Diferentes Modos de Abordar
Diferentes Modos de Abordar
Diferentes Modos de Abordar
INTRODUCCIÓN
En los comienzos del siglo XX han ido surgiendo una serie de sistemas psicológicos que
trataron de superar, desde distintos enfoques teóricos, la visión elementalista en el estudio de
los procesos mentales, propia de la psicología asociacionista del siglo XIX (Esta Psicología
consistía en ir de lo general a lo particular, descomponiendo el problema en partes más
pequeñas y hacer un análisis de las percepciones. El punto de partida de esta psicología es la
sensación (átomos psíquicos) Su base son las sensaciones. Trabaja con las leyes de asociación
(semejanza, contraste, continuidad)
El dualismo cartesiano había planteado, ya en el siglo XVII, lo mental como territorio propio de
la filosofía, dejando la exploración del cuerpo, en tanto materia sensible, al tratamiento
científico. El cuerpo recibía un abordaje científico pero la mente quedaba confinada a la
reflexión filosófica. Esto permitió que a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX se
produjera un gran auge de las ciencias naturales como la física, la biología, y la química, que
contribuyó al desarrollo de investigaciones sobre la naturaleza biológica del hombre.
Pero a mediados del siglo XIX, y sobre todo en Alemania, comienzan a plantearse nuevas
preguntas, acompañadas por el desarrollo de una joven disciplina: la fisiología (estudia el
funcionamiento de cada parte del cuerpo). Estos interrogantes giraban alrededor de las
preocupaciones que animaban a los científicos, dirigidas a encontrar las formas de articular los
mundos escindidos por Descartes: la materia sensible y la materia pensante. Las preguntas que
se formulaban eran, por ejemplo: ¿podemos medir el impulso nervioso? ¿podemos ligar las
variaciones del mundo exterior a las experiencias conscientes de nuestro mundo interior?
¿podemos establecer regularidades entre el mundo físico-externo y el mundo pensante-
interno?
Algunos jóvenes discípulos del profesor Wundt comenzaron a replantearse los enfoques
limitados de la psicología asociacionista e inspirados en los profundos cambios que estaban
aconteciendo en las ciencias físicas como así también en las nuevas corrientes filosóficas como
la fenomenología, propusieron un nuevo enfoque para el estudio de los procesos psicológicos
que superara el elementalismo reduccionista del siglo XIX. Así es como Wertheimer, Kohler y
Koffka, y también Kurt Lewin, van a introducir el enfoque estructural en psicología
considerando que al abordar el estudio de los procesos mentales no pueden descomponerse,
los mismos, en sus elementos sin perder las propiedades que emergen al estudiar la totalidad.
De este modo introducen un debate acerca de los enfoques insuficientes del elementalismo en
oposición a los enfoques estructuralistas en psicología.
Por otro lado, las perspectivas historicistas dialécticas, comenzaban a plantear el debate entre
las jóvenes ciencias sociales y las ciencias de la naturaleza, resaltando el carácter social de la
naturaleza humana, y reclamando para la misma un enfoque propio, diferente en cuanto a los
criterios de cientificidad con respecto a las ciencias de la naturaleza.
En el marco de estos debates surge, en la década del veinte, el planteo vigotskyano que quiere
construir un nuevo estatuto para la psicología, desde la perspectiva marxista, a partir de la
discriminación de los procesos mentales elementales inherentes a la vida animal y las formas
superiores del comportamiento humano que resultan de la utilización de instrumentos
culturales. Plantea fuertes críticas a los enfoques elementalistas por el reduccionismo que
implica el estudiar los procesos psicológicos como si fueran “estados” de la conciencia.
Introduce formas nuevas para pensar el abordaje de lo mental a partir de elaborar un nuevo
método que explique la construcción de las funciones psicológicas y no su estado final en el
adulto. Es así como se instala un debate en torno a la validez de los modelos descriptivos
frente a los modelos explicativos, promoviendo la reflexión sobre la importancia de estudiar
los procesos mentales a través de su desarrollo en contraste con las formas de abordaje
descriptivas que venían realizando los enfoques asociacionistas de los psicofísicos y de los
conductistas.
Al mismo tiempo que Vygotsky instalaba una fuerte crítica a la psicología de su época, surge en
Ginebra un biólogo que va a interesarse en el conocimiento, pero desde una perspectiva que,
en principio, no parte de inquietudes psicológicas. Jean Piaget va a proponerse resolver
cuestiones de larga data en el pensamiento filosófico pero que él las asumirá desde una
perspectiva científica. Se trata de inquietudes epistemológicas acerca de los mecanismos
formales que pueden explicar las formas cada vez más complejas del pensamiento racional.
Partiendo de modelos biológicos y utilizando la lógica como instrumento de interpretación va a
construir la Psicología Genética para poder justificar sus hipótesis y a través de ella buscará
descubrir la génesis, es decir la construcción de los mecanismos que permiten al niño elaborar
las nociones y estructuras para constituir un mundo estable. Así ubicado en esta perspectiva
realiza fuertes críticas a las psicologías de la época dirigidas, por una parte, a los enfoques
empiristas que creen que el sujeto no aporta formas a aquello que conoce, y por otra parte, a
los enfoques estructuralistas como la Psicología de la Gestalt, que proponen una exagerada
visión universalista, común a los hombres y a los animales, en los que descuidan los enfoques
genéticos, afirmando el carácter universal de las estructuras cognoscitivas y no analizando los
procesos de construcción de las mismas. Por otra parte, también les critica el asimilar las leyes
que rigen los niveles físicos, biológicos y psicológicos a un mismo sistema de legalidades a
través de la hipótesis del isomorfismo.
Con la crisis del Conductismo, alrededor de la década de los cincuenta, surge, principalmente
en el ámbito anglosajón, una psicología que, retomando los viejos planteos de la tradición de
la psicología de las facultades del siglo XIX, se propone recuperar un lenguaje mentalista a
partir de señalar las relaciones que pueden establecerse entre la psicología y las ciencias de la
computación. El esfuerzo de estos psicólogos está dirigido a abordar el estudio de los procesos
mentales, pero buscando justificar metodológicamente su existencia. El fuerte impacto que
han tenido en estos ámbitos los trabajos objetivistas experimentales, sobre todo como
herencia de la psicología conductista, impuso un estilo de gran rigor experimental, que se ha
visto alimentado por la influencia que tienen los nuevos modelos de las ciencias biológicas y la
teoría evolucionista. De este modo van a considerar que no hay forma posible de un abordaje
científico de la actividad mental si no es mediante un enfoque estrictamente computacional,
es decir, un enfoque que considere dicha actividad mental como un conjunto de operaciones
formales que versan sobre símbolos y representaciones subyacentes a los niveles fenoménicos
que versan sobre creencias e intenciones. Lo que interesa a la psicología cognitiva es cómo se
procesa la información y de qué dispone el organismo para procesarla. Es decir, cuál es la
organización del sistema cognitivo en cuestión y cómo procesa la información ese sistema.
Otra pregunta que se realizan, derivada de los enfoques evolucionistas actuales, es qué
función cumple cada capacidad mental para el organismo. Estos interrogantes se centran en
un nivel de análisis que mantiene una relativa autonomía con respecto a los fenómenos
culturales y, en principio, también con respecto a la estructura y funcionalidad específica a
nivel neurológico.
Como puede apreciarse, a partir de este breve análisis sobre algunos sistemas psicológicos que
abordan el estudio de los procesos mentales, la tarea de realizar una presentación unificadora
es casi una tarea imposible. Y lo es, porque la misma psicología es difícil de aprehender
buscando síntesis apresuradas y desconociendo los profundos debates que animaron su corta
historia. En la actualidad, los temas que preocupan a los psicólogos que investigan los procesos
psicológicos se enfrentan a cuestiones que aún permanecen irresueltas o que recién se han
comenzado a descubrir. Mucho queda por hacer en este campo específico, y muchas
preguntas permanecen abiertas, como estas:
¿Cuáles son las dotaciones con las que cuenta el hombre al nacer?
¿Cuáles son los métodos válidos para explicar las formas de conocer humanas?
¿Por qué iba la naturaleza a dotar a todas las especies excepto a la humana de dotaciones
específicas (innatas)?
¿Se trata sencillamente de que el contenido del conocimiento difiere de una especie a otra?
¿Son las diferencias entre las especies sólo importante en lo que respecta al conocimiento de
los individuos adultos o los seres humanos difieren de las demás especies desde el momento
del nacimiento?
PSICOLOGIA COGNITIVA
Este nuevo movimiento intelectual en Psicología emerge nutriéndose tanto de los aportes
extra disciplinarios, como de investigaciones y desarrollos conceptuales propios, adoptando
con firmeza las consecuencias de la siguiente afirmación: “la mente existe, nos proponemos
estudiar cómo funciona”.
En relación con los psicólogos conductistas, podemos afirmar que el desafío que aceptaron los
nuevos psicólogos fue “echar luz a la caja negra”, oscurecida al reconocimiento científico
anglosajón por el término de cuarenta años. Lo que para el pensamiento conductista fue
innecesario y despreciado a la hora de formular sus argumentaciones, para la Psicología
Cognitiva pasó a ser la figura y centro de estudio, nos referimos al espacio mental.
La revolución conductista triunfa en muy pocos años, podemos decir que aún antes de
consolidar su marco teórico. Este éxito inmediato expresa el espíritu científico de la época,
basado en la tradición empirista y pragmática dominante en EEUU. Watson, en su firme
oposición al subjetivismo, propuso una Psicología objetiva anti mentalista cuyo objeto de
estudio fue la conducta observable controlada por el ambiente. Basado en los trabajos del
fisiólogo ruso Iván Pávlov (1849-1936, Premio Nobel 1904) establece como método para la
psicología el modelo experimental del condicionamiento.
Estos supuestos comienzan a ser cuestionados desde dentro y desde fuera de la comunidad
conductista y si bien, el “dominio” de este movimiento en el campo disciplinar fue un hecho,
su crisis y caída, también.
Otra consecuencia por la adopción de estas bases epistemológicas fue la exigencia del uso de
un lenguaje fisicalista y la necesidad de una definición operacional de las variables sujetas a
investigación. Para evitar el peligro de lo inaprehensible, las variables a estudiar se deben
operacionalizar, como para cuantificarlas objetivamente. Si, por ejemplo, la variable en estudio
es “hambre” se convierte en “tiempo de privación de alimento”, si es “sueño”, “horas de
privación del dormir”.
De esta manera no es necesario preguntar por el estado subjetivo ni por las características
innatas, sólo por condiciones que se pueden manipular desde el ambiente del laboratorio. Este
recurso, que permite la objetivación y la formulación de conocimiento público, es a la vez una
limitación para el estudio de procesos más complejos e interiores que requieren de conceptos
no reducibles al plano empírico. En consecuencia, se habilita el lugar para la emergencia de
nuevos criterios y principios que favorecen la definición de un objeto de estudio diferente para
la disciplina psicológica.
Otro factor fue el constituido por la gran cantidad de problemas encarados e investigados pero
que subsistieron sin solución. Los conductistas no sólo no fueron capaces de predecir nuevos
hechos, sino también fueron incapaces de explicar múltiples anomalías surgidas en el curso de
los experimentos sobre condicionamientos. Al principio del movimiento el éxito global del
programa impidió que las anomalías se considerasen relevantes, éstas se atribuían a defectos
en los procedimientos utilizados durante la experimentación. Entre todas las anomalías
empíricas se encuentra como ejemplo significativo la investigación realizada por García y
Koelling (1966) sobre aversión condicionada al sabor. Lo notable en esta investigación fue que
las ratas mostraban una preferencia selectiva por algunas asociaciones frente a otras: frente a
estímulos compuestos por sabor, luz y sonido seguido de un estímulo condicionado aversivo
(malestar gástrico inducido en forma experimental), los animales asociaban el malestar al
sabor, pero no a la luz o al sonido; y cuando el estímulo aversivo era una descarga eléctrica, la
rata lo asociaba a la luz o al sonido, pero no al sabor. En estos experimentos se derriban los
principios de equipotencialidad y correspondencia: los estímulos no son neutros, los
elementos que se asocian no son arbitrarios. Hasta las sacrificadas especies realizan libres
elecciones que no logran ser dominadas en el laboratorio.
Europa fue el centro de las ciencias hasta la época de las grandes guerras mundiales y este
papel pasó a corresponder a lo Estados Unidos, que se convirtió en una especie de nueva vara
para medir prestigio, calidad y mérito científico.
Es importante tener en cuenta que ese momento histórico particular es el tiempo de la “pos”
Segunda Guerra Mundial. Al calor de la “industria militar” o expresado de una manera un poco
más cruda: para cubrir las necesidades de los “señores de la guerra”, se había logrado
acumular un conjunto importante de avances científicos y tecnológicos; tanto en lo que hace a
la versión aplicada como a lo que se refiere a lo teórico-conceptual. Ese momento coyuntural
había llevado a un gran desarrollo en medios de comunicación, transporte, tecnologías de
información. Lo interesante es que estos conocimientos, en principio celosamente guardados,
se reciclan para distintos ámbitos de la vida social. Por ejemplo, el doméstico, el laboral, el
educativo. Nos referimos a innovaciones en telefonía, computadoras, electrodomésticos,
herramientas sofisticadas y eficaces para la industria, entre otros. Quienes pudieron acceder a
estos adelantos tecnológicos, vieron su vida cotidiana transformada.
Recapitulando: los avances en las ciencias físico naturales, los adelantos en las ciencias
biológicas y neurológicas, los acontecimientos sociales y culturales acaecidos hasta la primera
mitad del siglo XX, las reflexiones producidas desde las ciencias sociales; fueron todos factores
que, en su conjunto, requirieron profundos replanteos de las bases filosóficas de las ciencias,
los criterios de cientificidad y las formas de encarar una investigación científica. Se remueven
aquellos principios que habían quedado establecidos a comienzos del siglo por las corrientes
epistemológicas ya mencionadas: Positivismo y Positivismo Lógico.
“Cada época de la historia humana produce, a través de sus prácticas sociales cotidianas y su
lenguaje, una estructura imaginaria. La ciencia forma parte de estas prácticas sociales [...] la
imaginación científica sufre mutaciones radicales de una época a otra [...] La fase modera de
las ciencias cognitivas representa una mutación notable es esta historia.[...] Por primera vez la
ciencia (es decir, el conjunto de científicos que definen qué debe ser la ciencia) reconoce
plenamente la legitimidad de las investigaciones sobre el conocimiento mismo, en todos sus
niveles, más allá de los límites tradicionalmente impuestos por la psicología o la
epistemología.”
¿En qué consiste esta mutación en la imaginación científica, esa transformación a la que alude
Varela? Se trata de una mutación en las bases filosóficas adoptadas. Para poder realizar la
pregunta por el conocer, por el origen del conocimiento, se requiere la legitimación de bases
filosóficas racionalistas. Esta antigua tradición filosófica occidental es retomada y reconocida
como válida, pero ahora articulada con el quehacer científico. Con esta mutación, el
empirismo queda desacreditado en el mercado científico.
Francisco Varela las denomina “Ciencias y Tecnologías del Conocimiento”, ya que se trata de
un conjunto de disciplinas interrelacionadas, donde cada una aporta su interés y preocupación
acerca del fenómeno del “conocer”: Neurociencias, Lingüística, Epistemología, Psicología
Cognitiva, Filosofía y el polo tecnológico que impregna a las demás disciplinas: la Inteligencia
Artificial.
Aunque a veces la expresión “Ciencia Cognitiva” se hace extensiva a todas las formas de
conocimiento (incluidas las artificiales), se aplica específicamente a las explicaciones de las
condiciones de producción y transformación del conocimiento humano.
Un terreno científico de esta naturaleza permitió que grupos de psicólogos replanteen sus
posturas y preguntas. Comienzan a confluir hacia la nueva psicología, los aportes desde
distintas disciplinas y áreas de investigación.
Suele afirmarse que las principales influencias extra disciplinarias provienen de la Teoría de la
Comunicación, la Cibernética, los estudios matemáticos relacionados con la computación, el
desarrollo de los ordenadores, la psicolingüística de Chomsky, la teoría de la información, las
relaciones entre la Neurología y la Lógica, los estudios sobre síndromes neuropsicológicos,
entre otros. Vamos a detenernos y desarrollar los principales aspectos de algunas de las
influencias nombradas.
Cibernética:
Si bien se pueden describir los cambios de cualquier sistema, sean éstos biológicos o no, como
simples reacciones o respuestas a entradas estimulares, tal y como lo ha explicado el
conductismo; la cibernética se interesa por los cambios en los sistemas que incluyen criterios y
reglas aplicados a la información de los resultados de las acciones anteriores y que pueden
modular a partir de éstos, los pasos para los siguientes cambios. Este es un proceso circular y
se denomina “retroalimentación”. Ejemplo: un misil que puede seguir un blanco móvil (puede
remitirse, para poder imaginarlo y ver los deslumbrantes efectos, a la reciente Guerra del
Golfo), basa su trayectoria en un proceso circular de evaluación y corrección, internos al
sistema, para llegar al objetivo, en este caso la eficaz destrucción del blanco. El hecho de que
el misil impacte en forma certera en la meta encomendada no depende del blanco sino del
diseño particular del misil. El sistema se retroalimenta con la información sobre el resultado de
los cambios recientes y esto le permite realizar las correcciones necesarias para continuar con
los próximos pasos que lo llevan hacia su meta.
“Ambos poseen receptores sensoriales que constituyen una etapa de su ciclo de operación:
esto es, en ambos existe un aparato que recoge información del mundo externo a bajos niveles
de energía y que pone a disposición de la operación, tanto del individuo como de la máquina.
En ambos casos, esos mensajes externos no se reciben puros, sino a través de las posibilidades
de transformación del aparato, se éste animado o inanimado. A continuación, la información
adopta una nueva forma aprovechable en las siguientes etapas de la actividad desarrollada.
Tanto en el animal como en la máquina, esta actividad se hace efectiva sobre el mundo
externo y en ambos casos se devuelve, hacia el mecanismo regulador central, información
acerca de la acción realizada sobre el mundo exterior, y no meramente acerca de la acción
propuesta” (Miller, Galanter y Pribram (1960).
Más allá de sus particulares orígenes, las ideas de la cibernética fueron muy fructíferas para el
desarrollo de muchos dominios teóricos y prácticos. Las ideas germinales tan vinculadas a las
matemáticas y a la ingeniería, han sido extrapoladas para explicar muchos fenómenos
complejos, por ejemplo, la auto-organización y automodificación de cualquier estructura que
se desenvuelve a partir de su propia dinámica.
Sin embargo, el término “información” quedó estrechamente vinculado con los primeros
desarrollos de la Psicología Cognitiva, con el “modelo de Procesamiento de la Información”,
que tuvo tanta expansión. La idea de información se reformula y adquiere otras dimensiones
explicativas cuando se articula con las ideas de retroalimentación y de computación.
Fue Wiener quien pudo concebir a la “información” como desligada de cualquier dispositivo
concreto de transmisión. Desligada de los “canales concretos” se establece como concepto
teórico que permite explicar las transformaciones internas a cualquier sistema que trabaja
procesando información.
La mente puede ser entendida como un “mecanismo que procesa información”. Pero, ¿Cómo
se entiende la idea de “información”?
Psicolingüística.
Los aportes de Noam Chomsky, que comienzan en 1957 con su monografía “Estructuras
sintácticas”, tuvieron un efecto revolucionario en el clima de la época. Las teorías lingüísticas
existentes, en particular las conductistas derivadas de la postura de Skinner, carecían de la
potencia necesaria para explicar la capacidad de expresión y comprensión del lenguaje que
posee cualquier hablante normal.
En lo que hace a su estructura gramatical “el pelícano grande voló muy alto” no es equivalente
a “grande el alto voló muy pelícano” y aunque se utilicen las mismas palabras en las dos
oraciones, una de ellas se distingue muy temprano en el desarrollo como incorrecta. Chomsky
propone la existencia de un dispositivo mental innato, una “competencia” no aprendida que le
permite al niño realizar las combinaciones gramaticales que admite la lengua materna y
rechazar las que son sintácticamente erróneas. Este rápido “desempeño” de los hablantes
particulares se cumple en todas las culturas, aunque diverjan entre sí en los modos de vida y
estilos de crianza. La competencia es universal y el desempeño es particular a cada uso
cultural.
Chomsky se apoya en bases filosóficas racionalistas y en sus desarrollos afirma que nuestra
capacidad psicolingüística se basa en sistemas representacionales abstractos, conocimiento de
reglas que no se reducen a porciones de zonas cerebrales. Esta capacidad depende de una
estructura universal mental innata que se despliega en cada hablante al exponerse al contacto
de su lengua nativa, se trata por tanto de una capacidad preformada y nunca puede derivar del
mundo exterior. Llega a concebir la mente como una serie de “órganos mentales” o “módulos
independientes”, cada uno con sus tiempos de maduración y desarrollo y sus propias reglas
para operar y funcionar.
Teoría de la computación.
Los antecedentes los tenemos que buscar en la década de 1930, en los trabajos de Alan Turing,
un matemático británico que propuso en 1936 la idea de una “máquina teórica” capaz de
realizar cualquier cálculo concebido.
Todo lo que la máquina necesitaba era una cinta de longitud infinita que pudiera pasar por
ella, donde un dispositivo leería lo escrito sobre la cinta. La máquina podría realizar cuatro
clases de movimientos con la cinta: derecha, izquierda, borrar e imprimir una marca. En la
medida en que los pasos de una tarea se podían explicitar en su totalidad y programar, o sea,
escribir los pasos sobre la cinta; la máquina de Turing podría al explorarla, cumplir con las
instrucciones y realizar las operaciones.
En 1940, Turing produjo un “desafío”: la máquina podría programarse y sus respuestas a las
preguntas realizadas por un interlocutor, no podrían diferenciarse de las ofrecidas por un ser
humano. Sólo era una cuestión de tiempo para permitir pasar toda la extensión de la cinta por
el dispositivo lector.
Una cita de Mario Carretero (1997) , resume parte de esta trayectoria: “...el 14 de febrero de
1946, el ENIAC (Computador e Integrador Numérico Electrónico), un inmenso artefacto que
contenía 30 toneladas de cables y ocupaba una gran habitación de la Universidad de
Pensilvania, fue capaz por primera vez de solucionar algunos problemas aritméticos sencillos.
Posteriormente se desarrollaron máquinas que no sólo utilizaban materiales y diseños más
avanzados, sino que podían almacenar información en su memoria. Probablemente el más
conocido fue el diseñado por Newell, que logró resolver algunos teoremas de los “Principia
Mathemätica” de Whitehead y Russell y de jugar ajedrez, sentando las bases de la hazaña de
Deep Blue, al derrotar recientemente al campeón G.Kasparov.”
¿Podría una máquina operar en forma idéntica a los procesos del pensamiento? El desafío se
lanzó y el clima fue propicio para ofrecer respuestas.
“La versión fuerte de la analogía mente=ordenador es algo más que una simple herramienta
conceptual. La analogía se lleva hasta sus últimas consecuencias. Si el ordenador y la mente
humana son sistemas de propósito general, el objetivo científico es elaborar una teoría
unificada del procesamiento de la información, que englobe ambos sistemas. [...] Su interés
está confinado a la construcción de programas de inteligencia artificial. [...] son más técnicos
de ordenador que psicólogos, de modo que prefieren esta opción”.
En cuanto a la versión más débil de la analogía, según De Vega: “...establece una similitud
funcional entre ambos sistemas y utiliza el vocabulario del procesamiento [...] en ningún caso
pierde de vista la perspectiva psicológica [...] las particularidades de ese sistema de
procesamiento que es la mente humana”.
“El propósito [...]es explicar cómo funciona la mente. Parte del poder de la disciplina reside en
la teoría de la computabilidad. Si una explicación es computable, entonces es coherente y no
da demasiadas cosas por supuestas. Si es o no apropiada depende de si se ajusta o no a los
hechos, pero por lo menos ha triunfado en la evitación de la vaguedad, la confusión y los
conjuntos místicos de las fórmulas verbales vacías.[...]debe haber aspectos de la vida mental
que no pueden modelarse de esta manera[...]incluso puede que haya aspectos de la mente que
no puedan amoldarse a la explicación científica”.
• En 1967 UIric Neisser publica un libro titulado “Psicología Cognitiva", dándole "nombre
oficial” al movimiento, reuniendo bajo este título a las investigaciones que venían
desarrollándose desde la década anterior.
¿Cuál es la metodología adoptada para llevar a cabo los estudios científicos acerca de lo
mental?
Los "datos" de observación del psicólogo cognitivo son "objetivos", tiempo de reconocimiento
ante la presentación de gráficos, letras, números, emisiones lingüísticas, etc.; tiempo que
tardan las personas al elegir entre varias alternativas, o al resolver un problema; en decidir si
una secuencia de letras que se les presenta es una palabra con significado o no; errores que
cometen cuando razonan, cuando producen una emisión lingüística mientras reciben una
interferencia (sonidos, palabras sin sentido); etc. Son datos cuantificables, objetivos, medibles
y que pueden someterse a tratamientos metodológicos estadísticos muy rigurosos.
El compromiso es estudiar las formas cognitivas universales con las que un sujeto cuenta, las
limitaciones y posibilidades del sistema cognitivo humano, explicadas desde una base
experimental. Los estudios se realizan en condiciones de laboratorio, con independencia de
factores biológico neurológicos y sociales-culturales.
En los inicios del movimiento, la Psicología Cognitiva está alejada de concebir a la cognición
como una capacidad humana creadora de mundos posibles, de realidades intersubjetivas, de
experiencias compartidas y, cuanto más radical es la formalización e independencia de los
procesos psicológicos, mayor es la dificultad para dar cuenta de la naturaleza pragmática y
adaptativa de nuestro conocimiento a contextos variables. Sin embargo, este fue el modelo
dominante, también denominado “procesamiento de la información" con bases explicativas
vinculadas a lo "representacional computacional".
Si se produjese un error y vemos un centauro en vez del caballo, este resultado no depende
del estímulo sino de la forma en que fue elaborado el modelo, de los pasos y transformaciones
internas de representaciones. Elaborar un "modelo" de una sirena, unicornio o centauro, no
implica la existencia concreta de esos seres y si podemos producir un dibujo o hablar de ellos,
lo hacemos partiendo de un modelo mental y no de una copia de algún estímulo.
Recapitulando: para la descripción de todos los procesos mentales, los psicólogos cognitivos se
centran en cómo son elaborados los modelos mentales acerca del mundo y no los motivos o
sea el por qué se llegó a un modelo acertado, con errores o a una ilusión. Descripto el cómo,
identificados los pasos del procesamiento, se explica el funcionamiento mental y hasta se
puede llegar a la simulación del proceso en una maquinaria, como por ejemplo un robot.
• qué se computa: cuál es el input del proceso, qué se tiene que recuperar de él, que
restricciones o reglas guían el proceso.
Entremos un poco en las computaciones que realiza un ordenador como para comprender las
analogías construidas en el inicio del movimiento.
• un sistema de entradas y salidas que comunica con dispositivos periféricos tales como
el teclado, que sirve para introducir la información.
Un ordenador toma los datos de la entrada, los manipula de acuerdo con alguno de los
programas de su memoria y saca los resultados, output o salida. El programa es ejecutado por
el procesador central, que trae la siguiente instrucción de la memoria y la ejecuta.
La arquitectura que se describe, ejemplifica la propuesta realizada por von Neumann, que
opera de manera secuencial y jerárquica.
Esto significa que, en este tipo de arquitectura, el camino posible del procesamiento de la
información está pautado, sigue ciertos pasos que obedecen a reglas predefinidas por la
programación del sistema con una organización jerárquica: vías de entrada, pasos intermedios,
regulación central del tratamiento de los pasos. Si se quiebra la jerarquía, el sistema no
funciona.
Un diagrama de flujo consta de una serie de cuadros unidos por vectores. Los cuadros
representan operaciones, pasos a seguir (almacenar, comparar, recuperar, transferir, etc.) y los
vectores indican la secuencia de las operaciones, el camino que puede llevar la información
dentro de las jerarquías del sistema.
Esta forma de modelar el funcionamiento del sistema cognitivo humano, la organización de sus
memorias, como ya hemos expresado, es actualmente criticado por quedar apegado a la
"secuencialidad” y no poder dar cuenta de las interconexiones y comunicaciones ente los
diversos procesos implicados. Se desvanece la cohesión, el sentido, el funcionamiento mental
como totalidad y las investigaciones se resumen al estudio de alguna jerarquía o etapa de
procesamiento particular.
Jerry Fodor deja planteado que la Psicología Cognitiva, en tanto científica, sólo puede
dedicarse al estudio de estos módulos y no puede producir explicaciones objetivas acerca del
funcionamiento de los procesos centrales: interpretación, toma de decisiones, evaluaciones y
pensamientos; o sea los procesos dedicados a fijación de creencias.
De todos modos, es importante destacar los aportes para el estudio de la memoria humana,
derribando el mito de una función monolítica y sin limitaciones. Llegan a distinguir distintos
sistemas que reciben diferentes nombres, (según el modelo de investigación): Almacenes
sensoriales (MS), Memoria a corto Plazo (MCP) y Memoria a Largo Plazo (MLP); Memoria
Primaria y Memoria Secundaria (remitiéndonos al diagrama de flujo anterior) o un modelo más
actual, propuesto por Alan Badeley y Graham Hitch (1990): una Memoria de Trabajo,
compuesta de subsistemas especializados en distintas funciones y una Memoria Permanente,
todas con estrechas relaciones entre sí.
Conexionismo:
Este modelo se guía por la metáfora del cerebro. En los cerebros reales no hay reglas,
procesadores centrales, ni almacenamiento del conocimiento en lugares precisos. Las
operaciones surgen de interconexiones masivas y distribuidas de los componentes del sistema
y van cambiando a medida que el sistema tiene experiencias en un área determinada. Son
modelos no simbólicos de la mente.
La cognición se produce a partir de la interacción simultánea de una serie de unidades
semejantes a neuronas. Al estar más cerca de los sistemas biológicos, han favorecido una
relación estrecha entre las Neurociencias y la Inteligencia Artificial.
Si bien, mediante los modelos conexionistas es posible dar cuenta de procesos más flexibles,
que pueden acercarse a lo vital y contextual, hablamos de un funcionamiento que está por
debajo del nivel simbólico y que tiene imposibilitado el acceso a la conciencia del sujeto.
Como afirma M. Carretero: "...sin olvidar que ese plano de análisis debe coordinarse con el
plano macroestructural y con una explicación global del funcionamiento de la mente humana,
cuyos procedimientos de control y autorregulación juegan, sin duda, un papel fundamental
que debe coordinarse con las rutinas automáticas que son capaces de simular los modelos
PDP. No obstante, como suele ocurrir siempre en la ciencia, sólo el tiempo y los avances que
con él se dan podrán determinar la pertinencia del conexionismo y su metáfora básica de la
mente como cerebro."
La entrada al Significado
"No cabe ninguna duda que la ciencia cognitiva ha contribuido a nuestra comprensión de cómo
se hace circular la información y cómo se procesa. Como tampoco le puede caber duda alguna
a nadie que se lo piense detenidamente, de que en su mayor parte ha dejado de explicar
precisamente los problemas fundamentales que inspiraron originalmente la revolución
cognitiva, e incluso ha llegado a oscurecerlos un poco. Por eso vamos a volver a la cuestión de
cómo puede construirse una ciencia de lo mental en torno al concepto de significado y los
procesos mediante los cuales se crean y negocian los significados dentro de una comunidad”.
El proyecto de esta nueva psicología cognitiva se orienta a la comprensión de la acción humana
situada culturalmente. No desprecia lo que la gente dice sobre sus estados mentales, sus
modos de interpretar y negociar los significados de su cultura, sus intenciones, deseos,
mundos de creencias. Aunque, a la par, no prescinde definitivamente de los experimentos de
laboratorio, ni de la búsqueda de universales humanos.
Es una postura de fuerte inspiración vigotskyana, donde la cognición humana se concibe como
la capacidad de crear un mundo intersubjetivo de experiencias, atravesada por significados.