Este documento explora la "herida de la madre", una sensación internalizada de no ser suficiente que se transmite de generación en generación. Esta herida incluye creencias como la comparación, la vergüenza y la necesidad de permanecer pequeña para obtener amor. Si no se sana, esta herida puede manifestarse a través de la falta de autenticidad, la tolerancia al abuso y el autosabotaje. Sanar esta herida implica examinar la relación con la madre y transformar creencias limitantes para tomar responsabilidad por la propia vida.
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Este documento explora la "herida de la madre", una sensación internalizada de no ser suficiente que se transmite de generación en generación. Esta herida incluye creencias como la comparación, la vergüenza y la necesidad de permanecer pequeña para obtener amor. Si no se sana, esta herida puede manifestarse a través de la falta de autenticidad, la tolerancia al abuso y el autosabotaje. Sanar esta herida implica examinar la relación con la madre y transformar creencias limitantes para tomar responsabilidad por la propia vida.
Este documento explora la "herida de la madre", una sensación internalizada de no ser suficiente que se transmite de generación en generación. Esta herida incluye creencias como la comparación, la vergüenza y la necesidad de permanecer pequeña para obtener amor. Si no se sana, esta herida puede manifestarse a través de la falta de autenticidad, la tolerancia al abuso y el autosabotaje. Sanar esta herida implica examinar la relación con la madre y transformar creencias limitantes para tomar responsabilidad por la propia vida.
Este documento explora la "herida de la madre", una sensación internalizada de no ser suficiente que se transmite de generación en generación. Esta herida incluye creencias como la comparación, la vergüenza y la necesidad de permanecer pequeña para obtener amor. Si no se sana, esta herida puede manifestarse a través de la falta de autenticidad, la tolerancia al abuso y el autosabotaje. Sanar esta herida implica examinar la relación con la madre y transformar creencias limitantes para tomar responsabilidad por la propia vida.
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Esta herida es el dolor de Ser Mujer que ha sido
pasado de generación a generación en las culturas
patriarcales Incluye todos los mecanismos de defensa disfuncionales que se utilizan para lidiar con ese dolor. A las mujeres se nos enseña a valorar las relaciones por encima de todas las cosas. Nos aferramos a las migajas de nuestras relaciones, mientras nuestras almas anhelan la satisfacción de nuestro potencial. Pero la verdad es que nuestras relaciones, por si mismas, nunca podrán sustituir adecuadamente el hambre de vivir nuestras vidas con totalidad. Esta herida incluye: Comparación: no sentirnos suficientemente buenas
Vergüenza: una sensación consistente de que algo no está bien
conmigo Minimizar: sentir que tengo que permanecer pequeña para obtener amor Culpa: una sensación continua de culpa por querer más de lo que tengo. Esta herida se puede manifestar de las siguientes maneras: No ser tú en su totalidad para no lastimar a otros Tener una alta tolerancia al trato abusivo de los demás Cuidar emocionalmente a los demás Competir compulsivamente contra otras mujeres Auto Sabotaje Ser muy rígida y dominante Condiciones tales como desórdenes alimenticios, depresión y adicciones. El costo de no sanar la Herida de la Madre es indefinidamente vivir tu vida con: Una sensación vaga y persistente de “hay algo mal conmigo”. No vivir tu potencial por miedo al fracaso o a la desaprobación. Tener limites débiles y un sentido poco claro de quien eres. No sentirte capaz ni merecedora de crear esa vida que anhelas. No sentirte segura para tomar tu espacio y hablar tu verdad. Acomodar tu vida para no “hacer olas”. Auto sabotearte cuando te acercas al resultado deseado. Inconscientemente vivir esperando el permiso o la aprobación de mamá para reclamar tu propia vida. Sanar la herida materna no es poner hijas en contra de las madres, es acerca de las mujeres de forma colectiva tomando su poder. No es culpar a la madre, cuando hacemos esto evitamos tomar responsabilidad y justamente sanar la Herida Materna es acerca de tomar la responsabilidad de nuestras vidas. Culpar a nuestras madres (o otras personas) se caracteriza por:
Auto indulgencia y sensación de victimez
Escondernos de nuestro propio poder y responsabilidad Proyectar el enojo no procesado en otras personas No reconocer el dolor escondido de nuestra niñez Sanar la Herida Materna implica: Examinar nuestra relación con nuestra madre con la intención de obtener claridad para crear cambios positivos en nuestras vidas. Transformar creencias limitantes que hemos heredado con la intención de adoptar nuevas creencias que apoyen totalmente nuestra renovación Tomar responsabilidad por nuestros propios caminos siendo más conscientes de patrones previamente inconscientes y haciendo nuevas elecciones que reflejen nuestros deseos verdaderos 1. ¿Cómo te pasó tu madre sus creencias? ¿A través de palabras o a través de sus elecciones, decisiones y acciones?
2. ¿Cuáles eran (o son) las creencias de tu madre acerca de las
grandes áreas de la vida tales como: dinero, hombres, desarrollo profesional, su propio cuerpo, sexo, amistad entre mujeres, familia?
3. ¿Cómo se muestran estas creencias en tu propia vida? ¿Puedes
ver si tú inconscientemente absorbiste estas creencias como si fueran tuyas? Nuestra madre solo podía amarnos de la manera que podía amarse a ella misma. Nosotras aprendimos a tratarnos de la misma manera que nuestra madre se trató a ella misma, forma que replicó en nosotras. Nuestra tarea como mujeres conscientes radica en transformar esa madre interna creada a partir de nuestra madre biológica, en la madre que siempre necesitábamos y queríamos. Hoy podemos convertirnos en la Madre que hubiéramos necesitado y así cuidar y sanar a nuestra Niña Interior. De esta manera, nuestra madre interna se convierte en la madre nutricia y sabia con la que podemos contar, de formas en que quizás nunca hemos podido contar con nuestra madre externa. Cuando una hija internaliza las creencias inconscientes de su madre (No Soy Suficientemente Buena) consigue la aprobación de la madre, pero se traiciona a sí misma y a su potencial.
Cuando la hija no acepta estas limitaciones de la madre,
sino intenta afirmar su propio poder y potencial, es muy probable que la madre, de forma inconsciente la rechace. La hija que no desea perder el amor y la aprobación de la madre, toma como suyas estas creencias y limitaciones, como una forma de lealtad y sobrevivencia emocional. Cuando las madres, sin desearlo, causan que sus hijas se sientan responsables de sus pérdidas y de compartir su dolor crean un enredo disfuncional reforzando la visión de la hija de que no es merecedora de sus sueños.
Esto causa que la hija crea que el dolor de su madre, de
alguna manera, es su culpa. Esto la invalida de muchas maneras. Las hijas que crecen en una cultura patriarcal, se sienten obligadas a elegir entre el amor y el empoderamiento. Muchas hijas eligen ser amadas en vez de empoderarse por esta sensación siniestra que seguir su camino y empoderarse puede causar perder el amor de las personas importantes de su vida, específicamente de sus madres. Por eso muchas mujeres se quedan pequeñas e insatisfechas, inconscientemente pasando la herida a las siguientes generaciones. Auto indagación: ¿Cuáles son algunas maneras simples en las que puedas actuar hoy más alineada con tus propias creencias y valores?
¿Sientes miedo de que si eliges lo que tú quieres, de acuerdo a tus
creencias y valores, esto impactará la relación con tu madre? “Por el hecho que la dinámica madre-hija es tan distintiva, la hija enfrenta una lucha única que sus hermanos varones no comparten. Una madre que no ha sanado sus heridas de infancia ve a su hija, más que a su hijo, como un reflejo y extensión de sí misma, más que como a una persona separada con identidad propia. La madre presiona a la hija para que actúe y reaccione de la forma exacta que ella lo haría, y no de la forma que sea correcta para la hija. Por lo mismo la hija siempre está luchando para encontrar la forma “correcta” de responder a su madre y ganar su amor y aprobación” La niña necesita sentirse amada incondicionalmente al inicio de su vida. Necesita ver su reflejo en los ojos amorosos de la madre, antes que siquiera percatarse que el padre existe. Si este espejo amoroso y limpio no está allí para ella, si no puede verse nítidamente en la madre, la hija no tiene forma de saber quien es. Es muy posible que el reflejo que recibe es una mirada cargada de negatividad, juicios, critica y con esto crecemos, esta mirada es lo que nos da un sentido de quien somos. Cuando la hija de una madre lastimada se mira en un espejo, no se ve a si misma, su sentido de ser es meramente un reflejo de como la madre la ve, lo cual es casi siempre bajo luz negativa. Uno de los factores más extraños que nos mantienen ligados a la creencia que somos mujeres inadecuadas, incapaces, nunca suficientes es nuestro Juez Interno. Este es el otro lado de la vergüenza. Y está allí para asegurarse que sigamos los estándares, lineamientos, reglas de nuestros condicionamientos, especialmente de esos que tomamos de mamá. Cuando no lo hacemos, nos llena de miedo y culpa. Esta energía que empuja llega en la forma de voces internas, que pueden ser verbales o simplemente energéticas, diciéndonos continuamente que hagamos más, que seamos más, que le echemos más ganas, más, más, más …. Nunca es suficiente a los ojos de este juez interno La energía del juez llega en forma de voces diciéndonos que no somos suficientes, de muchas maneras- no somos suficientemente inteligentes, bonitas, espirituales, valientes, sensibles, etc. Nos dice constantemente que hacer, que no hacer. Constantemente evaluando y juzgándonos por lo que hacemos o no hacemos, empujándonos, criticándonos, condenándonos. 1. Voces internas que nos presionan, critican, comparan, juzgan. 2. Estándares, ideales tomados de mamá y otras figuras importantes. Una moral estricta y severa en contra de mi. 3. Voces externas (proyectadas en mamá pero también en otras figuras de autoridad, amig@s, parejas). 4. Nosotras condenando, juzgando, criticando y siendo moralistas en contra de otr@s. Para desarrollar una voz interna saludable, lo que llamamos “el guía interno” necesitamos reglas flexibles, estándares razonables que estén en tono con quien somos como individuos, valores basados en el amor, límites firmes pero amorosos y un apoyo contante para aprender a confiar en nosotras. Muy pocas tuvimos esto, pero podemos empezar a dárnoslo a nosotras. 1. Piensa en una situación actual por la que hoy te criticas y juzgas. Escribe al respecto
2. Dibuja una figura que represente a tu Juez Interno. Escribe que
te está diciendo. Pregúntate si lo que dice es cierto. Nota como a veces puedes estar totalmente identificada con tu niña interna creyendo que el Juez Interno está en lo correcto en lo que dice y déjate sentir como te tomas por el ataque. Otras veces puedes poner más distancia. Nota esto como si estuvieras observando a alguien más. 3. Dibuja una figura de tu “Guía Interna, la Voz Amorosa ”. Escribe que te dice esta energía sobre este mismo tema. Hoy día, se habla mucho de la Divinidad Femenina, las Diosas, el Empoderamiento Femenino. La realidad es que no podemos ser ese contenedor fuerte del poder femenino si no hemos tocado aún los lugares dentro de nosotras donde nos hemos sentido borradas y exiliadas de lo Femenino. Nuestro primer encuentro con la Diosa fue nuestra madre y hasta que tengamos el valor de romper el Tabú y enfrentar el dolor que vivimos en relación a nuestra madre, la divinidad femenina es solo otro cuento de hadas, la fantasía de ser rescatadas por una madre que no llegará. Esto nos mantiene en una espiritualidad inmadura y fantasiosa. Entrar a un verdadero empoderamiento requiere mirar con honestidad la relación con nuestra madre y tener el valor de separar nuestros valores, creencias, pensamientos individuales de los de ella. Requiere sentir el duelo de haber atestiguado su dolor y procesar el propio dolor que soportamos como resultado. “La Herida Materna no es algo que nos deba avergonzar o que necesitemos evadir. Es una puerta a nuestro poder y potencial totales.” Bethany Webster “La Herida Materna no es ultimadamente acerca de tu madre. Es acerca de abrazar tu Ser y tus dones sin vergüenza”
Bethany Webster Escribe:
¿Qué necesité de mi madre que no obtuve? ¿De
que maneras estoy inconscientemente proyectando estas necesidades en otras personas- si tengo hijas quizá en ellas?
¿Cómo sería la relación ideal con tu madre?
1. Aceptación de emociones: Aceptar sentimientos que surgen y abrazarlos con empatía y con curiosidad amorosa.
2. Bienestar: Constantemente buscar el bienestar de nuestra niña
interior, hacer cosas que la nutran, que la hagan sentirse segura. Esto a nivel físico y emocional.
3. Libertad: darle a tu niña interior el tiempo y el espacio para sentir
su propia energía, para recibir cosas que quiere, seguir su propio ritmo, cuando empieces cosas y cuando termines.
4. Jugar: darle a la niña tiempo de usar su imaginación, sentirse
libre de cargas, reír, gozar y disfrutar la vida. 5. Estructura: Brindarle a tu niña la sensación de que eres una persona segura, confiable y un contenedor constante de apoyo. Crear rutinas predecibles a un cierto grado.
6. Escuchar: escuchar los miedos o preocupaciones que tu niña pueda
tener y tranquilizarla con empatía, y evidencia de que está a salvo.
7. Comunicación Constante: regularmente checar con ella y hacerle
saber que importa, que la escuchas, haciéndole preguntas y siendo consistente con tus palabras y tus acciones.
8. Disciplina. Proactivamente hacer cosas de forma regular que beneficien
a tu niña interior y a la adulta. Ejemplos de esto es asistir al doctor cuando lo necesites, hacer ejercicio, dormir suficientes horas. “Estoy feliz de que hayas nacido” “Eres un ser hermoso” “Eres especial para mi, única y digna de mucho amor”. “Estás segura conmigo” “Te respeto” “Estoy feliz de que estés aquí” “Aquí estoy cuando me necesites” “Está bien tener necesidades y a mi me encanta satisfacerlas” “Amo cuidarte” “Está bien cometer errores” “Todos tus sentimientos están bien para mi” “Puedes descansar en mi” “No hay nada que puedas decir o hacer que me haga no amarte” “No tienes que controlar o trabajar en nada. Solo se una niña”. “No tienes que cuidarme, yo soy una adulta y tengo todo el apoyo que necesito, yo estoy para cuidarte y apoyarte” “Te amo tal como eres” “¿Cómo te sientes hoy?” “¿Qué necesitas de mi en este momento?” ¿”Qué puedo hacer por ti ahora?” “Percibo que te sientes___ quisieras hablar de esto ahora?” “¿Qué te gustaría hacer en este momento?” Presentación basada en los siguientes libros: Discovering the Inner Mother de Bethany Webster Stepping out of Fear de Krishananda y Amana Trobe (Learning Love Institute) Madres que no saben Amar (Will I ever be Good Enough?) de Karyl McBride
Se Denomina Lealtad Invisible A Aquella Lealtad Consciente o Inconsciente Hacia Un Ancestro o Familiar Que Nos Impulsa A Repetir Una Conducta de Un Modo Ciego