El Comportamiento Del Siervo de Dios
El Comportamiento Del Siervo de Dios
El Comportamiento Del Siervo de Dios
Sin duda que este pasaje está cargado de mucha emoción. Los ancianos
al ser convocados por Pablo vinieron enseguida. Ninguno de ellos se
perdería aquel encuentro para ver y hablar con el hombre que les había
conducido a Cristo. Todos ellos están en el ministerio por Pablo y oír de
él el consejo y la orientación era como asistir al mejor seminario de
motivación y mejoramiento ministerial. Qué obrero no hubiera asistido a
esa invitación. Al estar ellos allí Pablo presenta dos cosas muy
importantes para hablar de su comportamiento en Éfeso. Por un lado
puso como testigos a los mismos que él había instruido y asignado como
ancianos de las iglesias ya constituidas.
Tome en cuenta que en este mismo texto el Espíritu Santo le dice que en
cada ciudad donde va a ir le esperaban “prisiones y tribulaciones” (V.
23). ¿Qué haría usted si al que tiene como su fiel compañero le dijera
que los próximos lugares que va a visitar lo van a poner preso o le van a
dar una golpiza? ¿Se animaría a seguir adelante? Pues eso fue lo que
Pablo sentía, sin embargo mire su resolución: “Pero de ninguna cosa
hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe
mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (V. 24). Esto bien podría
llamarse una “santa desobediencia”. Pablo con su ejemplo nos dice que
la vida no debemos estimarla tan preciosa cuando la gastamos para
nosotros mismos, pero que si será de incalculable valor cuando la
invertimos para Cristo. ¿Hasta dónde el Espíritu Santo es el guía de su
vida?