Universidad Politécnica de Honduras Sede El Progreso, Yoro

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Universidad Politécnica de Honduras

Sede El Progreso, Yoro.

Carrera: Derecho

Asignatura: Criminología

Catedrático (a): Abogado: Nery Rolando Ordoñez

Alumno: Pablo Edgardo Alvarenga Espinal


Cuenta No.062101014

Tema: EL ENFOQUE DE LAS TEORIAS DE LA ASOCIACION


TEORIA DIFERENCIAL TEORIA DE LA DISTORCION DE
VALORES

Fecha: 18-05- 2022.


INDICE

INDICE..................................................................................................................2

INTRODUCCION..................................................................................................3

OBJETIVOS.........................................................................................................4

MARCO TEORICO...............................................................................................5

CONCLUSIONES...............................................................................................12

BIBLIOGRAFIA..................................................................................................13
INTRODUCCION

Las teorías criminológicas buscan respuesta a cuestiones como: dónde nace la

conducta delictiva, por qué se produce y qué relación tiene el contexto

económico y social del infractor. Una de ellas es la teoría de la asociación

diferencial, que establece que los sujetos aprenden a ser criminales por

transmisión cultural, una situación que se da particularmente en determinados

grupos donde las actividades delictivas se realizan con habitualidad y quedan

así reforzadas como algo positivo.

El padre de la teoría de la asociación es Edwin H. Sutherland. Este sociólogo

estadounidense, uno de los más influyentes del siglo XX, utilizó esta teoría para

explicar cómo los delincuentes aprenden las motivaciones y conocimientos

técnicos necesarios para delinquir, al igual que puede aprenderse cualquier

otra habilidad.
OBJETIVOS

1-Investigar todo lo relacionado al enfoque de las teorías de Asociación, teoría

diferencial y la teoría de la distorsión de valores, conocer sus diferentes

conceptos y definiciones, y como se aplican en el campo de la investigación.

2-Investigar y conceptualizar todo lo relacionado al enfoque de las diferentes

teorías de asociación, sus técnicas y características.

3-Describir y enumerar los tipos de teorías de asociación que existen

4-Concluir con más aportación dentro del tema de las Asociaciones

diferenciales.
MARCO TEORICO

En su obra de 1939, Principios de Criminología, Sutherland establece el

principio de asociación diferencial y afirma que el patrón de delincuencia nace

de la relación entre delincuentes. Su teoría inicialmente subrayaba, además,

elementos estructurales para apuntalar esa conducta criminal: la delincuencia

se produce en contextos de conflicto y desorganización social, y estos son

factores determinantes del carácter que define a las personas que delinquen.

Casi una década después, en la revisión de su obra de 1947, eliminó este

elemento, pero el autor sostenía aún que la clase social era relevante para el

aprendizaje de la conducta delictiva.

Una de las claves de la teoría de Sutherland es que no aborda el origen o

motivación que llevan a una persona a delinquir, sino cómo aprende a hacerlo.

Y ese aprendizaje se ve condicionado por la percepción que su entorno directo

amigos, familiares, colegio, televisión, medios de comunicación, etc.

tenga de las leyes: si justifica según qué conductas, la intensidad a la que una

persona se ve expuesta a este tipo de mensajes y la cercanía o intimidad que

comparte con personas que expresan esas interpretaciones positivas de la

vulneración de la ley.

El padre de la teoría de la asociación es Edwin H. Sutherland. Este sociólogo

estadounidense, uno de los más influyentes del siglo XX, utilizó esta teoría para

explicar cómo los delincuentes aprenden las motivaciones y conocimientos

técnicos necesarios para delinquir, al igual que puede aprenderse cualquier

otra habilidad.

Los 9 principios de la teoría de la asociación diferencial


La teoría de la asociación diferencial quedaba resumida en nueve postulados:

1. El comportamiento criminal se aprende.

2. Ese aprendizaje se realiza a través de la interacción con otros, es un

proceso de comunicación.

3. El aprendizaje del comportamiento delictivo se produce en grupo y la

intimidad de esas relaciones determinará la capacidad de influencia.

4. Además de aprender la conducta delictiva, la persona interioriza las

razones que le llevarán a justificar la actividad ilícita y la manera de

enseñar u orientar a otro hacia esa actividad delictiva.

5. Los motivos e impulsos que llevan hacia la conducta delictiva se

aprenden a través de la interpretación favorable o desfavorable de las

normas vigentes.

6. Cuando una persona tiene más interpretaciones o justificaciones

favorables que desfavorables sobre la violación de la ley, se convierte en

delincuente.

7. Todas las asociaciones diferenciales no son iguales, varían en

intensidad, frecuencia, duración y prioridad.

8. El proceso del aprendizaje de comportamiento criminal a través de

interacciones con otros funciona como aprender sobre cualquier otro tipo

de comportamiento.

9. La conducta delictiva puede ser una expresión de necesidades y valores

generalizados, pero no es una concreción de ellos.


Los delitos de cuello blanco y la asociación
diferencial

La teoría de Sutherland sirve como modelo para explicar la criminalidad en

personas que pertenecen a clases medias y privilegiadas y que, a priori, no

estarían empujadas por una necesidad socioeconómica hacia la conducta

criminal.

Si bien el comportamiento delictivo estaba vinculado a situaciones de

desestructuración social o problemas mentales, Sutherland acuña el término

“delito de cuello blanco” para definir aquellas conductas ilícitas que comete

alguien aprovechando su situación de poder que le otorga su situación

socioeconómica. A través de su teoría de la asociación diferencial, el sociólogo

sostiene que las conductas delictivas se aprenden, que el individuo está

condicionado por su entorno y aprende de él la manera de cometer delitos, sus

ventajas y justificaciones.

Las teorías criminológicas abordan las circunstancias en que se comete un

delito para dar respuesta a las motivaciones del infractor y ofrecer medidas

restaurativas, acciones preventivas y tratamientos resocializadores. La teoría

de la asociación diferencial y otras que han sido clave a lo largo del último siglo

son parte de la materia que se estudia en el Grado en Criminología. El

conocimiento de estas bases teóricas ayudará al futuro criminólogo a

desarrollar su labor de investigación con diligencia y profesionalidad.


DELINCUENCIA DE CUELLO BLANCO

La criminalidad ha tenido arraigo en ser vinculada con la clase pobre, en parte,

por ser estos los más desvalidos en ocasiones para hacerse de los bienes

materiales y servicios para sobrevivir, qué decir sobre algún lujo de los que

pudieran llegar a hacerse, les resulta imposible. El crimen históricamente

relaciona con dos clases:

Los que tienen fealdad y los pobres, dejando de fuera en este parámetro, o

libre de responsabilidad, culpa o sospecha a los de belleza y solvencia

económica. Sutherland, en el libro en mención, hace a un lado aquel mito,

descubriendo así que hay personas que cuya clase social y económica alta, y

por el tipo de trabajo que llevan a cabo, donde tienen oportunidad de engañar

las cifras de dinero, así como el alcance a este, les resulta un tentación latente,

continua y evidente, sumado a una insaciabilidad financiera y de poder, el

recurrir a la defraudación, desvío de recursos, fraude, engaños, cifras

maquilladas, distribución de recursos inadecuada y desproporcional, inflando

facturas, montos, entre otras actividades.

Al respecto previo a lo apuntado por González Vidaurri y Sánchez Sandoval,

queda reforzada tal actividad de “cuello blanco” por los grupos de poder que

cobijan a sus miembros, desvían la atención en otros asuntos, manipulando a

los medios de comunicación y la percepción de los habitantes, además de la

cifra oculta de la criminalidad, impunidad y demás.

Extrañamente, la criminalidad destaca en las zonas marginales, pobres, de

desigualdad, de servicios públicos deficientes o inexistentes, la criminalidad

cometida en centros comerciales o de flujo continuo de personas, se destaca

por tener operadores cuyo origen proviene de aquellas regiones. Por el


contrario, muy espaciadamente se llega a saber de la criminalidad de mayor

impacto, no por la cantidad, sino por la “calidad” de este, grandes empresarios

y/o servidores públicos con altos crímenes que lastiman tanto a una localidad,

un país, mundo entero, por el hambre de poder y dinero.

ASOCIACIÓN DIFERENCIAL O TEORÍA DE LOS CONTACTOS

DIFERENCIALES

Esta teoría fue desarrollada por Sutherland y Donald R. Cressey, este se

introdujo en el libro Principios de Criminología, a partir de la 5ª edición,

haciendo cambios considerables al original, según sus biógrafos. Señalan que

las organizaciones sociales en contra de la ley son las que fomentan la

conducta criminal. Según estos autores, la criminalidad se explica mediante un

conflicto cultural, nace en la sociedad contaminada por clases desiguales,

donde el sujeto tiende a asociarse más a alguna que a otra, esto siendo un

proceso normal de adhesión a grupos.

Cualquier tipo de asociación tiene una carga de valores que son trasmitidos

entre sus miembros, por supuesto el aprendizaje criminal es parte de este

proceso. Así, existen choques de valores e ideologías, lo que lleva al conflicto.

Más cuando estamos en una sociedad, donde la actividad criminal, corrupta,

impune, fanfarrona, presunciosa, ignorante y demás, es más valuada.


Por ello es notable que aquellos grupos vulnerables se agrupan en un sentido

de protección colectiva, en otras ocasiones, se traicionan entre ellos mismos,

en un sentido proyectivo: Si yo no valgo, aquel tampoco, pero niega su falta de

valor y lo delega al otro. Estos grupos, suelen desarrollarse con circunstancias

comunes, carencias, deseos, metas, frustraciones, donde la unión, permite

desarrollar estrategias para lograr sus intereses. Lado contrario a esto, son los

empresarios o grupos de poder y diplomacia, donde se alían para lograr

mismos objetivos de crecimiento, pero bajo medios validos y aceptables, no

obstante, no se omite el lado “blanco” de su criminalidad, con abuso de poder,

imposiciones, estrategias voraces de apoderamiento de bienes a costa del

trabajo de los grupos minoritarios, etc.

Ahora bien, Pérez Pinzón y Pérez Castro, explica desde la teoría de la

asociación diferencial o contactos diferenciales, como lo llamaba

Sutherland. Según las bases de esta teoría:

a) El comportamiento criminal o conducta es aprendido, por tanto, no heredado.

b) Se aprende en interacción con otros sujetos a través de la comunicación.

c) La parte principal del aprendizaje cuando adquiere la conducta criminal, se

realiza dentro de estos grupos personales más íntimos y, por lo general,

adquieren modos de comportamiento como impulsos, racionalizaciones y

actitudes.

d) La orientación especifica de impulsos y motivos es aprendida, mediante

códigos o modelos que le son favorables para infringir la ley.

e) Los contactos diferenciales pueden ser diversos en cuanto a su intensidad,

duración, frecuencia y prioridad.


f) Este proceso de aprendizaje, mediante pautas delictuosas y no delictuosas

son su mecanismo de enseñanza.

g) A pesar de que el comportamiento criminal es expresión de diversas

necesidades y valores, no son sólo éstas, pues la conducta no delictiva es

también expresión de las mismas (2006, p. 87). Por otro lado, Zaffaroni indica

que:

h) La idea central de Sutherland era que el delito es una conducta aprendida y

que se reproduce -como cualquier enseñanza- por efecto de contactos con

definiciones favorables y del aprendizaje de los métodos.

i) Sutherland introdujo esta tesis en su obra “Criminology” en 1939, con su

principio de la asociación diferencial: una persona se vuelve delincuente por

efecto de un exceso de definiciones favorables a la violación de la ley, que

predominan sobre las definiciones desfavorables a esa violación.

j) Con esto pretendía explicar la criminalidad de forma más amplia que la

Escuela de Chicago, porque los de Chicago no explicaban más que los delitos

de los pobres, en tanto que Sutherland dejó en claro que la criminalidad

atraviesa toda la escala social y que hay tanto delitos de pobres como de ricos

y poderosos (2003, p. 138).


TEORIA DE LA DISTORCION DE VALORES

Muchos autores a lo largo de décadas han intentado dar una explicación a los

estilos de pensamiento en las personas que cometen actos delictivos. Por ello,

la distorsión cognitiva se ha convertido en uno de los factores criminógenos

dinámicos objeto de mayor interés en los últimos años, entendida como una

interpretación errónea de la realidad que contribuye a propiciar los conflictos

interpersonales, al promover una visión más negativa del entorno social (Beck,

2003). Se ha asumido que, a partir de estas distorsiones cognitivas, o

interpretaciones sesgadas de la realidad, muchos agresores y delincuentes

conceptúan sus conductas violentas o infractoras de forma egocéntrica,

atenuando mentalmente los resultados de su transgresión, minimizando su

responsabilidad o atribuyendo hostilidad contra ellos a la víctima (Peña y

Andreu, 2012). Este trabajo analiza los estilos de pensamiento que se

presentan entre población reclusa, comparándolos con los de la población no

reclusa. Para ello, se hará un repaso de los antecedentes teóricos sobre el

tema, partiendo de la teoría del aprendizaje social hasta la teoría del estilo de

vida y del pensamiento criminal. Una vez planteado el objetivo principal del

estudio empírico, se procederá a describir la metodología seguida y,

finalmente, los resultados obtenidos. Estos resultados serán interpretados y

discutidos en el cuarto y último punto. Antecedentes teóricos Actualmente,

existe un amplio consenso en considerar que la teoría del aprendizaje social es

la explicación más completa de la conducta delictiva, ya que se basa en la

interacción dinámica de factores cognitivos, emocionales y conductuales

(Redondo, 2015) La Teoría del aprendizaje social de Bandura (1977) establece

que el inicio y el mantenimiento de la conducta puede explicarse a partir de los


distintos tipos de reforzamiento, pues parte del supuesto de que el

comportamiento humano (incluido el delictivo) es aprendido y no determinado

por rasgos de personalidad, traumas infantiles o determinantes biológicos, y

que la observación de la conducta de los demás es la base del aprendizaje. De

este modo, existen conductas delictivas, no personas delincuentes por

naturaleza, y los mecanismos básicos por los que se inicia, mantiene y/o

elimina una conducta serían el aprendizaje por asociación estimular

(condicionamiento clásico), por influencia de las consecuencias que siguen a la

conducta (condicionamiento operante) y a través de la imitación de modelo

(condicionamiento vicario). Esto no quiere decir que las características

individuales, la dotación hereditaria o el ambiente no influyan en la conducta,

sino que se influyen mutuamente, a través de lo que él denomina el

“determinismo recíproco” (Bandura, 1986). La Teoría del aprendizaje social se

transforma posteriormente en la Teoría social cognitiva (Bandura, 1986), en la

que se incluyen los conceptos de auto-eficacia y de desvinculación moral,

enfatizando la importancia de la interrelación entre la auto-eficacia, las

expectativas de resultado y las metas. Para que se dé la conducta delictiva, es

preciso no sólo que la persona se considere capaz de ejecutar de manera

exitosa la conducta delictiva, sino que se produzca una auténtica

desvinculación moral (Masip et al., 2004). La desvinculación moral es un

proceso psicológico que debe entenderse como un mecanismo de resolución

de problemas surgido de la interacción de la persona con la situación, que

favorece la ruptura con las normas mediante la desactivación de los

sentimientos de culpa (Bandura, 1999; Palmer, 2007). Akers (2006; Akers y

Sellers, 2004) aplicó la teoría del aprendizaje social específicamente al campo


de la delincuencia. Su formulación es considerada de las más íntegras, ya que

se apoya en la interacción dinámica entre los factores cognitivos, emocionales

y conductuales. A partir de la teoría de Akers se desarrolló el Modelo de la

conducta criminal de Andrews y Bonta (2006) que también considera que la

persona interactúa con su entorno y que, por lo tanto, existen múltiples vías

para implicarse en la carrera delictiva. Señala que cuando el riesgo al cometer

un delito es mínimo, la decisión se toma de una manera impulsiva; el nivel de

riesgo viene dado por la historia delictiva pasada, el estilo de personalidad

antisocial, el grupo de amigos antisociales y las actitudes antisociales. A estos

cuatro elementos los denominó The Big Four. Centrándonos en el elemento de

las actitudes antisociales, el concepto de pensamiento criminal propuesto por

Walters (2002) permite un acercamiento al estudio de las actitudes antisociales

desde una perspectiva que resulta más afín a la Psicología Social que en

términos de rasgos de personalidad. Walters (2002) define el pensamiento

criminal como uno de los componentes del estilo de vida criminal mediante su

Teoría sobre los estilos de vida criminal. El estilo de vida criminal viene dado

por el fracaso en tres áreas vitales: los vínculos sociales establecidos, el control

y la identidad personal (Walters, 1995). La conducta criminal es el resultado de

las condiciones a las que la persona está expuesta, las elecciones que hace en

su vida, y las cogniciones por las que se sustenta y justifica su conducta

delictiva (Walters, 1990, 1995). El estilo de vida criminal incluye cuatro tipos de

patrones de comportamiento que se evalúan mediante el Lifestyle Criminality

Screening Form (LCSF): la violación de las reglas sociales, el intrusismo

interpersonal, la auto-indulgencia y la irresponsabilidad (Walters, White y

Denney, 1991; Walters, 1998). Walters (1990, 2002) postuló que de cada uno
de los cuatro patrones de comportamiento propios del estilo de vida criminal se

derivan dos distorsiones cognitivas básicas, por lo que el delincuente emplea

ocho distorsiones cognitivas básicas que justifican la conducta delictiva.

Walters (1995) desarrolló el Psychological Inventory of Criminal Thinking Styles

(PICTS).

para medir estos ocho estilos de pensamiento criminal, que son: la

irresponsabilidad, la impulsividad, la soberbia, la orientación al poder, el

sentimentalismo, el optimismo desmedido, la indolencia y la inconstancia:

1) la irresponsabilidad, proceso por el cual el sujeto evita la responsabilidad de

sus actos, culpando a otros, y haciendo uso de justificaciones y

racionalizaciones de la conducta;

2) la impulsividad, estrategia del delincuente para contrarrestar los controles

tanto internos como externos que puedan reducir o evitar la conducta delictiva,

habilidad que utiliza para eludir las posibles consecuencias de sus conductas,

lo que le permite eliminar la ansiedad, los miedos y los mensajes de evitación;

3) la soberbia, estilo de pensamiento mediante el cual el individuo adopta un

estatus privilegiado para satisfacer todos sus deseos, llegando a carecer de

límites e identificar sus deseos como necesidades, utilizando su deseo de

conseguir bienes y dinero como justificación del uso de cualquier medio para

conseguirlos (Cromwell, Parker y Mobley, 2003);

4) la orientación al poder induce al individuo a intentar controlar todas las

circunstancias que le rodean, adoptando una visión simplista del mundo en el

que las personas se dividen en fuertes y débiles;

5) el sentimentalismo, medio egoísta de mejorar la propia imagen, mostrando

sus cualidades positivas y aparentando ser una buena persona;


6) el optimismo desmedido, creencia de que se pueden evitar las

consecuencias negativas de la propia conducta, incluida la delictiva;

7) la indolencia, distorsiones utilizadas para hacer frente a la incapacidad para

marcarse objetivos y perseverar en ellos hasta su consecución;

8) la inconstancia, falta de habilidad para perseverar a pesar de las buenas

intenciones (Walters, 2001).

Distorsiones cognitivas auto sirvientes

Bien es sabido que las distorsiones cognitivas constituyen un importante factor

de riesgo general en la psicopatología juvenil (Barriga et al., 2000). En el

ámbito más específico de la criminología, algunos autores se han centrado más

bien en el análisis del propio contenido cognitivo en cuanto a lo que el agresor

piensa o se imagina antes, durante y después de un acto antisocial –lo que ha

venido a denominarse mente criminal- (Collie, Vess y Murdoch, 2007). En este

sentido, algunos hallazgos empíricos han demostrado el estrecho vínculo

existente entre la cognición y la conducta antisocial y delictiva (Bandura, 1991;

Barriga et al. 2000; Palmer, 2007; Walters, 2003). Tanto es así que en el

ámbito de las cogniciones antisociales, se ha llegado incluso a utilizar el

término distorsiones cognitivas auto-sirvientes para definir específicamente a

las distorsiones cognitivas que están asociadas con el comportamiento delictivo

(Barriga et al. 2000).

COCLUSIONES

1-Esta teoría de la asociación diferencial nos señala como las personas pueden

llegar a cambiar su conducta, es decir, llegar a tener una conducta desviada o

no correcta, cuando se relacionan con terceros y demuestran un


comportamiento aprendido el cual no respeta la ley y que además fomenta la

violación de esta.

2-A través de su teoría de la asociación diferencial, el sociólogo

sostiene que las conductas delictivas se aprenden, que el individuo está

condicionado por su entorno y aprende de él la manera de cometer delitos, sus

ventajas y justificaciones.

3- El comportamiento criminal es aprendido en contacto con otras personas por

un proceso de comunicación. El comportamiento criminal se aprende, sobre

todo, en el interior de un grupo restringido de relaciones personales.

4-La Teoría de la Distorsión de valores es parte de la concepción de que la

interacción entre conducta y pensamiento se ven profundamente influidas por

factores ambientales, personales y conductuales, siendo la moral también

afectada por la influencia de la cognición, la emoción y las interacciones

sociales.

BIBLIOGRAFIA

https://www.unir.net/derecho/revista/teoria-asociacion-diferencial/
https://www.derechoycambiosocial.com/revista049/

LA_TEORIA_DE_LA_ASOCIACION_DIFERENCIAL.pdf.

https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/1135/

Las+distorsiones+cognitivas+de+los+delincuentes.pdf;jsessionid=F72489AF3C

A8BCF933D2B5E67E31B41B?sequence=1

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