El Argot de Los Soldados de Reemplazo-1
El Argot de Los Soldados de Reemplazo-1
El Argot de Los Soldados de Reemplazo-1
(vid.infra ).
3.Lenguaje de las milicias universitarias (actual IMEC).
4.Lenguaje del Servicio Militar o de los soldados de reemplazo. Esta
jerga tiene una serie de características que lo caracterizan y separan de
los otros tres subtipos del lenguaje militar.
a) Se trata de un lenguaje muy definido en lo que respecta a dos
de las variables sociales: sexo masculino y edad entre 18 y 28 años; sin
embargo es muy difuso en cuanto a la variable socio-económica y el
nivel de estudios.
b) El lenguaje del Servicio Militar es una especie de “pidgin”
constituido por “préstamos” de otros argots relacionados con él y que
lo convierten a su vez en un nuevo argot; en especial debemos
destacar los “préstamos” del lenguaje de los militares profesionales (ir
a piñón, páter), del lenguaje de la droga (rayarse, fumeta ) y del lenguaje
juvenil lato sensu o incluso del argot común (chupa, rebotarse,
escaquearse, pringar). Se trata de un lenguaje desconocido por el recluta
recién llegado, rápidamente asimilado para satisfacer las más mínimas
necesidades comunicativas (como ocurre con el pidgin) y que una vez
acabado el Servicio Militar suele ser rápidamente olvidado35. Es por
tanto, un lenguaje instrumental y de circunstancias, sin voluntad de
permanencia: una especie de “pidgin” que jamás llegará a convertirse
en “criollo”.
c) Como corolario del rasgo anterior, podemos afirmar que es
un lenguaje que se inscribe perfectamente en las coordenadas que P.
Daniel (1992: 20) asigna al concepto de argot: un lenguaje grupal,
críptico y de germanía que “se desarrolla con especial intensidad en
ámbitos cerrados -campamentos y cuarteles militares, cárceles,
internados, escuelas-, en donde la conciencia de grupo es mayor, por
lo que el argot es un distintivo de clase y un elemento integrador”.
Así pues, observamos que el lenguaje del Servicio Militar es un
lenguaje argótico y grupal, identificador y cohesionador de un
colectivo que se encuentra en una precaria situación socio-jurídica, un
lenguaje rápidamente asimilado por sus miembros y que se encuentra
35 De hecho, la inmensa mayoría de los pre-informantes que habían acabado el
Servicio Militar hacía más de tres años fueron incapaces de responder a un mínimo
de preguntas de nuestro cuestionario, razón por la cual fueron excluidos de la
nómina final de informantes (vid.infra ).
en un proceso de continua creación (por medio de relexificaciones,
cambios semánticos, nuevas metáforas).
En el aspecto metodológico, nos hemos decidido por el
procedimiento de encuesta, siguiendo en términos generales el modelo
elaborado por J. M. Navarro (1989: 293-303) en su estudio sobre el
lenguaje de los estudiantes. Ahora bien, nuestro modelo presenta
algunas particularidades motivadas por el tipo de lenguaje tratado y los
informantes:
1. Hemos confeccionado una encuesta de 62 preguntas que no
han sido organizadas por campos semánticos; con ello hemos
pretendido evitar que algunas respuestas contaminaran a otras o que
alguna palabra de una pregunta contuviera la respuesta de la pregunta
siguiente.
2. La encuesta fue contestada por 24 informantes, todos ellos
residentes en Valencia y su área urbana, aunque habían realizado el
servicio militar en diversos lugares del Estado Español (Valencia,
Región Centro, Baleares y Ceuta-Melilla) entre 1989 y 1993.
3. En cuanto a los datos sociológicos, hemos consignado los
estudios, clase social y, sobre todo, el lugar y año del Servicio Militar,
ya que -como veremos- el lenguaje de los soldados es en cierto modo
una especie de diasistema con variedades diatópicas.
4. En algunas preguntas se ha admitido que un mismo
informante dé más de una respuesta, lo cual explica que en estos casos
la suma de los porcentajes de las respuestas sea superior al 100%.
lenguaje:
a) En primer lugar, el ámbito -ya citado- de “lo no humano”,
donde se pueden incluir los términos empleados para designar al
soldado novato (pollo, monstruo, chinche, bulto ), al cabo primero (tirilla ) y
al policía militar (calimero )36.
b) Es fácil de comprender que el sexo sea uno de los grandes
centros de interés del militar de reemplazo: ya es un concepto-eje en
el lenguaje juvenil (P. Daniel, 1992:17) y aquí lo es todavía más por
razones obvias. Por ello, algunos objetos y acciones propios de la vida
militar son nombrados mediante metáforas “sexuales”. Así, el fusil
CETME se compara a una novia, porque siempre se le lleva de la
mano; a la prenda que se pone en el cuello cuando hace frío se la da el
sensual nombre de braga (100%). La concepción de la relación sexual
como agresión, ya denunciada por P. Daniel (1992:21), se hace
evidente en el hecho de que las expresiones que significan ‘copular”
también significan ‘arrestar”, como follarse (75%), que a su vez tiene el
complejo símil deshumanizado de pasar baqueta [al cañón de un fusil]
(17%); igualmente, la acción de comunicar a un superior una acción
digna de arresto, denominada en el argot de los militares profesionales
dar parte, se convierte aquí en la metáfora sexual-agresiva de meter parte
(16%) -posiblemente por analogía con follar ‘arrestar”.
c) Por último, el otro gran centro de expansión es la droga,
realidad omnipresente en todos los cuarteles. Así, el argot de la droga
ha dado nombre a otra acción frecuente en la vida militar: cuando un
mando -sobre todo un sargento- parece perder los estribos y actúa de
manera incomprensible, sobre todo en el sentido de mandar realizar
excesiva instrucción (p. ej. paso ligero) a los reclutas, se dice que ese
mando se ha rayado (58%). Aunque es posible interpretar la etimología
de esta expresión en el sentido de que “se ha pasado de la raya” o
“actúa como un disco rayado”, nosotros pensamos que la fuente está
en el lenguaje de la droga: ese mando actúa de la misma manera que
aquellos que han esnifado una raya de cocaína, de ahí rayarse. Esta
suposición queda confirmada por otras respuestas que los informantes
han dado a esta misma pregunta, mucho más explícitas en su alusión a
3.1.3.Sufijación expresiva.
Al estudiar la morfología del lenguaje juvenil, G. Herrero
(1989:183-184) practica la siguiente distinción:
a)cuando la palabra es sentida por el grupo como término
propio e identificativo, ya no hace falta otra señal indicativa y se deriva
con sufijos de la lengua general: porro > porrete, porrero.
b)cuando la palabra no es propia del grupo, hay una tendencia a
EL ARGOT DE LOS SOLDADOS DE REEMPLAZO...
imprimir la marca del grupo, y por ello sus derivados adoptan sufijos
propios de este grupo, como -ata, -aca, -eta .
Esta afirmación de G. Herrero parece cumplirse en el sentido
de que las voces más típicas del lenguaje de los soldados -aunque
procedan de otras jergas- suelen formar derivados con sufijos
habituales en castellano: es el caso de plantón (91%; “determinados
tipos de vigilancia donde se está de pie”), tirilla (83%)/tirita (8%; ‘tira
amarilla en la hombrera que designa por sinécdoque al cabo primero”),
vinillo (33%; “celebración de la licienciatura de un reemplazo”), chupita
(8%; “chaqueta militar”), pollete (8%; ‘soldado novato”), marronero
(50%; “soldado que es arrestado con frecuencia”), chocolatero (8%;
“soldado que es asiduo fumador de porros”), porrero (33%), marronazo
(17%; “acción ilegal, digna de arresto”) así como diversas voces
formadas con el sufijo -ada, tres con el sentido de “acción” como son
marronada (41%; “acción ilegal, digna de arresto”), putada
(17%)/novatada (66%; “broma pesada que se gasta a los novatos”) y
una con significado colectivo, mesiada (8%; “conjunto de soldados
mesías que celebran su licenciatura”).
Sin embargo, la distinción de G. Herrero no parece cumplirse
totalmente, ya que algunas voces que designan realidades propias del
grupo forman derivados con sufijos propios del lenguaje juvenil, con
lo cual se daría una redundancia en el indicativo de pertenencia al
grupo: es el caso de camareta (75%; “lugar donde duermen seis u ocho
reclutas”), padraco (66%) abuelaco (8%; “distintos tipos de soldado
veterano”) y, en general, muchas de las voces mencionadas en el
apartado anterior (volunta, paraca, mimeta).
4. FRASEOLOGÍA
Como en todo lenguaje jergal, la fraseología del lenguaje de los
soldados es rica y a la vez complicada. A la hora de organizar en
grupos las unidades fraseológicas nos serviremos de la clasificación
propuesta por A.Zuluaga (1980:135-140):
1.Locuciones adnominales. En cierto modo podríamos
incluir la locución de bonito, empleada por el 91% de los informantes
para referirse al traje que se lleva en ocasiones de gala como desfiles,
juras de bandera, etc.
2.Locuciones verbales:
1. Ir a piñón, metáfora tomada del tecnolecto de la mecánica, y
que tiene un doble sentido (de hecho corresponde a dos preguntas
distintas del cuestionario):
a) Para un 66% de los informantes significaba el hecho de hacer
guardias cada dos días.
b) Para un 58% correspondía a al hecho de no llevar el paso
bien, y alternó con otra locución verbal basada en el tecnolecto de la
mecánica del automóvil, ir con la directa (8%).
2. Para la idea de “hacer guardias”, chupar guardias y pelar guardias
se reparten un 17% cada uno, frente al verbo dominante, pringar
(66%).
3. A partir de la palabra-eje del argot de la delincuencia marrón,
hemos registrado las siguientes locuciones verbales:
-comerse el marrón (25%) y pillar de marrón (8%), para la idea de
“cometer una acción ilegal, merecedora de arresto”;
-ir de marrón (41%) y buscarse marrones (8%), para “el hecho de
presentar una actitud desafiante y cometer faltas con frecuencia”.
4. Subirse a las barbas fue elicitada por un 8% de los informantes
para expresar la idea de ‘rebelarse contra un soldado veterano, cabo o
sargento previa provocación de éstos”, frente al mayoritario rebotarse
(83%).
5.Dar parte fue elicitada por el 50% de los informantes para el
significado de “comunicar a un superior una acción ilegal, merecedora
de arresto”, mientras que el 17% optó por una variante de claras
connotaciones sexuales, meter parte, posiblemente por analogía con
follar ‘arrestar”.
En cuanto a las unidades fraseológicas que equivalen a un
enunciado -en la clasificación de A.Zuluaga (1980:135-140)- hemos
registrado en nuestro corpus las expresiones dos piedras, poka y (soy)
civil, las cuales se suelen pronunciar como únicos constituyentes de un
acto de habla o enunciación, y en unos contextos muy determinados.
Estas expresiones corresponden a la subcategoría que A.Zuluaga
(1980:207-213) denomina fórmulas de fijación pragmática, es decir,
EL ARGOT DE LOS SOLDADOS DE REEMPLAZO...
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CASADO VELARDE, Manuel (1985), Tendencias en el léxico español actual, Madrid: Coloquio.
CASADO VELARDE, Manuel (1988), Lenguaje y cultura. La etnolingüística, Madrid: Síntesis.
CASADO VELARDE, Manuel (1989), “Léxico e ideología en la lengua juvenil”,
F.Rodríguez González (ed), Comunicación y lenguaje juvenil, Madrid:Editorial
Fundamentos, págs. 167-178.
CASARES, Julio (1950)(1992), Introducción a la lexicografía moderna, Madrid: CSIC.
CATALÀ TORRES, Natàlia (1989), “Consideraciones acerca de la pobreza expresiva de los
jóvenes”, F.Rodríguez González (ed), Comunicación y lenguaje juvenil, Madrid:
Editorial Fundamentos, págs. 203-216.
DANIEL, Pilar (1992, 2ª), “Panorámica del argot español”, introducción a V.León,
Diccionario de argot español, Madrid: Alianza Editorial, págs. 7-24.
HERRERO, Gemma (1989), “El coloquio juvenil en los cómics marginales”,
F.Rodríguez González (ed), Comunicación y lenguaje juvenil, Madrid: Editorial
Fundamentos, págs. 179-201.
EL ARGOT DE LOS SOLDADOS DE REEMPLAZO...
LEÓN, Víctor (1992, 2ª), Diccionario de argot español y lenguaje popular, Alianza Editorial:
Madrid.
NAVARRO, José María (1989), “El lenguaje escolar en los países hispanohablantes”,
F.Rodríguez González (ed), Comunicación y lenguaje juvenil, Madrid: Editorial
Fundamentos, págs. 293-303.
OLIVER, Juan M. (1987), Diccionario de argot, 2ª edición, Madrid: Sena.
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Félix (1989), “Lenguaje y contracultura juvenil: anatomía de un
generación”, F.Rodríguez González (ed), Comunicación y lenguaje juvenil, Madrid:
Editorial Fundamentos, págs. 135-166.
ULLMANN, Stephen (1962)(1965), Semántica: introducción a la ciencia del significado,
traducción de M.Ruiz-Werner, Madrid: Aguilar.
VIGARA TAUSTE, A.M., ÁLVAREZ HERRERO, S. y GONZÁLEZ BUENDÍA, PÁG. (1994),
“Lenguaje (y vida) del recluta en el cuartel”, Tabanque, 9, Escuela Universitaria
de Formación del Profesorado: Palencia, págs. 65-84.
ZULUAGA, Alberto (1980), Introducción al estudio de las expresiones fijas, Peter Lang:
Francfort.