas obtenidas, cosechamos muchas mazorcas Durante la más reciente fase de edición técnica de este
más. La raza Caribe Temprano, seguramente el primer libro, una bella y amada persona hizo entrada en mi
maíz americano de origen precolombino que observaron vida. Arelis, celebro al máximo muchísimas cosas que
y documentaron los conquistadores europeos en Las solo tu y yo conocemos, además del contagioso ánimo
Antillas en el siglo XV (ca. 1492-1493) –y que que mantienes y transmites por nuestra isla, siendo esto
desapareció de las parcelas de cultivo puertorriqueñas último lo que necesitamos todos (¡con urgencia!) para
posiblemente desde principios del siglo XX o antes–, ha comenzar a hacer de Puerto Rico un mejor y más justo
retornado a una de las islas donde fue importante. lugar donde vivir.
Gracias por eso Papi.
Por último tengo que señalar que la presente
Un agradable recuerdo que mantengo es cuando en el investigación fue financiada, sólo parcialmente, por el
año de 2001 fui a las oficinas de la Estación Consejo para la Protección del Patrimonio
Experimental de la Universidad de Puerto Rico en Río Arqueológico Terrestre de Puerto Rico (contratos ICP
Piedras. Ahí me interesé mucho por unos artículos y 2003-0216 y 2004-000979) y por la Rama Legislativa
de Puerto Rico a través de la representante Carmen Iris
boletines sobre agricultura que tenían disponibles para
“Ciela” González. Agradezco el apoyo de ambas
la venta. Al saber que era estudiante de doctorado, la
entidades puertorriqueñas. La Universidad Nacional
señora que me atendió (no recuerdo su nombre, ¡mil
Autónom a de México, la casa de estudios universitarios
disculpas!) me brindó gratuitamente todos y cada uno más importante de Iberoamérica y una de las más
de los trabajos necesarios por medio de sobretiros (off importantes del mundo, me proporcionó educación
prints) que me hizo llegar por correo. La solidaridad de prácticamente gratuita (como a miles de estudiantes
ella y de muchas otras personas más durante este largo más), pero no sólo eso, sino una beca de doctorado de
proceso son cosas que no se olvidan nunca. tres años a través de la Dirección General de Estudios
de Posgrado. Estudiar en la UNAM ha sido una gran
Refrendo en estas últimas líneas el enorme experiencia que sin duda me ha enriquecido
agradecimiento a mi madre Ramonita, a mi padre invaluablemente. Lo único que puedo decir con toda
Santos (Don Tato), a mis hermanos Amárilis y Antonio seguridad es que me siento orgulloso y honrado de ser
(Tato) y a mis sobrinitas(os) (Mariana, Isadora, un producto humano de la UNAM . Ojalá y algún día los
Gabriela, Jaime E., Adriana y Sebastián) porque me arrogantes y pretenciosos gobernantes de países
prestaron el tiempo para estar lejos de ellos haciendo subyugados como el mío, Puerto Rico, tengan la
muchas de las cosas con las cuales soñé. A mi mamá, humildad de ver el inmenso e importante trabajo que
además, le doy las gracias por tomarse el tiempo para realizan universidades como la UNAM para el planeta
leer este “pequeño” mamotreto y señalarme los horrores y la imiten en cada uno de sus aspectos, claro está,
ortográficos que siempre se escapan. No olvidaré nunca adecuándolos a nuestra propia realidad como pueblo.
el gigantesco esfuerzo al que nos sometimos mi Lo que sí es un hecho es que mientras esos gobernantes
hermano Tato y yo aquella vez en Vieques, extrayendo y sus asistentes (asesores) no se deshagan de “esta
un núcleo de sedimentos de 12 metros de largo en la única” tendencia a mirar al norte de América como
laguna Playa Grande. Fue difícil hacer el trabajo, pero “paradigma” de la educación, nunca podrán darse
sin la ayuda y conocimientos de mi hermano hubiera cuenta de que existen sistemas educativos más
sido imposible realizarlo. Tan difícil fue todo esto que eficientes, adecuados y de mayor calidad para nuestra
el último día, a punto de que el ferry nos regresara con experiencia como pueblo latinoamericano y caribeño.
la guagua (camioneta) a la isla grande (Puerto Rico),
estábamos sacando el barreno con gran desesperación Mi más sincero agradecimiento por este libro que sale
porque dos días después tenía que retornar a M éxico y a la luz es para los doctores David Davison (editor
mi hermano quería estar ya con su familia. Por lo menos general de BAR, Archaeopress, Oxford, U.K.) y Eric
llegamos al puerto y mi hermano pudo regresar a Taladoire (editor de la serie Paris Monographs in
Aibonito en un ferry pequeño, aunque yo me quedé American Archaeology). Sin la dedicación y ayuda de
xviii
ambos, con el arduo trabajo que realizan como editores En fin, termino aclarando que absolutamente todo lo
de BAR, este libro nunca se hubiera publicado. Le contenido en este trabajo –incluyendo los aciertos,
agradezco a Eric, su apoyo, consejo y estímulo para posibles errores interpretativos, omisiones diversas y
lidiar con otros aspectos que a veces inciden profunda valoraciones políticas– es responsabilidad única de su
y determinantemente en nuestras vidas profesionales. autor, de nadie más.
xix
Prefacio
El proyecto de investigación que dio vida al trabajo que durante el transcurso hacia mi presente , pero mi propia
aquí expongo fue concebido hace aproximadamente 5 familia sabe que es ahora cuando me percato de muchas
años, mientras cursaba la maestría en el Posgrado de de ellas, cuando precisamente he estado lejos (física y
Antropología de la UNAM. Desde antes de mi ingreso temporalmente) del lugar de las acciones que ahora
a dicha institución me había interesado en los estudios evoco. Me descubrí, casi inconscientemente,
arqueológicos relacionados con las interacciones entre rememorando y reestructurando de manera substancial
las poblaciones humanas desaparecidas y las plantas que el nuevo lugar donde me encontraba en México;
utilizaron para satisfacer algunas de sus necesidades b u s c a n d o , a d q u i r i en d o y m a n t e n i e n d o ,
alimenticias, medicinales y de otra índole. Claro, fueron desesperadamente, plantas idénticas (o por lo menos
muchos los acontecimientos y experiencias que me parecidas) a aquellas que producen mis padres;
arrastraron, poco a poco, a este fascinante mundo, y son recreando en un paisaje artificial algunos de los espacios
algunos de ellos los que mejor sintetizan mi postura y lugares de mi otro tiempo; retomando y
personal que podrá ser apreciada a lo largo del presente confeccionando sabores y olores de mi isla, pero
escrito. Por un lado, en el año 1996, tuve la fortuna de también descubriendo y adoptando plantas, así como
conocer y participar de varias actividades en el algunos de los nuevos sabores y olores de ese México
Laboratorio de Paleoetnobotánica y Paleoambiente del lindo y querido. En fin, debido a lo comentado
IIA, UNAM. Fue en ese entonces cuando por primera anteriormente, una segunda confesión tiene ocasión.
vez tuve acceso a la literatura arqueológica relacionada Pensé en no escribir algo como esto porque imaginé que
con las plantas y los grupos humanos; ahí me enseñaron habría personas que posiblemente dirían que he
cuáles eran las técnicas que se utilizaban desde la extrañado mucho lo que dejé atrás, cuando estuve
paleoetnobotánica para abordar los problemas permanentemente en mis lugares de familiaridad. Se
arqueológicos de las interacciones fitoculturales. Por podría pensar también que mi visión del mundo no ha
otro lado, ya en el ámbito personal, tengo que decir que cambiado con el tiempo, que soy “inmutable”, que soy
provengo de una familia muy ligada a la tierra irreverente con la arqueología objetiva o que
aiboniteña (puertorriqueña) y a sus cosas: a las plantas sencillamente fui un individuo “inadaptado”
de ornamento y medicinales, a las plantas alimenticias, (“inmaduro”) en ese nuevo paisaje urbano en el cual viví
a la tierra imprescindible para lograr los mejores por casi siete años. En todo caso, si lo anterior ha sido
resultados de producción, al agua requerida para darle apoyado por algunos de los que leen, tengo que
vida a las plantas y al clima que hay que vigilar, argumentar a mi favor lo siguiente: existen cosas que
momento a momento, para que nada negativo les ocurra me han hecho vivir, de manera exitosa, los nuevos
a ellas. Así, tras los intensos y quizás indescifrables espacios en los que me he movido y estas cosas son mi
procesos socioculturales (en distintas escalas) alrededor memoria, mis objetos materiales y las personas con las
de las plantas y mi familia a lo largo de nuestras vidas, que ahora interactuo; en otras palabras, son las cosas
aprendí a estimar a las primeras (y claro está, a la que me han permitido otorgarle valores y significados
segunda) por lo que implican ellas en términos de propios a estos espacios actuales, a sus (y mis) cosas y a
subsistencia (son gran parte de nuestro sustento), pero los acontecimientos importantes que aquí y allí tienen
también por la gran cantidad de significados que las lugar.
circundan –que les imponemos a ellas y a los lugares de
acción con ellas– y que rebasan la simple relación De esta manera, la experiencia de haber conocido las
comercial que actualmente se vive en muchas partes del tareas que desempeña la paleoetnobotánica en la
mundo. En torno a las plantas útiles para nuestro tiempo indagación de nuestras milenarias relaciones con las
y por nuestras particulares necesidades como familia, plantas, y el haber vivido las intensas relaciones con
aprendí también (aunque tarde) a valorar el espacio de algunas de ellas y con todo su trasfondo espacial y
los acontecimientos que vivimos con ellas. Grabé en la sociocultural, han hecho que retome un particular
memoria los olores, los sonidos, los sabores, las interés por este tema. Esto que ahora vivo es totalmente
imágenes (de momentos diferentes) y las texturas de la nuevo, pues me permitió elaborar un extraño interés por
finca donde producimos así como de los lugares donde las plantas (obsesivo según bastantes allegados) y por
las utilizamos (donde las resembramos, las procesamos las formas en que debo ver o interpretar las relaciones
y nos las comemos). Por esto, debo confesar que nunca humanas en torno a ellas desde mi experiencia como
imaginé que todo lo vivido con las plantas, con los arqueólogo.
lugares y con los acontecimientos alrededor de ellas se
traducirían en un factor tan determinante para mis En este contexto un tanto caótico –pero históricamente
acciones de hoy, las que realizo desde el ámbito vivido por la gente y de muy diversas formas– es que se
universitario. centra este trabajo. Es un intento de aproximación al
conocimiento de las interrelaciones que existieron entre
Aprehendí todas estas cosas desde que era niño y algunas plantas útiles y ciertas comunidades
xxi
precolombinas antillanas que las conocieron, las sino culturales –con otros significados y valores
aprehendieron y las mantuvieron como parte de sus humanamente implantados.
estrategias relacionales (de acoplamiento cultural) y
adaptativas (de subsistencia) con los espacios isleños. Debo decir que no fue nada fácil adentrarme en este
Aunque no es mi interés trasladar una visión mundo, menos todavía en el contexto puertorriqueño,
“contemporánea” de las interrelaciones con las plantas debido a que fueron muchos los contratiempos que tuve
a un contexto histórico que no es el de ahora, sí debe que sortear para finalmente arribar a este documento y
quedar claro que esos contextos históricos que su contenido. Espero, pues, que todos los lectores de este
tradicionalmente estudiamos desde la arqueología son libro tengan presente lo antedicho, para que en los
construidos, siempre, desde el presente y con nuestras momentos en que el recorrido se muestre difícil, técnico,
herramientas interpretativas. En otras palabras, no impersonal o aburrido, puedan entender que todo es
existe un pasado estático ni objetivo (menos aún parte de nuestro proceso racional de búsqueda y
aséptico), sino todo lo contrario. Éste es totalmente comprensión de un problema arqueológico desde la
activo (dinámico) porque estudiamos acciones humanas propia arqueología, aunque con la finalidad de mostrar
y porque está subordinado a nuestras estrategias el rol activo de los grupos Huecoide en torno a sus
subjetivas (delimitadas o acotadas intencionalmente) interrelaciones con las plantas que apreciaron y les
como investigadores. Por lo tanto, el documento que permitieron vivir –así como convivir– en (y con) las
ahora expongo es el resultado de un programa de islas de Vieques y Puerto Rico hace casi 2300 años.
investigación que fue construido con la idea de poder
penetrar en temas fitoculturales hasta el presente
desconocidos o conscientemente obliterados por la
arqueología antillana. Por primera vez, y de manera más
clara, las plantas importantes para los grupos humanos
que estudio tienen nombre y serán analizadas
principalmente en función de su importancia México, Distrito Federal, 2005
alimenticia, pero también como objetos ya no naturales, Aibonito, Puerto Rico, 2006
xxii
Prólogo
Como bien señalara el afamado escritor Jorge Luis otros grupos humanos que habitaban la isla y regiones
Borges en su obra Prólogos con un prólogo de prólogos circundantes a través del tiempo. Con este fin, Pagán
(Alianza, Madrid, 1998), la grafía de un prólogo debe Jiménez recurre al análisis de los gránulos de almidón
contemplar, ya sea directa o indirectamente, cuatro recuperados en las herramientas empleadas para el
claves principales de la obra en cuestión: su importancia, molido y/o maceramiento de productos vegetales. Tanto
novedad, unidad y veracidad. Tal faena resulta fácil de este enfoque metodológico como el marco conceptual
realizar cuando abordamos este importante libro sobre el cual se erigen las interpretaciones, descrito por
producido por Jaime Pagán Jiménez, pues introduce en el autor como un híbrido entre la ecología cultural y la
la arqueología antillana una forma de examinar las fenomenología, le permiten el análisis riguroso de los
interacciones fito culturales de las sociedades datos recabados sumado a una serie de interpretaciones
precolombinas que habitaron la región desde una óptica de los mismos que rebasan la determinación del carácter
que diverge marcadamente de los enfoques conceptuales dietético de los recursos botánicos identificados,
y m e to dológicos que habían sido utiliza dos insertando el problema dentro de un conjunto de
tradicionalmente en los estudios microbotánicos de las experiencias relacionales reflejadas en las biografías de
islas y regiones circundantes. La obra de Pagán Jiménez, los objetos y los lugares de producción, reproducción y
no sólo presenta datos que obligan al replanteamiento de consumo de dichos productos.
las nociones previas que teníamos sobre el ordenamiento
subsistencial de las sociedades conocidas como Este enfoque resulta sumamente refrescante ya que los
Huecoides identificadas en Puerto Rico, sino que hilvana análisis microbotánicos realizados, tanto en las Antillas
dichos datos con otras experiencias y memorias de esa como en los continentes circundantes, se han remitido
gente respecto a sus áreas ancestrales y de los nuevos principalmente al estudio de la explotación de recursos
lugares y grupos humanos a los que ellos se enfrentaron florísticos desde una perspectiva estríctamente
al llegar a las islas, construyendo así una visión mucho adaptativa, arrestando de esta forma el desarrollo de una
más profunda de su complexión que la que se había óptica interpretativa más amplia que permitiese auscultar
generado hasta el momento. otros elementos sociales y culturales de las relaciones
plantas-seres humanos de estas sociedades.
El marco de acción del presente trabajo se circunscribe
a los yacimientos arqueológicos Punta Candelero y La Algo que debemos recalcar es que, hasta el momento,
Hueca en Puerto Rico y Vieques respectivamente, en los existía en la arqueología antillana una marcada escasez
cuales fue descubierta la existencia de la manifestación de estudios microbotánicos que abordaran directamente
cultural Huecoide. La identificación original de esta el complejo de plantas, las prácticas culinarias y las
cultura por Luis Chanlatte e Yvonne Narganes a finales técnicas de cultivo de los grupos pretéritos de las islas,
de la década de 1970, sirvió como agente enzimático que particularmente de aquellos que las habitaron durante el
ha generado uno de los más acalorados debates de la periodo ceramista temprano. Aunque se han presentado
arqueología del Caribe insular en torno al carácter y limitadas inferencias al respecto, previo a este estudio
número de migraciones de grupos y pueblos ceramistas mucha de la información sobre el particular provenía de
hacia las islas. Hasta el momento, ese debate se había analogías funcionales con los utillajes pétreos y
remitido a determinar si la manifestación cultural cerámicos recuperados de estos yacimientos. Resulta
Huecoide representaba una divergencia evolutiva intra- interesante el hecho de que Pagán Jiménez haya
antillana de la serie Saladoide procedente del noreste seleccionado para su estudio herramientas no formales
sudamericano, o si la misma constituía una migración (i.e., modificadas simplemente por el uso al que fueron
independiente con antecedentes culturales andinos. sometidas), las cuales usualmente han sido consideradas
L amentablemente, los que hemos participa do como marginales en la producción de alimentos,
activamente en este debate nos hemos concentrado particularmente de aquellos derivados de tubérculos y
principalmente en la comparación de los artefactos y granos como el maíz. Hasta el momento, la arqueología
técnicas de estas dos manifestaciones desde una de la región había asumido que la introducción de
perspectiva cronocultural, marginando así el estudio en tubérculos como la yuca y la batata podían ser
detalle de la vida comunitaria de dichos grupos en sus detectados indirectamente en el registro arqueológico
entornos de acción particulares. mediante la presencia de útiles asociados con su
transformación en comida, particularmente las
Considero que el enfoque asumido por Pagán Jiménez microlascas bipolares (asociadas a la producción de
–que se desvía del normativismo que ha caracterizado la dientes de guayos para el rallado de los tubérculos) y los
arqueología de la región– es uno de los aportes más burenes. No obstante, este y otros estudios de Pagán
trascendentales de su trabajo, ya que radica en entender Jiménez comprueban la presencia de divergentes tipos
la forma en que los habitantes de dichas comunidades se de técnicas empleadas en el procesamiento de dichos
articularon, mediante sus interacciones con las plantas, alimentos, específicamente su molienda y maceramiento.
con sus matrices naturales particulares así como con En un estudio experimental que realicé con los
xxiii
consabidos majadores laterales, había podido distribución de colgantes hechos sobre piedras verdes
documentar la posibilidad de que los mismos hubiesen (como el jade y la serpentina) y adornos producidos
sido empleados para el procesamiento de, no solo sobre madreperla. Por lo tanto, los datos microbotánicos
tubérculos, sino también de granos como el maíz. Los producidos por Pagán Jiménez no sólo proveen
estudios de Pagán Jiménez ofrecen, pues, la primera evidencia de la presencia de estos múltiples vectores de
evidencia directa de esta sospecha y abonan, aún más, al desplazamiento humano y/o de distribución de recursos
destacar que el repertorio culinario empleado por las istmo-colombianos hacia las Antillas (y seguramente
sociedades pre-arahuacas de las islas, continuó viceversa), sino que demuestra la importancia de ampliar
conformando una parte integral (aunque con variados el marco de posibles interacciones y relaciones
niveles de importancia a través del tiempo) de las culturales de las sociedades que habitaron las Antillas
prácticas de procesamiento de alimentos en las más allá del noreste sudamericano.
sociedades posteriores, en este caso en los grupos
Huecoides de ambas comunidades. Otra novedad del estudio de Pagán Jiménez es la
exploración de usos alternos de algunas de estas plantas,
Cabe también destacar el énfasis adscrito por Pagán particularmente las posibilidades de su empleo en
Jiménez a las interacciones de los habitantes Huecoides funciones medicinales y/o rituales. Este es un dato muy
de ambas comunidades con otras sociedades que importante porque ha existido una preponderancia en los
habitaban la isla, particularmente las arcaicas, como un estudios de las prácticas de explotación de recursos
elemento de suma importancia en la tramitación de los botánicos o zooarqueológicos en las Antillas en enfatizar
recursos botánicos y su incorporación dentro del su carácter estrictamente utilitario, aun cuando en
repertorio culinario de los distintos grupos. Como muchas ocasiones los mismos se encuentran asociados a
documenta el autor, los grupos arcaicos de la isla, contextos y materiales que parecen subrayar su empleo
previamente, habían incorporado la mayoría de los en funciones no subsistenciales. Podemos añadir, como
recursos botánicos identificados en los sitios Huecoides línea de investigación futura, la necesidad de
dentro de su dieta. Sin embargo, debido a la falta de profundizar en torno al carácter estético de muchas de
estudios similares en contextos Saladoides, al momento estas plantas, porque también debió ser un elemento
no se ha podido determinar cuantas de las plantas o sumamente importante en la decisión de reproducirlas en
prácticas culinarias en contextos Huecoides fueron los nuevos contextos de acción para de cierta forma
también el resultado de interacciones con los primeros, recrear, aunque con alteraciones, las memorias del
quienes compartieron el territorio isleño durante toda la entorno botánico de las áreas de procedencia de estos
extensión de la ocupación Huecoide de Puerto Rico. grupos.
Esto definitivamente es un aspecto que deberá ser
abordado en estudios futuros, para de tal manera tener De hecho, fue esta dinámica de reproducir en un nuevo
un marco más amplio de las interacciones fitoculturales entorno las memorias de su área de procedencia, lo que
reflejadas en todas las manifestaciones culturales motivo a Pagán Jiménez a embarcarse en este importante
identificadas en Puerto Rico durante ese importante estudio. Fue tanto el traslado del investigador a un nuevo
periodo de nuestra historia precolonial. contexto (México), como su necesidad de mantener
lazos simbólicos con los olores, colores, sabores y
Pagán Jiménez también amplía la escala de interacciones texturas de su natal Puerto Rico, lo que lo llevó al
de los habitantes de ambas comunidades, atribuyéndoles entendimiento del axioma primitivo que indica que
la introducción de algunos de los productos botánicos “somos de donde venimos” y que esa búsqueda del ser
identificados a sus interacciones con sociedades lo que somos nos lleva a reproducir, de variadas
ubicadas en los continentes circundantes, principalmente maneras, las sensaciones y memorias que nos acercan a
en el área istmo-colombiana (que comprende los nuestro lugar de origen.
territorios modernos de Colombia, Panamá y Costa
Rica). Este investigador no sólo argumenta que algunos Como indicara Borges en el texto citado al inicio de este
cultígenos fueron trasladados de esa región, sino que prólogo, resulta sumamente agradable prologar una obra
señala la posibilidad de que la manifestación cultural que nos dice algo que creíamos saber, pero que no
Huecoide proceda de dicha área. Esta idea es paralela a entendíamos. Definitivamente, el trabajo producido por
los señalamientos que he realizado en torno a las el estimado colega y amigo que aquí presento nos abre
posibles áreas de procedencia de esa manifestación una ventana a todo ese entendimiento que se encontraba
cultural y sobre la extensión horizontal de sus esferas de encerrado en las grietas y fisuras de unas piedras que, de
interacción, propuestos sobre la base del estudio otra forma, no hubiesen tenido la oportunidad de
preliminar de las tradiciones de producción de piezas contarnos la historia aquí relatada.
líticas y de concha que presentan marcados lazos con las
usanzas tecnológicas y estilísticas documentadas en el
á re a istm o -c o lo mbiana durante este periodo, Reniel Rodríguez Ramos
particularmente las referentes a la manufactura y San Juan, Puerto Rico, junio de 2006
xxiv
Introducción general
Como es conocido, tanto la agricultura como otras que, aún hoy, este tipo de investigaciones (bajo la nueva
estrategias de subsistencia precolombinas de América perspectiva de las teorías de forrajeo óptimo 1) ha
tropical han sido temas ampliamente discutidos y consolidado una visión de racionalidad económica
debatidos en el transcurso de las pasadas décadas. Si occidental y moderna sobre las relaciones fitoculturales
bien muchos investigadores en arqueología han otorgado
prehistóricas no sólo para la región amazónica, sino
mayor énfasis a los estudios relacionados, por ejemplo,
también para otras regiones fisiográficas y culturales del
con las posibles limitaciones o ventajas ecológicas de
mundo.
ciertos ecosistemas para el desarrollo sociocultural de los
grupos humanos que se han estudiado (Carneiro 1970;
Gross 1975; Lathrap 1970; Meggers 1989), otros han Es evidente, en el caso antillano, que algunos
sostenido que el papel activo de éstos les permitió crear investigadores hayan tratado de explicar las diferencias
diversos sistemas de subsistencia agrícola y con so c io c u ltu ra le s d e las trad icio nes cultura le s
diferentes potencialidades (Boserup 1965; Roosevelt precolombinas en función de la aplicación de distintas
1980). En las discusiones sobre temas como los estrategias basadas en sistemas de subsistencia
mencionados se ha enfatizado enérgicamente que ciertos relacionados con las plantas, claro está, sin que se haya
ecosistemas tropicales presentan limitaciones ecológicas restado importancia a otras posibles estrategias de
reales para el desarrollo humano y ciertamente se ha subsistencia (e.g., procuramiento de recursos faunísticos
demostrado que existen diferencias contrastantes entre marinos y/o terrestres). Es más obvio aún que estas
éstos. Por lo anterior, algunos investigadores han posibles diferencias se hayan estudiado desde una
argumentado y corroborado que las cualidades variables perspectiva diacrónica y regional, ya que los cambios en
de los múltiples ecosistemas tropicales estuvieron sujetos la organización y estructura sociocultural de los grupos
a distintos niveles y cualidades de explotación humana. que se estudian (i.e., cambios en el patrón de
asentamiento, fluctuaciones demográficas, cambios en el
Por esta razón Anna Roosevelt (1980) propuso que el material artefactual, cambios en el ritualismo funerario)
parecen ser más axiomáticos. El problema real surge
aumento demográfico y el desarrollo sociocultural
entonces cuando se tratan de analizar las cualidades
observado en la prehistoria tardía de los llanos
técnicas/socioculturales y las posibles interacciones de
inundables del Amazonas, en oposición con las culturas
los sistemas de subsistencia en momentos específicos, y
de bosque tropical, se debió principalmente a la esto, porque no se cuenta con los elementos necesarios
aplicación de un sistema de subsistencia agrícola más que posibiliten una caracterización integral y una
eficiente o de mayor productividad. En este sentido comprensión de los mismos para cualquier periodo
Roosevelt sugirió, en aquel momento, que el aumento cultural precolombino antillano. Por lo tanto, a veces
poblacional en los llanos inundables amazónicos provocó resulta difícil entender cómo se han tratado de explicar
que la agricultura fuera intensificada con la introducción las semejanzas y diferencias socioculturales de los
del maíz, estimulándose así una mayor complejidad grupos antillanos desde una perspectiva agroeconómica,
si tan siquiera no se cuenta con los elementos básicos
sociocultural en estas regiones. De este modo, la
como para poder comprender en qué consistían los
diversidad demográfica y cultural observada entre los
sistemas de subsistencia en determinado momento y
grupos amazónicos de ambas “zonas ecológicas”, fue
cómo pudieron interaccionar y/o evolucionar a través del
explicada por esta investigadora en función de las tiempo.
características diferenciales de los ecosistemas y de los
sistemas de subsistencia agrícola aplicados en cada En el contexto de las Antillas precolombinas, algunos
región. investigadores consideran que las estrategias de
subsistencia relacionadas con la producción de alimentos
Como se ha podido apreciar en este vistazo muy general vegetales jugaron un papel importante en las
de la región tropical suramericana, los estudios transformaciones sociales de las culturas que habitaron
típicamente desarrollados sobre los grupos humanos y su las islas (e.g., Rouse 1992; Newsom y Pearsall 2003).
relación con las plantas se dirigen casi exclusivamente a Los trabajos arqueológicos y etnohistóricos realizados en
décadas anteriores intentaron proporcionar explicaciones
las relaciones y condiciones de producción que
sobre las diferentes formas de producción y uso de
permitieron, en consecuencia, generar distintos grados de
plantas en los distintos periodos culturales definidos
desarrollo sociocultural en los diversos periodos utilizando, para esto, información proveniente de
culturales precolombinos. Las caracterizaciones de los estudios y analogías etnográficas sudamericanas que
sistemas de subsistencia han sido predominantes en las señalan una relación entre ciertos artefactos y
explicaciones que se han querido ofrecer alrededor de las herramientas con la producción y procesamiento de
relaciones entre los seres humanos y las plantas que determinadas plantas. Se puede decir que el
aprovecharon para distintos propósitos. Se puede decir acercamiento “científico” circunscrito a las múltiples
1
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
relaciones entre los grupos humanos y plantas, estuvo fitolitos (estructuras de oxalato de calcio y de sílice
enmarcado por preconcepciones e inferencias formuladas depositadas en las plantas) (véase Pearsall 1985; Siegel
desde lo s enfoq ues histórico culturales aún et al. 2001); y los estudios de palinología (estudio de
prevalecientes (e.g., Rouse 1952). Posteriormente, en la granos de polen para reconstruir vegetaciones a través
medida en que surgieron nuevos paradigmas en la del tiempo) (e.g., Sara et al. 2003; Siegel et al. 2001).
antropología, diversos enfoques teóricos como la Recientemente se introdujo el estudio de granos de
ecología cultural, fueron parcialmente asimilados por la almidón en las Islas Bahamas y en Puerto Rico que han
arqueología antillana (véase Keegan 1985; Petersen permitido evidenciar, de manera directa, relaciones
1997; Veloz Maggiolo 1976). específicas entre grupos humanos y plantas alrededor de
temas como la introducción temprana y uso de plantas
Sin embargo, no fue sino hasta hace aproximadamente 23 tuberosas y de semilla en la región norte del Caribe
años cuando se introdujeron estudios especializados de (véase Berman y Pearsall 2000; Pagán Jiménez et al.
paleoetnobotánica para intentar comprender, por medio 2005).
de datos más directos, las diversas dinámicas entre las
plantas y los grupos humanos en el Caribe antillano Los estudios paleoetnobotánicos realizados hasta el
precolombino. En 1983 Deborah Pearsall realizó un presente han abarcado prácticamente todos los periodos
estudio con el cual abordó, a través de la utilización de culturales precolombinos definidos y, en algunos casos,
restos macrobotánicos como semillas y maderas históricos también. Con base en los resultados obtenidos,
carbonizadas, la utilización de plantas en un sitio las especialistas han comenzado a trazar patrones de uso
arqueológico acerámico en la isla de Saint Thomas de plantas en subregiones y periodos tiempo particulares
(P earsall 1 9 8 3 ). D esd e e se entonces la en Las Antillas (e.g., Newsom 1993; Newsom y Pearsall
paleoetnobotánica, “disciplina amplia que intenta 2003). En el caso particular de Puerto Rico, las
analizar e interpretar los restos arqueobotánicos para interpretaciones logradas hasta la fecha están sostenidas
dilucidar la interacción entre las poblaciones humanas y por estudios que se han enfocado casi exclusivamente en
plantas” (Butzer y Freeman 1988:ix; Cowan y W atson el análisis de los restos macrobotánicos como semillas,
1992:3), comenzó a integrarse en los estudios de maderas carbonizadas y tejidos parenquimatosos. Estos
arqueología en Las Antillas. A partir del año 1983, los estudios han sido, en su mayoría, producto de
estudios de paleoetnobotánica empezaron a ser más investigaciones de contrato en arqueología en las cuales,
frecuentes en las investigaciones arqueológicas, por su naturaleza, se ha dado muy poco énfasis al
principalmente en Puerto Rico, en las Islas Vírgenes muestreo en ciertos lugares o contextos que pueden
estadounidenses, en las islas francesas y en las evidenciar un alto grado y calidad de información para
holandesas. Aunque con menor frecuencia, la isla de La comprender las dinámicas fitoculturales precolombinas
Española (Haití y República Dominicana) comenzó a de la región (Pagán Jiménez 2003a). Por estas y otras
formar parte de esta nueva tendencia en las razones que no son necesariamente exclusivas de Las
investigaciones arqueológicas de Las Antillas. Antillas, especialistas como Piperno y Pearsall (1998:
31) han señalado que “algunos investigadores han dado
La integración de la paleoetnobotánica a los proyectos im p o r ta n c ia d e sp r o p o r c io na d a a lo s r e sto s
arqueológicos de Las Antillas, abrió nuevos espacios macrobotánicos, una aproximación que fuertemente
para la discusión de problemas como la producción de desfavorecemos [porque] (...) esto provee una limitada e
alimentos vegetales y otras formas de utilización e incompleta perspectiva sobre el uso prehistórico de
interacción entre las plantas y los grupos humanos plantas” (los corchetes son míos).
durante los diferentes periodos culturales precolombinos
(ver Newsom 1993). Asimismo, a través de la Luego de realizar un análisis crítico de los estudios
formulación de variadas hipótesis dentro del marco paleoetnobotánicos y agroeconómicos desarrollados
metodológico de la paleoetnobotánica, fueron hasta el presente en la región antillana, se ha podido
desarrollándose nuevas bases de datos que permitieron notar que son escasos los estudios paleoetnobotánicos
replantear, sólo parcialmente, las distintas formas de antillanos enfocados en comprender interacciones
interacción entre indígenas y plantas durante la extensa fitoculturales en momentos trascendentales para la
“era” precolombina antillana. Algunas de las historia antigua del Caribe antillano, como es el caso del
subespecialidades de la paleoetnobotánica que han sido arribo a las islas de los primeros grupos humanos
integradas a algunos proyectos arqueológicos en Las considerados netamente agricultores: los Huecoide (ca.
Antillas son (en orden de frecuencia): la recuperación, 550-160 a.C.). Por esta razón, uno de los objetivos del
análisis e interpretación de restos macrobotánicos presente estudio es el de crear y aplicar de manera
(madera, semillas, frutos [secos o carnosos], pedúnculos, sistemática una nueva metodología arqueobotánica que
espigas, orquillas de espiguillas, segmentos de raquis, posibilite recuperar, por primera vez en el contexto
glumas, etcétera) (véase Newsom 1993); el estudio de antillano, los restos de las plantas útiles (tuberosas y de
2
Introducción general
semilla) que fueron apreciadas y mantenidas en los conocer algunas estrategias relacionales y adaptativas de
pueblos (o villas) Huecoide seleccionados para la grupos humanos que provienen de extensos territorios
investigación. Haciendo factible la aplicación de una tropicales de carácter continental y se asientan en islas
metodología como la señalada, se viabiliza el abordar oceánicas tropicales con limitados hábitats susceptibles
con mayor propiedad –o con mejores elementos– algunos de explotación. Aunque con la presente investigación no
problemas relacionados con las características de la se pretende abarcar todo lo concerniente a las estrategias
tradición agrícola que introdujeron los Huecoide al adaptativas de los grupos humanos en el periodo cultural
Caribe antillano durante la temprana era cerámica (i.e., de nuestro interés (e.g., adaptaciones marítimas,
periodo II-A [según Rouse 1992) o periodo agroalfarero combinación de distintas estrategias de subsistencia), se
I [según Chanlatte y Narganes 1983]). Asimismo, al intenta agregar a este amplio espectro los elementos
conocer las plantas que utilizaron estos pueblos antiguos fitoculturales necesarios que permitan en un futuro
en distintos momentos, será posible adentrarse en los abordar de manera integral tan importante asunto.
procesos culturales alrededor de ellas que desembocaron
en la adaptación humana de los últimos en Las Antillas. Con el propósito de ofrecer los elementos básicos que
De esta manera, se podrá abordar la relacionabilidad 2 de dan forma y cohesión a este trabajo, se estructura el
los Huecoide con los nuevos espacios y lugares que mismo en siete capítulos a través de los cuales se
seleccionaron para vivir en Las Antillas, pero partiendo pretende exponer claramente el problema planteado así
del análisis de las condiciones en que la información como los antecedentes generales, las herramientas
fitocultural acumulada por los Huecoide pudo ser teórico-metodológicas implementadas y los resultados
adaptada, reestructurada o rechazada por ellos ante los obtenidos. El propósito final es lograr un acercamiento
nuevos acontecimientos que tuvieron lugar en las islas de adecuado a algunas estrategias relacionales (procesos
Vieques y Puerto Rico. culturales) ¯adaptativas (respuestas) de los primeros
grupos de tradición agrocerámica que se supone
En la presente investigación se realiza un estudio arribaron a Las Antillas con co nocimientos
microbotánico en los sitios arqueológicos Punta agroeconómicos adquiridos en otros espacios. En la
Candelero y La Hueca, ambos, con claras evidencias de presente introducción se plantean los elementos que
ocupación agrocerámica temprana y ubicados en las islas dieron pie a la investigación, tomándose algunos
de Vieques y Puerto Rico. El objetivo central es conocer antecedentes generales de la región antillana. El
algunos aspectos de la relacionabilidad y adaptación propósito es que el lector tenga una idea clara de las
humana de los primeros grupos agroceramistas que causas que motivan la exposición del problema
arribaron a Las Antillas hace aproximadamente 2500 arqueológico de interés. Para responder a la problemática
años con una tradición agrícola aparentemente planteada, más adelante en esta introducción se presentan
desarrollada en otros confines. Esta investigación es, por las presunciones (hipótesis) que pretenden ser
lo tanto, el primer intento formal por conocer las contrastadas con los datos de la investigación y por
interrelaciones fitoculturales que generaron los pueblos último, se muestran los objetivos generales y específicos
Huecoide en Las Antillas nororientales, por lo que se con los cuales se intenta dar resolución al problema
pone singular interés en las estrategias de subsistencia principal, y a la misma vez, delimitar la investigación.
agrícola que desarrollaron y, también, en las relaciones
del carácter simbólico en torno a las plantas que les En el primer capítulo se exponen el marco conceptual y
permitieron persistir como entes biológicos y sociales en las herramientas teórico-referenciales implementadas que
el contexto del Puerto Rico precolombino. dan línea, pero no determinan, a la investigación. Se
definen específicamente los principales conceptos de la
¿Qué plantas útiles estaban disponibles para otros grupos ecología cultural que se utilizan, en gran medida, como
humanos en el norte de Las Antillas antes del arribo de herramientas teóricas que estructuran y dan coherencia a
los Huecoide?, ¿qué nuevas plantas introdujeron éstos los datos “duros”que se manejan en la investigación. Por
(los Huecoide) a las islas?, ¿cuáles nuevas plantas otra parte, se considera como alternativa la propuesta del
adoptaron y por qué?, ¿cambiaron los patrones de uso y enfoque fenomenológico del paisaje (Thomas 1996;
consumo de plantas útiles entre los Huecoide después de 2001; Tilley 1994; 1999) con la intención de no
haberse establecido en el norte de Las Antillas?, ¿qué descuidar la potencial importancia simbólica que puede
nos pueden indicar estos cambios en términos de investir a ciertos elementos que configuran los entornos
interacciones y relaciones profundas con los nuevos para los grupos humanos que se estudian. Es decir, no
espacios y sus cosas (e.g., las plantas antillanas y la gente sólo se consideran los aspectos ecológico-culturales que
que ya existía en estos espacios)? y ¿cuáles mecanismos tradicionalmente se relacionan con los procesos de
de producción de plantas pudieron utilizar los grupos que adaptación humana, sino también la importancia que
se estudian en el contexto de Las Antillas? Ciertamente tienen ciertos elementos como la percepción simbólica,
estas y otras interrogantes surgen cuando se pretende la figuración del entorno, la biografía de las cosas
3
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
(plantas) y el rol de la memoria social (e.g., la utilización estudio de almidones en el contexto de la investigación.
de estrategias conocidas) en la eventual ubicación e Se aborda lo concerniente a la selección de las
interacción con los lugares y con las “cosas” del entorno. herramientas de molienda/macerado de las distintas fases
de ocupación Huecoide de ambos sitios y, además, se
En el segundo capítulo se exponen algunos antecedentes construyen las escalas contextuales (en términos
de interés para esta investigación. Se ofrecen los datos temporales) que fueron concebidas para ubicar los datos
m á s re le v a ntes d e d o s d ifere n tes mo d e los cronológicamente.
cronoespaciales y culturales actualmente utilizados en
Las Antillas (e.g., Chanlatte 1981; Chanlatte y Narganes En el capítulo seis se exponen los resultados y se
1983; 2002; Rouse 1952; 1992) y se desarrolla una desarrolla el análisis sistemático de los datos de manera
exposición general sobre el estado actual del organizada. Éstos son ubicados en las distintas escalas de
conocimiento que se tiene acerca de la arqueología de la análisis propuestas y se muestran las interpretaciones
costa este de Puerto Rico, región en la cual se encuentran logradas. Por cada etapa de ocupación previamente
los sitios arqueológicos seleccionados. El propósito es delimitada en las fases Huecoide de los sitios
contextualizar la investigación en general (sincrónica y seleccionados, se plantean los escenarios posibles en
diacrónicamente) y los eventuales datos que surgen de torno a las estrategias relacionales y adaptativas que
ella. Posteriormente, se propone una posible alternativa pudieron concurrir con las actividades humanas
para la aplicación y manejo de dichas propuestas en el vinculadas con las plantas. Culmina el capítulo con una
contexto antillano. discusión general de los hallazgos y se proponen una
serie de interpretaciones que dan respuesta a las
En el siguiente capítulo (capítulo tres), se revisan los interrogantes planteadas sobre las estrategias relacionales
tra b ajo s a rq u e o ló g ic o s y p a le o etn o b o tá nic o s y adaptativas de los Huecoide en La Hueca y Punta
directamente ligados con la producción de conocimientos Candelero.
sobre las diversas interacciones entre grupos humanos y
plantas en Las Antillas a lo largo de los distintos En el séptimo y último capítulo se reflexiona en torno a
periodos culturales precolombinos hasta ahora definidos. los resultados obtenidos y se confrontan los datos con las
Se pretende presentar la información más relevante al presunciones que dieron pie a la investigación. El marco
respecto con la idea de señalar aquellos aspectos que son conceptual-referencial expuesto sirve como guía en este
de interés especial para la investigación. capítulo y algunos conceptos son redefinidos. Se
pretende así, dar una interpretación plausible del
En el cuarto capítulo se describe el contexto biofísico de problema planteado. Luego se señalan algunas de las
los lugares estudiados, comenzando primeramente con implicaciones teóricas que ha tenido la investigación en
una descripción general de la geografía física y biológica el contexto de la arqueología de Puerto Rico y Las
de Las Antillas y su relación con las masas continentales Antillas. En este sentido, se muestran las posibles
e hidrográficas que circundan al archipiélago caribeño. aportaciones de la presente investigación para la
De Las Antillas se pasa a Puerto Rico y sus islas discusión referente a los modelos cronoespaciales y
municipio, región donde se encuentran los sitios culturales que están en vigencia en Las Antillas. También
arqueológicos que son el objeto de estudio en la presente se consideran las posibles aportaciones logradas para la
investigación. Una vez realizada tal descripción, se llega comprensión de ciertos aspectos centrales de la
a los sitios arqueológicos Punta Candelero y La Hueca arqueología como son la producción, el uso y el manejo
para describir y comprender las características biofísicas de plantas por parte de los primeros grupos de tradición
de su entorno. Concluye este capítulo con una análisis agrocerámica que arribaron a Las Antillas. Los niveles
fenomenológico del llamado “problema de la Hueca” de discusión desarrollados en el capítulo seis, junto con
(Rodríguez López 1989a; Siegel 1991; Oliver 1999). las reflexiones vertidas en el último capítulo (siete),
Así, más que hacer un recuento de las características de permiten una mejor comprensión de los procesos
la cultura material y de otros aspectos de lo Huecoide y particulares que han querido mostrar.
lo Saladoide (ambos, ejes de una intensa polémica
arqueológica), se intenta exponer otra dimensión Planteamiento del problema
interpretativa del complejo cultural Huecoide. Se
persigue, específicamente, aportar nuevos elementos que Primeramente hay que señalar que se parte del siguiente
permitan una mejor comprensión del referido problema. supuesto de carácter personal: en la “era cerámica
temprana” (específicamente durante el periodo II del
Una descripción de los aspectos metodológicos que rigen esquema cronológico de Rouse [1992]) existieron dos
la investigación de campo y laboratorio se revela en el tradiciones culturales diferentes, la Huecoide y la
quinto capítulo. Se presentan los distintos métodos y Saladoide (ver también Chanlatte y Narganes 1983;
criterios utilizados durante la creación de la técnica y Rodríguez Ramos 2001). Por lo tanto, esta investigación,
4
Introducción general
con la cual se pretenden conocer algunos procesos de cronistas europeos durante el periodo de contacto indo-
interacción entre los grupos humanos y las plantas en español.
dicho periodo, ha sido ubicada en el contexto más
temprano del mismo, es decir, en la fase de ocupación Presunciones
Huecoide. De esta forma, a diferencia de las
investigaciones paleoetnobotánicas y arqueológicas Con la finalidad de proveerle dirección y contorno a la
realizadas hasta el presente, se esperan conocer ciertos presente investigación, se parte de tres presunciones que
tipos de interacción de los primeros grupos permiten inferir cómo los Huecoide pudieron adaptarse
agroceramistas que aparentemente se movilizaron hacia a los contextos insulares. Si bien estas presunciones
Las Antillas con las plantas útiles que acarrearon y con parecen responder a simples ejercicios de lógica, también
las plantas que encontraron y pudieron aprovechar en el es conocido que para poder interpretarlas por medio de
nuevo contexto insular. las escalas contextuales (temporales-espaciales) que se
establecen desde la arqueología, es necesario obtener
El presente estudio tiene como finalidad atender un determinados datos que autoricen un acercamiento
problema arqueológico concreto como fue mencionado satisfactorio.
anteriormente: la interacción entre los primeros grupos
humanos de tradición netamente agrícola que ingresaron Los trabajos arqueológicos realizados en los pasados
a Las Antillas (Huecoides) y la flora, pero años por Chanlatte y Narganes (1983) y Rodríguez
específicamente esa relación vista desde la utilización de López (1989a) en los sitios La Hueca y Punta Candelero
plantas para distintos tipos de consumo. En este sentido, respectivamente, han puesto de manifiesto la existencia
se considera que los tipos de interacción que generaron de un repertorio artefactual relacionado con el
los Huecoide y sus entornos pudieron ser bastante procesamiento y consumo (alimenticio, medicinal o
dramáticos, dado que aparentemente arribaron a un ritual) de plantas en los contextos Huecoide. Entre estos
nuevo territorio (Las Antillas) con características físicas, artefactos se pueden mencionar los de molienda y
ecológicas y simbólicas relativamente diferentes a las de macerado (morteros, bases molederas, de molino o
su área de procedencia (Suramérica). majadores, manos laterales, simples o irregulares), los de
raspado (microlascas que posiblemente se incrustaban en
El anterior planteamiento permite elaborar un programa plataformas de madera conocidas como guayos 3 o
de investigación que facilita la comprensión de ciertos raspadores en coral) (ver Fig. 1a), los de cocina
aspectos de las dinámicas que generaron las poblaciones (burenes 4 o budares de arcilla; los cibucanes 5 para extraer
humanas más tempranas de la llamada era cerámica de el zumo; los tamizadores para procesar la harina)(ver
Las Antillas con los componentes florísticos que Fig. 1b y 1c) y los de uso ritual (i.e., incensarios,
adoptaron, adaptaron y/o rechazaron para poder inhaladores, vasos libatorios). La cantidad, variabilidad
reproducirse, tanto biológica como culturalmente. Este y características morfológicas de este herramental, hace
aspecto del conocimiento relacionado con las pensar que los Huecoide contaron con un conocimiento
interacciones fitoculturales, parece ser un elemento de previo acerca de la confección de los mismos y también
suma importancia que pudo influir, más tarde en la de las actividades a las que eran destinados
historia, en la complejidad sociocultural de los pueblos (principalmente de subsistencia).
indígenas que fue observada y documentada por los
a) b) c)
Figura 1 Algunos componentes del complejo guayo-cibucán-tamiz-burén; a) guayo de madera con incrustaciones de piedra y símbolos de carácter
identitario (río Içana, Brasil; Oliver 2001); b) tamiz hecho con fibra vegetal (pueblo Werekena, Brasil; van Velthem 2001); c) burén de cerámica con diseño
inciso interior (pueblo Saladoide [Chanlatte y Narganes 1983], La Hueca, Vieques).
5
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Por medio de analogías etnográficas y de comparaciones La posible identificación que se pueda hacer de las
modales-estilísticas de los artefactos en cuestión, muchos plantas que acarrearon y utilizaron los Huecoide en su
investigadores (e.g., Chanlatte y Narganes 1983; 2002; sistema(as) de subsistencia agrícola(as) en Las Antillas,
Petersen 1997; Rouse 1992) han asumido que los grupos lleva entonces a la segunda presunción: el conocimiento
Huecoide, al igual que los grupos posteriores a su arribo de las propiedades y requerimientos de las plantas útiles
a Las Antillas (i.e., Saladoides), poseían un sistema de de tierra firme, más el conocimiento de las diferentes
subsistencia agrícola en el cual el alimento básico era la técnicas de producción y reproducción de cultivos así
yuca o mandioca (Manihot esculenta Crantz). El como la interacción con otros pueblos circundados por
mecanismo agrotecnológico fundamental del sistema era el M ar Caribe, hizo posible a los Huecoide incorporar
posiblemente el de la roza y quema de bosques para crear nuevos elementos florísticos antillanos y continentales a
huertos domésticos o caseros. Esta asociación entre su sistema de subsistencia agrícola. Sobre este
“alimento básico [yuca] y mecanismo agrotecnológico particular, se debe tener presente que los Huecoide
[roza y quema]”, se ha elaborado a raíz de la presencia pudieron interactuar con el medioambiente de Las
de los burenes (y fragmentos de éstos), mismos que Antillas utilizando, como herramienta de engranaje con
etnográficamente han sido documentados en el contexto los nuevos lugares, referencias y experiencias previas
de la preparación de casabe (o pan de yuca). Asimismo, desarrolladas en el movimiento a través de los distintos
el sistema agrícola supuestamente empleado –el huerto lugares de importancia para ellos (enfatizando sus áreas
doméstico– se ha inferido y extrapolado de las de procedencia); por supuesto, esto no anula que eventos
narraciones documentadas por los cronistas europeos de estrés ambiental, por ejemplo, hayan podido estimular
durante el periodo de contacto (Newsom y Pearsall 2003; variadas formas de interacción entre los Huecoide y los
Rouse 1992; Rouse y Alegría 1990). Hasta el presente, componentes florísticos de los sitios que se estudian.
la mayoría de los investigadores no creen que otro También se considera aquí que los Huecoide pudieron
sistema distinto al de roza y quema haya sido utilizado descubrir en Las Antillas hábitats que contaban con
por los primeros agricultores que arribaron a las islas. Se elementos florísticos parecidos a los de sus lugares de
ha planteado la posible existencia de parcelas de cultivo procedencia (i.e., posiblemente existieron plantas
relacionadas con los asentamientos agrocerámicos silvestres morfológicamente parecidas a sus plantas
tempranos a partir de la evidencia arqueobotánica (e.g., económicas). Asimismo, se tiene que considerar que los
Newsom y Pearsall 2003), pero al día de hoy, las Huecoide se asentaron en un territorio poblado por
evidencias recabadas sólo posibilitan el desarrollo de grupos acerámicos desde por lo menos 3500 años antes.
conjeturas. Considerando lo anterior, las dinámicas de interacción no
sólo entre Huecoides y los componentes florísticos, sino
Las percepciones e inferencias que se han desarrollado a también entre Huecoides y grupos acerámicos antillanos
partir de la evidencia artefactual y etnográfica remiten a o grupos contemporáneos a ellos procedentes de otras
la primera presunción: como parte de las estrategias regiones continentales, pudieron estimular a los primeros
adaptativas en los contextos ecológicos que se estudian, acceder a una serie de nuevos recursos botánicos
los Huecoide inicialmente introdujeron e hicieron uso de antillanos o continentales que posiblemente incorporaron
plantas útiles (domesticadas y cultivos) de sus lugares de en su sistema(as) de subsistencia agrícola(as) como parte
procedencia. Esta suposición hace pensar que los grupos de algunas de las estrategias adaptativas elaboradas en
Huecoide trajeron consigo plantas útiles (frutales, los nuevos entornos.
tuberosas y/o de granos) pertenecientes a una economía
De esta manera, las primeras dos presunciones remiten a
agrícola mixta (de semillas y tubérculos) que era
una tercera: una vez familiarizados con los nuevos
aprovechada en varios sistemas agrícolas del centro-
espacios antillanos (del norte de Las Antillas) y sus
noroeste de Suramérica en el momento de su movimiento
cosas, los Huecoide fueron reestructurando su sistema(s)
hacia Las Antillas. A pesar de lo elemental que parece
de subsistencia agrícola(s) para dar cabida a los nuevos
ser este supuesto, es necesario no limitar las posibles
componentes florísticos útiles y a las nuevas relaciones
opciones que pudieron tener los Huecoide en cuanto al
con ellos, generando así un nuevo sistema de
uso y consumo (e.g., alimenticio, ritual, constructivo) de
subsistencia vegetal para su propia estructura
determinadas plantas sudamericanas o de otras áreas en
sociocultural (lo que implica cambios cualitativos en
el contexto antillano. Basta con limitarnos a pensar que
otras vertientes de la organización/estructura
los Huecoide sólo acarrearon y consumieron yuca
sociocultural de estas comunidades).
(Manihot sp.) para que, en consecuencia, no se pueda
comprender la complejidad de las interacciones
Objetivos
dinámicas que tuvieron que ocurrir ante los primeros
procesos de movilidad comunitaria agroceramista hacia
El objetivo central de la investigación y del presente
Las Antillas.
trabajo es estudiar la problemática en torno a la
6
Introducción general
naturaleza de las interacciones que pudieron generar los consumo de plantas e interacciones diversas) entre los
grupos Huecoide con el componente florístico que Huecoide y las plantas que mantuvieron y utilizaron en
trajeron y/o adoptaron en el norte de Las Antillas con el tres momentos: a) en la fase inicial de su asentamiento en
fin de asegurar, por medio de distintos mecanismos de los lugares seleccionados, b) durante su estancia en los
subsistencia agrícola, su adaptación a los nuevos lugares específicos que se estudian (fase intermedia) y 3)
entornos isleños. Se trata pues, de mostrar e interpretar en la fase tardía de ocupación de los referidos lugares.
el papel activo que jugaron estos grupos humanos
alrededor de los múltiples procesos que tuvieron lugar en Una vez abordados los objetivos anteriores en el
las islas de V ieques y P uerto R ico hace transcurso de la investigación, se procede con la
aproximadamente 2300 años. Por esto se han propuesto interpretación de éstos en función de los posibles
una serie de objetivos específicos que, en la medida en procesos de utilización y producción de plantas en el
que se vayan atendiendo en el transcurso de la periodo más temprano de ocupación agrocerámica de la
investigación, permiten una comprensión de las posibles llamada “era cerámica temprana” antillana. La
estrategias relacionales y adaptativas (en términos de perspectiva conceptual de la ecología cultural es el eje
subsistencia agrícola) a las que pudieron recurrir los central del análisis (principalmente por las cualidades de
Huecoide en los sitios arqueológicos estudiados. Si bien los datos que se manejan), pero se incorpora y entrelaza
los objetivos que se presentan a continuación posibilitan el enfoque fenomenológico del paisaje. Sin dudas, la
la obtención de los elementos necesarios para mostrar integración de ambas líneas de pensamiento ofrece
una interpretación acerca del objetivo central que se ha mayor solidez a las interpretaciones del conjunto de
planteado, también tienen la función de delimitar la datos que se manejan, y más importante aún, esta
investigación, ya que el estudiar las interrelaciones correlación de enfoques hace posible lograr una
fitoculturales desde la arqueología, es una tarea compleja comprensión más plausible sobre el problema planteado,
que abarca múltiples temas y formas de acercamiento donde las comunidades que se estudian (i.e., la agencia
para su entendimiento. humana) juegan un papel más activo en los procesos de
adaptación que se intentan conocer.
Primero, es necesario mencionar cuáles herramientas
metodológicas se utilizan para dar resolución al Notas de la Introducción
problema planteado en la investigación. En particular, se
construye y se aplica una técnica de estudio 1. D esde estas teorías, los seres humanos son
microbotánico (estudio de gránulos de almidón) que ha considerados como actores racionales en cualquier
sido utilizada en otras regiones tropicales de América y ambiente (en cualquier tiempo) donde los recursos son
Oceanía. Con la aplicación de esta técnica se pretende limitados y las necesidades deben ser continuamente
primeramente demostrar el potencial que tiene el estudio afrontadas (Piperno y Pearsall 1998:17).
de gránulos de almidón en la búsqueda de conocimientos
relacionados con la interacción entre grupos humanos y 2. Relacionabilidad es definido en este trabajo como la
plantas. Dicha técnica hace posible, por primera vez en capacidad, habilidad o el arte de relacionarse con algo.
el contexto de las sociedades agrocerámicas más antiguas Otra palabra utilizada en el texto es relacional, la cual
de Las Antillas, la recuperación e identificación de los debe comprenderse como un adjetivo calificativo
restos de aquellas plantas que pudieron ser las de mayor derivado del verbo relación.
importancia para los grupos que se estudian –los
tubérculos y las semillas. 3. Guayo: son herramientas confeccionadas para rallar
tubérculos que consisten esencialmente de una pieza de
La metodología se traduce entonces en una estrategia madera en forma rectangular y con la cara de uso plana,
combinada (arqueobotánica y contextual) acorde con el sobre la cual se empotra una gran cantidad de pequeñas
marco conceptual y en función de los posibles escenarios lascas que sirven como agentes de fricción contra los
planteados con el enfoque propuesto adelante (i.e., órganos vegetales (ver Fig. 1a). Existe también este tipo
ecología cultural y fenomenología). El procedimiento de instrumentos confeccionados a partir de una sola
metodológico de la investigación consiste en: a) crear y piedra que es intencionalmente aplanada en una de sus
aplicar una técnica de investigación arqueobotánica caras, misma que posteriormente es alterada (picoteada)
(almidones) y b) construir las escalas de análisis para producir un similar efecto físico de fricción en la
contextual (e.g., selección de herramientas y delimitación superficie de uso. En ciertos casos se han construido con
de fases) en las cuales se aplica el estudio de almidones rocas que son naturalmente porosas (e.g., arenisca) y en
y se desarrollan las interpretaciones con el fin de ver los fragmentos de coral con o sin modificación.
procesos diacrónicos de las estrategias relacionales y
adaptativas de los Huecoide. Posteriormente se pretende 4. Burén: especie de hornillo de barro cocido, circular y
determinar relaciones concretas (de producción, uso, llano parecido a los comales de M esoamérica, que se
7
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
utilizaba para preparar el casabe o pan de yuca y 5. Cibucán: utensilio cilíndrico de cestería utilizado para
posiblemente productos de otros tubérculos y raíces (Fig. extraer (por presión) el ácido prúsico y el zumo de la
1c). masa de yuca amarga previamente rallada.
8
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
El interés particular de esta investigación es mostrar un arqueológicamente como Huecoide y los lugares donde
conjunto de interpretaciones plausibles acerca de los se asentaron en el norte de Las Antillas, específicamente
procesos subyacentes a la adaptación humana de los en las islas de Puerto Rico y Vieques. ¿Por qué es
pueblos Huecoide en el norte de Las Antillas, y dentro de importante este aspecto para la arqueología antillana?
dichos procesos, dilucidar el rol activo de los seres Porque se trata de los primeros grupos humanos que
humanos en sus interacciones con los espacios y lugares ingresaron a las islas con un conocimiento agrícola
que habitaron. Para lograrlo es necesario –además de aparentemente adquirido en otros confines, en este caso
crear las herramientas metodológicas que se detallan en Suramérica.
el capítulo 5– generar un escenario teórico que permita la
indagación a los problemas relacionales y adaptativos. En Como se comentó antes, la técnica de recuperación de
este trabajo se utilizan algunos conceptos que provienen restos botánicos que se utiliza en esta investigación es la
tanto del enfoque ecológico-cultural como del del estudio de almidones, con la cual se pueden obtener
fenomenológico recientemente propuesto en arqueología, los datos necesarios acerca de las plantas útiles que
por lo cual, a continuación se genera una discusión en pudieron estar aprovechando los Huecoide una vez se
torno a los conceptos estrategia adaptativa (respuesta), asentaron en los lugares que se estudian. La aplicación de
adaptación humana (resultado), estrategia relacional esta técnica es importante, pues permitirá por primera vez
(proceso), espacio y lugar (contextos y co-protagonistas en Las Antillas, pero sobre todo para el periodo cultural
de la acción) así como biografía cultural (interrelación- que se estudia, conocer cuáles plantas fueron
significado). El conjunto de conceptos, reintegrados en significativas en el o los sistemas de subsistencia agrícola
un nuevo cuerpo de información a partir de los datos Huecoide. Sin embargo, se tiene que aclarar que el interés
recabados en la presente investigación, proporciona los primordial de este trabajo no es únicamente desvelar las
elementos necesarios que dan cuenta de algunos aspectos características de la subsistencia agrícola Huecoide. Sin
de las vivencias desarrolladas por los Huecoide en las duda, es importante lograr una primera caracterización
islas de Vieques y Puerto Rico en lo que concierne a sus del o los posibles sistemas agrícolas de estos grupos, ya
interrelaciones con los entornos y con las plantas. que al día de hoy no se tiene una idea fehaciente de cuales
pudieron ser los mismos. Al presente, las propuestas
En términos de exposición los referidos enfoques son promovidas en este rubro, se sustentan en conjeturas y en
tratados de manera separada, pues cada uno es complejo extrapolaciones etnográficas de algunas culturas
en sí mismo y no se desea desvirtuar los aportes que suramericanas modernas.
ambos han generado. Posteriormente se propone una
“hibridación” de ellos con el fin de complementarlos a El interés real de la investigación es precisamente
partir de las carencias que puedan existir en cada uno. La trascender la mera caracterización del o los sistemas de
principal razón para desarrollar una propuesta de subsistencia agrícola que se pudieron utilizar en
hibridación como la señalada es que la ecología cultural determinado momento de la historia antigua antillana.
proporciona algunos elementos básicos con los cuales se Conocer los componentes de dicho sistema(s) y darles
puede ubicar y analizar al objeto de estudio de la sentido (forma) en el contexto de un sistema cultural es
arqueología en varios contextos: a saber, en el natural y sin duda un aspecto que debe ser tratado con la atención
en el social. Por otra parte, el enfoque fenomenológico que se merece. Pero como se señaló antes, develar este
permite explorar la percepción simbólica que los grupos aspecto es una parte del todo que se necesita
humanos del pasado pudieron experimentar hacia los comprender. Se argumenta entonces que para develar la
entornos con los cuales se relacionaron. La percepción estructura y funcionalidad de cualquier sistema, en este
simbólica y la referencia (la memoria) –esta última basada caso agrícola, es necesario comprender también los
en procesos de experimentación y aprehensión del mundo mecanismos sociales y culturales (más allá de la propia
y de sus cosas– deben ser considerados como elementos tecnología y del uso racional humano de recursos) que
que pudieron influir dramáticamente en las eventuales posibilitaron la permanencia d e d ete rminad os
interacciones de los grupos que se estudian con sus componentes de estos sistemas y que permitieron la
entornos. adopción, si es que la hubo, de nuevos componentes
(tecnológicos, vegetales). En otras palabras, el interés
La perspectiva ecológico-cultural primordial es comprender cuáles pudieron ser las
estrategias relacionales (procesos) y adaptativas
Con el programa de investigación que sustenta a la (respuestas) que desarrollaron los Huecoide para poder
presente investigación, se intentan recabar algunos subsistir o adaptarse (resultado) a los nuevos y
elementos que permitan discutir cuáles fueron las cambiantes entornos antillanos en determinados
condiciones sociales-culturales tras ciertos procesos de momentos.
relacionabilidad (e.g., los mecanismos culturales que dan
sentido las respuestas o estrategias) y adaptabilidad En el estudio de las interacciones humanas con los
(re su ltad o s) de lo s gru p o s d en o m in ad o s sistemas ecológicos se han reformulado una serie de
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
conceptos que han posibilitado la indagación de algunos sociocultural y el ecológico (físico y biológico). Es decir,
procesos relacionados con las cualidades de dichas los procesos envueltos en dichas transiciones no fueron
interacciones. Precisamente, las investigaciones verticales ni dictados por uno de los dos elementos en
arqueológicas dirigidas al estudio de las interrelaciones juego –el natural (biofísico) y el cultural. Más bien fueron
fitoculturales requieren del establecimiento de algunos procesos complejos, dialécticos y multivectoriales sujetos
parámetros conceptuales básicos, los cuales sirven para a distintas intensidades en diferentes momentos.
generar modelos iniciales de exploración. Estos, a su vez,
posteriormente pueden ser enriquecidos o modificados El periodo cultural que se estudia en la presente
según los datos que se obtienen. investigación (periodo II-a o agroalfarero I) ha sido
definido como el primer momento en el cual ingresaron
El análisis de almidones, que se utiliza en esta algunos grupos agroceramistas a Las Antillas
investigación, facilita la obtención de un conjunto de provenientes de alguna región de Suramérica, por lo que
datos únicos para el problema que se ha planteado en el resulta necesario comenzar a definir los conceptos
presente trabajo. Los aspectos que se pueden abordar son específicos que se manejan a lo largo de este trabajo. El
principalmente aquellos que conciernen a las distintas concepto de agricultura en el estudio de las sociedades
formas de obtención, producción y uso de las plantas para del pasado, ha sido definido de diversas formas. Por
distintos motivos (e.g., alimenticios, rituales, medicinales, ejemplo, para Pearsall (1992: 197) la agricultura es un
simbólicos). En este sentido la horticultura, la agricultura grupo de actividades que afectan al ambiente, donde los
y otras formas de producción de plantas (e.g., recursos menos productivos son aislados en favor de la
arboricultura), son prácticas culturales que pueden ser creación de ambientes productivos para las plantas
entendidas como respuestas o estrategias que los grupos domesticadas. Con otros conceptos se ha intentado
humanos generan para lidiar con los problemas o definir diferentes momentos de la interacción entre
constreñimientos subyacentes a los ecosistemas (e.g., grupos humanos y plantas, como el que ha propuesto
productividad de los suelos) y también a la estructura Buxó (1997:87) para quien la agricultura predoméstica,
social (e.g., la producción y reproducción biológica y concierne a las plantas que presentan un estado
sociocultural). Por lo tanto, si consideramos que un morfológicamente silvestre, es decir no doméstico, pero
grupo humano de tradición agrocerámica y adaptados o su multiplicación se realiza gracias a la actividad del ser
mejor familiarizados con ecosistemas tropicales humano.
continentales se desplazan a islas oceánicas subtropicales
y tropicales con distintos hábitats susceptibles de Aunque existen otras definiciones del concepto
explotación, es posible que desarrollen estrategias de agricultura, se retoma aquí la elaborada por M innis
subsistencia conocidas, estrategias totalmente nuevas o (1985: 316), se correlaciona con una sugerencia de
estrategias “híbridas” como producto de la nueva Pearsall (1992: 197) aunque se agregan otros conceptos
información comprendida e integrada a su sistema de de Stark (1986: 278). Según Minnis, el concepto de
valores en general. Con cada una de las posibilidades agricultura se circunscribe a situaciones en las que se
antes señaladas o con una combinación de todas ellas, los utilizan campos artificiales para la siembra de cultivos
Huecoide debieron lidiar con algunos de los nuevos (esto es, plantas que selectivamente son ayudadas durante
acontecimientos que tuvieron lugar en los espacios su crecimiento y reproducción sin que se produzcan
antillanos. Sin embargo, no se debe perder de perspectiva necesariamente efectos a nivel genético) o plantas
que conceptos como horticultura, agricultura y domesticadas (plantas que han sido alteradas
“estrategias de subsistencia agrícola” en general, son genotípicamente como consecuencia de la selección
definidos como el resultado de las complejas formas en la humana) que producen la mayoría de los alimentos o
que los grupos humanos se relacionan con el medio. calorías que sostienen a la gente (Minnis 1985: 316; Stark
1986: 278).
Hablando en términos evolutivos, el consenso general en
arqueología es que los grupos humanos pasaron de un Por otra parte, y para establecer una diferenciación de
estadio en el que procuraban sus alimentos en la actividades humanas relacionadas con la producción de
naturaleza a otros estadios en los que la producción de alimentos, la horticultura es definida como la producción
alimentos vegetales adquirió paulatinamente mayor de alimentos vegetales en menor escala que la agricultura
importancia. Así, es lógico pensar que los procesos donde puede existir una combinación de alimentos
adaptativos que estuvieron envueltos en la transición de vegetales producidos (domésticas y cultivos) con
las llamadas economías de apropiación a las economías de cantidades considerables de alimentos silvestres (Stark
producción deben ser estudiados y entendidos sin perder 1986). Este concepto es uno que permite recoger
de perspectiva las constantes relaciones dialécticas- diferentes manifestaciones productivas como pueden ser
bidireccionales que ocurrieron entre el elemento la arboricultura, los huertos caseros, entre otras más.
10
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
para llevar a cabo un nivel determinado de trabajo” debido a que son consideraciones de carácter decisional
(Moran 1982: 9). que pueden incidir en el tipo de estrategias a
desarrollarse. Aquí pueden intervenir interrogantes para
Herramientas teórico-referenciales implementadas los grupos humanos como las siguientes: ¿cuáles recursos
hay disponibles, cuáles se deben o pueden utilizar, cuáles
Otros criterios que pueden ser considerados para se deben producir y cuántos de ellos? Los agentes
determinar los grados o niveles de las estrategias de decisionales antes señalados están íntimamente vinculados
adaptación, se detallan más adelante; estos criterios son a la información que contiene un ecosistema, pero esta
considerados como herramientas referenciales en este información debe pasar necesariamente por el sistema de
trabajo, ya que al abarcar estos temas, contrastándolos valores y creencias de los grupos humanos para que
con los datos microbotánicos y de otra índole que sean pueda ser comprendida.
obtenidos, es posible elaborar un panorama global de un
aspecto particular. Este aspecto es esencialmente el Por su parte, las estrategias de procuramiento y de
conocimiento y posible funcionamiento e interacción de producción de alimentos vegetales se enfrentan
los sistemas agroeconómicos, desarrollados en principio igualmente a otros agentes decisionales relacionados, por
para resolver un problema primario en el contexto ejemplo, con el cómo destinar los esfuerzos y cuáles
estudiado: la alimentación. herramientas o técnicas deben utilizarse para mediar y
canalizar el esfuerzo. Esencialmente, una comunidad de
1) elementos de carácter decisional en torno a la personas debe determinar cómo, cuándo y dónde dirigir
alimentación vegetal sus actividades de procuramiento y además, figurar la
naturaleza de su tecnología y economía. Los problemas
• disponibilidad de plantas útiles o endógenas en que promueven el establecimiento y/o reestructuración
los ambientes; (i.e., la aplicación de respuestas) de las estrategias de
• disponibilidad de plantas útiles exógenas o procuramiento y de producción de alimentos vegetales
ajenas a los ambientes. ocurren en el contexto de la disponibilidad de tierra
accesible así como de otros recursos y de materia prima.
2) elementos de carácter decisional en torno a las Asimismo la variabilidad temporal, la predictibilidad de
estrategias de procuramiento y producción de alimentos los recursos y las demandas de tiempo y labor son
vegetales consideradas como elementos que deben ser afrontados
(Jochim 1981:114).
• técnicas de procuramiento (recolección, cultivo
[horticultura-agricultura]); De esta manera, las técnicas de procuramiento o
• ubicación de áreas de procuramiento de plantas producción como la recolección de plantas y la
• eficacia de la tierra; horticultura son estrategias que pueden ser adoptadas por
• implementación de tecnología para el grupos humanos agricultores cuando existen problemas
procuramiento de plantas, principalmente de accesibilidad de tierras, variabilidad temporal
alimenticias (e.g., tecnologías hortícolas (disponibilidad de determinadas plantas), conflictos
complejas y tecnologías agrícolas). provocados por las demandas de tiempo y labor u otros
constreñimientos culturales como puede ser la presión
En este sentido, se retoman y acoplan a este trabajo demográfica (crecimiento poblacional). La combinación
algunos conceptos propuestos por Jochim (1981: 64), de las diversas estrategias de procuramiento y producción
para quien las estrategias de alimentación son vistas relacionadas con las plantas deben ser vistas entonces
como un conjunto de soluciones que sirven para resolver como conjuntos de respuestas que permiten a un grupo
un número de problemas básicos. Los problemas pueden humano lidiar con una serie de problemas con la finalidad
ser el aseguramiento de la energía necesaria para la de canalizar y/o mantener el flujo de energía conocido y
supervivencia, el aseguramiento de una entrada necesario para la reproducción biológica y sociocultural.
nutricional razonable para la supervivencia, el
aseguramiento de la regularidad de esas entradas para la La ubicación de las áreas de procuramiento de un grupo
supervivencia y el aseguramiento de una razonable de agricultores pueden ser múltiples si se consideran los
entrada de otros recursos necesarios y relacionados con aspectos anteriormente expuestos. Sin embargo, se debe
los puntos anteriores. tener presente que el ambiente natural provee muchos
canales de flujo de energía, a menudo sin ningún canal
Desde esta perspectiva, es importante tomar en cuenta específico que pueda contener una gran cantidad de
aspectos como la disponibilidad de plantas alimenticias en energía; entonces, cualquier concentración de energía
los espacios estudiados, aquellas endógenas y exógenas, podría [o no] ser provista por el ambiente en general. Los
12
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
13
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
las características identificadas es óptimo en términos de estudio de almidones) que permite la recuperación de los
la posible explotación racional humana, entonces son datos arqueobotánicos necesarios para dilucidar algunos
pocas las probabilidades de que los grupos humanos aspectos de la naturaleza de las estrategias relacionales y
asentados en ambientes con cualidades idóneas (desde el adaptativas de los pueblos Huecoide estudiados. Así, si se
punto de vista de disponibilidad de recursos) fracasen o considera que estos grupos estuvieron inmersos en un
no aprovechen al máximo los recursos “contenidos” en proceso de movilidad comunitaria (i.e., cuando una
dichos lugares. En otras palabras, si los espacios donde se comunidad o algunos de sus integrantes se desplazan
asentaron los antiguos grupos humanos contaron con abrupta o paulatinamente de un lugar a otro) antes de
cualidades y/o variados recursos óptimos para el arribar y establecerse en los espacios que seleccionaron
aprovechamiento humano, entonces estos últimos para vivir, entonces la información obtenida en la
debieron comprender, de facto, la información contenida investigación puede mostrar algunos procesos y
en los distintos ecosistemas que conforman a dicho estrategias que respondieron a las interacciones que
espacio. tuvieron lugar durante dicho proceso. En otras palabras,
los datos recabados pueden indicar las interacciones que
Con fundamento en las premisas formalistas antes ocurrieron entre los pobladores Huecoide con otros
señaladas, se podría decir que una comunidad de lugares (y sus cosas) durante el transcurso de su
agricultores que se asienta en un territorio con vastos movimiento, pero también con otros grupos humanos ya
canales de energía, altamente aprovechables, podría asentados en las regiones con las cuales interactuaron.
fácilmente rechazar las prácticas agrícolas conocidas y
depender exclusivamente de la recolección, por ejemplo, El enfoque fenomenológico del paisaje y sus
de peces, moluscos, crustáceos, aves, reptiles, frutas, componentes
semillas y raíces silvestres. En cambio, con la perspectiva
El enfoque fenomenológico en antropología y
“politética” que se pretende desarrollar aquí, se entiende
arqueología, influenciado por la geografía humana, ha
que esos grupos humanos mencionados como ejemplo y
sid o prop uesto y desarrollado en In glaterra
en el contexto general de movilidad, debieron acarrear y
principalmente por Tim Ingold (etnólogo, 1993),
mantener plantas previamente conocidas, ante la
Christopher Tilley (1994), Christopher Gosden (1994) y
incertidumbre (el riesgo) que implica moverse de espacios
Julian Thomas (1996). Se integra en éste una serie de
conocidos a nuevos lugares relativamente desconocidos.
trabajos provenientes del enfoque fenomenológico de la
Por lo tanto, los nuevos espacios pueden ser
filosofía (e.g., Heidegger 1988; Merleau-Ponty 2000), de
resignificados y aprehendidos luego de prolongados o
la antropología cultural (e.g., Casey 1996), de la
intensos (en el tiempo o en un momento particular)
geografía (e.g., Cosgrove 1984; 1989; Soja 1989), de la
procesos de vida en ellos, lo que haría factible el
escuela de los Annales de París (en sus últimas
conocimiento de sus cualidades, de la disponibilidad de
generaciones influenciada por Focault) y de recientes
los recursos existentes y de la posible incorporación de
trabajos interpretativos en arqueología (e.g., Hodder
ellos al sistema de valores del grupo humano. En este
1986; 1987). Esta propuesta supone acercarse a los
caso las plantas conocidas, acarreadas y mantenidas
procesos de interacción entre el paisaje y los grupos
pueden ayudar a regular culturalmente la incertidumbre y
humanos desde una perspectiva holística, es decir,
a afrontar el aparente riesgo al ser utilizadas, de manera
considerando no sólo los factores característicos que
consciente, como mecanismos de engranaje con los
figuran, por ejemplo, en los enfoques ecológicos
nuevos espacios.
tradicionales (descripción y análisis de los componentes
ambientales, capacidad de carga de las regiones
En este trabajo no sólo se le otorga énfasis a los recursos estudiadas, etcétera), sino también examinando la
acarreados desde otros confines y a los existentes en los simbología subyacente en la percepción del paisaje y el
nuevos entornos. Tampoco es la finalidad construir un rol de la memoria social en la elección de la ubicación y
sistema de subsistencia agrícola Huecoide que relación con los lugares.
ciertamente al día de hoy no existe, o desarrollar un
análisis de los aportes calóricos o medicinales de cada una Es necesario ahora precisar cuál de las posturas de la
de las plantas que puedan ser identificadas. Interesa, fenomenología se utiliza como fundamento en esta
sobre todo, interpretar los procesos socioculturales que investigación y en otros trabajos arqueológicos (e.g.,
permiten a los grupos humanos comprender y aprehender Gosden 1994; Thomas 1996; 2001; Tilley 1994) . Desde
las plantas, pero también a transportarlas desde otros el punto de vista de Heidegger (1988: 45),
confines, a producirlas, a mantenerlas, a utilizarlas para fenomenología quiere decir “permitir ver lo que se
distintos propósitos y a adoptar otras en los nuevos muestra, tal como se muestra por sí mismo, efectivamente
contextos. Con fundamento en esta perspectiva, fue por sí mismo”. Es, por lo tanto, “la forma de acceder a lo
posible crear y aplicar una herramienta metodológica (el que debe ser tema de la ontología y la forma demostrativa
14
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
Desde esta perspectiva, en la arqueología contemporánea Según Tilley (1994: 14), los lugares constituyen espacios
se analiza la relación que puede existir entre la a manera de centros de significación humana, siendo su
espacialidad (sp a tia lity) o condiciones singularidad manifestada y expresada en las experiencias
naturales/culturales de un espacio humanizado y las y conciencias diarias de personas con mundos de vida
manifestaciones sociales con el fin de interpretar la particulares. El espacio, en este sentido, se supedita al
relacionabilidad de las personas con su entorno y sus lugar ya que es este último el que contiene la primera
consecuentes implicaciones. El ser en el mundo es instancia de significación ontológica, tal como los centros
fundamental en el análisis ya que, independientemente del de actividad corporal, de significación humana y de unión
matiz que se le puede otorgar a esta estructura emocional. En cuanto a las sociedades a pequeña escala
referencial, la espacialidad del ser humano en cuanto a ser no occidentales su propuesta es mejor explicada en sus
en, es inherente a su presencia y relación corporal ante los propias palabras:
entes intracircunmundanos.1
el lugar, definido como el centro para la acción, la
intención y [que es de] interés significativo, puede ser
En la arqueología, como ya fue señalado, han sido cuatro mejor considerado en términos de locales y en el
los investigadores que más se han esforzado por analizar contexto más amplio en que estos locales acontecen,
y proponer conceptos de la fenomenología que puedan [esto es], en el paisaje cultural y el natural (Tilley
ser operativos (Gosden 1994; Ingold 1993; Thomas 1994: 14; los corchetes y la traducción son
1996; Tilley 1994). Con base en la llamada míos).
fenomenología hermenéutica heideggeriana se han
analizado y reconceptualizado conceptos como paisaje Los lugares más significativos están localizados o
(landscape), espacio (space), lugar (place), local (locale) posicionados en el espacio. Los locales, a su vez, son
y corporeidad (corporeality). Es necesario dejar claro que lugares creados y conocidos por medio de experiencias
evidentemente la arqueología no puede mostrar cómo comunes, símbolos y significados. Estos pueden ser
está el ser en el mundo y cómo o qué es su espacialidad cuartos, casas, monumentos, lugares de reunión,
y relacionabilidad con lo intracircunmundano. En cambio, campamentos o asentamientos. Los locales pueden
la cultura material y todo indicio de acción humana puede ofrecer distintas cualidades si se está adentro de ellos o si
ser interpretada por medio de lo que queda ante nosotros éstos son parte de un lugar. Las personas viven sus vidas
en el presente del ser en el mundo (las “huellas” de las en un lugar y también se sienten parte del lugar.
actividades humanas) y de los entes intracircunmundanos Consecuentemente, el lugar es fundamental para el
(el entorno físico, natural y cultural, los artefactos, establecimiento de identidades personales y grupales, así
15
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
como para la formación de biografías. El lugar es tanto observador y es interpretado por medio de un filtro de
interno como externo al sujeto humano, es un centro de valores culturales y creencias personales. Cuando es
significados personalmente implantados y también una quebrado en segmentos o componentes aislados, pierde
localidad física para la acción. De esta manera, todos los su cualidad de paisaje y se convierte en una mera
lugares tienen cualidades metonímicas (los lugares y sus colección de capas geográficas.
contenidos consisten en relaciones de “parte - totalidad”)
y densidades diferenciales de significados para sus Los lugares suponen, tanto para Tilley como para Aitken,
habitantes de acuerdo con los eventos y acciones que una relación dialéctica entre lo tangible y lo emocional,
ellos presencian, participan o recuerdan. La estabilidad de siendo los individuos por medio de sus experiencias con
los significados de los lugares puede resultar o promover el entorno y con otros individuos en el entorno quienes
un sentido de apego a ellos (Tilley 1994: 18). dan sentido a sus espacios de interacción. La postura de
ambos investigadores se basa en lo que Johnston (1998)
Las relaciones dialécticas entre individuos o grupos de denomina “percepción inherente”, misma que ubica a la
ellos con los locales, lugares y espacios, sean estos percepción del paisaje (y por ende de los lugares) en las
naturales o humanamente creados, conceden a los experiencias vividas al estar dentro de sus límites. En el
primeros un sentido de familiaridad con el entorno. Por caso de Tilley y su percepción fenomenológica, esto se
ejemplo los locales, constituyentes del lugar en el espacio construye existencialmente por medio del ser-en-el-
y el paisaje, pueden ser elementos naturales como bahías, mundo, mientras que Aitken y otros (1989), desde una
puntos elevados particulares [cerros] o lugares perspectiva de experiencias, entienden que los
humanamente creados como los monumentos o los componentes del paisaje poseen factores aislados –como
propios asentamientos (Tilley 1994: 25). Por otra parte, coherencia y legibilidad– que se valoran como altos en el
“la experiencia en esos lugares no son igualmente entendimiento de las preferencias humanas hacia
compartidas y vividas por todos y el entendimiento y uso diferentes paisajes con distintos propósitos.
de esas experiencias puede ser controlado y explotado en
sistemas de dominación”(Tilley 1994: 26; la traducción es Por su parte, Julian Thomas (2001: 173) sugiere que el
mía). lugar no es sólo una “cosa” o una entidad abstracta –a
diferencia de la propuesta fenomenológica heideggeriana–
Siguiendo una línea de pensamiento de Tilley posterior a y sí un concepto relacional (rechazando el concepto de
su obra de 1994 (1999: 178), los lugares son siempre percepción) ya que siempre llaman nuestra atención
tangibles y físicos; sus significados están ligados a los según lo que pasa en éstos o por medio de las cosas que
individuos que los habitan. En este sentido, las metáforas nosotros esperamos encontrar ahí. Thomas, a diferencia
van a ser esenciales en la medida en que, inherente a los de Tilley, sugiere que un espacio no se transforma en un
lugares y a las historias asociadas a ellos, se desarrolla un lugar significativo como consecuencia de la actividad o
discurso metafórico y relacional entre individuos y grupos agencia humana. El espacio, por así decirlo, ya contiene
así como entre individuos y cosas. Este es el caso cuando distintos elementos preferenciales y significativos que
individuos, al hablar sobre un lugar, recuerdan a otros las influyen en las eventuales interacciones y experiencias que
obligaciones sociales en relación con el parentesco, el los individuos viven ahí. Haciendo una lectura distinta de
territorio, etcétera. Por ende, los lugares posicionados en la fenomenología de Heidegger, Thomas (2001) se
el paisaje (en lo que se figura como entorno), estimulan sostiene en la idea de que “el lugar es siempre el lugar de
las biografías personales y colectivas; además comparten algo”. Al respecto, Tilley (1994: 17) ha sugerido que el
historias por medio de procesos de creación de espacio puede existir únicamente como un conjunto o
construcciones metafóricas y de significados del mundo. cuerpo de relaciones entre cosas o lugares.
Es interesante contrastar esta postura con la del geógrafo Thomas (2001), haciendo una distinción entre el espacio
Aitken et al. (1989), para quienes los lugares implican vivido y el espacio geométrico medido, argumenta que el
una conjunción e integración de la sociedad, la cultura y primero es definido por los atributos cualitativos de
la naturaleza. De esta manera el sentido de lugar no sólo dirección y cercanía. Esto presupone una acumulación de
incorpora los conceptos de ubicación y regularidad, sino experiencias de vida y de relaciones con otra gente que,
sentimientos de pertenencia, invasión, misterio, belleza y por tanto, permite establecer la distinción cualitativa de
miedo. La percepción del lugar, su simbolismo, su lo cerca y lo lejos. Esta condición referencial influye en la
significado cultural y hasta sus fronteras pueden cambiar manera en que la gente se relaciona con otra gente y con
en la medida en que el tiempo cambia y las culturas el espacio. La relacionabilidad de la gente con el paisaje
alteran el escenario de acción y significación (Golledge y hace posible localizar las acciones e interacciones en el
Stimson 1997: 393). El paisaje, según Aitken et al. espacio con base en la afinidad que las personas pueden
(1989), es invariablemente visto a través de los ojos del tener hacia ciertos lugares. Estas afinidades, como señala
16
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
el autor, pueden ser reveladas por medio de eventos locales y los lugares pueden ser investidos con
importantes, festivales, calamidades y sorpresas que significados por medio de las interacciones sociales en las
pueden traer otros lugares y localidades a su atención. que son integrados (Gosden y Marshall 1999).
Los lugares donde se constituyen las historias de vida de
las personas (las biografías) ayudan a dar cuenta de su Esta perspectiva es utilizada en el transcurso del trabajo,
propia identidad. principalmente en el análisis de la cultura material,
espacial y vegetal de los pobladores Huecoide. Por lo
El paisaje es para Thomas (2001) una red de lugares mismo, debido a que esta perspectiva es relativamente
relacionados que gradualmente han sido revelados por fácil de relacionar si se propone únicamente para el
medio de las interacciones y actividades habituales. Los análisis de la cultura material o espacial, se muestra en
paisajes vividos son entidades relacionales constituidas qué sentido se entiende en el análisis de las interrelaciones
por las personas en su engranaje con el mundo, lo que fitoculturales. Las plantas utilizadas por los grupos
implica que la gente tiene un conjunto particular de humanos bajo estudio son vistas no sólo como una mera
posibilidades cuando dan cuenta de su propio paisaje fuente alimenticia, sino también como objetos naturales
(Thomas 2001: 176). De este modo los paisajes pueden humanamente modificados y resignificados, los cuales
ser múltiples o fragmentados; no es que simplemente sean sirvieron para establecer vínculos conscientes entre el
percibidos de manera diferente, sino que un mismo lugar mundo natural antillano y las distintas tradiciones
por ejemplo, puede ser visto o comprendido de manera culturales que coexistieron en las islas. En este sentido, es
diferente cuando las personas poseen distintas herencias importante recordar que los procesos iniciales de
culturales para relacionarse con él. La postura de Thomas interacción fitocultural Huecoide en Las Antillas se
(2001) en relación con su concepción de paisaje es muy dieron en un contexto de movilidad humana. Desde este
parecida a la de Tilley (1994; 1999). Esto es, el paisaje es punto de vista las plantas previamente conocidas y
entendido como conjuntos o redes de lugares que aquellas posteriormente adoptadas en las islas, pudieron
implican relacionabilidad, referencias y experiencias que estar integradas de manera importante en las
han sido el producto de interacciones dialécticas entre el transacciones simbólicas y demás arreglos socioculturales
ser humano y el entorno. que se realizaron con los entornos y con otros grupos
humanos precisamente para proporcionarle a los lugares
Biografía cultural de los objetos y a las nuevas y/o continuas relaciones humanas,
significados propios derivados de las experiencias
La biografía de los objetos, de los individuos, de los
culturales acumuladas.
lugares y de los espacios están determinadas por el
conjunto de procesos relacionales que se conjugan en la
Cabe señalar que el uso de esta perspectiva, en las facetas
creación o reelaboración de los significados o nociones
señaladas, se limita al contexto de la entidad comunitaria
que tienen los entes humanos de las cosas y de sí mismos.
como conjunto (i.e., el pueblo o la villa y sus integrantes)
Dado que no se puede conocer el significado inmanente por cada uno de los momentos que serán definidos
que cada uno de los entes (i.e., objetos, lugares, locales, posteriormente. Evidentemente pueden surgir distintos
plantas) tuvo para los grupos que se comparan, se tratan tipos de interpretación acerca de las biografías de dichos
de analizar algunos aspectos generales que pudieron ser lugares y los objetos si se toma en cuenta la multiplicidad
determinados precisamente por las experiencias y de escalas de análisis que pueden definirse en los sitios
relaciones desarrolladas con los entornos y sus “cosas”. arqueológicos que se estudian: los lugares, locales y
Es claro que existen varias formas de acercamiento a las objetos estudiados en el contexto residencial (doméstico),
en el contexto ritual (a veces separado del contexto
biografías culturales de los objetos o de los lugares y de
residencial), en el contexto temporal (distintos momentos
las relaciones entre éstos y los individuos (véase
de ocupación de una misma entidad comunitaria), el
Appadurai 1986; Gell 1998; Gregory 1982; Hoskins contexto netamente público (e.g., para generar
1998; Kopytoff 1986; Strathern 1988 y Thomas 1994). actividades comunales) son algunos de las posibles
Sin embargo, aquí se intenta un acercamiento superficial escalas que pueden definirse.
al entendimiento de las formas en que los objetos, los
17
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Figura 1.1 Articulación de los enfoques teóricos utilizados. Nótese la correspondencia de ambos enfoques cuando el subsistema de valores (izquierda)
o la memoria individual/colectiva (derecha) incentivan, en una interrelación dinámica, el desarrollo de las estrategias relacionales y adaptativas en un
escenario de espiral en el cual los distintos componentes son interdependientes y se afectan mutuamente.
18
Capítulo 1: El marco conceptual-referencial
19
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
pueden ser las siguientes: 1) el fracaso total de fueron herederos de los grupos locales
las estrategias de subsistencia previamente previamente establecidos en las islas en lugar de
desarrolladas en otros confines; 2) los intensos comunidades desplazadas de un espacio
procesos de interacción con los grupos humanos continental a otros isleños.
que ya se encontraban en las islas, quienes por
medio de diversas transacciones pudieron Notas del Capítulo 1
facilitar un nuevo sistema de subsistencia y
promover el remplazo del sistema de 1. Éstos entes hacen frente inmediato a lo circunmundano
subsistencia Huecoide o; 3) una alta (i.e., aquello en que un ser-ahí fáctico, en cuanto es este
comprensión de la información existente en los ser-ahí, vive). El mundo inmediato del ser-ahí cotidiano
espacios estudiados debido a que los Huecoide es el mundo circundante (Heidegger 1988: 79).
20
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas
socioculturales acaecidas en la región este del Puerto Rico precolombino
Cronología cultural de Las Antillas y Puerto Rico cambios que ha sufrido el mismo a través del tiempo, su
validez para sintetizar las características de las diferentes
Este capítulo tiene la intención de proporcionar al lector culturas que arribaron a Las Antillas dentro de un marco
una idea general sobre las bases en que se asientan los espacial y temporal es aún reconocida por muchos
estudios arqueológicos de Las Antillas y Puerto Rico. arqueólogos interesados en la historia antigua del Caribe
Debido a que la presente investigación está enfocada en antillano. La nomenclatura del modelo de Rouse es,
un periodo cultural concreto de dicha región, en la como fue mencionado anteriormente, de tipo taxonómico
primera sección del capítulo se realiza un resumen del con la cual la cultura material es clasificada a partir de
marco cronoespacial propuesto por Rouse (1952, 1992). sus atributos y su distribución, tanto espacial como
Este marco-modelo es aceptado y utilizado por la temporal. En su modelo, Rouse (1992: 59) definió estilo
mayoría de los investigadores de la arqueología antillana. o complejo de cerámica y de otros artefactos, donde cada
Posteriormente se contrasta con el esquema cronocultural categoría es indicativa de un grupo de personas o una
propuesto por Chanlatte y Narganes (1983, 2002) dada cultura singular. Los estilos fueron agrupados en series
la importancia que tienen, para esta investigación, los con lo cual se destaca el origen común de éstos;
planteamientos que han surgido a raíz de la formulación “recientemente se ha incorporado en la arqueología
del mismo. caribeña un nuevo concepto clasificatorio, la subserie.
Fue propuesto originalmente por Gary Vescelius y ha
Luego se muestran algunos elementos de las dinámicas sido redefinido por Rouse en publicaciones recientes”
socioculturales que estuvieron ocurriendo a lo largo de (Rodríguez López 1992: 61-62). Entonces, los estilos de
casi 4000 años en partes de la porción oriental de Puerto los artefactos son agrupados dentro de las series, y las
Rico y también en las islas de Vieques y Culebra. No se subseries son “un nivel jerárquico intermedio entre
aspira reconstruir detalladamente la arqueología de la pueblos, culturas locales y las series a las que
región bajo estudio, aunque sí se intenta aportar los pertenecen” (Curet 1992: 43).
elementos suficientes que permitan contextualizar, tanto
sincrónica como diacrónicamente, a las localidades En el modelo de Rouse, las series están acompañadas por
arqueológicas que se estudian. el sufijo -oide (-oid en inglés) como es el caso de las
únicas seis series de su modelo cronológico de Las
El modelo cronoespacial de Rouse Antillas, conocidas como Ortoiroid, Casimiroid,
Saladoid, Troumassoid, Suazoid y Ostionoid. Asimismo,
El marco temporal y espacial establecido por Rouse (e.g., las subseries están acompañadas por el sufijo -an y
1992) para Las Antillas es un modelo clasificatorio “están divididas en estilos que representan líneas de
taxonómico y se basa en la noción de que los patrones desarrollo local y diversificación de los pueblos y
observados en el registro arqueológico son el resultado culturas como es visto en las distribuciones modales de
de las ideas y valores compartidos por un grupo de los diferentes inventarios de cerámica y artefactos líticos
personas (Binford, 1977: 30; Rodríguez Ramos, 2000: de los grupos cerámicos y arcaicos respectivamente”
20). En un principio, el modelo de Rouse fue formulado (Rodríguez Ramos 2000: 21). Los estilos son nombrados
para trazar las migraciones y las distribuciones a partir del sitio cabecera, es decir, del lugar donde la
geográficas y temporales de las distintas culturas que cultura material fue primeramente descubierta.
arribaron a Las Antillas desde una perspectiva diacrónica
(Rodríguez Ramos 2000: 20), aunque al parecer, éste no El modelo cronoespacial consiste en cuatro periodos
pretendía dar explicaciones más contundentes sobre la enumerados I al IV; algunos de ellos han sido divididos
diversidad de grupos culturales (étnicos) que existieron en dos partes (Cuadro 2.1) y abarcan cinco eras
a lo largo de la historia antigua antillana. Posteriormente conocidas como lítica, arcaica, cerámica, formativa e
agregó a su modelo los conceptos de “esferas de histórica. El periodo I está constituido por dos eras, la
interacción” y “zonas de contacto”, denominadas como era lítica (periodo I-a) y la era arcaica (periodo I-b). En
fronteras; con la integración de esos conceptos, más concreto, el periodo I-a o era lítica representa a los
nuevos datos proporcionados por la gran cantidad de grupos cazadores-recolectores y pescadores de la serie
investigaciones realizadas en todas Las Antillas, el Casimiroid, mismos que según Rouse (1992: 56) parecen
modelo de Rouse logró mayor flexibilidad porque se provenir de la Península de Yucatán. Estos grupos,
pudo comenzar a profundizar en diversos aspectos (e.g., aparentemente organizados en bandas, confeccionaban
cambio cultural) que hasta ese momento no podían artefactos de piedra tallada, estaban más orientados hacia
tratarse con las herramientas conceptuales inicialmente la explotación de recursos terrestres y su distribución
propuestas (e.g., series, complejos de cerámica, estilos). geográfica ha sido trazada desde el oeste de Cuba hasta
aproximadamente la mitad oeste de Puerto Rico (Fig.
A pesar de las críticas que ha recibido el modelo y de los 2.1).
21
Cuadro 2.1 Marco cronoespacial de Las Antillas (modificado de Rouse [1992], Figuras 14 y 15)
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
El periodo I-a se extiende en términos cronológicos haber estado organizados en bandas y explotaban tanto
desde el 4000 hasta el 2000 a.C. En este periodo, la serie recursos terrestres como marinos.
Casimiroid se divide en una subserie: Casimiran
Casimiroid. Otras dos subseries derivadas de la referida Existen varios sitios en Puerto Rico que aparentemente
serie corresponden al periodo I-b (era arcaica): Courian corresponden a las dos eras antes mencionadas. Como
Casimiroid y Redondan Casimiroid. Estas dos subseries, ejemplo se muestra el caso de Angostura, sitio localizado
además de la presencia de una nueva serie conocida en el actual municipio norteño y costero de Barceloneta
como Ortoiroid, fueron ubicadas en la posterior era y que ha sido fechado para el 4000 a.C., condición que
arcaica, es decir, entre el 2000 y 400 a.C. lo ubica como un ?híbrido cultural” entre las dos eras y
tradiciones precerámicas de Rouse (1992). Por otro lado
La procedencia de la serie Ortoiroid es, según este está el sitio Maruca, localizado en el actual municipio
modelo, suramericana y las manifestaciones culturales de sureño y costero de Ponce. Este segundo sitio ha sido
la misma son bastante homogéneas. Han sido descritos fechado ca. 2890/2580 a.C.(Rodríguez López 1997b),
como cazadores-recolectores y estaban más orientados a c ara cte rístic a que lo ubic a, p o r lo menos
los recursos marinos que a los terrestres; hacían pocos cronológicamente, en la era arcaica (2500/2000-400
artefactos de piedra tallada con la excepción de los a.C.). Retomando algunos de los parámetros que se han
grupos humanos de Antigua y Puerto Rico. Además, se utilizado para caracterizar las industrias materiales
suma al espectro artefactual la confección de artefactos producidas durante el periodo I de Rouse, se puede decir
de piedra pulida (morteros, manos molederas) y de que los habitantes de los lugares Angostura y Maruca
caracoles, utilizándose técnicas similares en la produjeron artefactos líticos y de concha típicos de las
confección de ellos. Con las subseries Courian y tradiciones líticas y arcaicas definidas por Rouse. Es
Redondan Casimiroid, se mantuvo la tradición de la evidente, por lo menos en el caso de M aruca, que se
piedra tallada característica del periodo I-a (era lítica) y estaban elaborando algunos tipos de artefactos que
fueron agregados artefactos de piedra pulida y de aluden a la tradición arcaica (i.e., Casimiroid) del
caracol. Para el periodo I-b, los grupos humanos de las occidente de Las Antillas (e.g., Cuba, La Española), pero
series mencionadas (Casimiroid, Ortoiroid) parecen con materias primas que procedían, en algunos casos, de
23
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
24
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
Antillas los Taíno, quienes representan la etapa 1 final en ubicados en un complicado escenario de interrelaciones
el continuum de migraciones y adaptación humana en la temporales y espaciales. Como se verá a continuación,
región, eran agricultores y pescadores altamente ambos modelos utilizan algunas categorías similares
especializados con una compleja y jerárquica estructura (e.g., cultura, periodo, estilo), pero los datos que las
social (Newsom 1993). sustentan así como el sentido que se les ha otorgado son
disímiles.
El esquema cronocultural de Chanlatte y Narganes
A diferencia del modelo de Rouse anteriormente El esquema cronológico de Chanlatte (1981) y Narganes
resumido, el cual se fundamenta principalmente en la (1983; 2002) consiste en dos grandes periodos: periodo
distribución temporal y espacial de los atributos en el arcaico antillano y periodo agroalfarero (Cuadro 2.2a
material cerámico, Chanlatte y N arganes utilizan y 2.2b). El periodo arcaico comprende aproximadamente
categorías distintas para explicar los procesos culturales 5000 años de continuos movimientos y desarrollos en las
acontecidos en las costas de Suramérica y en Las islas, desde ca. 6000 a.C. hasta algunos decenios de años
Antillas. Mientras Rouse se vale de las categorías serie después de Cristo. Los fechamientos tempranos que se
(cultura), subserie (pueblos) y estilo (cultura han registrado en algunos sitios arcaicos de Las Antillas
singular/grupo de individuos) como unidades de análisis mayores hacen difícil establecer con precisión las
para interrelacionar a las culturas singulares (estilos) con posibles rutas de migración hacia las islas. Esto deja
las tradiciones culturales más amplias (series), Chanlatte abierta la posibilidad de que hayan existido varios
y Narganes prefieren utilizar categorías como complejo canales de flujo migratorio: la península de Florida, la
cultural (cultura) y estilo (desarrollos foráneos y locales) península de Yucatán y el norte de Venezuela. Chanlatte
para reconocer y definir tanto interacciones sincrónicas y Narganes (2002: 16) sugieren que el desarrollo cultural
como diacrónicas. Los procesos que tratan de explicar de los grupos de este periodo “no fue tan simple como
los referidos autores en torno a la evolución y desarrollo generalmente [otros] lo presentan: nómadas recolectores
cultural de las sociedades precolombinas de la región son y pescadores”.
a) b)
Cuadro 2.2 a) esquema de las interacciones culturales continentales (I) y antillanas (II y III) de las culturas relacionadas con los procesos migratorios y de
desarrollo local antillano; b) esquema cronológico de Las Antillas (Figuras modificadas de Chanlatte y Narganes 2002).
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
26
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
que hayan utilizado la tecnología de roza y quema en la aves, etcétera) provenientes de variados ecosistemas
preparación de los huertos caseros y parcelas para la costeros. La cultura material de los Saladoide muestra, a
siembra de sus plantas económicas. Los recursos grandes rasgos, tanto semejanzas como diferencias
costeros eran parte importante para la alimentación, pero marcadas en relación con el material Huecoide. Destacan
también para la obtención de materia prima necesaria en por ejemplo los recipientes cerámicos, el herramental
la confección de algunos de sus implementos o lítico y la lapidaria.2 Los rasgos culturales típicamente
accesorios personales. Saladoide parecen desvanecerse cercano al 600-700 d.C.,
época en que ya habían comenzado a cambiar algunas de
La segunda cultura de la primera etapa agroalfarera se sus expresiones culturales (e.g., las decoraciones
conoce como Saladoide o Agroalfareros II (Agro II). La cerámicas, el patrón de asentamiento, etcétera).
procedencia de ella es la misma que establece Rouse en
su modelo, es decir, Suramérica, y los sitios más Tras casi mil años de coexistencia e interacción entre
tempranos en ese continente son Saladero, La Gruta y arcaicos, agroalfareros Huecoide y Saladoide (i.e., ca.
Ronquín (todos en el margen del río Orinoco en 550 a.C.-460 d.C.) se conforma lo que Chanlatte (1981)
Venezuela). La cultura Saladoide se manifiesta in y Narganes (1983; 2002) denominan el Formativo
extenso en muchas de las islas, principalmente desde el Antillano, etapa en la que se consolidan el sedentarismo
extremo sur del arco antillano hasta el sureste de La y la agricultura insular en las poblaciones arcaicas que
Española. La entrada y movilidad de esta cultura en Las habían ocupado inicialmente Las Antillas. Es entonces el
Antillas se remonta aproximadamente a ca. 480-400 a.C., Formativo Antillano la segunda etapa del periodo
lo que demuestra que los Saladoide y los Huecoide agroalfarero, misma que está constituida por las culturas
pudieron coexistir e interactuar desde muy temprano en Taino inicial o Agroalfareros III (Agro III) y Taíno
sus respectivas migraciones. tardío o Agroalfareros IV (Agro IV).
La ubicación de los asentamientos de esta cultura La segunda etapa (460-1492 d.C.) está conformada por
(Saladoide) ocurre esencialmente en las costas y llanos una serie de desarrollos locales, producto de las intensas
aluviales con cuerpos de agua fresca durante las interacciones que por más de novecientos años
ocupaciones tempranas (e.g., estilo Hacienda Grande), mantuvieron los grupos humanos que ya habían arribado
aunque las ocupaciones tardías (e.g., estilos Cuevas y a las islas. La cultura Taíno inicial (Agro III) se
Monserrate) desarrollaron un patrón de asentamiento caracteriza por la permanencia de algunos elementos
hacia el interior de algunas islas (e.g., Puerto Rico). Las culturales de los arcaicos, quienes interactuando de
aldeas o villas de estos grupos humanos eran más manera diversa con los Huecoide y Saladoide,
extensas que las Huecoide (i.e., entre diez y quince desarrollan manifestaciones culturales diferentes a las ya
casas), mostraban una configuración de círculo o conocidas. El proceso de transformación cultural de los
semicírculo (herradura) y la organización social de estos arcaicos se conoce en cada una de Las Antillas con un
grupos era compleja (tribal). Según Chanlatte y Narganes apelativo local, ya que en diversas islas los arcaicos se
(2002: 36), las aldeas debieron estar regidas por un jefe diversifican en un sinnúmero de desarrollos locales; cada
supremo (cacique) y la intervención espiritual de un uno de ellos expresando su nueva forma de vida en un
sacerdote o chamán. Los rituales mortuorios de los contexto geográfico particular (Chanlatte y Narganes
Saladoide consistían en el enterramiento de sus 2002: 18).
integrantes en los espacios centrales de las aldeas o en
otras áreas al interior de los asentamientos, ofrendando Dentro de la cultura Taíno inicial –que inicia
a veces, objetos culturales de posible valor para la aproximadamente a partir del 460 d.C.– se desarrollan
comunidad o para el propio individuo fallecido. Los inicialmente dos estilos cerámicos (o tradiciones)
datos arqueológicos obtenidos muestran que en la fase conocidos en el esquema de Chanlatte y Narganes como
terminal de la cultura Saladoide se comenzaron a Ostiones y Santa Elena. Ambas tradiciones, estando
construir aldeas más pequeñas, en algunos casos insertas en una misma cultura, modificaron el patrón de
existiendo sólo de dos a cinco casas. asentamiento típico de los Huecoide y Saladoide ya que,
además de establecerse en áreas costeras, se internaron
La economía Saladoide se basaba, según el esquema sustancialmente en algunas islas antillanas como Islas
mencionado, en el cultivo de la yuca amarga o brava Vírgenes (e.g., estilo Santa Elena) y Puerto Rico (e.g.,
(Manihot sp.) al igual que los Huecoide. Otras estilo Santa Elena en el oriente y Ostiones
importantes plantas alimenticias tuvieron que ser puro/modificado en el occidente). La configuración de
aprovechadas aunque, en el presente, no existen datos los asentamientos de estas tradiciones se muestra más
arqueológicos directos. En cuanto a la fauna, consumían compacta, por decirlo de alguna manera, y comienzan a
diversas especies (e.g., crustáceos, moluscos, peces, construirse recintos o plazas públicas demarcadas por
27
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
rocas (e.g., Tibes en Puerto Rico). Estos elementos sobre todo en el oriente de La Española. Dos tradiciones
indican que posiblemente se comenzó a reconfigurar la culturales, conocidas como Boca Chica (en La Española
estructura social (política y/o de parentesco) en los oriental) y Capá (en Puerto Rico occidental),
asentamientos de manera distinta a lo acontecido en desarrollaron las formas políticas más sofisticadas de
etapas y periodos anteriores. Se empiezan a manifestar toda la historia antigua antillana. Parecido al proceso
cambios en los rituales mortuorios porque que los observado entre las tradiciones tempranas y tardías de la
enterramientos humanos comienzan a depositarse –en cultura Taino inicial, durante las ocupaciones Boca Chica
muchos casos– en los pisos de las unidades y Capá se constituyeron grandes centros ceremoniales
habitacionales distinto a lo observado en las culturas conformados por lugares con diversos recintos
anteriores (e.g., Saladoide), quienes tradicionalmente demarcados. Al parecer, pequeñas y medianas aldeas o
colocaban a sus muertos en los espacios centrales de los poblados sostenían a estos majestuosos centros, siendo
asentamientos. algunos de ellos importantes lugares ceremoniales que
fungían únicamente como recintos religiosos y de
La economía de la cultura Taíno inicial era agrícola, pero grandes actividades públicas. En otros casos las pequeñas
la recolección y la cacería continuaron siendo elementos aldeas, a veces hasta de una sola unidad habitacional y
importantes. M uchos asentamientos en las áreas costeras doméstica, poseían su propio recinto delimitado por
o en el interior de las islas se ubicaron cerca de fuentes rocas a manera de localidades utilizadas para actividades
de agua fresca y en terrenos con buenas cualidades para cotidianas y religiosas aparentemente familiares (Oliver:
la agricultura. A diferencia de las economías de caza y comunicación personal, 2002).
recolección previas, durante las ocupaciones Taíno
inicial (e.g. Santa Elena y Ostiones) se observa una Algunos cronistas europeos dan cuenta de las
explotación poco diferenciada de recursos terrestres y expresiones culturales aún en práctica durante el periodo
costeros, lo que sugiere una estructuración más de contacto indo-europeo (véanse Fernández de Oviedo
diversificada en cuanto a la explotación de distintos 1996 [1526]; Las Casas 1957 [1559-1566]; Pané 1990
ambientes. [ca. 1498]). Redes y alianzas entre cacicazgos menores
para constituir unidades políticas abarcadoras; alianzas
La tradición más tardía de la cultura Taíno inicial es por medio del parentesco; complejo panteón religioso
conocida como Esperanza en la isla de Puerto Rico y se confeccionado en objetos de piedra, madera y concha
caracteriza principalmente por los marcados cambios en para representar y rendir culto a las deidades (cemiísmo);
el patrón de asentamiento y en la configuración de los rituales mortuorios diversos; extensas redes de
poblados o villas. Esta tradición comienza a definirse intercambio (intra e interislas); diversos sistemas de
cercano al 1200 d.C., manifestándose cambios en la producción agrícola (e.g., riego, terrazas, montones), son
producción cerámica, en la construcción de conjuntos de algunas de tales expresiones.
recintos o plazas que constituían centros ceremoniales y
en la conformación de pequeños poblados –a veces En este contexto, Chanlatte y Narganes (1983; 2002)
dispersos y de entre una a tres casas– que al parecer sostienen que los desarrollos acontecidos antes, durante
sostenían a las grandes villas. La institución del y después de las ocupaciones correspondientes a las
cacicazgo y la evidente jerarquización social muestran la culturas Huecoide y Saladoide estuvieron impregnados
complejidad sociocultural de los grupos humanos en por tradiciones culturales diversas, de todos los grupos
cuestión. Para mantener los nuevos niveles de cohesión étnicos que habían ocupado Las Antillas en momentos
que imponía este tipo de estructuración social, fue diferentes. Esta articulación, por decirlo de alguna
posible que se instituyeran cambios en los modos de manera, se observa en la permanencia de ciertos
subsistencia en general, pero sobre todo en los modos de elementos de la industria de herramientas talladas de los
producción agrícola. En fin, nuevos tipos de expresiones arcaicos en contextos culturales tardíos (i.e., contextos
culturales materiales (i.e., confección de implementos, cercanos al momento del colapso de los grandes
ídolos y accesorios) fueron notorias principalmente en el cacicazgos entre 1492 y 1550 d.C.); en la confección de
oriente de Puerto Rico y en las Islas Vírgenes, hasta que algunos motivos cerámicos de las tradiciones Ostiones,
hacen su arribo en estos rumbos los conquistadores Santa Elena, Esperanza, Capá y Boca Chica que hacen
europeos. referencia a las representaciones simbólicas de los
Huecoide y sus formas de plasmarlas en distintos
Mientras tanto, la cultura Taíno tardío o Agroalfareros materiales. Asimismo, las representaciones de deidades
IV (Agro IV) se estaba gestando en el occidente de en forma de objetos como los cemís, elaborados
Puerto Rico y en gran parte de La Española. Quizás un inicialm ente p or los Sala d o id e , co n tin ua ro n
poco antes del 1200 d.C. –al igual que en la tradición desarrollándose hasta convertirse en elementos
Esperanza– estaban ocurriendo cambios significativos, trascendentales del panteón Taíno tardío. De esta forma,
28
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
los distintos procesos socioculturales que debieron Terrestre de Puerto Rico [CATPR] y la Oficina Estatal
ocurrir en la evolución y desarrollo de los pueblos de Conservación Histórica [OECH]);
indígenas de Las Antillas son contextualizados en un
complejo entramado de interacciones en tiempo y c) la falta de acceso a la información arqueológica en
espacio, de manera distinta a lo planteado por Rouse algunas áreas de la región de interés. Específicamente, el
(1992) en su modelo. Se debe recordar que Rouse (1992) Ejército de los Estados Unidos de América, quien ha
propone una evolución unilineal a partir de la serie desarrollado investigaciones arqueológicas en Puerto
Saladoide, mientras que en el esquema de Chanlatte [y Rico y Vieques como parte de las reglamentaciones que
Narganes], no sólo los Saladoide fueron agentes que tienen que cumplir, mantuvo por algún tiempo gran parte
participaron y promovieron el cambio sociocultural en de la información relevante para este estudio con el
Las Antillas, sino también otras culturas y tradiciones código de “información clasificada”. Por lo tanto, dicha
como la arcaica y Huecoide. información estuvo restringida a los investigadores de la
arqueología caribeña hasta tanto no se dieron una serie
Arqueología de la región este de Puerto Rico y de las de eventos al interior de la mencionada entidad. Luego
islas Vieques y Culebra de largas esperas, a veces de más de cinco años desde el
momento en que realizaron las investigaciones arqueo-
En esta sección se pretende, grosso modo, exponer un militares, se suministra la información pertinente después
panorama de la antigua historia cultural de la porción que ha sido destilada y “desclasificada” por distintas
este de la isla de Puerto Rico, incluyendo a las islas entidades gubernamentales de la metrópoli y del
municipio Vieques y Culebra. Hubiése sido preferible gobierno local (e.g., OECH).
presentar un escenario más preciso sobre esta
apasionante tarea, pero desafortunadamente las agencias Teniendo presente lo anterior, se desarrolla esta sección
culturales de Puerto Rico no cuentan con información del capítulo a manera de recorrido por los diferentes
actualizada y sistematizada al respecto. Cabe mencionar periodos culturales precolombinos definidos hasta el
que emprender esta tarea equivale a investigación y presente. Es decir, utilizando como referente los modelos
descubrimientos, más que suficientes, para otra tesis cronoculturales anteriormente expuestos, se irá
doctoral en arqueología o en historia. agregando la información más relevante con que se
cuenta para cada periodo en el extremo este de la isla de
Entre los problemas que se han interpuesto para precisar Puerto Rico, en Vieques y en Culebra. El área
lo necesario en esta sección se encuentran seleccionada para el análisis que se desarrolla en la
principalmente: presente sección cubre una superficie aproximada de
1088 Km 2 (véanse Figs. 2.2 a 2.8). 3
a) la divergencia de enfoques que se aplican en los
estudios arqueológicos en Puerto Rico, mismos que se Los datos disponibles provienen, principalmente, de los
circunscriben principalmente a la modalidad de registros y mapas arqueológicos con que cuentan el
arqueología por contrato. Esta diversidad de enfoques CATPR y la OECH. Estos datos han sido producidos por
está íntimamente relacionada con la preparación evaluaciones arqueológicas de contrato por un lado, y de
académica de quienes tienen autorización para hacer inventarios promovidos por ambas agencias culturales,
evaluaciones de recursos culturales. Por lo tanto, para por el otro (e.g., González 1979-80). Cabe destacar los
algunos un sitio arqueológico puede ser 2 fragmentos de trabajos realizados por Miguel Rodríguez López, quien
cerámica y para otros un centro ceremonial en superficie hizo estudios regionales sistemáticos en la costa este de
y no menos que eso; Puerto Rico (Rodríguez López 1990) y en gran parte de
la isla de Culebra (Rodríguez López et al. 1997). Otro
b) la carencia de recursos, principalmente económicos, estudio de interés es el de Tronolone et al. (1984),
de las agencias culturales en Puerto Rico. Esto es el desarrollado en lo que fueron los terrenos invadidos por
resultado aparente de la falta de concienciación del la Marina de Guerra de Estados Unidos de América en la
Estado en Puerto Rico para mantener políticas culturales isla de Vieques. Con los datos obtenidos de este último,
coherentes con la realidad actual de la isla. Con el pasar Antonio Curet (1987) desarrolló una clasificación
de los años, se recorta el presupuesto a la principal cerámica de los sitios identificados que hicieron posible
agencia cultural de Puerto Rico, el Instituto de Cultura conocer de forma más clara las afiliaciones culturales de
Puertorriqueña (ICP). Como consecuencia de esto, no ha gran parte de ellos. Por otro lado hay que aclarar que se
sido posible desarrollar proyectos definitivos han realizado más estudios regionales en la porción este
encaminados a actualizar, corroborar y sistematizar la de Puerto Rico, pero los mismos quedan fueran del área
información arqueológica que posee actualmente ésta y que se ha seleccionado para esta investigación (véase
otras agencias culturales (e.g., Consejo de Arqueología Curet 1992; W alker y W alker 1983; 1984). Por último,
29
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
antes de comenzar el recorrido, se aclara que no se hace evidencias de sólo siete lugares de acción 4 arcaicos.
un análisis de la región basado en datos específicos de Éstos son:
cada sitio arqueológico como pueden ser la distribución
geográfica de sitios a partir de regiones fisiográficas, la 1. Puerto Ferro (Chanlatte 1990, inventario de sitio
comparación entre conjuntos artefactuales de los sitios CATPR), con fechas radiocarbónicas (sin calibrar) que
y/o la determinación de tipos de sitio (jerarquía de ellos, oscilan entre 2140 y 700 a.C;
etcétera). Este breve análisis se restringe pues, a las 2. Caño Hondo (Figueredo 1977), con fechas
ubicaciones conocidas y trazadas en mapas únicamente radiocarbónicas cercanas al 1600-1550 a.C.;
de los sitios arqueológicos registrados claramente hasta 3. Verdiales (Tronolone et al. 1984), con fechas
el mes de enero de 2003. radiocarbónicas que oscilan entre 1510 y 210 a.C.;
4. Loma Jalova (Tronolone et al. 1984), con fechas
Periodo I (era lítica/arcaica) o periodo arcaico radiocarbónicas cercanas al 1360 a.C.
antillano 5. Loma Jalova [1 y 2] (Tronolone et al. 1984), con
fechas radiocarbónicas que oscilan entre 1100 y 300 a.C.
Como ya se vió en las secciones anteriores, la era 6. Yanuel 9 (Tronolone et al. 1984), con fechas
lítica/arcaica o el periodo arcaico antillano comienza a radiocarbónicas que oscilan entre 340 y 200 a.C. y;
partir del 6000 a.C. Sin embargo, en la región que se ha 7. Playa Chiva (Tronolone et al. 1984), sin fechas
seleccionado para la presente investigación existen radiocarbónicas.
Figura 2.2 Sitios arqueológicos "arcaicos" o acerámicos (periodo I o periodo arcaico) en la costa este de Puerto Rico, Vieques y Culebra (Mapa base
proporcionado por F. Catala [OECH: 2002]).
30
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
Según los investigadores de Puerto Ferro (Chanlatte permitido sugerir que el lugar denominado como Punta
1990) y Caño Hondo (Figueredo 1977) 5, se recuperó Maguey 2, pudo corresponder a los grupos arcaicos
suficientes datos de restos alimenticios (principalmente (Rodríguez López et al. 1997). El hallazgo fue producto
costeros) junto con artefactos líticos, de concha y otros de una evaluación arqueológica de superficie, por lo que
accesorios aparentemente corporales. En Puerto Ferro, se no se pudo determinar con presición si existen otros
registró un enterramiento humano que había sido componentes culturales en el sitio y cuál es su
colocado a un lado de una gran roca. Este hecho, al fechamiento radiocarbónico. De ser un hecho que
analizarse junto con la información proporcionada por hubieran existido grupos arcaicos en Culebra, se abre una
investigadores de otros sitios arcaicos en Puerto Rico nueva ventana para el estudio arqueológico de una isla
(e.g., Rodríguez López 1997b), sugiere que el lugar no que, según algunos investigadores, mantuvo desarrollos
era sólo para generar actividades económicas o de culturales atípicos en relación con el resto de islas del
consumo como se acostumbra pensar sobre estos grupos. noreste de Las Antillas. Culebra es una isla con
Un dato adicional que arroja luz sobre el particular es el características biofísicas distintas a otras islas, y
sitio conocido como Maruca, en la costa centro-sur de aparentemente no existieron cuerpos permanetes de agua
Puerto Rico, donde se registraron más de una decena de fresca. Por lo mismo, esto la convierte en un interesante
casos de enterramientos humanos arcaicos ubicados en objeto de análisis ya que a raiz de las evaluaciones
conjuntos de contextos que oscilan entre ca. 2850 a.C. y arqueológias desarrolladas hasta el presente, se sabe que
800 a.C. Lo interesante de estos datos, de lugares hubo ocupaciones humanas a lo largo de toda la historia
?arcaicos” con enterramientos humanos como es el caso precolombina antillana. Culebra podría ser, según la
de Maruca, es que también existen claras evidencias de apreciación de algunos (e.g., Rodríguez López et al.
huellas de poste, lo que sugiere que estos grupos 1997), un perfecto ?laboratorio” de investigación
contaban con la tecnología necesaria para construir ubicado en la periferia de los grandes desarrollos
estructuras e.g., habitacionales (Rodríguez Ramos 2002). precolombinos antillanos, donde se puede estudiar con
Correlacionando los datos de Maruca con los de Puerto mucha mayor profundidad las dinámicas adaptativas y de
Ferro, el enterramiento humano puede entenderse interacción sociocultural entre los grupos que la
posiblemente como una forma (metáfora) de ofrendar a habitaron y otros grupos de la región.
un lugar significativo, en este caso, al lugar donde se
desarrolló parte fundamental de la interacción comunal Los otros dos casos que se reportan en la costa este de
y simbólica con el espacio. Puerto Rico son Ceiba 3 y Fajardo H (Rodríguez López
1990). Son lugares en los que se detectó la presencia de
Ante la falta de información más refinada de los sitios artefactos líticos y la total ausencia de artefactos
acerámicos reportados hasta ahora en Vieques, es posible cerámicos. Ambos lugares fueron registrados como parte
sugerir para esta isla un escenario semisedentario durante de estudios regionales de superficie, por lo que no se
este periodo, a juzgar por la cercanía espacial y cuenta con la información sobre los contextos culturales
escalonada separación temporal de los lugares (o específicos para poder discernir si se trata de lugares de
conjuntos de éstos) identificados. Es decir, se entiende fabricación de herramientas líticas de grupos
que los lugares reportados pudieron corresponder agroceramistas o si son lugares arcaicos. Se conoce la
–considerando las fluctuaciones generacionales (e.g., existencia de varios lugares acerámicos en las costas
entre 15 y 25 generaciones de personas) entre el rango de norte, sur y oeste de Puerto Rico y algunos de ellos (e.g.,
tiempo en que se encuentran ubicados los sitios– a un Maruca y Angostura) cuentan con fechas bastante
grupo de personas que estuvieron aprovechando los tempranas (entre ca. 4010-2850 a.C.) (Rodríguez López
recursos de una misma zona de la porción costera del sur 1997b). Con todo, se puede decir que es intrigante la
de la isla. Los lugares Puerto Ferro y Caño Hondo, así poca información de lugares ?acerámicos” en la costa
como algunos de los otros sitios arriba enlistados, se este de Puerto Rico, sobre todo si se considera que esta
localizan muy cerca de algunas lagunas y pequeñas región sería un punto de paso forzado para cualquier
bahías que contaron, o actualmente cuentan, con grandes grupo humano que estuviése movilizándose desde las
extensiones de manglares. Estas cualidades biofísicas se islas del sur hacia el norte-noroeste antillano, o desde el
encuentran a lo largo de gran parte de la costa sur de occidente antillano hacia el este-sur-este.
Vieques.
Periodo II [a y b] o peridos agroalfareros I y II
Otros casos en los que se reportan posibles lugares (primera etapa: Huecoide y Saladoide)
arcaicos se ubican en la isla de Culebra y en dos puntos
de la costa este de Puerto Rico. El hallazgo de artefactos Es escasa la información que se tiene para la fase inicial
líticos y de concha en la costa sur de la isla de Culebra, de este periodo (subserie Huecan Saladoid según Rouse
y la ausencia total de cerámica y otros artefactos, ha [1992] u ocupaciones Huecoide según Chanlatte y
31
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Narganes [1983; 2002]). D os casos concretos son los ciertos elementos iconográficos y tecnológicos de ambas
asentamientos (villas) Sorcé/La Hueca en Vieques y tradiciones en periodos posteriores.Una característica
Punta Candelero en la costa este de Puerto Rico (Fig. común de las villas Huecoide en esta parte de Las
2.3), ambos, ejes de esta investigación. No se conoce con Antillas, es que se ubicaron muy cerca de cuerpos de
p re cisió n si a m b as v illas H ueco id e fue ron agua fresca, sobre suelos favorables para la agricultura y
contemporáneas o si una precede a la otra. Lo cierto es cercanos al mar y/o áreas estuarinas. Otros sitios
que en ambas localidades se infiere, por medio de la arqueológicos que sugieren la presencia de la cultura
cultura material, la vida comunal organizada y la Huecoide poseen, en la mayoría de los casos, las mismas
producción-reproducción, tanto material como biológica cualidades biofísicas (e.g., La Gallera, Monserrate, Playa
de dichas comunidades. Con su arribo a esta región del Vieja, Hacienda Grande y Maisabel).
noreste de Las Antillas, es claro que los grupos Huecoide
tuvieron que interaccionar con los grupos acerámicos que Aún falta por conocerse los resultados finales de las
ya habitaban la región. investigaciones recientes llevadas a cabo en los terrenos
del pueblo de Puerto Rico que fueron despojados por la
Es posible que los últimos hayan facilitado a los Marina de Guerra de EUA en Vieques. Es de suponer,
Huecoide su adaptación a estos nuevos entornos. El según manifiesta Chanlatte (comunicación personal,
reconocimiento y explotación de fuentes de 2001), que existen asentamientos Huecoide segregados
abastecimiento específicas (e.g., yacimientos de rocas, espacial y temporalmente de los asentamientos Saladoide
estuarios) y la adopción, uso y consumo de plantas de en las porciones orientales y occidentales de esta isla. En
esta región de Las Antillas, pudieron ser elementos este sentido el sitio Playa Vieja, ubicado en la porción
escenciales para la adaptación, permanencia e suroeste de la isla de Vieques (en terrenos del
interacciones con otros grupos y su eventual movilidad Departamento de lo Interior de EUA), ha proporcionado
hacia distintos puntos geográficos de las islas. Se estima datos preliminares que al parecer confirman parcialmente
que hubo establecimiento de alianzas y negociaciones la suposición de Chanlatte (Oliver: comunicación
entre arcaicos y Huecoide a juzgar por la permanencia de personal, 2002).
Figura 2.3 Sitios arqueológicos Huecoide, periodo II-a o periodo agroalfarero I (Mapa base proporcionado por F. Catala [OECH: 2002])
32
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
Posterior al arribo de la cultura Huecoide apareció en el zonas estuarinas (Fig. 2.4).Los grupos Saladoide
escenario la cultura Saladoide, la cual Rouse (1992) tempranos (e.g., estilo Hacienda Grande en Puerto Rico)
también ubica, al igual que la Huecoide, en la fase de posiblemente arribaron en varias oleadas migratorias; eso
ocupación más temprana de la era cerámica antillana. Se puede explicar la dispersión de asentamientos durante
cree que estos grupos pudieron seguir una ruta paralela esta fase de ocupación (n=12 asentamientos Saladoide
a la de los Huecoide desde Suramérica, con la diferencia tempranos). Es posible también que los primeros grupos
que los Saladoide se ubicaron principalmente en lugares Saladoide que llegaron a esta región hayan construido
al oriente de las islas (por lo menos en Las Antillas diversos asentamientos rigiéndose por ciclos agrícolas,
Menores) (véase Haviser 1997; Rouse 1992: 85). Los práctica común en el patrón de asentamiento de algunos
Saladoide, considerados por Chanlatte y Narganes como grupos amazónicos modernos (e.g., Kayapó, Sirionó,
una cultura distinta a la Huecoide, practicaban estrategias W aiwai) (Meggers 1989). Conocer con mayor certeza el
decorativas en la cerámica, producían lapidaria y por qué del aumento en la cantidad de asentamientos
mantenían una serie de prácticas rituales (e.g., Saladoide respecto a los Huecoide, es un factor que
enterramiento de muertos) radicalmente diferentes a las puede ayudar a explicar y comparar algunas de las
expresiones culturales Huecoide. Con una diferencia de estrategias de subsistencia que practicaron estos grupos.
aproximadamente 100 años según algunos fechamientos Desafortunadamente, muchos asentamientos Saladoide
generales obtenidos (ca. 550 a.C. para los Huecoide y ca. no han sido objeto de estudios detallados de la cultura
450 a.C. para los Saladoide) (véase Oliver 1999; material, ni se conocen los fechamientos absolutos de
Rodríguez Ramos 2001), los Saladoide establecieron un muchos de ellos. Por lo tanto, hasta el momento no se
patrón de asentamiento disgregado (si se analiza desde puede conocer si los asentamientos Saladoide de esta
una perspectiva espacial moderna) y ubicaron sus villas región eran de grupos comunales distintos o si eran de
en áreas con disponibilidad de agua fresca, de suelos uno o varios grupos que practicaban algún tipo de
favorables para la agricultura y cercanos a la costa y/o movilidad basada en ciclos agrícolas o de otra índole.
Figura 2. 4 Sitios arqueológicos Saladoide temprano (Hacienda Grande), periodo II-a o periodo agroalfarero II (Mapa base proporcionado por F. Catala
[OECH: 2002]).
33
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Sobre estos grupos, un elemento interesante es su en las estrategias productivas y decorativas. Los
situación en la isla de Vieques. Por las cualidades Saladoide tardío se mantienen en las mismas zonas que
geográficas de la isla, se aprecia una dispersión mayor de los Saladoide tempranos, aunque fundan 25
asentamientos Saladoide temprano a lo largo de toda la asentamientos que se ubican en nuevos territorios de la
costa sur. Esto parece responder a la rica diversidad de región. Mantienen una similar configuración de los
recursos estuarinos en gran parte del área costera del sur asentamientos respecto a los grupos Saladoide tempranos
de la isla, aunado a la presencia común de ricos suelos y es muy común la práctica de enterrar a sus muertos en
cultivables. A su vez, en la isla de Culebra no se han el espacio central de las villas. Con base en algunos
detectado aún sitios Saladoide tempranos y en la costa estudios detallados en islas como Saint Eustatius (véase
oriental de Puerto Rico sólo se han documentado datos Versteeg y Schinkel 1992), algunos investigadores (e.g.,
que indican la presencia de dos grandes villas (La Haviser 1997) han sugerido que, entre los cambios al
Gallera y Monserrate) (Rodríguez López 1992). interior de los asentamientos Saladoide tempranos y
tardíos, se evidencian divergentes formas constructivas
Durante la fase Saladoide tardío, incrementa de las unidades habitacionales. Durante la fase Saladoide
significativamente el número de lugares donde estos temprano en el sitio Golden Rock en Saint Eustatius, las
grupos desarrollaron su vida comunitaria (n=36 casas estuvieron disgregadas a lo largo del asentamiento
asentamientos Saladoide tardío). En los 11 lugares y fueron ?chozas” aparentemente pequeñas, circulares y
Saladoide temprano identificados se desarrollaron nuevas compactas que pudieron poseer ventanas adjuntas. En
expresiones culturales (e.g., el estilo cerámico Cuevas) cambio las casas de la fase Saladoide tardío eran
y se mantuvieron otras (compárese Figs. 2.4 y 2.5). construcciones mucho más grandes (que aluden a las
Algunas de estas expresiones se han observado en la conocidas malocas comunales suramericanas), circulares
cerámica, la cual muestra ciertos cambios, por ejemplo, y centralmente localizadas en el sitio (Haviser 1997: 66).
Figura 2.5 Sitios arqueológicos Saladoide tardío (estilo Cuevas), periodo II-b o periodo agroalfarero II
(Mapa base proporcionado por F. Catala [OECH: 2002]).
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Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
En la fase Saladoide tardío se documentan los primeros que se observa una dramática reducción en el número de
asentamientos de dicha cultura en la isla de Culebra. Es asentamientos para la región este de Puerto Rico (véase
posible que durante toda la ocupación Saladoide en esta Rodríguez López 1990 y 1992), aquí se puede apreciar
región de Las Antillas hayan comenzado a estructurarse que alrededor de 25 de los 36 lugares Saladoide tardío
o definirse fro ntera s territoriales y nuevas comenzaron a desarrollar un nuevo estilo cerámico
configuraciones políticas y/o de parentesco. Es conocido como M onserrate (véase Figs. 2.5 y 2.6).
importante señalar que el aumento de lugares de vida Aunque este dato no elimina la posibilidad de que hayan
comunal durante la fase Saladoide tardío, no continuado activos los restantes 11asentamientos
necesariamente tiene que responder a un aumento Saladoide tardío 6, por lo menos la información sugiere,
poblacional como puede pensarse comúnmente. Ante la distinto a lo planteado por Rodríguez López (1992: 67),
falta de datos más precisos sobre los fechamientos de las que los nuevos patrones productivos y decorativos en la
ocupaciones de estos grupos en distintos sitios, no se cerámica mantuvieron una fuerte correlación con los
puede descartar la posibilidad de que el aumento de asentamientos Saladoide tardíos.
asentamientos corresponda a un grado mayor de
movilidad y mudanza de un determinado número de Algunos investigadores del norte de Las Antillas han
unidades políticas/familiares como respuesta a cambios considerado que el estilo cerámico conocido como
en algunas estrategias de subsistencia o por Monserrate está más estrechamente relacionado con la
constreñimentos culturales relacionados con la posterior tradición Ostionoide (Rodríguez López 1992),
organización política de las villas. y esto, por los fechamientos promedios en que se ubican
las expresiones culturales de estos grupos. Sin embargo,
Periodo III-a o periodo agroalfarero II (fase terminal como ha sugerido Rodríguez López (1992: 66), la
Saladoide) cerámica Monserrate ?refleja elementos de la cerámica
Saladoide como es su buena calidad y el uso de pintura.
Una vez surge el estilo Monserrate en la fase terminal de (...) Hay unas formas de vasijas rectangulares, con bases
las ocupaciones Saladoide se mantiene un número ligeramente anulares y rebordes gruesos muy
idéntico de asentamientos respecto a las ocupaciones diagnósticos, pero que recuerdan también algunas vasijas
Saladoide-Cuevas. A diferencia de otros estudios, en los Saladoide, [que son] de igual forma general”.
Figura 2.6 Sitios arqueológicos Monserrate, periodo III-a o periodo agroalfarero II (Saladoide terminal)
(Mapa base proporcionado por F. Catala [OECH: 2002]).
35
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
A raíz de su análisis de patrones de asentamiento en la sitios estudiados. Hay que considerar también, como
porción este de Puerto Rico, Rodríguez López no apunta Oliver (1995: 495), que Chanlatte y Narganes han
encontró correlación alguna entre la fase Saladoide reportado para Vieques componentes Saladoide tardío
tardío y el posterior estilo o tradición Monserrate. Si no (Cuevas) con cierto empobrecimiento en la producción
son incorrectos los datos que aquí se están utilizando, cerámica, similar al asentamiento Lower Camp en
existen 4 sitios Saladoide tardío en la costa este de Culebra, siendo posible que estos grupos hayan podido
Puerto Rico que cuentan –si no exactamente en el mismo permanecer hasta ca. 800 d.C. relativamente aislados de
lugar, por lo menos a una distancia no mayor de 100 las interacciones regionales. En fin, es muy fuerte la
metros– con ocupaciones Monserrate al igual que con correlación que existe, por lo menos en el caso de
ocupaciones posteriores (e.g., Santa Elena). Vieques, entre los estilos Cuevas y Monserrate. Este
aspecto, como menciona Rodríguez López (1992),
Por otra parte, ?en los cientos de yacimientos conocidos requiere mayor atención.
para el área este [de Puerto Rico], hasta el momento no
se ha podido identificar sitios con cerámica Monserrate Por último, retomando la isla de Vieques, se hace una
exclusivamente” y ?(...) como norma general, el observación final. Los 29 asentamientos Monserrate de
componente cerámico Monserrate está presente en la los que se tiene conocimiento, mantienen un patrón de
parte más profunda o temprana de los sitios Santa Elena” distribución similar al de muchos asentamientos
(Rodríguez López 1992: 67). Utilizando la información Saladoide tardío, pero a diferencia de los últimos, los
de los sitios arqueológicos que aquí se consideran, se nuevos asentamientos que construye la gente
puede decir que en Vieques ya se han encontrado por lo ?monserrate” parecen guardar cierta relación entre sí, a
menos 3 lugares exclusivamente Monserrate. modo de ?agregados” (clusters). Sin hacer un análisis
más profundo sobre este aspecto (e.g., aplicando
Es precisamente Vieques –isla que se puede considerar modelos como el vecino más cercano o ?teorías” como
como unidad de análisis independiente para estudiar las la del lugar central), se puede sugerir que la gente que
dinámicas socioculturales precolombinas de la región– produjo este estilo, como aparentemente comenzó a
un lugar que rompe con los esquemas y patrones que se suceder desde el Saladoide tardío, estuvieron
han planteado para Puerto Rico. A pesar de que se cuenta reestructurando las unidades políticas/familiares,
con información limitada, existen datos que permiten promoviendo, quizás, cambios y nuevas dinámicas
sugerir otro tipo de patrones culturales. Por ejemplo, (políticas, económicas, ideológicas) en un nivel regional.
cuando en la porción este de Puerto Rico se asocia a la
cerámica Monserrate con las posteriores manifestaciones Periodo III-b o periodo agroalfarero III (segunda etapa:
culturales y no con las anteriores como es el caso del Taíno inicial, Santa Elena)
Saladoide tardío, en la isla de Vieques se observa
claramente un patrón de continuidad entre los Durante el periodo III-b o agroalfarero III (Taíno inicial)
asentamientos Saladoide tardío y el componente surgen otros estilos o tradiciones en Puerto Rico, pero
Monserrate. En 21 de los 27 asentamientos Saladoide sólo una de ellos en la región aquí considerada: el estilo
(Cuevas) de la isla de Vieques, se encuentra también el Santa Elena (Fig. 2.7). Tras la aparición de dicha
posterior componente cerámico Monserrate, en oposición tradición, al igual que en otras regiones del este de
a la relación observada para el este de Puerto Rico. Puerto Rico, aumenta de manera considerable el número
Asimismo, cuando se observa una fuerte (casi absoluta) de asentamientos respecto a periodos anteriores
correlación entre la cerámica Monserrate y el posterior (compárese Figs. 2.6 y 2.7). Es importante este factor,
estilo cerámico Santa Elena en sitios arqueológicos del principalmente en la costa este de Puerto Rico (21
este de Puerto Rico, en Vieques se observa una asentamientos Santa Elena contra 4 asentamientos
correlación mucho menor, existiendo sólo 10 de 29 Monserrate) y en la isla de Culebra (7 asentamientos
asentamientos Monserrate con una aparente continuidad Santa Elena contra 2 asentamientos Monserrate). Pero
hacia el posterior estilo cerámico Santa Elena. Por lo distinto al patrón descrito anteriormente, la isla de
tanto, para el caso de Vieques en particular, es posible Vieques mantiene una proporción similar de
sugerir que las expresiones culturales de la gente que asentamientos Monserrate respecto a los nuevos
produjo el ?estilo” Monserrate (¿fase episaladoide?), asentamientos Santa Elena (29 asentamientos Monserrate
ubicado cronológicamente entre el 460-900 d.C., contra 30 asentamientos Santa Elena). Por los datos con
guardan mayor relación con el tardío estilo Cuevas de la que se cuenta, siguen siendo intrigantes las aparentes
cultura Saladoide, a juzgar por la cerámica y por el diferencias de la isla de Vieques en relación con la isla
patrón continuo de asentamiento de estos estilos en los de Culebra y el resto de Puerto Rico.
36
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
Figura 2.7 Sitios arqueológicos Santa Elena, periodo III-b (Taíno intermedio?) o periodo agroalfarero III (Taíno inicial)
(Mapa base proporcionado por F. Catala [OECH: 2002]).
Se retoma primero el caso de la costa este de Puerto Vieques” que supuestamente se desarrolló en la mitad
Rico. En esta región, los asentamientos Santa Elena este de Puerto Rico y partes del norte de Las Antillas
aumentan dramáticamente, como ya fue mencionado, y menores.
se mantienen en áreas cercanas a la costa. Mientras que
en las ocupaciones anteriores (Monserrate) no se pudo Se asocia el componente Ostiones puro con fechados
observar una correlación entre los asentamientos cercanos al 600-900 d.C. (Rodríguez López 1992; Rouse
registrados para dicha región, los poblados Santa Elena 1992), similares a los adjudicados al estilo Monserrate en
muestran un patrón de agregación similar a lo ocurrido el este de Puerto Rico. Asumiendo pues, que el
en Vieques con sus contrapartes Monserrate. Si se campamento Ostiones Puro y otros sitios Monserrate de
consideraran estos datos desde nuestro punto de vista la región este coexistieron (e.g., en Punta Candelero), es
occidental, se podría pensar que la región en la que posible que la presencia del primero sea un indicador
primero se manifestó cierto patrón (el de ?agregados”), discreto de contactos e intercambios entre ambas áreas
fue la que estableció los parámetros, e.g., ideológicos de influencia durante periodo III-a (o periodo
que luego se retomaron, traspasaron o impusieron en agroalfarero III). Si bien el llamado estilo Monserrate se
otras regiones (i.e., el patrón de agregados que ahora se relaciona más con la tardía fase del Saladoide (i.e.,
señala para la costa este de Puerto Rico). Cuevas) como lo sugieren los datos que aquí se manejan,
es posible que las expresiones culturales Santa Elena
Un dato interesante es el hallazgo de un posible hayan estado influenciadas por los contactos
campamento de la tradición ?Ostiones puro” muy cerca desarrollados a partir de diversas interacciones entre los
de Punta Candelero en Humacao (véase Fig. 2.6). Este grupos del oeste de Las Antillas y los grupos
estilo está fuertemente relacionado con los desarrollos ?episaladoide” del noreste de Las Antillas, como son la
culturales señalados para la mitad oeste de Puerto Rico gente ?monserrate”. Este punto requiere también mayor
y otras Antillas Mayores, dentro de lo que Rouse (1992) análisis y discusión, ya que se asume que los desarrollos
ha denominado ?Área de Influencia del Canal de la culturales ocurridos en el noreste de Las Antillas a partir
Mona” 7 en contraposición al ?Área de Influencia de del periodo III (agroalfarero III), fueron paralelos y
37
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
simultáneos a los del oeste de Puerto Rico y otras islas Monserrate, Santa Elena y Esperanza.
como La Española, Jamaica, Cuba y partes de las
Bahamas. Estos datos, recabados varios años después del estudio
de Oliver (1995), sugieren otro escenario de acción para
Al analizar el patrón de asentamiento Santa Elena en la los grupos Saladoide tardíos, M onserrate y Santa Elena
isla de Vieques, es posible observar cierta continuidad en de Culebra. Existe ahora un sitio arqueológico que al
cuanto a la distribución de las villas respecto a los parecer refleja la ocupación y posible interacción
anteriores asentamientos Monserrate, aunque hay un continua entre grupos humanos Saladoide tardíos,
incremento de ?agregados” más notorio en la región este Monserrate y Santa Elena dentro de la misma porción
de la isla. Distinguiéndose un patrón divergente en geográfica (la isla de Culebra). Si bien parece viable la
relación con la porción este de Puerto Rico, en Vieques posibilidad de que los grupos humanos alejados de los
sólo 10 de los 29 posibles asentamientos Monserrate centros de origen ?estilísticos” puedan desarrollar o
cuentan con el posterior componente Santa Elena. Se modificar caracteres productivos y decorativos en la
recuerda que para la porción este de Puerto Rico se ha cerámica como sugiere Oliver (1995), también este
señalado una casi absoluta correlación entre comportamiento debe ser disernible en otros periodos
asentamientos Monserrate y Santa Elena (véase (series y subseries-estilos según Rouse [1992]) de la
Rodríguez López 1992). h isto ria p re c o lo m b i n a d e C u le b r a . F u tu r a s
investigaciones deben centrarse pues, en análisis
El número aparente de subunidades (en este caso, detallados hacia esos fines con el principal objetivo de
asentamientos espacialmente separados) agregadas en saber si efectivamente no sólo los Saladoide tardíos, sino
unidades mayores (conjunto de asentamientos) parece también las tradiciones culturales posteriores a ellos,
reducirse con las ocupaciones Santa Elena, sólo en la modificaron o desarrollaron caracteres diferentes en la
porción oeste de Vieques. Nuevamente, es posible cerámica y en otros elementos de la cultura material
observar en Vieques algunas tendencias que hacen como producto de su alejamiento de las esferas (centros)
posible suponer constantes cambios en la configuración de interacción regional.
sociopolítica a nivel regional. Quizás en este periodo se
estuvieron constituyendo diferentes unidades mayores Como se mencionó antes, el escenario de interacciones
(i.e., nuevos conjuntos de asentamientos) o, por otro Monserrate y Santa Elena cobra nuevas dimensiones a
lado, se estuvieron reestructurando diversas formas raíz de los datos recientemente recabados en Culebra. En
organizativas (económicas, ideológicas) al interior de las 2 de los sitios ocupados previamente por grupos
unidades mayores (e.g., concentración mayor de Monserrate se desarrolló o se integró la tradición Santa
habitantes en ciertos asentamientos ?clave”). Elena. Por otra parte, 5 nuevos sitios se construyeron a
partir de las últimas ocupaciones Monserrate. Como se
Por último, se analiza el caso de la isla de Culebra a la ha señalado para el caso de las tradiciones Monserrate y
luz de los datos con que se dispone. Durante las Santa Elena en la isla de Vieques, durante esta última
ocupaciones Monserrate únicamente existieron 2 ocupación en la isla de Culebra se puede notar cierto
asentamientos en esta isla. Al parecer, y haciendo alusión patrón de agregación de algunas subunidades
a una línea de pensamiento de Oliver (1995: 494), los (asentamientos). Esto ocurrió por lo menos en la porción
grupos que conformaron la tradición Cuevas (Saladoide norte de Culebra, al notarse una posible relación espacial
tardío) de Culebra, interactuaron muy poco con las y cultural entre los asentamientos conocidos como Playa
contemporáneas o posteriores tradiciones Monserrate y Tortolo, Cerro Tortolo y Cerro Balcón 1, siendo el
Santa Elena de la porción este de Puerto Rico. Sin último un pequeño lugar de acción comunitaria-familar
embargo, los 2 asentamientos Monserrate que se han (posiblemente de una o dos unidades habitacionales)
registrado en la isla parecen haber mantenido ciertas identificado durante las investigaciones de Rodríguez
relaciones, al menos intraisla, con los antiguos Saladoide López et al. (1997).
si se considera la nueva información que proporcionaron
Rodríguez López et al. (1997b) para el sitio Punta Los restantes nuevos asentamientos Santa Elena no
Carenero. En este sitio, luego de una inspección ocular parecen haber estado circunscritos en unidades mayores
llevada acabo por Rodríguez López y otros, se pudo (agregados), aunque es de suponer que en el caso
actualizar la información que se tenía del mismo, la cual particular de Culebra, no siempre se pudieron configurar
había sido proporcionada por Ortiz (1975). Se detectaron unidades políticas/familiares de mayor población dadas
en la nueva visita, claras evidencias de material cerámico las limitaciones hidrológicas de la isla, manifiestas en la
Saladoide tardío (Cuevas), así como cerámica falta de cuerpos permanentes de agua fresca.
38
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
Figura 2.8 Sitios arqueológicos Esperanza (Taíno): Periodo IV-a o periodo agroalfarero III (tardío)
(Mapa base proporcionado por F. Catala [OECH: 2002]).
Periodo IV-a o periodo agroalfarero III (segunda etapa: relativamente cerca de algunos de los antiguos lugares
Taíno inicial, Esperanza) Santa Elena, principalmente en las zonas costeras. De
estos asentamientos 2 fueron ubicados tierra adentro, lo
En general, durante este periodo cultural (conocido que constituye una característica de dispersión
propiamente como Taíno), la región proyecta un diferencial en relación con la anterior ocupación (Santa
decrecimiento en el número de lugares de acción (e.g., Elena) en esta parte de la isla (véase Rodríguez López
asentamientos, lugares aislados de culto, etcétera) 1992: 69). Como se mencionó antes, 5 lugares (no
registrados (Fig. 2.8). Los asentamientos de la cultura habitacionales) asociados con la tradición Esperanza se
Esperanza son casi en su totalidad lugares de acción documentan en esta área. La ubicación de los mismos
residenciales o habitacionales (n=42 de 47 lugares), sugiere también cierta ruptura con los patrones de
algunos de ellos posiblemente con espacios ceremoniales movilidad de ocupaciones previas, ya que no existe aún,
delimitados por rocas. Los restantes lugares (5) son en esta parte de la isla, evidencia de que grupos Santa
puntos geográficos con petroglifos a lo largo del Río Elena o más tempranos hayan incursionado al interior de
Blanco en la Sierra de Luqillo. Se sabe de la existencia la isla, hacia una región de alta montaña caracterizada
de más lugares de interacción simbólica como los por las casi permanentes precipitaciones pluviales y la
descritos anteriormente, pero los mismos no han sido densa vegetación. La región geográfica a la que se hace
trazados en los mapas de distribución de sitios que referencia es conocida como Sierra de Luqillo y cuenta
poseen el CATPR y la OECH. con precipitaciones pluviales que oscilan entre los 2286
y 3937 mm como promedio anual (Rávalo et al. 1986).
De los 21 asentamientos o villas que se han documentado Por último, de la totalidad de asentamientos Esperanza
de la anterior tradición Santa Elena, en la costa este de en la región costera del este de Puerto Rico, sólo se
Puerto Rico continuaron activas por lo menos unas 7 observa una sección que cuenta con posibles
villas, mismas en las que aparentemente se mantuvo asentamientos agregados. Los demás asentamientos, con
cierta continuidad ocupacional. Otras 5 villas registradas base en la información disponible, simulan ser
fueron nuevos asentamientos que se ubicaron asentamientos ?nucleares” sin aparente relación directa
39
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
con otros sitios o asentamientos caracterizados como de información suficiente (cada uno) que pueden utilizarse
menor jerarquía. en conjunto para desarrollar comparaciones cruzadas en
ciertos aspectos. No toda investigación arqueológica ni
La isla de Vieques, nuevamente, es un interesante punto toda explicación de un proceso, cualquiera que sea, tiene
de análisis. De la tradición Esperanza se cuenta que partir de fundamentos empíricos o estadísticamente
actualmente con información de 28 asentamientos, 2 comparables. Independientemente de las categorías
menos que en la anterior tradición Santa Elena. A analíticas utilizadas en los modelos en cuestión, o de la
diferencia del resto de Puerto Rico, y posiblemente por metodología empleada en los diversos trabajos de
las características geográficas de esta isla, la mayoría de campo, es claro que los materiales que se han recabado
asentamientos aparentemente habitacionales (n=23; en los sitios que aquí se estudian muestran –en el
algunos de ellos con posibles espacios rituales y/o presente– que dos entidades comunitarias existieron en
ceremoniales) se mantienen a pocos metros de la costa determinado momento y lugares particulares. Se trata de
(e.g., entre 0 y 300 metros). Los lugares que se sitúan la existencia de pobladores que constituyeron villas e
tierra adentro, aunque posiblemente ubicados en –independientemente de las categorías analíticas que
pequeños valles y cerros, no se encuentran a más de 3 km podamos utilizar– vivieron y plasmaron en los lugares su
de la costa. Como ya se mencionó, es posible que por las existir y su modo particular de convivencia y de
cualidades geográficas de Vieques, las relaciones y subsistencia. No todo tiene que ser contrastado o
diversas dinámicas de interacción al interior de la isla corroborado por medios preferiblemente estadísticos, ni
hubiésen sido mucho más intensas que en otras partes de todo lo corroborado o contrastado es en consecuencia la
la región que aquí se considera. Se sigue observando una “realidad” o una explicación “más convincente”. La
distribución de asentamientos que rememora los posibles interpretación o “explicación” más sólida para la
arreglos políticos que se pudieron comenzar a gestar a arqueología y otras disciplinas debe ser aquella que se
partir de la tradición Saladoide tardío (Cuevas) en esta sustenta con elementos contundentes, mismos que
isla. Por lo menos, este parece ser el caso de la porción pueden ser, en el más empírico de los ejemplos,
sureste del territorio. contrastados o sometidos a prueba ante el conjunto de
datos con que se cuenta. Ante todo, la argumentación con
Por su parte, la isla de Culebra mantiene una similar la que se pueda contar debe estar sostenida, no tanto por
distribución de asentamientos Esperanza respecto a los las formas empíricas de contraste, sino por la forma en
anteriores asentamientos Santa Elena. En la ocupación que se plantea el argumento (i.e., coherencia) evitando
Esperanza se registran 2 lugares menos que en la anterior dejar la posibilidad de que existan puntos contradictorios
ocupación y se mantienen activos y en continuidad 5 de (véase Hodder 1999: 30-62 y sus posiciones en torno a
los asentamientos Santa Elena. A juzgar por la semejante la dicotomía hermenéutica vs. explicación en la
disposición de asentamientos a través de la isla, es construcción de argumentaciones y razonamientos en
posible suponer que las fronteras geopolíticas que arqueología). Esto último es vivido en todo proceso de
pudieron gestarse en la ocupación Santa Elena se generación de conocimientos a las usanzas
mantuvieron en forma más o menos similar. “occidentales” y quizás “no occidentales”.
Recordatorio acerca del ejercicio antes desarrollado Sin embargo, hay que coincidir con Oliver (1999)
cuando señala los problemas que acarrean muchas
A lo largo de las pasadas subsecciones se desarrolló un investigaciones arqueológicas antillanas siempre que se
análisis general sobre el posible escenario sociocultural tratan de generar análisis comparados entre conjuntos de
precolombino de la región que fue seleccionada para la objetos y restos arqueológicos de distintos sitios. En este
presente investigación. No se ha pretendido efectuar sentido, siempre es necesario precisar cuáles son las
cambios ?estructurales” a los modelos en vigencia, ni escalas de análisis que se consideran, a qué nivel
tampoco se ha pretendido generar un discurso narrativo interpretativo se pretenden llevar dichos análisis y cuál
(conceptual) distinto al que se utiliza en Puerto Rico y en es el marco referencial unitario con el que se abordarán
gran parte de Las Antillas.
las distintas escalas.
Propuesta para una “relativa” cohesión entre los dos
modelos crono-espaciales-culturales: el caso Huecoide Por otra parte, Antonio Curet (comunicación personal,
como breve ejemplo 2001) había planteado la dificultad que impone el
arraigarse de lo Huecoide o Saladoide como unidades
A pesar de que los modelos histórico-culturales analíticas, y en un sentido puramente empírico tiene
anteriormente resumidos parten de análisis y categorías razón. Las disimilitudes existentes en cuanto al
disímiles (Oliver 1999), se entiende que sí ofrecen tratamiento cronológico, cultural y espacial que los
40
Capítulo 2: Cronología cultural de Las Antillas, de Puerto Rico y de las posibles dinámicas socioculturales
investigadores le han dado al problema de La Hueca información que se maneja en esta y posteriores
llevan lógicamente a pensar de esta manera. Pero cuando secciones.
se observa la cultura material (cualitativa o
cuantitativamente; véanse e.g., Rodríguez Ramos 2001; 2. En capítulos posteriores se describe con más detalle
Oliver 1999) y otros datos recuperados de muchos sitios la cultura material de los grupos Huecoide de los sitios
arqueológicos –en especial de los sitios que aquí se La Hueca y Punta Candelero.
consideran (La Hueca y Punta Candelero en Vieques y
Puerto Rico respectivamente)– es claro que se puede 3. En cada figura se señala, con un rectángulo, una
definir la presencia de entidades comunitarias diferentes. porción de los terrenos de la Base Naval Roosevelt
Es decir, se puede derivar que existieron por lo menos Roads (extremo este de Puerto Rico) donde existen
dos pueblos (villas), uno Huecoide y otro Saladoide en aproximadamente 10 sitios arqueológicos identificados
el sitio arqueológico de La Hueca y dos pueblos más y de los cuales no se conoce con certeza su afiliación
(uno Huecoide y otro Saladoide) en el sitio arqueológico cultural. Dicho rectángulo es señalado en cada una de las
Punta Candelero. El simple hecho de que estas figuras de la presente sección para hacer notar que
configuraciones puedan ser percibidas en la actualidad, algunos de los referidos sitios en el área delimitada
es suficiente para plantear un análisis, no entre categorías pueden corresponder con cualquiera de los periodos que
y unidades analíticas particulares, sino entre se estudian.
comunidades, pueblos o villas (que ciertamente son
unidades construidas) que estuvieron constituidas por 4. En esta investigación se define lugar de acción como
personas y que al interior del grupo manejaron y un fragmento de espacio que contiene uno o múltiples
compartieron similares códigos culturales (observado, significados para un individuo o un grupo de personas.
por ejemplo, en la cultura material). Así, la gente que El concepto “lugar de acción”, a diferencia del llamado
vivió en los pueblos Huecoide con sus respectivas “radio de acción” o “campo de acción” de ciertas
expresiones culturales, idénticas o con ligeras entidades, hace posible señalar — además de
variaciones, reflejaron la existencia de una tradición asentamientos, villas u otros lugares habitacionales—
cultural. Reprodujeron sus elementos culturales e diversos tipos de lugares significativos (no
interactuaron con otros y con su entorno con la finalidad necesariamente por su valor de recursos) para los grupos
de mantener a sus comunidades en continua cohesión. En humanos.
el caso Saladoide pudo suceder lo mismo. Entonces, si
existen rasgos culturales Huecoide o Saladoide en una u 5. Ambos sitios, junto con el sitio conocido como
otra comunidad de las que se estudian es entendible, Verdiales, probablemente fueron partes o sectores de un
porque la posible coexistencia (muy polémica en este mismo lugar de acción (¿asentamiento?).
caso desde el punto de vista arqueológico) estimula la
acción y otros procesos dinámicos, como por ejemplo, el 6. Un dato interesante es el caso del sitio conocido como
traspaso e intercambio de elementos culturales con las Lower Camp en la isla de Culebra (Oliver 1995). Es un
subsecuentes valoraciones que se hacen de éstos en las asentamiento Saladoide tardío (Cuevas) con expresiones
distintas entidades comunitarias. Por lo tanto, la entidad modales y estilísticas cerámicas ?empobrecidas” en
comunitaria antes mencionada, en este caso la relación con otros sitios Cuevas y además, con fechados
comunidad Huecoide como ente dinámico en los sitios radiocarbónicos que sobrepasan a los característicos
estudiados, es el marco referencial unitario (integrador) fechamientos de esta fase tardía en el este de Puerto Rico
que sustenta la presente tesis. (e.g., 645 d.C. en Lower Camp contra ca. 400-600 d.C.
en gran parte del este de Puerto Rico).
Notas del Capítulo 2
7. Con esta unidad de análisis, Rouse (1992) intenta
1. Se utiliza el concepto ?etapa” en términos genéricos
explicar las denominadas "esferas de interacción" de Las
para hacer referencia a momentos específicos (e.g.,
Antillas Mayores, utilizándola para agrupar el conjunto
tempranos vs. tardíos) de los distintos periodos y fases
de atributos y estilos que parecen compartir
propuestos en los modelos de Rouse (1992) y Chanlatte
características comunes o de similar origen. El "Área de
y Narganes (1983, 2002). No se confunda el lector por la
Influencia del Canal de la Mona" es una gran área entre
utilización arbitraria y ahora contextualizada que se hace
la mitad oeste de Puerto Rico y el extremo este de La
de tal concepto para su uso en las siguientes secciones de
Española que recoge las expresiones culturales de grupos
este capítulo, en contraposición con la terminología
humanos que, a través de la historia tardía de la era
empleada por los generadores de los modelos en
cerámica, interactuaron y produjeron similares rasgos,
referencia. Se hace utilización del mismo para
principalmente modales, en la cerámica y la lítica.
estandarizar desde el punto de vista narrativo, la
41
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis
retrospectivo y del estado de las cosas
En este capítulo se presentan un conjunto de datos que interés, se ha conformado otra línea de investigación
aportan información sobre la producción de alimentos paleoetnobotánica que comenzó desde hace algunos años
vegetales en Las Antillas y Puerto Rico. Se analiza a mostrar un diferente escenario de las complejas
primeramente, a manera de recorrido, el contexto de las relaciones fitoculturales en esta amplia región. El
interrelaciones fitoculturales precolombinas de algunas enfoque microbotánico aplicado en las investigaciones
regiones importantes de Suramérica (e.g., la costa del arqueológicas ha permitido por primera vez identificar
Pacífico norte y Atlántico norte suramericano) con la plantas en contextos arcaicos y cerámicos tempranos que
idea de crear un marco básico de referencia que permita antes habían pasado desapercibidas en los sitios
comprender el contexto de dichos procesos y sus arqueológicos estudiados, al menos en las fases más
implicaciones para Las Antillas. Posteriormente, ya en el tempranas de ocupación documentadas en algunos de
ámbito antillano, se estudian algunas posibles relaciones ellos.
que pudieron generar los grupos humanos y las plantas a
través de los diferentes period os culturales
precolombinos definidos hasta el momento. Se
correlacionan los datos obtenidos de la arqueología
tradicional con los estudios paleoetnobotánicos y la idea
es lograr una mejor comprensión de las dinámicas
fitoculturales propias de los periodos en cuestión.
Conociendo el estado del arte de los tópicos que aquí se
manejan, es posible puntualizar en aquellos aspectos
poco comprendidos y que requieren nuevas o diversas
formas de elucidación.
43
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
et al. 2004; Piperno 1988; Piperno y Pearsall 1998) Valdivia no es claro, hay suficiente información que
señala claramente que el maíz (Zea mays), planta de sugiere que practicaron una agricultura de policultivos y
origen mesoamericano, estaba presente en esa región crearon las primeras villas agrícolas sedentarias de
desde por lo menos el 5000-4700 a.C., cronología América que han sido identificadas hasta el momento
relacionada con la fase tardía de la cultura acerámica Las (Piperno y Pearsall 1998: 246). A raíz de los resultados
Vegas (que comienza ca. 7850 a.C. y se extiende hasta obtenidos en sitios de cultura, es factible pensar que ellos
el 4650 a.C.). Esta ubicación cronológica del maíz representaron la primera expresión de una sociedad
antecede a la proporcionada por los macrorestos realmente formativa en el continente. La presencia de
botánicos de la planta (tusas y granos) en sitios como La asentamientos permanentes jerarquizados y con
Ponga, en el cual los fechados más tempranos se han construcciones ceremoniales, más la utilización de
trazado para el 1200-800 a.C. y se relaciona con las verdaderos sistemas agrícolas productivos dan cuenta de
culturas Valdivia y Machalilla. Otras plantas utilizadas la complejidad social existente.
durante las distintas fases de ocupación Las Vegas y
documentadas por medio de fitolitos son algunas Por otra parte, la cultura Machalilla muestra una serie de
especies de calabaza (Cucurbita) así como lerenes rasgos compartidos con la Valdivia, tanto en la cerámica
(Calathea allouia) y güiro (Lagenaria sp.). como en la ubicación de sitios que muestran un patrón
cultural de continuidad. Entre otras cosas, aparentemente
La utilización de ciertas plantas tuberosas y de semilla incrementó la población durante la fase Machalilla
sugiere que los grupos humanos de la cultura Las Vegas temprano y se construyeron varias villas de mayor
eran horticultores autosuficientes con una estructura tamaño que cualquier villa Valdivia. Es de suponer
social igualitaria, particularmente durante las fases entonces que hubo cambios en la estructura social y
tempranas. Según Piperno y Pearsall (1998:198), los económica durante las ocupaciones de la cultura
grupos humanos de esta tradición cultural explotaron un Machalilla respecto a la Valdivia, lo que pudo repercutir
mayor rango de recursos (marinos, estuarinos y en nuevas formas de organización comunitaria en todos
terrestres) que la posterior cultura Valdivia y no llevaron los niveles.
a cabo proyectos corporativos que demandasen esfuerzos
substanciales por parte de la comunidad (Stothert 1985). Asimismo, durante las distintas fases de la cultura
En este sentido la obtención y el aprovechamiento de Chorrera se han señalado prácticas continuas entre éstos
recursos faunísticos de diversos medios, más el respecto a la Machalilla en términos de su patrón de
conocimiento y utilización de plantas como las asentamientos. La estructura social pudo ser muy
documentadas, muestra que la subsistencia de estos parecida a la de Machalilla, aunque algunos estudios de
grupos fue una de amplio espectro, donde no existe una isótopos de hueso muestran un incremento en el consumo
clara jerarquía en cuanto a la importancia de unos de plantas como el maíz respecto a las tradiciones
recursos sobre otros. culturales anteriores. Para esta periodo, los estudios de
fitolitos y de restos macrobotánicos han revelado una
En sitios costeros posteriores de las culturas Valdivia presencia ubicua de maíz en muchos de los contextos
(formativo temprano: ca. 3550-1550 a.C.), Machalilla estudiados y se ha logrado identificar la maranta
(formativo medio: ca. 1250-850 a.C.) y Chorrera (maranta, yuquilla o sagú), la achira o gruya, el frijol y
(formativo tardío: ca.1100-500 a.C.) se han árboles frutales.
documentado, por medio de fitolitos, almidones y
macrorestos las siguientes plantas (Pearsall et al. 2004; Estudios de fitolitos llevados a cabo en sedimentos no
Piperno y Pearsall 1998: 248-249): a) raíces y plantas arqueológicos del valle de Jama (Pearsall 1996) han
tuberosas: maranta o yuquilla (Maranta arundinacea), proporcionado evidencias de deforestación significativa
achira (Canna edulis) y Scirpus/Cyperus; b) vegetales: de bosques relacionadas con las distintas fases de
calabaza o güiro; c) granos: maíz y haba de burro/de ocupación de la cultura Chorrera. Importante para las
playa (Canavalia sp.); d) leguminosas: frijol (Phaseolus fases tardías de este periodo es la tendencia de estos
vulgaris); e) plantas “industriales”: algodón (Gossypium grupos a asentarse en zonas nunca antes ocupadas,
barbadense) y f) árboles frutales: palmas (Palmae, principalmente en tierras más altas alejadas de los lechos
Aracaceae), guanábana, coyur (Annona sp.) y zapotes ribereños. En fin, como ha sido señalado por Piperno y
(Sapotaceae). Para unos investigadores la cultura Pearsall (1998: 258), al parecer la población creciente a
Valdivia está íntimamente relacionada con (o procede lo largo de las ocupaciones Chorrera acaparó gran parte
de) la cultura Las Vegas (Stothert 1985; Damp y Vargas de las tierras favorables para la agricultura, lo que forzó
1995), mientras que otros señalan su origen en los la colonización de nuevos espacios. Con el pasar del
bosques tropicales húmedos del este (Lathrap et al. 1975; tiempo el maíz llegó a contribuir de manera más directa
Raymond 1993). Aun cuando hoy el origen de la cultura en la dieta de los grupos Chorrera, aunque las raíces
44
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
siguieron siendo importantes para la subsistencia. Luego, del uso temprano de ella.
se crearon campos agrícolas elevados en algunas áreas
(Peñón del Río), donde el maíz aparentemente fue Colombia
cultivado extensivamente.
En el actual territorio colombiano se han logrado obtener
Los datos microbotánicos obtenidos en la región datos macro y microbotánicos (publicados al día de hoy)
amazónica de Ecuador, específicamente en el Lago que dan cuenta de los interesantes procesos
Ayauch, confirman la tala de bosques para cultivar el socioculturales relacionados con el uso y manejo de
maíz cerca del 3350 a.C., es decir, aproximadamente plantas durante el Holoceno temprano y medio. Sin
1700 años después de su presencia en algunos sitios embargo, la información de mayor interés proviene de
costeros de la cultura Las Vegas. Los datos obtenidos los restos microbotánicos (polen y fitolitos) recuperados
hasta el presente en esta región no dan cuenta de la en núcleos extraídos de humedales y pantanos (Bray et
presencia de otras plantas importantes, sin embargo al. 1987; M onsalve 1985) así como de fitolitos y
muestran cómo los bosques fueron manipulados gránulos de almidón asociados con algunos sitios
consistentemente con el fin aparente de cultivar e arqueológicos (Castillo y Aceituno 2000; Oliver 2001;
incrementar con el tiempo la producción de plantas como Piperno y Pearsall 1998).
el maíz, incluso en lugares como los márgenes de
algunos lagos. Castillo y Aceituno (2000) han propuesto un coherente
modelo de ocupación durante el Holoceno temprano y
El sur de Centroamérica y otras regiones interiores del medio para el valle medio del Río Porce, ubicado en la
continente suramericano Cordillera Central de los Andes colombianos. Esta área
se encuentra en la zona de transición entre los bosques
En diversas regiones centro y suramericanas se ha ecuatoriales y andinos. Aunque la presencia humana en
demostrado que distintos grupos humanos conocieron y ésta área pudo comenzar desde el 7000 a.C, los datos
utilizaron plantas como el maíz (Zea mays), la yuca paleoflorísticos recabados por ellos indican poca
(Manihot sp.), el frijol común (Phaseolus sp.), las habas diversidad del bosque, que al sumarse a la ausencia de
(Canavalia sp.), la achira o gruya (Canna sp.) y los vegetación arvense, sugiere alteraciones mínimas
ñames silvestres (Dioscorea sp.) desde por lo menos el (forrajeo) que pudieron pasar desapercibidas en las
quinto milenio antes de Cristo. Gránulos de almidón de columnas polínicas. En la fase II propuesta por los
yuca han sido reportados en sitios centroamericanos investigadores (entre el 5550 y 4000 a.C.), se comienzan
(Panamá), en contextos tempranos cercanos al 4000 a.C. a observar cambios notables en la flora de algunos de los
(ver Piperno y Holst 1998; Piperno et al. 2000). En el sitios estudiados (e.g., sitios 021 y 045) relacionados con
valle de Casma, Perú, han sido reportados cientos de un conjunto de manifestaciones culturales (materiales, de
fragmentos disecados de esta raíz tuberosa en contextos subsistencia y rituales) que dan cuenta del conocimiento
tan antiguos como el 1800 a.C. (Ugent et al. 1986), lo adquirido de los elementos naturales de esta región y de
que sugiere que desde mucho antes de esa fecha la yuca su manejo intencional. Plantas de las familias Araceae y
estaba siendo utilizada y manipulada si se considera el M elastomataceae, consideradas como vegetación
hecho de que su probable centro de origen estuvo en las secundaria en el tipo de ambiente estudiado, son
tierras tropicales bajas del noreste de Suramérica. El recurrentes a partir de esta fase que se caracteriza
boniato o batata, documentada en las cuevas Chilca además por la aparición de artefactos como las manos
(Engel 1973) y también en el valle de Casma (Ugent et laterales (“edge-ground” cobbles).
al. 1981), Perú, se ha encontrado en asociación con
contextos precerámicos fechados entre el 8000 y el 6000 En la última fase (III) del precerámico (ca. 4550-3000
a.C. y entre el 2250 y el 1775 a.C. respectivamente. Los a.C.), se documenta por primera vez en el registro
frijoles, las habas, la achira o gruya y los ñames palinológico la presencia de plantas domesticadas como
silvestres han sido identificados en contextos culturales el maíz y la yuca, así como otros cultivos potenciales de
cercanos al 4000 a.C. o de menor antigüedad (i.e., ca. los géneros Cucurbita, Smilax y Amaranthus. Ante la
1100 a.C. en el caso de Canna sp. en Uruguay) en Centro ausencia de estas plantas en las zonas más antiguas de los
y Suramérica (Piperno y Pearsall 1998: 248-249; Iriarte perfiles polínicos estudiados, Castillo y Aceituno (2000)
et al. 2004), tanto en sitios acerámicos (Aguadulce en sugieren que posiblemente constituyeron un complejo de
Panamá) como agrocerámicos (e.g., cuevas Ayacucho en especies domesticadas que se sumó a los sistemas de
Perú). Desafortunadamente es escasa la información cultivo previamente establecidos. Asimismo, los análisis
sobre el uso y consumo de plantas como la yautía de fitolitos, de almidones y de tejidos parenquimatosos
(Xanthosoma sp.) en las regiones tropicales de América, realizados en dos hachas y tres bases de molienda
por lo que no se ha podido mostrar ejemplos concretos correspondientes a esta fase, revelaron el uso y
45
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
procesamiento de plantas de las familias Araecaceae, 2001). En una localidad relacionada con el sitio Abeja
Gramineae y de los géneros Scheelea y Manihot (yuca). por ejemplo, se extrajo un núcleo en el cual se
El conjunto de evidencias aquí resumido, informa acerca documentó información polínica de la presencia y cultivo
del vasto conocimiento que estos grupos humanos de maíz y yuca asociado con la tradición precerámica.
lograron tener del territorio. Las persistentes y Tubaboniba (Piperno y Pearsall 1998). Cabe destacar
subsecuentes valoraciones que se hicieron sobre dicho que las evidencias más antiguas de maíz en el núcleo
territorio y sus cosas debieron facilitar en los grupos fueron documentadas desde los 35 cm debajo del nivel
humanos de la zona la conformación de un sentido de fechado en 2750 a.C., aspecto que indica una antigüedad
apropiación (física y simbólica) del espacio. Desde esta mayor a la documentada para esta planta en el área. En
perspectiva sus estrategias de aprehensión y vinculación este contexto, parece que la producción agrícola por
se traducen, al menos tangiblemente, en la disposición medio de la roza y quema fue intensa según el registro de
localizada de sus muertos en algunos de los sitios polen que muestra perturbaciones/alteraciones de
estudiados, en las adecuaciones artificiales de piedra y en bosques.
el propio desarrollo y reestructuración de los sistemas de
cultivo a través del tiempo (Castillo y Aceituno 2000). El Por otra parte, en el valle del Cauca se han estudiado
sentido de lugar/territorio –aunado a los procesos varias secuencias sedimentarias de núcleos. En uno de
culturales-relacionales desarrollados para comprenderlo los estudios (M onsalve 1985), se pudo determinar la
y aprehenderlo– es un aspecto no siempre visible en el presencia de polen de maíz 15 cm debajo de una sección
registro arqueológico, pero que al parecer posibilitó en del núcleo (denominado Hacienda Lusitania) que fue
estos grupos la creación de una estructura social-cultural fechada en 3200 a.C. A partir de la aparición de maíz
lo suficientemente flexible como para permitirles incrementa su presencia, así como la de especímenes de
incorporar plantas exógenas (e.g., maíz y yuca) no la familia Compositae, mientras que disminuyen algunos
conocidas previamente y reestructurar así sus lugares de elementos arbóreos. Esto ha sugerido a Monsalve (1985)
producción vegetal (y lo que simbólicamente éstos y a Piperno y Pearsall (1998) la presencia de un
lugares pudieron representar). La flexibilidad de la desarrollado sistema agrícola en el que se aprecia
estructura social-cultural fue entonces condicionante no incluso, un nivel de intensificación en la producción
sólo del éxito adaptativo de los grupos que habitaron esta junto con una notable alteración del bosque. En otro
región desde el Holoceno temprano (en términos de estudio de sedimentos llevado a cabo en el mismo valle
explotación sostenible, etcétera), sino también de la (Bray et al. 1987), se confirma la presencia de maíz, pero
construcción de un mundo cultural consecuentemente en un nivel fechado para el 4730 a.C. Este fechado de la
propio, revalorado y reproducido. presencia de maíz se obtuvo directamente del mismo
nivel en que fue documentado por primera vez, lo que
Otros sitios arqueológicos colombianos, pero en la sugiere que posiblemente el intervalo sedimentario de 15
región de Araracuara (Amazonas), han provisto cm entre la presencia de maíz y la sección fechada del
interesantes evidencias sobre el cultivo de otras plantas núcleo “Hacienda Lusitania”, podría representar los ca.
consideradas como domésticas (Oliver 2001). Entre el 1530 años de diferencia reflejados para la presencia de
7300 y 6150 a.C., los grupos que habitaron el sitio maíz entre uno y otro núcleo. El desarrollo de sistemas
precerámico Peña Roja utilizaron semillas de palmas a gríc ola s aparenteme nte progre sivos ha sido
(Onoecarpus, Mauritia, Maximiliana y Astrocaryum) y documentado en el área, donde grupos de la tradición
otros frutos que se recuperaron en las excavaciones junto cultural Ilama (ilama) desarrollaron ocupaciones
con algunas herramientas de piedra tallada y molienda. sedentarias desde el 1050 a.C. En relación con estos
Los estudios de fitolitos realizados por Dolores Piperno grupos se han identificado restos macrobotánicos de
en este lugar (Piperno y Pearsall 1998) revelaron la maíz, frijol y semillas de palma, así como fitolitos de
presencia de importantes plantas como el lerén, el güiro maíz, calabaza, maranta y palmas (Piperno y Pearsall
y la calabaza (Oliver 2001). Algunos artefactos 1998: 262).
encontrados en Peña Roja, como las hachas, sugieren que
pudieron ser utilizadas para tirar árboles (desmonte para Venezuela, el noreste y centro-este de Suramérica
limpiar los alrededores y/o para aclarar campos para el
cultivo), mientras que los morteros sirvieron para Son pocos los datos directamente relacionados con el
quebrar semillas (de palmas) y moler otros de los manejo y utilización de plantas durante el Holoceno
materiales vegetales identificados (tubérculos). temprano y medio en esta región. En la región de
Parmana se ha detallado una secuencia cultural que
En la misma región del Araracuara colombiano se han muestra cambios demográficos y en el patrón de
logrado definir prácticas agrotecnológicas como la roza asentamiento a partir del 2100 a.C. (Roosevelt 1980).
y quema que comenzaron antes del 2750 a.C. (Oliver Entre esa fecha y el 1600 a.C., la fase conocida como La
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Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
Gruta parece haber conservado una baja y estable estaciones de lluvia y secas.
densidad poblacional que Roosevelt (1980) relacionó
con un sistema de subsistencia basado en el cultivo de la Otras secuencias precerámicas como la de Barambina
yuca combinado con la captura de animales. Mound (fase Alaka: 3510 a.C.) y también cerámicas
Posteriormente, cercano al 800 a.C. ocurrió, según la como la de Hossororo Creek (1600 a.C.) y la fase
investigadora, un rápido incremento poblacional en la Mabaruma (1600 a.C.) en G uyana, muestran datos
región que luego se estabilizó cuando fue alcanzado el indirectos sobre la utilización de plantas (Sanoja 1997:
máximo nivel de densidad poblacional. Durante la fase 164). En algunos casos únicamente se han documentado
Corozal, misma que comienza a partir del 800 a.C. y que herramientas líticas relacionadas con el procesamiento de
se extiende hasta el 100 d.C., se introdujo el maíz y se plantas y en otros casos, además, artefactos cerámicos
estableció un sistema de cultivo intensivo. Los restos de como los recipientes de cocina.
maíz de las ocupaciones tempranas de la fase Corozal
(Corozal I) son escasos, pero han podido ser Más al sur, en el centro-este y noreste de Suramérica,
identificados en los sitios Corozal y Parmana. Otro existe suficiente información que señala la utilización de
elemento que atestigua la producción, uso y consumo del plantas desde por lo menos el 5500 a.C., aunque los
maíz ha sido la presencia de metates en lugares de las datos arqueobotánicos directos son prácticamente
ocupaciones intermedias Corozal (Corozal II: ca. 400 inexistentes. En sitios como Taperinha y Pedra Pintada
a.C.-100 d.C.). Sin embargo, la cronología y algunas en Santarém, Brasil, algunas herramientas líticas e
interpretaciones formuladas por Roosevelt (1980) fueron incluso cerámicas sugieren la utilización de plantas desde
posteriormente cuestionadas por Sanoja y Vargas (1983), por lo menos el 5650 a.C. (Oliver 2001). Es posible que
quienes proponen que el desarrollo cultural ocurrido a el tipo de recipientes cerámicos excavados en estos
partir de las ocupaciones Corozal II en los sitios lugares (e.g., en forma de calabaza), se hayan utilizado
Parmana, Corozal y Ronquín corresponde a un momento en la preparación de alimentos vegetales donde el fuego
cercano al 360 d.C. Asimismo sugieren que la presencia (cocimiento) los hiciera digestibles al consumo humano
del maíz en los sitios Corozal II fue parte de un proceso (Oliver 2001: 64). Igual sucede en sitios más tardíos de
en el que se estuvo ampliando un nuevo sistema mixto las ocupaciones cerámicas Mina (ca. 3750 a.C.). En las
constituido por la vegecultura y semicultura con el fin de fases intermedias de este periodo (ca. 1950 a.C.), se
aprovechar, tanto los suelos arenosos de baja documentaron herramientas como las hachas de piedra,
productividad como los arcillosos de mayor rendimiento. las cuales posiblemente fueron utilizadas para limpiar y
Otras actividades, como la apropiación de fauna riparia, tirar árboles con fines agrícolas (Oliver 2001).
c o n tin u a r o n s ie n d o im p o r ta n te s a c t iv i d a d e s
complementarias para la subsistencia. La información expuesta en párrafos anteriores
proporciona un panorama general de los sistemas de
Por otra parte, en el litoral de Paria se ha establecido una cultivo y/o las plantas que se pudieron estar
secuencia de actividades humanas que comienza ca. al aprovechando en distintas áreas suramericanas y
4750 a.C. Según Sanoja (1997), a partir de esa fecha centroamericanas antes y durante el periodo de aparentes
iniciaron en el área manifestaciones culturales migraciones agroceramistas hacia Las Antillas. En
relacionadas con grupos de recolectores-cazadores- resumen, se ha documentado en la región noroeste del
pescadores. Las primeras evidencias relacionadas con Amazonas (Amazonas colombiano) la presencia de
tareas agrícolas son la presencia de hachas, azadas y sistemas de roza/quema y huertos caseros desde por lo
manos cónicas de moler, mismas que fueron encontradas menos el 5550 a.C. Asimismo ha sido posible trazar una
en contextos domésticos de aldeas semipermanentes secuencia cronológica en la región noreste del actual
fechadas entre el 3600 y 2650 a.C. (sitios Guayana y territorio de Brasil, misma que apunta al desarrollo
Remigio; Sanoja 1997). En otros sitios más tardíos y con inicial de sistemas agroeconómicos de llanos inundables
la presencia de cerámica (e.g., Las Varas; ca. 2650 a.C.), que más tarde se evidencian en la región amazónica de
se ha planteado también el manejo y uso de plantas a Venezuela. El sistema de chacra y el de llanos
partir de las relaciones morfológicas y de huellas de uso inundables posiblemente iniciaron entre el 2000 y 1750
observadas en ciertos artefactos. Desafortunadamente no a.C. en la región de M arajó, siendo sistemas importantes
existen datos arqueobotánicos para esta región y sus hasta por lo menos el 250 a.C., momento en el que
distintas ocupaciones humanas, situación que ha evolucionaron a sistemas intensivos de policultivos
posibilitado sólo la propuesta de conjeturas en cuanto al (Oliver 2001: 63). En otras regiones de Suramérica y
desarrollo de prácticas agrícolas (Sanoja 1997:163). Aún Centroamérica se ha demostrado la presencia y uso de
así, Sauer (1952) planteó como posible región de importantes plantas económicas (domésticas, cultivos y
domesticación de la yuca, a las sabanas de Venezuela silvestres) entre el 8000 y el 4000 a.C. Por último, se ha
que cuentan con marcados cambios climáticos entre las propuesto que para el 800 a.C. en la región de Parmaná,
47
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
se introdujo un sistema intensivo de producción de fueron los más mencionados en la literatura de la época.
semillas y cultivos, aplicado en los llanos aluviales, Los tainos clásicos, cultura indígena que tuvo contacto
siendo el maíz el principal elemento producido. Debido con los conquistadores españoles, tenían una sofisticada
a la ubicación geográfica de los distintos sistemas forma de agricultura ya que además de simplemente
agroeconómicos que se han podido documentar entre el limpiar y quemar la vegetación para hacer claros
800 y 500 a.C. en las regiones antes mencionadas, es temporeros en áreas boscosas como es común en los
posible que los primeros grupos agroceramistas que trópicos, levantaban montículos de tierra en campos
arribaron a Las Antillas hayan tenido acceso a cualquiera permanentes para cultivar raíces en el suave suelo
de ellos o a combinaciones de los mismos, incluyendo un aluvial. (Rouse 1992: 12). En ciertas áreas se practicaron
variado espectro de plantas de importancia económica. algunas técnicas agrícolas más intensivas, incluyendo el
empleo de canales de irrigación (Las Casas 1909, cap. 5:
Una vez que los primeros grupos humanos con tradición 15) y terrazas (Oliver et al. 1999; Ortiz et al. 1991).
netamente agrícola arribaron a los nuevos entornos Por todo lo anterior, se ha pensado que el surgimiento de
antillanos, a través de las investigaciones arqueológicas las sociedades complejas y socialmente estratificadas en
se perciben manifestaciones culturales diversas en las Las Antillas M ayores está parcialmente relacionado con
diferentes regiones del Caribe. 2 Algunos investigadores el desarrollo de economías de subsistencia basadas en
como Rouse (1992) sugieren que después del arribo de formas intensivas de producción de plantas (e.g., Rouse
los grupos Saladoide a Las Antillas no hubo nuevas 1992). En este sentido, y haciendo eco de los
migraciones humanas (por lo menos de culturas distintas planteamientos de Newsom y Pearsall (2003), se hace
a la Saladoide), ocurriendo entonces una serie de notar que para conocer profundamente el surgimiento de
desarrollos locales en tiempo y espacio de los grupos ya la complejidad cultural y la dinámica de los sistemas de
enclavados en el Caribe. Otros han sugerido que las subsistencia sostenibles de la región es necesario un
manifestaciones culturales observadas en el Caribe, mejor entendimiento de la importancia de las plantas en
posterior al arribo de los grupos Saladoide, fueron las economías de la era cerámica.
producto de nuevas migraciones, culturalmente distintas
(véase Alegría 1997). Lo cierto es que desde el momento
en que los primeros grupos agroceramistas
suramericanos entraron a territorio antillano, pudieron
introducir también nuevos sistemas de subsistencia no
conocidos por los antiguos habitantes de Las Antillas.
Entre estos se pueden mencionar los sistemas típicamente
agrícolas, que si bien pudieron ser sistemas sencillos y
aplicables a los terrenos en los bosques tropicales o
llanos aluviales, es posible que sufrieran modificaciones
para adecuarlos a los nuevos contextos isleños.
48
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
rocoso de Honduras del Oeste y el sitio abierto de (Twenty Hill/Jolly Beach), Nevis (Hichmans’ Shell
Tavera. Otros sitios de la subserie Courian Casimiroid Heap), y Krum Bay en St. Thomas han sido objeto de
con evidencia de artefactos líticos relacionados también análisis paleoetnobotánicos (véase Newsom 1993;
con el procesamiento de vegetales son Couri (Haití) y El Pearsall 1983; 1989). Los hallazgos logrados a raíz de
P o r ve n ir (R e p úb lica D o m in ic a na ). D ic h as estos análisis indican, entre otras cosas, la presencia de
manifestaciones culturales han sido ubicadas en la serie plantas y/o árboles procedentes de tierra firme, lo que
Casimiroide del modelo de Rouse (1992), que sugiere el acarreo de plantas hacia Las Antillas por parte
aparentemente proviene de Centroamérica (Yucatán- de los grupos arcaicos. Por otro lado, se han identificado
Belice), aunque las subseries mencionadas se ubican plantas como la verdolaga (Portulaca sp.) y escobita
cronológicamente en el periodo I-b, es decir, entre el dulce (Malvaceae), que comúnmente se relacionan con
4000 y 400 a.C. superficies alteradas (Newsom 1993). Esto sugiere que
durante el periodo arcaico los grupos humanos
Otra tradición cultural arcaica presente en Las Antillas, estuvieron generando actividades de explotación en las
conocida como serie Ortoiroide según Rouse (1992) (ca. superficies cercanas a sus lugares de acción que
4750-400 a.C.) y supuestamente procedente de la estimularon el crecimiento de plantas colonizadoras de
desembocadura del Orinoco en Venezuela, evidencia la hábitats alterados por actividades humanas (o arvenses),
producción de artefactos líticos relacionados con el algunas de ellas comestibles como la verdolaga. De este
procesamiento de semillas y otros productos vegetales modo, Newsom (1993) argumenta que los datos
(Fig. 3.4). Los implementos de esta serie arqueológica arqueobotánicos indican que la horticultura y una
consisten en artefactos de piedra pulida, hueso, concha y limitada arboricultura fueron iniciadas por los grupos
caracol. Algunos de los sitios característicos de esta presaladoides (o arcaicos). Propone que los grupos
tradición son Coroso, Puerto Rico; Krum Bay, Islas arcaicos pudieron familiarizar a los Saladoide con los
Vírgenes; Jolly Beach, Antigua; Boutbois, Martinica y recursos de las islas como por ejemplo, a través de la
Ban W ari Trace y Ortoire, Trinidad. Los sitios Ban W ari transmisión del conocimiento de los tipos de suelo
Trace y Ortoire, en la actual isla de Trinidad, son las productivos, precipitando así la adaptación de estos
ocupaciones Ortoiroide más antiguas de Las Antillas últimos al ambiente insular (Newsom 1993: 321-323).
Menores, con fechados cercanos al 5230 a.C. (Rouse et
al. 1985 citado en Rouse 1992: 62). En los sitios
Ortoiroide, los metates y las manos de formas
irregulares, así como las manos cónicas, atestiguan el
consumo de alimentos vegetales “silvestres” (Rouse
1992: 63, las comillas son mías). La presencia de manos
cónicas revelan también la influencia tardía de los
Casimiroides en los sitios Ortoiroides del este de Las
Antillas; Cayo Kofresí, sitio localizado en la costa sur de
Puerto Rico, parece haber sido según Rouse (1992), una
frontera Casimiroide-Ortoiroide ya que se han
encontrado artefactos asociados con ambas tradiciones.
49
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
de almidones aplicado en herramientas líticas de Maruca Maruca (e.g., corozo, uva playera [Coccoloba uvifera])
y Puerto Ferro, ponen de manifiesto por primera vez, y y la presencia de almidones de semillas, de raíces y de
de manera contundente para Las Antillas, que los grupos tubérculos junto a tejidos parenquimatosos relacionados
humanos que habitaron estos lugares –por lo menos por Newsom (1998b) con los pertenecientes a las raíces
desde ca. 1290 a.C.– debieron estar utilizando uno o tuberosas, deja pocas dudas sobre la producción
varios sistemas de producción de plantas (e.g., huertos intencional de plantas exógenas y la recolección
caseros y parcelas físicamente modificadas), además de sistemática de plantas antillanas como parte de sus
practicar la pesca, la cacería de pequeños mamíferos, la estrategias adaptativas en estos entornos. No se resta
recolección de vegetales y de fauna invertebrada importancia a la presencia de plantas como el ausubo o
(Narganes 1991; 2004). Se pudo establecer de manera el níspero (el último de procedencia centroamericana) en
preliminar que, en términos de plantas, su sistema de uno de los sitios estudiados (M aruca), pero se acentúa la
subsistencia fue mixto en ambos sitios, en el cual la aparente utilización de recursos, tanto endógenos como
siembra y colecta de raíces, de tubérculos (y tallos) exógenos, producidos y/o recolectados en Vieques y
locales y foráneos fue intercalado con la siembra y Puerto Rico.
colecta de semillas, de frutas locales y foráneas también.
Se han realizado también otro tipo de investigaciones
La presencia de plantas domesticadas (maíz, yuca y botánicas recientemente en Puerto Rico. Es el caso del
algún tipo de frijol), así como de otros cultivos (batata, estudio de un núcleo de sedimentos del Holoceno llevado
yautía, ñame y achira o gruya), señala con bastante a cabo en la Laguna de Tortuguero, ubicada en la costa
firmeza que la práctica de los huertos caseros y/o la norte de la isla. En este estudio se analizaron partículas
creación de “pequeñas” parcelas agrícolas estuvieron de carbón de un núcleo de sedimentos de
operando en o antes de ca. 1290 a.C. en ambos lugares. aproximadamente 8 m de profundidad, mismo que
Estos datos, junto con algunos macrorestos botánicos que presenta un rango de ca. 4000 años calendáricos de
se han recabado en Maruca (posiblemente corozo historia sedimentaria y de ocurrencia de fuegos en la
[Acrocomia media], tortugo [Sideroxylon sp.], sapodilla costa norte de Puerto Rico. Lo interesante de los
[M anilkara sp.], M alvaceae y fragmentos no resultados obtenidos gira en torno a la posible ingerencia
identificados de tubérculo; ver Newsom y Pearsall, 2003) humana en los factores de cambio que se reflejan a través
ofrecen bases adicionales para sustentar un panorama de del tiempo. En el análisis efectuado a los sedimentos que
producción vegetal más amplio (Cuadro 3.1). corresponden a las fechas entre 4010 y 2610 a.C. (Zona
1), se observó una mínima presencia de carbón y un bajo
En los casos antes referidos, las plantas identificadas índice de sedimentación, lo que sugiere que los índices
sugieren un sistema de subsistencia vegetal parecido al de erosión y la ocurrencia de incendios para el área eran
de ciertos grupos acerámicos centroamericanos y bajos o poco frecuentes (Fig. 3.5). Los fragmentos de
suramericanos (e.g., Aguadulce en Panamá y Peña Roja madera en estos sedimentos confirman que hubo
en Colombia). La posible explotación de elementos vegetación arbórea en la periferia de la laguna, junto con
florísticos antillanos como parte de la dieta de la gente de gramíneas y ciperáceas (Burney et al. 1994).
Cuadro 3.1 Plantas identificadas en sitios arqueológicos del periodo I (periodo arcaico), ¿Ortoiroide-Casimiroide? (ca.4000-400 a.C.)*
C ueva M aría de Persea am ericana, Pouteria cam pechianum C utler (en R ouse y A legría 1990 );
la C ruz, P uerto semilla
R ico (¿C asimiroide-O rtoroide o una distinta
tradición cultural?)
M aruca, P uerto cf. Acrocom ia m edia; cf. C anavalia sp.; cf. C occoloba sp.; D ioscorea sp.; Ipom oea batatas; N ew som 1998b; madera, semilla,
R ico Legum inosae-Papilionoideae (frijol común); M alvaceae; cf. M anihot esculenta; Sideroxylon tejido parenquimatoso
foetidissim um ; Palm ae; cf. Suriana sp.; Xanthosom a saggitifolium , cf. Xanthosom a violaceum ; Pagán Jiménez et al. 2005; gránulos de
Zea m ays; Parenchymatous tissue (2 probl. tubérc.) almidón (¿C asimiroide-O rtoiroide o
una distinta tradición cultural?)
50
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
P uerto F erro, cf. Acrocom ia m edia, C anna sp., cf. Ipom oea batatas, Legum inosae (frijol cumún), cf. Pagán Jiménez et al. 2005; gránulos de
V ieques, P uerto Legum inosae-Papilionoideae, cf. M anihot esculenta, Zam ia portoricensis, Zea m ays almidón (¿C asimiroide-O rtoiroide o
R ico una distinta tradición cultural?)
H ichm ans’ M anilkara o Sideroxylon sp., O enothera sp. N ew som 1993; semilla
Shell, N evis (O rtoroide)
T wenty H ill y Argem one m exicana, C eltis iguanaea, D ipholis sp., M anilkara o Sideroxylon sp., Zanthoxylum N ew som 1993; semilla y madera
Jolly B each, sp. (O rtoiroide)
A ntigua
K rum B ay, St. Acacia sp., C onocarpus erecta, C lusia rosea, Ficus sp., Laguncularia racem osa, M anilkara N ew som 1993, Pearsall 1983; semilla y
T hom as sp., M astichodendron foetidissim um , Portulaca sp., Tabebeuia sp. madera
(O rtoiroide)
cf. = adjudicación de taxa más parecida o cercana; * D atos adicionales obtenidos de N ew som y Pearsall 2003 .
Figura 3.5 Diagrama de carbón y litología del núcleo de sedimentos de Laguna Tortuguero (Adaptado de Burney et al. 1994, Figura 3).
Un evento significativo fue registrado en los sedimentos fluctuaciones de índices de carbón pueden explicarse
correspondientes al 2610 a.C. (Zona 2-A), momento en como naturales en el caso de ambientes altamente
que los rastros de carbón, principalmente de gramíneas estacionales y con la ausencia de la ingerencia humana,
aumentan significativamente. Pero los valores más altos el incremento de carbón en la secuencia está altamente
de la totalidad de la secuencia se producen ca. 1690 a.C. relacionado con la aparición de grupos humanos en el
(Zona 2-B), momento en que el área parece haber área. Para el 2610 a.C., momento de alteraciones
oscilado de bajos a altos índices de incendios en un lapso significativas en el registro de carbón de la Laguna
corto; hubo un incremento de carbones de gramíneas y Tortuguero, las primeras poblaciones arcaicas asociadas
de otros elementos botánicos. Posteriormente los índices con el sitio conocido como Angostura (¿era lítica/arcaica
de carbón disminuyeron drásticamente en el periodo o una distinta tradición cultural?, ca. 4010-3500 a.C.) se
cercano a 1990-1690 a.C. (Zona 3). Al final de este estaban movilizando por el área. Aun cuando este dato se
periodo, se observa un aumento de carbón, posiblemente desconocía en el momento en que se hizo el estudio en
derivado de recursos arbóreos, pero en general a partir de Tortuguero, hoy se puede apoyar la suposición de
este momento los índices se mantienen bajos hasta ca. Burney et al., quienes habían manifestado que este
460 d.C. (Zona 4). cambio en el registro se pudo deber a un nuevo factor en
el ambiente de Puerto Rico , los incendios
Lo interesante de estos datos es que en los intervalos con antropogénicos. Entre 2610 y 1690 a.C. la actividad de
presencia significativa de carbón, la costa norte de incendios se mantuvo en un alto índice mientras los
Puerto Rico estaba siendo ocupada por las primeras grupos arcaicos del norte de la isla se desplazaban por el
poblaciones humanas en el territorio. Aunque las área. Esto refuerza en cierto sentido lo planteado por
51
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Newsom (1993) y por Pagán Jiménez et al. (2005) en temprana y se basan principalmente en aspectos de
cuanto a las prácticas agrícolas (u hortícolas) que presión demográfica; otros modelos enfatizan la
pudieron estar desarrollando los grupos arcaicos mucho disponibilidad o carencia de recursos necesarios para la
antes de la llegada de los primeros grupos agroceramistas agricultura y las posibles consecuencias que motivan la
a las islas del norte de Las Antillas. presión demográfica y la capacidad límite de carga de las
regiones estudiadas para sostener poblaciones humanas.
Por otra parte, es interesante notar que posterior al 1690 Prácticamente todos estos modelos fueron propuestos
a.C., disminuyen los índices de carbón sin que exista una antes de que existieran datos paleoetnobotánicos
lógica explicación para esto. Burney et al. sugieren que, concretos para los distintos periodos culturales
ante la falta de otros indicadores que puedan servir para precolombinos antillanos; sin embargo no dejan de tener
dar explicaciones alternativas, es posible que un clima importancia para las explicaciones de los posibles
más seco haya podido provocar que hubiera menos procesos migratorios ocurridos hacia Las Antillas.
bioma susceptible de ser incendiado o que las estrategias
de explotación y/o la población humana pudieron Roe (1989) sugiere que los grupos indígenas se
cambiar. Un factor intrigante es el aumento aislado de desplazaron a través de Las Antillas debido a una
carbones arbóreos detectados en el final de la Zona 3 del situación de empuje (hostilidades entre grupos)
núcleo de sedimentos, que incrementa a niveles similares provocada por la sobrepoblación y por la escasez de
a los del periodo 2610-1990 a.C. Este hecho, recursos para la subsistencia. Según Roe, cada isla fue
aparentemente aislado y distinto al patrón registrado para colonizada en la medida en que los grupos fueron
el periodo anterior, puede deberse a un cambio en las forzados a crear nuevos asentamientos para mantener los
estrategias de explotación de los grupos que habitaban el niveles de población dentro de las limitaciones de los
área ( ?arcaicos”). No obstante, otra posible explicación ambientes insulares y de las demandas del sistema
del incremento único de carbones arbóreos puede primario de la siembra de yuca (Manihot sp.). Como
deberse a una forma de interacción con el ambiente más consecuencia de las hostilidades por lograr control sobre
organizada o mejor estructurada. Los fechamientos áreas con mejores recursos, algunos grupos comenzaron
radiocarbónicos del sitio arqueológico costero Maisabel, a dispersarse en busca de nuevas áreas que permitieran
en el actual municipio de Vega Baja y relativamente la subsistencia. Este modelo plantea entre otras cosas,
cerca de la Laguna Tortuguero, indican que por lo menos una sobrecarga de los sistemas de abasto como
desde el 250 a.C. se estableció un asentamiento consecuencia del exceso de población que provoca,
Saladoide antecedido por uno Huecoide, según se refleja como resultado, el desplazamiento humano hacia
en la separación vertical documentada en la estratigrafía ambientes no saturados y con disponibilidad de recursos.
del sitio (Rodríguez Ramos 2001; Siegel 1992). Esta Una vez agotados estos nuevos recursos se crea un
información no explica el por qué de los cambios ambiente de restricción similar al anterior (tanto social
detectados en la secuencia de carbón a partir de 2610 como ambiental) que provoca nuevamente el
a.C., aunque la “estabilidad” de índices reflejada en el desplazamiento humano en busca de otros ambientes
registro de la Zona 3 comienza a alterarse por medio de susceptibles de explotación. Roe percibió una rápida
suaves incrementos en el final de esta sección del núcleo migración a través de las islas por parte de los primeros
(Fig. 3.5). Esto permite suponer una posible relación grupos indígenas, y esto como consecuencia del intento
entre el suave/moderado incremento de carbones en por mantener una adaptación típica de tierra firme en los
periodos anteriores al 460 d.C. y posteriores al 1690 a.C. contextos ambientales isleños.3
con el arribo de los grupos Huecoide y Saladoide al área.
En este sentido, posiblemente la agricultura (horticultura
La era cerámica temprana, culturas Huecoide y según el autor) y otros sistemas de procuramiento de
Saladoide (ca. 550-500 a.C.-870 d.C.): primeras alimentos practicados por estos primeros grupos
migraciones agroceramistas ceramistas al entrar al marco antillano, parecen haber
sido similares a los que practicaron en tierra firme, en
Antes de presentar la evidencia arqueobotánica recabada ambientes más amplios que los insulares. Los primeros
para esta era, se exploran varios modelos que han sido sistemas agrícolas introducidos en Las Antillas junto con
propuestos para explicar las motivaciones del la supuesta siembra de la yuca, pudieron provocar ciertos
movimiento de los grupos agroceramistas hacia las islas desequilibrios en el entorno natural estimulando así un
y/o la naturaleza de la expansión una vez comenzada acelerado agotamiento de los suelos cultivables. 4
(e.g., el ritmo de expansión, ubicación de los
asentamientos, base de recursos)(Newsom 1993). En Otros investigadores habían sugerido anteriormente que
algunos de los modelos se hace énfasis en los el sistema de roza y quema, posiblemente introducido
movimientos humanos ocurridos durante la era cerámica por los primeros grupos ceramistas, tuvo que sufrir
52
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
modificaciones para que fuera un sistema eficiente en el nuevamente el principal estilo de vida ribereño.” (Siegel
nuevo marco insular, donde las limitaciones geográficas 1991: 86).
y físicas eran más marcadas que en tierra firme. Es por
esto que Veloz (1977; 1978) introdujo una serie de Según Siegel, la colonización de Las Antillas forma parte
conceptos para intentar explicar los posibles cambios que de un largo proceso en el que la flexibilidad fue un
sufrió el sistema de cultivo de roza una vez hubo componente integral en las estrategias adaptativas de las
desplazamientos humanos hacia Las Antillas. sociedades amerindias de las tierras bajas de
Suramérica.“Es probable que los Saladoide de tierra
Según inferencias de Veloz Maggiolo, firme estuvieran preadaptados, en cierto sentido, al
territorio insular. Los viajes en canoa, por ejemplo,
(...) es posible suponer que si bien los pobladores de pudieron ser una destreza altamente desarrollada como
selva tropical arribaron a Las Antillas en el siglo II consecuencia de su vida ribereña.” (Siegel 1991: 86).
o III antes de Cristo, debieron, por motivo de la
pequeñez de las islas menores, idear sistemas
basados en el cultivo de roza que permitieron una Los modelos sugeridos por Roe, Veloz Maggiolo,
regeneración de los lugares afectados por la Keegan y Siegel son de gran interés debido a que
lateralización de los suelos. El cultivo de roza relacionan la presión demográfica y los desplazamientos
atenuado se materializa debido a que en el caso humanos con la posible hostilidad provocada por la
antillano, el cultivo de las pequeñas islas desborda el competencia hacia los recursos y con la sobrecarga de los
marco demográfico, la capacidad de regeneración de
sistemas de abastecimiento. Los primeros grupos
los suelos, y se inicia un proceso de amortización del
ceramistas que entraron a Las Antillas parecen haber
sistema de roza, atenuándose el mismo con un
incremento de productos de origen marino que seguido aprovechando sistemas agrícolas y de
continuó hasta los últimos días de la ocupación procuramiento similares a los que utilizaron en tierra
precolombina de Las Antillas.” (Veloz Maggiolo firme, pudiendo crear así desequilibrio (por las
1977: 38). limitaciones isleñas) en los diferentes ambientes
explotados. Debido a las diferencias ecológicas entre las
Otros modelos, como el propuesto por Keegan (1985, zonas tropicales de tierra firme y las islas antillanas,5
1992), ubican a la presión demográfica como factor estos primeros grupos ceramistas se asentaron en el
principal para el desplazamiento de los grupos humanos interior y las zonas costeras de las islas, con
de una isla a otra, una vez que se introdujeron al contexto características ambientales parecidas a las de tierra firme,
insular. En este caso la disponibilidad de los recursos posiblemente buscando aplicar, entre otras cosas, los
necesarios para la subsistencia se redujo y como conocimientos agrícolas ya adquiridos en otros confines
resultado de esto, los grupos Saladoide tuvieron que continentales. Esta situación pudo provocar que el
asentarse en la próxima isla grande para comenzar a potencial ecológico de las islas pequeñas fuera
explotar los nuevos recursos. A pesar de esta noción agotándose debido a que tuvieron que aprovechar
“determinista”, Keegan sugiere que en el momento en además recursos no agrícolas (e.g., plantas silvestres,
que la presión demográfica excedió la capacidad de la fauna silvestre y doméstica) para compensar los
región para mantener una población, los grupos pudieron desniveles de la producción agrícola que se supone
incrementar la producción intensificando su base experimentaron una vez que entraron al ambiente insular.
tecnológica o pudieron desplazarse espacialmente a Para explicar lo anterior, algunos investigadores sugieren
través de la colonización de nuevos territorios (Keegan que los grupos Saladoide tempranos se asentaron
1985: 43). principalmente en el interior de las islas, donde se ha
observado un énfasis aparente en la explotación de
A partir de los modelos presentados por Roe y Keegan, recursos terrestres (de France 1989; Haviser 1997). Así,
Siegel (1991) formuló su modelo de migración basado han planteado también que los sitios Saladoide
principalmente en las ideas de flexibilidad y oportunismo tempranos estaban localizados cerca de recursos de agua
observadas etnográficamente en las adaptaciones de las y suelos hipotéticamente mejores para la producción de
tierras bajas del noreste de Brasil. Al igual que otros cultivos (Newsom 1993: 15).Como consecuencia, se ha
investigadores, cree que la competencia por los escasos, sugerido que los grupos Saladoide fueron cambiando la
pero atractivos espacios ribereños de las tierras bajas de fuente de proteína en su dieta que consistía
Suramérica, provocó hostilidades a gran escala entre principalmente de vertebrados y cangrejos terrestres
grupos compitiendo por la tierra. “Entonces, un grupo (aunque no se considera el consumo vegetal) a una
que pierde las mejores tierras de los ríos en una ronda de basada en peces marinos y moluscos; de este modo, se
competencia puede retomar la adaptación selvática inter desprende de los estudios arqueológicos, que hubo un
fluvial. Tiempo después el mismo grupo puede tener la incremento de sitios arqueológicos de la fase Saladoide
oportunidad de desplazar a otro grupo del río obteniendo tardío en las zonas costeras de las islas. 6
53
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Por su parte, Haviser (1997) ha sugerido que los grupos momentos clave para la historia antigua antillana.
de la era cerámica temprana 7 se extendieron
rápidamente a través del archipiélago antillano en el Evidencias arqueobotánicas del periodo II-a y b
cuarto y quinto siglo a.C. Conforme a datos analizados (agroalfareros I y II): Huecoide y Saladoide
en su trabajo, parece que estos grupos tempranos se
enfocaron más hacia las costas del noreste de Las A lo largo de poco más de veinte años de investigación
Antillas menores y al este de Puerto Rico; las paleoetnobotánica en Las Antillas se ha recopilado gran
ubicaciones más frecuentes de los grupos ya cantidad de información concerniente a la interacción de
mencionados fueron los llanos costeros donde hubo grupos humanos y plantas en los distintos periodos de
disponibilidad de agua fresca y buenos suelos para la ocupación y en diferentes ambientes naturales isleños.
horticultura. Según Haviser, los grupos de la era
No se intenta aquí comprimir todo lo producido hasta el
cerámica temprana estab lecieron patrones de
presente, pero sí se retoman aquellos datos que son más
asentamiento hacia el interior y las costas en algunas de
las pequeñas islas del norte, posiblemente, por razones significativos para la presente investigación.
tanto sociales como económicas. Otros aspectos, como
Las evidencias arqueobotánicas acumuladas hasta el
los factores de presión demográfica, no son considerados
para explicar el rápido movimiento de los grupos presente traen a la luz nuevas propuestas acerca de estos
cerámicos tempranos en el territorio insular, pero apunta periodos culturales y del tipo de relación que pudo existir
el investigador que los eventos ocurridos durante la era entre los grupos humanos y las plantas (Cuadro 3.2). La
cerámica temprana prepararon al Caribe para el siguiente ubicuidad de taxa en diversos sitios arqueológicos (e.g.,
efecto mayor regional en patrones de asentamiento: “la tortugo, cuero de sapo [Maytenus sp.], zapote
explosión poblacional”, sello característico del periodo [Sapotaceae], espina rubial [Zanthoxylum sp.]) ha
pos-saladoide. permitido plantear un patrón de uso de plantas bastante
Algunos de los modelos presentados sugieren definido para los periodos (o periodo) en cuestión (véase
indirectamente que los primeros grupos ceramistas que Newsom y Pearsall 2003: 370-375). Los restos
arribaron a Las Antillas pudieron practicar algún tipo de carbonizados de madera de diversos árboles sugieren
horticultura o agricultura aprendido en Suramérica. Estos cierta preferencia de algunos de ellos para su uso como
modelos toman como base las características físicas (i.e., material combustible y/o constructivo. Se han detectado
tipos de suelo, topografía) y ecológicas (i.e., estuarios, en algunos sitios de la era cerámica temprana semillas de
ríos, manglares, bosques) presentes en y cerca de los hierbas, de tipos de frutas de pulpa blanda, y maderas de
asentamientos cerámicos tempranos investigados. Otros árboles que permiten inferir la práctica de la
elementos considerados son la presencia de determinados arboricultura y la horticultura, aunque por otro lado, no
objetos, como los fragmentos de burén que siempre se hay suficientes elementos para determinar que otros
han relacionado con el cultivo de la yuca. sistemas agrícolas más sofisticados como la creación de
campos artificiales y/o roza y quema, entre otros, hayan
Sobre este aspecto es necesario mencionar que las sido utilizados.
explicaciones ofrecidas pueden ser de cierta utilidad para
explicar desplazamientos humanos por los distintos La ocurrencia de semillas de hierbas y de otras plantas
territorios antillanos. Aún así, en los casos mencionados arvenses detectadas en contextos arqueológicos de esta
se obvian otros factores como es la percepción simbólica era, parece indicar la utilización de campos alterados o
de los grupos humanos hacia los nuevos entornos, factor artificiales. A diferencia de los componentes
que pudo incidir fuertemente en el éxito o fracaso de los principalmente herbáceos identificados en el periodo
procesos adaptativos que evidentemente ocurrieron en el arcaico, entre 550-500 a.C.-600 d.C. la diversidad de
transcurso de las migraciones humanas que se han arvenses (algunas comestibles) es mayor en los
tratado de comprender. Por esto y otros aspectos más, asentamientos Huecoide y Saladoide (incluyendo
como es la falta de evidencia arqueobotánica en los malva/escoba [Malvastrum sp.], verdolaga, hierbas
modelos planteados, se entiende que las migraciones [Poaceae], verdolaga de hoja ancha [Triathema
agroceramistas hacia Las Antillas no fueron portulacastrum]). Esta tendencia va incrementando en
culturalm ente hom o géneas; así, tuvieron que mayor cantidad de sitios a lo largo del periodo Saladoide
desarrollarse distintas estrategias adaptativas que y disminuye hacia la fase final del mismo. Hasta el
respondiesen a problemas culturales y/o ambientales presente las plantas domesticadas no han sido
particulares. La paleoetnobotánica, misma que ha documentadas en depósitos Huecoide y Saladoide, pero
provisto un cuerpo más completo de datos y que cobró sigue siendo razonable inferir que la horticultura o
auge posterior a la aparición de los modelos que se han agricultura de raíces fue practicada durante estos
expuesto, ha proporcionado nuevos elementos que periodos si se consideran la presencia de herramientas
comienzan a conformar un panorama más detallado de como los burenes y la microlítica relacionada con los
las posibles condiciones ecológicas y culturales en guayos (Newsom y Pearsall 2003:399).
54
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
Cuadro 3.2 Plantas identificadas en sitios arqueológicos del periodo II-a y b (agroalfareros I y II), Huecoide / Saladoide (ca. 550 a.C. - 870 d.C.)
H ichm ans’, Am yris sp., Bourreria sp., C occoloba, cf. Eugenia, G uacicum sp., H ippom ane m ancinella ?, cf. N ew som 1993, 1998b; semilla y
N evis M ahihot esculenta, Sideroxylon,, M aytenus, Piscida, Zanthoxylum sp. madera
(Saladoide temprano/tardío, post-
saladoide)
G olden R ock, C eltis iguanaea, C roton nitens, Erithalis fruticosa, G uaiacum officinale, M aytenus/Rhacom a, N ew som 1992b y 1993 ; semilla y
St. E ustatius Piscidia carthagenensis, Piscidia piscipula, Rubiaceae, Sapotaceae(D ipholis sp), Suriana madera
m aritim a, Zanthoxylum (2 tipos) (Saladoide temprano)
W indward M aytenus ( elliptica ), cf. Pithecellobium sp. N ew som y Pearsall 2003; semilla y
B luff, madera
M ontserrat (Saladoide temprano)
T rants, cf. Am yris elem ifera, Bourreria sp., C aesalpin o M im osoideae, C occoloba, cf. C ordia sp.,C roton N ew som y Pearsall 2003; semilla y
M ontserrat sp., cf. D ipholis salicifolia, cf. Erithalis fruiticosa, cf. Erythroxylum , G uaiacum sp., G uettarda, madera
H ibiscus sp., M aytenus, Piscidia carthagenensis, Pisonia sp., Portulaca sp., Psidium guajiva, (Saladoide temprano, existe
Sapotaceae, Trianthem a portulacastrum , Zanthoxylum sp. componente Huecoide)
H ope E state, cf. Annonaceae, C aesalpinia sp., C eltis sp., G uaiacum sp., M alvaceae sp., Sideroxylon sp., N ewsom 1993; N ewsom y
St. M artin M aytenus sp., Poaceae sp., Portulaca sp., Sapotaceae sp., Verbena sp. M olengraaff 1999; semillas y
madera
(Huecoide/ Hope Estate I)
Es claro que la información arqueobotánica existente de esos sistemas han sido catalogados como extensivos
para las ocupaciones Huecoide y Saladoide son escasas. (i.e., sistema de roza y quema combinado posiblemente
Las plantas económicas que pudieron ser importantes con huertos caseros y arboricultura) o intensivos (i.e.,
para propiciar el éxito adaptativo de los grupos sistema de llanos inundables como los descritos para la
mencionados en las islas no han podido ser isla M arajó y Parmana). Por lo tanto, con la evidencia
documentadas hasta la fecha. Existe información que que se tiene hasta el momento, sólo es posible decir que
tentativamente sugiere prácticas agrícolas comúnmente los primeros grupos agroceramistas que arribaron a Las
asociadas con sistemas de subsistencia de bosques Antillas pudieron acceder a cualquiera de los sistemas
tropicales (horicultura, arboricultura, huertos caseros), agroeconómicos que estaban siendo utilizados en
pero las mismas no son suficientes como para interpretar Suramérica en el momento en que se movilizaron hacia
de manera coherente los procesos relacionales y las islas.
adaptativos de grupos aparentemente continentales en
entornos isleños. Se señaló en párrafos anteriores que La era cerámica intermedia y tardía (ca. 400/600-
para el momento de los despalzamientos humanos 1521 d.C.): conformación y consolidación de
agroceramistas hacia Las Antillas, en Suramérica se cacicazgos
practicaban diversos sistemas agroeconómicos con
diferentes potencialidades y recursos botánicos. Algunos Las series Troumassoide, Suazoide y Ostionoide como
55
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
han sido definidas por Rouse (1992) representan desde el 500-600 d.C. hasta el 1500 d.C. Para este
ocupaciones humanas posteriores a las Huecoide y extenso periodo, se han detectado cambios notables en
Saladoide. En Las Antillas Menores se manifestó los patrones de asentamiento, en la organización de los
primeramente la cultura Troumassoide (500-600 d.C.), lugares (asentamientos), de los locales (i.e., viviendas,
para lo cual se ha planteado, por ejemplo, que los plazas) y en la organización social, por lo que se ha
habitantes de Martinica se expandieron de la parte argumentado que las sociedades ceramistas de la región
noreste de la isla hacia el árido sector sureste (Rouse pasaron de un estadio de igualitarismo (sugerido para las
1992:128). Allí, aparentemente comenzaron a depender ocupaciones Huecoide y Saladoide temprano) a uno
más de la pesca y de la labranza y menos de los caciquil (en desarrollo durante las ocupaciones
productos recolectados en los bosques lluviosos (Allaire episaladoide, Santa Elena, Ostiones y M eillac)
1977: 312-313; 1991 en Rouse 1992). Como dato evidenciado en la cultura Taina (e.g., ocupaciones
adicional se señala para esta serie la presencia de burenes Esperanza, Capá, Boca Chica, etcétera) durante el
con patas y de husos cerámicos, los que para Louis periodo de contacto indo- europeo (véase Curet 1996;
Allaire sugieren el incremento de la producción de 1998; Curet y Oliver 1998; Rodríguez López 1992).
algodón debido a que esta planta crecía bien en el seco
sureste de Martinica (Rouse 1992: 129). Evidencias arqueobotánicas: Troumassoide, Suazoide,
Ostionoide
Posteriormente, durante la ocupación Suazoide (ca. 1000
d.C.), los habitantes de Martinica abandonaron Los sitios con ocupaciones Troumassoide/Suazoide (en
completamente el noreste de la isla y se asentaron en el Las Antillas Menores) y Ostionoide (e.g., Santa Elena,
sureste (Allaire 1991 en Rouse 1992:129). Durante este Ostiones, Esperanza, Capá, Boca Chica) donde se han
periodo (periodo III de Rouse [1992]), se continuaron realizado estudios paleoetnobotánicos se muestran en el
utilizando los burenes con patas y los morteros de piedra Cuadro 3.3. El sitio Heywoods en Barbados, que es
los cuales, junto con otros artefactos, son diagnósticos de Troumassoide/Suazoide, cuenta con la presencia de
la serie. varias plantas que se reportan también en otros sitios de
la tardía era cerámica de Las Antillas (e.g., higüera
Durante las ocupaciones Ostionoide (600-1521 d.C.), [Crescentia sp.], eugenia [Eugenia sp.], Palmae sp.). La
aparentemente hubo un incremento poblacional, presencia de esos restos botánicos en algunos de los
principalmente entre las islas de Sotavento hasta Cuba sitios Ostionoide puede sugerir cierto patrón de uso
Central, siendo en estas áreas donde se desarrollaron las extendido de algunas plantas en Las Antillas M enores y
subseries Elenan Ostionoid, Ostionan Ostionoid, Mayores, independientemente de las diferencias
Meillacan Ostionoid y Chican Ostionoid según el cronológicas y culturales existentes entre las
esquema de Rouse (1992), con cronologías que van tradicionesTroumassoide/Suazoide y Ostionoide.
Cuadro 3.3 Plantas identificadas en sitios arqueológicos de los periodos III y IV (agroalfareros III y IV), Troumassoide, Suazoide y Ostionoide (ca. 450-1500 d.C.)
H eywoods, Bignonia sp., C rescentia sp., cf. C eiba sp., cf. D rypetes sp., Eugenia sp., H ippom ane D rew ett et al. 1993; N ew som 1993;
B arbados m ancinella, Palm ae N ew som y Pearsall 2003; madera
(Troumasoide/Suazoide)
T runk B ay, Avicenia(?), Bignoniaceae, C eiba pentandra, C eltis iguanaea N ew som 1993; madera
Saint John (Saladoide/O stionoide) - se desconoce a que
afiliación cultural específica pertenecen los
restos identificados.
A klis, Saint cf.Am yris sp., Bourreria/C apparis/C roton, cf. C roton sp.,Bursera sim aruba, N ew som 1997d; madera, semilla, hongo
C roix Sapotaceae/Euphobiaceae, “Fungi” (Saladoide/O stionoide) - se desconoce a que
afiliación cultural específica pertenecen los
restos identificados.
56
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
Indian C astle, Am yris sp., C eltis sp., cf. C roton sp.,cf. Eugenia sp., G uaiacum sp., Piscida sp., cf. N ew som 1998b; madera y tejidos
N evis Zanthoxylum sp.; unidentified parench. dense(2)-loose(1) parenquimatosos
(O stionoide temprano)
Sulphur Am yris sp., Bourreria sp., C occoloba uvifera., G uaiacum sp., M aytenus sp., cf. C eltis N ew som 1998b; madera
G haut, N evis sp., cf. H ura sp., cf. Rutaceae (O stionoide temprano)
T utu, Saint Acacia sp., Am yris elem ifera, Bourreria sp., cf. Byrsonim a sp.,C assine xylocarpa, N ew som y Pearsall 2003; madera, semilla,
T hom as C henopodium sp., cf. C hrysobalanus sp., C roton sp., Ficus sp., cf. G ossypium sp., tejido parenquimatoso
G uaiacum sp., M alvastrum sp., M alva / Sida sp., M anilkara/Sideroxylon sp.,Panicoid (Saladoide/O stionoide) - se desconoce a que
sp., Papilionoid sp., Passiflora sp., Piscida carthagenesis, Portulaca sp., Psidium afiliación cultural específica pertenecen los
guajava , cf. Phyllanthus sp., cf. Savia sp., Solanum sp., Talinium sp., Zea M ays; tejido restos identificados.
parenquimatoso y raíz/tubérculo
L uján I, Bucida sp.; Sapotaceae (Sideroxylon); M aytenus sp.; Psidium cf. guajava; Piscidia cf. N ew som 1999; madera
V ieques, carthagenensis; Sterculeaceae; cf. Picram nia; cf. Bixa orellana/D iospyros sp.; Bourreria (O stionoide temprano [M onserrate/Santa
P uerto R ico cf. succulenta; Andira cf. inerm is; cf. C roton; C apparis sp.; C ordia cf. nitida; Eugenia Elena])
cf. confusa; Exostem a cf. caribaeum ; Am yris cf. elem ifera; cf. K rugiodendron sp.; cf.
N ectandra sp.; cf. Randia sp.; cf. Zanthoxylum sp.
B arranzas, cf. Abutilon / H ibiscus sp., cf. Andiria sp., Annona sp., Aracaceae, cf. Aspidosperm a sp., N ew som 1995c; N ew som y Pearsall 2003;
P uerto R ico Bursera sim aruba/Byrsonim a sp., cf. C rescentia cujete, C roton sp., G uazum a ulm ifolia, madera, semilla, tejido parenquimatoso
cf. G ym nanthes sp., cf. H yeronim a sp./G enipa am ericana, H ypoxis sp., cf. (Saladoide/O stionoide) - se desconoce a que
Inga/Pithecellobium , Lonchocarpus sp., M alva/Sida sp.,M anilkara/Sideroxylon sp., afiliación cultural específica pertenecen los
Panicoid sp., cf. Trem a sp.; tejido parenquimatoso restos identificados.
E l B ronce , Annona sp., Aracaceae, cf. Andira sp., Boraginaceae, C apparis sp., C henopodium sp., Pearsall 1985; N ew som y Pearsall 2003;
P uerto R ico C occoloba uvifera, C onocarpus erectus, C rescentia sp./Tabebuia sp., C roton sp., cf. madera, semilla
D esm odium sp., Erythroxilum sp., Exostem a sp.,cf. Fabaceae, G uaiacum sp., Ipom oea (O stionoide)
sp.?, M alvastrum sp., Panicoid sp., Portulaca sp., Tecom a stans
E l F resal , C henopodium sp., cf. Ficus sp., H ypoxis sp., O enothera sp., Passiflora sp., Pouteria sp., N ew som 1988, 1993; madera, semilla
P uerto R ico Rubus sp., Sideroxylon sp. (O stionoide [O stiones/M onserrate/Santa
Elena/Esperanza/C apá])
M aisabel , cf. C rescentia cujete, cf. Ficus sp., M ontezum a grandifflora, Pouteria sp., Trianthem a N ew som 1993; N ew som y Pearsall 2003;
P uerto R ico portulacastrum madera y cáscara de fruta
(Saladoide/O stionoide)
P O -38, P uerto C arica papaya, C henopodium sp., cf. C leom e sp., H ypoxis sp., cf. Inga/Pithecellobium , N ew som 1991, 1993, 1995b; madera, semilla
R ico Sideroxylon sp., O enothera sp. (Saladoide/O stionoide)- se desconoce a que
afiliación cultural específica pertenecen los
restos identificados.
L a T rocha, Anacardiaceae, Bignoniaceae, Bourreria sp., cf. D esm odium sp., cf. Ficus sp., H ypoxis N ew som 1997b; madera, semilla, tejido
P uerto R ico sp., M anilkara/Sideroxylon sp., M aytenus sp., O enothera sp., cf. O xandra sp., parenquimatoso, restos de tubérculo
Palm aceae, Pouteria sp.,Rutaceae, Tianthem a portulacastrum ; restos de tubérculo? (O stionoide [O stiones/C apá])
F inca V alencia, Annona sp., Acrocom ia m edia, Bignoniaceae, Bixa orellana, C henopodium sp., N ew som 1997c; madera, semilla, tejido
P uerto R ico C rescentia cujete, cf. D esm odium sp., Euphorbiaceae, Fabaceae (leguminosa silvestre y parenquimatoso, restos de raíz o tubérculo
guamá),, H ypoxis sp., cf. Labiatae, M anilkara/Sideroxylon sp., M ontezum a grandifflora, (O stionoide [O stiones/C apá])
O enothera sp., Palm aceae, Passiflora sp., Poaceae, Solanum sp., Trianthem a
portulacastrum ; resto de raíz o tubérculo (yuca?), cáscara (calabaza?)
T ibes, P uerto Acacia spp., Andira inerm is, Aniba spp., Bourreria sp., Bucida buceras, cf. Byrsonim a C uret y N ew som 1997a y 1997b; madera
R ico sp., cf. C issus sp., cf.C hrysophyllum sp., C ordia spp., C rossopetalum sp.,D ipholis sp., (Saladoide, O stionoide [M onserrate/Santa
Exostem a sp., G uazum a ulm ifolia, G ym inda sp., G ym nanthes lucida, Inga spp., Elena])
Leucaena spp., Licaria spp., M aytenus sp., M ontezum a speciosissim a, cf. M ouriri sp.,
O cotea spp., Pithecellobium spp., cf. Piptadenia spp., Randia sp., cf. Rubiaceae, cf.
Suriana m aritim a,Torralbasia sp., cf. Trichilia sp.
SR -1 (C ueva C alathea allouia, cf. C anavalia sp., D ioscorea sp., Ipom oea batatas, Legum inosae Pagán Jiménez 2003b, 2004; gránulos de
de los (frijol), M anihot esculenta, cf. M aranta sp. Xanthosom a saggitifolium , cf. Xanthosom a almidón
m uertos), undipes, Zam ia am blyphyllidia, Zea m ays (O stionoide [O stiones modificado]: ca. 900-
P uerto R ico 1300 d.C .)
U tu-27 (F inca cf. Acrocom ia m edia, cf. Bixa orellana, C alathea allouia, cf. C anavalia sp., D ioscorea Pagán Jiménez 2003b, 2004; gránulos de
N elo V argas), sp., Ipom oea batatas, Legum inosae (frijol), M anihot esculenta, cf. M aranta sp., almidón
P uerto R ico Xanthosom a saggitifolium , cf. Xanthosom a undipes, Zam ia am blyphyllidia, Zea m ays (O stionoide [C apá]: ca. 1400-1430 d.C .)
57
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
“E n Bas cf. Abutilon/H ibiscus sp., Am aranthus/C henopodium sp.,Annona sp., Avicennia N ew som 1985, 1997a; N ew som y D eagan
Saline”, H aití germ inans, Bum elia sp., C apsicum sp., cf. C olubrina sp., C onocarpus erectus, 1994; N ew som y Pearsall 2003;
D ipholis/C hrysophylum sp., cf. Eugenia sp.,Fabaceae,G enipa/G ossypiosperum , cf. madera, semilla, tubérculos carbonizados
G uazum a ulm ifolia, H ura crepitans, H ypoxis sp., cf. Inga sp., cf. Lauraceae, M anihot (O stionoide [Boca C hica])
esculenta, M anilkara sp., cf. M elicoccus bijugatus, M etopium /O cotea, M yrtaceae,
O enothera sp., Palm ae, Panicoid sp., cf. Pinus occidentalis, Portulaca sp., Psidium
guajava, Rhizophora m angle, Solanum sp., Trianthem a portulacastrum , Zanthoxylum
sp., Zea M ays
M acam bo II, Ipom oea batatas, Legum inosae (cf. Phaseolus sp.), cf. Xanthosom a sp., Zea m ays R odríguez Suárez y Pagán Jiménez 2005;
C uba gránulos de almidón
(O stionoide: ca. 1200-1600 d.C .)
T hree D og, C onocarpus sp., C roton sp., Erythroxylon sp., Exostem a sp., G uaiacum sp., Berman y Pearsall 2000; madera, semilla,
B aham as M anilkara/Sideroxylon sp., cf. Xanthosom a sp., cf. Zam ia sp., 2 tejidos porosos tejido, gránulos de almidón
(fragmentos de raíz o tubérculo). (no afiliado- O stionoide? [Palmetto, 800-900
d.C .])
cf. = adjudicación de taxa más parecida o cercana
Asimismo, a partir del inicio de la era cerámica tardía de las plantas pudieron ser tanto alimenticios como
(periodo III-a o agroalfareros III), comienza a maderas para combustibles (Newsom 1998a: 46).
incrementar la presencia de arvenses en los contextos
arqueológicos estudiados. Es el caso de las verdolagas Las semillas y otros macrorestos de plantas que parecen
(T. portulacastrum), planta que se documenta en mayor representar elementos alimenticios, son más abundantes
cantidad de sitios respecto a periodos anteriores. De en los depósitos tardíos si se comparan con los datos
igual forma, otras plantas de la familia de los pastos obtenidos para las más tempranas ocupaciones
(Poaceae), además de plantas como el coquí (Hypoxis Ortoiroide y Saladoide (Newsom y Pearsall 2003; ver
sp.), los amarantos (Amaranthus sp.) y/o quenopodios Cuadros 3.1 a 3.3); los restos macrobotánicos
(Chenopodium sp.), ocurren en mayor frecuencia de identificados en los sitios Ostionoide muestran la
sitios que en periodos anteriores. Los incrementos utilización de mayor diversidad de plantas y árboles que
señalados, que responden al aumento en la cantidad de las ocupaciones anteriores. La producción de plantas
sitios en que ocurren las plantas, llegan a su punto más alimenticias estuvo dirigida a determinada taxa y
alto en los sitios arqueológicos de periodos tardíos que aparentemente fue incrementándose en la medida en que
se han estudiado (e.g., ?En Bas Saline”, Finca Valencia la horticultura y la producción de cultivos se hicieron
y Tutu). Se señala aquí que entre la fase Saladoide tardío más importantes durante las ocupaciones de la era
y el inicio de las ocupaciones Ostionoide (y cerámica (Newsom y Pearsall 2003: 399).
Troumassoide/Suazoide), hubo una disminución en
cuanto a la diversidad de plantas arvenses. En siete de los sitios Ostionoide en los que se han
Posteriormente aumentan los niveles de diversidad y identificado componentes culturales tardíos (tradiciones
ocurrencia de estas plantas hasta llegar a su punto más Ostiones modificado, Esperanza, Capá o Boca Chica), se
alto (i.e., en mayor cantidad de sitios) en los momentos han encontrado tejidos parenquimatosos que se asocian
finales de la era cerámica antillana. con los de tubérculos, rizomas o raíces comestibles.
Además, en cinco de los sitios (Utu-27 y SR-1 en Puerto
Por lo menos dos de los sitios considerados en esta Rico; En Bas Saline en Haití; Macambo II en Cuba y
sección son claramente Ostionoide temprano 8, siendo los Tutu en Saint Thomas) se han identificado plantas como
más antiguos de esta tradición que han sido objeto de la yuca, la batata, la guáyiga o marunguey (Zamia sp.), la
estudios paleoetnobotánicos. Los restos arqueobotánicos yautía, el lerén (Calathea allouia), el ñame (silvestre), el
identificados en los sitios Indian Castle y Sulphur Ghaut achiote (Bixa orellana), el frijol y el maíz, entre otras
en Nevis, muestran una importante ubicuidad de algunas plantas de gran valor alimenticio.
plantas durante esta temprana ocupación Ostionoide en
las islas de Sotavento del Norte (Cuadro 3.3). En el sitio Originalmente, se pensaba que muchas de las plantas
Indian Castle se recuperaron varios fragmentos de tejido antes mencionadas, habrían sido introducidas luego de
parenquimatoso que coinciden fuertemente con las primeras irrupciones agrocerámicas a Las Antillas.
especímenes de yuca (Manihot sp.). En fin, se puede Los estudios paleoetnobotánicos fundamentados en los
inferir que la producción de alimentos para este periodo restos m acro botánicos comenzaron a generar
de tiempo incluye la horticultura, la arboricultura y la información sobre un aparente incremento de plantas
recolección. Además, algunos de los productos derivados domésticas y árboles útiles durante las ocupaciones
58
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
agrocerámicas tardías respecto a los sitios de periodos higüera (Crescentia sp.). Los restos de madera
anteriores. Sin embargo, como fue demostrado en el caso carbonizada han provisto claras indicaciones de la
de dos sitios de adscripción "arcaica" en Puerto Rico y selección de ellas y de la posible preferencia por
Vieques (Pagán Jiménez et al. 2005; ver también Oliver diferente taxa. Por ejemplo, restos de árboles como el
2005; Rodríguez Ramos 2005), algunas de estas plantas guayacán (Guaiacum officianale), algunos mangles y
ya estaban siendo producidas y utilizadas por las leguminosas han sido encontrados frecuentemente en
personas que vivieron en los sitios Puerto Ferro y sitios de Las Antillas Menores y Mayores; la madera de
Maruca. Es pertinente señalar que algunas de las plantas estos árboles poseen una gran densidad que se aproxima
identificadas en los sitios Ostionoide (e.g., lerén, maranta a la de combustibles de alta calidad y además existió una
o yuqilla [Maranta] y marunguey [la especie Zamia abundancia local de dicha taxa, siendo estos elementos
amblyphyllidia]) no han sido reportadas aún en contextos los que condujeron a su uso como combustible, como
acerámicos, lo que podría indicar la existencia de un materiales de construcción y como fuente de resinas,
repertorio culinario vegetal más amplio en los sitios de aceites, frutas y medicinas (Newsom 1998b: 46).
extracción Ostionoide. Cabe destacar que los estudios
realizados en los sitios acerámicos mencionados son Basadas en la información que se tenía hasta hace más o
todavía preliminares, por lo que será necesario menos un año atrás, Newsom y Pearsall (2003)
corroborar, en un futuro, si esta apreciación es correcta. dedujeron que desde el inicio del poblamiento
precolombino antillano se manifestó un sistema dinámico
Sobre la presencia de plantas útiles en los contextos de interacciones en el cual se combinó el
agrocerámicos más tempranos que los Ostionoide (i.e., aprovechamiento de diversos árboles y jardines de
Huecoide y Saladoide), es preciso no descartar que la hierbas con la selección de plantas de la vegetación
ausencia de macrorestos de plantas domesticadas como natural, añadiéndose más tarde las parcelas preparadas
la yuca, la batata, la maranta, el maíz, entre otras plantas para poder cultivar. Ahora, con la información
más, puede deberse a la mala preservación de los tejidos disponible, se puede decir que los huertos caseros y las
parenquimatosos de los tubérculos y de las distintas parcelas de cultivo estuvieron operando desde tiempos
secciones de las semillas. Como se ha podido apreciar, acerámicos (arcaicos) en algunas partes de Las Antillas
los restos macrobotánicos proporcionan información útil (e.g., en Puerto Rico). Esta situación abre la posibilidad
sobre la explotación de recursos madereros, sobre la de pensar que efectivamente existió uno o varios
utilización de los frutos de algunas plantas y sobre los sistemas de subsistencia vegetal dinámicos, en los cuales
cambios de vegetación producto de las actividades el aprovechamiento de maderas, la combinación
humanas en o cerca de los sitios estudiados. En este alimenticia de frutos, raíces tuberosas, tubérculos y
sentido, los estudios de restos microbotánicos que se han semillas más la utilización de pastos (posiblemente
desarrollado recientemente, muestran un espectro de medicinales) hicieron posible, desde un principio, la
plantas distinto al de los restos macrobotánicos, el cual adaptación humana en los entornos antillanos. Aún así,
permite balancear las interpretaciones que hasta ahora se no se puede perder de perspectiva que las características
habían logrado sobre las interrelaciones fitoculturales de dichos sistemas pudo ser variable en los distintos
precolombinas de Las Antillas. Posiblemente, las plantas periodos estudiados, incluso, al interior de los mismos
que ahora se han comenzado a identificar por medio de (en distintas fases) y en diferentes regiones debido a
los estudios microbotánicos (principalmente plantas razones tanto ecológicas como culturales.
alimenticias de gran importancia económica) pudieron
ser parte del repertorio culinario de los grupos humanos Las crónicas: plantas y sistemas agrícolas utilizados
por los indígenas antillanos durante el periodo de
a lo largo de toda la historia precolombina antillana,
contacto indo-europeo
existiendo quizás, diferencias en cuanto a la importancia
de unas sobre otras en determinados momentos, tanto por A veces, los arqueólogos y etnohistoriadores utilizan
constreñimientos u oportunidades ambientales como por trabajos escritos por los cronistas que participaron en la
preferencias culturales. conquista, colonización y expansión imperial europea en
Las Antillas para discutir aspectos de la agricultura que
Algunas de las plantas económicas anteriormente practicaron los grupos indígenas que habitaban el
mencionadas, junto con otras más que han sido territorio. Los datos obtenidos de las crónicas que se
identificadas en los contextos precolombinos tardíos relacionan con la agricultura precolombina también han
(Cuadro 3.3), fuero n d o cum entados por los sido curiosam ente utilizados para extrapolar
colonizadores europeos; entre ellas se encuentran el acríticamente prácticas agrícolas y uso de plantas a
pimiento o ají (Capsicum sp.), la guanábana (Annona periodos anteriores a 1492 es decir, a periodos que
sp.), la guayaba (Psidium guajava), el achiote y la corresponden con la llamada era arcaica (ver Rodríguez
59
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Ramos 2002), la era cerámica temprana (Huecoide y funcionamiento y su aplicación tuvo que generar
Saladoide) y la era cerámica media (Troumassoide, distintos resultados tanto en la cantidad y calidad de los
Suazoide, y Ostionoide tempranos). En las siguientes productos como en el desarrollo de nuevas tecnologías
secciones se presentan algunos de los datos pertinentes para la implementación de ellos.
para caracterizar a la agricultura practicada por los
grupos agrocerámicos tardíos de las islas. En este El sistema de roza y quema fue observado en la isla de la
sentido, se describen ciertas plantas (alimenticias, Española, específicamente “(...) en los bosques de las
materia prima) y las formas de producción de algunas de montañas en donde el terreno era trabajado, quemado, la
ellas durante el momento de la conquista. tierra removida y la yuca plantada en hileras
directamente en la tierra, igual que el maíz” (Fernández
Plantas de Oviedo 1851, tomo I; Tabío 1989). Sobre su
aplicación a la siembra del maíz, Fernández de Oviedo
Los datos obtenidos de las crónicas del momento de la (1851) dice que “(...) cuando lo querían sembrar talaban
conquista en Las Antillas señalan que el alimento básico el monte y después que se había hecho la tala, la
de los pobladores indígenas fue la yuca. Según los quemaban y quedaba la ceniza de todo lo talado, dando
mismos documentos, otras plantas aprovechadas fueron tal temple a la tierra, como si fuera estercolada”. Según
el boniato, batata o patata dulce, el maíz, la yautía o Tabío (1989: 60) los cronistas dejaron poca información
malanga, el lerén, el ají (Capsicum annum o C. acerca del cultivo de roza en Las Antillas M ayores y
frutescens), la guáyiga o marunguey, los frijoles, la piña ofrecieron detalles más completos sobre el sistema de
(Ananas comosus), el maní (Arachis hypogea) y montones, que al parecer había reemplazado al sistema
posiblemente la calabaza (Cucurbita sp.) (Las Casas agrícola ancestral, el cultivo basado en la roza y quema.
1909; Fernández de Oviedo 1851; Tabío 1989).
El sistema de regadío también fue observado durante el
Otro tipo de plantas no alimentarias que fueron periodo de contacto en las Antillas Mayores. La finalidad
aprovechadas por los pobladores de Las Antillas son el de este sistema era la de proporcionar agua a las
maguey (Fourcraea hexapetala / cubensis), la higüera siembras sin depender de las lluvias para poder iniciar
(Crescentia cujete), el henequén (Agave fourcroydes), el las siembras y permitir, de este modo, la posibilidad de
algodón (Gossypium barbadense/hirsutum), la cabuya más de una cosecha anual y también el uso continuo de
(Fourcraea tuberosa), el tabaco (Nicotina tabacus), la la misma superficie de cultivo durante todo el año
cohoba (Anandeanthera peregrina), y la bija o achiote (Sanoja 1997: 37-38). En el caso de Las Antillas al
(Las Casas 1909; Fernández de Oviedo 1851; Pané 1990; parecer estos sistemas fueron bastante sencillos ya que
Tabío 1989). También, los frutos de ciertos árboles no se registran hallazgos arqueológicos de los mismos.
fueron aprovechados durante el periodo mencionado: la
guayaba (Psidium guajava),el mamey (Mammea Los cronistas Fray Bartolomé de Las Casas (1909) y
americana), la guanábana (Annona muricata), el anón Pedro M ártir de Anglería (citado en Tabío 1989),
(Annona squamosa), el hicaco (Chrysobalamus icaco), mencionan la utilización de sistemas de regadío en varias
el caimito (Chrysophyllum cainito), el jobo (Spondias regiones de la Española, específicamente en Azua,
mombin) y el árbol de jagua (Genipa americana). De Yáquimo, el valle de Neiba y Xaraguá, todos éstos
todas las plantas mencionadas anteriormente, algunos localizados en la árida región suroccidental de La
cronistas como Fernández de Oviedo (1851; 1996) y Las Española. Según Cassá (1974: 47) ?nada se sabe acerca
Casas (1909) hacen una relato general de ellas, de los niveles de rendimiento que se obtenían por las
presentando las formas de producción, recolección, comunidades taínas del occidente de La Española que
preparación para consumo y distribución geográfica de practicaron la irrigación artificial (...). En términos
las especies (Tabío1989). globales antillanos o de La Española incluso, la
introducción del riego no supuso un salto de
Sistemas agrícolas (formas de producción) productividad por encima del de los montones, aunque sí
a niveles locales.”
Los sistemas y tecnologías agrícolas utilizados por los
aborígenes antillanos de la era cerámica tardía (del El sistema de montones fue el mejor descrito por los
periodo de contacto indo-europeo) fueron descritos por cronistas citados. Los montones, que eran de tres pies
los cronistas; entre ellos se encuentran el sistema (0.90 m) de alto y unos nueve pies (2.7 m) de
agrotecnológico de roza y quema, el regadío y el sistema circunferencia, eran ubicados en líneas regulares. Con
de montones. Estos sistemas y tecnologías debieron este sistema se retrasó el proceso de erosión, se mejoró
requerir de componentes diferenciados para su el drenaje y se posibilitó un almacenamiento de
60
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
tubérculos maduros en el suelo que hizo factible una de plantas. Ahora, afortunadamente, esa percepción
mejor preservación de ellos (Rouse 1992: 12; Sturtevant comienza a sustentarse con datos directos (Pagán
1961: 73). Se ha planteado también que este sistema Jiménez et al. 2005).
proveyó tierra suficiente en áreas de una capa vegetal
delgada, en donde la tierra suelta permitió un mayor A pesar de que ha comenzado a cambiar la visión rígida
crecimiento de los tubérculos y facilitó el control de que se tenía de estos grupos, como por ejemplo que eran
crecimiento de las malas hierbas (Tabío 1989: 68-69). nómadas, cazadores, pescadores y recolectores (véase
Curet 2003; O liver 2004; 2005; Pagán Jiménez 2005;
Discusión y consideraciones finales Rodríguez Ramos 2005), aún falta realizar más estudios
especializados en contextos arqueológicos de este
Luego del recorrido general que se ha realizado a través periodo. Los restos macrobotánicos recuperados hasta
de los distintos periodos culturales precolombinos de Las ahora han proporcionado suficientes datos como para
Antillas, se hace una recapitulación de algunas de las cambiar esa percepción simple. Pero todavía es necesario
distintas formas de interacción entre grupos humanos y aplicar otras técnicas que permitan recuperar, por
plantas que se han podido documentar. Hasta hace sólo ejemplo, restos microbotánicos con el fin de poder
unos meses atrás se había tenido una visión simplista identificar modificaciones antropogénicas en la
acerca de la interacción de los llamados grupos arcaicos vegetación circundante de los sitios ?arcaicos” 9 o
con las plantas; la presencia de artefactos relacionados identificar plantas económicas, endógenoas o exógenas,
con el procesamiento de plantas sugería que estos grupos que pudieron ser importantes para las economías de
únicamente conocían cierta taxa silvestre y que las ?amplio espectro” de los grupos acerámicos antillanos.
recolectaban para fines principalmente alimenticios. Hoy
se puede decir que algunas culturas arcaicas antillanas Los datos recuperados hasta el presente proporcionan las
seleccionaban maderas para hacer combustibles y que bases para inferir que los llamados grupos arcaicos no
además, contaron en algunos casos con sistemas de sólo mantenían algunas hierbas y árboles cerca de sus
subsistencia vegetal compuestos por plantas domésticas, lugares de acción, sino que dieron inicio a la producción
silvestres y cultivos. Tal situación (la presencia de de alimentos vegetales en Las Antillas. Esta presunción,
plantas domésticas y cultivos) remite necesariamente a la planteada hace tres años (Pagán Jiménez 2002a) y
aplicación de diversas formas de producción utilizadas sustentada con los nuevos datos que ahora se tienen,
por estos grupos antes del arribo de las culturas debe cambiar la generalizada percepción con que se
agrocerámicas Huecoide y Saladoide. Varios de las cuenta acerca de la organización social de los grupos
hierbas identificadas en las muestras arqueobotánicas del acerámicos. Asimismo, se estimula el diseño de nuevos
periodo arcaico parecen ser componentes de huertos proyectos encaminados a conocer las interrelaciones
(Cuadro 3.1); además toda la taxa de hierbas fitoculturales acontecidas en esa época y su impacto en
identificadas representa superficies que fueron alteradas la organización/estructura social de los grupos arcaicos
de una u otra forma, mientras que el hábitat de éstas en toda la región.
parece haberse extendido como consecuencia de la
presencia de asentamientos humanos (Newsom y Pearsall Por otra parte, las evidencias artefactuales, biológicas así
2003). como los modelos migratorios propuestos para explicar
los movimientos de los Huecoide y Saladoide hacia las
Por otro lado, para el periodo arcaico en la costa norte de islas, sugieren que posiblemente se practicó la
Puerto Rico (periferia de la Laguna Tortuguero) (Burney horticultura y la arboricultura, aunque no existen
et al. 1994), se ha sugerido una estrecha correlación elementos que indiquen que formas intensivas de cultivo
entre el aumento de incendios y la actividad humana. fueron practicadas. Más aún, no se conoce realmente
Estos interesantes datos muestran, junto con los datos cuál o cuáles tipos de sistemas agroeconómicos pudieron
arqueobotánicos hasta ahora recabados, que el panorama ser utilizados por los grupos en cuestión. Los niveles de
sociocultural existente en Las Antillas era más dinámico interacción de estos grupos y otros (e.g., Ostionoide) con
y complejo de lo que se había pensado en la arqueología el ambiente insular ha sido amplio tema de debate (ver
antillana. Al inicio de la presente investigación, se los textos relacionados a “the crab/shell dichotomy” 10);
pensaba que las implícitas estrategias de explotación y de no obstante, se ha podido trazar un patrón general de uso
subsistencia sugeridas por los datos de la Laguna de plantas durante la temprana era cerámica,
Tortuguero –junto con los proporcionados por Newsom específicamente para los periodos II-a y b o agroalfareros
(1993)– parecían señalar interacciones encaminadas I y II. La notable ubicuidad de determinada taxa en los
hacia el desarrollo de mecanismos agroeconómicos diferentes sitios arqueológicos, como fue expuesto antes,
fuertemente relacionados con la producción sistemática ha permitido inferir que el uso de ciertas plantas estaba
61
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
extendido en los diferentes microambientes a través de Newsom y Pearsall (2003) han planteado que durante la
las islas y que su presencia y uso no era particular a una era cerámica temprana (i.e., en las distintas ocupaciones
de ellas; las diversas esferas de interacción de los grupos Huecoide y Saladoide) se debieron utilizar sistemas
agroceramistas tempranos parecen haberse extendido en agrícolas de pequeña escala como la horticultura, los
todos los niveles socioculturales y económicos11, huertos caseros (horticultura extensiva de cultivo de
incluyendo lo concerniente al uso y manejo de algunos raíces) y la arboricultura para producir ciertas plantas y
productos vegetales. árboles; por ende infieren que fue durante la era cerámica
media y tardía (transición entre Saladoide y Ostionoide)
Se hace notar aquí que tres sitios arqueológicos en los que los sistemas de subsistencia agrícola fueron
que fueron identificadas ocupaciones Huecoide (Cuadro cambiando a sistemas intensivos de producción de
3.2) presentan una notable corresponencia de taxa y plantas. No obstante, es riesgoso asumir que quizás no
además se observan componentes florísticos de hábitats hubo formas intensivas de producción de plantas
alterados; algunas de las plantas son: mato (Caesalpinia domesticadas y cultivos durante la era cerámica temprana
sp)., guayacán, zapote (Sapotaceae sp.), cuero de sapo, si se considera que sólo se han recuperado y estudiado
verdolaga y espina rubial. A pesar de que algunos de los restos macrobotánicos. En realidad, aún con los datos
restos de dichas plantas se encuentran también en otros con que se cuenta hasta el presente, no se conocen los
sitios Saladoide tempranos y también Ostionoide, se ha componentes tecnológicos y vegetales de los posibles
preferido destacar este dato ya que es precisamente entre sistemas agroeconómicos utilizados durante las distintas
los sitios que presentan el componente Huecoide, donde ocupaciones de las culturas Huecoide y Saladoide.
se puede observar una significativa correspondencia de
taxa. Es posible que los sistemas agrícolas en general hayan
evolucionado de sistemas simples a complejos en áreas
Como fue mencionado en párrafos anteriores, en el que poseen largas secuencias de desarrollos locales o
periodo II (agroalfareros I y II) aparecen los burenes que regionales, como es el caso de la región amazónica o
han sido relacionados principalmente con el cultivo de la Mesoamérica, pero no es adecuado establecer este tipo
yuca. Pero hoy día, no existen evid encias de asociación en regiones y lugares donde
arqueobotánicas que corroboren la utilización de constantemente arribaron grupos humanos que poseían
tubérculos y otras plantas domesticadas como parte de la conocimientos agrícolas adquiridos en otras regiones.
dieta de los primeros grupos agroceramistas en Las Como fue mencionado en secciones anteriores, los
Antillas. Solamente se han reportado dos fragmentos de grupos agroceramistas que arribaron a Las Antillas
posibles tubérculos en Hope Estate, Saint Martin durante la era cerámica temprana (entre ca. 550-500 y
(Newsom y Molengraaff 1999) y once fragmentos 100 a.C.) pudieron estar utilizando sistemas agrícolas
carbonizados en Hichmans’, Nevis. Según Newsom con diversas características (tecnológicas, florísticas) o
(1998b: Tabla 11), algunos de estos restos parecen no ser haciendo combinaciones de éstos para adecuarlos en
antiguos. ambientes con características específicas. La ausencia de
evidencias arqueobotánicas no puede ser el fundamento
La casi total ausencia de restos macrobotánicos de que se utilice para inferir las características de un sistema
plantas como la yuca y otros tubérculos, pero también de agroeconómico en determinado periodo. Como
plantas domesticadas como el maíz en los contextos consecuencia de la falta de estudios paleoetnobotánicos
Huecoide y Saladoide, puede deberse a la preservación enfocados en problemas específicos de la era cerámica
diferencial de los diferentes segmentos anatómicos temprana, se entiende que prevalece una visión
vegetales, si se toma en consideración que los restos de desarticulada y confusa sobre la estructura social y la
las mencionadas plantas han sido recuperados en organización comunitaria de estos grupos, por lo menos
mayores cantidades en contextos de la era cerámica en lo que a las características de la adaptación humana se
tardía. Por otro lado, la diversidad metodológica refiere. Estos factores que poco se conocen para estas
referente a la recuperación de muestras para análisis ocupaciones posiblemente incidieron en el éxito,
paleoetnobotánico, sumado al posible desconocimiento perpetuación y evolución de los procesos de producción
de cómo aplicar métodos eficaces de recuperación de de plantas en Las Antillas precolombinas de la era
muestras en contextos clave, son problemas que deben cerámica.
ser considerados seriamente como factores que pueden
incidir en la no recuperación de ciertos macrorestos de Por otra parte, es evidente la mayor diversidad de plantas
plantas para el periodo en cuestión. durante las distintas ocupaciones Ostionoide en el norte
de Las Antillas, así lo demuestran los restos
Ante la falta de datos arqueobotánicos concretos, arqueobotánicos (macro y microbotánicos) recuperados
62
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
en algunos sitios tempranos y tardíos de esta cultura. Los Three Dog (Bahamas), han proporcionado información
sitios arqueológicos estudiados comienzan a arrojar luz clara de la utilización de plantas domesticadas, silvestres
sobre la presencia de plantas domesticadas relacionadas y cultivos como el maíz, la yuca, la yautía, la
con actividades de subsistencia. Los restos botánicos de guáyiga/marunguey, la batata, los ñames, la maranta, el
yuca, batata, pimiento (ají) y maíz autorizan inferir una lerén, el ají, las palmas, la guayaba, el caimito
continuidad de las prácticas hortícolas que se (Chrysophyllum sp.) y el níspero (Sapotaceae), entre
establecieron en la era cerámica temprana y quizás desde otras. Las plantas identificadas en estos contextos tardíos
la era arcaica (Newsom y Pearsall 2003). Especialmente comienzan a corroborar algunos de los datos
para las ocupaciones Ostionoide temprano, algunos etnohistóricos en los cuales se han abordado diversas
investigadores han señalado un aumento poblacional relaciones entre las plantas y los indígenas de la región
significativo relacionado con procesos de cambios antillana. A pesar de que existe correspondencia entre
políticos intra e interisla.12 De esta manera, los datos algunos (no todos) de los datos antes mencionados, no ha
a r q u e o b o t á n i c o s p e r m i t e n i n f e r i r q u e la s sido positiva la identificación de indicadores confiables
transformaciones sociales y económicas que se piensa que aporten información concreta sobre los sistemas de
ocurrieron durante las ocupaciones Ostionoide producción de alimentos vegetales que fueron utilizados.
intermedias y tardías, tienen sus antecedentes tanto en las
ocupaciones acerámicas como en las Huecoide y Se agrega aquí que la presencia de ciertas plantas
Saladoide, quizás desde que estos arribaron a las islas y arvenses en algunos contextos agrocerámicos tardíos
comenzaron a interrelacionarse entre sí y con otras pueden dar alguna idea sobre los cambios en la superficie
regiones en diversos momentos. terrestre provocados por los grupos humanos, cambios
que se observan desde las ocupaciones Huecoide y
Es necesario hacer notar que uno de los indicadores de Saladoide. Los datos permiten inferir tentativamente que
alteraciones en hábitats, en este caso el conjunto de luego de las ocupaciones Huecoide y Saladoide en Las
plantas arvenses, disminuye en algunos de sus Antillas (i.e., durante las ocupaciones Ostionoide y
componentes luego de la ocupación Huecoide y Troumassoide temprano), los grupos humanos
Saladoide, lo que sugiere un posible cambio o reestructuraron sus formas de producción como se
reestructuración en las formas de producción de plantas mencionó anteriormente; quizás incorporando elementos
a partir de las ocupaciones posteriores (e.g., Ostionoide). diferentes a los de sus antecesores que, en cuanto al
Otra posible hipótesis es que, después de las ocupaciones desarrollo de sistemas de producción de plantas en
H u e co id e y S alad oid e tem prano , ca m b ia ro n particular, no provocaron el crecimiento significativo de
considerablemente las estrategias de subsistencia en arvenses en los lugares donde fueron aplicados.
general comenzando en el Saladoide tardío y Posteriormente, durante las ocupaciones finales de la era
extendiéndose hasta las ocupaciones intermedias cerámica, aumenta significativamente la diversidad de
Ostionoide, después de 1000 d.C. Los datos disponibles arvenses en los sitios arqueológicos estudiados, lo que
hasta el presente no favorecen el que se pueda precisar si permite suponer cambios en las estrategias de
los posibles cambios ocurridos fueron en el nivel de la explotación de plantas entre las ocupaciones
producción de plantas (incremento de tipos de plantas Ostionoide/Troumassoide tempranas y Ostionoide tardío.
útiles diversas) o en la tecnología de producción Estas prácticas pudieron entonces ser nuevos elementos
empleada (cambios en las estructuras operativas de los que estimularon la reorganización y/o cambio
sistemas). Sin embargo, los datos recabados parecen socialcultural necesarios que coincidió o resultó en la
sugerir que en la llamada transición entre los Saladoide estructuración de un nuevo orden político en Las
y Ostionoide hubo más que cambios graduales en la Antillas: el cacicazgo. En este sentido, las formas de
estructura sociocultural de los pueblos que se han producción de plantas de los Huecoide y Saladoide
estud iad o . D esde el punto de vista de la pudieron ser mantenidas mientras que nuevas formas de
paleoetnobotánica, todo parece indicar que hubo un p r o d u c c ió n , c o m o e l c ultiv o d e m o n to n e s
cambio bastante acelerado entre las transiciones de las –aparentemente desarrolladas durante las ocupaciones
culturas Saladoide, ?episladoide” y Ostionoide (ca. 600- posteriores a las Huecoide y Saladoide–, llegaron a su
1000 d.C.), por lo menos en lo que se refiere a las climax en la era cerámica intermedia y tardía (e.g., con
interacciones humanas con el componente florístico de las ocupaciones Ostionoide). Sin embargo, aún con estos
los entornos isleños. datos, para la era cerámica tardía de Las Antillas sigue
siendo necesario la utilización de datos etnohistóricos
Sitios tardíos como Macambo II (Cuba), En Bas Saline hasta que se puedan aplicar diferentes técnicas de
(Haití), SR-1, Utu-27, La Trocha, Finca Valencia y investigación que permitan obtener datos más confiables
Luján I (Puerto Rico y Vieques), Tutu (Saint Thomas) y sobre las formas de producción de alimentos vegetales
63
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
64
Capítulo 3: Grupos humanos y plantas durante la era precolombina antillana. Análisis retrospectivo y del estado de las cosas
que no compensa el esfuerzo de haber vuelto a sembrar.” temprana del 600-1200 d.C. en las Islas Vírgenes y este
Esta explicación, planteada para las islas de Las Antillas de Puerto Rico.
Menores, que son pequeñas en comparación con los
ecosistemas suramericanos, tiene sentido. 9. Se están realizando estudios de paleoetnobotánica
(microbotánica) y paleoambiente en los cuales se intenta
5. Debido al largo aislamiento de Las Antillas respecto analizar las condiciones ecológicas y culturales en torno
a la tierra firme, originalmente las primeras tenían una a las distintas ocupaciones precolombinas de Puerto Rico
e m p o b re cid a fauna terre stre nativa. Algunos (e.g., Siegel et al. 2001) y Vieques (e.g., Sara et al.
investigadores (e.g., M organ y W oods 1986, Pregill y 2003) (véase también Pagán Jiménez et al. 2005).
Olson 1981), al describir la fauna terrestre antes y
después del arribo de humanos, han provisto claras 10. Refiérase a la nota 6 del presente capítulo.
evidencias de que las especies nativas disminuyeron en 11. Las evidencias arqueológicas de los distintos
el tiempo como resultado de cambios ambientales, sobre- asentamientos Saladoide de la era cerámica temprana
explotación y alteración de hábitats. Las diferencias distribuidos en Las Antillas, muestran grandes similitudes en
ecológicas entre Suramérica y Las Antillas se reflejan en cuanto a la configuración espacial intra e intersitios,
la disponibilidad diferencial de recursos faunísticos. A confección, decoración y usos de cerámicas, bases dietéticas,
diferencia de Suramérica, en Las Antillas no existieron etcétera, lo que permite inferir prácticas culturales semejantes
grandes animales terrestres para el momento de arribo de en cuanto a organización social.
los primeros grupos humanos; por otro lado los
diferentes hábitats disponibles en Las Antillas, aunque en 12. Investigadores como Miguel Rodríguez (1992)
muchos casos son parecidos a los de la costa norte de argumentan que entre las ocupaciones Saladoide tardío
Suramérica, son evidentemente más reducidos en y Ostionoide hubo un aumento en densidad poblacional
extensión. Por esto algunos investigadores sugieren que y éste se refleja en un aumento de sitios arqueológicos en
los ricos suelos de las islas altas (al norte) fueron más las ocupaciones Ostionoide. A pesar de que hubo
propensos para cultivar (Petersen 1997; Roosevelt 1980; cambios demográficos para los periodos en cuestión, es
Veloz Maggiolo 1977 y 1978), un factor que condujo a necesario aclarar que cuando habla de explosión
los cultivadores tempranos a asentarse principalmente en poblacional o densidad poblacional se está refiriendo a
islas como Grenada, Saint Lucia, Martinica, Guadalupe, lo que otros como Childe (1973 en Manzanilla 1983) o
Montserrat, Nevis, Saint Kitts, Saint Eustatius y Saint Adams (1955 en Manzanilla 1983) definen como
M artin. Otras islas menos fértiles y más áridas como “aumento poblacional”. Esto quiere decir que en el
Anguila y Barbuda, fueron aparentemente obviadas por momento en que la población aumenta por encima del
las oleadas de los cultivadores tempranos. límite que puede ser mantenido por la tierra disponible,
el excedente demográfico funda un poblado nuevo
6. Sobre las aparentes diferencias dietéticas producidas (Manzanilla 1983: 23). Hasta el presente se han realizado
por las distintas estrategias de subsistencia practicadas por lo menos tres investigaciones en Puerto Rico que
por los grupos Saladoide tempranos, tardíos y consideran los indicadores de tamaño y número de
Ostionoides existen varios textos que abordan el tema, habitantes relacionados con las unidades habitacionales
mejor conocido como “the crab/shell dichotomy”. Véase para calcular la densidad poblacional (e.g., Curet 1992).
a Susan de France (1989), Christopher Goodwin (1979), Sin embargo, estos estudios no dan explicaciones
W illiam Keegan (1989), James B. Petersen (1997), e alternativas sobre otras posibles razones que expliquen
Irving Rouse (1992). por qué se crearon mayor cantidad de asentamientos
durante las ocupaciones pos-Saladoide; explicaciones
7. Haviser llama “Early Ceramic” a las cerámicas alternativas, como por ejemplo aspectos de conflictos
tempranas sin pintura, particularmente con puntuaciones (sociales en general) intrasitios que estimulan la creación
en zonas. Esta manifestación cerámica representa a un de nuevos asentamientos por parte de un sector de una
grupo horticultor antiguo que proviene probablemente de población existente, han sido vagamente atendidos. Hay
las Guyanas; sus orígenes son más antiguos que los que recordar que en el estudio de patrones de
Saladoides y Huecoides y se encontraban en un estado de asentamiento en general, existen problemas a la hora de
desarrollo transicional entre los niveles arcaicos y ver la contemporaneidad de distintos sitios, por lo que no
cerámicos (Haviser 1997:59). Utilizado el concepto de se sabe si el incremento en número de asentamientos en
“Early Ceramic” de manera menos específica se puede un periodo y/o fase particular está relacionado con
agrupar en él al complejo cultural Huecoide. aumento poblacional o si se debe al abandono y
construcción de un nuevo asentamiento (i.e., movilidad)
8. Tradición cultural Ostionoide: 500/600-1500 d.C. en por parte de un mismo grupo de personas o un sector de
las islas de Sotavento del Norte y tradición Ostionoide ellos.
65
Capítulo 4 Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
En este capítulo se muestran las características físicas y quedaron expuestas. Las Antillas Menores forman el arco
ecológicas generales de las distintas escalas geográficas volcánico más largo del Océano Atlántico occidental (ca.
que se consideran con el fin de visualizar las posibles 850 km.) mientras que el archipiélago de las Bahamas
condiciones naturales que pudieron concurrir con la posee el mayor número de islas calizas en todo el
movilidad de los primeros grupos agroceramistas hacia hemisferio occidental (W atters 1998).
Las Antillas. Posteriormente se desarrolla una
descripción y análisis, tanto de la cultura material como El área caribeña se sitúa en los trópicos, donde las
de los sitios arqueológicos que aquí se estudian, pero temperaturas promedian unos 27° C. Éstas varían por la
desde el punto de vista de las trayectorias biográficas de altitud en las áreas con mayores cadenas de montañas
los objetos, de los espacios y de los lugares. La idea es como es el caso de Centroamérica y partes del norte de
mostrar un escenario en el que la cultura material y los Suramérica, donde comúnmente se hace la diferenciación
espacios de acción Huecoide puedan ser vistos en el entre la tierra caliente para las tierras bajas, tierra
contexto de los procesos culturales que dan sentido a templada para las tierras sobre los 750 metros y tierra
tales elementos. fría para las áreas sobre los 1,800 metros (W atters 1998).
En Las Antillas, la exposición y las características
Las Antillas en América topográficas diversas afectan la precipitación,
produciéndose en consecuencia, sistemas ecológicos
Las islas antillanas se encuentran ubicadas en el Mar secos (subtrópicos) en tierras bajas principalmente
Caribe, también conocido como Mar de Las Antillas. costeras, y sistemas ecológicos húmedos (trópicos
Este cuerpo de agua constituye el principal elemento húmedos) en tierras más altas como es el caso de la
natural de la región y cuenta con una superficie de Sierra de Luquillo en Puerto Rico.
aproximadamente 1,950,000 km≤. Al Mar Caribe lo
delimitan dos archipiélagos: Las Antillas Mayores en el La línea costera caribeña del norte de Suramérica
norte y Las Antillas Menores en el este. Dos masas presenta un marcado contraste entre las húmedas
continentales hacen lo propio en el sur (norte de condiciones de la Cuenca de Magdalena en las tierras
Suramérica) y en el oeste (Centroamérica y parte de bajas de Colombia y el árido clima de las costas de
Norteamérica). Las corrientes oceánicas fluyen primero Venezuela. Las condiciones húmedas prevalecen a través
de este a oeste, entrando a través de Las Antillas de la mayor parte de las islas caribeñas, donde las
Menores y saliendo por el Golfo de México (véase Fig. condiciones son muy parecidas a las de Centroamérica
2.1 en el capítulo 2). La extensión de cada archipielago con la excepción de aquellas islas con poco relieve
y las islas específicas que los constituyen no siempre son (W atters 1998).
consistentes en la literatura de la región. Por ejemplo, a
pesar de que las Islas Vírgenes son, desde el punto de Las áreas costeras de la Cuenca del Caribe ofrecen una
vista geológico, parte integral de Las Antillas Mayores gran variedad de recursos naturales y materia prima que
donde las islas son de mayor tamaño, en muchas fueron significativos para las poblaciones precolombinas
ocasiones se consideran parte de Las Antillas M enores en las islas y en tierra firme (Petersen 1997; W atters
como consecuencia de su limitada extensión territorial. 1998). Algunos de estos recursos son las maderas de
Por otro lado, las Bahamas son consideradas usualmente mangle, la fauna marina costera, estuarina, de arrecifes;
como islas caribeñas a pesar de que están técnicamente minerales como el cobre, el oro y rocas como el pedernal
fuera de las fronteras o límites del Mar Caribe (W atters utilizadas para la confección de herramientas. La sal, por
1998). Todas las islas caribeñas son oceánicas, es su parte, parece haber sido ampliamente intercambiada
decir, nunca han estado unidas a ningún continente a través de Las Antillas Mayores (W atters 1998).
excepto algunas islas del sur como Trinidad, Margarita
y Aruba. Las Antillas M ayores poseen las series de rocas En cuanto a la fauna terrestre, existen características
más antiguas y complejas que están litológicamente contrastantes entre tierra firme y las islas. En tierra firme
alteradas, es decir, son las rocas que poseen las los grandes mamíferos como los venados y pécaris
características geológicas más heterogéneas en Las siempre fueron estimados por ser importantes suplidores
Antillas. de proteínas. En cambio, la fauna terrestre de las islas se
limitaba a pequeños roedores y reptiles como las iguanas
Por lo general, Las Antillas Mayores son consideradas (Petersen 1997). Esta escasez de grandes mamíferos
como de origen sedimentario y forman parte de una estuvo, en cierto modo, balanceada por la riqueza de los
extensión montañosa sumergida. Las Antillas Menores recursos marinos y costeros. Las islas, al igual que otras
por su parte, incluyen un arco interno de islas volcánicas costas caribeñas, han compartido la característica de
emergentes y un arco discontinuo hacia el este que está poseer aguas poco profundas que permitieron el
compuesto por islas volcánicas más antiguas. Estas islas desarrollo de manglares y formaciones de arrecifes con
anteriormente estuvieron sumergidas, posteriormente sus abundantes poblaciones de peces, moluscos y
fueron cubiertas por depósitos de carbonato y luego crustáceos.
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
68
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
La Provincia de los Llanos Costaneros es la de menor actualmente con vegetación típica de “bosques
extensión y comprende las áreas de producción agrícola subtropicales secos”. En éste último sitio, el clima es
más importantes de la isla. En sus franjas alargadas o semiárido (subtropical) debido a que las masas de aire y
triangulares radican las más importantes ciudades del nubes pasan por la mitad norte de la isla de Vieques en
país. Esta provincia se caracteriza por su superficie dirección a la isla de Puerto Rico (hacia el este).
relativamente llana y por su origen sedimentario. Casi
todos los llanos costeros de la isla se originaron a raíz del Ambos sitios arqueológicos, anteriormente poblados o
desgaste o erosión de las montañas del interior, por lo villas, se debieron ver afectados por los vientos alisios
que las llanuras o valles costeros (llanos aluviales en su debido a su ubicación geográfica. Los vientos alisios son
mayoría) están formados principalmente de materiales vientos planetarios que soplan desde las calmas
como grava, arena y residuos vegetales que son subtropicales. Estas últimas (las calmas subtropicales),
continuamente arrastrados por las corrientes de los ríos son áreas de alta presión que se dirigen hacia las calmas
(Toro-Sugrañes 1999). ecuatoriales, es decir, hacia áreas de baja presión. Los
vientos alisios no soplan directamente desde el norte
Los llanos costeros de la isla son muy parecidos entre sí, debido a que son desviados por la característica rotación
aunque existen ciertas diferencias como son sus formas de la tierra (Toro-Sugrañes 1999). En Las Antillas y en
y extensiones, su composición de suelos y el drenaje. Los Puerto Rico, los vientos llegan desde el noreste y, tras su
llanos costeros del norte y del sur son los más extensos recorrido sobre el mar, recogen humedad. Esta humedad
y alargados. En cambio, los llanos costeros del este y del es generalmente captada por la Cordillera Central de
oeste son triangulares, estando frecuentemente rodeados Puerto Rico aunque a veces, como resultado de ciertos
por montañas. Es en el llano costero del este donde se factores climáticos atípicos que ocurren en la región, los
encuentra el sitio arqueológico Punta Candelero, mismo vientos pueden llegar desde el este o el sureste
que se estudia en la presente investigación. A su vez, el provocando así que haya sequedad y altas temperaturas
sitio arqueológico La Hueca, que se encuentra en la isla en la isla.
de Vieques, se sitúa en un conjunto de pequeñas terrazas
aluviales que fueron configuradas por los eventos En el caso del área de Punta Candelero, los vientos
fluviales (de baja y alta energía) del Río Urbano. alisios proporcionan suficiente humedad haciendo
posible que la vegetación de esa área mantenga sus
En cuanto al clima, un factor importante es la condiciones subhúmedas. Por otro lado, en el área donde
distribución desigual de las lluvias. Del mismo modo en se encuentra el sitio arqueológico La Hueca los vientos
que la precipitación pluvial varía por temporadas, hay alisios dejan la humedad que contienen, pero no en la
también variaciones que dependen del área donde sección sur (donde se ubica La Hueca), sino en las
ocurren tales precipitaciones. Cerca de El Yunque montañas que se encuentran en el centro y norte de la isla
–componente orográfico de la Sierra de Luquillo– el de Vieques.
promedio anual de precipitación es de aproximadamente
4000 mm (Rávalo et al. 1986; Toro-Sugrañes 1999). En El factor viento, así como otros fenómenos atmosféricos,
cambio, algunos lugares del llano costero del sur son aspectos de suma importancia no sólo para Puerto
registran sólo 1060 mm o menos. Debido a la presencia Rico y sus islas municipios, sino también para el resto de
de la Cordillera Central –que corre de este a oeste en la Las Antillas. Por la situación geográfica de las islas
parte central de la isla– la sección centro-norte de Puerto antillanas, los vientos alisios afectan durante todo el año
Rico es mucho más húmeda que la respectiva sección del y los huracanes 1, que se forman en puntos cercanos a la
sur. Las sierras provocan la descarga de las nubes que costa noroeste de África, afectan a las islas entre los
entran por la parte norte del sistema montañoso, pero meses de junio y noviembre. Los huracanes son vientos
cuando llegan al sur, las nubes y las masas de aire ya no giratorios en forma de remolino que se mueven en
contienen la humedad que tuvieron cuando entraron a la dirección contraria a las manecillas de un reloj y
isla por el este-noreste. El sitio arqueológico Punta alrededor de un área de baja presión que se conoce como
Candelero, ubicado en la costa este de Puerto Rico, se vértice u “ojo”. Los huracanes llevan consigo vientos de
encuentra en el llano costero del este como fue señalado, hasta más de 200 km por hora (kmp/h) y se desplazan
donde la vegetación actual es típica de los bosque comúnmente en dirección oeste-noroeste (Toro-Sugrañes
subhúmedos tropicales. El clima es “subhúmedo 1999).
tropical” ya que las masas de aire cargadas de humedad
entran por el este-noreste de la isla. A su vez, el sitio Los dos sitios arqueológicos que aquí se estudian se
arqueológico La Hueca se encuentra, como ya se encuentran en lo que se ha denominado la “antesala” de
mencionó, en la porción suroeste de la isla de Vieques, los huracanes que llegan desde el Atlántico y que corren
sobre una serie de terrazas aluviales que cuentan en dirección oeste-noroeste hacia Puerto Rico. Los tres
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
El sitio arqueológico “La Hueca” Figura 4.2 Puerto Rico y los sitios arqueológicos Punta Candelero y
Sorcé/La Hueca (ca. 300 a.C.-100/200 d.C.).
70
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
Sobre este aspecto, e independientemente de la pudieron caracterizar la región. Por tal razón, se utiliza
clasificación que se le haya dado actualmente a los en este trabajo el sistema Holdridge de Zonas de Vida
suelos donde se ubica el sitio La Hueca, se coincide aquí (Holdridge 1947; 1967), ya que permite un acercamiento
con la descripción que ha realizado Bonnet (1977), ya más satisfactorio a las posibles condiciones ambientales
que refleja la realidad sedimentaria del lugar. Los suelos que pudieron caracterizar al área de La Hueca en
que se han podido registrar en gran parte del sitio son momentos anteriores al actual. Este sistema ha sido
arenosos, con un contenido mínimo de arcilla y ricos en aplicado en estudios paleoetnobotánicos de otras islas
material orgánico (10 yr 3/3-4/2: horizonte Ap). Este antillanas (Newsom 1998b) y, aunque no proporciona
suelo se circunscribe a una capa de aproximadamente 30 datos concretos (precisos) para periodos de tiempo
cm de grosor en los puntos que fueron muestreados como particulares, sí ofrece una aproximación más fehaciente
parte de algunos procedimientos auxiliares de esta que la que proporciona las cambiantes características
investigación. Bajo dicha capa se registraron suelos con biofísicas del área hoy día.
contenidos equilibrados de arena, arcilla y grava (diorita,
cuarzo, feldespato y mica) que en conjunto posee colores En el sistema Holdridge se utilizan principalmente cuatro
de entre 10 yr 4/4-4/6. En general, los suelos presentes variables que luego son confrontadas con un esquema de
en la superficie del sitio arqueológico poseen buena zonas de vida desarrollado para el propio sistema. Las
permeabilidad y profundidad, tienen una consistencia variables son: biotemperatura, latitud/longitud, altitud
que oscila entre suelta y semicompacta (dependiendo de (snm) y precipitación anual. Según el sistema Holdridge,
la cantidad de humedad disponible) y poseen una notable el área del sitio La Hueca se caracteriza por un clima de
fertilidad natural. Algunas de estas características, muy bosque seco semiárido subtropical, dato que concuerda
parecidas a las de otras series (e.g., Cataño), son con lo planteado por Picó (1969) y que difiere del
consideradas como idóneas para el cultivo de plantas sistema de clasificación de bosques (modernos)
tuberosas, arbustos frutales y plantas como el maíz. El desarrollado por Little y W adsworth (1995) como se
mayor problema de este tipo de suelos, específicamente muestra adelante.
en regiones subtropicales como esta porción de la isla de
Vieques, es que una vez se remueve la vegetación Little y W adsworth (1995) definen ocho tipos de
superficial rápidamente comienza a crecer vegetación regiones de bosques para Puerto Rico y realizan una
“invasora” (e.g., bayahonda o mezquite [Prosopis descripción de los árboles comunes para éstas. Las
juliflora]). regiones son: 1) bosque costero húmedo, 2) bosque
costero seco, 3) bosque calizo húmedo, 4) bosque calizo
Otros suelos depositados en la periferia del asentamiento seco, 5) bosque de cordillera bajo, 6) bosque de
de La Hueca pertenecen a la serie Vieques, del orden cordillera alto, 7) bosque de Luquillo bajo y 8) bosque
Inseptisols (Bonnet 1977; Lugo-López et al. 1995). Esta de Luquillo alto (para ver descripciones de la vegetación
serie, que consiste de suelos arenosos orgánicos, ha sido de cada tipo de bosque véase a Little y W adsworth
utilizada para la siembra de caña, tabaco, algodón y piña. 1995:13-14).
Los suelos poseen una alta fertilidad natural y buena
permeabilidad, son muy abundantes en la isla de Vieques Con fundamento en las regiones definidas por los autores
(Vieques franco; Vieques franco, fase coluvial; Vieques antes mencionados, la costa este de Puerto Rico,
franco, fase ondulante; Vieques franco, fase escarpada) incluyendo las islas de Vieques y Culebra, se define
y en conjunto cubren áreas de aproximadamente 12,549 como bosque costero húmedo, donde las especies más
acres (ca. 5,019.6 hectáreas o 38.12% del área total de la comunes son:
isla). Al igual que los suelos del sitio arqueológico, estos
también tienden a favorecer el crecimiento de plantas 1) palma de corozo (Acrocomia media)
invasoras una vez se remueve la vegetación y tierra 2) avispillo, cigua o laurel (Nectandra coriacea)
superficial. 3) mago, toporite (Hernandia sonora)
4) algarroba (Hymenaea courbaril)
5) moca (Andira inermis)
Zona de vida: el ambiente florístico 6) palo de pollo (Pterocarpus officinalis)
7)cenizo espinozso (Zanthoxylum martinicense)
Es conocido que las actuales condiciones fisiográficas 8) maría (Calophyllum calaba)
presentes en los sitios arqueológicos y sus periferias no 9) mamey (Mammea americana)
reflejan necesariamente las características del área en 10) guayaba (Psidium guajava)
11) ausubo (Manilkara bidenta)
tiempos precolombinos. Es muy probable que los
12) tortugo (Sideroxylon foetidissimum)
disturbios (humanos, físicos y biológicos) acontecidos en
13) péndula (Citharexylum fruticosum)
la superficie terrestre a lo largo del tiempo, hayan 14) capá amarillo/blanco (Petitia dominguensis)
modificado las condiciones naturales “originales” que 15) roble blanco (Tabebuia heterophylla)
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
16) jagua, genipa (Genipa americana) 5) mamey (Mammea americana) - nativa de México y
17) palo de cucubano (Guettarda scabra) Centroamérica *
18) tintillo (Randia aculeata) 6) jobo (Spondias mombin) - nativa de América tropical
7) aguacate (Persea americana) - nativa de México y
En los últimos 24 años, las especies de árboles y arbustos Centroamérica
8) quenepa (Melicoccus bijugatus) - nativa de Colombia,
que estuvieron y están presentes en los terrenos del sitio
Venezuela y Guyana *
arqueológico La Hueca y su periferia han variado
8) limón agrio (Citrus aurantifolia) - nativa de las Indias
considerablemente de aquellas características para la Orientales
zona. Es obvio que no siempre estos listados van a 10) mangó (Mangifera indica) - nativa de Asia tropical,
coincidir de manera fiel y exacta en puntos particulares específicamente la India o el este de Vietnam
de regiones específicas, pero es necesario señalar que el 11) bayahonda o mezquite (Prosopis juliflora) - nativa de
grado de similitud o diferencia entre estos listados o América subtropical y tropical *
clasificaciones y la población vegetal actual de un punto 12) pajuil (Anacardium occidentale) - nativa de América
geográfico específico puede indicar niveles o grados de tropical, introducida en tiempos precolombinos según Little y
Wadsworth (1995: 288)
disturbio acontecidos en el área bajo estudio. Asimismo
13) anón (Annona squamosa) - nativa de América tropical
la comparación entre los datos provenientes de ambas
* = aún presentes en el sitio arqueológico
fuentes puede estar indicando divergencias florísticas en
una escala microespacial respecto a la vegetación Transformaciones “C”
descrita para la región (Fig. 4.4).
El sitio arqueológico Sorcé/La Hueca ha sufrido una
serie de transformaciones culturales (“c”) que han
afectado el contexto arqueológico en los
horizontes más superficiales. Sobre estos terrenos
se cultivó la caña de azúcar, lo que sugiere que el
proceso de arado por bueyes (el único tipo de
arado registrado en el área) pudo afectar, como
mínimo, los primeros 20 cm del horizonte
superficial. Otro tipo de impacto ha sido causado
por saqueadores, quienes afectaron grandemente
los depósitos Saladoide X y Y (Fig. 4.5).
También, la construcción de una carretera y un
camino de tierra, afectaron partes de los depósitos
“ZT B ” y “ P ” , H ue coide y S ala doide
respectivamente. En el caso de ambos depósitos,
la remoción de tierra para construir el Camino
Sorcé provocó que se creara una estratigrafía
Figura 4.4 Vegetación actual típica de sitio arqueológico La Hueca. artificial invertida (Rodríguez Ramos 2001).
Predominio de bayahonda (Prosopis juliflora).
72
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
depósitos asociados con el estilo Hacienda Grande. concentrados en la terraza más al sur y además en la
Ambas localidades (la Huecoide y la Saladoide), a juicio franja sur de la terraza central. Los siete depósitos que
de algunos investigadores (Rodríguez Ramos 2001, contienen exclusivamente el componente Huecoide están
Chanlatte y Narganes 1983), muestran una configuración distribuidos en un área total de aproximadamente 200 m
de “herradura” en la distribución de los depósitos, de (eje norte-sur) por 260 m (eje este-oeste); algunos de
manera similar a otros sitios arqueológicos cerámicos éstos cubren dimensiones horizontales de hasta 70 m por
tempranos de Puerto Rico y Las Antillas Menores 50 m y profundidades entre los 60 cm hasta 320 cm bajo
(Rodríguez López 1992). Estos depósitos están la superficie.
Figura 4.5 Sitio arqueológico Sorcé/La Hueca, Vieques Puerto Rico. Distribución de los depósitos Huecoide y Saladoide temprano. Los polígonos son
ubicaciones hipotéticas de las casas Huecoide. Los óvalos representan las ubicaciones hipotéticas de las casas Saladoide temprano o estilo Hacienda
Grande (modificado de Chanlatte y Narganes 1983).
73
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
A su vez, los depósitos Saladoide cubren un área de Otros suelos concurrentes en la periferia del sitio
aproximadamente 200 m (eje norte-sur) por 170 m (eje arqueológico son las tierras aluviales húmedas (turba),
este-oeste). Presentan menores dimensiones horizontales localizadas entre 300 y 900 m al oeste del sitio
así como menor profundidad y concentración de arqueológico. Las tierras aluviales húmedas son
materiales arqueológicos que los depósitos Huecoide. El depresiones que se encuentran en algunos llanos
diámetro de uno de los depósitos (i.e., YTA-1) es de inundables de ríos y quebradas; sirven para drenar la
aproximadamente 70 m y tiene una profundidad máxima parte húmeda de las tierras periféricas. El nivel freático
de 130 cm bajo la superficie. está muy cercano a la superficie durante gran parte del
año mientras que en los periodos de lluvia
Debido a que casi todos los depósitos (excepto el área Z) (principalmente entre septiembre y octubre) el área está
se acumularon sobre un ambiente natural estable, no ha totalmente cubierta por agua. Los suelos oscilan
sido reportada ninguna segregación estratigráfica clara o comúnmente entre cieno orgánico a arcilla. La
definida. En algunas de las unidades excavadas en los vegetación típica de estos ecosistemas es herbácea (i.e.,
depósitos, un horizonte Ap de aproximadamente 20 a 30 Typha sp.) aunque otros elementos florísticos pueden ser
cm es seguido por una homogénea capa cultural que se comunes (i.e., Gramineae, Pterocarpus officinalis).
extiende hasta los 60 y 300 cm bajo la
superficie.
Suelos
Figura 4.6 Sitio arqueológico Punta Candelero, Humacao, Puerto Rico
(modificado de Rodríguez López 1989a).
El área donde se encuentra el sitio Punta Candelero es de
origen cuaternario y es producto de la deposición de El área del sitio arqueológico posee un relieve
sedimentos eólicos y la acumulación de sedimentos no topográfico relativamente bajo y regular, característico
consolidados y transportados por el río Candelero. Este de otros ambientes costeros de la zona. El sitio
río fluía mucho más cerca del sitio arqueológico antes de arqueológico está localizado sobre las crestas de una
que fuera canalizado para cambiar su curso en la década cadena de dunas que alcanzan una altura de hasta 2
de 1940, por lo que el asentamiento estaba situado msnm y que protegen el área de los embates oceánicos o
originalmente junto al sistema de boca de este elemento. de eventos de inundación del sistema de meandros del río
Candelero (Moya 1989; Rodríguez López 1989a;
Debido a que el sitio se encuentra en la costa, y como Rodríguez Ramos 2001).
resultado de la deposición de sedimentos eólicos, los
procesos pedológicos se han desarrollado en una matriz Zona de vida: el ambiente florístico
de arena orgánica que corresponde con lo que se ha
clasificado como serie Cataño (Lugo-López et al. 1995). Según el sistema de zonas de vida Holdridge (1947;
La consistencia y rápida permeabilidad de estos suelos 1967), la vegetación de esta área oscila entre bosques
los hace idóneos para el cultivo de plantas tuberosas secos a húmedos, por lo que el clima es subhúmedo
como la yuca (Manihot sp.), comúnmente considerada tropical. Para Little y W adsworth (1995), el área
como el producto principal de los grupos ceramistas corresponde a una región ecológica típica de los bosques
precolombinos que habitaron la región (Rouse 1992; costeros húmedos. Algunos elementos fisiográficos
Petersen 1997). representativos de esta zona en particular son: 1) el Río
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Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
Candelero, que proporciona agua fresca, sostiene Características generales del sitio
hábitats para aves, crustáceos, moluscos, peces y reptiles;
y 2) hábitats costeros como las playas arenosas, las El sitio arqueológico Punta Candelero fue excavado por
praderas de thalassia (yerba tortuga) y las barreras de el arqueólogo Miguel Rodríguez López entre los años de
arrecifes. 1987 y 1989 como parte de un programa de rescate
concertado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña
Entre los elementos florísticos presentes en el área se (ICP) y el Consorcio Palmas del Mar Properties. Durante
encuentran árboles como el coyur (Annona glabra), la las excavaciones fueron definidos dos componentes
p a lm a d e c o co (C o cos nucifera), el icaco culturales, uno Huecoide y otro Saladoide tardío (estilo
(Chrysobalanus icaco), el palo de pollo (Pterocarpus Cuevas, ca. 400-600 d.C.); además, fue posible estimar
officinalis) y las acacias (Leguminosae-Mimosoideae). la extensión del asentamiento con base en la dispersión
También existen arbustos como la uva playera horizontal de materiales que se calcula en 110 m (eje
(Coccoloba uvifera), algunas variedades de helecho norte-sur) y 180 m (eje este-oeste) aproximadamente.
(Cyatheaceae), enredaderas rastreras como la haba de Estas excavaciones abarcaron un área aproximada de
playa (Canavalia rosea) y pastos como la pangola 3,637 m≤, cubriendo alrededor de dos terceras partes del
(Digitaria decumbens), la guinea (Urochloa maxima) y área total estimada para el sitio (Fig. 4.6).
la enea (Typha dominguensis). Por otra parte, se ha
señalado la existencia actual de manglares en las A raíz de las excavaciones, Rodríguez López (1989a)
cercanías del sitio, aproximadamente 600 m al norte. logró identificar materiales arqueológicos Huecoide
Con base en estudios geomorfológicos (Moya 1989), se distribuidos en cinco depósitos; dos de ellos, localizados
ha podido determinar la existencia de lagos de agua en la porción oeste del sitio, presentaron únicamente
estancada (ox bow lakes) donde posiblemente hubo típicos materiales Huecoide, mientras que los otros tres
mangles ribereños (de tierra adentro) en el pasado. A su depósitos, situados en la sección este, presentaron
vez, existen actualmente ambientes cenagosos en la materiales asociados al estilo Cuevas (Saladoide tardío),
periferia del sitio arqueológico en los cuales crece aunque sobrepuestos a los Huecoide (Fig. 4.7a). Los
comúnmente algunas especies de pasto como se dijo depósitos Huecoide en Punta Candelero conforman un
antes (i.e., Poaceae, Typha sp.). Algunos de los patrón lineal de distribución, a diferencia de otros sitios
elementos florísticos del sitio arqueológico y su periferia Saladoide en donde se presenta un patrón de herradura
(Annona glabra; Chrysobalanus icaco; Coccoloba (modelo de anillo concéntrico). La superficie que abarca
uvifera) pudieron ser importantes fuentes de el componente Huecoide es de aproximadamente 150 m
alimentación o de materia prima para las poblaciones (eje este-oeste) por 40 m (eje norte-sur). Debido a que
precolombinas de las islas, en particular de esta región. estos depósitos han estado dispuestos en dunas que no
fueron afectadas por eventos de inundación gracias a la
elevación que poseen, sólo fue documentada una unidad
Transformaciones “C” y “N”
litoestratigráfica.
El sitio Punta Candelero, al compararse con otros Asimismo, fueron identificados seis depósitos Cuevas
asentamientos precolombinos, ha sufrido alteraciones (Rodríguez López 1989a). De ellos, cuatro se encuentran
producto de transformaciones culturales y naturales. Una ubicados sobre tres depósitos Huecoides y dos se
de las más adversas transformaciones producidas ha sido encuentran aislados, entre unos 40 y 60 m al norte-este
causada por saqueadores, existiendo evidencia más del centro del conjunto de depósitos Cuevas (Fig. 4.7b).
intensa de sus actividades en la sección central del sitio. A pesar de que estos depósitos no son tan profundos ni
Asimismo, a pesar de que en esta zona no fue practicado contienen tanto material arqueológico como es el caso
el generalizado cultivo de la caña debido a las Huecoide, su extensión horizontal es mayor, ya que
condiciones de suelo poco favorables para esta actividad cubre una extensión de aproximadamente 110 por 90 m.
agrícola, sí fue cultivada la palma de cocos (Cocos
nucifera). Como es conocido, este tipo de plantas causa La configuración espacial de los depósitos Cuevas se
alteraciones en el subsuelo debido a las intrusiones de las conoce como herradura o anillo concéntrico y es típico
raíces, que alcanzan en ocasiones profundidades de hasta en otros sitios Saladoide (Rodríguez López 1992), pero
1.5 m (Rodríguez Ramos 2001). Las faunaturbaciones diferente al patrón documentado para la configuración de
más comunes han sido aquellas causadas por animales depósitos Huecoide en Punta Candelero. El despejado
costeros; ejemplo de éstos son los cangrejos terrestres, espacio central y algunos de los montículos del sector
quienes posiblemente han provocado el desplazamiento Cuevas, contenía una gran cantidad de enterramientos
de algunos materiales arqueológicos. humanos (106) pertenecientes al mencionado componente.
75
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
76
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
entes (i.e., objetos, lugares, locales) tuvo para los grupos la etapa final de la década de 1970, luego de haberse
que se comparan, se tratan de analizar algunos aspectos hecho un importante descubrimiento arqueológico en la
generales que pudieron ser determinados precisamente isla municipio de Vieques, ubicada al oriente de Puerto
por experiencias y relaciones con el entorno y con las Rico. El descubrimiento de un sitio, bautizado como “La
“cosas”. La configuración y significación de los espacios Hueca” por Chanlatte y Narganes, puso en evidencia un
y los lugares de interacción (e.g., los lugares de vivienda, repertorio artefactual sin antecedentes en el registro
la disposición de los entierros humanos) en ambos arqueológico antillano que provocó el comienzo de un
grupos culturales, los motivos y representaciones interesante debate sobre los procesos migratorios que
p r e se n te s e n c a d a c o n ju n to la p id ario , la s debieron ocurrir hacia Las Antillas durante la temprana
representaciones simbólicas de objetos como los cemís, era cerámica (ca. 550/500 a.C.-600 d.C.). Al comparar y
los motivos decorativos (posiblemente representaciones señalar las extremas diferencias que los materiales de La
simbólicas) presentes en los conjuntos cerámicos, las Hueca exhibían con respecto al resto de evidencia
formas, la producción y usos de los distintos conjuntos material temprana, sobre todo en cuanto a la decoración
de herramientas líticas pueden ser estudiados de manera de la cerámica más la iconografía plasmada en la
particular y más detallada. Sin embargo, en este trabajo lapidaria, los descubridores de La Hueca propusieron
no se desarrolla un análisis fenomenológico global de las que la migración de una cultura distinta a la Saladoide,
situación cultural de ambos grupos y menos aún de la llamada por ellos “complejo cultural Huecoide”,
interpretación del posible significado particular de cada arribaron a Las Antillas antes de la expansión de los
uno de los elementos que se consideran. Más bien, se primeros procedente de Suramérica.
analizan las posibles biografías de los entes o las “cosas”
en ambos grupos humanos con el fin de puntualizar o Años más tarde un nuevo hallazgo llamó la atención de
señalar aquellos aspectos que divergen durante los la comunidad arqueológica antillana. El descubrimiento
distintos procesos o trayectorias de interacción y de otro sitio arqueológico con características similares al
significación. De esta manera es posible entender mejor sitio La Hueca alertaba a los investigadores de la región
la s c ara cte rísticas r ela cio nale s q u e p udie ron de que el asunto expuesto por Chanlatte y Narganes no
experimentar los grupos que se estudian con el entorno era aislado y merecía mayor atención. Con el
y sus componentes, sean estos naturales o culturales. descubrimiento de este segundo sitio arqueológico, Punta
Candelero en Puerto Rico (Rodríguez López 1989a) y
Con base en lo anterior, se argumenta que las otro hallazgo más que se hizo en la isla de Saint Martin
características diferenciales de ciertos elementos en las (Hope Estate) (Haviser 1991), el problema de La Hueca
biografías culturales de las localidades, de los lugares y a c a p a ró im p o rta nte s esp a c io s en co ng re so s
de los objetos Huecoide y Saladoide, denota que ambos internacionales y publicaciones de arqueología en Las
grupos humanos poseían biografías interpersonales Antillas.
distintas, incluso cosmovisiones distintas como producto
de la divergencia cultural de ambas entidades. En este Actualmente, el debate en torno a las características
sentido se utiliza el enfoque fenomenológico únicamente sociales y culturales de los pueblos o comunidades
para señalar las posibles características fenoménicas Huecoide y Saladoide sigue siendo de gran importancia
contrastantes que permiten establecer diferenciaciones para la discusión teórica de los procesos migratorios y de
culturales en las biografías que se estudian. Como se adaptación en Las Antillas durante el más temprano
muestra adelante, se han seleccionado para este análisis periodo de ocupación agroceramista. Pero a pesar de que
algunos elementos culturales de los Huecoide y los son contundentes las evidencias que señalan una
Saladoide, por ejemplo: los espacios vividos y la diferenciación cultural de los grupos antes mencionados,
disposición de los muertos, los objetos de carácter algunos investigadores que trabajan en el Caribe (e.g.,
religioso (la lapidaria y los cemís) así como algunos Allaire 1999; Rouse 1992; Siegel 1991) no se interesan
objetos “utilitarios” (cerámica y lítica). en considerarlas como inherentes a dos entidades
culturales diferentes. La situación antes señalada ha dado
Una “puesta” en el escenario pie a la elaboración de confusas interpretaciones (véase
Siegel 1991), donde los rasgos culturales de dos
La primera evidencia arqueológica de lo que sociedades igualitarias diferentes han sido unidos para
recientemente se ha denominado “el problema de La elaborar un errado panorama de lo que algunos entienden
Hueca” fue dada a conocer por Luis Chanlatte e Yvonne es una sola cultura, la Saladoide.
Narganes en el marco del VIII Congreso Internacional
para el Estudio de las Culturas Precolombinas de Las En términos muy generales se puede decir que, en cuanto
Antillas Menores celebrado en Saint Kitts en 1979. Ante a la configuración espacial, existe cierta segregación
todo, se ubica el inicio del “problema” arqueológico en (disociación) horizontal y vertical de los depósitos
77
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Huecoide y Saladoide tempranos y tardíos en sitios como De la misma manera, otros datos arqueológicos
Punta Candelero, La Hueca, M aisabel (Puerto Rico) y recabados en los sitios Huecoide sugieren que existen
Hope Estate (Chanlatte y Narganes 1983; Rodríguez disimilitudes importantes entre los conjuntos materiales
López 1989a; Rodríguez Ramos 2001). La disposición Huecoide y Saladoide. En cuanto a los objetos como la
espacial de los basureros Huecoide, que por lo general cerámica, material más estudiado de ambos grupos, se
suelen estar en algún extremo al exterior de las presentan rasgos diferenciales importantes en los dos
viviendas, están distribuidos en un patrón lineal en sitios conjuntos cerámicos del sitio La Hueca (Chanlatte y
como Punta Candelero mientras que, en la mayoría de los Narganes 1983: 53).2 Si bien se registró que 11 de las
asentamientos Saladoide, los basureros (posiblemente de variables de manufactura analizadas por Chanlatte y
las viviendas) presentan una configuración conocida Narganes coinciden en los dos conjuntos estudiados,
como herradura o anillo concéntrico (Rodríguez López existen cuatro variables importantes que no se registran
1992). en los materiales Huecoide: a) uso de barro colado, b)
superficies muy pulidas y bruñidas, c) vasijas grandes
Asimismo es constante la presencia de enterramientos ornamentadas y d) vasijas rehabilitadas después de sufrir
humanos dispuestos en espacios centrales y también desprendimientos o grietas en sus paredes. En el análisis
dispersos en áreas como los basureros en sitios Saladoide de la ornamentación exhibida en la cerámica, se
tempranos y tardíos (Rodríguez López 1997a). Sin utilizaron trece variables de las cuales ocho coincidieron
embargo hay ausencia total de ellos en todos los en ambos conjuntos cerámicos. Las otras cinco variables
asentamientos Huecoide como Punta Candelero, La que no coincidieron son: a) la ausencia de modelado-
Hueca, Maisabel y Hope Estate (Rodríguez Ramos inciso con engobe rojo en el conjunto Huecoide y su
2001). Aunque en sitios como Punta Candelero y la presencia en el Saladoide, b) la presencia de
Hueca, los Huecoide y Saladoide tenían acceso a los ornamentación incisa rellena de blanco o rosado sin
mismos recursos, aparentemente explotaban y preferían engobe en el conjunto Huecoide y la ausencia del mismo
de manera distinta algunos elementos faunísticos de uso en el Saladoide, c) la ausencia de ornamentación incisa
alimentario (Chanlatte y Narganes 1983; 2002). rellena de blanco con engobe rojo en el conjunto
Huecoide y su presencia en el Saladoide, d) la ausencia
De igual modo, con acceso a los mismos recursos aunque de incisos geométricos con engobe en el conjunto
ya en el aspecto material, sólo durante la ocupación Huecoide y presencia en el Saladoide y e) la ausencia de
Huecoide se observa, por ejemplo, estrategias incisos figurativos sin engobe en el conjunto Huecoide y
estructuradas de reducción lítica dirigidas hacia la su presencia en el Saladoide. De las formas de las vasijas
producción de artefactos como los cóndores, iconos analizadas, se encontraron que de las cinco variables
distintivos de los Huecoide (véase Fig. 4.8) (Rodríguez utilizadas, el conjunto Huecoide mostraba una forma
Ramos 1999; 2000; 2001). Estos objetos simbólicos, totalmente ausente en el Saladoide: la forma campanular
junto con otros que son exclusivamente Huecoide (e.g., con borde bajo. La cerámica Huecoide de La Hueca se
pendientes batraciformes [ranas], pendientes en forma de caracteriza por la total ausencia de Blanco sobre Rojo
lagartos, pendientes-cuentas zoomorfos [mamíferos?] y (BsR) y por la concurrente presencia de incisiones
pendientes cefalomorfos), fueron confeccionados en una modeladas, a veces rellenas de pasta blanca o roja, y la
gran variedad de piedras semipreciosas (i.e., calcita, ornamentación Incisa Entrecruzada Zonal (IEZ). La
jadeíta, nefrita, aventurina, amatista, topacio, ónix, decoración incisa consiste en diseños geométricos
serpentina, cuarzo verde, cuarzo citrino, malaquita) entrecruzados, punteados y de “uñas”. Las formas de
(Narganes 1995; Rodríguez López 1989a), algunas de las vasijas más comunes son los platos hondos, los platos
cuales son exclusivas de Suramérica (e.g., aventurina en hemisféricos flexionados de diversos tamaños, las jarras
el norte de Brasil). También, las técnicas de reducción y los burenes (Narganes 1995).
lítica utilizadas para la confección de herramientas, más
la morfología y materia prima de algunos de estos Otras características presentes en la cerámica Huecoide,
instrumentos son cualitativamente diferentes entre los pero esta vez en Punta Candelero (Rodríguez López
grupos Huecoide y Saladoide tempranos y tardíos 1989a), son el rallado o grabado fino postcocción con
(Knippenberg 1999b; Rodríguez Ramos 2001). diseños geométricos y figurativos, punteados gruesos y
finos y también el trazado de líneas entrecortadas. Más
Además, se ha registrado la presencia de cemiísmo en el de la mitad de los fragmentos cerámicos modelados e
conjunto artefactual Saladoide temprano-tardío y en incisos analizados co rresp ond en a la típica
cambio, hay ausencia total del mismo en el complejo ornamentación IEZ mientras que un porciento menor de
cultural La Hueca (e.g., en los sitios La Hueca, Punta las muestras corresponde a incisiones gruesas que
Candelero y Hope Estate) (Chanlatte y Narganes 2003; delimitan zonas que no tienen el conocido IEZ en su
Rodríguez López 1997a; Rodríguez Ramos 2001). interior. De las muestras que presentan algún tipo de
78
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
decoración, 8% son modelados e incisos que se Hueca y Hacienda Grande representaban dos diferentes
encuentran en vasijas-efigies zoomorfas, antropomorfas moieties (i.e., un mismo grupo subdividido pero
y recipientes inhalatorios. Del total de muestras complementario). En segundo lugar sugirió que la gente
cerámicas analizadas sólo 3% evidenció algunas de las de La Hueca eran un grupo de avanzada que llevaron
decoraciones antes mencionadas. consigo sus cerámicas favoritas (e.g., IEZ) y más tarde
fueron seguidos por los otros inmigrantes que trajeron el
Algunas explicaciones del “problema” resto de cerámicas Saladoide (Hacienda Grande y su
característica cerámica BsR). Por último, sugirió que la
Es interesante dar vista a la variedad de explicaciones gente de La Hueca eran especialistas religiosos de los
que algunos investigadores han aportado a la discusión Saladoide, como había expresado ocho años antes. Estos
desde que se revelaron los primeros hallazgos Huecoide argumentos promovieron la revisión del marco
de la isla de Vieques, Puerto Rico. Si bien han sido cronoespacial vigente, por lo que las manifestaciones
formuladas para intentar manifestar las evidentes Huecoide y Hacienda Grande (Saladoide temprano)
diferencias entre los grupos H uecoide y Saladoide, la fueron agrupadas como estilos diferentes (estilos
mayoría de los investigadores han preferido no apartarse plurales) de la serie Saladoide (e.g., Huecan Saladoid y
de la mecánica cronoespacial aún en vigencia en Las Cedrosan Saladoid). Desde este punto de vista, las dos
Antillas (Rouse 1982; 1992). manifestaciones emergieron de manera paralela en
Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses en la
Luego de que los investigadores de Las Antillas fueron etapa de ocupación agrocerámica más temprana de la era
confrontados con la evidencia artefactual Huecoide, cerámica (Rouse y Alegría 1990).
Irving Rouse (1982), gestor y promotor del marco
cronoespacial en referencia, reconoció que existían Varios investigadores, como Peter Roe (1989) y Peter
diferencias entre los conjuntos arqueológicos, aunque no Siegel (1991), han presentado argumentos que de una u
estuvo seguro qué representaban. Su primera explicación otra forma intentan validar lo propuesto por Rouse (cfr.
fue que el complejo La Hueca era una unidad social, un 1982; 1989; 1990). Por un lado, Roe (1989; Roe et al.
grupo religioso de los Saladoide. Por otra parte, Louis 1990) entiende que las manifestaciones artefactuales de
Allaire (citado en Chanlatte y N arganes 1983), para La Hueca representan la intrusión de un grupo étnico que
quien la rica tecnología ornamental en piedra y madre fue seguida por la expansión Saladoide desde
perla del complejo La Hueca (entendido por él como Suramérica. Roe basa este argumento en la noción de que
algo marginal Saladoide) le sugiere especializaciones las cerámicas de La Hueca, aunque están espacialmente
artesanales y comercio –así como un interés en lo segregadas en Vieques, siempre se encuentran asociadas
ceremonial y en diferenciaciones sociales–, argumenta con ocupaciones Hacienda Grande en Puerto Rico (Roe
que La Hueca pudo haber pertenecido a un “aspecto” et al., 1990: 348). Por otro lado, Siegel (1991) estima
(¿momento, fase?) temprano Saladoide en las islas de que la manifestación artefactual de La Hueca es el
Sotavento. Esta postura es parecida a la de Rodríguez resultado de la variabilidad funcional dentro del aspecto
(1989a; 1989b), quien argumenta que la cultura material Saladoide, más que una diferencia cultural. Como señala
relacionada con el complejo La Hueca en Punta Reniel Rodríguez Ramos al respecto (2001: 38),
Candelero sugiere más bien una conexión “Incisa “obviamente estos autores no tenían conocimiento de la
Entrecruzada Zonal Pre-Saladoide”. falta de asociación de los materiales de La Hueca con el
componente Hacienda Grande en Punta Candelero”.
Investigadores que han estudiado sitios similares en Las
Antillas M enores (e.g., Hope Estate) han ofrecido una
Posturas recientes sobre el tema (Allaire 1999) no
explicación alternativa para entender la divergencia
ocultan las diferencias artefactuales señaladas
arqueológica de la era cerámica temprana (Haviser
anteriormente: ausencia total de BsR y la presencia única
1997). “Early Ceramic” representa las cerámicas
de IEZ en la cerámica Huecoide; detalles en los motivos
tempranas sin pintura, particularmente con puntuaciones
y decoraciones de la cerámica Huecoide distintos a la
en zonas. Esta manifestación cerámica corresponde a un
Cedrosan Saladoide (Hacienda Grande); inusuales
grupo horticultor antiguo que proviene probablemente de
trabajos de lapidaria hechos con piedras semipreciosas y
las Guyanas, tienen orígenes más antiguos que los
madre perla en el conjunto La Hueca y pendientes
Saladoide y Huecoide y estaban en una fase de desarrollo
tallados como las “cabeza de aves”, que para Allaire
transicional entre los niveles arcaicos y cerámicos
parecen ser más pericos que cóndores (Fig. 4.8). En su
(Haviser 1997:59).
nueva postura (véase Chanlatte y Narganes 1983),
Allaire (1999: 706) se limita a mencionar que:
Posteriormente, Rouse (1989; 1990) propuso tres
alternativas para explicar la presencia de esta
otros sitios Cedrosan [Saladoid] tempranos de Las
manifestación cultural. La primera fue que la gente de La
79
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
80
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
segregación (disociación) horizontal y vertical antiguas de todo el sitio en comparación con los
evidenciada en los depósitos Huecoide y Saladoide en basureros del área sur del asentamiento. Esto parece
sitios como La Hueca y Punta Candelero sugiere que sugerir que las personas que vivían o controlaban las
ambos grupos vivieron en esos espacios en distintos estructuras que generaron los basureros pudieron
momentos, independientemente de que hayan coexistido producir y controlar también las representaciones
algún tiempo. simbólicas y religiosas del grupo Huecoide en el sitio La
Hueca.
Como se puede apreciar en las figuras 4.5 y 4.7, la
distribución de los basureros, cada uno relacionado con En el caso del sitio Punta Candelero la configuración de
una con vivienda Huecoide y Saladoide en los sitios en los basureros Huecoide y Saladoide (Fig. 4.7) permite
referencia, es variada. En el sitio La Hueca el patrón de ver claras diferencias en cuanto al uso y posible
distribución de basureros es relativamente parecido al significado del espacio transformado en lugar (i.e., el
patrón denominado comúnmente como herradura (i.e., espacio que ha sido valorado para ubicar las casas). En
anillo concéntrico). Entre las diferencias que se pueden este caso es importante recordar que los individuos
percibir en la configuración de ambos asentamientos, se Saladoide de Punta Candelero corresponden a la fase
señala que el Saladoide era más extenso y abierto que el tardía de las cultura Saladoide (estilo Cuevas), a
Huecoide. Además se puede apreciar también que el diferencia de la población Hacienda Grande en el sitio
segmento intermitente de la configuración Saladoide (lo La Hueca, que corresponde a la fase temprana de la
que se supone es la apertura de la “herradura”) se orienta misma cultura en esta parte de Las Antillas.
hacia una porción de suaves curvaturas en el cauce del
río Urbano (Fig. 4.5). En cambio la configuración La configuración del asentamiento Huecoide es lineal y
Huecoide es menos extendida, pero también más paralela al antiguo cauce del río Candelero (Figs. 4.6 y
comprimida que la Saladoide, lo que sugiere un patrón 4.7). En cambio, la configuración del asentamiento
más ordenado de distribución de casas. Otro aspecto Saladoide tardío es en forma de herradura o anillo
considerable es que la apertura de la “herradura” concéntrico. La apertura se orienta hacia la antigua
Huecoide, si es que se considera un patrón de disposición desembocadura del río y se mantiene también un eje
como ese, se orienta hacia una sección muy abrupta del paralelo con el cauce. Los Huecoide, quienes se
cauce del río (Fig. 4.5). establecieron primero que los Saladoide en Punta
Candelero según la estratigrafía y la cronología relativa
Gracias a que en varios de los basureros Huecoide (e.g., de los materiales arqueológicos (Rodríguez López
ZT B) se pudo registrar que los artefactos de ambos 1989a), dispusieron de sus casas de manera distinta a los
grup o s están segregados verticalmente Saladoide de Punta Candelero y a los Huecoide y
(estratigráficamente), se sabe quiénes llegaron primero al Saladoide del sitio La Hueca en la isla vecina de
lugar. Los Huecoide, sin ninguna influencia Saladoide en Vieques. Es posible que los movimientos e interacciones
esta región de la isla de Vieques (aunque sí posiblemente a través de los entornos de ambas islas haya hecho que
de grupos “arcaicos” y/o acerámicos), pudieron los Huecoide de Punta Candelero se relacionaran de
determinar por medio de su sistema de valores, qué manera distinta con este lugar. El movimiento a través de
espacio tenía significados especiales para desarrollar su distintos entornos con características variables, más el
asentamiento y sus locales. La figuración del entorno de contacto e interacción con los Saladoide en Vieques y
los Huecoide requirió posiblemente de referencias a con los grupos acerámicos ya presentes en las islas, pudo
experiencias previas (e.g., relaciones con lugares- influir en la eventual significación e interacción con el
agricultura, lugares-pesca), pero también de los valores lugar y sus distintas cosas.
simbólicos que pudieron experimentar en el entorno. Si
se considera importante que las casas Huecoide en La configuración del asentamiento Saladoide en Punta
realidad están separadas en dos conjuntos como se Candelero y en muchos otros sitios del mismo grupo,
aprecia en la figura 4.5 (conjunto norte y conjunto sur), sugiere que existe un patrón casi idéntico de disposición
entonces se puede suponer que esto constituye una de casas (el de “herradura”), pero posterior a que un
diferencia que ya no permite hablar propiamente de una espacio ya ha sido concebido como significativo. Es
configuración de herradura o anillo concéntrico del posible que la valoración que los Saladoide hicieron de
asentamiento Huecoide como otros han señalado (e.g., los espacios y los lugares fue independiente de la
Chanlatte y Narganes 1983, Rodríguez Ramos 2001). valoración que hicieron de los locales (las casas) y su
Sobre esto es necesario señalar que uno de los conjuntos relación con el lugar. La configuración de los
(el del extremo norte) registró mayor cantidad y asentamientos Saladoide parece mostrar el axis mundi
diversidad de objetos simbólicos, cerámicas más del ente cultural que les dio origen. Así, por motivos
refinadas (depósitos “Z” y “ZTB”) y las fechas más posiblemente cosmológicos, la valoración de los locales
81
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
y las relaciones que pueden existir entre éstos y los o al grupo influya en esa forma de relación con su mundo
individuos con el lugar, permanece cuasi-inmutable ante (la configuración de los componentes del asentamiento
las nuevas experiencias y relaciones que los individuos [e.g., locales] como elementos del axis mundi de los
experimentan por medio del movimiento en los entornos. Saladoide antillanos).
La elaboració n d e b iografías individuales e
interpersonales de los Saladoide tempranos y tardíos, así Es importante señalar que las cosmologías de muchos
como las biografías de los locales pueden ser grupos de los bosques tropicales amazónicos están
reconstituidas por la experiencia de moverse por influenciadas por ideas de mundos invisibles y paralelos.
distintos entornos (con múltiples componentes, por “Entre los yekuana del alto Orinoco [y entre muchos
ejemplo naturales o humanos), pero es posible que las otros grupos amazónicos como los Yukuna de
relaciones entre los individuos del grupo y los locales Colombia], por ejemplo, cada villa es referida como una
(sus casas) no cambien sustancialmente (i.e., la forma en casa, no es concebida sólo como un universo
que los individuos conciben la distribución y la relación autocontenido, pero es actualmente construida como una
con los locales y con otros individuos del grupo). En este réplica del cosmos” (McEwan 2001: 180; la traducción
sentido, el movimiento a través de diferentes espacios y es mía; ver también van der Hammen 1992). Así, desde
la selección de nuevos lugares puede entenderse más esta perspectiva, se puede apreciar que la configuración
bien como un cambio de escenario, donde la disposición de las villas Huecoide y Saladoide son diferentes, lo que
de los locales y sus actores experimentan y mantienen puede implicar un sistema de valores y creencias
relaciones similares o poco cambiantes entre sí en tiempo divergente entre ambos grupos de pobladores.
y espacio, sin que ningún agente externo a los individuos
Figura 4.9 Ubicación de enterramientos Saladoide tardío (Cuevas) en Punta Candelero. A, B, C, D, E, y F son depósitos Saladoide (véase también Fig. 4.7)
(Adaptado de Rodríguez López 1989a).
82
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
El significado de un lugar: la disposición de los muertos ubicar sus viviendas en cierta forma y recrear un espacio
central puede estar íntimamente ligado a su cosmología,
“Los enterramientos humanos asociados con la fase a su modelo físico del universo como lo refiere Siegel
Hacienda Grande [Saladoide temprano] son escasos y (1992). También los Saladoide tempranos disponían de
[están] esparcidos a través del sitio, mientras que [los] sus muertos en puntos al interior de sus lugares
enterramientos individuales o cementerios asociados con significativos, dentro de las fronteras de sus
la variante Huecan Saladoid no han sido encontrados asentamientos (áreas de habitación). En cierto sentido
aún” (Rodríguez López, 1997a: 84; los corchetes, la esto sugiere que los Saladoide, de una forma u otra,
cursiva y la traducción son míos). Se ha querido reforzaban su relación con el lugar ofreciendo y
comenzar el análisis de este aspecto ritual con la anterior proyectando hacia la tierra (posiblemente de gran valor
cita para poner en perspectiva algunas implicaciones de simbólico) una unión emocional por medio de un lazo
este aspecto particular. El trato a los muertos es otra físico. Por lo tanto, se postula que la práctica de enterrar
línea de análisis que puede ser abordada desde la a los muertos en esta y en muchas sociedades igualitarias
perspectiva que aquí se esboza. Como bien señala animistas puede entenderse como una metáfora inspirada
Rodríguez López (1997a), se ha observado que la en su propia cosmovisión, en su apego al grupo comunal
disposición de los muertos durante la era cerámica y/o en la cohesión de éste.
temprana (Huecoide y Saladoide) fue variada. Haciendo
referencia a los cementerios detectados en ocupaciones El hecho de que los enterramientos humanos Saladoide
posteriores a la Saladoide temprano y Huecoide, fueron dispuestos, en su gran mayoría, en el área central
Rodríguez López (1997a) manifiesta que los restos de los asentamientos sugiere que la ubicación de
humanos de los Saladoide tempranos no estaban enterramientos en espacios centrales pudo haber
dispuestos en un lugar determinado, pero sí esparcidos a conjugado una armonía funcional y estructural con los
través del asentamiento. Esto, en contraposición con los principios cosmológicos que gobernaban las villas (Curet
asentamientos Saladoide posteriores, donde sí se ha y Oliver, 1998: 230). Como argumentan Curet y Oliver
podido determinar que los espacios centrales, posibles (1998), el área central de los asentamientos Saladoide
lugares para actividades comunales, fungieron como pudo representar un lugar para la actividad religiosa y el
cementerios dado que la mayoría de los restos espacio liminal donde el mundo de lo vivo puede
esqueléticos fueron dispuestos ahí. Rodríguez López interactuar con el de lo no vivo. Los ancestros
(1997a: 84) menciona que “[los] enterramientos (representados por los restos esqueléticos) y los vivos
individuales o cementerios asociados con la variante son el centro del cosmos (el axis mundi) en el cual se
Huecan Saladoid no han sido encontrados todavía. Su fundamenta el universo cultural y el orden social.
ausencia puede constituir una notable diferencia entre las
fases tempranas y tardías de la cultura Saladoide” (los Los Huecoide, como ya se ha hecho notar, no
corchetes y la cursiva son míos). dispusieron de sus muertos de la misma forma; hasta
ahora no existe evidencia alguna de sus prácticas
Haciéndose aquí la salvedad de que Rodríguez López mortuorias. En un sentido simbólico, incluso, se podría
(1989a) ubica a los Huecoide (Huecan Saladoid) como argumentar que no se enlazaron con la tierra o no
una entidad Pre-Saladoide, es importante que haya reforzaron la unidad del grupo de la misma forma que los
señalado tan notable diferencia ritual. Como se ha Saladoide. Si bien no llevaron a cabo esta práctica de
manifestado en secciones anteriores, los Saladoide manera idéntica a los Saladoide, sí pudieron actuar por
disponían de sus muertos enterrándolos, pero los medio de otras estrategias para lograr el mismo fin. Es
Huecoide, aunque no se conoce la forma de disponer de decir, pudieron incinerar a sus muertos y esparcirlos en
sus muertos, no lo hicieron así. Esto permite postular que lugares significativos para ellos, pudieron también
el espacio y el lugar para disponer de los muertos depositarlos en el mar, en el río o entre las ramas de los
contiene en este caso un significado diferente entre los árboles como se ha documentado en algunos grupos
Huecoide y Saladoide, lo cual remite a una significación indígenas amazónicos (e.g., los yanomami) (Guapindaia
y valoración del espacio de los muertos divergente entre 2001: 167). Aunque algunos investigadores como Oliver
ambos grupos (Fig. 4.9). (1999) han sugerido la posibilidad de que la ausencia de
restos humanos Huecoide puede deberse a errores de
El espacio está cargado de significación y simbolismo de muestreo, la realidad actual es que no se ha encontrado
acuerdo con las experiencias que han vivido y viven los ningún enterramiento de ellos a pesar de que Chanlatte y
individuos en los lugares. Los Saladoide tempranos al Narganes (Chanlatte: comunicación personal, 2001) han
igual que los tardíos otorgaron, desde esta perspectiva, muestreado sistemáticamente gran parte del terreno
valor y significación a los lugares mismos donde donde se encuentra el sitio La Hueca y a pesar de que
ubicaron sus locales (viviendas). El simple hecho de Rodríguez López (1989a) ha excavado más de dos
83
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
terceras partes del sitio. Sin entrar en detalles repetitivos Así como en el caso de las cerámicas, ambos grupos
es evidente que la relación de los Huecoide con los tuvieron acceso a los mismos recursos de las islas y
lugares adjudicados aquí como importantes para ellos, posiblemente a las mismas redes de intercambio que les
fue significativamente diferente a las prácticas Saladoide proporcionó materia prima para elaborar el espectro de
desde el punto de vista que se ha considerado en esta lapidaria que hasta ahora se ha registrado. El producto
sección. final de los Huecoide fue la elaboración de algunos
artefactos similares a los Saladoide, así como artefactos
Los objetos creados: objetos símbolo y objetos fetiche significativos con representaciones totalmente diferentes.
Fuera de las coincidencias señaladas en la lapidaria de
Como objetos símbolo o simbólicos se toma el ejemplo ambos conjuntos, los Huecoide confeccionaron
de la lapidaria relacionada con ambos conjuntos, aunque artefactos únicos que representaban importantes
es importante señalar que existen objetos con cualidades elementos simbólicos –animales y personas– (véase Fig
simbólicas en otras categorías de materiales como la 4.8). Es de suponer que la cosmovisión de los Huecoide,
cerámica, la concha y el hueso. En la lapidaria de los enraizada en sus relaciones y experiencias con el mundo
Huecoide y Saladoide existen aparentes semejanzas, pero circundante, era diferente a la Saladoide. Más aún, esas
también diferencias contrastantes. De las 14 categorías relaciones que generaron una visión y posición ante un
analizadas en artefactos del sitio La Hueca, en Vieques, mundo particular, ubica a los individuos Huecoide frente
cinco de ellas han sido atribuidas exclusivamente a los a un entorno lejano, extra-antillano, ya que por ejemplo
Huecoide (Narganes 1995). Es interesante saber que las la presencia de los cóndores (machos y hembras)
otras categorías analizadas se encuentran en ambos sosteniendo cabezas humanas con sus garras implica la
componentes y que la materia prima empleada para la experiencia de haber tenido contacto (mítico o real) con
confección de estos artefactos son similares. Entonces, estas aves en algún punto de la geografía americana.
¿por qué los Huecoide, estando insertados en el mismo
entorno que los Saladoide, o teniendo acceso a los Desde este punto de vista, se representa en el entorno
mismos recursos que los Saladoide, produjeron objetos antillano a un ente (y una relación física o emocional: lo
de lapidaria distintos, pero sobre todo iconográficamente humano-lo animal) que está ausente, pero que es
diferentes a los Saladoide? En el caso Huecoide es importante figurar en los nuevos espacios insulares. El
necesario señalar la posibilidad de que mantuvieran recuerdo de que dos entes significativos para el grupo
alguna red de intercambio de materias antillanas y (i.e., el humano y el cóndor) coexistieron en otros
suramericanas para obtener las piedras semipreciosas que entornos (fuera de las Las Antillas) prevalece en la
se utilizaban. T ambién se han documentado restos de estructura cultural que vive tal experiencia. Más que una
taller en sitios como La Hueca y Punta Candelero donde elaboración artesanal, la lapidaria Huecoide, a diferencia
se han podido trazar los procesos estructurados para la de la Saladoide, se entiende como una alegoría en la que
elaboración de los mencionados artefactos que no se el reconocimiento del ser (representado por la cabeza
encuentran en los sitios Saladoide (Rodríguez Ramos humana) ante lo distinto (el ser con el cóndor) y la
2001). La lapidaria típicamente Huecoide consiste en: a) relación de estas dos entidades, se basa en la experiencia
pendientes y/o cuentas en forma de ranas, b) pendientes del ser en el mundo que permite la indagación y
y/o cuentas con formas de lagarto, c) pendientes y/o construcción de referencias, significados o metáforas
cuentas zoomorfas, d) pendientes ornitomorfos (e.g., la elaboración del objeto mismo).
(principalmente cóndores) y e) pendientes cefalomorfos
(cabezas humanas estilizadas). Las semejanzas La referencia, la memoria y un sistema de valores
registradas en las otras categorías analizadas de los previamente establecido estimuló que los Huecoide
materiales del sitio La Hueca (de contextos Huecoide y elaboraran símbolos con el fin de evocar relaciones
Saladoide) hacen referencia a una posible utilización significativas ocurridas en el sendero de sus propias
común de redes de intercambio regional o a que los experiencias, previas o contemporáneas. Los símbolos en
Huecoide fueron, en Las Antillas, los productores y este caso figuran como signos de reconocimiento, esto
comerciantes de algunas de las materias primas y/o es, se construyen relaciones entre objetos o entre seres y
artefactos ya acabados. Esto último es posible objetos, así como ocurre en la lengua con los sonidos
considerando que los Huecoide se establecieron primero (Augé 1998: 34). En este sentido, “símbolo” puede
que los Saladoide en el norte de la región (e.g., Hope entenderse como una relación recíproca entre dos seres,
Estate, ca. 550-300 a.C.) y por lo tanto pudieron entre dos objetos o un ser y un objeto en el sentido más
proporcionar a los nuevos inmigrantes materia prima o amplio de cualquiera de estas realidades, donde los
artefactos ya conocidos, valorados y resignificados por elementos en cuestión se complementan recíprocamente.
los Saladoide a partir de las posibles interacciones Por lo tanto hay que considerar que los símbolos que
previas que pudieron desarrollar con los Huecoide. están representados en los objetos “cóndores-cabeza”
84
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
pueden estar vinculados con otros objetos simbólicos, existen estos elementos, entonces deben ser constantes y
comprendidos al estar unidos los elementos antes fácilmente reconocibles en gran cantidad de
mencionados. Desde esta perspectiva, “todo objeto asentamientos de la era cerámica temprana, dadas las
simbólico es instrumento de comunicación, medio de condiciones inherentes a las formas comunales de
comunicación, pero toda comunicación está orientada y organización igualitaria.
sólo se efectúa al término de una práctica social” (Augé
1998:46).
85
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
significados en contextos arqueológicos específicos, no a las “cosas”– es el motor que genera sentidos y
es posible ver de manera clara algún tipo de transacción emociones que luego son representadas y figuradas de
religiosa entre los grupos en cuestión (véase Roe 1993 acuerdo con un ente sistémico: la cultura. Si dos
para otro punto de vista). Debido a la poca información entidades culturales son diferentes entonces practican,
con la que se cuenta hasta este momento, sólo resta relacionan y representan (materialmente) de manera
mencionar que es necesario tener presente que los distinta sus experiencias con el mundo, específicamente
Huecoide, por medio de los cóndores y otros artefactos con sus entes sobrenaturales.
similares, y quizás por medio de los motivos tallados o
modelados en sus cerámicas, manejaron representaciones Los objetos creados: cerámica y lítica
simbólicas que pudieron hacer referencia a la relación
entre objetos –o entre seres y objetos– como se Se pudo apreciar anteriormente que entre los conjuntos
mencionó anteriormente. En cambio los Saladoide cerámicos existen semejanzas y diferencias. En cuanto a
posiblemente trataron a los cemís o trigonolitos como a la cerámica, en principio ambos grupos pudieron acceder
la presencia real de un ser actual, irreductible a su a fuentes isleñas de materia prima para producirla. Los
manifestación (Augé 1998: 34), en vista de la recipientes y vasijas cerámicas de ambos conjuntos eran
importancia que se sabe tenían estos objetos en el confeccionados y utilizados para desarrollar
panteón Taíno de la época de contacto indoeuropeo (ca. determinadas actividades individuales o grupales, rituales
1492-1493). o cotidianas. La producción de estos artefactos parece
haber consistido en la aplicación de la misma técnica
De esta manera, se sugiere que los Huecoide manejaron general en ambos conjuntos cerámicos (i.e., el
un espectro variado de objetos simbólicos (que enrollado), pero el acabado y la decoración de estos
representaba y materializaba algo, una relación de entes) artefactos fue cualitativamente distinta. En este caso,
muy poco similar al de los Saladoide y con la notable ¿qué pudo haber influido para que el producto cerámico
diferencia de que los primeros poseían importantes final fuera distinto en ambos grupos de individuos? En
objetos simbólicos (confeccionados con piedras de difícil cada una de las etapas o procesos antes mencionados, los
acceso) que hacían referencia a relaciones entre entes individuos que constituían a los grupos en cuestión
humanos y naturales (y posiblemente a lo que pudieron interpretar de manera divergente las distintas
representaban la unión de los dos elementos). El objeto experiencias con el entorno (en el sentido explicado en
simbólico o el símbolo es a la vez materia, expresión y secciones anteriores). El contacto con otros individuos,
condición de una relación (Augé 1998: 137). Por otra el descubrimiento y significación de nuevos espacios de
parte los Saladoide, aunque contaron con muy pocos acción y la configuración de nuevas experiencias con el
objetos simbólicos parecidos a los Huecoide (e.g., entorno permitió a ambos grupos seleccionar los lugares
apéndices modelados cerámicos, lapidaria), tuvieron donde asentarse y obtener recursos materiales y dónde,
exclusivamente lo que aquí se denomina objetos fetiche cuáles o cómo celebrar rituales o actividades cotidianas.
como los cemís, esto es, “objetos en los que se acumulan, Ambos grupos, en términos puramente ecológicos, tenían
en una forma alusiva o metonímicamente corporal, acceso a los mismos recursos y también posiblemente a
[otros] objetos que van desde la materia bruta a la redes de intercambio similares. Pero en la etapa final de
materia muerta: tierra, piedras, conchillas, plantas, la producción cerámica, ambos grupos desarrollaron
excrementos, sangre, cadáveres” (Augé 1998: 106). estrategias divergentes para elaborar motivos o
decoraciones en la cerámica y ésto, en términos
Si el cemiísmo fue llevado y practicado en Las Antillas estrictamente biográficos, puede entenderse como el
únicamente por los Saladoide durante la era cerámica otorgamiento de una significación diferencial de los
temprana, entonces se puede entender que la iconografía objetos en sí (Fig. 4.11). Es decir, a pesar que los objetos
Huecoide y su simbología era radicalmente diferente a son cerámicos –que la materia prima pudo ser obtenida
las representaciones simbólicas Saladoide. A este quizás en los mismos lugares, que fueron producidos
respecto, nótese que la materia, la identidad y la relación utilizando algunas técnicas de fabricación similares–, la
son la base de todo dispositivo simbólico (i.e., en el intención, desde el inicio, pudo ser la de producir
objeto símbolo y en el objeto fetiche). El cuerpo, la artefactos con cualidades específicas que tuvieran una
ubicación de éste y sus acciones ante el mundo estrecha relación con el significado original (previo una
circundante (el entorno) –donde se experimenta y se “preformación ideacional” de los objetos) que los
establecen relaciones que van cargando de significados artefactos tenían para quienes los produjeron.
86
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
87
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
reestructuraciones inciden a su vez en la propia momento de acceder a las materias primas, pero también
estructura social que, a través de distintos ámbitos (e.g., durante la trayectoria posterior que culmina con la
rituales, simbólicos y cotidianos), puede amoldarse a obtención del artefacto acabado (Fig. 4.12).
nuevas condiciones de vida.
88
Capítulo 4: Dos sitios arqueológicos. De la macroregión a los lugares
comprender. Es sobre este último asunto que interesa un ente humano (social) puede crear, experimentar,
hacer una recapitulación, ya que a pesar de los años actuar, compartir o resguardar con otros y con el entorno.
algunos de los más influyentes investigadores De esta manera, y como resultado de múltiples
caribeñistas (e.g., Allaire 1999; Rouse 1992 y algunos de interacciones de distinta naturaleza, la cultura produce y
sus seguidores) se esfuerzan por no discutir con más revitaliza lo que se puede denominar “filtros culturales
claros elementos esta materia. Cabe mencionar que en la fluctuantes” en los entes humanos, mismos que a su vez
investigación arqueológica antillana se sabe que si se son conformados por las experiencias particulares o
obtienen datos más refinados que establezcan que los comunes de los individuos que constituyen un grupo
Huecoide y Saladoide son entidades culturales diferentes, social o cultural. Las experiencias humanas en conjunto
el marco cronológico-espacial y cultural en vigencia permiten pues, una ubicación y revaloración continua de
(principalmente el propuesto por Rouse 1952; 1992) los humanos ante lo otro y con lo otro como
tendrá que ser revisado en su totalidad. Ya no consecuencia de las relaciones dialécticas y constantes
funcionaría para interpretar los procesos posteriores a la que ocurren entre los elementos que conforman los
era cerámica temprana (i.e., periodo II-a/b o entornos (que como se mostró, no son sólo naturales).
agroalfareros I y II) que desembocaron en la
consolidación de nuevas entidades culturales complejas, No se crean cosas con significados por acto de magia o
documentadas por los cronistas europeos del periodo de porque se necesitan crear para sobrevivir como entes
contacto. biológicos; se crea, se actúa y se evoluciona junto con lo
intracircunmundano (el entorno) porque se dan
Se presentaron las reflexiones y aportaciones que han posicionamientos constantes ante el mundo, mismos que
desarrollado algunos investigadores de Las Antillas a su vez estimulan la creación o reconstitución de los
sobre el fenómeno arqueológico La Hueca. Más que significados y valores de las distintas experiencias con el
tratar de explicar el por qué y el cómo de las semejanzas entorno y las cosas. En este sentido se puede retomar lo
y diferencias entre los grupos agroceramistas tempranos planteado a lo largo de la última parte de este trabajo,
de Las Antillas, se han limitado casi siempre a proponer reconociendo que más allá de las formas “mecánicas” en
explicaciones en función de un modelo cronotemporal, que la cultura puede operar, existen procesos humanos
taxonómico y modal. Luego de que Rouse (1952) que no se muestran ante los investigadores tal y como
propusiera su modelo para Las Antillas, agregó otros son.
conceptos como los de “esferas de interacción” y “zonas
de contacto”, conocidas también como fronteras (véanse Existencia, relación, significación, referencia, memoria
Rouse 1989; 1992). En la mayoría de los casos estos (recuerdos) y percepción/experiencia fueron conceptos
nuevos conceptos fueron y siguen siendo utilizados para constantes en el discurso argumentativo que aquí se ha
trazar relaciones modales entre cerámicas, más que entre desarrollado. Son también conceptos que poco se utilizan
individuos y grupos. Los individuos y sus estrategias en arqueología porque en primera instancia parece que
conscientes e inconscientes de figurar y aprehender el atentan contra el discurso científico que la misma
mundo no son concebidas como importantes en este disciplina se ha forjado a lo largo de los años.
modelo, o por lo menos no son trascendentales. Así lo Precisamente esas palabras y lo que cada una de ellas
muestran muchas investigaciones (e.g., Petersen y implican, van más allá de la mera descripción que se
W atters 1999; Righter 1997), no todas, que pretenden puede hacer acerca de las cualidades culturales de uno u
explicar los procesos culturales antillanos como si otro grupo humano. En principio, cada uno de esos
siempre fuesen mecánicos y predecibles. conceptos ayudan a entender qué tuvo que ocurrir
primero en el desarrollo de las relaciones humanas con
Por más detallistas y vanguardistas que puedan ser las las “cosas” del entorno y qué, en consecuencia, pudo esto
investigaciones arqueológicas de Las Antillas, no se producir. Para que hubiese mitos, cosmovisiones,
podrá conocer mucho más de la era precolombina (desde símbolos, ritos y cultura material en general primero tuvo
sus primeros pobladores acerámicos hasta los últimos que suceder una serie de acciones complejas entre el ser,
pueblos que sobrevivieron algunos años después del el ser-en-sí-mismo (el reconocimiento del propio
periodo de contacto indoespañol) si se parte de cuerpo), el ser ahí y el ser en el mundo; relaciones que
principios incompletos acerca de lo que se concibe como hicieron posible el otorgamiento de significados y
cultura (e.g., cultura arqueológica). La cultura y sus valores a los entes (a lo intracircunmundano) en general.
múltiples manifestaciones en cualquier momento de la Luego de eso, dentro de las relaciones entre entes
historia y espacialidad humana es algo más complejo que humanos (e.g., dentro o entre grupos de parentesco), fue
los elementos materiales que la constituyen, que nosotros posible la convergencia y divergencia de ideas que pudo
tradicionalmente describimos por separado y que a veces estimular la creación de biografías de individuos, de
pueden comprenderse a partir de nuestras propias grupos, de lugares y de los demás entes (e.g., “cosas”)
abstracciones. En este sentido la cultura es todo lo que con los que se interactuó por medio de percepciones y
89
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
experiencias (que estimulan la acumulación de ambas entidades. Si bien ambos grupos o algunos de sus
conocimientos). Ya en este punto se puede decir que: integrantes migraron desde varios puntos del continente
suramericano hacia Las Antillas hace aproximadamente
la cosmovisión, con su conjunto de elementos más 2500 años, ejercieron mecanismos de interacción
resistentes [aunque no inmutables] al cambio [i.e., el
núcleo duro], tiene su fuente principal en las diferentes en los entornos isleños como resultado de
actividades cotidianas y diversificadas de todos los experiencias de vida divergentes en sus lugares de origen
miembros de una colectividad que, en su manejo de y en su movimiento por distintos lugares. El movimiento
la naturaleza y en su trato social, integran a través del espacio, según Certeau (1984), permite la
representaciones colectivas y crean pautas de
construcción de historias del espacio o formas narrativas
conducta en los diferentes ámbitos de acción (López
Austin 2001:62; los corchetes son míos). de comprensión. Esto implica una continua presencia de
experiencias previas en contextos presentes. El
Entonces, además de aspirar a contar y descifrar conocimiento del espacio requiere del acoplamiento de
cosmovisiones, ideologías o eventos económicos de las una memoria de tiempo acumulado para superar un
sociedades que ya no existen, es necesario procurar encuentro inicialmente hostil y enajenante con un nuevo
entender los procesos, o por lo menos los principios de lugar.
tales procesos, que permitieron la creación y el
desarrollo de los significados y valores de las “cosas” La selección de lugares para establecer los
que luego se representaron mediante mitos, ritos, asentamientos, la disposición de las viviendas, la
símbolos y también en el acontecer cotidiano (i.e., en las preferencia de lugares para disponer de los muertos, la
representaciones sociales cotidianas). Eso es lo que se ha elección de materias primas y las distintas trayectorias
tratado de mostrar en esta sección del trabajo. envueltas en los procesos de elaboración de los objetos,
son procesos que están íntimamente vinculados con la
Hay que aclarar que este ejercicio no es un análisis figuración de los entornos y con las experiencias
fenomenológico detallado de la cultura material ni de los acumuladas durante procesos de interacción previos y
espacios y lugares que se han mencionado en el contexto contemporáneos. Por lo tanto, las formas y las cualidades
de los grupos humanos Huecoide y Saladoide. Sólo se de las interacciones que resultaron de las experiencias
estudiaron algunos elementos culturales que reflejan la aglomeradas, así como las nuevas relaciones y
existencia y acción de dos grupos humanos que vivieron experiencias acaecidas en los lugares antillanos que se
en dos villas indígenas Huecoide y dos más Saladoide están estudiado, permitió a ambos grupos construir,
durante un periodo particular de la historia antigua del reconstituir o resguardar ciertos elementos importantes
actual territorio puertorriqueño. Con todo, sí ha sido de las biografías personales o grupales, de los locales, de
posible ver, de forma general, que este tipo de análisis los lugares y también de la cultura material y de otros
tiene gran potencial para estudiar detalladamente cada elementos naturales en el entorno. Con el análisis que se
uno de los elementos que se discutieron. Como es ha desarrollado en esta sección, es notorio que los
conocido, gran parte de las culturas de bosque tropical Huecoide y los Saladoide plasmaron, en los registros
(e.g., en el Amazonas) han mantenido una relación arqueológicos construidos que hoy se estudian, sellos
dinámica con el mundo material y natural de sus entornos distintivos que, por una parte, los une como entes
(véase a van der Hammen 1992). La complejidad de esas interrelacionados en espacios de interacción previos y
relaciones han podido ser identificadas, tanto en la contemporáneos, pero por otra parte, los distingue como
cultura material como en la configuración de los espacios entes culturales con experiencias y visiones del mundo
y lugares que habitan (véase e.g., Guapindaia 2001; van evidentemente diferentes. Futuras investigaciones
Velthem 2001). En este sentido, el proceso de fenomenológicas detalladas acerca de cada uno de los
humanización es fundamental en cada actividad material elementos culturales que aquí fueron considerados,
ya que remite a eventos relacionales que pueden estar podrán enriquecer el conocimiento que hasta ahora se
arraigados en concepciones míticas acerca de la tiene acerca de las relaciones entre estos grupos con sus
comprensión del mundo y de las cosas. entornos, con sus objetos y con las cosas naturales-
culturales que hicieron frente en los milenarios espacios
Desde esta perspectiva, la aparente diferenciación y lugares de acción antillanos.
biográfica de los locales y lugares de los Huecoide y
Saladoide, de los objetos símbolo y fetiche, de los Notas del Capítulo 4
artefactos de uso cotidiano y herramientas, alude a 1. La palabra huracán proviene de la voz arawaka
biografías personales e interpersonales –a estructuras insular huracán, con la cual los indígenas Taíno de la
socioculturales y organizativas– distintas entre estos Española (ca.1492-1521) denominaban al fenómeno
grupos humanos. Las cualidades biográficas diferenciales atmosférico que ya conocemos.
remiten, de esta suerte, a cosmovisiones distintas que 2. Véanse algunos objetos cerámicos en las próximas
debieron ser el producto de divergencias culturales entre secciones de este capítulo.
90
Capítulo 5 El enfoque metodológico
En el primer capítulo de este libro se expusieron tanto el suficientes como para poder comprender dinámicas más
problema arqueológico concreto de interés para la específicas de dichos procesos. La paleoetnobotánica
investigación como el marco referencial que se utiliza en antillana ha podido elaborar síntesis regionales y hasta
la dilucidación de ese y otros aspectos. Se mostraron locales sobre el uso de plantas en distintos periodos,
también las presunciones o hipótesis que pretenden ser aunque desafortunadamente los restos macrobotánicos
contrastadas con los datos que surjan de esta pocas veces reflejan un espectro global de las plantas que
investigación y con los cuales se intenta contribuir al fueron de importancia económica, medicinal o ritual para
mejor entendimiento de las estrategias relacionales y las culturas precolombinas de la región. Aunque se han
adaptativas de los grupos Huecoide en Las Antillas identificado algunas plantas de posible valor económico
nororientales. De la misma manera, en los subsiguientes en diversos sitios y periodos antillanos, las plantas que se
capítulos se revisaron los marcos cronoculturales cree fueron las de mayor importancia por sus cualidades
comúnmente utilizados para situar las cambiantes alimenticias, farmacológicas y simbólicas prácticamente
manifestaciones socioculturales de la región. Se han pasado desapercibidas en el registro macrobotánico,
desprende claramente de los marcos antes mencionados con la excepción de dos o tres sitios precolombinos
que las posibles interacciones entre grupos humanos y tardíos (véase Cuadro 3.3).
plantas a lo largo de la historia precolombina antillana
fueron importantes para la construcción de los esquemas En este contexto, para poder recuperar e identificar los
explicativos existentes, dado que las estrategias de restos de esas plantas importantes que servirán para
subsistencia en general han sido determinantes para abordar el problema planteado en la presente
caracterizar y situar los desarrollos socioculturales en investigación, se aplica la técnica de análisis
una escala lineal, evolutiva o de desarrollo progresivo. arqueobotánico basada en el estudio de los gránulos de
Se discutió también el estado actual de conocimientos en almidón de las plantas. Esta técnica es una herramienta
torno a los estudios paleoetnobotánicos realizados en Las de investigación recientemente introducida, aunque poco
Antillas y se mostró la situación cultural de los grupos utilizada, en la disciplina paleoetnobotánica. Los trabajos
Huecoide desde el punto de vista de los posibles pioneros de investigadores como Briuer (1976), Ugent,
procesos relacionales entre éstos y los entornos Pozorski y Pozorski (1982), Fullagar (1986), Loy et al.
antillanos. (1992) y Piperno y Holst (1998) han mostrado que esta
herramienta no sólo es útil para comprender con mayor
Como se pudo apreciar, los distintos estudios y métodos detalle algunos aspectos de las interacciones entre
de investigación paleoetnobotánica aplicados en Las poblaciones humanas y plantas, sino que resulta
Antillas y en otras regiones tropicales del mundo, han necesaria y a veces imprescindible para estudiar regiones
proporcionado información relevante para responder y geográficas que tradicionalmente cuentan con una
aclarar algunas preguntas concernientes a ciertos limitada información paleoetnobotánica, como es
problemas relacionados con la adaptación humana y la parcialmente el caso de Las Antillas.
explotación o uso del medio florístico. Sin embargo, en
el caso concreto de Las Antillas como región tropical, los Los restos de las plantas tuberosas y de otras plantas de
estudios realizados hasta el presente no han podido posible importancia para los grupos precolombinos
revelar con claridad y contundencia cuáles plantas de antillanos han sido difícilmente documentados por las
importancia (e.g., alimenticias, medicinales o de uso investigaciones realizadas hasta el presente. Como es
ritual) pudieron ser significativas para los procesos de sabido, las condiciones climáticas y de los suelos en las
comprensión, relacionabilidad y eventual adaptabilidad regiones tropicales afectan adversamente a las estructuras
humana a los entornos isleños en momentos específicos de las semillas carbonizadas, de los tejidos vegetales
de la historia antigua de la región. Dichos estudios se han (parenquimatosos), de los granos de polen y también de
enfocado principalmente en el análisis de los restos los fitolitos, aunque algunos de estos restos pueden
macrobotánicos como las semillas y maderas preservarse si existen determinadas características
carbonizadas, lo que sin lugar a dudas ha permitido ambientales consideradas como ideales (e.g., ambientes
elaborar interpretaciones relacionadas con el ambiente anaeróbicos). A diferencia de los restos antes señalados,
florístico antiguo, con la explotación maderera, con el los gránulos de almidón que se encuentran en enormes
cuidado y mantenimiento de algunas plantas silvestres y cantidades en las raíces, troncos tuberosos, tubérculos y
cultivadas así como con el impacto de ciertas actividades semillas de ciertas plantas, pueden preservarse en
humanas en los ambientes donde generaron sus ambientes tropicales por largos periodos de tiempo ya
actividades. que, entre otras cosas, quedan atrapados en las grietas,
fisuras y poros de las herramientas precolombinas que
Si bien las investigaciones paleoetnobotánicas en Las fueron utilizadas en las distintas etapas del
Antillas han sido enriquecedoras para poder entender procesamiento de éstas para confeccionar alimentos,
algunos procesos socioculturales precolombinos, se medicinas y otros productos vegetales derivados. De esta
puede notar que el estudio preponderante de restos manera, si los gránulos de almidón provenientes de
macrobotánicos no ha proporcionado los datos distintos órganos vegetales pueden ser extraídos de las
91
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
92
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Figura 5.1 Estructura de almidón. a, los círculos y las líneas son moléculas de amilosa y amilopectina; b, Hilum (punto) en el extremo izquierdo del gránulo; los
anillos concéntricos son capas de crecimiento de amilosa y amilopectina.
Los estudios modernos sobre almidones se han enfocado 1998; Piperno y Pearsall 1998; Piperno et al. 2000).
principalmente en el desarrollo de tecnologías de
alimentos y otros derivados, pero también en la Aunque la proliferación de trabajos arqueobotánicos
confección de sustancias o compuestos y productos de relacionados con los almidones es evidente a partir de la
limpieza. Desde el siglo XIX se desarrollaron estudios década de 1990, en la actualidad son pocas las
especializados con los que se pudo comenzar a definir investigaciones en las que se ha utilizado dicha técnica;
los distintos elementos que constituyen a los almidones. en la mayoría de los casos se aplica el estudio de
De esta forma surgieron trabajos en los que se almidones a aspectos funcionales de artefactos y
reconocieron ciertas características diagnósticas que herramientas de piedra, y más recientemente se ha
demostraban las cualidades diferenciales de los d e m o str a d o s u u tilid a d p a ra lo s e s tu d io s
a lm id o n e s p r o d u c id o s p o r d istin ta s p la n ta s paleoambientales y de uso de suelos (Balme y Beck
(Ethnobotanical Leaflets 1998: Kraemer 1907, Meyer 2002; Lentfer et al. 2002). Es necesario mencionar a
1895, Muter 1905, Nägeli 1874, Schleiden 1849, W inton algunos investigadores que han demostrado la validez de
1906; Reichert 1913). esta herramienta de investigación para la arqueología,
aunque se debe aclarar que la mayoría de los estudios
Fue muchos años después, en la década de 1970, cuando realizados se han desarrollado en áreas tropicales de
se llevó a cabo uno de los primeros trabajos en los que se Centro y Suramérica (Berman y Pearsall 2000; Pearsall
reconoció la potencial importancia del estudio de et al. 2004; Perry 2002a, 2002b y 2004; Piperno y Holst
gránulos de almidón en arqueología (Briuer 1976). 1998; Piperno et al. 2000), Oceanía (e.g., Barton et al.
Estudiando concretamente algunos residuos orgánicos 1998; Fullagar 1986; Horrocks et al. 2004; Lentfer et al.
presentes en herramientas líticas arqueológicas, Briuer 2002; Loy et al. 1992) y también en la zona andina
pudo detectar la presencia de almidones y de otros (Ugent, Pozorski y Pozorski 1982; Ugent, Pozorski y
residuos inorgánicos característicos de las plantas (e.g., Pozorski 1986; Ugent, Dillehay y Ramírez 1987).
oxalato de calcio y sílice). El estudio de Briuer sentó las Destacan los trabajos realizados por T homas Loy et al.
bases para que años más tarde se comenzaran a (1992) en las islas Salomón, los de Dolores Piperno e
programar estudios arqueobotánicos encaminados a Irene Holst (1998) en Panamá y los de Don Ugent et al.
integrar los estudios de almidones de forma sistemática (1982, 1986, 1987) en la zona andina. En los dos
en arqueología. In ve stiga ciones desarrolladas primeros casos (i.e., Loy et al. 1992; Piperno y Holst
posteriormente en Panamá, por ejemplo (ver Piperno y 1998), se aplicó el análisis de gránulos de almidón en
Holst 1998; Piperno y Pearsall 1998), fueron implementos líticos relacionados con el procesamiento
planificadas con la idea de poder obtener suficientes de plantas y se logró identificar por primera vez, en los
muestras de residuos de las herramientas líticas de periodos estudiados, restos pertenecientes a varias
molienda y macerado de contextos culturales cercanos a plantas de importancia económica (e.g., Araceae
los 5000 a.C. En la década de 1980, comenzaron a [Colocassia sp.], Zea mays, Phaseolus sp.). En los
develarse los primeros resultados concretos de la estudios de Ugent y otros en la zona andina, se utilizó el
aplicación de la nueva técnica microbotánica en varias análisis de almidones para corroborar la identificación de
partes del mundo (véanse Fullagar 1986; Ugent et al. restos desecados de yuca (Manihot sp.), de papa
1982, 1986, 1987), pero fue en la década de 1990 (Solanum sp.) y de otras plantas más. En los estudios
cuando se reconoció la importancia tangible del estudio antes citados, fue posible generar una serie de novedosas
de almidones en la arqueología (Barton et al. 1998; interpretaciones acerca de las dinámicas socioculturales
Berman y Pearsall 2000; Cortella y Pochettino 1994; de los grupos humanos relacionados con los contextos de
Fullagar (ed.) 1998; Loy et al. 1992; Piperno y Holst hallazgo, debido a que por primera vez en algunas de
93
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
estas regiones, los almidones proporcionaron evidencia pueden encontrar en las herramientas de molienda, de
directa sobre la interacción, domesticación, uso y macerado o de otros contextos arqueológicos (véanse
consumo de las plantas por parte de los grupos humanos Lentfer et al. 2002; Horrocks et al. 2004), primero es
relacionados con ellas. necesario crear una colección de referencia de los
almidones de aquellas plantas actuales consideradas
Como fue comentado antes, los estudios de gránulos de como importantes para la investigación. La variedad e
almidón realizados hasta el presente en el contexto de la importancia de las plantas que van a ser documentadas
arqueología han revelado la importancia de su aplicación depende de la región que se estudia, pero principalmente
para las regiones tropicales, sobre todo porque los restos de las plantas silvestres, cultivadas o domesticadas que
botánicos que tradicionalmente se estudian en pudieron ser de importancia, tanto alimenticia,
paleoetnobotánica (macrorestos, polen, fitolitos), casi no medicinal, ritual, como por materia prima, para las
se preservan en los contextos enterrados como culturas precolombinas de la región. En la presente
consecuencia de las características climáticas inestables investigación se han seleccionado plantas tuberosas y de
de los trópicos (e.g., excesiva humedad, variabilidad de rizomas, así como otras que producen semillas y frutos
temperaturas en periodos cortos de tiempo, etcétera). En de importancia alimenticia, medicinal o ritual y que han
cambio, en el caso particular de Las Antillas como sido históricamente valoradas en las llamadas economías
región, los estudios de paleoetnobotánica se han dirigido de bosque tropical (Lathrap 1970; Meggers 1989). Se
principalmente a la identificación de maderas incluyen además otras plantas que cuentan con ciertas
carbonizadas más que a otros restos (semillas y raquis cualidades farmacológicas o alimenticias, pero que nunca
carbonizados), debido a que las propiedades físicas de han podido ser relacionadas de manera clara con las
tales elementos las hacen más resistentes a los embates actividades humanas precolombinas de la región (véase
climáticos de la región. En este sentido, tanto para el Cuadro 5.1; Apéndice B).
caso de Las Antillas como para otras regiones tropicales
y templadas, el estudio de los gránulos de almidón Conociendo las diferentes rutas de inmigración posible
recuperados en los contextos arqueológicos sirve como de los distintos pobladores precolombinos de Las
una herramienta de investigación útil y novedosa, con la Antillas, ha sido necesario obtener no sólo plantas
cual es posible expandir el espectro de datos autóctonas de Puerto Rico, de Suramérica o de la región
arqueobotánicos que permitirá a su vez, proponer antillana en general, sino plantas provenientes de otras
interpretaciones más completas de las culturas posibles regiones de procedencia de los grupos que
precolombinas que se estudian. precedieron a los primeros agroceramistas en arribar a
Las Antillas (i.e., Centroamérica, Suramérica). Cabe
Creación de la colección de referencia moderna de destacar que muchas de las plantas consideradas en la
almidones: aspectos metodológicos presente investigación son nativas de América tropical
continental, aunque actualmente están naturalizadas en
Antes de recuperar y estudiar los almidones que se gran parte de las islas antillanas.
F am ilia G énero E specie N om bre M aterial M aterial F otos N ativa de... L ugar de colecta
com ún o recolec. procesado
vulgar
1 Araceae Xanthosom a sagittifolium yautía blanca cormelos cormelos planta y noreste Finca Pagán,
de pana cormos Suramérica Aibonito, PR
2 Araceae Xanthosom a cf. sagittifolium yautía blanca cormelos cormelos planta y noreste Finca Pagán,
rascosa cormelos Suramérica Aibonito, PR
Suramérica
3 Araceae Xanthosom a undipes yautía palma rizomas rizoma planta y noreste Finca Pagán,
rizoma Suramérica Aibonito, PR
4 Araceae Xanthosom a violaceum yautía lila cormelos cormelos planta y noreste Finca Pagán,
cormelos Suramérica Aibonito, PR
5 Arecaceae Acrocom ia m edia corozo frutos pulpa y capa planta y Antillas? Tibes, Ponce, PR
(semillas) intermedia frutos
6 Basellaceae Anredera vesicaria suelda con raíces raíces planta y América trop. Finca Amárilis
suelda raíces Pagán, Aibonito,
PR
7 Bixaceae Bixa orellana achiote, bija semillas semilla planta y América contin. Finca Pagán,
semilla Aibonito, PR
8 C annaceae C anna indica gruya rizoma rizoma planta y Suramérica Finca Pagán,
rizoma Aibonito, PR
9 C annaceae C anna sylvestris maraca roja rizoma rizoma planta Puerto R ico, Finca Pagán,
Jamaica, Panamá Aibonito, PR
10 C onvolvulacea Ipom oea batatas batata tubérculos raíz tuberosa tubérc. Suramérica puesto C ar. 14,
e Aibonito, PR
94
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Continuación
Cuadro 5.1
11 C onvolvulacea Ipom oea sp. batatilla tubérculos raíz tuberosa tubérc. Suramérica? C asa Antonio
e Pagán, Aibonito,
PR
12 D ioscoreaceae D ioscorea alata ñame tubérculos tubérculo planta y sur de Asia Finca M ariposario
gulembo, subterráneo tubérc. G uayama, PR
ñame de
monte
13 D ioscoreaceae D ioscorea altissim a dunguey tubérculo y (2) tubérculo planta, Suramérica / M ogotes
tubérculos subterráneo y tubérc. y Brasil? C omunidad El
aéreos tubérculos tuberc. Polvorín, M anatí,
aéreos aéreos PR
14 D ioscoreaceae D ioscorea bulbifera ñame gunda tubérculos tubérculos planta y Asia y África Bosque R ío Abajo,
aéreos aéreos tubérc. tropical Arecibo, PR
aéreos
15 D ioscoreaceae D ioscorea polygonoides gunda tubérculos tubérculos planta y Antillas, C entro y Loíza, PR
aéreos aéreos tubérc. Suramérica
16 D ioscoreaceae D ioscorea trifida ñame mapuey tubérculos tubérculos planta y Suramérica puesto C ar. 1,
subterráneos tubérc. C ayey, PR
17 Euphorbiacea M anihot esculenta yuca, planta y raíz tuberosa planta y Suramérica Finca Pagán,
e mandioca raíces tuberc. Aibonito, PR
18 Fabaceae C anavalia rosea haba de playa semillas semillas planta y costas tropicales Palmas del M ar,
(baina) semillas América Humacao, PR
(baina)
19 Fabaceae Lablab purpureus haba de tocón, semillas semillas planta y Posiblemente Finca Pagán,
haba de semillas África Aibonito, PR
caballo
20 Fabaceae M acroptilium lathyroides habichuela semillas semillas planta y nativa silvestre de Finca Pagán,
parada semillas PR Aibonito, PR
(baina)
21 Fabaceae Phaseolus vulgaris frijol negro semillas semillas semillas G uatemala/M éx M erc. C yán, M X .,
DF
22 M arantaceae C alathea allouia lerén planta y (2) rizoma y planta, Suramérica Finca M ariposario,
rizomas tubérculo rizoma y G uayama, PR
tuberc.
23 M arantaceae C alathea veitchiana galatea planta rizoma planta, falta V enezuela
Finca Pagán,
rizoma
Aibonito, PR
24 M arantaceae C alathea zebrina galatea, zebra planta y rizoma planta, falta Suramérica,
Finca Pagán,
rizomas rizoma Brasil
Aibonito, PR
25 Poaceae C oix lacrym a-jobi camándula planta y semillas planta, Asia tropical? Finca Irma P agán,
semillas semillas y Aibonito, PR
raíces
26 Poaceae Zea m ays C f. confite semillas semillas semillas N orte C hile, D esierto Atacama,
(arqueológico morocho “ecotone” entre C hile
C hile) arqueológico desierto y tierras
tropicales del
interior
27 Poaceae Zea m ays pollo semillas semillas semillas Boyacá/C un- C IM M Y T
dinamarca,
C olombia
28 Poaceae Zea m ays negrito semillas semillas semillas costa atlántica, C IM M Y T
C olombia
29 Poaceae Zea m ays cateto semillas semillas semillas Brasil C IM M Y T
cristalino
30 Poaceae Zea m ays chandelle, semillas semillas semillas Antillas C IM M Y T
canilla
31 Poaceae Zea m ays caribe semillas semillas semillas Antillas C IM M Y T
temprano
32 Poaceae Zea m ays tusón semillas semillas semillas C uba C IM M Y T
33 Sm ilacaceae Sm ilax dom inguensis bejuco de rizoma rizoma planta yAntillas M ayores, Bosque R ío Abajo,
membrillo; rizoma M éxico- Arecibo, PR
raíz de Honduras y
zarzaparrilla G uatemala
34 Solanaceae Solanum tuberosum papa criolla tubérculos tubérculo tubérc. Suramérica: M erced,M x
Andes templados
35 Zam iaceae Zam ia am blyphyllidia marunguey planta (2) tronco y planta Puerto R ico, Finca Pagán,
completa semillas completa C uba, Jamaica Aibonito, PR (1);
C omunidad El
Polvorín, M anatí,
PR (2)
36 Zam iaceae Zam ia portoricensis marunguey, fragmento tronco planta Puerto R ico periferia de B osque
palmita de tronco completa (aparentemente Seco de G uánica
jardín tuberoso endémica)
37 Zam iaceae Zam ia pum ila guáyiga fragmento tronco planta Antillas M ayores Provincia
tronco completa Altagracia, R egión
tuberoso Higüey, R epública
D ominicana
95
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Por último se han aprovechado, también como referentes, Por otra parte, se considera relevante la información que
testimonios actuales de campesinos y/o consumidores de proporcionan actualmente los estudios de gránulos de
productos vegetales de la región montañosa de Puerto almidón en arqueología (Torrence et al. 2004) y en
96
Capítulo 5: El enfoque metodológico
fisiología-sistemática de plantas (Buléon et al. 1998) por fotográficos y especímenes de las familias Araceae,
los señalamientos que se hacen en referencia a los Bixaceae, Cannaceae, Convolvulaceae, Euphorbiaceae
gránulos depositados en las distintas partes de las y Fabaceae. Otras plantas más, de las familias
plantas. Como fue mencionado en las primeras secciones Dioscoreaceae y Marantaceae, fueron obtenidas en una
de este capítulo, los almidones pueden encontrarse en las finca boscosa en el municipio de Guayama mientras que
hojas, en los tallos, en las semillas y en las raíces de las un espécimen de Arecaceae fue obtenido en el Centro
plantas, pero es sobre todo en los órganos de Ceremonial Indígena de Tibes en el municipio de Ponce.
almacenamiento de energía de las plantas (i.e., raíces y
semillas), donde se encuentran los gránulos de almidón En una segunda colecta en Puerto Rico (diciembre de
diagnósticos o característicos de determinada taxa. Por 2001), se obtuvieron especímenes adicionales de
esta razón, se excluyen de la colección de referencia los Dioscoreaceae y Zamiaceae (Zamia amblyphyllidia) en
gránulos de almidón llamados transitorios –mismos que los municipios Cayey y Aibonito. La tercera colecta fue
se encuentran esencialmente en las hojas y tallos– debido realizada entre los meses de diciembre de 2003 y enero
a que éstos por lo general tienen dimensiones menores a de 2004, siendo posible obtener especímenes de
5 :m (micras) y cuentan con muy pocas características Basellaceae y Dioscoreaceae en la finca de Amárilis
morfológicas distintivas o diagnósticas. En cambio, y Pagán Jiménez y también en fincas del municipio de
como ya fue mencionado, se otorga en esta investigación Loíza, en la costa norte de Puerto Rico (Elvis Babilonia:
mayor énfasis a los órganos de almacenamiento de comunicación personal, 2004).
energía de las plantas seleccionadas, en vista de que las
raíces, los tubérculos, las raíces tuberosas, los rizomas, La cuarta colecta de plantas fue realizada entre los meses
los troncos tuberosos, los cormos y/o cormelos o las de junio y julio de 2004 en los bosques Río Abajo y Seco
semillas de dichas plantas posiblemente fueron los de Guánica, ambos en Puerto Rico. En estos bosques se
órganos aprovechados por los grupos precolombinos de pudieron colectar especímenes silvestres importantes
Las Antillas, según se desprende de las fuentes para la investigación pertenecientes a las familias
consultadas y estudiadas. Dioscoreaceae, Smilacaceae y Zamiaceae (Zamia
portoricensis). Adicionalmente, se colectaron en la finca
Obtención del material botánico moderno de la Sucesión Pagán-Avilés, especímenes silvestres de
las familias Fabaceae y Poaceae así como otros exóticos
Se realizaron colectas de plantas y/u órganos necesarios emparentados con algunas plantas de importancia
para la conformación de la colección de referencia. Para económica consideradas en esta investigación (e.g.,
desarrollar eficientemente esta tarea, se optó por llevar a Calathea sp.). Estos especímenes exóticos, junto a otros
cabo los siguientes tipos de colecta: 1) “in situ” o más (e.g., Dioscorea alata, Lablab purpureus), fueron
colectas "in situ" hechas por segundas personas; 2) en integrados a la colección de referencia con el propósito
mercados de vegetales en Puerto Rico y México y; 3) de contar con una base de datos y de referencia mayor
donaciones por medio de instituciones especializadas en que permitiese refinar las caracterizaciones de los
el manejo y estudio de plantas específicas. especímenes de importancia para la investigación. Al
comparar los conjuntos de almidones de plantas de una
Colectas “in situ” misma familia o de un mismo género, se posibilita el
refinamiento de las variables y variantes utilizadas en las
Con el fin de obtener las plantas seleccionadas y que descripciones.
aparecen en el Cuadro 5.1, se realizaron 4 periodos de
colecta de especímenes en la isla de Puerto Rico. En último lugar, gracias a la intervención en campo del
Durante el mes de julio de 2001 se comenzó a colectar doctor José R. Oliver, se pudo obtener otro espécimen de
plantas en el municipio de Aibonito, pueblo enclavado en Zamia en el extremo oriente de la República Dominicana
la Cordillera Central y que aún conserva y produce (Región de Higüey). Este espécimen (Zamia pumila)
plantas tuberosas importantes de América tropical. En pertenece a una especie distinta de los ya colectados en
esta primera etapa se contó con la ayuda de Santos Pagán Puerto Rico, pero algunos trabajos especializados muy
Avilés (mi padre), floricultor y miembro de una antigua recientes y sin publicar hacen notar que esta especie de
familia de agricultores de la región central de la isla. Su Zamia existe aún en la región sur-central de la isla de
conocimiento y experiencia sirvió de gran ayuda en la Puerto Rico.
identificación de especímenes que todavía son cultivados
y cosechados en la finca de la Sucesión Pagán-Avilés. En Colectas en mercados de vegetales en Puerto Rico y
la mencionada propiedad quedan claros reductos de México
antiguos huertos caseros y áreas de siembra de diversos
árboles frutales; fue ahí donde se obtuvieron registros No obstante, dado que no siempre se encuentran los
97
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
especímenes deseados en las fincas de cultivo actuales o trabajos de Piperno y Holst (1998):
en los bosques tropicales de la isla, se procedió con
visitas a pequeños mercados de frutas y vegetales en • se lavó y descascaró el material fresco de las plantas
Puerto Rico. Estos puestos se ubican generalmente en las ( i.e., frutas, raíces, rizomas, tubérculos y semillas);
orillas de las principales carreteras montañosas de Puerto • los órganos seleccionados se molieron o maceraron
en un mortero o rallador respectivamente, y se
Rico y comúnmente comercializan productos cosechados
colocaron en agua destilada con el propósito de
en la isla por pequeños agricultores; también acceden a
liberar los gránulos de almidón de los tejidos;
productos de grandes empresas agrícolas de Puerto Rico • se filtró el extracto a través de coladores con
y de otras islas caribeñas (e.g., República Dominicana). aperturas de malla no mayor a los 0.5mm,
En estos pequeños puestos comerciales, ubicados en permitiendo esto que los gránulos y algunos tejidos
distintas carreteras de Aibonito, se obtuvieron otros vegetales (e.g., Xilema, vasos traqueoides) pasaran
especímenes de Araceae y Dioscoreaceae. Asimismo, se a través de la malla mientras fue retenida la pulpa;
hicieron visitas a distintos mercados en la Ciudad de • los almidones, una vez secados a temperatura
México (e.g., La Merced y Coyoacán). En estos lugares ambiente, fueron almacenados en envases plásticos
estériles.
se obtuvieron especímenes de Fabaceae y Solanaceae.
98
Capítulo 5: El enfoque metodológico
presente estudio fue necesario intercalar datos y características en casos muy particulares, pero fue
características del conjunto de trabajos citados. De esta utilizado principalmente durante la fase de sorteo de los
forma se lograron constituir las variables y variantes en gránulos de almidón arqueológicos, ya que la luz
cuestión, las cuales han resultado ser operativas para polarizada provoca una serie de efectos únicos en la
realizar las descripciones de almidones por espécimen. imagen que se percibe de los almidones (i.e.,
Las variables son las siguientes: forma, hilum, puntos de birrefringencia diferencial), lo que posibilita la fácil
flexión, posición de hilum y de puntos de flexión, distinción de éstos entre otros residuos presentes en los
laminado, tonalidad, largo, ancho, diámetro, estructura, portaobjetos. La principal característica observada es lo
cavidad o fisura, margen y borde. Al interior de cada una que se conoce comúnmente como cruz de extinción, que
de las variables fueron creadas múltiples variantes, las en el caso de los gránulos de almidón ésta se posiciona
cuales se detallan en el Apéndice A de esta investigación. y adquiere características únicas dependiendo de la
posición y/o ubicación del centro o hilum de los
Sin embargo, hay que aclarar que tanto las variables y gránulos. En el sorteo e identificación de los gránulos de
variantes creadas así como los resultados obtenidos en almidón arqueológicos (con el microscopio Iroscope) se
esta fase de la investigación, corresponden únicamente a emplearon oculares de 10X y un objetivo de 40X.
una de las modalidades que actualmente se utiliza para
estudiar y describir almidones en el contexto de la Descripción general de las variables creadas
paleoetnobotánica. Es decir, las variables utilizadas, los
datos obtenidos y las descripciones logradas se limitan Forma
exclusivamente a la variante de estudio basada en el uso
de microscopía óptica con luz blanca, con contraste de Prácticamente todos los autores que han trabajado el
fases y con polarización. Aunque existen otros métodos tema coinciden en que la forma de los gránulos de
para el análisis, caracterización y descripción de almidón es característica de cada especie, aunque a veces
almidones modernos y arqueológicos, estos se basan en puedan existir múltiples variantes (por la posición
el uso de otro tipo de microscopios (e.g., electrónico de variada en que se pueden encontrar éstos). Debido a que
barrido), los cuales ofrecen información diferencial en cada especie pueden haber múltiples formas de
respecto a las características que pueden ser apreciadas gránulos (ya que aquí no se considera la vista céntrica o
con los instrumentos que se utilizaron en esta excéntrica per se), se crearon una serie de variantes
investigación. combinando estándares de formas geométricas no
angulares y angulares utilizadas en el análisis de polen
Durante las distintas etapas de análisis microscópicos (Moore et al. 1991:73), de fitolitos y de almidones (Loy
– r e a liz a d a s ta n to e n lo s L a b o r a t o r i o s d e et al. 1992; Piperno 1988). Esta combinación de formas
Paleoetnobotánica y P aleo am b iente co m o de permite captar la mayor cantidad de variantes que
Fotomicroscopía del IIA de la UNAM – se utilizaron los pueden existir en los almidones de los distintos
siguientes equipos para desarrollar las descripciones de especímenes botánicos estudiados (véase el Apéndice A
los almidones modernos y arqueológicos: Olympus para esta y las otras variables que se describen a
CH30 de luz blanca normal y con contraste de fases; continuación).
Iroscope PT-3LIT con polarización; y Zeiss de luz blanca
normal. Ciertamente, cada uno de ellos ofrecen Hilum
información particularizada dadas sus características
propias, pero en la fase de análisis y adjudicación de El hilum (hylium) o Centre (centro) ha sido definido por
variantes en los gránulos modernos y arqueológicos fue algunos investigadores como el punto de inicio de
siempre necesario recurrir a la observación microscópica crecimiento de los gránulos (Loy et al. 1992: 904) y se
por medio de la luz blanca, aspecto posible ya que todos considera de igual importancia que la variable “forma”
los equipos empleados comparten esta característica. para la identificación de almidones. Esta variable resulta
ser diagnóstica cuando, al combinarse con otras variables
Los microscopios Olympus CH30, Iroscope PT-3LIT y más, posibilita la distinción entre aquellas plantas que
Zeiss con luz blanca fueron utilizados principalmente producen almidones con hilum visible y otras que por lo
para desarrollar el análisis de los gránulos de almidón general no cuentan con este rasgo.
modernos. En ciertos momentos se aprovechó la cualidad
de contraste de fases del Olympus CH30, únicamente Puntos de flexión
para ver los detalles de algunas de las variables creadas
para el análisis. Por otra parte, el microscopio Iroscope Se utilizan distintas variantes para caracterizar algunos
PT-3LIT fue aprovechado también durante el análisis de planos que se observan en ciertos gránulos,
gránulos modernos con el fin de observar ciertas principalmente cuando son poligonales. Es decir, en los
99
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
gránulos irregulares a veces es posible observar líneas en parte de un metro). Los gránulos esféricos son
las vistas céntrica o excéntrica que no representan hilum documentados por la medida de su diámetro mientras que
o fisuras sino puntos de flexión de las distintas facetas de el resto de formas se miden en largo y ancho. Por
los cuerpos analizados. Las características observadas ejemplo, en un gránulo truncado, elíptico u ovalado el
con estas variantes pueden ser elementos de interés en la largo es la medida comprendida entre los extremos más
descripción y caracterización de determinadas especies angostos, es decir, entre las curvas más comprimidas del
analizadas ya que no todos los gránulos muestran esta cuerpo, mientras que el ancho será la medida
variable y cuando sí se registra, resulta ser bastante comprendida entre los extremos más abiertos, esto es,
homogénea en los almidones de una misma especie. entre las curvas con mayor apertura.
Co esta variable se señala la ubicación del hilum o del Consiste únicamente de dos variantes. Estas son:
punto de flexión respecto al centro del plano observado estructura individual o estructura compuesta. Los
en el gránulo analizado. Aquí se describe únicamente si gránulos observados pueden ser estructuras individuales
el hilum o el punto de flexión se encuentra en el centro que poseen formas más o menos regulares dentro de cada
del plano visible del gránulo o fuera del él, es decir, en especie o pueden ser estructuras que unidas conforman
cualquier punto que se aleje del centro del plano un gránulo compuesto (e.g., estructuras de múltiples
observado del cuerpo visto en microscopio. facetas como en Xanthosoma sp.). Es necesario aclarar
que muchos gránulos que se registran como individuales
Laminado son cuerpos o fragmentos que pueden formar estructuras
compuestas. Por lo tanto, para efectos de esta
Con esta variable y sus variantes se caracteriza el patrón investigación se considera como gránulos individuales a
de los anillos de crecimiento de las moléculas de amilosa aquellos que están constituidos por un sólo cuerpo aun
y amilopectina en los gránulos. Se debe mencionar que cuando estos posean múltiples facetas de presión como
no todas las especies presentan laminado visible. en el género Xanthosoma. A pesar de que los gránulos
Asimismo, debido a que los almidones de las distintas que poseen múltiples facetas tienden a formar estructuras
especies de planta cuentan con características compuestas, se considerarán como estructuras
moleculares distintas, el arreglo de los anillos o círculos individuales siempre que se encuentren aislados.
de crecimiento se puede proyectar de manera desigual
entre ellos. Cavidad o fisura
100
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Gránulos de almidón arqueológicos: aspectos Por lo tanto, aun existiendo en apariencia cierto parecido
metodológicos entre el conjunto de almidones de los géneros mostrados
arriba como ejemplo, es posible diferenciar a los
Gránulos de almidón modernos para identificar gránulos almidones de cada uno siempre que se cuente –en los
arqueológicos gránulos modernos y en los recuperados de los artefactos
arqueológicos– con las suficientes características
Se puede preguntar si las características diferenciales de diagnósticas previamente documentadas en el análisis
los almidones modernos analizados corresponden con la desarrollado para la colección de referencia. Si no
clasificación (división) taxonómica actualmente en uso. existen estas condiciones en los gránulos arqueológicos,
En términos generales la respuesta es sí, aunque no entonces la identificación no es segura, lo que lleva a
siempre el sistema de clasificación taxonómica en uso (la utilizar las categorías “cf.” (identificación tentativa más
nomenclatura binaria de Linneo) corresponde fielmente cercana) y “no identificado” cuando de facto, no existen
con lo que se puede proponer desde las descripciones o no están presentes las suficientes variables que se
desarrolladas a partir de los almidones. Aún así, con el utilizan así como los rasgos diagnósticos en los gránulos
análisis realizado para esta investigación se ha podido arqueológicos encontrados. Asimismo, si se encuentran
reunir una cantidad significativa de datos que permiten almidones arqueológicos que no están representados en
establecer que al nivel de almidones sí es posible la colección de referencia o en otros trabajos publicados,
diferenciar distintas plantas, las cuales corresponden con entonces no se puede hacer una identificación segura, en
familias, géneros y especies particulares del sistema vista de que son las caracterizaciones ya realizadas y
taxonómico en uso. Cabe señalar que estos datos documentadas las que permiten proponer las
concuerdan con los obtenidos por otros especialistas identificaciones de forma confiable.
(Buléon et al. 1998; Cortella y Poshettino 1994; Czaja
1978; Trease y Evans 1986). En fin, ante la posibilidad de poder definir con certeza
las cualidades y los rasgos diferenciales de los almidones
Se tiene que aclarar que no existe siempre una clara de las plantas susceptibles de análisis, se hace viable un
correspondencia entre las características morfológicas de grado de resolución mayor o más definido en cuanto a la
determinado conjunto de almidones y determinada taxa. identificación de las distintas plantas (productoras de
Es decir, a veces hay cierto parecido entre los almidones semillas, de raíces tuberosas, rizomas) que pueden ser
que corresponden a plantas que son, incluso, de distintas rastreadas en las herramientas arqueológicas de molienda
familias (e.g., Ipomoea sp. vs. Xanthosoma sp.), aspecto y macerado. Esto ofrece una mayor confianza a la hora
que ocurre también entre los caracteres externos de de identificar plantas económicas (y de otro tipo) en los
diferentes plantas. Pero como las descripciones de contextos arqueológicos antillanos que se están
almidones que se hicieron para la presente investigación estudiando.
101
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Preservación de gránulos de almidón en contextos antigüedad así como almidones de maíz, frijoles y varios
arqueológicos órganos tuberosos en contextos de entre 7,000 y 5000
años radiocarbónicos respectivamente.
Los almidones, al ser estructuras semicristalinas
insolubles, tienden a ser materiales resistentes aunque Procesos pedológicos y de contaminación en campo y
existen condiciones que pueden provocar su laboratorio
degradación. Este es el caso si se someten al calor en un
ambiente húmedo (e.g., en una base líquida como en el Para constatar la presencia de almidones en artefactos
proceso de hervido) a temperaturas mayores de 40° C, ya arqueológicos y analizar el grado o nivel de
que las estructuras se afectan significativamente y es contaminación con gránulos extraños, Loy y otros (1992)
prácticamente imposible su identificación. A este examinaron las matrices de suelo adyacentes a los
proceso se le conoce como gelificación (o formación de artefactos. Para esto utilizaron microscopía y pruebas de
gel). Ioduro de potasio (KI) no encontrándose ningún almidón
en los sedimentos analizados. Por otro lado, viendo la
Sin embargo, Cortella y Pochettino (1994) han posibilidad de que los almidones hubieran sido
encontrado que el calor no siempre destruye las depositados en los artefactos por medio del acarreo de
estructuras de almidón (e.g., en procesos de éstos entre el sitio de excavación y el laboratorio,
deshidratación de las estructuras) pudiéndose a veces analizaron los bordes utilizados en los artefactos y los
identificar almidones en el interior de semillas o frutos compararon con réplicas sometidas a actividades de corte
carbonizados. En principio, la preservación es posible si y raspado con especímenes modernos de Aroides
en dicha carbonización los almidones se encuentran en (Araceae). Encontraron un patrón similar de distribución
un ambiente seco, esto es, en un ambiente sin contacto de almidones en la superficie de los artefactos que por lo
con agua y/o estando las semillas o frutos en un estado tanto difiere de la distribución observada en los
"seco" o de postmaduración. Otros investigadores han almidones depositados por el acarreo manual de
planteado también la posibilidad de recuperar almidones materiales.
en sedimentos de contextos arqueológicos, es decir, sin
estar asociados directamente a los artefactos y también También se tomaron muestras de diferentes guantes de
en coprolitos humanos y de animales, lo que sugiere que látex con talco utilizados en el laboratorio; al analizarlos,
ciertos almidones pueden soportar los procesos agresivos encontraron que los almidones utilizados para polvear
de la digestión humana y animal (véase Balme y Beck los guantes no coincidían con los restos arqueobotánicos
2002; Horrocks et al. 2004). identificados en los artefactos. En este caso el polvo
estaba constituido por almidones de plantas como maíz,
Recientemente fue publicado un artículo en el que se el almidón más común utilizado en guantes de látex con
analizaron otros procesos relacionados con la talco. Por último, para prevenir la contaminación por
preservación diferencial de los gránulos de almidón viento, realizaron los procedimientos de creación de la
(Haslam 2004). En este sentido se tiene que considerar colección de referencia y análisis de artefactos
que los almidones pertenecientes a distintas plantas arqueológicos en cuartos diferentes (Loy et al. 1992:
pueden contar con rangos de degradación variable como 909). Otros investigadores como Atchison y Fullagar
resultado de sus particulares arreglos moleculares. Por lo (1998), Barton et al.(1998) y Therin (1998) realizaron
tanto la degradación o no de los gránulos de distintas experimentos similares y más detallados al respecto, no
plantas puede estar determinada por las particularidades encontrando correlaciones significativas entre los
físicas de cada conjunto, pero también por la acción de almidones presentes en distintas muestras de suelo
ciertos agentes físico-químico-biológicos en los arqueológico o experimental y los identificados en los
contextos enterrados, como pueden ser la acción de artefactos antiguos estudiados.
bacterias, enzimas y niveles de pH. De esta manera, hay
que considerar en el estudio aquí desarrollado que ciertos Por todo lo anterior, como se verá adelante, en la
almidones pudieron preservarse mejor que otros, por lo presente investigación se tomaron en consideración los
que será muy difícil determinar con precisión si todas las aspectos arriba señalados con el fin de evitar este tipo de
plantas procesadas en las herramientas seleccionadas se contaminación, tanto en las herramientas seleccionadas
reflejan en ellas. como en las distintas etapas de laboratorio.
A pesar de las posibilidades presentadas anteriormente, Plantas silvestres presentes en el entorno de los sitios
e studiados com o e le m e n to s g e n e r ad o r e s d e
es claro que muchos almidones pueden preservarse por
con tam in ació n en los contextos y m uestras
largos periodos como han demostrado Loy et al. (1992) arqueológicas
y Piperno y Holst (1998), quienes identificaron
almidones de Aroides en herramientas de 27,000 años de Se ha considerado en esta investigación la posibilidad de
102
Capítulo 5: El enfoque metodológico
que los almidones provenientes de otras plantas presentes provenientes de las raíces, de los troncos tuberosos
en el entorno de los sitios arqueológicos hagan “ruido” así como de otros órganos de almacenamiento
en las muestras que se puedan obtener de las (cormos, rizomas) de las plantas que se consideran
en el presente estudio.
herramientas de molienda y macerado. Se estima que la
posibilidad anterior es mínima porque a diferencia de
En otro escenario, si las plantas en general, pero en
otros restos arqueobotánicos (e.g., polen y fitolitos), los
particular las raíces y los frutos con almidones de ellas
almidones que ocurren en las grietas y/o poros de las
llegan a su estado de madurez, decaimiento y muerte,
herramientas líticas y coralinas están ahí porque hubo
entonces los almidones de esas plantas o de sus órganos
contacto directo (una o muchas veces) e intensa fricción
habrán evolucionado a otro estado como parte del propio
con las fuentes de almidón. Sin que esta acción
proceso alimentario de la planta. Es decir, los almidones
intencional y deliberada tenga lugar, no existe otra
dejan de serlo ya que se oxidan y liberan energía para el
posibilidad (más allá de algunos accidentes en la
organismo al transformarse en dióxido de carbono y
naturaleza) de que los almidones puedan desprenderse de
agua. Esto sucede antes de que los residuos orgánicos de
los órganos y tejidos celulares (e.g., Xilemas, vasos
la planta se integren al suelo de forma natural. Dicho de
traqueoides) donde se encuentran. En otras palabras, los
otra forma, las plantas producen almidones comenzando
almidones no están libres en el ambiente, como ocurre
en la fotosíntesis y de ahí se distribuyen a diferentes
con los granos de polen en particular y con los fitolitos
órganos como las raíces, los tallos, las semillas y los
en menor medida. Gracias a la acción intencional de
frutos. Subse c u e n te m e n te , lo s a lmidones ya
degradar por fricción a un órgano de una planta sobre
transportados u originados en esos órganos son
un a su p e rfic ie ru g o sa (a v e ce s p ro v o c ad a
requeridos por el mismo organismo ocurriendo entonces
intencionalmente) o con imperfecciones (a veces
transformación de ellos durante la etapa de crecimiento
naturales), se posibilita que los almidones de las plantas
y madurez de la planta, lo que permite a ésta alimentarse.
procesadas puedan desprenderse, llegar y quedar
adheridos y/o atrapados en las herramientas de molienda
Con los almidones almacenados en las semillas la
y macerado. De esta forma, el grado de resolución, de
finalidad es distinta, ya que en este caso los almidones
confiabilidad y de correlación entre los restos botánicos
sirven o servirán como alimento para la planta que
(almidones) y los diversos contextos específicos (i.e., el
germinará de ella. Aquí, los almidones permanecen en la
propio artefacto de molienda o macerado) donde se
semilla hasta que esta se desprende de la planta madre y
encuentran, no existe en otras modalidades de la
comienza el proceso de germinación de la nueva planta.
investigación paleoetnobotánica.
Entonces, los almidones presentes en las semillas no se
integran al suelo y sí son utilizados por el nuevo
Por otra parte, si los almidones provenientes de las raíces
organismo durante el proceso de germinación y
no tuberosas de la mayoría de las plantas –o de los frutos
crecimiento ocurriendo, en consecuencia, el mismo
de las plantas silvestres presentes en los sitios
proceso antes descrito de liberación de energía por
arqueológicos y en sus periferias– llegaran a hacer
oxidación producido por dióxido de carbono y agua. Por
contacto con la tierra, es poco factible que puedan
lo tanto, si las plantas o sus órganos decaen en forma
desplazarse hasta los artefactos, específicamente hasta
natural y su materia comienza a integrarse en el suelo, es
los poros y grietas de ellos si consideramos el detallado
normal que los almidones de estas plantas ya no existan
estudio experimental realizado por Barton et al. (1998)
como tales, aunque sí pueden estar integrándose en el
y Therin (1998). En dichos estudios los investigadores
suelo otros residuos semicristalinos (vasos traqueoides,
constataron que el desplazamiento vertical de los
sílice [fitolitos], oxalato de calcio) relacionados con
almidones en distintas matrices de suelo, aun cuando
otros componentes de las plantas.
éstas se someten a fuertes procesos mecánicos de
perturbación, es mínimo como es el caso de la adición
Plantas de posible valor económico, medicinal y/o ritual
intencional de agua y en distintos niveles de presión.
como posibles elementos de contaminación
En todo caso, si se dieran las condiciones ideales que
Otras plantas importantes para los grupos precolombinos
permitiesen la integración de los almidones de las plantas
antillanos pudieron ser ciertos árboles frutales. En
al suelo, se puede figurar el siguiente escenario:
algunos casos, es posible que además de la fruta se hayan
aprovechado sus semillas, por lo cual pudieron ser
• los almidones de las raíces no tuberosas y de otros
procesadas (molidas o maceradas) para producir
órganos de las plantas (tallos, hojas) son por lo
general diminutos, es decir, miden menos de 5µm y determinada sustancia o materia. Teniendo presente lo
no cuentan con características morfológicas anterior, se colectaron diversas frutas, semillas de árboles
comparables con los almidones provenientes de las y arbustos frutales con el fin de describir los gránulos
semillas maduras o recién secas, con los almidones presentes en ellas. Luego de procesar las frutas y semillas
103
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
de plantas silvestres o cultivadas importantes como la relacionadas con los guayos de madera que se utilizaron
papaya (Carica papaya L.), la guanábana (Annona posiblemente para raspar la pulpa de los órganos
muricata L.), el coyur (Annona glabra L.), el corazón aprovechados de las plantas; 3) cibucanes para extraer,
(Annona reticulata L.), la palma de coyor (Aiphanes por medio de presión, el almidón de la masa producida;
acanthophylla [Mart.] Burret), el zapote (Sapotaceae) y 4) recipientes para retener los almidones extraídos y 5)
la cohoba (Anadenanthera peregrina [L.] Speg.), se burenes para cocer el producto final derivado de ciertas
tuvieron que excluir de la colección de referencia por la plantas tuberosas o de semilla. Sin embargo, para efectos
siguiente razón: los órganos de interés de estas plantas, de esta investigación se seleccionaron aquellos artefactos
al ser procesados en su estado verde, de madurez o que, como se dijo antes, pueden ser fácilmente
secos, no proporcionaron almidones que pudiesen ser relacionados con el procesamiento de órganos de plantas
analizados debido a su minúsculo tamaño (menos de (tubérculos y/o semillas) y que son conocidos como
1µm). Por esto, ante la ausencia de almidones herramientas de molienda o macerado líticas y/o de
significativos en los órganos de estas plantas, se entiende coral. Estos artefactos son comúnmente llamados
que los mismos sintetizaron en otro elemento durante el majadores, metates o piedras molederas, morteros y
proceso de oxidación y circulación de otras sustancias manos molederas.
(agua) hacia las distintas partes de las plantas. Así, los
almidones generados por estas plantas dejan de ser Fueron varias las razones para no considerar en esta
elementos potenciales de contaminación de las muestras investigación al resto de artefactos arriba señalados. Los
tomadas de las herramientas de molienda y macerado. raspadores que pudieron preservarse hasta nuestros días
son principalmente de concha o de piedra. Debido a que
Además, y como fue mencionado en secciones no han estado sujetos a estudios especializados
anteriores, se han integrado plantas autóctonas o nativas exhaustivos, aquellos que pudieron ser utilizados para
que hasta el presente no han podido ser relacionadas con raspar la corteza o cáscara de los órganos aprovechables
actividades precolombinas antillanas, pero que dadas sus de las plantas no son fácilmente reconocibles. Por su
propiedades farmacológicas y/o alimenticias pudieron ser parte, las microlascas relacionadas con los guayos de
susceptibles de haber sido utilizadas. La idea aquí no ha madera para raspar la pulpa de los órganos de las plantas
sido sólo conocer si estas plantas fueron utilizadas tampoco han sido estudiadas de manera detallada. Un
durante el periodo considerado, sino agregar a la estudio de este tipo permitiría diferenciar a las
colección de referencia la mayor cantidad de conjuntos microlascas utilizadas para raspar los órganos de plantas
de almidones posible con el fin de ampliar las de aquellas que son generadas y desechadas a partir de la
posibilidades interpretativas. reducción de rocas para producir determinados
artefactos. Asimismo, los llamados cibucanes no han
Aproximación contextual: las herramientas de sido encontrados o identificados aún debido a que se cree
molienda y macerado de los sitios arqueológicos La fueron confeccionados con materiales perecederos (e.g.,
Hueca y Punta Candelero corteza de ciertos árboles u hojas de palmas) que
evidentemente no se preservaron en los contextos aquí
Tanto en el sitio La Hueca como en Punta Candelero, los
considerados. En cuanto a las vasijas o recipientes, existe
artefactos fácilmente relacionados con el procesamiento
gran cantidad de fragmentos de éstos, únicamente
de plantas son exclusivamente líticos o coralinos. Por sus
cerámicos, que pudieron utilizarse para recoger el
características morfológicas y las huellas de uso
almidón extraído de las plantas procesadas. Sin embargo,
presentes en ellos, se puede decir que fueron utilizados
los ejemplares cerámicos que poseen los atributos
para macerar y/o moler órganos de plantas y
morfológicos necesarios para esta tarea fueron
posiblemente otros materiales como minerales y
minuciosamente lavados y, en algunos casos, sometidos
caracoles. De esta forma, por sus cualidades físicas y por
a tratamientos químicos para eliminar los residuos
su posible función, dichos artefactos son susceptibles de
sólidos indeseables (costra) adheridos a sus superficies.
ser sometidos al tipo de estudio anteriormente expuesto
Por último, los burenes no fueron considerados debido a
y es posible obtener de ellos información relevante sobre
que sus superficies de uso son generalmente alisadas o
algunas plantas utilizadas por los grupos Huecoide.
pulidas y no se retienen los almidones de las posibles
plantas sujetas al proceso de cocción de masa vegetal.
Se conocen otros artefactos relacionados con el raspado,
Aunque pueden existir en estos artefactos condiciones
el macerado, el procesamiento de tubérculos y la cocción
ideales para la preservación de almidones (véase
de productos derivados de ciertas plantas. Entre estos se
Rodríguez Suárez y Pagán Jiménez 2005), en el caso de
pueden mencionar las siguientes categorías comúnmente
los sitios estudiados, los burenes o fragmentos de éstos
utilizadas en Las Antillas: 1) raspadores líticos, de
fueron sometidos a procedimientos de lavado. En fin,
madera o de concha relacionados con el raspado de la
tanto en el sitio La Hueca como en Punta Candelero, los
cáscara de ciertos tubérculos; 2) microlascas
104
Capítulo 5: El enfoque metodológico
únicos artefactos que contaron con las cualidades físicas Hueca. Las mismas fueron excavadas durante la década
necesarias que permitieron retener residuos vegetales y de 1980 por los investigadores del sitio (Chanlatte y
que claramente pueden ser relacionados con el Narganes 1983) y posteriormente lavadas, clasificadas y
procesamiento de plantas, son exclusivamente de almacenadas en la estantería del Centro de
molienda y/o macerado fabricados de material lítico o Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de
coralino. Puerto Rico. Un factor de interés es que, por sus
cualidades físicas naturales (litológicas) y culturales
Una vez realizada la discriminación antes discutida, se (modificaciones intencionales o por uso), estas
recurrió a la creación de categorías genéricas para herramientas conservaron cantidades moderadas de
proporcionar a las herramientas de macerado y molienda sedimentos o residuos en las grietas, fisuras y poros
atributos preliminares que permitiesen caracterizarlos naturales de sus superficies de uso a pesar de haber sido
con base en la morfología general y en las macro huellas lavadas con cepillo y agua. Del total de herramientas del
de uso presentes en ellos. No se recurre a clasificaciones sitio La Hueca, la gran mayoría de ellas fueron
tipológicas y morfológicas particulares dado que varios confeccionadas en coral, siguiendo en menor frecuencia
estudios realizados recientemente en Suramérica y en Las la arenisca y el basalto.
Antillas han demostrado que casi nunca existe una
correlación entre la morfología (y clasificación Todas las herramientas provienen del depósito Huecoide
tipológica) de éstos y sus supuestas funciones o usos denominado “Z” por los investigadores del sitio
específicos a partir de formas conspicuas (véase Perry (Chanlatte y Narganes 1983; comunicación personal,
2002a y 2004). 2002), siendo éste un basurero que fue creado a partir de
la adición de materiales, ahora considerados como
Por lo tanto, las categorías genéricas aquí utilizadas son arqueológicos, materia orgánica y sedimentos sobre una
las siguientes (ver ilustraciones de algunas de estas pendiente natural que desciende en dirección este hacia
categorías-herramientas en el siguiente capítulo): a) el río Urbano. Dicho depósito, relacionado con una
bases de molino: son artefactos que cuentan con una o estructura de posible carácter doméstico (véase Fig. 4.5
ambas caras (superior e inferior) planas y/o cóncavas en el capítulo anterior), evidencia haber sido alterado por
producidas por el uso y que se extienden actividades modernas desde su superficie hasta por lo
considerablemente en el artefacto (e.g., artefactos menos 80-100 cm de profundidad a lo largo de gran parte
comúnmente llamados majadores, metates o piedras del límite oeste. Bajo esta sección alterada, existen
molederas); b) morteros: son artefactos que cuentan con acumulaciones diferenciadas de diversas capas con restos
una o varias caras (superior e inferior) planas y/o culturales, posicionadas horizontalmente, aunque
cóncavas (relativamente pronunciada esta última proyectándose en declive hacia el este. Entre las capas
cualidad) producidas por el uso y que se restringen a una con cultura material se encuentran lentes o
sección delimitada del artefacto (e.g., artefactos acumulaciones importantes de restos de jueyes
comúnmente llamados morteros); c) manos laterales: son (cangrejos). Ha sido este depósito, al compararse con los
artefactos que cuentan con una o varias facetas laterales otros depósitos Huecoide del mismo sitio, el que mayor
planas, convexas y desgastadas o pulidas por el uso (e.g., cantidad y variedad de artefactos arqueológicos ha
artefactos comúnmente llamados majadores laterales, arrojado. Los otros depósitos Huecoide del sitio
edge-ground cobbles, edge-grinders); d) manos con arqueológico no proporcionaron herramientas de
extremidades afacetadas: son artefactos de tendencia molienda y macerado significativas para esta
alargada, irregular y/o cilíndrica que cuentan con facetas investigación. Básicamente, las herramientas de interés
angostas, picoteadas y desgastadas por el uso en una o recuperadas en la totalidad del sitio arqueológico La
las dos extremidades (e.g., artefactos comúnmente Hueca y que pueden ser relacionadas claramente con la
llamados manos irregulares, manos cilíndricas); e) manos población Huecoide, provienen del depósito Z.
con facetas múltiples: son artefactos que cuentan con una
o varias caras y facetas (pueden ser más de 2) Este depósito fue excavado a partir de 66 unidades de 2
desgastadas por el uso, así como con huellas de uso en x 2 m y utilizándose niveles arbitrarios de 20 cm (Fig.
una o varias facetas laterales, extremidades y caras (e.g., 5.2); hay que señalar que durante el proceso de
artefactos comúnmente llamados manos de metates, excavación fueron documentándose los cambios
hachas de reuso). estratigráficos (Chanlatte y Narganes 1983). En general,
el depósito Z muestra evidencias de diversos eventos de
Herramientas de La Hueca y delimitación de las deposición/transformación cultural y también natural, ya
unidades de análisis contextual: aspectos metodológicos que algunas capas sedimentarias o algunos componentes
de las capas con restos arqueológicos parecen haber sido
Son 40 las herramientas seleccionadas del sitio La (re)depositadas por eventos de baja y alta energía
105
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
producidos por la lluvia y el río Urbano (e.g., crecidas y actividades humanas llevadas a cabo en ese lugar
acarreo de sedimentos). El inicio de la ocupación produjo, a lo largo del tiempo, cantidades de desechos
Huecoide en esta sección del sitio arqueológico ocurrió materiales y orgánicos que fueron consistentemente
en la parte alta de la terraza, donde se estima estuvo la arrojados directa o indirectamente en la pendiente, ahora
estructura doméstica asociada. El conjunto de depósito Z, que culmina en el río Urbano.
Figura 5.2 Bloque de excavación, depósito Z: designación de unidades de excavación, localización de fechados 1 4 C y distribución horizontal de las
herramientas de molienda y macerado (modificado de Oliver 1999: Fig. 18.4). Las fechas están en años radiocarbono antes del presente (BP) sin calibrar y los
polígonos representan a las herramientas individuales.
Figura 5.3 Corte estratigráfico sur de la Unidad Z-15 representativo del depósito Z. Proyección aproximada de las
fases de ocupación del sitio La Hueca según esta investigación.
106
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Con base en la estratigrafía general de este depósito, superficie de ocupación de la parte alta de la terraza a lo
comienza la actividad humana en el sector con la largo del tiempo.
acumulación de una capa de arena (limo) arcillosa
mezclada con una considerable cantidad de residuos de Sobre los lentes de materiales existe otra capa (estrato
carbón, cenizas y restos de jueyes (cangrejos). Los II)ampliamente distribuida en todo el depósito. Esta
Huecoide, al arribar a la parte alta de la terraza en este capa, que consiste en una matriz arenosa estéril, parece
sector del sitio, generaron sus primeras actividades sobre ser producto de un rápido e intenso evento de tormenta
una superficie de terreno que consistía en granodiorita, tropical (Oliver 1999: 280). Debido a las condicionantes
pero al arrojar parte de los restos artefactuales y anteriormente expuestas sobre el posible acarreo de
orgánicos de sus actividades en la pendiente cercana, materiales livianos (como el carbón vegetal utilizado
fueron partícipes de la creación de una deposición para fechados), Oliver estima que no es posible adjudicar
relativamente homogénea en términos de la disposición fechados a eventos o deposiciones culturales particulares.
horizontal de los restos depositados (Fig. 5.3). Aún así, estima con seguridad que los restos
arqueológicos presentes bajo y sobre la capa estéril son
Pero según Oliver (1999) –distinto a lo ocurrido con exclusivamente Huecoide, por lo que los fechados
otros depósitos Huecoide del sitio– el depósito Z es tempranos hasta ahora obtenidos pueden ser adjudicados
extremadamente complejo debido a que en su formación al depósito si se le considera a éste como un todo.
intervinieron procesos de transformación y deposición
A pesar de los problemas de transformación en este
natural difíciles de discernir de aquellos de origen
sector, es posible establecer una diferenciación
cultural. Oliver estima que los lentes de restos de
deposicional consecuente con la cronología general
materiales livianos (fracción liviana), una vez arrojados
estimada para el depósito Z. De once fechados que
a la pendiente, pudieron ser removidos de su ubicación corresponden al depósito Z, ocho fueron obtenidos bajo
original por dos factores: gravedad y erosión de baja la capa arenosa estéril de este depósito (estrato II). Estos
intensidad. Estos dos factores, aunados a otros eventos señalan un rango mínimo entre 1 y 540 d.C. (calibrados
mayores como las actividades de alta energía del río y el en 2 sigma). Asimismo, un octavo fechado señala un
acarreo por lluvia, pudieron desplazar considerablemente periodo comprendido entre 160 a.C. y 320 d.C.
este tipo de materiales pendiente abajo. Algunos (calibrado en 2 sigma), pudiendo corresponder este
materiales clasificados como fracción liviana son los fechado temprano, junto con los otros siete, al primer
pequeños objetos de microlapidaria, bivalvos, objetos de episodio de ocupación del sitio y las posteriores
actividades humanas desarrolladas en un periodo general
madre perla, carbón y otros restos macrobotánicos. En
comprendido entre el 160 a.C. y el 540 d.C. Este rango,
cambio, se estima que la fracción pesada (e.g., guayos de
según Oliver, parece articularse bien con el rango de
coral, hachas, manos y fragmentos grandes de cerámica) fechas obtenidas en otro de los depósitos Huecoide
pudo ser desplazada por los mismos eventos, aunque de (ZTB), mismo que oscila entre el 30 y 430 d.C. Los
manera menos significativa. fechados fueron obtenidos principalmente de las
unidades de excavación centrales, en las cuales se
A partir de la primera capa cultural (estrato VI) existen documentó una mayor profundidad del depósito. Dadas
diversos lentes intermitentes a través del depósito Z (Fig. las características topográficas de esta sección del sitio
5.3). En algunos casos, la creación de lentes con restos La Hueca, se considera que la parte con mayor
de jueyes aglomerados, pudo responder a actividades confiabilidad estratigráfica del depósito Z es el centro y
particulares de procesamiento y desecho de éstos en el límite este del mismo, secciones de donde provienen
momentos diferentes. Por otra parte, no se debe descartar la mayoría de herramientas de macerado y molienda
que este tipo de acumulación pudo ser afectada por los seleccionadas para esta investigación (Figs. 5.2 y 5.3.
eventos menores y mayores arriba mencionados, mismos
que quizás incidieron en la creación de bolsillos con Otros fechados, obtenidos en una extensión del depósito
materiales como consecuencia de las características Z que fue excavada luego de los trabajos de 1982,
topográficas presentes en el lugar (Oliver 1999). Los rebasan extrañamente el rango anteriormente establecido.
lentes que se encuentran sobre lo que se ha denominado Todos esos fechados han sido calibrados a un rango entre
aquí primera capa cultural del sector (estrato VI), el 1200 y 1490 d.C. (2 sigma) y fueron obtenidos en
parecen corresponder a momentos diferentes de una contextos que oscilan entre los 60 y 120 cm bajo la
ocupación larga y continua, siendo los lentes de restos de superficie, es decir, sobre la capa arenosa estéril. Con
jueyes y de otros materiales, a nuestro juicio, evidencias base en este conjunto de fechados, Chanlatte y Narganes
de actividades diferenciadas llevadas a cabo en la aducen la existencia de dos momentos de ocupación
107
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Huecoide interrumpidos por un “hiato” (estrato II) de ca. mineral basado en cobre (malaquita y turquesa), 2) grupo
700 años (i.e., entre 540 y 1200 d.C.). La procedencia de de piedras verdes (serpentinita, nefrita, jadeita), 3) grupo
los fechados tardíos coinciden con la zona donde Oliver de carbonatos (calcita) y 4) grupo de concha (madre
había predicho se encontraría el abanico aluvial de perla, etcétera). Si se coloca en su justa dimensión a la
redeposiciones sedimentarias del río Urbano. Para que variante densidad, hay que poner en perspectiva las
este abanico aluvial se formase, tuvieron que generarse cualidades físicas diferenciales de cada uno de los
complejos procesos de erosión y redeposición que grupos. La microlapidaria confeccionada en malaquita y
pudieron alterar significativamente el estado y turquesa conforman el grupo que, por sus características
disposición de los materiales arqueológicos y orgánicos intrínsecas, cuenta con mayor densidad, siguiendo en
(e.g., el carbón vegetal utilizado para fechar). Además, orden descendente el grupo de piedras verdes
Chanlatte y Narganes (1983) estiman que entre 0 y ca. 1 (serpentinita, nefrita, jadeita). Asimismo, los grupos de
metro de profundidad, el depósito pudo alterarse por carbonato (calcita) y de concha son los de menor
distintos impactos modernos en esta sección del sitio. Por densidad. Entonces, utilizando como referente
lo tanto, coincidiendo con el análisis de Oliver, se estima únicamente los grupos creados así como sus propiedades
que estos fechados no pueden correlacionarse físicas, se podría esperar que la microlapidaria del grupo
directamente con las actividades Huecoide documentadas mineral basado en cobre es decir, los objetos
en la matriz superior a la capa estéril hasta tanto no se confeccionados en malaquita y turquesa, se desplazaron
cuente con fechados que permitan contrastar y ubicar en menor grado en la gradiente del declive que los
cronológicamente a dicha capa (estrato II) en relación objetos pertenecientes a los otros tres grupos.
con la(s) capas superiores.
Ante este escenario, y agregando la variable peso y
Aunque los datos obtenidos por Oliver (1999) en su volumen a cada una de las unidades (grupos) analizadas,
estudio de la distribución de microlapidaria en La Hueca no sólo se esperaría encontrar que la microlapidaria del
apuntan hacia una corroboración de su predicción sobre grupo mineral basado en cobre es la de menor
los elementos de perturbación natural en el depósito Z, desplazamiento en la gradiente de declive, sino que los
hay que considerar que todas las variables utilizadas por grupos de piedras verdes, de carbonato y de concha
él explicarían únicamente el desplazamiento de lo que ha pudieron desplazarse en mayor grado, pero reflejando
denominado como materiales de fracción liviana. En el paulatinamente menor aglomeración y mayor asimetría
caso de los artefactos arqueológicos y orgánicos, éstos según el orden establecido anteriormente.
pueden ser, como se comentó antes, pequeños objetos de
microlapidaria así como el carbón vegetal y otros restos Partiendo de lo anterior, y haciendo una reinterpretación
macrobotánicos. En cambio, como se sabe, las variables de los gráficos generados por Oliver en su trabajo, la
físicas que pudieron operar en su modelo de perturbación microlapidaria confeccionada en malaquita y turquesa
(e.g., gradiente de declive, peso, volumen, presión), no (i.e., pertenecientes al grupo mineral basado en cobre)
son adecuadas para explicar la movilidad o efectivamente mostró un comportamiento de distribución
desplazamiento de materiales pesados y densos como los mucho más aglomerado que los otros grupos. Estos
que se consideran para la presente investigación. Hay artefactos se distribuyen simétricamente en la sección
que señalar que son justamente dichas variables y sus central-este del depósito Z. En segundo lugar, la
d istinta s artic ula cio nes e n lo s p ro ce sos d e microlapidaria del grupo de piedras verdes muestra un
desplazamiento y redeposición de materiales, las que grado mayor de dispersión que el primer grupo, pero
otorgan al modelo en cuestión el mayor peso de menor al de los restantes. Al interior de este grupo, por
argumentación. razones de densidad diferencial entre la serpentinita,
nefrita y jadeita hay diferencias notables, siendo los
En este sentido, debido a las diferencias incuestionables artefactos confeccionados en jadeita y nefrita los de
entre las características de los materiales arqueológicos mayor aglomeración y distribución simétrica. En
considerados por Oliver (microlapidaria) y los contraposición, los artefactos de serpentinita están más
considerados en esta investigación (herramientas disgregados. En tercer lugar se encuentran los artefactos
“masivas” de molienda y macerado), el modelo en confeccionados de calcita, siendo su distribución mucho
referencia así como algunos de los materiales estudiados, más amplia y asimétrica que en los grupos anteriores. Por
sirven precisamente para plantear un escenario ad hoc último se encuentra la microlapidaria de concha con una
con las posibles condiciones de deposición/redeposición distribución un tanto simétrica en el centro del depósito
de las herramientas de molienda y macerado. Z, pero con importantes o marcadas proyecciones
asimétricas hacia todos lados, principalmente hacia la
Oliver agrupó la microlapidaria recuperada en el sección suroeste del depósito.
depósito Z en cuatro grupos de materia prima: 1) grupo
108
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Basado en lo discutido, se entiende que los únicos grupos relación que se hace desde la arqueología entre forma y
de materiales que sustentan el modelo de perturbación uso. Sin embargo, el interés con este nivel de análisis es
natural de Oliver son precisamente los últimos que se han ver a las herramientas desde la perspectiva de la
señalado. En cambio, los primeros dos grupos (grupo biografía cultural de los objetos, bajo la cual los objetos
mineral basado en cobre y grupo de piedras verdes) deben ser entendidos no sólo a partir de las formas y sus
sustentan de manera bastante contundente el escenario huellas de uso, sino también a partir de otros elementos
general planteado aquí, es decir, la menor dispersión de encontrados en los propios objetos (restos de plantas)
artefactos con mayor volumen y densidad. Este breve que pueden mostrar otros significados de ellos y de las
ejercicio no ha tenido la intención de refutar los temas y plantas según estuvieron imbuidos en diversas
subtemas principales que estudió Oliver en su trabajo, a actividades.
saber: la riqueza de artefactos por y entre unidades y/o
volúmenes excavados así como las variables Con base en las características del depósito Z, para esta
deposicionales/postdeposicionales que estuvieron en investigación se han creado arbitrariamente tres
juego en el proceso de formación del depósito Z. Sin conjuntos de herramientas de molienda o macerado que
embargo, sí ha sido la intención acentuar en aquellas corresponden con los criterios antes establecidos para el
observaciones generales hechas por Oliver que apuntan nivel macro, es decir, con la adscripción a una fase de
hacia una mayor movilidad de aquellos artefactos de ocupación inicial y a episodios posteriores en el lugar
fracción liviana respecto a los de fracción pesada. En (i.e., intermedio y tardío). Un primer conjunto de
este sentido, aún dentro de los artefactos y materiales de herramientas (n=13) está relacionado con los estratos o
fracción liviana según definidos por él, existen elementos capas culturales adscritas al primer episodio de
diferenciales importantes entre ellos –como la densidad ocupación Huecoide en el sitio arqueológico (véase
de cada materia prima que no fue atendida en su estudio– Cuadro 5.2 y Fig. 5.3). Debido a que las capas culturales
si se considera, por ejemplo, que un fragmento de de este depósito fueron excavadas en niveles arbitrarios
madera carbonizada es susceptible de ser desplazado de 10 y 20 cm, se ha preferido contextualizar
ofreciendo menor resistencia física que un fragmento de diacrónicamente a las herramientas a partir de las
microlapidaria confeccionada en turquesa o jadeita. profundidades y las respectivas capas en las que fueron
documentadas. En este caso las herramientas se
Por lo tanto, si las herramientas de molienda y macerado encuentran distribuidas horizontalmente en diversas
del sitio La Hueca son metavolcánicas (basalto), partes del depósito Z y en profundidades que oscilan
sedimentarias (arenisca) o de coral, pero a su vez son entre los 2.6 y 2.0 metros bajo la superficie que
materiales de mayor densidad, mayor peso y mayor corresponden con los estratos VI y V.
volumen que los artefactos analizados por Oliver,
entonces se esperaría que estas herramientas hayan El segundo grupo de herramientas (n=17) representa el
sufrido mucho menos desplazamientos que la episodio de ocupación intermedio en el sitio, sin que esto
microlapidaria cuando interactuaron como constante con signifique o se deba correlacionar con lo que han
las variables gradiente de declive y presión (e.g., de agua caracterizado como un “hiatus” de ocupación (véase
en eventos de baja y alta energía). Cuadro 5.3 y Fig. 5.3). Esta fase de ocupación
probablemente fue continua a partir del arribo al lugar,
Dejando claro el asunto, ahora es posible explicar las dos por lo que el interés en esta investigación ha sido poder
formas de evaluar la variabilidad temporal del uso de separar, al menos en términos prácticos, lo que pudo ser
plantas en el contexto de esta investigación: 1) el nivel un primer episodio de ocupación (arribo) de otros
macro por fases de ocupación: la capa cultural episodios posteriores, aun cuando esto no implique un
correspondiente a la fase inicial de ocupación Huecoide periodo de abandono y reocupación del lugar. Más aún,
es discernible de otras capas en el depósito; recordemos estas herramientas se ubican bajo la capa arenosa estéril
la capa arenosa estéril que separa a los materiales (estrato II) que fue interpretada en algún momento
representativos de la ocupación inicial del resto de capas. (Chanlatte y N arganes 1983 en Oliver 1999) como
Así, es posible discriminar entre las herramientas de evidencia de un hiatus en el sitio. De esta manera, las
molienda o macerado pertenecientes a la primera fase de herramientas igualmente se encuentran distribuidas
ocupación de aquellas utilizadas una vez se establecieron horizontalmente en diversas secciones del depósito Z y
y prolongaron su asentamiento en el lugar; 2) el nivel en profundidades que oscilan entre los 1.9 y 1.0 metros
micro: las herramientas, en el contexto de su morfología bajo la superficie que corresponden con los estratos o
y huellas de uso, dan cuenta del proceso de creación y capas comprendidas entre la superficie del estrato V y la
supuesta utilización de ellas. De esta manera es posible sección intermedia del estrato III.
atribuirles determinados usos partiendo de la típica
109
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cuadro 5.2 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con la fase inicial de ocupación Huecoide (ca. 160 a.C.)
en el sitio La Hueca, Vieques, Puerto Rico (13 herramientas)
N úm . N úm . C ategoría de artefacto y Sección m uestreada y observaciones N úm . acceso en bitácora P eso (gram os)
M uestra artefacto procedencia de laboratorio y de m uestra
procedim iento em pleado procesada
1 LH1 base molino coral grande, Z- faceta desgaste cóncava amplia Lab.# 2, C sC l 1.2
B/2.6m
2 LH 2 fragmento base molino faceta central desgaste Lab. # 91, montaje directo -----------
basalto, Z-15/2.6m en portaobjeto
3 LH3 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, residuos Lab. # 98, montaje directo -----------
Z-16/2.4m rojizos visibles en portaobjeto
4 LH4 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab.# 26, C sC l 0.017
Z-13/2.2m
5 LH5 mano diorita con extremidad, extremo desgaste convexo Lab. # 99, montaje directo ------------
Z-16/2.2m en portaobjeto
6 LH6 mortero basalto, Z-10/2.1m faceta con depresión Lab. # 89, montaje directo ------------
en portaobjeto
7 LH7 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab. # 1, C sC l 0.375
Z-12/2.0m
8 LH8-1 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab. # 28, C sC l 0.013
Z-20/2.0m
9 LH8-2 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, sedimento Lab. # 29, C sC l 0.017
Z-20/2.0m superficie (no fisuras)
10 LH9-1 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, residuos Lab. # 30, C sC l 0.006
Z-15/2.0m blancos y rojizos visibles
11 LH9-2 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava residuos Lab. # 103, montaje directo ------------
Z-15/2.0m superficie normal (cerca área uso) en portaobjeto
12 LH10 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab. # 34, C sC l 0.031
Z-12/2.0m
13 LH11 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, residuos Lab. # 37, C sC l 0.054
Z-14/2.0m violáceos y sedim. en poros
14 LH 12-1 fragmento base molino faceta irregular A con pigmento Lab. # 42, C sC l 0.042
arenisca, Z-13/2.0m
15 LH 12-2 fragmento base molino faceta B, concavidad con desgaste Lab.# 41, C sC l 0.028
arenisca, Z-13/2.0m
16 LH13 mortero caliza, Z-11/2.0m faceta con depresión, lado muesca Lab. # 95, montaje directo ------------
en portaobjeto
Las herramientas han sido colocadas en orden ascend ente de acuerdo con la profundidad en que fueron documentadas durante las excavaciones. Se asume que las
herramientas de mayor profundidad son más antiguas que aquellas de menor profundidad.
Cuadro 5.3 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con una posible fase intermedia de ocupación
Huecoide (posterior a ca. 160 a.C.) en el sitio La Hueca, Vieques, Puerto Rico (17 herramientas)
N úm . N úm . C ategoría de artefacto y Sección m uestreada y observaciones N úm . acceso en bitácora P eso (gram os)
m uestra artefacto procedencia de laboratorio y de m uestra
procedim iento em pleado procesada
1 LH14 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab.# 27, C sC l 0.023
Z-11/1.9m
2 LH15 mortero esquisto silificado, Z- faceta con depresión Lab. # 88, montaje directo -----------
10/1.9m en portaobjeto
3 LH16 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab.# 32, C sC l 0.047
Z-20/1.8m
110
Capítulo 5: El enfoque metodológico
4 LH17 base molino coral, Z-26/1.8m faceta desgaste cóncava Lab.# 38, C sC l 0.501
5 LH18 mano lateral basalto, Z- faceta desgaste lateral Lab. # 96, montaje directo ------------
6/1.8m en portaobjeto
6 LH 19 fragmento base molino faceta pulida Lab. # 97, montaje directo ------------
basalto, Z-12/1.8m en portaobjeto
7 LH20 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, residuos Lab.# 9, C sC l 0.056
Z-13/1.6m blancos y rojizos visibles
8 LH21 mano coral con extremidad extremo convexo desgastado Lab.# 33, C sC l 0.077
afacetada, Z-7/1.6m
9 LH22-1 mortero sedimentaria faceta A, depresión más pronunciada Lab. # 92, montaje directo ------------
compuesto, Z-7/1.6m en portaobjeto
10 LH22-2 mortero sedimentaria faceta B, depresión menos pronunciada Lab. # 43, C sC l 0.101
compuesto, Z-7/1.6m
11 LH23 fragmento base molino coral, faceta desgaste residuos rojizos visibles Lab. # 104, montaje directo ------------
Z-25/1.4m en portaobjeto
12 LH 24 fragmento base molino faceta desgaste cóncava, residuos Lab. # 13, montaje directo ------------
arenisca, Z-25/1.4m violáceos visibles en portaobjeto
13 LH25 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab.# 36, C sC l 0.055
Z-2/1.4m
14 LH26 mano lateral basalto, Z- faceta lateral convexa Lab. # 100, montaje directo ------------
A/1.4m en portaobjeto
15 LH 27 fragmento base molino faceta cóncava con residuo rojizo Lab. # 90, montaje directo ------------
arenisca, Z-7/1.4m en portaobjeto
16 LH28-1 mortero roca desconoc., Z- faceta A con depresión Lab. # 93, montaje directo ------------
14/1.2m en portaobjeto
17 LH28-2 mortero roca desconoc., Z- faceta B con porosidad Lab. # 94, C sC l 0.015
14/1.2m
18 LH29 mano lateral basalto, Z- faceta desgaste lateral Lab.# 39, montaje directo ------------
4/1.0m en portaobjeto
19 LH30 mano facetas múltiples faceta dorsal con desgaste, residuos Lab. # 10; montaje directo ------------
basalto (hacha reutilizada), Z- blancos visibles en portaobjeto
9/1.0m
Las herramientas han sido colocadas en orden ascendente de acuerdo con la profundidad en que fueron documentadas durante las excavaciones. Se asume que las
herramientas de mayor profundidad son más antiguas que aquellas de menor profundidad.
El tercer conjunto de herramientas (n=10) corresponde entre los 0.80 y 0.20 metros bajo la superficie que
a los estratos o capas culturales formadas tardíamente en corresponden a ubicaciones verticales entre la base y
el depósito (Cuadro 5.4). Estas herramientas proceden de porciones intermedias-superiores del estrato I. De esta
las capas culturales ubicadas arriba de la capa arenosa forma, cada uno de los conjuntos creados arbitrariamente
estéril (estrato II; Fig. 5.3), mismas que pudieron ser partiendo de las ubicaciones estratigráficas de las
afectadas por las perturbaciones modernas que se herramientas permiten plantear un análisis de la posible
señalaron anteriormente. Igualmente, las herramientas se variabilidad temporal, en términos generales, del uso de
distribuyen horizontalmente en diversas secciones del determinadas plantas por parte de los Huecoide en el
depósito Z y se encuentran en profundidades que oscilan lugar.
111
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cuadro 5.4 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con la fase tardía de ocupación Huecoide (anterior o
igual a ca. 540 d.C.) en el sitio La Hueca, Vieques, Puerto Rico (10 herramientas)
1 LH31 mano lateral basalto, Z- faceta desgaste lateral Lab. # 101, montaje directo ------------
28/0.80m en portaobjeto
2 LH32-1 mano lateral andesita, Z- faceta lateral Lab. # 86, montaje directo ------------
19/0.80m en portaobjeto
3 LH32-2 mano lateral andesita, Z- faceta impactada Lab. # 87, montaje directo ------------
19/0.80m en portaobjeto
4 LH33 fragmento base molino coral, extremo convexo desgastado Lab.# 31, C sC l 0.348
Z-8/0.70m
5 LH34 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab.# 35, C sC l 0.023
Z-25/0.60m
6 LH35 mano basalto con extremidad extremo desgaste convexo Lab. # 102, montaje directo ------------
afacetada, Z-5/0.60 en portaobjeto
7 LH 36-1 base molino caliza (hacha faceta A (lado codigos) Lab. # 84, montaje directo ------------
reuso), Z-11/0.40m en portaobjeto
8 LH 36-2 base molino caliza (hacha faceta B (lado opuesto codigos) Lab. # 85, montaje directo ------------
reuso), Z-11/0.40m en portaobjeto
9 LH37 mano coral con extremidad extremo convexo desgastado, residuos Lab. # 81, montaje directo ------------
afacetada, Z-8/0.20m blancos visibles en portaobjeto
10 LH38 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava Lab. # 82, C sC l 0.009
Z-3/0.20m
11 LH 39 fragmento base molino faceta con impacto, residuos blancos Lab.# 40, C sC l 0.013
basalto (lasca grande), Z- visibles
3/0.20m
12 LH40 fragmento base molino coral, faceta desgaste cóncava, residuos Lab. # 83, C sC l 0.008
Z-17/derrumbe blancos y rojizos visibles
Las herramientas han sido colocadas en orden ascendente de acuerdo con la profundidad en que fueron documentadas durante las exca vaciones. Se asume que las
herramientas de mayor profundidad son más antiguas que aquellas de menor profundidad.
Además, al interior de cada uno de los grupos, las evidentemente debieron alterar el “contexto sistémico”
herramientas fueron organizadas en consonancia con los en algún grado, pero queda claro que los basureros son
parámetros generales establecidos para el análisis lugares de acumulación de desechos que generalmente
propuesto del nivel micro. Con base en la morfología corresponden a desperdicios secundarios, y esto, porque
general y la ubicación (vertical) en que fueron los materiales no fueron abandonados en el sitio mismo
encontradas las herramientas, se facilita un contexto para donde se emplearon (Schiffer 1972).
el análisis de la variabilidad temporal del uso de plantas
y de las propias herramientas en términos secuenciales Herramientas de Punta Candelero y delimitación de las
(principalmente en el tiempo). unidades de análisis contextual: aspectos metodológicos
En fin, aunque estoy de acuerdo con Oliver (1999) en Fueron 18 las herramientas de molienda y macerado
que la acumulación de materiales en este depósito es seleccionadas de este sitio. Algunas de ellas son
producto del conjunto combinado de procesos culturales claramente herramientas líticas relacionadas con el
y naturales, incluso postdeposicionales (algo que procesamiento de plantas. Otras son herramientas que
evidentemente opera en cualquier depósito y sitio por su morfología se entiende fueron creadas para otros
arqueológico en rechazo a la conocida premisa de propósitos, pero muestran afectaciones que pueden
Pompeya), creo que no se puede descartar que los adscribirse también a la molienda o macerado de
artefactos y demás materiales están en ese depósito diversos materiales. A diferencia de las herramientas de
únicamente porque fueron integrados directa o La Hueca, en Punta Candelero existe un notable
indirectamente por las actividades humanas. Los porcentaje de hachas o fragmentos de éstas (e.g., La
procesos naturales contemporáneos con la creación del Hueca=5% vs. Punta Candelero=27.8%) que muestran
dep ó sito – a sí co m o lo s p o std ep o sicionales– huellas de uso que se correlacionan con la aparente
112
Capítulo 5: El enfoque metodológico
función de cortar madera. Por otra parte, posiblemente de La Hueca, las de Punta Candelero fueron en su gran
luego de perder las cualidades funcionales para las que mayoría lavadas, catalogadas y almacenadas, pero en el
fueron originalmente creadas, éstas mismas herramientas M useo de la Universidad del Turabo. Sin embargo,
pudieron ser utilizadas para moler o macerar plantas en prácticamente todas las herramientas cuentan, en sus
vista de la presencia de facetas laterales y una o ambas facetas y caras de uso, con poros, grietas y fisuras que
caras con evidencia de uso, similar a las huellas presentes retuvieron (en mayor o menor grado) suficiente
en herramientas típicamente relacionadas con el sedimento y/o residuos susceptibles de ser analizados en
procesamiento de plantas.Al igual que las herramientas esta investigación.
Figura 5.4 Distribución de las herramientas de molienda y macerado seleccionadas. Los polígonos grandes en la sección izquierda superior son ubicaciones
hipotéticas de las posibles estructuras habitacionales. Los círculos en la parte central de la figura representan las ubicaciones individuales de las
herramientas (modificado de Oliver 1999, Fig. 18.2)
Las herramientas de molienda y macerado de este sitio del depósito C. Finalmente, las Unidades C y L, ubicadas
provienen de las siguientes unidades de excavación: 1) a su vez en el bloque II, fueron excavadas en la parte sur
Pozo I; 2) Pozo Q; 3) Pozo F-1; 4) Pozo F-12; 5) Pozo y este del depósito C mientras que la unidad X, también
S; 6) Pozo F-6; 7) Unidad C; 8) Unidad L y 9) Unidad en el bloque II, fue excavada en el extremo oeste del
X (Fig. 5.4). El Pozo I corresponde a una unidad de mismo depósito.
excavación ubicada en el bloque II y realizada en el
depósito Huecoide denominado D en esta investigación. La estratigrafía presente en el sitio arqueológico Punta
Asimismo el Pozo Q, ubicado en el bloque II, Candelero es, a diferencia del sitio La Hueca, homogénea
corresponde a una unidad excavada en el depósito que en todos los depósitos excavados (Fig. 5.5). El horizonte
aquí se denomina C, habiéndose situado esta unidad en más profundo es grisáceo (Bg) y ha sido afectado por la
la parte del depósito Huecoide que no fue afectada
saturación de agua salobre. Fue sobre la superficie de
adversamente por la posterior ocupación Saladoide
este horizonte y en el inicio o base del subsiguiente
tardío. Igualmente el Pozo F-1, ubicado en el bloque I,
horizonte(B1 Hz), donde se encontró el material
fue excavado en el centro norte del depósito C y el pozo
F-12, también en el bloque I, fue excavado en el extremo arqueológico Huecoide que corresponde, según Miguel
noreste del mismo depósito. Por su parte, el Pozo S, Rodríguez (comunicación personal, 2004), con el
ubicado en el bloque II, corresponde a una unidad de episodio de ocupación más temprano del sitio. El
excavación realizada en el depósito C y el Pozo F-6, horizonte que se superpone a Bg contiene también
ubicado en el bloque I, fue excavado en el extremo norte material arqueológico exclusivamente Huecoide (B1 Hz).
113
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
En la capa superficial del sitio (horizonte A Hz), se ponente; sin embargo, cuando los depósitos son
encuentran también únicamente materiales arqueológicos Huecoide y Saladoide tardío, los materiales tienden a
Huecoide cuando los depósitos son exclusivos de este estar mezclados en los niveles cercanos a la superficie.
com
Figura 5.5 Corte estratigráfico representativo del sitio Punta Candelero, trinchera L, perfil oeste.
De todos los depósitos Huecoide identificados en el sitio las raíces pudieron desplazar marcadamente los
arqueológico, el depósito C fue el que mayor densidad y materiales arqueológicos diversos en puntos muy
variedad de artefactos arqueológicos arrojó y del cual específicos, pero dadas las cualidades físicas de los
provienen muchas de las herramientas aquí sedimentos del lugar, estas irrupciones serían notorias o
seleccionadas. A pesar de que las actividades humanas fácilmente apreciables en términos de los indicadores
que provocaron la creación de los depósitos Saladoide propiamente estratigráficos y también en términos de la
tardío F y G pudieron afectar algunas secciones del distribución vertical de los materiales. En otras palabras,
depósito Huecoide C (véase Fig. 4.7 en el capítulo de haber sucedido lo anterior sería fácil distinguir este
anterior), existe una clara disociación vertical de las tipo de irrupciones porque se observaría alguna
acumulaciones de materiales relacionadas con ambos interrupción estratigráfica marcada o una irregular
componentes culturales y es únicamente en los niveles distribución horizontal y vertical de materiales
superiores de las capas culturales Huecoide que se puede arqueológicos. En cambio, las unidades aquí
notar, en algunos casos, la mezcla de materiales de consideradas mostraron una clara y diferenciada
dichos componentes. Idéntica explicación merece el separación de los horizontes registrados y una
depósito Huecoide D, de donde provienen otras de las homogénea deposición de materiales diversos que
herramientas seleccionadas. indican que los mismos no fueron alterados o removidos
por agentes perturbadores de gran impacto. Como se
Al igual que en el sitio La Hueca, se tiene que tomar en señaló en el capítulo 4, las raíces de palma se extienden
cuenta qué otro tipo de perturbaciones pudieron incidir verticalmente y de forma aglomerada hasta casi 2 m de
adversamente en los contextos específicos aquí profundidad. Si esto hubiese sucedido en los contextos
considerados. Como se comentó en el capítulo anterior, aquí considerados, se hubieran notado las fluctuaciones
en Punta Candelero fueron dos los principales agentes de abruptas en la distribución de materiales arqueológicos
transformación de algunos de los depósitos tanto y en los cambios entre los horizontes sedimentarios. Por
Huecoide como Saladoide tardíos. Estos fueron el otra parte, las áreas saqueadas fueron fácilmente
saqueo y la bioturbación. Se considera que estos dos ubicadas durante las primeras fases de investigación
agentes de perturbación no afectaron negativamente los arqueológica en el lugar (véase Fig. 5.4), lo que permitió
contextos donde fueron recuperadas las herramientas ubicar las unidades de excavación fuera de estas
aquí consideradas. En el caso de la flora-perturbación, secciones.
114
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Posiblemente, como consecuencia de la flora- el área oscilan (en todo el noreste de las Antillas)
perturbación antes mencio nad a, los fechados precisamente entre el 400-700 d.C. y 600/700 al 1510
correspondientes a las ocupaciones Huecoide y d.C. La apreciación de Rodríguez López es factible si se
Saladoide tardío de Punta Candelero han sido descritos considera que en estos casos en particular, las raíces y la
como confusos. Se han obtenido hasta el presente dos composición de los suelos arenosos del lugar (al ser
fechados que parecen coincidir con el periodo de alterados por los movimientos de maquinaria pesada),
ocupación Huecoide en este sitio. Uno de ellos, obtenido facilitaron el acarreo, desplazamiento y movilidad del
a partir del fechado de un caracol asociado con los material vegetal pequeño y de conchas utilizados para los
materiales Huecoide encontrados entre la capa grisácea fechados.
más profunda (estrato III u horizonte Bg) y la capa
intermedia (estrato II u horizonte B1 Hz) (i.e., entre 80 Con fundamento en lo que hasta ahora se ha discutido
y 90 cm bajo la superficie), arrojó fechas que oscilan del sitio Punta Candelero, se pueden ubicar las
entre el 250 y 90 a.C. (sin calibrar: se desconoce el herramientas Huecoide aquí consideradas en una escala
reservorio marino para estos caracoles). Además, fue contextual macro dentro de los depósitos Huecoide C y
obtenido otro fechado de material vegetal que oscila D. Para tal efecto, se agruparon arbitrariamente tres
entre el 340 a.C. y el 220 d.C. (calibrado a 2 sigma). diferentes conjuntos de herramientas que corresponden
Estos dos fechados, sin considerar que el obtenido de con lo que Rodríguez López (comunicación personal,
caracol no se pudo calibrar, permiten establecer un 2004) denomina –basado en los principios de
continuo periodo de ocupación y actividades Huecoide superposición estratigráfica y en los posibles procesos
comprendido entre el 340 a.C. y 220 d.C. postdeposicionales– Huecoide inicial, intermedio y
ta r d ío . E s ta s d e n o m i n a c io n e s s e so s tie n e n
Sin embrago, existen otros seis fechados en los depósitos exclusivamente en la ubicación horizontal y vertical de
Huecoide que, al igual que en el sitio La Hueca, se unos materiales arqueológicos respecto a otros, mismos
apartan extrañamente del rango antes mencionado. Estos que se encuentran posicionados diferencialmente en las
fechados en conjunto, oscilan entre el 600 y el 1420 d.C. capas estratigráficas ya conocidas del sitio. Las
A juzgar por M iguel Rodríguez (1991), principal herramientas de molienda y macerado correspondientes
investigador del sitio, estos fechados parecen ser el a la unidad contextual Huecoide inicial (n=5) se
producto de la contaminación provocada por la limpieza encuentran en el contexto más profundo del conjunto de
que se hizo con equipo pesado sobre el sitio niveles estratigráficos artificiales de las unidades
arqueológico luego de la primera intervención consideradas (Cuadro 5.5). Por lo general, estos niveles
arqueológica. Al parecer, tras la remoción de la se encuentran en una capa arenosa que en su base es
vegetación con máquina, el suelo fue impactado y grisácea, luego se torna amarillenta (entre la superficie
ablandado considerablemente provocando que cierto tipo del estrato III y en el estrato II u horizontes Bg y B1 Hz
de material ligero se pudiera desplazar verticalmente respectivamente) y que cuenta con poco material, aunque
entre los pequeños túneles dejados por las raíces de la diagnóstico del componente Huecoide. En estos niveles
vegetación que existía. Así, los fechados parecen ser más se documentó cerámica incisa con entrecruzado zonal,
el producto del desplazamiento vertical de carbón asas zoomorfas típicamente Huecoide, piedras de
vegetal relacionado con las actividades Saladoide tardío hogares así como pulidoras, herramientas líticas, restos
y posteriores (e.g., de componentes culturales posteriores de cangrejos, de caracoles, de aves y ningún material
al Saladoide), ya que el rango general estimado para esta arqueológico Saladoide tardío (Rodríguez López 1989a;
y subsiguientes tradiciones culturales documentadas en comunicación personal, 2004).
Cuadro 5.5 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con la fase inicial de ocupación Huecoide (ca. 320 a.C.)
en el sitio Punta Candelero, Humacao, Puerto Rico (5 herramientas)
N úm . N úm . C ategoría de artefacto y Sección m uestreada y observaciones N úm . acceso en bitácora de P eso (gram os)
m uestra artefacto procedencia laboratorio y de m uestra
procedim iento em pleado procesada
1 PC 1-1 mano de basalto con extremo extremo angosto con desgaste y Lab. # 62, C sC l 0.006
afacetado; Bloque II, Pozo S, porosidad marcada
N . 0.70-0.80m
2 PC 1-2 mano de basalto con extremo M atriz adherida al artefacto Lab. # 63, C sC l 0.021
afacetado; Bloque II, Pozo S,
N . 0.70-0.80m
3 PC 2-1 mortero de basalto; Bloque II, faceta A, concavidad pronunciada con Lab. # 56, C sC l 0.02
Pozo S, N . 0.70-0.80m porosidad
115
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
4 PC 2-2 mortero de basalto; Bloque II, faceta B, desgaste irregular con Lab. # 57, C sC l 0.012
Pozo S, N . 0.70-0.80m porosidad marcada
5 PC 2-3 mortero de basalto; Bloque II, M atriz adherida al artefacto Lab. # 58, C sC l 0.008
Pozo S, N . 0.70-0.80m
6 PC 3-1 mano de basalto con facetas faceta A (lateral) con desgaste y Lab. # 59, C sC l 0.007
múltiples (hacha reuso); Bloque porosidad
II, Pozo S, N . 0.70-0.80m
7 PC 3-2 mano de basalto con facetas faceta B (extremo angosto) con Lab. # 60, C sC l 0.008
múltiples (hacha reuso); Bloque desgaste y porosidad
II, Pozo S, N . 0.70-0.80m
8 PC 3-3 mano de basalto con facetas M atriz adherida al artefacto Lab. # 61, C sC l 0.009
múltiples (hacha reuso); Bloque
II, Pozo S, N . 0.70-0.80m
9 PC 4 mano lateral basalto; Bloque II, facetas laterales Lab. # 79, montaje directo en ------------
U nidad L, N . 0.70-0.80m portaobjeto
10 PC 5-1 fragmento de mano de basalto faceta A (lateral) con porosidad Lab. # 45, C sC l 0.034
con facetas múltiples (hacha
reuso); Bloque II, Pozo I, N .
0.60-0.70m
11 PC 5-2 fragmento de mano de basalto faceta B (extremo angosto) con Lab. # 46, C sC l 0.006
con facetas múltiples (hacha desgaste y porosidad
reuso); Bloque II, Pozo I, N .
0.60-0.70m
12 PC 5-3 fragmento de mano de basalto M atriz adherida al artefacto Lab. # 47, C sC l 0.027
con facetas múltiples (hacha
reuso); Bloque II, Pozo I, N .
0.60-0.70m
Las herramientas han sido colocadas en orden ascendente de acuerdo con la profundidad en que fueron documentadas durante las excavaciones. Se asume que las
herramientas de mayor profundidad son más antiguas que aquellas de menor profundidad.
Cuadro 5.6 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con la fase intermedia de ocupación Huecoide
(posterior a ca. 320 a.C.) en el sitio Punta Candelero, Humacao, Puerto Rico (9 herramientas)
N úm . N úm . C ategoría de artefacto y Sección m uestreada y observaciones N úm . acceso en bitácora P eso (gram os)
M uestra artefacto procedencia de laboratorio y de m uestra
procedim iento em pleado procesada
1 PC 6 mano lateral basalto (hacha reuso); facetas laterales Lab. # 80, C sC l 0.041
Bloque II, U nidad A, St. II
2 PC 7 mano lateral basalto; Bloque II, facetas laterales Lab. # 75, C sC l 0.008
U nidad A, St. II
3 PC 8-1 fragmento base de molino de faceta ligeramente cóncava, residuos Lab. # 48, C sC l 0.026
arenisca; Bloque II, Pozo Q , N . rojizos visibles
0.40-0.60m
4 PC 8-2 fragmento base de molino de M atriz adherida al artefacto Lab. # 49, C sC l 0.026
arenisca; Bloque II, Pozo Q , N .
0.40-0.60m
116
Capítulo 5: El enfoque metodológico
5 PC 9 mano de basalto con facetas facetas laterales y extremidad afacetada Lab. # 76, C sC l 0.007
múltiples; Bloque II, U nidad C , N .
0.40-0.50m
7 PC 11 mano lateral de basalto; Bloque II, faceta lateral Lab. # 12, montaje directo -----------
U nidad F-4, N . 0.40-0.50m en portaobjeto
8 PC 12 mano lateral de basalto (posible facetas laterales Lab. # 78, montaje directo -----------
hacha con reuso); Bloque II, en portaobjeto
U nidad X , N . 0.40-0.50m
9 PC 13-1 fragmento de mano lateral de faceta lateral pulida, evidencia de Lab. # 52, C sC l 0.073
basalto; Bloque I, Pozo F-12 desprendimiento de lascas en secciones
pequeñas
10 PC 13-2 fragmento de mano lateral de M atriz adherida al artefacto Lab. # 53, C sC l 0.095
basalto; Bloque I, Pozo F-12
11 PC 14-1 mortero de basalto; Bloque I, Pozo cara A, ligeramente cóncava (periferia de Lab. # 106, montaje -----------
F-12 desprendimiento) directo en portaobjeto
12 PC 14-2 mortero de basalto; Bloque I, Pozo cara B, ligeramente cóncava (lado Lab. # 54, C sC l 0.013
F-12 opuesto de cara A )
13 PC 14-3 mortero de basalto; Bloque I, Pozo M atriz adherida al artefacto Lab. # 55, C sC l 0.022
F-12
Las herramientas han sido colocadas en orden ascendente de acuerdo con la profundidad en que fueron documentadas durante las excavaciones. Se asume que las
herramientas de mayor profundidad son más antiguas que aquellas de menor profundidad.
Cuadro 5.7 Muestras sedimentarias/residuales y herramientas de molienda/macerado relacionadas con la fase tardía de ocupación Huecoide (anterior o
igual a ca. 220 d.C.) en el sitio Punta Candelero, Humacao, Puerto Rico (4 herramientas)
1 PC 15-1 fragmento base de molino de cara cóncava con porosidad Lab. # 68, C sC l 0.024
metamórfica?; Bloque I, Pozo F-6,
N . 0.30-0.40m
2 PC 15-2 fragmento base de molino en M atriz adherida al artefacto Lab. # 69, C sC l 0.015
metamórfica?; Bloque I, Pozo F-6,
N . 0.30-0.40m
3 PC 16 mano lateral de basalto; Bloque I, faceta lateral pulida Lab. # 105, montaje directo en ------------
Pozo F-1, N . 0.20-0.40m portaobjeto
4 PC 17 mano lateral de basalto; Bloque II, facetas laterales Lab. # 73, C sC l 0.006
U nidad C , N . 0.20-0.30m
Por último se encuentra la unidad contextual Huecoide encontrar materiales de ambos componentes mezclados
tardío representada por los niveles estratigráficos en los niveles cercanos a la superficie.
arbitrarios (dentro del estrato I u horizonte A Hz) más
cercanos a la superficie en los depósitos Huecoide Para efectos de esta investigación, se aclara que la
(Cuadro 5.7). De esta unidad contextual fueron 4 las cronología atribuida al conjunto de depósitos Huecoide
herramientas de molienda y macerado seleccionadas para en Punta Candelero se sitúa en un rango comprendido
la investigación. Cuando existe el componente Saladoide entre el 340 a.C. y 220 d.C. Asimismo, las herramientas
tardío sobre algún depósito Huecoide, es posible de molienda y macerado han sido consideradas en el
117
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
nivel micro, para lo cual se organizaron las herramientas dichas secciones se podían detectar residuos de posible
en cada conjunto con base en la profundidad en que origen vegetal. Cabe mencionar que en algunas ocasiones
fueron encontradas (en orden descendente o de mayor a se pueden detectar los residuos blancuzcos producto de
menor profundidad). De esta manera, es viable una las concentraciones de almidón adheridos a las grietas,
análisis de la variabilidad vertical del uso de plantas y de fisuras y poros de las herramientas. Sobre este particular,
herramientas con la finalidad de comprender las el interés es recuperar los residuos de las grietas, fisuras
particularidades de esta relación (plantas-herramientas) o poros de las herramientas de molienda y macerado, que
según el análisis de almidones que aquí se desarrolla. es donde usualmente quedan atrapados los gránulos de
almidón pertenecientes a las plantas procesadas. Sin
Queda claro pues, que el interés en este sitio así como en embargo, para estandarizar el procedimiento de
el sitio La Hueca ha sido separar las herramientas de extracción de sedimentos y/o residuos de este tipo de
molienda y macerado relacionadas con el primer artefactos, siempre se auscultaron todas las huellas de
momento de ocupación Huecoide de aquellas adscritas a interés presentes en las facetas de uso discernibles, y se
los subsecuentes episodios o actividades humanas extrajo la mayor cantidad de sedimento posible.
llevadas a cabo en ambos lugares. El propósito
fundamental es poder reconocer aquellas plantas que se Protocolo de extracción de sedimentos de las
utilizaron en el momento en que arribaron a ambos herramientas seleccionadas
lugares y distinguirlas de aquellas que pudieron mantener
o incorporar una vez prolongada su estancia en dichos En los últimos años se han desarrollado varias estrategias
lugares. Con esta estrategia es posible determinar cuáles para extraer sedimentos y/o residuos de las herramientas
plantas de importancia económica, medicinal o ritual de molienda y macerado en el estudio de almidones
trajeron consigo los Huecoide para establecer una arqueológicos. Linda Perry (2004) ha diseñado una
relación ad hoc a su tradición cultural en los nuevos estrategia basada en la adición de agua para despegar los
medios y cuáles nuevas plantas (autóctonas o no) residuos presentes en las grietas, poros y fisuras de los
pudieron adoptar (cómo o bajo qué criterios artefactos líticos. En este tipo de muestreo, denominado
socioculturales) una vez que se establecieron en los sitios in situ, se agrega una gota de agua destilada únicamente
La Hueca y Punta Candelero. Al lograr lo anterior, se en las áreas que serán auscultadas (poros y grietas) y
facilita la generación de un análisis sobre las posibles luego el agua es recogida con una micropipeta estéril.
interacciones que desarrollaron Los H uecoide con los Posteriormente la muestra es vertida en laminillas cuando
entornos donde se asentaron y con las cosas presentes en la cantidad (volumen) de muestra es mínima, o en tubos
o cerca de ellos (e.g., con las plantas, con el medio físico de centrífuga cuando la cantidad (volumen) de muestra
y con otros grupos previamente establecidos en la es considerable. Perry (2004) por un lado y Pearsall et al.
región). (2004) por el otro, utilizan además el procedimiento de
limpieza sónica en los mismos artefactos en los que se
Protocolos creados para el muestreo de las realizó el muestreo in situ. Con la aplicación de esta
herramientas y para la recuperación de almidones segunda estrategia de muestreo –misma que se basa en
arqueológicos una rápida y constante agitación del artefacto en un
contenedor con líquido–, se prevé despegar todo aquel
Una vez evaluados cada uno de los elementos señalados residuo que no pudo ser recogido con el muestreo “in
en secciones anteriores, se puede entonces detallar los situ”. Según Pearsall et al. (2004) en su estudio de
procedimientos empleados para extraer las muestras residuos de herramientas y almidones procedente del
sedimentarias y/o residuales de las herramientas de sitio Real Alto en Ecuador, la estrategia de muestreo por
macerado y molienda seleccionadas. Estas muestras limpieza sónica les proporcionó en ese estudio en
sirven para recuperar los almidones que luego son particular, mayor cantidad de gránulos de almidón por
utilizados en la identificación de las plantas tuberosas y/o artefacto que la técnica de muestreo in situ.
de semilla que fueron procesadas en las herramientas. De
esta suerte, se obtienen los elementos necesarios para El único problema que se puede percibir con la
abordar de manera efectiva el problema arqueológico aplicación de limpieza sónica es que los almidones
central de esta investigación, así como las implicaciones recuperados no pueden ser ubicados en secciones
subsecuentes que se derivan de las interpretaciones particulares de los artefactos cuando éstos cuentan con
socioculturales que se pueden realizar. múltiples facetas de uso. Por lo mismo, se elimina la
posibilidad de analizar las posibles funciones
Luego de seleccionar las herramientas relacionadas con diferenciales de los artefactos si se toma como base las
el procesamiento de plantas, se procedió con el examen distintas facetas de uso que a veces tienen. Aún así, los
visual de la superficie de las mismas con el fin de almidones recuperados por medio de dicha estrategia
determinar cuáles fueron las secciones de uso y si en pueden ser claramente ubicados o asociados, en términos
118
Capítulo 5: El enfoque metodológico
generales, con las posibles funciones del artefacto. Para con la clasificación y separación de éstas utilizando
efectos de esta investigación, se ha optado por utilizar como criterio el volumen observado. Por lo general, se
una estrategia de muestreo similar a la denominada in ha podido determinar que las muestras iguales o mayores
situ, con la diferencia de que no se adiciona agua en las a 0.006g son susceptibles de ser flotadas con el protocolo
secciones que serán auscultadas. Esta estrategia ha sido que se muestra a continuación. Por otra parte, las
utilizada exitosamente en investigaciones desarrolladas muestras menores a 0.006g no reúnen las condiciones
en Panamá (Piperno y Holst 1998; Piperno et al. 2000), para ser flotadas en vista de que es tan poco el volumen,
en Australia (Atchison y Fullagar 1998) y en Puerto Rico que existe la posibilidad de que la muestra y el material
(Pagán Jiménez 2003b; 2004; Pagán Jiménez et al. contenido en ella se pierda en el proceso mismo. En este
2005). caso, las muestras con poco volumen y peso fueron
montadas directamente en los portaobjetos de
A continuación se detalla la estrategia de muestreo de microscopio junto con una base líquida.
herramientas creada y utilizada en la presente
investigación: El proceso de separación de gránulos de almidón de los
sedimentos que aquí se presenta es uno fundamentado en
1. Se limpió con un paño nuevo y húmedo la superficie
los protocolos elaborados anteriormente por Therin
de trabajo;
2. para manipular las herramientas arqueológicas, se (1998), Barton et al. (1998) y Atchison y Fullagar
utilizó en todo momento guantes de látex libres de (1998), aunque se ha modificado para aplicarlo a las
talco; condiciones existentes de laboratorio con las que se ha
3. se colocó papel de impresión blanco (nuevo) sobre contado. Se parte del principio de que los gránulos de
la superficie de trabajo y cuidadosamente se colocó almidón cuentan, en promedio, con una gravedad
sobre dicha superficie la sección de la herramienta específica de 1.5 (Atchison y Fullagar 1998), basándose
que sería auscultada; este dato en los estudios de Banks y Greenwood (1975).
4. se procedió con la auscultación y remoción en seco
Así, en el siguiente protocolo se toma este dato
de los sedimentos y/o residuos presentes en cada
únicamente como marco de referencia y no como valor
faceta de uso utilizando ganchos de limpieza
odontológicos estériles. absoluto, ya que existe la posibilidad de encontrar
5. El sedimento y/o residuo desprendido de las gránulos de almidón con gravedades específicas variadas
secciones auscultadas fue depositado en el papel (diferentes), considerando las diversidad métrica y
blanco y luego trasladado a bolsas de plástico morfológica que puede existir entre los gránulos de las
estériles debidamente rotuladas; distintas especies de plantas representadas en las
muestras arqueológicas. Este procedimiento, así como
A veces una misma herramienta contó con más de una los que le siguen, se efectuaron en los Laboratorios de
faceta de uso, por lo que fue necesario limpiar la P a le o etnobotánica y P a le o am b ie nte y d e
superficie de trabajo, reemplazar los guantes y el papel Fotomicroscopía del Instituto de Investigaciones
blanco cada vez que se intervino con sus distintas Antropológicas de la UNAM .
facetas. Este mismo procedimiento fue realizado cuando
se trabajó con distintas herramientas. Asimismo, los 1. Se pesó entre 0.006 y 1.2g de muestra y se
ganchos odontológicos fueron lavados y secados con colocaron en tubos de microcentrífuga. Se
calor cada vez que se procedió con una faceta de uso o cuidó que las cantidades de sedimento fuesen
herramienta distinta. El objetivo de mantener separadas similares con el fin de buscar el balance de los
las muestras procedentes de las distintas secciones de una tubos de ensayo;
misma herramienta es tratar de discernir si existe algún 2. se agregó entre 0.5 y 1 ml de una solución de
tipo de patrón, a partir de la presencia de determinadas CsCl con gravedad específica (g.e.) de
plantas, que pueda correlacionarse con usos específicos 1.79g/cm 3 (también se puede agregar CsCl
de las diferentes facetas presentes en una misma hasta que rebase el nivel del sedimento, pero
herramienta. Cabe señalar que el anterior procedimiento cuidando que todos los tubos de ensayo pesen
de separar las distintas facetas de una misma herramienta igual);2
no fue realizado en todas, ya que el muestreo fue llevado 3. se agitó cuidadosamente la mezcla por 10 o 15
a cabo en distintos momentos y se tuvo que adecuar a las segundos;
condiciones particulares de cada artefacto. 4. se verificó el balance de los tubos (añadir CsCl
para balancear si es necesario) y se colocaron
Protocolo de extracción de almidones de las muestras en centrífuga;
sedimentarias obtenidas 5. se centrifugaron los tubos a una velocidad de
2500 rpm por 15 minutos;
Una vez obtenidas las muestras de sedimento y/o residuo 6. se trasladó el sobrenadante por decantación a
de las herramientas de molienda y macerado, se procedió
119
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
un nuevo tubo de centrífuga. Aquí se traslada el estéril y rotulado con la información pertinente;
material con g.e. menor a 1.79 y queda en el 12. se colocó una gota del extracto (muestra) en el
fondo el material con g.e. de 1.79 o más; portaobjeto;
7. se añadió agua destilada (entre 0.5 y 1 ml) hasta 13. se agregó media gota (más pequeña que la de
balancear los tubos; luego se agitó cada tubo extracto) de glicerol líquido y ambas sustancias
por 10 segundos y se colocaron nuevamente en se mezclaron bien con un palillo o agitador;
centrífuga; 14. se colocó el cubreobjeto y comenzó el análisis
8. se centrifugaron los tubos, pero esta vez a 3,200 del portaobjeto.
rpm por 20 minutos; 15. Equipo y material requerido: microcentrífuga
9. se eliminó casi todo el sobrenadante (dejando (de hasta 6000 rpm), balanza electrónica con
un poco, e.g., 5% de la solución) teniendo precisión de 0.001g; densímetro (con escala
cuidado de no arrastrar lo que quedó en el para líquidos pesados de entre 1.4 y 2.0); 2
fondo del tubo (los residuos de interés); tubos de centrífuga de 1.5 ml por muestra, 1
10. se repiten los pasos 7, 8 y 9 dos veces más vaso de precipitado (para la solución de CsCl),
(agregando cada vez menos agua); 1 agitador por muestra, portaobjetos y
11. se trasladó la muestra procesada a un envase cubreobjetos, agua destilada, glicerol líquido.
Figura 5.6 Diagrama de flujo del estudio de gránulos de almidón utilizado en esta investigación. Del espectro de artefactos susceptibles de análisis, aquí se
consideraron únicamente las herramientas de molienda/macerado.
120
Capítulo 5: El enfoque metodológico
Montaje y análisis de los portaobjetos con muestras fueron documentadas en coordenadas XY.
arqueológicas de almidones
Debido a que se desconocían los beneficios del empleo
El procedimiento empleado en el montaje de algunas de de glicerol cuando se comenzó el análisis formal de las
las muestras arqueológicas en los portaobjetos se detalla muestras arqueológicas, los primeros seis montajes de
en el protocolo detallado anteriormente (pasos 12 al 14). portaobjetos fueron realizados únicamente con una base
Sin embargo, no todas las muestras arqueológicas de de agua. Esto provocó que los almidones arqueológicos
sedimentos y/o residuos fueron procesadas de la misma permanecieran inmovilizados una vez secó el agua con
forma. En la presente investigación se tuvo que que fueron montados en los portaobjetos. Aún así, los
establecer una diferenciación entre las muestras con almidones presentes en estas muestras contaron con las
suficiente volumen de sedimento y aquellas con poco suficientes características para poder proponer
volumen (Fig. 5.6). Por lo mismo, el procedimiento de identificaciones confiables. Las muestras restantes fueron
montaje final en portaobjetos fue diferente dependiendo montadas realizando los pasos 12 al 14 del protocolo
del volumen de las muestras. En los cuadros 5.2, 5.3 y arriba detallado. La viscosidad producida por el glicerol
5.4 de las herramientas analizadas, se indica el en las muestras permitió rotar los almidones detectados,
procedimiento empleado con las muestras, es decir, si pudiendo así, ver las variaciones morfológicas y
fueron procesadas con cloruro de cesio (CsCl) o bidimensionales de éstos desde distintos ángulos.
montadas directamente en los portaobjetos. Como se
mencionó anteriormente, la ventaja de realizar las Notas del Capítulo 5
flotaciones de sedimentos y/o residuos con CsCl estriba
en que se posibilita la separación de los residuos no
deseados que pueden dificultar el proceso de rastreo de 1. El estudio de gránulos de almidón aquí utilizado fue
almidones en los portaobjetos. En cambio, cuando se el resultado de un extenso periodo de experimentación
recurrió al montaje directo de las muestras en los con las distintas técnicas involucradas. La creación de la
portaobjetos (e.g., con las muestras con poco volumen de colección de referencia, las descripciones morfológicas
sedimento), se hizo más difícil rastrear y localizar los y bidimensionales de los gránulos y otras técnicas más
almidones presentes. En todo caso, dado que el volumen (e.g., el uso de microscopía con polarización) fueron el
de las muestras montadas directamente sobre los producto de la empiria más que de la obtención y
portaobjetos fue mínimo, los almidones presentes aplicación de estudios de almidones creados por otros
pudieron ser localizados y documentados, gracias a la inverstigadores como los que se citan en el texto. La
ayuda del microscopio Iroscope PT-3LIT con razón para plantear el estudio de almidones aquí
polarizador, mismo que sirvió para descartar los utilizado como uno propio y distinto a los demás que se
elementos de “ruido” presentes en las muestras. Dejando utilizan actualmente en otras partes del mundo son las
claro el criterio utilizado para montar las muestras siguientes: a) los trabajos publicados, por lo menos hasta
arqueológicas en los portaobjetos, se explican ahora los el año 2001, no mostraban los detalles relacionados con
criterios utilizados una vez fueron hechos los montajes. las variables y variantes utilizadas en las descripciones
de almidones modernos de las colecciones de referencia,
Primeramente se procedió con la colocación del b) los artículos y capítulos de libros utilizados como
portaobjeto en el microscopio. Luego se comenzó el referencia presentaban sólo algunos datos generales
análisis del portaobjeto utilizando como referente los sobre el estudio de almidones arqueológicos, pero no
límites del campo de observación delimitado por el exponían con detalle los datos concretos que permiten
objetivo y el ocular utilizado. Los portaobjetos fueron aplicar protocolos estándares. Por lo tanto, las variables
rastreados de arriba hacia abajo y hacia el lado derecho, y variantes utilizadas en esta investigación para describir
llegando hasta el límite que permite el microscopio. los gránulos de almidón modernos y arqueológicos, los
Dado que las dimensiones de los cubreobjetos son casi protocolos utilizados en la separación de almidones
idénticas al portaobjeto, se continuó con el rastreo del arqueológicos, el montaje de portaobjetos con muestras
mismo desplazándolo hacia el lado derecho o izquierdo modernas y arqueológicas más el análisis microscópico,
una vez se llegó al límite permitido por el microscopio. son el resultado de experimentaciones realizadas para el
Para no contabilizar y reanalizar almidones previamente presente estudio que felizmente generó información que
identificados, se marcaron los portaobjetos en las coincide con la que ahora (luego de 2002) está siendo
secciones hasta las cuales llega el alcance permitido del publicada sobre el estudio de almidones en arqueología.
microscopio. De esta forma fue posible analizar la
totalidad de la superficie de cada portaobjeto sin cometer 2. La solución se prepara disolviendo aproximadamente
errores en el conteo y las posiciones de los gránulos 60g de CsCl en 40 ml de agua destilada.
121
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Primeramente, se desarrolla una exposición general de importante para el problema de investigación, objetos
los resultados obtenidos por sitio para lo cual se analizan que son resignificados de acuerdo con las actividades
los datos recabados que corresponden con cada una de humanas en las que son integradas. Si se considera que
las fases de ocupación previamente delimitadas. Dentro la movilidad humana hacia nuevos espacios y lugares
de cada sitio, y al interior de las fases de ocupación, se requiere del desarrollo de estrategias conscientes para
discuten los resultados logrados y se particularizan con enfrentar la incertidumbre o el desconocimiento de los
la idea de arribar a los datos pertinentes que ayudan a nuevos lugares, entonces las plantas adquieren nuevos
interpretar el problema planteado. Igualmente, en el significados ya no sólo como alimentos, sino como
transcurso de algunas de las partes de la exposición, se objetos conocidos, creados y adecuados para humanizar
señalan aquellos aspectos y/o problemas de carácter y dar sentido al nuevo espacio. Las plantas adquieren,
técnico o metodológico que pudieron incidir en la desde esta perspectiva, nuevos significados que incluso
interpretación de los datos. se insertan en el plano simbólico como estrategia
relacional y de vínculo entre lo conocido y lo
Como fue mencionado en el capítulo anterior, el estudio desconocido.
de almidones fue realizado en 40 herramientas de
molienda/macerado del sitio La Hueca y en 18 del sitio Teniendo presente lo anterior se da inicio a la exposición
Punta Candelero. En ambos casos, las herramientas de los resultados, aclarando que no todas las
seleccionadas comprenden gran parte de los artefactos herramientas seleccionadas para esta investigación
Huecoide de este tipo en los respectivos sitios. Por lo arrojaron datos arqueobotánicos. En el caso del sitio La
tanto, debe quedar claro que el análisis que se efectúa en Hueca, sólo 33 (82.5%) de 40 herramientas evidenciaron
las próximas secciones no se fundamenta en una la presencia de gránulos de almidón mientras que en
comparación estadísticamente viable de ambos sitios.1 Punta Candelero fueron 15 (83.3%) de 18. Como se
No nos interesa conocer con exactitud si se produjo más señala en los Cuadros 5.2 a 5.7 del capítulo anterior,
cantidad de plantas en un lugar o en el otro y cuál planta hubo herramientas que fueron muestreadas en más de una
fue la de mayor rendimiento en determinado momento superficie de uso, lo que incrementa el número total de
y/o contexto espacial. En todo caso, la comparación que muestras respecto a la cantidad de herramientas
aquí se desarrolla se hace partiendo de la unidad de estudiadas de ambos sitios.
análisis propuesta en el capítulo 2, es decir, la entidad
comunitaria. En este sentido, los datos recabados serán De las 40 herramientas del sitio La Hueca se obtuvieron
ubicados en el contexto sociocultural más amplio en que 47 muestras de sus facetas de uso (a veces más de una
los sitios pudieron estar operando, esto es, en el contexto muestra por herramienta), siendo 37 (78.7%) de ellas
de los sitios como comunidades o pueblos y sus –correspondientes a 33 herramientas– positivas a la
respectivos cambios desde el punto de vista de la
presencia de almidones. Asimismo, de las 18
subsistencia vegetal (biológica y cultural) a través del
herramientas del sitio Punta Candelero, se obtuvieron 30
tiempo.
muestras de sus facetas de uso resultando 22 (73.3%) de
También se expuso en el capítulo 1 que las plantas no ellas –correspondientes a 15 herramientas– positivas a la
son únicamente objetos de valor alimenticio sino, y más presencia de almidones (Cuadro 6.1).
Cuadro 6.1 Total de muestras con gránulos de almidón y promedio de gránulos por muestra
L a H ueca 92 gránulos/11 muestras 44 gránulos/16 muestras 22 gránulos/10 muestras 158 gránulos/37 muestras
(8.4 gránulos x muestra) (2.75 gránulos x muestra) (2.2 gránulos x muestra) (4.3 gránulos x muestra)
P unta C andelero 69 gránulos/9 muestras 231 gránulos/10 muestras 3 gránulos/3 muestras 303 gránulos/22 muestras
(7.6 gránulos x muestra) (23 gránulos x muestra *) (1 gránulo x muestra) (22 gránulos x muestra*)
Total 171 gránulos/20 muestras 275 gránulos/26 muestras 25 gránulos/13 muestras 461 gránulos/59 muestras
* = 2 “ clusters” con (8.6 gránulos x muestra) (10.6 gránulos x muestra*) (1.92 gránulos x muestra) (7.8 gránulos x muestra*)
múltiples gránulos
123
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cuadro 6.2 La Hueca, fase inicial de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herramientas, identificaciones llevadas a la mínima
unidad taxonómica posible. La riqueza de especies conjunta el número de especies (o familias según el caso) identificadas
tentativamente y de manera segura por cada muestra. Para conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas,
refiérase a los Cuadros 5.1 a 5.7 del capítulo anterior.
Ubicui-
T axa por herram ientas LH1 LH4 LH6 LH7 LH9-1 LH9-2 LH10 LH11 LH12-1 LH12-2 LH13 Total
dad (%)
Xanthosom a 7 7 9.1%
Total 35 6 11 23 1 4 1 4 3 3 1 92 _____
124
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
muestra fue mayor que en el resto de las herramientas almidón de maíz (Zea mays), de leguminosas
estudiadas. aparentemente silvestres (Leguminosae) y de tubérculos
como la batata (Ipomoea batatas), la yautía blanca
(Xanthosoma sagittifolium), alguna especie de ñame
posiblemente exógeno (Dioscorea o Rajania) y la yuca
(Manihot esculenta) (Fig. 6.2). Se puede decir con
bastante confianza que la mayoría de plantas utilizadas
por los Huecoide en el momento en que se establecieron
en el lugar fueron exógenas (excepto, quizás, algunas
leguminosas), lo que indica el acarreo de éstas junto con
un espectro artefactual y herramental nuevo en las islas
que pudo constituir el conjunto de estrategias
relacionales que los pobladores Huecoide utilizaron para
enfrentar la incertidumbre que implica el movimiento
hacia nuevos espacios. Como se sabe, algunas de las
plantas identificadas ya habían sido introducidas por
algunos grupos “arcaicos” en el norte de Las Antillas.
Sin embargo, una diferencia contrastante entre las
Figura 6.1 Base de molino (y macerado) de coral (LH1), proveniente de la estrategias de subsistencia agrícola arcaicas y Huecoide
base del estrato o capa VI del depósito Z, La Hueca.
(escala gráfica = 4 cm) (de esta primera etapa de ocupación) es evidente: las
plantas identificadas en la primera etapa de ocupación
Los órganos vegetales procesados en esta herramienta Huecoide pueden relacionarse directamente con las
durante el episodio de actividades humanas más herramientas donde fueron encontradas y también,
temprano del lugar fueron, tanto tuberosos como semillas aunque de manera indirecta, con todos los objetos de
(Cuadro 6.2; ver las ilustraciones modernas de los lapidaria y utensilios cerámicos nunca antes conocidos
vegetales en el Apéndice B). Destacan los gránulos de en Las Antillas.
a) b) c) d)
e) f) g) h)
i) j)
Figura 6.2 Gránulos de almidón recuperados en la base de molino/macerado LH1, La Hueca, fase inicial de ocupación.
a - b, gránulos de maíces de endospermo duro y blando; c - d, gránulos de leguminosas, posiblemente silvestres; e - f, gránulos de batata; g - h, gránulos de
yautía blanca; i - j, posiblemente gránulos de yuca (barra de escala=25µm).
125
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
La presencia de estas plantas sugieren, al menos, tres suficientemente densa, lo que explicaría la gran
formas de producción vegetal que pudieron ser partes del acumulación de carbón en el estrato o capa VI que no se
sistema de subsistencia agrícola utilizado en la villa tan observa de la misma manera en las subsecuentes capas
pronto iniciaron su asentamiento. Estos son: los huertos del depósito Z.
domésticos (campos parcialmente despejados) para la
siembra mixta de tubérculos, raíces, quizás árboles Posteriormente, luego de un tiempo de permanencia en
frutales y hierbas medicinales; las parcelas despejadas y el lugar, se siguieron utilizando la mayoría de plantas
sin sombra para la siembra de semillas como el maíz y anteriormente mencionadas. No obstante, una de ellas
frijoles “silvestres”; y el mantenimiento y manipulación desaparece del registro arqueobotánico (la yuca) y otras
de los bosques cercanos (quizás en el norte del sitio) para nuevas son incorporadas. Las herramientas “LH4” a
la producción de tubérculos de bejuco como el ñame. Las “LH13” se recuperaron todas a partir de los 40
primeras dos formas de producción comparten la centímetros arriba de la herramienta LH1 (ver Fig. 5.3 en
estrategia de la limpieza de terrenos conocida como roza el capítulo anterior), específicamente entre la base y
y quema, mientras que la tercera implica posiblemente la sección intermedia de la capa o estrato V. Luego de sus
eliminación manual de organismo s vegetales primeras actividades en el lugar, los Huecoide
competidores del ñame en los bosques existentes. accedieron a otras plantas no utilizadas inicialmente,
entre ellas: los frijoles domesticados (Phaseolus sp.), el
Estas tres formas de producción de plantas, a juzgar por bejuco de membrillo (Smilax sp.) y el marunguey (Zamia
los datos recabados, conformaron lo que fue el sistema sp.) (Fig. 6.3; Cuadro 6.3). La importancia de estos datos
de subsistencia agrícola primeramente utilizado por los estriba en que las plantas ahora incorporadas en el
Huecoide tras su arribo y asentamiento en La Hueca. Es sistema de subsistencia agrícola huecoide pueden ser
factible pensar que la capa más profunda del depósito Z, evidencia del desenlace de algunas interacciones
misma que contiene grandes cantidades de carbón y sostenidas con grupos continentales y con grupos
jueyes o cangrejos de mangle, sea un indicador de previamente establecidos en Las Antillas. Estos últimos,
actividades intensivas de roza y quema de la vegetación tradicionalmente conocidos como “arcaicos” o
circundante con el propósito de preparar, por primera “prearahuacos” habrían introducido, antes que los
vez, el terreno para la siembra de las plantas. Si se Huecoide y Saladoide, importantes plantas económicas
considera que no hubo asentamientos humanos en dicho como el maíz, los frijoles (posiblemente no
lugar antes que la villa Huecoide, posiblemente la domesticados), la batata, la yuca y otras plantas como la
vegetación existente al momento del arribo era lo gruya (Canna sp.) y los ñames.
a) b) c)
d) e) f) g) h) i)
Figura 6.3 Gránulos de almidón representativos de los recuperados en las herramientas LH4 a LH 13, etapa final de la fase de ocupación inicial, La Hueca. a
- b, gránulos de marunguey; c, gránulo afectado de ñame dunguey (D. cf. altissima); d - e, gránulos de maíz (de endospermo duro y blando); f, gránulo de
batata; g, posible gránulo de frijol (Phaseolus sp.); h, gránulo de frijol; i, posible gránulo de haba de playa (Canavalia rosea)(barra de escala=25µm).
126
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Cuadro 6.3 La Hueca, fase inicial de ocupación. Familia/género por herramienta (agrupamiento de identificaciones seguras y aproximadas). Los valores se
representan con una “X” para señalar únicamente la presencia de determinada taxa en las herramientas analizadas.
Taxa por herramientas LH1 LH4 LH6 LH7 LH9* LH10 LH11 LH12* LH13 Ubicuidad (%)
( *= 2 muestras por herramienta)
Zea X X X X X X X 77.7%
Xanthosom a X X 22.2%
D ioscorea X X 22.2%
Zam ia X X 22.2%
Phaseolus X X 22.2%
C anavalia X X 22.2%
M anihot X 11.1%
Sm ilax X 11.1%
Asimismo, habrían comenzado a utilizar el marunguey, harina y a la cocción de los productos derivados de ésta
posiblemente como elemento alimenticio (Pagán Jiménez y otras plantas más. El complejo de utensilios consistió
et al. 2005; Veloz 1993). De esta manera es posible de guayos (bases de madera con cientos de
imaginar que hubo transacciones y otro tipo de incrustaciones de pequeñas microlascas), cibucanes
negociaciones entre los pobladores Huecoide y los confeccionados con fibra vegetal (para extraer el zumo),
grupos ya establecidos en las islas, lo que hizo posible el tamizadores en cestería y burenes (para cocer la harina,
intercambio recíproco de conocimientos sobre las plantas similar a los comales mesoamericanos). De estos
utilizadas por los respectivos grupos. utensilios, se conocen arqueológicamente los burenes e
indirectamente los tamizadores, mismos que fueron
Sin embargo hay que destacar que los pobladores que ya impresos, intencionalmente, en el reverso de algunos
vivían en las islas de Puerto Rico y Vieques, a pesar de burenes huecoide en La Hueca. El uso de guayos puede
contar con plantas similares a la de los Huecoide, habían ser inferido por la presencia de ciertas microlascas de
desarrollado una tradición culinaria distinta a los últimos. formas consp icuas (generalm ente triangulares)
Por lo menos en el aspecto del procesamiento y recuperadas en las excavaciones del sitio.
elaboración de alimentos vegetales, los grupos “arcaicos”
antillanos al parecer procesaron la yuca (posiblemente La presencia de varios gránulos de almidón
amarga) por medio de la maceración de sus raíces tentativamente atribuidos a la yuca durante el episodio
tuberosas con manos y bases de molienda/macerado (aún más temprano de actividades humanas en La Hueca (en
no estudiadas). Es muy probable que confeccionaran la herramienta LH1) puede indicar, por un lado, la
tamales o pasteles para cocerlos en agua o en brazas ausencia en ese momento de los tradicionales guayos
(asados) y así eliminar el componente tóxico, ya que no relacionados con el complejo herramental antes descrito.
se han encontrado burenes o utensilios similares que A su vez, la ausencia de almidones de esta planta en los
sugieran otra forma de cocción. En cambio, los contextos posteriores estaría revelando, por otro lado, la
Huecoide introdujeron un complejo herramental distinto construcción y uso de los guayos para procesar la yuca y
y destinado al procesamiento (rallado) de las raíces de la otros órganos vegetales más. Este aspecto no puede ser
yuca, a la extracción del zumo tóxico, al tamizado de la corroborado en la presente investigación en vista de que
127
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
no fueron analizadas las microlascas relacionadas con los herramientas estudiadas indicando que, junto con el maíz
guayos. y las leguminosas silvestres, pudieron ser las tres plantas
(susceptibles a la maceración y/o molienda) más
En términos generales, la ubicuidad de las plantas significativas del sistema de subsistencia agrícola
identificadas entre las distintas herramientas analizadas Huecoide. Se enfatiza la importancia de dichas plantas
(n=9) señala la importancia relativa de unas sobre otras, sólo en el contexto particular de la maceración y
pero también, algunas conductas relacionadas con las molienda de órganos vegetales (véase Fig. 6.4), dado que
prácticas culturales diferenciadas de los Huecoide no se pueden descartar otras formas de procesamiento,
respecto a otros grupos contemporáneos establecidos en como es el rallado para la cocción de la masa en burenes,
las islas como los “arcaicos” (véase Cuadro 6.3). El maíz típicamente relacionado con la yuca (Fig. 6.5). Por lo
es la planta más ubicua en las herramientas, lo que mismo, es posible que la ausencia de algunas plantas
sugiere que durante esta fase fue constante la práctica de importantes se deba a que en esta investigación
moler (o macerar en su estado verde) sus semillas. Sigue únicamente se estudiaron herramientas de macerado y
en orden de ocurrencia la molienda de semillas de molienda. Por ejemplo, la ausencia de yuca (y
frijoles posiblemente silvestres, con el fin aparente de posiblemente otras plantas) en los contextos posteriores
eliminar las sustancias tóxicas (e.g., ácido cianogénico) al episodio más temprano de ocupación del lugar puede
que contienen muchas de ellas, incluyendo la haba de señalar más bien que otra forma de procesamiento fue
playa (Canavalia sp.). Sobre este particular hay que utilizada antes de confeccionar los guayos en La Hueca.
señalar que, aunque los gránulos de almidón de Vale comentar que para confeccionar los guayos se
leguminosas no pudieron ser adscritos a especies requiere de piezas de madera con superficies
domesticadas como Phaseolus vulgaris, no se elimina la relativamente planas, microlascas, cinceles para hacer las
posibilidad de que ellas hayan sido transportadas a ranuras y resinas para consolidar las lascas en la
Vieques desde otros confines. En otras palabras, el hecho superficie de madera. Por lo tanto, es factible pensar que
de que los frijoles identificados puedan ser silvestres no tan pronto arribaron los Huecoide al lugar de su
significa que existieron naturalmente en Vieques, sino asentamiento, tuvieron que iniciar la búsqueda de estos
que pudieron ser transportados igual que otras plantas y otros elementos materiales para reconstituir sus
que no son totalmente domésticas (e.g., yautía, batata, prácticas culinarias particulares en los nuevos espacios.
ñame). Una vez tuvieron acceso y conocimiento de los recursos
necesarios, pudieron crear las condiciones materiales
Por su parte, la batata fue identificada en 4 de las 9 típicas de su tradición cultural agrocerámica.
a)
b) c)
Figura 6.4 Fragmentos de bases de molino/macerado; a, LH4, b, LH7 y c, LH9 ; fase inicial de ocupación, La Hueca (barra de escala=4 cm).
128
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Figura 6.5 Fragmentos de burén con impresiones de cestería, posiblemente de los cibucanes y tamizadores pertenecientes al complejo guayo-cibucán-
tamiz-burén utilizado históricamente por distintas culturas de los trópicos suramericanos (pueblo Huecoide, Vieques: Chanlatte y Narganes 1983).
El resto de plantas identificadas durante la fase inicial de (e.g., Puerto Rico), donde actualmente existen
ocupación de La Hueca son sumamente importantes. poblaciones de marunguey (Hill 2005a; 2005b). Otra
Como se dijo antes, la presencia de marunguey, ñame, posible explicación que no se descarta es que la referida
bejuco de membrillo así como haba de playa y los población de Zamia haya existido en Vieques en forma
frijoles domesticados sugieren interacciones con grupos natural y se extinguió, situación no documentada hasta el
humanos establecidos en las islas y con otros presente con ninguna especie vegetal en el archipiélago
posiblemente del continente suramericano. Sin embargo, de Puerto Rico.
aun cuando todas estas plantas y sus respectivos órganos
son más susceptibles de ser macerados y molidos con el Sobre este particular, se plantea que el marunguey pudo
tipo de herramientas analizadas, su ubicuidad es baja, lo haber existido en Vieques de forma natural (y asociada
que dejar entrever indirectamente un uso restringido o posiblemente a las moderadas formaciones de caliza de
muy particularizado de algunas de ellas. la isla), siendo los pobladores indígenas a lo largo de la
amplia era precolombina, los partícipes de su
La presencia de Zamia portoricensis en 2 de las 9 erradicación por dos razones: a) la alta preferencia
herramientas estudiadas (ambas, fragmentos de bases de alimenticia por la planta y b) los altos índices de
molienda/macerado) permite proponer que esta planta ocupación humana durante la era precolombina en
fue de reciente incorporación en el sistema de Vieques. Por un lado, el marunguey fue, en la era
subsistencia huecoide y que en ese momento estaba precolombina del norte de Las Antillas, un elemento
siendo utilizada posiblemente de manera experimental, alimenticio (y posiblemente medicinal) altamente
luego que otros grupos (los arcaicos) aportaron los estimado, a diferencia de lo documentado para las
conocimientos en torno al procesamiento y consumo de ocupaciones humanas coloniales y modernas de Puerto
la planta. Esta posibilidad es muy viable si se considera Rico, sobre las cuales se ha señalado el uso de esta planta
que otras tradiciones culturales del Puerto Rico únicamente como recurso alimenticio asequible en
precolombino y de La Española –entre 1100 y 1500 años periodos de escases de los alimentos base (véase Abbad
más tarde– utilizaron intensivamente el marunguey como y Lasierra 2002; Sturtevant 1969). Por otro lado,
recurso alimenticio (Sturtevant 1969), aspecto que se considerando el alto valor preferencial del uso de esta
evidencia en la altísima ubicuidad de los gránulos de esta planta, hay que agregar el alto índice de ocupación
planta en las herramientas analizadas de dos contextos humana precolombina en Vieques desde por lo menos el
proto-Taíno y Taíno de Utuado, Puerto Rico (Pagán 4000 a.C. Si se unen ambos factores, alto valor
Jiménez 2004). preferencial-alto índice de ocupación humana, es posible
plantear un escenario de explotación intensiva de dicha
Un aspecto de interés respecto a la identificación de planta dentro de una isla relativamente reducida y en la
Zamia portoricensis (marunguey) en Vieques es la cual ocurrieron intensas dinámicas humanas a lo largo de
ausencia de esta planta en la isla. El marunguey pudo toda la era precolombina. Para resolver esta interrogante
haber existido quizás no como población natural y sí es necesario desarrollar estudios de paleovegetación, con
como plantas cultivadas acarreadas desde el oeste y sur base en la palinología, más allá del típico conteo de 200
129
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
granos de polen por muestra de sedimento analizada, ingenua) y luego, tras cierto período de estancia en el
buscando precisamente la evidencia polínica que permita lugar, flexibilización de las estrategias ya conocidas (sin
corroborar o refutar la hipótesis aquí planteada. Se debe que se provocasen cambios estructurales) como producto
considerar en este contexto, los problemas intrínsecos del de la interacción exitosa con los habitantes previamente
polen de las Zamias en cuanto a su difícil desplazamiento
establecidos en las islas y de otras regiones
sin la ayuda de vectores biológicos (insectos)
(continentales). Se estima que el sistema de subsistencia
específicos.
traído por los Huecoide desde otros confines a la isla de
La haba de playa, por su parte, es una planta que crece y Vieques fue exitoso, como lo indica la presencia
se desarrolla en las líneas o franjas costeras de la región constante de las principales plantas exógenas en los
circundada por el Mar Caribe. En otras regiones de distintos momentos de ocupación así como la
Suramérica y en las propias Antillas se han reportado incorporación del complejo guayo-cibucán-tamiz-burén.
restos botánicos de plantas del mismo género y en Los cambios acontecidos rápidamente después en los
asociación, tanto con sitios acerámicos como distintos subsistemas de producción parecen haber sido
agrocerámicos. Al parecer se practicaba la maceración de consecuencia de las interacciones horizontales y
las semillas para eliminar algunas sustancias tóxicas recíprocas (retroalimentación positiva) que ocurrieron
presentes en muchas leguminosas (Fabaceae) como se
entre los Huecoide y otros grupos que conocían
mencionó antes. Ante esta circunstancia es probable que
profundamente –además de las plantas que trajeron los
una tecnología (la maceración, la posible fermentación y
el calentamiento de bollos o tamales en brasas) haya primeros– ciertos elementos botánicos de las islas. Así,
existido en Las Antillas del norte para erradicar algunas el mecanismo sociocultural utilizado por los Huecoide
de dichas sustancias dañinas. para comprender y obtener los elementos vegetales
existentes en los nuevos espacios pudo fundamentarse
El bejuco de membrillo, a su vez, pudo ser conocido a más en las interacciones positivas que debieron mantener
partir de las interacciones entre los Huecoide y los con los grupos precedentes que en las experiencias
componentes de los bosques subtropicales del interior de personales de largo plazo que hacen viable la adopción
Vieques, donde al parecer se estuvo manipulando y e incorporación de recursos vegetales no conocidos
manteniendo plantas como el ñame y accediendo a otras
previamente. Se entiende que tal dinámica entre
como el marunguey. El rizoma del bejuco de membrillo
Huecoides y “arcaicos”, más con otros grupos
tiene cualidades curativas y su uso ha sido documentado
(continentales), pudo efectuarse si existió cierta afinidad
en poblaciones humanas modernas de Puerto Rico,
principalmente como antiblenorrágico, antiherpético y cultural entre ellos, parcialmente revelada en el uso
para atacar otras enfermedades de la piel (Núñez 1999). común del conjunto de plantas de origen continental
integradas en sus respectivos sistemas de subsistencia
Durante la etapa final de la fase inicial de ocupación vegetal.
Huecoide en La Hueca, dos de los tres subsistemas
señalados fueron modificados con la incorporación de Por último, el análisis efectuado en las herramientas aún
nuevas plantas. Por una parte, a las parcelas preparadas no permite identificar un claro uso diferencial entre las 7
para el cultivo de maíz y frijoles silvestres se añadieron bases de molino/macerado y los 2 morteros
los frijoles domésticos y quizás otras plantas más considerados, pero cabe notar que en uno de los morteros
(correspondientes a los gránulos de almidón no (LH6) se recuperaron 6 gránulos de almidón no
identificados). Por otra parte, al manejo de bosques (con identificados que no fueron encontrados en las demás
el cual se pudo producir inicialmente el ñame) herramientas. Es difícil determinar usos particulares en
posiblemente se incorporaron nuevos hábitats en los esta y las demás herramientas debido a que otros
cuales el marunguey y el bejuco de membrillo fueron gránulos de almidón (e.g., de haba de playa, maíz, batata,
captadas como nuevos recursos alimenticios y leguminosas, etcétera) han sido recuperados, tanto en las
medicinales a partir de las interacciones desarrolladas bases de molino como en los morteros.
con otros grupos humanos que ya hacían uso de alguna
de ellas en las islas. Fase intermedia de ocupación humana del lugar
Con fundamento en los datos expuestos hasta ahora, es En términos estratigráficos del depósito Z, esta fase
posible plantear como escenario general para La Hueca corresponde con las capas ubicadas entre la superficie
en su fase inicial de ocupación, el desarrollo de del estrato V y la superficie del estrato II (véase Fig. 5.3
estrategias adaptativas exógenas o inmutables en un en el capítulo anterior). Entre ambas capas existen una
primer momento (posibilidad factible y para nada serie de lentes intermitentes en los cuales también se
130
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
a) b)
c) d)
Figura 6.6 Algunas herramientas estudiadas: a, base de molino/macerado de coral (LH17); b, mano de coral con extremidad afacetada (LH21); c, mano
lateral de basalto (LH29) y d, mano con facetas múltiples de basalto, anteriormente utilizada como hacha (LH30). Fase intermedia de ocupación, La Hueca
(escala gráfica = 4 cm).
131
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cuadro 6.4 La Hueca, fase intermedia de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herramientas e identificaciones llevadas a la mínima unidad
taxonómica posible. La riqueza de especies conjunta el número de especies (o familias según el caso) identificadas tentativamente y de manera segura por
cada muestra. Para conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas, refiérase a los Cuadros 5.1 a 5.7 del capítulo
anterior.
T axa por LH14 LH15 LH16 LH17 LH18 LH19 LH20 LH21 LH22 LH25 LH26 LH27 LH28 LH28 LH29 LH30 Total Ubicui-
herram ientas -1 -1 -2 dad
(%)
Zam ia 4 2 6 7.69%
portoricensis
T otal 1 1 2 5 2 2 4 3 1 1 2 11 3 1 2 3 44 ______
132
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Cuadro 6.5 La Hueca, fase intermedia de ocupación. Familia/género por herramientas (agrupamiento de identificaciones seguras y aproximadas). Los
valores se representan con una “X” para señalar únicamente la presencia de determinada taxa en las herramientas analizadas..
T axa por LH14 LH15 LH16 LH17 LH18 LH19 LH20 LH21 LH22 LH25 LH26 LH27 LH28* LH29 LH30 Ubicuidad
herram ientas (%)
(* = 2 muestras
por herramienta)
Zea X X X X X X X 46.6%
Zam ia X X X X X 33.3%
C anavalia X X 13.3%
M aranta X X 13.3%
C alathea X 6.6%
Phaseolus X 6.6%
Xanthosom a X 6.6%
Anredera X 6.6%
133
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
a) b) c) d) e)
f) g) h) i) j)
k) l) m)
Figura 6.7 Algunos gránulos de almidón recuperados en las herramientas LH14 a LH30, fase de ocupación intermedia, La Hueca; a - b y c, gránulos de maíz
(raza de endospermo duro); d - e y f, gránulos de marunguey (el gránulo d es diagnóstico de Z. portoricensis); g - h, gránulos de batata; i - j, gránulos de
maranta (Maranta cf. arundinacea); k, gránulo de calatea (Calathea cf. veitchiana, derecha); l, posible gránulo de frijol (Phaseolus sp.) y m, suelda
consuelda (Anredera cf. vesicaria) (barra de escala=25µm).
El cuerpo de información recabado para la fase continuar, que no se está descartando la potencial
intermedia de ocupación en La Hueca es, al igual que lo importancia de plantas como la yuca (y otras más) en el
discutido en la fase anterior, revelador (Cuadros 6.4 y contexto de la subsistencia agrícola Huecoide; se
6.5). Las dos plantas de mayor ubicuidad en las recuerda que sólo se está analizando la importancia de
herramientas son el maíz y el marunguey como se dijo las plantas documentadas (con referencia en su
antes, pudiéndose ver que el sistema de subsistencia ubicuidad) y exclusivamente en el contexto de las
Huecoide, en este momento, comenzó a reestructurarse herramientas de molienda/macerado estudiadas. Como
significativamente respecto a los cambios más tenues sea, la yuca ya no está presente en las herramientas,
observados durante la fase inicial de ocupación. Esto es: aunque se sugiere la existencia de una relación más
mientras que en la fase inicial los Huecoide introdujeron directa entre las plantas identificadas, su importancia en
un complejo de plantas típicamente exógenas y tiempo el contexto particular en que se están analizando y
después integraron nuevos componentes vegetales también en el escenario general de la subsistencia
(incluso antillanos) al sistema de subsistencia agrícola agrícola o vegetal del pueblo Huecoide de La Hueca.
–aun con el predominio de los recursos exógenos–,
durante la fase intermedia de ocupación el maíz siguió El maíz como semilla para la maceración y la yuca como
predominando, pero el marunguey posiblemente órgano tuberoso –al parecer destinado al procesamiento
desplazó en importancia a otras plantas (exógenas) que (rallado) con otro complejo de herramientas– pudieron
anteriormente mostraron una ubicuidad notable en las ser las plantas de mayor importancia alimenticia para los
herramientas analizadas. Es necesario señalar, antes de Huecoide durante esta fase. Ambas debieron
134
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
proporcionar una parte sustancial de carbohidratos a la mismo tan negros poco menos que una tizne, como
dieta de los pobladores. Como ha sido frecuente en otros un negro algo deslavado que tira a pardillo; después
estudios arqueológicos la tendencia ha sido pensar que, que ya están en esta disposición, negros y hirviendo
de gusanos tan gordos como piñones, hacen una
en asociación con el maíz, los frijoles debieron ser
tortilla dellos, que ya es masa cuanto a la blancura y
también una importante fuente de carbohidratos y
ser correosa como la de nuestro trigo, y en una
proteína vegetal. Pero en este sentido cabe destacar la cazuela de barro que tienen ya sobre unas piedras, y
baja ubicuidad de frijoles (silvestres-domesticados) y fuego debajo, caliente, ponen sus tortillas, y desde
habas de playa en las herramientas estudiadas, en un rato que están cociendo de un lado las vuelven
contraposición a la alta ubicuidad de gránulos de del otro, donde bullendo con el calor los gusanos se
marunguey (Cuadro 6.5). Es posible que en este fríen y mueren, y así quedan allí fritos.
momento los Huecoide hayan optado por intensificar la
explotación del marunguey en detrimento de otras Por su parte, en el caso concreto de la región sur de
plantas que requerían mayor cuidado en los sistemas de Puerto Rico y en el siglo XVIII, Abbad y Lasierra (2002)
cultivo en parcelas. Sobre este particular, pueden ser documentó una técnica de procesamiento del marunguey
varias las interpretaciones que se deben considerar. distinta a la indicada por Las Casas para el caso de La
Española en el periodo de contacto indo-español:
El marunguey, de haber existido naturalmente en
Vieques, es una planta que tiende a mantenerse en (...) de su raíz, que es como una batata, hacen pan en
poblaciones agregadas como consecuencia de su sistema esta forma: rallan las raíces [el tronco tuberoso]
de reproducción sexual particular. De esta manera, es hasta que quedan bien desechas; luego las
amontonan hasta que se pudren, crían gusanos y se
factible pensar que en su estado natural pudo ser
secan; entonces parecen un montón de barro de color
relativamente abundante, pero además pudo ser
rojo oscuro; estando seco lo muelen hasta reducirlo
intencionalmente manejada a través de su cultivo con la á polvo, del cual hacen bollos con que socorren la
intención de regenerar las poblaciones naturales falta de maíz, plátanos o yuca en tiempo de los
afectadas por la explotación. Es importante destacar que huracanes (...) Este socorro les es muy perjudicial...
la maceración del tronco subterráneo del marunguey es que los años en que usan esta especie de pan mueren
realizado para liberar las nemotoxinas presentes en la muchos de este accidente (...).
pulpa y corteza de la planta, pero luego esta masa debe
ser sometida a otros procesos (fermentación) para que, El marunguey fue potencialmente una gran fuente
antes de utilizarse como alimento, pueda eliminarse la alimenticia, no sólo de carbohidratos, sino también de
sustancia dañina. Asumiendo que el uso “experimental” proteínas. Como bien señala Veloz (1993:137; ver
del marunguey por parte de los Huecoide comenzó como también Sturtevant 1969), han sido documentados por lo
consecuencia de las interacciones positivas entre ellos y menos dos procesos diferentes de eliminación del
los arcaicos durante la fase inicial de ocupación de La elemento tóxico del marunguey, uno de ellos biológico
Hueca, es viable pensar que durante la fase intermedia de (la acción de enzimas y larvas, no de gusanos como
ocupación se intensificó el uso de la planta luego que señalaron Las Casas y Abbad) y el otro que implica el
ésta fue estimada y revelara otras importantes cualidades rallado, lavado de la masa, exprimido y obtención de
alimenticias derivadas de su tratamiento para el almidón para hacer los bollos. Uno de los procesos hace
consumo. referencia al consumo de los bollos cocinados junto con
las larvas de insectos, mientras que el otro implica la
Para comprender algunas de las posibles causas que maceración de la masa una vez desaparecen las larvas
incidieron en el incremento de la importancia del para luego, del polvo resultante, hacer los bollos.
marunguey entre los Huecoide, una serie de datos
etnohistóricos pueden arrojar luz al respecto. Según Las Es interesante notar que la segunda tecnología (la de la
Casas (1909), y refiriéndose al uso del marunguey o maceración de los bollos una vez desaparecen las larvas
guáyiga en la isla de La Española durante el siglo XVI, de insectos) parece ser un híbrido de la tecnología
utilizada para procesar la yuca por medio del complejo
Hácese el pan [de guáyiga o marunguey] de esta guayo-cibucán-tamiz-burén. Reconociendo pues, que la
manera, conviene a saber, que en unas piedras práctica del consumo alimenticio del marunguey es al
ásperas como rallo, las rallan como quien rallase un parecer la más antigua tradición culinaria vegetal
nabo o una zanahoria en un rallo de los de Castilla, típicamente antillana, es aceptable sugerir que a partir de
y sale luego una masa blanca y hacen della unos
la adopción de esta planta por parte de los Huecoide en
globos o bollos redondos, tan grandes como una
bola, las cuales ponen al sol, y luego pónense de Puerto Rico, fueron integrándose el consumo de ella y de
color de unos salvados o afrechos; están al sol uno y sus derivados (las larvas) así como diversas tecnologías
dos y tres días y al cabo dellos se hinchen de (las existentes con los arcaicos, posiblemente más
gusanos como si fuese carne podrida, y quedan eso parecida a la descrita por Las Casas aunque utilizándose
135
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
quizás la cocción de los bollos envueltos en hoja al fuego Caribe insular. Por lo mismo, dada la flexibilidad
directo), resultando en lo que más tarde fue la creación adaptativa que aquí se ha propuesto para la población
de una tecnología “hibrida” como la anteriormente Huecoide luego de la etapa inicial de ocupación de La
propuesta. Por lo tanto, el consumo del marunguey, Hueca, plantas como la suelda consuelda pudieron ser
junto con el componente proteínico proporcionado por integradas (o introducidas también) en la estructura
las larvas de insectos, pudo promover una tendencia social, específicamente en el ámbito de las plantas
positiva que favoreciera la intensificación del uso de la utilizadas para el tratamiento de enfermedades o
planta en perjuicio de otras de alto valor proteínico como dolencias de carácter externo. Se conoce que las raíces
son las leguminosas en general. trituradas de esta planta, aplicadas como emplasto, ha
sido utilizado para aliviar dislocaciones, torceduras y
Otras plantas utilizadas antes por los Huecoide para detener las hemorragias del útero (Núñez 1999:83).
permanecieron en el sistema de subsistencia como se dijo La integración de esta planta probablemente no supuso
antes (e.g., la batata, los frijoles “silvestres” y un cambio mayor en el subsistema de manejo de bosques
domesticados, la haba de playa y la yautía), pero su baja donde pudo estar dispuesta, ya que ésta, al igual que el
ubicuidad en las herramientas analizadas puede estar ñame, es una enredadera que requiere generalmente de
revelando un uso menos frecuente de ellas o la vegetación arbórea (árboles o arbustos como sostén) para
utilización de otra tecnología para procesarlas. que pueda desarrollarse adecuadamente.
Desafortunadamente no fue posible seleccionar
microlascas ni burenes relacionados con el complejo Al igual que con las herramientas correspondientes a la
guayo-cibucán-tamiz-burén, por lo que en este momento fase inicial de ocupación, las que ahora se estudiaron no
es difícil juzgar cuál de las dos posibilidades es más permiten establecer relaciones entre la morfología,
viable. huellas de uso y las plantas que fueron procesadas en
ellas. Durante la fase intermedia, fueron más y de mayor
La integración, al parecer limitada, de tres nuevas plantas
diversidad las herram ientas destinadas a la
durante esta fase de ocupación son otro interesante punto
molienda/macerado de plantas. La gran mayoría de los
de reflexión. La maranta y la calatea son plantas que,
almidones recuperados se encontraron en las bases de
relacionadas con el consumo humano, han sido bien
molienda/macerado confeccionadas en coral y arenisca.
documentadas en la región noroeste e interior del
En cambio fueron muy pocos los almidones recuperados
continente suramericano (véase Capítulo 3). Aunque
en las herramientas confeccionadas de basalto. A juzgar
iguales plantas o parientes cercanos de ellas (del género
por las huellas de uso presentes en estos últimos
Maranta y Calathea) han sido documentadas también en
artefactos, es evidente que se utilizaron intensivamente
algunos contextos agrocerámicos de Venezuela (Perry
en la molienda/macerado de órganos vegetales (y
2002a; 2004), su presencia en los sitios arqueológicos
material mineral, entre otros usos), pero las secciones
(acerámicos y agrocerámicos) extrem adamente
afectadas por la utilización/fricción cuentan con
tempranos de la región que comprende las tierras bajas
superficies generalmente pulidas y con pocas o ninguna
tropicales entre Ecuador, Colombia y el noroeste de
fisura o porosidad que pudiese haber retenido los
Brasil parece indicar que las especies comestibles de
almidones de las plantas. En tres manos laterales (LH18,
Maranta y Calathea fueron introducidas en el área que
LH26 y LH29) se recuperaron en total seis gránulos de
comprende V enezuela desde dicha región del oeste
almidón de semillas de maíz, haba de playa, frijol
suramericano.
silvestre y del tronco tuberoso del marunguey.
Asimismo, en una mano con facetas múltiples
Gran parte del conjunto de plantas hasta ahora utilizado
(originalmente construida como una hacha: LH30)
por los Huecoide en la isla de Vieques (e.g., maíz, yuca,
yautía, frijoles silvestres y domesticados, batata, habas, fueron recuperados varios gránulos de yautía. Se estima
ñames, bejuco de membrillo, maranta y calatea), fue que estas herramientas pudieron ser utilizadas para el
utilizado, desde mucho antes, en la esfera de procesamiento de otras plantas más, como las que se han
interacciones del noroeste suramericano. Así, se puede identificado hasta el presente, pero es posible que gran
sugerir que la adquisición de estas nuevas plantas en el parte de los almidones originalmente depositados se
contexto antillano estudiado, debió ser consecuencia de hayan eliminado como resultado de los siguientes
las interacciones que tuvieron los Huecoide con otros factores: la materia prima empleada (basalto), el
grupos humanos de dicha región suramericana. pulimento provocado por el uso
Obviamente, la adquisición y uso de plantas antillanas es
(molienda/maceramiento) y la baja frecuencia de
una evidencia clara del desarrollo de estrategias
fisuras/poros y, por último, el lavado con agua al cual se
adaptativas flexibles de estos grupos en el norte del
136
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Si se retoma el conjunto de datos e interpretaciones Cambios que pueden considerarse como dramáticos
efectuados hasta ahora sobre la fase intermedia de ocurrieron durante la fase terminal de ocupación humana
ocupación Huecoide en el sitio La Hueca, se puede en La Hueca. Entre ellos destaca la desaparición del maíz
plantear una serie de cambios radicales en el sistema de del registro arqueobotánico, la disminución considerable
subsistencia agrícola. Al parecer, el conocimiento más de la ubicuidad del marunguey (siendo ambas las de
amplio y profundo de los espacios y recursos viequenses mayor ubicuidad en la fase anterior) y el incremento en
(la apropiación simbólica de éstos), más la continua la presencia de batata y de haba de playa. Otras plantas
interacción de los Huecoide con otros grupos antillanos, que habían sido adquiridas y utilizadas en la isla durante
pero también continentales, pudo provocar una las fases inicial e intermedia (bejuco de membrillo,
reestructuración importante en las cambiantes estrategias suelda consuelda, maranta y calatea) desaparecieron
adaptativas de los primeros. Aunque no se abandonaron también del registro arqueobotánico y se reincorporó el
los principales recursos botánicos originalmente traídos uso del ñame, al parecer otras especies distintas a las
a La Hueca, algunos recursos isleños fueron adquiriendo utilizadas previamente. Interesante es, que las
mayor importancia en detrimento de otros previamente herramientas que corresponden con esta fase fueron
conocidos y acarreados. A su vez, nuevos recursos recuperadas en la capa o estrato I del depósito Z, es
botánicos continentales fueron adquiridos, posiblemente, decir, sobre la capa de arena estéril que pudo depositarse
a través de una serie de transacciones entre las cuales por algún evento natural de alta energía como se señaló
estaban involucrados los recursos botánicos y quizás en el capítulo anterior (véase Fig. 5.3 y Cuadro 5.4 del
otros recursos culturales más (e.g., el establecimiento de capítulo anterior). Es intrigante el cambio señalado, pues
alianzas por medio de matrimonios, el comercio de las muestras analizadas y las herramientas estudiadas son
piedras semipreciosas, etcétera). En este sentido la similares (16 muestras vs. 10 herramientas de la fase
estructura social Huecoide habría desarrollado intermedia) a las de las fases anteriormente analizadas e
estrategias adaptativas que llevaron a una adaptación que igualmente estuvieron expuestas a las mismas
podría considerarse nueva en el ámbito antillano. condiciones de enterramiento y posterior tratamiento en
Independientemente de que estuvieran operando los lab oratorio una v ez fueron excavad as.
subsistemas de producción originalmente traídos desde Desafortunadamente los datos arqueológicos con los que
otras tierras, la incorporación de nuevos recursos se cuenta actualmente no permiten establecer con
botánicos extraantillanos y el incremento en importancia seguridad si hubo o no un hiato de tiempo considerable
de algunas plantas antillanas hizo que dichos subsistemas posterior a la depositación de la capa de arena estéril
fuesen reestructurados. A su vez, esto implica cambios (estrato II), posterior a la aparentemente continua
en el sistema de preferencias y valores de los Huecoide ocupación de La Hueca (entre las fases inicial e
en la isla de Vieques. Evidentemente los referidos intermedia).
137
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cuadro 6.6 La Hueca, fase tardía de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herramientas, identificaciones llevadas a la mínima unidad
taxonómica posible. La riqueza de especies conjunta el número de especies (o familias según el caso) identificadas tentativamente y de manera segura por
cada muestra. Para conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas, refiérase a
los Cuadros 5.1 a 5.7 del capítulo anterior.
Taxa por LH31 LH32-1 LH34 LH35 LH36-1 LH36-2 LH37 LH38 LH39 LH40 Total Ubicuidad
herramientas (%)
Poaceae 1 1 10%
Total 5 4 1 5 1 1 2 1 1 1 22 ______
Cuadro 6.7 La Hueca, fase tardía de ocupación. Familia/género por herramientas (agrupamiento de identificaciones seguras y aproximadas). Los valores se
representan con una X para señalar únicamente la presencia de determinada taxa en las herramientas analizadas.
Taxa por LH31 LH32 LH34 LH35 LH36 * LH37 LH38 LH39 LH40 Ubicuidad
herramientas (%)
(* = 2 muestras por
herramienta)
C anavalia X X X 33.3%
D ioscorea-Rajania X X 22.2%
Phaseolus X X 22.2%
Xanthosom a X 11.1%
Poaceae X 11.1%
Zam ia X 11.1%
Aun cuando la ubicuidad de todas las plantas de ellas fueron procesadas en más herramientas que otras
identificadas es relativamente baja si se compara con las (Fig. 6.8). Los órganos procesados en las herramientas
fases anteriores (véanse Cuadros 6.5, 6.6 y 6.7), algunas de esta fase fueron, de mayor a menor ubicuidad, las
138
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
siguientes plantas: batata, haba de playa, ñame, frijoles dentro de la familia Papilionoideae. El incremento
silvestres, frijoles domésticos, yautía, alguna gramínea y estimado de su uso, en contraposición al decaimiento en
marunguey (Fig. 6.9). Hay que destacar la similar el uso de otras importantes semillas como el maíz y los
cantidad de herramientas en que fueron documentados frijoles silvestres/domesticados, podría reflejar al menos
los gránulos de batata, tanto en la fase inicial de tres factores distintos: 1) cambios en el sistema de
ocupación como en la final. La batata fue documentada preferencias alimenticias (o de otro tipo, e.g., los
en tres manos, una de ellas lateral y las otras dos con una alimentos “tabú”); 2) disponibilidad insuficiente de otras
extremidad afacetada cada una. En cambio, durante las semillas (los frijoles/maíces) para la siembra de las
fases inicial e intermedia, los gránulos de esta raíz plantas necesarias para la subsistencia de la comunidad
tuberosa fueron documentados en bases y fragmentos de (poca disponibilidad del recurso) o 3) fluctuaciones
base de molino/macerado de coral y arenisca, junto con climatológicas “negativas” en la región sur de la isla de
otros gránulos pertenecientes tanto a semillas como a Vieques que impidieran la siembra de otras semillas
tubérculos y cormos. Aunque visto a través del tiempo en como los frijoles y el maíz, provocando esto, un
La Hueca, es posible apreciar aquí dos de las incremento en la dependencia de la haba de playa. Las
herramientas que, combinadas (mano y base de plantas de haba de playa, como ya se comentó, se
macerado), fueron utilizadas para macerar tubérculos desarrollan comúnmente en las franjas costeras de los
como la batata. trópicos americanos, pero en condiciones extremas (de
resequedad y en ambientes salinos). La facilidad de
Las otras dos plantas de mayor ubicuidad aprovechadas desarrollo de esta planta en tales ambientes y de manera
durante esta fase fueron la haba de playa y el ñame. La natural, es posible gracias al complejo sistema de raíces
presencia de la haba de playa en esta fase no rompe con de la mism a, las c ua les tien d en p en etrar
el patrón de uso previamente establecido en cuanto a la considerablemente en el suelo debido a que buscan en lo
maceración de las semillas con la finalidad de eliminar profundo del terreno la humedad que requiere el
las sustancias tóxicas presentes en esta y otras semillas organismo.
a) b)
Figura 6.8 Dos de las herramientas estudiadas: a, mano lateral de basalto (LH31); b, fragmento de base de molino/macerado de coral (LH34). Fase tardía de
ocupación, La Hueca (escala gráfica = 4 cm).
139
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
a) b) c) d)
e) f) g) h)
Figura 6.9 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas LH31 a LH 40), fase de ocupación tardía, La Hueca. a - b,
gránulos de batata; c - d, gránulos de haba de playa; e, gránulo de ñame (Dioscorea-Rajania); f, gránulo de ñame (Dioscorea trifida); g, gránulo de yautía;
h, gránulo de marunguey (barra de escala=25µm).
Durante esta fase fue posible identificar gránulos de colección de referencia. Aun así, la presencia de los
almidón de ñame pertenecientes a dos especies diferentes gránulos aquí documentados puede corresponder con
entre sí y distintas a la reportada para las fases anteriores especies de ñame nativos que no se han incluido en la
(i.e., Dioscorea cf. altissima). Al menos una de ellas colección de referencia (Dioscorea pilosiuscula, Rajania
pudo ser identificada en el nivel de especie y cordata) (Acevedo-Rodríguez 2003) o con otras especies
corresponde con el conocido ñame mapuey o yampee antillanas actualmente inexistentes en las islas de Puerto
(Dioscorea trifida). El origen de dicha planta ha sido Rico y Vieques (e.g., ñames del género Rajania y
trazado, junto con el de la yuca, hacia la región de Dioscorea reportados en Cuba).
Guyana, en el centro-noreste suramericano (véase Fig.
3.2 del capítulo 3; Piperno y Pearsall 1998). Sin El resto de plantas identificadas ya eran conocidas por
embargo, la evidencia más antigua de su uso en los los habitantes de La Hueca desde las fases de ocupación
trópicos americanos bajos se encuentra en Panamá, anterior. Como se comentó antes, otras plantas que
específicamente en el sitio precerámico Aguadulce habían sido integradas en el sistema de subsistencia
(Piperno et al. 2000). Por lo menos uno de los gránulos agrícola (y medicinal) fueron, al parecer, descontinuadas.
de almidón de ñame reportado para ese sitio (véase Asumiendo que fueron similares las condiciones de todas
Figura 1 de Piperno et al. 2000) es muy similar al la s he rra mie nta s e n e l co nte xto ente rrado,
documentado en esta investigación y coinciden ambos en postexcavación y durante el análisis aquí realizado, es
el rango de dimensiones más frecuentes estimado para el difícil determinar si la causa del descenso de gránulos de
conjunto de almidones modernos de D. trifida estudiados ciertas plantas fue producto de alguna alteración
por esos investigadores y nosotros. “postdeposicional” o si se debe a un comportamiento
relacionado con las actividades precolombinas en las que
Por lo tanto, la posible presencia de ñame mapuey, en estuvieron sometidas. Si se considera que las condiciones
asociación con la yuca y otras plantas aquí reportadas de las herramientas fueron similares, entonces la
(yuca, maíz, frijoles) en un contexto precerámico del sur inclinación más natural sería la de pensar que el
de Centroamérica, es un indicio más de los vectores que panorama documentado para la fase tardía de ocupación
pudieron mantener (e.g., ¿ movimientos/intercam- Huecoide en La Hueca es consecuencia del uso
bios/alianzas?) los pobladores Huecoide y las diferencial que se hizo de las plantas señaladas.
poblaciones humanas del noroeste suramericano que
históricamente hicieron uso de las plantas mencionadas. Antes de concluir esta subsección cabe mencionar un
aspecto que pudo contribuir a la configuración del
La otra especie de ñame documentada en esta fase de complicado panorama que se ha presentado. La presencia
ocupación no pudo ser adscrita a ninguna de las especies de una capa de arena estéril (posiblemente depositada
modernas de ñame americano con que se cuenta en la por algún evento natural de alta energía), la desaparición
140
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
de plantas altamente estimadas en las fases anteriores, relacionales y adaptativos de ambos pueblos.
más el aparente incremento en importancia de algunas
plantas resistentes a los embates climatológicos Punta Candelero
característicos de las Antillas (los huracanes y las lluvias
asociadas a éstos), pueden estar evidenciando una etapa Fase inicial de ocupación humana del lugar
de caos en la comunidad Huecoide de La Hueca. Dentro
de este escenario, es posible que la estructura social Los datos arqueobotánicos recabados en Punta
Huecoide haya sufrido cambios al alterarse el sistema de Candelero muestran un conjunto similar de plantas que
subsistencia agrícola existente, lo que pudo desembocar las de La Hueca, pero se observan diferencias en la
en la intensificación de las actividades de recolección de presencia y uso de ellas en las secuencias verticales
aquellos elementos botánicos resistentes así como de definidas para ambos sitios. En otras palabras, el
otros recursos alimenticios (faunísticos). Otras comportamiento de las plantas identificadas difiere entre
consecuencias de un fenómeno como el que se ha las fases de ocupación equivalentes de uno y otro lugar.
propuesto pudieron repercutir en el ámbito de la
estructura comunitaria en varios sentidos: a) la Las herramientas estudiadas que corresponden con la
comunidad pudo segregarse en subgrupos, creándose así fase inicial de ocupación en Punta Candelero son
nuevos asentamientos, reduciéndose la cantidad de mayormente (4 de 5) manos laterales y/o con facetas de
habitantes en La Hueca y b) se pudieron intensificar las uso sencillas o múltiples (véase Fig. 6.10). La
relaciones con quienes ya vivían en Las Antillas (por herramienta restante es un mortero. Las cinco
medio de alianzas/matrimonio) con el fin oportuno de herramientas fueron confeccionadas en basalto y dos en
lidiar con las tensiones provocadas por la posible particular (PC3 y PC5) fueron originalmente hachas que
competencia en torno a los recursos susceptibles de ser al parecer fueron descartadas como tales y reutilizadas
obtenidos de la naturaleza. Lo expuesto anteriormente es como herramientas de molienda/macerado. Cabe reiterar
sólo una posibilidad que evidentemente puede explorarse que este tipo de herramientas, las manos laterales y las de
más a fondo, y por distintos medios, en el futuro. facetas múltiples (las hachas reutilizadas), comenzaron
a utilizarse en el sitio La Hueca durante la fase
Como se dijo antes, el panorama en la fase final de intermedia de ocupación humana junto con las bases de
ocupación humana de La Hueca aparenta ser caótico. Sin molino/macerado hechas en coral y arenisca.
embargo, las estrategias adaptativas utilizadas en este
momento parecen responder a la aplicación de un Las plantas identificadas se muestran en el Cuadro 6.8 y
conjunto de posibilidades (soluciones) previamente las de mayor ubicuidad son, en orden descendente: la
utilizadas y, por lo tanto, conocidas. En el caso concreto batata, el frijol silvestre y domesticado, la haba de playa
de La Hueca, luego de la etapa más temprana de
y el marunguey. Otras plantas representadas con menor
ocupación del lugar –donde se mostró un posible
conjunto de estrategias adaptativas de carácter exógeno– frecuencia son la yautía blanca, el lerén (Calathea
los pobladores mantuvieron estrategias relacionales con allouia), el maíz y el bejuco de membrillo (Cuadro 6.9;
sus entornos y con otros pueblos que les permitió mostrar Fig. 6.11). Por lo pronto es importante resaltar la
resistencia frente a las contingencias naturales y presencia de un mismo conjunto de plantas en ambos
culturales que se les pudieron presentar.
sitios, procesadas en algunas herramientas similares
Por el momento queda documentada la presencia de (e.g., manos laterales y de facetas múltiples [hachas
ciertas plantas importantes durante esta fase y los reutilizadas] de basalto). Esta notable similitud de
posibles usos o procesos en los que estuvieron imbuidas plantas y de herramientas entre ambos sitios, así como
(e.g., interacciones intercaribeñas e interisla, interaccio- las diferencias en las secuencias de ocupación en que
nes diacrónicas intrasitio). Posteriormente, una vez
ellas fueron integradas y utilizadas, merece un análisis
analizados los datos del sitio Punta Candelero, se
retoman algunos temas con la idea de generar un cuerpo más profundo que se desarrollará en la parte final de este
de interpretaciones elemental de los procesos capítulo.
141
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
a) b)
c) d)
Figura 6.10 Tres de las herramientas estudiadas: a, mano lateral de basalto (PC3); b, mano de facetas múltiples de basalto (PC5); c, mortero de basalto
(PC2) y d, la misma herramienta en posición lateral. Fase inicial de ocupación, Punta Candelero (barra de escala = 4 cm).
142
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
Cuadro 6.8 Punta Candelero, fase inicial de ocupación. Taxa por muestras individuales en las herramientas, identificaciones llevadas a la mínima unidad
taxonómica posible. La riqueza de especies conjunta el número de especies (o familias según el caso) identificadas tentativamente y de manera segura por
cada muestra. Para conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas, refiérase a los Cuadros 5.1 a 5.7 del capítulo
anterior.
Taxa por PC1-1 PC1-2 PC2-1 PC2-2 PC3-1 PC3-2 PC3-3 PC4 PC5-3 Total Ubicuidad (%)
herramientas
Total 1 2 55 1 1 2 3 1 3 69 ________
Cuadro 6.9 Punta Candelero, fase inicial de ocupación. Familia/género por herramientas (agrupamiento de identificaciones seguras y aproximadas). Los
valores se representan con una X para señalar únicamente la presencia de determinada taxa en las herramientas analizadas.
X X X X 80%
Ipom oea
X X X 60%
Legum inosae-Fabaceae
X X 40%
Phaseolus
X X 40%
C anavalia
X X 40%
Zam ia
X 20%
Xanthosom a
X 20%
C alathea
X 20%
Zea
X 20%
Sm ilax
X 20%
N .I. tipo C
X 20%
N .I. tipo D
X 20%
N .I. tipo E
143
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
a) b) c) d) e)
f) g) h) i) j)
k) l) m) n)
Figura 6.11 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas PC1 a PC5, fase de ocupación inicial, Punta Candelero. a,
b, c y d, gránulos de maíz (razas de endospermo blando y duro); e - f, gránulos de posible frijol domesticado; g, gránulo de leguminosa silvestre; h - i,
gránulos de marunguey; j - k, gránulos de batata; l, gránulo de posible lerén; m, gránulo de calatea; n, gránulo de bejuco de membrillo (barra de
escala=25µm).
La batata fue documentada en tres manos: una lateral que la raíz tuberosa de batata fue macerada (no sólo
(PC4), otra con una extremidad afacetada (i.e., afectada rallada) de dos posibles formas: 1) con manos de
por el uso: PC1) y una tercera con facetas de uso diversos tipos y bases de macerado de superficies
múltiples (PC5)(véase Cuadro 5.5 del capítulo anterior ligeramente cóncavas (aunque éstas últimas herramientas
y Cuadro 6.9). Asimismo se documentaron gránulos de no fueron recuperadas) y 2) con manos de extremidades
almidón de batata en un mortero confeccionado en afacetadas y morteros.
basalto (PC2), siendo esta herramienta la que mayor
c antid ad y va rie d ad d e p la nta s ev id e nc ió . Las leguminosas posiblemente silvestres, así como los
Infortunadamente, en la muestra de herramientas frijoles domesticados y las habas de playa son las otras
se le cc io n a d a s , n o s e e n c ue ntra n b ase s d e plantas que siguen en orden descendente de ubicuidad
molino/macerado que hayan podido utilizarse para (Cuadro 6.9). Los almidones de ellas fueron recuperados
macerar la raíz tuberosa de batata. Dichas herramientas en dos manos de basalto con facetas de uso múltiples
debieron existir, pero posiblemente no fueron (ambas, hachas reutilizadas: PC3 y PC5) y también en el
recuperadas o no coincidieron con los contextos que mortero de basalto mencionado arriba (PC4). La
fueron excavados en la década de 1980. Solamente el presencia de los gránulos de almidón de estas plantas dan
mortero de basalto (PC2) puede relacionarse con la mano cuenta de los usos variados a los que fueron destinadas
que posee una extremidad afacetada (PC1) y las manos. No sólo fueron utilizadas para macerar suaves
casualmente, en ambos casos, se documentó la presencia órganos vegetales tuberosos, sino también semillas en
de gránulos de almidón de batata. Al igual que sucede cualquier estado de maduración (verdes/tiernas o secas).
con el procesamiento de esta planta en la fase final de Los órganos aprovechables de estas plantas (sus
ocupación humana en La Hueca, sus gránulos se semillas) son, como ya se ha señalado antes, importantes
encuentran más relacionados con los distintos tipos de recursos alimenticios que proporcionan carbohidratos, y
mano estudiadas aunque no de manera exclusiva. Es más importante aún, proteínas.
decir, los gránulos de almidón pertenecientes a otras
plantas también fueron recuperados en algunas de esas Por su parte, el marunguey (posiblemente Zamia
herramientas. Por los datos recabados, se puede inferir portorricensis y/o pumila) fue documentada en dos de
144
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
145
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
bejuco de membrillo y posiblemente el marunguey. Se Candelero, se estima que ciertas plantas de importancia
observa que hubo poco énfasis en la producción de (e.g., maíz, lerén, calatea y yautía) fueron integradas, al
semillas importantes como el maíz y los frijoles menos inicialmente, en una faceta distinta a la
domesticados, lo que lleva a pensar que el subsistema de alimenticia. Esto constituye una diferencia “estructural”
producción de parcelas despejadas fue irrelevante en esta y adaptativa entre la población de La Hueca y la de Punta
fase. Por la poca evidencia del procesamiento y uso tanto Candelero ya que el conjunto de plantas antes señalado,
del maíz como de los frijoles domesticados en las más que utilizarse en el ámbito de la alimentación,
herramientas que deberían haberse utilizado para aparentemente estuvo destinado a otras facetas (rituales-
producir derivados alimenticios (las manos), es posible médicas) distinto a lo ocurrido en La Hueca.
que la producción de éstas y otras semillas haya sido baja
y que se hayan ubicado en los huertos domésticos Por lo tanto, las estrategias adaptativas de los pobladores
utilizados para la siembra de batata y otras raíces, no así de Punta Candelero en su fase inicial de ocupación
en los campos o parcelas despejadas que usualmente se pueden considerarse como híbridas y flexibles desde el
relacionan con la producción de semillas de plantas punto de vista del conocimiento, producción y uso de
domesticadas. La primera forma de producción requiere plantas. Se accedieron a recursos botánicos tanto
de la intervención y modificación de los terrenos que se exógenos como endógenos desde el principio del
conoce como roza y quema, mientras que la segunda asentamiento humano. No obstante, las relaciones e
implica posiblemente la eliminación manual de los interacciones humanas que hicieron posible el desarrollo
organismos vegetales competidores y quizás la de las estrategias adaptativas resultaron en una
reproducción vegetativa artificial de los órganos (rizoma comprensión y/o significación distinta de ciertas plantas
y semillas) del bejuco de membrillo y el marunguey en o ciertos espacios de interacción con ellas. Es factible
los bosques utilizados. pensar que plantas como el maíz, el lerén, la calatea y la
yautía fueron utilizadas en el orden de lo ritual o
Las estrategias adaptativas de los pobladores de Punta simbólico en determinado momento y por motivos
Candelero durante la fase inicial de ocupación son c o s m o ló g ic o s , s in q u e e s to signifiq ue un
diferentes a las que desarrollaron los Huecoide de La desconocimiento de sus atributos alimenticios. En este
Hueca durante la etapa más temprana de dicho sentido, a diferencia de cualquier fase de ocupación en
asentamiento. El complejo de plantas y de herramientas La Hueca, las plantas en referencia pudieron estar
de la fase inicial de Punta Candelero estuvo en uso, de inmersas en un contexto de negociación ritual o curativa
manera parecida, durante la fase intermedia de ocupación con el espacio o con sus entes que rebasa la simple
de La Hueca. Sin embargo, a pesar de las similitudes relación que se podría establecer entre las plantas de
entre ambas fases y sitios, algunos de los principales importancia económica y sus usos alimenticios.
componentes vegetales de Punta Candelero fueron
utilizados en un contexto posiblemente ritual o simbólico Fase intermedia de ocupación humana del lugar
y no alimenticio. El predominio del uso de la batata en 4
de las 5 herramientas analizadas, la presencia de frijoles Posterior a la fase inicial de ocupación de Punta
silvestres y domésticos en tres y dos herramientas Candelero, sus pobladores comenzaron a hacer uso del
respectivamente, más la presencia de marunguey, dan maíz, del lerén y de otras plantas más como recursos
cuenta de la existencia de un sistema de subsistencia aparentemente alimenticios. No existe herramienta ni
agrícola mixto o de utilización combinada de raíces y contexto alguno que indique otro tipo de escenario
troncos tuberosos así como semillas. El ámbito de (ritual) como el planteado para la fase anterior. Las
producción de tres de las cuatro plantas mencionadas plantas identificadas, así como las herramientas
(maíz, frijoles silvestres y domésticos) pudo ser el huerto analizadas y con almidones (n=8), son más diversas que
doméstico, mientras que el marunguey pudo ser en la fase anterior existiendo desde varias manos
manipulado, extraído y/o producido en los ambientes laterales de basalto (n=4), una mano afacetada (hacha
naturales de ella en algunas áreas del sureste de Puerto reutilizada), un fragmento de base de molino/macerado
Rico. Desde el punto de vista de la contribución vegetal de arenisca hasta un mortero de basalto (Fig. 6.12;
a las prácticas alimenticias de los pobladores de Punta Cuadro 6.10).
146
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
a) b)
c) d)
Figura 6.12 Cuatro de las herramientas estudiadas: a, mano lateral de basalto (PC13); b, mano afacetada de basalto (PC10); c, fragmento de base de
molino/macerado (PC8) y d, mortero de basalto (PC14). Fase intermedia de ocupación, Punta Candelero (barra de escala = 4 cm).
Cuadro 6.10 Punta Candelero, fase intermedia de ocupación. Taxa por muestras individuales de las herramientas; identificaciones llevadas a la mínima
unidad taxonómica posible. La riqueza de especies conjunta el número de especies (o familias según el caso) identificadas tentativamente y de manera
segura por cada muestra. Para conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas, refiérase a los Cuadros 5.1 a 5.7 del
capítulo anterior.
Taxa por PC7 PC8-1 PC8-2 PC9 PC10 PC11 PC12 PC13-1 PC14-1 PC14-2 Total Ubicui-
herramientas dad (%)
147
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Poaceae 1 1 10%
Taxa por PC7 PC8 * PC9 PC10 PC11 PC12 PC13 PC14 * Ubicui-
herramientas dad (%)
( * = 2 muestras por
herramienta)
Zea X X 25%
Xanthosom a X 12.5%
D ioscorea-Rajania X 12.5%
C alathea X 12.5%
Phaseolus X 12.5%
Poaceae X 12.5%
Sm ilax X 12.5%
Zam ia X 12.5%
148
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
a) b) c) d)
e) f) g)
h) i)
j) k) l) m)
Figura 6.13 Gránulos representativos de algunas de las plantas identificadas en las herramientas PC7 a PC14, fase de ocupación intermedia, Punta
Candelero. a - c, gránulos de maíz; d, gránulo de frijol domesticado; e - f, gránulos de batata; g - h, gránulos de bejuco de membrillo en vaso traqueoide; i
- j, gránulos de lerén; k, gránulo de ñame (Dioscorea-Rajania); l - m, gránulos de marunguey (Zamia cf. pumila) (barra de escala=25µm).
149
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
El escenario que ahora se perfila en Punta Candelero distribuye en toda Centroamérica y las tierras bajas e
muestra que la batata, el posible frijol silvestre y el maíz intermedias tropicales suramericanas por lo que, a falta
fueron las plantas (órganos) procesadas en mayor de información más precisa, se entiende que la yautía de
cantidad de herramientas (i.e., en 2 herramientas de 8 palma pudo ser introducida a Puerto Rico durante la fase
cada planta). Aun así, su ubicuidad es baja, al igual que intermedia de ocupación en Punta Candelero y en un
las otras plantas identificadas, si se compara con la fase contexto de intercambio interregional entre Las Antillas
anterior y con las fases estudiadas del sitio La Hueca. y las masas continentales tropicales.
Las otras plantas representadas en las muestras son
importantes, sobre todo la yautía de palma (Xanthosoma Las demás plantas que ya se mencionaron eran conocidas
undipes), el lerén y el marunguey (Zamia cf. pumila). previamente por los pobladores de Punta Candelero así
Dichas plantas muestran un patrón de continuidad en su como por los de La Hueca. Por lo tanto, no se comentan
uso que es comparable además con el descrito para las sus formas de procesamiento o posibles usos ya que en
distintas fases de ocupación de La Hueca en Vieques. El cierta manera han sido discutidos anteriormente. No
resto de plantas no dejan de ser importantes (e.g., el obstante, el marunguey identificado en las muestras
ñame, el frijol y el bejuco de membrillo), pues son a su analizadas puede corresponder con otra especie de Zamia
vez, en conjunto con el total de las plantas identificadas, que pudo existir hasta principios del siglo XX en la
un indicador fuerte que señala una cultura alimenticia y región sur de la isla (véase Hill 2005a). La Zamia pumila
medicinal similar a la discutida en secciones anteriores es una especie de marunguey que puede crecer en suelos
(Fig. 6.13). calizos como otras Zamias, pero también se han
reportado grandes poblaciones de ésta en suelos costeros
La presencia de estas plantas en un contexto temporal arenosos en República Dominicana.
posterior a la fundación del asentamiento dan cuenta de
los posibles escenarios en los que fueron adquiridas o Al igual que en las otras fases de ocupación ya
producidas. Hay que recordar que, al igual que en la fase discutidas, son tres las formas de producción de las
anterior, la ausencia de gránulos de yuca junto con la plantas alimenticias (y medicinales) identificadas: los
presencia de burenes con impresiones de cestería, huertos domésticos para la producción de raíces
representa evidencia indirecta del procesamiento de éste tuberosas como la batata, posiblemente la yuca, el lerén,
tubércu lo c o n el conjunto de herramientas las yautías (blanca y de palma), hierbas medicinales y
tradicionalmente relacionado con su preparación y árboles frutales; las parcelas despejadas para la
cocción. Por lo tanto, el predominio de las plantas producción de maíz y frijoles (silvestres y domésticos)
exógenas procesadas en las herramientas analizadas es junto con otras plantas no identificadas y el
característico de esta fase de ocupación. mantenimiento y manipulación de las áreas boscosas de
la periferia de los asentamientos para el aprovechamiento
Plantas como la batata, el frijol silvestre, el maíz y la y posible producción de ñame, bejuco de membrillo y
yautía blanca eran conocidas desde antes. La batata y el marunguey.
frijol silvestre fueron los vegetales, fuera del contexto
ritual propuesto, que al parecer tuvieron mayor Las formas de producción de las plantas identificadas
importancia como recursos alimenticios. Ahora, a debieron ser similares en todas las fases estudiadas,
diferencia de la fase anterior, se integra el maíz y se aunque la ubicación de las áreas de producción y/o de
accede a un nuevo recurso vegetal no utilizado antes en captación (los bosques) tuvieron que ser variables debido
Punta Candelero: la yautía de palma. El lerén pudo ser a las distintas características geográficas y fisiográficas
mantenido desde la fase de ocupación anterior mientras de los sitios estudiados y sus periferias.
que la yautía de palma pudo ser adquirida a través de
intercambios con otros grupos humanos en Las Antillas Las estrategias adaptativas de los pobladores de Punta
o en otros confines (Suramérica). Cabe señalar que la Candelero durante la fase intermedia de ocupación
yautía de palma no ha sido identificada en ningún fueron básicamente las mismas que utilizaron los
contexto arqueológico temprano (“arcaico”) antillano de pobladores Huecoide de La Hueca durante la fase final
los que se han estudiado hasta el presente. Sin embargo de ocupación. Es decir, por medio de vectores de
sí ha sido documentada en herramientas de macerado de interacción previamente constituidos con otros pueblos
dos sitios agrocerámicos tardíos de Puerto Rico: en el y regiones, debieron acceder a plantas alimenticias y a
sitio proto-Taíno SR-1 y en el sitio Taíno Utu-27, ambos otros recursos culturales otorgando mayor énfasis a la
en el municipio de Utuado (Pagán Jiménez 2004). adquisición y mantenimiento de los recursos vegetales
exógenos. Plantas endógenas como el marunguey y
El origen de la yautía de palma puede ser trazado a las posiblemente el bejuco de membrillo fueron utilizadas
regiones tropicales de América continental, aunque el desde que se estableció el asentamiento en Punta
punto específico de origen es confuso. Actualmente se Candelero, pero con base en la ubicuidad de ellas, al
150
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
parecer no tuvieron una importancia comparable con las una mano lateral de basalto (PC17) fue recuperado un
plantas exógenas utilizadas. Como se había observado en gránulo de la misma taxa. El bajo número de
la fase anterior, continuó el carácter híbrido y flexible del herramientas de molienda/macerado atribuidas a esta
sistema de subsistencia agrícola utilizado en Punta fase, sumado al bajo número de herramientas que
Candelero durante esta fase. Sin embargo, los datos mostraron alguna evidencia de almidones, parece
también permiten sugerir el aparente énfasis en la indicar que algunas de las herramientas atribuidas al
preservación de un modelo de subsistencia agrícola procesamiento de órganos almidonosos de plantas no
exógeno si se observa la adquisición de plantas como la fueron utilizadas consistentemente en este tipo de
yautía de palma y la permanencia de otras como el lerén, actividades. No obstante, es necesario considerar que
la batata, el maíz y los frijoles. las dos herramientas que resultaron negativas a la
presencia de almidones fueron confeccionadas en
Fase tardía o final de ocupación humana del lugar basalto y sus formas son típicas de artefactos de
molineda/maceramiento. Por lo tanto, es posible que
Son muy pocos los datos arqueobotánicos recabados para las cualidades físicas de estas herramientas junto con
esta fase. De las cuatro herramientas que fueron el notable pulimento de las secciones afacetadas por
estudiadas, sólo 2 evidenciaron la presencia de escasos el uso no hayan facilitado que los almidones se
gránulos de almidón (Cuadro 6.12; Figs. 6.14 y 6.15). adhirieran a las secciones imperfectas (con poros, grietas
Un pequeño fragmento de base de molino confeccionado y fisuras).
en roca metamórfica (PC15) proporcionó dos gránulos
de frijol, posiblemente domesticado, mientras que de
Cuadro 6.12 Punta Candelero, fase tardía de ocupación. Familia/género por herramientas (agrupamiento de identificaciones seguras y aproximadas). Para
conocer los nombres completos de las plantas y los datos generales de las herramientas, refiérase a los Cuadros 5.1 a 5.7 del capítulo anterior.
Total 2 1 3 ________
a) b)
Figura 6.14 Dos de las herramientas estudiadas que contenían almidones: a, fragmento de base de molino/macerado de metamórfica (PC13); b, mano
lateral de basalto (PC15). Fase tardía de ocupación, Punta Candelero (barra de escala = 4 cm).
151
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
a) b) c)
Figura 6.15 Posibles gránulos de frijol domesticado (Phaseolus sp.) recuperados en las herramientas PC13 y PC15, fase de ocupación tardía, Punta Candelero
(barra de escala=25µm).
152
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
previamente en Las Antillas. Se entiende que la según los datos mostrados en secciones anteriores,
combinación del complejo herramental (burén, cestería) debieron ocurrir entre Huecoides y “arcaicos” antillanos
con las plantas exógenas identificadas responde a una en Vieques.
manifestación cultural o tradición culinaria distinta a la
que existía previamente en Las Antillas del norte. No se Se planteó que la integración de plantas endógenas como
duda que poco tiempo después los Huecoide de La el marunguey en el sistema de subsistencia agrícola de
Hueca desarrollaron interacciones de diversa índole con los pobladores tempranos de La Hueca ocurrió en lo que
los grupos previamente establecidos en las islas y con aparenta ser, según los datos obtenidos, un proceso de
otros grupos posiblemente de la región itsmo- cambios graduales en el sistema de preferencias
colombiana. Las evidencias arqueobotánicas recabadas alimenticias de los Huecoide. La adopción del
apoyan lo anterior por cuanto las plantas endógenas marunguey, así como de otras prácticas culturales, pudo
como el marunguey y otras plantas exógenas como la darse en un escenario de interacciones positivas (e.g.,
calatea y el ñame mapuey fueron integradas al sistema de alianzas simbólicas y matrimoniales) entre los Huecoide
subsistencia agrícola luego de consolidarse el y los “arcaicos” antillanos mediatizadas, tal vez, por un
asentamiento en La Hueca. origen ancestral (lingüístico) común. Como ahora se
sabe, los arcaicos habían integrado desde antes el
Entre los procesos de ocupación inicial y final en La marunguey en su sistema de subsistencia y se estima que
Hueca ocurrieron cambios que indican que las estrategias el proceso de adopción de dicha planta debió ser lento,
de subsistencia vegetal no fueron homogéneas en el quizás de siglos de interacción entre ambos entes en vista
tiempo. Es posible que las formas de producción y de que los requerimientos de la planta para que pueda ser
mantenimiento de las plantas hayan sufrido pocos utilizada como alimento son extremadamente complejos.
cambios durante ese periodo ya que los huertos Otras plantas utilizadas por los arcaicos evidencian, en
domésticos, las parcelas para cultivar semillas y los conjunto, una combinación de elementos culinarios que
bosques manipulados para promover la producción de estaba en boga en la región itsmo-colombiana y en las
plantas como el ñame y el marunguey pudieron muy bien tierras bajas e intermedias de Ecuador y Colombia desde
soportar la integración de plantas con requerimientos hacía más de 6000 años.
similares a las previamente conocidas. No obstante, la
integración de nuevas plantas en el contexto mencionado Si se considera como ejemplo que el marunguey y sus
dan cuenta de cambios en el sistema de preferencias en formas de procesamiento eran conocidas ampliamente
el que las contingencias ambientales y humanas jugaron por los grupos acerámicos y/o precerámicos de Puerto
un papel importante. Las contingencias pudieron Rico y otras Antillas Mayores (La Española y quizás
configurarse a partir de una serie de vectores Cuba), es entendible que los habitantes de La Hueca, si
humanamente generados en el ámbito de Puerto Rico y arribaron por primera vez a esos territorios, hayan
Vieques como escenarios de acción. Entre las incorporado el uso de la planta de manera pausada,
contingencias humanas se pueden señalar a los incrementando su importancia con el pasar del tiempo
escenarios espaciales antillanos y continentales como (e.g., entre las fases inicial e intermedia de ocupación en
contextos en los cuales debieron desarrollarse La Hueca). No obstante, los Huecoide de Punta
interacciones (estrategias relacionales) multidireccionales Candelero hicieron uso de esta planta desde la fase
y multiescala que hicieron factible el intercambio de inicial de ocupación del lugar e igualmente hicieron uso
rec urso s v eg etales, materiales y simb ólicos. de algunas herramientas casi idénticas a las que utilizaron
Posiblemente, como ha señalado Rodríguez Ramos los Huecoide de La Hueca durante la fase intermedia de
(2005), los vectores de interacción desarrollados desde ocupación.
tiempos pre-arahuacos (“arcaicos”) pudieron ser
mantenidos y consolidados durante la era cerámica En Punta Candelero, a diferencia de La Hueca, no se
temprana, siendo algunos de estos vectores los que pudo observar un patrón de uso del marunguey que
hicieron posible el traslado a las islas de una tradición pueda atribuirse a un proceso de interacciones
cultural esencialmente extra-antillana como la Huecoide. escalonadas que resultaran en el incremento de la
En este sentido, se propone aquí que la evidencia importancia del uso de la planta. En cambio, en La
previamente analizada sobre la incorporación y uso de Hueca este proceso se revela, como se mencionó antes,
determinadas plantas a lo largo del periodo Huecoide en entre las fases inicial e intermedia de ocupación. Debido
La Hueca, muestra que la región de origen de esta a que aquí se considera que el conocimiento y posterior
tradición cultural fue continental, específicamente de la integración de determinadas plantas ocurre únicamente
región itsmo-colombiana al igual que el origen de tras largos (diacrónicos) y/o intensos (sincrónicos)
algunos grupos “arcaicos” previamente establecidos en procesos de interacción fitocultural, se plantea entonces
Vieques y Puerto Rico. Esta sugerencia daría sustento al que el pueblo “Huecoide” de Punta Candelero pudo ser
panorama de intercambios recíprocos y positivos que, un desprendimiento poblacional del asentamiento
153
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Huecoide de La Hueca. El uso del conjunto de plantas Huecoide. Entonces, para efectos del manejo de los datos
identificado en Punta Candelero desde la fase inicial de arqueobotánicos que aquí se han analizado, no queda
ocupación, así como la confección y uso similar de un más que considerar las fechas de ambos sitios existentes
conjunto de herramientas de molienda/macerado, hacen hasta el día de hoy (las que se muestran en los Cuadros
viable esta posibilidad. Otros elementos de la cultura 5.2 a 5.7). Sin embargo, la información arqueobotánica
material de ambos sitios (la lapidaria, algunas formas y aquí recabada y analizada debe entenderse según fue
diseños decorativos de la cerámica, algunas herramientas discutida, es decir, en términos de las fases de ocupación
líticas y la ausencia de enterramientos humanos) sugieren que fueron definidas por cada sitio. Con fundamento en
que los Huecoide de Punta Candelero se derivan, aunque la hipótesis del desprendimiento poblacional de La
no íntegramente, de la tradición cultural Huecoide Hueca antes mencionada, se considera que los fechados
establecida en La Hueca. más antiguos del sitio La Hueca todavía no se han
obtenido, mismos que se estima deben estar cercanos al
Por lo comentado anteriormente, hay que aclarar varios 500 a.C. (o anterior), si nos referimos a las tempranas
aspectos del orden cronológico de ambos sitios. En el fechas obtenidas en el sitio Punta Candelero.
capítulo anterior se expuso de manera general el rango de
fechas en que se ubicaron los contextos aquí analizados. Otros aspectos de la cultura material lítica Huecoide de
En el caso del sitio La Hueca se planteó un escenario Punta Candelero llevó a plantear una hipótesis opuesta a
general de actividades en el lugar concurrente con las la que aquí se propone. Con base en las similitudes
fechas que han sido obtenidas y que oscila entre el ca. encontradas entre el énfasis tecnológico (lítico) de los
160 a.C y el 540 d.C. Por su parte, para el sitio Punta pobladores de Punta Candelero y el de los arcaicos
Candelero se planteó un rango de fechas de ca. 320 a.C. antillanos (e.g., en el lasqueo a mano libre y otras
a 220 d.C. Con base en estos fechados radiométricos cualidades inmedibles del repertorio artefactual),
sería incongruente la hipótesis aquí formulada respecto Rodríguez Ramos (2001: 188) propuso que el pueblo
al posible desprendimiento poblacional Huecoide de La Huecoide de Punta Candelero fue más temprano que el
Hueca que posteriormente fundó el pueblo de Punta de La Hueca en consonancia con los fechados obtenidos
Candelero. Los datos obtenidos en esta investigación, en ambos lugares. Asimismo estimó que el repertorio
sumado al conjunto de posibilidades dentro de las lítico de La Hueca representa un mayor grado de
relaciones humanas que hacen viable la incorporación y coincidencias con el de los pobladores Saladoide. Desde
uso de determinados elementos naturales humanizados esta perspectiva se puede inferir que la presencia de
(las plantas), sirven para dar luz al respecto y para rasgos arcaicos en la lítica de los pobladores Huecoide
sustentar, en este caso en particular, la hipótesis de Punta Candelero indica que este grupo estableció
planteada en el párrafo anterior. contactos con los arcaicos y modificaron algunas de sus
formas características de trabajar con los artefactos
En primer lugar, los fechados que se han obtenido en líticos.
ambos sitios pueden considerarse como relevantes
porque señalan actividades humanas tempranas en ambos Como se señaló antes, en la fase inicial de ocupación en
sitios. No obstante, los mismos deben estimarse, aún hoy, Punta Candelero se documentaron plantas y tipos de
como tentativos o preliminares en vista de la gran herramientas que estuvieron en uso durante la fase de
cantidad de problemas que se han detectado en los ocupación intermedia de La Hueca. Sin embargo, existe
análisis cronométricos efectuados (ver Oliver 1999; una diferencia contrastante entre ambas fases y sitios. En
Rodríguez Ramos 2001). A pesar de que el sitio Punta La Hueca, plantas como el maíz y la yautía, entre otras,
Candelero cuenta con fechas iniciales más antiguas que fueron utilizadas como recursos alimenticios a juzgar por
las del sitio La Hueca, se considera aquí que las mismas, el tipo de herramientas en que fueron procesadas. En
junto con las de La Hueca, sólo se correlacionan con cambio, algunas de estas plantas y principalmente el
episodios diversos de actividades humanas en ambos maíz, la yautía, las plantas del género Calathea y el
sitios y no con un rango inicial y final absoluto de las bejuco de membrillo pudieron estar integradas
ocupaciones Huecoide. En otras palabras, se puede decir inicialmente en actividades aparentemente rituales (o
que en Punta Candelero hubo actividades humanas simbólicas) en vista de que fueron documentadas en un
Huecoide cercano al 320 a.C. y en La Hueca cercano al pequeño mortero, junto con otras importantes plantas
160 a.C., pero esto no significa que las actividades como la batata, los frijoles silvestres y domésticos y la
humanas en ambos lugares hayan comenzado haba de playa. Aun cuando esta diferencia entre ambos
estrictamente en esas fechas. Se considera pues, que lugares y fases es notoria, es evidente que dichas plantas
dados los problemas que se han reconocido sobre los eran conocidas y tuvieron que producirse o adquirirse
fechamientos de ambos sitios, los repertorios de fechas para luego hacer uso de ellas. En este contexto, hay que
radiométricas son aún incompletos y no representan entender que la adopción de plantas y su integración en
fielmente el rango de ocupaciones iniciales y tardías los distintos ámbitos culturales es posible si existen
154
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
155
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
ningún artefacto de concha o piedra en las preparaciones (como el marunguey) a lo largo de la era precolombina
o tratamientos antes señalados. No obstante, la presencia de la región (i.e., desde el “arcaico” hasta el Taíno) no
de almidones de maíz en las herramientas Huecoide (y en debió ser el único elemento “incitador” de los cambios
otras más de molienda/macerado arcaicas) refuerza la documentados en la estructura sociocultural y económica
idea de otro tipo de procesamiento de las semillas en el de los pueblos antillanos. El conjunto de procesos
cual intervinieron artefactos de molienda, macerado o socioculturales desarrollados e integrados paulatinamente
rallado, lo que ilustra acerca de otra posible práctica en las estructuras sociales y económicas antillanas, en
culinaria relacionada con el maíz y no documentada para unión a las cualidades de determinados espacios ricos en
Las Antillas M ayores de manera clara en las crónicas.2 recursos previamente estimados y valorados, debió
estimular la reestructuración constante de los sistemas
Con fundamento en los datos recabados sobre la económicos que sostuvieron a los pueblos antillanos.
presencia y formas de uso del maíz así como de otras Desde esta perspectiva se argumenta aquí que no fueron
importantes plantas económicas (batata, yuca, lerén, únicamente las plantas económicas de alto valor por un
maranta, frijoles, yautía, ñames, habas) en los contextos lado, ni la organización “automática” de las fuerzas
Huecoide aquí estudiados, se argumentó anteriormente productivas por el otro, las que provocaron los cambios
que el origen de dicha tradición cultural pudo ser la en las estructuras sociales. Aunque dicho de manera muy
región itsmo-colombiana, distinto a lo que usualmente se sencilla, sugerimos que fueron las múltiples interacciones
destila (el noreste de Suramérica) y que coincide con el que ocurrieron entre los distintos pueblos –y entre los
origen que se ha propuesto para los ancestros de los pueblos y sus respectivos espacios– las que facilitaron a
grupos humanos “arcaicos” que habitaron Maruca y los pobladores de la historia antigua antillana una mejor
Puerto Ferro (véase Callaghan 1990; 2003; Pagán comprensión de los elementos culturales y naturales que
Jiménez et al. 2005; Rodríguez Ramos 2005). Esta luego estimularon el cambio en otras esferas sociales.
región, inmersa en una gran esfera de interacciones que
incluyó algunas áreas sureñas de Centroamérica Sobre las identificaciones de plantas aquí desarrolladas
(Panamá), el corredor costeño caribeño y Pacífico de
Colombia, así como partes de la zona andina y selvática Las identificaciones de las plantas estudiadas en este
de Colombia, Ecuador y Bolivia se caracterizó, desde libro se basaron en el análisis comparado entre los
hace más de 6500 años, por contar con un enorme gránulos de almidón “arqueológicos” recuperados y la
espectro de plantas importantes, entre las cuales se colección de referencia creada para la investigación así
encuentra el maíz, la yuca, la batata, el lerén (Calathea como las creadas por otros investigadores (Pearsall et al.,
sp.), la maranta (Maranta arundinacea), el frijol, el ñame 2004; Piperno y Holst, 1998; Piperno et al., 2000; Perry,
y las habas, entre otras (véase e.g., Piperno y Holst 1998; 2002a, 2002b, 2004; Ugent et al., 1986). Cabe señalar
Piperno y Pearsall 1998; Pearsall 1992). que la colección de referencia utilizada en esta
investigación no se limitó a las plantas que se muestran
Sin embargo, no se descarta aquí otra posibilidad: que en el Apéndice B del presente libro. Como se comentó en
los movimientos humanos hayan incluido rutas que el capítulo anterior, se han descrito formalmente 40
comenzaran en la línea costera del noroeste suramericano especímenes, pero también otros 20 que pertenecen, en
(Panamá, Colombia) y discurrieran hacia el este conjunto, a 30 géneros y 51 especies que oscilan entre
(Venezuela). Cabe mencionar que la ausencia de restos plantas silvestres, domésticas y cultivos tanto antillanas,
arqueobotánicos en los contextos acerámicos y de América tropical continental como del Viejo Mundo.
agrocerámicos más antiguos del norte y este de
Venezuela no debe ser el elemento utilizado como En lo particular, las principales variables utilizadas para
argumento para proponer que el maíz y otras plantas proporcionar las identificaciones de los gránulos
importantes fueron introducidas tardíamente en esa arqueoló gico s fueron la form a, dim ensiones,
región. Se recuerda que existe gran cantidad de sitios características de margen (facetas de presión),
acerámicos y cerámicos tempranos en el noreste del características de borde, presencia y ubicación de hilum,
continente suramericano (en Venezuela [e.g., sitios presencia y tipos de laminado, presencia y tipos de fisura
Guayana y Remigio en la región de Paria] y Guyana y características de la cruz de extinción observadas. No
[Barambina Mound y Hossororo Creek]) (véase Sanoja siempre cada gránulo arqueológico recuperado mostró
1997) que poseen ensamblajes líticos complejos y todas las variables mencionadas; sin embargo, en muchos
cerámicos que muy bien pueden relacionarse con casos el factor determinante en la identificación final fue
prácticas hortícolas y/o agrícolas bastante tempranas que precisamente la correlación entre dos o tres de estas
incluyeron, quizás, el uso de semillas como el maíz y variables en un mismo gránulo, lo que permitió ubicarlos
otras plantas más. en determinada taxa previamente caracterizada o
conocida. Se coincide con el prudente señalamiento de
En fin, el incremento en importancia de algunas plantas Perry (2004: 1076) en que “si las características del
156
Capítulo 6: Resultados, análisis y discusión
gránulo de almidón en cuestión [arqueológico] se desvía por lo que será necesario desarrollar programas de
de cualquier fuente, publicada u otra, la identificación no investigación (previo a la intervención de los sitios
es asegurada” (los corchetes y la traducción son míos). arqueológicos) que incluyan estudios y análisis
Como se pudo apreciar en los datos arqueobotánicos auxiliares, los cuales permitirían abordar los problemas
mostrados, existen algunas identificaciones tentativas antes mencionados. Aun así, las plantas identificadas en
debido a que esos gránulos en particular no contaron con esta investigación –independientemente de los factores
las suficientes características o variables utilizadas para que pudieron inhibir la identificación de otras plantas
establecer la taxa. Ciertamente se pudieron ver algunos potencialmente utilizables– fueron conocidas y
rasgos conspicuos que permitió ubicarlos en la taxa más procesadas con las herramientas analizadas. Los
cercana o p arecida. O tros almidones, pobladores de La Hueca y Punta Candelero las
desafortunadamente, no pudieron ser identificados de mantuvieron y utilizaron como parte de sus estrategias
manera clara. relacionales y de subsistencia con los entornos que
habitaron.
Si se ubican los datos mostrados en una dimensión
general del tiempo, se debe considerar que los cambios Notas del Capítulo 6
observados entre el conjunto de plantas conocidas y 1. Asimismo, las muestras de sedimento obtenidas de
utilizadas a lo largo de las fases estudiadas pueden las herramientas son desiguales (ver Cuadros 5.2 a 5.7)
deberse a prácticas culturales cambiantes, las cuales porque las últimas cuentan con cualidades morfológicas
muestran transformaciones paulatinas en el sistema de y métricas diferentes. En esta investigación el interés no
preferencias de los pueblos que se estudiaron. Se prevé es desarrollar un muestreo estimativo (recolección de
además que otros agentes de carácter intergrupal- volúmenes de muestras constantes o estándares) de las
extragrupal (e.g., interrupción de redes de intercambio) herramientas seleccionadas porque ya se sabe que –por
así como físicos (fluctuaciones climáticas, disponibilidad sus atributos morfológicos–, fueron utilizadas para
de tierras y otros recursos) pudieron incidir en la procesar plantas y otros materiales. El muestreo aquí
accesibilidad y factibilidad de extraer o producir utilizado se conoce como “muestreo exhaustivo”. De esta
determinadas plantas. Debe quedar claro también que no manera se extrae todo el sedimento existente en las
se descarta la acción de otros factores relacionados secciones de uso de los artefactos con el propósito de
principalmente con los procesos de degradación natural poner en su justa dimensión las posibles diferencias de
de los almidones (la acción de agentes físico-químico- uso a las cuales estuvieron sometidos. Por lo tanto, la
biológicos; Haslam 2004) y el posible desplazamiento de figura estadística que se utiliza en el análisis
ellos en los contextos enterrados (véanse Barton et al. arqueobotánico de la presente investigación es la que se
1998; Fullagar et al. 1998; Therin 1998). Por lo tanto, es conoce como ubicuidad. Con ésta el interés es establecer,
posible que la distribución de plantas (y la ausencia de a partir de la frecuencia en que determinada taxa ocurre
otras) identificadas en las distintas fases estudiadas esté entre el total de muestras analizadas, la importancia
respondiendo además a posibles desplazamientos y, al relativa de unas plantas sobre otras en el espectro de las
mismo tiempo, a la preservación diferencial de los muestras y herramientas seleccionadas.
almidones, mismos que por contar con estructuras
moleculares diferenciadas y representativas de cada 2. El cronista francés Guillaume Coppier ([año1645]
especie, reaccionan de manera particular ante los agentes traducido por Cárdenas 1981: 151) dice que los indios
degradantes. Caribe de las Antillas Menores tienen maíz “(… ) que
ellos machacan muy fuerte en las rocas o piedras
Obviamente, los estudios de almidones en arqueología cóncavas, especie de morteros; al igual que una vez
deben generar estrategias para conocer, en los contextos machacado, le dan la forma de salchichas y lo envuelven
en las hojas de balliris y después lo cuecen en agua
enterrados específicos, qué agentes de degradación
caliente, y sirve de pan, el cual (gracias a Dios) alimenta
influyen o no en la preservación de los almidones de muy bien” (las versalitas y el paréntesis son del original).
determinadas plantas. Desafortunadamente, no se contó Aunque este dato fue recogido 145 años después del
con los elementos necesarios para establecer análisis inicio de la conquista y colonización de las grandes islas
adicionales (de química, física y biología de sedimentos) antillanas, no se debe descartar que esta práctica pudo ser
y lidiar de manera coherente con este asunto. Son compartida con los Taínos de Las Antillas Mayores
muchos los factores que se deben considerar en el futuro, siglos antes de la irrupción europea en las islas.
157
Capítulo 7: Comentarios finales
El problema que se ha querido escudriñar y comprender en el ámbito simbólico porque son los elementos que dan
a lo largo del presente libro es el de las dinámicas de sustento y vida a muchas de las demás actividades
interacción que tuvieron que generar los pobladores culturales de una comunidad. Es durante las actividades
Huecoide con las plantas que utilizaron para diversos relacionadas con la producción de plantas cuando se
propósitos, principalmente alimenticios y medicinales, concretan alianzas y acuerdos entre los miembros de una
pero también como objetos culturales inmersos en los comunidad, cuando se reafirman los saberes en torno a
procesos de adaptación y aprehensión humana de los las plantas y se transmiten los conocimientos derivados
nuevos espacios antillanos. El interés ha sido develar las de ellas. Es en torno al proceso de cosecha que se
circunstancias y procesos que hicieron viable, en Vieques negocia el destino de lo producido. A su vez, la
y en Puerto Rico, la adaptación de plantas continentales preparación de los alimentos y de otros productos
y la adopción de plantas antillanas alrededor de los vegetales son el vínculo entre lo cotidiano y el conjunto
procesos de movilidad en los que estuvieron envueltos de acciones comunales que se refuerzan con diversas
los pobladores Huecoide. La aplicación del estudio de actividades y celebraciones. Son las comidas, las
gránulos de almidón hizo posible la recuperación, medicinas hechas de hierbas y raíces más los polvos
identificación y análisis de algunas de las plantas que mágicos, las que garantizan la producción y
pudieron ser los principales recursos vegetales de los reproducción del mundo natural y humano. Así, son las
sistemas de subsistencia agrícola de los pueblos plantas humanizadas quienes siempre están presentes en
estudiados. La delimitación contextual (temporal) que se muchas de las actividades que dan cohesión y estabilidad
hizo de las herramientas de molienda/macerado comunitaria gracias a sus múltiples significados y valores
seleccionadas facilitó el análisis diacrónico del uso de dentro de la vida humana.
dichas plantas y de las formas en que pudieron ser
procesadas para distintos propósitos. Con esta Regresando a Vieques y a Puerto Rico, se desprende de
perspectiva fue posible recuperar los restos de las plantas la información obtenida que los Huecoide por sí solos no
económicas de interés, identificarlas y comprender el uso adoptaron nuevas plantas parecidas a las que
que se les pudo dar por medio de los contextos previamente conocían. Fueron ellos y otros pueblos junto
artefactuales en que fueron recuperadas. Por lo pronto, se con los nuevos espacios, quienes en conjunto crearon las
puede decir que gracias a la información biográfica de condiciones sociales y culturales para que se mantuvieran
las propias plantas (sus propiedades) y de las algunas plantas conocidas y se adoptaran positivamente
herramientas, se pudieron determinar, al menos, tres nuevas plantas como el marunguey antillano o la maranta
contextos de uso diferentes: el culinario (preparación de y los ñames suramericanos. Las plantas antillanas y las
alimentos), el medicinal (la preparación de emplastos, nuevas plantas suramericanas incorporadas en el sistema
infusiones) y el ritual (la confección de polvos de subsistencia agrícola de La Hueca y Punta Candelero
posiblemente mágicos). Asimismo se pudieron sugerir no requerían de la configuración de un nuevo subsistema
tres formas de producción y adquisición de los recursos de producción agrícola. Los elementos materiales y los
botánicos identificados respecto a cada una de las fases requerimientos de las nuevas plantas eran similares de
analizadas de ambos sitios. aquellas que disponían. Sin embargo fueron los
Huecoide, junto con los grupos previamente establecidos
Con este tipo de información en mano, se produjeron en las islas, quienes profundizaron en las relaciones
interpretaciones sobre los posibles procesos culturales fitoculturales con las nuevas plantas, quizás reelaborando
que muestran cómo las plantas sirvieron como recursos su sistema de valores y preferencias por medio de
alimenticios y como objetos naturales con significados reestructuraciones paulatinas del complejo de plantas y
humanos implantados. El conjunto de plantas exógenas herramientas suramericanas que trajeron originalmente
constituido por la yuca, la batata, el maíz, la yautía, el consigo.
frijol y el ñame fueron recursos alimenticios que trajeron
los Huecoide a su asentamiento de Vieques junto con un En este contexto, hay que decir que las estrategias
complejo herramental desconocido en Las Antillas: el adaptativas relacionadas con el uso alimenticio y ritual
guayo-cibucán-tamiz-burén. El complejo de plantas y de las plantas fueron cambiantes y dinámicas como los
herramientas, integrado como conjunto, sirvió pueblos que las desarrollaron. Las contingencias
inicialmente como mecanismo de interacción y engranaje culturales y ambientales –que son promovidas y a su vez
con los nuevos espacios antillanos. Claro está, previo al están insertas en múltiples vectores de interacción–
proceso de movilidad en el que estuvieron envueltos los fueron determinantes para las estrategias adaptativas que
pobladores Huecoide del sitio La Hueca, tuvieron que constantemente se aplicaron para subsistir biológica y
valorarse aquellas plantas y utensilios que debían ser culturalmente en los lugares y ambientes que se
transportados a los espacios desconocidos. Las plantas y estudiaron. En este sentido hay que aclarar que la
los utensilios aprovechados en la cultura culinaria de un adaptación humana no puede ser cuantificada ni estimada
pueblo con las características de los Huecoide no son con fundamento en el éxito y/o fracaso de las estrategias
abandonados fácilmente y son generalmente integrados adaptativas desarrolladas. Tampoco puede ser definida
159
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
o delimitada espacial ni temporalmente; no es una acentuarse con las sociedades arcaicas o aceramistas que,
finalidad o el resultado de una serie de procesos. La desde miles de años antes, ya existían en Las Antillas.
adaptación humana debe ser vista como un proceso
multidimensional y continuo en el cual los seres humanos Las primeras dos presunciones que fueron planteadas en
construyen, reconstruyen y reestructuran su mundo en la introducción de este libro fueron contrastadas y
función de los acontecimientos que conscientemente discutidas con fundamento en los datos y análisis
evocan, viven y reincorporan material o simbólicamente desarrollados. La primera decía que “como parte de las
para mantener su existencia. En otras palabras, la estrategias adaptativas en los contextos ecológicos que se
adaptación humana no es el resultado de la suma de un estudian, los Huecoide inicialmente introdujeron e
conjunto de respuestas a determinados problemas, sino hicieron uso de plantas útiles (domesticadas y cultivos)
el proceso dinámico y constante que da sentido y origen de sus lugares de procedencia”. Como ya se vio,
a las estrategias conscientes que pueden desarrollarse por efectivamente en La Hueca se utilizaron inicialmente
distintos motivos o necesidades. recursos vegetales típicamente exógenos como
mecanismo de engranaje con los nuevos espacios. El
Es casi imposible determinar el grado de impacto de las conjunto de las plantas identificadas, así como las
interacciones que ocurrieron entre los pueblos que se herramientas para procesarlas que fue utilizado junto con
estudiaron y las esferas contextuales consideradas (otros otros objetos culturales más, permiten señalar un origen
pueblos antillanos, otras regiones extra-antillanas, de esta tradición en la región noroeste de Suramérica. En
etcétera). No obstante, el conjunto de estrategias de el caso de los pobladores de Punta Candelero se señala
subsistencia fitocultural descrito y analizado de los dos otro escenario. Se entiende que dicha comunidad fue un
sitios arqueológicos estudiados muestra que hubo desprendimiento del pueblo Huecoide de Vieques, pero
transacciones e intercambios recíprocos con quienes ya integrados más directamente con otras tradiciones
habitaban las islas antillanas y muestra además que fue culturales como las que existían previamente en Las
durante este periodo que se incorporaron por primera vez Antillas. Por lo tanto, cuando se establece por primera
algunas plantas que más tarde llegarían a ser importantes vez el pueblo de Punta Candelero, sus pobladores ya
para muchas de las tradiciones culturales precolombinas hacían uso de plantas antillanas junto con plantas
antillanas. exógenas integradas en un contexto aparentemente ritual.
La confección de algunas herramientas líticas guardan
La consolidación del marunguey como recurso más relación con las técnicas de confección “arcaicas”
alimenticio, la introducción del lerén, la maranta, la antillanas que con las tradiciones suramericanas
calatea, el frijol domesticado, la yautía de palma, el ñame (Rodríguez Ramos: comunicación personal, 2005).
dunguey (Dioscorea altissima) y el ñame mapuey Asimismo, inicialmente en Punta Candelero se crearon
(Dioscorea trifida), así como la integración de plantas algunas decoraciones en la cerámica distintas a las que
como el bejuco de membrillo y la suelda consuelda, dan utilizaron los Huecoide de La Hueca, pero al mismo
cuenta de lo importante que fueron los pueblos de tiempo se siguió produciendo lapidaria casi idéntica y
tradición Huecoide aquí estudiados para los posteriores con las mismas materias en ambos lugares y nunca se
desarrollos culturales antillanos. Como se sabe –en abandonaron los diseños incisos entrecruzados zonales
periodos posteriores al Huecoide–, la yuca y el complejo (IEZ) que caracterizaron a los Huecoide en Vieques y en
herramental relacionado con su procesamiento siguió Puerto Rico. En este sentido, aunque con nuevas
siendo importante, aunque quizás no de manera expresiones materiales, los pobladores “Huecoarcaicos”
exclusiva, fundamental o como fuente alimenticia de Punta Candelero mantuvieron siempre, hasta el ocaso
primaria según se ha querido mostrar en la arqueología de la villa, una gran cantidad de elementos estructurales
antillana. Se estima que la importancia de unas plantas (materiales y simbólicos) típicamente Huecoides.
alimenticias sobre otras fue variable a través del tiempo
sin que alguna de ellas, por sí sola, contribuyese en el La segunda presunción señalaba que “el conocimiento de
desarrollo de las posteriores sociedades precolombinas las propiedades y requerimientos de las plantas útiles de
antillanas caracterizadas como de mayor complejidad. tierra firme, más el conocimiento de las diferentes
No es tema ni objetivo de este trabajo entrar en dicho técnicas de producción y reproducción de cultivos así
debate, pero se debe considerar que algunas de las como la interacción con otros pueblos circundados por el
plantas identificadas, al igual que los contextos y las Mar Caribe, hizo posible a los Huecoide incorporar
dimensiones cronoespaciales en las cuales estuvieron nuevos elementos florísticos antillanos y continentales a
integradas, comenzaron a manifestarse desde antes que su sistema de subsistencia agrícola”. Aunque no fue
los pobladores Huecoide arribaran a Las Antillas. La posible obtener todos los elementos necesarios para
desigualdad social, como bien señala Rodríguez Ramos contrastar esta presunción con los datos y análisis
(comunicación personal, 2005), pudo comenzar a realizados, la presunción es factible y fue parcialmente
160
Capítulo 7: Comentarios finales
apoyada. El conocimiento y requerimiento de las plantas sitio La Hueca no permitió profundizar en los cambios a
útiles de tierra firme evidentemente tuvo que incidir en largo plazo que pudieron ocurrir en el sistema de
la adopción y rechazo de nuevos recursos botánicos. No preferencias y en el agrícola. Es posible que los eventos
obstante, este factor no debió ser determinante cuando se ocurridos entre las fases de ocupación Huecoide
adoptaron plantas como el marunguey antillano, en vista
intermedia y tardía en La Hueca, y lo que sugerimos
de que este tipo de plantas, sus órganos aprovechables y
como un desprendimiento poblacional de La Hueca que
sus formas de procesamiento para el consumo, no
fundó al pueblo de Punta Candelero, hayan sido caóticos
guardan relación con las plantas que los Huecoide
trajeron consigo desde tierra firme. Por lo tanto la como consecuencia de cambios o fluctuaciones
presunción anteriormente expuesta puede considerarse climáticas o interacciones negativas entre los Huecoide
como ambigua ya que, por un lado, tiene elementos que y otros pueblos antillanos y/o continentales. Como se
permiten comprender algunos de los mecanismos sabe, mientras el asentamiento Huecoide en la Hueca
envueltos en torno a la adopción de nuevas plantas, pero estaba activo, nuevos inmigrantes (los Saladoide)
por otro lado no considera que dichos mecanismos irrumpieron en las islas procedentes del noreste
pudieron ser importantes de manera aislada, sin que uno suramericano y establecieron asentamientos junto a
fuera determinante del otro. Lo cierto es que las plantas algunas villas Huecoide. Se desconoce la magnitud e
endógenas y exógenas adoptadas no influyeron,
intensidad de las interacciones que ocurrieron entre los
aparentemente, en las formas de producción de plantas
Saladoide y los Huecoide; no obstante los datos
que eran utilizadas. En este sentido, cada una de las
variables detalladas en la segunda presunción fueron arqueobotánicos estudiados en esta investigación,
apoyadas, pero de manera separada, sin que exista una específicamente correspondientes a la fase intermedia de
relación causal entre ellas. ocupación en La Hueca, pueden servir en el futuro para
profundizar más en los acontecimientos que tuvieron
La tercera presunción utilizada como referente de la lugar en La Hueca entre ambos grupos.
investigación establecía que “una vez familiarizados con
los nuevos espacios antillanos (del norte de Las Antillas) No se sabe con seguridad que sucedió con la tradición
y sus cosas, los Huecoide fueron reestructurando su Huecoide luego de que se abandonaron La Hueca y
sistema(s) de subsistencia agrícola(s) para dar cabida a Punta Candelero. Por lo mismo, no es posible conocer
los nuevos componentes florísticos útiles y a las nuevas qué resultó del proceso de interacción fitocultural que
relaciones con ellos, generando así un nuevo sistema de comenzó a cambiar, gradualmente, durante la fase
subsistencia vegetal para su propia estructura intermedia de ocupación en La Hueca y a lo largo de las
sociocultural”. Esta presunción pudo ser corroborada, fases estudiadas de Punta Candelero. ¿Habrá seguido
sólo parcialmente, con los datos y contextos analizados. integrandose la tradición Huecoide con otros pueblos
En parte se pudo documentar que luego del arribo de los antillanos y contientales que arribaron a las islas
Huecoide a Vieques, el sistema de preferencias y de después? Seguramente sí. Lo cierto es que siglos antes de
valores en torno a las plantas comenzó a cambiar a raíz la irrupción europea a las islas, los indígenas del norte de
de las interacciones positivas que desarrollaron con otros Las Antillas habían comenzado a utilizar, de manera
pueblos y territorios. Mantuvieron sus plantas útiles intensiva, el conjunto de plantas aquí expuesto y otras
suramericanas, pero fueron reincorporando otras que no plantas más que siguieron fluyendo desde tierra firme. En
supusieron cambios en las formas de producción, aunque algunos casos, como en la provincia de Higüey en
sí en el sistema de subsistencia en general. El aparente República Dominicana, cercano al año 1500 el
incremento en importancia del marunguey antillano marunguey (o guáyiga en La Española) había desplazado
durante la fase intermedia de ocupación Huecoide en La en importancia económica a otras plantas como la yuca,
Hueca parece responder a un cambio considerable en el la batata y el maíz (Las Casas 1909). En la región de
sistema de valores y preferencias incitado por varios Utuado, en el interior de Puerto Rico, entre el 800 y
factores posibles: a) fluctuaciones ambientales en 1000 d.C. el marunguey igualaba en importancia a otras
detrimento de las plantas exógenas o b) conocimiento plantas como el maíz, el lerén, la maranta y las yautías
más profundo del uso e importancia alimenticia del (Pagán Jiménez, notas de laboratorio, 2004). A su vez,
marunguey como consecuencia de las interacciones en otros pueblos y villas indígenas del periodo de
(traspaso de conocimientos) positivas entre los Huecoide contacto indo-europeo, la yuca fue el recurso vegetal más
y los “arcaicos”. estimado como alimento (Fernández de Oviedo 1996).
161
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
constitución de los sistemas agrícolas antillanos nunca características de la subsistencia agrícola de los grupos
fueron homogéneos ni en tiempo ni en espacio. precolombinos antillanos en cualquier periodo, se haga
Caracterizar a las culturas precolombinas antillanas como a partir de los resultados que se puedan obtener por
cazadoras-pescadoras-recolectoras, horticultoras o m últiples estud io s (isó to p o s d e hue so ,
agricultoras es un ejercicio vago porque nunca en la paleoetnobotánicos en sus distintas variantes,
historia antigua antillana se dejó de cazar, de pescar ni de arqueozoológicos, oligoelementos, elementos traza,
recolectar. Posiblemente siempre, desde el arribo de los residuos en herramientas, etcétera).
primeros pueblos a Las Antillas cercano al 6000 a.C., las
sociedades humanas practicaron algún tipo de
En fin, no resta más que decir que los pueblos de La
producción de vegetales y sus sistemas de subsistencia en
Hueca y de Punta Candelero que se estudiaron tuvieron
general fueron mixtos, a veces con mayor o menor
en común una serie de prácticas agrícolas que los hace
énfasis en los recursos vegetales o en los faunísticos.
agricultores, pero también recolectores de plantas, de
Asimismo, los pueblos más sofisticados y tardíos como
moluscos, de crustáceos y de muchas otras cosas más.
los Taíno, pudieron combinar de manera variada, y como
Fueron conductores y mantenedores de una tradición
resultado de múltiples contingencias, la producción de
agrícola y culinaria continental que posteriormente fue
vegetales con la recolección de crustáceos, moluscos y
combinada con otras manifestaciones culturales
frutos. Este panorama comienza a definirse con los datos
propiamente isleñas o antillanas. Sin lugar a dudas, con
arqueobotánicos que se han obtenido a lo largo de la
el arribo y las posteriores interacciones culturales que
última década (Newsom 1993; Newsom y Deagan 1994,
ocurrieron entre los Huecoide y otras tradiciones
Newsom y W ing 2004, Pagán Jiménez 2003b; 2004) y
existentes en las islas así como en las masas
con los datos etnohistóricos que ahora se están
continentales, comenzó una nueva era en el desarrollo de
revalorando (e.g., Las Casas 1909; 1957). Se sugiere
los pueblos indígenas antillanos.
entonces, que cuando se quiera hablar de las
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
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Referencias
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Apéndice A: Variables y variantes utilizadas en la descripción de los almidones modernos y arqueológicos
1.0 Forma
177
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
178
Apéndice A: Variables y variantes utilizadas en la descripción de los almidones modernos y arqueológicos
179
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
180
APÉNDICE B
Análisis estadístico-descriptivo de los gránulos de almidón correspondientes a 40 órganos vegetales modernos:
colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tabla de contenido
Araceae
Xanthosoma cf. sagittifolium (yautía blanca rascosa: cormelo) 183
Xanthosoma sagittifolium (yautía blanca de pana: cormo) 186
Xanthosoma undipes (yautía palma: rizoma) 188
Xanthosoma violaceum (yautía lila: cormo) 190
Arecaceae
Acrocomia media (corozo: semilla) 192
Basellaceae
Anredera vesicaria (suelda consuelda: raíz) 194
Bixaceae
Bixa orellana (achiote: semilla) 196
Cannaceae
Canna indica (gruya: rizoma) 198
Canna sylvestris (maraca: rizoma) 200
Convolvulaceae
Ipomoea batatas (batata, boniato: raíz tuberosa) 202
Ipomoea cf. repanda (bejuco rosado, batatilla: raiz tuberosa) 204
Dioscoreaceae
Dioscorea alata (ñame gulembo: tubérculo subterráneo) 207
Dioscorea altissima (ñame: tubérculo aéreo) 209
Dioscorea altissima (ñame: tubérculo subterráneo) 211
Dioscorea bulbifera (ñame gunda: tubérculo aéreo) 213
Dioscorea polygonoides (gunda: tubérculo aéreo) 215
Dioscorea trifida (ñame mapuey: tubérculo subterráneo) 217
Euphorbiaceae
Manihot esculenta (yuca, mandioca: raíz tuberosa) 220
Fabaceae
Canavalia rosea (haba de playa: semilla) 222
Lablab purpureus (haba de tocón: semilla) 224
Macroptilium lathyroides (habichuela parada: semilla) 226
Phaseolus vulgaris (frijol negro: semilla) 228
Marantaceae
Calathea allouia (lerén: rizoma principal) 230
Calathea allouia (lerén: tubérculo secundario) 232
Calathea veitchiana (calatea: rizoma principal) 234
Calathea zebrina (zebra: rizoma principal) 236
Poaceae
Coix lacryma-jobi (camándulas: semilla) 238
Zea mays (maíz arqueológico: semilla) 240
Zea mays (Cateto cristalino: semilla) 242
Zea mays (Caribe temprano: semilla) 244
Zea mays (Chandelle: semilla) 246
Zea mays (Negrito de Colombia: semilla) 248
Zea mays (Pollo: semilla) 250
Zea mays (Tuśon: semilla) 253
Smilacaceae
Smilax dominguensis (bejuco de membrillo: rizoma) 255
Solanaceae
Solanum tuberosum (papa: tubérculo) 257
Zamiaceae
Zamia amblyphyllidia (marunguey: tronco tuberoso) 259
Zamia amblyphyllidia (marunguey: semilla fecundada) 261
Zamia portoricensis (marunguey: tronco tuberoso) 263
Zamia pumila (guáyiga: tronco tuberoso) 265
Gráficas
Gráfica 1 Barras de error de la desviación estándar para el largo, ancho y diámetro de los gránulos
analizados 267
181
Familia: Araceae
Género- Especie: Xanthosoma cf. sagittifolium (L.) Schott
Nombre común: Yautía blanca “rascosa”
Origen: noreste de Suramérica
Órgano estudiado: cormo
Análisis con microscopio Zeiss, luz blanca y objetivo de 40X
b)
a)
c)
Figura 1 a) planta de X. cf. sagittifolium (yautía blanca rascosa), b) órganos, c) granos de almidón, nótese las variantes de cavidad o
fisuras en los gránulos (fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Forma: La forma más común de los 63 gránulos analizados de X. sagittifolium es la truncada (forma núm.
1.4=44.4% [28 casos]). Otras formas menos comunes en esta especie son: esféricos (forma núm. 1.1=23.8% [15
casos]), cuadrangular obtuso convexo (forma núm. 1.9.2=4.8% [3 casos]), cuadrangular obtuso romboidal (forma
núm. 1.9.3=4.8% [3 casos]), trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1=4.8% [3 casos]) y trasovado triangular
(forma núm. 1.6.2=4.8% [3 casos]).
Tamaño: Debido a las variadas formas que se presentan en los gránulos de esta especie, tenemos en la muestra 14
(22.22%) gránulos esféricos que oscilan entre las 6 y 18µm de diámetro. En estos cuerpos la media es 12.5µm y el
rango más frecuente oscila entre 10 y 16µm. En los cuerpos irregulares registramos 49 medidas de largo (77.8%
de 63 gránulos) que oscilan entre 6 y 22µm. La media es 12µm y el rango más frecuente oscila entre 8 y 16µm.
Por otro lado, las 49 medidas de ancho registradas oscilan entre las 4 y 17µm. La media es de 11µm y el rango
más frecuente para el ancho de estos gránulos oscila entre 8 y 14µm.
Hilum: 27% (N=17) de los 63 gránulos analizados presentó alguna de las variantes de hilum. La variante en forma
de círculo (hilum núm. 2.1) es la más representativa, documentándose en 14 (22.4%) de los 63 casos, mientras que
la variante en forma de triángulo (hilum núm. 2.2) fue documentada en 3 (4.8%) de los 63 casos.
Posición de hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue documentada en 7 (11.1%) de
63 casos, tanto en posición céntrica (posición núm. 3.1) así como en posición excéntrica (posición núm. 3.2). Por
otra parte, la variante en forma de triángulo (hilum núm. 2.2) fue documentada en posición céntrica en 2 (3.2%)
casos y en posición excéntrica en 1 (1.6%) de 63 casos analizados.
Punto de flexión: En 41 (65.5%) de los 63 casos, se documentaron 7 variantes de punto de flexión. La más
frecuente es la línea “A” (pto. flex. núm. 13.2), con 23 (36.8%) de 63 casos. Sigue la variante línea “C” (pto. flex.
núm. 13.4), documentada en 7 (11.1%) de los 63 casos. Otras 3 variantes fueron documentadas en 3 casos (4.8%
de 63) respectivamente; estas son: cruz (pto. flex. núm. 13.1), línea “B” (pto. flex. núm. 13.3) y línea “E” (pto.
flex. núm. 13.6). Las variantes línea “F” (pto. flex. núm. 13.7) y línea “G” (pto. flex. núm. 13.10) fueron
documentadas en 1 ocasión (1.6% de 63 casos) respectivamente.
Posición de punto de flexión: La gran mayoría de las variantes documentadas para esta variable fueron
registradas en posición céntrica (33 [52.6%] de 63 casos) (posición núm. 3.1), mientras que la única variante
documentada en posición excéntrica (posición 3.2) fue la línea “A” (pto. flex. núm. 13.2), registrada en 8 (12.9%)
de los 63 casos.
Cavidad: Esta variable fue registrada en 52 casos (82.6% de los 63 casos) porque no siempre existen cavidades
donde se ubican el hilum o los puntos de flexión. Fueron observadas 11 variantes de las cuales la cavidad lineal
“A” (cavidad núm. 10.3) es la más frecuente (30.4%=19 de 63 casos). Otra de las variantes de cavidad o fisura
importante es la representación en punto (cavidad núm. 10.2) que fue observada en 14 (22.2%) de los 63 casos.
En orden de frecuencia fue observada también la variante “Y” (cavidad núm. 10.8) en 5 (7.9%) casos mientras que
otras variantes (i.e., triangular, lineal “D” y “T” o cavidades núm. 10.4, 10.15 y 10.9) se registraron en 4 (6.4%),
3 (4.8%) y 3 (4.8%) casos respectivamente. Las variantes de cavidad menos frecuentes en esta especie son la
hexagonal (cavidad núm. 10.7), la forma de estrella (cavidad núm. 10.10), la forma de cruz (cavidad núm. 10.12)
y la lineal “B” (cavidad núm. 10.13) que se registraron en 1 (1.6%) de los 63 casos respectivamente.
Tonalidad: Todos los gránulos analizados tuvieron tonalidades claras en la parte interna y oscuras en la parte
externa del cuerpo (tonalidad núm. 5.5) cuando se observan con luz blanca normal. Esta característica está
presente también en otras especies del género Xanthosoma y en otros géneros como Zea, Manihot, Cucurbita, etc.
184
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Margen: Esta variable aplicó en 48 (76.2%) de los 63 casos, donde pudieron ser registradas 8 variantes. De ellas,
la más representativa fue el margen o faceta de presión en línea recta (margen núm. 11.9), que se registró en 17
(27.2%) de los 63 casos. Le sigue en orden de importancia el margen en línea curva - convexa (margen núm.
11.11) con 16 (25.5%) casos y el margen en línea curva-recta (margen núm.11.10) con 6 (9.6%) casos. Las
variantes de margen línea ondulada (margen núm. 11.7), línea curva-cóncava (margen núm. 11.12), línea recta-
biangular (margen núm. 11.13) y línea curva-angular (margen núm. 11.14) fueron documentadas en 2 (3.2%)
casos cada una. Por último el margen línea recta-angular (margen núm. 11.15) fue documentado en 1 (1.6%) caso.
Borde: El borde en los gránulos de esta especie presenta una doble línea, siendo oscura la línea externa y clara la
línea interna (borde núm. 12.5). Este fue el caso para el 100% de los gránulos analizados.
185
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Araceae
Género- Especie: Xanthosoma sagittifolium (L.) Schott
Nombre común: Yautía de pana; Yautía blanca
Origen: noreste de Suramérica
Órgano estudiado: cormo
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 2 a) planta de X. sagittifolium (Yautía de pana), b) órgano, c) granos de almidón, nótese el hilum en algunos casos
(fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 12 formas de gránulos de almidón en esta especie y 3 de ellas son las que predominan en la
muestra. La forma truncada (forma núm. 1.4) fue documentada en 20 (31.7%) ocasiones, mientras que las formas
esférica (forma núm. 1.1) y pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10) ocurrieron en 11 (17.5%) ocasiones
respectivamente. Otras formas son la cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) y la cuadrangular agudo
convexo (forma núm. 1.9), registradas en 6 (9.5%) y 5 (7.9%) casos respectivamente. Las formas triangular recto-
186
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.6), triangular convexo-recto-convexo alargado (forma núm. 1.8.10) y
hexagonal obtuso recto (forma núm. 1.11) fueron registradas en 2 (3.2%) casos cada una. Por último, otras 4
formas fueron registradas en 1 (1.6%) ocasión respectivamente: oblanceolado (forma núm. 1.7), triangular agudo
convexo (forma núm. 1.8), trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1) y trasovado comprimido con extremo corto
(forma núm. 1.6.5).
Tamaño: Se registraron medidas para largo, ancho y diámetro en los diferentes gránulos de esta especie. Las
medidas de largo de los 52 (82.5% de 63) gránulos no esféricos oscilan entre 5 y 13µm y la media es 8µm. El
rango de medidas de largo más frecuente oscila entre 6 y 10µm. En cuanto al ancho de los mismos 52 gránulos,
las medidas oscilan entre 3 y 14µm y la media es 8µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es
entre 5 y 11µm. Por último, en los 11 restantes casos que son formas esféricas (17.5% de 63 casos), el rango
general de medidas oscila entre 6 y 11µm. La media es 8µm y el rango de mayor frecuencia oscila entre 6 y 9µm.
Hilum: Se documentó únicamente la variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) en 29 (46.1%) de los
63 casos.
Posición de hilum: En 27 (42.9%) de los 63 casos antes mencionados, el hilum fue documentado en posición
céntrica (posición núm. 3.1), mientras que los restantes 2 casos (3.2%) fueron documentados en posición
excéntrica (posición núm. 3.2).
Punto de flexión: La variante de punto de flexión documentada corresponde a la línea “F”, o punto de flexión en
línea para cuerpos esféricos (pto. flex. núm. 13.7), registrada en 1 caso (1.6% de 63).
Posición de punto de flexión: La posición del punto de flexión documentado es céntrica (posición núm. 3.1).
Cavidad: Se pudieron apreciar cavidades o fisuras que coinciden generalmente con la presencia de hilum en los
29 casos en que éste se registró. La cavidad más común es la forma circular (cavidad núm. 10.2), registrada en 29
(46.1%) de 63 casos. Por otra parte, la cavidad lineal (cavidad núm. 10.3) fue registrada en 1 (1.6%) caso,
exclusivamente donde se registró punto de flexión.
Laminado: No fue posible detectar alguna característica que pudiera estar relacionada con las capas de amilosa y
amilopectina que forman los gránulos. Ninguna de las variantes que aquí se utilizan pudo ser observada.
Tonalidad: La tonalidad de todos los gránulos analizados es gris claro en la parte externa e interna (tonalidad 5.5)
si se observan en un microscopio con luz blanca normal.
Estructura: En 62 (98.4%) casos analizados, los gránulos son estructuras simples a pesar de sus múltiples facetas.
En cambio sí fue posible documentar 1 caso (1.6%) en que múltiples gránulos constituyen una estructura
compuesta.
Margen: Se documentó esta variable en los 52 (82.5%) gránulos no esféricos de la muestra. En esta especie, 4
variantes fueron registradas siendo la más frecuente el margen en línea recta (margen núm. 11.9), registrado en 29
(46%) de los 63 casos. En orden de frecuencia sigue el margen en línea curva-convexo (margen núm. 11.11),
registrado en 17 (27%) casos; el margen en línea curva-cóncava (margen núm. 11.12) fue registrado en 4 (6.3%)
casos y por último el margen en línea curva-angular (margen núm. 11.14) se registró en 2 (3.2%) casos.
Borde: El borde en todos los gránulos de esta especie corresponde a lo que definimos como una línea oscura
sencilla (borde núm. 12.1) en la parte externa de los cuerpos.
187
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Araceae
Género- Especie: Xanthosoma undipes (C. Koch)
Nombre común: Yautía palma; Yautía silvestre
Origen: Desconocido (América tropical continental)
Órgano estudiado: cormo
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 3 a) planta de X. undipes, b) órganos, c) granos de almidón y “raphide” [oxalato de calcio](fotomicrografía con microscopio
Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 15 formas de gránulos de almidón en esta especie. La más frecuente es la forma esférica
(forma núm. 1.1) registrada en 13 (20.6%) casos. Otra forma frecuente es la forma pentagonal agudo recto (forma
núm. 1.10) registrada en 10 (15.9%) casos. La forma cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) fue
registrada en 9 (14.3%) casos. Otras 2 formas, la truncada (forma núm. 1.4) y la forma cuadrangular agudo
convexo (forma núm. 1.9) se registraron en 6 (9.5%) casos respectivamente. La forma ovalada (forma núm. 1.5) y
la forma pentagonal agudo convexo (forma núm. 1.10.2) se registran en 5 (7.9%) y 3 (4.8%) casos
188
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
respectivamente. Las formas menos comunes en X. undipes son la pentagonal agudo cóncavo (forma núm. 1.10.1),
la pentagonal obtuso convexo (forma núm. 1.10.6) y la trasovado triangular (forma núm. 1.6.2), que tuvieron poca
representatividad con 2 (3.2%) casos cada una. Se documentaron 5 formas adicionales pero las mismas son
infrecuentes en la muestra analizada. Estas son las formas triangular agudo convexo (forma núm. 1.8), triangular
obtuso convexo (forma núm. 1.8.1), cuadrangular obtuso convexo (forma núm. 1.9.2), triangular convexo-recto-
convexo alargado (forma núm. 1.8.10) y la trasovado comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5). Cada una
de estas formas se registró en 1 (1.6%) caso respectivamente.
Tamaño: Existen medidas para largo y acho de las formas irregulares y también para diámetro de las formas
esféricas. De las formas irregulares (49 [77.8%] de 63 casos), el largo de los gránulos oscila entre 3 y 7µm y la
media es 4µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 3 y 5µm. En cuanto al ancho de los 49
gránulos, las medidas oscilan entre 2 y 7µm y existe una media de 4µm. El rango más frecuente para el ancho de
los gránulos es entre 3 y 6µm. De los 14 casos de formas esféricas (22.2% de 63 casos) el rango general de
medidas oscila entre 2 y 10µm. La media es 4.5µm y el rango de mayor frecuencia oscila entre 3 y 6µm.
Hilum: De los 63 gránulos analizados sólo 11 (17.46%) presentaron la variante de hilum en forma de círculo
(hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: La posición de los hilum registrados fue en todos los casos céntrica (posición núm. 3.1).
Punto de flexión: La única variante de punto de flexión registrada es la línea para cuerpos esféricos (pto. flex.
núm. 13.7), observándose en 2 casos (3.2% de 63 casos).
Posición de punto de flexión: Los 2 casos en que fue registrada esta variable ocurrieron en posición céntrica
(posición núm. 3.1).
Cavidad: Se registraron 11 casos (17.5% de 63 casos) en los cuales se evidencia únicamente 2 variantes de
cavidad o fisura. Hubo 2 casos exclusivos de hilum en los que no existe ninguna fisura en el gránulo. La cavidad
en forma circular (cavidad núm. 10.2) fue la más frecuente, registrándose en 10 casos (15.9% de 63 casos)
mientras que la cavidad lineal “D” (cavidad núm. 10.15) fue registrada sólo en 1 (1.6%) de los 63 casos
analizados.
Laminado: Debido al tamaño de los gránulos de esta especie no fue posible detectar alguna característica que
pudiera estar relacionada con las capas de amilosa y amilopectina que conforman generalmente los gránulos.
Ninguna de las variantes que se utilizan en este estudio fue observada.
Tonalidad: La tonalidad de todos los granos analizados es clara en la parte interna y externa de los cuerpos
(tonalidad núm. 5.4) si se observan con microscopía de luz blanca normal.
Estructura: Todos gránulos observados son estructuras simples. A pesar de que se hizo un recorrido general en
todo el portaobjeto, no fue posible ver estructuras compuestas.
Margen: Los márgenes o facetas de presión en los gránulos de esta especie dan cuenta de la gran variedad de
formas que se registraron y de que son cuerpos que aparentemente pueden constituirse en estructuras compuestas.
Se pudieron documentar 5 tipos de márgenes en 44 (70.3%) gránulos irregulares, específicamente en los 4 tipos de
formas más comunes (véase variable forma arriba). La variantes más frecuentes son el margen en línea recta
(margen núm. 11.9) observado en 25 (39.7%) de 63 casos y el margen en línea curva-cóncavo (margen núm.
11.11), documentado en 13 (21%) casos. Otras variantes son el margen en línea curva-angular (margen núm.
11.14), línea curva-cóncava (margen núm. 11.12) y línea recta-biangular (margen núm. 11.13), registrados en 3
(4.8%), 2 (3.2%) y 1 (1.6%) caso respectivamente.
Borde: El borde o línea externa de los gránulos es en todos los casos (100%) una línea oscura sencilla (borde
núm. 12.1).
189
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Araceae
Género- Especie: Xanthosoma violaceum Schott
Nombre común: Yautía lila; Yautía guayamera; Yautía morada
Origen: Noreste de Suramérica
Órgano estudiado: cormo
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 4 a) planta de X. violaceum, b) órganos, c) granos de almidón, nótense algunos hilum en forma de círculo en algunos gránulos
(fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 13 formas de gránulos de almidón en esta especie aunque 2 de ellas son las que
predominan en la muestra. La forma truncada (forma núm. 1.4) fue documentada en 21 (33.3%) ocasiones y la
forma esférica (forma núm. 1.1) en 19 (30.2%). Otras formas registradas son la trasovado comprimido-extremo
corto (forma núm. 1.6.5), triangular recto-recto-recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.6), cuadrangular
obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3), pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10) y hexagonal agudo recto (forma
núm. 1.11), registradas en 5 (7.9%), 4 (6.3%), 3 (4.8%), 3 (4.8%) y 2 (3.2%) casos respectivamente. Las formas
oblanceolado (forma núm. 1.7), pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3), trasovado comprimido (forma núm.
1.6.1), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11), triangular convexo-recto-convexo
comprimido (forma núm. 1.8.12) y la triangular convexo-convexo-convexo comprimido (forma núm. 1.8.13)
fueron registradas en 1 (1.6%) ocasión respectivamente.
190
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tamaño: Como en los otros casos de este género, se registraron medidas para largo, ancho y diámetro. Las
medidas de largo de los 44 (30.2% de 63) gránulos no esféricos oscilan entre 5 y 15µm y la media es 10µm. El
rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 5 y 13µm. En cuanto al ancho de los mismos 44 gránulos,
las medidas oscilan entre 5 y 15µm y la media es de 10µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos
es entre 7 y 13µm. En los 19 casos de formas esféricas (30.2% de 63 casos) el rango general de medidas oscila
entre 7 y 15µm. La media es 13µm y el rango de mayor frecuencia oscila entre 10 y 15µm.
Hilum: Se documentó la variable de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) en 10 (15.9%) de los 63 casos
estudiados.
Posición de hilum: Entre los 63 gránulos analizados, la posición de 9 (14.3%) de los hilum fue céntrica (posición
núm. 3.1), mientras que 1 (1.6%) caso fue registrado en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Punto de flexión: Dos variantes de punto de flexión fueron documentadas en 1 ocasión (1.6% de 63 casos)
respectivamente: línea “C” y línea “F” (pto. flex. núm. 13.4 y 13.7).
Posición de punto de flexión: La posición del punto de flexión en ambas ocasiones fue céntrica (posición núm.
3.1).
Cavidad: Sólo 3 (4.8%) cavidades o fisuras fueron documentadas en los gránulos analizados. Dos de ellas (3.2%
de 63 casos) corresponden a la variante de cavidad en forma de círculo (cavidad núm. 10.2) y 1 (1.6%)
corresponde a la variante de cavidad lineal (cavidad núm. 10.3). Esta característica contrasta fuertemente con la
misma variable analizada en otra especie de este género (i.e., X. sagittifolium), donde se registraron diversas
variantes de cavidad en 54 (85.71%) de los 63 gránulos analizados.
Laminado: No fue posible detectar alguna característica que pudiera estar relacionada con las capas de amilosa y
amilopectina que forman los gránulos. Ninguna de las variantes que aquí se utilizan pudo ser observada.
Tonalidad: La tonalidad de todos los granos analizados es grisácea (tonalidad núm. 5.5).
Estructura: Todos gránulos observados son estructuras simples. No fue posible detectar estructuras compuestas
con todo y que se hizo un rastreo general en el portaobjeto analizado.
Margen: Se documentó esta variable en 44 (69.8%%) de los 63 gránulos analizados. De las 3 variantes
registradas, la más frecuente es el margen en línea recta (margen núm. 11.9), ocurriendo en 24 (38.2%) de 63
casos; sigue en orden de frecuencia el margen en línea curva-convexo (margen núm. 11.11), registrado en 13
(20.5%) casos y por último el margen en línea curva-angular (margen núm. 11.14), que fue registrado en 7
(11.1%) casos.
Borde: En lo que se registra como borde en los gránulos, una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1) los
caracteriza a todos (100%).
191
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Arecaceae
Género- Especie: Acrocomia media O.F. Cook
Nombre común: Palma de corozo
Órgano de la planta: frutos (semillas), capa aceitosa intermedia
Origen: Antillas
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
b)
a)
c) d)
Figura 5 a) Planta de A. media (corozo), b) frutos, c) gránulos de almidón y “raphides” (fotomicrografía con microscopio Olympus
CH30, aumento de 400, luz blanca; 10 unidades=25µm), d) Santos Pagán rompiendo el fruto con ecofactos: nótese la impregnación
de residuos de la “capa aceitosa intermedia” en ambos artefactos.
Forma: Existe mucha variabilidad en los gránulos de esta especie. En los 63 gránulos, 15 son las formas
registradas siendo la truncada (forma núm. 1.4) la de mayor frecuencia (21 casos=33.3%). Sigue la forma
pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10) con 8 casos (12.7%) registrados. Otras 2 formas, la ovalada (forma
núm. 1.5) y la cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3), se registraron en 7 casos (11.1%)
respectivamente. Por su parte, la forma trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1) ocurrió en 6 casos (9.5%). La
192
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
forma cuadrangular agudo convexo (forma núm. 1.9) fue registrada en 4 casos (6.3%) mientras que la forma
trasovado (forma núm. 1.6) ocurrió en 2 casos (3.2%). Otras 8 variantes de forma ocurrieron en un caso (1.6%)
respectivamente, estas son: triangular agudo convexo (forma núm. 1.8), cuadrangular obtuso convexo (forma
núm. 1.9.2), pentagonal agudo cóncavo (forma núm. 1.10.1), pentagonal agudo convexo (forma no 1.10.2),
triangular recto-recto-recto comprimido (forma núm. 1.8.6), triangular convexo-recto-convexo alargado (forma
núm. 1.8.10), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11) y trasovado comprimido con
extremo corto (forma núm. 1.6.5).
Tamaño: Los 63 gránulos analizados fueron formas poligonales u ovaladas, por lo que no fue posible registrar
medidas de diámetro aun cuando fuera de la muestra analizada se observaron bastantes gránulos esféricos. Las
medidas de largo de los 63 gránulos analizados oscilaron entre 3 y 9µm y la media es 5µm. El rango más
frecuente de medidas de largo es entre 4 y 6µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 3 y
8µm existiendo una media de 5µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 4 y 6µm.
Punto de flexión: Debido a que la variable “punto de flexión” no había sido construida cuando se hizo el análisis
de estos gránulos, no fueron documentadas las variantes que sí fueron observadas en su momento.
Cavidad: No fue posible detectar esta variable en ninguno de los casos analizados.
Laminado: No fue posible detectar esta variable en ninguno de los casos analizados.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos claros (tonalidad núm. 5.4). Esta característica es
apreciable como se ha registrado aquí si los gránulos se observan en microscopios ópticos con luz blanca normal.
Estructura: Todos los gránulos analizados son estructuras simples aunque de formas mayoritariamente
poligonales. Esto quiere decir que posiblemente varios gránulos pueden constituir una estructura compuesta. Sin
embargo, en la muestra analizada no fue detectada ninguna estructura compuesta y tampoco fue posible divisarlas
en otras secciones de la portaobjeto.
Margen: De los 63 gránulos analizados, 56 (88.9%) mostraron algún tipo de variante de margen. Los restantes 7
(11.1%) fueron cuerpos ovalados (regulares), por lo que no documentamos las características de sus márgenes. La
variante línea recta (margen núm. 11.9) fue registrada en la mayoría de los gránulos (30 casos=47.6% de 63
casos). Otra variante documentada con la mitad de la proporción de la primera variante, fue el margen en línea
curva-convexa (margen núm. 11.11), registrada en 15 (23.8%) de los 63 casos. La tercera variante, en orden de
ocurrencia, es la línea curva-angular (margen núm. 11.14), documentada en 7 (11.1%) de los 63 casos. Por último,
las dos variantes documentadas de menor proyección en la muestra analizada son: línea curva-cóncava (margen
núm. 11.12) y línea recta-angular (margen núm. 11.15) con 2 casos documentados (3.2% de 63) cada una.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una línea externa oscura (borde núm.
12.1).
193
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Basellaceae
Género- Especie: Anredera vesicaria (Lam.) C.F. Gaertn.
Nombre común: Suelda con suelda
Origen: América tropical
Órgano estudiado: raíces
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 6 a) Planta trepadora A. vesicaria, b) raíces, c) almidones con luz blanca y d) con polarización y campo oscuro
(fotomicrografías c y d con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: La forma trasovada obtusa (forma núm. 1.6.6) es la más frecuente en esta especie, ocurriendo en 34
(54%) de los 63 casos. Sigue en orden de ocurrencia la forma ovalada (forma núm. 1.5), documentada en 11
(17.5%) de casos. La forma ovalada “oruga” (forma núm. 1.5.3) se documentó en 5 (7.9%) casos y la forma
oblanceolado doble (forma núm. 1.7.3) en otros 4 (6.3%). Por su parte, las formas elíptica (forma núm. 1.2) y
esférica (forma núm. 1.1) fueron documentadas en 3 (4.8%) y 2 (3.2%) ocasiones respectivamente. Otras cuatro
formas fueron documentadas en 1 caso (1.6%) cada una: cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3);
ovalado “riñón” (forma núm. 1.5.2); triangular convexo/ondulado, convexo, convexo/ondulado alargado (forma
núm. 1.8.14) y ovalado irregular “cemí” (forma núm. 1.5.5).
Tamaño: En esta planta se documentaron el largo, ancho y diámetro. En los cuerpos no esféricos el rango general
de medidas osciló entre 15 y 70µm y la media es 35µm. El rango más frecuente en cuanto al largo de estos
gránulos es entre 21 y 49µm. Asimismo, las medidas de ancho para los gránulos analizados son entre 10 y 40µm,
y la media es 20µm. El rango más frecuente de ancho ocurre entre 13 y 27µm. El rango general de diámetro para
194
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
los cuerpos esféricos documentados oscila entre 8 y 15µm, siendo la media 11.5µm. El rango más frecuente de
diámetro para los cuerpos esféricos oscila entre 6 y 16µm.
Hilum: El hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) pudo ser documentado en 14 (22.2%) de los 63 casos
analizados.
Posición de hilum: Los 14 casos (22.2%) antes mencionados de hilum en forma de punto fueron documentados
en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Tres variantes de cavidad o fisura fueron documentadas en 6 (9.6%) de 63 casos analizados. De ellos, la
variante lineal C (cavidad núm. 10.14) ocurrió en 3 (4.8% de 63) ocasiones, la variante lineal A (cavidad núm.
10.3) en 2 (3.2% de 63) y la variante lineal D (cavidad núm. 10.15) en 1 (1.6% de 63) ocasión.
Laminado: La única variante de laminado documentada es la de anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3)
documentada en 13 (20.6%) de los 63 casos. Los restantes 50 gránulos (79.4%) no reflejaron ninguna de las
variantes utilizadas.
Tonalidad: La tonalidad de la totalidad de los gránulos es clara en la parte interna y externa (tonalidad 5.4).
Estructura: 61 (96.8%) de los 63 gránulos son estructuras simples o individuales. Los otros 2 (3.2%) casos son
estructuras compuestas por más de un gránulo.
Margen: Fueron documentadas 3 variantes en 61 de 63 gránulos analizados. La más frecuente es la línea curva
(margen núm. 11.11), documentada en 52 (82.5%) de los casos, principalmente en la mayoría de formas, excepto
las esféricas. Prosigue la variante línea ondulada (margen núm. 11.7), documentada en 8 (12.7%) ocasiones. Por
último, la variante línea recta-angular (margen núm. 11.15) fue documentada en 1 (1.6%) ocasión.
Borde: El borde en todos los casos analizados es una doble línea: oscura en la parte externa y clara en la interna
(borde núm. 12.5).
195
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Bixaceae
Género- Especie: Bixa orellana L.
Nombre común: Achiote; bija
Origen: América tropical continental
Órgano estudiado: semillas
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 7 a) Planta y frutos de B. orellana, b) semillas y, c y d) almidones simple y compuesto, respectivamente (fotomicrografía con
microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: La forma más frecuente para los almidones de B. orellana es la ovalada (forma núm. 1.5=34.9% [22
casos]) y sigue en orden de frecuencia la forma elíptica (forma núm. 1.2=27% [17 casos]). Otra forma bastante
representada en la muestra es la esférica (forma 1.1=25.4% [16 casos]). Se registraron otras formas poco
frecuentes como la ovalado doble (forma núm. 1.5.1=4.8% [3 casos]), la oblanceolado doble (forma núm.
1.7.3=3.2% [2 casos]), la truncada (forma núm. 1.4=1.6% [1 caso]), la trasovado (forma núm. 1.6 [1 caso]) y la
triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1=1.6% [1 caso]).
Tamaño: El largo de los gránulos no esféricos oscila entre 10 y 40µm; la media es 18µm. El rango más frecuente
para las medidas de largo es entre 10 y 23µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 5 y
20µm existiendo una media de 13µm. El rango más frecuente de medidas de ancho en estos gránulos oscila entre
196
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
8 y 15µm. El diámetro de los gránulos esféricos oscila entre 4 y 15µm y la media es de 10µm. El rango más
frecuente para esta variable es entre 8 y 13µm.
Hilum: Sólo en 10 (15.9%) de los 63 gránulos analizados fue posible observar el hilum. La única variante
registrada fue la forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: De los 10 casos registrados, 7 (11.1% de 63) se proyectaron en el centro del gránulo (posición
núm. 3.1), mientras que los restantes 3 (4.8%) fueron registrados en los extremos de los gránulos (posición núm.
3.2).
Cavidad: Esta variable fue documentada en 41 de 63 casos (65.1%). El tipo de cavidad o fisura más
representativa en los 41 gránulos fue la “lineal B” (cavidad núm. 10.13), observada en 28 (44.4%) de 63 casos. En
la mayoría de los casos son fisuras que se proyectaron a manera de 2 líneas paralelas con ligeras curvaturas, pero
que nunca hacen contacto entre ellas. Otra característica diferencial dentro de esta variante es: 2 líneas paralelas,
las cuales hacen contacto una con la otra, de forma más parecida a la ilustración de esta variante. En el caso de la
variante “lineal B”, la constante dentro de las distintas proyecciones va a ser siempre la doble línea que en la
mayoría de los casos son paralelas y en otros casos, de mucha menor frecuencia, hacen contacto en algún punto.
Otras variantes documentadas aunque representadas en muchos menos casos son: cavidad “lineal A” (cavidad
núm. 10.3=9.6% [6 casos]); cavidad asimétrica o radial (cavidad núm. 10.11=7.9% [5 casos]); y las cavidades en
forma de “Y” (cavidad núm. 10.8) y en forma de estrella (cavidad núm. 10.10) registradas en 1 caso (1.6%)
respectivamente.
Laminado: Fue posible documentar esta variable en sólo 1 (1.6%) de los 63 gránulos analizados. La variante
documentada corresponde a la de anillos concéntricos “B” (laminado núm. 4.3) donde se presentan los anillos de
crecimiento paralelos al ápice de los cuerpos.
Tonalidad: Los 63 gránulos analizados (100%) poseen tonalidades claras en la parte externa e interna de los
cuerpos (tonalidad núm. 5.4).
Estructura: La gran mayoría de los almidones analizados son estructuras simples o individuales (93.7%=59
casos). Los restantes 4 almidones (6.3%) son estructuras compuestas por más de un gránulo.
Margen: La totalidad de los almidones analizados poseen márgenes o facetas de presión que corresponden con la
variante “línea ondulada suave” (margen núm. 11.7).
Borde: Dos variantes de borde fueron registradas. La más representativa en la muestra analizada es la línea
externa clara e interna oscura (borde núm. 12.6), documentada en 59 ocasiones (93.7%). La otra variante
corresponde a la línea externa oscura e interna clara (borde núm. 12.5), documentada en 4 ocasiones (6.3%).
197
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Cannaceae
Género- Especie: Canna indica L.
Nombre común: Gruya
Origen: Suramérica
Órgano estudiado: rizoma
Análisis con microscopio Olympus CH30, contraste de fase (40) y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 8 a) plantas de C. indica, b) órganos, c) gránulos de almidón con luz blanca, nótese el laminado; d) los mismos gránulos con luz
polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Casi todas las formas registradas para los gránulos de esta especie son del tipo trasovado pero con
distintas variantes. La excepción fue la forma oblanceolada (forma muy parecida al trasovado), que fue registrada
en muy pocos casos. Los gránulos de almidón de la especie C. indica son en su mayoría de forma trasovado
comprimido (forma no 1.6.1=31.7% [20 casos]). Esta forma, aunque se define como comprimida, no significa que
el gránulo sea de diminutas dimensiones. Se refiere a la relación que se percibe entre el ancho del cuerpo y la
mínima proyección del ápice hacia el exterior (a diferencia de la tradicional forma trasovado), que por lo general
forma un ángulo menor a los 90 grados. La segunda forma de mayor frecuencia fue la trasovado comprimido con
extremo corto (forma núm. 1.6.5=25.4% [16 casos]), siendo esta una forma muy parecida a la descrita
anteriormente, pero en la cual la proyección del ápice se percibe como una línea ondulada que produce ángulos de
más de 90 grados. Otra forma característica de esta especie es la trasovado comprimido inclinado derecho (forma
núm. 1.6.4=20.6% [13 casos]), donde la diferencia con relación a la forma trasovado comprimido se refleja en la
inclinación del ápice hacia el lado derecho. Se registraron además 5 casos de la forma trasovado comprimido
inclinado izquierdo (forma núm. 1.6.3=7.9%) y otros 5 casos de la tradicional forma trasovado (forma núm.
1.6=7.9%). La forma de menor proyección en esta especie es la oblanceolada (forma núm. 1.7) con una frecuencia
de 4 casos para un 6.3%. Asimismo, fuera de la muestra de gránulos analizados pudimos observar formas tanto
elípticas (forma núm. 1.2) como ovaladas (forma núm. 1.5), sin embargo, ninguna de estas formas estuvo presente
en los gránulos seleccionados al azar.
198
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tamaño: El largo de los gránulos oscila entre 28 y 88µm y la media es 48µm. El rango más frecuente para las
medidas de largo está entre las 35 y 65µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 15 y
60µm existiendo una media de 33µm. El rango más frecuente de medidas de ancho en estos gránulos oscila entre
25 y 45µm.
Hilum: No fue observada esta variable en ninguno de los casos analizados al utilizarse luz blanca.
Punto de flexión: No fue observada esta variable en ninguno de los casos analizados.
Cavidad: Con microscopios de luz blanca y sin polarizador no se observan cavidades en los gránulos, sin
embargo en microscopios de luz polarizada la gran mayoría de los gránulos presentan una pequeña fisura lineal
(cavidad núm. 10.3) en el extremo angosto de los cuerpos.
Laminado: El 100% de los gránulos analizados presentó anillos de crecimiento concéntricos paralelos al ápice de
los cuerpos (laminado núm. 4.3).
Tonalidad: Debido a que estos gránulos fueron analizados con contraste de fases, no se consideró esta variable.
Sin embargo, previamente se realizó un rastreo de gránulos con un microscopio óptico de luz blanca normal en
donde se evidenció la tonalidad “externo e interno claro” (tonalidad núm. 5.4) de manera uniforme.
Margen: Esta variable fue utilizada en el análisis del órgano en referencia con propósitos distintos para lo que fue
creada. En este caso, y debido a que los gránulos analizados son estructuras simples que por lo tanto carecen de
múltiples facetas, se utilizaron las variantes para registrar las formas de ápice presentes en los gránulos. Como
resultado pudimos observar que los gránulos que presentan la forma trasovado comprimida, la más común en esta
especie, proyectan casi siempre ángulos > a 90 grados en el ápice (i.e., 43 casos [68.3%]) y la forma trasovado
comprimido “extremo corto” proyecta por lo general ángulos < a 90 grados en el ápice (i.e., 22% [14 casos]). Otra
proyección que pudimos obtener de la aplicación de esta variable fue que los gránulos trasovados comprimidos
“inclinación derecha” evidencian, en la gran mayoría de los casos, ápices con ángulos > a 90 grados (i.e., 12.7%
[8 casos]).
Borde: Las líneas externas que delimitan a cada uno de los cuerpos correspondieron en el 100% de los casos a la
variante “línea externa oscura, línea interna clara” (borde núm.12.5).
199
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Cannaceae
Género- Especie: Canna sylvestris Rose.
Nombre común: maraca roja
Origen: Las Antillas/Panamá
Órgano estudiado: rizoma
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 9 a) Detalle de hojas e inflorescencia de C. sylvestris; b) rizomas; c) gránulos de almidón con luz blanca, nótese el laminado y
las grandes dimensiones de los gránulos; d) los mismos gránulos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con
microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron 12 las formas registradas en el conjunto de gránulos analizados. De ellas, las formas trasovado
triangular (forma núm. 1.6.2) y trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7) son las de mayor frecuencia,
ocurriendo en 17 (27%) de 63 casos cada una. Sigue en orden descendente de frecuencia la forma ovalada (forma
núm. 1.5), con 9 (14.3%) casos registrados y luego la elíptica (forma núm. 1.2), documentada en 7 (11.1%) casos.
Otra forma menos recurrente es la oblanceolado (forma núm. 1.7), registrada en 3 (4.8%) casos, mientras que 3
formas se documentaron en 2 (3.2%) casos cada una: oblongo (forma núm. 1.3), trasovado comprimido (forma
núm. 1.6.1) y triangular recto-convexo-convexo comprimido (forma núm. 1.8.7). Las de formas de gránulos de
menor frecuencia en la muestra analizada fueron 4, registrándose cada una en 1 (1.6%) ocasión: trasovado
comprimido con inclinación del ápice a la izquierda (forma núm. 1.6.3), trasovado comprimido con extremo
(ápice) corto (forma núm. 1.6.5), ovalado irregular “cemí” (forma núm. 1.5.5) y trasovado obtuso (forma núm.
1.6.6).
200
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tamaño: El rango general para el largo de los gránulos analizados es entre 25 y 110µm, siendo 68µm la media. El
rango más frecuente en cuanto al largo ocurre entre 52 y 84µm. Asimismo, el rango de ancho de los mismos
gránulos oscila entre 13 y 63µm, siendo 44µm la media. El rango de mayor frecuencia en el ancho de los gránulos
oscila entre 33 y 55µm.
Hilum: Fue posible observar el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) sólo en 9 (14.3%) de los 63 gránulos
analizados.
Posición de hilum: Los casos de hilum documentados (9 o 14.3%), ocurrieron en posición excéntrica (posición
núm. 3.2).
Laminado: Todos los gránulos (63 o 100%) cuentan con laminado, específicamente con el patrón de anillos
concéntricos B (laminado núm. 4.3).
Tonalidad: La totalidad de los gránulos (63 0 100%) cuentan con un tono claro en la parte interna y externa
(tonalidad núm. 5.4).
Estructura: Todos los gránulos observados (63 o 100%) son estructuras simples o individuales.
Margen: Al igual que en el caso de C. indica, esta variable y sus variantes fueron utilizadas aquí para caracterizar
uno de los extremos de los gránulos (generalmente lo que llamamos ápice o extremo más angosto) y no otras
características. Cuando las formas fueron regulares, es decir sin alteraciones que divergen de la clave utilizada
(e.g., formas ovaladas, elípticas, etc.) no se documentó nada. Por lo tanto, las caracterizaciones hechas
corresponde a 50 (79.4%) de los 63 casos observados. El ápice de mayor representatividad en los almidones
analizados es la línea curva-angular (margen núm. 11.14), registrado en 32 (50.8%) de los 63 casos. Siguen en
orden descendente el margen línea ondulada suave (margen núm. 11.7), con una ocurrencia de 13 (20.6%) casos.
Otras 2 variantes ocurrieron en 2 (3.2%) casos cada una: línea curva-convexa (margen núm. 11.11) y línea recta-
angular (margen núm. 11.15).
Borde: Las líneas externas que delimitan a cada uno de los cuerpos correspondieron en el 100% de los casos (63)
a la variante “línea externa oscura, línea interna clara” (borde núm.12.5).
Observaciones: Se observaron gránulos trasovados triangular (forma núm. 1.5.2) de entre 110 y 125 m de largo
fuera de la muestra analizada.
201
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Convolvulaceae
Género- Especie: Ipomoea batatas (L.) Lam.
Nombre común: Batata; boniato; camote
Origen: noreste de Suramérica
Órgano estudiado: raíz tuberosa
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
Figura 10 a) órganos de I. batatas, b) granos de almidón (fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz
blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 13 formas en los cuerpos de estos gránulos. La variabilidad parece responder a que estos
granos pueden constituirse en estructuras compuestas, es decir, varios granos pueden conformar un sólo cuerpo
por lo que existen varias facetas de presión en un mismo gránulo. Los gránulos de almidón de la especie I. batatas
son mayormente esféricos (forma núm. 1.1=41.3% [26 casos]). Sigue en orden de frecuencia la forma
cuadrangular obtuso convexo (forma núm. 1.9.2=15.9% [10 casos]. Otra forma característica de esta especie es la
truncada (forma núm. 1.4=12.7% [12 casos]). Las otras formas registradas son poco frecuentes. Entre ellas se
registró la forma pentagonal agudo convexo (forma 1.10.2=6.3% [4 casos], la forma pentagonal agudo recto
(forma núm. 1.10=4.8% [3 casos]) y la forma triangular convexo-convexo-convexo comprimido (forma núm.
1.8.13=4.8% [3 casos]). Las formas cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) y triangular convexo-
convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11) se registraron en 2 ocasiones (3.2%) respectivamente. Por último,
las formas ovalado (forma núm. 1.5), pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3), trasovado comprimido (forma
núm. 1.6.1), triangular recto-recto-convexo comprimido (forma 1.8.6) y trasovado comprimido de extremo corto
(forma núm. 1.6.5) se registraron en 1 ocasión (1.6%) cada una.
Tamaño: Hubo 37 gránulos (58.7% de 63 casos) en los que se registraron medidas de largo. El rango general de
estas medidas oscila entre 5 y 40µm y la media es 18µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre
13 y 25µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 6 y 38µm, existiendo una media de
20µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 15 y 28µm. Las medidas de diámetro de los
26 (41.3%) gránulos esféricos oscilan entre 5 y 35µm. La media en este renglón es 21.5µm y el rango más
frecuente es entre 15 y 28µm.
Hilum: De 63 casos analizados, el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue registrado en 10 casos (15.87%
de 63 casos).
202
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Posición de hilum: En todos los casos registrados de hilum, se documentó la posición céntrica (posición núm.
3.1).
Punto de flexión: Hubo 9 tipos de variante de puntos de flexión en 50 gránulos (79.6%), siendo la más frecuente
la línea en “Y” (pto. flex. núm. 13.4), que se registró en 13 (20.7%) de 63 casos. El punto de flexión en forma de
cruz (pto. flex. núm. 13.1) fue registrado en 8 (12.7%) de 63 casos. También los puntos de flexión en línea para
formas esféricas (pto. flex. núm. 13.7) y en líneas radiales (pto. flex. núm. 13.12) se registraron en 7 ocasiones
respectivamente (11.1% de 63 casos para cada tipo). El punto de flexión en línea para formas alargadas (pto. flex.
núm. 13.2) fue registrado en 6 (9.6%) de 63 casos. La variante en forma de “T” (pto. flex. núm. 13.6) tuvo una
frecuencia de 5 (8%) de 63 casos, mientras que la variante en línea “G” (pto. flex. núm. 13.10) fue registrada en 2
(3.2%) de 63 casos. Los tipos de punto de flexión en línea “B” (pto. flex. núm. 13.3) para formas alargadas y en
línea “D” (pto. flex. núm. 13.5) se registraron en 1 ocasión respectivamente (1.6% de 63 casos para cada tipo).
Posición de punto de flexión: La posición céntrica (posición núm. 3.1) fue la más frecuente ocurriendo en 42
(66.6%) de 63 casos, mientras que la variante excéntrica (posición núm. 3.2) fue registrada en 8 (13%) de 63
casos.
Cavidad: Esta variable fue registrada en 58 (92.4%) de los 63 casos estudiados. Están representadas 9 variantes y
la más frecuente es la cavidad o fisura en forma de “Y” (cavidad núm. 10.8), que ocurre en 15 (23.9%) de 63
casos. Otros 2 tipos de cavidad se registran en 8 ocasiones (12.7% de 63 casos respectivamente); estas variantes
son: la cavidad circular (cavidad núm. 10.2) y la cavidad lineal “D” (cavidad núm. 10.15). Asimismo la cavidad
en forma de cruz (cavidad núm. 10.12) tuvo una ocurrencia de 7 (11.1%) en 63 casos y la cavidad asimétrica
(cavidad núm. 10.11) tuvo una ocurrencia de 6 (9.6%) en 63 casos. La variante en forma de “T” (cavidad núm.
10.9) se registró en 5 (8%) de 63 casos y la variante en línea “B” (cavidad núm. 10.13) fue registrada en 4 casos
analizados (6.4% de 63 casos). Por último, las variantes en línea “A” (cavidad núm. 10.3) y en forma de “estrella”
(cavidad núm. 10.10) fueron registradas en 3 y 2 casos respectivamente (4.8% y 3.2%).
Laminado: Se pudo evidenciar la presencia de laminado o capas de amilosa y amilopectina en 17 (27%) de los 63
casos analizados. En todas las ocasiones se registró la variante de círculos simétricos (laminado núm. 4.5),
principalmente en cuerpos esféricos y truncados. Esta tendencia se observa también en la especie I. cf. repanda.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos claros y márgenes externos oscuros (tonalidad núm. 5.1) si
se observan en microscopios con luz blanca normal.
Estructura: Los gránulos de esta planta poseen estructuras simples y compuestas. Sin embargo la gran mayoría
de los cuerpos analizados (62 de 63 casos=98.4%) fueron estructuras simples. Un sólo cuerpo estuvo compuesto
por varios gránulos (1 de 63 casos=1.6%).
Margen: Fueron registradas 3 variantes de margen en 37 casos (58.7% de 63 casos). La más frecuente de las
variantes fue la “faceta de presión” línea curva-convexa (margen núm. 11.11) que tuvo una frecuencia de 28 casos
(44.4% de 63 casos). Otra variante que significativamente se registró en menos ocasiones fue la línea recta
(margen núm. 11.9), que tuvo una frecuencia de 7 casos (11.1% de 63 casos). Por último, la variante en línea
curva-cóncava (margen núm. 11.12) fue registrada en 2 casos (3.2% de 63 casos).
Borde: En el 100% de los casos analizados se evidenció en los gránulos una línea externa oscura y otra interna
clara (borde núm. 12.5).
203
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Convolvulaceae
Género- Especie: Ipomoea cf. repanda Jacq.
Nombre común: Batatilla
Origen: América tropical
Órgano de la planta: raíz tuberosa
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 11 a) Granos de almidón de I. cf. repanda (fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca
normal; 10 unidades=25µm), b) granos de almidón con luz polarizada (fotomicrografía con luz sin ángulo específico tomada con
Microscopio Olympus PME 3 y objetivo de 20x). Nótese las fisuras en los cuerpos esféricos y la llamada “cruz de extinción” (líneas
oscuras que forman una cruz) que se cruzan sobre la fisura, c) granos de almidón con cavidades variadas y anillos de crecimiento en
el gránulo superior (fotomicrografía con Microscopio Olympus CH30 y luz blanca normal, la barra equivale 20µm).
Forma: En los gránulos de almidón de I. cf. repanda se registraron 9 formas diferentes. Las más comunes o
frecuentes son las formas esféricas y truncadas (formas núm. 1.1 y 1.4), que se documentaron en 19 (30.2%) de 63
casos cada una. El conjunto de estas dos formas suman un total de 38 (60.4%) de los 63 gránulos analizados. En
orden de frecuencia otras 2 formas son importantes. Estas son la forma cuadrangular agudo convexo (forma núm.
1.9) y la forma triangular recto-convexo-convexo comprimido (forma núm. 1.8.7), siendo ambas documentadas en
7 (11.1%) de 63 casos cada una. Otro par de formas fueron documentadas en igual cantidad de casos. La forma
triangular agudo convexo (forma núm. 1.8) y la forma pentagonal agudo convexo (forma núm. 1.10.2) fueron
registradas en 3 casos (4.8%) respectivamente. Las formas pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10) y
cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) fueron registradas en 2 (3.2%) casos cada una mientras que la
forma triangular convexo-convexo-convexo comprimida (forma núm. 1.8.13) fue registrada en 1 (1.6%) ocasión.
204
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tamaño: Se documentaron medidas de largo y ancho en 44 (69.8%) de los 63 casos analizados. En cuanto a
medidas de largo el rango general de los gránulos oscila entre 8 y 33µm y la media es 18µm. El rango más
frecuente de medidas de largo oscila entre 12 y 24µm. Por otro lado, en cuanto al ancho de los cuerpos, las
medidas oscilan entre 6 y 35µm y la media es de 18µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es
entre 13 y 23µm. Las medidas de diámetro de los 19 (30.2%) gránulos esféricos oscilan entre 4 y 30µm. La media
en este renglón es de 18µm y el rango más frecuente es entre 12 y 25µm.
Hilum: La variante en forma de círculo (hilum núm. 2.1) se observó en 8 (12.7%) de los 63 gránulos estudiados.
Posición de hilum: Todos los hilum registrados ocurrieron en posición céntrica (posición núm. 3.1).
Punto de flexión: Esta variable se documentó en 48 (76.2%) de los 63 casos analizados. La variante de punto de
flexión más frecuente es la de líneas radiales (pto. flex. núm. 13.12) que se registra en 10 (15.9%) de 63 casos.
Sigue en orden de frecuencia el punto de flexión en forma de “Y” (pto. flex. núm. 13.4), registrándose en 9
(14.3%) de 63 casos, mientras que las variantes en forma de cruz (pto. flex. núm. 13.1) y en línea “D” (pto. flex.
núm. 13.5) se registran en 6 (9.5%) de 63 casos respectivamente. Asimismo el punto de flexión en línea “A” (pto.
flex. núm. 13.2) y la variante en forma de “T” (pto. flex. núm. 13.6) ocurren en 5 (7.9%) casos cada una. Por otro
lado, la variante en línea “B” (pto. flex. núm. 13.3) se registra en 3 (4.8%) de 63 casos. Por último, las variantes
de punto de flexión en línea para cuerpos esféricos (pto. flex. núm. 13.7) y en línea irregular (pto. flex. núm.
13.10) se registran en 2 (3.2%) casos respectivamente.
Posición de punto de flexión: 40 (83.33%) de las variantes de punto de flexión ocurrieron en el centro de los
gránulos (posición núm. 3.1), mientras que los 8 (16.67%) restantes casos ocurrieron en posiciones excéntricas
(posición núm. 3.2) de los gránulos.
Cavidad: Esta variable fue registrada en 61 (96.8%) de los 63 casos. Esto se debe principalmente a que hubo
casos en los que no se registró ningún hilum o punto de flexión, pero sí existía algún tipo de cavidad o fisura. La
cavidad más frecuente en los gránulos es la variante en forma de “Y” (cavidad núm. 10.8) ocurriendo en 15
(23.8%) de los 63 casos. Otras 3 variantes ocurrieron en igual cantidad de ocasiones; estas son la variante en línea
irregular (cavidad núm. 10.14), la lineal “D” (cavidad núm. 10.15) y la variante en forma de cruz (cavidad núm.
10.12), registradas en 7 (11.1%) casos respectivamente. Asimismo otras 2 variantes se registraron en igual
cantidad de casos; la variante en forma de “T” (cavidad núm. 10.9) y la variante en forma de estrella (cavidad
núm. 10.10) ocurrieron en 6 (9.5%) casos respectivamente. Prosigue en orden de frecuencia la variante en forma
asimétrica (cavidad núm. 10.11), registrada en 5 (7.9%) casos y la variante lineal “B” (cavidad núm. 10.13),
registrada en 4 (6.3%) casos. Por último, las variantes circular (cavidad núm. 10.2), lineal “A” (cavidad núm.
10.3), triangular (cavidad núm. 10.4) y hexagonal (cavidad núm. 10.7), se registraron en 1 (1.6%) caso
respectivamente.
Laminado: En algunos casos fue posible divisar las capas que conforman el laminado de estos cuerpos. De 63
gránulos analizados sólo se pudo detectar esta característica en 11 cuerpos grandes (17.5%) de formas esféricas o
truncadas. En todos estos casos la variante registrada fue el laminado de círculos simétricos (laminado núm. 4.5).
Se señala que la misma relación entre forma y laminado ha sido documentada para I. batatas y Z. amblyphyllidia.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos claros (tonalidad núm.5.4) si se observan en
microscopios con luz blanca normal, y esto, distinto a los gránulos de la especie I. batatas en los cuales se registró
una tonalidad distinta a pesar que fueron observados bajo las mismas condiciones y con el mismo equipo.
Estructura: Todos los gránulos de la muestra analizada son estructuras simples (individuales). Sin embargo en
otras secciones del portaobjeto que no fueron parte de la muestra se pudieron observar cuerpos compuestos por
varios gránulos individuales con relativa frecuencia.
Margen: Esta variable y las respectivas variantes fueron documentadas en 44 (69.8%) de los 63 casos, en
gránulos que no fueron esféricos. La variante más frecuente es la línea curva- convexa (margen núm. 11.11) y fue
registrada en 34 (54%) ocasiones. Otra de las variantes documentadas fue la línea recta (margen núm. 11.9) con
una ocurrencia de 8 (12.7%) de 63 casos. Las 2 variantes con menor proyección fueron la línea curva-cóncava
(margen 11.12) y la línea curva-angular (margen 11.14), documentadas en 1 (1.6%) caso respectivamente.
205
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Borde: Dos tipos de proyecciones fueron documentadas para las líneas que delimitan externamente los cuerpos de
los gránulos. En este caso se pudo registrar 47 gránulos (74.6% de 63 casos) que se caracterizaron por estar
delimitados por una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1). Otros 16 casos (25.4%) fueron gránulos que
reflejaron una doble línea, oscura la externa y clara la interna (borde núm. 12.5). Estas características se pueden
deber a la ubicación de los cuerpos analizados con respecto a los vidrios de la portaobjeto, que posiblemente
puede provocar una proyección distinta de esta característica dependiendo de la posición de los gránulos y la luz
que se refleja en ellos.
206
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea alata L.
Nombre común: Ñame de monte, ñame gulembo
Origen: posiblemente sur de Asia
Órgano estudiado: raíz tuberosa subterránea
Análisis con microscopio Zeiss, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 12 a) planta de D. alata, b) órganos, c) granos de almidón (fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400,
luz blanca normal; 10 unidades=25µm), d) granos de almidón con luz polarizada (fotomicrografía con microscopio Olympus PT-3LIT,
aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Los gránulos de almidón de la especie D. alata son principalmente de forma triangular alargada con un
lado recto, base convexa y el otro lado convexo (forma núm. 1.8.3=36.5% [23 casos]). Esta forma en particular es
alargada ya que existe otra con similares características, pero es comprimida (por lo general, en esta especie en
particular, las dimensiones del cuerpo comprimido son la mitad de las de la forma alargada). Otras formas
comunes son la forma triangular alargada con un lado recto, base recta y el otro lado convexo (forma núm.
1.8.2=34.9% [22 casos]) y con menor frecuencia la forma triangular comprimida con un lado recto, base recta y el
otro lado convexo (forma núm. 1.8.6=12.7% [8 casos]). La forma triangular alargada con un lado convexo, base
recta y el otro lado convexo (forma núm. 1.8.10), que es típica de otras Dioscoreaceae (e.g. Dioscorea
nummularia, Dioscorea trifida), se registra en 5 (7.9%) de los gránulos analizados. Otras formas observadas con
menor frecuencia son la triangular alargada con un lado cóncavo, base recta y el otro lado convexo (forma núm.
1.8.4) que se registra en 2 (3.2%) casos, la forma trasovada (forma núm. 1.6) que se registra en 2 (3.2%) casos y la
forma ovalada (forma núm. 1.5) que se registra en 1 (1.6%) caso.
Tamaño: Los gránulos oscilan entre 16 y 60µm de largo y la media es 44µm. El rango más frecuente para largo es
entre 36 y 48µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 14 y 38µm existiendo una media
de 28µm. El rango más frecuente para el ancho de estos gránulos es entre 24 y 30µm.
207
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Hilum: Aunque no fue posible apreciar esta variable en los almidones de la muestra analizada, se entiende que
éstos poseen hilum excéntrico en el ápice del cuerpo.
Posición de hilum: No aplica. A juzgar por la cruz de extinción en estos gránulos, el hilum se encuentra en
posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Laminado: No fue posible apreciar el laminado en los gránulos analizados, aunque se entiende que la mayoría de
especies de la familia Dioscoreaceae poseen capas visibles de amilosa y amilopectina en la superficie que pueden
ser distinguibles con otro tipo de microscopios.
Tonalidad: Los gránulos poseen en su totalidad tonos internos y externos claros (cuasi translúcidos) (tonalidad
núm. 5.4). Esta característica es similar en otras especies de Dioscoreaceae, como D. rotundata.
Estructura: Prácticamente todos gránulos observados son estructuras simples. En ningún momento fue detectado
gránulo alguno que evidenciara estructuras compuestas, como parece ser el caso de D. esculenta (Loy et al. 1992:
Figura 5a).
Margen: Es necesario señalar que esta característica sólo se utiliza aquí para reflejar la forma de la línea que
constituye, en el primer y segundo caso, a uno de los lados de los cuerpos y en los otros casos para reflejar la línea
de la base de los cuerpos analizados. Los resultados observados NO indican que los cuerpos son de facetas
múltiples (estructuras individuales pertenecientes a cuerpos [gránulos] compuestos como es el caso del género
Xanthosoma). Se pudo apreciar 4 tipos de margen en los almidones analizados. En la mayoría de los casos, uno de
los lados del cuerpo se registró como una línea ondulada (margen núm. 11.7 con 26 casos de 63 o 46%), aunque la
media para esta variable fue la variante “línea recta” (margen núm. 11.9 con 28 casos de 63 o 44.4%). Otros casos
más esporádicos son el margen en “línea curva-convexa” (margen núm. 11.11 con 5 casos de 63 o 7.9%) y “línea
curva-cóncava” (margen núm. 11.12 con 1 caso de 63 o 1.6%).
Borde: El borde de la totalidad de los gránulos es una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1).
208
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea altissima Lam.
Nombre común: Ñame dunguey
Origen: posiblemente Brasil, trópicos bajos suramericanos
Órgano estudiado: tubérculo aéreo
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y polarizada; objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 13 a) Hojas y tallo espinoso de D. altissima; b) tallo espinoso y tubérculos aéreos; c) gránulos de almidón con luz blanca y d) los
mismos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10
unidades=25µm).
Forma: Documentamos 13 formas en los gránulos del tubérculo aéreo. Entre ellas la forma triangular obtuso corto
(forma núm. 1.8.26) se documentó en 17 (13.5%) ocasiones. Otras dos formas siguen en orden descendente de
frecuencia: triangular obtuso expandido (forma núm. 1.8.24) y triangular obtuso angosto (forma núm. 1.8.25),
documentadas ambas 11 (8.7%) veces respectivamente. Asimismo la forma triangular obtuso inclinado (forma
núm. 1.8.22) se registró en 6 (4.8%) ocasiones y las formas triangular convexo-recto-convexo alargado (forma
núm. 1.8.10) y oblongo angular (forma núm. 1.3.1) se documentaron en 4 (3.2%) ocasiones respectivamente. Por
su parte, la forma triangular obtuso con inclinación marcada (forma núm. 1.8.21) fue documentada en 3 (2.4%)
casos, mientras que la forma triangular obtuso con el ápice ligeramente inclinado (forma núm. 1.8.30) fue
registrada en 2 (1.6%) ocasiones. Las siguientes cinco formas se documentaron en una ocasión (0.8%)
respectivamente: trasovado (forma núm. 1.6), triangular incompleto (forma núm. 1.8.27), triangular obtuso en
209
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
forma de güiro (forma núm. 1.8.29), triangular dos aguas (forma núm. 1.8.31) y triangular obtuso flexible (forma
núm. 1.8.32).
Tamaño: Los gránulos oscilan entre 15 y 75µm de largo y la media es 38µm. El rango más frecuente para largo es
entre 25 y 51µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 10 y 65µm existiendo una media
de 35µm. El rango más frecuente para el ancho de estos gránulos es entre 23 y 47µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue documentada en 7 (11.11%) de los 63
casos analizados.
Posición de hilum: Los 7 (11.11%) casos documentados ocurrieron en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Registramos 5 variantes de cavidad en 42 (66.7%) de los 63 casos analizados. De ellas la más frecuente
es la lineal D (cavidad núm. 10.18), documentada en 21 (33.3%) de 63casos. Sigue la cavidad lineal A (cavidad
núm. 10.3) que fue registrada en 16 (25.4%) gránulos. Asimismo la cavidad lineal B (cavidad núm. 10.13) fue
documentada en 3 (4.8%) casos, mientras que las cavidades circular (cavidad núm. 10.2) y lineal C (cavidad núm.
10.14) fueron registradas en 1 (1.6%) caso respectivamente.
Laminado: Los 63 (100%) gránulos de almidón analizados contaron con la variante de laminado denominada
anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3).
Tonalidad: La tonalidad clara en la parte interna y externa de los gránulos fue clara (tonalidad núm. 5.4) en 59
(93.7%) de los 63 casos analizados. Los restantes 4 (6.3%) mostraron una tonalidad grisácea en todo el cuerpo
(tonalidad núm. 5.5). Esto sucede exclusivamente en las formas oblongas angulares y en algunos cuerpos
triangulares obtusos en forma de güiro.
Margen: Las variantes de margen documentadas responden mayoritariamente a las características observadas en
la base de los gránulos. En estos casos, la variante línea recta (margen núm. 11.9) caracteriza a 55 (87.3%) de los
63 gránulos. La variante línea ondulada suave (margen núm. 11.7) fue documentada en 4 (6.3%) casos, mientras
que la variante línea curva-cóncava (margen núm. 11.12) se registró en 2 (3.2%) casos. Otras dos variantes fueron
utilizadas para señalar las características del ápice (extremo angosto) de 2 (3.2%) gránulos: línea curva angular
(margen núm. 11.14) y línea recta angular (margen núm. 11.15).
Borde: Una doble línea, oscura en la parte externa y clara en la parte interna de los gránulos (borde núm. 12.5),
caracteriza los 63 (100%) gránulos analizados.
Observaciones: Luego de hacer rotaciones de los almidones de formas menos triangulares (e.g., triangular obtuso
en forma de güiro) notamos que asumen formas similares a las de mayor frecuencia arriba señaladas. Pocos
raphides en la muestra analizada.
210
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea altissima Lam.
Nombre común: Ñame dunguey
Origen: posiblemente Brasil, trópicos bajos suramericanos
Órgano estudiado: raíz tuberosa subterránea
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y polarizada; objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 14 a) Hojas y tallo espinoso de D. altissima; b) tallo espinoso y raíz tuberosa subterránea; c) gránulos de almidón con luz blanca
y d) los mismos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10
unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 19 formas en los gránulos del tubérculo subterráneo. De ellas, la más frecuente es
la ovalado (forma núm. 1.5) registrada en 21 (33.3%) ocasiones. Sigue en orden de frecuencia la forma triangular
obtuso flexible (forma núm. 1.8.32) con 7 (11.1%) casos. Otras 2 formas ocurrieron en 5 (7.9%) casos
respectivamente: elíptico (forma núm. 1.2) y triangular obtuso expandido (forma núm. 1.8.24). Igualmente, otras 3
formas fueron documentadas en 3 casos (4.8%) cada una: trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7),
triangular convexo-convexo de ápice obtuso (forma núm. 1.8.17) y triangular expandido truncado (forma núm.
1.8.33). Siguen otras 4 formas en orden descendente de frecuencia, ocurriendo cada ellas en 2 casos
respectivamente: oblanceolado (forma núm. 1.7), ovalado irregular “cemí” (forma núm. 1.5.5), ovalado plano
(forma núm. 1.5.9) y triangular obtuso inclinado (forma núm. 1.8.22). Las formas de menor proyección fueron 8 y
ocurrieron en 1 (1.6%) caso cada una: truncado (forma núm. 1.4), cuadrangular obtuso romboidal (forma núm.
1.9.3), triangular recto-recto-convexo alargado (forma núm. 1.8.2), triangular convexo-recto-convexo alargado
(forma núm. 1.8.10), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11), triangular convexo-
cóncavo-convexo (forma núm. 1.8.16), triangular obtuso en forma de güiro (forma núm. 1.8.29) y oblongo
angular (forma núm. 1.3.1).
211
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Tamaño: El rango general para el largo de los almidones analizados oscila entre 18 y 43µm, siendo 31µm la
media. El rango de mayor frecuencia ocurre entre 25 y 37µm. En el ancho de los mismos gránulos el rango
general oscila entre 13 y 33µm, siendo 23µm la media. Por lo tanto, el rango de mayor frecuencia para el ancho
oscila entre 18 y 28µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue visible en 38 (60.3%) de los 63 casos
analizados. Los restantes 25 (39.7%) casos no mostraron el hilum aunque señalamos que un leve rastro de esta
variable era visible en ellos, aunque no de manera contundente (clara).
Posición de hilum: Todos los casos documentados de hilum (38) ocurrieron en posición excéntrica (posición
núm. 3.2).
Cavidad: Únicamente 2 variantes de cavidad fueron documentadas en 22 (34.9%) de 63 casos. Ellas son la
variante lineal A (cavidad núm. 10.3) con 21 (33.3%) casos y la variante circular (cavidad núm. 10.2) con 1
(1.6%) caso.
Tonalidad: La tonalidad de 61 (96.8%) de los 63 casos analizados fue clara en la parte externa e interna
(tonalidad núm. 5.4), mientras que 2 (3.2%) gránulos mostraron una tonalidad oscura (tonalidad núm. 5.2) en su
totalidad.
Estructura: Los 63 (100%) gránulos son estructuras simples o individuales (estructura núm. 9.1).
Margen: En estos gránulos de almidón las variantes fueron utilizadas para caracterizar principalmente el conjunto
de facetas observadas (uno, dos, tres o más lados de cada cuerpo), pero otorgando gran énfasis a la base (extremo
más ancho) de cada cuerpo. Así, la variante de mayor frecuencia en este conjunto de almidones es la línea
ondulada suave (margen núm. 11.7), registrada en 51 (81%) de los 63 casos analizados. Siguen en orden
descendente otras 3 variantes con 3 (4.8%) casos cada una: línea recta (margen núm. 11.9), línea curva-convexa
(margen núm. 11.11), línea curva-angular (margen núm. 11.14).
Borde: Cuatro tipos de borde fueron observados y documentados en este conjunto de almidones. De ellos, el de
mayor frecuencia es la línea oscura doble (borde núm. 12.2), ocurriendo en 55 (87.3%) de los 63 casos analizados.
Creemos que este es el borde característico del conjunto de almidones. Las demás variantes registradas fueron la
línea externa oscura e interna clara (borde núm. 12.5) en 4 (6.3%) casos, la línea oscura sencilla (borde núm. 12.1)
con 3 (4.8%) casos y la doble línea clara (borde núm. 12.4) en 1 (1.6%) caso.
212
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea bulbifera L.
Nombre común: Ñame gunda
Origen: Asia y África tropical
Órgano estudiado: tubérculo aéreo
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y polarizada; objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 15 a) Hojas y tallos de D. bulbifera; b) tubérculo aéreo (escala gráfica de imágenes a y b=10cm); c) gránulos de almidón con
luz blanca y d) los mismos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de
400, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 18 formas en los gránulos del tubérculo aéreo. De ellas, la más frecuente es la
forma triangular obtuso con el ápice ligeramente inclinado (forma núm. 1.8.30), registrada en 11 (17.5%)
ocasiones. Sigue en orden de frecuencia la forma triangular obtuso de ápice corto (forma núm. 1.8.26) con 10
(15.9%) casos registrados y luego triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1) con 7 (11.1%) casos. Otras 2
formas ocurrieron en 6 (9.5%) casos respectivamente: triangular obtuso inclinado (forma núm. 1.8.22) y triangular
obtuso de ápice angosto (forma núm. 1.8.23). Luego, la forma triangular truncado (forma núm. 1.8.34) se registró
en 4 (6.3%) ocasiones y la forma elíptica (forma núm. 1.2) en 3 (4.8%). Otras 5 formas fueron registradas con 2
(3.2%) casos cada una: cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3), triangular recto-recto-convexo
alargado (forma núm. 1.8.2), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11), triangular
213
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
obtuso angosto (forma núm. 1.8.25) y triangular obtuso en forma de güiro (forma núm. 1.8.29). Las 6 formas de
menor frecuencia en la muestra se documentaron en una ocasión (1.6%) cada una: oblongo (forma núm. 1.3),
triangular cóncavo-recto-convexo alargado (forma núm.1.8.4), triangular convexo-recto-convexo alargado (forma
núm. 1.8.10), trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7), triangular obtuso con inclinación acentuada (forma
núm. 1.8.21) y oblongo angular (forma núm. 1.3.1).
Tamaño: El rango general para el largo de los almidones analizados oscila entre 10 y 58µm, siendo 33µm la
media. El rango de mayor frecuencia ocurre entre 21 y 46µm. En el ancho de los mismos gránulos el rango
general oscila entre 10 y 40µm, siendo 25µm la media. Por lo tanto, el rango de mayor frecuencia para el ancho
oscila entre 17 y 33µm.
Hilum: No fue visible el hilum en ninguno de los casos. Se asume que este debe ser en forma de círculo (hilum
núm. 2.1).
Posición de hilum: No aplica. A juzgar por la cruz de extinción en estos gránulos, el hilum se encuentra en
posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: No aplica.
Laminado: La variante de laminado anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3) fue documentada en 60 (95.2%)
de los 63 casos analizados. Los otros 3 gránulos no mostraron esta variable.
Tonalidad: La variante externo e interno claro (tonalidad núm. 5.4) fue la constante en estos gránulos: 60
(95.2%). Los restantes 3 (4.8%) gránulos contaron con una tonalidad externa e interna grisácea (tonalidad núm.
5.5) debido a su posición (lateral).
Estructura: Todos los gránulos (100%) son estructuras individuales o simples (estructura núm. 9.1).
Margen: La variante de margen más común fue la línea ondulada suave (margen núm. 11.7) que se documentó en
40 (63.5%) de los 63 casos estudiados. Sigue la variante de margen línea curva-convexa (margen núm. 11.11) con
13 (20.6%) casos documentados. El margen en línea recta (margen núm. 11.9) fue documentado a su vez en 5
(7.9%) ocasiones y la variante línea curva-angular (margen núm. 11.14) fue registrada en 1 (1.6%) caso. Los
restantes 4 gránulos (6.3%) fueron formas regulares y con márgenes típicos de las respectivas formas.
Borde: El borde característico de los 63 (100%) casos estudiados es la doble línea, externa oscura e interna clara
(borde núm. 12.5).
214
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea polygonoides Humb. & Bonpl. ex Willd.
Nombre común: Gunda, hicamo, matagallina
Origen: América tropical
Órgano estudiado: tubérculo aéreo
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y polarizada; objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 16 a) Planta de D. polygonoides; b) tubérculos aéreos; c) gránulos de almidón con luz blanca y d) los mismos, pero con luz
polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 14 formas en los gránulos de este órgano. De ellas, la más frecuente es la forma
triangular obtuso expandido (forma núm. 1.8.24), registrada en 14 (22.2%) ocasiones. Siguen en orden de
frecuencia y en con la misma cantidad de casos las formas triangular convexo-recto-convexo alargado (forma
núm. 1.8.10) y triangular truncado (forma núm. 1.8.34) con 9 (14.3%) casos respectivamente. En tercer lugar se
documentó la forma triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1) en 6 (9.5%) ocasiones y luego la forma
triangular obtuso angosto (forma núm. 1.8.25) ocurrió en 5 (7.9%) casos. En quinto lugar de ocurrencia se
documentó la forma triangular obtuso de ápice corto (forma núm. 1.8.26) en 4 (6.3%) casos y luego otras 3 formas
se documentaron en 3 (4.8%) casos respectivamente: triangular obtuso inclinado (forma núm. 1..8.22), triangular
obtuso ondulado (forma núm. 1..8.35) y triangular obtuso de base aplanada (forma núm. 1..8.36). En el séptimo
215
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
lugar de frecuencias se documentaron otras 2 formas en 2 (3.2%) casos respectivamente: ovalado (forma núm.
1.5) y triangular obtuso de ápice angosto (forma núm. 1.8.23). Las variantes de forma menos comunes,
documentadas en un caso (1.6%) respectivamente son: elíptico (forma núm. 1.2), triangular recto-convexo-
convexo comprimido (forma núm. 1.8.7) y triangular obtuso con inclinación acentuada (forma núm. 1.8.21).
Tamaño: El rango general para el largo de los almidones analizados oscila entre 10 y 28µm, siendo 15µm la
media. El rango de largo de mayor frecuencia ocurre entre 11 y 19µm. En el ancho de los mismos gránulos el
rango general oscila entre 8 y 24µm, siendo 15µm la media. Por lo tanto, el rango de mayor frecuencia para el
ancho oscila entre 11.5 y 18.5µm.
Hilum: Fueron documentados 7 casos (11.1%) con la variante hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1). En los
restantes 56 (88.9%) casos no fue posible observar esta característica.
Posición de hilum: Los 7 casos documentados fueron registrados en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: No aplica.
Laminado: La variante de anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3) fue registrada en 28 (44.4%) de los 63
gránulos analizados.
Tonalidad: La tonalidad predominante en los gránulos de este órgano es la externa e interna clara (tonalidad núm.
5.4), ocurriendo en 61 (96.8%) de los casos analizados. Los restantes 2 (3.2%) gránulos cuentan con una tonalidad
externa e interna grisácea (tonalidad núm. 5.5) debido a su posición (lateral) en el portaobjeto.
Estructura: La totalidad de los gránulos (100%) son estructuras individuales o simples (estructura núm. 9.1).
Margen: Se documentaron 4 variantes de margen. La más común es la línea ondulada suave (margen núm. 11.7)
ocurriendo en 50 (79.4%) de los gránulos mientras que la variante línea recta caracterizó a 8 (12.7%) de éstos.
Otras 2 variantes son poco frecuentes, ocurriendo en 2 (3.2%) y 1 (1.6%) casos respectivamente: línea curva-
convexa (margen núm. 11.11) y línea curva-angular (margen núm. 11.14). Los restantes 2 (3.2%) gránulos
contaron con márgenes típicos (sin alteración) de la forma ovalada.
Borde: La gran mayoría de los bordes documentados (62 o 98.2%) corresponden a la variante de doble línea que
es oscura la externa y clara la interna (borde núm. 12.5). Un solo gránulo (1.6%) mostró la variante de doble línea
oscura (borde núm. 12.2) posiblemente por su posición respecto al paso de luz y la respectiva imagen generada
por el microscopio.
216
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Dioscoreaceae
Género- Especie: Dioscorea trifida L.f.
Nombre común: Ñame mapuey
Origen: noreste de Suramérica (Guyana según Piperno y Pearsall, 1998)
Órgano estudiado: raíz tuberosa subterránea
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
d) e)
Figura 17 a) Planta de D. trifida y b) órganos; c) granos de almidón con cavidades o fisuras (fotomicrografía con microscopio Olympus
CH30, aumento de 400, luz blanca; la barra equivale 45µm), d) granos de almidón en luz blanca, se observa el laminado, e) los mismos
gránulos en campo oscuro (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
217
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Forma: Los gránulos de almidón de la especie D. trifida son en su mayoría de forma triangular alargada con lados
convexos y base recta (forma no 1.8.10=79.4% [50 casos]). Otra forma característica de esta especie es la
triangular comprimida con lados convexos y base recta (forma núm. 1.8.12=12.7% [8 casos]). La forma antes
descrita es similar a la forma más común (1.8.10) y que ha sido mencionada arriba, con la única diferencia que los
cuerpos son comprimidos o más pequeños. Algunos pocos gránulos ovalados (forma núm. 1.5=3.2% [2 casos])
están presentes en la muestra mientras que las formas de menor proyección fueron: triangular alargada con un lado
recto, el otro convexo y base recta (forma núm. 1.8.2), triangular alargada con un lado recto, el otro convexo y
base convexa (forma núm. 1.8.3) y triangular alargada con lados y base convexa (forma núm. 1.8.11), todas ellas
registradas en 1 caso (1.6%) respectivamente.
Tamaño: Los gránulos oscilan entre 10 y 47µm de largo, aunque la media es 33µm. El rango más frecuente de
medidas de largo oscila entre 28 y 40µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 8 y 31µm,
existiendo una media de 24µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 20 y 30µm.
Hilum: Utilizando microscopía óptica con luz blanca normal no fue posible detectar ninguna variante de hilum en
esta especie.
Posición de hilum: La posición del hilum no fue documentada aunque es factible creer que si las fisuras o
cavidades están en los extremos de los gránulos, es ahí donde se proyecta el centro del hilum. Lo anterior se basa
en la correlación que existe entre el surgimiento de cavidades o fisuras y la proyección del hilum en muchas de las
especies estudiadas por otros investigadores. En 50 (79.4%) de los 63 casos analizados, las cavidades se proyectan
en el extremo angosto de los gránulos por lo que podríamos asumir que el hilum, en estos casos, se encuentra en
posición excéntrica. Asimismo, a juzgar por la cruz de extinción en estos gránulos, el hilum se debe encontrar en
posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: De los 63 gránulos analizados, 79.4% (50 casos) evidenciaron 8 variantes. La de mayor ocurrencia en la
muestra fue la variante lineal (cavidad núm. 10.3), registrada en 26 (41.3%) de 63 casos. Sigue la variante en
forma de "Y" (cavidad núm. 10.8) y la lineal "C" (cavidad núm. 10.14), documentadas en 6 (9.5%) de los 63 casos
respectivamente. Otras dos variantes fueron documentadas en igual número de ocasiones: cavidad "T" (cavidad
núm. 10.9) y cavidad lineal "B" (cavidad núm. 10.13), registradas en 4 (6.3%) casos respectivamente. asimismo,
la variante de cavidad circular (cavidad núm. 10.2) fue documentada en 2 casos (3.2%) mientras que las variantes
en forma de cruz (cavidad núm. 10.12) y lineal "E" (cavidad núm. 10.16) ocurrieron en 1 caso (1.6%)
respectivamente.
Laminado: Otros autores han identificado laminado o anillos de crecimiento en todos los gránulos analizados de
esta especie (i.e., Loy et al. 1992). En el presente análisis, quizás por las características del equipo utilizado no
pudimos detectar laminados. Según Loy y otros, los anillos son concéntricos (anillos concéntricos núm. 4.3) y se
proyectan comenzando en el ápice del gránulo y de forma paralela hasta la base o parte más ancha de los mismos.
Tonalidad: Los gránulos poseen en su totalidad tonos internos y externos claros (cuasi translúcidos) (tonalidad
núm. 5.4).
Estructura: Todos gránulos observados son estructuras simples o individuales. En ningún momento fue detectado
gránulo alguno que evidenciara estar compuesto por varios cuerpos, como parece ser el caso de D. esculenta (Loy
et al. 1992, véase Figura 5a).
Margen: Tres tipos de margen pudieron ser apreciados en esta especie. Utilizamos esta variable para caracterizar
principalmente las bases de los gránulos. En la mayoría de los casos (60 de 63 casos [95.2%]) se registró la
variante “línea recta” (margen núm. 11.9), que en el análisis de esta especie, refleja la característica de la línea de
la base de los gránulos. La variante “línea ondulada suave” (margen núm. 11.7) se registra en 2 casos (3.2%),
mientras que la variante “línea curva-convexa” (margen núm. 11.11) se documenta en 1 caso (1.6%).
Borde: El borde de la totalidad de los gránulos es una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1).
218
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Observaciones: Fueron identificados “raphides” con relativa frecuencia en la muestra analizada, a diferencia de
las muestras revisadas por Loy et al. (1992), quien no menciona “raphides” para la misma especie en las islas del
Pacífico.
219
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Euphorbiaceae
Género-Especie: Manihot esculenta Crantz
Nombre común: Yuca; mandioca
Origen: Suramérica 1 y 2 (1=Guyanas; 2=Centro de Brasil según Piperno y Pearsall 1998)
Órgano estudiado: raíz tuberosa
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 18 a) planta de M. esculenta Crantz, b) órgano, c) granos de almidón con luz blanca y d) los mismos granos, pero con campo
oscuro y polarización (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400; 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 3 formas en los gránulos de esta especie. La más frecuente es la forma esférica (forma
núm. 1.1), documentada en 40 gránulos (63.5% de 63 casos). La segunda forma importante es la truncada (forma
núm. 1.4) registrada en 17 gránulos (27% de 63 casos) y con menor frecuencia fue registrada la forma ovalada
(forma núm. 1.5) en 6 gránulos (9.5% de 63 casos).
Tamaño: Existen medidas de largo y ancho para las formas irregulares (truncada y ovalada) y medidas de
diámetro para la forma esférica. El largo de los 23 gránulos truncados y ovalados oscila entre 6 y 20µm y la media
220
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
es 16µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 13 y 20µm. En cuanto al ancho del mismo
número de cuerpos, las medidas oscilan entre 7 y 18µm y existe una media de 13µm. El rango más frecuente para
el ancho de los gránulos es entre 10 y 15µm. En el caso de los 40 gránulos esféricos, el rango general de medidas
de diámetro oscila entre 5 y 20µm y la media es de 12.5µm. El rango más frecuente de medidas de diámetro es
entre 8 y 16µm.
Hilum: La única variante documentada es en forma de círculo (hilum núm. 2.1), con una ocurrencia de 7
(11.12%) de 63 casos.
Posición de hilum: Los 7 casos antes mencionados fueron registrados en posición céntrica (posición núm. 3.1).
Punto de flexión: De los 63 gránulos analizados, 47 (74.6%) evidenciaron alguna de las variantes de punto de
flexión. De las variantes documentadas, la más frecuente es la variante en línea para cuerpos esféricos (pto. flex.
núm. 13.7), registrada en 33 (52.4%) de 63 casos. Otras variantes son: línea “G” (pto. flex. núm. 13.10), que se
registra en 5 (7.9%) de 63 casos; en forma de “T” (pto. flex. núm. 13.6), registrada en 3 (4.8%) de 63 casos y la
variante en forma de “Y” (pto. flex. núm. 13.4), registrada también en 3 (4.8%) de 63 casos. La variante “líneas
radiales” (pto. flex. núm. 13.12) se registra en 2 (3.2%) ocasiones, mientras que la variante línea “A” (pto. flex.
núm. 13.2) se registra en 1 (1.6%) de 63 casos.
Posición de punto de flexión: De los 47 casos en los que se registró alguna variante de punto de flexión, 36
(76.6%) se encuentran en posición céntrica (posición núm. 3.1), mientras que 11(23.4%) se sitúan en posición
excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Se registraron 10 variantes de cavidad o fisuras en 54 (85.7%) de los almidones analizados. La variante
más frecuente fue la cavidad o fisura lineal para cuerpos irregulares (cavidad núm. 10.3), observada en 16 (25.4%)
de los 63 casos. La variante “lineal D” (cavidad núm. 10.15) fue bastante frecuente, ocurriendo en 11 (17.5%) de
los 63 casos. Otras 2 variantes se registraron en igual cantidad de ocasiones; la variante “lineal B” (cavidad núm.
10.13) y la variante “lineal C” (cavidad núm. 10.14) se registran en 7 (11.1%) de los 63 casos respectivamente. La
cavidad en círculo (cavidad núm. 10.2) fue observada en 5 (7.9%) de los 63 casos. Por otro lado, la cavidad en
forma de “Y” (cavidad núm. 10.8) fue registrada en 4 (6.3%) de 63 casos y las variantes triangular (cavidad núm.
10.4), en forma de “T” (cavidad núm. 10.9), en forma de estrella (cavidad núm. 10.10) y en línea irregular
(cavidad núm. 10.14) fueron las de menor proyección, registrándose en 1 (1.6%) de 63 casos respectivamente.
Laminado: No se pudo observar ninguna característica que evidenciara algún tipo de laminado o capas en estos
gránulos.
Tonalidad: Los gránulos poseen en su totalidad tonos internos claros (cuasi translúcidos) y márgenes externos
oscuros (tonalidad núm. 5.4) cuando se observan con microscopio de luz blanca normal.
Estructura: Todos gránulos observados son estructuras simples. En ningún momento fue detectado gránulo
alguno que evidenciara estar compuesto por varios cuerpos a pesar de que se registraron gránulos que poseen
márgenes o facetas de presión diversas.
Margen: Los márgenes son bastante homogéneos en estos gránulos. Se documentaron tres tipos, evidenciados
únicamente en las formas truncadas (17 [27%] de 63 casos). El margen más frecuente es la línea curva-convexa
(margen núm. 11.11), registrado en 10 (15.9%) de los 63 casos analizados. Las otras 2 variantes de margen
registradas son la línea recta (margen núm. 11.9) y la línea curva- cóncava (margen núm. 11.12), documentadas en
4 (6.3%) y 3 (4.8%) de los 63 casos respectivamente.
Borde: El borde de la totalidad de los gránulos de Manihot esculenta corresponde a la variante de línea externa
oscura y línea interna clara (borde núm. 12.5) si se observan con microscopio óptico de luz blanca normal.
221
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Fabaceae
Género- Especie: Canavalia rosea (Sw.) DC
Nombre común: Haba de playa; mato de playa
Origen: América tropical?
Órgano estudiado: semillas
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 19) Planta de C. rosea; b) vaina y semillas; c) granos de almidón con luz blanca; c) los mismos gránulos, pero con luz polarizada
y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Se documentaron 8 formas de gránulos en esta especie. La más frecuente es la forma ovalada (forma
núm. 1.5), registrada en 21 casos (33.3%). Sigue en orden de ocurrencia la forma esférica (forma núm. 1.1),
documentada en 17 casos (27%). Otras formas menos comunes, pero documentadas con relativa frecuencia son la
ovalada “riñón” (forma núm. 1.5.2=9 casos [14.3%]) y la ovalado “doble” (forma núm. 1.5.1=8 casos [12.7%]).
Algunos pocos gránulos fueron elípticos (forma núm. 1.2=4 casos [6.3%]) o truncados (forma núm. 1.4=2 casos
[3.2%]), pero las formas menos representadas son la trasovado (forma 1.6=1 caso [1.6%]) y la triangular convexo-
convexo-convexo alargada (forma núm. 1.8.11=1 caso [1.6%]).
Tamaño: Del total de 63 gránulos analizados, se documentaron medidas de largo y ancho en 46 casos (73%). El
rango general de largo en estos gránulos oscila entre 18 y 53µm y la media es 33µm. El rango más frecuente de
medidas de largo oscila entre 25 y 43µm. En cuanto al ancho de los mismos gránulos, las medidas oscilan entre 10
y 38µm existiendo una media de 25µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 18 y 33µm.
En los restantes 17 casos (27%) de formas esféricas, el rango general de medidas oscila entre 16 y 28µm y la
media es 23µm y el rango de mayor frecuencia oscila entre 20 y 25µm.
Hilum: En 7 (11.1%) de los 63 gránulos analizados se registró la variante de hilum en forma de círculo (hilum
núm. 2.1).
222
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Posición de hilum: En 5 (71.4%) de los 7 casos documentados o 5 (7.9% de 63), el hilum se encuentra en la parte
central (posición núm. 3.1) de los gránulos. Los otros 2 (28.6%) de 7 casos o 2 (3.2% de 63) se documentaron en
posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Se registraron 10 casos (15.9% de 63 casos) en los cuales se evidenció alguna de las variantes de
cavidad o fisura en los gránulos. La cavidad o fisura de mayor frecuencia es la circular (cavidad núm. 10.2) con 4
(6.3%) casos de 63. Siguen en orden de ocurrencia las variantes lineal “A” (cavidad núm. 10.3) y en forma de “Y”
(cavidad núm. 10.8), documentadas en 2 casos (3.2%) de 63 respectivamente. Otras 2 variantes documentadas son
la lineal “B” (cavidad núm. 10.13) y la lineal “D” (cavidad núm. 10.15), registradas en 1 caso (1.6%)
respectivamente.
Laminado: En 38 (60.3%) de 63 casos se documentó la variante de círculos asimétricos (laminado núm. 4.6) y en
los restantes 25 (39.7%) no fue observado ningún laminado.
Tonalidad: Los 63 gránulos analizados (100%) cuentan con una tonalidad clara (tonalidad núm. 5.4) tanto externa
como internamente.
Estructura: En 55 casos (87.3%) se documentaron estructuras de almidón simples, mientras que en los restantes
8 casos (12.7%) se constituyeron estructuras compuestas por más de 1 gránulo.
Margen: Dadas las características diferenciales en cuanto a la forma de los gránulos de esta especie, se
documentaron 2 variantes de margen o facetas de presión en los 46 (73%) gránulos no esféricos. El margen más
frecuente es la línea ondulada suave (margen núm. 11.7), registrado en 44 casos (69.8%) de 63. El margen en los
otros 2 casos (3.2%) de 63 es la línea curva-convexa (margen núm. 11.11).
Borde: La doble línea, oscura en la parte externa y oscura en la interna (borde núm. 12.5) caracteriza a la totalidad
de los gránulos de esta especie.
223
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Fabaceae
Género- Especie: Lablab purpureus (L.) Sweet
Nombre común: Haba de tocón, chícharos de jardín
Origen: África tropical
Órgano estudiado: semillas
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
c) d)
Figura 20 a) Sección de planta de L. purpureus con inflorescencia; b) vainas y semillas tiernas y secas de la misma especie; c) gránulos
de almidón (fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm), d) gránulos
con luz polarizada (fotomicrografía de campo oscuro con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 9 formas de gránulos de almidón en la especie L. purpureus. Éstas son, de mayor a menor
ocurrencia, la forma ovalada (forma núm. 1.5=58.7% [37 casos]) y la forma elíptica (forma núm. 1.2=12.7% [8
casos]) en primer y segundo lugar respectivamente. Dos formas ocupan el tercer lugar en ocurrencia: la esférica
(forma núm. 1.1=7.9% [5 casos] y también la ovalada doble (forma núm. 1.5.1=7.9% [5 casos]). Otras formas de
menor proyección en la muestra son la trasovada (forma núm. 1.6=4.8% [3 casos]), la triangular obtuso-convexa
(forma núm. 1.8.1=3.2% [2 casos]). Las formas triangular agudo convexa (forma núm. 1.8), cuadrangular obtuso
convexa (forma núm. 1.9.2) y triangular convexo-recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.12) muestran los
menores valores de frecuencia con 1 de 63 casos (1.6%) respectivamente.
Tamaño: Dadas las formas registradas, existen valores para acho y largo de las formas ovaladas y angulares, pero
también medidas de diámetro para las formas esféricas. De las formas no esféricas (58 de 63 casos) el largo de los
gránulos oscila entre 11 y 40µm y la media es 25µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 18 y
30µm. En cuanto al ancho de los gránulos, las medidas oscilan entre 9 y 25µm, existiendo una media de 16.5µm.
224
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 13 y 23µm. De los 5 casos de formas esféricas
(7.9% de 63 casos) el rango general de medidas oscila entre 15 y 20µm. La media es 20µm y el rango de mayor
frecuencia es cercano a las 20µm (si 3 de 5 gránulos esféricos miden 20µm entonces, dada la baja frecuencia de
estos casos, el rango más común debe estar entre 1 y 2 micras arriba y abajo del valor de mayor frecuencia [la
desviación estándar para las medidas registradas es de 2.191]).
Hilum: En sólo 1 (1.6%) de los 63 casos fue posible apreciar la variante en forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: El hilum documentado se ubica en posición céntrica (posición núm. 3.1).
Cavidad: Se registraron 16 casos (25.4% de 63) en los cuales se evidenció alguna de las variantes de cavidad o
fisura en los gránulos. La variante más frecuente fue la cavidad lineal (cavidad núm. 10.3), registrada en 11 casos
(17.5% de 63 casos). Sigue en orden de ocurrencia la cavidad lineal “B” (cavidad núm. 10.13), documentada en 3
casos (4.8% de 63 casos). Las otras dos variantes se registran en 1 sólo caso (o 1.6% de 63 casos)
respectivamente. Estas son la cavidad o fisura circular (cavidad núm. 10.2) y la cavidad lineal “C” (cavidad núm.
10.14).
Laminado: La gran mayoría de los gránulos de esta especie (n=57 [90.5%]) evidenciaron un patrón de círculos
asimétricos (laminado núm. 4.6).
Estructura: 54 gránulos (85.7%) fueron documentados como estructuras simples y los 9 restantes (14.3%) como
estructuras compuestas. Aunque en otros géneros de esta familia existen casos de estructuras compuestas (véase
e.g., P. vulgaris más adelante), al parecer su ocurrencia en ellas es lo suficientemente baja como para que no
hubiese sido documentada en las muestras analizadas.
Margen: En 60 casos (95.2%) se registró la variante línea ondulada (margen núm. 11.7) mientras que en 2 casos
(3.2%) se documentó la variante línea curva-angular (margen núm. 11.14). Sólo un gránulo no proyectó variante
alguna ya que en este caso la forma del gránulo era perfectamente esférica, sin ninguna pronunciación atípica
dentro de las variantes que utilizamos. Es necesario comentar aquí que los otros cuerpos esféricos documentados
(los restantes 4 gránulos) son efectivamente de esa forma, aunque mostraron en menor grado algún tipo de
proyección en sus márgenes (e.g., mínimas fluctuaciones de ondulación) que nos hicieron documentarlas como
líneas onduladas suaves.
Borde: En lo que se registra como borde en los gránulos, una línea externa oscura y otra interna clara (borde núm.
12.5) caracteriza a la totalidad de éstos.
225
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Fabaceae
Género- Especie: Macroptilium lathyroides (L.) Urban
Nombre común: habichuela parada
Origen: América tropical
Órgano estudiado: semillas
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 21 a) planta e inflorescencia de M. lathyroides; b) semillas; c) granos de almidón, nótese las fisuras y el laminado en algunos
gránulos; d) los mismos gránulos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento
de 400, escala gráfica: 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 13 formas de gránulos de almidón en esta especie. Éstas son, de mayor a menor ocurrencia,
la forma ovalado (forma núm. 1.5) con 24 (38.1%) casos y la ovalado doble (forma núm. 1.5.1) con 11 (17.5%)
casos. En tercer lugar de ocurrencia está la forma ovalado plano (forma núm. 1.5.9) con 6 (9.5%) gránulos y sigue
la forma elíptica (forma núm. 1.2) con 5 (7.9%) casos. En el quinto lugar se encuentran dos formas documentadas
en 4 (6.3%) casos respectivamente: ovalado oruga (forma núm. 1.5.3) y trasovado obtuso alargado (forma núm.
1.6.7). Luego, las formas esférico (forma núm. 1.1) y ovalado “riñón” (forma núm. 1.5.2) ocurrieron en 2 (3.2%)
casos respectivamente y las formas menos frecuentes, documentadas en 1 (1.6%) caso cada una son: pentagonal
obtuso recto (forma núm. 1.10.3), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6), triangular obtuso angosto (forma núm.
1.8.25), triangular obtuso aplanado (forma núm. 1.8.36) y ovalado irregular expandido (forma núm. 1.5.7).
Tamaño: Dadas las formas registradas, existen valores de largo y ancho para las formas ovaladas y angulares,
pero también medidas de diámetro para las formas esféricas. De las formas no esféricas (61 de 63 casos) el largo
226
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
de los gránulos oscila entre 13 y 28µm y la media es 20µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila
entre 16 y 24µm. En cuanto al ancho de los mismos gránulos, las medidas oscilan entre 9 y 23µm, existiendo una
media de 15µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 12 y 18µm. Los restantes 2
gránulos esféricos oscilan entre 6 y 21µm siendo 13.5µm la media. En este caso el rango más frecuente para esta
dimensión es entre 3 y 24µm debido a que son sólo 2 las dimensiones consideradas, lo que provoca que la
desviación estándar sea amplia.
Hilum: El hilum no pudo ser documentado en estos gránulos debido a que en su aparente ubicación se
encontraron cavidades o fisuras que no permitió documentarlos. Estas cavidades posiblemente se originaron a
partir del propio hilum de los gránulos.
Cavidad: Fueron documentadas 8 variantes de cavidad. Entre ellas, la de mayor frecuencia fue la lineal A
(cavidad núm. 10.3), documentada en 23 (36.5%) de los 63 gránulos analizados. En segundo lugar se
documentaron otras 2 variantes en 11 (17.5%) casos respectivamente: lineal B (cavidad núm. 10.13) y lineal I
(cavidad núm. 10.20). En tercer lugar de ocurrencia se encuentra la variante de cavidad lineal C (cavidad núm.
10.14) con 7 (11.1%) casos. En cuarto lugar se documentaron otras 2 variantes con 3 (4.8%) casos cada una:
cavidad en forma de “Y” (cavidad núm. 10.8) y en forma de “T” (cavidad núm. 10.9). Por último, ocurrieron las
variantes lineal D (cavidad núm. 10.15) y lineal H (cavidad núm. 10.19) en 1 (1.6%) de los 63 gránulos analizados
respectivamente.
Estructura: Fueron documentados 60 (95.2%) gránulos como estructuras individuales o simples (estructura núm.
9.1), mientras que los restantes 3 (4.8%) fueron estructuras compuestas, es decir, constituidas por 2 gránulos
(estructura núm. 9.2).
Margen: Se registraron 3 variantes de margen en las formas con tendencia irregular (i.e. que se apartan de las
imágenes preestablecidas). Entre ellas, la más común es la línea ondulada suave (margen núm. 11.7), registrada en
36 (57.1%) de los 63 casos. En segundo lugar ocurrió la línea curva-angular (margen núm. 11.14) en 4 (6.3%)
ocasiones. Por último se documentó la variante línea recta (margen núm. 11.9) en 1 (1.6%) caso.
Borde: Todos los gránulos presentaron como borde una doble línea, oscura la externa y clara la interna (borde
núm. 12.5).
227
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Fabaceae
Género- Especie: Phaseolus vulgaris L.
Nombre común: Frijol negro
Origen: Mesoamérica 1 y 2 (1=Guatemala, 2=suroeste de México; según Piperno y Pearsall 1998)
Órgano estudiado: semillas
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 22 a) semillas de P. vulgaris, b) granos de almidón, nótese las fisuras en algunos gránulos y algunos cuerpos compuestos por
varios gránulos en el centro inferior de la imagen; c) los mismos gránulos, pero con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías
con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 2 formas de gránulos de almidón en la especie P. vulgaris. Estas son la forma ovalada
(forma núm. 1.5=76.2% [48 casos]) y la forma esférica (forma núm. 1.1=23.8% [15 casos]). Existen pequeñas
fluctuaciones entre las variantes descritas, que podrían considerarse como intermedias entre las formas esféricas y
ovaladas.
Tamaño: Dadas las formas registradas, existen valores para acho y largo de las formas ovaladas y también para
diámetro de las formas esféricas. De las formas ovaladas (48 de 63 casos) el largo de los gránulos oscila entre 13 y
40µm y la media es 25µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 20 y 30µm. En cuanto al
ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 10 y 24µm existiendo una media de 18µm. El rango más frecuente
para el ancho de los gránulos es entre 15 y 23µm. De los 15 casos de formas esféricas (23.8% de 63 casos) el
rango general de medidas oscila entre las 13 y 21µm. La media es 18µm y el rango de mayor frecuencia oscila
entre 15 y 20µm.
228
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Hilum: De los 63 gránulos analizados, sólo en 2 (3.2%) la variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1)
fue documentada.
Posición de hilum: En los dos casos de hilum antes mencionados, su posición fue céntrica (posición núm. 3.1).
Punto de flexión: Se documentaron 5 variantes de punto de flexión en 26 gránulos. La variante línea “A” (pto.
flex. núm. 13.2) fue la más frecuente, con una ocurrencia de 14 (22.2%) de 63 casos, registrándose principalmente
en las formas ovaladas. La segunda variante es la línea “F” (pto. flex. núm. 13.7), registrada en 8 (12.7%) de 63
casos y se correlaciona con los cuerpos esféricos únicamente. Otra variante, denominada “líneas radiales” (pto.
flex. núm. 13.12) se registró en 2 (3.2%) de los 63 casos y las variantes línea “G” (pto. flex. núm. 13.10) y línea
“B” (pto. flex. núm. 13.3) se registraron en 1 (1.6%) de 63 casos respectivamente.
Posición de punto de flexión: De los 26 puntos de flexión documentados, 23 (88.46% o 36.5% de 63) se
encuentran en posición céntrica (posición núm. 3.1) y los restantes 3 (11.54% o 4.8% de 63) en posición
excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Se registraron 27 casos (42.9% de 63 casos) en los cuales se evidenció alguna de las variantes de
cavidad o fisura en los gránulos. Aunque 28 gránulos mostraron algún tipo de punto de flexión o hilum, hubo un
caso en el que una de estas dos variables estuvo presente, pero no se constató la presencia de ninguna fisura en el
gránulo. De los 27 casos analizados, la variante de cavidad lineal “A” (cavidad núm. 10.3) fue la más frecuente
con 17 (27%) de los 63 casos analizados y luego sigue la cavidad en línea “D” (cavidad núm. 10.15) con 4 casos
(6.3%) de 63 casos registrados. Otras variantes de menor proyección fueron la cavidad asimétrica (cavidad núm.
10.11) que se registró en 3 (4.8%) de los 63 casos, la cavidad en forma de “T” (cavidad núm. 10.9) registrada en 2
(3.2%) de los 63 casos y la cavidad en línea irregular (cavidad núm. 10.14) que se registró en 1 (1.6%) de 63
casos.
Laminado: La variante de círculos asimétricos (laminado núm. 4.6) fue documentada en 23 (36.5%) de los 63
gránulos analizados.
Tonalidad: El 100% de los gránulos analizados cuentan con una tonalidad clara e interna clara (tonalidad núm.
5.4).
Estructura: Todos gránulos observados son estructuras simples. En cambio hubo estructuras en otras secciones
del portaobjeto compuestas por varios gránulos. Ninguno de estos casos fue registrado en los 63 gránulos que se
analizaron al azar.
Margen: El margen de todos los gránulos es regular, es decir, no se evidenció que existieran facetas de presión
que alteraran las formas regulares del borde de los gránulos.
Borde: En lo que se registra como borde en los gránulos, una línea oscura sencilla (borde núm. 12.5) caracteriza a
la totalidad de éstos.
229
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Marantaceae
Género- Especie: Calathea allouia (Aubl.) Lindl.
Nombre Común: Lerenes
Órgano de la planta: raíz tuberosa principal (imagen “b”)
Origen: Suramérica
Análisis con microscopio Olympus CH30, contraste de fase (40), objetivo de 40 y 100X
a) b)
c) d)
Figura 23 a) Planta de C. allouia, b) rizoma o raíz tuberosa principal de C. allouia, c) grano de almidón elíptico (fotomicrografía con
microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm), d) grano de almidón ovalado (fotomicrografía
con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm).
Forma: Las formas registradas para los gránulos de esta especie son ovaladas, trasovadas (2 variantes) y
oblanceoladas (3 variantes). Los gránulos de almidón son en su mayoría trasovados (forma núm. 1.6=34.9% [22
casos]). Sigue en orden de frecuencia la forma oblanceolada (forma núm.1.7=28.6% [18 casos]) y luego la forma
oblanceolada “doble” (forma núm. 1.7.3=17.5% [11 casos]). Esta forma es el resultado de una combinación de las
formas oblanceolado y trasovado, donde el cuerpo se proyecta como una silueta de “violín”. Otras formas
registradas, aunque con mucha menor frecuencia, son la trasovado triangular (forma núm. 1.6.2=11.1% [7 casos]),
la oblanceolada de ápice angosto (forma núm. 1.7.4= 6.3% [4 casos]) y la forma ovalada (forma núm. 1.5=1.6% [1
caso]). Fuera de la muestra pudimos observar formas elípticas (ver Fig. 20c), pero ningún gránulo de este tipo
quedó dentro de la muestra analizada.
Tamaño: El largo de los gránulos oscila entre 6 y 21µm y la media es 11µm. El rango más frecuente para las
medidas de largo es entre 8 y 15µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 3 y 10µm
existiendo una media de 5µm. El rango más frecuente de medidas de ancho oscila entre 4 y 8µm.
230
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Hilum: No fue posible registrar el hilum en ninguno de los casos analizados. Sin embargo se pudo constatar la
presencia de esta variable en forma de punto (hilum núm. 2.1) en algunos gránulos observados fuera de la muestra
analizada.
Posición de hilum: No aplica. En los casos observados fuera de la muestra el hilum se encuentra en posición
excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: No fue posible observar ninguna cavidad o fisura en los gránulos analizados, sin embargo se detectaron
cavidades muy pequeñas en forma de punto (cavidad núm. 10.1) en el extremo angosto de algunos gránulos fuera
de la muestra analizada. Es posible que estas cavidades se correlacionen con la ubicación excéntrica de algunos
hilum observados fuera de la muestra.
Laminado: El 100% de los gránulos analizados presentó anillos de crecimiento (amilosa y amilopectina)
concéntricos (laminado núm. 4.3).
Tonalidad: Debido a que estos gránulos fueron analizados con contraste de fases, no se consideró esta variable.
Sin embargo, previamente se realizó un rastreo general de gránulos con un microscopio óptico de luz blanca
normal en donde se evidenció en la tonalidad “externo oscuro-interno claro” (tonalidad núm. 5.5) de manera
uniforme en la portaobjeto.
Margen: Esta variable fue utilizada en el análisis de la planta en referencia con propósitos distintos para lo que
fue creada. En este caso, y debido a que los gránulos analizados son estructuras simples que por lo tanto carecen
de múltiples facetas, se utilizaron las variantes para registrar las formas de “ápice” (extremo angosto del gránulo)
presentes. Como resultado pudimos observar que los gránulos no presentan características en el ápice que puedan
ser correlacionadas con formas particulares. El 61.9% (39) de los 63 cuerpos analizados evidenciaron ángulos
compuestos por líneas curvas (margen núm. 11.14) mientras que el resto de los cuerpos (38.1% [24 casos])
evidenciaron ángulos compuestos por líneas rectas (margen núm. 11.15).
Borde: Las líneas externas que delimitan a cada uno de los cuerpos correspondieron en el 100% de los casos a la
variante “línea oscura sencilla” (borde núm.12.1).
231
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Marantaceae
Género- Especie: Calathea allouia (Aubl.) Lindl.
Nombre Común: Lerenes
Órgano de la planta: raíces tuberosas secundarias (ilustración “a”)
Origen: Suramérica
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Figura 24 a) planta y tubérculos de C. allouia, b) gránulos de almidón, nótese el hilum, las fisuras y el laminado en algunos gránulos; c)
granos de almidón con luz polarizada y campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10
unidades=25µm).
232
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
formas de los granos de almidón presentes en los tubérculos de lerén son radicalmente diferentes a los encontrados
en el rizoma (raíz) principal de la misma planta, analizados previamente en este estudio.
Tamaño: En las formas no esféricas (i.e., 58 [92.1%] de 63), el rango general de medidas de largo está entre 13 y
40µm, siendo la media 33µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 26 y 40µm. En cuanto al ancho de los
mismos cuerpos, las medidas oscilan entre 12 y 33µm, existiendo una media de 23µm. El rango más frecuente
para el ancho de los gránulos es entre 18 y 28µm. Las medidas de diámetro de los restantes 5 (7.9%) gránulos
esféricos oscilan entre 8 y 33µm. La media en este renglón es 18µm y el rango más frecuente es entre 8 y 28µm.
Hilum: Documentamos 2 variantes de hilum en 14 (22.2%) de los 63 gránulos analizados. De ellos, 13 (20.6% de
63) corresponden a la variante de hilum en círculo (hilum núm. 2.1) y el restante gránulo (1.6% de 63) a la
variante en forma de triángulo (hilum núm. 2.2).
Posición de hilum: En 13 (20.6%) de los casos anteriormente señalados registramos el hilum en posición
excéntrica (posición núm. 3.2, por lo general en la parte más angosta de los gránulos), mientras que 1 (1.6%)
gránulo fue documentado en posición céntrica (posición núm. 3.1).
Cavidad: Fueron documentadas 5 variantes de cavidad en 42 (66.7%) de 63 casos. De ellas, la variante cavidad
lineal A (cavidad núm. 10.3) ocurrió en 18 (28.6%) de 63 casos. En segundo lugar documentamos la cavidad
lineal C (cavidad núm. 10.14) en 11 (17.5%) ocasiones y en tercer lugar a la cavidad circular (cavidad núm. 10.2)
en 9 (14.3%) ocasiones. Otras 2 variantes fueron documentadas en 2 (3.2%) ocasiones cada una: cavidad lineal B
(cavidad núm. 10.13) y cavidad lineal D (cavidad núm. 10.15).
Laminado: El patrón de laminado más frecuente en la muestra es el de anillos concéntricos B (laminado núm.
4.3), documentado en 45 (71.4%) ocasiones. También se documentaron círculos simétricos (laminado núm. 4.5)
en 12 (19%) casos y en los restantes 6 (9.5%), no se observó ninguna de las variantes.
Tonalidad: Los 63 casos analizados (100%) son gránulos con una tonalidad externa e interna clara (tonalidad
núm. 5.4).
Estructura: 62 (98.4%) de los 63 casos analizados fueron estructuras simples mientras que 1 (1.6%) caso fue un
cuerpo compuesto por varios gránulos.
Margen: Esta variable y las variantes documentadas aquí fueron utilizadas no para caracterizar facetas de presión
y sí para documentar las características de la base de los gránulos mayoritariamente representados, que son formas
no esféricas o de tendencia triangular. Registramos 3 variantes de margen en 58 (92.1%) de los 63 gránulos
analizados, siendo la línea curva-convexa (margen no 11.11) la que caracteriza a 52 (82.5%) de los 63 gránulos no
esféricos. Las otras dos variantes documentadas ocurrieron en 4 (6.3%) y 2 (3.2%) casos respectivamente: línea
recta (margen núm. 11.9) y línea ondulada suave (margen núm. 11.7).
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una línea externa oscura e interna clara
(borde núm. 12.5).
233
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Marantaceae
Género- Especie: Calathea veitchiana J.H. Veitch ex Hook. F.
Nombre Común: Calatea
Órgano de la planta: raíz tuberosa (rizoma)
Origen: Venezuela
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 25 a) planta de C. veitchiana; b) rizomas; c) gránulos de almidón, nótense las fisuras, el laminado y las formas oblongas-
elípticas en muchos de los cuerpos, distinto a C. allouia (tubérculos secundarios) y C. zebrina (fotomicrografía con microscopio
Iroscope PT-3LIT, luz blanca, aumento de 400, 10 unidades=25µm); d) los mismos gránulos, pero con luz polarizada (fotomicrografía con
microscopio Iroscope PT-3LIT, campo oscuro, misma escala que en imagen c).
Forma: Fueron 11 las formas documentadas. Los gránulos más representativos de esta especie son los de forma
elíptica (forma núm. 1.2), ocurriendo en 32 (50.8%) de los 63 casos analizados. Otra forma común es la que
denominamos oblanceolado doble (forma núm. 1.7.3), siendo una forma parecida a la elíptica, pero con la
característica de contar una ligera curvatura en los dos ejes más largos. Esta forma fue documentada en 10
(15.9%) casos. Las restantes 9 formas ocurrieron en muchos menos gránulos de la muestra, siendo los gránulos
ovalados (forma núm. 1.5) los que siguen en orden descendente de frecuencia con 5 (7.9%) de casos. Los gránulos
234
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
con forma oblanceolada alargada de ápice angosto (forma núm. 1.7.2) ocurrieron en 4 (6.3%) ocasiones, mientras
que los gránulos de forma oblanceolada de ápice angosto (forma núm. 1.7.4) fueron documentados en 3 (4.8%)
ocasiones. Otras tres formas fueron documentadas en 2 (3.2%) ocasiones cada una: oblongo (forma núm. 1.3),
oblanceolado (forma núm. 1.7) y hexagonal agudo expandido con lados rectos (forma núm. 1.11.2). En último
lugar documentamos 3 formas en 1 (1.6%) ocasión cada una: trasovado (forma núm. 1.6), pentagonal agudo recto
(forma núm. 1.10) y pentagonal obtuso alargado (forma núm. 1.10.5).
Tamaño: Todos los gránulos analizados fueron formas irregulares de una u otra forma, por lo que no fue
documentada la variable diámetro. Las dimensiones generales de largo de los gránulos oscilan entre 9 y 38µm,
siendo 20µm la media. El rango más frecuente de estas dimensiones se encuentra entre 14 y 26µm. Asimismo, las
dimensiones de ancho oscilan generalmente entre 4 y 20µm, siendo 10µm la media. El rango más frecuente para
estas dimensiones está entre 6.8 y 13.2µm.
Hilum: El hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue documentado sólo en 2 (3.2%) de los 63 gránulos
analizados.
Posición de hilum: La posición de los 2 casos de hilum antes mencionados fue excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 2 variantes de cavidad en los 63 casos analizados. De ellas, la cavidad o fisura lineal A
(cavidad núm. 10.3) ocurrió en 15 (23.8%) de los 63 casos, mientras que la cavidad lineal H (cavidad núm. 10.19)
fue documentada en 1 (1.6%) caso.
Laminado: La variante de laminado de anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3) fue documentada en 37
(58.7%) de los 63 casos analizados.
Tonalidad: Todos los gránulos analizados (63 o 100%) cuentan con una tonalidad interna y externa clara
(tonalidad núm. 5.4).
Estructura: Todos los gránulos (63 o 100%) son estructuras simples o individuales (estructura núm. 9.1).
Margen: Documentamos 6 variantes de margen en los gránulos analizados, utilizadas aquí para caracterizar
principalmente las bases de los gránulos. La variante línea curva-angular (margen núm. 11.14) ocurrió en 17
(27%) ocasiones. Luego la variante línea recta-angular (margen núm. 11.15) fue documentada en 12 (19%)
ocasiones. En tercer lugar fue registrada la variante línea curva-angular alargada (margen núm. 11.16) en 9
(14.3%) casos, mientras que las variantes línea ondulada suave (margen núm. 11.7), línea recta (margen núm.
11.9) y línea curva-convexa (margen núm. 11.11) fueron documentadas en 1 (1.6%) ocasión respectivamente.
Borde: En 62 (98.4%) casos los gránulos contaron con un borde en doble línea, oscura la externa y clara la interna
(borde núm. 12.5). En el restante caso (1.6%) se observó una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1).
235
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Marantaceae
Género- Especie: Calathea zebrina (Sims) Lindl.
Nombre Común: galatea, zebra
Órgano de la planta: raíz tuberosa (rizoma)
Origen: Suramérica
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 26 a) planta de C. zebrina, b) rizomas; c) gránulos de almidón, nótense las dimensiones, el hilum, las fisuras, el laminado y las
formas alargadas en algunos de los cuerpos, distinto a C. allouia (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca,
aumento de 400, 10 unidades=25µm); d) los mismos gránulos, pero con luz polarizada (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-
3LIT, campo oscuro, misma escala que en imagen c).
Forma: Fueron 14 las formas documentadas en este órgano. La más representativa es la forma ovalada (forma
núm. 1.5), ocurriendo en 25 (39.7%) de los 63 casos analizados. Otra forma común es la elíptica (forma núm. 1.2),
documentada en 13 (20.6%) ocasiones. En tercer y cuarto lugar de ocurrencia se encuentran las formas trasovado
obtuso alargado (forma núm. 1.6.7) y esférica (forma núm. 1.1) registradas en 7 (11.1%) y 6 (9.5%) casos
respectivamente. Sigue la forma oblanceolada (forma núm. 1.7) con 3 (4.8%) casos documentados. Las 9 formas
restantes ocurrieron en 1 (1.6%) caso respectivamente: oblongo (forma núm. 1.3), cuadrangular obtuso romboidal
(forma núm. 1.9.3), triangular recto-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.3), triangular convexo-convexo-
convexo comprimido (forma núm. 1.8.13), triangular convexo/ondulado-convexo-convexo/ondulado alargado
(forma núm. 1.8.14), triangular convexo/ondulado-convexo-convexo/ondulado comprimido (forma núm. 1..8.15),
pentagonal obtuso alargado (forma núm. 1.10.5), ovalado irregular “cemí” expandido (forma núm. 1.5.8) y
elíptico curvo (forma núm. 1.2.1).
236
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Tamaño: Las medidas generales de largo de los 57 gránulos no esféricos oscilan entre 13 y 46µm, siendo 28µm la
media. El rango más frecuente de largo se encuentra entre 21 y 35µm. Las dimensiones de ancho de los mismos
gránulos oscilan entre 11 y 25µm, siendo 20µm la media. El rango más frecuente para estas dimensiones está
entre 17 y 23µm. El diámetro de los restantes 6 gránulos esféricos oscila entre 11 y 19µm y la media es 15µm. El
rango más frecuente de esta dimensión ocurre entre 12 y 18µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue documentada en 32 (50.8%) de los 63
gránulos analizados.
Posición de hilum: En 29 (46%) de los 63 casos, el hilum se documentó en posición excéntrica (posición no 3.2),
mientras que los otros 3 (4.8%) se ubicaron en posición céntrica (posición núm. 3.1).
Cavidad: La variante de cavidad o fisura lineal A (cavidad núm. 10.3) fue registrada en 13 (20.6%) de los 63
gránulos, mientras que otras 4 variantes se documentaron en 1 (1.6%) ocasión respectivamente: forma “Y”
(cavidad núm. 10.8), forma “T” (cavidad núm. 10.9), asimétrica (cavidad núm. 10.11) y cruz (cavidad núm.
10.12).
Laminado: Tres variantes de laminado fueron documentadas. La de mayor frecuencia en los 63 gránulos
analizados es la de anillos concéntricos B (laminado núm. 4.3) con 31 (49.2%) casos y sigue la variante círculos
asimétricos (laminado núm. 4.6) con 11 (17.5%) casos registrados. En último lugar se documentó la variante
círculos simétricos (laminado núm. 4.5) en 2 (3.2%) casos.
Tonalidad: La tonalidad de los 63 (100%) gránulos es externa e interna clara (tonalidad núm. 5.4).
Estructura: La totalidad de los gránulos analizados son estructuras simples o individuales (estructura núm. 9.1).
Margen: Tres variantes de margen fueron documentadas en 33 (52.4%) de los 63 gránulos analizados. Entre ellas,
la variante línea ondulada suave (margen núm. 11.7) fue la de mayor ocurrencia registrándose en 21 (33.3%)
gránulos. Sigue la variante línea curva-angular (margen núm. 11.14) con 9 (14.3%) casos y por último el margen
en línea curva-convexa (margen núm. 11.11) con 3 (4.8%) casos.
Borde: El borde de los 63 gránulos analizados es una la línea doble, oscura la externa y clara la interna (borde
núm. 12.5).
237
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Coix lacyma-jobi L.
Nombre común: camándulas; Job´s tear
Órgano de la planta: semillas
Origen: Asia tropical ¿?
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b) c)
d) e)
Figura 27 a) planta de camándulas; b) detalle de semillas; c) semillas secas; d) gránulos de almidón con luz blanca, nótense las
marcadas fisuras radiales presentes en la superficie de muchos de los gránulos; e) los mismos gránulos, pero en campo oscuro y con
luz polarizada (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Documentamos una gran variabilidad de formas en C. lacryma- jobi, un total de 22. Entre ellas, las más
frecuentes son la ovalada (forma núm. 1.5) y la esférica (forma núm. 1.1) que fueron documentadas en 13 (20.6%)
y 12 (19%) ocasiones respectivamente. En tercer lugar de frecuencia se encuentran los gránulos truncados (forma
núm. 1.4), ocurriendo en 6 (9.5%) ocasiones. Los gránulos pentagonales obtusos convexos (forma núm. 1.10.6) y
ovalados planos (forma núm. 1.5.9) fueron registrados en 4 (6.3%) ocasiones respectivamente. Por su parte, 3
(4.8%) de los gránulos son de forma pentagonal con ángulos agudos y paredes rectas (forma núm. 1.10). Siguen
las otras 5 formas que fueron documentadas en 2 (3.2%) ocasiones cada una: cuadrangular obtuso romboidal
(forma núm. 1.9.3), hexagonal expandido con ángulos agudos y paredes rectas (forma núm. 1.11.2), pentagonal
alargado con ángulos obtusos (forma núm. 1.10.5), ovalado irregular expandido en forma de “cemí” (forma núm.
238
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
1.5.8) y truncado alargado (forma núm. 1.4.2). Por último otras 11 formas ocurrieron en 1 (1.6%) ocasión cada
una: triangular agudo convexo (forma núm. 1.8), triangular obtuso convexo (forma no 1.8.1), pentagonal obtuso
recto (forma núm. 1.10.3), cuadrangular obtuso-convexo (forma núm. 1.9.2), triangular recto-convexo-convexo
comprimido (forma núm. 1.8.7), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11), trasovado
comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5), ovalado flexible (forma núm. 1.5.6), trasovado obtuso alargado
(forma núm. 1.6.7), truncado campana alargado (forma núm. 1.4.3) y ovalado irregular expandido (forma núm.
1.5.7).
Tamaño: En las formas irregulares el rango general de largo es entre 5 y 20µm, y la media 13µm. El rango más
frecuente para largo es entre 9.5 y 16.5µm. Las dimensiones generales de ancho de los mismos gránulos oscila
entre 5 y 20µm también, pero la media es 11µm. El rango más frecuente de las medidas de ancho es entre 7.6 y
14.4µm. El diámetro de los restantes gránulos esféricos oscila generalmente entre 5 y 18µm, siendo 15µm la
media. El rango más frecuente de dimensiones de diámetro es entre 10.7 y 19.3µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue registrada en 13 (20.6%) de los 63
gránulos analizados.
Posición de hilum: El hilum se proyectó en el centro (posición núm. 3.1) de los gránulos en 11 (17.5%) de los 63
casos estudiados, mientras que otros dos casos fueron proyecciones excéntricas (posición núm. 3.2) de esta
variable.
Punto de flexión: Un sólo caso (1.6%) registró la variante de punto de flexión línea E (pto. flex. núm. 13.6).
Posición de punto de flexión: El anterior caso se proyectó en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Dos variantes de cavidad o fisuras fueron documentadas. De ellas, la que es más característica de los
almidones de esta especie es la que llamamos asimétrica o radial (cavidad núm. 10.11), siendo en este caso un
conjunto de múltiples y pequeñas fisuras oscuras que se proyectan radialmente desde el centro de los gránulos
hasta sus bordes. Esta variante fue documentada en 42 (84%) de los 50 gránulos con fisura. La otra variante de
cavidad documentada es la típica cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), que ocurrió en 8 (16%) de los 63 casos
analizados.
Tonalidad: Documentamos dos variantes de tonalidad en los gránulos. La más frecuente es la tonalidad clara
(tonalidad núm. 5.4), que fue documentada en 45 (71.4%) ocasiones. Otros 18 (28.6%) casos evidenciaron una
tonalidad externa e interna grisácea (tonalidad núm. 5.5).
Estructura: Todos los gránulos observados (63 o 100%) son simples o individuales (estructura núm. 9.1).
Borde: A diferencia de otras gramíneas como el maíz (ver adelante), 2 variantes de borde caracterizan a este
conjunto de gránulos. La doble línea oscura y bien marcada (borde núm. 12.2) se registró en 59 (93.7%) de los 63
casos, mientras que una línea oscura (borde núm. 12.1) fue observada en los restantes 4 (6.3%) casos.
239
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Descripción: semillas arqueológicas de maíz tipo dentado, endospermo blando, coloración rojo-cobre
Procedencia de la muestra: Sitio Azapa 115, Capa 2, asociado con tumba 3; Periodo Formativo tardío (300
d.C.), región desértica del norte de Chile
Órgano de la planta: semillas
Origen: posiblemente amazónico (según Iván Muñoz, 2003)
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
d)
c)
Figura 28 a) semillas de maíz arqueológico, b) perfil de las mismas semillas, c) gránulos de almidón, d) gránulos de almidón, nótense
las pequeñas estrías lineales dispuestas asimétricamente en la superficie de muchos de los gránulos (fotomicrografía con microscopio
Iroscope PT-3LIT, luz blanca, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 21 formas en los 63 gránulos analizados de las semillas arqueológicas. Entre ellas,
la de mayor frecuencia es la forma ovalada (forma núm. 1.5), documentada en 18 (28.6%) ocasiones. En segundo
240
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
lugar documentamos la forma truncada (forma núm. 1.4) en 10 (15.9%) ocasiones y en tercer lugar registramos la
forma esférica (forma núm. 1.1) en 6 (9.5%) ocasiones. La forma ovalado flexible (forma núm. 1.5.6) se
documentó en 4 (6.3%) casos mientras que otras dos formas fueron documentadas en 3 (4.8%) casos cada una:
trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1) y cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3).
Las formas pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3), pentagonal obtuso convexo (forma núm. 1.10.6),
triangular recto-recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.6) y ovalado doble (forma núm. 1.5.1) fueron
documentadas en 2 (3.2%) casos cada una. Las formas de menor frecuencia en esta muestra, documentadas en 1
(1.6%) ocasión cada una son las siguientes: trasovado (forma núm. 1.6), pentagonal agudo recto (forma núm.
1.10), trasovado triangular (forma núm. 1.6.2), triangular convexo-convexo-convexo comprimido (forma núm.
1.8.13), oblanceolado de ápice angosto (forma núm. 1.7.4), oblanceolado expandido (forma núm. 1.7.1),
hexagonal agudo recto expandido (forma núm. 1.11.2), pentagonal obtuso alargado (forma núm. 1.10.5), ovalado
oruga expandido (forma núm. 1.5.4), hexagonal obtuso recto expandido (forma núm. 1.11.3) y cuadrangular
irregular recto alargado (forma núm. 1.9.5).
Tamaño: En las 57 (90.5%) formas no esféricas, el rango general de medidas de largo está entre 7 y 20µm, siendo
la media 15µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 12 y 18µm. En cuanto al ancho de los mismos
cuerpos, las medidas oscilan entre 5 y 15µm, existiendo una media de 13µm. El rango más frecuente para el ancho
de los gránulos es entre 11 y 15µm. Las medidas de diámetro de los restantes 6 (9.5%) gránulos esféricos oscilan
entre 6 y 15µm. La media en este renglón es 10.5µm y el rango más frecuente es entre 7 y 14µm.
Hilum: En 19 (30.2%) de los 63 casos analizados se documentó la variante de hilum en forma de círculo (hilum
núm. 2.1), mientras que en los restantes 44 (69.8%) casos no presenciamos esta variable.
Posición de hilum: En 5 (7.9%) de los 63 casos, el hilum se registró en posición céntrica (posición núm. 3.1) y en
los restantes 14 (22.2%) casos en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 4 variantes de cavidad o fisura en 25 (39.7%) de los 63 casos analizados. De ellas, la
más común es la cavidad asimétrica o radial (cavidad núm. 10.11), registrada en 14 (56%) de los 25 casos. Sigue
en orden de frecuencia la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), documentada en 9 (36%) casos. En tercer y último
lugar fueron documentadas dos variantes en 1 (4%) ocasión cada una: cavidad circular (cavidad núm. 10.2) y
cavidad en forma de T (cavidad núm. 10.9).
Laminado: A diferencia de los otros maíces analizados en este estudio, pudimos detectar que en 2 casos (3.2%) se
manifestó lo que consideramos son anillos de crecimiento o laminado concéntrico (laminado núm. 4.2).
Particularmente estos casos ocurrieron en gránulos de formas y dimensiones amplias cuando éstos fueron rotados
a posiciones “laterales”. De ser correcta nuestra apreciación, estaríamos ante la primera evidencia de laminado
visible en gránulos de almidón de maíz, sin embargo, mantenemos este dato como una posibilidad que requiere
mayor análisis en el futuro.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos claros (tonalidad núm. 5.4).
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos y ovalados irregulares documentados, es decir, a 39 (61.9%) de 63 casos analizados. La variante de
margen de mayor frecuencia en estos casos es la línea curva-convexa (margen núm. 11.11), documentada en 13
(33.3%) casos y luego el margen línea recta (margen núm. 11.9). En tercer lugar documentamos el margen línea
curva-angular (margen núm. 11.14) en 6 (15.4%) casos y posteriormente las variantes línea ondulada suave
(margen núm. 11.7) y línea curva cóncava (margen núm. 11.12) en 4 (10.3%) casos cada una. La variante de
menor frecuencia es la línea recta-angular (margen núm. 11.15), documentada en 1 (2.6%) ocasión.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos es una doble línea: la externa oscura y la interna
clara (borde núm. 12.5).
241
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Cateto cristalino
Órgano de la planta: semillas
Origen: Suramérica, Brasil
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a)
b)
c)
Figura 29 a) granos de maíz Cateto cristalino, b) gránulos de almidón (fotomicrografías b y c con microscopio Iroscope PT-3LIT,
aumento de 400, luz blanca y campo oscuro con polarizador respectivamente, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 21 formas diferentes en los 63 gránulos analizados de esta raza de maíz. Entre
ellas, la de mayor frecuencia es la forma esférica (forma núm. 1.1), documentada en 19 (30.2%) casos. En
segundo lugar documentamos la forma ovalada (forma núm. 1.5) en 15 (23.8%) ocasiones. En tercer lugar
documentamos la forma truncado alargado (forma núm. 1.4.2) en 6 (9.5%) ocasiones y en cuarto lugar
242
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
registramos 5 formas en 2 (3.2%) ocasiones cada una: triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1), trasovado
comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5), ovalado “oruga” expandido (forma núm. 1.5.4), cuadrangular
recto alargado (forma núm. 1.9.4) y triangular convexo-convexo con ápice obtuso (forma núm. 1.8.17).
Las restantes 13 formas ocurrieron en 1 (1.6%) ocasión cada una: truncado (forma núm. 1.4), trasovado (forma
núm. 1.6), cuadrangular obtuso convexo (forma núm. 1.9.2), pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3),
oblanceolado doble (forma núm. 1.7.3), ovalado doble (forma núm. 1.5.1), ovalado flexible (forma núm. 1.5.6),
hexagonal agudo recto expandido (forma núm. 1.11.2), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6), trasovado obtuso
alargado (forma núm. 1.6.7), ovalado irregular “cemí” expandido (forma núm. 1.5.8), cuadrangular irregular
alargado (forma núm. 1.9.7) y triangular convexo-cóncavo-convexo (forma núm. 1.8.16).
Tamaño: En las 44 (69.8%) formas no esféricas, el rango general de medidas de largo está entre 3 y 15 µm,
siendo la media 11µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 8 y 14µm. En cuanto al ancho de los mismos
cuerpos, las medidas oscilan entre 4 y 18µm, existiendo una media de 10µm. El rango más frecuente para el ancho
de los gránulos es entre 6 y 13µm. Las medidas de diámetro de los restantes 19 (30.2%) gránulos esféricos
oscilan entre 4 y 15µm. La media en este renglón es 10µm y el rango más frecuente es entre 7 y 13µm.
Hilum: En 32 (50.8%) de los 63 casos analizados se documentó la variante de hilum en forma de círculo (hilum
núm. 2.1), mientras que en los restantes 31 (49.2%) casos no presenciamos esta variable.
Posición de hilum: En 18 (28.6%) de los 63 casos, el hilum se registró en posición céntrica (posición núm.3.1) y
en los restantes 14 (22.2%) casos en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 6 variantes de cavidad o fisura en 10 (19%) de los 63 casos analizados. De ellas, la más
común es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), registrada en 7 (11.1%) de los 63 casos. Las otras 5 variantes
ocurrieron en 1 (1.6%) ocasión cada una: cavidad circular (cavidad núm. 10.2), cavidad en forma de Y (cavidad
núm. 10.8), cavidad en forma de T (cavidad núm. 10.9), cavidad asimétrica (cavidad núm. 10.11) y cavidad lineal
F (cavidad núm. 10.17).
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceo claros (tonalidad núm. 5.4).
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos y ovalados irregulares documentados, es decir, a 29 (46%) de 63 casos analizados. La variante de
margen de mayor frecuencia en estos casos es el denominado como línea recta (margen núm. 11.9), registrado en
10 (15.9%) de 63 casos, mientras que el margen línea curva-angular (margen núm. 11.14) fue documentado en 7
(11.1%) casos. Sigue el margen línea curva-convexa (margen núm. 11.11), documentado en 6 (9.5%) casos y la
línea ondulada suave (margen núm. 11.7), que se registró en 5 (7.9%) casos. Por último, la variante línea curva-
cóncava (margen núm. 11.12) fue registrada en 1 (1.6%) caso.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos es una doble línea: la externa oscura y la interna
clara (borde núm. 12.5).
243
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Caribe temprano (Early Caribbean)
Órgano de la planta: semillas
Origen: ¿Antillas?
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
b)
a)
c)
d) e)
Figura 30 a) planta de maíz Caribe temprano (adaptado de Brown 1955), b) mazorcas, c) granos de maíz, d) y e) gránulos de
almidón (fotomicrografías d y e con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, luz blanca y campo oscuro con polarizador
respectivamente, 10 unidades=25µm).
244
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Forma: Existe gran variabilidad de formas en esta raza de maíz. De 18 formas documentadas, 4 de ellas son las
más representativas, siendo la forma esférica (forma núm. 1.1) la de mayor frecuencia con 25 (39.7%) casos
registrados. Sigue en orden descendente la forma ovalada (forma núm. 1.5) con 13 (20.6%) casos documentados.
En tercer lugar se documentó la forma truncada (forma núm. 1.4), con 5 (7.9%) casos, siendo esta forma más
alargada que en los casos documentados en otras plantas (e.g., género Xanthosoma). En cuarto lugar se
documentaron 3 (4.8%) casos de formas pentagonales obtuso recto (forma núm. 1.10.3). Las otras formas
documentadas son minoritarias en la muestra. Estas son: cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3),
triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1) y triangular convexo-convexo-convexo comprimido (forma núm.
1.8.13) con 2 (3.2%) casos registrados en cada una. Por último, documentadas en 1 (1.6%) sólo caso, se
encuentran las siguientes 11 formas: trasovado (forma núm. 1.6), cuadrangular agudo convexo (forma núm. 1.9),
cuadrangular obtuso cóncavo (forma núm. 1.9.1), pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10), pentagonal agudo
cóncavo (forma núm. 1.10.1), pentagonal agudo convexo (forma núm. 1.10.2), hexagonal agudo-recto alargado
(forma núm. 1.11), ovalado riñón (forma núm. 1.5.2), hexagonal truncado (forma núm. 1.11.1), ovalado irregular
“cemí” (forma núm. 1.5.5) y ovalado oruga (1.5.3).
Tamaño: Fueron 38 (60.32%) casos en los que se documentaron medidas de largo y ancho. El rango general de
largo oscila entre 8 y 20µm y la media es 14.5µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 11 y
18µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 8 y 19µm existiendo una media de 13µm. El
rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 10 y 16µm. Las medidas de diámetro de los restantes
25 (39.68%) gránulos esféricos oscilan entre 3 y 20µm. La media en este renglón es 10µm y el rango más
frecuente es entre 6 y 14µm.
Hilum: En 39 (61.9%) de los 63 casos analizados no se documentó la presencia de hilum mientras que en los
restantes 24 (38.1%) casos fue documentado el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: En 20 (31.7%) de los 63 casos el hilum se registró en posición céntrica (posición núm. 3.1) y
los restantes 4 (6.3%) casos en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 7 variables de cavidad o fisura en 32 (50.79%) de los 63 casos. De ellas, la más común
es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), registrada en 14 (22.2%) de 63 casos. Sigue en orden de frecuencia la
cavidad lineal D (cavidad núm. 10.15), documentada en 7 (11.1%) de 63 casos. Luego, la cavidad en forma de Y
(cavidad núm. 10.8) fue documentada en 4 (6.3%) casos. Otras 3 cavidades fueron documentadas en 2 (3.2%) de
63 casos cada una: circular (cavidad núm. 10.2), forma T (cavidad núm. 10.9) y lineal B (cavidad núm. 10.13). La
cavidad de menor frecuencia es la lineal C (cavidad núm. 10.14), documentada en 1 (3.1%) de 32 casos.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceo claros (tonalidad núm. 5.5).
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos documentados, es decir, a 38 (60.4%) de 63 casos analizados. La variante de margen de mayor
frecuencia en estos casos es el margen denominado línea curva-convexa (margen núm. 11.11), documentada en 24
(38.1%) ocasiones. El margen línea recta (margen núm. 11.9) fue registrado en 10 (15.9%) casos mientras que los
márgenes línea ondulada suave (margen núm. 11.7) y línea curva-cóncava (margen núm. 11.12) fueron
documentados en 3 (4.8%) y 1 (1.6%) caso respectivamente.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una doble línea: oscura en la parte
externa y clara en la interna (borde núm. 12.5).
245
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Chandelle (Canilla en Cuba y Venezuela)
Órgano de la planta: semillas
Origen: Suramérica, Antillas
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
b)
a)
c) d)
Figura 31 a) Planta de maíz Chandelle, b) mazorcas, c) detalle de los granos de la mazorca y d) gránulos de almidón (fotos a y b
tomadas de Brown 1955; fotomicrografía “d” con microscopio Olympus CH30, luz blanca, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Se registraron 9 formas de cuerpo en estos gránulos. La forma más frecuente es la esférica (forma núm.
1.1), registrada en 37 (58.7%) casos. Sigue en orden de ocurrencia la forma truncada (forma núm. 1.4), registrada
en 8 (12.7%) casos. La forma ovalada (forma núm. 1.5) fue documentada en 7 (11.1%) casos y la forma
cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) en 5 (7.9%) casos. Otras formas minoritariamente
246
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
representadas en la muestra son la ovalado doble (forma núm. 1.5.1), con 2 (3.2%) casos documentados mientras
que las formas triangular recto-recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.6); hexagonal agudo-recto alargado
(forma núm. 1.11); hexagonal truncado (forma núm. 1.11.1) y hexagonal agudo-recto expandido (forma núm.
1.11.2) fueron documentadas en 1 (1.6%) caso cada una.
Tamaño: El rango general de las medidas de largo en las 26 (41.3%) formas no esféricas oscila entre 5 y 20µm y
la media es 12µm. El rango más frecuente de medidas de largo oscila entre 9 y 15µm. En cuanto al ancho de los
cuerpos, el rango general de medidas oscila entre 5 y 18µm siendo la media 12µm. El rango más frecuente para el
ancho de los gránulos es entre 8 y 16µm. El rango general de las medidas de diámetro de los 37 (58.7%) gránulos
esféricos es entre 2 y 18µm. La media en este renglón es 13µm y el rango más frecuente es entre 10 y 16µm.
Hilum: El hilum en forma de punto (hilum núm. 2.1) fue documentado en 38 (60.3%) de los 63 gránulos
analizados. Los restantes 25 (39.7%) no mostraron esta característica.
Posición de hilum: Los 38 casos de hilum arriba mencionados ocurrieron en posición céntrica (posición núm.
3.1).
Cavidad: 5 variantes de cavidad fueron documentadas en 12 (19.05%) de los 63 casos analizados. De ellas, la más
frecuente es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), ocurriendo en 6 (6.4%) de 63 casos. Sigue la cavidad lineal
C (cavidad núm. 10.14), documentada en 3 (4.8%) de 12 casos. Otras 3 variantes ocurrieron en 1 (1.6%) caso
respectivamente: cavidad circular (cavidad núm. 10.2), cavidad en forma de Y (cavidad núm. 10.8) y la cavidad
lineal D (cavidad núm. 10.15).
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceos (tonalidad núm. 5.4).
Margen: Esta variable algunas de sus variantes fueron documentadas en 24 (38.1%) de los 63 casos analizados.
La variante de mayor frecuencia es el margen de línea curva-convexa (margen núm. 11.11), documentado en 12
(19.1%) de 63 casos. Sigue el margen de línea recta (margen núm. 11.9), registrado en 10 (15.9%) de 63 casos. El
margen de línea ondulada suave (margen núm. 11.7) fue documentado en 2 (3.2%) de 63 casos.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una doble línea, oscura en la parte
externa y clara en la parte interna (borde núm. 12.5).
247
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Negrito de Colombia
Órgano de la planta: semillas
Origen: Colombia
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
Forma: Fueron documentadas 18 formas diferentes en los 63 gránulos analizados de esta raza de maíz. La de
mayor frecuencia es la forma esférica (forma núm. 1.1), documentada en 19 (30.2%) de los casos. En segundo
lugar documentamos la forma ovalada (forma núm. 1.5) en 11 (17.5%) de los casos. En tercer lugar
documentamos la forma truncada (forma núm. 1.4) en 6 (9.5%) casos mientras que en cuarto lugar registramos 2
formas en 4 (6.3%) casos respectivamente: truncado alargado (forma núm. 1.4.2) y cuadrangular irregular
alargado (forma núm. 1.9.7), ambas, documentadas también en la raza de maíz Pollo. En quinto lugar registramos
otras dos formas en 3 (4.8%) casos respectivamente: pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3) y ovalado doble
(forma núm. 1.5.1).
248
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
En sexto lugar documentamos 2 formas adicionales que ocurrieron en 2 (3.2%) ocasiones respectivamente:
cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3) y ovalado irregular “cemí” expandido (forma núm. 1.5.8), ésta
última documentada también en las razas Cateto de Brasil y Pollo de Colombia.
Por último, en séptimo lugar registramos 9 formas en 1 (1.6%) ocasión cada una: trasovado (forma núm. 1.6),
pentagonal obtuso convexo (forma núm. 1.10.2), triangular recto-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.3),
trasovado comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5), hexagonal truncado (forma núm. 1.11.1), ovalado
flexible (forma núm. 1.5.6), hexagonal agudo-recto expandido (forma núm. 1.11.2), triangular acanalado (forma
núm. 1.8.37, documentada también en la raza Pollo) y triangular obtuso cóncavo (forma núm. 1.8.20), esta última
forma, documentada únicamente en esta raza.
Tamaño: En las formas no esféricas (i.e., 44 casos [69.8%] de 63), el rango general de medidas de largo está entre
6 y 20µm, siendo la media 13µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 10 y 16µm. En cuanto al ancho de
los mismos cuerpos, las medidas oscilan entre 5 y 19µm, existiendo una media de 13µm. El rango más frecuente
para el ancho de los gránulos es entre 10 y 16µm. Las medidas de diámetro de los restantes 19 (30.2%) gránulos
esféricos oscilan entre 8 y 20 m. La media en este renglón es 11µm y el rango más frecuente es entre 8 y 14µm.
Hilum: En 38 (60.3%) de los 63 casos analizados no se documentó la presencia de hilum, mientras que en los
restantes 25 (39.7%) casos fue documentado el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: De los 25 casos de hilum antes mencionados, en 18 de ellos (28.6% de 63) el hilum se registró
en posición céntrica (posición núm. 3.1) y en los restantes 7 (11.1% de 63) casos en posición excéntrica (posición
núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 9 variantes de cavidad o fisura en 19 (30.2%) de los 63 casos. De ellas, la más común
es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), registrada en 6 (9.6%) de 63 casos. Sigue en orden de frecuencia la
cavidad asimétrica/radial (cavidad núm. 10.11), documentada en 4 (6.4%) de 63 casos. Luego, la cavidad circular
(cavidad núm. 10.2) y la cavidad lineal F (cavidad núm. 10.17) fueron documentadas en 2 (3.2%) casos. Por
último, 5 cavidades fueron documentadas en 1 (1.6%) ocasión respectivamente: cavidad triangular (cavidad núm.
10.4), cavidad en forma de T (cavidad núm. 10.9), cavidad lineal B (cavidad núm. 10.13), cavidad lineal C
(cavidad núm. 10.14) y cavidad lineal D (cavidad núm. 10.15).
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceo claros (tonalidad núm. 5.5).
Estructura: Todas las estructuras analizadas son simples (i.e., gránulos individuales).
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos y ovalados irregulares documentados, es decir, a 33 (52.4%) de los 63 casos analizados. La variante de
margen de mayor frecuencia en estos casos es el denominado como margen línea recta (margen núm. 11.9),
mismo que fue registrado en 15 (24%) de 63 casos. En segundo lugar documentamos el margen línea ondulada
suave (margen núm. 11.7) en 9 (14.4%) de 63 casos y en tercer lugar al margen línea curva-convexa (margen
núm. 11.11), documentado en 6 (9.6%) casos. Por último 3 variantes más fueron documentadas en 1 (1.6%)
ocasión cada una: línea curva-cóncava (margen núm. 11.12), línea curva-angular (margen núm. 11.14) y línea
recta-angular (margen núm. 11.15).
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una doble línea: la externa es oscura y la
interna es clara (borde núm. 12.5).
249
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Pollo
Órgano de la planta: semillas
Origen: Colombia (¿región andina?)
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b) c)
d) e)
Figura 33 a) planta de maíz Pollo (tomado de Roberts et al.1957), b) mazorcas, c) granos, d) y e) gránulos de almidón: nótense las
formas, ubicaciones de hilum y fisuras peculiares de estos gránulos, entre los que se ha podido documentar la presencia de varias
estructuras compuestas por más de un gránulo (e.g., estructura alargada [oblanceolado doble] en la imagen “e”). Fotomicrografías
con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, luz blanca, 10 unidades=25µm.
Forma: Fueron documentadas 30 formas diferentes en los 63 gránulos analizados de esta raza de maíz. Entre
ellas, la de mayor frecuencia es la forma esférica (forma núm. 1.1), aunque documentada en sólo 10 (15.9%)
casos, situación contrastante con las razas Chandelle y Caribe temprano (58.7% y 39.7% respectivamente). En
segundo lugar documentamos las formas truncado (forma núm. 1.4) y ovalado (forma núm. 1.5) en 5 (7.9%) casos
cada una. En tercer lugar documentamos otras 2 formas en 4 (6.3%) casos, documentadas también en la raza
Negrito de Colombia: ovalado irregular “cemí” expandido (forma núm. 1.5.8) y truncado alargado (forma núm.
1.4.2). En cuarto lugar registramos la forma oblanceolado expandido (forma núm. 1.7.1) en 3 (4.8%) casos, forma
que cuenta con dimensiones y otras características documentadas por nosotros únicamente en esta raza, en la del
maíz arqueológico de Chile anteriormente expuesto y en la Caribe temprano (en este último, desafortunadamente,
fuera de la muestra analizada; véase también esta forma en la raza Cuzco [Pearsall et al. 2004, Fig.5e]). Cabe
250
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
destacar que esta forma, a diferencia de las otras formas oblanceoladas utilizadas aquí, proyecta el “ápice” en
forma abierta (e.g., más expandida que en los gránulos del rizoma de C. allouia) y en ángulo siempre obtuso
(compárese con las formas núm. 1.7.3 y 1.7.4). Asimismo, la base de estos gránulos es mucho más ancha en
relación con el ápice que en otros casos en donde se han documentado formas oblanceoladas (forma núm. 1.7)
como C. allouia.
En quinto lugar documentamos 8 formas adicionales que ocurrieron en 2 (3.2%) casos cada una, Las formas no
únicas son: elíptico (forma núm. 1.2), pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10), triangular recto-convexo-
convexo alargado (forma núm. 1.8.3), ovalado flexible (forma núm. 1.5.6), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6),
trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7) y cuadrangular alargado irregular (forma núm. 1.9.7), ésta última
documentada hasta el presente únicamente en las razas Negrito y Cateto. Asimismo la forma triangular recto-
recto-convexo irregular comprimido (forma núm. 1.8.18) ha sido documentada únicamente en esta raza y en
Tuśon.
Por último, registramos otras 16 formas con 1 (1.6%) caso cada una, siendo 2 de ellas formas no documentadas
previamente en ninguno de los especímenes de maíz y camándula aquí estudiados. Las formas no únicas son;
oblanceolado (forma núm. 1.7), cuadrangular agudo convexo (forma núm. 1.9), pentagonal agudo cóncavo (forma
núm. 1.10.1), trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1), trasovado triangular (forma núm. 1.6.2), cuadrangular
obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3), triangular recto-convexo-convexo comprimido (forma núm. 1.8.7),
oblanceolado doble (forma núm. 1.7.3, que corresponde a una estructura compuesta, véase Fig. 25e), ovalado
doble (forma núm. 1.5.1), ovalado irregular “cemí” (forma núm. 1.5.5), hexagonal agudo-recto expandido (forma
núm. 1.11.2), triangular “acanalado” (forma núm. 1.8.37), pentagonal obtuso alargado (forma núm. 1.10.5) y
ovalado “oruga” expandido (forma núm. 1.5.4). A su vez, las formas únicas, comparadas entre los otros maíces y
camándula son: truncado fragmentado (forma núm. 1.4.1) y triangular recto-recto-convexo irregular alargado
(forma núm. 1.8.19).
Tamaño: En las formas no esféricas (i.e., 53 casos [84.1%] de 63), el rango general de medidas de largo está entre
8 y 28µm, siendo la media 15µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 11 y 19µm. En cuanto al ancho de
los mismos cuerpos, las medidas oscilan entre 8 y 20µm, existiendo una media de 13µm. El rango más frecuente
para el ancho de los gránulos es entre 10 y 16µm. Las medidas de diámetro de los restantes 10 (15.9%) gránulos
esféricos oscilan entre 2 y 15µm. La media en este renglón es 10µm y el rango más frecuente es entre 6 y 14µm.
Hilum: En 40 (63.5%) de los 63 casos analizados no se documentó la presencia de hilum, mientras que en los
restantes 23 (36.5%) casos fue documentado el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: En 14 (22.4%) de 63 casos el hilum se registró en posición céntrica (posición núm. 3.1) y en
los restantes 9 (14.4%) casos en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 6 variantes de cavidad o fisura en 30 (47.6%) de los 63 casos. De ellas, la más común
es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), registrada en 18 (28.8%) de los 63 casos. Sigue en orden de frecuencia
la cavidad asimétrica/radial (cavidad núm. 10.11), documentada en 5 (7.9%) de 63 casos. Luego, la cavidad
circular (cavidad núm. 10.2) fue documentada en 3 (4.8%) casos. La cavidad lineal D o triangular convexo
(cavidad núm. 10.15) fue registrada en 2 (3.2%) mientras que otras 2 cavidades fueron documentadas en 1 (1.6%)
de 30 casos cada una: forma Y (cavidad núm. 10.8) y lineal B (cavidad núm. 10.13).
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceo claros (tonalidad núm. 5.5).
Estructura: En 59 (93.7%) de los 63 casos estudiados, registramos estructuras simples (i.e., gránulos
individuales), aunque en 4 (6.3%) casos documentamos estructuras constituidas por más de 1 gránulo formando en
algunos casos las formas elípticas, oblanceolado expandido y oblanceolado doble documentadas, aspecto que
diverge de los datos recabados para otras razas de maíz (véase Pearsall et al. 2004: 430).
251
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos y ovalados irregulares documentados, es decir, a 46 (73.2%) de 63 casos analizados. La variante de
margen de mayor frecuencia en estos casos es el denominado como línea ondulada suave (margen núm. 11.7),
documentada en 15 (23.8%) ocasiones. El margen línea recta (margen núm. 11.9) fue registrado en 12 (19.2%)
casos, mientras que el margen línea curva-convexa (margen núm. 11.11) fue documentado en 9 (14.3%) casos.
Sigue el margen línea curva-angular (margen núm. 11.14), documentado en 5 (7.9%) casos y el margen línea
recta-angular (margen núm. 11.15), que se registró en 2 (3.2%) casos. Por último 3 variantes más fueron
documentadas en 1 (1.6%) ocasión cada una: mellas equidistantes puntiagudas (margen núm. 11.1), línea
ondulada abrupta (margen núm. 11.8) y línea curva-cóncava (margen núm. 11.12).
Borde: El borde característico de casi la totalidad de los gránulos (61=96.8%) consiste en una doble línea: la
externa oscura y la interna clara (borde núm. 12.5). Pero hubo 2 (3.2%) casos en los que sólo pudimos apreciar en
el borde una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1), posiblemente por la posición o ubicación de éstos, que
impidió ver la característica doble línea documentada en los otros maíces.
252
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Poaceae
Género- Especie: Zea mays L.
Nombre común: raza Tusón (Tuśon)
Órgano de la planta: semillas
Origen: Antillas (¿Suramérica-Antillas?)
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
b)
a)
c)
d) e)
Figura 34 a) Planta de maíz Tusón, b) mazorcas, c) detalle de los granos de la mazorca, d y e) gránulos de almidón (fotos a y b
tomadas de Brown 1955, escala gráfica de las mazorcas en centímetros; fotomicrografías “d” y “e” con microscopio Iroscope PT-3LIT,
luz blanca (d) y luz polarizada en campo oscuro (e), aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Fueron documentadas 20 formas en los 63 gránulos analizados de esta raza de maíz. Entre ellas, la de
mayor frecuencia es la forma esférica (forma núm. 1.1), documentada en 17 (27%) casos. En segundo lugar
253
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
documentamos la forma truncado “campana” alargada (forma núm. 1.4.3) en 6 (9.5%) ocasiones. En tercer lugar
están las formas trasovado (forma núm. 1.6) y ovalado plano (forma núm. 1.5.9), documentadas en 4 (6.3%)
ocasiones cada una. En cuarto lugar documentamos otras 5 formas en 3 (4.8%) ocasiones cada una: truncado
(forma núm. 1.4), ovalado (forma núm. 1.5), oblanceolado (forma núm. 1.7), cuadrangular obtuso romboidal
(forma núm. 1.9.3) y trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7). En quinto lugar se documentaron 6 formas en
2 (3.2%) ocasiones cada una: ovalado doble (forma núm. 1.5.1), ovalado flexible (forma núm. 1.5.6), pentagonal
obtuso alargado (forma núm. 1.10.5), ovalado irregular “cemí” expandido (forma núm. 1.5.8), truncado alargado
(forma núm. 1.4.2) y cuadrangular irregular alargado (forma núm. 1.9.7).
Por último, registramos otras 5 formas con 1 (1.6%) caso cada una: cuadrangular obtuso convexo (forma núm.
1.9.2), pentagonal obtuso recto (forma núm. 1.10.3), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm.
1.8.11), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6) y ovalado oruga expandido (forma núm. 1.5.4).
Tamaño: En las formas no esféricas (i.e., 46 casos [73%] de 63), el rango general de medidas de largo está entre 8
y 18µm, siendo la media 13µm. El rango más frecuente de largo oscila entre 10 y 16µm. En cuanto al ancho de los
mismos cuerpos, las medidas oscilan entre 4 y 15µm, existiendo una media de 10µm. El rango más frecuente para
el ancho de los gránulos es entre 7 y 13µm. Las medidas de diámetro de los restantes 17 (27%) gránulos esféricos
oscilan entre 1 y 15µm. La media en este renglón es 13µm y el rango más frecuente es entre 9 y 16µm.
Hilum: En 39 (61.9%) de los 63 casos analizados no se documentó la presencia de hilum, mientras que en los
restantes 24 (38.1%) casos fue documentado el hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1).
Posición de hilum: En 16 (25.4%) de 63 casos, el hilum se registró en posición céntrica (posición núm. 3.1) y en
los restantes 8 (12.7%) casos en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 7 variantes de cavidad o fisura en 23 (36.6%) de los 63 casos. De ellas, la más común
es la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3), registrada en 13 (20.6%) de los 63 casos. Siguen en orden de
frecuencia otras 4 variantes, registradas en 2 (3.2%) ocasiones cada una: cavidad circular (cavidad núm. 10.2),
cavidad en forma de Y (cavidad núm. 10.8), cavidad en forma de cruz (cavidad núm. 10.12) y cavidad lineal F
(cavidad núm. 10.17). Por último, las variantes de cavidad triangular (cavidad núm. 10.4) y en forma de T
(cavidad núm. 10.9) fueron documentadas en 1 (1.6%) caso cada una.
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos grisáceo claros (tonalidad núm. 5.5).
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden únicamente a los cuerpos no
esféricos y ovalados irregulares documentados, es decir, a 43 (68.3%) de 63 casos analizados. La variante de
margen de mayor frecuencia en estos casos es el denominado como línea ondulada suave (margen núm. 11.7),
documentada en 13 (20.6%) ocasiones. El margen línea recta (margen núm. 11.9) fue registrado en 12 (19.1%)
casos, mientras que las variantes de margen línea curva-convexa (margen núm. 11.11) y línea curva-angular
(margen núm. 11.14), fueron documentadas en 7 (11.1%) ocasiones cada una. Por último, el margen línea recta-
angular (margen núm. 11.15) se registró en 4 (6.4%) casos.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una doble línea: la externa oscura y la
interna clara (borde núm. 12.5).
254
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Smilacaceae
Género- Especie: Smilax dominguensis Willd.
Nombre común: bejuco de membrillo, raíz de zarzaparrilla
Órgano de la planta: rizoma
Origen: América tropical
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 35 a) Planta de S. dominguensis; b) rizoma; c) gránulos de almidón, nótese el característico laminado simple (un solo anillo)
cercano al hilum en los gránulos de esta especie (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca, aumento de 400, 10
unidades=25µm); d) los mismos gránulos, pero con luz polarizada (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, campo oscuro,
aumento de 400, escala igual que en la foto “c”).
Forma: Fueron documentadas 10 formas en los gránulos de S. dominguensis. De ellas, la forma esférica (forma
núm. 1.1) es la más frecuente registrándose en 31 (49.2%) de los 63 casos analizados. En segundo lugar de
frecuencia se encuentra la forma ovalada (forma núm. 1.5), la cual ocurrió en 17 (27%) casos. En tercer lugar
documentamos la forma truncada (forma núm. 1.4) en 8 (12.7%) ocasiones. Estas tres formas en particular
caracterizan a los gránulos de la especie en cuestión. Otras 7 formas ocurrieron en 1 (1.6%) caso cada una:
oblanceolado (forma núm. 1.7), triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1), pentagonal obtuso convexo (forma
255
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
núm. 1.10.6), trasovado comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6),
pentagonal obtuso alargado (forma núm. 1.10.5) y ovalado plano (forma núm. 1.5.9).
Tamaño: En los gránulos de formas no esféricas (31 casos de 63), el rango general de largo oscila entre 8 y 23µm
y la media es 15. El rango más frecuente en este rubro ocurre entre 11 y 19µm. En cuanto al ancho de los mismos
gránulos, el rango general oscila entre 8 y 21µm, siendo la media 15µm también. El rango más frecuente para el
ancho es entre 12 y 18µm. Los restantes 32 casos son formas esféricas. El rango general de diámetro oscila entre
10 y 24µm, siendo 15µm la media. El rango de diámetro más frecuente en estos gránulos es entre 11.5 y 18.5µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue registrada en 30 (47.6%) de los 63 casos
analizados.
Posición de hilum: De los 30 casos arriba señalados, 25 (39.7% de 63) ocurrieron en posición céntrica (posición
núm. 3.1), mientras que los restantes 3 (4.8% de 63) se proyectaron en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Punto de flexión: Tres variantes de esta variable fueron documentadas en sólo 1 (1.6%) caso cada una. Estas son:
lineal B (pto. flex. núm. 13.3), lineal C (pto. flex. núm. 13.4) y lineal I (pto. flex. núm. 13.10).
Posición de punto de flexión: Las 3 variantes antes expuestas se documentaron en posición excéntrica (posición
núm. 3.2).
Cavidad: Documentamos 4 variantes de fisura o cavidad. De ellas, la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3) fue
registrada en 9 (14.3%) de los 63 gránulos observados. En orden descendente de frecuencia registramos la cavidad
asimétrica o radial en 3 (4.8%) casos, mientras que otras 2 variantes fueron documentadas en 1 (1.6%) caso
respectivamente: lineal B (cavidad núm. 10.13) y lineal G (cavidad núm. 10.18).
Laminado: En estos gránulos de almidón ocurren 2 variantes de laminado. La más frecuente es el círculo singular
cercano al centro de los cuerpos (laminado núm. 4.9) ocurriendo en 34 (54%) de los 63 casos analizados. Esta
variante de laminado ha sido documentada hasta ahora únicamente en esta especie. Creemos que el patrón de
laminado en estos gránulos es el de círculos simétricos como en otros casos, sin embargo, sobresale o es
distinguible únicamente una sola línea que es la que hemos comentado arriba. La suposición anterior se sustenta
en parte por la presencia de 1 (1.6%) sólo caso en que pudimos observar el patrón de círculos simétricos
(laminado núm. 4.5).
Tonalidad: Todos los casos (63 o 100%) cuentan con tonalidades claras en la parte interna y externa (tonalidad
núm. 5.4).
Estructura: Todos los gránulos analizados (63 o 100%) son estructuras simples o individuales (estructura núm.
9.1).
Margen: Debido a las formas regulares que se documentaron en el conjunto de gránulos analizados,
documentamos 5 tipos de margen o facetas de presión en aquellas formas que cuentan con características de
margen distintivas. Entre ellas los márgenes línea recta (margen núm. 11.9) y línea curva-convexa (margen núm.
11.11) fueron registradas en 5 (7.9%) de los 63 gránulos analizados. Con menor frecuencia, la línea ondulada
suave (margen núm. 11.7) fue documentada en 3 (4.8%) ocasiones, mientras que el margen línea curva-cóncava
(margen núm. 11.12) se registró en 2 (3.2%) casos. Por último el margen línea recta-angular (margen núm. 11.15)
se observó en 1 (1.6%) caso.
Borde: En 62 (98.4%) de los 63 casos analizados el borde documentado es una línea externa oscura y otra interna
clara (borde núm. 12.5). Un solo caso (1.6%) contó con una línea oscura sencilla (borde núm. 12.1).
Observaciones: En algunos casos se pudo observar una depresión central donde debería estar el hilum. No se
puede considerar como una cavidad o fisura ni como hilum porque sus características son diferentes a estas d
variables. Existen raphides con bastante frecuencia. Dentro del tejido celulósico de esta planta (del rizoma
específicamente) existen gránulos poligonales con una frecuencia bastante alta.
256
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Solanaceae
Género- Especie: Solanum tuberosum L.
Nombre común: Papa criolla grande
Órgano de la planta: tubérculo
Origen: América subtropical (elevaciones templadas de la región andina)
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c)
c)
Figura 36 a) órganos de S. tuberosum (papa criolla grande en parte superior izquierda), b) granos de almidón, nótense los anillos de
crecimiento (fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca, aumento de 400, 10 unidades=25µm), c) los mismos granos,
pero con luz polarizada ((fotomicrografía con microscopio Iroscope PT-3LIT, campo oscuro, aumento de 400, escala igual que en la
foto “b”).
Forma: Se registraron 10 formas de cuerpos en estos gránulos. La forma más frecuente es la ovalada (forma núm.
1.5) registrada en 32 (50.8%) casos. Sigue en orden de ocurrencia la forma esférica (forma núm. 1.1) registrada en
12 (19%) casos. La forma triangular convexo-recto-convexo alargada (forma núm. 1.8.10) fue documentada en 6
(9.5%) casos y la forma triangular convexo-convexo-convexo alargada (forma núm. 1.8.11) en 4 (6.3%) casos.
Otras formas minoritariamente representadas en la muestra son la trasovada (forma núm. 1.6), la elíptica (forma
núm. 1.2), la truncada (forma núm. 1.4), la trasovado triangular (forma núm. 1.6.2), la triangular cóncavo-
convexo-convexo alargada (forma núm. 1.8.5) y la trasovado comprimido con inclinación izquierda (forma núm.
1.6.3), registradas las primeras dos formas en 3 (4.8%) y 2 (3.2%) casos respectivamente y en 1 caso (1.6%) cada
una de las que siguen.
257
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Tamaño: Hubo 51 gránulos (81% de 63 casos) en los que se registraron medidas de largo y ancho. El rango
general de estas medidas oscila entre 13 y 88µm y la media es de 48µm. El rango más frecuente de medidas de
largo oscila entre 31 y 65µm. En cuanto al ancho de los cuerpos, las medidas oscilan entre 13 y 68µm existiendo
una media de 33µm. El rango más frecuente para el ancho de los gránulos es entre 21 y 45µm. Las medidas de
diámetro de los restantes 12 (19%) gránulos esféricos oscilan entre 14 y 43µm. La media en este renglón es
23.5µm y el rango más frecuente es entre 13 y 34µm.
Hilum: Algunos gránulos de almidón del género Solanum poseen hilum, aunque el mismo se puede observar
aparentemente en los gránulos maduros (vistos con luz blanca normal); presentan formas homogéneas y casi
siempre se encuentran en uno de los extremos del gránulo.
Las variantes de hilum documentadas en 11 (17.46%) de los 63 casos son: 10 (90.9% de 11) en forma de círculo
(hilum núm. 2.1) y 1 (9.1%) en forma de triángulo (hilum núm. 2.2).
Posición de hilum: En 1 (9.1%) de los 10 casos (o 1.6% de 63 casos) en que se documentó el hilum en forma de
círculo, éste se encuentra en posición céntrica (posición núm. 3.1), mientras que los restantes 9 (81.8%) casos (o
14.4% de 63 casos) se encuentran en posición excéntrica (posición núm. 3.2). El único hilum (9.1%) en forma de
triángulo por su parte, ocurrió en posición excéntrica.
Punto de flexión: En 5 (7.97%) de 63 casos, fue documentada la variante línea “A” (pto. flex. núm. 13.2).
Posición de punto de flexión: En 4 (80%) de los 5 casos de punto de flexión (o 8% de 63 casos), éstos se
documentaron en posición excéntrica (posición núm. 3.2) y en 1 caso (20% o 1.6% de 63 casos) en posición
céntrica (posición núm. 3.1).
Cavidad: Algunas variantes de esta variable fueron documentadas en 12 (19.05%) de los 63 casos analizados. La
cavidad o fisura registrada parece ser diagnóstica para este género y quizás varía por especies. En el caso de la
especie tuberosum, en particular en los 16 gránulos que evidenciaron alguna variante de fisura, 10 (15.9% de 63
casos) fueron en forma de círculo (cavidad núm. 10.2), 5 (7.9%) fueron en forma lineal (cavidad núm. 10.3) y 1
(1.6%) se proyectó como la forma lineal “D” (cavidad núm. 10.15).
Laminado: Se pudo evidenciar la presencia de laminado o capas de amilosa y amilopectina en 22 (34.9%) de los
63 casos analizados. En todas las ocasiones (22 casos) se registró la variante de anillos concéntricos (laminado
núm. 4.3).
Tonalidad: Todos los gránulos poseen tonos internos y externos claros (tonalidad núm. 5.4).
Estructura: Los gránulos de esta planta poseen estructuras simples y compuestas. De los 63 gránulos, 56 (88.9%)
son estructuras simples y 7 (11.1%) son estructuras compuestas por 2 o más gránulos individuales.
Margen: Esta variable y las distintas variantes que se registraron corresponden principalmente al margen de los
cuerpos trasovados, triangulares y truncados. Las formas ovaladas, elípticas y esféricas poseen márgenes regulares
por las formas que representan. Los márgenes más frecuentes en los 14 (22.2%) gránulos en que fueron
registradas distintas variantes de margen son la línea recta (margen núm. 11.9), documentada en 7 (11.1%) de 63
casos, la línea curva-convexa (margen núm. 11.11) registrada en 5 (7.9%) de 63 casos, y los márgenes en línea
ondulada suave (margen núm. 11.7) y margen en línea curva-angular (margen núm. 11.14), registrados en 1 caso
(1.6%) respectivamente.
Borde: El borde característico de la totalidad de los gránulos consiste en una línea externa oscura (borde núm.
12.1).
258
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Zamiaceae
Género- Especie: Zamia amblyphyllidia D.W. Stev.
Nombre común: Palmita de jardín; “marunguey”
Órgano de la planta: tronco tuberoso subterráneo (comestible en Las Antillas)
Origen: Antillas (Oeste de Cuba, Puerto Rico, Jamaica)
Análisis con microscopio Olympus CH30, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
Figura 37 a) planta de Z. amblyphyllidia, b) tronco tuberoso, c) granos de almidón, nótense las fisuras en algunos gránulos
(fotomicrografía con microscopio Olympus CH30, aumento de 400, luz blanca normal; 10 unidades=25µm), d) gránulos de almidón
con luz polarizada, nótense las “cruces de extinción” y secciones del laminado en los gránulos más grandes (fotomicrografía en
campo oscuro y luz polarizada tomada con microscopio Iroscope PT-3LIT, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: La forma más común de los 63 gránulos de Z. amblyphyllidia es la esférica (forma núm. 1.1=36.5% [23
casos]). Otra forma frecuente en esta especie es la truncada (forma núm. 1.4=27% [17 casos]). Además se
registran otras 9 variantes que evidencian la gran variabilidad de formas que existen en esta especie como
consecuencia de ser en su mayoría gránulos de múltiples facetas. Estas son: ovalado (forma núm. 1.5=9.5% [6
casos]), trasovado comprimido (forma núm. 1.6.1=7.9% [5 casos]), cuadrangular agudo convexo (forma núm.
1.9=6.3% [4 casos]), pentagonal agudo recto (forma núm. 1.10=3.2% [2 casos]), triangular agudo convexo (forma
núm. 1.8=3.2% [2 casos]), trasovado (forma núm. 1.6=1.6% [1 caso]), pentagonal agudo convexo (forma núm.
1.10.2=1.6% [1 caso]), triangular recto-recto-recto-convexo alargado (forma núm. 1.8.2=1.6% [1 caso]) y
triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11=1.6% [1 caso]).
Tamaño: Debido a las variadas formas que se presentan en los gránulos de esta especie, tenemos en la muestra 23
(36.5%) gránulos esféricos que oscilan entre 1 y 83µm de diámetro. En estos gránulos la media es 23µm y el
rango más frecuente de diámetro oscila entre las 10 y 58µm. En los cuerpos irregulares registramos 40 medidas de
largo (63.5% de 63 gránulos) que oscilan entre 3 y 48µm. La media es 18µm y el rango más frecuente oscila entre
259
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
8 y 28µm. Por otro lado, las 40 medidas de ancho registradas oscilan entre las 3 y 48µm. La media es 16.5µm y el
rango más frecuente para esta variable oscila entre 10 y 33µm.
Hilum: No se pudo constatar la presencia de hilum en ninguno de los casos analizados. En la mayoría de los
gránulos se documentaron variantes de fisura que, en todo caso, no permitieron observar si se proyectaba el hilum.
Cavidad: Esta variable fue registrada en 46 (73%) de 63 casos. Fueron observadas 9 variantes de las cuales la
fisura lineal (cavidad núm. 10.3) es la más frecuente (15.9%=10 de 63 casos). Otra de las variantes de cavidad o
fisura importante es la representación asimétrica o radial (cavidad núm. 10.11) que fue observada en 9 (14.3%) de
los 63 casos. En orden de frecuencia fue registrada la variante de fisura en círculo (cavidad núm. 10.2) en 8
(12.7%) de los casos. La variante “Y” (cavidad núm. 10.8) fue registrada en 5 (7.9%) de los 63 casos y la variante
“cruz” (cavidad núm. 10.12) en 4 (6.3%) de los casos. Las variantes “lineal B” (cavidad núm. 10.13) y “lineal D”
(cavidad núm. 10.15) fueron registradas en 3 (4.8%) casos cada una. Por último se registraron las variantes “T”
(cavidad núm. 10.9) y “lineal C” (cavidad núm. 10.14) en 2 (3.2%) casos cada una.
Laminado: En los gránulos examinados pudo apreciarse laminado o anillos de crecimiento en 30 casos (47.6%).
Se registraron 3 variantes de esta característica y se entiende que estas diferencias están relacionadas con la
posición que tienen los cuerpos en el momento del el análisis (i.e., vista céntrica o excéntrica, etcétera). En la
mayoría de los casos (41.3%=26 de 63 casos) se pudo apreciar capas circulares simétricas (laminado núm. 4.5).
En 3 (4.8%) de los 63 casos se registraron círculos (anillos) interrumpidos (laminado núm. 4.8) y en 1 (1.6%) de
63 casos se registró la presencia de anillos concéntricos (laminado núm. 4.2).
Tonalidad: Todos los gránulos analizados tuvieron tonalidades interna y externa grisáceas (tonalidad núm. 5.5).
Esta característica está presente también en especies del género Xanthosoma y en otros géneros como Zea,
Manihot y Cucurbita.
Estructura: En 40 (63.5%) de los 63 casos analizados de esta especie se registraron gránulos que, aunque no
constituían estructuras compuestas por varios gránulos, poseían múltiples facetas evidenciando que posiblemente
pueden constituirse como segmentos de cuerpos compuestos. Los restantes 23 casos (36.5%) fueron también
cuerpos individuales (simples), pero que no presentaron múltiples facetas (e.g., cuerpos esféricos u ovalados).
Dado que no pudimos registrar en la muestra ni un sólo cuerpo constituido por varios fragmentos, todos los
gránulos, hayan sido cuerpos esféricos o de múltiples facetas, fueron considerados como estructuras simples o
individuales.
Margen: Esta variable aplicó en 33 (52.4%) de los 63 casos, donde pudieron ser registradas 5 variantes. De ellas,
la más frecuente fue el margen o faceta de presión “línea curva-convexa” (margen núm. 11.11), que se registró en
13 (20.6%) de los 63 casos. Le sigue en orden de frecuencia el margen en “línea recta” (margen núm. 11.9)
registrado en 11 (17.5%) de los 63 casos y el margen “línea curva-angular (margen núm. 11.14), registrado en 5
(7.9%) de los 63 casos. Otras 2 variantes, “línea curva-cóncava” (margen núm. 11.12) y “línea recta- biangular”
(margen núm. 11.13) fueron registradas en 3 (4.8%) y 1 (1.6%) casos respectivamente.
Borde: En el 100% de los gránulos analizados el borde se proyecta como una línea oscura sencilla (borde núm.
12.1).
260
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Zamiaceae
Género- Especie: Zamia amblyphyllidia D.W. Stev.
Nombre común: Palmita de jardín; “marunguey”
Órgano de la planta: semillas fecundadas
Origen: Antillas (Oeste de Cuba, Puerto Rico, Jamaica)
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
Figura 38 a) imagen del cono de semillas (aquí sin fecundar aún) y b) gránulos de almidón de las semillas de Zamia amblyphyllidia
(fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca en imagen “b”, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: En cuanto a esta variable, los gránulos de almidón de las semillas de Z. amblyphyllidia son marcadamente
diferentes a los que analizamos anteriormente del tronco tuberoso. La forma más común en los almidones de las
semillas es la ovalada (forma núm. 1.5), registrada en 18 (28.6%) casos. En segundo lugar documentamos la
forma ovalado irregular “cemí” (forma núm. 1.5.5) en 14 (22.2%) ocasiones. En tercer lugar registramos otras 3
formas en 5 (7.9%) ocasiones cada una: elíptico (forma núm. 1.2), ovalado doble (forma núm. 1.5.1) y ovalado
flexible (forma núm. 1.5.6). En cuarto lugar documentamos igualmente otras 3 formas en 3 (4.8%) ocasiones cada
una: esférico (forma núm. 1.1), triangular convexo-recto-convexo alargado (forma núm. 1.8.10) y ovalado oruga
(forma núm. 1.5.3). En quinto lugar registramos 2 formas adicionales en 2 (3.2%) ocasiones respectivamente:
triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm. 1.8.11) y triangular convexo/ondulado-convexo-
convexo/ondulado comprimido (forma núm. 1.8.15). Por último, otras 3 formas fueron documentadas en 1 (1.6%)
ocasión cada una: triangular obtuso convexo (forma núm. 1.8.1), triangular convexo-recto-convexo comprimido
(forma núm. 1.8.12) y triangular convexo/ondulado-convexo-convexo/ondulado alargado (forma núm. 1.8.14).
Tamaño: Las medidas de largo de los 60 (95.2%) gránulos no esféricos analizados oscilan entre 6 y 24µm, siendo
la media 15µm y el rango más frecuente entre 11 y 19µm. En cuanto a las medidas de ancho de estos mismos
gránulos, las medidas oscilan entre 5 y 18µm y la media es 11µm. El rango más frecuente para estas medidas es
entre 8 y14µm. Hubo sólo 3 (4.8%) casos en los que documentamos medidas de diámetro. En éstos, las medidas
oscilan entre 5 y 13µm, siendo la media 8µm y el rango más frecuente de estas medidas entre 5 y 11µm.
Hilum: El hilum fue documentado en 35 (55.6%) de los 63 casos, siendo la variante de hilum en forma de círculo
(hilum núm. 2.1) la única registrada.
Posición de hilum: De los 35 casos antes reportados, 29 (82.9% o 46.1% de 63) se documentaron en posición
céntrica (posición núm. 3.1) mientras que los restantes 6 (17.1% o 9.6% de 63) se documentaron en posición
excéntrica (posición núm. 3.2). Cabe mencionar aquí que independientemente de las formas documentadas,
incluso en las formas triangulares que tradicionalmente proyectan el hilum o fisuras relacionadas con éste en
posición excéntrica (e.g., D. trifida, A. vesicaria, C. allouia), el hilum en los gránulos aquí analizados
curiosamente se proyecta en el centro de los cuerpos, aspecto que no ha sido visto en otras especies analizadas.
261
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Cavidad: Esta variable fue registrada en 3 (4.8%) de los 63 casos analizados en los cuales documentamos 2
variantes: lineal A (cavidad núm. 10.3) en 2 (3.2%) de 63 casos y forma Y (cavidad núm. 10.8) en 1 (1.6%)
ocasión.
Laminado: No fue posible divisar ninguna de las variantes creadas en los gránulos aquí analizados.
Tonalidad: Todos los gránulos analizados tuvieron tonalidades grisáceas claras en la parte interna y externa de los
cuerpos (tonalidad núm. 5.5).
Estructura: En 62 (98.4%) de los 63 casos analizados se registraron gránulos que son estructuras individuales,
mientras que la restante estructura (1.6%) es una compuesta por más de un gránulo.
Margen: Esta variable fue documentada en los 60 (95.2%) gránulos no esféricos evidenciándose 4 variantes. De
ellas, la de mayor frecuencia es la línea ondulada suave (margen núm. 11.7), registrada en 29 (46%) de los 63
casos. Sigue en orden de ocurrencia el margen línea curva-recta (margen núm. 11.11), documentado en 24
(38.1%) casos. En tercer lugar registramos el margen línea recta (margen núm. 11.9) en 6 (9.5%) ocasiones y por
último el margen línea recta-biangular (margen núm. 11.13) en 1 (1.6%) caso.
Borde: En 100% de los gránulos analizados el borde se proyecta como una línea oscura sencilla (borde núm.
12.1).
262
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Zamiaceae
Género- Especie: Zamia portoricensis Urb.
Nombre común: marunguey
Órgano de la planta: tronco tuberoso subterráneo
Origen: Puerto Rico
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b) c)
d) e)
f) g)
Figura 39 a) Planta de Z. portoricensis; b) detalle de hoja y hojuelas; c) tronco tuberoso subterráneo; d) gránulos con luz polarizada; e)
los mismos gránulos, pero en campo oscuro; f) otras formas típicas de gránulos con luz polarizada; g) los mismos gránulos, pero en
campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz polarizada, aumento de 400, 10 unidades=25µm).
Forma: Han sido 15 las formas documentadas en Z. portoricensis. La de mayor frecuencia es la esférica (forma
núm. 1.1.), registrada en 18 (28.6%) ocasiones. En segundo lugar documentamos la forma ovalada (forma núm.
1.5) en 14 (22.2%) ocasiones y en tercer lugar la forma truncada (forma núm. 1.4) con 10 (15.9%) casos. Las
restantes 12 formas documentadas se registraron en muy pocos casos respectivamente, pero algunas de ellas son
posiblemente diagnósticas de esta especie ya que no han sido observadas en Z. amblyphyllidia. Tres formas en
particular se documentaron en 3 (4.8%) casos cada una: trasovado obtuso alargado (forma núm. 1.6.7), truncado
alargado (forma núm. 1.4.2) y truncado alargado campana (forma núm. 1.4.3). Estas formas se documentaron
también en distintas razas de maíz, aunque se distinguen fácilmente los gránulos de estas plantas por la presencia
263
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
de laminado en Z. portoricensis, cosa que no ocurre nunca en ninguna raza de maíz. Otras tres formas fueron
documentadas en 2 (3.2%) casos cada una: triangular recto-recto-convexo comprimido (forma núm. 1.8.6),
trasovado comprimido de extremo corto (forma núm. 1.6.5) y ovalado irregular expandido (forma núm. 1.5.7).
Seis formas adicionales se registraron en 1 (1.6%) caso cada una: pentagonal obtuso convexo (forma núm. 1.10.6),
cuadrangular obtuso romboidal (forma núm. 1.9.3), triangular convexo-convexo-convexo alargado (forma núm.
1.8.11), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6), triangular aplanado (forma núm. 1.8.36) y cuadrangular codo
(forma núm. 1.9.6).
Tamaño: En las formas irregulares documentadas (45 o 71.4% de 63), las dimensiones generales de largo oscilan
entre 6 y 45µm, siendo 24µm la media. El rango más frecuente de largo ocurre entre 13.5 y 34.5µm. El rango
general de las medidas de ancho oscila entre 8 y 50µm, siendo 21µm la media. Por lo tanto, el rango más
frecuente para el ancho de estos gránulos oscila entre 11 y 31µm. Los restantes 18 gránulos analizados (28.6% de
63) son formas esféricas que cuentan con un rango general de diámetro de entre 5 y 35µm. La media es 15.5µm y
el rango más frecuente es entre 7.6 y 23.5µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue observada en 17 (27%) de los 63 gránulos.
Los restantes 46 (73%) gránulos no reflejaron esta característica.
Posición de hilum: En 7 (11.1%) de los 63 casos analizados, el hilum se proyectó en posición céntrica (posición
núm. 3.1), mientras que los restantes 10 (15.9%) se proyectaron en posición excéntrica (posición núm. 3.2).
Punto de flexión: Se documentaron 5 (8%) casos con esta variable. La línea A (pto. flex. núm. 13.2) fue
registrada en 3 (4.8%) de 63 casos, mientras que las variantes línea C (pto. flex. núm. 13.4) y línea D (pto. flex.
núm. 13.5) ocurrieron en 1 (1.6%) caso cada una.
Posición de punto de flexión: Las variantes antes expuestas ocurrieron en posición excéntrica (posición núm.
3.2).
Cavidad: Cinco variantes de cavidad o fisura ocurrieron en 15 (23.8%) de los 63 casos analizados. Entre ellas, la
de mayor frecuencia en los gránulos es la cavidad asimétrica o radial (cavidad núm. 10.11), ocurriendo en 5
(7.9%) de 63 casos. Siguen en orden descendente de frecuencia dos variantes: la cavidad lineal B (cavidad núm.
10.13) y la cavidad lineal A (cavidad núm. 10.3) con 4 (6.3%) casos cada una. Otras 2 variantes se documentaron
en 1 (1.6%) caso cada una: circular (cavidad núm. 10.2) y triangular (cavidad núm. 10.4).
Laminado: Dos variantes de laminado fueron documentadas en 19 (30.2%) de los 63 casos analizados. El patrón
de laminado de círculos simétricos (laminado núm. 4.5) fue observado en 18 (28.6%) de 63 casos, mientras que el
patrón de anillos concéntricos (laminado núm. 4.4) fue registrado en 1 (1.6%) solo caso.
Tonalidad: La tonalidad de los gránulos es externa e interna clara (tonalidad núm. 5.4) en 61 (96.8%) de los 63
casos. Los otros 2 (3.2%) gránulos son grisáceos (tonalidad núm. 5.5) en su parte externa e interna.
Estructura: Son simples o individuales (estructura núm. 9.1) 62 (98.4%) de los 63 gránulos, aunque
documentamos 1 (1.6%) estructura compuesta (estructura núm. 9.2) por más de un gránulo.
Margen: Documentamos 3 variantes de margen en los 63 gránulos analizados. El margen en línea curva-convexa
(margen núm. 11.11) fue registrado en 17 (27%) de los 63 casos, mientras que las variantes línea recta (margen
núm. 11.9) y línea curva-angular (margen núm. 11.14) fueron documentadas en 8 (12.7%) y 6 (9.5%) casos
respectivamente.
Borde: La variante de borde doble línea oscura (borde núm. 12.2) fue documentada en 62 (98.4%) de los 63 casos
analizados, aunque hubo 1 (1.6%) gránulo que evidenció un borde con línea externa oscura e interna clara (borde
núm. 12.5).
264
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Familia: Zamiaceae
Género- Especie: Zamia pumila L.
Nombre común: guáyiga
Órgano de la planta: tronco tuberoso subterráneo
Origen: Las Antillas (Cuba y La Española)
Análisis con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz blanca y objetivo de 40X
a) b)
c) d)
e) f)
Figura 40 a) y b) Planta y tronco de Z. pumila (fotografía tomada por el doctor José R. Oliver, 2004, Higüey, República Dominicana); c)
gránulos con luz polarizada; d) los mismos gránulos, pero en campo oscuro; e) otras formas típicas de gránulos con luz polarizada; f) los
mismos gránulos, pero en campo oscuro (fotomicrografías con microscopio Iroscope PT-3LIT, luz polarizada, aumento de 400, 10
unidades=25µm.
Forma: Fueron 14 las formas documentadas en Z. pumila. La de mayor frecuencia es, a diferencia de Z.
portoricensis y Z. amblyphyllidia, la truncado (forma núm. 1.4), registrada en 21 (33.3%) ocasiones. En segundo
lugar se documentó la forma esférica (forma núm. 1.1) en 16 (25.4%) ocasiones y en tercer lugar la forma ovalada
(forma núm. 1.5) con 12 (19%) casos. Las restantes 11 formas documentadas se registraron en muy pocos casos
respectivamente, pero algunas de ellas son posiblemente diagnósticas de esta especie ya que algunas no han sido
265
Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
observadas en las otras especies de zamia analizadas. Las formas ovalado irregular expandido (forma núm. 1.5.7)
y cuadrangular obtuso convexo (forma núm. 1.9.2) se documentaron en 3 (4.8%) y 2 (3.2%) casos
respectivamente. Las restantes 9 formas ocurrieron en 1 (1.6%) caso cada una: pentagonal obtuso convexo (forma
núm. 1.10.6), triangular convexo-recto-convexo alargado (forma núm. 1.8.10), trasovado comprimido de extremo
corto (forma núm. 1.6.5), ovalado doble (forma núm. 1.5.1), trasovado obtuso (forma núm. 1.6.6), truncado
alargado (forma núm. 1.4.2), hexagonal obtuso-recto expandido (forma núm. 1.11.3), ovalado plano (forma núm.
1.5.9) y cuadrangular codo (forma núm. 1.9.6).
Tamaño: En las 47 formas irregulares documentadas, las dimensiones generales de largo oscilan entre 13 y 70µm,
siendo 33µm la media. El rango más frecuente de largo ocurre entre 17 y 49µm. Asimismo, el rango general de las
medidas de ancho oscila entre 13 y 65µm, siendo 29µm la media. Por lo tanto, el rango más frecuente para el
ancho de estos gránulos oscila entre 15 y 43µm. Los restantes 16 gránulos analizados son formas esféricas que
cuentan con un rango general de diámetro de entre 6 y 95µm. La media es 36.5µm y el rango más frecuente es
entre 15 y 58µm.
Hilum: La variante de hilum en forma de círculo (hilum núm. 2.1) fue observada en 15 (23.8%) de los 63
gránulos. Los restantes 48 (76.2%) gránulos no presentaron esta variable.
Posición de hilum: La posición céntrica (posición núm. 3.1) fue la variante de ubicación más frecuente con 9
(14.2%) de 63 casos analizados, mientras que la variante excéntrica (posición núm. 3.2) ocurrió en los restantes 6
(9.6%) gránulos con hilum.
Punto de flexión: Se documentaron 7 variantes de puntos de flexión en 19 (30.2%) de los 63 gránulos analizados.
La de mayor frecuencia fue la variante línea C (pto. flex. núm. 13.4) con 5 (7.9%) casos de 63 registrados y sigue
la variante línea A (pto. flex. núm. 13.2) con 4 (6.3%) casos. Otras 2 variantes ocurrieron en 3 (4.8%) casos
respectivamente: línea H (pto. flex. núm. 13.13) y línea I (pto. flex. núm. 13.14). Por su parte, la variante línea D
(pto. flex. núm. 13.5) ocurrió en 2 (3.2%) casos, mientras que las variantes línea B (pto. flex. núm. 13.3) y línea J
(pto. flex. núm. 13.15) ocurrieron en 1 (1.6%) ocasión respectivamente.
Posición de punto de flexión: Poco más de la mitad de los puntos de flexión documentados (10 o 16% de 63) se
registraron en el centro de los cuerpos analizados (sin considerar si las posiciones de los gránulos son céntricas o
excéntricas) (posición núm. 3.1). Por otra parte, los restantes 9 (14.2%) casos registrados se ubicaron en fuera del
centro de los cuerpos (posición núm. 3.2).
Cavidad: Se documentaron 6 variantes de cavidad o fisura en 13 (20.6%) de los 63 gránulos analizados. De ellas,
las de mayor frecuencia fueron las variantes asimétrica (cavidad núm. 10.11) y lineal C (cavidad núm. 10.14)
ocurriendo en 3 (4.8%) casos de 63 cada una. Otras 3 variantes se documentaron en 2 (3.2%) casos cada una:
lineal A (cavidad núm. 10.3), forma “Y” (cavidad núm. 10.8) y lineal B (cavidad núm. 10.13). Por último, la
variante en forma de cruz (cavidad núm. 10.12) se documentó en 1 (1.6%) ocasión.
Laminado: Fueron registradas 3 variantes de laminado en 34 (54%) de los 63 casos analizados. La de mayor
frecuencia, y que es típica también en Z. amblyphyllidia, es la variante de círculos simétricos (laminado núm. 4.5),
registrada en 16 (25.4%) de los 63 casos analizados. Muy cerca se documentó la variante de círculos asimétricos
(laminado núm. 4.6) con 15 (23.8%) casos y con menor frecuencia se registró la variante de anillos concéntricos B
(laminado núm. 4.3) en 3 (4.8%) casos. Los restantes 29 (46%) casos no evidenciaron esta variable (laminado).
Tonalidad: Todos los gránulos analizados son de tonalidad clara (tonalidad núm. 5.4).
Estructura: La totalidad de los gránulos son estructuras individuales o simples (estructura núm. 9.1).
Borde: La gran mayoría de los bordes observados (51 gránulos o 81%) mostraron una línea oscura doble, es decir
oscura la proyección tanto interna como externa (borde núm. 12.2) como ocurre en Z. portoricensis. Los restantes
12 (19%) gránulos evidenciaron contar con una doble línea, pero oscura la externa y clara la interna (borde núm.
12.5).
266
Apéndice B: Colección de referencia de almidones modernos y arqueológicos
Gráfica 1a Barras de error para largo, ancho y diámetro de los gránulos modernos analizados. Las barras son las
desviaciones estándar de la media (2 barras de error=largo y ancho / 3 barras de error=largo, ancho y diámetro).
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Pagán Jiménez, De antiguos pueblos y culturas botánicas en el Puerto Rico indígena
Gráfica 1b Barras de error para largo, ancho y diámetro de los gránulos modernos analizados. Las barras son las
desviaciones estándar de la media (2 barras de error=largo y ancho / 3 barras de error=largo, ancho y diámetro).
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