Hay Hombres Que Dan A Las Mujeres Deseos de Gritar
Hay Hombres Que Dan A Las Mujeres Deseos de Gritar
Hay Hombres Que Dan A Las Mujeres Deseos de Gritar
Claro que sí, pero aquí solo nos ocuparemos de los que las hacen gritar de rabia.
Entre ellos tenemos al hombre almeja, al varón pseudo liberado, al adolescente perpetuo
y al herido andante: todos logran que las mujeres les griten barbaridades.
El hombre almeja tiene un carácter reprimido y cauto. Según la Psicóloga Connel Cowan
a su pareja a realizar todo el trabajo emocional de la relación. Según Walter Riso ( Amores
los demás. Muestra muy pocos sentimientos o afecto hacia las personas de su entorno,
pues teme que el hecho de mostrarse sensible le haga sentirse vulnerable, y por tanto,
inferior. Esta característica contrasta con la necesidad del egocéntrico de ser admirado,
halagado y respetado. Todo esto genera en él falta de compromiso con la familia, pareja o
amigos. A simple vista se nota que tienen una coraza dura y controlada. A kilómetros se
asunto de hombres. Por eso nadie los oye comprometerse, nadie sabe lo que sienten en
verdad; hasta que se descubre que son hipócritas emocionales; nadie escucha sus ruegos
amorosos, pero todos saben que huirán de los compromisos. Incluso huirán de aquellas
mujeres que no quieren estar enjauladas. El ejemplo clásico es el de la mujer que conoció
a la almeja de su vida, en una discoteca. Y como suele suceder en estos casos, ella le
entregó su alegría sabichosa y los dulces secretos de su intimidad, pero esa misma noche
descubrió que él no confiaba en ella cuando ocultó su cartera dentro del zapato, y al
cabo del tiempo perdió el interés en sus dadivas sexuales y aparecieron sus verdaderos
sentimientos, por eso la mujer se quedó sola, gritando improperios, palabras soeces y
malsonantes contra este hombre perverso, que lo recibió todo, pero no dio nada porque
El varón pseudo liberado es una de las piezas más comunes de este repertorio
etnográfico. El Psicólogo Melvin Kinder, uno de los autores del libro Bellas, inteligentes y
solas (Editorial Javier Vergara) dice que este hombre parece gentil, sensible; asegura
aceptar la libertad de las mujeres, pero en realidad racionaliza sus temores al respecto; y
si bien está dispuesto a compartir siempre anda en busca de un auditorio para expresar
las inagotables ideas de sí mismo. Suele creer que su diarrea emocional es un don.
atendió a una mujer, quien interactuó con uno de estos hombres sudo liberados, y su
decepción llegó a tal punto de exasperación, que le gritó que se dejara de hablar de sí
mismo y se concentrara en hacer el amor. Esto sucedió porque el varón pseudo liberado
en el momento menos esperado saca a relucir sus problemas emocionales, como si fueran
medallas de guerra. Pero en el caso de la mujer del ejemplo ella no cayó en la trampa
porque como era una mujer inteligente, quería experimentar los 10 beneficios que tiene
El adolescente perpetuo detuvo su evolución emocional a los 16 años, pero como el tiem-
junto con la pareja matrimonial viniera el carcelero porque “dar” como “recibir” amor
siempre tropieza con su inmadurez. Entonces este adolescente en conserva, este joven
anacrónico ajado por la edad, rechaza a las mujeres por ser mujeres exigentes, por ser
mujeres independientes, por ser mujeres amorosas, por ser mujeres tiernas o frágiles o
simplemente por ser mujeres. Ya mi comandante Ovidio les advertía a las mujeres en el
Arte de Amar, que amar a este tipo de hombres era apretar perros rabiosos con su pubis.
Si aplicamos las teorías de León Hebreo en sus libro Diálogos de Amor (1535) estos
personajes se creen hijos de Jove, Júpiter y en virtud de ello vuelan como águilas eternas
sobre los talamos nupciales, sin embargo solo tienen un vuelo rastrero de gallinas, por eso
Zygmunt Baugman, ( El Amor Líquido) señala que no se dejan madurar el deseo y andan
de compra porque para ellos la mujer es una mercancía desechable. ¿Cuál es su el delito?
¿Haber leído la parábola del banquete nupcial de San Mateo? ¿Negarse a sacrificar dos
bueyes y cuatro carneros o hacer una gran hornada de pan para los invitados a la boda?
Claro que sí. Ellos le tienen terror al compromiso, por eso si la mujer los presiona
de ellas o se buscan mujeres de las cuales nunca se enamoraran porque las consideran
desechables. Generalmente las mujeres se cansan y le gritan ¡No te voy a esperar a que
Se puede pensar que el herido andante es como el caballero andante, que se sacrifica
para salvar a la dama vigilada por el dragón del cuento. Nada más falso, este es un pobre
sueldo, los hijos, el afecto, las pechugas de soprano y lo deja pelado y enteco para ser con-
sumido en esa capilla de expiación, que son los recuerdos y las pensiones alimenticias.
La mayoría de las personas piensan que es el pobre divorciado, deprimido, aquejado por
una tediosa auto compasión, quien debe trabajar el doble para vivir arrimado. Pero no es
así. Melvin Kinder asegura que ellos atraen a las mujeres porque están dispuestos a
Rosaura Rodríguez, sino porque están dispuestos a soportar cualquier situación para no
estar solos. O tal vez ellos se vuelven a casar porque los científicos del Centro Médico de la
Universidad de Nueva York, aseguran que casarse es una buena manera de vivir más
Forest. El matrimonio ofrece apoyo emocional, la intimidad física e intelectual, así como
los vínculos sociales más profundos ligados a la familia, lo cual reduce la presión arterial y
mejorar en general la salud del corazón. Sea cuales sean nuestros motivos para volver a
casarnos, deduzco que somos las principales víctimas de las viejas bigotudas, o de las
mujeres que le gustan consumir despojos sin compromiso. Lo terrible del herido andante
es que estamos dispuestos a casarnos de nuevo para que nos sigan gritando las mismas
cosas.
Sin duda, muchos hombres evolucionaran hacia la madurez pasando por estas cuatro
estupor y remordimiento, porque las mujeres nos seguirán gritando las mismas
barbaridades desde siempre y para siempre. Por eso hay que superar estos roles. Y ser
cautos, precavidos (y amorosos) con las mujeres, sobre todo si se leyeron las Mil y una
si yo hubiera sabido esto hace 30 años me hubiera ahorrado cuatro divorcios, sin
embargo, como no hay escuelas para graduarse de hombre perfecto, propongo recurrir a
las oportunas enseñanzas de los viejos maestros. Porque si hay que hacer gritar a una
mujer, que sea por las razones del veneciano Casanova, quien en sus memorias deja
consignado para la posteridad una verdad de a puño: si haces gritar a una mujer de placer